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Conciencia fonológica:
- Predictor importante de la adquisición de la lectura.
- Habilidad para percibir y manipular mentalmente los sonidos de la lengua.
Denominación rápida:
- Mejor productor para la fluidez lectora.
- Capacidad para nombrar rápidamente una serie de estímulos visuales.
Abusamra
La ciencia de la lectura
1) Entre la oralidad y la escritura: alfabetización temprana y contexto alfabetizador.
El lenguaje escrito es una posibilidad de explorar el inmenso potencial semiótico del
significado visual. Es un testimonio de nuestra historia.
El camino de la alfabetización es muy largo y comienza mucho antes de la escolaridad y
nos acompaña a lo largo de la vida.
Cuando un niño llega a la instancia en la que puede aprender a leer, ya tiene muchos
conocimientos acerca de lo que es el lenguaje escrito. Son necesarios los conocimientos y
las habilidades premotoras.
El proceso de alfabetización requiere detenerse en lo específico del lenguaje escrito, del
lenguaje oral y de otras formas de comunicación gráfica.
El sistema de escritura es para representar enunciados de una lengua hablada por medio
de Marcos permanentes y visibles.
Los múltiples sistemas se diferencian por las unidades de la lengua hablada que
transcriben.
Dos tipos de unidades que se consideran entre sí:
1) Monemas: palabras o monemas con significado.
2) Fonemas: son escasas, para su combinación hay restricciones: las reglas de la
fonología.
Clasificación de los sistemas de escritura
1) La semasiografía: son signos que se limitan a la representación de las ideas, sin
vincularse necesariamente con los sonidos de alguna lengua.
2) La glotolografía: expresa escrituras lingüísticas en una lengua determinada: litografía
y fotografía.
En razón del grado de correspondencia fonema grafema se ha clasificado a las ortografías
de distintas lenguas que utilizan sistemas alfabéticos como opacas o transparentes. Las
prioridades textuales de cohesión y coherencia son fundamentales para la adecuada
comprensión y producción de un texto.
En el estudio del aprendizaje del lenguaje escrito hay dos polos de la alfabetización: la
alfabetización temprana a la alfabetización académica. La primera refiere al estudio de
los precursores de la lectura y la segunda al de la comprensión y producción de textos
complejos que implican el dominio del lenguaje académico.
Alfabetización temprana definida en términos de habilidades y conocimientos precursores
de la alfabetización formal que se desarrolla durante los año previos a la escolaridad.
En la alfabetización temprana se copia la idea de que los precursores previos de la lectura
no emergen espontáneamente, sino que se aprenden en determinadas situaciones y
contextos alfabetizadores.
Leer es extraer una representación gráfica del lenguaje, la producción y el significado que le
corresponde.
Dominio del principio alfabético: capacidad de identificar letras, identificar los fonemas
dentro de las palabras orales y aplicar las reglas de correspondencia entre grafema y
fonema.
Los lectores novatos y expertos se diferencian en la identificación rápida y eficiente de las
palabras que conduce a la fluidez lectora. Esta implica tres procesos: precisión, rapidez y
recuperación de elementos ausentes en la escritura.
Los contextos alfabetizadores previos a la escuela son la casa y el jardín de infantes, donde
aprenden: habilidades de conciencia fonológica: permiten identificar y manipular
deliberadamente los aspectos sonoros del lenguaje, es decir centrar la atención en las
características estructurales del habla.
La amplitud del vocabulario: conocimiento declarativo, es decir el conocimiento del
significado de las palabras y al mismo tiempo procedural de modo tal que permite
seleccionar las palabras según la intervención comunicativa teniendo en cuenta el contexto
y el interlocutor.
Características distintivas del lenguaje escrito respecto a la oralidad: comprende que la
escritura transmite un mensaje, se puede leer textos y no dibujos, dirección de la lectura,
etc.
Escritura emergente: se entiende los primeros intentos por parte de los niños de utilizar las
letras que conocen o aproximaciones de letras para representar al lenguaje escrito, así
como el intento de escribir su propio nombre
El desarrollo de estos conocimientos y habilidades prelectoras dependen de las
experiencias familiares que han tenido los niños antes de ingresar a la escolaridad formal.
El papel del nivel socioeconómico de procedencia y en este sentido han constatado una
variabilidad sustancial tanto en los recursos como en las interacciones en las que participan
los niños que provienen de estratos sociales pobres y no pobres.
Hay dos tipos de contextos alfabetizadores pasivo y activo.
Pasivo: es el que comprende los recursos del hogar y las actividades que incluyen el uso
del lenguaje escrito por parte de los adultos. Se encuentra la disponibilidad de materiales
relacionados con la alfabetización tales como libros. Estas características hacen posible
que los niños atraviesen experiencias que les permitan utilizar estos recursos así como
observar a sus progenitores en actividades cotidianas de lectura y escritura. Aquí el énfasis
en relación con el impacto que pudieran tener sobre el desarrollo de habilidades y
conocimientos infantiles está puesto en el rol del aprendizaje indirecto a través de
modelos.
Activo: comprende aquellos esfuerzos parentales que comprometen directamente al niño
en actividades diseñadas para promover la alfabetización o el desarrollo del lenguaje
denominadas como prácticas alfabetizadoras. Como por ejemplo juegos con rimas, lecturas
compartidas, enseñanza de letras, de palabras, etc. Constituyen estrategias de participación
guiada que promueven El progreso del niño desde un nivel de desarrollo actual a un nivel
de desarrollo potencial.
El niño es capaz de alcanzar un nivel de desarrollo más alto con la guía de un adulto o un
compañero más experto. Debe considerarse la motivación del niño frente a las prácticas
alfabetizadoras.
Las diferencias sustantivas que aparecen en los contextos alfabetizadores de niños que
provienen de sectores pobres y no pobres.