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Tipos y arquetipos junguianos Reflexiones sobre los tipos psicológicos
de ciertos rasgos concretos del carácter. El problema patológico titud unilateral aunque, en última instancia, ésta se halla refor-
no tiene casi ninguna relación con el cuadro clínico ya que la zada o condicionada por la herencia.
patología constituye esencialmente una expresión del carácter. He denominado extraversión e introversión a estas dos ac-
Incluso los complejos, los «elementos nucleares» de una titudes radicalmente diferentes. La extraversión se caracteriza
neurosis, pueden ser considerados, de este modo, como meros por el interés en los objetos externos, por la intensidad de la
concomitantes de una determinada predisposición respuesta, por la predisposición a aceptar los acontecimientos
caracteriológica. Este hecho puede ser entendido más exteriores, por el deseo de influir y ser influido por los aconte-
fácilmente si tenemos en cuenta las relaciones del paciente con cimientos, por la necesidad de unirse o de permanecer «junto
su entorno familiar. Podríamos decir, por ejemplo, que es uno a» algo, por la capacidad de soportar todo tipo de bullicio y de
más entre cuatro hermanos, que no es el mayor ni el más alboroto e incluso de disfrutar de él, por la continua atención al
pequeño, y que ha recibido la misma educación y los mismos mundo circundante, por el cultivo de las amistades y de las
condicionamientos que los demás. Sin embargo, él está enfermo relaciones -ninguna de ellas, por cierto, seleccionada demasia-
y los otros sanos. La anamnesis nos demuestra que todas las do cuidadosamente- y también, debido a la enorme importancia
influencias a las que se han visto sometidos los hermanos que atribuye a la apariencia, por su notable tendencia a presumir.
únicamente han tenido -al menos en apariencia- un efecto Por consiguiente, la filosofía y la ética vital del extravertido,
patológico sobre él. Pero, en realidad, considerar que todas que suele tender hacia el altruismo, son, en gran medida, de
estas influencias son factores etiológicos también constituye naturaleza colectiva y su conciencia suele depender de la opinión
una explicación equivocada. La causa real de la neurosis radica, de los demás. En este sentido, para el extravertido, la conducta
pues, en el modo particular en que la persona respondió y moral inadecuada sólo lo es «cuando los demás llegan a
asimiló las influencias procedentes del entorno. conocerla» y sus convicciones religiosas se hallan determinadas,
La comparación de numerosos casos similares me fue des- por así decirlo, por el voto de la mayoría.
velando gradualmente la existencia de dos grandes actitudes El sujeto en sí, es decir, el extravertido en tanto que entidad
fundamentales que podrían dividir a los seres humanos (par- subjetiva, permanece, en la medida de lo posible, agazapado
tiendo de la base de que la humanidad estuviera formada por en la penumbra, oculto -incluso de sí mismo- bajo la oscuridad
individuos que han alcanzado un determinado nivel de desa- del inconsciente. De este modo, es muy poco proclive a someter
rrollo). Pero, dado que obviamente éste no es el caso, nos ve- a examen crítico sus propias motivaciones. No tiene secretos
mos obligados a afirmar que estas actitudes diferentes sólo que no haya compartido desde hace mucho con los demás, y, si
pueden observarse claramente cuando nos encontramos con sobreviene algo ignominioso, prefiere olvidarlo. Todo aquello
una personalidad relativamente individualizada. En otras pala- que pueda empañar su visión positivista y optimista de la vida
bras, esta diferencia sólo tiene una verdadera importancia debe ser cuidadosamente evitado. Cualquier cosa que piense,
práctica cuando se ha alcanzado cierto grado de individuación. se proponga o efectúe, la lleva a cabo con convicción y
Los casos patológicos de este tipo casi siempre tienen que ver entusiasmo.
con personas que tratan de alejarse de su tipo familiar y que, La vida psíquica de este tipo de persona tiene lugar -por así
por consiguiente, ya no se encuentran seguras de su herencia decirlo- fuera de sí mismo, en el entorno. Vive en y para los
instintiva básica. La debilidad de los instintos constituye una demás y, en consecuencia, le aterroriza la idea de relacionarse
de las principales causas que posibilita el desarrollo de una ac- consigo mismo. Pero ese peligro se desvanece en seguida ape-
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nas se sumerge en el ruido y, si estuviera afectado por algún Normalmente se muestra desconfiado y terco y, con mucha
«complejo», buscaría refugio en el torbellino social y se repe- frecuencia, su sentimiento de inferioridad le lleva a ser envi-
tiría varias veces al día que todo funciona a la perfección. En dioso. Pero la aprensión que siente hacia los objetos no se ori-
cualquier caso, siempre que no sea demasiado superficial, de- gina en el miedo sino en el hecho de que éstos le parecen ne-
masiado impulsivo o demasiado entrometido, este tipo puede gativos, exigentes, abrumadores e incluso amenazantes.
llegar a convertirse en un miembro destacado y útil de la co- Habitualmente se muestra muy susceptible, sospecha de la
munidad. aparente buena voluntad de los demás y tiene miedo a volverse
Debido a las limitaciones de este ensayo debemos conten- loco. Es por ello que tiende a rodearse de un alambre de espinos
tarnos con un breve esbozo indicativo cuya única intención es la tan denso, retorcido e impenetrable que, a la postre, no le
de proporcionar al lector una idea aproximada de lo que es la queda más remedio que permanecer agazapado detrás de él. Se
extraversión, un esbozo que pueda servirle para aumentar su enfrenta al mundo con un sofisticado sistema de defensas
conocimiento sobre la naturaleza humana. He comenzado compuesto de recelo, pedantería, sobriedad, cautela, moralidad
deliberadamente con una descripción de la extraversión intachable, cortesía y desconfianza. Su imagen del mundo ca-
porque esta actitud nos resulta bastante familiar a todos. El rece de matices rosados, es desmedidamente crítico y encuentra
extravertido, además, no sólo vive esta actitud sino que un pelo en todas las sopas. En condiciones normales es pe-
presume de ella ante sus semejantes, cosa que, por otro lado, simista y temeroso, porque el mundo y los seres humanos no
concuerda con ciertos ideales y requisitos morales muy son, en modo alguno, buenos sino que le abruman y nunca se
difundidos. La introversión, por otra parte, no se halla siente aceptado ni acogido afectuosamente. Para él, todo debe
orientada hacia el objeto sino que se dirige hacia el sujeto y, ser pasado previamente por el tamiz de su propio juicio crítico y
por este mismo motivo, no resulta fácil verla con cierta es por ello que, en el fondo, no acepta al mundo, aunque
perspectiva. El introvertido nunca se muestra muy comunicativo tampoco muestre abiertamente su discrepancia. Únicamente
y parece como si siempre se hallara separado de los objetos. Se está de acuerdo con aquellas cosas de las que, por diversas ra-
zones subjetivas, puede sacar provecho.
mantiene a distancia de los acontecimientos externos, le
Para él, conversar consigo mismo es un placer. Su propio
desagrada la participación y muestra un claro rechazo hacia la
mundo constituye un escondrijo seguro, un jardín celosamente
sociedad apenas empieza a sentirse rodeado de demasiadas
custodiado y bien amurallado, alejado del público y oculto de
personas. Se siente solo y perdido entre la multitud y, cuanto
las miradas de los curiosos. Su propia compañía es la mejor de
mayor es la muchedumbre, más grande es su aislamiento ya que,
todas. En este mundo privado, donde los únicos cambios que se
en última instancia, siente que «no pertenece a ella». No le
producen son los que él desea, se siente como en casa.
atraen las demostraciones multitudinarias y carece, por Cuando trabaja con sus propios recursos, siguiendo sus propias
consiguiente, de don de gentes. Lo que hace, lo hace a su iniciativas y a su manera, puede llegar a hacerlo bien. Si alguna
manera, atrincherándose de las influencias procedentes del vez, tras una ardua y agotadora lucha, acepta algo ajeno, es
exterior. Su timidez le hace poco proclive a mostrarse amable y, capaz de sacar un excelente provecho de ello. La multitud, la
con cierta frecuencia, la brusquedad de sus modales, su taciturna opinión pública y el entusiasmo colectivo nunca le convencen
inaccesibilidad o algún despropósito verbal le llevan a ofender sino que, por el contrario, únicamente consiguen que se refugie
inconscientemente a los demás. Guarda sus mejores cualidades más profundamente en el interior de su caparazón.
para sí mismo y generalmente hace todo lo posible para
disimularlas. 95
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Sólo cuando siente que su seguridad está garantizada y deja ciencia de sus propias motivaciones le han disuadido hace ya
de lado su desconfianza defensiva puede llegar a entablar rela- mucho tiempo de albergar la ilusión de llegar a ser merecedor
ciones más cálidas con los otros. No obstante, con demasiada de tales virtudes. Su recelo, acicateado por su ansiedad, le lleva
frecuencia no puede conseguir este grado de intimidad y, en a reparar en las orejas del asno que asoman por debajo de la
consecuencia, el número de amigos y relaciones con los que melena de león de sus semejantes. El mundo y los seres hu-
cuenta es muy restringido. La vida psíquica de este tipo de in- manos constituyen para él un serio peligro que no puede brin-
dividuo se desarrolla por completo en su mundo interno y, darle ningún criterio válido que le sirva de orientación. Lo único
sean cuales fueren las dificultades y conflictos que aparezcan que vale es su propio mundo subjetivo, un mundo que, en los
en su interior, todas las puertas y ventanas permanecen cerradas momentos de apasionamiento, llega a confundir con el
a cal y canto. De este modo, el introvertido se enclaustra dentro mundo objetivo. Fácilmente podríamos, pues, acusarles de
de sus complejos hasta que termina quedándose completamente subjetivismo -e incluso de individualismo mórbido- si real-,
aislado. mente estuviéramos convencidos de la existencia de una única
A pesar de todas estas peculiaridades, sin embargo, el in- realidad objetiva. Pero esta verdad -si es que se le puede llamar
trovertido no es, en modo alguno, un caso perdido para la so- así- no es axiomática sino tan sólo una verdad a medias. La
ciedad. Su repliegue en su interior no supone una renuncia de- otra parte de la verdad es que el mundo también es tal como lo
finitiva al mundo sino únicamente una búsqueda del silencio, percibe la especie humana y, en última instancia, el individuo,
de la única condición desde la que puede efectuar su propia ya que, de no existir un sujeto conocedor, no podría existir un
contribución a la comunidad. Este tipo de persona suele ser mundo conocido. El sujeto -por muy insignificante y pequeño
víctima de numerosas incomprensiones por parte de los demás, que pueda parecemos- constituye necesariamente el otro pilar
incomprensiones, por otra parte, no del todo injustificadas ya que sostiene el edificio del mundo fenoménico. El sujeto, por
que a veces parece como si él mismo invitara a ello. Asimismo, consiguiente, tiene la misma validez que el denominado mundo
tampoco puede ser exculpado de la acusación de disfrutar con la objetivo porque ambos se hallan asentados por igual en una
confusión y de que la mala interpretación de los demás le misma realidad psíquica, una realidad que tiene sus propias
produce cierta satisfacción porque corrobora su visión pesimista leyes y cuya importancia, por tanto, no podemos despreciar.
del mundo. Así pues, no resulta difícil comprender por qué El extravertido se siente interesado y atraído a priori por el
suele reprochársele ser una persona fría, orgullosa, obstinada, mundo objetivo mientras que el introvertido, por su parte, sólo
egoísta, vanidosa y caprichosa y por que se le recuerda está interesado por el sujeto y la realidad psicológica. Podría-
mos, por consiguiente, decir que, para el extravertido, el
constantemente que la dedicación a los objetivos de la sociedad,
«acento numinoso» (las cualidades y los valores positivos)
el compromiso con los demás, la cortesía y la confianza
está puesto en el objeto -y que, por ello, éste juega un papel
desinteresada en la autoridad constituida son las verdaderas
determinante, predominante y decisivo en todos sus procesos
virtudes que caracterizan una vida sana y provechosa.
psicológicos- y lo mismo podríamos afirmar con respecto a la
El introvertido es muy consciente de la existencia de este
actitud que sostiene el introvertido hacia el sujeto.
tipo de virtudes y de que, en algún lugar -y no sólo en su círculo Pero el acento numinoso no sólo inclina a favor del sujeto
de conocidos— tal vez hayan personas realmente inspiradas que o del objeto sino que también determina cuál es la función
estén en posesión de este tipo de cualidades ideales. Lo cierto,
sin embargo, es que su actitud autocrítica y la con- 97
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