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Y LAS ACTIVIDADES

E L PALUDISMO
DE LA ORGANIZACIÓN
MUNDIAL DE LA SALUD1
JoséA. Nájera2

El paludismo (malaria) ha sido una de las principales enfwmedadesque ha


ocupado la atención de la OMS desde su fundación. Esta revisión histórica analiza los
distintos enfoquesdel problema durante los últimos 40 años y muestra cómo la OMS trató
de cumplir su mandato constitucional respectoa esta enfermedad. Se exponen los antece-
dentes históricos y los datos necesariospara comprender los problemas actuales y los pro-
cedimientos de lucha antipalúdica.

En los últimos 40 años ha cam- En cumplimiento de su mandato


biado considerablemente la situación mun- constitucional y en su empeño por atender las
dial del paludismo y su percepción por parte necesidades de los países miembros y las re-
de las autoridades sanitarias de los países en- soluciones de los cuerpos directivos, la OMS
démicos, los malariólogos, la comunidad ha tenido que responder a influencias contra-
científica, los organismos internacionales co- puestas y presiones de distinta procedencia.
laboradores y la OMS. En consecuencia, ha Los planificadores de salud pretendían orien-
habido modificaciones importantes en la es- taciones políticas claras y definidas, la co-
trategia mundial de lucha antipalúdica con munidad científica normalmente aspiraba a
repercusiones en las asignaciones de los pre- que las últimas aportaciones científicas se
supuestos nacionales y en el apoyo intema- tradujeran rápidamente en acción y las au-
cional para los programas antimaláricos. Es- toridades de salud se resistían a los cambios
tos cambios originaron serias críticas y conceptuales y se sentían obligadas por de-
recriminaciones no solo de las decisiones in- claraciones anteriores. El propósito de esta
dividuales sino también de la OMS como su- revisión no es investigar responsabilidades
puesta iniciadora de políticas erróneas. individuales ni determinar si la política de
erradicación o el cambio hacia el control fue-
ron correctos. De lo que se trata es de explo-
Publicado en el Bulletzn offhe World Hdfh Orpw~mtta, Vol. rar los antecedentes de la situación actual y
67, No. 3, 1989, con el título “Malana and the work of ayudar a que se entienda cuál sería el mejor
WHO” 0 Orgamzaaón Mundial de la Salud, 1989.
Programa de Acoón Antipalúdica, Organización Mun-
curso de acción en el presente.
dial de la Salud. Actualmente: Dlvlaón de Control de las
Enfermedades Tropicales, Organización Mundial de la
Salud, 1211, Ginebra 27, Suiza.

A NTECEDENTES
La importancia mundial del pa-
ludismo como uno de los principales proble-
mas de salud pública y obstáculos para el de-
sarrollo socioeconómico ya era reconocida
antes de la segunda guerra mundial. Tam-
bién había consenso general en que la medi- dicar la malaria en el hemisferio occidental (3),
cina y la salud pública contaban con medios pero los malariólogos, particularmente los
eficaces para tratar la enfermedad y combatir europeos, se mostraron mayoritariamente
o evitar su transmisión. El control de la en- escépticos. El segundo informe general de la
fermedad había sido satisfactorio en una se- Comisión de Malaria de la Sociedad de Na-
rie de situaciones descritas en las publicacio- ciones (19274) concluía que los conocimien-
nes cientificas y se dio la tendencia a extrapolar tos sobre la transmisión de la malaria por el
el valor de esas experiencias sin tener en mosquito no habían contribuido a mejorar la
cuenta todos los posibles factores que podían lucha contra la enfermedad y que el enfoque
haber contribuido al éxito en cada una y de los viable era reforzar los sectores sanitarios pri-
que dependerfa su aplicabilidad en otras cir- vado y público a fin de reducir la mortalidad,
cunstancias. El conocimiento del problema y duración y gravedad de la dolencia; se consi-
de lo que cabía esperar de las acciones de sa- deraba que la malaria era resistente al ataque
lud pública difería considerablemente entre frontal pero que, oportunamente, sucumbi-
grupos tan diversos como los malariólogos rfa al mejorar las condiciones sociales de los
ocupados en el paludismo endémico en las habitantes de las regiones palúdicas.
comunidades rurales pobres del sur de Eu- Ya antes de crearse la OMS, el
ropa, los oficiales del ejército que habían lo- paludismo fue objeto de creciente atención por
grado proteger a las tropas aliadas en los Dar- parte de:
danelos en la primera guerra mundial, la . la Organización Panamericana de
oficialidad médica colonial que protegía la sa-
la Salud (OPS), que en 1907,en la III Confe-
lud de los colonos europeos, los misioneros
rencia Sanitaria Internacional recomendó a los
en zonas rurales de los trópicos, las autori-
Gobiernos Miembros que se distribuyera ex-
dades sanitarias asignadas a proyectos im-
tensamente información sobre paludismo, se
portantes de desarrollo económico en zonas
suministrara gratuitamente quinina a las
maláricas (como el valle del Tennessee en los
personas carentes de recursos, se incluyera la
Estados Unidos, el canal de Panamá, las
enfermedad en los informes de las autorida-
plantaciones de caucho en Malasia o de té en
des portuarias de salud y se eximiera de im-
la India y las minas de África oriental y me-
puestos a todos los productos utilizados para
ridional) y los funcionarios internacionales de
su prevención y tratamiento; además, el
salud que planificaban proyectos para la erra-
paludismo se incluyó en el orden del día de
dicación del Ampheles gambiae en el Brasil o en
todas las Conferencias Sanitarias Paname-
Egipto.
ricanas;
Opiniones distintas y controver- . la X Conferencia Sanitaria Pana-
sias separaban a los escépticos de los entu-
mericana, que en 1938estableció la Comisión
siastas que confiaban en el poder de los me-
Panamericana de Malaria para que estudiara
dios de control disponibles. La fe en la
la epidemiología de la enfermedad, su qui-
erradicación total de las enfermedades infec-
mioterapia, la lucha antivectorial, la legisla-
ciosas había surgido de diversas especulacio-
ción y terminología específica; los tres infor-
nes, por ejemplo, de la idea de Pasteur según
mes de la Comisión (en 1942, 1944 y 1947)
la cual estaba al alcance del hombre liberarse
abarcaron de manera muy completa la epi-
de todas las enfermedades parasitarias, la de-
demiología y control de la malaria en las
claración de C. V. Chapin (en 1888) de que
Américas;
cualquier dolencia que pudiera prevenirse en . la Organización de Higiene de la
parte podía prevenirse enteramente (I), o la
Sociedad de Naciones, que en 1923estableció
afirmación de que la eliminación de una en-
fermedad en una zona limitada constituía un
conocimiento práctico cuyos beneficios po-
drfan extenderse indefinidamente (2). En 1916
se presentó una petición y un plan para erra-
132
una Comisión de Paludismo, que en 1924 Paludismo que se reunió en 1947 y en 1948,
emitió su primer informe. Desde sus comien- poco después de la creación oficial de la Or-
zos la Comisión, que había conseguido la co- ganización Mundial de la Salud (7 de abril de
laboración de destacados malariólogos de 1948).
muchos países, se preocupó por el desarrollo El primer informe del Comité de
de un programa basado principalmente en la Expertos mostró el impacto de los recientes
organización de cursos de malariología, con avances cientificos y técnicos. El descubri-
el apoyo de otras formas de capacitación de miento del ciclo exoeritrocítico del plasmodio
personal y la organización de viajes intema- llenó una laguna del conocimiento de la bio-
cionales de inspección por malariólogos logía del parásito, y la eficacia de los insecti-
competentes para estudiar la problemática cidas sintéticos y los nuevos medicamentos
local y asesorar sobre medidas eficaces para antimaláricos promovieron “la esperanza de
solucionarla. Las actividades de la Comisión erradicar por completo la enfermedad -y aun
destinadas a mejorar el tratamiento del palu- los anofelinos- en países enteros” (6). Sin
dismo y estimular la producción de medica- embargo, el Comité, consciente de los posi-
mentos plasmodicidas han sido reconocidas bles peligros ecológicos del empleo de DDT
como las aportaciones más destacadas a es- y, preocupado por los problemas de viabili-
cala mundial (5). dad y costo, advertía que “una vez superada
la situación de urgencia debida a la guerra, la
El uso habitual del verde París, de
Comisión Interina de la OMS no debería
los peces Gamhsia como larvicida biológico y
prestar apoyo a programas sistemáticos de
del pelitre como adulticida consolidaron los
control de la malaria mediante DDT, que es-
recursos antimaláricos en los años treinta. El
tarfan fuera del alcance financiero de las au-
descubrimiento de que el principal vector eu-
toridades de salud de los paises apoyados” (6).
ropeo del paludismo, A. maculiperznis, eran en
El segundo informe del Comité de
realidad varias especies estrechamente rela-
Expertos (7) exponía una polftica antimalá-
cionadas que pudieron ser identificadas, re-
rica de la OMS cuyo propósito fundamental
solvió el problema del “anofelismo sin mala-
era ayudar a los gobiernos a combatir eficaz-
ria”, uno de los principales obstáculos para la
mente la enfermedad partiendo de los cono-
aceptación de la lucha contra el mosquito como
cimientos científicos modernos. Esta política
fundamento general del controla gran escala
exigía el establecimiento, con carácter per-
del paludismo europeo.
manente, de una organización de lucha anti-
malárica. Basándose considerablemente en la
experiencia de Estados Unidos, India, Ar-

PROMOWAS
A CTIVIDADES
POR LA OMS
gentina, Venezuela y Brasil, el Comité reco-
mendó que dicha organización fuera parte
integrante de los servicios de salud centrales
3
h
y provinciales, con todas las variaciones im-
Primera época: control portantes que hicieran falta para satisfacer
g
del palu&smo (1946-54) condiciones locales muy diferentes. Se con-
cedió gran importancia a la organización de 5
La Comisión Interina de la Or- programas internacionales y nacionales
ganización Mundial de la Salud reconoció la de formación de personal, a la distribu- å!
importancia del problema del paludismo y la ción de manuales técnicos y a la educación
necesidad de acción inmediata. En conse- ;;i
popular.
cuencia, estableció un Comité de Expertos en El Comité recalcó también la p
conveniencia de emplear DDT como rocia- &
miento de acción residual en el interior de las z
viviendas pero reconoció la existencia de
ciertas dudas en cuanto a su eficacia contra el
133
A. gambiae en África. Asimismo advirtió del libre, donde el mosquito vector suele picar
peligro de que el rociamiento exterior (aéreo, fuera de las viviendas (o en interiores pero sin
basado en tierra o por máquinas de nebuli- posarse en estos lugares), o allá donde se re-
zación) produjera sobredosis que originaran nuevan o blanquean con frecuencia las pare-
la destrucción de insectos y animales salvajes des rociadas (9).
beneficiosos; la advertencia se hacía exten- Los informes cuarto y quinto del
siva al uso de DlYlY como larvicida. Comité de Expertos reajustaron la política
Las grandes esperanzas puestas antimalárica de la OMS y establecieron los
en la lucha antipalúdica eran compartidas por principios fundamentales de la lucha antipa-
el Secretario de Estado de los Estados Uni- lúdica y la función de la asistencia técnica de
dos, George Marshall, que en la sesión inau- la propia Organización. Una cuestión impor-
gural del IV Congreso Internacional de Me- tante objeto de discusión fue el lugar que co-
dicina Tropical y Malaria (Washington, DC, rrespondía a la lucha antimalárica respecto a
1948) manifestó que el control de las enfer- otros problemas de salud. El cuarto informe
medades causantes de debilidad y falta de del Comité (10) hacía hincapié en que en las
rendimiento de millones de habitantes y la regiones subdesarrolladas muy maláricas la
máxima producción de alimentos en las tie- lucha contra la enfermedad recibiera alta
rras hasta entonces baldías constituían nece- prioridad y hacía suya la recomendación (for-
sidades de enorme importancia en la situa- mulada 14 años antes) de la Conferencia In-
ción mundial (8). tergubemamental de Paísesdel Lejano Oriente
En 1948la Asamblea Mundial de sobre Higiene Rural, según la cual en las
la Salud de la recién creada Organización zonas donde el paludismo constituye un
Mundial de la Salud aprobó las propuestas de problema social y sanitario destacado los re-
la Comisión Interina respecto al programa cursos de la administración de salud, espe-
antimalárico, creó una sección de paludismo cialmente incrementados si fuese necesario,
en el seno de la Secretarfa y pidió al Consejo debían orientarse principalmente a su con-
Ejecutivo que considerara el establecimiento trol, aun en el caso de que esta medida obli-
de programas antipalúdicos, con particular gara a restringir otras actividades de salud
atención no solo al extenso uso de insectici- pública hasta que la malaria pasara a se-
das sino también al registro y tratamiento de gundo plano. En el quinto informe (21) se re-
casos, a la mejora de métodos agrícolas y de chazaba la idea de que el control del palu-
condiciones de vivienda y al apoyo a las in- dismo o la aplicación de otras técnicas de salud
vestigaciones científicas. pública debiera postergarse por temor al au-
En su tercer informe (9) el Co- mento de la población (que habrfa de contra-
mité de Expertos expresó decepción, ya que, rrestar por otros medios) y se reconocía que
pese a haberse demostrado ininterrumpida- la lucha antimalárica y otras medidas sanita-
2l? mente desde 1940 la eficacia de los insectici- rias, aunque indispensables, no bastaban para
4 das con innumerables ejemplos de aplicacio- un progreso equilibrado que incluyera el sec-
2 nes satisfactorias, prácticamente no había tor agrfcola, el desarrollo social y otros aspec-
N
IY habido cambios en cuanto a la necesidad pe- tos. El Comité consideró que esta era una ra-
E rentoria de establecer organismos guberna- zón más para estimular la coordinación de 10s
s mentales eficaces de lucha contra la malaria y programas antipalúdicos con otras polfticas
$ resolver la crftica escasez de personal capaci- de desarrollo.
.-z tado. El Comité insistió en la necesidad de Algunas informaciones indica-
P
m enseñar a los fumigadores las medidas de ban que en algunos casos había sido imposi-
B precaución para evitar la contaminación y ble obtener un control eficaz con insecticidas
õ analizó también las posibles limitaciones de
w la lucha antimalárica con insecticidas de ac-
ción residual en zonas en las que las perso-
134 nas que hay que proteger suelen dormir al aire
de acción residual y que en ciertas zonas de paludismo deja de ser endémico. Dichos cri-
Africa y de Filipinas se habían obtenido re- terios fueron adoptados por el Comité de Ex-
sultados desalentadores. En zonas africanas pertos de la OMS (21), que recomendó orga-
tratadas con DDT y en regiones malayas en nizar un sistema de observación continua para
las que se había usado hexacloruro de ben- la detección de casos y de encuestas ento-
ceno los insecticidas habían tenido un efecto mológicas periódicas; hacer que la enferme-
excitante sobre los vectores. En el quinto in- dad clínica fuera de declaración obligatoria;
forme el Comité indicó que para controlar la facilitar instalaciones de laboratorio a escala
especie Kerfeszia el rociamiento de insectici- suficiente para hacer encuestas sistemáticas
das de acción residual en el interior de las vi- y exámenes rápidos de frotis sanguíneos de
viendas era inapropiado en ciertas zonas y cualquier caso sospechoso; y crear un orga-
advirtió que se había notificado resistencia nismo de urgencias provisto de insecticidas y
adquirida de A. quadrimaculafus en los Esta- medicamentos para emprender actividades de
dos Unidos y A. sacharmi en Grecia y com- control en la zona apropiada de los alrede-
portamiento evasivo de A. albimanus en Pa- dores de cualquier caso detectado.
namá. También se recibieron notificaciones de
la inactivación de los insecticidas por las pa- do período: erradicación
redes de adobe, en algunos casos por el fe- ~&%lismo (l955-1969)
nómeno de adsorción y en otros por la des-
composición del insecticida causada por La idea de la erradicación cobró
compuestos férricos de la pared. Ajuicio del considerable fmpetu cuando en algunos paí-
Comité, esos casos no debían disuadir a los ses y en regiones extensas se logró este ob-
gobiernos de emprender la lucha antimalá- jetivo. De hecho, en 1954 la XIV Conferencia
rica, pero se instaba a que se vigilaran y es- Sanitaria Panamericana, celebrada en San-
tudiaran debidamente los fenómenos impli- tiago, Chile, adoptó un plan continental de
cados. El Comité también indicó que el erradicación de la malaria que partía de la efi-
entusiasmo por la eficacia de los insecticidas cacia reconocida del DDT, la existencia de or-
de acción residual no debía hacer que se ol- ganizaciones antimaláricas importantes en la
vidaran otros métodos (II). Se recomendó mayor parte de los países americanos, la eco-
gran precaución con el DDT (para evitar con- nomía a largo plazo que supondría la erradi-
taminar alimentos y utensilios de cocina) y los cación frente al costo continuo de las opera-
nuevos insecticidas de uso experimental de los ciones de control y el nesgo de resistencia del
que no se había demostrado su inocuidad para vector a los insecticidas si se mantenían por
personas y animales (20). perfodos prolongados esas operaciones. En
Algunos países comprendieron esa época, la OPS tenía a su cargo la coordi-
que habían desaparecido los reservorios de nación de otros tres programas de erradica-
paludismo cuando se comprobó la interrup- ción, a saber, el de Aedes aegypfi (aprobado en
ción completa de la transmisión durante va- 1947), el de la frambesia (aprobado en 1949)y
rios años. En ciertas zonas de los Estados el de la viruela (aprobado en 1950). En 1954,
Unidos, Grecia y la actual Guyana se suspen- la Segunda Conferencia Asiática sobre Ma-
dieron los rociamientos con insecticida. La laria celebrada en Baguio, Filipinas, reco-
e
Nafional Malaria Sociefy de los Estados Unidos mendó también que el objetivo final de los
constituyó un Comité de Criterios para fijar programas nacionales de control del palu- 3
normas indicativas del momento en que el dismo fuera la erradicación (22).
L.i
El año siguiente, 1955, el Con- .
sejo Ejecutivo de la OMS recomendó la polf- E
tica de erradicación del paludismo a la 8a .$$
Asamblea Mundial de la Salud. El mismo ano, Z
la Junta Ejecutiva del Fondo de las Naciones
Unidas para la Infancia (LJNICEF) aceptó la
recomendación del Comité Mixto UNICEF/ 135
OMS de Política Sanitaria de apoyar los pro- integración no solo era deseable sino a me-
yectos nacionales y regionales de erradica- nudo factible;
ción del paludismo y la conversión urgente de b) la localización de casos y la ve-
los planes de control de la enfermedad en rificación parasitológica de los casos sospe-
planes de erradicación. En consecuencia, chosos eran de importancia primordial para
cambió su política en ese sentido. la erradicación pero no para el control;
En mayo de 1955, la 8a Asam- c) mientras la investigación epi-
blea Mundial de la Salud, reunida en la ciu- demiológica de casos individuales adquiría
dad de México, acordó que la OMS tomara la importancia creciente y se hacía indispensa-
iniciativa de ofrecer asesoramiento técnico y ble a medida que se procedía a la erradica-
fomentar las investigaciones y la coordina- ción, en un programa de control era de poco
ción de los recursos en la ejecución de un valor.
programa cuya meta final fuera la erradica-
Se prestó particular atención a la
ción mundial del paludismo. La Asamblea
urgente necesidad de una organización y una
autorizó al Director General a obtener contri-
planificación excepcionales que se salieran del
buciones financieras para la erradicación de
trabajo rutinario de los departamentos de sa-
la malaria de fuentes gubernamentales y pri-
lud. Se consideró que la viabilidad de la erra-
vadas y estableció la Cuenta Especial para la
dicación dependía de la gestión, los métodos
Erradicación del Paludismo.
y los fondos, y se advirtió a los malariólogos
El sexto informe del Comité de
que los atractivos de la tecnología no debían
Expertos (13) definió la erradicación del pa-
redundar en perjuicio de la gestión y las fi-
ludismo como “la supresión de la transmi-
nanzas.
sión de la enfermedad y del reservorio de ca-
La decisión de la Asamblea Mun-
sos infecciosos mediante una campaña
dial de la Salud y los informes del Comité de
limitada en el tiempo y Llevada a cabo de tal
Expertos tuvieron efectos rápidos e intensos.
manera que, a su término, no se restablezca
La mayor parte de los países de América, Eu-
la transmisión”. Ajuicio del Comité, la con-
ropa, norte de Africa, Asia y el Pacífico pronto
veniencia de la erradicación frente al control
transformaron oficialmente sus programas de
se justificaba por el valor social y económico
lucha antimalárica en campañas de erradica-
de aquella, cuyo costo representaría una in-
ción. Desde la perspectiva actual puede de-
versión de capital únicamente por un tiempo
cirse que esos programas carecían de los co-
Limitado, y también por el temor de que la re-
nocimientos epidemiológicos necesarios y de
sistencia a los insecticidas entorpeciera el
la organización administrativa adecuada que
mantenimiento del control por medio de in-
se descuidaron por las prisas, el atractivo hu-
secticidas de acción residual.
manitario y la idea de que las presiones de
El Comité comparó los principios
E grupo podrían eliminar oportunamente la
w de la erradicación y del control, de los que al-
apatía crónica de los servicios de salud.
4 gunos como los siguientes tuvieron impor-
2 Había una pugna entre la justifi-
tantes repercusiones sobre la organización de
N cación del programa como campaña acele-
w los programas antimaláricos e incluso fueron
rada contra el desarrollo de resistencia a los
E causantes de muchos de los problemas que
2 insecticidas y la necesidad de planificación
hicieron volver de los programas de erradi-
s minuciosa (basada en un conocimiento sufi-
cación a los de control:
.N ciente de la epidemiología y las condiciones
E a) en los programas de erradica-
VI
ción, debido al objetivo concreto bien defi-
?Y nido que había de alcanzarse en un plazo li-
õ mitado, no siempre era posible la coordinación
m
con otros programas de control de insectos,
mientras que en los programas de control tal
136
ecológicas y sociales locales) y organización el programa -el UNICEF y la Agencia para
eficaz que, evidentemente, estaban fuera de el Desarrollo Internacional (USAID) y el
las posibilidades de la mayor parte de los paí- Servicio de Salud Pública (USPHS) de los Es-
ses muy endémicos. Se buscó la solución en tados Unidos- y apoyar la investigación bá-
la simplificación y estandarización a ul- sica y aplicada para el programa de erradica-
tranza, pese a las advertencias del Comité de ción. Estos esfuerzos fueron satisfactorios para
Expertos de que no podía haber ninguna establecer un programa mundial de evalua-
aceptación rígida de los detalles de procedi- ción y ensayo de insecticidas nuevos3 (15,26),
miento porque incluso pequeñas diferencias pero no pudieron evitar un retroceso epide-
epidemiológicas podrían tener gran efecto en miológico. En palabras de McGregor (17), “el
que la erradicación fuera más o menos difícil apoyo a las investigaciones sobre paludismo,
y en los servicios de vigilancia y urgencia re- incluso las relativas a insecticidas y a quimio-
queridos (13). Se hacía gran hincapié en los terapia, se redujo prontamente en el mundo
aspectos operativos de los programas, pero entero. Y aun peor, la aparente desaparición
su capacidad para identificar y resolver pro- inminente de una enfermedad en otro tiempo
blemas a menudo no se tenía en cuenta. Los importante eliminó la necesidad de formar
estudios epidemiológicos preliminares se re- científicos especialistas en la misma. Fueron
dujeron a la delimitación de las zonas malá- necesarios 10años y una guerra para detener
ricas. A menudo se suponía que eran tales las esta tendencia trágica”.
situadas por debajo de la altitud máxima a la Africa tropical y ciertas zonas de
que se había notificado la transmisión de la Asia sudoriental planteaban problemas difí-
enfermedad y se incluían todas esas zonas en ciles; no solo tenían los niveles más altos de
el programa de rociamiento, sin distinción del endemicidad, sino que eran habitadas por
grado de endemicidad ni comprensión de su poblaciones tribales incapaces de apoyar las
potencial epidémico, ni siquiera del riesgo de complejas estructuras administrativas y los
Plasmodium fikiparum frente a las zonas en las elevados costos de las campañas de erradi-
que se hallaba exclusivamente P vivax. La cación de la malaria. Con la colaboración de
desatención a los aspectos epidemiológicos no la OMS, los gobiernos organizaron y llevaron
pudo remediarse ni siquiera después de que a cabo proyectos pilotos; hubo informes que
el octavo informe (14)del Comité discutiera el indicaron la interrupción local de la transmi-
efecto de las condiciones epidemiológicas sión en algunas zonas selváticas (en Liberia4
desiguales sobre la planificación de las fases y Camerún, [28]) y en regiones de mesoen-
del programa. La falta de valoraciones epi- demicidad o hiperendemicidad debida a ma-
demiológicas ha obstaculizado la adopción yor altitud (en Uganda, [29]), pero no fueron
posterior de métodos de estratificación para posibles éxitos similares en las zonas de sa-
o
planificar las actividades de control. bana, aunque se lograron grandes reduccio- ~
La OMS prestó asistencia técnica nes del índice parasitario en diversos proyec-
a los países para la preparación de planes muy tos (en Sokoto [20,22], Pare Taveta, y Kankiya 2
completos de operaciones para el perfodo de [2216).En los países donde los proyectos pi-
erradicación y estableció centros internacio- loto habían obtenido resultados satisfactorios 2
nales de capacitación para la erradicación del fue imposible ampliar las actividades antipa- 5
paludismo para personal profesional supe-
rior. No obstante, la mayor parte del personal
3
nacional se formó en sus respectivos países, 3 Pesfzcufe requzremenfs for publlc healfh. Report of a WHO/
a menudo en centros especiales con la cola- Pesticide Manufachning Industry (documento médlto de ii
Ia OMS, VBU83.3, 1983). .
boración de la OMS. La Organización tam- * Guttuso C. A malana eradicahon pdot prolect in Libena
e
bién intentó coordinar las polfticas de los or- (1958%1961), (documento médlto OMSMAU67.589,1967)
5 Wilson DB Report on the Pare Taveta malaria scheme, &
ganismos internacionales que colaboraban en 1954-59. Dar-es-Salaam, 1960 (inédito) 2
6 Nájera JA, et al. Mass drug administration and DDT m-
doors spraying as antimalarial measures in the northern
savannah of Nigena (Documento inédito OMSIMALI
73.817, 1973.) 137
lúdicas, que, a la larga, se interrumpieron in- Cuando se recibía el resultado, a menudo va-
cluso en las zonas de dichos proyectos. rias semanas después, se procedía a una in-
En otros lugares se lograron éxi- dagación de los casos positivos, que eran so-
tos notables, más lentamente de lo previsto. metidos a tratamiento antiinfeccioso radical.
No obstante, a medida que aumentaba el nú- Así, un caso de paludismo se hizo equiva-
mero de áreas que pasaban a la fase de con- lente a un frotis sanguíneo positivo, de suerte
solidación del programa, se vio frustrada la que los servicios médicos perdieron interés en
esperanza de que un mecanismo de vigilan- la enfermedad y en la mayor parte de los lu-
cia pudiera mantener estas zonas exentas de gares se abandonó cualquier idea de estudiar
paludismo tras la interrupción de las opera- su epidemiología.
ciones de rociamiento. Los problemas de resistencia a los
Las presiones para que el Comité insecticidas y comportamiento evasivo del
de Expertos definiera estructuras y métodos vector se extendieron más rápidamente de lo
de vigilancia apropiados eran cada vez ma- que se había previsto. También comenzó a
yores. Pero en la época de los planes de erra- detectarse resistencia del parásito a los me-
dicación, aunque se tenía más de 10 años de dicamentos antimaláricos. Durante los años
experiencia de uso de DDT para’ el control de sesenta la resistencia a la cloroquina parecía
la enfermedad, solo había indicaciones indi- limitada a la zona norte de Sudamérica y a la
rectas y consideraciones teóricas en las que península Indochina.
basar las directrices para la vigilancia malá- A comienzos de los años sesenta
rica en las últimas fases del proceso de erra- se identificaron ciertas zonas en las que la
dicación. Esto ilustra el conflicto entre las de- aplicación aparentemente correcta de los mé-
mandas de normas técnicas simples para todos de ataque no había permitido inte-
gestionar una gran campaña operativa y los rrumpir la transmisión. En su octavo informe
esfuerzos del Comité, en sus informes sép- (14) el Comité reconoció algunas causas téc-
timo a duodécimo (14,23 -27) para inferir de nicas del fracaso de ciertos programas. Se ha-
observaciones muy escasas algunas directri- bló de exofilia o resistencia de los vectores,
ces de aplicabilidad general. El resultado fue movimientos de población, sorción de los in-
que orientaciones únicamente presentadas secticidas por materiales de las paredes, re-
como provisionales y sujetas a validación lo- sistencia a los medicamentos y toxicidad de la
cal se convirtieron rápidamente en normas dieldrina (utilizada en algunos programas),
operativas universales conforme a las cuales pero se abrigaba la esperanza de que esos
se organizaron los servicios. problemas, considerados de importancia lo-
Una consecuencia penosa de todo cal, podrían resolverse con los métodos de
ello fue el desinterés por el problema de la ataque disponibles. Pronto resultó evidente
malaria como enfermedad. La esperanza de que la complejidad de los problemas era mu-
2w lograr rápidamente la eliminación total del cho mayor y comenzó a circular el concepto
4 parásito aunada a la necesidad del programa de “zonas problema” (25,26,28,29). Dichas
c! de identificar a todos los casos restantes de zonas, que resultaron numerosas en las
z paludismo hizo que poco a poco el sistema de
N Américas y en Asia, exigían estudiar minu-
E vigilancia se hiciera cargo de los casos febriles ciosamente los problemas subyacentes y bus-
2 en los servicios generales de salud. La aten- car soluciones innovadoras. Incluían zonas
s ción a esos casos, en su mayoría por personal tribales de poblaciones dispersas en territo-
.î: auxiliar con una formación muy limitada, iba
mc: dirigida a la detección de parásitos palúdicos
?T y no necesariamente al tratamiento del es-
õ tado morboso. Se trataba a todo enfermo fe-
cq bril como supuesto caso de paludismo y se le
administraba tratamiento antipalúdico en
dosis única; también se tomaba un frotis san-
138
guíneo para su examen de laboratorio.
rios extensos, regiones de explotación agrí- Expertos trató de promover previamente a la
cola reciente, comarcas en las que estaba muy planificación de la campaña de erradicación,
extendido el uso agrícola de plaguicidas, con “el desarrollo paralelo de servicios sanitarios
la consecuente resistencia múltiple de 10s rurales, a fin de asegurar la ejecución ade-
vectores maláricos, zonas fronterizas y zonas cuada de las operaciones en las fases de con-
de disturbios sociopolíticos. solidación y mantenimiento del futuro pro-
Cada vez más a menudo el palu- grama de erradicación de la mala&” (14).Este
dismo resurgía en zonas en fase de consoli- intento de establecer un programa de pre-
dación y de mantenimiento, en particular en erradicación nunca salió adelante, pese al
América Central y Asia Sudoriental; el dece- apoyo reiterado recibido a partir de 1962 del
nio culminó con una epidemia masiva en Sri Consejo Ejecutivo de la OMS y de la Asam-
Lanka (30), donde la enfermedad casi había blea Mundial de la Salud (por ejemplo, las re-
sido erradicada. Este resurgimiento se atri- soluciones WHA16.23 y WHA18.3).
buyó en la mayor parte de los casos a la in- Los problemas surgidos al exten-
capacidad de la infraestructura sanitaria para der la erradicación más allá de las zonas que
mantenerla bajo control y dio lugar a que se habían obtenido resultados iniciales satisfac-
restableciera la fase de ataque con toda inten- torios y la reevaluación de ciertas experien-
sidad. Así se controló la situación en casi to- cias suscitaron dudas importantes sobre al-
dos los casos pero ello no contribuyó a un gunos principios básicos de la erradicación:
mejor entendimiento de la dinámica epide- . Había un contraste evidente en-
miológica que permitiera planificar la mejora
tre la frecuencia de reapariciones de la enfer-
de la infraestructura sanitaria para afrontar los
medad en los países donde se había obtenido
problemas futuros.
la erradicación antes de 1955 y el nuevo pro-
Durante los años sesenta fue de-
grama vertical. Se Llamó la atención sobre la
sarrollándose la idea de que el programa
conclusión a la que ya se había llegado en los
mundial de erradicación del paludismo no lo-
años cincuenta: que, al menos en la zona sur
graría su propósito en un futuro previsible.
de los Estados Unidos, el paludismo proba-
El octavo informe del Comité de Expertos ya
blemente había dejado de ser endémico antes
contenía un análisis detallado de las causas del
de iniciarse el programa de empleo de DDT
fracaso (14). Luego aparecieron muchos aná-
(42, 42). Esta idea y el fracaso del sistema de
tisis de esas causas enfocadas desde el punto
vigilancia propuesto parecían indicar algún
de vista de los malariólogos (por ejemplo,
fallo en la definición de erradicación, pues esta
Bruce-Chwatt [20,31,32], Farid [33], Lepes [34]
requería algo más que la eliminación total del
y Ray [35]) y desde una perspectiva general
reservorio, a menos que esta se diese a escala
de salud pública [36-381.
mundial.
Cada vez había más pruebas de . El principio fundamental de la
que era posible reducir e incluso interrumpir
conveniencia económica de la erradicación se
la transmisión del paludismo mediante ro-
puso en tela de juicio no solo por la compren-
ciamiento de zonas extensas con insectici-
sión progresiva de los costos elevados de la
das. Pero resultaba muy difícil, si no imposi-
vigilancia sino también por el hecho de que
ble, establecer una vigilancia eficaz sin una
se había postulado esa conveniencia sin to-
infraestructura sanitaria sólida de la que ca-
mar en consideración el principio de descon-
recía la mayor parte de los países endémicos
tar el valor actual de los futuros gastos (43).
(39). En 1962, la 15a Asamblea Mundial de la
Salud (resolución WHA15.19) había instado a
los gobiernos que habían emprendido pro-
gramas de erradicación a que aseguraran la
participación de los servicios de salud pú-
blica, especialmente en los aspectos epide-
miológicos (40). En países carentes de una in-
fraestructura sanitaria suficiente, el Comité de 139
En los informes decimotercero y Quizá un problema aun más se-
decimocuarto el Comité de Expertos (29,44) rio fue que no se llegara a definir el concepto
examinó los principales factores que afecta- de control del paludismo ni tampoco una es-
ban al avance de la erradicación del palu- trategia aceptable para llevarlo a cabo. Cuando
dismo y señaló las serias deficiencias que se muchos programas se enfrentaron con la rea-
hallaban a menudo en cuanto a: a) planifica- lidad de que no podían lograr la erradicación,
ción; b) administración y finanzas; c) adies- se dio por supuesto que su transformación en
tramiento y personal, y d) desarrollo de las programas de control era resultado automá-
operaciones. El decimocuarto informe se tico de la declaración del cambio de objetivo.
centró en el estudio y solución de problemas No se comprendió bien que las estructuras
técnicos y en la definición de requisitos para concebidas para llevar a cabo actividades para
iniciar programas de erradicación (44). la erradicación no solo eran de poco valor en
los programas de control sino que consu-
- Tercer eríodo: control mían la mayor parte de los limitados recursos
del p afudismo con el objetivo final humanos y materiales del programa. Pocos
de erradicación (1969-78) fueron los programas que reconocieron la ne-
cesidad de planificar de nuevo las actividades
Tras reexaminar la estrategia de control y establecieron objetivos accesibles
mundial de erradicación del paludismo que y procedimientos apropiados para la situa-
había recomendado en 1967, la OMS rea- ción local y la solución de los problemas iden-
firmó la erradicación completa como objetivo tificados (46); pero todavía fueron menos
final, pero reconoció que, en las regiones -si es que hubo alguno- los programas que
donde la erradicación no parecía todavía via- pasaron de la simple ejecución de ciertas in-
ble, se debía fomentar la lucha antimalárica con tervenciones sistemáticas a un enfoque que
los medios disponibles y considerarla como incorporara la capacidad para identificar y re-
una etapa necesaria y útil hacia aquel obje- solver problemas.
tivo (45). Además, el reconocimiento de
Con la colaboración de la OMS, que la erradicación mundial del paludismo tal
la OPS y otros organismos como el UNICEF vez no fuera posible en un futuro previsible
y la USAID, casi todos los programas anti- debilitó la afirmación de que la erradicación
maláricos fueron evaluados por grupos mul- constituía una inversión de capital y no un
tidisciplinarios con el fin de decidir si cabía gasto ordinario, con el resultado de que el
esperar que fueran capaces de lograr la erra- LJNICEF, la LJSAID y otros organismos cola-
dicación a corto plazo o si, en caso negativo, boradores retiraron su apoyo financiero. Al
solo debían considerarse programas de con- mismo tiempo, el aumento del costo de los
trol. Desde la perspectiva actual es evidente insecticidas y del transporte en los años se-
que esos grupos estaban sujetos a muchas tenta redujo drásticamente la capacidad ope-
presiones y en sus conclusiones influyó el in- rativa de los programas, la calidad de las ac-
terés de muchos programas en mantener su tividades y la moral del personal.
organización y autonomía, actitud que en una Estos acontecimientos llevaron a
serie de casos contó con el apoyo de las au- una mayor polarización entre los malariólo-
toridades de salud ante el temor de que la gos, que se sentían abandonados, y los ad-
interrupción de las operaciones sistemá- ministradores de salud pública. Hay que ha-
ticas sobre el terreno originara problemas cer constar que el Comité de Expertos, en su
laborales. reunión de 1970, en lugar de ofrecer orienta-
ción técnica sobre los enfoques y métodos de
3 control reafirmó los principios y examinó las
õ prácticas de erradicación de la malaria y, al
m
mismo tiempo que reconocía la necesidad de
la lucha antipalúdica en ciertas áreas, hizo
140 hincapié en que los grandes beneficios apor-
tados por la erradicación en muchos lugares solver durante la ejecución del programa pero
del mundo continuarían amenazados si en que no debían influir en el proyecto básico.
extensas regiones se mantenía una endemi- La formulación en 1978 de la es-
cidad muy poco alterada (47). El informe sur- trategia de atención primaria de salud para el
gido de esa reunión y el informe decimosexto desarrollo de la infraestructura sanitaria exi-
(48), ambos dedicados a la lucha antimalá- gía que la lucha antimalárica se basara en esa
rica, dieron una orientación muy fragmenta- infraestructura (49). En ese sentido, la 31a
ria sobre cómo transformar un programa ine- Asamblea Mundial de la Salud aprobó una
ficaz de erradicación del paludismo en un estrategia antipalúdica dirigida como mí-
programa de control. En ellos dominaba la idea nimo a reducir la mortalidad y los efectos so-
de que “en esas zonas, los objetivos serán ciales y económicos negativos, a prevenir 0
consolidar los resultados obtenidos, exten- frenar las epidemias y proteger las zonas
der el programa a los sectores donde la pro- exentas de la enfermedad, con el objetivo fi-
tección aporte el máximo de ventajas en el nal de erradicarla siempre que fuera posible.’
plano social y económico y proteger a los Los métodos de control deberían seleccio-
grupos muy expuestos” (48). Desgraciada- narse teniendo en cuenta en su más amplio
mente, la mayor parte de los países conside- sentido lo que ha sido definido como enfoque
raron que la única manera de consolidar los epidemiológico, es decir, dando la máxima
resultados obtenidos era mantener en mar- consideración a los factores biológicos, eco-
cha todas las actividades sistemáticas que lógicos, sociales y económicos que determi-
pudieran permitirse. nan la enfermedad y pueden influir en la
Durante todo el decenio varios aplicabilidad o eficacia de medidas indivi-
países trataron de integrar los programas duales de control y de sus posibles combina-
parcialmente eficaces de erradicación del pa- ciones. Un elemento fundamental de la estra-
ludismo en servicios básicos de salud insufi- tegia es asumir la diversidad de situaciones
cientemente desarrollados. De ello se siguió epidemiológicas, la viabilidad de su modifi-
en varios casos un deterioro de la situación de cación y la disponibilidad de recursos y, por
la enfermedad y el retorno al enfoque vertical lo tanto, la necesidad de adaptar la planifica-
para combatirla. ción de la lucha antimalárica a las condicio-
nes locales. A titulo de ejemplo de esta diver-
Cuarto período: el control sidad se consideraron cuatro variantes de
del paludismo como parte táctica con objetivos de creciente compleji-
de la atención primaria de salud dad, desde la reducción de la mortalidad es-
(después de 1978) pecífica y la disminución de la gravedad del
padecimiento (variante 1) hasta la erradica-
Los programas antipalúdicos se ción completa (variante IV).
enfrentaban a las dificultades mencionadas, En 1975 fue establecido conjun- s
pero los esfuerzos para establecer servicios tamente por el Programa de las Naciones h
básicos de salud no resultaban más satisfac- Unidas para el Desarrollo (PNUD), el Banco
torios y tampoco permitían alcanzar cober- Mundial y la OMS un Programa Especial de g
turas sostenibles en la periferia de los países Investigación y Enseñanza sobre Enferme-
en desarrollo. Quizá esto se debiera a que los dades Tropicales. El propósito principal de este 5
esfuerzos se dirigían en ambos casos a fo- programa era buscar métodos nuevos o per-
mentar en los países en desarrollo modelos 4
feccionados para combatir las enfermedades
racionalizados a partir de la experiencia de los ti
países desarrollados y que, por otra parte, se .
centraba la atención en cuestiones técnicas, ’ Malana control strategy. Report by the Director-General E
(documento inédito de la OMS A31/19, 1978). ;g$
partiendo del supuesto de que las cuestiones
2
de aceptabilidad o viabilidad político-admi-
nistrativa eran simplemente problemas ope-
rativos o administrativos que había que re- 141
y desarrollar las posibilidades de investiga- mera desde la formulación de la estrategia para
ción en los países endémicos. Respecto al pa- la erradicación del paludismo en 1956 se pre-
ludismo, se concedió especial prioridad a la sentó una opción práctica para el control de
quimioterapia, la inmunología y la investi- la malaria en África tropical. Desgraciada-
gación sobre el terreno necesaria para poner mente estas variantes tácticas, en vez de ser
en marcha nuevos procedimientos y conocer consideradas ejemplos de una gama de posi-
mejor los problemas epidemiológicos y de bilidades mucho más amplia, se convirtieron
control y la manera de resolverlos. Ademas del en prototipos operativos a los que los progra-
componente específico antimalárico, las in- mas trataban de ajustarse, lo cual, como era
vestigaciones sociales y económicas, la lucha de esperar, a menudo no se lograba.
biológica vectorial y los componentes epide-
miológicos del programa han supuesto apor- Evolución reciente del problema
taciones muy importantes.
El decimoséptimo informe del El problema del paludismo habi-
Comité de Expertos (50) desarrolló el con- tualmente se describe en función del número
cepto de control, basado en las cuatro varian- de casos registrados notificados ala OMS por
tes tácticas, para ilustrar las posibles inter- los Estados Miembros. Esta información apa-
venciones. Las variantes tácticas se aceptaron rece todos los años en el WeekZyEpidemiologi-
rápidamente como medio de describir los cal Recordy ha sido analizada durante los úl-
programas; es de resaltar que por vez pri- timos 40 años en la publicación titulada World
Health Statistics Quarterly. La figura 1, tomada
de esta publicación (51), muestra la evolución

FIGURA1. Númerode casosregistradosde paludismoen el periodo1964-1985

Mtllones

-- /
O', __---- , , ,, , , I , , ( ,, ,, , , , ,, ,
1965 1970 1975 1980 1985
Año
entre 1964 y 1985, período de máximo im- áreas de conflictos sociopoliticos, las pobla-
pacto de la campaña de erradicación. Se ex- ciones dedicadas a actividades ilícitas (mu-
cluyen los casos correspondientes a Africa por chas veces en zonas fronterizas), los asenta-
la insuficiencia e irregularidad de la infor- mientos periurbanos de crecimiento
mación, pero se muestra el recrudecimiento desmesurado y, en general, las zonas faltas de
de la transmisión en la India en 1976y su ul- cohesión social, donde el paludismo suele
terior control. Los datos correspondientes a presentarse fuera del alcance de los servicios
China aparecen aparte, ya que la notificación de salud. Estas zonas que hoy plantean los
oficial a la OMS comenzó en 197%Conviene problemas más graves de la lucha antimalá-
advertir que este país no emprendió el pro- rica son esencialmente del mismo tipo que las
grama nacional antipalúdico hasta que logró áreas problema de los años sesenta, pero la
establecer una infraestructura sanitaria que ha actual crisis económica mundial y las facili-
sido considerada una de las experiencias pre- dades para el transporte han desplazado a
cursoras del concepto de atención primaria. muchas personas hacia esas nuevas “regio-
El patrón de reducción de la incidencia de pa- nes fronterizas”.
ludismo es semejante al de países que alcan- Las circunstancias descritas han
zaron la erradicación. La figura muestra como, favorecido la selección de parásitos I? falcipu-
excluyendo India y China, el resto del mundo mm resistentes a los antimaláricos y su dis-
experimenta un estancamiento general en los persión progresiva a medida que se utiliza-
15 últimos años. La India, después de la re- ban cada vez más antimaláricos (a menudo en
misión de la epidemia en 1976, parece estar dosis insuficientes) para la profilaxis y la au-
entrando en una situación análoga de estan- tomedicación. La figura 2 muestra la propa-
camiento. gación de este problema.
Si este cuadro general se desa-
grega por países se observa que en muchos
ha habido recrudescencias periódicas a las que
seguía una reactivación de las actividades de
control. Esta provocaba a su vez una mejorfa
ESTRATEGIADELDEPALUDISMO
CONTROL
que, al no poder mantenerse, era previa a un
nuevo resurgimiento de la enfermedad. Esta
Problemas de puesta en práctica
secuencia, que podria describirse como de
“extinción de incendios”, puede llevar a una Actualmente siguen sin resol-
mejora progresiva de la situación en las re- verse muchos de los problemas que impidie-
giones más desarrolladas, ya que la pobla- ron la transformación de las campañas de
ción cada vez tolera menos los brotes epidé- erradicación en programas de control, según
micos y los servicios de salud responden proponía una resolución de la Asamblea
mejor. En las regiones marginadas, la res- Mundial de la Salud en 1969. La necesidad de
puesta casi siempre es tardía y, posiblemente integración de los servicios tropieza con pro-
ni siquiera es eficaz, ya que con frecuencia blemas muy serios debidos a la resistencia de
llega cuando la epidemia ya está cediendo de los programas antimaláricos a la integración
manera espontánea. y también a la renuencia por parte de los ser-
Esta pauta general abarca tam- vicios generales de salud. En resumen, se ne-
bién el desarrollo de nuevas zonas problema, cesita: a) redefinir epidemiológicamente la
entre las que cabe citar las regiones selváticas situación; b) redistribuir los recursos; c) reo-
de explotación agrícola o minera, como las de rientar al personal, y d) redistribuir las fun-
la cuenca del Amazonas o los asentamientos
nuevos en las islas periféricas de Indonesia y
muchos sectores de Indochina y otros países
de Asia sudoriental; las zonas de desarrollo
agropecuario que atraen una considerable
fuerza laboral (a menudo desorganizada), las 143
,
-.. ._<. ...
,.
ti ‘n
ciones entre servicios especializados y servi- d) La falta de atención a la varia-
cios generales de atención sanitaria. Sin bilidad epidemiológica en cuanto a espacio y
embargo, ninguna de esas medidas es fácil de tiempo ha continuado en la mayor parte de los
llevar a cabo. Entre los impedimentos pue- programas, de suerte que todas las conside-
den citarse los siguientes: raciones epidemiológicas se basan en varia-
ciones de incidencia media en grandes uni-
a) Los profesionales de los servi-
dades administrativas, a veces sin ningún
cios antimaláricos y de salud a menudo son
interés particular en l? jalciparum.
incapaces de abandonar el enfoque de cam-
e) Los intentos de integrar los
paña y empezara pensar en la planificación
programas antipalúdicos en la infraestruc-
de un servicio antimalárico. Ello se debe en
tura sanitaria general fueron principalmente
parte a la resistencia a aceptar como válida una
decisiones administrativas, realizadas sin
acción de salud pública no inmediatamente
planificar una redistribución de funciones
orientada a la reducción de la transmisión.
entre los servicios especializados y los servi-
b) La propuesta de erradicación
cios generales o entre los servicios de salud,
se basaba en su previsible eficacia e insistía en
los grupos de cooperación internacional y la
la creación de un sistema operativo eficiente
comunidad. Con frecuencia, la descentrali-
para las actividades de rociamiento con in-
zación y la integración, en lugar de lograr un
secticidas y para la obtención de frotis san-
control social de la eficiencia y la eficacia, lle-
guíneos. En cambio, el control del paludismo
varon a una desorganización de los servicios,
requiere orientación técnica apropiada de los
al debilitamiento de la supervisión y a la dis-
servicios especializados a los servicios gene-
minución general de la calidad del trabajo. Por
rales de atención de salud y a la comunidad,
eso no era raro que esta integración fuera se-
y exige también una colaboración intersecto-
guida de brotes locales, de suerte que los ma-
rial. Se necesita más competencia técnica y
menos fuerza laboral. En varios países, la ab- lariólogos conservadores solían presionar para
sorción enlos servicios generales de atención que se restableciera el programa vertical. Por
sanitaria de trabajadores no cualificados que añadidura, los intentos de fortalecer la aten-
continúan llevando a cabo las rutinas anti- ción primaria de salud, que normalmente
maláricas tradicionales ha anulado por com- compite con los programas verticales en
pleto el propósito de la integración de los cuanto a la obtención de fondos de influencia
servicios. política, muchas veces se limitan a una am-
c) Los recursos destinados al pliación de los servicios curativos periféricos
diagnóstico microbiológico en los programas que no tiene en cuenta las necesidades de los
de erradicación se han centrado en la detec- servicios epidemiológicos y su contribución a
ción de portadores de parásitos para confir- los programas especializados.
mar la erradicación y no para derivar a los Aunque estas presiones sobre los
portadores hacia el tratamiento antipalúdico programas variaban de un caso a otro, el re-
específico. Por eso los servicios epidemioló- sultado más común era una tendencia a que
gicos se proyectaron en función de la elimi- el programa perdiera su dinamismo y se viera
nación de unos cuantos focos nuevos o resi- comprometido por la carga financiera de una
duales previsibles durante las fases de gran fuerza laboral en la periferia. El au-
consolidación o mantenimiento y no para la mento constante de la proporción presu-
detección y estudio de los factores de riesgo y puestaria dedicada al personal, especial-
la elaboración de procedimientos de control mente de los escalones bajos, acarreó un
adaptados a las condiciones locales. Se insis- desgaste progresivo en cuanto a capacidad
tia en la investigación de casos individuales y operativa y orientación profesional compe-
no en el estudio de las localidades; el grueso
de los recursos humanos y materiales se
concentró así en las zonas de menos trans-
. .,
rmsion.
145
tente. Las actividades sistemáticas se man- bertura total y fácil acceso a servicios apro-
tuvieron en las regiones mejor organizadas de piados de diagnóstico y tratamiento
los países, que suelen ser las menos palúdi- antipalúdico. Esta es la respuesta mínima a las
cas, pero quedaron pocos o nulos recursos necesidades básicas de la población, como
humanos o materiales en las zonas más po- parte del empeño del sector sanitario en la
bres o de nueva colonización donde el pro- mejora de la atención de los problemas de sa-
blema de la malaria alcanzaba proporciones lud en zonas periféricas mediante servicios
espectaculares. comunitarios básicos de diagnóstico y trata-
miento que favorezcan también una mejor
Enfoque actual percepción de los problemas de salud y las
oportunidades de tratamiento por parte de la
En 1985 la 38a Asamblea Mun- población. Las experiencias pasadas han de-
dial de la Salud recomendó que se procediera mostrado que se puede enseñar a personal no
urgentemente en cada uno de los países en- profesional la manera de identificar las prin-
démicos a un estudio de la situación del pa- cipales causas de fiebre, cómo administrar
ludismo y de las actividades actuales de lucha medicamentos antipalúdicos y cómo tratar la
antipalúdica, en cuanto a eficacia y posibili- diarrea y las infecciones respiratorias agu-
- dades de mantener el nivel de control alcan- das. Hay acuerdo en que estos servicios co-
zado. De conformidad con las recomendacio- munitarios podrían evolucionar hacia siste-
nes de la Asamblea, en su decimoctavo mas más avanzados y útiles de atención
informe el Comité de Expertos (52) analizó la médica si contaran con el apoyo de un pro-
situación epidemiológka mundial y los pro- cedimiento de derivación de pacientes a dis-
blemas de aplicación de la estrategia de con- pensarios y hospitales en los que se atendie-
trol definida en 1978. El Comité se refirió ran casos serios que no respondieran al
también al enfoque epidemiológico necesa- tratamiento inicial. Es evidente que la exis-
rio para proyectar las intervenciones de lucha tencia de esos servicios no es capaz de mo-
antipalúdica, del cual se consideraba ele- dificar la incidencia de paludismo, pero es
mento indispensable el reconocimiento de la posible que ejerza un gran efecto sobre la du-
variabilidad de las situaciones epidemiológi- ración media de la enfermedad, la frecuencia
cas locales. Esta variabilidad, aunque debida de casos graves y la mortalidad.
a multitud de factores, podría estudiarse en Esos servicios fomentarfan igual-
función de la efectividad potencial y la capa- mente las medidas de protección individual
cidad de mantenimiento de las intervencio- contra la transmisión, por ejemplo, mosqui-
nes disponibles de forma que permitiera teros y telas metálicas en las ventanas, y la
identificar algunas situaciones caracterizadas organización de la acción comunitaria (debi-
por factores predominantemente demográfi- damente dirigida por las autoridades de sa-
cos, parasitológicos, entomológicos, ecológi- lud) para producir, reparare impregnar mos-
cos, sociales o político-administrativos. La quiteros con insecticidas apropiados y
distribución geográfica de estas situaciones eliminar criaderos de anofelinos. Asimismo
epidemiológicas palúdicas constituye la de- deberían servir de base para la vigilancia epi-
nominada “estratificación”, que es la base en demiológica, la solución de problemas con-
la que se apoya la selección apropiada de in- cretos -como la propagación 0 la intensifi-
tervenciones. cación de la resistencia del parásito a los
En cualquier acción antipalúdica antimaláricos-, la detección precoz de epi-
hay dos objetivos fundamentales: demias y la identificación oportuna de zo-
. El primero es proporcionar a to- nas de alta endemicidad, donde se debería
dos los habitantes de las zonas palúdicas co- intervenir más activamente para contener la
transmisión.
Al principio puede ser necesario
que en zonas sumamente maláricas los ser-
146 vicios comunitarios se concentren en el diag-
nóstico y tratamiento de la enfermedad (como casos impone a la comunidad un mayor nú-
fue el caso de los dispensarios antipalúdicos mero de casos y defunciones que la situación
en Europa meridional antes de la segunda endémica original.
guerra mundial, los colaboradores volunta-
rios en muchos programas antimaláticos de Como ya se dijo, las actividades
América y Asia y los consultorios antimalá- para controlar la transmisión deben estar di-
ricos de Tailandia) pero su utilidad futura de- rigidas por servicios epidemiológicos capaci-
penderá de su integración en la infraestruc- tados para la detección precoz, la predicción
tura de salud y su capacidad para evolucionar de situaciones epidémicas y la identificación
hacia servicios más amplios de asistencia mé- de zonas de intensa endemicidad, alta den-
dica 0 servicios paramédicos. Así pues, no hay sidad de población y desarrollo socioeconó-
ningún modelo y la experiencia se Limita a mico intenso que pueda hacer viables y sos-
ciertas zonas y a algunos aspectos del pro- tenibles las actividades antipalúdicas.
ceso. Hay que buscar la forma de aprender con Las medidas de lucha contra el
la práctica mediante la comprobación y el in- paludismo han sido objeto de numerosas cla-
tercambio de experiencias para, por ejemplo, sificaciones. Los malariólogos basan las su-
explorar los mejores medios para la capaci- yas principalmente en el eslabón de la ca-
tación, supervisión y apoyo del trabajo del dena de la transmisión al que se ataca. Por
personal no profesional, la orientación y con- ejemplo, Bruce-Chwatt (53) considera los si-
trol del ejercicio privado de los profesionales guientes tipos de control:
médicos y paramédicos y la comercialización a) Las medidas de protección in-
de los medicamentos antimaláricos. dividual tales como la selección del lugar de
. El segundo objetivo es el control la vivienda, la instalación de telas metálicas
o la interrupción de la transmisión del palu- en puertas y ventanas, el uso de mosquiteros
dismo. Muchos consideran que esta es la única en las camas y la utilización de sustancias re-
lucha antimalárica verdadera. No cabe duda pelentes para reducir el contacto persona-
de que la interrupción de la transmisión en vector.
último termino eliminaría la necesidad de una b) La lucha antivectorial, a su vez
extensa red de servicios dedicados al diag- dirigida a: i) reducir los criaderos de mosqui-
nóstico y tratamiento de la enfermedad. Pero tos mediante la modificación o la manipula-
en muchos países hubo decepción al com- ción ambiental; ii) reducir las densidades
probarse que, después de invertir durante vectoriales mediante larvicidas químicos y
años cantidades considerables en la interrup- biológicos o rociamiento espacial de insecti-
ción de la transmisión, se registraron recru- cida, y iii) disminuir la longevidad de la po-
descencias masivas del paludismo frente a las blación vectorial mediante rociamiento de in-
que se contaba con servicios muy inapropia- secticidas de acción residual.
dos. Estas situaciones dramáticas suelen lle- c) Medidas antiplasmódicas
var a nuevos intentos de eliminación de la (como el tratamiento de los casos, la quimio-
transmisión, a menudo con nuevos insecti- profilaxis y el tratamiento amir-recidivas) di-
cidas, o con métodos de aplicación más cos- rigidas a eliminar los parásitos palúdicos.
tosos, como el rociamiento aéreo. Esto re-
duce considerablemente la transmisión pero Quizá los planificadores de salud
no puede mantenerla por el esfuerzo finan- pública se interesan más en las intervencio-
ciero que requiere o por la pérdida progre- nes que requieren servicios especializados, o
siva de eficacia debida a problemas operati- que están a cargo de los servicios generales de
vos, desarrollo de resistencia o rechazo por atención sanitaria, 0 que exigen la moviliza-
parte de la población. Esa transformación de ción de la colaboración intersectorial o han de
una situación originalmente endémica en una
serie de epidemias periódicas es inadmisible
no solo por la pérdida general de recursos que
entraña sino, sobre todo, porque en muchos 147
ser asumidas por los individuos, las familias paña específica de control y el paludismo se
y la comunidad (54). Normalmente se presta ha mantenido erradicado: 28,0%;
especial atención a las actividades en marcha c) regiones donde el paludismo
a todos esos niveles para estimular, ayudar y endémico se redujo de manera considerable
dar apoyo a cada uno de ellos y contribuir a o incluso fue eliminado por medidas de con-
su mejora. trol pero después reapareció la transmisión y
La planificación del control del la situación es inestable o se va deteriorando
paludismo deberá tener en consideración to- poco a poco: 34,9%;
dos esos posibles enfoques, en función de la d) regiones donde sigue ha-
situación concreta. A este respecto, sigue vi- biendo una situación de paludismo endé-
gente la propuesta de Hackett (55): “No hay mico con escasos cambios y nunca se ha lle-
objeción alguna en cuanto a combinar estos vado a cabo un programa nacional
métodos de manera conveniente y factible con antimalárico (principalmente en África tro-
los medios de cada uno. Lo discutible es la pical): 8,6% (esta categorfa dista mucho de ser
aplicación indisu-iminada y a rajatabla que no uniforme; hay zonas sobre todo boscosas y de
tiene en cuenta en qué medida se justifican los altitud media, en las que se dice que los pro-
costos por los resultados locales. No es raro yectos piloto lograron interrumpir la trans-
encontrar personas sin experiencia que in- misión de la enfermedad, mientras que en la
tentan conseguir resultados de cualquier sabana, de baja altitud, particularmente en el
forma y con gran empeño, sin conseguir Sahel, jamás se ha comunicado un éxito total
nada.. . Ningún método de control es econó- de los proyectos piloto);
mico si cuesta más de lo justificable o si es in- e) regiones en las que han sur-
necesario para obtener el fin deseado.. . La gido problemas nuevos después de haberse
estrategia general de lucha antimalárica debe producido cambios ecológicos y sociales im-
adaptarse a las circunstancias locales y a un portantes tales como las explotaciones agrí-
oportunismo mucho mayor que el necesario colas o de otro tipo en zonas selváticas y la
para combatir cualquier otra enfermedad im- inestabilidad sociopolítica: l,l% de la pobla-
portante de la humanidad.. . y, como en el ción mundial.
ajedrez, se juega con unas cuantas piezas pero
Es evidente que la lucha antipa-
la diversidad de las situaciones es infinita”.
lúdica debe ser distinta en cada una de esas
La aplicación de estos principios
zonas, pero en lo que se refiere a la selección
a nuevos programas antipalúdicos es relati-
de objetivos y métodos es aun más impor-
vamente hacedera pero en la situación actual
tante considerar el estado de desarrollo de la
la mayor parte de las zonas palúdicas fuera del
atención primaria de salud y la situación res-
África tropical no requieren una planifica-
pecto al control de otras enfermedades para-
ción nueva sino la transformación de progra-
sitarias o transmitidas por vectores. La ree-
zN mas existentes. En realidad, los 5 000 millo-
laboración de planes de lucha antimalárica no
nes de habitantes del planeta pueden
4 es simplemente un problema técnico; la red
25 clasificarse en los siguientes grupos según su
antipalúdica preexistente puede servir de base
Ñ relación con el paludismo y su residencia en:
N para la creación de servicios epidemiológicos
E a) regiones donde la enfermedad generales, pero es preciso garantizar que la
E nunca existió o desapareció sin intervencio- infraestructura sanitaria mantiene un núcleo
3 nes antipalúdicas específicas: 27,4%; de personal epidemiológico competente para
2 b) regiones donde el paludismo planificar las intervenciones de control apro-
ci piadas, ofrecer adiestramiento y reorientar a
u-l endémico desapareció después de una cam-
3 los servicios de salud a fin de mejorar su ren-
dimiento y dirigir la educación sanitaria de la
población. La modificación de los objetivos no
significa necesariamente seguir el camino
descrito en el segundo informe de la Comi-
148
sión de Paludismo de la Sociedad de Nacio- que hay que hacer es mantener un esfuerzo
nes: “La historia de las campañas especiales constante para lograr la continuidad de una
antipalúdicas es sobre todo un registro de labor modesta. Los lemas de la lucha anti-
esperanzas exageradas, seguidas tarde o malárica en los trópicos han de ser: tiempo,más
temprano de desengaños y abandonos de la que dinero, y continuidad más que pfffección”
labor” (4). (56). Y en 1937 Hackett formuló las observa-
La investigación debe recibir el ciones siguientes, hoy de plena actividad:
máximo apoyo posible. Hay que tener en “Está fuera de duda que los gobiernos no
cuenta que las investigaciones sobre palu- pueden confiar en fórmulas concebidas en
dismo abarcan no solo los campos tradicio- Ginebra ni en ningún otro lugar sino que de-
nales de la quimioterapia, la epidemiología y ben crear los mecanismos sencillos necesa-
la lucha antivectorial sino también otros en rios para definir y resolver sus propios pro-
gran parte nuevos o anteriormente descui- blemas, localidad por localidad”. Y también:
dados, tales como la elaboración de vacunas “La apatía de los gobiernos ante los efectos
y procedimientos diagnósticos y la defi- devastadores del paludismo sobre la pobla-
nición de los determinantes de enfermedad ción se debe en parte.. _al carácter insidioso
en el ámbito social, ecológico y de la con- de la enfermedad.. . pero a juzgar por mi ex-
ducta (52). periencia la pasividad de los gobiernos en
Se han puesto grandes esperan- materia de prevención se debe sobre todo a un
zas en la elaboración de una vacuna contra el profundo escepticismo inducido por la falta
paludismo, que si fuera eficaz indudable- de resultados permanentes de anteriores in-
mente ocuparía un lugar importante en el versiones en la lucha antipalúdica” (55).
control de la enfermedad. Pero hay que re- En la planificación de la lucha
cordar que los avances de las investigaciones antipalúdica como parte de la atención pri-
sobre paludismo aclamados en su momento maria de salud no se debe considerar a esta
como soluciones definitivas del problema solo como una opción tecnológica ni como un re-
contribuyeron a la mejora del control y a la quisito previo para emprender el control de la
eliminación de la enfermedad en ciertas zo- enfermedad, sino como el objetivo común del
nas o sectores de la población, sin que logra- desarrollo sanitario. Como dice Strode, ci-
ran la erradicación total. Si se repasa la his- tado por Hackett (55), “no es necesario un
toria reciente se comprueba que el sistema de salud plenamente desarrollado
descubrimiento del efecto curativo de la cin- para comenzar a abordar problemas especia-
cona, la demostración en los siglos XVIII y XLX les; a menudo empezamos por atacar ciertas
de que el paludismo no era contagioso, el ais- enfermedades para desarrollar un sistema
lamiento de la quinina, el descubrimiento del general”. Lo importante es que, cualquiera
parásito malárico y de su transmisión por que sea la infraestructura que se establezca,
ciertos anofeles y la identificación del efecto sea posible incorporarla o transformarla en un
de acción residual del DDT y otros insectici- sistema más general.
das sintéticos Llevaron sucesivamente a pro-
puestas de control masivo y erradicación de
la enfermedad.
Al planificar la lucha antipalú-
dica hay que saber inspirarse en los malarió-
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laria’problem in the pait 40 years and shows
MALARZAANDTHEWORK how WHO tried to fulfill its constitutional
mandate. The article exposes the historical
OF WHO roots of the present situation and helps to-
Malaria has been one of the main wards an understanding of current problems
health problems demanding the attention of and approaches to malaria control.
WHO from the time the Organization was
created. This review of the historical record

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