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SISTEMAS EN LA VALORACIÓN O APRECIACIÓN PROBATORIA

Angie Paola Ordoñez

Luz Mery Corredor Barón

Manuel Eduardo Linares Armenta

Corporación Universitaria del Meta – UNIMETA

Procedimiento Civil Especial II

Dr. David Mendoza Granada

28 de septiembre de 2023
SISTEMAS EN LA VALORACIÓN O APRECIACIÓN PROBATORIA

INTRDUCCIÓN

La evolución del Derecho Probatorio ha dependido de la estructura y desarrollo de la sociedad,


pues cada sistema religioso, filosófico y político, le infundieron sus propios principios y su meta-
lectura. Para los más entendidos en la materia en comento, se pueden describir cuatro grandes
etapas en la evolución de las pruebas judiciales, en la historia en general y una en el derecho
colombiano:

Los principios generales o rectores, que de acuerdo con el inciso 2º del artículo 230 de la
Constitución Nacional, “son criterios auxiliares de la actividad judicial”, cumplen dos funciones:

• Facilitar la interpretación de la Ley cuando hay norma expresa, pero es dudosa

• Llenar los vacíos, cuando no hay ley exactamente aplicable al caso

REQUISITOS DE LA RUEBA

CONDUCENCIA DE LA PRUEBA: La conducencia es la idoneidad del medio de prueba para


demostrar lo que se quiere probar y se encuentra determinada por la legislación sustantiva o
adjetiva que impone restricciones a la forma como debe celebrarse o probarse un determinado
acto jurídico.

PERTINENCIA: La pertinencia demuestra la relación directa entre el Hecho alegado y la prueba


solicitada. Bien puede ocurrir que una prueba sea conducente para demostrar un hecho
determinado, pero que, sin embargo, no guarde ninguna relación con el “tema probatorio”

UTILIDAD: En desarrollo del principio de economía, una prueba será inútil cuando el hecho que se
quiere probar con ella se encuentra plenamente demostrado en el proceso, de modo que se torna
en innecesaria y aún costosa para el debate procesal. En virtud de este principio, serán inútiles las
pruebas que tiendan a demostrar hechos notorios, hechos debatidos en otro

Nuestro ordenamiento jurídico, la jurisprudencia y la doctrina nos haya enseñado que el


procedimiento probatorio se compone de las siguientes fases: solicitud, decreto, práctica y
valoración; donde se considera que la valoración es la más importante debido a que esta etapa
del proceso es el juez el principal protagonista y el único en quien recae la obligación de valorar
las pruebas aportadas al proceso, para ello lo realiza mediante alguno de los sistemas que
históricamente han existido y con ellos tomar una decisión.

Si se habla de sistemas de valoración es importante mencionar que durante el transcurso del


tiempo se han venido desarrollando varias clasificaciones, pero para la presente investigación se
seguirá la postura de que son dos, cobrando en la actualidad mayor fuerza la sana crítica, aunque
con algunos rezagos de la prueba tasada.

JUSTIFICACIÓN

El procedimiento probatorio se divide en cuatro etapas: solicitud, decreto, práctica y valoración


probatoria, es precisamente en esta última fase donde el juez le asigna la eficacia demostrativa a
un hecho dentro del del proceso. De ahí que, entre los múltiples e importantes temas relativos a la
prueba en el derecho, la valoración constituye, sin lugar a dudas, el más importante de ellos. La
doctrina mayormente ha señalado que son dos los sistemas de valoración probatoria: sana crítica
y tarifa legal, pues la sana crítica engloba la íntima convicción. Un sector minoritario sostiene que
los sistemas de valoración realmente son tres: a) sana crítica, b) íntima convicción y c) tarifa legal.

La norma no autoriza que el juez adopte en forma arbitraria, abusiva o caprichosa la decisión de
declarar relativamente inhábil a un testigo, en el momento de su comparecencia a rendir
declaración dentro de un proceso civil, y, por el contrario, exige que dicha decisión sea motivada
en forma razonada o crítica, de acuerdo con las reglas de la lógica, la ciencia y la experiencia, en
todo caso mediante la exposición de los motivos concretos o específicos que originan su decisión.
En este sentido, en el ejercicio racional de dicha competencia es forzoso que, haciendo una
interpretación integral del citado artículo, el juez al tomar su decisión tome como referencia las
situaciones principales o más comunes previstas por el legislador.

TARIFA LEGAL

La tarifa legal surgió en el auge del principio de legalidad una vez culminada la revolución francesa;
se desconfiaba de los jueces por ser antiguamente súbditos de la Monarquía, y se confiaba en la
Ley por ser una proclamación de la voluntad popular. En el punto de la valoración probatoria, se
consideraba que el juez no tenía la pericia suficiente para valorar correctamente la prueba, por lo
que debería ser la ley, no el arbitrio del juez, la que fijara criterios de valoración abstractos e
impersonales que aseguraran la correcta aplicación del derecho.

Es evidente que en la actualidad las ideas han cambiado: la ley es una de las tantas fuentes
formales del derecho, no las más importante como en otra época lo era, y se confía plenamente
en el ejercicio valorativo que el juez puede llegar hacer; sin embargo, se exige una valoración
racional de la prueba, es decir, un ejercicio sometido a las reglas de la lógica, a las reglas de la
experiencia y a las reglas técnico-científicas. Por su parte la íntima convicción tiene su origen en el
derecho ingles de comienzos del segundo milenio. La fuerza que los feudales tenían a comienzos
del siglo XII hizo que el Rey estableciera garantías jurídicas a favor de ellos, entre las que se
encontraban ser juzgados por el pueblo, hoy jurado. La principal característica diferenciadora de la
íntima convicción respecto a la sana crítica reside en la exigencia de motivación. Quien valora la
prueba en íntima convicción no tiene el deber de manifestar las razones que lo llevaron a darle
determinada eficacia demostrativa a una prueba; basta simplemente por afirmar que ha quedado
convencido. El conocimiento que se produce en este sistema de valoración es subjetivo, no
verificable e irracional, o al menos no existen criterios para supervisar la aplicación de parámetros
de racionalidad y razonabilidad.

La doctrina colombiana afirma que el ordenamiento jurídico local establece, siguiendo la


tendencia iberoamericana, un sistema de sana crítica; algunos profesores sostienen que existen
residuos de tarifa legal, como el estado civil de las personas. Sin embargo, hay unanimidad en la
siguiente idea: Colombia no tiene casos de íntima convicción, al menos no en el plano legal, pues
la Constitución al permitir la regulación de juicios penales por jurados puede ser base para que en
el futuro se tengan casos de este sistema de valoración probatoria. Dicha de otra forma: en
Colombia siempre debe motivarse el ejercicio valorativo de la prueba.

VENTAJAS DEL SISTEMA EN LA TARIFA LEGAL

Algunos autores sostienen que el sistema de la tarifa legal tiene las siguientes ventajas:

a. Que les permite a las partes saber de antemano, cuál es el valor que se le debe dar a las
pruebas que se aportan o que se practican en el proceso.
b. . Que habrá uniformidad en las decisiones judiciales.
c. Evita que el juez por cuestiones personales favorezca a alguna de las partes, ya que,
basándose en el valor preestablecido por el legislador, no habrá lugar a subjetividades.
d. . Que suple la ignorancia y falta de experiencia de los jueces, ya que las normas redactadas
por el legislador son hechas por personas doctas en el derecho.

Sobre lo anterior podemos afirmar: no es posible, aun en el sistema de la tarifa legal, saber cuál es
el valor que se le va a dar a la prueba antes de su valoración, pues puede suceder que los
presupuestos que deben tenerse en cuenta para que sea plena no se den y, por tanto, otro sea el
valor que resulte de la probanza recaudada

Tener los dos testigos no significa saber cuál es el valor de la prueba, pues puede acontecer que no
concuerden en el hecho o en sus circunstancias. La uniformidad puede ser un criterio de orden y
presentación, pero nunca el móvil de la administración de justicia, la que debe darle la razón a
quien la tiene. El funcionario de mala fe tendría mayores oportunidades para delinquir si puede
escudarse en la tarifa legal; ésta, digámoslo así, le serviría de celestina para justificar sus
providencias. En cambio, con el sistema de libre convicción, el juez no tiene escudo protector, sino
que directamente, tiene que responder por la valoración que hizo. El mal juzgador lo será con
cualquiera de los dos sistemas, pero es con la libre convicción como se puede llegar al grado
óptimo. Los jueces en la mayoría de nuestros países son preparados en las Universidades (en
Colombia, el derecho probatorio se estudia en las facultades durante un año), luego justificar la
tarifa legal, con el argumento de la impreparación de aquellos, no tiene sentido.

DESVENTAJAS DEL SISTEMA DE TARIFA LEGAL

a. Relega la función del juez sobre todo en las pruebas personales, ya que, al preestablecerse su
valor, se prácticamente, la función del proceso. La prueba testimonial, por ejemplo, debe ser
analizada en cada caso concreto, a fin de que el juez, al valorarla, pueda tener en cuenta la edad
del testigo, su capacidad su grado de instrucción y todos los aspectos necesarios para la mejor
apreciación de aquella.
b. El juez negligente encuentra acomodo fácil en este sistema; en cambio, en el de la libre
convicción, tiene necesariamente que ser activo, sobre todo en la producción de la prueba. La
tarifa legal, termina por mecanizar y domesticar al juez, lo envuelve en la rutina; por el contrario,
la libre convicción exigirá del juez cada vez más estudio, sobre todo de las ciencias que
contribuyen a una mejor apreciación de la prueba. Se puede decir que, dentro del sistema de la
tarifa legal, basta que el juez sea abogado; en el sistema de la libre convicción se requiere ser más
que eso.

SISTEMA DE LIBRE CONVICCIÓN O SANA CRÍTICA

Derecho procesal colombiano contemporáneo

El derecho colombiano, en general, salvo algunas excepciones, atiende al criterio de sana crítica en
la valoración probatoria, como lo demuestran las disposiciones de los artículos 176 del Código
General del Proceso y 61 del Código de Procedimiento Laboral.

Parra (2011), p. 216-217, considera ventajosa la libre valoración probatoria pues, evita la
arbitrariedad, obligando al juez a usar las reglas de la experiencia, lógica y psicología, para valorar
la prueba en cada caso, debiendo este explicar las motivaciones sobre la valoración para garantizar
los derechos de contradicción y defensa.

VENTAJAS DEL SISTEMA DE LA LIBRE

No existen sino dos sistemas para valorar la prueba: El sistema de la tarifa legal y el sistema de la
libre convicción. En el campo penal, los vocales (como se les llama en el procedimiento penal
militar) no están obligados a motivar su veredicto desde el punto de vista de la prueba, pero el
sistema es el de la libre convicción. Hecha esta aclaración, miremos cuáles son las ventajas de este
último, las que, en parte, ya se dijeron:

a. La crítica razonada de las pruebas la debe hacer el juez, lo que significa que no se trata de
consagrar la arbitrariedad, sino de obligarlo al empleo de las reglas de la experiencia, de la lógica,
de la historia, de la sicología, de la sociología, de la imaginación (la que también tiene sus reglas,
para el caso del juzgador), para que en cada proceso administre justicia con más acierto, ya que
valorará la prueba de acuerdo con lo dicho y para el caso concreto

b. El juez debe explicar, en la parte motiva, los razonamientos que hace sobre la prueba para
cumplir con los principios de contradicción y de debida defensa.

c. En el procedimiento penal militar, el presidente del consejo de guerra (juez de derecho) puede
declarar contraevidente el veredicto del jurado, cuando no tiene respaldo en las pruebas
recaudadas en el proceso. Esa contraevidencia es el control que ejerce la jurisdicción sobre la
apreciación que hacen los vocales; ésta solo puede declararse por una sola vez respecto de un
mismo procesado, mediante providencia que es susceptible de los recursos ordinarios. No
abrigamos duda alguna sobre el hecho de que el mejor sistema de valorar la prueba es el de la
libre convicción, por las razones que ya se adujeron; pero, además, el juez cuando administra
justicia con este sistema, adquiere toda la dimensión que debe tener el juzgador cuando tiene un
respaldo intelectual y moral que le permite sentir, esto es, dictar sentencia de acuerdo con lo
probado en el proceso.
En materia penal, es claro que se consagra el sistema de la libre convicción. Los artículos 237 y 238
del C. de P.P. hablan, respectivamente, de la apreciación de las pruebas y de la libertad de prueba;
el 277 de la misma codificación, sobre la apreciación del testimonio; el 282 también de la misma
codificación, habla de los criterios para apreciar la confesión. El artículo 401 del C.P.M. dice que las
pruebas deberán ser apreciadas en conjunto, de acuerdo con las reglas de la sana crítica. El art.
426 de la misma alude a la apreciación del dictamen; el art. 441 ibidem hace referencia a la a la
apreciación de la confesión y el 450 a la apreciación de los indicios. 234

SISTEMAS PARA LA VALORACIÓN DE LA PRUEBA

En lo laboral, el artículo 61 del C.P.L. "Libre formación del convencimiento. El juez no estará sujeto
a la tarifa legal de pruebas, y por lo tanto formará libremente su convencimiento, inspirándose en
los principios científicos que informan la crítica de la prueba y atendiendo a las circunstancias
relevantes del pleito y a la conducta procesal observada por las partes. Sin embargo, cuando la ley
exija determinada solemnidad ad substantivan actos, no se podrá admitir su prueba por otro
medio. "En todo caso, en la parte motiva de la sentencia, el juez indicará los hechos y
circunstancias que causaron su convencimiento”. Apreciación del testimonio; el 445 a la
apreciación de la confesión y el 450 a la apreciación de los indicios.

El canon 1537 "Respecto de la confesión extrajudicial aportada al juicio, corresponde al juez,


sopesadas todas las circunstancias, estimar qué valor debe atribuírsele". El 1542 por su parte dice:
"El documento privado, tanto el admitido por la parte corno el reconocido por el juez, tiene la
misma fuerza probatoria que la confesión extrajudicial contra su autor o quien lo firmó, es decir,
que se aprecia libremente por el juez". Con todo, existen manifestaciones del principio de la tarifa
legal; después de decir en el canon 1572 qué debe considerar el juez para valorar el testimonio, el
1573 con relación a la prueba testimonial, prescribe: "La declaración de un solo testigo no tiene
fuerza probatoria plena, a no ser que se trate de un testigo cualificado que deponga sobre lo que
ha realizado en razón de su oficio, o que las circunstancias objetivas o subjetivas persuadan de
otra cosa".

CONCLUSIONES

Cuando al juez le corresponda a una causa, así mismo será su decisión, con lo cual se evidencia
que la libre valoración probatoria debe ser reglada, si bien es cierto no de manera absoluta, si en
lo mínimo, pues la libre valoración probatoria es y está siendo confundida con la íntima convicción
del juez, quien hábilmente la encubre aduciendo que se aplicaron las reglas de la sana critica, pero
sin especificar cuáles y de qué manera.

La libertad absoluta siempre degenera en desorden, no se puede hablar de libertad de valoración


probatoria absoluta y a la vez hablar de unas reglas que rigen la actividad intelectual del juez, si
hay reglas hay orden.

En muchas ocasiones el juez se contamina de sus propios prejuicios, de su propia moral, de todo
aquello que en su íntima convicción ha desarrollado a través de su personalidad y que de alguna
manera lo aleja de los postulados de la imparcialidad, llevándolo indefectiblemente a emitir
decisiones injustas y por ende contrarias a derecho.
La libertad de valoración probatoria si bien es cierto no tiene límites legales, si debe encontrar
unos límites mínimos, esta valoración no puede seguir teniendo una fundamentación aparente,
debe tener una fundamentación real y tan próxima a la verdad real que el abogado litigante se vea
en serios aprietos para sustentar un recurso en debida forma ante la contundencia de la
valoración seria, acertad e imparcial que se ha efectuado, no se puede confundir la libertad de
valoración probatoria con la libre convicción probatoria del juez, en razón a esto, Couture (1958)
afirmó: “El juez que debe decidir con arreglo a la sana crítica, no es libre de razonar a voluntad,
discrecionalmente, arbitrariamente. Esta manera de actuar no sería sana crítica, sino libre
convicción” (p. 271).

Respecto a la libre apreciación probatoria, De lo dicho sobre la naturaleza de estos sistemas


procesales, así como de su visión sobre la sana crítica, puede determinarse que una institución del
derecho procesal, que en principio parece obedecer a criterios lógicos, ha encontrado a lo largo de
la historia dos fundamentos en principio antagónicos. En primer lugar, la justificación del derecho
romano, la libertad del juez y de ahí, la valoración probatoria; que, como sostuvo Cappelletti
(1973), p. 99, fue retomada por la ilustración, y de allí a los ordenamientos procesales de los países
occidentales, como Colombia; y, en segundo término, que se argumente en razón de una marcada
concepción filosófica del mundo, que restrinja y delimite el sentido del juez en el empleo de
métodos valorativos, como el materialismo histórico, y en procura de la salvaguarda del sistema e
intereses del sistema político.

Distinción que evidencia la permeabilidad, que ejerce la ideología dominante, sobre el derecho.
Entre los antagónicos extremos del reconocimiento del individuo, y la instrumentalización del
derecho para tutelarle; frente a la preponderancia de las masas, el colectivo, privilegiando a toda
costa la preservación del estado, y del sistema, y para ello encauzar las instituciones jurídicas.

declarar contraevidente el veredicto del jurado, cuando no tiene respaldo en las pruebas
recaudadas en el proceso. Esa contraevidencia es el control que ejerce la jurisdicción sobre la
apreciación que hacen los vocales; ésta solo puede declararse por una sola vez respecto de un
mismo procesado, mediante providencia que es susceptible de los recursos ordinarios. No
abrigamos duda alguna sobre el hecho de que el mejor sistema de valorar la prueba es el de la
libre convicción, por las razones que ya se adujeron; pero, además, el juez cuando administra
justicia con este sistema, adquiere toda la dimensión que debe tener el juzgador cuando tiene un
respaldo intelectual y moral que le permite sentir, esto es, dictar sentencia de acuerdo con lo
probado en el proceso.
BIBLIOGRAFÍA

MANUEAL DEL DERECHO PROBATORIO, Autor, QUIJANO PARRA JAIRO

https://repository.ugc.edu.co/bitstream/handle/11396/4387/Sistemas_valoración_probatoria.pdf
?sequence=1

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