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Relación Entre Piedad Popular y Liturgia
Relación Entre Piedad Popular y Liturgia
Para entender esta relación se formulará unas leyes que respondan al qué es y cómo debe
tratarse la liturgia, y a cerca de la piedad popular en qué consiste y cómo tratarla.
Para ello los pastores podrán tener cierta facilidad para armonizar creativamente la piedad
popular con la liturgia de la Iglesia y al contrario.
Si observamos estas leyes se tendrá clara la primacía y objetividad de la liturgia. Por otro lado,
estas leyes no ahogarán nunca una ponderada y sana creatividad.
Toda celebración litúrgica, por ser obra de Cristo sacerdote y de su cuerpo que es la Iglesia, es
acción sagrada por excelencia, cuya eficacia, con el mismo título y el mismo grado, no iguala
ninguna otra acción de la Iglesia. Por ello se puede afirmar que sin la presencia del Espíritu
Cristo no hay auténtico culto litúrgico y tampoco puede expresarse la auténtica piedad
popular.
La piedad popular encierra por una parte profundas riquezas de fe, y por otra ella tiene
potencialidades, es decir, posibilidad de alimentar la vida cristiana.
Entendemos por una parte que la liturgia es el memorial objetivo de Cristo, son actos de Cristo
Cabeza y su Cuerpo, la Iglesia. Todo ello supone la presencia de la Palabra de Dios, son actos
derivados de la sacramentalidad de Cristo. Esta la presencia del año litúrgico, y otros.
Pero por otro lado tenemos la piedad popular que son actos piadosos devocionales que
comportan una memoria contemplativa, y su naturaleza es distinta.
Esta distinción comporta desechar todo sincretismo y cuya finalidad es alimentar toda la vida
de la comunidad.
La adecuada armonización de la liturgia con la religiosidad popular hará que la Iglesia brille en
su diversidad y pondrá de manifiesto la obra que realiza Dios a los hombres y de estos a Dios
expresando así el único culto cristiano.
El ordinario del lugar tiene la facultad sobre el cómo establecer las conexiones entre la piedad
popular y la liturgia. Es preciso que esta competencia y responsabilidad de los Ordinarios sea
dada a conocer a todos los fieles y sobre todo a las Hermandades y Cofradías.
Esta Palabra que se toma de la Sagrada Escritura, que custodia y propone el Magisterio de la
Iglesia celebrada en la Liturgia, es un instrumento privilegiado a insustituible de la acción del
Espíritu en la vida cultura de los fieles. Esta palabra de Dios enriquece, recrea y evita posibles
errores en la piedad popular. En la Palabra de Dios la piedad popular encontrará una fuente
inagotable de inspiración, modelos insuperables de oración y fecundas propuestas de diversos
temas. Un índice y un criterio, para moderar la exuberancia con la que no raras veces se
manifiesta el sentido religioso popular, dando lugar a expresiones ambiguas y en ocaciones
incluso incorrectas.