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Universidad Central Del Ecuador Facultad de Ciencias Psicológicas Carrera de Psicología Clínica
Universidad Central Del Ecuador Facultad de Ciencias Psicológicas Carrera de Psicología Clínica
Promoción:2014- 2015
Quito – 2016
ii
AGRADECIMIENTO
A todos los que han apoyado el cambio en mi vida y que junto con la demora que conllevó me
apoyaron siempre; los que estuvieron de a poco y los que definitivamente fueron imprescindibles
para que pudiera culminar con este trabajo.
A los participes principales de esta investigación así como al personal que contribuyó a diario con mi
quehacer investigativo, añadiendo alegría y amistad a este proceso.
iii
DEDICATORIA
DECLARATORIA DE ORIGINALIDAD
Yo, Ana Salomé Cárdenas Enríquez, autora de la investigación, con cédula de ciudadanía No.
1721070314, libre y voluntariamente DECLARO, que el presente Trabajo de Titulación: “Relación
entre patrones de impulsividad y conductas alimentarias típicas en pacientes con obesidad
pertenecientes al programa de Cirugía Baríatrica del Hospital “Carlos Andrade Marín de Quito”,
es original y de mi autoría; de ser comprobado lo contrario me someto a las disposiciones legales
pertinentes.
Atentamente,
C.C. 1721070314
v
Yo, Ana Salomé Cárdenas Enríquez, en calidad de autor del trabajo de investigación o tesis
realizada sobre
por la presente autorizó a la UNIVERSIDAD CENTRAL DEL ECUADOR, hacer uso de todos los
contenidos que me pertenecen o parte de los que contienen esta obra, con fines estrictamente
académicos o de investigación.
Los derechos que como autor me corresponden, con excepción de la presente autorización, seguirán
vigentes a mi favor, de conformidad con lo establecido en los artículos 5, 6, 8, 19 y demás pertinentes
de la Ley de Propiedad Intelectual y su Reglamento.
C.C. 1721070314
vi
RESUMEN DOCUMENTAL
CATEGORÍAS TEMÁTICAS
SECUNDARIA: IMPULSIVIDAD
CONDUCTAS ALIMENTARIAS
DESCRIPTORES
IMPULSIVIDAD-CUESTIONARIO
CONDUCTAS ALIMENTARIAS IMPULSIVAS
OBESIDAD
DESCRIPTORES GEOGRÁFICOS:
SIERRA, PICHINCHA, QUITO
vii
DOCUMENTARY SUMMARY
Research work on Clinical Psychology, specifically impulsivity and eating behaviors in obese people.
The main objective is to identify the relation between patterns of impulsivity and typical eating
behaviors in obese patients of the bariatric surgery program.
The hypothesis is that the eating behaviors of obese patients depend on the type of impulsivity
presented. The theoretical basis: impulsivity: types and concepts, impulsivity and addiction, food
addiction, eating behaviors in obese, obesity: concepts and definitions. Methodology: correlational
and not experimental research.
As a general conclusion, the presence at different levels of impulsivity in patients with obesity of the
bariatric surgery program was determined; what determinates at different degrees the development of
unhealthy eating behaviors, especially those related to eating habits, food choice and consumption,
scheduling, and self-consciousness of the body. As recommendation we suggest including qualitative,
individual and personalized assessment of impulsivity for each patient, knowing that with better
understanding of the problems the patient can get better results in changing eating behaviors.
THEMATIC CATEGORIES
PRIMARY: CLINICAL PSYCHOLOGY
SECONDARY: IMPULSIVITY
EATING BEHAVIOR
DESCRIPTORS
IMPULSIVITY-QUESTIONNAIRE
IMPULSIVE EATING BEHAVIORS
OBESITY
GEOGRAPHIC DESCRIPTORS:
SIERRA, PICHINCHA, QUITO
viii
TABLA DE CONTENIDOS
A. PRELIMINARES
Agradecimiento..................................................................................................................................... ii
Dedicatoria .......................................................................................................................................... iii
Declaratoria de Originalidad ................................................................................................................ iv
Autorización de la Autoría Intelectual .................................................................................................. v
Resumen documental ........................................................................................................................... vi
Documentary summary ....................................................................................................................... vii
Tabla de contenidos ........................................................................................................................... viii
Tabla de cuadros ................................................................................................................................... x
Tabla de figuras .................................................................................................................................... x
TITULO II ........................................................................................................................................ 27
CONDUCTA ALIMENTARIA EN EL PACIENTE OBESO ........................................................ 27
2.1 La compulsión por comer como forma de alivio a la ansiedad. ........................................... 27
2.2 Trastorno por atracón en el paciente obeso. BED (Binge Eat Dissorder) ............................ 32
2.3 Reforzamiento conductual relacionado con la comida. ....................................................... 38
2.4 Apego del obeso por la comida, una visión desde el psicoanálisis. ..................................... 41
MARCO METODOLÓGICO.......................................................................................................... 68
HIPÓTESIS .................................................................................................................................... 68
Definición Conceptual ................................................................................................................ 68
Definición Operacional ............................................................................................................... 68
Tipo de Investigación ...................................................................................................................... 69
Diseño de la investigación .............................................................................................................. 69
Población y muestra ........................................................................................................................ 69
Técnicas e Instrumentos .................................................................................................................. 70
Análisis de validez y confiabilidad de los instrumentos .................................................................. 74
C. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Tangibles ...................................................................................................................................... 107
Virtuales ....................................................................................................................................... 109
TABLA DE CUADROS
Tabla 3.1 Clasificación de sobrepeso y obesidad como recomiendan las guias NHLBI. .................... 46
Tabla 1 Rango de edad al que pertenecen los pacientes investigados ................................................. 84
Tabla 2 Género al que pertenecen los pacientes investigados ............................................................. 85
Tabla 3 Presencia de comorbilidades médicas en los pacientes entrevistados ..................................... 86
Tabla 4 Nivel de impulsividad que presenta cada factor medido con BIS.11...................................... 87
Tabla 5 Comportamientos alimentarios que reflejan niveles de impulsividad. ................................... 89
Tabla 6 Diferentes patrones de impulsividad que presentan los pacientes investigados ..................... 91
Tabla 7 Relación Patrones de impulsividad y comportamientos alimentarios. .................................... 92
Tabla 8 Impulsividad medida con BISS-11....................................................................................... 100
Tabla 9 Relación impulsividad y comportamientos alimentarios en patrones 1,2,3,4 ....................... 102
TABLA DE FIGURAS
INTRODUCCIÓN
Los sujetos impulsivos se caracterizan por presentar conductas de respuesta rápida frente a diversas
situaciones, esto sin tomar en cuenta las consecuencias de lo realizado y sin una planificación
adecuada, lo que les lleva a ser catalogados como instintivos o agresivos a pesar de que no son
sinónimos; de allí se relaciona impulsividad con trastornos antisociales, consumo de sustancias y
trastornos alimentarios.
Esta investigación buscó determinar la relación existente entre patrones de impulsividad y conductas
alimentarias en pacientes diagnosticados con obesidad por el área de cirugía general y que pertenecían
al programa de cirugía bariátrica del “Hospital Carlos Andrade Marín” de Quito, se trata de una
muestra de 128 pacientes hombres y mujeres que acudieron a la consulta de psicología como parte de
la evaluación necesaria para determinar su idoneidad frente a la realización de la cirugía que eran
parte del programa o que aspiraban a estarlo, cuyos estratos socioeconómico y educacional fueron
variables; reflejado como un trabajo que no se limito a la recolección de datos sino que incluye la
información cualitativa obtenida a lo largo de la interacción con estos sujetos y la investigación
bibliográfica, todo esto al realizarse el análisis e interpretación de los resultados.
La sección teórica contiene las revisiones hechas a partir de fundamentos tanto cognitivos
conductuales y psicoanalíticos como dos teorías muchas veces contrapuestas que en este caso
ayudaron a entender más claramente lo relacionado a impulsividad, su relación con las adicciones, la
adicción a la comida, las conductas alimentarias en sujetos obesos, el trastorno por atracón, la
obesidad su definición, tipos y etiología, junto con una breves explicaciones médicas de los
procedimientos bariátricos; también se incluye los elementos neurológicos de impulsividad y obesidad
como aporte a una comprensión más clara de estos fenómenos.
La metodología utilizada circunscribe tanto el campo cualitativo como el cuantitativo que procuró
aportar conjuntamente la información necesaria en esta investigación, de esta forma se realizó una
historia clínica a los pacientes incluidos en esta labor la observación y perspicacia propia del
psicólogo clínico, además se utilizó para la recolección de información sobre impulsividad y
2
La obesidad se considera en la actualidad como enfermedad de alta cronicidad que se propaga cada
vez más a lo largo del mundo y a pesar de que no se ha considerado aún en los manuales de
trastornos mentales (CIE-10, DSM-V) como un trastorno alimentario diferenciado, la repercusión de
la obesidad en la esfera psicológica dado el deterioro que genera a nivel social, emocional y físico
demuestra indiscutiblemente la relación de mente y cuerpo como un sistema dinámico que depende
de ambos aspectos.
Añadido a esto se presentan una serie de complicaciones frente al tratamiento sea por factores de
personalidad, entorno o culturales que inicialmente se establece como un conjunto de acciones que
buscan la disminución de peso en función de cambios de alimentación, actividad física y cambios
conductuales mismos que son percibidos como desagradables, la alta tasa de fracaso 90% (según
Golary) al intentar adelgazar tiene que ver con la poca adaptabilidad a estos cambios. En este caso se
considera la impulsividad como un factor negativo que contribuye al fracaso de programas de
reducción de peso previo y posterior al tratamiento quirúrgico de la obesidad, por lo que una correcta
identificación en los pacientes evidenciará mejores resultados.
Recordemos que la relación del ser humano con los alimentos no es únicamente por supervivencia
sino que tiene implícita el placer; sin embargo la parte nutrimental debe ser tomada en cuenta
indiscutiblemente pues esta contribuye al estado de salud o enfermedad en el sujeto.
El programa de Cirugía Baríatrica implementado por el Hospital Carlos Andrade Marín se establece
como una alternativa quirúrgica para bajar de peso en los pacientes con un IMC mayor a 40, sin
embargo, estos pacientes no poseen una problemática únicamente física, se trata de un síntoma
expresado en sus cuerpos, por ello si consideramos conjuntamente factores como la impulsividad y su
influencia en las conductas cotidianas entenderemos que esta representa una característica de interés
3
¿Existe una relación entre patrones de impulsividad y las conductas alimentarias típicas del paciente
con obesidad parte del programa de cirugía bariátrica del Hospital “Carlos Andrade Marín” de Quito?
Preguntas
Objetivos
General
Específicos
Justificación e importancia
A través de esta investigación se afirmó lo propuesto por la teoría cognitivo conductual como parte
del esquema A.B.C. de Ellis aplicado a la impulsividad y su relación en el desarrollo de conductas
alimentarias patológicas, como ocurre en algunos casos en el sujeto obeso entregado a la comida de
manera adictiva, entendiendo la relación entre los antecedentes sociales, familiares propios de cada
paciente la conducta cargada de impulsividad reflejada al comer y la consecuencia de la obesidad.
Constituye efectos beneficiosos para los pacientes del programa de cirugía bariátrica y el personal que
trabaja con ellos ya que se propone una variable más a ser considerada en su evaluación para un
correcto abordaje, que tome en cuenta los factores psicológicos y su influencia en la forma de comer
de estos pacientes, permitiendo tomar conciencia en los pacientes frente a aspectos que desconocen de
la obesidad. Es importante incluir los aspectos psicológicos al considerar el protocolo de tratamiento
para la obesidad pues son un aspecto clave como predictor de resultados. Esta investigación busca
integrar aspectos psicológicos influyentes en el desarrollo y mantenimiento de la obesidad de manera
explicativa para que quienes pertenecen a esta población y su entorno logren una especie de “insigth”
sobre el problema lo que les permita buscar alternativas de apoyo individualmente o con otras
personas en condicione similares para su mejor salud tanto física, social y mental.
6
MARCO TEÓRICO
TITULO I
IMPULSIVIDAD
“La impulsividad no está regulada por la conciencia, pero los actos impulsivos no son totalmente
inconscientes”; (Pérez A. , 2010) un acto que además despierta emociones y sentimientos en quien la
vivencia; la impulsividad puede llevar a una persona a manifestar conductas que sean catalogadas
como fuera de control, el paciente con obesidad suele tener en su personalidad rasgos impulsivos que
son parte de sus comportamientos alimentarios, sin embargo es necesario aclarar que estos rasgos no
pertenecen a la totalidad de la población obesa.
Entendamos entonces que conductas diarias comunes para todas las personas como comer, aprender,
reproducirse o reconocer a su familia se van consolidando una vez que se les asocia experiencias
placenteras o la evitación de sensaciones negativas por lo que algunos comportamientos diarios
reforzados excesivamente pueden generar una adicción junto a conductas impulsivas.
La impulsividad con anterioridad ha sido señalada por Eysenck (1987) dentro de la propuesta de
un modelo de personalidad con bases psicobiológicas que se manifiestan en actitudes y conductas
especificas; a partir de esta propuesta aparecen variaciones generadas a través de estudios hechos por
Gray (1987), Cloninger y otros (1993), Zuckerman (1988), Dickman (1990) y Barratt y otros (1997).
Las tendencias actuales de la psicología buscan también involucrar el funcionamiento cerebral y
neurológico de constructos de interés para el mundo científico como la impulsividad, lo que nos
permite explicar más profundamente este fenómeno mediante estudios del cerebro y así determinar
cuáles estructuras intervienen en las conductas impulsivas.
La impulsividad está relacionada con un amplio espectro de condiciones psiquiátricas que incluyen
los síndromes de inatención e hiperactividad del niño y del adulto, trastornos de la conducta, trastorno
de personalidad limítrofe, trastorno de personalidad antisocial, abuso de sustancias, juego patológico,
7
Añadido a esta visión se debe recordar que al incluirse a la impulsividad como parte de la
personalidad esta se manifiesta como diversas formas de actuar o como conductas rápidas, sin
premeditación sobre las consecuencias y enfocadas en obtener un refuerzo inmediato, así lo
mencionan (Moeller, Barrat, Dougerty, Schmitz y Swann, 2001 citados por de Sola Gutiérrez, Rubio,
& Rodríguez, 2013).
Hay una brecha muy delgada entre la impulsividad y la realización de actos compulsivos, dentro de
una adicción, que va desde la búsqueda de refuerzos positivos a la necesidad de disminuir los estados
8
conformados por los distintos tipos de sinapsis neuronales y que las sinapsis “son sitios de unión
anatómicamente diferenciados a través de las que se transmite y se recibe mensajes neurales”
(Cardinali, 2007, p.59); estas uniones se diferencian por el tipo de información que transmiten,
siendo químicas (diferenciación clara de las estructuras sinápticas y presencia de sustancias químicas
o neurotransmisores para transportar el mensaje, son las más comunes en el sistema nervioso),
eléctricas (las estructuras pre y post sinápticas no se diferencian por vesículas el mensaje puede ser
enviado bidireccionalmente, son menos frecuentes pero se encuentran diseminadas en el SNC ), o
mixtas (ubicadas específicamente en áreas pre sinápticas, zonas de vesículas y contiguas a aposición
de membranas). La función final de estos circuitos ampliamente distribuidos en el SNC será “la
ampliación de señales sinápticas débiles, la atenuación de señales demasiado intensas, la mayor
definición de contrastes y en general el mantenimiento de un nivel optimo de los grupos neuronales”
(Cardinali, 2007, p. 89)
Específicamente como parte del circuito mesolímbico-cortical algunas estructuras que lo conforman
presentan alteraciones que se expresan como conductas impulsivas, de esta forma encontramos que el
córtex pre frontal muestra alteraciones que se manifiestan con una mínima inhibición comportamental
y una pobre discriminación a estímulos, especialmente hay deterioro en las áreas ventromedial y
orbito frontal encargadas de la planificación y el juicio.
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Además alteraciones en el núcleo parte del estriado ventral estructura clave en el sistema de refuerzo
y finalmente anormalidades en la amígdala fuente de lo emocional y las respuestas (Ceravolo,
Frostini, Rossi, y Bonuccelli, 2009 citado por de Sola Gutiérrez, Rubio, & Rodríguez, 2013).
Hyatt C y otros (2012), mencionan desequilibrios en el mismo circuito mesolímbico-cortical una vía
dopaminérgica, que ha sido estudiado por su relación con impulsividad y adicciones; y dentro de él
específicamente alteraciones en el estriado ventral y dorsal, áreas orbitofrontales así como el
cingulado anterior donde se produce la toma de decisiones y que tienen especial importancia en el
mecanismo de refuerzo. Grant y otros (2008) encuentran que estas alteraciones en el área orbito
frontal se manifiestan en impulsividad motora y autoagresión. de Sola Gutiérrez, Rubio, & Rodríguez,
(2013) así como Orozco-Cabal & Herin,(2008) hablan de la alteración del complejo amigdalino donde
la amígdala basolateral interviene en la regulación emocional frente a estímulos.
Además que la impulsividad motora se relaciona con alteraciones en la función de los receptores
para la norepinefrina, concretamente una disminución de la función de los receptores α2A o un
aumento de la función de los receptores α1 (Koskinen T., Haapalinna A. y Sirvio J. 2003). Existe una
compleja interrelación entre la función de estos transmisores y la manifestación de conductas
especificas parte de la impulsividad, no se trata de un solo elemento que las determine sino de la
coordinación entre estructura neural y neurotransmisor actuando de forma que se ve manifiesto en las
conductas.
11
Orozco-Cabal & Herin, (2008) hablan de la importancia del sistema que subyace la función ejecutiva
(lóbulos frontales en conexión con sistema límbico, SARA, zonas del córtex cerebral y otras
estructuras subcorticales, tales como los núcleos de la base, el núcleo amigdalino, el diencéfalo y el
cerebelo) estableciendo tres importantes características en individuos con comportamientos
impulsivos que además se pueden mostrar inflexibles y perseverativos:
A partir de esta revisión podemos establecer que los sustratos neurológicos más importantes que
participan en el comportamiento impulsivo son el eje corticoestriado-tálamocortical como sistema de
integración entre los procesos relacionados con la recompensa y el reforzamiento de conductas,
sistema clave en el desarrollo de conductas adictivas que tiene especial relevancia en este estudio si
tomamos en cuenta el comer compulsivamente como una adicción comportamental de la actualidad; y
la proyección de estas a estructuras subcorticales que intervienen en procesos afectivos, de regulación
de comportamientos, procesamiento de información y discriminación de estímulos para generar una
respuesta motora generando susceptibilidad a realizar conductas impulsivas por la presencia de
estados emocionales negativos, mínima inhibición conductual y escasa discriminación de estímulos
junto con la presencia de alteraciones en la neurotransmisión al ser una vía dopaminérgica las
principales anormalidades aparecen en los niveles de este neurotransmisor; generando así un
continuum de comportamientos impulsivos que se manifiestan a nivel ejecutivo, motor, atencional y
afectivo mediado por neurotransmisores y estructuras cerebrales complejas.
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Eysenck habla de las diferencias individuales en las personas determinando que se dan según el
grado de presencia de uno de los tres factores que propone: Extroversión, Psicoticismo y
Neuroticismo con las cuales se genera una organización jerárquica de conducta y personalidad una
persona “normal” estaría ubicada en la media de los valores de cada factor, y la minoría
“patológica” sería la que se encuentra en los extremos.
En primer lugar está el factor extraversión, en el que las diferencias en la actividad cortical definirían
la búsqueda de estímulos determinando conductas introvertidas o extrovertidas y otros rasgos de
personalidad. El segundo factor de personalidad es el neuroticismo que tiene que ver con la
activación emocional y relacionado con el funcionamiento de los sistemas nervioso autónomo,
límbico e hipotálamo; altos niveles de neuroticismo provocan una tendencia al aumento de
determinadas conductas lo que genera también una mayor emocionalidad en el individuo (Cale, 2006;
Colom Marañon, 1998; Eysenck, 1978 citado por Squillace, Picón, & Schmidt, 2011) El tercer factor
propuesto por Eysenck cambia de ser llamado Psicoticismo por una supuesta relación como factor
predisponente a la psicosis, a ser tomada como una disposición a presentar “dureza emocional”
relacionada con comportamientos agresivos, egocéntricos, impulsivos y la falta de empatía.
La ubicación de la impulsividad en la teoría de Eysenck al inicio coincide con los dos factores antes
mencionados extraversión y psicoticismo por la característica de búsqueda de sensaciones que se
encuentra en sujetos extrovertidos (Eysenck, & Eysenck, 1977; Eysenck, 1987 citado por Squillace,
Picón, & Schmidt, 2011); después de investigaciones realizadas por el mismo Eysenck se lo termina
relacionando principalmente con el factor neuroticismo y conductas antisociales. Para Eysenck la
impulsividad puede evidenciarse en diversas conductas que corresponden a cuatro factores, cada uno
se expresa en determinadas características de la personalidad del individuo, indicados en la siguiente
figura, que modifica posteriormente afirmando que existen dos tipos de impulsividad que abarcarán
todas estas características: Búsqueda de Aventuras característica propia de la extroversión e
Impulsividad en sentido estricto relacionada con el psicoticismo “dureza emocional”. Así Eysenck
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Vitalidad que
tiene que ver con
la búsqueda de
sensaciones con la
ejecución de
BÚSQUEDA DE aventuras.
AVENTURAS
Impulsividad
propiamente dicha:
actuar rápido e
Toma de riesgos: irreflexivo con poca
búsqueda de atención a las
actividades que consecuencias a
conllevan mediano y largo plazo
recompensa o
castigo
Improvisación:
actuar sin IMPULSIVIDAD EN
Planificación
puede ser usado SENTIDO
positivamente en ESTRICTO
situaciones nuevas
que requieren
resolución de
problemas
IMPULSIVIDAD
Figura 1.1 Factores de impulsividad propuestos inicialmente por Eysenck, re-propuestos
posteriormente donde establece que existen dos tipos de impulsividad que abarcarán todas estas
características, marcados en azul en este grafico (1987) citado por Squillace y otros
Aunque posee una base biológica esta teoría enfatiza la sensibilidad del sistema nervioso ante la
recompensa o el castigo que claramente determinará un tipo de conducta frente a estímulos y el tipo
de personalidad extrovertido o introvertido, así, Jeffrey Gray (1987) propone una teoría de la
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Según Gray, citado por Squillace, Picón, & Schmidt, (2011) la impulsividad está relacionada con las
características de la extroversión y surge gracias al funcionamiento del SAC, se relaciona con una
motivación dirigida por la sensibilidad a las señales de recompensa se encuentra presente en sujetos
con mayor actividad del SAC, a los comportamientos de aproximación conductual desencadenada
ante señales discriminativas de refuerzo tanto positivo como negativo (Gray 1987; Matthews et al.,
1999; Wallace, Malterer, & Newman, 2009, citado por Squillace, Picón y Schmidt 2011 )
Esta forma de actuar poco cautelosa se evidencia en conductas diarias de los sujetos impulsivos, nos
preguntamos si la impulsividad presente en los pacientes con obesidad están relacionados con
tendencia a desarrollar estados de bienestar provocados por la ingesta de alimentos generando un
efecto condicionado que se establece desde la niñez; comida igual bienestar, tomando en cuenta el
valor positivo que se le otorga culturalmente a la comida en sociedades no individualizadas del todo
lo que refuerza conductas en sujetos con presencia del sistema de activación conductual más
desarrollado. Donde la impulsividad se manifiesta como un conjunto de mecanismos para adaptarse
que tienen que ver con formas de respuesta diferentes, sea como sensibilidad al castigo o a la
recompensa, estas se manifiestan de forma observable en las conductas.
De esta forma, Gray (1987) postula una variación de la teoría de Eysenck tomando como punto clave
a la impulsividad, y la respuesta del sujeto.
1.1.3.3 Modelo tridimensional de Cloninger: una variación de los conceptos propuestos por
Gray
En un modelo tridimensional con clara tendencia biológica Robert Cloninger (1987) propone un
cuestionario de medida para los sistemas activador e inhibidor de la conducta que menciona Gray, las
mismas que corresponden a índices determinados de serotonina y dopamina, la predominancia o baja
concentración de estos neurotransmisores determinaran que rasgos de personalidad son característicos
de una persona. Los tres rasgos que propone son evitación de daño (ED), búsqueda de novedad (BN)
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y dependencia de la recompensa, lo que nos habla de una característica heredable de estos rasgos
(Cloninger, 1987, citado por Squillace, Picón y Schmidt, 2011) este modelo es utilizado en la
actualidad para un mejor entendimiento de diferencias de aquellas personas con problemas de abuso
de alcohol.
Según lo propuesto por Cloninger el factor Evitación del daño se evidencia en individuos como una
predisposición a inhibir conductas como respuesta a signos de castigo o frustración, aquellos con
niveles altos de ED son individuos con tendencia a desarrollar preocupaciones fácilmente, se aíslan
frente a situaciones nuevas o en las que haya personas desconocidas y se fatigan con facilidad. Desde
la perspectiva biológica que presenta Cloninger los niveles de dopamina son altos y la emoción que
mayormente experimentan es la ansiedad. Mientras que las personas con niveles de ED bajos suelen
ser confiados, optimistas, vitales y despreocupados ante las señales de peligro (Cloninger, Svrakic, &
Przybeck, 1993 citado por Squillace, Picón y Schmidt, 2011).
El segundo factor presentado en la teoría de Cloninger se encuentra en directa relación con este
estudio, puesto que la Búsqueda de Novedad o BN se evidencia mediante conductas de aproximación
frente a estímulos que tienen significación de recompensa y ante la novedad así como evitación
activa de señales de frustración. Hablando de un patrón de conducta que tiende a las adicciones siendo
propensos a la impulsividad y el desorden, son individuos que buscan estímulos novedosos y tienden
a aburrirse con facilidad en situaciones rutinarias todo esto cuando el rasgo BN es predominante. Un
nivel bajo de BN determina características contrarias y con mayor estabilidad como mayor tolerancia
a la monotonía siendo más reflexivos. Impulsividad y exploración son los componentes de la BN lo
que es fundamental en el entendimiento de estas conductas ya que Cloninger (1993) define
impulsividad como un “actuar rápido, irreflexivo o no premeditado” que iría de la mano con la
exploración que se refiere a un refuerzo conductual cuando existen señales novedosas, podríamos
pensar que el sujeto obeso con altos niveles de impulsividad visto desde esta perspectiva actúa por
una serie de conductas reforzadas que le causan bienestar; relacionados con la presencia de dopamina,
niveles bajos de dopamina representan una constante búsqueda de estímulos.
La impulsividad está fuertemente ligada por este autor a la Búsqueda de novedad que mantiene a un
individuo en constante búsqueda de estimulación y por ello tenderá a aburrirse en situaciones
monótonas, un paciente obeso observado bajo esta perspectiva estará buscando constantemente la
estimulación externa por medio de la comida o lo relacionado a ella, bajo una constante estimulación
le será difícil mantener un patrón alimentario saludable y ordenado su impulsividad se manifiesta en
atracones o “pica” constante de alimentos que contribuyen al aumento de peso.
16
Zuckerman habla del rasgo búsqueda de sensaciones en relación directa con la impulsividad que
además se constituye en factor determinante para predecir conductas, puesto que este rasgo estará
determinado en una conducta impulsiva o no impulsiva según la actividad que se realice, Zuckerman
establece una relación directa entre búsqueda de sensaciones e impulsividad ya que se puede entender
formas impulsivas: mediante la búsqueda de experiencia, desinhibición y susceptibilidad; y no
impulsivas: búsqueda de emociones y aventuras para buscar sensaciones.
Asociado con conductas que podrían llegar a ser potencialmente peligrosas para el individuo o su
entorno Zuckerman propone al factor impulsividad como una forma de predecir conductas. Con un
tinte conductual Zuckerman entiende el factor búsqueda de sensaciones como una forma de
adaptación a los estímulos, mismo que podría determinar la susceptibilidad frente a recompensas o
castigos y junto a ello determinadas conductas en lo referente a comida, juego, adicciones, etc.
Mediante la búsqueda de sensaciones también se establece una funcionalidad en la impulsividad y
con los cuatro factores que Zuckerman le atribuye (Búsqueda de emociones y aventuras, búsqueda de
experiencia, desinhibición y susceptibilidad al aburrimiento) se logra determinar actitudes, interés,
hábitos y conductas presentándose positiva o negativamente en el desarrollo de una persona.
(Zuckerman citado por Squillace, Picón, & Schmidt, 2011).
como alguien ávido de conocimiento y sensaciones a nivel intelectual o como alguien intrépido y
muy afín a la experimentación de sensaciones corporales diferentes este ámbito no tan funcional se
relaciona con el consumo y abuso de drogas; si se establece el concepto de adicción a la comida el
componente búsqueda de sensaciones tendría un papel definitorio en el descontrol al ingerir comida
en demasía por las sensaciones que se produzcan en el cuerpo y así contribuyendo a la obesidad, por
lo que es importante que se le incluya en las variables de estudio sobre la obesidad.
Kent, & Felthous, 1997, citado por Squillace, Picón, & Schmidt, 2011) concluye que la impulsividad
es una tendencia psicobiológica que predispone a un espectro de comportamientos más que a una
acción en particular, la entiende como un componente permanente del ser humano que influye en su
comportamiento diario.
Compuesta por seis factores de primer orden, para Barratt & otros (1997) la impulsividad se
estructura así : a)La dimensión 1, definida como Atención, se relacionaría con la capacidad del
individuo para mantener su concentración durante la realización de tareas; b) La dimensión 2,
Impulsividad Motora, implica la tendencia a actuar según los estados emocionales transitorios o de
una orientación del sujeto a planear y pensar cuidadosamente las acciones antes de llevarlas a cabo; d)
La dimensión 4, Complejidad Cognitiva, implica el disfrutar de pruebas mentales que resulten
desafiantes para el individuo, tales como el cálculo mental, acertijos, etc.; e) La dimensión 5,
Perseverancia, trata de un estilo de vida consistente, con regularidad en las costumbres y hábitos; por
último f) La dimensión 6, llamada Inestabilidad Cognitiva, se refiere a la tendencia a la distraibilidad
que sufren los individuos debido a la interferencia de sensaciones y pensamientos intrusivos.
Posteriormente Barratt realiza un modelo factorial de segundo orden donde aparecen tres factores:
1. El factor I planteado como Impulsividad Motora IM, combina las dimensiones 2 (Motora) y 5
(Perseverancia), caracterizando una tendencia general a actuar motivado por las emociones del
momento.
2. El factor II definido como Impulsividad Atencional IA, combina las dimensiones 1 (Atención) y 6
(Inestabilidad cognitiva). Ambas refieren a un bajo control sobre la intrusión de pensamientos y
dificultades para la atención sostenida.
18
3. El factor III, llamado Impulsividad por Imprevisión, combina las dimensiones 3 (Autocontrol) y 4
(Complejidad cognitiva). Siendo este un estilo de procesamiento de la información apresurado que
lleva a tomar decisiones rápidamente, sin planear y con orientación hacia el presente. (Barrat 1997,
citado por Squillace, Picón, & Schmidt, 2011) la versión BIS-11. Esta nueva versión también consta
de tres factores: el primer factor incluye ítems del factor cognitivo y del factor impulsividad motora
del instrumento BIS-10, por lo tanto constituye un factor de tipo “ideo-motor”. El segundo factor fue
denominado “planificación cuidadosa” e implica prestar atención a los detalles, y el tercer factor fue
denominado “estabilidad en el afrontamiento” porque combina la orientación futura con la estabilidad
en el afrontamiento de las situaciones de la vida diaria (Barratt, 1994 citado por Morales, 2009)
SUBDIMENSIONES DE LA
IMPULSIVIDAD. Barratt.
No planificada: procesamiento de
Cognitiva- Atencional: propensión
Motora. Actuar motivado por las la información apresurada que
a tomar decisiones rápidas; bajo
emociones, sin pensar, de forma lleva a tomar decisiones
control sobre intrusión de
súbita rapidamente sin planificar y con
pensamientos
orientación al presente
IMPULSIVIDAD
MOTORA
INESTABILIDAD
COGNITIVA
PERSEVERANCIA
Figura 1.2 Subgrupos de impulsividad de Barratt y correlación con otros tipos de impulsividad
propuestos en el modelo multifactorial.
19
En general la impulsividad para Dickman (2000), entendida como impulsividad superior, corresponde
a una forma de actuar rápida que difiere en las consecuencias de este actuar y en la funcionalidad que
significa actuar impulsivamente pues no siempre la impulsividad se liga a consecuencias negativas, la
impulsividad funcional se relacionaría con el entusiasmo, la toma de riesgos, altos niveles de
actividad y audacia (Dickman, 1990; Dickman 2000 citado Squillace, Picón, & Schmidt, 2011) al
contrario la impulsividad disfuncional se traduce en conductas que no llevan a ningún beneficio para
el individuo, desordenadas e inútiles; los rasgos principales de este tipo de conducta que asociamos
directamente con el comportamiento adictivo es la clara tendencia al desorden y comportamientos
precipitados en los que no tiene en cuenta la totalidad de opciones existentes en el momento que se
tomará una decisión, junto a lo cual se refleja una despreocupación por las consecuencias al no ser
capaz de predecir las posibles consecuencias. (Brunas- Wagstaff, Bergquist, Richardson, & Connor,
1995; Dickman, 1990).
En la conducta del obeso es común encontrar consumo compulsivo de alimentos, sin la necesaria
premeditación frente a las consecuencias, un actuar irreflexivo en palabras de Dickman, así lo refiere
Guisado, y otros, (2002) tomando en cuenta que el trastorno por atracón se identifica como un patrón
de alimentación presente en parte de la población con obesidad (y en individuos de diferente peso) y
que la impulsividad disfuncional genera propensión al aparecimiento de adicciones sociales y
químicas desde tres perspectivas : (1) como factor predisponente facilita la adquisición de la
conducta adictiva; (2) como condición que se exacerba en la fase de consumo; y (3 ) como
intermediario frente a otros factores de vulnerabilidad (Perry y Carroll, 2008 citado por (Squillace,
Picón, & Schmidt, 2011) , podemos concluir que el individuo que posee altos niveles de impulsividad
disfuncional tiene confluencia de factores de riesgo para generar conductas adictivas a la comida;
cuando existe conjunción de factores sociales, culturales y familiares.
Las condiciones de vida que hoy son producto de los procesos de producción y consumo, han
generado en los individuos predisposición a conductas impulsivas y la incapacidad de aplazamiento
del placer o recompensa, estamos inmersos en una sociedad que promueve un comportamiento
adictivo, así Camats i Guardia, (2012) establece una relación entre un modelo social y económico y
un comportamiento impulsivo que en la actualidad se ha convertido en carácter que es compatible
con el uso de sustancias adictivas afirmando que “durante el primer tercio del siglo pasado, la
sociedad occidental en la sombra del consumismo creó las condiciones que hoy se han vuelto
mundiales, de una socialización en los valores y costumbres del hedonismo y la impulsividad, una
sociedad que no espera y que educa individuos que tienen enormes dificultades en aplazar el placer,
recompensa o simplemente el alivio de una situación penosa o dificil”. (Camats i Guardia, 2012, p.1)
un claro ejemplo de la transformación de las conductas alimentarias con componentes impulsivos
generadas a partir del modelo económico se evidencia en la aparición de la obesidad como una
pandemia en los Estados Unidos, asi lo encontramos referido en el “Manual de Obesidad”, Bray &
Bouchard, (2011), cuando hablan de la influencia de la industrialización en la comercialización de
los alimentos y cómo a partir de ello aparece una tendencia al mayor consumo de alimentos con alto
contenido calórico y escaso valor nutricional que se ofrecen continuamente y a través de estrategias de
marketing en los supermercado que controlan el comercio mundial.
Este se muestra como un panorama complicado para quienes buscan mantener conciencia acerca de
su salud y reciben mensajes contradictorios constantemente sobre los modelos de figura esperados y
la disponibilidad de alimentos no saludables; parece ser que la civilización es causa de un comer
excesivo y sin conciencia de los riesgos y consecuencias de una posible obesidad, a futuro es posible
que se mantengan conductas que promueven adicciones y no solamente de sustancias sino que
aparecen, conductas adictivas relacionadas con lo cotidiano.
El autocontrol es una característica que no pertenece a los niños pequeños, por lo menos es de
esperarse que un niño en la etapa temprana de su niñez actúe impulsivamente y considerarlo normal,
este rasgo se modifica gradualmente con la educación; el actuar impulsivamente se caracteriza por
este escaso autocontrol donde no se mide las consecuencias negativas de los actos, pasa que la
“capacidad del individuo para ejercer el autocontrol se vuelve difícil por la recurrente tendencia a la
recompensa” (Wise 1980 citado por Pérez, Escotto, Arango, & Quintanar, 2014) tendencia a la
recompensa establecida por la repetición de la conducta y la obtención de reforzantes.
Freud citado por Fernández (2003) lo explica hablando de actitud de postura de apoyo en el objeto
propia de los niños y niñas refiriéndose a un apoyo demasiado intenso en un objeto (en sujetos obesos
21
hablamos de la el apoyo demasiado intenso en la comida), este patrón aparece en el sujeto con
adicción (adicción a la comida), que es un sujeto con cierto grado de regresión infantil frente a un
objeto o acto social, dependiente de éste para sentir bienestar; además menciona que la adicción posee
un factor instintivo (la pulsión) presente en la conducta adictiva, el llamado acto impulsional que
deriva en escaso autocontrol viéndose reflejado en el uso desmedido de una sustancia o una actividad.
El placer está directamente relacionado con el desarrollo de las adicciones, (placer por comer
preferencia por las características organolépticas de los alimentos más que por sus características
nutricionales) pues como explica Soto, (2006), “el placer juega un papel clave en la determinación
de nuestros actos, siendo que la adicción, en cierta forma, es el extremo de un proceso natural por
medio del cual se establece el gusto y las preferencias del individuo”. De hecho se ha propuesto que la
adicción forma el extremo de los procesos neuroquímicos presentes en el cerebro del ser humano,
donde actos normales como el comer se transforman en patologías ya que aparecen desequilibrios por
estimulación excesiva.
La relación de la impulsividad con las adicciones puede ser observada más claramente cuando
hablamos del proceso de dependencia que se crea a partir del uso de sustancias o de la realización de
una conducta, aquí ocurre un fenómeno de reforzamiento conductual positivo o negativo, fenómeno
que tiene que ver con características personológicas de los sujetos afirmando que “el alto grado de
sensibilidad y dificultad de aplazamiento de refuerzos positivos inmediatos, hace a los sujetos
impulsivos incapaces de retrasar o inhibir una respuesta. Por ello el sujeto impulsivo cuando se
enfrenta a la sustancia o la situación que está tratando de evitar, le es difícil o imposible poder decir
que no, inducen apetencia o craving de estimulación con dificultad de control” (Papachristou,
Nederkoorn, Havermans, Van Der Horst y Hansen, 2012 citado por de Sola Gutiérrez, Rubio, &
Rodríguez, 2013,p. 146)
Entendemos entonces que el proceso conductual de reforzamiento aparece en sujetos adictos cuando
han logrado obtener sensaciones placenteras con estas actividades o evitar los estados negativos
cuando el organismo se habitúa a niveles de neurotransmisores que generan estados positivos
(fenómeno de escalada, el cuerpo necesita cada vez más) y allí radica la dificultad de abandonar una
conducta que ha generado cambios neuroquímicos en el cuerpo a partir de sensaciones y estados
positivos, las adicciones comportamentales están incluidas en este abanico de posibilidades adictivas
que se le presentan al ser humano actual y generan igual o peores consecuencias que las adicciones
tradicionales.
Como menciona de Sola Gutiérrez, Rubio, & Rodríguez, (2013)al revisar los trabajos de Sussman y
Sussman (2011) la definición de adicción comportamental comparte criterios con la adicción a
sustancias; señalando que “toda adicción conlleva la capacidad para ‘engancharse’ en conductas de
22
las que se derivan consecuencias reforzantes; excesiva preocupación por el consumo o conductas de
las que se desprende un refuerzo positivo; tolerancia o nivel de saciedad temporal; pérdida de control
en donde la frecuencia de la conducta adictiva se incrementa haciéndose cada vez más automática; y
dificultad en detener o evitar dicha conducta a pesar de la existencia de consecuencias negativas”.
(Sussman y Sussman 2011, citado de Sola Gutiérrez, Rubio, & Rodríguez, 2013, p.149) los efectos
físicos de las drogas y de la conducta adictiva son distintos pero ambos producen una dependencia o
adicción, generalmente por los cambios a nivel neuronal y de neurotransmisión como afirma Holden
(2001) hay una neuroadaptación de los circuitos de recompensa que hacen que la conducta se
mantenga.
Por lo que podemos comparar los componentes de una adicción comportamental y de sustancias, cuyo
resultado final es la dependencia frente a la sustancia o la conducta y deterioro teniendo como uno de
sus factores predisponentes a la impulsividad como rasgo con el que se actúa frente a diversas
situaciones (Echeburúa, 2000) y como mecanismo de acción al reforzamiento conductual. Además la
impulsividad es considerada por Koob et al. (2011) citado por de Sola Gutiérrez, Rubio, &
Rodríguez, (2013) como antesala frente al desarrollo de un comportamiento adictivo que también
conlleva un proceso de reforzamiento de comportamientos y generación de una compulsión como se
menciona en el capítulo de impulsividad desde una propuesta conductual.
Así, desde una visión conductual Roberts & Koob (1997) citado Pedrero, (2009) habla de una
conducta adictiva cuando se mantiene constante una autoadministración de drogas incluso
conociendo las consecuencias sociales y médicas negativas y con intentos para abandonar el consumo,
la persona que llega a una adicción alimentaria de este tipo tiene conciencia de que causa daño a su
cuerpo sin embargo continua con un consumo compulsivo de comida, incluso observando efectos
negativos claros como daño en el sistema motriz, cardíaco, diabetes, presión alta, entre otros, el
consumo excesivo de alimentos se convierte en un hábito difícil de dejar.
La repetición de una conducta por ejemplo comer o el consumo reiterado de sustancias producen
efectos en el mismo sistema a nivel cerebral, por ello se puede decir que una conducta normal con
reforzadores naturales (comida) al ser repetitiva y asociada con bienestar o evitación de malestar,
psicológicamente también generará dependencia característica vital para ser considerada adictiva,
como menciona Echeburúa, (2000) es necesaria la dependencia y la ausencia de control para
considerar la presencia de una adicción, así la sobreingesta compulsiva propia de las adicciones
alimentarias tiene como componente clave estas características. Esta idea es reafirmada por
Fernández,(2003) cuando habla de las características de la adicción tomando en cuenta la incapacidad
de controlar la apetencia por el objeto (en el caso de las nuevas adicciones alimento, sexo, compras,
alcohol) el deseo incontrolable sobre ello, desea excesivamente el objeto, este concepto coincide con
la etapa de craving en las adicciones a sustancias donde una vez iniciado el consumo aparece un
deseo o ansia de consumir drogas que se manifiesta como obsesiones ansia irresistible, ansia de
contrarrestar los efectos del síndrome de abstinencia.
24
Fernández, (2003) hablando de adicciones y la dinámica que funciona en el enganche adictivo desde
el psicoanálisis destaca la subordinación del individuo ante un objeto o la realización de una
actividad convertida en necesidad (comer en la adicción a la comida), como el factor principal de la
adicción volviéndose una vida polarizada sin libre voluntad y siendo feliz únicamente en la
vivencia adictiva; existe en la adicción y se entrega como el esclavo al amo frente a un objeto
químico o un acto social.
En el caso de una adicción alimentaria la sustancia que genera cambios a nivel cerebral se convierte
en el reforzador natural por excelencia para el ser humano, la comida, los estímulos asociados
reforzadores son el placer, bienestar o evitación de sensaciones negativas que hoy se han convertido
en características definitorias de los individuos, el reforzamiento que se produce al consumir un
alimento tiene que ver con niveles de dopamina que se elevan y la ya mencionada asociación a un
estímulo, que se convierte en un ciclo repetitivo donde el consumo se eleva y la dependencia se
genera de forma creciente. De esta forma está claro que “a medida que la exposición se repite, la
asociación se hace cada vez más fuerte y produce una respuesta conductual y neuroquímica cada vez
mayor, donde las sustancias y estímulos asociados adquieren cada vez mayor importancia
motivacional y conductual” (Robinson y Berridge, (2000) citado por Pérez, Escotto, Arango, &
Quintanar, (2014)).
Deducimos entonces que una sociedad que promueve el consumo, en la que los recursos se
encuentran cada vez más disponibles y que acostumbra a sus ciudadanos a obtener al instante lo que
desean sin poder soportar situaciones negativas mostrando baja tolerancia a la frustración se hace
propicia la repetición de conductas excesivas que finalmente podrán convertirse en adictivas, se
vuelve cada vez más vulnerable a padecer de trastornos conductuales donde las conductas cotidianas
han sido llevadas a la exageración.
25
Fernández, (2003) nos habla de la similitud entre las adicciones químicas y el trastorno alimentario
convertido en adicción, tomando en cuenta que Yeary y Heck (1989) exigen abstinencia de ciertos
alimentos a los individuos que no pueden moderar su uso, parecido a la eliminación necesaria de la
droga psicoactiva en los drogadictos durante la rehabilitación; donde además recomienda atender al
trastorno y sus consecuencias igualitariamente, ya que las propiedades psicofisiológicas del alimento
afectan la química cerebral y modifican el estado mental.
La tendencia al consumo de cierto tipo de alimentos tiene que ver con estos procesos químicos, y sus
efectos en el cerebro así encontramos que los individuos con este trastorno realizan una mezcla
habitual de carbohidratos con lácteos, la caseína de la leche y el gluten del pan tienen un efecto
apaciguador en el cerebro al mezclarse como si se tratara de un coctel narcótico en busca de
resultados similares, así lo menciona Fernández en su libro las nuevas adicciones (2003).
Las adicciones alimentarias también se encuentran como parte de un síndrome adictivo donde
convive con otras enfermedades adictivas, aquí el individuo devora con avidez algunos alimentos que
le proporcionan una rápida elevación de la taza neuronal de endorfinas, de serotonina o de otros
neurotransmisores, Fernández, (2003) afirma que estas son enfermedades importantes, progresivas,
contagiosas con la convivencia causantes de sufrimiento y se convierten en un factor de riesgo para el
desarrollo de cuadros depresivos. La comorbilidad de este trastorno habla además de factores de
riesgo personológicos que podrían generar una predisposición a caer en una conducta adictiva, como
lo son la “impulsividad, la disforia, la intolerancia a estímulos físicos y psíquicos displacenteros y
la búsqueda exagerada de sensaciones” (Echeburúa, 2000, p. 25).
La adicción alimentaria toma diferentes enfoques al estar relacionada con el objetivo que busca el
individuo con la conducta adictiva, (Fernández, 2003) desde un enfoque psicoanalista menciona:
genera el atracón de comida a su vez produce una sensación placentera, los sentimientos de
culpa y vergüenza llegan después de cada episodio cuando esta sensación se ha ido.
3. Hiperfagia adictiva depresiva, neurótica o psicosomática (con obesidad)
Hiperfagia pura
Hiperfagia con bulimia
4. Hiperfagia adictiva monoalimentaria sobretodo de chocolate (con peso variable)
Hiperfagia pura
Hiperfagia con bulimia
En las ocasiones en que la adicción alimentaria se acompaña de obesidad existe según Fernández
(2003), tres modalidades de obesidad hiperfágica o polifágica; que son obesidad depresiva, neurótica
y psicosomática donde la ingestión excesiva de alimentos, o sea la sobreingesta, se distribuye en los
tres casos entre la hiperfagia prandial y la hiperfagia de picoteo o el comisqueo, entendido en picos
que pueden recordar los episodios bulímicos, los picos hiperfágicos verdaderos se caracterizan por
una ingesta voraz y rápida.
Desde cualquiera de las visiones al final podemos decir que cuando existe una adicción a la comida
existe la clásica ansia por ingerir alimento, parecida al craving por la sensación de falta de control y
la atracción irresistible por comer que como ya mencionamos tiene que ver con el reforzamiento
típico de las adicciones que cuando se frustra genera ansiedad o irritabilidad, por la necesidad de
altos niveles de dopamina, consecuencia del uso en escalada de estas sustancias. Aquí, la sobreingesta
compulsiva, reflejo de la adicción a la comida, supone la presencia regular de atracones sin control
por parte del sujeto, como menciona Fernández, (2003) y es definitoria de la adicción, asimismo es
dentro de la adicción a la comida que se puede observar la confluencia de factores psicopatológicos
como forma de exteriorización de una patología propiamente dicha, que por su complejidad incluye
diferentes visiones explicativas.
27
TITULO II
La conducta alimentaria se define como el comportamiento normal relacionado con: los hábitos de
alimentación, la selección de alimentos que se ingieren, las preparaciones culinarias y las cantidades
ingeridas de ellos (Osorio, Weisstaub, & Castillo, 2002) en este proceso también intervienen señales
relacionadas con el hambre y el apetito que en el ser humano están influenciadas por factores
fisiológicos, cognitivos y ambientales; determinando una mayor o menor ingesta, (Castonguay,
(1984), citado Bell & Rolls, (2003)) Estudios realizados por Drewnowski, (2000) , sobre la
preferencia del sabor de las comidas y la ingesta afirman que sujetos con obesidad prefieren comidas
con alto contenido graso y consumen mayor proporción de energía proveniente de grasas que las
personas delgadas, lo que contribuiría a un aumento de ingesta calórica necesaria y consecuentemente
de peso. (Drenowski, (2000) citado por Bell & Rolls, (2003)). Proceso que se explica en el gráfico 2.
Tomando en cuenta que la mayor parte de personas obesas no deben su aumento de peso a problemas
endócrinos como lo afirma Martínez Fornés (1985), ni tampoco a condiciones genéticas cuya
sintomatología suele ser una causal de obesidad (por ejemplo síndrome de Prader Willi,
hipotiroidismo) ; se debe aceptar e indagar aquellos factores emocionales que favorecen al desarrollo
de la obesidad, podemos decir que “las perturbaciones de ánimo llevan a la obesidad por muchos
motivos” (Sánchez Ocaña, 1985, p.12). Como afirma este mismo autor se genera una especie de
compensación frente a fracasos en la vida en ámbitos laborales, familiares o sentimentales donde la
compensación es el comer en exceso y lo que se busca es obtener gratificación a nivel oral y como ya
se verá más adelante las fijaciones que provocan alimentación excesiva e incontrolada es en esta
misma etapa como- lo explica Reinoso,( 2014) ; diversos estudios han demostrado que las emociones
intervienen en las preferencias alimentarias de una persona como por ejemplo Minich, (2015)
nutricionista que habla de alimentos específicos como dulces, queso, café, picantes y helado cuya
preferencia determinará la emocionalidad y los conflictos de una persona.
La ansiedad una perturbación en el estado de ánimo puede aparecer en individuos cuyos mecanismos
de afrontamiento no funcionan con reiterados intentos de solucionar problemáticas o hacer frente a
situaciones ambientales que los estén alterando, Sidle y otros (1969) citado por González, (1992),
hablan de la relación entre el los mecanismos de afrontamiento ineficaces en a una situación de estrés
donde se trata de disminuir la tensión o ansiedad con actividades como el comer, beber o hacer
ejercicio excesivamente.
28
COMPORTAMIENTO
ALIMENTARIO
Ingesta energética
Insulina – ingesta
de energía
Figura 2.1 Comportamiento alimentario y los diferentes factores que influyen en la ingesta
energética. Tomando en cuenta factores fisiológicos y extra fisiológicos. Bell y Rolls. Regulación
de la ingesta de energía: factores que contribuyen a la obesidad.
29
Se entiende entonces que para afrontar una situación se producen estados de estrés en el individuo lo
que le permite actuar y resolver la problemática que se le presente, estas estrategias pueden ser
cognitivas y conductuales y generaran al mismo tiempo respuestas a nivel fisiológico y mental, la
ansiedad puede aparecer junto con las conductas que se esté realizando; al final estas estrategias serán
o no funcionales y permitirán la resolución de problemas.
La ansiedad está definida personológicamente como una respuesta fisiológica, conductual o cognitiva
que se caracteriza por presentarse ante una señal de peligro, más que un estado subjetivo se puede
decir que la ansiedad se evidencia de forma física y según la intensidad que presente también generará
cambios a nivel fisiológico, por lo que se debe entender que no siempre se trata de un síntoma
negativo, (Alzate, Orozco, & Ávila, 2013) La percepción del peligro puede ser subjetiva o real, y se
la distingue presentándose a partir de sensaciones objetivas, internas, subjetivas e incluso miedo, que
inicia los mecanismos de reacción para hacer frente a la amenaza.
Cuando estos mecanismos fallan aumentan los niveles de estrés y ansiedad junto con reacciones
desajustadas. Las estrategias que un individuo genere para manejar estos niveles de estrés junto con
estados de ansiedad son diversos; en el caso de aquellos que han desarrollado conductas compulsivas
y adictivas con la comida el comer o masticar, significa un gasto de energía implicando además un
acto agresivo mediante el masticar o desgarrar que disminuye la tensión y la ansiedad de forma rápida
y pasajera; que está al alcance de cualquier persona. En casos de obesidad encontramos correlación
alta frente a trastornos de ansiedad generalizada (TAG) donde existen niveles bajos de ansiedad de
forma permanente, en estos casos el comer se vuelve una forma habitual de disminución de ansiedad
que con el tiempo contribuye a un aumento de peso. (Guzmán, Castillo, & García, 2010)
De tal forma que la persona que come excesivamente para mejorar su estado de ánimo jamás logrará
alcanzar un equilibrio entre la saciedad y el seguir comiendo, se trata de una motivación a nivel
emocional en busca de sentirse mejor o de no sentir las emociones negativas que le rodean frente a
diversos aspectos, por ello se debe realizar una búsqueda de la motivación y la causalidad de que un
individuo mantenga practicas alimentarias destructivas para sí y que inevitablemente afectarán a su
entorno.
Además se presentan modelos teóricos psicológicos que explican la obesidad como una reunión de
factores emocionales que contribuyen al aumento de peso propio de esta patología. Se afirma que
frente a una activación emocional aparece la ingesta como respuesta, que aparecen fuera del horario
habitual de comida y es una conducta que generalmente se realiza a solas, por ello se trata de una
sobreingesta de alimentos frente a señales diferentes al hambre fisiológica, como menciona Lowe y
Fisher citado por García, (1996) estos individuos controlan sus estados de enojo, aburrimiento,
ansiedad o depresión comiendo.
Kaplan y Kaplan citado por García (1996) considera la sobreingesta como “una conducta aprendida
por el obeso como mecanismo para reducir la ansiedad”. Sucede también que “los obesos tienden a
confundir los indicadores de hambre con indicadores de ingesta inadecuada cuando están activados
emocionalmente”, (Brunch citado por García, 1996, p.34) considerando que la ingesta en obesos
es usada para la disminución de arousal que se presenta por estados emocionales internos; por ello no
existiría justificación fisiológica para la ingesta continua en este tipo de paciente, lo que se suele
encontrar son modificaciones en el tamaño del estómago que favorecen el comer excesivo tomando en
cuenta la característica de vaciado gástrico como una señal de hambre.
Desde una visión más psicodinámica se habla de una compulsión alimentaria que significa según
Freud (1825) citado por Reinoso, (2014), una forma de repetición inconsciente que se manifiesta
como “un signo y un sustituto de una expectativa de satisfacción de una pulsión o instinto, un
resultado del proceso de la represión”. Este tipo de conducta marcada por el malestar psicológico y la
ansiedad es propio de pacientes con un apego demasiado marcado hacia la comida ya que como lo
menciona la autora de la investigación de pregrado El acto impulsivo de comer como un síntoma en el
paciente obeso…. , “la comida se convierte en un sustituto de afecto dado que desde temprana edad
sus necesidades emocionales fueron satisfechas con comida, de alguna manera el sujeto obeso inicia
una asociación directa de alivio de ansiedad mediante comida” (Reinoso, 2014, p. ) por ello comiendo
excesivamente el obeso suple carencias de tipo afectivo, alivia tensiones, suple la satisfacción sexual
y es una conducta considerada como paliativo ante la ansiedad. (Fernández, 2003). Esta idea la
refuerza Richarson, (1946) cuando habla de la obesidad como una forma de neurosis donde el
individuo experimenta ansiedad, culpabilidad o depresión, y mediante el comer busca desaparecer
estas sensaciones. (Richarson, (1946), citado por Kern, (1975)
31
Hallamos que otros trastornos de la conducta alimentaria también se relacionan con hiperfagia o
sobreingesta de forma adictiva y tienen como factor clave la presencia de ansiedad en su
desarrollo;por ejemplo la bulimia pura, bulimia de peso normal o excesivo que menciona Fernández,
(2003) caracterizada por la pulsión incontrolable de devorar una gran cantidad de alimento, placer y
en la que el individuo no desarrolla grave preocupaciones obsesivas sobre la figura corporal; sucede
que la plenitud que genera el atracón de comida característico de este trastorno produce una sensación
placentera, los sentimientos de culpa y vergüenza llegan después de cada episodio cuando la
sensación placentera desaparece. Se trata de un comportamiento de descarga de ansiedad relacionado
con la patología que rodea a la bulimia como trastorno alimentario, la hiperfagia adictiva como ya se
menciono es parte de la bulimia pura y además se relaciona directamente con la obesidad y según
Fernández, (2003), aquí existe un consumo habitual y excesivo de alimento durante las comidas o en
intervalos, que se caracteriza por un deseo previo al consumo de alimento donde se dispara la pulsión
hiperfágica de hambre incontenible como mecanismo apaciguador de sentimientos desagradables
como la ansiedad. Las adicciones alimentarias también se encuentran como parte de un síndrome
adictivo donde convive con otras enfermedades adictivas, aquí el individuo devora con avidez algunos
alimentos que le proporcionan una rápida elevación de la taza neuronal de endorfinas, de serotonina o
de otros neurotransmisores, Fernández, (2003 ) afirma que estas son enfermedades importantes,
progresivas, contagiosas con la convivencia causantes de sufrimiento y se convierten en un factor de
riesgo para el desarrollo de cuadros depresivos. La comorbilidad de este trastorno habla además de
factores de riesgo personológicos que podrían generar una predisposición a caer en una conducta
adictiva, como lo son la “impulsividad, la disforia, la intolerancia a estímulos físicos y psíquicos
displacenteros y la búsqueda exagerada de sensaciones” (Echeburúa, 2000, p. 25).
La adicción alimentaria toma diferentes enfoques al estar relacionada con el objetivo que busca el
individuo con la conducta adictiva, (Fernández 2003) desde un enfoque psicoanalista menciona:
32
Tomando a la ansiedad como síntoma presente en las etapas de craving desarrolladas en las
drogodependencias es posible contrastarlo con lo que sucede en el individuo adicto a la comida ya
que como se mencionó la tendencia a ciertos alimentos como los lácteos y los carbohidratos establece
cambios químicos en el cerebro para manejar estados emocionales negativos incluida la ansiedad.
Este proceso también prodría asemejarse a una automedicación frente a niveles bajos de serotonina
siendo que su produccion se estimula por el consumo de carbohidratos y azúcares y otros hidratos de
carbono de consumo rápido. Sucede también que los sujetos obesos responden mayormente a
estimulos externos, su sistema sensorial es más sensible al tipo de señales organolepticas de los
alimentos y este consumo es reforzado por emociones negativas internas, por ello se menciona a las
adicciones comportamentales (adicción a la comida) por la similitud con adicciones químicas que
contribuye a la comprensión de la presencia de ansiedad así como su papel desencadenante en la
ejecución de conductas compulsivas y sin premeditación, efectuadas continuamente por
reforzamiento conductuales.
2.2 Trastorno por atracón en el paciente obeso. BED (Binge Eat Dissorder)
Encontramos que los trastornos alimentarios tienen alta prevalencia en los sujetos con obesidad, así
encontramos patrones conductuales que claramente se asocian con sobrepeso y obesidad por las
características de ingesta, el trastorno por atracón es una de las modalidades alimentarias que pueden
ser causa de obesidad. (Delvin y otros, 2003 citado por Giner, 2011, p. 33) Las formas de comer que
desarrolla un obeso que come excesivamente no siempre son funcionales, por ejemplo encontramos
que un mecanismo alimentario importante en los obesos adictivos es la dificultad de parar cuando han
empezado a comer algo parecido a lo que les sucede a los AA expresado por Jellink en el “no poder
parar” , en este caso de comer hasta sentirse con gran plenitud o a punto de reventar, la ingestión
mucho más rápida de lo normal, el consumo de grandes cantidades de alimento sin sentir físicamente
hambre, de forma más inconstante encontramos que los sentimientos de culpa a la sobreingesta y el
preferir comer estando solo –para tener mayor libertad de devorar el alimento (Fernández, 2003,p.
101) características que son definitorias de un trastorno por atracón. El trastorno por atracón ha sido
identificado mayoritariamente en mujeres de mediana edad, con cierta preocupación por la comida, la
figura y el peso corporal, que no son obesos pero mantienen sobrepeso, que han llevado patrones
reiterados de dietas restrictivas sin supervisión durante toda su vida, este tipo de dietas auto
recomendadas contribuye a que se inicie un ciclo parecido al estado de apetencia excesiva previa o
“craving” de adicciones. (Saucedo & Pérez, 2010, p. 332) En ciertos aspectos la bulimia nerviosa se
asemeja al trastorno por atracón, por ejemplo algunos desencadenantes son similares, “son los
factores estresantes interpersonales, la restricción de la dieta, los sentimientos negativos acerca del
peso corporal, la constitución personal y los alimentos, el aburrimiento. Los atracones pueden
minimizar o mitigar los factores que precipitaron el episodio a corto plazo, pero a menudo producen
una autoevaluación negativa y disforia como consecuencia a largo plazo”. (DSM-V, 2015, p. 351)
Algunos estudios demuestran que, “cuando el grado de obesidad es severo, la ocurrencia de atracones
34
se asocia a un grado sustancial de alteraciones en la alimentación, de tal manera que los sujetos con
obesidad mórbida que presentan atracones, forman un grupo diferenciado dentro de la población
obesa” (Saucedo & Pérez, 2010, p.333). Este es un trastorno de alta importancia clínica por ello se
presenta los criterios para su diagnóstico, definidos por el DSM-V en la tabla 2.1. La sensación de
pérdida de control propia del trastorno por atracón se podría considerar como un acto impulsivo donde
no existe la conciencia clara de la acción pues se ha determinado en algunos individuos características
disociativas durante el episodio ( DSM-V, 2015, p.351), la conciencia llega tardíamente después de
terminado el episodio de atracón y como es de suponer se acompaña de un sentimiento que no
siempre es congruente con la utilidad derivada de la ejecución de la acción, claramente se trata de un
acto disfuncional con niveles de impulsividad, pero para profundizar nos debemos preguntar si el
comer en el TA es realmente un acto impulsivo frente a un estado displacentero o una de las
conductas impulsivas que se manifiestan como parte de un tipo de personalidad.
Fuente: DSM-V, Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales. Barcelona Editorial
médica Panamericana, 2014
35
Delvin, Goldfein y Dobrow (2003) citados por Giner, (2011) proponen cuatro modelos donde
explican el Trastorno por Atracón, tomando en cuenta que pueden o no relacionarse con la obesidad.
A continuación se los presenta esquematizados, no se incluye el modelo donde se lo considera una
variante de bulimia nerviosa ya que ha quedado claro que es una entidad psicopatológica diferente
desde la propuesta del DSM-V. Los modelos A y B muestran los atracones como reflejo de la
psicopatología de la obesidad, la subyacen y aparecen como un signo que puede ser tomado en cuenta
para el diagnostico final, como los propone Delvin y otros en (2003) y citado por Giner,(2011)
Parte de la OBESIDAD
en función de Comer frecuentemente (picoteo)
Consumo de alimentos y
los patrones de Sobrealimentación en la comida
sobrealimentación
Sobrealimentación no percibida
Comida nocturna
Atracón
A.
B.
ATRACÓN
Obeso con TA Obeso
Sin TA
Figura 2.3 Trastorno por atracón como característica asociada a un trastorno primario.
Además de la visión diagnóstica que nos presenta el DSM-V, existen otras características que definen
el Trastorno por Atracón que han sido estudiadas a lo largo de los años conjuntamente con la
obesidad, se encontró por ejemplo que Wilson, G. y otros, (1993) en Bray & Bouchard, (2011)
hablan sobre la disfuncionalidad en cuanto a imagen corporal encontrando que pacientes con
trastorno por atracón tienen preocupaciones por el peso y la figura de manera similar a los pacientes
con Bulimia Nerviosa principalmente en cuanto a autoevaluación de la silueta y el peso, insatisfacción
con el peso corporal, evitación de ver su cuerpo y temor a engordar determinando una mayor
búsqueda de delgadez independientemente del grado de obesidad, en otro estudio sobre trastorno por
atracón referente a imagen corporal (Spitzer, Delvin & Walsh y otros 1992 citado por Latner &
Wilson, 2011) un alto porcentaje de pacientes mostraron una preocupación patológica de la figura y
peso que generaba alteraciones mas graves en la patología alimentaria, el estado de ánimo y el
autoestima. En cuanto a la historia del desarrollo de este trastorno se habla de importantes patrones de
alimentación compulsiva presente en la familia de origen, (Brody, Walsh,& Delvin 1998 citados por
Latner & Wilson, 2011) este aspecto debe ser considerado para el abordaje y tratamiento correcto de
la obesidad, tomando en cuenta si el entorno en el que se desenvuelve el paciente propicia
alimentación excesiva y aumento de peso que no represente una red de apoyo verdadera.
Se ha establecido que pacientes con trastorno por atracón y que son obesos poseen como
características rasgos psicopatológicos que influyen en el estilo y calidad de vida de estos pacientes.
Fassino y otros (2003); Telch& Stice (1998); Fontenelle y otros (2003); Jirik & Geliebter (2005),
Kolotkin y otros (2004) citados por Latner & Wilson, (2011) han determinado que comedores
compulsivos obesos tienen mayores niveles de depresión que pacientes obesos sin trastorno por
atracón. La psicopatología general que se puede encontrar en pacientes obesos con y sin trastorno por
atracón de forma diferenciada incluye mayores niveles de ansiedad, autoestima baja (Telch & Stice
37
1998; Jirik & Geilenberg citados por Latner & Wilson, 2011) junto con una pobre calidad y latencia
de presueño(Vardar y otros 2004); en la búsqueda de determinar psicopatología más prevalente en
comedores compulsivos se encontró que hay variedad de problemática como somatización, síntomas
obsesivos compulsivos, hostilidad e ideación paranoide (Spitzer, Yanovski & Wadden, 1993)
sensibilidad interpersonal (Vardar y otros 2004), la tendencia de expresar ira hacia el exterior
(Fassino y otros 2003), presencia de trastornos de personalidad paranoide, antisocial y borderline
(Van Hanswijck y otros 2003). Alrededor de estos estudios se ha ido determinando una gran
prevalencia de psicopatología emocional y psiquiátrica en pacientes con trastorno por atracón, así se
encuentra que hay un subgrupo distintivo de mujeres con trastorno por atracón, afectos negativos y
variaciones en el estado de ánimo cuyas características encierran alto grado de angustia,
preocupaciones por el peso y la comida, problemas sociales, trastornos de ansiedad y personalidad,
historia de trauma y abuso, baja autoestima y escasa respuesta al tratamiento (Stice y otros, 2001;
Peterson y otros, 2005)
La presencia de la variada y extensa psicopatología en pacientes que han sido diagnosticados con
trastorno por atracón y que además viven con obesidad genera cambios y complicaciones en su
calidad de vida y en la de quienes les rodean, la tendencia a la depresión y la baja autoestima puede
contribuir al aislamiento y la búsqueda de refugio en la comida, más aún si existen modelos familiares
comedores compulsivos, se debe prever las consecuencias de de la presencia de esta psicopatología
en el tratamiento para establecer un abordaje adecuado tomando inicialmente prioridad sobre esta
problemática antes que la pérdida de peso, lo que ayudará a mejores resultados en la pérdida de peso
y la salud mental de los paciente creo que es ahí donde radica la importancia de una labor
interdisciplinaria con evaluaciones psiquiátricas y psicológicas constantes.
Hay que destacar que se ha propuesto variedad de tratamientos para el trastorno por atracón en
pacientes con obesidad donde los objetivos propuestos por (Latner & Wilson, 2011) son (a)
atracones, (b) psicopatología especifica del trastorno alimentario (c) psicopatología general y (d)
obesidad en sí misma. Se ha propuesto abordaje psicológico junto con fármacos, únicamente
farmacológico y únicamente psicológico dando mejores resultados la psicoterapia constante como
parte del tratamiento psicológico, (Grillo y otros, 2007) así la terapia cognitivo conductual en
atracones y dirigida a la obesidad junto con autoayuda guiada y programas que incluyen psicoterapia
interpersonal son las predilectas al tratar este trastorno con TCC. El tratamiento farmacológico
utilizado para tratar este trastorno se ha enfocado en el uso de medicación antidepresiva en forma de
inhibidores de la recaptación de serotonina con resultados a corto plazo favorables (American
Psychiatric Association, practice guideline for treatment of eating disorders Am. Psychiatric Press.
2007;40.204-211) y pastillas placebo buscando reafirmar la utilidad del uso de antidepresivos;
conjuntamente la medicación anti obesidad como la sibutramina que actúa como supresor del apetito,
38
así como el orlisat un inhibidor de la lipasa y cuyo uso está aprobado por la FDA han mostrado
resultados positivos en la pérdida de peso comparativamente con uso de pastillas placebo.
(Appolinario y otros,2003; Grillo, Masheb & Salant,2005)
Este trastorno ha sido identificado como uno de los problemas que pueden aparecer tras la Cirugía
Baríatrica y nos llevan a cuestionarnos la dificultad para la adaptación a un cambio tan radical en los
comportamientos alimentarios, tomando en cuenta que los comedores compulsivos han mantenido
conductas de alimentación excesiva durante largos periodos y se ha convertido en un hábito difícil de
dejar, pues Green y otros, (2004) citados por Latner & Wilson, (2011) han identificado a la
presencia de trastornos alimentarios previo a la cirugía Baríatrica como un predictor de fracaso
observando ganancia de peso y recaídas en los episodios de atracones a largo plazo.
Cualquier cosa que es capaz de aumentar una conducta se considera como un reforzador, y a pesar de
que un reforzador no siempre se considera recompensa debemos entender que la comida es por
excelencia un reforzador de conductas, así como sucede en la experimentación animal en búsqueda de
determinadas respuestas como señal de inteligencia, aprendizaje o adaptación, por ello se considera
este modelo en la presente investigación.
Un enfoque conductual positivista de estimulo respuesta no bastaría para describir la complejidad que
encierra a la obesidad como psicopatología, sin embargo, al relacionar hechos más simples como el
reforzamiento conductual usado para obtener conductas positivas en la TCC nos ayudará a
comprender lo que sucede con patrones conductuales de las personas obesas frente a la comida y la
dificultad que representa alejarse de una asociación de comida y bienestar para estos pacientes, esto
sin dejar de lado el componente cognitivo que contribuye a la realización de una conducta propio del
ser humano.
Se ha propuesto que, para los seres humanos, el acto de comer depende más de factores externos que
fisiológicos que representan una mayor influencia afectiva, social y cultural en el acto de comer
(Rowland NE, Morien A, Li B., 1996 citado por Bell, y Rolls, 2003) estos estímulos han generado
39
evolución y cambio del ciclo de hambre saciedad. Tomando en cuenta que los gustos básicos en el ser
humano son el dulce (asociado filogenéticamente a alimentos comestibles y placenteros) y el amargo
(asociado a alimentos no comestibles) observamos que los alimentos ingeridos en el primer año de
vida son de preferencia dulces, con una presencia ocasional del sabor ácido posteriormente se
introducen mezclas de sabores, integrados con señales olfatorias o de otro tipo (Drewnowski A.,
citado por Osorio y otros 2014). En el segundo año se saborea lo salado y en edades posteriores el
sabor amargo. Estas tendencias las estimula y exacerba la industria alimentaria, sabiendo que los
estímulos asociados con la ingestión de alimentos, tales como el olor y la vista de comida, pueden
estimular el apetito incluso más que el hambre (Weingarten, 1985 citado por Bell, E. y Rolls, B.,
2003) todo esto para favorecer la ingesta de sus productos (Olivares S, Albala C, García F, Jofré I.,
1999 citado por Osorio, J. , Gerardo Weisstaub, G. y Castillo C. 2014) En personas obesas, el sabor e
incluso los olores de alimentos desencadenan respuestas aumentadas de recompensa, motivación y
emoción, y memoria. (Bragulat et al., 2010; Rolls, 2010 citado por Tamayo D. y Restrepo M. 2014).
La conducta alimentaria de una persona se desarrolla a partir de la influencia familiar, iniciando por
la madre que transmite sus conocimientos, creencias, hábitos y costumbres desde la gestación y
continúa con la transferencia de lo que ella aprendió de su entorno y lo social; junto con los
contenidos afectivos, sociales y psicológicos que le corresponden. Son factores que influyen en la
ingesta y selección de alimentos el pacer que producen sus características organolépticas; estudios
demuestran que la grasa en las comidas, sobre todo la mezclada con azúcar y sal, mejora las
características organolépticas y favorece la elección de comidas con alto contenido graso
(Drewnowski, 1997 citado por Bell, E. y Rolls, B. 2003) así como factores ambientales como la
temperatura y el contexto social.
Frente a todo lo que significa la conducta alimentaria, los estímulos sensoriales representan uno de los
factores que en mayor grado determinan la ingesta sin embargo el hecho de que se vuelva compulsiva
y excesiva llevando a una persona al sobrepeso o la obesidad tiene que ver con valor cognitivo y
afectivo que cada persona le otorga a este estímulo otorgándole la capacidad de causar placer y
bienestar si le sumamos los efectos fisiológicos a nivel neuronal de ciertas comidas como ya se
mencionó anteriormente; explicándolo a continuación con un esquema de condicionamiento operante
donde la comida se convierte en el reforzador principal, incitando a la ingesta en busca de estados
positivos o para eliminar los negativos.
40
Condicionamiento
Operante
POSITIVO NEGATIVO
Presencia de estado
Reforzador Ingesta de emocional aversivo
primario comida
Reforzador
Recompensa Satisfacción
básica Placer
Ingesta de
Bienestar
comida
HABITO –APRENDIZAJE
Conducta de
ingesta se mantiene
ASOCIACIÓN
COMIDA =BIENESTAR
Figura 2.4 Esquema del mecanismo de reforzamiento conductual producido por la comida.
Otro factor que puede influenciar la ingesta excesiva es el grado de distensión estomacal, una gran
capacidad gástrica puede favorecer la ingestión de comidas copiosas porque los receptores de
estiramiento, que envían señales vagales relacionadas con la saciedad, no resultan completamente
estimulados hasta tanto el estómago no se haya distendido en determinada proporción a su capacidad
(Sánchez S., Weisstaub G., y Castillo C. 2014 citado por Osorio y otros). Esta, sería una respuesta
41
Por ejemplo sucede un mecanismo de reforzamiento conductual con alta carga cognitiva y afectiva en
la condición que Fernández (2003), menciona como hiperfagia neurótica con obesidad donde el medio
familiar es el lugar donde prolifera esta condición, iniciando con un ambiente de sobreprotección que
dedica una particular atención al cuidado y la vigilancia de la alimentación de niños, niñas y
adolescentes precoces, prestando una atención especial hacia las comidas, el alimento toma un
significado simbólico espiritual. En este ambiente los niños y niñas son bombardeados de alimentos
como representación de amor al mismo tiempo se despreocupan de su peso personal, pensando que la
madre es la responsable, Fernández (2003) también asocia este tipo de conductas con hogares donde
existe una madre ansiosa posesiva y un padre débil, lejano o ausente. En este caso aparece la
asociación de comida y amor, el estimulo es la abundante comida ofrecida por la madre como
representación de amor este estimula una respuesta de ingesta excesiva ya que genera en quien come
un estado de bienestar, alejando tal vez así de la problemática del hogar.
2.4 Apego del obeso por la comida, una visión desde el psicoanálisis.
En búsqueda de una teoría explicativa que permita comprender cómo un ser humano alcanza un peso
el cual le hace casi imposible movilizarse y desenvolverse de forma autónoma, cuando ha perdido el
control sobre su alimentación y su cuerpo (como ocurre en la obesidad mórbida), nos encontramos
como alternativa teórica con explicaciones psicoanalíticas que le otorgan gran importancia al vinculo
madre –hijo resaltando la posible creación de traumas y fijaciones a nivel oral, así como deficiencias
en el cuidado y la respuesta de la madre (cuidador principal) ante las necesidades primarias del bebé.
Las fijaciones a nivel oral en el obeso se instauran en la etapa de lactancia, donde el vínculo madre-
hijo se desarrolla normalmente a partir de la alimentación, pero que por las características del
infante donde según explicaciones Kleinianas se establece una relación ambivalente frente al pecho
materno (inicialmente) y luego frente a la madre en la que la indiferenciación del bebé como
individuo separadamente de la madre genera angustia y sentimientos ambivalentes (agresión y ternura
al mismo tiempo) , a través de la que pueden aparecer fijaciones orales como menciona (Reinoso,
2014) sea como excedente de placer, presentándose en el adulto obeso que ha quedado extasiado por
esta experiencia como una necesidad de su primer objeto de amor y deseo de manera constante y
repetida (comer para sentirse a gusto); o por el contrario como un trauma donde esta experiencia no
resulto placentera y genera una fijación en la que con la repetición de la compulsión (comer) el obeso
42
busca revivir su trauma primario esto como forma de alivio de ansiedad. Reinoso (2014), también
hace referencia al concepto de lo canibalesco acuñado por Freud al hablar de la fase oral en la cual
existe una marcada necesidad de devorar el objeto de amor primario (el pecho de su madre) de tal
manera esta es entendida como la etapa determinante de las futuras relaciones que queda incrustada
en su psique en la que el niño por alguna razón y que en sujetos obesos por situaciones de fijación se
manifiesta como un síntoma, manifestado como la necesidad de “devorar todo lo que esta a su
alcance, como buscando incorporar a través del alimento ese objeto de amor perdido en su infancia
que dejó una falta”.(Reinoso, 2014, p.9)
Moneta,(2005) también le da especial importancia al vinculo madre hijo cuando habla del nivel de
apego como un indicador de psicopatologías y alude los estudios de Rosenstein y Horowitz (1996);
Detke y Kobak (1996) y Patrick y Hobson (1994) que hablan de la relación entre trastornos de
exteriorización (trastornos alimentarios y de conducta) con estados de ánimo indiferente en los
cuidadores principales. De esta forma las huellas que quedan en el individuo desde su infancia como
parte del desarrollo de vínculos afectivos negativos o el desarrollo de un apego inseguro/ambivalente
pueden verse manifestados incluso como compulsiones alimentarias donde la compulsión como tal
(con su característica repetitiva e invasiva a nivel inconsciente en forma de obsesiones) se
relacionada con experiencias pasadas que quedaron fijadas en la psique del sujeto, se expresan para
aliviar la ansiedad y se constituyen en uno de los síntoma de la psicopatología más profunda relativa
a la obesidad. Es importante analizar lo que significa el desarrollo del apego y como se diferencia
tomando en cuenta la respuesta que da la madre (o el cuidador) al pequeño.
El apego entendido como “vínculo emocional entre el lactante y el proveedor de cuidados, en donde
ambos contribuyen a la calidad de la relación y hacen que dicho vínculo sea recíproco y duradero”.
(Papalia, Wenkos, & Duskin, 2004, p. 246) que evolutivamente es necesario para una adaptación
correcta sabiendo que a través de él se logra garantizar la satisfacción de necesidades físicas y
psicosociales del bebé y podría decirse que existe para promover la supervivencia del recién nacido.
(MacDonald, 1998 citado por Papalia, Wenkos, & Duskin, 2009), la calidad que tenga este vínculo
43
depende de la madre (cuidador) y el pequeño, formándose así apegos seguro y ansioso o inseguro
(evitante, ambivalente o desorganizado- desorientado) El apego inseguro desorganizado identificado
por Main y Solomon, (1986), se manifiesta en el bebé mediante conductas contradictorias, repetitivas
o desencaminadas (donde buscan la cercanía con el desconocido en lugar de con la madre frente a una
situación extraña, parecen confundidos y temerosos) es probable que este tipo de apego se dé en el
caso de bebés cuyas madres son insensibles, invasivas o abusivas o que sufrieron pérdidas no
resueltas (Papalia, Wenkos, & Duskin, 2009) , o se trate de poblaciones con alto riesgo al ser niños
prematuros, con autismo o síndrome de Down, y en aquellos cuyas madres abusan del alcohol o las
drogas (Vondra y Barnett, 1999 citado por Papalia, Wenkos, & Duskin, 2009) Este patrón de apego
parece representar un factor de riesgo para problemas conductuales posteriores, en especial conductas
agresivas (Van IJzendoorn y otros 1999), carencias en el desarrollo adecuado del apego también se
evidencia en el desarrollo de determinados comportamientos alimentarios y su posterior desarrollo
(Chatoor, I. y otros, 1984 citado por Papalia, Wenkos, & Duskin, 2009).
Rovira & Chandler, (2002) habla de esta relación, enfatizando la necesidad de una respuesta
adecuada ante las necesidades del infante durante las primeras etapas de la vida, donde la madre
deberá desenvolverse empáticamente y lograr comprender el lenguaje sin palabras propio de esta
etapa, establecen que la respuesta típica de madres que no han logrado establecer una relación
empática y un vínculo seguro, responden ofreciendo alimentos frente a los más diversos estados de
tensión interna del bebé. De esta forma se generan trastornos en el desarrollo del yo, mostrándose en
otras etapas como la incapacidad de identificar las propias emociones como patrón aprendido del
actuar poco empático y el vínculo inseguro o desorganizado que vivió el sujeto. En el caso del sujeto
obeso expresa esta incapacidad buscando calmar cualquier estado negativo interno mediante la ingesta
que por su naturaleza compulsiva y excesiva lleva a aumentar de peso y que se ha consolidado como
menciona este mismo autor en un trauma específico temprano. En la actualidad las características
del cuidador se han diversificado por no ser una función que le corresponda únicamente a la madre
quien se ha ido involucrando cada vez más en el rol profesional fuera del hogar, por lo que se debería
realizar estudios longitudinales que estudien las nuevas relaciones creadas al mismo tiempo con la
madre y el cuidador (parvularias/os, abuelas/os, padre entre otros) y sus consecuencias en el
desarrollo del vínculo y la consolidación del yo en los individuos actuales, así como la forma en que
esto incidirá en las nuevas sociedades en un futuro.
Budd, y otros (1992) citado por Osorio, Weisstaub, & Castillo, (2002) mencionan otras alteraciones
en la conducta alimentaria relacionadas con el tipo de vínculo que se desarrolle con los padres,
afirman que podrá observarse que en aquellos niños con trastornos alimentarios con falla del
crecimiento de causa orgánica (disfunciones orgánicas) existen padres con un mayor grado de
angustia emocional y mayor estatus social, comparados con niños con trastornos alimentarios con
44
falla del crecimiento no orgánica donde existen condiciones deprivadas en el hogar o inconsistentes
lazos parentales (apego desorganizado-inseguro).
Las explicaciones psicoanalíticas acerca de las relaciones objetales, destacan la relación madre-hijo
como determinante en la formación de su comportamiento y por ser el alimento el objeto que
simboliza posteriormente el pecho materno entendemos que el vínculo que desarrolla el sujeto obeso
es principalmente con la comida (un objeto externo) por todas las características que esta representa.
Explicaciones de Pichón Rivieré (1985) sobre el vínculo hablan de una “estructura dinámica en
continuo movimiento, que engloba tanto al sujeto como al objeto, teniendo esta estructura
características consideradas normales y alteraciones interpretadas como patológicas”. (Pichón Rivieré,
1985 citado por Reinoso, 2014, p. 17). Sobre este aspecto es importante hacer referencia a la relación
del objeto (comida) en la conducta de no saciarse del obeso y de su vacío psíquico profundo donde el
saciarse “representa la separación del objeto anhelado, el comer de más y no sentirse nunca llenos, en
pacientes obesos que hemos estudiado, nos hizo pensar en su vano intento de llenar un vacío interior
sin límites, vacío que tiene su origen en dañinas e indelebles experiencias infantiles de soledad y
abandono” (Rovira & Chandler, 2002, p.4 ).
El vínculo patológico formado a partir de la falta de empatía del cuidador, se manifiesta igualmente en
su relación con objetos internos y externos principalmente la comida, su propio cuerpo y su entorno,
exteriorizada en un ciclo repetitivo entre deseo, placer y culpa (Reinoso, 2014) y que se muestra a
través de la compulsión alimentaria mediante atracones, depresión, ansiedad y sentimientos negativos.
Más adelante en la vida del infante inmerso en relaciones vinculares ambivalentes o inseguras
aparecerá un entorno que contribuye al desarrollo de psicopatologías como base de la obesidad,
como menciona Guillén, (2014) sobre la influencia de la familia en el desarrollo del/a niño/a citando
las ideas de Brunch sobre las características de la madre afirmando que presentan comportamientos
ansiosos, tienden a ser sobreprotectoras, hóstiles, rechazantes e inseguras y en ocasiones es común
que sean o hayan sido parte de entornos de pobreza, inseguridad o carencias afectivas, mostrando las
características del vinculo inseguro o desorganizado que ya se menciono; mientras que el padre sería
ausente, poco comunicativo, débil, distante en la relación con la familia. De esta forma el niño es
sobreprotegido por su madre se usa el alimento como una forma de compensar necesidades que no
45
fueron recompensadas o se convierte en una demostración de afecto, donde se establece una forma de
“espiritualización del alimento a nivel psíquicoregresivo donde se equipara el acto de comer con la
entrega amorosa al pecho materno” (Fernández, 2003, p.101), el alimento es usado en este tipo de
ambiente como estrategia para no centrarse en las situaciones tensas que generan ansiedad por
presencia de problemáticas familiares más profundas. Este mismo autor menciona que las
características de estos alimentos son generadores de obesidad ya que serían principalmente azúcar
procesado, carbohidratos y lácteos que por los efectos químicos que generan en el cerebro serían
potencialmente adictivos; otros autores igualmente hacen referencia a las carácteristicas simbólicas
que el ser humano le ha otorgado al alimento por ejemplo: “gratificación, premio, manifestación de
afecto, recuerdos infantiles, instriumento de comunicación o interacción familiar, conmemoración de
situaciones especificas, correlación cultural o religiosa, compañía, ente otros, a la cual es
especificamente suceptible” (Brunch (1973) y Le Bow (1986) citados por Guillén (2014),p.40)
TITULO III
OBESIDAD
Llegar a una definición única de lo que significa obesidad es complicado ya que se debería considerar
todos los factores que influyen en su aparición y mantenimiento, sin embargo para un mejor
entendimiento se presenta la definición dada por la OMS en 2013 y que se mantiene hasta hoy como
la “acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud”, para el
diagnostico correcto de esta enfermedad se hace necesario realizar una evaluación clínica que
incluya medidas físicas (signos vitales e IMC), medidas del perímetro abdominal y test de laboratorio,
todo esto para corroborar la naturaleza de la patología así como su gravedad (Bray, Clasificación y
evaluación del paciente con sobrepeso, 2011). El IMC o Indice de masa corporal “representa una
relacion más o menos constante en los adultos del peso corporal expresado en kilogramos, dividido
entre la estatura representada en metros y elevada al cuadrado”( Valencia, M. et al, p. 666 (2008)).
Además afirma que este indice se ha convertido en una de las herramientas más utiles para determinar
la presencia de sobrespeso y obesidad, así como su prevalencia en la población pero que no es eficaz
al momento de evaluar la distribución de grasa corporal. A continuación se muestra la clasificación de
la obesidad basada en el IMC usado en la evaluación clínica de la obesidad.
Normal 18.5-24.9 -
Sobrepeso 25.0-29.9 -
30.0-34.9 1
Obesidad
35.0-39.9 2
Tabla 3.1 Clasificación de sobrepeso y obesidad como recomiendan las guias NHLBI*fuente
p.18.
Esta clasificación no toma en cuenta las variaciones que pueden encontrarse en los diferentes grupos
étnicos, cuyo porcentaje de grasa corporal varia en torno al mismo IMC lo que supone un diferente
riesgo frente a la obesidad; ya que los datos recogidos para su realización fueron de caucásicos.
(Bray, Clasificación y evaluación del paciente con sobrepeso, 2011) Esto hace necesaria una
evaluación global de la obesidad, tomando en cuenta todos los recursos clínicos disponibles,
recordando que las alternativas de tratamiento van desde la terapia conductual, nutrición y los
procedimientos quirúrgicos según el caso y la comorbilidad presente. Sobre el curso y la etiopatogenia
47
con la que puede aparecer y desarrollarse la obesidad tenemos una propuesta generada por el
Departamento de Medicina Preventiva de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de
Nuevo León, que explica claramente cómo la obesidad tiene un período prepatogénico donde
intervienen las características predisponentes, potenciadoras y mantenedoras de la obesidad sobre un
individuo, que por problemas endógenos o al no poder equilibrar la ingesta y gasto de energía gana
peso, y si este no logra controlar estos aspectos terminará en una etapa patogénica de obesidad donde
su cuerpo podrá ser afectado por algunas enfermedades como diabetes, hipertensión, etc que se
muestran en el esquemas 3 Además de los tipos de obesidad en relación al IMC se muestran otras
clasificaciones en torno a diversos aspectos como menciona Sandoval, E. , (2010):
Según la
Etiología
Endócrino Obesidad ovárica se observa en el síndrome de Stein-Leventhal que se caracteriza
por amenorrea, hirsutismo, aumento excesivo de peso
Hiperinsulinemia se presenta en personas con diabetes tipo 2 que requieren de
insulina, la cual favorece a la síntesis de grasa y su tejido adiposo.
Hiperfunción suprarrenal se presenta un aumento de peso, con una distribución
característica en la región faciotroncular del cuerpo debido a la producción de
glucocorticoides
De origen Hipotiroidismo ocasiona el incremento de peso. Se presenta cuando hay un daño
hipotalámico en el hipotálamo, lo cual provoca hiperfagia y como consecuencia se genera la
obesidad.
De origen El incremento de peso, se debe a alteraciones cromosómicas. Como el Síndrome
genético de Prader Willi que se caracteriza por hipotonía, índices reducidos de actividad,
baja estatura, problemas respiratorios, dentales, ortopédicos y de la piel,
hipogonadismo e hipogenitalismo. Hiperfagia, búsqueda y obsesión por la
comida, llevando a la obesidad.
Genéticamente se manifiesta por la falta del gen paterno en el cromosoma
15q11-q13 recuperado de:
http://www.spine.org.ar/index.php?option=com_content&view=article&id=6&Ite
mid
Por Se origina por la ingestión de algunos fármacos entre ellos se tiene los
medicamentos glucocorticoides, broncodilatadores, insulinas, antidepresivos
triciclicosfenotiacinas, estrógenos e hidracidas
TIPOS DE
OBESIDAD
Según su Por su
origen etiología
A nivel
celular
Por la
topografía Hipertrófica: Hiperplasica:aument
regional del aumento de o de células adiposas
tejido adiposo volumen de los (durante el
adipocitos crecimiento)
Endógeno:
Exógeno: Ginecoide o Androide o
factores Visceral o
ingesta periférica: central: tipo
hormonales y generalizada:
excesiva. tipo pera se manzana se
metabólicos acumulación
presenta más presenta más de las grasas al Origen Origen Origen Por
Secundaria: en mujeres, en hombres se rededor de las
Primaria: endocrino hipotalámico genético medicamentos
enfermeda acumula acumula tejido visceras
desequilibr mayor tejido adiposo en
io entre des que
aumentan adiposo en cara, región
ingesta cadera, cervical, tronco
calórica y el tejido
adiposo. glúteos y y abdomen
gasto de muslos riesgo
energía depresentar
Genera
problemas enfermedades
articulares, crónicas
venosos o degenerativas
biliares
ETAPA CLÍNICA
adolescentes, Aumento de no transmisibles
ancianos, adultos
peso,
aparición de
alteraciones
niveles altos de psicologicas y
trialgliceridos, conductuales.
agente: ganancia colestterol ,
de peso presión arterial,
glucosa
ETAPA SUBCLINICA
RECUPERACIÓN
Individuo sano, equilibrado
Desde una perspectiva cultural a partir de la que se afirma que las diferencias étnicas son un factor
diferenciador de prevalencia de la obesidad, siendo que las practicas alimentarias de Latinoamérica no
son las mismas que las de Estados Unidos o Europa debemos tomar en cuenta que mucha de la
literatura escrita en torno a la obesidad se basa en datos obtenidos en una población caucásica, a pesar
de ello por la globalización los modelos culturales ofrecen modelos de imagen corporal a seguir en
torno a esta perspectiva, por lo que debe ser tomada en cuenta tanto las diferencias en torno a
factores únicos de cada cultura como la información que se ofrece a nivel mundial que influye a toda
la población.
Por ejemplo Kumanyika, S. (2010) afirma que las diferencias culturales deben ser tomadas en cuenta
en el abordaje y tratamiento de la obesidad, pues “las influencias culturales y contextuales acerca de
comer, actividad física y control de peso en la sociedad en general incluidos los medios de
comunicación, las actividades comerciales y estilos de vida influyen directamente en las actitudes y
comportamiento del individuo en torno a la adherencia al tratamiento de la obesidad”p.60. Siendo
que se habla de una posible predisposición biológica para ganar peso en los grupos étnicos como
mexicano-americanos, afro, e hispanos en comparación con la población blanca caucásica de E.U.A.
se podría explicar el exceso de obesidad en estas poblaciones. La visión de Latinoamérica y el Caribe
en torno a la imagen corporal también puede explicar la presencia de patrones de sobrepeso y
obesidad ya que es común que existan actitudes favorables frente a una imagen corporal más
voluminosa o que no apoya un fuerte deseo de estar delgado. (Couninah, (1997) citado por
Kuanyika,(2011)) y como ya se dijo estas actitudes influencian directamente en los comportamientos
alimentarios de una persona y por ende el desarrollo o no de sobrepeso y obesidad. Se puede decir que
en aquellas sociedades con alta prevalencia de sobrepeso y obesidad es una norma social serlo, o
simplemente es visto como saludable ya que se han desarrollado prejuicios en torno a la delgadez
relacionada con enfermedades como el cáncer o el SIDA; y sin el ánimo de ser discriminatorios
51
entendemos la relación de poblaciones desventajadas que poseen bajos ingresos económicos y baja
atención educacional en torno a hábitos saludables que no suelen responder positivamente ante
campañas de salud alimentaria con el desarrollo de costumbres no saludables en torno a los alimentos
y obesidad. Todos los factores mencionados anteriormente confluyen en un entorno mundial
promotor de la obesidad donde a nivel ecológico como menciona Kumanyika (2011), las normas
culturales y los factores sociales estructurales fomentan y mantienen un consumo crónico de calorías
y estilos de vida sedentarios, tendencias que se traducen en porciones cada vez más grandes de
comida, disponibilidad de comida alta en calorías pero pobre en valor nutrimental; así como el uso
excesivo de automóvil, ausencia de transporte público eficaz, formas sedentarias de recreación y uso
de tiempo libre en televisión y computadora. Socialmente vivimos en un entorno donde el mantener el
autocontrol sobre el comportamiento al comer y un estilo de vida equilibrado que posea actividad
física adecuada se convierte en un reto ya que la publicidad, el entorno y la cultura consumista que
aunque genera beneficios económicos para la población promueve patrones de conducta
contradictorios y a pesar que es claro que no es normal mantener sobrepeso u obesidad si es cierto
que la mayoría acepta y conserva comportamientos que afectan el peso adecuado, estos son entornos
obesogénicos que inciden directamente en la presencia de sobrepeso y obesidad, que varían de
cultura a cultura y que deben ser tomados en cuenta para el tratamiento y prevención de la expansión
de la obesidad como una epidemia mundial. Por ello factores que podrían ser considerados
predisponentes en etnias minoritarias como la hispana y los afro podrían estar reflejando creencias y
aspectos culturales que generan obesidad en Latinoamérica, entre ellos los medios de comunicación y
los modelos con sobrepeso u obesidad que se presentan reforzando prejuicios de obesidad como
norma en esta población; el papel social según la edad que limita en la realización de actividad física
y el peso que una mujer gana durante el embarazo tomado como difícil de perder . Algunos de estas
actitudes y creencias se muestran en la siguiente tabla, ya que estas afectan claramente al manejo del
peso y los comportamientos alimentarios. El individuo obeso es parte de un sistem- entorno en el que
recibe y expresa información por ello al hablar de su problemática el conjunto en el que se
desenvuelve también representa una problemática así como indica Rossi en 2011 cuando habla de
Indicadores del desequilibrio sistémico establecidos como Físicos, psicológicos y comportamentales,
al hablar de comportamentales se habla de los que involucran conductas de una persona como
discutir, aislamiento de los demás, absentismo de las clases, aumento o reducción del consumo de
alimentos y desgano para realizar las labores escolares.
” Este conjunto de indicadores se articulan de manera idiosincrática en las personas, de tal manera que
el desequilibrio sistémico va a ser manifestado de manera diferente, en cantidad y variedad, por cada
persona”. (Rossi, 2011) Por lo que se dice que la cultura y el entorno influyen indiscutiblemente en
los comportamientos alimentarios determinando que sean saludables o no.
52
Actitudes influenciadas culturalmente del peso Percepciones sobre el manejo del peso
Alimentación, actividad y salud en general Relacionados con el tamaño corporal y el peso
Propiedades de los alimentos medicinales o
Tamaño y forma corporal ideal, aceptable y
saludables; restricción de los alimentos
deseable
relacionados con la salud.
Significados simbólicos y sociales de los usos de
Definición de delgadez y gordura
los alimentos
Percepción de los factores determinantes de la
Alimentos y sabores preferidos y aversiones
condición de peso
Importancia del tamaño corporal y la forma y
Ayuno y deprivación de alimentos
relación con el concepto de sí.
Porciones de comida; dejar comida en el plato; Efectos funcionales y en la salud (positivo y
saciedad. negativo) de un determinado peso
Comida en exceso, alimento y modo de
Prioridad dada a la gestión de peso
afrontamiento
Maneras de ganar y perder peso o influencia de la
Efectos fisiológicos y beneficios para la salud de
forma del cuerpo, incluida el papel de la dieta y
la actividad física, ejercicio y descanso
el ejercicio.
Alimentos relacionados con los papeles sociales Normas de atractivo personal
Papel de las limitaciones relacionadas con el Percepción de la presión social para perder o
género, edad, posición social y trabajo ganar peso.
Inclinación hacia las dietas con bajo contenido de
Preferencia tipos de actividad de tiempo libre
grasa, pastillas adelgazantes o purgas.
Figura 3.4 Actitudes influenciadas culturalmente generales y específicas del peso, y percepciones
pertinentes al manejo del peso.
El abordaje conductual es una visión teórica que abarca varios aspectos de la génesis y tratamiento de
la obesidad, en el que encontramos la propuesta de Wing, R., 2010 donde explica tres supuestos
importantes a tomar en cuenta en este estudio:
“(a) las conductas alimentarias y el ejercicio afectan el peso corporal; cambiando estas conductas es
posible cambiar el peso corporal; (b) los modelos alimenticios y de ejercicio son conductas
aprendidas y al igual que otras conductas pueden ser modificadas; y (c) para poder modificar estas
conductas a largo plazo es necesario cambiar el entorno/medio de influencia” Wing, R., 2010 p.239.
Este abordaje da la misma importancia a los antecedentes genéticos, familiares y culturales tomando
en cuenta que significan un fuerte predisponente y factor de riesgo para el desarrollo de obesidad, sin
embargo la presencia de estos factores no significa que obligatoriamente se generará obesidad; en
cuanto a los antecedentes familiares y culturales el factor predisponente tiene más fuerza ya que al
estar constantemente influenciados por un medio donde las preferencias alimenticias y la elección de
alimentos se encuentra constantemente reforzada por publicidad y factores ambientales normativos
el individuo bajo la presión social terminara siguiendo estas conductas que generan obesidad. A
pesar de que toma en cuenta estos factores este abordaje se centra en el trabajo con las conductas
53
actuales y el medio bajo el cual se desarrollan y es bajo estos parámetros que determina el trabajo en
torno a la obesidad que se debería hacer buscando un cambio de comportamientos. Esta propuesta
esta explicada por Wing, R. (2010) mediante el modelo A-B-C y en torno a ello se lo explica en la
figura n. Donde podemos explicar como si un individua ha estado acostumbrado a patrones
alimenticios no saludables, excesivos y desordenados, frente a estímulos como la presencia de otras
personas comiendo o la disponibilidad de alimentos no saludables, genere que coma excesivamente a
pesar de que no deba hacerlo o no sea saludable, sabiendo que las consecuencias serán la obesidad o
el sobrepeso más aún sabiendo que tiene predisposición a engordar o que tiene una enfermedad que le
predisponga a la obesidad. Estos factores hacen que sea más o menos complicado cambiar una serie
de hábitos alimenticios o conductas poco saludables. De esta manera encontramos que los
tratamientos en busca de disminución de peso en pacientes con obesidad y sobrepeso tienen un alto
componente conductual por ejemplo McREynolds, W., y otros 1976 citado por Wing R. 2010 habla
de programas donde se buscaba cambiar los modelos de alimentación (el lugar y el momento en el
que eran ingeridos) y en los que no se tomaba en cuenta ni el número de calorías ni el tipo de
alimento, encontrando resultados positivos. Los programas en la actualidad están enfocados en
obtener cambios conductuales donde se limite las señales asociadas con la comida entre los cuales se
usa estrategias de auto- monitorización, establecer objetivos, cambios en la nutrición y ejercicio,
control de estímulos, solución de problemas, reestructuración cognitiva, prevención de recaída aquí el
aprendizaje un elemento indispensable para el éxito de los programas significa aprender nuevos
hábitos necesarios para ser más activos y aprender cómo actuar en situaciones que hacen difícil
realizar comportamientos saludables como ejercicio y actividad física, estos programas buscan
enseñar a quienes buscan pérdida de peso a cambiar hábitos principalmente en su dieta y ejercicio.
A B C
ANTECEDENTES CONDUCTA
CONSECUENCIAS
Figura 3.5 Esquema A-B-C de Ellis que muestra los factores que generan obesidad
54
El ser humano como todos los seres vivos requieren de energía para funcionar correctamente, y
mediante la ingesta de alimentos logra obtenerla, esta energía es usada para el funcionamiento
cotidiano se sistemas y órganos, además una porción es almacenada para ser utilizada posteriormente
en periodos de no ingesta, reposo, ayuno o situaciones extremas en las que no exista la posibilidad de
ingerir alimentos; en los seres humanos esta energía es almacenada en el tejido adiposo y el hígado
(también existen depósitos de grasa en áreas viscerales donde se constituyen un relleno y protección
de estas) como triacilgliceridos, en este proceso están implicados proceso hormonales de regulación
por lo que alteraciones pueden producir algunas patologías metabólicas, por ello se menciona aquellas
alteraciones hormonales que pueden aparecer, a partir de la infancia y predisponer al mantenimiento
de sobrepeso u obesidad en la adultez; su naturaleza es amplia y por ello se ha considerado que
existan alteraciones a nivel central del sistema nervioso principalmente en el hipotálamo lo que
genere cambios hormonales esencialmente en hormona del crecimiento GH, alteraciones de la función
hipofiso-gonadal y suprarrenal y secreción de prolactina causados como mencionan Gómez -Gila &
Del Valle Nuñez (2000) evidenciadas en el hipotiroidismo, déficit de hormona de crecimiento,
Síndrome de Cushing, Trastornos hipotalámicos, hipogonadismo, Síndrome de Mauriac e Insulinoma
que poseen componentes genéticos en su etiología.
Algunos mecanismos subyacen el tejido graso que es el principal órgano que se modifica cuando
existe obesidad, de esta forma se mencionará la fisiología alrededor de este y las alteraciones que se
producen una vez que se ha desarrollado la obesidad.
A partir de esto se menciona a los triacilglicéridos como la fuente principal de energía obtenida del
tejido graso, mediante procesos de hidrolisis provenientes de la dieta o a partir del metabolismo de
otras sustancias como azúcares, así lo mencionan Lazo de la Vega- Monroy & Fernández-
Mejía,(2010) además hablan de los procesos de lipogenesis que se dan a partir de carbohidratos en la
glándula mamaria, el músculo, el hígado y tejido adiposo recalcando que en los dos últimos tejidos, es
donde esta vía tiene como fin la regulación del balance energético del organismo.Explicando que las
hormonas son indispensables en el almacenamiento y la utilización de lípidos incluyendo la condición
energética de la célula, mencionan a la insulina en el proceso de lipogénesis ya que esta ultima
favorece la captación de lipidos y la lipogénesis en sí; y contribuye a la inhibición de la
lipólisis.Finalmente las hormonas que contrarrestan la acción de la insulina, como el glucagón, los
glucocorticoides y las catecolaminas, favorecen la lipólisis y la β-oxidación.
55
Se habla de dos procesos indispensables en el funcionamiento del tejido adiposo; lipogénesis, lipolisis
y la β-oxidación como un proceso que se produce fuera del tejido adiposo subcutáneo. La lipogénesis
como el proceso mediante el que se produce a triacilgliceridos componente de las células adiposas que
contribuye a la producción y almacenamiento de energía, son sintetizados en el hígado y transportados
al tejido adiposo donde se almacenan según las necesidades. De esta forma “la lipogénesis se
encuentra activa después de la ingesta de alimentos, está favorecida por la insulina y por condiciones
celulares de aumento de ATP y por ende reducciones de las concentraciones de AMP y ADP” (Lazo
de la Vega- Monroy & Fernández-Mejía, 2010, p104.) La lipolisis un proceso mediante el cual se
desdobla los triacilgliceridos mediante hidrolisis en los adipositos en para obtener energía es mediada
por la lipasa. A estos procesos se añade la oxidación de ácidos grasos como fuente de energía para el
hígado, la corteza renal, el corazón y el músculo esquelético en reposo mediante la β-oxidación,
fracción de ácidos grasos, este proceso aporta el 70% de la energía durante el ayuno en los seres
humanos.
Para que se produzcan los procesos de lipogénesis, lipolisis y oxidación de ácidos grasos que facilita
la utilización de los lípidos en los diferentes procesos son necesarios mensajes hormonales y cambios
de carga energética que estan mediados por factores de transcripción y vías de señalización de
algunas hormonas, proteínas y carbohidratos.
Lazo de la Vega- Monroy & Fernández-Mejía (2010) realizan una basta explicación de los factores
trascripcionales y sus funciones en el tejido adiposo que unicamente serán mencionados tomando en
cuenta que todos inciden directamente en el metabolismo de lipidos, así encontramos la vía de
señalización de la proteína cinasa (PKA) que favorece la lipólisis y las oxidaciones de los ácidos
grasos, intermediariamente por las hormonas glucagón, la adrenalina y la noradrenalina, SREBP-1c
(Sterol Responsive Element Binding Protein 1c) que se expresa como mediador de la insulina en la
expresión de genes del metabolismo de carbohidratos y lípidos; ChREBP (Carbohydrate Responsive
Element Binding Protein) que favorece principalmente la expresión de genes lipogénicos y el
56
Proliferador Activado por Peroxisomas (PPARs) que aumenta directamente la expresión de genes
participantes en el catabolismo de los ácidos grasos en el hígado (captación y oxidación).
Se debe mencionar que el tejido adiposo normal contribuye a la determinación de formas corporales
diferentes entre hombres y mujeres, a la regulación de la temperatura corporal y el tejido adiposo
visceral como relleno de espacios entre órganos para mantenerlos en posición adecuada; añadiendo
que el sujeto obeso posee una anatomía diferente en este aspecto y es a partir de ello que se generan
alteraciones en su salud y el funcionamiento adecuado de su cuerpo. Se menciona algunos de los
aspectos más importantes de este órgano y su repercusión en la génesis de la obesidad; la leptina
como un regulador de la ingesta de alimentos y el gasto de energía (desproporcionado en el sujeto
obeso) que tiene un efecto positivo sobre la sensibilidad a la insulina, favorece la oxidación de ácidos
grasos y reduce la acumulación de grasa ectópica en tejidos no adiposos, la resistina asociada con
efectos sobre la resistencia a la insulina (importante en la síntesis de lipidos y cuya alteración se
evidencia en sujetos con diabetes posiblemente obesos), la adiponectina que favorece la sensibilidad a
la insulina aumentando el gasto energético y la oxidación de los ácidos grasos, Proteína de unión al
retinol-4 (RBP4) , el angiotensinógeno cuyo efecto se ha estudiado en animales así la sobreexpresión
de angiotensinógeno produce un aumento de esta proteína en la circulación que va acompañada de
hipertensión y aumento de la masa adiposa lo que vincula molecularmente la incidencia de
hipertensión en la obesidad. A partir de estas bases moleculares y hormonales es que ocurren las
alteraciones propias de la obesidad en el tejido adiposo, entre ellas mayor propensión a la resistencia
de la insulina (hipoglucemia, diabetes), mayor liberación de ácidos grasos, inflamación en el tejido y
la acumulación de grasa del tejido adiposo en órganos como hígado, musculo, corazón e islotes
pancreáticos generando alteraciones graves en su funcionamiento. Este proceso se explica con mayor
presición en el gráfico 3.4 Sustratos genéticos de la obesidad
aparecimiento de la obesidad donde esta condición que un día fue útil para la supervivencia se ha
convertido en una característica en contra predisponente a la obesidad. (Zafon Llopis, 2010)
Tomando en cuenta la complejidad de esta enfermedad es difícil otorgarle una sola causa, su etiología
está influenciada por factores genéticos, ambientales, psicológicos, sociales y neurológicos por lo que
deben ser tomados en cuenta. La influencia de los factores genéticos en el desarrollo de la obesidad,
ha sido estudiada a través del estudio de síndromes y desórdenes monogenéticos, estudios en familias
y gemelos idénticos con los cuales se ha logrado estudiar mecanismos de regulación de energía y
además concluir que del 40% al 70% de la variación en la adiposidad se debe a factores genéticos.
(Lazo de la Vega- Monroy & Fernández-Mejía, 2010). Estos autores mencionan los tipos de obesidad
desde una etiología genética:
a. Obesidad monogénica. Que se expresan como mutaciones en genes que codifican algunas proteínas
que participan en la regulación del apetito. Principalmente en el gen de leptina que causa
decrecimiento en su producción generando hiperfagia y obesidad severa de inicio temprano; Receptor
de leptina (LEPR) cuyas mutaciones causan obesidad mórbida de manera temprana, además de una
reducción en la secreción de hormona del crecimiento, tirotropina y una falta de desarrollo en la
pubertad; Pro-opiomelanocortina (POMC) cuya mutación afectan su traducción o su síntesis de sus
derivados,que resultan en un fenotipo obeso con deficiencia en la ACTH y pigmentación rojiza del
cabello; Prohormona convertasa 1 (PC1) mutación caracterizada por obesidad infantil extrema,
homeostasis anormal de glucosa, hipogonadismo hipogonadotrópico, hipocortisolismo y niveles
elevados de POMC y proinsulina, pero bajos niveles de insulina;Receptor de melanocortina 4
(MC4R) mutación que genera un incremento en la adiposidad y el crecimiento, las mutaciones
autosómicas dominantes para este gen son las causas más frecuentes de obesidad monogénica,
presentes en el 1% al 6% de la obesidad severa y temprana en distintas poblaciones.
b. Obesidad sindrómica.Donde la obesidad se expresa como parte de un fenotipo expresado cuando
existen anormalidades cromosómicas autosómicas o ligadas al cromosoma x, se asocia
frecuentemente con retraso mental ó anormalidades en el desarrollo de órganos. Se han asociado más
de 30 síndromes a anormalidades genéticas entre los más comunes el Síndrome de Prader Willi, el de
Barder-Biedl y el de Arstrom; junto con otras enfermedades y síndromes: Acondroplastia,
osteodistrofia hereditaria de Albright, síndrome de ovario poliquístico, síndrome mamario Ulnar,
Herencia autosomica recesiva y dominante. (Meléndez, 2008)
c. Obesidad poligénica u obesidad común. Que como un conjunto de genes presentes en un individuo
pueden influir como factor de riesgo para desarrollar obesidad, han sido identificados en familias con
fenotipo obeso y tienen que ver con mecanismos de regulación del apetito, la ingesta y la acción de la
insulina; además de genes causantes de obesidad monogénica y las funciones del tejido adiposo.
58
Es cierto que surgen alteraciones a nivel endócrino y metabólico que conviven con la obesidad, pero
más que causales de obesidad pueden ser consideradas consecuencias de la obesidad por el tipo de
alimentación y los cambios químicos que esta genera en el cuerpo. La visión médica resulta útil
cuando se busca comprender los procesos fisiológicos que se generan en el organismo de un sujeto
obeso además de proponer alternativas radicales cuando así se requiere, sin embargo también se debe
recordar que esa concepsión positivista de suponer a la obesidad como efecto del comer
excesivamente nada más está obsoleta y en este caso generar alternativas como la cirugía baríatrica
sin considerar las variables de fondo que han llevado a una persona al consumo excesivo de comida
no basta para generar cambios reales y ha sido documentado el fracaso de intervenciones donde no se
ha hecho verdaderas evaluaciones sobre el estado de la psiquis del individuo obeso tomando en cuenta
la complejidad que representa esta enfermedad multifactorial.
59
Aumenta la presencia de
triacilgliceridos en la sangre
Adipositos
rodeados por
Mayor propensión Liberan más Infiltración de macrófagos y macrófagos
da la resistencia de ácidos grasos adiposinas pro -inflamatorias muertos
insulina
Otras investigaciones en torno a obesidad, ansiedad y depresión hechas por Ahlborg y otros (2002)
encontraron una relación positiva entre obesidad abdominal en hombres e índices de depresión y
ansiedad insinuando una asociación fisiológica entre estrés prolongado, niveles de cortisol altos que
estimularían la ingestión de alimentos, aumento de la grasa conjuntamente con la presencia de niveles
altos de depresión.
Un grupo de estudio de interés en lo que respecta a la obesidad es el asociado con la cirugía bariátrica
donde por ejemplo Delgado y otros (2002) encontraron antecedentes de depresión en un 37% de la
población candidata a la cirugía estudiada que se ha asociado con alta prevalencia de obesidad
82.5% como antecedente familiar conjuntamente se estableció la presencia de trastornos de la
conducta alimentaria como ingesta compulsiva y consumo excesivo de carbohidratos. Este patrón
psicopatológico también aparece en pacientes que ya han sido sometidos a cirugía bariátrica
principalmente trastornos que conllevan altos niveles de impulsividad entre ellos trastornos afectivos,
de ansiedad, trastorno compulsivo de la conducta alimentaria, anorexia nervosa, bulimia nervosa y
dependencia de alcohol, estos hallazgos pueden ser el resultado de una respuesta a la naturaleza
restrictiva de la cirugía como tal generando cambios demasiado bruscos en los hábitos por muchos
años establecidos en la vida la persona. Voznesenkaya y Vein (2002) también hallan esta correlación
al demostrarque 60% depersonas obesas expuestas al estrés psicológico sufren hiperfagia como una
forma patológica de defensa, acompañada de personalidades inmaduras, con rasgos ansiosos y
depresivo; y en esta misma línea correspondiente a cambios en la conducta alimentaria en los
pacientes obesos también se menciona a los trastornos compulsivo y nocturno de la conducta
alimentaria, bulimia nervosa y trastorno alimentario no especificado como una comorbilidad con alta
prevalencia en los sujetos con obesidad como factores que contribuyen a la causa, mantenimiento o
recaída de la obesidad, que al mismo tiempo se asocia con niveles altos de ansiedad.( Lazarevich y
otros, (s.f))
Comúnmente se menciona los efectos positivos de someterse a un procedimiento quirúrgico para bajar
de peso, es necesario establecer algunos de los efectos negativos de este en el estado de ánimo del
sujeto obeso tomando en cuenta que tras los cambios fisiológicos y consecuentemente una obligada
reducida ingestión suele aparecer la “depresión dietética” nombrada por Villaseñor, Ontiveros, &
Cárdenas (2006) dado que se ha demostrado los efectos de la comida en el cerebro al generar aumento
de serotonina y la consecuentemente establece una sensación de bienestar en quien se ha
acostumbrado a comer grandes cantidades de alimento para mejorar su estado de ánimo; este síntoma
afecta directamente a la adherencia al tratamiento de la obesidad siendo que aparecen ciclos de
pérdida-ganancia de peso donde el estado afectivo negativo disminuye el interés en el tratamiento y en
mantenerse apegado a las recomendaciones necesarias para conseguir este objetivo. En este ámbito es
necesaria una estrategia preventiva- investigativa de la presencia de algún trastorno emocional que
62
Tamayo & Restrepo, (2014) mencionan también la presencia de trastornos de estado de ánimo como
parte de la psicopatología característica del sujeto con obesidad, específicamente nombra la alexitimia
como un estilo cognitivo en el que se hace difícil verbalizar y discriminar entre sentimientos, esta
patología puede influir en el desarrollo de trastorno por atracón donde el paciente consumirá
ávidamente alimentos para mitigar estados emocionales negativos, además se relaciona con niveles
altos de neuroticismo y niveles más bajos de extraversión y apertura (Carano y otros, 2006; Pinna y
otros, 2011; Hosseinzade, Azizi, Mosazade, & Nikamal, 2013).
La alta prevalencia de psicopatologias relacionadas con la obesidad y al mismo tiempo aquellas que
generan alternativas de tratamiento, generan una perspectiva ambivalente en el sujeto obeso que
quiere cambiar su calidad de vida; esto despierta el interés en la realización de planes terapeuticos que
incluyan una etapa de evaluación psicológica y psiquíatrica con las cuales se pueda trabajar de manera
preventiva y si es necesario como un tratamiento conjunto al de la obesidad incluyendo las
manifestaciones negativas incluidas en su tratamiento, siendo que, el fracaso de los tratamientos para
mitigar la obesidad han tenido que ver con un enfoque unifactorial comprendiéndola como causa
efecto del comer por lo que no deben dejar de lado los aspectos emocionales, cognitivos y relacionales
que subyacen esta problemática es impresindible indagar profundamente en la raíz del trastorno para
llegar a las conclusiones verdaderas acerca de la motivación esencial del paciente para mantenerse en
condiciones de peso excesivo que afectan su salud mental y física, por esta razón muchas veces un
63
Siendo que la efectividad de programas preventivos, no quirúrgicos no han mostrado efectos positivos
en la pérdida de peso o son únicamente temporales se ha establecido al tratamiento quirúrgico como
una de las alternativas más usadas en caso de problemas de peso asociados con obesidad mórbida y
superobesidad, dislipidemias, diabetes o hipertensión, la cirugía o en las que otros tratamientos no han
sido efectivos. Este término se refiere a “la manipulación de un órgano normal o de un sistema
orgánico para lograr un objetivo metabólico” (Buchwald ,2010,p 506) en este caso la disminución de
peso . Los procedimientos que encierra esta alternativa son resultado de muchas experimentaciones
quirúrgicas con resultados positivos y negativos entendiendo que se ha logrado la reducción de peso
pero que conjuntamente han existido complicaciones que llegan a la muerte del paciente. Se ha
documentado esta evolución a partir de la cual se determinaron cuatro categorías de cirugía
bariátrica: procedimientos malabsortivos, malabsortivos/ restrictivos, restrictivos y otros cuya función
debe ser tomada en cuenta en torno a estos 8 puntos mencionados por Buchwald (2011) en cuanto a
lo que significa coste/beneficio de la eficacia de pérdida de peso: duración de la pérdida de peso
obtenida, mortalidad operatoria, morbilidad perioperatoria, morbilidad y mortalidad a largo plazo,
calidad de vida lograda, carga económica del procedimiento y reversibilidad para poder otorgar un
tratamiento seguro ante una potencial catástrofe iatrogénica. Tomando en cuenta que la cirugía
baríatrica influye directamente en el peso, ya que representan cambios a nivel de absorsión de
sustancias y tamaño estructuras del sistema digestivo que se encargan de esta función espeíficamente
encontramos que como señala Buchwald ( 2011), la malabsorción creada intencionalmente
observada en la derivación de la ingesta de alimentos y la reducción de las superficies digestivas /
absortivas puede causar desequilibrio en el nivel adecuado de nutrientes, se debe realizar evaluaciones
nutricionales durante el proceso de cirugía al que se someten los pacientes. Todos los procedimientos
mencionandos dan como resultado la pérdida de peso en el sujeto obeso, a pesar de ello, autores como
Brays & Bouchard, (2011), mencionan un fracaso en el 5% de pacientes sin que exista una causa
anatómica resultado del procedimiento quirúrgico en sí, dado que ciertos pacientes logran superar la
naturaleza restrictiva o malabsortiva de los procedimientos bariátricos repitiendo patrones de
conducta alimentaria negativos para la cirugía como el consumo frecuente de bebidas y alimentos con
altos niveles calóricos. Pacientes que poseen enfermedades como diabetes, hiperlipidemias,
hipertensión y apnea obstructuva del sueño estan en un grupo de mayor riesgo en cuanto a mortalidad
relacionada con el someterse a cirugía bariatrica, no obstante estos no son los únicos factores que
inciden,existe interés además en el factor humano e infraestructura al evaluar los riesgos de someterse
a esta práctica. Los resultados de la cirugía bariátrica son evidentemente favorables en la pérdida de
peso, además de los resultados en la disminución de comorbilidades como diabetes mellitus tipo 2,
64
Durante la realización de las prácticas pre-profesionales se logró tener acceso a la población aceptada
como candidato idóneo para realizarse la cirugía bariátrica y aquella que busca ser aceptada, de esta
forma se convivió directamente observando la problemática y particularmente la evaluación y
seguimiento que se les realiza a estos pacientes; a partir de ello se logra establecer cuáles son los
protocolos a seguir dentro del área de Cirugía General específicamente aquellas personas con
obesidad consideradas para tratamiento quirúrgico. Se trata de un trabajo interdisciplinario en el que
se desarrollan varías estrategias en busca de resultados óptimos con el consentimiento adecuado y la
evaluación por parte del personal de los que se derivan los siguientes criterios:
I. Presencia de Obesidad mórbida (IMC mayor de 40 kg/m2), el cual deberá disminuir hasta
aproximadamente 35 o 36 kg/m2, esto como una fase preparatoria en donde se evalúa la capacidad
para adecuarse a nuevos hábitos alimenticios ya que a partir del seguimiento nutricional con
indicaciones específicas en la dieta se busca la adaptación y al mismo tiempo busca reducir el riesgo
operatorio por el excesivo peso corporal.
II. Conjuntamente se realiza el trabajo interdisciplinario de evaluación, a medida que se cumplan con
determinados objetivos de manera secuencial el paciente podrá recibir el pase para realizarse la
cirugía.
Este proceso consta de tres fases preoperatoria, operatoria y posoperatoria, cada una de ella con sus
respectivas indicaciones.
65
1.Fase preoperatoria: Evaluación por parte del personal de salud en diferentes ámbitos, así se evalúa
comorbilidades graves que puedan constituir mayor riesgo para la intervención para su respectivo
tratamiento, en cuanto a salud mental se evalúa que el candidato sea idóneo y que no posea
características de personalidad o conductas perjudiciales para la cirugía bariátrica como trastorno del
control de los impulsos, trastornos alimentarios o retraso mental que incapacitaría a la persona a
cumplir con las “reglas” acordadas.
Conjuntamente se realiza una evaluación-seguimiento del estado nutricional del paciente así como los
comportamientos alimentarios, indicando un plan dietético específico en cada caso, aquí se realizaran
pesajes mensuales para evidenciar la pérdida o aumento de peso y las estrategias a utilizarse según
sea el caso.
2. Fase Operatoria: Responsabilidad del personal médico de cirugía general donde habitualmente en la
historia del HCAM se ha usado bypass gástrico, manga gástrica o inserción de un balón intragástrico
como forma de habituarse a los nuevos hábitos o para corroborar la idoneidad de ciertos pacientes.
Fuente: Documento de consenso sobre cirugía bariátrica. (Rubio, y otros, 2004,p. 226)
La cirugía bariátrica como tal representa un cambio en hábitos y conductas de quien busca reducir su
peso corporal, pues la persona de alguna forma se ve obligada a mantener un régimen alimentario y
especificaciones en cuanto a lo que puede o no comer, recibiendo a cambio efectos positivos como la
mejoría de problemas de salud, una mejor imagen corporal que consecuentemente genera mejor
autoestima e interrelación social; o al contrario si no cumple con estos requisitos se le llamará la
atención con lo que el tiempo de espera para acceder al procedimiento se alarga o se lo cataloga como
un paciente no apto.
Más concretamente existe dentro de la gama de procedimientos bariátricos uno que ejerce efectos
negativos como malestar físico si no se respetan las reglas en su uso, promoviendo hábitos adecuados
para evitar sensaciones negativas, es decir hablamos de un método conductual de castigo que obliga a
quien lo utiliza a seguir las indicaciones o recibir un “castigo”. Se trata de la Banda gástrica ajustable
laparoscópica (BGAL) que ha sido creada a partir de los nuevos descubrimientos en torno a la
fisiología de la ingesta, saciedad, apetito y las respuestas hormonales tras estas, es una banda colocada
justo debajo de la unión esofágica a la que se le inyecta laparoscópicamente solución salina cuyos
niveles son determinados por la pérdida de peso y la aparición de síntomas. La BGAL actúa en 3
67
mecanismos que regulan estos procesos fisiológicos del hambre- saciedad mismos que menciona
O´Brien (2011), la inducción de la saciedad como principal mecanismo donde se reduce el interés
por los alimentos y se disminuye el apetito, la saciedad temprana donde se logra la sensación de
saciedad después de una pequeña cantidad de alimento en la que se entrena al paciente a no comer
más de 3 veces al día y en una misma porción indicada por el nutricionista y la aversión que
conjuntamente a los dos procesos anteriores, si no son cumplidos tal como se recomienda surte
efectos negativos ya que el ingerir alimentos como carne roja o pan fresco suelen quedarse en la parte
baja del esófago siendo necesario vomitar o regurgitarlo, o el comer demasiado rápido grandes
cantidades de comida también genera este malestar, estos son ejemplos de conductas típicas en el
paciente obeso: comer exageradamente rápido, cantidades abundantes y alimentos altamente
calóricos. A partir de la investigación de esta serie de efectos negativos surtidos tras la no adecuada
adherencia a las recomendaciones se ha establecido 8 reglas para los cuidados y la evitación de
malestares como los mencionados anteriormente. De esta forma se recomienda como menciona
O´Brien (2011), p. 541
Así queda claro que el componente conductual forma parte de estos procedimientos, sobre todo a
nivel de entrenamiento en habilidades deseadas como el autocontrol sobre las comidas que se ingiere
y la capacidad de planificación en los horarios de alimentación, lo cual se busca lograr a través de la
obtención de recompensas o castigos, ya que como se observa si no se cumple con las indicaciones las
consecuencias negativas a nivel físico generan un condicionamiento a cumplir con las indicaciones en
busca de que el castigo (a nivel del sistema digestivo como vomito, dolor abdominal, diarrea,
meteorismo entre otros) no se repita. A partir de ello también se debe mencionar la importancia de la
evaluación de constructos de la personalidad como la impulsividad en quienes buscan realizarse este
procedimiento buscando determinar si podría o no adaptarse a la autorregulación, así como evitar
atracones de comida o picoteo, para la obtención de resultados positivos y evitar complicaciones
graves ya mencionadas
68
MARCO METODOLÓGICO
HIPÓTESIS
H1. “Los pacientes con obesidad parte del programa de cirugía bariátrica presentan impulsividad”.
H2. “La conducta alimentaria del paciente obeso depende del tipo de impulsividad que presenta”.
Definición Conceptual
Conducta alimentaria: entendida como una expresión del comportamiento normal y está relacionado
con los hábitos de alimentación, la selección de alimentos que se ingieren, las preparaciones
culinarias y las cantidades ingeridas de ellos (Osorio, Weisstaub, & Castillo, 2002) que además
fisiológicamente se determina por señales de hambre y saciedad, las diferencias en cuanto a mayor o
menor ingesta en el ser humano tienen un componente cognitivo, social y ambiental.(Castonguay,
1984 citado Bell & Rolls, 2003)
Definición Operacional
Tipo de Investigación
Diseño de la investigación
Población y muestra
Investigación realizada dentro del área de consulta externa de psicología perteneciente a Cirugía
General, destinada para la evaluación, seguimiento y tratamiento de pacientes parte del programa de
cirugía bariátrica del Hospital “Carlos Andrade Marín” quienes buscan realizarse un tratamiento
quirúrgico para la obesidad puesto que han sido diagnosticados y derivados por otras áreas ya que
manifiestan antecedentes de complicaciones médicas, son atendidos inicialmente por el área de
Cirugía General donde se ha establecido la posibilidad de realizarles este procedimiento.
Se trata de pacientes con obesidad grado 2 y 3, hombres y mujeres, cuyas edades se encuentran en un
rango de 18 y 60 años, su grado de escolaridad es variado y de igual manera su estatus socio-
económico de tal forma que este no ha constituido un criterio de exclusión para la investigación.
diversos motivos) se alcanzó un total de 128 pacientes, que además se les realizó una historia clínica
psicológica y seguimiento durante los meses de prácticas pre-profesionales en los que se pudo tener
acceso a la población lo que contribuyó a conocer más la problemática de estos pacientes más allá de
lo que evidenciamos en la medición con reactivos psicológicos.
Técnicas e Instrumentos
Técnicas
Observación clínica
Entrevista clínica
Evaluación y exploración psicológica
La evaluación observacional y clínica constituyó uno de las principales estrategias para conocer más
profundamente la dinámica de los pacientes y sus conductas, no solo en torno a impulsividad y
comida sino también lo incluido en su cotidianeidad, los problemas emocionales; así como los
progresos y retrocesos propios de mantenerse en un régimen alimenticio restrictivo requeridos por
parte de los médicos para acceder a la cirugía bariátrica; y se puso en práctica durante la entrevista
clínica, la aplicación de instrumentos y durante el seguimiento en los casos que se pudo acceder a los
sujetos.
Durante la primera consulta se realizó la historia clínica de cada paciente que concurre a la consulta
de psicología como parte del programa de cirugía bariátrica, bajo la guía de la profesional psicóloga
encargada del área, se procuro indagar en aquellos puntos relacionados con el comportamiento
alimentario y las causas de la obesidad, y a cada paciente entrevistado se le asignó el correspondiente
turno para el mes subsecuente donde se aplica los reactivos. Con aquellos pacientes a los que se tiene
acceso se continuó con el seguimiento y evaluación de avances y dificultades que se presentaron lo
que ayudó a la contrastación de información estadística obtenida mediante los instrumentos aplicados
para la interpretación de resultados. Todo esto se realizó conjuntamente con la supervisión de la
psicóloga clínica encargada de este grupo de pacientes.
Instrumentos
Ambos instrumentos fueron aplicados a la totalidad de la población investigada (128 pacientes parte
del programa de cirugía bariátrica); a partir de la segunda cita asignada por parte del servicio de base
(psicología) durante el período marzo-abril 2015 a quienes con anterioridad se les realizo una historia
clínica psicológica. Se explicó la finalidad de la aplicación de cada instrumento y se solicitó la
colaboración de cada paciente.
71
Las instrucciones de aplicación en la versión en español realizada por Oquendo (2001) son las
siguientes:
Para determinar los resultados de esta investigación se procedió inicialmente a determinar los niveles
de impulsividad reflejados por BIS.-11, con los rangos establecidos por los puntos de corte,
determinando valor máximo y mínimo
72
con el BIS-11 para evitar que no se logre recoger la información a los mismos pacientes por no
asistencia o cancelación de citas, de igual forma se aplicó individualmente previo a su cita en
psicología en la sala de espera del área de cirugía general. Se explicó las instrucciones para su
aplicación, se disipó dudas por parte del investigado y se asignó 10 minutos para completar el
instrumento; a los pacientes que se encontraban acompañados se les pidió que se acercaran de manera
individual.
Lea detenidamente cada una de las preguntas que se presentan en la encuesta y establezca las
respuestas más cercanas a su realidad, entendiendo que estas preguntas buscan determinar
sus hábitos y comportamientos alimentarios de forma real y con total objetividad.
Marque con una x la opción con la que se identifique
No se permite más de una respuesta
Esta es una escala propuesta por Ernest S. Barratt, que ha tenido 11 revisiones, desde la primera en
1959 desde un principio, se utilizaron ítems originales de otras escalas, como la Thurstone
Temperament Schedule y la Guilford-Zimmerman Temperament Survey, luego el proceso se fue,
sobre todo porque se buscaba un instrumento que presentara bajas correlaciones con ansiedad.
En 1965, con un test más elaborado, el BIS-5, se encontraron cuatro factores: velocidad en la
respuesta cognitiva, pérdida de control del impulso, búsqueda de aventura o extroversión y toma de
riesgos (Barratt, 1965, 1994), en los años sucesivos el BIS tuvo otras revisiones
75
En 1983, se hipotetizó que la impulsividad estaba compuesta por tres factores: impulsividad motora,
que implicaba actuar sin pensar, impulsividad cognitiva, que se relacionaba con la toma de decisiones
rápidas, e impulsividad no planificadora, caracterizada por una orientación hacia el presente o una
falta de planificación hacía el futuro. Estas tres escalas se encontraban en la nueva versión del BIS-10,
que poseía 34 ítems: de impulsividad motora, 11 ítems, de impulsividad cognitiva, 11 ítems y de
impulsividad no planificadora, 12 ítems. Los coeficientes de fiabilidad estuvieron entre α = .89 y α =
.92 (Barratt, 1985, 1994); la estructura factorial del BIS-10 presentaba dificultades de replicación,
ante lo cual se realizaron varias investigaciones no publicadas. Uno de los análisis factoriales hechos
arrojó tres factores, el primero, ideo-motor, que contenía ítems de la anterior versión de las escalas
impulsividad cognitiva e impulsividad motora, el segundo, planificación cuidadosa, y el tercero,
estabilidad en el afrontamiento, que combinaba las escalas orientación futura y estabilidad de
afrontamiento en la vida diaria (Barratt, 1994; Parker & Bagby, 1997).
En una adaptación española del BIS-10, lo aplicaron a una muestra de estudiantes universitarios y no
pudieron identificar la estructura de tres factores, y además, hallaron coeficientes de fiabilidad
bastante bajos en todas las escalas, en especial para impulsividad cognitiva (Luengo, Carrillo de la
Peña & Otero, 1991). Sin embargo, otro estudio, que utilizó el BIS-10, sí pudo identificar el factor
impulsividad cognitiva dentro de una solución de 15 factores (Gerbing, Ahadi & Patton, 1987).
Finalmente se realiza una comparación con una nueva versión para revisar la estructura factorial del
BIS-10 y comparar los resultados con la versión designada como BIS-11, en tres muestras: estudiantes
universitarios (N = 412), pacientes psiquiátricos (N = 248) e internos penitenciarios (N = 164) (Patton
et al., 1995). Donde se eliminó del análisis los ítems que tuvieran una baja correlación ítem total o que
no contribuyeran a la diferenciación entre los rasgos extremos de los grupos. Retirando los items 19
(“tengo controles de salud regularmente”), 26 (“camino y me muevo rápido”), 27 (“Resuelvo
problemas con a partir de ensayo error”) y 29 (“hablo rápido”). Con los restantes 30 ítems se llevó a
cabo un análisis factorial exploratorio de componentes principales, y se identificaron seis factores de
primer orden
El primero, atención, definido como centrarse en la tarea o actividad que se está realizando.
El segundo, impulsividad motora, definido como actuar pensando en el afán del momento.
El tercero, autocontrol, definido como planear y pensar con detenimiento.
El cuarto, complejidad cognitiva, definido como disfrute de actividades que impliquen reto
mental.
El quinto, perseverancia, definido como un estilo de vida consistente.
Y por último, el sexto, inestabilidad cognitiva, definido como la tendencia a la distracción
debida a la presencia de pensamientos veloces o intrusivos (Patton et al., 1995).
76
Utilizando rotaciones oblicuas, los factores de primer orden dieron lugar a tres de segundo orden:
El tercero, denominado impulsividad atencional, con 8 ítems, comprendía los factores atención e
inestabilidad cognitiva. Este último no fue consistente con el BIS-10, que planteaba el factor
impulsividad cognitiva (Barratt, 1985). El hecho de que los ítems de este último factor tuvieran cargas
en todos los demás factores implica que el proceso cognitivo subyace a la impulsividad en general.
Hay algunas posibles razones que intentan explicar por qué no pudo ser identificado el factor
impulsividad cognitiva. La primera, que el aspecto cognitivo de la impulsividad no existe como tal, ya
que el proceso de pensamiento subyace a todo el rasgo de impulsividad. La segunda, es posible que
los sujetos en este instrumento no puedan medir independientemente el proceso de pensamiento
implicado en la impulsividad (Barratt, 1994; Patton & Stanford, 2011; Patton et al., 1995).
En la actual versión la BIS-11, el constructo planteado como impulsividad motora se mide con las
preguntas 4, 7, 10, 13, 16, 19, 24, 27; impulsividad atencional se mide con las preguntas, 2,6, 9, 12,
15, 18, 21, 23, 26, 29 e impulsividad no planificada se mide con las preguntas 1, 3, 5, 8, 11, 14, 17,
20, 22, 25, 28. Son un total de 30 preguntas cuyas respuestas pueden ser respondidas con las opciones
tipo Likert (1 = Nunca o raramente; 2 = de vez en cuando, 3 = a menudo y 4 = siempre o casi siempre)
en donde 4 indica una mayor impulsividad, conjuntamente aparecen preguntas inversas que ayudan a
evitar sesgos en las respuestas en las preguntas 1, 5, 6, 7, 8, 10, 11, 13, 17, 19, 22 y 30. (Patton et al.,
1995). La puntuación total se obtiene sumando todos los ítems y los puntajes obtenidos varían entre
30 y 120, además hay que mencionar que no hay un punto de corte establecido.
La correlación resultante entre los factores de primer orden estuvo entre r = .15 y r = .42, y en los de
segundo orden, entre r = .46 y r = .53. La correlación entre BIS-10 y el BIS-11 fue de r = .98. El
instrumento tuvo una buena consistencia interna total para las muestras de universitarios (α = .82),
drogadictos (α = .79), pacientes psiquiátricos (α = .83) e internos penitenciarios (α = .80). No se
encontraron diferencias entre las muestras estudiadas (F (3,657) = 27.49; p<.0001) y tampoco hubo
diferencias de sexo (F (2,348) = 17.58; p<.0001) (Patton et al., 1995).
Puede afirmarse, de manera general, que la escala impulsividad no planificadora es la que tiende a ser
encontrada más frecuentemente, seguida por la escala impulsividad motora (Chahín-Pinzón, 2015).
Por otro lado, la escala más inestable es impulsividad atencional, ya que sus ítems cargan,
77
generalmente, en otras dimensiones (Stanford et al., 2009; Vasconcelos et al., 2012). En cuanto a la
confiabilidad, en la mayoría de los casos la escala total presenta coeficientes entre aceptables y
buenos. No ocurre lo mismo cuando se han revisado las escalas propuestas por los distintos estudios:
aquí los coeficientes son contradictorios entre las muestras.
Desde el punto de vista clínico, posee mayor relevancia el valor cuantitativo de la puntuación total,
toma en cuenta el modelo multifactorial y precisamente por ello se establece estos tres factores de
segundo orden que conformarían la impulsividad. Este instrumento de medida fue elegido por las
numerosas investigaciones en las que se busca establecer la significación de la impulsividad en
adicciones y conductas agresivas, porque además de que la impulsividad se ha establecido como un
rasgo de trastornos de conducta alimentaria como la bulimia, además algunos autores (Brunch,
(1966); Echeburúa,(2000), Fernández, (2003);Reinoso, (2014)) mencionan la existencia de adicciones
comportamentales que en la actualidad se relacionan con patrones de conducta cotidianos que se han
convertido en verdaderas adicciones, este aspecto es considerado uno de los factores que llevan a la
obesidad, por lo que podríamos deducir que la impulsividad es una característica de las personas que
viven a la comida en forma de adicción y que además han alcanzado niveles de obesidad mórbida que
incide conjuntamente en la calidad de vida y salud de estas personas. Se tomó en cuenta cada uno de
los factores de impulsividad como relevantes puesto que de esta forma se logra analizar más
especificamente lo que significa tener cierto tipo de impulsividad y la forma como esta se evidenciará
en los comportamientos alimentarios.
78
Encuesta sobre conductas alimentarias que reflejan impulsividad para sujetos con obesidad
Esta encuesta se creó tras la necesidad de un instrumento que permita correlacionar dos aspectos
esenciales en esta investigación: impulsividad y conductas alimentarias, dado la relevancia de este
factor en el fracaso o éxito de programas de cirugía bariátrica. La impulsividad puede verse reflejada
en las conductas alimentarias de los pacientes con obesidad al encontrar alta prevalencia del trastorno
por atracón constantemente como menciona (Horcajadas, y otros, 2006) junto con la presencia de
psicopatologías emocionales; además (Gentry y otros citado por Sánchez Zaldívar, Arias, Gorgojo, &
Sánchez, 2009)29 identificaron la ansiedad por la comida como un factor predictivo negativo para la
pérdida de peso después de la cirugía, otro factor que podría incidir en las conductas alimentarias de
estos pacientes.
En primer lugar tomando en cuenta que existen instrumentos que evalúan patrones de conducta
alimentaria (EAT: eating attitude test, EDI: Eating dissorder inventory, BULIT: Bulimia Test, BITE:
bulimia test of Edimburgo; QEWP: questionaire of eating and weight patterns, EDE: Eating dissorder
examination self report questionaire, SCOOF) (Iñarritu, Cruz, & Morán, 2004); y uno de los
cuestionarios identificados para medición de comportamiento alimentario el Cuestionario de
alimentación de Stunkard y Messick (THREE FACTOR EATING QUESTIONNAIRE, TFEQ) cuya
utilidad al predecir el comportamiento alimentario de sujetos con obesidad ha sido altamente
cuestionado (Sánchez-Carracedo, Raich, Figueras, Torras, & Mora, 1999), además de que estos
únicamente se relacionan con trastornos de la conducta alimentaria como bulimia, anorexia o
trastorno por atracones; caracterizados por comportamientos compensatorios, distorsión de la imagen
corporal, actitudes de agrado o desagrado hacia la comida entre otros, que no siempre se presentan
en individuos con obesidad; estos instrumentos tampoco han considerado la repercusión de las
79
Este cuestionario se formó a partir de la propuesta teórica sobre impulsividad dada por Ernest S.
Barratt que establece un modelo multifactorial, a partir del que se analizo cada uno de los factores
primarios y secundarios así como su correlación con factores de otras teorías, estableciendo
características específicas que se manifiestan en el tipo de comportamiento alimentario del sujeto, y
de esta forma pudiendo calificar las respuestas como conducta alimentaria impulsiva y no impulsiva,
generando la presencia de distintos niveles. Tomando en cuenta que al relacionar conductas
alimentarias saludables o no saludables junto a lo que significa actuar impulsivamente se entiende que
los sujetos impulsivos tenderán a mantener comportamientos alimentarios no saludables como exceso
de consumo de sal y grasas saturadas o azucares añadidos, teniendo preferencia por alimentos
procesados. El comportamiento alimentario establece ¿qué?, ¿Cómo?, ¿Por qué? Y ¿Para qué? se
ingieren determinados alimentos (Márquez-Sandoval, y otros, 2014), determinando la relación de
factores propios de cada ser humano en sus conductas como alimentarse. Además es importante
tomar en cuenta que un mejor abordaje psicológico del comportamiento alimentario y las dificultades
que se puedan presentar en pacientes que serán sometidos a cambios en este aspecto, requiere un
conocimiento previo amplio que incluya dificultades, factores de riesgo y practicas alimentarias de
riego que permitan el éxito o fracaso del tratamiento para la obesidad.
Se analizó los factores de primer y segundo orden propuestos por Barratt impulsividad motora y
perseverancia que forman Impulsividad Motora IM; atención e inestabilidad cognitiva forman
Impulsividad Atencional IA y Autocontrol y complejidad cognitiva que forman la Impulsividad por
Imprevisión o no planificada. A partir del análisis de ambas variables: impulsividad y
comportamiento alimentario se constituyeron las preguntas de esta encuesta que buscan establecer
si determinadas conductas alimentarias no saludables son impulsivas y así permitan determinar su
influencia en el desarrollo y mantenimiento de la obesidad en pacientes parte del programa de cirugía
bariátrica. Identificando los componentes conductuales que reflejen cada tipo de impulsividad y que
80
De esta forma se establecen 20 preguntas, cada una relacionada con un tipo de impulsividad, 4
preguntas sobre hábitos alimenticios que reflejen o no predominancia de impulsividad motora, 11
preguntas sobre elección de alimentos que expresen la presencia de impulsividad cognitiva-
atencional en la cual la pregunta “tipo de alimento que prefiere” está compuesta por 8 preguntas, y
finalmente 5 preguntas sobre horario de comida y estrategias de auto cuidado del cuerpo cuyas
respuestas expresan la presencia o no de impulsividad no planificada. La explicación individual de
cada una de estas preguntas respecto a por qué considerarlas o no impulsivas se presenta en la tabla
4.1.
Cada pregunta tiene tres opciones de respuesta basadas en la escala tipo Likert. En las preguntas 1, 2,
3,6, 16, 17, 18 la opción de respuestas siempre=2, a veces=1 ó nunca=0. En la pregunta 4 “Qué
estaría dispuesto a hacer por cuidar su salud?” con opción de respuesta: cuidar mi alimentación y
hacer ejercicio =0, opciones varias como tomar suplementos, disminuir azúcar en comidas =1, nada=
2.
En las preguntas 5 “Qué considera más importante al elegir sus alimentos?” con opción de respuesta:
sabor y que sea agradable a la vista=2, precio=1, contenido nutricional=0, y 7 “qué suele beber
durante el día?” agua mineral=0, jugos naturales=1, leche, jugos o tés industrializados=2.
En las preguntas 19 “Qué considera que le hace falta para mejorar sus alimentación?” con opción de
respuesta compromiso y motivación=2, información=1, nada mi alimentación es saludable=2, y 20
“Cree que es capaz de usar consejos nutricionales que impliquen planificación y renuncia a ciertos
placeres?” con opción de respuesta de acuerdo=0, ni de acuerdo ni en desacuerdo=1, en
desacuerdo=2.
Por lo que las preguntas 2, 3,4, 6, 7, 8,9, 16, y 20 tienen calificación inversa. Esta encuesta toma en
cuenta la calificación independiente de cada grupo de preguntas respecto a los tipos de impulsividad
de manera más relevante frente a la puntuación total, lo cual se muestra en la tabla 2, donde se
encuentran establecidas cada una de las calificaciones de cada grupo de preguntas.
81
Las instrucciones para la aplicación de esta encuesta se indican en las hojas presentadas a los
pacientes investigados, donde se indicaba como marcar las respuestas.
¿Lee las etiquetas La falta de atención en aspectos nutricionales de los alimentos, por parte
nutricionales de los alimentos de personas obesas que requieren mantener control sobre lo que comen,
que consume? muestra toma de decisiones rápidas y distraibilidad.
¿Qué suele beber durante el La elección de bebidas también tiene que ver con la capacidad de una
Atencional. IC
alimentos en exceso? hace demuestra que no prevé las consecuencias negativas para su salud.
Si se trata de una conducta habitual nos da indicios de atracones que
contribuyen a la obesidad.
¿Qué considera que le hace La falta de “compromiso” y “motivación” en los pacientes que buscan
falta para mejorar su realizarse la CB comprueba, esa falta de previsión de las consecuencias
alimentación? negativas y la mayor preocupación por el presente que por el futuro
propia de las personas impulsivas.
¿Cree que es capaz de usar Si el paciente obeso piensa que no puede abandonar ciertos hábitos no
consejos nutricionales que saludables que contribuyen a su obesidad muestra también, una escasa
impliquen planificación y planificación frente a su futuro y las consecuencias negativas en todos los
renuncia a ciertos placeres? ámbitos de su vida.
Figura A. Preguntas de encuesta de comportamientos alimentarios y la forma como reflejan o
no impulsividad según los factores de la teoría de Ernest Barratt.
82
RESULTADOS DE LA INVESTIGACIÓN
Tabla 1
23%
77%
Tabla 2
Tabla 3
ANÁLISIS: a partir de las entrevistas realizadas a los pacientes participantes de esta investigación se
encontró que más de la mitad no posee comorbilidades médicas que contribuyan como un factor físico
para el desarrollo de obesidad (únicamente 10 participantes presentan hipotiroidismo un conocido
desorden endocrinológico que aumenta las posibilidades de sobrepeso y obesidad), sin embargo la
población restante presenta comorbilidades médicas que evidencian en la mayoría de los casos el
deterioro físico provocado por una mala alimentación, sobrepeso y obesidad como mencionan algunos
estudios (Gómez -Gila & Del Valle Nuñez, 2000); (Rubio, y otros, 2004).
87
Tabla 4
111
100
80
MOTORA
60 60
ATENCIONAL
50
49 NO PLANIFICADA
48
40
27
20
14
11
53 6
0 0
ALTA BAJA MEDIA S.I.
Figura 4. Nivel de impulsividad que presenta cada factor medido con BIS.11
ANÁLISIS: Según los datos obtenidos a través de BIS-11 aplicada a los pacientes con obesidad se
determina la prevalencia de niveles de impulsividad en cada factor de la siguiente forma
88
Impulsividad motora: la mayoría de los pacientes presentan niveles bajo (37.5%) y medio (39.1%)
de IM, el porcentaje restante no muestra IM y un mínimo porcentaje evidencia niveles altos de IM
(2.3%)
Por lo que se concluye que la prevalencia más notable de impulsividad en esta población tiene que
ver con NIVELES MEDIOS DE IMPULSIVIDAD NO PLANEADA, 111 pacientes (87.6%) de un
total de 128 la presentan.
89
Tabla 5
60 62
55
50 49
HÁBITOS-IM
44 44
40
36 35 SELECCIÓN DE ALIMENTOS-
30 IA
25
HORARIOS Y
20 AUTOCUIDADO-INP
15
10
8 7
4
0
alta baja media s.i.
TOMADO DE: Encuesta de comportamientos alimentarios que reflejan impulsividad para pacientes
con obesidad. ECAIO
REALIZADO POR: Salomé Cárdenas
ANÁLISIS: después del análisis de los datos obtenidos de la ECAIO se logró determinar la presencia
de comportamientos alimentarios que reflejan impulsividad en diferentes niveles.
Hábitos en relación con Impulsividad motora: Un alto porcentaje de los investigados evidencia
niveles bajos de impulsividad (38,8%), seguido de niveles similares impulsividad media 28,1% y que
no presentan impulsividad un 27,3%, únicamente el 6,3% de la población total presenta niveles altos
de IM reflejados en sus comportamientos alimentarios.
90
Selección de alimentos en relación con Impulsividad atencional: se logró establecer que casi la
mitad de la población estudiada 48,4% presenta niveles medios de IA que se muestra en la selección
de alimentos, el 34,4% presenta niveles bajos de IA respecto a la selección de alimentos, un 11,7%
evidencia niveles altos de IA que repercute en su forma de elegir alimentos y el menor porcentaje
5,5% no evidencia IA.
A partir de estos resultados podemos afirmar que los tres componentes de comportamiento
alimentario demuestran la presencia de niveles medios y bajos de impulsividad y significativamente
encontramos un alto porcentaje de pacientes, (48.4%) que presentan niveles medios de impulsividad
atencional que se relacionan con la forma como elijen y consumen los alimentos en casi la mitad de
la población investigada. Se realizó el cruce de variables individualmente tomando en cuenta cada
factor de impulsividad y de comportamiento alimentario. Relacionando IM a los Hábitos alimentarios,
IA a la elección y Consumo de alimentos, INP a Horarios y autocuidado del cuerpo. Por su amplitud
estas tablas se muestran como el ANEXO C; las variables se describen a continuación en el cuadro
4.8.
91
Tabla 6
un paciente
Media Media Baja P.10 3
Media Baja Baja P.11 3
Baja Alta Media P.12 2
S.i Baja Baja P.13 2
Alta S.i. Media P.14 1
Baja S.i. Baja P.15 1
Alta Baja Media P.16 1
Baja Media S.i. P.17 1
No se repiten
Baja Baja Ba ja P.18 1
Baja Baja S.i. P.19 1
S.i. S.i. Baja P.20 1
Baja S.i. S.i. P.21 1
Media Media Baja P.22 1
2% 2% 2%
7%
2% 2% 7%
2% 23%
2%
93%
3%
10% 18%
12%
13%
ANÁLISIS:
ANÁLISIS
Después de determinar la presencia de los diferentes patrones de impulsividad presentes en la
población investigada se procede a un análisis cualitativo de la relación de cada factor de
impulsividad con cada factor de comportamiento alimentario, buscando establecer la presencia de los
mismos niveles de impulsividad en cada factor (IM en hábitos alimentarios; IA en elección y consumo
de alimentos; INP en horarios y autocuidado del cuerpo). La relación existente en cada patrón se
determina como un porcentaje individual y por ello debe entenderse lo que conlleva la presencia de
cada nivel de impulsividad respecto al factor analizado de conducta alimentaria. De esta forma se
logro establecer en cada patrón lo siguiente:
EN EL PATRON 1
El 23% de pacientes que en su mayoría comparten características de impulsividad media en los
aspectos motor, atencional y de planificación también presentan en un 41,4% de la población en
hábitos alimentarios, un 69 % en elección de alimentos y un 48,3% en horarios y autocuidado del
cuerpo respectivamente niveles medios de impulsividad, esto demuestra la relación significativa
entre niveles de impulsividad y la capacidad de mantener hábitos alimentarios adecuados , una
elección saludable de alimentos y planear los horarios así como tomar en cuenta los efectos de un
comportamiento alimentario saludable a futuro.
EN EL PATRON 2
El 18% de la población que presenta niveles bajos de impulsividad motora y atencional junto con
niveles medios de impulsividad no planificada muestra similares características al analizar el
comportamiento alimentario, ya que un 52,2% de la población posee niveles bajos de IM
evidenciados en sus hábitos alimentarios, un 43,5% posee niveles bajos de IA evidenciados en la
elección y consumo de alimentos y un 43,5% posee niveles medios de INP evidenciados en su los
horarios. Por los bajos niveles de impulsividad esta población podría adaptarse mejor a los cambios
en su alimentación parte del tratamiento de la obesidad.
EN EL PATRON 3
El 13% de la población que no muestra impulsividad motora, tiene niveles bajos de impulsividad
atencional y medios de impulsividad no planificada posee similares niveles al analizar el
comportamiento alimentario; en un 47,1 % de los pacientes los hábitos alimentarios no muestran
impulsividad, el 52,9% muestra niveles bajos de IA en elección y consumo de alimentos, junto con un
47,1% que muestra niveles medios de INP en horarios y autocuidado del cuerpo. Lo que pronosticaría
una buena adaptación a los cambios en el comportamiento alimentario.
96
EN EL PATRON 4
El 12% de la población que tiene niveles bajos de impulsividad motora y medios de impulsividad
atencional y no planificada presenta similares niveles en su comportamiento alimentario; en un 53,3%
de los pacientes tienen niveles bajos de IM en sus hábitos alimentarios, el 40% de los pacientes tiene
niveles medios de IA respecto a la elección y consumo de alimentos y un 46,7% de niveles medios de
INP frente a horarios y autocuidado del cuerpo. Esto pronosticaría dificultades medias frente al
cambio a un consumo de alimentos saludables y adaptación a horarios y planificación necesarios para
el tratamiento de la obesidad.
EN EL PATRON 5
El 9% de la población que presenta niveles medios de impulsividad motora y no planificada, y bajos
de impulsividad atencional, muestra cambios en los niveles de impulsividad relacionados con la
conducta alimentaria; un 41,7% tiene niveles medios de IM relacionados a los hábitos alimentarios,
mientras que el 50% posee niveles medios de IA relacionados con elección y consumo de alimentos
diferente de lo encontrado con BIS-11, y niveles altos de INP relacionados con los horarios y
autocuidado del cuerpo en el 50% de la población. Esto significaría dificultades frente al tratamiento
principalmente en lo que se refiere a la planificación, cuidado del cuerpo y respeto a los horarios de
comida.
EN EL PATRON 6
El 3% de la población que no presenta impulsividad motora ni atencional, y niveles medios de
impulsividad no planificada, muestra cambios en los niveles de impulsividad relacionados con la
conducta alimentaria y una relación baja de ambas variables; toda la población muestra niveles medio
bajos de IM e IA, solo un 25% de los estudiados con este patrón presentan también niveles medios de
INP en relación a los horarios y autocuidado del cuerpo.
EN EL PATRON 7
El 2% de la población que no muestra impulsividad, muestra baja relación frente a la impulsividad
presente en los comportamientos alimentarios; ya que la mayoría de los pacientes presenta niveles
medio bajos de IM e IA, y entre bajos y altos de INP relacionados con los horarios y la planificación.
Este grupo debería se tomado en cuenta ya que los pacientes con niveles medios y altos podrían
presentar dificultades frente al tratamiento.
EN EL PATRON 8
El 2% de la población que presenta niveles bajos de IM, no presenta IA y posee niveles medios de
INP muestra cambios en los niveles de impulsividad relacionados con la conducta alimentaria; un
33,3% de la población también presenta niveles bajos de IM relacionados con los hábitos, el 100%
97
posee niveles medio bajos de IA a diferencia de lo medido con BIS-11; y solo un 33,3% presenta
niveles medios de INP relacionados con los horarios y autocuidado del cuerpo.
EN EL PATRON 9
El 2% de la población que presenta niveles medios de impulsividad motora y no planificada junto con
niveles altos de impulsividad atencional, muestra cambios en los niveles de impulsividad relacionados
con la conducta alimentaria; donde la mayoría de los pacientes un 66,7% no presenta IM relacionada
con los hábitos alimentarios, y se evidencia la presencia de niveles bajos de IA en un 66,7%
relacionados con la elección y consumo de alimentos; finalmente tampoco coinciden los niveles que
se presenta en la mayoría de la población cuando analizamos INP relacionada con los horarios y la
planificación de la alimentación ya que un 66,7% muestra niveles altos.
EN EL PATRON 10
El 2% de la población que presenta niveles medios de impulsividad motora y atencional, junto con
niveles bajos de impulsividad no planificada, muestra cambios en los niveles de impulsividad
relacionados con la conducta alimentaria, únicamente se observa la relación de IA con elección y
consumo de alimentos donde todos los investigados con este patrón presentan niveles medios de
impulsividad.
EN EL PATRON 11
El 2% de los pacientes que presentan niveles medios de impulsividad motora junto con niveles bajos
de impulsividad atencional y no planificada, muestran cambios en los niveles de impulsividad
relacionados con la conducta alimentaria, ya que únicamente se halla relación en los niveles de IM
presentes en los hábitos alimentarios pues un 66,7% presenta también niveles medios.
EN EL PATRON 12
El 2% de los pacientes que presentan niveles bajos de IM, altos de IA y medios de INP, muestran
cambios en los niveles de impulsividad relacionados con la conducta alimentaria, ya que únicamente
hay relación de INP con los horarios y planificación de la alimentación en la mitad de pacientes
donde presentan niveles medios.
EN EL PATRON 13
En el 2% de la población que presenta niveles bajos de impulsividad atencional y no planificada
además de no presentar impulsividad motora, los pacientes comparten medianamente las mismas
características de IM e IA en relación con las conductas alimentarias ya que la mitad presenta los
mismos niveles. INP no comparte las características ya que pacientes presentan niveles medio altos.
98
Hipótesis
“Los pacientes con obesidad parte del programa de cirugía bariátrica presentan impulsividad”.
Se aplicó la Escala de Impulsividad de Barratt (BIS-11) a 128 pacientes obesos pertenecientes al
programa de cirugía bariátrica y se halló los siguientes resultados:
80
MOTORA
60 60
ATENCIONAL
48 50
49
40 NO PLANIFICADA
27
20
11 14
53 6
0 0
ALTA BAJA MEDIA S.I.
Hipótesis
“La conducta alimentaria del paciente obeso depende del tipo de impulsividad que presenta”.
Se realizo un análisis cualitativo y cuantitativo de las variables después de aplicar los reactivos (BIS-
11) y ECAIO para determinar su relación tomando en cuenta los niveles de impulsividad presentes en
cada paciente. A partir de ello se logró establecer que:
La presencia de IMPULSIVIDAD MOTORA medida con BIS-11 se relaciona con los HÁBITOS
ALIMENTARIOS de los pacientes de diferente forma en cada patrón y esta relación aumenta en
razón del número de pacientes que compartan el patrón.
101
7%
27%
66%
En los pacientes que presentan una relación significativa los niveles de impulsividad según el factor se
distribuyen de la siguiente manera.
18 pacientes obesos con IM baja, también presentan niveles bajos de IM en relación con
sus hábitos alimentarios.
26 pacientes que poseen niveles medios de IA medios también presentan niveles medios de
IA en relación con la elección y consumo de alimentos.
102
39 pacientes con niveles medios de INP también presentan niveles medios de INP en
relación con los horarios de alimentación y autocuidado del cuerpo.
Tabla 9
100
80
60
40 Sin impulsividad
20 Niveles bajos
0 Niveles medios Niveles medios
Sin impulsividad
Análisis
sociedad de lo inmediato y frente a ello es previsible que una persona sea o no sea obesa pueda
presentar características de personalidad impulsivas, sin embargo el sujeto obeso demostraría haber
perdido el control sobre lo que come, la sobreingesta se puede evidenciar en diferentes
comportamientos y se manifiesta como un peso excesivo.
Además se establece que hay una alta relación de impulsividad frente a los comportamientos
alimentarios ya que un gran número de pacientes investigados comparten niveles medios y bajos de
impulsividad medidos con BIS-11, evidenciándose los mismos niveles en sus comportamientos
alimentarios, tomando en cuenta que los niveles de impulsividad establecen también conductas
alimentarias impulsivas y poco saludables. La presencia de niveles altos de impulsividad es escasa,
sin embargo existen pacientes que presentan niveles altos sobretodo de impulsividad no planificada en
lo relacionado a horarios y autocuidado del cuerpo.
104
CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
Conclusiones
El alto porcentaje de pacientes obesos pertenecientes al programa de cirugía bariátrica del HCAM en
los que se evidencia niveles medios de impulsividad no planificada establecerá que regularmente
presenten comportamientos alimentarios sin planificación hacia el futuro, lo que implica que los
pacientes pierdan la capacidad para evaluar las consecuencias de sus actos y esto impactará
negativamente en el estilo y calidad de vida y podría perpetuar su condición de obesidad.
Los niveles medios de impulsividad no planificada en relación con los horarios de alimentación y
autocuidado del cuerpo incidirán en la conducta del paciente obeso generando dificultades para la
105
Al ser analizados los resultados obtenidos podrán contribuir a la evaluación de la idoneidad del
paciente aspirante a la cirugía bariátrica, de forma que se eviten intervenciones quirúrgicas
innecesarias en sujetos con rasgos impulsivos.
Recomendaciones
Los pacientes obesos que van a someterse a procedimientos bariátricos que muestran impulsividad
deberían mantener controles psicológicos antes, durante y después, determinando los riesgos que
pueda significar para una correcta adherencia al tratamiento.
La presencia de niveles medios y altos de impulsividad no planificada en pacientes obesos debe ser
manejada conjuntamente por los profesionales psicólogo y nutricionista al establecer, horarios de
alimentación, así como una planificación adecuada para cumplirlos, junto con un cuidado consciente
de su salud, ya que la INP determinara un déficit de la capacidad de planificación y previsión de
consecuencias de los actos a futuro.
El área de Cirugía General que interviene a los pacientes con obesidad debería ampliar la atención
psicológica que se brinda a esta población, sin limitarse a una evaluación psicométrica estadística y
buscando profundizar en la problemática que encierra la obesidad, dado que una intervención personal
predice resultados positivos en cuanto a disminución y mantenimiento de peso y evitando
complicaciones a futuro.
106
El trabajo grupal con pacientes con obesidad es útil para trabajar una mejor adherencia y continuación
de estilos de vida saludables, mismos que se requieren para mantener un peso adecuado, por ello se
recomienda incentivar a los pacientes parte de este programa a compartir sus experiencias.
Como parte del avance científico de la psicología, la Facultad de Ciencias Psicológicas debe
incentivar a las nuevas generaciones de estudiantes de psicología conjuntamente a la investigación
cuantitativa un trabajo investigativo cualitativo preparándoles adecuadamente, dejando a un lado la
tendencia actual de generar resultados a partir de estadísticas en salud mental, sabiendo que se trata de
procedimientos complejos pero que determinan resultados más ricos a nivel científico.
La Universidad Central del Ecuador debería establecer líneas más amplias de investigación en
psicología promoviéndola a partir de la contribución de material bibliográfico diverso y más amplio,
ya que un catalogo bibliográfico también refuerza el conocimiento de los estudiantes e impulsa la
búsqueda y creación de conocimiento.
107
C. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Tangibles
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111
ANEXOS
Período
Octubre 2014- Marzo 2015
112
El modelo biomédico que ha sido base del tratamiento de las diversas enfermedades acostumbrado a
utilizarse en las últimas décadas ya ha sido cuestionado con anterioridad, desde Engel en 1997
cuando propone un modelo biopsicosocial para el manejo de la enfermedad tomando en cuenta “que
la simple anomalía biológica no arroja ninguna luz sobre la significación última de los síntomas para
el paciente”.
En la actualidad el ser humano ha cambiado totalmente su estilo de vida y con ello la forma de
alimentación se ha transformado, a medida que nos convertimos de cazadores nómadas a sedentarios
hombres de grandes ciudades nuestras preferencias alimenticias ya no tienen que ver con la
supervivencia sino con un apego por un efecto placentero en nuestro cerebro, por ello la dificultad de
ciertas personas para cambiar hábitos alimenticios. El problema de este tipo de alimentación hoy se
evidencia claramente a través de la creciente morbilidad de obesidad en el mundo, en Latinoamérica
una de cada dos personas tienen sobrepeso. El uso únicamente de soluciones médicas como la cirugía
bariátrica para detener el avance de la obesidad, necesita de un abordaje bio-psico-social, ya que la
obesidad podría ser síntoma de causas médicas, endocrinológicas o emocionales que necesitan un
abordaje integral.
3.2 Preguntas
¿Qué nivel de impulsividad existe en el paciente obeso que es parte del programa de cirugía bariátrica
del Hospital “Carlos Andrade Marín”?
¿Existe un tipo de conducta alimentaria típica del paciente obeso que es parte del programa de cirugía
bariátrica del Hospital “Carlos Andrade Marín”?
3.3 Objetivos
General:
Identificar la relación de patrones de impulsividad y conductas alimentarias típicas de pacientes con
obesidad pertenecientes al programa de Cirugía Baríatrica del Hospital “Carlos Andrade Marín” de
Quito.
Específicos:
Determinar patrones de alimentación que indiquen presencia de impulsividad en los pacientes con
obesidad pertenecientes al programa de cirugía bariátrica
4. MARCO TEÓRICO
La impulsividad entendida como la dificultad para inhibir ciertos comportamientos desde una visión
conductual, o contrastada con el concepto de la impulsividad vista como rasgo de personalidad que
nos habla de una disposición para la acción que tiene como fin aliviar la tensión generada por la
urgencia de satisfacer un instinto o cualquier otro tipo de necesidad, el umbral entre la impulsividad
patológica y la adaptativa a una circunstancia eventual puede determinarse en el efecto negativo que
tiene a nivel biopsicosocial; se habla en el caso de la obesidad de acciones impulsivas que tienen
consecuencias relacionadas directamente con la comida y la significación que la persona le da a ella,
explicado así por Hutcheson, Everitt, Robbins y Dickinson, 2001;
Desde varios puntos de vista la impulsividad puede ser rasgo dominante de personas que poseen
algún tipo de adicción, es ese deseo incontrolable de realizar una acción para descargar ansiedad, una
forma de manejar estados emocionales displacenteros o un apego a respuestas placenteras inmediatas.
La visión cognitivo conductual habla de adicciones como procesos y mecanismos de aprendizaje que
pueden ser positivos: generando placer tras el consumo; o negativo: de alivio tras la evitación que se
experimenta emocionalmente tras el consumo; teorías explicativas psicoanalíticas toman la
impulsividad como un factor relacionado a comportamientos obsesivos compulsivos parte de la
ansiedad generada por asuntos no resueltos o conflictos creados en las fases oral y anal de los sujetos
que son obesos, recordemos que la personalidad desde la visión psicodinámica esta “Los patrones
estables de personalidad no sólo empiezan a formarse en la niñez, sino que las experiencias
tempranas tienen un fuerte efecto en el desarrollo de la personalidad.”
Desde cualquiera de estos dos puntos de vista encontramos que la obesidad podría considerarse como
la consecuencia de una adicción a la comida, impulsividad incontrolable que genera compulsiones
por disminuir la ansiedad. Conductas que se generan a partir de experiencias que han sido asociadas
con anterioridad a determinados estados de ánimo, como lo explica el esquema ABC de Ellis.
CAPITULO I: IMPULSIVIDAD
1.1 Enfoques teóricos sobre la impulsividad
1.1.1 Teorías Cognitivo Conductuales
116
escalas y test para hacer objetivas estas variables que generaran resultados estadísticos que
posteriormente serán analizados para la comprobación de las hipótesis planteadas.
6. TIPO DE INVESTIGACIÓN
Correlacional
7. DISEÑO DE LA INVESTIGACIÓN
Diseño de investigación no experimental, se realizará el levantamiento de información
correspondiente a impulsividad y conductas alimentarias que permitirán la comprobación de hipótesis
sobre obesidad.
8. FORMULACIÓN DE HIPÓTESIS
8.1. Planteamiento de hipótesis
H1. “Los pacientes con obesidad parte del programa de cirugía bariátrica presentan impulsividad”.
H2. “La conducta alimentaria del paciente obeso depende del tipo de impulsividad que presenta”.
Factores relacionados:
Apetito
Estados emocionales
Experiencias previas
118
Hábitos
Vínculos psicológicos, físicos
y socioculturales
V2. Contexto sociocultural Encuesta sobre Psicometría
Conductas Contexto familiar comportamientos Cuestionario
alimentarias alimentarios Entrevista
relacionados con
impulsividad en
casos de obesidad.
ECAIO
OBJETIVOS ESPECIFICOS
Establecer el Podemos V1.
grado de encontrar Impulsividad Impulsividad como rasgo Escala de Psicometría
impulsividad niveles medio Impulsividad como estado Impulsividad de Cuestionario
presente en los altos de Impulsividad como proceso Barrat BSI-11 Entrevista
pacientes obesos impulsividad Dimensiones principales:
pertenecientes al en los Atención
programa de pacientes con Impulsividad motora
cirugía bariátrica. obesidad. Autocontrol
Complejidad cognitiva
Perseverancia
Inestabilidad cognitiva
Factores secundarios:
Impulsividad motora
Impulsividad atencional
Impulsividad por imprevisión
Sobrepeso
Según IMC:
Grado I
Grado II
Grado III
Grado IV, extrema.
Según distribución de grasa
V2. Obesidad en el cuerpo: androide, Calculo IMC Entrevista
ginoide y de distribución
homogénea.
Según causa:
Genética
Dietética
Por desajuste
Nerviosa
Por medicamentos
Cromosómica
Determinar un Los patrones V1.
patrón de de Alimentación Basales Encuesta sobre Psicometría
alimentación que alimentación Hipercalóricas comportamientos Entrevista
predomine el los en los Con largos periodos de no alimentarios Cuestionario
pacientes con pacientes con ingesta relacionados con
obesidad obesidad se Terapéuticas: impulsividad en
pertenecientes al relación 1. Hipocalórica casos de obesidad
programa de directamente 2. Hiperprotéica ECAIO
cirugía bariátrica. con conductas 3. Hipoprotéica
impulsivas para 4. Sin gluten
disminuir la 5. Baja en índice
ansiedad. glucémico
6. Alta en fibra
7. Sin residuos
8. Hipo sódica
Sobrepeso
Según IMC:
V2. Obesidad Grado I Entrevista
Grado II
Grado III Cálculo IMC
Grado IV, extrema.
Según distribución de grasa
119
en el cuerpo: androide,
ginoide y de distribución
homogénea.
Según causa:
Genética
Dietética
Por desajuste
Nerviosa
Por medicamentos
Cromosómica
9.1 Población y muestra: esta investigación se llevará a cabo con los pacientes pertenecientes al
programa de Cirugía Bariátrica del Hospital Carlos Andrade Marín.
Los pacientes que son parte del programa de Cirugía Bariatrica que acuden al servicio de Consulta
Externa poseen niveles de sobrepeso y obesidad en sus tres grados han sido valorados por la
especialidad y se les ha recomendado realizarse la Cirugía Bariátrica por presencia de otras
enfermedades, son pacientes que acuden a valoraciones por parte del servicio de base y además
cuentan con un control periódico del área de nutrición y psicología, son de diversos niveles
socioeconómicos y su lugar de origen varía ya que ha muchos los han enviado de otros sectores del
país. Se posee fácil acceso a esta población ya que se los valora en la Consulta Externa de Cirugía
General, por la escasa conciencia que muchos de los pacientes tienen de la enfermedad y la poca
motivación de realizarse el procedimiento existen casos en los que no asisten a la valoración y
seguimiento por lo que puede existir una variación en el numero establecido como población mensual
mencionado. Este procedimiento se realiza a pacientes en el rango de edad determinado desde los 18 a
los 59 años, pertenecientes a ambos sexos.
No probabilístico
Al área de consulta externa de cirugía general acuden mensualmente alrededor de 180 pacientes con
obesidad o sobrepeso pertenecientes al programa de Cirugía Baríatrica un tratamiento alternativo
realizado a pacientes con obesidad que tienen dificultades para bajar de peso en el que se realizan
diferentes tipos de procedimientos con el objetivo de disminuir la capacidad de contener alimentos,
retrasar el tiempo de absorción o crear sensación de saciedad con pocas cantidades de alimento, todo
esto mediante bypass gástrico, uso de balón intragástrico o gastroplastia con disminución de tamaño.
120
Dentro de esta población existen algunos pacientes que buscan ingresar y otros que ya se encuentran
dentro del programa.
Para mejores resultados trabajaremos con la población total que acude a la consulta de cirugía general
en el lapso de un mes.
MÉTODOS:
Método Científico: Es el método o procedimiento que nos permite realizar una investigación mediante
la observación, medición y experimentación, y la formulación, pero también este método nos guía
para formular hipótesis que luego serán sometidas a prueba.
Método Estadístico: Este método nos permite realizar un análisis cuantitativo para una futura
interpretación de las variables o valores numéricos de un estudio o investigación, y de esta manera
maximiza el carácter objetivo del proceso llevado a cabo.
Método Observacional: Es una aplicación del método científico, el cual se realiza mediante un
registro sistemático y objetivo de la conducta, para luego someter a prueba las hipótesis y llegar a
resultados válidos que contribuyen al estudio realizado y a la ciencia.
Método Inductivo: Es el método en el cual se parte de una premisa o enunciado menor para
generalizar y llegar a las premisas globales o generales, es decir pasa de lo particular a lo general.
Método Deductivo: Es el método que se utiliza para generar conclusiones a partir de premisas
generales, es decir se pasa de lo general a lo específico mediante el uso de instrumentos necesarios
para ello. Tomado de Picerno, (2012)
TÉCNICAS:
Entrevista Clínica: Es una técnica mediante la cual un profesional de salud mental instaura un proceso
de comunicación entre él y los pacientes con la finalidad de obtener información relevante acerca de
su vida para luego tomar decisiones acerca de la problemática, incide mucho la capacidad del
psicólogo para la obtención de información realmente útil.
121
Observación Clínica: Esta técnica se la realiza de una manera objetiva, con intención y consiste en
observar la conducta manifiesta de las personas desarrollando la capacidad de recolectar datos
importantes y registrarlos.
INSTRUMENTOS:
12. RESPONSABLES
13. RECURSOS
13.1. Recursos Materiales
Cuadernos
Esferográficos
Lápices
Hojas de papel Bond
Libros
Presupuesto Propio
Movilización 50
Alimentación 240
Papelería 50
Libros 100
Internet 120
Vestuario 30
Otros 90
Total 680
CDs
Flash Memory
Laptop o computador
Copiadora
Impresora
MESES
Octubre Noviembre Diciembre Enero Febrero Marzo
Revisión X X X X X X
Bibliográfica
Elaboración y X
presentación del
plan.
Diseño de la X
muestra
Selección de X
instrumentos
Intervención con X X X
la población
Procesamiento de X
la información
Prueba de X
hipótesis
Informe final X
15. BIBLIOGRAFÍA.
Picerno, P. (2012). Las ciencias psicológicas y la investigación científica. Quito: CMYK Digital.
Reinoso, M. (2014) Tesis: El acto compulsivo de comer como síntoma adictivo del paciente obeso.
Universidad Politecnica Salesiana. Sede Quito.
124
Alexitimia: Incapacidad por parte de un sujeto para expresar sus estados emocionales internos. (APA
Association, 2014)
Aplanamiento emocional: ausencia o casi ausencia de cualquier signo de expresión afectiva. (APA
Association, 2014)
Apnea obstructiva del sueño: forma de apnea del sueño en la que existe una obstrucción física en las
vías respiratorias superiores. Se caracteriza por interrupciones recurrentes del sueño y por series de
bocanadas al despertar. http://www.iqb.es/diccio/a/ap.htm
Arousal: nivel de activación fisiológica y psicológica de un cuerpo, según el cual podemos predecir
el desempeño de un sujeto. Es importante en la regulación de la consciencia, atención y
procesamiento de la información y es imprescindible para motivar ciertos comportamientos. (Ikis,
2012)
Caseína: (del latín caseus, "queso") es una fosfoproteína (un tipo de heteroproteína) presente en la
leche y en algunos de sus derivados (productos fermentados como el yogur o el queso). En la leche, se
encuentra en la fase soluble asociada al calcio (fosfato de calcio), en un complejo que se ha
denominado caseinógeno. La tabla 1 recoge el contenido de esta proteína en la leche de distintas
especies de mamíferos. (wikipedia)
Compulsión: tendencia irresistible a realizar cierta conducta, tras la cual hay una falla en el sistema
de control e inhibición de impulsos. (Cosacov, 2007)
Craving: sensación subjetiva (deseo, necesidad, Arousal físico, Arousal emocional) por conseguir el
estado psicológico inducido por las drogas. (Sánchez, Molina, Tomás, & Morales, 2001)
Depresión dietética: síntoma que aparece después de someterse a cambios alimentarios que tienen
que ver con la adaptación del cerebro a recibir torrentes de serotonina tras grandes ingestiones
alimentarias que han sido modificadas. (Cosacov, 2007)
Fijación: término introducido por el psicoanálisis para referirse a la posibilidad que la líbido o
impulso sexual quede ligada a un modo de satisfacción infantil, prefiriéndose este al modo de
satisfacción adulto. (Cosacov, 2007, p.143)
Juego Patológico: modalidad de las adicciones psicológicas caracterizada por la incapacidad del
sujeto para controlarse y por las alteraciones que se producen en áreas significativas de su vida. El
juego se convierte en el centro de la vida de la persona. (Echeburúa, Adicciones....sin drogas? Las
nuevas adicciones: Juego, sexo, comida, compras, trabajo, internet..., 2000)
Organoléptico: son todas aquellas descripciones de las características físicas que tiene la materia en
general, según las pueden percibir los sentidos, por ejemplo su sabor, textura, olor, color. (Wikipedia,
2013)
126
Relaciones objetales: término propuesto por Melanie Klein al referirse a la relación con los objetos,
a partir de la cual se establecen los primeros intercambios del niño con el mundo, constituyendo el
esbozo de su futura socialización, tomando en cuenta que desde el sentido psicoanalítico el objeto es
aquello gracias a lo cual la pulsión puede ser satisfecha. (Guimón, 1993)
Síndrome del comedor nocturno: episodios recurrentes de comer por la noche, manifestándose por
el consumo de alimentos tras el despertarse de un sueño o por el consumo de alimentos después de la
cena. Existen la consciencia y el recuerdo de la alimentación. DSM5 (APA Association, 2014)
Trastorno de atracones: trastorno de ingestión de los alimentos cuya característica principal son los
episodios recurrentes de atracones que deben producirse, de promedio, al menos una vez por semana
durante tres meses. DSM5 (APA Association, 2014)
Trastornos disruptivos, del control de los impulsos y de la conducta: trastornos que se manifiestan
con problemas del autocontrol del comportamiento y las emociones, se traducen en conductas que
violan los derechos de los demás. DSM5 (APA Association, 2014)
127
SIGLAS Y ACRÓNIMOS
19.Qué considera que le hace falta para mejorar su alimentación compromiso y motivación
información
nada, mi alimentación es saludable
20. Cree que es capaz de usar consejos nutricionales que impliquen de acuerdo
planificación y renuncia a ciertos placeres? ni de acuerdo ni en desacuerdo
en desacuerdo
131
PATRÓN 1
Tabla cruzada P1IM*P1HABITOS
P1HABITOS
ALTA BAJA MEDIA S.I. Total
P1IM MEDIA Recuento 1 9 12 7 29
% dentro de
100,0% 100,0% 100,0% 100,0% 100,0%
P1HABITOS
Total Recuento 1 9 12 7 29
% dentro de
100,0% 100,0% 100,0% 100,0% 100,0%
P1HABITOS
Tabla cruzada P1IA*P1ELECCION
P1ELECCION
ALTA BAJA MEDIA Total
P1IA MEDIA Recuento 3 6 20 29
% dentro de
100,0% 100,0% 100,0% 100,0%
P1ELECCION
Total Recuento 3 6 20 29
% dentro de
100,0% 100,0% 100,0% 100,0%
P1ELECCION
Tabla cruzada P1INP*P1HORARIOS
P1HORARIOS
ALTA BAJA MEDIA Total
P1INP MEDIA Recuento 12 3 14 29
% dentro de P1INP 41,4% 10,3% 48,3% 100,0%
Total Recuento 12 3 14 29
% dentro de P1INP 41,4% 10,3% 48,3% 100,0%
PATRÓN 2
Tabla cruzada P2IM*P2HABITOS
P2HABITOS
ALTA BAJA MEDIA S.I. Total
P2IM BAJA Recuento 1 12 5 5 23
% dentro de P2IM 4,3% 52,2% 21,7% 21,7% 100,0%
Total Recuento 1 12 5 5 23
% dentro de P2IM 4,3% 52,2% 21,7% 21,7% 100,0%
132
PATRÓN 3
Tabla cruzada P3IM*P3HABITOS
P3HABITOS
ALTA BAJA MEDIA S.I. Total
P3IM S.I. Recuento 1 5 3 8 17
% dentro de P3IM 5,9% 29,4% 17,6% 47,1% 100,0%
Total Recuento 1 5 3 8 17
% dentro de P3IM 5,9% 29,4% 17,6% 47,1% 100,0%
Tabla cruzada P3IA*P3ELECCION
P3ELECCION
BAJA MEDIA S.I. Total
P3IA BAJA Recuento 9 7 1 17
% dentro de P3IA 52,9% 41,2% 5,9% 100,0%
Total Recuento 9 7 1 17
% dentro de P3IA 52,9% 41,2% 5,9% 100,0%
Tabla cruzada P3INP*P3HORARIOS
P3HORARIOS
ALTA BAJA MEDIA S.I. Total
P3INP MEDIA Recuento 4 4 8 1 17
% dentro de P3INP 23,5% 23,5% 47,1% 5,9% 100,0%
Total Recuento 4 4 8 1 17
% dentro de P3INP 23,5% 23,5% 47,1% 5,9% 100,0%
133
PATRON 4
Tabla cruzada P4IM*P4HABITOS
P4HABITOS
ALTA BAJA MEDIA S.I. Total
P4IM BAJA Recuento 2 8 3 2 15
% dentro de P4IM 13,3% 53,3% 20,0% 13,3% 100,0%
Total Recuento 2 8 3 2 15
% dentro de P4IM 13,3% 53,3% 20,0% 13,3% 100,0%
Tabla cruzada P4IA*P4ELECCION
P4ELECCION
ALTA BAJA MEDIA S.I. Total
P4IA MEDIA Recuento 3 5 6 1 15
% dentro de P4IA 20,0% 33,3% 40,0% 6,7% 100,0%
Total Recuento 3 5 6 1 15
% dentro de P4IA 20,0% 33,3% 40,0% 6,7% 100,0%
Tabla cruzada P4INP*P4HORARIOS
P4HORARIOS
ALTA BAJA MEDIA S.I. Total
P4INP MEDIA Recuento 4 3 7 1 15
% dentro de P4INP 26,7% 20,0% 46,7% 6,7% 100,0%
Total Recuento 4 3 7 1 15
% dentro de P4INP 26,7% 20,0% 46,7% 6,7% 100,0%
PATRÓN 5
Tabla cruzada P5IM*P5HABITOS
P5HABITOS
ALTA BAJA MEDIA S.I. Total
P5IM MEDIA Recuento 1 2 5 4 12
% dentro de P5IM 8,3% 16,7% 41,7% 33,3% 100,0%
Total Recuento 1 2 5 4 12
% dentro de P5IM 8,3% 16,7% 41,7% 33,3% 100,0%
PATRON 6
Tabla cruzada P6IM*P6HABITOS
P6HABITOS
BAJA MEDIA Total
P6IM S.I. Recuento 3 1 4
% dentro de P6IM 75,0% 25,0% 100,0%
Total Recuento 3 1 4
% dentro de P6IM 75,0% 25,0% 100,0%
PATRÓN7
Tabla cruzada P7IM*P7HABITOS
P7HABITOS
BAJA S.I. Total
P7IM S.I. Recuento 2 1 3
% dentro de P7IM 66,7% 33,3% 100,0%
Total Recuento 2 1 3
% dentro de P7IM 66,7% 33,3% 100,0%
135
PATRON8
Tabla cruzada P8IM*P8HABITOS
P8HABITOS
BAJA MEDIA S.I. Total
P8IM BAJA Recuento 1 1 1 3
% dentro de P8IM 33,3% 33,3% 33,3% 100,0%
Total Recuento 1 1 1 3
% dentro de P8IM 33,3% 33,3% 33,3% 100,0%
PATRÓN 9
Tabla cruzada P9IM*P9HABITOS
P9HABITOS
MEDIA S.I. Total
P9IM MEDIA Recuento 1 2 3
% dentro de P9IM 33,3% 66,7% 100,0%
Total Recuento 1 2 3
% dentro de P9IM 33,3% 66,7% 100,0%
Tabla cruzada P9IA*P9ELECCION
P9ELECCION
ALTA BAJA Total
P9IA ALTA Recuento 1 2 3
% dentro de P9IA 33,3% 66,7% 100,0%
Total Recuento 1 2 3
% dentro de P9IA 33,3% 66,7% 100,0%
Tabla cruzada P9INP*P9HORARIO
P9HORARIO
ALTA MEDIA Total
P9INP MEDIA Recuento 2 1 3
% dentro de P9INP 66,7% 33,3% 100,0%
Total Recuento 2 1 3
% dentro de P9INP 66,7% 33,3% 100,0%
PATRON10
Tabla cruzada P10IM*P10HABITOS
P10HABITOS
ALTA BAJA Total
P10IM MEDIA Recuento 1 2 3
% dentro de P10IM 33,3% 66,7% 100,0%
Total Recuento 1 2 3
% dentro de P10IM 33,3% 66,7% 100,0%
Tabla cruzada P10IA*P10ELECCION
P10ELECCIO
N
MEDIA Total
P10IA MEDIA Recuento 3 3
% dentro de P10IA 100,0% 100,0%
Total Recuento 3 3
% dentro de P10IA 100,0% 100,0%
137
PATRON11
Tabla cruzada P11IM*P11HABITOS
P11HABITOS
MEDIA S.I. Total
P11IM MEDIA Recuento 2 1 3
% dentro de P11IM 66,7% 33,3% 100,0%
Total Recuento 2 1 3
% dentro de P11IM 66,7% 33,3% 100,0%
Tabla cruzada P11IA*P11ELECCION
P11ELECCION
ALTA MEDIA S.I. Total
P11IA BAJA Recuento 1 1 1 3
% dentro de P11IA 33,3% 33,3% 33,3% 100,0%
Total Recuento 1 1 1 3
% dentro de P11IA 33,3% 33,3% 33,3% 100,0%
Tabla cruzada P11INP*P11HORARIOS
P11HORARIOS
ALTA MEDIA S.I. Total
P11INP BAJA Recuento 1 1 1 3
% dentro de P11INP 33,3% 33,3% 33,3% 100,0%
Total Recuento 1 1 1 3
% dentro de P11INP 33,3% 33,3% 33,3% 100,0%
PATRON12
Tabla cruzada P12IM*P12HABITOS
P12HABITOS
MEDIA S.I. Total
P12IM BAJA Recuento 1 1 2
% dentro de P12IM 50,0% 50,0% 100,0%
Total Recuento 1 1 2
% dentro de P12IM 50,0% 50,0% 100,0%
138
PATRON13
Tabla cruzada P13IM*P13HABITOS
P13HABITOS
BAJA S.I. Total
P13IM S.I. Recuento 1 1 2
% dentro de P13IM 50,0% 50,0% 100,0%
Total Recuento 1 1 2
% dentro de P13IM 50,0% 50,0% 100,0%
Tabla cruzada P13IA*P13ELECCION
P13ELECCION
BAJA MEDIA Total
P13IA BAJA Recuento 1 1 2
% dentro de P13IA 50,0% 50,0% 100,0%
Total Recuento 1 1 2
% dentro de P13IA 50,0% 50,0% 100,0%
Tabla cruzada P13INP*P13HORARIOS
P13HORARIOS
ALTA MEDIA Total
P13INP BAJA Recuento 1 1 2
% dentro de P13INP 50,0% 50,0% 100,0%
Total Recuento 1 1 2
% dentro de P13INP 50,0% 50,0% 100,0%