Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Recordar detalles, entender la perspectiva general, evaluar el contenido, atender a las señales
sutiles y
empatizar con el hablante. Cuando te las vaya explicando, colócalas por orden. Numéralas,
desde tu mejor área, a la número cinco,
en la que tienes que mejorar más. ¿Preparado? Número uno, recordar detalles.
Sabes que eres bueno recopilando detalles. Si recuerdas nombres y fechas, información muy
específica; y si eres bueno en el Trivial, podrías ponerle a esta área el número uno. Número
dos,
entender la perspectiva general. Significa que retienes el significado general de algo, aunque
no recuerdes
los detalles específicos. Cuando escuchas, ¿sabes cuáles son las ideas clave? Si es así, esta es
una de tus fortalezas.
Pero si ves que a veces te centras demasiado en los detalles, este no será tu punto fuerte. Tres,
evaluar el contenido. Esto nos lleva
señales sutiles. Escuchar no es solo un proceso auditivo. Gran parte del mensaje viene de las
señales no verbales que nos da el orador.
Si es así, dale el número uno a percibir señales sutiles. Por último el número cinco, empatizar.
En algunas situaciones tenemos que entender el estado emocional del orador. Ponle el
número uno a la empatía
si eres un detective emocional y te resulta fácil reconocer si alguien está triste, enfadado,
confundido, contento...
Si te vas de las reuniones y después te sorprendes al descubrir que alguien se sentía como se
sentía, quizás esta no es
aún tu mejor habilidad. Pero en el resto del capítulo, Tatiana y yo describiremos más cada una
de estas capacidades de escucha.
Veremos por qué es importante este conjunto de habilidades, y te daremos consejos para
mejorar tus áreas más débiles.
RECORDAR DETALLES
Recordar detalles
Si seleccionas líneas de la transcripción en esta sección, irás a la
marca de tiempo en el vídeo
Recordar detalles es nuestra capacidad para escuchar y retener
datos específicos dados por el hablante. Necesitas este tipo de escucha cuando
tu jefe te da instrucciones sobre una tarea complicada de varios pasos que
espera que hagas. Tenemos que escuchar los detalles cuando nos dicen fechas
con las que tenemos que hacer algo. Muchas veces, hay personas con talento
que perjudican su profesionalidad y su credibilidad porque no prestan atención
a los detalles y sin darse cuenta decepcionan a la gente. Si acordarte de los
detalles es una de esas áreas que deberías mejorar, prueba los pasos de tu hoja
de consejos. Cuando alguien empiece a hablarte, evalúa si necesitas escuchar
los detalles. Pregúntate, ¿tengo que actuar con respecto a esta
información, ahora o más tarde? ¿Qué información tengo que recordar para
actuar? Hacerte estas preguntas te ayudará a decidir en qué tipo de escucha
deberías centrarte. Si no tienes que hacer nada con la información; si tu amigo o
compañero solo quiere compartir algo contigo, comprender la perspectiva
general o escuchar con empatía será lo más apropiado y efectivo. Si, sin
embargo, te encuentras frecuentemente en situaciones donde recordar detalles
es importante, prueba estas estrategias para mejorar esta habilidad. Escucha el
informe del tiempo, sin verlo, y después comprueba si recuerdas las
temperaturas de toda la semana. Sigue probando hasta que veas que mejora tu
capacidad de retención. La próxima vez que alguien te dé instrucciones para
cumplir una tarea, toma notas. Por ejemplo, alguien de soporte técnico te
explica cómo eliminar el caché o cómo hacer una hoja de Excel
determinada. Toma notas y ponte a prueba leyéndoselas a esa persona y viendo
si lo entendiste bien. O sigue tus notas y mira si puedes completar la
tarea. Recordar los detalles puede ahorrarte mucho tiempo, trabajo, y
momentos embarazosos.
Entender la perspectiva general
Si seleccionas líneas de la transcripción en esta sección, irás a la
marca de tiempo en el vídeo
A veces nos encontramos en situaciones donde los detalles son una
distracción. Si estamos sobrecargados de detalles, el hecho más importante o el
enfoque más amplio que se estaba comunicando nos pueden pasar
desapercibidos. Recuerdo estar en una reunión donde un consultor
presentó sus recomendaciones sobre cómo se debería vender la empresa a sus
clientes. Las preguntas del final de su presentación demostraron quién había
escuchado la perspectiva general. Esas personas hicieron preguntas sobre la
estrategia para la implementación y sobre la investigación de la que se partía
para llegar a esas conclusiones, y mostraron un conocimiento profundo de las
directrices generales. Por otro lado, hubo otras que preguntaron la fecha
específica en la que se lanzaría la marca, y esto aún no se había
decidido. Preguntaban sobre palabras específicas y elementos visuales que aún
no se sabían. Fueron varias preguntas, y se veía que eran oyentes frustrados,
pero también frustraban al presentador y al resto del público de la sala, que
sabía que aún no era el momento de preocuparse por los detalles. Los detalles
serían importantes, pero todavía no. Ahora era más importante centrarse en la
visión conjunta y la misión; la perspectiva general. ¿Conoces a alguien que
pueda estar en una reunión larga y que sepa sintetizar las ideas generales en
una o dos frases sencillas como resumen? Eso indica que sabe escuchar y
entender la perspectiva general. Y tú ¿sabes hacer eso? Aquí tienes unos
consejos sencillos. Pregúntate: ¿Qué impacto tendrá esta información dentro de
cinco años? ¿Cómo explicaría esto a otra persona ajena a la organización o a
esta relación? Cuando sabemos explicar una idea clara y concisamente a
alguien que no está familiarizado con la información es que hemos visto la
perspectiva general. Además de preguntar sobre aspectos clave, puedes
practicar cómo entender la perspectiva general asistiendo a una charla y
describiendo después las ideas presentadas. Si tienes más de tres o cuatro ideas
principales, probablemente te hayas centrado demasiado en los detalles. Esta es
una habilidad de escucha que vale la pena mejorar si todavía no la tienes.
Evaluar el contenido
Si seleccionas líneas de la transcripción en esta sección, irás a la
marca de tiempo en el vídeo
Un tipo de escucha que practicamos a diario es la escucha evaluadora. Este tipo
de escucha entra en juego cuando tenemos que formar una opinión después de
haber recopilado información, tenemos que decidir entre dos posturas o evaluar
los puntos fuertes y débiles de una propuesta. Este tipo de escucha se da
mucho en el entorno laboral. Brenda y yo a veces tenemos que decidir en
competiciones de casos de empresa quién tiene la idea más creíble, persuasiva y
mejor fundada. En el mundo profesional, este tipo de escucha crítica es esencial
para la viabilidad de la organización y la sostenibilidad del futuro crecimiento. Si
el público no escucha de forma crítica y no sopesa la información que tiene
delante, se pueden tomar malas decisiones. Una vez estuve en una presentación
donde dos consultorías diferentes presentaban a los ejecutivos dos enfoques
distintos para su crecimiento internacional. Ambas estaban bien preparadas,
pero una de las dos empresas tenía respuestas para todas las preguntas. Se
anticipaba a lo que quería saber el público. Ofrecía pruebas adicionales para
demostrar su argumento, y acabó presentando a los ejecutivos mucho más
contenido. Esta cualidad adicional le dio a la consultora una ventaja de
contenido, que derivó en que ganara el proyecto. Cuando escuches para evaluar
el contenido, esfuérzate todo lo que puedas. Si tienes memoria visual, puedes
hacer bocetos y tomar notas. Escucha la información presentada y juega al
abogado del diablo. Independientemente de tu estilo de escucha, hazte estas
tres preguntas: ¿El orador tiene un argumento viable? ¿Las pruebas que
muestran son recientes, creíbles y relevantes para el tema? ¿Se presentan tanto
las ventajas como los inconvenientes? ¿Hay información engañosa, es decir,
falacias? Si esto fuera un producto, ¿lo compraría? En la escucha evaluadora o
crítica ten cuidado y no te distraigas con la forma de emisión del mensaje del
orador o cualquier otro factor externo. Brenda te explicará los factores de
distracción y otras dificultades de escucha, y créeme, son muchos. Una forma de
practicar tu escucha evaluadora es con los noticieros o los comentarios
deportivos. En los noticieros se presentan hechos, y en la sección de
comentarios, se presenta el análisis de la situación. Escucha los argumentos, las
afirmaciones, las pruebas y los razonamientos presentados. Al final del
programa, decide si la opinión presentada es también la tuya, o si presentarías
contraargumentos o puntos de vista distintos que no estuvieron
presentes. Escuchar para evaluar el contenido requiere disciplina y que te
centres en el contenido. Compara, contrasta y decide sobre la calidad de lo que
se te presenta.
Responder inapropiadamente
Si seleccionas líneas de la transcripción en esta sección, irás a la
marca de tiempo en el vídeo
Imagina que has conseguido evitar todos los problemas que hemos visto. Estás
centrado, has limpiado los filtros mentales, has dejado de hacer todo lo demás
para escuchar, y estás preparado para lidiar con la gran cantidad de
información que se pone en tu camino. Vas a tener un sobresaliente en escucha,
pero cómo respondes cuando el otro deja de hablar le da información sobre
cómo escuchas. Vamos a ver los errores más comunes que cometemos. Darle la
vuelta y hablar de ti, o lo que llamamos la respuesta autobiográfica. Criticar.
Aunque sea sutil, si no estás de acuerdo o criticas a alguien justo cuando
termina de hablar, nunca pensará que sabes escuchar. Dar consejo sin que te lo
pidan. Sentimos la tentación de dar consejo, y es que queremos ayudar, pero
dar consejo cuando no nos lo piden no demuestra que sepamos
escuchar. Centrarnos en los hechos, no en la emoción. Si centramos nuestra
atención en los detalles de la historia y olvidamos la perspectiva general o los
sentimientos del emisor en esa situación, no sabemos escuchar, aunque
conozcamos todos los detalles. Vamos a ver a Tatiana en un día en el que no da
lo mejor de sí. ¿Qué tal el fin de semana? Lo pasamos genial. A última hora
preparamos a los niños y nos fuimos al parque de atracciones
nuevo. Disfrutaron mucho. Hacía un poco de frío, pero fueron a las atracciones
de agua, subieron a las montañas rusas... ¡Me encantan los parques de
atracciones! Ya estuvimos en Disney cuatro o cinco veces, pero a los chicos les
encanta. Una vez llevamos a los abuelos. Fue muy divertido. A ese que dices no
fuimos. Los llevaremos también. Es una buena idea. ¿Qué tal el fin de
semana? Lo pasamos genial. A última hora preparamos a los niños y nos
fuimos... ¿Tus cuatro hijos a última hora? ¡Qué locura! Fuimos a un parque de
atracciones y disfrutaron mucho. Hacía un poco de frío, pero fueron a las
atracciones de agua... ¡Hizo mucho frío! ¿Los dejaste meterse en el agua? No fue
para tanto, y subieron a las montañas rusas... ¿Mojados? Van a resfriarse, tú
espera... Estarán bien. Vas a tener que trabajar desde casa... No... Fue
divertido. Tienen que ir. Sí, iremos. ¿Qué tal el fin de semana? Lo pasamos
genial. A última hora preparamos a los niños y nos fuimos al parque de
atracciones nuevo. Disfrutaron mucho. Qué bien. Había un parque
acuático. Aunque hacía algo de frío, se metieron en el agua, nadaron y subieron
a las montañas rusas. Las entradas son muy caras. ¿Dónde las compraste? Las
compramos allí. Deberías ir al supermercado. Tienen descuentos. Seguro que
pagaste mucho dinero. Ah, quizás la próxima vez. Pero no fue demasiado... La
próxima vez pregúntame. Sé dónde hay buenos precios. ¿Qué tal el fin de
semana? Lo pasamos genial. A última hora preparamos a los niños y nos fuimos
al parque de atracciones nuevo, al sur. ¿El del sur de la ciudad o el que abrieron
en la frontera? El del sur de la ciudad. Ah... Disfrutaron mucho. Había un parque
acuático. Aunque hacía algo de frío, se metieron en el agua, nadaron... ¿A qué
temperatura estaba el agua? No lo sé, pero... ¿Y por dónde fueron? Bajamos por
la autopista, creo... ¿Qué estaba diciendo? Ah, fueron al parque acuático y
subieron a las montañas rusas. Lo pasaron muy bien. Muy bien. Aunque hizo
algo de frío. Como ves, aunque Tatiana estaba escuchando bien, como
compañera de conversación no te hace sentir bien en la interacción si responde
de alguna de estas formas. Imagina que en vez de eso hubiera parafraseado el
contenido y la emoción de la que yo hablaba. Si se hubiera reído conmigo sobre
lo bien que me lo pasé con mis hijos, sería muy distinto, ¿no? Tatiana va a
demostrar lo acertada que es una respuesta que parafrasee para utilizar en
situaciones laborales. Podría decir simplemente... ¿Qué tal el fin de semana? Lo
pasamos genial. A última hora preparamos a los niños y nos fuimos al parque
de atracciones nuevo. Disfrutaron mucho. Se metieron en el agua, subieron a las
montañas rusas... Fue muy divertido. Suena fantástico. Qué fin de semana tan
divertido. Sí, lo fue. Gracias por preguntar. ¿Qué tal el tuyo? Aquí los tienes. Los
cinco problemas de la escucha. ¿A cuál eres más susceptible? Detente e
identifica cuáles de estos delitos tiendes a cometer más a menudo. ¿Lo sabes?
Ahora vas a empezar a mejorar tus habilidades de escucha.