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Terapia de pareja

Ruptura amorosa y autoestima en una mujer joven. (García & Inostroza, 2016).

Peñafiel señala que la ruptura de pareja es una de las experiencias más dolorosas que puede sufrir una persona.

Un adicto al amor es un sujeto que depende o se encuentra enredado con otra persona o compulsivamente centrado en
custodiarlo como un tesoro preciado que no se puede perder.

Fisher asegura que existe un gran número de casos de ansiedad, depresión y suicidios ocasionados por el dolor de una
ruptura amorosa. Para Pinto, se experimenta como una muerte, la muerte del amor, que desencadena por tanto, un
proceso de duelo.

Como ocurre en otros procesos de duelo, aparecen una serie de manifestaciones que alteraran la vida de la persona: a)
emociones como la tristeza, rabia y culpa, b) sensaciones físicas como opresión en pecho y garganta, falta de aire, vacío
en estómago y palpitaciones, c) pensamientos de incredulidad, preocupaciones, rumiaciones, dificultades de
concentración y memoria y d) conductas como sueños con la ex pareja, llanto, atesorar objetos y visitar lugares que
traen recuerdos de la relación.

Toda crisis vital requiere un proceso de adaptación. La sensación de pérdida que acompaña la ruptura requiere de un
proceso de adaptación, el cual varía en función de las características personales de los/as afectados/as, como su
flexibilidad, sus experiencias previas, sus creencias entre otras.

Este proceso de duelo en particular se vivencia como una perdida ambigua, o sea, una perdida que no está clara, con
gran incertidumbre sobre el futuro. Esto bloquea el afrontamiento y la toma de decisiones y además, reconstruir la vida
amorosa, ya que existe la esperanza de que el quiebre se revierta.

Cómo recuperarse de una ruptura de pareja

La recuperación requiere vivir el dolor y es necesario que se valide la expresión de cada una de las emociones que
suscita el quiebre: pena, rabia, frustración, etc.

Compartir experiencias con quienes rodean a la persona ayudaran a comprender y elaborar mas rápido el proceso de
perdida, por lo que el apoyo social es uno de los más importantes predictores de bienestar.

También es importante que la persona se conozca bien a si misma y en su rol de pareja. Es preciso que sepa bien qué
busca y qué necesita en una relación de pareja.

Una vez realizado lo anterior, será el momento de aprender a perdonarse a si misma y perdonar a su ex pareja.

Se debe conservar distancia de la ex pareja (mínimo 6 meses) ya que, según Riso, el ‘’mal de amores’’ es uno de los
pocos problemas psicológicos en los que mantener la esperanza es parte del problema. Esto se vio confirmado por un
estudio, donde se vio que las personas que habían evitado a su ex pareja, presentaron mayor nivel de bienestar luego de
la ruptura.

Peñafiel agrega que la ruptura de pareja produce un nivel importante de estrés, el cual no esta dado solo por la ruptura
en sí, sino también por toda la serie de modificaciones tanto personales, familiares como económicas y sociales que
sobrevienen a ella.

Psicoterapia de la ruptura de pareja

La terapia de la ruptura de pareja se asemeja a la terapia del duelo por muerte de la pareja, en el sentido de que luego
de este acontecimiento, la persona tiene que ser capaz de rehacer y seguir adelante con su vida. Sin embargo, tienen
diferencias:

-En la muerte de la pareja existen rituales socialmente establecidos a los que la persona puede adscribirse. En el duelo
por ruptura de pareja, no. Esto pude contribuir a la percepción de que el proceso no ha tenido un cierre.
-En la muerte de la pareja, las redes de apoyo social tienen a mantenerse e incluso, aumentar y en terminos económicos,
se activan beneficios sociales en pos del doliente. En la ruptura de pareja no, de hecho, todo lo contrario: las redes de
apoyo social disminuyen y en muchos casos, el tema económico se transforma en un problema (especialmente cuando
hay hijos de por medio).

-En la muerte de la pareja, no existe lugar para la esperanza, lo que también ayuda a que el proceso de duelo
eventualmente llegue a su fin. En la ruptura de pareja, muchas veces se conserva la esperanza de reconciliación, lo cual
dificulta el curso del proceso de duelo.

Por tales motivos, la posibilidad de generar rituales de termino, incrementar las fuentes de apoyo social y acabar con la
esperanza de reconciliación constituyen objetivos fundamentales del trabajo terapéutico en las rupturas de pareja.

Según Crenshaw, un discurso organizado alrededor de experiencias difíciles y traumáticas suele ayudar en el proceso de
elaboración.

En muchos casos se requiere recuperar o reconstruir la autoimagen de la persona, la cual se ha visto deteriorada por el
abandono. También, trabajar en aceptar la realidad de la perdida.

Un punto de partida o elemento común será ayudar a procesar las emociones.

Otro trabajo importante es el reconstruir la propia vida, orientándola hacia otros anhelos, otros caminos en los cuales la
compañía de la expareja ya no sea necesaria.

Actividades o tareas:

Escribir carta a otra persona que en el futuro pudiera pasar por lo mismo, de modo de alentarla a seguir adelante con su
vida.

Prestar atencion a cualquier cambio positivo: esto permite modificar el sesgo negativo con el cual la persona mira su
experiencia

El árbol de los logros. Primero, hacer una lista con cualidades positivas, del tipo que sean (físicas, emocionales, sociales,
etc.). Luego, hacer otra lista con los logros conseguidos en la vida. Posteriormente, dibujar un árbol grande, con raíces y
frutos. Las raíces simbolizaran las cualidades positivas y los frutos, los logros conseguidos. Pedir que lo comparta con
otra persona, que pueda añadirle más cualidades y/o logros que la persona no haya contemplado.

Completar todas las noches las siguientes frases de forma positiva: ‘’hoy me he sentido bien conmigo misma por…’’,
‘’hoy he hecho algo bueno para mi cuando…’’, ‘’me gusto más a mi misma cuando…’’, ‘’me empiezo a dar cuenta de que
tengo la virtud de…’’ y ‘’aunque he cometido un error, me doy cuenta de que…’’

ABC de Ellis, con el fin de modificar el sesgo negativo, al abrir las posibilidades de interpretación de una misma situación.

Prescripción del síntoma: fijar media hora todos los días para rumiaciones negativas, contando con un espacio físico
especial para ello (‘’silla rumiadora’’). Instrucción de escribir todas las ideas negativas que tenga. Si a lo largo del día se le
ocurren otras ideas negativas, ha de posponerlas hasta que llegue la hora de la media hora de rumiación fijada.

Corazones. Un corazón rojo – figura consultante – un corazón negro partido en 2.

Al lado del corazón rojo escribir un listado con los aspectos positivos que le trajo la relación de pareja y al lado del
corazón negro, los aspectos negativos. La figura de la consultante sirve para que externalice sus respuestas, ayudándola
así a manejar la angustia. De este modo, se colabora en reconstruir su autoimagen y expulsar ideas que le causaban
malestar.

A partir de esto, se dio inicio a una entrevista de construcción de significado, lo que se hace mediante la externalización.

Preguntas iniciales: que experiencia de la ruptura te gustaría abordar, que recuerdas de tu reacción inicial, como han
cambiado tus sentimientos desde ese momento
Preguntas de explicación: qué sentido le diste al quiebre en ese momento, como interpretas la perdida ahora

Preguntas de elaboración: cómo ha afectado tus prioridades, como afecta tu visión del mundo y de ti misma, que has
aprendido a raíz de la ruptura

Globo. Se utiliza un globo para externalizar la rabia y los pensamientos negativos hacia ex pareja. Indicaciones: dentro
del globo están todos los pensamientos negativos y la rabia. Cierra los ojos y piensa en esos momentos en que pasaste
malos ratos y que veas y escuches todo a tu alrededor, siente toda la rabia y cuando llegues al punto máximo de rabia,
rompe el globo con tus manos, de modo que esta rabia ya no este, porque tu la controlaste y pudiste deshacerte de ella.

Esto permite explorar el problema, acoger las emociones de rabia y tristeza, aceptar el sufrimiento como algo esperable
y conversar en termino de que estas experiencias tengan un significado para la persona.

La carta que no se envía. Se usa cuando quedan temas pendientes o no dichos en una relación. Se escribe una carta
hacia ex pareja y luego, escribir otra de respuesta a la misma, desde la perspectiva de la ex pareja.

Caja de recursos. Se requiere que consultante traiga objetos que le representen. Luego se hacen cartas o tarjetas donde
se exprese las fortalezas de la persona, tanto las reconocidas al inicio como aquellas descubiertas en terapia, junto con
escribir todo lo positivo vivenciado en terapia. Posteriormente, se introducen los elementos en la caja, de modo que los
objetos que le representan se quedan al fondo, simbolizando el pasado que se deja atrás, y las fortalezas y todo lo
positivo quedan sobre estos objetos, porque representan el presente.

El trabajo terapéutico tiene que realizarse considerando estas particularidades: recaídas frecuentes, sentimientos poco
claros y contradictorios, esperanza de reconciliación, disminución de redes de apoyo social, dificultad para expresar
emociones y carencia de rituales que faciliten la transición desde una vida con la pareja a una vida sin su presencia.

Se dice que detrás de una gran amargura reside el mayor bien. Al poner el punto final a una relación de pareja, la
persona suele tener necesidad de reparar su autoestima e independencia. De ese modo, el final de una relación puede
ser un nuevo comienzo. Sin la influencia de una pareja, la persona puede concentrarse en sus propias necesidades para
construir un modo de vida más satisfactorio para sí misma que dentro de una convivencia infeliz.

Terapia narrativa con parejas. (Campillo, 2013).

Las personas llegan a terapia habiendo hecho conclusiones parciales y desfavorables para sí mismas, puesto que su
experiencia vivida la han organizado alrededor del problema.

La labor de la terapia es encontrar un rastro de una diferencia, una experiencia que se puede detectar como inusual o
diferente (acontecimientos extraordinarios) y otros elementos vividos que se puedan relacionar o reconectar para
enriquecer o engrosar la autonarrativa y la creación de significados.

Las preguntas propias de las conversaciones de la terapia narrativa hacen conexiones entre las experiencias previas no
relatadas, de las cuales se puedan derivar otras explicaciones y hacer emerger su relación con otros hechos para hacer
nuevas conexiones con lo que desea y visibilizar aquello a lo que le da valor para comenzar a crear la historia alternativa.

Las conversaciones terapéuticas son transformativas cuando generan significados, esto es, cuando se hacen conexiones
nuevas y se contrastan ideas, permitiendo tomar decisiones que van a guiar lo que se hace, del actuar.

A partir de esa interacción con los otros es que se va teniendo una imagen de lo que somos. se puede concluir que es el
vínculo interactivo lo que constituye la base que permite que la historia sea transformativa.

En este sentido es que la presente propuesta plantea el trabajo con las preguntas de micromapa de lo ausente pero
implícito, buscando en las interacciones iniciales de la pareja aquello a lo que le dieron valor el uno del otro y haciendo
visible lo que les ha sido importante y que ahora se ha olvidado por el conflicto.
Freedman y Combs (2002), pioneros en la terapia narrativa con parejas, hacen un planteamiento de las ideas de la
terapia narrativa que consideran importantes para las intervenciones con parejas.

La desconstrucción de la idea de pareja que se tiene dentro de un contexto social se hace necesaria puesto que puede
influir en la manera de ver lo que se considera una pareja, tanto en los consultantes como en el terapeuta. Estos puntos
de vista tienen que situarse para evidenciar la carga social de las concepciones y no imponer una idea de lo que es una
pareja.

Nosotros no asumimos que entendemos el significado que su experiencia tiene para ellos. Escuchamos y preguntamos.
El conectar con la experiencia de las personas desde su perspectiva nos orienta a realidades específicas, las cuales dan
forma a sus narrativas personales. Esta clase de entendimiento requiere el escuchar con atención focalizada, paciencia y
curiosidad mientras construimos una relación de respeto mutuo y confianza.

Freedman y Combs (2002) plantean que «no buscamos un funcionamiento saludable o patológico o la calidad del mismo
en las parejas. En su lugar miramos las historias que le dan forma a la relación, y buscamos facilitar un proceso de
reautoría en el que historias más adecuadas puedan ser expresadas y vivenciadas.

No asumimos que una pareja tiene una estructura interaccional o relacional particular a la que podemos tener acceso.
En su lugar pensamos que la vida de las personas son multihistoriadas y creemos que cada nuevo recontar genera
nuevas posibilidades para la interpretación y la acción

Importancia de la externalización del problema. Esto los moviliza a unirse para oponerse a los efectos del conflicto,
también a encontrar acontecimientos extraordinarios.

Los autores incluyen el proceso de contar y recontar la historia (testigos externos), invitando a uno de los miembros a
presenciar o ser testigo del relato del otro, a hacer reflexiones de lo que ha escuchado y haciéndole preguntas como:
«¿Cómo fue para ti el escuchar lo que tu pareja decía? ¿Qué ideas tenías mientras él o ella hablaba? ¿Qué significó para
ti escuchar a tu pareja describir lo importante que la relación es para él/ella?

También plantean la inclusión de grupos de testigos externos que puedan recontar la historia que presenciaron.
Documentar los nuevos desarrollos en la historia es parte del proceso, así se toman notas durante la sesión que se leen
en voz alta o, en las ocasiones en que la pareja se propone el realizar cambios y los logra, se hace un documento o
diploma que formaliza este logro.

El proceso de esta entrevista es novedoso en el sentido de que primero se hace emerger lo que sostiene a la relación y
luego las maneras en que han manejado la fricción, y así pareciera que, al clarificar lo que han valorado el uno del otro,
se llega a lo que es importante para cada uno y eso les permite unirse para resolver cómo enfrentar el problema.

David Epston (1993) creó una práctica a la que llamó ‘’preguntas del otro internalizado‘’. «Este formato de indagación se
inventó para interrumpir a las parejas en guerra quienes construyen a la terapia de pareja como el sitio para combatir
sus diferencias…si no hago algo, muy rápidamente muchas de las sesiones tomarán la forma de una corte»

Y les pregunta: «Jill, ¿qué cree que diría Jack si le hago la siguiente pregunta: ‘Jack, ¿cómo se explica el deterioro de su
relación en los últimos 10 años?’

El preguntar por lo que la otra persona piensa es crear un ambiente de reflexión, curiosidad y generosidad. «Mientras la
naturaleza de las preguntas guían a la persona cuestionada a reflexionar de maneras inusuales… el que está escuchando,
pone mucha atención. Puesto que sus quejas están siendo escuchadas, la pareja parece estar dispuesta y curiosa a
escuchar sin interrumpir lo que el otro dice». Las respuestas son revisadas con el otro, ‘’¿qué tan cercana está la
representación de tu experiencia?’’ Además se prepara una carta que resume la información derivada de esta manera
de preguntar, que se entrega a la pareja.

Michael White (2011) planteó clases de preguntas que se basan en la desconstrucción y dice: ‘’las preguntas
externalizantes del problema nos dan un punto de entrada a estos procesos que tienen múltiples niveles llegando hasta
el contexto, así lleva las parejas a una aventura’’
Se incluyen los siguientes niveles de preguntas:

1. Preguntas de la interpretación a que lleva el problema: ¿cómo ve lo que este problema quiere reflejar de su relación?

2. Preguntas prácticas / estrategias / técnicas relacionadas con el problema: ¿de qué manera piensa que este problema
ha influido en la interacción ente ambos?

3. Preguntas de los efectos de la interpretación: ¿cómo cree que estas conclusiones han afectado lo que hace en esta
relación?

4. Preguntas de los efectos de las prácticas: ¿qué considera que estos patrones están haciendo a la relación?

5. Preguntas de la historia de la experiencia: ¿qué experiencias has tenido en el pasado que te han permitido llegar a
estas conclusiones acerca de la relación?

6. Preguntas de la historia de los conocimientos: ¿qué opiniones necesita tener acerca de las relaciones para que haya
llegado a estas conclusiones?

7. Preguntas de la historia de las prácticas: ¿dónde ha presenciado estas prácticas anteriormente?

8. Preguntas del reconocimiento hacia conocimientos / prácticas: ¿en qué situaciones espera ver estas opiniones acerca
de las relaciones circulando?

Incorporando el micromapa de lo ausente pero implícito

Lo que permite reconectar a la pareja con su historia anterior son las conversaciones de lo que Michael White (2000)
plantea como lo ausente pero implícito. Esto se refiere a lo que se valora, lo que inspira, las razones o las creencias que
dan fundamento a su manera de actuar en la vida. A través de estas conversaciones la persona va descubriendo las
razones para su accionar.

El conocimiento que la persona tiene de su historia, de sus relaciones, de su experiencia vivida es la materia prima desde
la cual la persona puede analizar el papel que juega en su vida el darle valor a algo y se puede identificar cómo estos
descubrimientos tienen que ver con su posición de vida.

El trabajo con lo ausente pero implícito permite a la persona descubrir lo que da valor o lo que la motiva, lo que la
inspira, lo que sustenta su accionar. Todo ello, al ser recuperado e incorporado como parte de su identidad, puede llevar
a cabo el trabajo de reeditar lo que piensa de sí misma. Apoyándose en ese nuevo conocimiento puede proyectar lo que
quiere para sí y comenzar a editar un camino.

Hacer visible en la conversación de reautoría a lo ausente pero implícito permite trabajar esos motivos que explican lo
que la persona considera sagrado, lo preciado, aquello que al reconocerlo le permite afianzar las razones que le dan
sentido a su resistencia u oposición al problema.

Durante la entrevista inicial se explora lo ausente pero implícito expresado en las interacciones que los unieron y que
están en la historia subyugada por el conflicto, con lo que es necesario reconectar a la pareja para relatar aquello que les
es fundamental.

En el mapa de lo ausente pero implícito en la terapia de pareja se han desarrollado diferentes niveles de preguntas que
le permiten descubrir aquello que ha sido fundamental para la relación y que ha prevalecido más allá de las
interacciones conflictivas. Dicho micromapa muestran cinco niveles de preguntas, que permiten crear una plataforma de
lo valorado en la relación y que ahora, al ser reconocido, permitirá la reflexión acerca del conflicto y la propuesta de
acciones que les permitan resolverlos.

1. Caracterización de lo que inspiró el accionar: ¿cómo se llama eso que los inspiró a unirse como pareja?

2. Preguntas acerca de la expresión: ¿cómo eso que Uds. «valoraron» los inspiró a comenzar o entrar en su relación?
3. Preguntas para historizar este valor / concepto de vida implícito: ¿me podría contar una historia en la que se haya
expresado «eso que valoraron» en su relación?

4. Preguntas para formar relaciones entre este valor / concepto y la manera como la persona vive su vida: ¿qué
diferencia hace el reconocer «eso que valoraron» en la relación y el efecto que ha tenido en cada uno de Uds.?

5. Preguntas acerca de planes de acción: ¿cómo el reconocer la manera en que Uds. manejaban la relación y lo que
valoraron de su amor hace una diferencia para cambiar lo que necesitan en este momento para resolver el conflicto?

El primer nivel de preguntas se orienta hacia la caracterización de lo que inspiró el accionar, tiene que ver con dar un
nombre o la descripción de cómo eran las interacciones cuando se inició la relación y a eso que los inspiró a estar juntos.
¿Qué les agradaba a cada quien del otro y cómo eso se relacionaba con aquello a lo que le han dado valor?

En el segundo nivel se hacen preguntas acerca de la expresión o eso que se valora, de cómo lo identifican, de qué
manera cambia su vida y cómo se dan cuenta. Pensando en lo que los unió, ¿qué es lo que Uds. quieren para su relación
ahora?

En el tercer nivel se hacen preguntas para historizar, buscar ejemplos, recordar experiencias y relacionar nuevos
conocimientos de lo que recibe valor. ¿Me podría contar una historia en la que se haya expresado «ese valor» en su
relación?; Dados los conflictos que han tenido, ¿en qué se apoyaron para decidirse a hacer algo?

En el cuarto nivel se hacen preguntas para formar relaciones entre este valor / concepto y la manera como la persona
vive su vida: ¿Qué diferencia hace el reconocer «este valor» en la relación y el efecto que ha tenido en cada uno de
Uds.?; ¿Podrían contarme una historia acerca de cómo su relación cumplía con sus deseos y esperanzas para su vida?

En el quinto nivel, se establecen preguntas acerca de planes de acción para realizar el cambio, lo que cada uno tiene que
llevar a cabo para cambiar su participación en el conflicto. ¿Cómo reconocer la importancia de lo que han valorado de sí
mismos en la relación cambiaría lo que están dispuestos a llevar a cabo para enfrentar al problema? Ejemplo: La
siguiente pregunta fue para reafirma a lo que le han dado valor en la relación. Le pregunté a él: ‘’¿cómo se llama esa
parte de ti que aún con la maleta empacada te hizo venir a la sesión en vez de irte?’’

Posteriormente se definieron tareas individuales para que cada uno y juntos enfrentaran el conflicto, platicaran y
escucharan lo que cada quien decía.

El principal resultado que ha tenido el incluir en la terapia a la conversación y preguntas del mapa de lo ausente pero
implícito con parejas es el de cambiar la conversación hacia el terreno de los significados importantes que le dieron
razón a estar en pareja y que ahora, al hacerlos evidentes o visibles otra vez, permiten ver las implicaciones de lo que
actuar en base a lo valorado tiene: ayuda a las personas a revigorizar su autonarrativa con respecto a la búsqueda de
soluciones al conflicto o fricciones que los han alejado.

La solución llega antes que el problema: terapia breve de pareja centrada en soluciones. (Ayala, 2013).

Lambert y Bergin (1994) ponen de manifiesto la importancia de la relación terapeuta-cliente en la terapia. Ellos estiman
que los principales determinantes del resultado de la terapia son: en un 40% factores extraterapéuticos, que pueden ser
internos o externos y que las personas traen a terapia; el 30% está determinado por factores vinculados con la relación
terapeuta-cliente, como la solicitud, la aceptación y el aliento; mientras que únicamente el 15% pertenece a factores
específicos propios del modelo terapéutico. El 15% restante: efecto placebo.

La terapia de pareja: ¿un acuerdo de dos?

Esta situación sucede con frecuencia: luego de conversar sobre lo ocurre en la relación, uno de los miembros no está de
acuerdo en tomar una terapia de pareja señalando que es el otro/a quien tiene que iniciar un tratamiento.

Nada es totalmente negativo: normalizar y elogiar

Todo lo que sea usado debe ser usado siempre a favor de la persona
Cuando normalizamos las dificultades que trae una persona estamos haciendo algo para procurarle alivio y esperanza,
ayudándole a pensar que las cosas no son tan malas como parecen. A través de frases como: «No eres la única a la que
le ocurre esto», reestructuramos activamente la situación como algo normal y pasajero. Terapeutas que frecuentemente
hacen la connotación «No podemos hacer demasiado si no está tu pareja aquí con nosotros y no se da cuenta que él
también es parte del problema», no hacen más que ponerse del lado del problema y no de la persona, muchas veces
patologizando y generando aún más desesperanza.

Algunos medios que podemos utilizar en la entrevista para normalizar el problema y aliviar a la persona son:

• Las historias: podemos compartir la historia de alguna persona que pasó por una situación similar.

• Interrumpir y/o adelantarnos a la descripción: esta intervención cambia el contexto de una descripción saturada del
problema por otro contexto donde podemos sonreír y otorgarle una dosis de buen humor y esperanza a la conversación.
Ocasionalmente lo podemos hacer así: «No me digas, ya sé cómo termina esta historia: tú esposo señaló que el
problema eres tú y que él no necesita venir aquí. Sucede frecuentemente, Paola, pero no es un problema.

• Ver el lado bueno de la situación: «Paola, tenemos una oportunidad única y excelente: vamos a tener a tu esposo
como un radar sensible a cada una de las cosas que empiezas por hacer diferente. Vamos a tener entre nosotros a un
testigo muy exigente que nos permitirá saber si cada paso que damos es o no el mejor.

Luego de felicitar a Paola por haber tomado esta decisión, y asegurarle que incluso podría ser una ventaja que viniera
sola continuamos con una breve descripción del problema y la formulación de la demanda para construir el objetivo de
Paola.

Cada sesión es la última

En teoría, cada sesión es considerada como la última sesión. Es común que al final de la primera sesión preguntemos a
las personas si es necesario que vuelvan nuevamente a visitarnos. Cuando la respuesta es afirmativa, preguntamos
cuándo creen que es necesario volver. Esta pregunta es fundamental porque son las personas las que tienen que
organizar su tiempo y su economía, además de ser quienes mejor perciben el tiempo que van a tomarse en desarrollar
alguna de nuestras sugerencias o enfrentar algún desafío. El/la cliente es el/la experto.

El ABC de la terapia breve centrada en soluciones

Estas tres preguntas forman parte del ADN de la terapia breve centrada en soluciones:

a. ¿Qué es lo que desea esta persona?

b. ¿Qué está sucediendo que no necesita cambiar?

c. ¿Qué vamos a hacer primero?

Solo hace falta descubrir lo que funciona.

Para decidir lo que podemos pasar por alto es preciso hacer una distinción entre «oír» y «escuchar» (Lipchik, 2004). Lo
que oímos es todo lo que dicen las personas, el relato del problema que comparten con nosotros; mientras que lo que
«escuchamos» está determinado por nuestra teoría y los supuestos que acompañan la práctica. Escuchar viene con
atender para detectar lo que es importante. Por ejemplo, al oír a Paola señalar que toda su vida ha sido igual y ha
permanecido sin poder comunicarse con su esposo, el supuesto de que nada es totalmente negativo (Lipchik, 2004) y
siempre existe una excepción al problema nos permitirá escuchar algún detalle que señale lo contrario para poder
destacarlo como un recurso, como algo que funciona y no necesitamos cambiar. No pasamos por alto nada de lo que
oímos, pero nos detenemos a responder y cuestionar lo que es potencialmente útil para la persona.

El cambio que viene después


Las personas, ya hemos visto, llegan con la solución accionando el cambio, enfrentando muy bien el problema: solo hace
falta descubrir cuáles son esos momentos y qué recursos utilizan en estas situaciones. Cuando escucho decir a Paola que
«el día de ayer ha sido distinto», mi interés está en descubrir aquello que ha sucedido y ha permitido que Paola
identifique un cambio pretratamiento, porque cuando descubrimos una diferencia, la conversación se dirige a obtener
información sobre cómo hizo la persona para lograrlo, explorando recursos, valores y habilidades.

¿Cómo conseguiste que sucediera todo esto?

¿Qué pusiste de tu parte que antes no habías puesto?

P: Queriéndolo… (Paola da un largo suspiro). Queriendo que sea diferente a otros días.

T: ¿Tú pensaste eso? ¡Wow!

El factor ¡Wow!

Para Insoo Kim Berg, unas de las creadoras del enfoque centrado en soluciones, parecía muy importante usar la
afirmación ¡Wow! Este movimiento nos permite atribuirle a Paola el control de la situación.

Es importante mostrar nuestra sorpresa cada vez que podamos. Es una manera de «subrayar» partes importantes del
«texto»

Es importante resumir lo que hemos comprendido y devolverlo usando el mismo lenguaje, las mismas palabras que ha
usado la persona para describir esta experiencia. Incluso devolverle esto que hemos escuchado a través de una imagen o
metáfora que grafique todo lo que sentimos.

La proyección al futuro

Sirve para orientar a las personas hacia un próximo objetivo útil y bien formado a través de acciones concretas. Crean un
futuro que sirve para guiar el proceso de la terapia y ayudan a las personas a identificar las cosas que ya van bien,
además de sus avances, generando un profundo impacto terapéutico (Beyebach, 1999).

¿Qué más?

Esta pregunta se dirige a conocer y ampliar aún más todos los detalles que son claves para descubrir recursos y valores
importantes para las personas (Bannink, 2010).

Ampliar el cambio

T: Paola, ¿y alguien advirtió ayer que estuviste más cariñosa con él y tuviste un día diferente?

Esta vez ampliamos el cambio tratando de buscar «testigos externos» que pudieran brindarnos más detalles sobre estas
excepciones.

En este momento introducimos directamente a Eduardo dentro de la conversación considerando que, cuando una
persona ha sido enviada por otra a consulta, es importante saber: ¿cómo advertirá esta otra persona que ha encontrado
lo que buscaba?, ¿comparte las mismas expectativas de la persona que nos visita?

¿Qué me diría Eduardo si estuviera aquí y yo le preguntara qué hizo ayer Paola que fue tan lindo para ti, que hoy te
levantaste, le diste un beso y le pediste que te llamara? ¿Qué me respondería Eduardo?

A través de la «duda» podemos seguir explorando acciones, propósito y responsabilidad: hacemos preguntas antes de
hacer afirmaciones. ¿Qué pusiste de tu parte esta vez que no hayas puesto en otro momento?

Marcamos otra acción-excepción importante.

P: La sonrisa.

T: ¿Sonreír?
P: Sí, yo generalmente no sonrío mucho. […]

T: ¿Él ha cambiado en la medida que tú has cambiado?

Remarcamos y exploramos la base relacional del cambio y hallamos un aprendizaje.

P: Eso debe ser cierto. Como me comentaste al inicio, cambia uno y cambian todos.

T: Qué bueno, Paola, buenísimo… ¿Te has sentido cómoda hoy?

Es importante saber cómo se ha sentido la persona con nuestra conversación para reconocer qué otros aprendizajes se
han producido.

La pausa, el mensaje de recapitulación y la sugerencia

Peter Lang (2008), para referirse al aprendizaje como contexto para el cambio, señala que la importancia de la
construcción y otorgación de sentido radica en que, cuando algo es significativo, permite saber «cómo seguir adelante.

De manera que cuando una persona siente y manifiesta que algo tiene sentido y significado, puede seguir adelante con
el vivir, las relaciones, la conversación y su capacidad de aprendizaje. La creación de significado es uno de los propósitos
más importantes del mensaje de recapitulación.

Para diseñar el mensaje de recapitulación agrupamos una serie de momentos particulares. Tiene una finalidad
permanente: es una suerte de presentación de destinos, es una forma de proyectarse y construir desde la narración
hacia el futuro.

Se diseña con el propósito de reflejar, al final de la sesión:

• Una respuesta de lo que hemos oído y comprendido sobre la situación de la persona.

• Una pregunta a las personas sobre si están o no de acuerdo con nuestra percepción, construcción y respuesta (si es
necesario hacemos un reconocimiento de las correcciones ofrecidas por la persona).

• Otra respuesta de los terapeutas que ofrece nueva información o un punto de vista diferente, incluida una sugerencia.

El mensaje de recapitulación sigue una estructura de tres partes: el resumen, la declaración y la sugerencia.

La segunda sesión

La segunda sesión incluye las siguientes consideraciones (de Shazer, 1999):

• Construir el intervalo de tiempo que ha transcurrido como un periodo en que se ha mantenido el cambio, han
sucedido cosas nuevas y se ha logrado alguna mejoría.

• Verificar si la persona considera que la primera sesión resultó provechosa y la llevó a percibir que las cosas mejoraron.

• Ayudar a la persona a determinar qué está haciendo o qué cosas han sucedido que conducen al logro de los objetivos,
de modo que la persona pueda saber en qué puede seguir perseverando.

• Determinar si los logros obtenidos han hecho que las cosas marchen tan bien como para considerar si es necesario
seguir con la terapia.

Si la persona no describe ninguna mejoría, evitar persistir con lo que hacemos y no tiene buenos efectos, y provocar que
la persona logre hacer algo diferente.

¿Qué te hace pensar que él ha notado este cambio?

¿Cómo ha influido eso en él?


¿Y has notado algún cambio en él?

Preguntas de escala numérica

Una conversación con preguntas de escala permite construir el futuro.

Los números nos hablan de historias y son una herramienta terapéutica que facilita el tratamiento. Usamos escalas para
«medir» la percepción que tiene la persona de sí misma en relación con el objetivo que quiere alcanzar, esclareciendo
sus metas, motivándolas y alentándolas a seguir adelante con lo que resulte importante.

T: ¿En qué vas a notar más adelante que te encuentras en el 9?

P: Metas comunes, organizar nuestra vida familiar. […] Con eso ya me sentiría muy bien, en un 10. Planificar,
organizarme y tener metas en común.

T: ¿Y has pensado ya en cuál sería el mejor momento para planificar y organizar estas cosas?

¿Y eso es algo que va a suceder pronto o crees que necesitas todavía algo de tiempo?

¿Cómo llegaste a pensar esto?

¿Qué crees que necesitas continuar haciendo para que estos cambios persistan y se mantengan?

¿Hay algo que podría ocurrir que pudiera convertirse en un obstáculo, en una amenaza para mantener esto que ya has
logrado?

¿Qué disposición debes tener si de pronto surge un problema?

¿Qué habilidades has descubierto para hacerle frente a tales problemas?

¿Has hecho eso ya alguna vez?

¿Qué tengo para sugerirte hoy? Que sigas tu camino, haciendo más de todo aquello que funciona y que está generando
todo este bienestar y esta ola de cambios que estamos atestiguando ahora. No necesitamos más que aquello que estás
haciendo muy bien.

Conclusiones

Como su nombre lo indica, la terapia de pareja breve centrada en soluciones busca ser breve, y lo hacemos a través de
una conversación especial, externa a los hechos relacionados con el problema, invitando a las personas a construir una
solución. Aquí, las preguntas se convierten para el terapeuta en herramientas terapéuticas que permiten a las personas:

• Describir cambios previos a la sesión que convierten el cambio en la terapia en el cambio que viene después.

• Hallar excepciones y descubrir momentos donde recuperan sus fortalezas.

• Usar escalas numéricas para evaluar el progreso y construir el futuro.

• Descubrir su capacidad de respuesta subrayando sus recursos, habilidades, valores, sueños y las estrategias de
sobrevivencia que han usado en los momentos más difíciles y aparentemente irremediables.

Cuando usamos estas herramientas y seguimos sus pasos, la terapia puede ser breve pero el resultado de larga duración.
La persona se convierte en la experta que más sabe acerca de su vida, sintiendo la seguridad de poder hacer el resto del
viaje por su cuenta.
Infidelidad y reconciliación. Una intervención sistémica breve. (García, Guzmán & Jara, 2018).

La infidelidad en la pareja es un asunto complejo, principalmente porque los comportamientos que la constituyen varían
dependiendo del momento, la cultura, la historia familiar o valores y creencias individuales. Parece que todo esto tiene
que ver más con la violación de un pacto implícito o explicito respecto a los límites del comportamiento sexual y/o
emocional con otras personas, por lo que lo que constituye una infidelidad es una co-construcción de la pareja, válida
para ellos en ese contexto y en ese momento. De todas formas, persiste la dificultad de que signifique cosas distintas
para ambos miembros de la pareja, ya que se considera y generalmente se trata como una regla implícita.

Como este pacto implica compromiso, lealtad y confianza, su ruptura puede tener consecuencias graves que conducen,
usualmente, al término de la relación o a la mantención de una relación disfuncional basada en la desconfianza, la
amenaza y el control del comportamiento de la o el infractor. Las parejas en esta última situación, por eso mismo
muchas veces necesitan ayuda psicológica que los oriente sobre como reconstruir la relación.

Hay veces en que es el o la infractora quien pide la ayuda, para reparar el daño que la infidelidad ha producido en su
relación, de modo que la pareja pueda seguir proyectándose en el tiempo. En estos casos, es posible construir una
terapia de pareja siempre y cuando el objetivo sea común y compartido por ambos y no implique la culpabilización o la
modificación de un comportamiento más bien individual. Por tanto, en el caso de que no se pueda desprender de
objetivos (o problemas) dentro de la persona, habría que ver la posibilidad de terapia individual. Esto coincide con la
premisa básica de la terapia narrativa: la persona no es el problema, el problema es el problema -> Externalización

La búsqueda y planteamiento de un objetivo en común promueve el que ninguno de los miembros de la pareja se sienta
culpable sino que por el contrario: ambos se comprometan en la búsqueda de una solución.

Uno de los aspectos que la terapeuta debe revisar antes de involucrarse en terapia con parejas distanciadas por la
infidelidad, es su propia actitud, valores y creencias en relación con esta transgresión, ya que estas podrían obstaculizar
el trabajo terapéutico. Tiene que lograr la omniparcialidad, o sea, el estar aliado con ambos. De lo contrario, no puede
hacer terapia de pareja. Se sugiere el trabajo de co-terapeutas, de distinto sexo (pensando en tratamiento con parejas
heterosexuales) para así poder visualizar y manejar los sesgos de género y apoyarse mutuamente.

Caso

Una pareja donde tenían diversos problemas: discusiones entre el padre y la hija, problemas económicos, diferencias en
la distribución de quehaceres del hogar y una infidelidad de parte del hombre, ocurrida hace 10 años.

Primera sesión

En conocimiento de lo anterior, co-terapeutas les preguntan qué es lo que debía ser tratado en primer lugar o qué
elemento podría contribuir al bienestar familiar. Ellos establecen que el tema de la infidelidad era lo más relevante, ya
que siempre que discutían por cualquier tema, esto aparecía a flote. Definido el MC se indago sobre cómo se había
estructurado el matrimonio con relación al problema y se descubre que la mujer sentía que nunca había podido hablar
con su marido respecto a la infidelidad, ya que cuando el tema aparecía a flote, el hombre evadía la conversación,
muchas veces físicamente (yéndose del lugar) y luego, haciendo como que no pasaba nada. Sus estrategias de
afrontamiento eran muy distintas: ella afrontaba desde la emoción y el, desde la evitación, lo que podrían estar
influenciado por su educación en roles de género, donde la mujer presta más atención y preocupación de sus emociones
y el hombre, se centra en lo práctico, en la solución del problema, dejando de lado aquellos temas que no se podían
resolver.

El equipo evaluó la sesión y acordó los siguientes pasos u objetivos:

- Era necesario regular el intercambio emocional negativo, lo que no significa reprimir o limitar sino que se
traduce en permitir espacios de expresión en los cuales pudieran manifestar sus sentimientos en forma
protegida y sin que produzca un daño para el otro.
- Había que ofrecer a la mujer un espacio de seguridad y aceptación para que pudiera expresar libremente sus
sentimientos relacionados con la infidelidad.
- Debía permitirse al hombre expresar lo que pensaba y sentía sobre el tema y también sus expectativas sobre la
intervención
- El equipo debía guiar ese dialogo, promoviendo constantemente un lenguaje externalizante que facilitara la
expresión de los clientes sin que José se sintiera atacado ni que Mariana se sintiera invalidada.
- Había que instalar un concepto que permitiera referirse a la infidelidad, con el fin de externalizarla, de forma
que no exacerbara la carga emocional negativa y que facilitara el compromiso de ambos para trabajar en la
terapia.

Segunda sesión

Se llevó a cabo el proceso de consensuar un problema común para ser abordado en la terapia, que si bien todos/as
sabían que era la infidelidad de José, tratarlo con tales palabras le atribuía la responsabilidad solo a el, lo que le podría
generar incomodidad, culpa y con ello, falta de compromiso para trabajar, por lo que había que buscar algo en lo que el
también estuviera dispuesto a trabajar. Ellos anteriormente se habían referido al momento de la infidelidad y a sus
consecuencias como ‘’el quiebre’’, por lo que se consensuo trabajar para reparar dicho quiebre, lo que constituía no solo
un problema en el que ambos estaban de acuerdo sino que también promovía en ellos la voluntad de hacer algo para
reparar la relación dañada -> externalización

Así se posibilito explorar con preguntas de influencia relativa el efecto del quiebre en sus vidas: ¿Cuándo se hace más
evidente la presencia del quiebre?, ¿Cómo se las ha arreglado este quiebre para echar a perder su relación?

También explorar su contribución en la persistencia de ese quiebre a lo largo de tantos años: Probablemente este
quiebre ha persistido porque a veces sin darse cuenta, han hecho algo para alimentarlo, ¿Qué han hecho ustedes para
alimentar la influencia de este quiebre en sus vidas?

Así como explorar las acciones que habían desarrollado para quitarle el poder que tenía sobre ellos:

¿Existen momentos en que el quiebre entre ustedes se haya hecho menos evidente?, ¿Cómo lograron ponerle imites a
la influencia del quiebre?, ¿Cómo han logrado que el quiebre no haya terminado con la relación?

Se considera el trabajo realizado como exitoso ya que: ambos pudieron decir y escuchar cosas que durante más de 10
años habían estado silenciadas y porque surgieron excepciones en la vida matrimonial (momentos en los que se habían
sentido mejor el uno con el otro) o áreas de su vida que no habían resultado dañadas, como los valores que habían
transmitido a sus hijos.

Reencuadre: forma de intervención característica de la terapia estratégica breve y que permite reubicar la situación
experimentada en otro marco conceptual y/o emocional el cual resulta igual o más adecuado que el anterior,
modificándose con ello todo su sentido.

Se hizo esto con Mariana, al ver su confusión entre el amor y rabia hacia José. La co-terapeuta le señalo que a veces las
emociones ensombrecen los sentimientos. Mariana dijo que esto era exactamente lo que sentía y sus ojos se llenaron de
lágrimas, ya que sintió validada la presencia simultánea de dos emociones aparentemente contrapuestas.

Al finalizar la sesión, se les pidió realizar ‘’la tarea formula de la primera sesión’’. Esta consiste en pedirle a cada uno que
descubra entre esta sesión y la próxima que aspectos de la relación o de su pareja querían que siguieran ocurriendo, es
decir, qué cosas no cambiarían en el otro o en la relación. Esta tarea busca, por un lado, promover el surgimiento de una
emocionalidad positiva en la pareja, y por otro lado, posibilitar la atención hacia aquellos aspectos menos afectados o no
afectados por el conflicto. Se solicita entre sesiones con el fin de modificar las interacciones, pues les permitía estar
atentos a qué cosas les gustaban del otro, interrumpiendo así las pautas relacionales que los llevaban a discutir y
distanciarse. Se les pidió además que anotaran sus descubrimientos, sin compartirlos con su pareja sino hasta la próxima
sesión.
Tercera sesión

Se les consulta sobre el estado de la relación de una sesión a otra. Se les pide leer a su pareja lo escrito en la tarea
formulada, observándose que fueron capaces de realizarla y que en cierto modo, eran los motivos para permanecer
juntos a pesar del ‘’quiebre’’. Se les pregunta luego, como se las habían arreglado para que el quiebre no haya afectado
la valoración de estos aspectos positivos que cada uno mencionaba del otro. Aprovechando este clima positivo y el
deseo de colaborar, se formula la pregunta milagro. A través de sus respuestas se pudo ver cuales eran sus expectativas
sobre el otro y sobre la relación, que constituían cambios que reflejaban su forma ideal de vivir en pareja. A
continuación se utilizó la pregunta de escala, en la cual se les hizo valorar ese milagro como un 10 y el peor momento
como pareja en el 1. Luego se les pidió consensuar en que numero se encontraban ahora, ante lo cual respondieron que
un 5 pero que hubiese sido menor en el momento antes de iniciar terapia, porque ahora se sentían mejor, habían hecho
cosas juntos y tenían esperanzas de salir adelante. Se les pregunto entonces como podrían darse cuenta de que estaban
avanzando un paso más allá, a un nivel 6.

Se les asigno como tarea que imaginaran, compartieran y escribiera como les gustaría que fuese su relación en el futuro.

Cuarta sesión

Se inicia explorando los cambios entre sesiones, refiriendo que habían visto bastantes. Se exploraron a continuación las
excepciones en la relación de pareja, es decir, momentos en su historia en los que se hayan sentido bien el uno con el
otro y/o en los que se hayan olvidado del ‘’quiebre’’. Al parecer, en momentos de crisis donde el otro no estaba
involucrado, eran capaces de conversar y apoyarse mutuamente. Se les prescribe como tarea realizar actividades
familiares o de pareja que les permitieran pasar un buen rato juntos, dentro de las cuales estaban las actividades que
ellos ya habían efectuado en el pasado.

Quinta sesión

Nuevamente se inicia explorando cambios entre sesiones y explorando los resultados de la tarea asignada. Se nota un
cambio positivo en su lenguaje corporal y en su cercanía física. Luego comentan que el fin de semana lo pasaron juntos
como familia en unas cabañas y que se dieron un momento a solas y salieron a pasear. En este momento, hablaron por
primera vez sobre la infidelidad y José le dice que jamás imagino el daño que le había provocado y le pide perdón.
Mariana comenta que eso era todo lo que necesitaba, que ella quería que él comprendiera su dolor. En la sesión, ella
comenta que el quiebre era una interferencia de la cual debían aprender para no volver a equivocarse, además de
manifestar su voluntad de seguir juntos porque aun existía amor entre ellos.

Equipo los felicito y les atribuyo los cambios a ellos mismos.

Ambos asumen y muestran compromisos concretos, ella a ser clara al momento de solicitar ayuda o atencion de su
parte y él, a escucharla y apoyarla aun cuando el motivo de la conversación no sea un problema en busca de solución. En
este sentido, los roles de género tan marcados al principio, parecían diluirse, dando paso a la disposición de ambos a
comunicar estados de ánimo y cursos de acción de una manera explícita, directa y sin descalificaciones o evasiones.

Sexta sesión: la evaluación

Aquí ambos consideran y dan ejemplos concretos de sentirse y estar mejor, declarando que dan por resuelto su motivo
de consulta. También, dicen sentir que esto tuvo un efecto domino positivo en su familia, donde al estar bien ellos,
también estaban bien con sus hijos.

Se les asignó como tarea la escritura de una carta terapéutica de finalización de terapia, ya que terminar una terapia es
un acto significativo que merece ser registrado y testimoniado, que no debería quedar oculto para los demás y que
podía ser útil para otras personas que se preguntaran si era posible seguir adelante juntos luego de una infidelidad. Por
eso se les pide a ambos escribir una carta en la que dieran cuenta de su experiencia y de sus aprendizajes, y que les
permitiera conocer y aprender de su historia.

Última sesión: las cartas.


Seguimientos

Se realizaron 2, la primera a las dos semanas después de la última sesión y la segunda, al mes después. En ellas se
conversó sobre los logros alcanzados, las conversaciones y tareas que les habían sido útiles en el proceso terapéutico.
Comentaron también que habían consensuado reglas claras respecto a sus roles como padres, de forma de no
contradecirse y aparecer cohesionados ante sus hijos.

Conclusión

Como terapeutas, es imposible la neutralidad ya que tenemos creencias, valores y experiencias en torno a distintos
temas, entre ellos los temas de: relaciones de pareja, la infidelidad, la pérdida de confianza y la ruptura de la relación;
ante estos temas, todos/as tenemos una historia que contar. Por ello, tenemos que estar conscientes de nuestras
disposiciones personales y sincerarlas, no para bloquearlas o negarlas, sino para impedir que dichas opiniones
interfieran en lo que la pareja desea para sí misma.

Muchas parejas que pasan por esto, optan por olvidar el hecho para así seguir juntas pero muchas fracasan. El objetivo
entonces no es olvidar el daño sino que aprender que además de la infidelidad, hay otros aspectos de la relación que
merecen ser reconocidos y que quizás constituyen la razón por la que siguen juntos, aunque están invisibilizados ante
una historia dominante saturada por la infidelidad. La terapia por tanto, tiene como objetivo acceder a ellos.

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