Está en la página 1de 16

Unidad 2 / Escenario 4

Lectura fundamental

Neurodesarrollo en la primera
infancia

Contenido

1 Introducción

2 Crecimiento neuronal: gestación y primera infancia

Palabras clave: neuronal, neurodesarrollo, funciones ejecutivas, trastornos.


1. Introducción

El neurodesarrollo, en términos generales, se refiere al proceso de formación del sistema nervioso, tanto
en su crecimiento orgánico como en su desarrollo funcional, por tanto, es necesario abordar algunos
conceptos clave que permitan hacer una compresión más clara de su estructura y su funcionamiento.

Cómo mejorar...
El sistema nervioso procesa la información del ambiente en 200 milisegundos
aproximadamente.

En primer lugar, definiremos el sistema nervioso como la base biológica y fisiológica del conocimiento,
la afectividad y la conducta humana (Olivé, 2001). El sistema nervioso está compuesto por dos grandes
subsistemas: el sistema nervioso central, a su vez compuesto por el cerebro y la médula espinal; y el
sistema nervioso periférico, que está compuesto por todas las fibras nerviosas que salen de la médula
espinal hasta los tejidos de todo el cuerpo.

De esta forma, el sistema nervioso funciona como una red de circuitos eléctricos y bioquímicos que
transmite y procesa información entre el cerebro y el resto de los órganos internos y externos del
cuerpo, incluso, se encuentra en interacción continua con los estímulos del ambiente. Por ejemplo, los
sentidos (visión, audición, tacto), llevan y traen señales del ambiente hacia el cerebro, el cual la procesa y
emite una respuesta según la información recibida.

La unidad básica del sistema nervioso es la neurona, la célula especializada del sistema nervioso. Esta
se encuentra organizada en redes neuronales que, según su localización y en conexión con otras redes,
se ocupan de funciones cerebrales muy especiales, como la conducta, la locomoción, la respiración, el
pensamiento, el lenguaje, la emocionalidad, entre otros (Woodhead et al., 2012).

POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO 2
Cada neurona está compuesta por un núcleo, donde guarda y procesa la información, los axones,
que son extensiones de la neurona en forma de ramificaciones que están por todo el cuerpo, y las
dendritas, que son las terminaciones de axón que, al conectar con las dendritas de otras neuronas,
permiten el intercambio de información neuronal (Woodhead et al., 2012). Al espacio de conexión
neuronal se le conoce como sinapsis, el cual es posible por partículas llamadas neurotransmisores, que
actúan como mensajeros que intercambian información entre las dendritas conectadas (Olivé, 2001).

Figura 1. Estructura neuronal


Fuente: Significados.com. (s. f.).

En cuanto a la estructura, a nivel anatómico del sistema nervioso central, la cual es bastante compleja,
se puede decir que está subdivido principalmente en médula espinal, rombencéfalo (cerebro
posterior), mesencéfalo (cerebro medio), prosencéfalo (cerebro anterior), el cerebelo y la corteza
cerebral, esta última, la más relevante en cuanto a concentración de redes neuronales vinculadas a las
funciones mentales más complejas del ser humano, como el pensamiento y la creatividad (Woodhead
et al., 2012).

POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO 3
¿Sabía que...?
El encéfalo se forma en el orden evolutivo que se desarrolló: de abajo hacia
arriba y del centro hacia afuera.

De la misma manera, a nivel estructural cabe destacar los hemisferios y los lóbulos cerebrales.
El cerebro se divide en dos mitades, hemisferio derecho y hemisferio izquierdo. Cada uno de los
hemisferios está compuesto por cuatro lóbulos: frontal, parietal, occipital y temporal. Cada lóbulo
está asociado a funciones diferentes de la conducta humana, incluso, en cada uno existen subregiones
con funciones específicas (Olivé, 2001).

Figura 2. División hemisférica


Fuente: elaboración propia modificado de freepik (s.f.)

POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO 4
Aunque la funcionalidad de cada hemisferio y lóbulo es un tema bastante amplio, podemos destacar
de cada uno que: los lóbulos frontales se relacionan con aspectos como la motricidad y las funciones
ejecutivas de planificación y toma de decisiones; los lóbulos occipitales se vinculan al procesamiento
de los estímulos visuales y de movimiento; en los lóbulos parentales se procesa la percepción espacial
y la información táctil; y los lóbulos temporales se relacionan con la información auditiva y social,
además de estructuras especiales como la amígdala, vinculada a las emociones, y el hipocampo, con
funciones específicas en la memoria y el aprendizaje (Olivé, 2001).

¿Sabía que...?
Al mismo tiempo que el bebé se forma, en la madre también ocurren cambios
en su cerebro que la predisponen a la maternidad y el cuidado.

POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO 5
2. Crecimiento neuronal: gestación y primera infancia

El neurodesarrollo inicia en las etapas embrionaria y fetal durante la vida intrauterina. Una vez ocurre
la concepción, se da la formación del cigoto y se inicia la segmentación celular. A la semana dos de
gestación se inicia la neurogénesis y se prolonga hasta la semana 27 en su aspecto más fundamental,
pero se puede prolongar incluso hasta la adultez, según las últimas investigaciones en el tema
(Hernández-Flórez et al., 2018).

La neurogénesis se entiende como el proceso de producción de nuevas neuronas en el cerebro, el


cual implica otros subprocesos, como la proliferación, la migración, la diferenciación, la integración y
la maduración (Hernández-Flórez et al., 2018).

El proceso de proliferación consiste en la multiplicación de las células que van a conformar el


sistema nervioso. Estas, inicialmente, solo son cuerpos celulares compuestos por el ADN (ácido
desoxirribonucleico) con la programación genética celular. A medida que el embrión crece se inicia la
migración celular, que consiste en el traslado de las células hacia las diferentes partes del organismo,
esto tiene lugar principalmente entre la semana 8 y 15 de gestación (Papalia et al., 2012). Una vez
están en su sitio, se inicia el proceso de diferenciación, en el cual las células adquieren estructuras y
funciones especializadas. En paralelo, se da la integración, en la cual las células recién diferenciadas
conforman las primeras redes neuronales y empiezan la coordinación de funciones nerviosas
específicas mediante procesos de sinapsis (Papalia et al., 2012).

Por último, las redes neuronales continúan su proceso de maduración, que consiste en el crecimiento
y perfeccionamiento de sus estructuras y funciones, lo cual se hace posible mediante nuevas sinapsis,
configurando redes cada vez más complejas. Especialmente desde la semana 27 de gestación hasta
los 2 años de vida se generan conexiones nerviosas definitivas y básicas para habilidades perceptivas,
motrices y cognoscitivas (Papalia et al., 2012).

Sin embargo, durante todo este proceso de crecimiento cerebral, en el que se producen millones
de neuronas y conexiones sinápticas, el organismo genera procesos de equilibrio, llamados poda
neuronal, en las cuales se eliminan las neuronas o redes neuronales no utilizadas o que no funcionan
adecuadamente, pero, a su vez, se continúa produciendo nuevas neuronas y conexiones en procesos
simultáneos que buscan la eficiencia y flexibilidad en aspectos como el aprendizaje y la adquisición de
habilidades (Papalia et al., 2012).

POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO 6
¿Sabía que...?
Durante los procesos de poda neuronal en los primeros dos años se pueden
llegar a eliminar hasta el 50 % de las neuronas creadas en gestación.

En este sentido, al nacer, el bebé ya cuenta con la estructura cerebral básica que continuará
madurando incluso hasta la adultez, pero con un ritmo especialmente acelerado los primeros dos
años de vida. El neurodesarrollo en la primera infancia es dinamizado y potenciado a partir de la
mielinización, la cual, se entiende como el proceso en que las vías nerviosas son recubiertas de
mielina, una sustancia grasa que aumenta la velocidad y facilidad de viaje de las señales nerviosas entre
las neuronas, logrando así un funcionamiento maduro (Papalia et al., 2012).

La mielinización ocurre en diferentes lugares y momentos del neurodesarrollo, por ejemplo, las vías
nerviosas relacionadas con el sentido del tacto se mielinizan durante el nacimiento, las vías visuales lo
hacen desde el nacimiento hasta los primeros cinco meses de vida, y las vías de la audición inician al
quinto mes hasta los cuatro años (Papalia et al., 2012).

¿Sabía que...?
Las estructuras del tallo cerebral asociadas al control de la respiración y el
ritmo cardiaco son mielinizadas durante el nacimiento.

En fin, cada estructura y función del neurodesarrollo es objeto de mielinización durante diferentes
periodos del desarrollo humano, que van desde la infancia hasta la adultez.

POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO 7
En términos del seguimiento del neurodesarrollo durante los últimos meses de gestación y los
primeros días de vida, uno de los aspectos más importantes es la aparición de los reflejos neurológicos,
los cuales dan cuenta del correcto funcionamiento de unidades cerebrales básicas relacionadas con
aspectos como la respiración, la frecuencia cardiaca, la alimentación, la supervivencia, la locomoción,
entre otros (Papalia et al., 2012). Los más conocidos son el reflejo de moro (activación muscular ante
un estímulo fuerte), reflejo de presión (aprieta el puño ante la estimulación de la palma de la mano) y
el reflejo de búsqueda y succión (gira la cabeza, abre la boca y succiona, ante la estimulación del labio
con el pezón).

2.1. Influencia del ambiente en el neurodesarrollo

Como revisamos en las anteriores páginas, la formación del sistema nervioso tiene un determinante
genético que se expresa mediante el ADN, el cual actúa como un programador del desarrollo desde
el mismo momento de la concepción y a lo largo de toda la vida. Sin embargo, algunos estudios
científicos han demostrado cómo los factores genéticos y hereditarios tienen múltiples alternativas
y formas de expresarse, y lo harán acorde al tipo de experiencia que tenga el individuo, es decir,
la arquitectura cerebral puede tomar distintas vías de desarrollo, prevaleciendo las conexiones
neuronales que más se estimulen desde el ambiente, o descartando aquellas que no son estimuladas.
A estas condiciones se les llaman factores epigenéticos (Woodhead y Oates, 2012).

Estos factores epigenéticos influyen en la configuración estructural del sistema nervioso gracias
a la conexión química que permiten los neurotransmisores, que son liberados acordes al tipo de
estimulación que proviene del ambiente (Woodhead y Oates, 2012).

En otras palabras, en las zonas donde se genera mayor estimulación bioquímica se produce más
arborización y conexión neuronal por medio de la sinapsis, conformando sistemas o caminos
neuronales que van a predominar sobre los otros, y determinarán el tipo de funcionamiento cerebral
durante toda la vida (Woodhead y Oates, 2012).

En términos más concretos, si un niño es estimulado con experiencias de cuidado, protección


y seguridad, los caminos serotoninérgicos en su cerebro tendrán predominio, y las estructuras
cerebrales asociadas a la motivación y el bienestar funcionarán adecuadamente durante su vida. Por
otro lado, las zonas del cerebro que no se estimulen y tengan poca actividad bioquímica se debilitarán
y eventualmente serán podadas o eliminadas naturalmente por el organismo (Olivé, 2011).

POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO 8
¿Sabía que...?
La lactancia materna favorece los procesos de mielinización y arborización de
los sistemas neuronales asociados a la afectividad.

Los procesos de arborización, crecimiento o poda neural suceden durante todo el proceso de
maduración neuronal, sin embargo, se presentan momentos claves para el desarrollo, denominados
periodos sensibles o periodos críticos, que, como vimos en un escenario previo, corresponden
a rangos de tiempo en los que se activan o desactivan ciertos genes y se generan procesos
de mielinización. Por tanto, la estimulación epigenética que se tenga durante estos periodos
sensibles será de vital importancia para el desarrollo infantil en habilidades sensoriales, motrices,
socioemocionales, cognitivas, lingüísticas, entre otras.

En este sentido, la evidencia científica ha mostrado el impacto de los factores epigenéticos como el
estrés en el desarrollo infantil. Mustard (2003) evidenció cómo las experiencias estresantes pueden
afectar el desarrollo infantil en aspectos como el sistema inmunológico, el desarrollo emocional,
la cognición, la ansiedad y la conducta, ello asociado a altos grados de cortisol y la disminución
de serotonina. Lupien et al. (2009) mostraron cómo el tiempo de exposición al estrés durante
la gestación, los primeros años o, incluso, en los momentos de vida posteriores, se asocian al
surgimiento de problemas de salud mental y dificultades en la cognición que obedecen a alteraciones
en la bioquímica y la estructura cerebral.

¿Sabía que...?
Entre los factores ambientales que amenazan el neurodesarrollo se encuentra
el consumo de alcohol, cafeína y otras drogas por parte de la madre.

POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO 9
Por otro lado, si bien es claro el potencial dañino de las experiencias adversas o negativas en el
neurodesarrollo, el cerebro ha demostrado tener una alta capacidad resiliente de autoregenerarse o
recuperase de lesiones o afectaciones, incluso con daño orgánico evidenciable. A esto se le conoce
como la plasticidad cerebral. En términos de Sierra y León (2019), la plasticidad cerebral expresa
“la capacidad adaptativa del sistema nervioso para minimizar los efectos de las lesiones a través de
modificar su propia organización estructural y funcional” (p. 3).

¿Sabía que...?
La plasticidad cerebral puede estimularse a partir de un entorno novedoso y
rico en experiencias positivas.

Aunque la plasticidad cerebral ha sido estudiada especialmente en casos de lesiones orgánicas o


enfermedades neurológicas, también encontramos evidencia importante de cómo la plasticidad
cerebral juega un rol definitivo en los procesos de aprendizaje a lo largo de todo el desarrollo (Sierra
y León, 2019), haciendo del cerebro un órgano en constante transformación, inacabado y con un
potencial de crecimiento acorde con la riqueza de los estímulos ambientales.

Desde este punto de vista, aspectos como la familia, la escuela y la comunidad asumen un rol
determinante en el neurodesarrollo en la primera infancia y, por ende, en los procesos evolutivos que
se dan en el crecimiento neuronal, como el desarrollo cognitivo y el aprendizaje. En este sentido,
encontramos evidencia científica sobre la influencia de aspectos como los estilos de crianza, el tipo de
entorno comunitario, y las condiciones sociales y económicas, en el desarrollo de aspectos cognitivos
como las funciones ejecutivas (Bernal-Ruiz et al., 2018; Vega-Arce y Nuñez-Ulloa, 2017).

En conclusión, el neurodesarrollo es el resultado de un proceso evolutivo de cambios dinámicos que


se dan a partir de factores genéticos y ambientales que van tejiendo un fenotipo específico, dando
origen a un cerebro y un niño único (Seidl-de-Moura et al., 2009). A medida que las conexiones
neuronales proliferan y se complejizan, van trazando una línea de desarrollo que configura la
individualidad de cada niño y sus diferencias en aspectos como el temperamento, el aprendizaje y la
personalidad, y en sus habilidades, destrezas y limitaciones.

POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO 10
2.2. Neurodesarrollo y desarrollo cognoscitivo

El neurodesarrollo se considera la base de los procesos de aprendizaje y pensamiento en los seres


humanos, siendo así uno de los factores fundamentales del desarrollo cognitivo y las funciones
mentales. Aspectos como la memoria, la atención, las habilidades de compresión o expresión verbal,
los mismos procesos de lectoescritura, entre otros, son aspectos que tienen su fundamento en el
desarrollo de áreas y redes neuronales identificables y visibles en el cerebro.

Aunque es importante mencionar que la mayoría de estas funciones no solo implican la activación
de una sola área del cerebro, sino que requieren de la acción coordinada y simultanea de distintas
unidades neuronales. Por ejemplo, el lenguaje implica principalmente la acción de las áreas de Broca
y Wernicke, ubicadas en el hemisferio izquierdo y los lóbulos temporales, no obstante, también
requieren del funcionamiento de otras áreas del lóbulo frontal que permiten la expresión verbal, del
lóbulo occipital que facilitan la compresión lingüística, además de las circunvoluciones supramarginal
y angular, entre otras estructuras. De la misma forma, otras funciones mentales superiores, como la
racionalidad, la autorregulación emocional o la creatividad, requieren de una activación simultánea de
múltiples redes neuronales, lo que demuestra un alto nivel de perfeccionamiento y madurez cerebral
para alcanzar estos aspectos propios del ser humano.

2.3. Funciones ejecutivas

En cuanto a los procesos educativos y los aspectos de neurodesarrollo que se le relacionan, en


los últimos años ha surgido el interés por el estudio de las funciones ejecutivas, un conjunto de
habilidades cognoscitivas que facilitan la adaptación del individuo a situaciones nuevas y complejas,
yendo más allá de los aprendizajes automatizados (Rosselli et al., 2008).

Las funciones ejecutivas incluyen aspectos como el establecimiento de metas, el desarrollo


de planes de acción, la flexibilidad del pensamiento, la inhibición de respuestas automáticas, la
autorregulación de la conducta y la fluidez verbal. Estas funciones, tradicionalmente, se han
vinculado al desarrollo neuronal fundamentalmente del lóbulo frontal y sus conexiones con
estructuras corticales y subcorticales.

POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO 11
El desarrollo de funciones ejecutivas va a determinar de manera importante aspectos relacionados
con el rendimiento académico, el éxito laboral o la funcionalidad social de un sujeto, puesto que
implica procesos de cambio conductual espontáneos en respuesta a las demandas o exigencias del
entorno; por ejemplo, la ejecución de una tarea escolar, con todos los inconvenientes y retos no
previstos que ello implique, requiere de habilidades como la planeación, el control atencional, la
flexibilidad cognitiva o, incluso, la fluidez verbal si debe ser socializada o sustentada ante el profesor.

¿Sabía que...?
La neuroeducación es la ciencia que estudia el cerebro en el proceso de
enseñanza y de aprendizaje.

2.4. Trastornos del neurodesarrollo

El neurodesarrollo, como todos los procesos de crecimiento, maduración y desarrollo en el ser


humano, es susceptible de sufrir alteraciones, cambios o deficiencias que afectan su óptimo
funcionamiento. De hecho, el neurodesarrollo puede verse afectado de acuerdo con factores
ambientales en periodos como la gestación o los primeros años de vida.

Un trastorno del neurodesarrollo se entiende como los problemas que interfieren en la adecuada
maduración o funcionamiento neuropsicológico que se presentan especialmente desde el nacimiento
o la primera infancia (Galán et al., 2017). Estos problemas pueden coincidir con lesiones estructurales
en el cerebro. En otros casos, se debe a deficiencias en la maduración de algunos circuitos neuronales
específicos, pero no se asocian a un daño orgánico observable.

Algunos de los trastornos del neurodesarrollo más comunes son la epilepsia, el TDAH (trastorno por
déficit de atención e hiperactividad) y los trastornos de aprendizaje, estos dos últimos constituyen
la principal causa de fracaso escolar y problemas de adaptación social en contextos educativos en la
primera y segunda infancia (Galán et al., 2017).

POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO 12
¿Sabía que...?
Los trastornos del desarrollo se asocian a factores prenatales como estrés
gestacional y deficiencias nutricionales en la madre.

Cada uno de estos problemas de desarrollo representa una deficiencia en la maduración neuronal que
afecta la funcionalidad del niño para desempeñar alguna tarea en particular. En el caso del TDAH se
evidencia una deficiencia en el control atencional que genera inatención e impulsividad. En cuanto a
los trastornos de aprendizaje, se refieren a deficiencias específicas para habilidades académicas que
pueden ser en lectura, escritura o pensamiento matemático (Galán et al., 2017).

No obstante, estos problemas del desarrollo son sujetos de prevención, tratamiento y manejo desde
las instituciones de salud, la familia, el colegio y la comunidad, especialmente durante los primeros
años de vida, considerando aspectos como la plasticidad cerebral y la influencia del ambiente en los
procesos de desarrollo neuronal.

POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO 13
Referencias bibliográficas
Bernal-Ruiz, F., Rodríguez-Vera, M., González-Campos, J. y Torres-Álvarez, A. (2018).
Competencias parentales que favorecen el desarrollo de funciones ejecutivas en escolares. Revista
Latinoamericana de Ciencias Sociales, Niñez y Juventud, 16(1), 163-176. http://www.scielo.org.co/scielo.
php?script=sci_arttext&pid=S1692-715X2018000100163

Galán, G., Lascarez, I., Gómez, S. y Galicia, M. (2017). Abordaje integral en los trastornos del
neurodesarrollo. Revista del Hospital Juárez de México, 84(1), 19-25. https://www.medigraphic.com/
cgi-bin/new/resumen.cgi?IDARTICULO=72273

Hernández-Flórez, C., Beltrán, M. y Contreras, G. (2018). Desarrollo neuroembriológico: el camino


de la proliferación hasta la perfección. Universitas Médica, 59(3), 1-10. http://www.scielo.org.co/
scielo.php?script=sci_arttext&pid=S2011-08392018000300071

Lupien, S., McEwen, B., Gunnar, M. y Heim, C. (2009). Effects of stress throughout the lifespan
on the brain, behaviour and cognition. Nature Reviews Neuroscience, 10(6), 434-445. https://doi.
org/10.1038/nrn2639](https://doi.org/10.1038/nrn2639

Mustard, J. (2003). Desarrollo infantil inicial: salud, aprendizaje y comportamiento a lo largo de la


vida. En ICBF, Alcaldía Mayor de Bogotá, Unicef y CINDE. (Ed.). Primera infancia y desarrollo. El
desafío de la década. (pp. 86-96). CINDE.

Olivé, M. (2001). Neurobiología del desarrollo temprano. Contextos Educativos: Revista de


Educación, (4), 79-94. https://publicaciones.unirioja.es/ojs/index.php/contextos/article/view/487

Papalia, D., Feldman, R. y Martorell, G. (2012). Desarrollo humano. En M. Toledo, J. Mares, M.


Rocha, A. Delgado y Z. García. (Eds.). Desarrollo Humano. https://www.academia.edu/36792745/
Desarrollo_Humano_Papalia_12a_edicion_1_

Rosselli, M., Jurado, M. y Esmeralda, M. (2008). Las funciones ejecutivas a través de la vida. Revista
Neuropsicología, Neuropsiquiatría y Neurociencias, 8(1), 23-46. https://dialnet.unirioja.es/servlet/
articulo?codigo=3987451

Seidl-de-Moura, M., Oliva, Â. y Vieira, M. (2009). Human development in an evolutionary


perspective. Avances en Psicología Latinoamericana, 27(1), 252-262. http://www.scielo.org.co/pdf/apl/
v27n2/v27n2a4.pdf

POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO 14
Sierra, E. y León, M. (2019). Plasticidad cerebral, una realidad neuronal. Revista de Ciencias
Médicas Pinar Río, 23(4), 599-609. https://www.medigraphic.com/cgi-bin/new/resumen.
cgi?IDARTICULO=91707

Vega-Arce, M. y Nuñez-Ulloa, G. (2017). Experiencias adversas en la infancia: revisión de su impacto


en niños de 0 a 5 años. Enfermería Universitaria. https://doi.org/10.1016/j.reu.2017.02.004

Woodhead, M., Oates, J. (2012). La primera infancia en perspectiva. El cerebro en desarrollo. En


J. Oates, A. Karmiloff-Smith y M. Johnson. (Eds.). El cerebro en desarrollo (pp. 1-31). The Open
University. http://www.codajic.org/sites/default/files/sites/www.codajic.org/files/El-cerebro-en-
desarrollo.pdf

Referencias de figuras
Significados.com. (s. f.). Neurona [imagen]. https://www.significados.com/neurona/

Freepik (s.f.). División hemisférica. [imagen]. https://www.freepik.com/free-vector/human-brain-


concept_4407905.htm#page=7&query=brain&position=1&from_view=search

POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO 15
INFORMACIÓN TÉCNICA

Módulo: Fundamentos del Desarrollo en la Primera Infancia I


Unidad 2: Crecimiento físico y neurodesarrollo en la primera
infancia
Escenario 4: Neurodesarrollo en la primera infancia

Autor: Jaime Alberto Castro Martínez

Asesora Pedagógica: Ivon Tatiana Parra Astroz


Diseñador Gráfico: Carlos Enrique Bermúdez Andrade

Este material pertenece al Politécnico Grancolombiano.


Prohibida su reproducción total o parcial.

POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO 16

También podría gustarte