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FACULTAD DE ADMINISTRACIÓN

ESCUELA PROFESIONAL DE ADMINISTRACIÓN

Toma de decisiones del consumidor peruano en relación a


la escasez de recursos de la canasta básica

AUTOR (ES):
Falla Gomero Adriel Hasiel(0000-0001-8227-6198)
Fatama Chujutalli Jhon Elton(0000-0001-7335-2646)
Marcos Velasque Markk Menly(0000-0002-1204-6271)
Monzon Jiménez Alvaro Daniel(0000-0002-0260-8445)
Pacheco Gonzáles Alesssandro Piero(0000-0002-2038-8650)

ASESOR:
Leonides Olenka Jave Luna (orcid.org/0000-0001-5336-0737)

LÍNEA DE INVESTIGACIÓN:

Desarrollo sostenible,emprendimiento y responsabilidad social

LIMA — PERÚ
2023
INTRODUCCIÓN

En la actualidad, la inflación es un fenómeno caracterizado por un aumento


general y constante de los precios en la economía. La medida más
comúnmente utilizada para probar esta anomalía es el índice de precios al
consumidor (IPC), una variable que incluye componentes tanto permanentes
como temporales.

Según el último informe de inflación del BCRP, la inflación prevista para 2023
es de 3% y para 2024 de 2,4%, ambas dentro del rango meta. El pronóstico
supone que algunos de los efectos temporales que afectan a la inflación se
revertirán en los próximos meses. Sin embargo, el Perú está más influenciado
por los fenómenos naturales. Dados los acontecimientos recientes, la oferta
de productos del mercado local será altamente vulnerable ante otro desastre
natural, como un posible fenómeno de El Niño. El Centro Nacional para la
Evaluación, Prevención y Reducción del Riesgo de Desastres (Cenepred)
anunció recientemente que tenemos un plazo máximo de seis meses para
realizar trabajos para reducir el impacto de próximos desastres naturales. De
esta manera, se debe prestar atención a temas de infraestructura y
prevención para mitigar los riesgos que enfrenta el país, especialmente en las
regiones del norte. Se instruye a las autoridades a ser conscientes de la
necesidad de desarrollar un plan para enfrentar una situación que expone al
país a factores internos que podrían derivar en aumentos de precios.

En consecuencia, en lista de los problemas que enfrenta el Perú existe una


que va silenciosamente: el hambre. Un informe publicado hace unos días por
el Instituto Nacional de Estadística, "Perú: Evolución de la pobreza monetaria
en 2023", muestra que 9 millones de peruanos han reducido su ingesta diaria
de alimentos o tienen que saltarse comidas porque no tienen suficiente dinero
para solventar la canasta familiar. El Instituto de Estadística e Información
(INEI) reporta un aumento de la pobreza monetaria en el país.
En 2022, la tarifa de la canasta básica familiar fue de 378 soles por persona
al mes, y aumentó a 415 soles en 2023. Esto se debe a la alta inflación del
año pasado, que contribuyó principalmente al aumento de los precios de 100
soles. Un total de 110 tipos de comida. Esta situación pone a millones de
hogares en riesgo de inseguridad alimentaria.

El área metropolitana de Lima es una de las zonas más afectadas por este
problema. Más del 40% de los hogares no pueden comprar suficientes
alimentos para satisfacer las necesidades calóricas mínimas de una dieta
saludable, lo que aumenta las tasas de desnutrición. Según la Encuesta
Demográfica y de Salud Familiar de 2023, el 33,9% de los niños y niñas de
entre 6 y 35 meses de la capital padecen anemia, problema que se ha
incrementado en 6,5 puntos porcentuales respecto al 2022.

Somos un país que tiene alimentos, exporta alimentos, pero no puede


garantizar que su gente tenga un consumo mínimo de alimentos saludables.
La lucha contra el hambre requiere de un paquete de acciones conjuntas de
todos los sectores del país. Este problema requiere una estrategia sostenible
a largo plazo para ver resultados.

Según datos proporcionados por el Instituto Nacional de Estadística e


Informática (INEI) en Perú, la tasa de inflación anual llegó al 8.56%, un nivel
que tomó por sorpresa a los especialistas y representa la cifra más alta
registrada en los últimos 14 años en el país.

El incremento en los precios de artículos esenciales y de uso cotidiano


desempeñó un papel fundamental en la persistencia de esta tendencia al
alza.

En el año 2022, se observó un incremento del 8.56% en el Índice de Precios


al Consumidor a Nivel Nacional, principalmente impulsado por el alza en los
costos de bebidas, tabaco y alimentos vendidos al público en general, así
como por el aumento de precios en restaurantes de comida y bebida. Esto se
refleja mayormente en productos de consumo cotidiano.
Durante el año anterior, se registraron aumentos de precios que superaron la
tasa general de inflación en cuatro áreas de consumo: En la categoría de
Alimentos y Bebidas No Alcohólicas, se experimentó un incremento del
15.22%, en Bebidas Alcohólicas y Tabaco, la subida fue del 5%. en el sector
de Restaurantes y Hoteles, se observó un aumento del 9.81% y en cuanto al
transporte, los precios aumentaron en un 10.03%.

Mientras se observa el incremento en la tasa de inflación, es importante


resaltar que la economía de Perú ha experimentado un crecimiento sostenido
durante 8 trimestres consecutivos. Específicamente, en el último trimestre de
2022, se notó un incremento en el Producto Bruto Interno (PBI) del 1.7%.

A lo largo de 2022, la economía de Perú experimentó un crecimiento anual


del 2.7%, impulsado en su mayoría por los siguientes factores: El aumento de
la demanda interna, un mayor nivel de consumo por parte de los hogares y la
recuperación de numerosos empleos que antes carecían de estabilidad.

Los habitantes de Perú están experimentando una notable disminución en su


capacidad de compra debido al aumento de los precios de productos de uso
cotidiano. Además, este problema se agrava por la falta de una recuperación
laboral que se asemeje a la que se observaba en 2019.

No obstante, durante el tercer trimestre de 2022, el desempleo experimentó


una reducción del 22% en comparación con el mismo período de 2021,
gracias a la reactivación económica que impulsó la producción y la creación
de empleo.

El ingreso total real de los trabajadores aumentó en un 8.7%, principalmente


debido al crecimiento del empleo en un 3.9%, mientras que el Índice de
Precios a nivel nacional para el mismo período se situó en un 6.89%.

El dilema radica en que al analizar detenidamente el índice, se nota que


ciertos sectores cruciales han experimentado aumentos más significativos
que la tasa de inflación en general. Por ejemplo, los precios de alimentos y
bebidas no alcohólicas aumentaron un 12.65%, lo cual es considerablemente
superior al índice general de precios al consumidor (IPC) y a la variación de
los ingresos promedio en el mismo período.

Incluso a pesar de que el Producto Interno Bruto (PIB) sigue su tendencia de


crecimiento, con un incremento del 1.7% en el tercer trimestre de 2022, se
observa una desaceleración económica en comparación con los primeros
trimestres del mismo año.
Tras el inicio de la pandemia de COVID-19, los trabajadores con niveles
educativos más bajos experimentaron una disminución más significativa en
sus ingresos. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INEI), en
2020, los ingresos laborales de estos trabajadores se redujeron en un 17% en
comparación con 2019. Sin embargo, según el último Informe Técnico que
examina el comportamiento de los indicadores del mercado laboral de Perú
hasta diciembre de 2021, se observa una recuperación en los salarios
promedio.

No obstante, es importante destacar que aquellos trabajadores que solo


tienen educación primaria todavía ganan sustancialmente menos que el
salario mínimo vital (RMV), con un ingreso mensual de S/ 882.9.

Esta situación afecta de manera significativa a los hogares con ingresos más
bajos, ya que debido al aumento constante de los precios desde mediados
del año pasado, su capacidad de compra se ve disminuida. Según
estimaciones de Apoyo Consultoría, en 2021, el costo de la canasta básica de
alimentos para una familia de cuatro miembros aumentó en S/ 42 en
comparación con el año anterior, llegando a un total de S/ 806. Este estudio
también resaltó que este incremento tenía un impacto directo en las personas
de los estratos socioeconómicos D y E, ya que representaba la necesidad de
trabajar un día adicional al mes para poder cubrir el nuevo monto.

El aumento de los precios no se limita únicamente a nuestro país, ya que se


está experimentando tanto en economías avanzadas como en las
emergentes y en desarrollo. Aunque es cierto que el conflicto entre Rusia y
Ucrania ha agravado la situación, especialmente en lo que respecta al
aumento de los precios internacionales de los combustibles, el nivel general
de los precios ha estado en constante crecimiento desde mediados del año
pasado.

Aunque aún no disponemos de estimaciones concretas sobre el costo de la


canasta básica para el año 2022, es probable que este sea
considerablemente mayor. Esto se debe a un contexto en el que los precios
de los combustibles y el transporte de bienes y productos importados están
encareciendo los fletes marítimos. Un ejemplo de esto es el precio del saco
de urea, que es el principal fertilizante sintético utilizado en el Perú. Según la
Asociación Peruana de Productores de Arroz, este pasó de costar S/ 65 en
octubre a S/ 210 a finales del año pasado, y actualmente se sitúa alrededor
de los S/ 270. Este aumento tiene un impacto directo en los precios de los
alimentos y, por lo tanto, eleva el costo de la canasta básica.

Dentro de este escenario, el Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) ha


adoptado una postura para abordar la inflación y ha estado implementando
una política monetaria restrictiva desde agosto de 2021. En esta semana, la
tasa de interés de política monetaria fue aumentada por novena vez
consecutiva, alcanzando un 4.5%.

Sin embargo, debido a la situación actual, la capacidad de la política


monetaria está limitada y sus efectos en el control de la inflación no son
inmediatos, ya que están fuertemente influenciados por factores externos. Por
lo tanto, se hace necesario implementar medidas complementarias de política
fiscal para mitigar el impacto del aumento de los precios en el poder
adquisitivo de los hogares. Estas medidas deben ser específicas, bien
fundamentadas técnicamente y evitar caer en populismo. Además, es
importante tener en cuenta que este no necesariamente es un proceso
inflacionario de corto plazo, por lo que se requiere un manejo fiscal
responsable.

La expansión de la pandemia del coronavirus ha traído consigo la peor crisis


sanitaria de los últimos años, impactando sustancialmente la actividad
económica a nivel nacional e internacional, siendo algunos sectores como el
comercio, producción y abastecimiento de productos los más perjudicados. El
gobierno peruano, con la finalidad de disminuir los contagios, decretó el
estado de emergencia e inamovilidad social a nivel nacional, por lo que
diversos sectores se vieron forzados a cerrar y parar operaciones. Como
consecuencia, esta crisis sanitaria, incrementó significativamente la inflación
en el país y, de otra parte, ante la disminución de la actividad económica, se
vio reducido el nivel de empleo, afectando de este modo los estándares de
vida de la población. Según la encuesta CPI (2020), Perú Urbano, los
ingresos familiares disminuyeron en un 68% en promedio en los hogares,
especialmente en los estratos de menores recursos. La ONU, por su parte,
registró el incremento del precio de los alimentos, los cuales subieron a una
tasa mensual más rápida en comparación a los últimos diez años. (BBC,
2021). Todo esto impulsó al Estado a otorgar ayuda económica a las familias
más vulnerables a través de bonos; sin embargo, éstos no han alcanzado a
toda la población, y a su vez resultan insuficientes ante el aumento de precios
de los productos que conforman la Canasta Básica Familiar. A partir de la
información presentada, se realiza esta investigación, con el propósito de
analizar cuánto ha afectado el impacto económico del covid-19 a los hogares
de la región, particularmente del distrito de Yarinacocha, quienes han perdido
sus empleos o han visto reducidos sus ingresos. Del mismo modo, indagar 18
la percepción de los ciudadanos respecto a los precios de los productos que
componen la Canasta Básica Familiar (CBF). El objetivo del estudio, fue
determinar la relación entre el impacto económico del Covid-19 y la Canasta
Básica Familiar en los habitantes del distrito de Yarinacocha, Ucayali-2021.

En otra instancia, el Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (Midis), en


coordinación con el Ministerio de Economía y Finanzas, está adoptando
medidas extraordinarias para proteger el bienestar de hogares en situación de
pobreza. El Midis informó que el Gobierno otorgará un presupuesto adicional
orientado a la protección de 1,300,000 personas a través de programas
sociales. Como parte de las medidas para enfrentar el alza de precios de
alimentos de primera necesidad, se entregará una subvención extraordinaria
a los usuarios de Juntos, Pensión 65 y Contigo, dinero que se distribuirá en el
próximo pago. Además, se plantea entregar 700,000 canastas de alimentos a
la población organizada en ollas comunes del país.

Es un hecho que la inflación se está incrementando fuertemente y su control,


dado el contexto internacional, escapa de las manos de instituciones como el
BCRP y el Gobierno. No obstante, este último está en la facultad de evaluar
qué medidas son efectivas para reducir el costo de vida de los peruanos. Ello
sin caer en políticas que han sido probadamente fallidas, como el control de
precios, con resultados contraproducentes para quienes se pretende ayudar.
Cabe destacar que estas medidas deben ser temporales, hasta que se
estabilice el nivel de precios.
Ingreso promedio de los consumidores. El nivel de ingreso de los
consumidores condiciona la demanda por un bien; la relación es en sentido
directo cuando el bien es Superior o Normal: aumentos (disminuciones) en el
ingreso de los consumidores genera también incrementos (caídas) en la
demanda. Existe el caso menos general del bien llamado Inferior, que
muestra la existencia de una relación en sentido inverso entre el nivel de
ingreso de los consumidores y la demanda. En este tipo de bienes están
comprendidos los objetos usados o de segunda mano. Precio de los bienes
sustitutos en el consumo. Un bien se considera sustituto de otro bien cuando
satisface necesidades similares del consumidor. Como ejemplos concretos se
tienen los casos del café y el té, la leche en polvo y en lata, el pan y la galleta,
etc. La relación de la demanda de un bien y el precio del bien sustituto es en
sentido directo: un aumento (una caída) en el precio del bien sustituto
incrementa (reduce) la demanda del bien bajo análisis. Por ejemplo, el
aumento en el precio del té tiende a incrementar la demanda por café. Precio
de los bienes complementarios en el consumo. Cuando los bienes se
complementan en el proceso del consumo, se consideran como bienes
complementarios. Como ejemplos concretos de bienes complementarios se
tienen al azúcar con el café, el agua con el limón en la limonada, transistor a
batería y la batería, etc. Una variación en el precio del bien complementario
afecta en sentido inverso la demanda por un bien: Por ejemplo, un aumento
en el precio del azúcar, tenderá a reducir el consumo o demanda de café. El
número de consumidores potenciales. El número de consumidores determina
de alguna manera el tamaño del mercado. Dado el nivel de ingreso por
persona, cuanto mayor sea el número de habitantes, mayor será el tamaño
del mercado o demanda. Los gustos. Los gustos reflejan las preferencias,
concepciones y actitudes de los consumidores.

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