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El vendedor más grande del mundo pergamino 1 resumen

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HelpSubgenero SalesTema(s) Personal OvercomingThe Greatest Salesman In The WorldEditorial The Bantam Dell Publishing GroupPaís USAFecha Edition traducido al inglés traducido al inglésTraducido por Benjamin E. MercadoIlustrador Jorge Rosas / DUUO Publicado en marzo de 2013 Editorial Planeta Mexicana SA de CV Bajo el
SELLO EDITORIAL DIANACiudad México, D.F.País MéxicoFecha de la publicación Primera Edición en español febrero de 1976Pages 128[editar datos sobre Wikidata] El mayor vendedor del mundo[1] es un bestseller de Og Mandino. Fue publicado por primera vez en 1968, y reeditado en 1983 por Bantam Books, una edición de pasta
dura fue publicada por Buccaneer Books en junio de 1993. El libro de 128 páginas es una guía clásica de la filosofía de un vendedor, contando la historia de Hafid, quien se enamora de la hija de Calneh, Lisha, un hombre muy rico, siendo sólo un camello. Hafid, descontento con esa vida, se acercó a su protector Pathros, un poderoso
comerciante, (que en ese momento era considerado el mayor vendedor del mundo) a quien pide consejos para convertirse en un hombre poderoso como él, y así un día obtener también para él, el título del mayor vendedor del mundo. Pathros primero inspeccionó las intenciones de Hafid, ya que sospechaba que sólo estaba pidiendo
ese favor por el amor al poder y el dinero, pero cuando se enteró de que era por el amor de su futura esposa Lisha, entonces decide ayudarlo y lo dirige en el arte de generar ventas, pero no hace su vida fácil, primero Hafid debe ganarse el derecho de ser instruido por Pathros, quien confía a Hafid, para ir en un viaje para vender un
manto en la región de Belén de Juda, pero en realidad, es un viaje de autodescubrimiento, en el que, Hafid entenderá cuál es la verdadera base del éxito. Pathros recibe una prueba del cielo que involucra al niño Jesús mismo. Con esto Pathros está convencido de que Hafid es elegido para ser el nuevo propietario de 10 pergaminos
extraordinarios que le enseñarán las artes de cómo convertirse en el mayor vendedor del mundo. Hafid a su vez, cuidarlos mientras puedas aplicarlos en tu vida, pero con la condición de que su contenido fuera un secreto y permaneciera oculto hasta que un día apareciera una persona que de alguna manera le transmitiría una señal que
sería tan obvia, incluso si esta persona ignoraba qué pedir, o buscar, le haría ver que era él , el elegido, y luego Hafid le daría los pergaminos, para que pudiera compartir libremente su contenido con el mundo. En la segunda parte de este libro, Hafid, ya viejo y habiendo distribuido su fortuna y perturbado el imperio que tanto construyó
durante su vida (en la primera parte del libro), recibe una visita inesperada de Saúl, predicador de Jesús, que más tarde sería conocido como Pablo, el Apóstol. Y que sin saberlo llevaba en su mochila, la señal de que fue elegido para transmitir al mundo el contenido secreto de los 10 pergaminos. Scroll número uno Hoy comienzo una
nueva vida. Hoy moveré mi vieja piel que ha sufrido, durante tanto tiempo, los moretones del fracaso y las heridas de la mediocridad. Hoy vuelvo a nacer y mi lugar de nacimiento es un viñedo donde hay fruto para todos. Hoy cosecharé uvas de sabiduría de las vides más altas y cargadas de frutas de la viña, porque fueron plantadas por
los más sabios que han venido antes que yo, de generación en generación. Hoy probaré el sabor de las uvas frescas de las vides, y sin duda me tragaré la semilla del éxito encerrada en cada una y una nueva vida se retozará dentro de mí. La vida que he elegido está llena de oportunidades, y al mismo tiempo está llena de angustia y
desesperación, y los cadáveres de aquellos que han fracasado, si se ponen uno encima del otro, proyectarían su sombra sobre todas las pirámides de la tierra. Y sin embargo voy a triunfar sobre los demás, porque en mis manos tengo las cartas de mar que me guiarán a través de peligrosas corrientes a las playas que ayer me parecían
un sueño. El éxito será mi recompensa por la pelea. Así como la naturaleza no ha hecho provisiones para que mi cuerpo tolere el dolor, ni ha hecho provisiones para que mi vida sufra el fracaso. El fracaso como dolor es ajeno a mi vida. En el pasado lo acepté al aceptar el dolor. Ahora lo rechazo y estoy dispuesto a abrazar la sabiduría
y los principios que me sacarán de las sombras para entrar en la luz brillante de la riqueza, la posición y la felicidad, muy superior a mis sueños más extravagantes hasta que incluso las manzanas doradas en el jardín de hesperides parecerán mi justa recompensa. El tiempo enseña todas las cosas a aquellos que viven para siempre,
pero no puedo permitirme la eternidad. Y sin embargo, en el tiempo que me han asignado debo practicar el arte de la paciencia, la naturaleza nunca procede apresuradamente. Para crear el olivo, el rey de todos los árboles, toma 100 años. Una planta de cebolla es vieja después de nueve semanas. He vivido como una planta de
cebolla; Pero no estoy contento con eso. Ahora me gustaría ser el más grande de los olivos, y en realidad el más grande de los vendedores. ¿Y cómo voy a hacerlo? Porque no tengo ni el conocimiento ni la experiencia para alcanzar la grandeza, y ya me he topado con la ignorancia y he caído en el charco de compasión por mí mismo.
La respuesta es simple; Comenzaré mi viaje sin la cuestión del conocimiento innecesario o la desventaja de una experiencia sin sentido. La naturaleza ya me ha proporcionado conocimiento e instinto muy superiores a los de cualquier bestia en el bosque; y la experiencia se ha dado un valor exagerado, especialmente para los ancianos
que se asientan sabiamente con la cabeza y hablan sin sentido. En realidad, la experiencia enseña sistemáticamente, y sin embargo su curso de instrucción devora los años del hombre, de modo que el valor de sus lecciones disminuye con el tiempo necesario para adquirir su sabiduría especial. Y al final se ha desperdiciado en
hombres que han muerto. Además, la experiencia se compara con la moda. Una acción o medida que tuvo éxito hoy será irresoluble e impracticable mañana. Sólo los principios perduran y los poseo, porque las leyes que me llevarán a la grandeza están contenidas en las palabras de estos pergaminos. Me enseñarán más a evitar el
fracaso que a tener éxito, porque ¿qué es el éxito sino un estado de ánimo? ¿Qué dos personas entre mil sabios definirán el éxito con las mismas palabras? Y sin embargo, el fracaso siempre se describe de la misma manera. El fracaso es la incapacidad del hombre para alcanzar sus metas en la vida, sean cuales sean. De hecho, la
única diferencia entre los que han fracasado y los que han tenido éxito radica en la diferencia en sus hábitos. Los buenos hábitos son la clave del éxito. Los malos hábitos son la puerta abierta al fracaso. Así que la primera ley que obedeceré, y que precede a todos los demás, es la siguiente: formaré buenos hábitos, y seré el esclavo de
esos hábitos. Cuando era niño, era un esclavo de mis impulsos, ahora soy un esclavo de mis hábitos, al igual que todos los hombres adultos. He renunciado a mi libre albedrío a los años de hábitos acumulados y las acciones pasadas de mi vida ya han apuntado a un camino que amenaza con encarcelar mi futuro. Mis acciones se rigen
por el apetito, la pasión, los prejuicios, la codicia, el amor, el miedo, el medio ambiente y los hábitos; y lo peor de estos tiranos es el hábito. Así que si tengo que ser un esclavo de los hábitos, hazlo esclavo de los buenos hábitos. Los malos hábitos deben ser y nuevas ranuras preparadas para una buena semilla. Tomaré buenos hábitos
y me convertiré en su esclavo. ¿Y cómo voy a hacer esta difícil compañía? Lo haré a través de estos pergaminos, porque cada uno contiene un principio que desalojará de mi vida un mal hábito y lo reemplazará por uno que me acerque al éxito. Porque hay otra ley de la naturaleza que dice que sólo un hábito puede dominar otro. Así
que para que estas palabras escritas cumplan con la tarea para la que han sido nombradas, debo disciplinarme y adquirir el primero de mis nuevos hábitos que es el siguiente: leeré cada pergamino durante 30 días en esta forma prescrita, antes de leer el siguiente pergamino. Primero leeré las palabras en silencio cuando me levanta por
la mañana. Luego leeré las palabras en silencio después de haber participado en la comida del mediodía. Por último, volveré a leer las palabras antes de acostarme al final del día, y lo que es más importante, en esta ocasión leeré las palabras en voz alta. Al día siguiente repetiré este procedimiento y continuaré así otros 30 días.
Continuaré así hasta que haya vivido con cada uno de los pergaminos durante treinta días y mi lectura se haya convertido en un hábito. ¿Y qué haré a través de este hábito? Aquí se encuentra el secreto oculto de las realizaciones de todo el hombre. Repitiendo las palabras diariamente, pronto se convertirán en una parte integral de mi
mente activa, pero lo más importante, también se filtrarán a la otra mente de mí, ese misterioso venero que nunca duerme, que crea mis sueños, y a menudo me hace proceder de una manera que no entiendo. A medida que las palabras de estos rollos sean absorbidas por mi misteriosa mente, comenzaré a despertar, cada mañana,
con una vitalidad que no conocía hasta antes. Mi vigor aumentará, mi entusiasmo aumentará, mi deseo de enfrentarme al mundo dominará todos los temores que una vez me agredieron al amanecer, y seré más feliz de lo que jamás pensé que era posible en este mundo de luchas y dolor. Finalmente, descubriré que reaccionaste a
todas las situaciones que me confrontan como los pergaminos me ordenaron reaccionar, y pronto estas acciones y reacciones serán fáciles de realizar, porque cada acto se hace fácil con la práctica. Así que nacerá un nuevo y buen hábito, porque cuando un acto se hace fácil por la repetición constante, se convierte en un placer darse
cuenta, y si es un placer darse cuenta, depende de la naturaleza del hombre realizarlo con frecuencia. Cuando lo hago a menudo se convierte en un hábito y me convierte en su esclavo y como este es un buen hábito, esta es mi voluntad. Estoy empezando una nueva vida hoy. Y hago un juramento solemne de que nada el crecimiento
de mi nueva vida. Continuaré estas lecturas día a día, porque el día que pierda será irrecuperable y no podré reemplazarlo por otro. Debo continuar, continuaré con este hábito de lectura diaria de estos pergaminos, y en realidad, los pocos momentos que paso cada día en este nuevo hábito serán un precio insignificante que tendré que
pagar por la felicidad y el éxito que será mío. Y al leer y re-leer las palabras de los siguientes pergaminos, admiraré la brevedad de cada uno y la simplicidad de sus palabras me llevará a tratar su mensaje con respeto. Miles de uvas se prensan para llenar una botella de vino y el calcetín y la pulpa se arrojan a las aves. Así es con estas
uvas de sabiduría de los siglos. Mucho se ha filtrado y arrojado a los vientos. Sólo la verdad pura se destila en las palabras venideras. Beberé según las indicaciones y beberé cada una de las gotas sin derramar una sola. Y la semilla del éxito que voy a ingerir. Hoy mi vieja piel se ha vuelto como polvo. Caminaré erguido entre los
hombres y seré irreconocible, porque soy un hombre nuevo, con una nueva vida. Pergamino número dos saludaré este día con amor en mi corazón. Porque este es el mayor secreto del éxito en todas las empresas. La fuerza muscular puede romper un escudo y aún destruir la vida, pero sólo el poder invisible del amor puede abrir el
corazón del hombre, y hasta que no domine este arte no seré más que un comerciante en el mercado. Haré del amor mi arma más poderosa y nadie que visite podrá defenderse de su fuerza. Pueden contradecir mi razonamiento; serán capaces de desconfiar de mis discursos; serán capaces de desaprobar la forma en que me visto;
serán capaces de rechazar mi cara; e incluso puede sospechar de mis ofertas especiales; y sin embargo mi amor derretirá sus corazones, al igual que el sol cuyos rayos nublan la arcilla más fría. Saludaré este día con amor en mi corazón. ¿Y cómo voy a hacer eso? A partir de ahora contemplaré todas las cosas con amor y volveré a
nacer. Me encantará el sol porque calienta mis huesos; pero también me encanta la lluvia porque purifica mi espíritu. Me encantará la luz porque señala el camino, pero también me encanta la oscuridad porque me enseña las estrellas. Daré la bienvenida a la felicidad porque magnifica mi corazón; pero también soportaré la tristeza
porque descubre mi alma. Reconoceré la recompensa porque constituye mi pago; pero también daré la bienvenida a los obstáculos porque son un desafío para mí. Saludaré este día con amor en mi corazón. ¿Y cómo voy a hablar? Alabaré a mis enemigos y se convertirán en amigos míos. Animaré a mis amigos y se convertirán en mis
hermanos. Siempre me adentré en buscar razones para alabar; Nunca me prepararé para buscar excusas para chismes. Cuando sienta la tentación de criticar, me morderé la lengua; cuando me siento para alabar, lo proclamaré a los cuatro vientos. ¿No sucede que las aves, el viento, el mar y la naturaleza hablan con la música de
alabanza para su creador? ¿No puedo hablar con sus hijos con la misma música? A partir de ahora recordaré este secreto que cambiará mi vida. Saludaré este día con amor en mi corazón. ¿Y cómo procederé? Amaré a todo tipo de hombres porque cada uno tiene cualidades dignas de admiración, aunque pueden estar ocultas.
Derribaré el muro de sospecha y odio que han construido alrededor de sus corazones, y en su lugar construiré puentes para llegar a sus almas por ellos. Amaré al que tiene ambiciones porque él puede inspirarme; Amo a los que han fracasado porque pueden enseñarme. Amaré a los reyes porque sólo son humanos; Amo a los humildes
porque son divinos. Amaré a los ricos porque sufren de soledad. Amaré a los pobres porque hay muchos de ellos. Amaré a los jóvenes por la fe a la que se aferran; Amaré a los ancianos por la sabiduría que comparten. Amaré a los hermosos por sus ojos de tristeza; Me encantará lo feo por sus almas saturadas de paz. Saludaré este
día con amor en mi corazón. Pero, ¿cómo reaccionaré al comportamiento de los demás? Con amor. Porque así como el amor es el arma poderosa con la que pretendo abrir el corazón del hombre, el amor es también mi escudo para resistir los dardos de odio y lanzas de ira. La adversidad y el desánimo azotarán como huracanes mi
nuevo escudo,hasta que finalmente se reduzca a lluvia fina. Mi escudo me protegerá en el mercado, me retrácame cuando esté solo. Me estimulará en momentos de desánimo, pero también me calmará en tiempos de transporte alegre. Con su uso me fortalecerá y protegerá cada vez más, hasta que un día lo dejaré a un lado y
caminaré sin un estribo entre todos los hombres, y cuando lo haga, mi nombre será volado alto en la pirámide de la vida. Saludaré este día con amor en mi corazón. ¿Y cómo voy a tratar con la gente que conozco? De una manera. En silencio y en mi mundo interior me dirigiré a ellos y les diré que los amo. Aunque dicho en silencio
estas palabras se reflejarán en mis ojos, me serenatarán la frente, harán que una sonrisa se pegue en mis labios, y resuenan en mi voz; y su corazón se abrirá. ¿Y quién es el que se negará a comprar mis bienes cuando esté en su corazón siente mi amor? Saludaré este día con amor en mi corazón. Y me amaré principalmente a mí
mismo. Porque cuando lo haga, vigilaré celosamente todo lo que entra en mi cuerpo, mi mente, mi alma y mi corazón. Nunca mimaré los apetitos de la carne, sino que trataré mi cuerpo con limpieza y moderación. Nunca permitiré que mi mente se sientan atraídas por el mal y la desesperación, sino que la estimularé con conocimiento y
sabiduría de los siglos. Nunca permitiré que mi alma se vuelva complaciente y satisfecha; por el contrario, la alimentaré con meditación y oración. Nunca permitiré que mi corazón se enfada o se enagura; pero más bien lo compartiré y crecerá y iluminará la tierra. Saludaré este día con amor en mi corazón. A partir de ahora amaré a toda
la humanidad. A partir de este momento todo el odio ha sido extraído de mis venas, porque no tengo tiempo para odiar, sólo tengo tiempo para amar. A partir de este momento tomo el primer paso necesario para convertirme en un hombre entre los hombres. Me encantará aumentar mis ventas en un cien por cien y convertirme en un
gran vendedor. Incluso si no poseo otras cualidades, sólo puedo tener éxito con el amor. Sin amor fracasaré aunque posea todos los conocimientos y habilidades del mundo. Saludaré este día con amor en mi corazón, y lo lograré. El desplazamiento número tres que conservaré hasta que tenga éxito. En el este, los toros jóvenes se
prueban de cierta manera para la corrida en la plaza. Estos toros son llevados a la plaza y se les permite atacar el helicóptero de corte con una lanza. La bravura de cada toro se calcula cuidadosamente, según los tiempos que demostró su disposición a embestir a pesar del aguijón de la lanza. A partir de ahora reconoceré que cada día
la vida me pone a prueba de la misma manera. Si persisto, si sigo intentándolo, si sigo embestiendo, lo lograré. Persistiré hasta que llegue al éxito. En este mundo nací en la victoria, el éxito corre por mis venas. No soy una oveja esperando ser picada por el pastor. Soy un león y me niego a hablar, caminar o dormir con las ovejas. Me
abstendré de escuchar a los que lloran y se quejan, porque la enfermedad es contagiosa. Que entren en las ovejas. El matadero del fracaso es su destino. Persistiré hasta que tenga éxito. Los premios de la vida están al final de cada día, y lejos del principio, y no me corresponde a mí saber cuántos pasos son necesarios para lograr mi
objetivo. Todavía puedo estar sobrecocido por no dar mi milésima escalón, y sin embargo, tal vez el éxito se ocultará detrás del próximo recodo de la carretera. Nunca sabré lo cerca que estoy del éxito a menos que doble la curva. Siempre lo llevaré un paso más allá. Si eso no es suficiente, te daré otro y otro. En realidad, un paso a la
vez es muy simple. Persistiré hasta que tenga éxito. A partir de ahora consideraré el esfuerzo de cada día como un golpe de la hoja de hacha contra un poderoso roble. El primer golpe puede no causar temblor en el árbol, ni en el segundo, ni en el tercero. Cada golpe en sí mismo puede ser insignificante y aparentemente sin
consecuencias. Y sin embargo, como resultado de golpes imparables, el roble eventualmente se acostará. Y así será con mi Hoy. Me comparará con las gotas de lluvia que finalmente toman la montaña; la hormiga que devora al tigre; la estrella que ilumina la tierra; el esclavo que construye una pirámide. Construiré mi castillo usando un
ladrillo a la vez, porque sé que los pequeños y repetidos intentos completarán cualquier empresa. Persistiré hasta que tenga éxito. Nunca aceptaré la derrota y borraré de mi vocabulario palabras o frases como abandono, no puedo, imposible, irrealizable, improbable, fracaso, poco práctico, desesperanzado y abstinencia; porque son
palabras de tontos. Huiré de la desesperación, pero si esta enfermedad de la mente me atacara, seguiré trabajando en medio de la desesperación. Trabajaré y aguantaré. Pasaré por alto los obstáculos que están a mis pies, y mantendré mis ojos fijos en las metas por encima de mi cabeza, porque sé que donde termina el árido desierto,
la vegetación verde crece. Persistiré hasta que tenga éxito. Recordaré la antigua ley de los promedios y la adaptaré para mi beneficio. Persistiré con la convicción de que cada vez que falle en una venta, las posibilidades de éxito aumentarán en el próximo intento. Incluso si es un no, me acercará al sonido de un sí. Cada vez que me
encuentre con una mirada de desaprobación, recordaré que sólo me prepara para la sonrisa que encontraré a continuación. Cada inconveniente que se me ocurra contendrá en sí mismo la semilla de la buena suerte del mañana. Debo contemplar la noche para apreciar el día. Debo fracasar con frecuencia para tener éxito sólo una vez.
Persistiré hasta que tenga éxito. Persié, persistió y persistió de nuevo. Todo extraño que se me presente, lo contemplaré como un mero rodeo en el camino que me lleva a la meta, y un desafío a mi profesión. Persistiré y desarrollaré mis habilidades a medida que el marinero desarrolle las suyas propias, aprendiendo a dominar la furia
de cada tormenta. Persistiré hasta que tenga éxito. A partir de ahora, aprenderé y aplicaré otro secreto de aquellos que sobresalen en su trabajo. Cuando termine el día, independientemente de si ha sido un día de éxito o fracaso, intentaré hacer una venta más. Cuando mis pensamientos inviten a mi cuerpo cansado a regresar a la
casa, resistiré la tentación de hacerlo. Intentaré hacer una venta más. Haré un intento más de cerrar el día con una victoria, y si ese intento fracasa haré otro. Nunca dejaré que un solo día termine en fracaso. De esta manera plantaré la semilla del éxito de mañana y obtendré una ventaja insuperable sobre aquellos que dejan de trabajar
en una hora prescrita. Cuando otros pongan fin a la lucha, la mía habrá comenzado, y mi cosecha será amplia. Persistiré hasta que tenga éxito. Tampoco permitiré que los éxitos de ayer me abarate en el sopor de la complacencia de hoy, ya que esta es la gran base del fracaso. Olvidaré los acontecimientos del día que ha pasado, ya
sean buenos o malos, y saludaré el nuevo día con la confianza de que este será el mejor día de mi vida. Mientras lo haya en mí, persistiré. Porque ahora conozco uno de los grandes principios del éxito; si persisto el tiempo suficiente lograré la victoria. Perspiré y logré la victoria. Oración, fragmento del pergamino número Diez Oh!
Creador de todas las cosas, ayúdame, Porque hoy entro en el mundo desnudo y solo, y sin tu mano para guiarme, voy a perder el camino que conduce al éxito y la felicidad. Ni oro, ni ropa, ni siquiera oportunidades de acuerdo con mi habilidad pido; En cambio, señor, solicito su guía para que pueda aprovechar las oportunidades que me
envía. Tú que has enseñado al león y al águila cómo cazar y prosperar con sus dientes y garras. Muéstrame a cazar con palabras y a prosperar con amor, para que pueda ser un león entre los hombres y un águila en el mercado. Ayúdame a mantenerme humilde, en obstáculos y más aún después de superarlos, sin embargo, no
escondas de mi vista el premio que acompañará la victoria. Asigneme tareas en las que otros hayan fallado; y sin embargo guiarme, para que pueda arrancar las semillas del éxito de entre sus fracasos. Confróntame con miedos que atemperan mi espíritu; y sin embargo, concederme el valor de reírme de mis dudas. Dame un número
suficiente de días para alcanzar mis metas; y sin embargo, ayúdame a vivir hoy como si fuera mi último día. Guíame en mis palabras para que den sus frutos; sella mis labios y oídos a los chismes, para que nadie sea calumniado. Disciplinarme para que pueda llegar a tener el hábito de persistir siempre; y al mismo tiempo señalar cómo
utilizar la ley de promedios. Avísame para reconocer la oportunidad; y escúchame la paciencia que concentrará mi fuerza. Bañarme con buenos hábitos para que los malos se ahoguen; Y dame compasión por las debilidades de los hombres. Hágamelo saber que todo sucederá; y sin embargo ayúdame a contar mis bendiciones hoy.
Expongame al odio para que pueda ser familiar y llenar mi vaso de amor para que pueda convertir a extraños en amigos. Pero deja que todas estas cosas sean así, si es tu voluntad. Sólo soy un pequeño grano de uva solitario que se aferra al viñedo, y sin embargo me has hecho diferente de todos los demás. Debe haber un lugar
especial para mí. Guíame señor, ayúdame señor, muéstrame el camino, bendíceme con tu espíritu santo, mora en mi corazón y déjame convertirme, todo lo que has planeado para mí, desde que mi semilla fue plantada y seleccionada por ti, para germinar en la viña del mundo. Ayuda a este humilde sirviente Dios. Referencias -
Mandino, Og. Faltan datos |tle (ayuda): Q5233343 tiene que tener toda la información. Gracias obtenido de « «

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