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El valor de la convivencia: la armonía social que necesita el mundo

La convivencia es ese pilar sobre el que debería sustentarse cualquier aspecto de nuestra vida.
Como figuras sociales que somos no hay prioridad más esencial que la de lograr esa
coexistencia pacífica, efectiva y dotada de armonía en la cual garantizar no solo nuestra
supervivencia como grupo, sino también nuestro bienestar y capacidad de progresar.
Señala el psiquiatra Enrique Rojas que la convivencia es básicamente saber compartir, ser
partícipe de la existencia ajena y lograr, a su vez, que el otro se involucre en la nuestra. Como
bien sabemos, esto casi nunca es fácil de lograr en todos los casos. Si, a veces, ya resulta
complicado lograrlo en la unidad familiar, podemos entender el desafío que supone conquistar
este fin a nivel mundial y entre países.
Se necesita algo más que compromisos, que buenas palabras y acuerdos firmados en cumbres
internacionales a favor de la paz. Lo que se necesita en materia de convivencia son voluntades
y ahí, en ese aspecto, todos somos importantes. Porque las grandes revoluciones no se logran
movilizando montañas, sino cambiando de lugar las piedras que las conforman.
Los auténticos cambios son silenciosos, pequeños pero cotidianos y es ahí donde nos podemos
involucrar cada uno de nosotros.

La no violencia en cualquiera de sus formas

Cada 16 de mayo se celebra el día de la convivencia en paz. Es un momento idóneo para


reflexionar de qué manera contribuimos a ese objetivo cada uno de nosotros.

Una dimensión que deberíamos atender por encima de todo es la no violencia. Así, deberíamos
comprender que la violencia como tal no se refiere únicamente a la agresión física, mucho más
visible y evidente para todos.
 Saber hablarnos con respeto sin usar la comunicación agresiva es un ejemplo.
 Ser capaces de comprender sin discriminar, de aceptar las diferencias sin
atacarlas, criticarlas o invisibilizadas son otros aspectos que deberíamos cuidar.

Compasión y solidaridad
 La convivencia nunca será posible si no logramos apreciar al otro, a esa persona que,
como yo, tiene sus puntos de vista, sus orígenes, sus valores y necesidades. Todos
somos diferentes e iguales a la vez, todos somos dignos de aprecio, respeto y de la
oportunidad de construir la vida que deseemos.
 Algo así exige sin duda de mayor compasión y solidaridad entre nosotros.
 La convivencia y el valor de avanzar unidos por unos mismos propósitos
 Para convivir en un escenario cambiante, lleno de incertidumbres y amenazas, los
seres humanos han tenido que actuar en grupo a lo largo de nuestra historia. Es así
como sobrevivimos como especie y así como deberemos hacerlo en momentos de
dificultad.

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