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Contexto del trabajo de investigació n

Calidad del aire en Torreón y sus efectos en la salud

La contaminación ambiental en la Comarca tiene efectos nocivos en la población


más vulnerable, menores de 5 años y mayores de 65, que puede derivar en
enfermedades respiratorias.

La contaminación del aire continúa siendo uno de los problemas de salud pública
más importantes que afecta a la población a nivel nacional.
Debido a que la Comarca Lagunera es una zona altamente industrializada y cada
vez con mayor concentración vehicular, mejorar la calidad del aire se vuelve
indispensable para la salud de toda la población.
Desde el 2010 Torreón forma parte del programa para mejorar la calidad del aire
"Pro Aire Laguna".

El problema en la ciudad de Torreón es provocado por el plomo, el cadmio y el


arsénico, tres elementos altamente dañinos para los humanos. Sin embargo, los
estudios, las denuncias y ahora las acciones que se han realizado en torno a este
problema tienen como actor principal al plomo. Esto no significa que el plomo sea
el más tóxico de los tres elementos –de hecho ocurre lo contrario- sino a que de
los tres es el que ha sido utilizado por la humanidad más ampliamente y por ende
es el que causa más problemas y más preocupación en todo el mundo. Valdría la
pena estar conscientes de este hecho y no tener la impresión que es el plomo el
único contaminante que nos preocupa.

El problema del plomo no se ha atendido como se debiera. Sino hasta hace unos
treinta años es que ha interesado a la toxicología y a las instituciones de salud.
Por ejemplo, los textos de toxicología hasta la década de los setenta no dedicaban
mayor atención a este problema, aunque si registraban los casos de
envenenamiento por cadmio en Japón en los cincuentas y por metilo de mercurio
tanto en Japón en los cincuentas y en Irak en 1972. Desde mediados de los años
setenta, las autoridades de salud de los Estados Unidos reconocieron al
envenenamiento por plomo en niños como un problema grave al que llamaron una
epidemia silenciosa. Una vez reconocido el problema, el creciente cuerpo de
información sobre el daño del plomo a la salud llevó a las autoridades de salud a
emitir normas cada vez más estrictas sobre los niveles de este metal en la sangre,
mientras que las autoridades del medio ambiente prohibieron el uso de las
pinturas basadas en plomo en 1978 y se empezó a sustituir paulatinamente el
plomo en las gasolinas a partir de la década de los setenta. Al mismo tiempo, la
Ley del Aire Limpio (Clean Air Act) señalaba límites máximos para la
concentración del plomo en el aire. Los Centros para el Control y la Prevención de
las Enfermedades (CDC) han ido variando esta cota máxima como se muestra en
la figura siguiente.

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