Está en la página 1de 5

Funciones de cada división del cerebro.

Para dar inicio, primero tenemos que saber que es el cerebro. Ya que de aquí partirá
todo. El cerebro controla lo que piensas y sientes, cómo aprendes y recuerdas y la
forma en que te mueves. También controla muchas cosas de las que apenas te das
cuenta, como el latido de tu corazón y la digestión de la comida. Piensa en el cerebro
como en una computadora central que controla todas las funciones de tu cuerpo. El
resto del sistema nervioso viene a ser una red o entramado que envía mensajes en
ambos sentidos entre el cerebro y distintas partes del cuerpo. Lo hace a través de
la médula espinal, que desciende por la espalda desde el cerebro. Contiene nervios
en su interior, unos filamentos que se ramifican hacia los demás órganos y partes
del cuerpo. Entonces, al igual que una computadora, el cerebro tiene distintas
divisiones, y cada una de ellas cuenta con una distinta función para nuestro cuerpo
y organismo.
Paul D. MacLean (1 de mayo de 1913 – 26 de diciembre de 2007) Para poder
comprender las causas biológicas de la conducta humana es preciso entender cómo
está estructurado el cerebro desde el punto de vista evolutivo. En 1950, el
neurocientífico Paul MacLean desarrolló la teoría del cerebro triuno, que explica que
el cerebro humano actual está formado por la superposición evolutiva de tres
cerebros. Estos “tres cerebros en uno” no trabajan de manera independiente, sino
que el cerebro funciona en red; las tres zonas están interconectadas: el reptiliano,
el sistema límbico y la neocorteza, de los cuales, a continuación, veremos cómo
funcionan estos.

1. Cerebro primitivo (arquipálio)


El cerebro más primitivo, o la primera capa, es el cerebro instintivo o reptiliano.
Incluye el tronco del encéfalo y el cerebelo. Se encarga de nuestras funciones
vitales automáticas (respiración, frecuencia cardiaca, digestión...).
2. Cerebro intermedio (paleopálio)
Por encima de este cerebro, se desarrolla el cerebro de mamífero inferior, cerebro
emocional o límbico. Es el centro de nuestras emociones: alegría, enfado, tristeza,
miedo, asco…
3. Cerebro superior o racional (neopálio situado en la capa superior)
La capa más externa es la corteza cerebral o neocórtex. Solo la tienen los
mamíferos superiores y los humanos. La parte de ésta que nos distingue como
especie es la parte más frontal. Son los lóbulos prefrontales. Allí reside nuestra parte
más humana y civilizada. Es el asiento de los pensamientos y de los sentimientos.
Se encarga de las funciones ejecutivas superiores: razonar, pensar, evaluar, vetar
impulsos emocionales, toma de decisiones, hacer planes, trazar estrategias, auto-
observación, auto-motivación, lenguaje, empatía y compasión.

EL COMPLEJO REPTILIANO.
El cerebro reptiliano: Cuando hablamos de cerebro reptiliano, nos referimos a la
zona más baja del prosencéfalo, donde están los llamados ganglios basales, y
también zonas del tronco del encéfalo y el cerebelo, responsables del
mantenimiento de las funciones necesarias para la supervivencia inmediata. Estas
zonas estaban relacionadas con los comportamientos estereotipados y predecibles
que definen a los animales vertebrados poco evolucionados, como los reptiles.
Este cerebro fue identificado y desarrollado a través de la teoría del cerebro triuno
de MacLean. El cerebro reptiliano, también conocido como complejo R o complejo
reptilito, es el que compartimos con otros mamíferos y reptiles. Se encarga
principalmente de poner en marcha nuestras funciones más básicas y primitivas
como, por ejemplo, protegernos de posibles amenazas, defendernos y huir para
asegurar nuestra propia supervivencia. Es el encargado también de llevar a cabo
algunas conductas inconscientes e involuntarias como nuestra respiración, la
presión sanguía, la temperatura, el equilibrio, entre otras. El cerebro reptiliano o
complejo reptilito ocupa aproximadamente el 5% del total de nuestra masa cerebral.
Este tipo de cerebro no es reflexivo y, por el contrario, actúa de manera inconsciente
y por instinto. Al tener como función principal encargarse de nuestra propia
supervivencia, se considera que es el encargado también de se nos dificulte lograr
nuestros objetivos personales ya que se siente seguro únicamente estando en un
terreno conocido, sin embargo, cuando se adentra en terreno desconocido, se
siente sumamente amenazado y prefiere huir y escaparse antes de enfrentarse a
algo nuevo. El cerebro reptiliano cumple con diferentes funciones en nuestra vida
diaria, a continuación, vamos a mencionarte con más detalle cuales son
exactamente.
La supervivencia. Como ya hemos visto anteriormente, la principal función del
cerebro reptiliano es la de mantenernos protegidos ante cualquier amenaza que se
presente y así mismo poder asegurar nuestra supervivencia. Aunque sin duda es
una función esencial y sumamente importante, en ocasiones, sino sabemos
controlarla, nos puede impedir lograr nuestras metas y objetivos vitales a la hora de
enfrentarnos a situaciones nuevas. Esto es porque percibe las nuevas situaciones
como posibles amenazas y prefiere quedarse en el “área segura”. Regulares
funciones vitales básicas. Como vimos anteriormente, se encarga de la regulación
de nuestras funciones básicas como la respiración y las funciones cardíacas. Evita
el dolor. Se encarga de buscar el placer y todas aquellas sensaciones que le
resulten agradables a la persona.
Comportamiento territorial. Se trata de uno de nuestros propios instintos de
supervivencia lo que nos hace que tendamos a defender nuestro hogar y así mismo
cuidar de las personas más cercanas a nosotros y nuestras pertenencias.
Necesidad reproductiva. Para asegurar la supervivencia, el cerebro reptil se
encargar de activar nuestro instinto y motivación sexual que provoca que nos
atraigan otras personas. Las conductas de las personas calificadas como de
psicópatas (las que carecen de sentimientos de culpa) y de paranoicos se ajustan
a este patrón de conducta. En la psicopatía se juega el papel de depredador y en la
paranoia el de presa. Es en este primer cerebro donde las adicciones son muy
poderosas, tanto a algo como a alguien o a una forma de actuar. Por decirlo de
alguna forma rápida, este primer cerebro es una herencia de los períodos
cavernarios, donde la supervivencia era lo esencial. El cerebro reptil sustenta una
parte de la mente inconsciente, o subconsciente, donde se graba, se aloja y se
desarrolla el Trauma Psicológico, aquello que determina la mayoría de los miedos
y fobias que conforman la mente reactiva, la cual, en algunas ocasiones, lleva al ser
humano a comportarse como un animal salvaje.
EL SISTEMA LÍMBICO.
El sistema límbico, también llamado cerebro medio, es la porción del cerebro situada
inmediatamente debajo de la corteza cerebral, y que comprende centros
importantes como el tálamo, hipotálamo, el hipocampo, la amígdala cerebral (no
debemos confundirlas con las de la garganta). Estos centros ya funcionan en los
mamíferos, siendo el asiento de movimientos emocionales como el temor o la
agresión. En el ser humano, estos son los centros de la afectividad, es aquí donde
se procesan las distintas emociones y el hombre experimenta penas, angustias y
alegrías intensas. Es decir, que del sistema límbico depende el modo en el que se
aprende el valor positivo o negativo de cada una de las experiencias que se viven.
Pero, además, el modo en el que el sistema límbico influya en nuestra manera de
aprender irá teniendo repercusiones en nuestra personalidad.
Por ejemplo, un ratón que ha pasado por el condicionamiento operante y ha llegado
a asociar la acción de mover una palanca con la aparición de comida en un cajón
de su jaula, aprende que mover la palanca está bien gracias a las sensaciones
placenteras que le produce ver la comida y probarla, es decir, fundamentándose en
algo basado en la euforia de descubrir un trozo de queso cuando se tiene hambre y
en las sensaciones agradables que produce comerlo. En los seres humanos,
también se puede entender que aquellas situaciones en las que el placer queda más
sublimado de manera complejas, como lo que se siente al escuchar un buen recital
de poesía, nos enseña que volver a la asociación cultural en la que lo hemos
escuchado resulta "útil". El sistema límbico sigue siendo la parte del encéfalo
responsable de esto. Algunos neurocientíficos creen que el hipocampo ayuda a
seleccionar lo que la memoria ha almacenado, tal vez por la fijación de un “marcador
emocional” hacia algunos eventos para que tengan la posibilidad de ser
recuperados. La amígdala entra en juego en situaciones que despiertan
sentimientos como el miedo, la piedad, la ira o la indignación. El daño a la amígdala
puede suprimir un recuerdo cargado de emoción.

EL NEOCORTEX.
El neocórtex o neocorteza se considera el área cerebral responsable de nuestra
capacidad de razonamiento, permitiendo el pensamiento lógico y la consciencia. Se
trata del área del cerebro que permite todas las funciones mentales superiores y las
funciones ejecutivas (especialmente localizadas en el lóbulo frontal). Se considera
que el Yo y la autoconciencia se deben al funcionamiento de esta estructura. Se
trata de un conjunto de neuronas y células gliales cuya función no tiene que ver con
dar una respuesta estereotípica y previsible ante ciertos estímulos, sino que trabajan
sobre contenidos ya procesados por otras células nerviosas para poder "improvisar"
respuestas originales en tiempo real. Asimismo, el neocórtex sirve como área de
asociación e integración de las diferentes percepciones y la toma de conciencia de
éstas, contribuyendo a formar una imagen mental de la realidad más precisa.
Permite el análisis profundo de la información, la reflexión y la capacidad de toma
de decisiones. Se trata de la parte del cerebro que permite la planificación y
anticipación de resultados, recreando posibles escenarios y permitiendo en base a
ello el establecimiento de una estrategia o conducta a seguir. Habilidades como el
cálculo y el lenguaje también dependen del neocórtex, precisándose de la
integración de distintas informaciones y su transformación en diferentes zonas de
esta estructura. Del mismo modo, la memoria a largo plazo también depende en
gran medida de la neocorteza, siendo la zona donde se “graba” la nueva información
y desde la cual se lleva a la memoria de trabajo con el fin de poder operar con ella.
Permite también el desarrollo y la optimización de las restantes partes del cerebro,
pudiendo controlar la conducta, gestionar las emociones e inhibir patrones de
conducta no adaptativos, así como grabar y consolidar nuevos. A nivel social el
neocórtex también tiene un papel fundamental, ya que gracias a ella es posible el
control y gestión de los impulsos, emociones y conductas. Esto implica que permite
la existencia de la consideración hacia los demás, la negociación de metas y, en
general, la convivencia con otros miembros de nuestra misma especie.
EL CEREBRO TRIUNO Y EL SISTEMA POLIVAGAL
La teoría del cerebro triuno ha sido objeto de controversia en la comunidad
científica, ya que algunos investigadores argumentan que la división en tres
estructuras distintas es demasiado simplista y que la realidad es mucho más
compleja. Sin embargo, la teoría ha sido ampliamente aceptada en la psicología
popular y ha sido utilizada en la cultura popular para explicar las diferencias de
comportamiento entre los seres humanos y otros animales. Una de las áreas más
interesantes de investigación relacionada con la teoría del cerebro triuno se centra
en cómo las diferentes estructuras del cerebro interactúan entre sí y cómo esto
afecta el comportamiento humano. Por ejemplo, la investigación ha demostrado que
la interacción entre el cerebro límbico y el neocórtex puede tener un impacto
significativo en la toma de decisiones y en la capacidad de una persona para regular
sus emociones. La comprensión de cómo las diferentes estructuras del cerebro
interactúan entre sí puede tener importantes implicaciones para la terapia y la
psicología clínica. La investigación sobre la interacción entre el cerebro límbico y el
neocórtex puede ayudar a comprender mejor la motivación, el control de impulsos
y la regulación emocional en los pacientes. Además, la investigación sobre la
interacción entre el cerebro límbico y el neocórtex puede ser útil para el desarrollo
de tratamientos para trastornos psiquiátricos como la adicción y el trastorno bipolar.
En resumen, la teoría del cerebro triuno ha sido una herramienta útil para la
comprensión de la neurobiología humana y ha inspirado una gran cantidad de
investigaciones en esta área. Aunque ha sido objeto de controversia, sigue siendo
relevante para la psicología y la terapia clínica en la actualidad.
EL COMPLEJO VAGAL DORSAL (DVC)
Es filogenéticamente más primitivo y no está mielinizado. Lo compartimos los
reptiles y al activarse provoca inmovilización. La naturaleza ha ido creando, a lo
largo de la evolución, tres sistemas neuronales que regulan la adaptación
conductual y fisiológica a situaciones sociales, de amenaza y a los momentos en
los que la vida está en peligro. Los tres estadios filogenéticos serían: La rama
simpática del SNA. Está relacionada con la activación de las vísceras (por ejemplo,
aceleración de la respiración y el ritmo cardiaco). Se activa en situaciones de lucha-
huida. Otro ejemplo, seria cuando limpiamos nuestro cuarto, nos casamos y
terminamos acostándonos.
EL COMPLEJO VAGAL VENTRAL
La rama ventral del nervio vago se origina en el núcleo ambiguo y está mielinizada
para proporcionar más control y velocidad en la respuesta. Esta rama también se
conoce como el “vago inteligente”, ya que se asocia con la regulación de la “lucha
o huida” en el servicio de los comportamientos sociales. Estos comportamientos
ocurren en las relaciones sociales y son tranquilizantes y relajantes en general. Es
decir, esta rama del nervio vago puede inhibir o desinhibir circuitos límbico
defensivos, dependiendo de la situación. Por ejemplo, cuando conectamos con una
persona, socializamos y nos sentimos en confianza. Otro ejemplo serio, cuando tu
novio te regala flores. Esos sentimientos de seguridad.

También podría gustarte