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Había una vez en un pequeño pueblo de México, una fiesta muy especial que se
celebraba cada año: el Día de Muertos. En este día, las familias se reunían para
recordar y honrar a sus seres queridos que habían fallecido.
Lucía era una niña curiosa y valiente que vivía en ese pueblo. Desde muy
pequeña, había escuchado las historias sobre el Día de Muertos de sus abuelos y
quería saber más. Así que un día, decidió preguntarles.
Lucía quedó asombrada por la historia y quiso saber más. "¿Y cómo saben las
almas cuándo venir, abuelita?"
Lucía tenía una idea brillante. Decidió que quería ayudar a las almas de los seres
queridos de su familia a encontrar su camino. Así que tomó papel, tijeras y
colores, y creó hermosas mariposas de papel para guiar a las almas.
La noche del Día de Muertos, Lucía y su familia adornaron el altar con las
ofrendas y las mariposas de papel que había hecho. Encendieron velas y
compartieron historias sobre los seres queridos que habían fallecido.
Mientras miraban el altar, una brisa suave comenzó a mover las mariposas de
papel. Lucía supo que las almas de sus seres queridos estaban cerca, disfrutando
de la celebración que habían preparado con tanto cariño.
Y así concluye nuestro cuento sobre el Día de Muertos en México, una festividad
llena de tradiciones y amor, donde las almas de los seres queridos siempre son
bienvenidas para compartir momentos especiales con sus familias.
Título: "El Día de Muertos en el Pueblo de los
Títeres"
Había un pequeño pueblo donde vivían un grupo de títeres muy especiales. Cada
año, esperaban con emoción la llegada del Día de Muertos para celebrar junto a
los humanos.
En este pueblo de títeres, había un títere llamado Pepito, que era conocido por su
curiosidad. Un día, mientras observaba a los humanos preparar sus ofrendas en el
parque, Pepito decidió que él y sus amigos títeres también debían celebrar el Día
de Muertos de una manera especial.
Reunió a sus amigos títeres: María, el títere de la princesa; Tomás, el títere del
caballero; y Rosa, el títere del payaso. Juntos, idearon un plan para crear una
ofrenda única y sorprender a los humanos.
Con mucho cariño, construyeron una ofrenda títere con estos objetos y la
colocaron en el parque, justo al lado de las ofrendas humanas. Cuando la noche
cayó y las velas se encendieron, Pepito y sus amigos vieron algo maravilloso: sus
seres queridos aparecieron en forma de luces brillantes y se unieron a la
celebración.
Los títeres se llenaron de alegría al ver a sus seres queridos bailar y reír en la
ofrenda títere. Los humanos también se sorprendieron al ver las luces danzantes y
escucharon las risas alegres de los títeres.
Desde ese día, en el pueblo de los títeres, el Día de Muertos se celebró de una
manera especial y única. Los títeres y los humanos compartieron la festividad
juntos, recordando y honrando a sus seres queridos de una manera mágica y
especial.
Objetivos:
Materiales:
Espejos pequeños.
Breve discusión sobre qué son los títeres y cómo se pueden usar para expresar
emociones.
Discusión sobre cómo los títeres pueden expresar emociones de manera más libre
que los actores humanos.
Preguntas finales: ¿Qué emociones exploramos hoy con los títeres y los gestos?
Pedir a los estudiantes que piensen en una emoción que quieran representar con
un títere en la próxima sesión.