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INTRODUCCIÓN
2. ¿Te imaginas a ti misma realizando una actividad como esta? ¿Si no fuera
esta actividad, qué otro servicio social crees tú que sería más parecida a tu
sensibilidad? Explica tus respuestas.
Mis valores como ucabista y mis valores como persona me ayudaron a enseñarle a
estos niños como ser un buen ciudadano y un buen venezolano.
5. ¿Describe cuáles fueron los 3 retos más complejos que, en tu opinión, tuviste
que afrontar para realizar la experiencia? Explica qué hiciste para
solventarlos.
Aprendí en dejarme recaer en alguien más cuando ya no sabía que decirle a los
niños para que comprendieran el tema que les estábamos enseñando. Aprendí a organizar
actividades de verdad entretenidas con la ayuda de la creatividad de otros, aprendí a
trabajar con personas que jamás había conocido y a hacer esta experiencia divertida y
emocionante por mas que no fuéramos cercanos o amigos, me di cuenta que con respeto y
ganas de hacerlo bien, las cosas salen a tu favor.
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Por supuesto, todos tuvimos que tomar la delantera en cierto punto, organizar la
clase que íbamos a hacer y tomar decisiones al momento de darlas. Por ejemplo, al
principio todos estábamos nerviosos y un poco intimidados, pero, al ver que todo mi grupo
estaba así, decidí tomar las riendas y dejar mi miedo atrás, empezar una conversación con
los niños y empezar a explicar la clase, apoyar a mis compañeros cuando se quedaban sin
cosas que decir y guiar a los niños y a mis compañeros lo mejor que pude. Una de las
actividades fue que ellos dibujaran los pasos para ser buen ciudadano, entonces les
explique que debían hacer y los ayude a hacer una dinámica entretenida, juntándolos en
grupos que ellos eligieran y guiándolos en todo momento. Esto ayudó a que mi grupo
tuviera más confianza en las próximas actividades.
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En fin, fue una experiencia muy bonita que me encantaría repetir, aprendí mucho de
la realidad de mi país, aprendí sobre esa comunidad un poco más, conocí personas que
han dedicado su vida a apostar por el futuro de Venezuela y merecen todo lo mejor por eso.
Siempre pienso en aquellos niños, pienso en Diego; quien se sabía todos nuestros nombres
desde el primer encuentro, pienso en Arqueilys, la más tímida de todas, pero muy, muy
inteligente, pienso en todos esos niños de quinto grado y les deseo lo mejor, les deseo que
salgan adelante y que algún día, cuando yo ya me gradúe, ellos llenen mi puesto en la
Universidad Católica Andrés Bello. Sin duda siempre estarán en mi memoria y espero que
mi corta labor les sirva para algo, así sea lo más mínimo. Son niños que merecen todo lo
mejor y les agradezco por recibirme todos los miércoles a las 8 a.m. con una sonrisa.