La teoría de la expectativa es una teoría de la motivación que sostiene que las personas son

motivadas por la expectativa de que su esfuerzo producirá un resultado deseado y que ese
resultado valioso a su vez llevará a una recompensa. Esta teoría fue desarrollada por Victor
Vroom en la década de 1960.

Según la teoría de la expectativa, la motivación de una persona depende de tres factores:

Expectativa: La creencia de que el esfuerzo que se pone en una tarea conducirá a un

rendimiento efectivo. Si una persona cree que su esfuerzo no dará como resultado un
rendimiento efectivo, es menos probable que se sienta motivada.

Valoración: La valoración de la persona de la recompensa que se obtendrá por realizar una

tarea. Si la persona valora la recompensa como valiosa, es más probable que se sienta
motivada.

Instrumentalidad: La creencia de que el rendimiento efectivo conducirá a una recompensa

deseada. Si una persona no cree que su rendimiento efectivo se traducirá en una recompensa
deseada, es menos probable que se sienta motivada.
La teoría de expectativa es una teoría psicológica que se refiere a la manera en que las
personas perciben y evalúan la probabilidad de que un evento determinado ocurra y cómo
esas percepciones influyen en su comportamiento.

Según esta teoría, la motivación de una persona para llevar a cabo una determinada acción
depende de tres factores clave: la expectativa, la valoración y la fuerza motivadora.

La expectativa se refiere a la percepción de la probabilidad de que un determinado

comportamiento lleve a un resultado deseado. La valoración se refiere a la importancia que la
persona da a ese resultado. Finalmente, la fuerza motivadora se refiere a la intensidad con la
que la persona desea alcanzar ese resultado.

Por ejemplo, si una persona está considerando hacer ejercicio, su motivación para hacerlo
dependerá de su expectativa de que el ejercicio mejorará su estado físico, su valoración de la
salud y el bienestar y su fuerza motivadora para lograr ese resultado.

La teoría de expectativa se ha aplicado en diversas áreas, como la psicología organizacional, la

educación y la publicidad, para comprender y mejorar la motivación y el comportamiento
humano