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TEMA 2: APRENDO A CONOCERME

2do “A, B, C,D” Secundaria Profesor: Jorge Huamán Tello


05/04/23
COMPETENCIA CAPACIDAD DESEMPEÑO
Construye su identidad Se valora así mismo Explica sus características personales, culturales y sociales, y sus
logros. Valora la participación de su familia en su formación y
reconoce la importancia de usar estrategias de protección frente a
situaciones de riesgo.
PROPOSITO: Aprender a conocernos, fijarnos metas y orientar nuestra vida hacia ellas, evitando de esa manera
que otras circunstancias ajenas a nuestra voluntad definan lo que seremos en el futuro.

CONFLICTO COGNITIVO: ¿Consideras que te conoces bien? ¿Por qué? ¿Qué aspectos de tu personalidad quisieras
entender mejor?

SABERES PREVIOS:

¿Qué entiendes por Autoestima? ¿Qué entiendes por Autoconcepto? ¿Qué es la inteligencia emocional? ¿Cuáles
son las habilidades sociales?

DESARROLLO DEL TEMA


Las personas se diferencian por la conciencia que tiene cada una de sí misma. Ser consciente de sí implica saber
qué se siente y se piensa, cómo se razona y se relaciona uno con los demás. Este conocimiento le brinda al ser
humano confianza y cierto grado de libertad para desenvolverse en su medio social, desarrollarse como persona y
tomar decisiones importantes para la vida.

El autoconcepto
El autoconcepto es la percepción que cada uno tiene de sí mismo; se forma a partir de las experiencias y las
relaciones con el medio social. Las personas más cercanas (padres, hermanos, profesores, amigos) tienen un
papel importante en la formación del autoconcepto, pues nos proyectan imágenes de nosotros mismos que nos
sirven como guía a la hora de decidir qué hacer o ser en el futuro.

El autoconcepto se desarrolla desde la niñez. Alrededor de los 8 años, los niños empiezan a formarse un
autoconcepto más realista, ya que adquieren una mayor capacidad para valorar sus características y habilidades
personales. Por ejemplo, pueden aceptar que son buenos haciendo ciertas cosas, mientras que no son tan hábiles
para otras.
Durante la adolescencia se aprenden habilidades para establecer un autoconcepto propio, independiente de las
opiniones de los demás. Los chicos y chicas pueden identificar y analizar las nuevas capacidades cognitivas y
físicas que han desarrollado.
La autoestima
El autoconcepto que una persona tiene de sí misma es muy importante para el desarrollo de la autoestima. La
autoestima es el valor que nos asignamos y que está relacionado con cuánto nos aceptamos y qué tan satisfechos
estamos con nosotros mismos. Mientras más claro y positivo sea nuestro autoconcepto, lograremos consolidar
una mejor autoestima.
Las personas con autoestima fortalecida tienen más confianza en sus capacidades, se esfuerzan por conseguir sus
objetivos, reconocen sus errores y saben que pueden superarlos porque cuentan con el apoyo y la comprensión
de quienes las rodean.
Por el contrario, las personas con autoestima debilitada tienen menores posibilidades de éxito debido a que
tienen una pobre opinión de sí mismas, así como sentimientos de tristeza o frustración que generan en ellas una
actitud derrotista. Se puede afirmar entonces que la autoestima es una dimensión integral que involucra no solo
lo que sabemos de nosotros mismos (aspecto cognitivo), sino también los sentimientos que ello nos produce
(aspecto afectivo) y cómo se proyecta en nuestro comportamiento (aspecto actitudinal). Por esta razón, nuestro
nivel de autoestima determina nuestro desempeño.

La identidad personal
La identidad personal es una concepción que implica ser conscientes de que tenemos características propias y
que somos personas únicas en el mundo. Esta idea, que se va desarrollando desde la infancia, se convierte en un
tema fundamental durante la adolescencia.
La identidad expresa una relación: cada quien se relaciona consigo mismo y se reconoce como la misma persona
pese a los cambios que experimenta en su vida. Ese es el caso de los adolescentes, que se van dando cuenta de lo
que son y de lo que los distingue de los demás a pesar de que sienten muchos cambios corporales y emocionales.
Están construyendo su identidad.

La identidad sexual y los roles de género


La identidad sexual es uno de los componentes más importantes de la identidad de los seres humanos. Viene a
ser la expresión final de la sexualidad de la persona como varón o como mujer, tanto en relación con los
estereotipos culturales que influyen en el comportamiento de cada uno de los sexos como con la conducta sexual
en sí misma.

Los roles de género son conductas específicas que la sociedad ha designado para el varón y para la mujer. Estos
roles se activan cuando confluyen factores como las características personales, las ideas del grupo social, las
pautas de educación, entre otros. Por influencia de estos factores, los niños y niñas no solo aprenden definiciones
culturales de masculinidad o feminidad, sino que las asocian con el sexo al que pertenecen. Los roles de género,
en muchos casos, refuerzan estereotipos, como, por ejemplo, que los varones no deben mostrar sus emociones o
que las mujeres deben ser sumisas. Es decir, afectan la equidad entre hombres y mujeres.

La inteligencia emocional
La inteligencia emocional es la capacidad de sentir, entender, controlar y modificar los estados de ánimo. Lograr
esto es importante porque cuando nuestras emociones no están equilibradas, nuestro pensamiento se bloquea y
actuamos de manera inadecuada. Ello entorpece el planeamiento y el desarrollo de metas, la resolución de
problemas o las relaciones interpersonales.

Componentes de la inteligencia emocional


La inteligencia emocional es una capacidad compleja que está integrada por las siguientes habilidades:
• Autoconciencia. Es la capacidad de saber de manera objetiva qué ocurre en nuestro interior. Nos permite
identificar las emociones, evaluar su intensidad y manejarlas.
• Control emocional. Una vez identificadas las emociones, debemos controlarlas. Las personas que saben
serenarse y liberarse de la ansiedad, de la irritación o de melancolías excesivas se recuperan con mayor rapidez
de las dificultades que afrontan.
• Motivación y autorregulación. La motivación moviliza las emociones que predisponen a las personas a dirigir su
comportamiento hacia una meta específica. Si la persona, además, es capaz de controlar su impulsividad para
obtener su recompensa, cumple con sus objetivos y está conforme con sus logros.
• Empatía. Es la capacidad de experimentar las emociones de otros, ponernos en su lugar y apreciar las cosas
desde su perspectiva. Como involucra la comprensión de los pensamientos, deseos y creencias ajenos, se le
considera la base de la solidaridad y la tolerancia.
• Habilidades sociales. Son conductas aprendidas que facilitan la relación con los demás, pues permiten la
comunicación y la resolución de problemas. Por esta razón, pueden ser usadas para persuadir, dirigir o negociar,
así como para conseguir la cooperación de los demás y fortalecer el trabajo en equipo. Las habilidades sociales
favorecen la defensa de nuestros derechos sin negar los derechos de otros

La ansiedad y la ira
La ansiedad y la ira son reacciones naturales que nos ponen en alerta ante situaciones peligrosas. Sin embargo,
cuando estos estados de ánimo se activan ante estímulos inofensivos y provocan malestar o conductas
inadecuadas, se convierten en un problema.
La ansiedad abarca un conjunto de emociones de miedo, inquietud, tensión, preocupación e inseguridad ante
situaciones que consideramos amenazantes, tanto física como psicológicamente. Incluye los siguientes
componentes:

La ira engloba emociones como el enfado, la rabia, el enojo, etc., y suele aparecer ante una situación en la que no
conseguimos lo que deseamos, lo que nos deja insatisfechos o frustrados. Lo que diferencia a la ansiedad de la ira
es el tipo de situaciones que las provocan, los pensamientos que se producen y las conductas que se
desencadenan.

Manejo de la ansiedad y la ira


El primer paso para manejar la ansiedad o la ira es conocer, comprender y admitir que sentimos estas emociones.
Luego, debemos identificar qué situaciones o condiciones las causan y qué podemos hacer para sobrellevarlas.

Debido a que los pensamientos influyen en nuestros estados de ánimo, una técnica eficaz para el control de la
ansiedad y la ira es la detención del pensamiento. Para aplicarla, se deben seguir estos pasos:
• Cuando algo nos haga sentir incómodos, nerviosos o alterados, hay que prestar atención al tipo de
pensamientos que tenemos en esos momentos e identificar los que estén centrados en el fracaso, la culpa, el
resentimiento, etc. • Debemos detener esos pensamientos diciendo “¡Basta!” en nuestro interior y convertir los
pensamientos negativos en positivos. Por ejemplo:

Las emociones se asocian con los pensamientos. La ira y la ansiedad no son emociones malas, pero puede suceder
que estén guiadas por pensamientos equivocados o destructivos, así que debemos aprender a manejarlas.

TRABAJO INDIVIDUAL
• ¿Te parece correcta la actitud de Mateo? ¿Qué habilidades de la inteligencia emocional debería desarrollar?

TRABAJO GRUPAL
En parejas, elijan un tema que les preocupe y deseen compartir con su compañero(a). Luego, apliquen la
estrategia para responder las preguntas.
• ¿Mostré disposición para escuchar a mi compañero(a)? ¿De qué modo? ____________
• ¿Interpreté su lenguaje verbal y no verbal? ¿Qué sentimientos reconocí? ____________________________
• ¿Parafraseé lo que me contaba? ¿Para qué me sirvió? ______________________________________________
• ¿Ayudé a clarificar sus pensamientos? ¿De qué manera? _____________________________________
• ¿Qué otras habilidades sociales debo desarrollar para facilitar la convivencia social y demostrar inteligencia
emocional?

METACOGNICIÓN:
1. ¿Qué aprendimos el día de hoy?
2. ¿Cómo lo aprendimos?
3. ¿Para que me sirve todo lo aprendido?

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