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Población y

derechos
humanos
PID_00202414

Tomás Jiménez Araya


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Índice

Introducción............................................................................................... 5

Objetivos....................................................................................................... 6

1. Dinámicas poblacionales y derechos humanos.......................... 7


1.1. Marco conceptual ........................................................................ 7
1.2. Dinámica de la población, inequidad y derechos humanos ....... 10
1.3. Recursos humanos, género y desarrollo ..................................... 13
1.4. Movilidad y oportunidades desiguales de la población .............. 15
1.5. Las tendencias agregadas de la población .................................. 16

2. Población y derechos humanos en la práctica........................... 17


2.1. Antecedentes y evolución del marco normativo
internacional ............................................................................... 18
2.2. El enfoque programático basado en los derechos humanos ....... 21
2.2.1. El Programa de Acción de la CIPD ................................ 21
2.2.2. La contribución del UNFPA ........................................... 22
2.2.3. El estímulo de la reforma de las Naciones Unidas ......... 24
2.3. Instrumentos internacionales relevantes .................................... 29
2.3.1. Instrumentos y derechos relacionados con la
reproducción humana ................................................... 31
2.3.2. Instrumentos y derechos humanos relacionados con
la esperanza de vida ...................................................... 34
2.3.3. Instrumentos y derechos humanos relacionados con
la movilidad ................................................................... 39
2.3.4. La inmigración y el papel de las políticas públicas
basadas en derechos ...................................................... 40
2.4. Un posible decálogo de acciones relativas al enfoque de
derechos y las políticas públicas para la protección e
inclusión social ........................................................................... 42

Bibliografía................................................................................................. 45
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Introducción

El conjunto del texto está basado ampliamente en un trabajo personal como


docente y profesor asociado del Centro de Estudios Demográficos, de la Uni-
versidad Autónoma de Barcelona (UAB) entre 1990-1996, y la experiencia de
campo, como representante del Fondo de Población de las Naciones Unidas
(UNFPA) en diferentes países de América Latina (Nicaragua, Costa Rica, Pana-
má y Venezuela), durante el decenio 1997-2006.

En la primera parte introductoria hemos utilizado algunos materiales concep-


tuales para la elaboración de una guía regional promovida por el UNFPA de
análisis de situación en población y desarrollo en América Latina. Un caso
práctico que sirvió de ejercicio piloto fue aplicado bajo nuestra dirección en
Venezuela. Agradecemos los valiosos aportes de José Miguel Guzmán, Ralph
Hakker y Jesús Robles del UNFPA, Jorge Rodríguez de CELADE/CEPAL y Anitza
Freites de la Universidad Andres Bello de Caracas.

En la segunda, parte relativa al enfoque de derechos humanos en la programa-


ción, hemos utilizado documentos de referencia elaborados por el equipo de
la División Técnica del UNFPA en Nueva York sobre género, derechos huma-
nos y cultura, dirigido por Aminata Touré, con la colaboración destacada de
Luz A. Melo (asesora en derechos humanos), María José Alcalá y Ana Angarita.
Nuestro reconocimiento asimismo al Centro Latinoamericano de Demografía
(CELADE/CEPAL), por su apoyo al análisis sobre población y derechos huma-
nos, en especial los trabajos de Marcela Ferrer y Jorge Martínez.
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Objetivos

Al finalizar este módulo los alumnos habrán adquirido conocimientos y ha-


bilidades para:

1. Comprender la relevancia del proceso de transición demográfica y su in-


teracción con otros procesos de cambio económico, social, medio-ambien-
tal e institucional, desde un enfoque de derechos humanos.

2. Explicar la importancia de los factores demográficos para el análisis de la


desigualdad y la exclusión social, y la necesidad de promover el acceso de
los grupos de población excluidos a los derechos humanos para revertir
la situación.

3. Identificar y promover políticas públicas basadas en derechos, orientadas


al desarrollo humano, mediante la ampliación de las capacidades perso-
nales e institucionales, la igualdad de oportunidades y la búsqueda de la
equidad.

4. Tener acceso a los instrumentos normativos internacionales relevantes y a


las fuentes de referencia nacionales e internacionales en materia de pobla-
ción y derechos humanos, con el fin de saber interpretar la información y
disponer de un conocimiento contrastado y actualizado.

5. Utilizar información e instrumentos adecuados para abogar por la rendi-


ción de cuentas en la garantía de los derechos humanos por parte de las
instituciones, y promover la participación social para el ejercicio de dere-
chos y la incidencia en la formulación y seguimiento de las políticas pú-
blicas, de acuerdo a los estándares internacionales reconocidos.
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1. Dinámicas poblacionales y derechos humanos

1.1. Marco conceptual

La promoción del ejercicio de los derechos humanos universales con el fin


de fomentar la capacidad de las personas para que estas puedan elegir un pro-
yecto de vida digna y contribuir al desarrollo de sus sociedades constituye un
mandato fundacional del sistema internacional moderno desde la creación
de las Naciones Unidas, como indican la misma Declaración Universal de los
Derechos Humanos y los tratados y convenciones posteriores que refuerzan y
amplían tales derechos.

Asimismo, se ha alcanzado un consenso internacional sobre la relevancia de


los derechos humanos para una comprensión integral de las relaciones entre
la dinámica de la población y el desarrollo. De acuerdo con numerosas evi-
dencias, los factores de población no son neutrales y tienen interacciones sig-
nificativas con los procesos de cambio económico y social, que marcan el cur-
so del desarrollo. Es decir, los factores de población son clave para entender
la realidad social y deben tenerse en cuenta de forma explícita a la hora de
formular políticas públicas destinadas a garantizar el ejercicio de los derechos
humanos.

Tradicionalmente, los analistas sociales y los responsables de políticas públi-


cas en general han considerado la población como una cifra agregada, sobre
todo su tamaño y crecimiento, utilizada a menudo como denominador de los
indicadores económicos y sociales con el fin de tener magnitudes expresadas
en términos per cápita.

Sin embargo, la dinámica de la población, tanto en su crecimiento como en


su distribución, incide en el proceso de desarrollo, a través de diversas vías
y mecanismos. Los comportamientos demográficos individuales y las tenden-
cias agregadas, los dos componentes fundamentales que configuran la diná-
mica de la población, se manifiestan en tres dimensiones fundamentales: re-
producción (fecundidad),�esperanza�de�vida (mortalidad) y movilidad (mi-
graciones).

El conjunto de una población dada es el resultado acumulativo de acciones


y circunstancias personales, condicionadas por pautas económicas, sociales
y culturales. Los comportamientos demográficos atañen a todas las acciones
personales que se relacionan directamente con la reproducción, la esperanza
de vida y la movilidad, cuyo efecto combinado genera las tendencias agregadas
de la población. Los determinantes fundamentales de este tipo de acciones,
como los de todo comportamiento humano, estriban en la interacción entre
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las características individuales y las condiciones de vida de las personas en un


contexto familiar y social, con una disponibilidad específica de recursos y de
opciones. Las tendencias agregadas de la población, por su parte, conciernen
a colectivos y sus principales elementos son el tamaño, el crecimiento, la es-
tructura por edad y sexo, y la localización.

Históricamente, la dinámica demográfica puede verse como la resultante de la Consulta recomendada


acción contrapuesta de las “fuerzas de la presión y las fuerzas de la opción”.
M.�Livi-Bacci (1990). Historia
Las primeras (presión) están vinculadas a los condicionantes del medio en que Mínima de la Población Mun-
se desenvuelve la vida, en términos de recursos, ambiente natural, nutrición y dial. Barcelona: Ariel.

salud (morbimortalidad), que pueden ser controlados por la población parcial-


mente y en plazos largos, por lo general de duración superior al ciclo de vida
personal. El segundo tipo de fuerzas (opción) actúan a través de la fecundidad
(número de hijos) y la movilidad, e influyen en la constitución de la familia,
en la intensidad reproductiva, en el asentamiento en el territorio, mediante
el proceso de adaptación y supervivencia de la población, frente a las limita-
ciones impuestas por las fuerzas de la presión. Este proceso es denominado
transición demográfica y es el principal paradigma conceptual del análisis de
la población.

La transición demográfica es un proceso universal, aunque con diferentes mo-


dalidades y fases temporales, mediante el cual los países pasan de un régimen
de altos niveles de mortalidad y fecundidad (bajo crecimiento) a otro de nive-
les moderados y bajos, pero mucho más eficiente en términos humanos, por-
que la gran mayoría de los nacidos alcanzan la longevidad. El desfase entre la
caída inicial de la mortalidad y el posterior descenso de la natalidad da lugar
a periodos de alto crecimiento de la población más o menos prolongados. Ese
cambio está relacionado con una serie de transformaciones estructurales en
el ámbito económico, social, cultural y político, ligadas en forma general a la
modernización.

Existe ya un amplio consenso en admitir que las trayectorias de ese proceso de Consulta recomendada
transición son muy diversas, de modo que no hay un sólo modelo de transi-
D.�E.�Bloom;�D.�Canning;
ción demográfica. En general, la transición demográfica de los actuales países J.�Sevilla (2003). “The De-
desarrollados se inició a principios del siglo XIX y avanzó mediante un proceso mographic Transitions and
the Demographic Dividend”.
prolongado hasta culminar las últimas etapas a mediados del XX. Por el con- The Demographic Dividend. A
New Perspective on the Econo-
trario, la transición de los países en vías de desarrollo comenzó, en gran parte
mic Consequences of Popula-
de ellos, en las décadas de los cincuenta y sesenta del pasado siglo, de forma tion Change (cap. II). Rand,
Santa Mónica.
más abrupta, con una pronunciada caída de la mortalidad, y un descenso di-
ferido de la fecundidad, que se ha acelerado en los últimos veinte años.

El inicio de la transición, la duración del proceso y el ritmo de las variaciones


de la natalidad y la mortalidad presentan diferencias notables, tanto entre paí-
ses como en el interior de ellos. Estas disparidades están relacionadas con el
nivel de desarrollo económico y social alcanzado, con la ejecución de políticas
públicas orientadas a la reducción de la mortalidad previsible y la planifica-
ción de la fecundidad deseada, así como con la capacidad de respuesta de los
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diversos estratos de población para adecuar su comportamiento demográfico


en contextos favorables o desfavorables, en función de sus condiciones de vi-
da, especialmente el grado de acceso a la salud y la educación, y el ejercicio
de sus derechos humanos.

Desde esta perspectiva, los comportamientos demográficos pueden conside- Consultas recomendadas
rarse componentes de la capacidad de las personas para funcionar, según la
Sen,�Amartya (1999). Deve-
concepción del desarrollo humano. Los patrones reproductivos (fecundidad), lopment as Freedom. Nueva
de esperanza de vida (los patrones de morbimortalidad no son literalmente el York: Alfred Knopf.
PNUD (2000). Derechos Hu-
resultado de comportamientos, sino que dependen más bien de condiciones, manos y Desarrollo Humano
o de una combinación de ambos), así como la movilidad pueden contribuir (Informe sobre Desarrollo
Humano 2000. Programa de
a ampliar o restringir la capacidad de las personas para actuar y tomar deci- las Naciones Unidas para el
siones. El funcionamiento contiene elementos básicos, como disponer de una Desarrollo). Madrid: Edicio-
nes Mundi Prensa.
alimentación suficiente, poder regular la fecundidad deseada, eludir la morbi-
lidad y la mortalidad evitables y acceder a un hábitat digno, además de otros
elementos más complejos, como la inserción productiva a través de un em-
pleo decente, la participación social y la realización en suma de un proyecto
de vida digna.

La perspectiva de “la capacidad” representa un puente conceptual entre las in-


teracciones de la dinámica de la población y los derechos humanos. La adop-
ción de un enfoque de derechos humanos requiere sobre todo que las políticas
e instituciones públicas pertinentes reconozcan de forma explícita el carácter
imperativo del marco normativo de derechos humanos. La introducción del
propio concepto de derechos supone admitir que la población (especialmen-
te los pobres y excluidos) no solo tiene necesidades sino también derechos,
atribuciones que originan obligaciones jurídicas por parte de otros, sobre todo
de los gobiernos. Este es el primer paso para el pleno ejercicio de los derechos
humanos.

Hasta los años noventa del pasado siglo, las tendencias agregadas de la pobla-
ción concentraban la preocupación pública y la atención de los expertos y los
gobiernos, hasta el punto de que la mayor parte de las políticas de población
aspiraban a alcanzar directamente objetivos a nivel macro, como por ejemplo,
metas cuantitativas en materia de crecimiento.

El amplio consenso alcanzado en la Conferencia Internacional sobre la Pobla-


ción y el Desarrollo (CIPD, El Cairo, 1994) significó un cambio de paradigma
al centrar el foco de atención en las personas como sujetos de derechos. A
partir de entonces ha pasado a un primer plano la consideración de las condi-
ciones de vida de las personas, sus capacidades y el grado de ejercicio de sus
derechos, como determinantes de las opciones y los comportamientos demo-
gráficos, que dan lugar de manera agregada a las tendencias de la población.

En este sentido, las políticas de población solo son aceptables si empoderan


a las personas, se orientan a mejorar sus condiciones de vida y fomentan los
derechos humanos. Este nuevo énfasis en el ejercicio de los derechos y la ciu-
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dadanía está asociado también a la tendencia paralela de mejorar la goberna-


bilidad mediante la rendición de cuentas, la participación ciudadana y la con-
traloría social.

Este cambio de enfoque no significa que las tendencias agregadas de la pobla-


ción tiendan a desaparecer como objeto de atención. De hecho, su relevancia
para las políticas públicas puede aumentar, aunque por razones distintas al
pasado. Menos, por el temor al crecimiento acelerado de la población y más,
por nuevas cuestiones emergentes, como es el caso del envejecimiento o el
aumento de la migración internacional.

Ahora bien, el enfoque centrado en los comportamientos individuales de la


población permite una base más sólida para promover los derechos humanos,
que por definición conciernen a personas y abordan explícitamente algunos
de estos comportamientos:

Por ejemplo, el derecho a la salud, incluida la salud sexual y reproductiva; el derecho a


decidir libremente sobre el número y el espaciamiento de los hijos, la autonomía de la
mujer, el derecho a la movilidad territorial, entre otros.

1.2. Dinámica de la población, inequidad y derechos humanos

Los comportamientos demográficos, incluidas las condiciones desiguales en


que estos se producen, son factores clave para las políticas públicas relaciona-
das con los derechos humanos por varias razones.

En primer lugar, porque conciernen a asuntos cruciales de la vida de las per-


sonas, ya que tienen implicaciones prácticas y éticas para la reproducción, la
esperanza de vida y la movilidad. Se trata de cuestiones críticas, tales como
cuántos hijos tener y en qué momento; qué pautas de morbilidad y mortalidad
son prevalecientes, así como la prolongación o no de la vida en condiciones
dignas; dónde vivir y cuándo trasladarse de un lugar a otro en búsqueda de
bienestar.

Asimismo, en la medida en que atañen a derechos, existirá un fundamento


permanente para acciones destinadas a garantizar su ejercicio, y por ende, im-
plican obligaciones del Estado, que a su vez requieren de mecanismos para
hacerlas exigibles y darles cumplimiento.

En situaciones de desigualdad o discriminación, en muchos casos los compor-


tamientos demográficos individuales reflejan inequidades en las condiciones
de vida y no opciones elegidas o deseadas, las cuales se ven impedidas por obs-
táculos socioeconómicos y/o culturales. Por ello, los nexos entre los compor-
tamientos demográficos, la pobreza y la desigualdad social (incluidos motivos
de género, edad o condición étnica), requieren la intervención de las políticas
públicas para cambiar las condiciones de inequidad en las que viven determi-
nadas personas y proteger sus derechos humanos.
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Un cúmulo de evidencias permite afirmar que los comportamientos demográ-


ficos difieren entre los países y dentro de ellos. Los datos disponibles indican
que esto se explica en gran parte por desigualdades socioeconómicas y ses-
gos culturales discriminatorios. Además, estas desigualdades operan sistemá-
ticamente perjudicando a los más vulnerables y reproduciendo con ello las
inequidades sociales.

Por tanto, existe también una dimensión demográfica de la desigualdad y la


pobreza que se manifiesta a lo largo de todo el ciclo de vida de las personas.
Los grupos de población con más necesidades básicas insatisfechas y que su-
fren mayores violaciones en sus derechos humanos reproducen la transmisión
intergeneracional de la pobreza y la exclusión social.

Las familias más pobres tienen además una alta vulnerabilidad demográfica:
tasas de fecundidad y relaciones de dependencia más elevadas, índices más
altos de morbilidad y mortalidad maternoinfantil asociados, bajo estatus de la
mujer, y en ciertos casos, jefatura de hogar adolescente, femenina o anciana,
y hogares uniparentales. Además, son más vulnerables cuando migran y se lo-
calizan en zonas más inseguras, menos equipadas y con peor conectividad que
aquellas donde residen los no pobres. En conjunto, todas estas características
implican un cúmulo de adversidades.

La vulnerabilidad demográfica está asociada a las desventajas sociales de los


grupos de población pobres y excluidos, las cuales limitan la acumulación de
recursos (incluido el capital humano) y el manejo de activos por parte de los
hogares, para el logro de sus propósitos o para hacer frente a cambios externos.

El “círculo vicioso de la pobreza” tiene algunos eslabones críticos relaciona-


dos con la vulnerabilidad demográfica de los pobres, ocasionada por las con-
diciones desiguales de reproducción, supervivencia, género y hábitat, que fi-
nalmente limitan sus capacidades y el ejercicio de sus derechos para una plena
inserción productiva y social.
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Esta “dinámica demográfica de la pobreza” hace que las familias pobres ten-
gan una mayor carga de crianza pese a estar en las condiciones materiales más
desfavorables para enfrentar los desafíos que aquella implica. En suma, la vul-
nerabilidad de los pobres les impide desarrollar sus capacidades y aprovechar
las oportunidades existentes, los expone a riesgos y dificultades que erosionan
sus posibilidades de salir de la pobreza y violan sus derechos humanos.

Uno de los mecanismos que tiende a perpetuar la pobreza tiene una estrecha
relación con las desigualdades de género. Por razones culturales e institucio-
nales, la carga de crianza no se distribuye equitativamente dentro de las fami-
lias, ya que recae principalmente en las mujeres, agravando su dependencia
y subordinación.

En definitiva, la mayor fecundidad de los pobres, en gran parte no deseada,


forma parte de los obstáculos que refuerzan el papel tradicional de las mujeres
y, a la vez, inhiben la acción de unos de los principales mecanismos de com-
bate de la pobreza, la participación laboral femenina.

Asimismo, la dinámica demográfica de la pobreza afecta de manera especial a


grupos muy postergados como los pueblos indígenas. Aunque en este caso hay
que considerar el sello cultural en los comportamientos de la población, no
hay duda de que su falta de acceso a bienes básicos como la educación y la sa-
lud, incluida la salud sexual y reproductiva, condicionan su menor esperanza
de vida. Esta sobremortalidad, que en ocasiones entraña el riesgo de declina-
ción demográfica de algunos pueblos, es uno de los factores que promueven
un comportamiento reproductivo más temprano e intenso. Las desigualdades
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de carácter étnico deben ser también una prioridad para las políticas públicas
de protección de los derechos humanos, con una plena consideración de las
peculiaridades culturales de estos pueblos.

Según una amplia experiencia internacional, la forma más eficaz de detener e


invertir esta espiral descendente y tornarla en un “círculo virtuoso de desarro-
llo” es actuar, a ser posible, de manera simultánea sobre los eslabones críticos
para quebrar el mecanismo de transmisión y generar un proceso sinérgico.

Entre las intervenciones más costo-efectivas de probada eficacia están:

• la atención primaria de salud, incluida la salud reproductiva y maternoin-


fantil;

• información y medios necesarios para regular el tamaño deseado de la fa-


milia;

• educación pertinente para la vida, especialmente de las niñas;

• hábitat digno (vivienda, agua potable y saneamiento higiénico);

• seguridad alimentaria y, como requisito decisivo, oportunidades de em-


pleo digno (productivo, estable y con protección social).

Como resultado de este proceso se amplían las capacidades personales y se Consultas recomendadas
promueve el ejercicio de derechos humanos básicos, en especial de las mujeres,
Comisión�Económica�pa-
que a su vez facilitan la inclusión social y la transmisión intergeneracional de ra�América�Latina�(CEPAL)
un mayor bienestar. (2006). Panorama Social 2005.
(Cap. Desigualdades demo-
gráficas y desigualdad social:
tendencias recientes, factores
1.3. Recursos humanos, género y desarrollo
asociados y lecturas de políti-
cas). Santiago de Chile.
La relación entre la dinámica de la población y el desarrollo tiene un pilar Oficina�del�Alto�Comisio-
nado�para�los�Derechos�Hu-
fundamental en los recursos humanos que son su principal soporte. En efecto, manos�(OACDH) (2004). Los
derechos humanos y la reduc-
en cada familia y por agregación en cada país, los recursos humanos disponi- ción de la pobreza: un marco
bles, sobre todo la calidad de su salud y educación, son los que forman a las conceptual. Nueva York y Gi-
nebra: Naciones Unidas.
nuevas generaciones, llevan a cabo las tareas productivas y los que participan
en la vida pública y política donde se definen las estrategias de desarrollo. La
perspectiva de género es indispensable para tener en cuenta las desigualdades Consulta recomendada
entre hombres y mujeres respecto a las funciones reproductivas y productivas,
United�Nations (1996). Po-
con el fin de corregir las inequidades y adoptar políticas de conciliación. pulation and Women. Procee-
dings of the United Nations
Expert Group Meeting on Po-
Los comportamientos demográficos son relevantes en el proceso formativo de pulation and Women, Bots-
wana, 1992. Preparations for
las nuevas generaciones porque la posibilidad de criar a los hijos en condicio- the International Conference
nes adecuadas y su inserción y desempeño en el sistema educativo dependen on Population and Develop-
ment, 1994. UN, Nueva York.
de los patrones reproductivos y epidemiológicos, de la posibilidad de trasla-
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darse en busca de mejores horizontes o de asentarse en condiciones dignas y


seguras, así como de las condiciones de salud –incluida la salud reproductiva
y la prevención del VIH– que experimentan las personas.

Asimismo, los comportamientos demográficos afectan al capital humano, la


inserción laboral y la productividad de los individuos. Está ampliamente do-
cumentado que los patrones de morbilidad y mortalidad influyen en la posi-
bilidad de asistir a la escuela y en general en el sistema educativo, así como en
la “empleabilidad” y en el desempeño general de las personas en su trabajo.
Esto va más allá de la salud exclusiva de los trabajadores, pues las enfermeda-
des dentro de la familia también afectan a las mujeres, que, por las relaciones
asimétricas de género, tienden a cumplir los roles de cuidadoras de los enfer-
mos y discapacitados dentro de la familia.

La fecundidad también desempeña un papel decisivo en el ámbito producti-


vo. Además de la subrayada relación entre la inserción laboral femenina y el
número de hijos, el momento en que se tienen estos incide también sobre
la trayectoria educativa y laboral de las madres. En particular, la maternidad
precoz es un factor que objetivamente dificulta la permanencia en la escuela
y que, a la postre, tiende a recluir a las adolescentes a las tareas domésticas.

Por otra parte, los sesgos de género vuelven a operar negativamente y las mu-
jeres trabajadoras enfrentan el problema de la doble jornada (en el trabajo y
en la casa) que incide sobre su desempeño y calidad de vida. Asimismo, la
migración por la búsqueda de trabajo influye sobre la trayectoria laboral de
las personas; además, los desplazamientos migratorios repercuten, agregada-
mente, sobre la oferta de trabajo y los niveles de empleo, tanto entre países
(migración internacional) como dentro de ellos (migración interna).

Los comportamientos demográficos también inciden en la participación so-


cial. Tradicionalmente, el papel reproductivo y doméstico asignado a las mu-
jeres ha afectado negativamente a su inserción en la vida pública. Por ello, el
acceso a la salud sexual y reproductiva para regular su fecundidad permite a las
mujeres una ampliación de su capacidad para decidir libremente en otros ám-
bitos y por ende, aumenta su autonomía en términos individuales y sociales.

Los estudios sobre conciliación entre actividad reproductiva y productiva de


las mujeres muestran que la carga reproductiva (o de cuidado de familiares
dependientes) es la principal causa de no entrada o salida de las mujeres del
mercado de trabajo. Además, muchas mujeres se ven abocadas a insertarse
en el sector informal para compaginar su doble rol y, por ello, tienen menor
acceso a la seguridad social, entre otros factores.
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1.4. Movilidad y oportunidades desiguales de la población

La creciente movilidad de la población es uno de los rasgos más destacados


del proceso de globalización. Esta movilidad está estrechamente relacionada
con la desigualdad de condiciones de vida y de oportunidades a escala inter-
nacional y nacional. Cada vez más, las migraciones internacionales se perci-
ben como una oportunidad de desarrollo siempre que se gestionen de una for-
ma equitativa entre los países de origen y destino, en el marco de la legalidad
internacional y el pleno respeto a los derechos humanos de los migrantes y
sus familias.

Consultas recomendadas

Unesco (2009). “The Human Rights of Migrants”. International Journal of Multicultural


Societies (IJMS, vol. 11, núm.1). París.

OCDE (2007). Gaining From Migration: Towards a new mobility system. París: OECD. Deve-
lopment Centre.

Naciones�Unidas (2006). Migración internacional y Desarrollo (Informe del secretario ge-


neral A/ 60/871, 18 de mayo de 2006). UN, Nueva York.

Comisión�Mundial�sobre�las�Migraciones�Internacionales (2005). Las migraciones en


un mundo interdependiente: nuevas orientaciones para actuar. Ginebra: CMMI.

Los comportamientos relacionados con la movilidad de la población, el des-


plazamiento dentro del país o hacia otros países (salvo cuando es forzado) es
una de las estrategias que usan las personas y las familias para evadir la pobreza
y/o buscar nuevas oportunidades, incluidos el mantenimiento o la extensión
de su proceso formativo; como contrapartida, un hábitat digno, en condicio-
nes materiales y simbólicas idóneas, permite un contexto (tanto doméstico
como comunitario) propicio para el cuidado y la formación de las nuevas ge-
neraciones.

Por otro lado, no se puede desconocer que la migración puede erosionar el pro-
ceso formativo sea porque quienes se desplazan son los encargados del mismo
(la emigración de progenitores), bien porque el proceso de inserción en el lu-
gar de destino es infructuoso o porque desde el punto de vista de las personas
que se quedan en el lugar de origen, se pierden recursos humanos.

La condición migratoria, en particular la internacional, suele tener implicacio-


nes para la participación social y la distribución del poder. Mientras que para
los migrantes –sobre todo en condiciones de asimetrías globales– la inserción
en el lugar de destino suele tener dificultades y pierden su vínculo con el lugar
de origen, para las sociedades receptoras el proceso alienta la diversidad a la
vez que provoca importantes desafíos de integración social de los trabajadores
migrantes y sus familias.
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1.5. Las tendencias agregadas de la población

El tamaño, el crecimiento, la estructura por edad y sexo y la localización de


la población tienen efectos diversos que son relevantes para los derechos hu-
manos y las políticas públicas. En especial, ejercen una influencia decisiva so-
bre la trayectoria de la fuerza de trabajo, ya que determinan la cantidad de
población activa potencialmente disponible, incluidos los condicionantes de
la participación laboral femenina.

Por otra parte, las tendencias de la población determinan la evolución de los


grupos de edad objetivo de los principales sectores sociales (educación, salud,
incluida la salud sexual y reproductiva, seguridad social, vivienda, saneamien-
to, etc.), así como su perfil y localización, clave para estimar los requerimien-
tos sectoriales y su ubicación geográfica. Desde el punto de vista ambiental,
las tendencias de la población influyen en la presión sobre los ecosistemas,
aunque su impacto es mediado por otros factores, como los patrones de pro-
ducción y consumo, los avances tecnológicos y las políticas ambientales.

Asimismo, las tendencias demográficas afectan a los principales parámetros


económicos, como la inversión, el ahorro, el consumo y la productividad.
Aunque tales efectos son complejos, la evidencia disponible indica que el rá-
pido crecimiento de la población, asociado a una alta relación de dependencia
de la población no activa, en particular infantil, tienden a erosionar el desem-
peño económico de los países. Por el contrario, un menor crecimiento demo-
gráfico y una menor dependencia, originada por el descenso de la fecundidad,
puede generar un bono demográfico que potencie un rejuvenecimiento de
la población activa y un mayor dinamismo económico. En etapas avanzadas
de la transición demográfica, el envejecimiento plantea nuevos retos para el
ejercicio de los derechos humanos de los adultos mayores y la aplicación de
políticas de protección social.
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2. Población y derechos humanos en la práctica

Los comportamientos�demográficos tienen vínculos directos con los dere-


chos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales. Ampliar la capacidad
y las opciones de las personas para actuar libre y responsablemente en cuestio-
nes relacionadas con asuntos tan críticos como su reproducción, esperanza de
vida y movilidad, forman parte de los fundamentos de la concepción moderna
de las políticas públicas basadas en derechos. Esto tiene como contrapartida
las obligaciones del Estado hacia las personas que son titulares de derechos,
incluido el de hacer exigible su cumplimiento, a diferencia del enfoque asis-
tencialista tradicional, basado en la atención focalizada y discrecional de las
personas con necesidades.

Además, las tendencias�agregadas de la población también inciden en el ejer-


cicio de los derechos humanos, ya sea porque la localización de las personas
constituye un obstáculo para el acceso a los servicios o porque el crecimiento
total de la población o de determinados subgrupos de edad genera demandas
de expansión de recursos destinados a la prestación de servicios sociales o a
programas de sostenibilidad ambiental, que plantean dilemas de elección éti-
ca y prioridad política en materia de bienestar social.

Desde esta perspectiva, la protección y cumplimiento de los derechos huma-


nos en su relación con la dinámica de la población opera en un espacio de
intersección en el que deben conciliarse intereses individuales y colectivos,
no siempre fáciles de resolver en la práctica. Esto exige adoptar políticas fle-
xibles, a nivel micro, meso y macro, que sean congruentes con el respeto a
los principios éticos universales consagrados en los instrumentos de derechos
humanos, y a la vez tengan en cuenta la evolución del marco normativo in-
ternacional, el progreso científico y tecnológico, así como los cambios en los
valores y las pautas culturales.

Además, un enfoque programático basado en los derechos humanos requiere


el empoderamiento (autonomía) y la participación de la población en condi-
ciones de igualdad y no discriminación; la responsabilidad; la realización pro-
gresiva de los derechos, y la utilización de indicadores y puntos de referencia
para evaluar el grado de cumplimiento.

De acuerdo al criterio utilizado por la Oficina del Alto Comisionado de las Na- Consulta recomendada
ciones Unidas para los Derechos Humanos, es preciso distinguir los derechos
OACDH (2004). Los derechos
con una pertinencia constitutiva respecto a las dimensiones de la dinámica de- humanos y la reducción de la
mográfica, de aquellos otros con una pertinencia instrumental. El primer tipo pobreza (op.cit).

de derechos tienen una vinculación directa con la habilitación de las personas


para actuar y tomar decisiones libres e informadas sobre su reproducción, es-
peranza de vida y movilidad. El segundo tipo presenta una vinculación indi-
© FUOC • PID_00202414 18 Población y derechos humanos

recta y contribuye a través de diversos mecanismos de mediación a fomentar


la capacidad y facilitar el funcionamiento de las personas en aspectos relacio-
nados con sus comportamientos demográficos. Por el contrario, la ausencia
o violación de ambos tipos de derechos incidirá negativamente, limitando la
capacidad y/o restringiendo las opciones de actuar.

La utilización del criterio de pertinencia constitutiva e instrumental puede


orientar la identificación de derechos y la formulación de estrategias para exi-
gir el respeto y cumplimiento de los derechos humanos vinculados a la diná-
mica de población, especificando sus diferencias, alcance y relevancia. Se trata
de un proceso abierto que requiere la participación de los actores interesados,
tanto de los titulares de derechos como de los sujetos de obligaciones, para el
logro de amplios consensos sociales de legitimación.

A partir del esquema conceptual descrito, se presenta a continuación una iden-


tificación y sistematización de los derechos humanos relacionados con la di-
námica de la población, que son reconocidos en el acervo normativo interna-
cional.

2.1. Antecedentes y evolución del marco normativo


internacional

Las referencias normativas a las relaciones de los derechos humanos con la di- Consultas recomendadas
námica de la población son dispersas y de larga data. El acervo de instrumen-
UNFPA (1998). Programa de
tos relevantes adoptan una variedad de formatos: tratados y convenciones; Acción sobre la Conferencia
declaraciones; resoluciones; planes de acción y estrategias. Todos ellos com- Internacional sobre la Pobla-
ción y el Desarrollo (CIPD, El
ponen un conjunto de normas legales internacionales y objetivos programá- Cairo, 1994).
ticos específicos, que delimitan el marco normativo internacional en materia UNFPA (2000, Cairo+ 5). Me-
didas clave para seguir ejecu-
de población. Los enfoques han evolucionado en las últimas décadas hacia tando el Programa de Acción
una visión más sistémica, sobre todo a partir de los años noventa del pasado de la CIPD, aprobadas por la
Asamblea General (vol. 9, 2
siglo, con el impulso de la CIPD y su Programa de Acción, adoptado en 1994 de julio, 1999). Nueva York.
y refrendado más tarde en la CIPD + 5 y CIPD+10 por un amplio consenso
internacional. Las Naciones Unidas han conducido el proceso a través de sus
órganos especializados, en particular el Centro para los Derechos Humanos y
la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos (OACDH), tras
su consolidación en 1997, así como el Fondo de Población (UNFPA), la agencia
líder dentro del sistema multilateral en materia de población y desarrollo.

La preparación y resoluciones de las tres conferencias internacionales de po-


blación, organizadas hasta ahora por las Naciones Unidas, en Bucarest (1974),
Ciudad de México (1984) y El Cairo (1994), son el principal antecedente y a
la vez un buen hilo conductor para analizar la evolución de los enfoques de
derechos humanos en materia de población y sus vinculaciones con los ins-
trumentos y mecanismos del marco normativo internacional. De hecho, cada
una de las tres conferencias internacionales estuvo precedida por la Reunión
Preparatoria de Expertos sobre Población y Derechos Humanos.
© FUOC • PID_00202414 19 Población y derechos humanos

Consultas recomendadas

United�Nations (1975). “The Population Debate: Dimensions and Perspective”. Papers


of the World Population Conference (vol. II). Bucarest, 1974. Population Studies (núm. 57).
Sales n. E/F/S. 75.XIII.5.

UN (1983). Population and Human Rights. Proceedings of the Symposium on Population


and Human Rights. Viena, 3 julio, 1981. Sales ST/ESA/SER.R/51.

UN (1990). Population and Human Rights. Proceedings of the Experts Group Meeting on
Population and Human Rights. Ginebra, 6 abril, 1989. Sales ST/ESA/SER.R/107.

Vale la pena resumir los enfoques y conclusiones de la última reunión cele-


brada (Ginebra, 1989) pues describen la situación previa a la Conferencia de
El Cairo, y a la vez sirven para anunciar algunas tendencias emergentes que
irían consolidándose con posterioridad. La agenda de la reunión es indicativa
tanto de las principales preocupaciones de entonces como de algunas ausen-
cias significativas que se situarían más tarde en primer plano.

El temario se concentra especialmente en cuestiones relativas a los comporta-


mientos reproductivos y los derechos humanos: métodos anticonceptivos y
planificación familiar; aborto; incentivos y desincentivos directos frente a me-
didas socioeconómicas indirectas relacionadas con las políticas de fecundidad;
nuevas biotecnologías y reproducción asistida. Se abordan también en menor
medida otros temas relacionados con la salud y el derecho a la vida, desde una
perspectiva de equidad: mortalidad infantil y materna, enfermedades crónicas
y discapacitantes y la nueva pandemia del VIH/SIDA, junto a otras cuestiones
vinculadas a derechos de nueva generación, como el “derecho a una muerte
digna”, en relación con las enfermedades terminales y la eutanasia. Por últi-
mo, se anticipan algunos temas emergentes, sobre todo en los países situados
en fases avanzadas de la transición demográfica, como el envejecimiento y
la equidad intergeneracional, que plantean nuevos desafíos de justicia distri-
butiva y derechos humanos entre los diversos grupos de población activa y
dependiente.

Entre las principales tendencias identificadas en esos momentos destacan:

a) una consideración más precisa de las personas como sujetos de derechos y


responsabilidades;

b) mayor conciencia de la necesidad de un enfoque equilibrado entre la liber-


tad individual y los derechos colectivos;

c) un acento creciente en la igualdad y no discriminación, y

d) mayor preocupación por los grupos de población vulnerables.

Las conclusiones y recomendaciones proponen varias líneas de reflexión y


acción. En primer lugar, se señala que:
© FUOC • PID_00202414 20 Población y derechos humanos

“los derechos humanos tienen una naturaleza evolutiva y por tanto, reflejan el consenso
alcanzado por la comunidad internacional en cada momento histórico”.

Así pues, los derechos humanos pertinentes para la dinámica de la población


evolucionan con el tiempo y:

“están sujetos a cambio, bien porque es necesario reformular los derechos existentes o
bien para formular derechos de nueva generación”.

En este sentido, se resalta:

“la necesidad urgente de realizar una amplia revisión inclusiva de los derechos humanos
relacionados con la población, que han sido aceptados por la comunidad internacional,
para proceder a su ordenación sistemática con referencia a los instrumentos normativos
relevantes y revelar las posibles inconsistencias, omisiones o redundancias”.

Asimismo, se recomienda la:

“aplicación de mecanismos de evaluación y seguimiento regulares sobre la observancia y


cumplimiento de los derechos, a nivel nacional, regional y global, mediante el desarrollo
de metodologías funcionales que tengan en cuenta la diversidad de contextos sociales
y culturales”.

Este análisis de situación de finales de los años ochenta representa sin duda
un balance de referencia sobre un amplio abanico de cuestiones tradicionales
y emergentes de derechos humanos y población, aunque llama la atención la
falta de mención explícita a los derechos humanos relativos a la movilidad
(migración interna y externa).

No obstante, poco tiempo después, las Naciones Unidas adoptarían en 1990


la Convención sobre la Protección de todos los Derechos de los Trabajadores
Migrantes y de sus Familias, firmada inicialmente por un grupo reducido de
países emisores, y que sólo entraría en vigor en el 2003, trece años más tarde.
Tras el considerable incremento de los flujos internacionales de población de
las dos últimas décadas, la migración se ha convertido en uno de los temas
más prioritarios y controvertidos de la agenda global de derechos humanos,
población y desarrollo.

A partir del cambio de paradigma realizado en la CIPD (El Cairo, 1994), se han
registrado avances importantes en la sistematización del marco normativo y
en el desarrollo conceptual relacionado con la población y los derechos hu-
manos. Estos avances han estado liderados por los esfuerzos del UNFPA y la
OACDH, y se han visto estimulados también por el proceso de reforma de las
Naciones Unidas, iniciado por el secretario general Kofi Annan en 1997, que
sitúa el enfoque de derechos humanos como el eje conductor de la acción del
sistema de cooperación multilateral.
© FUOC • PID_00202414 21 Población y derechos humanos

2.2. El enfoque programático basado en los derechos humanos

2.2.1. El Programa de Acción de la CIPD

El Programa de Acción de la Conferencia Internacional sobre la Población y el


Desarrollo (PA-CIPD), adoptado por un amplio consenso, reafirma la aplica-
ción de las normas universalmente reconocidas de derechos humanos a todos
los aspectos de los programas de población y desarrollo.

El PA resalta los vínculos entre los derechos humanos, la dinámica de la po-


blación, el desarrollo sostenible y la erradicación de la pobreza. Constituye
una referencia básica para la formulación de acciones, estrategias y políticas
en materia de población, así como una herramienta valiosa para alcanzar los
Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM). Pone el acento en la protección
de los derechos humanos de las poblaciones vulnerables y la autonomía de
la mujer, a fin de alcanzar la igualdad y equidad de género, así como en un
enfoque integral de la salud reproductiva. También exhorta al respeto de las
diversas tradiciones religiosas y los valores éticos y culturales, siempre que es-
tén en conformidad con los derechos humanos universales.

Asimismo, el PA sostiene que los derechos reproductivos forman parte de los Consulta recomendada
derechos establecidos en las normas y principios internacionales de derechos
Jyoti�S.�Singh (2001). Un
humanos y otros documentos aprobados por consenso. Los derechos repro- nuevo consenso sobre pobla-
ductivos derivan del reconocimiento del derecho básico de todas las personas ción: balance y propuestas en el
umbral del siglo XXI. Barcelo-
y las parejas a tomar decisiones en su vida reproductiva, libres de toda for- na: Edit. ICARIA.
ma de discriminación, coerción o violencia. Estos incluyen los derechos sobre
el matrimonio, el derecho a determinar el número, el momento y el espacia-
miento de los hijos, y el acceso a los medios y la información para hacerlo;
el derecho de las mujeres a una maternidad segura y saludable, y el derecho
a la protección contra el VIH y otras infecciones de transmisión sexual. Los
derechos reproductivos son fundamentales para el ejercicio de los derechos
humanos, especialmente para las mujeres, por razones biológicas, sociales y
económicas, porque refuerzan una libertad clave que permite ampliar su au-
tonomía en otros ámbitos de la vida.

Quince principios fundamentales del Consenso de El Cairo

En el Programa de Acción del Cairo, también conocido como el Consenso de El Cairo,


los delegados nacionales de todas las regiones y culturas del mundo acordaron 15
principios, que pueden resumirse como sigue:

1. Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos.

2. Los seres humanos constituyen el centro de las preocupaciones de desarrollo sos-


tenible.

3. El derecho al desarrollo es un derecho universal e inalienable. La falta de desarrollo


no puede ser invocada para justificar las violaciones de los derechos humanos.
© FUOC • PID_00202414 22 Población y derechos humanos

4. La promoción de la igualdad y equidad de género y la autonomía de las mujeres,


la eliminación de la violencia contra las mujeres, y la autonomía de la mujer para
regular su propia fecundidad son piedras angulares de los programas de población.

5. Las metas relacionadas con la población son parte integrante del desarrollo eco-
nómico, social y cultural.

6. Las interrelaciones entre población, recursos, medio ambiente y desarrollo deben


ser plenamente reconocidas.

7. Todos los Estados y todas las personas deben contribuir a la erradicación de la


pobreza.

8. Los Estados deben adoptar todas las medidas apropiadas para asegurar, en condi-
ciones de igualdad entre hombres y mujeres, el acceso universal a los servicios de
salud, incluidos los relacionados con la salud sexual y reproductiva.

9. La familia es la unidad básica de la sociedad y debe ser fortalecida, teniendo en


cuenta las diversas formas de familia de acuerdo a diferentes sistemas culturales, po-
líticos y sociales.

10. Toda persona tiene derecho a la educación. Debe prestarse especial atención a la
educación de las mujeres y las niñas.

11. Todos los Estados y las familias deberían dar la máxima prioridad posible a la
infancia.

12. Los países deberían garantizar los derechos humanos básicos de todos los migran-
tes.

13. Toda persona tiene derecho a solicitar asilo.

14. Los Estados deben reconocer y apoyar la identidad, la cultura y los intereses de los
pueblos indígenas, y permitirles participar plenamente en la vida política, económica
y social del país.

15. El crecimiento económico debe basarse en la igualdad de oportunidades para


todas las personas. Los países desarrollados deben continuar mejorando sus esfuerzos
para promover un crecimiento sostenible y equitativo que beneficie a los países en
desarrollo.

Fuente: UNFPA

2.2.2. La contribución del UNFPA

El Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) es la agencia multi-


lateral líder en materia de población, que desde su creación en 1969 ha im-
pulsado la promoción de los derechos humanos en los programas y políticas
relacionados con la población en todo el mundo. La guía fundamental del
mandato del UNFPA es el Programa de Acción de la Conferencia Internacional
sobre la Población y el Desarrollo (CIPD, 1994) y su actualización y refrendo
posteriores adoptados en la CIPD+ 5 (1999) y CIPD + 10 (2004).

Los factores de población desempeñan un papel clave en el avance de los Ob- Consulta recomendada
jetivos de Desarrollo del Milenio y los derechos humanos, especialmente el
UN�Millennium�Project
enfoque programático de las interconexiones entre cultura, género y derechos (2006). Public Choices, Priva-
humanos. Desde este enfoque, la autonomía de la mujer y la igualdad de gé- te Decisions: Sexual and Repro-
ductive Health and the Millen-
nero son a la vez un objetivo y un derecho humano. La perspectiva de género nium Development Goals.
© FUOC • PID_00202414 23 Población y derechos humanos

es una estrategia transversal para el logro de todos los ODM. Asimismo, los
factores culturales deben ser tenidos en cuenta en la formulación e implemen-
tación de las estrategias de población y desarrollo humano.

A partir de las directrices de reforma del sistema de las Naciones Unidas (véase
más adelante), el UNFPA y otras agencias asociadas enfocan su programación
en la garantía de los derechos de las personas, en lugar de tener en cuenta
simplemente las necesidades de los beneficiarios. En este sentido, existe una
diferencia fundamental a tener en cuenta: una necesidad que no se atiende
conduce a la insatisfacción; en contraste, un derecho que no se respeta con-
duce a una violación, y su reparación puede ser legal y legítimamente recla-
mada. El enfoque programático basado en los derechos humanos difiere del
enfoque basado en las necesidades básicas en las que reconoce a las personas
como titulares de derechos humanos. También refuerza las capacidades de los
titulares de obligaciones (por lo general, los gobiernos) responsables de respe-
tar, proteger y garantizar estos derechos.

Fuente: UNFPA

Los gobiernos tienen tres niveles de obligaciones: respeto, protección y cum-


plimiento de todos los derechos.

• El respeto significa abstenerse de interferir en el disfrute del derecho.

• La protección requiere la promulgación de leyes y la creación de meca-


nismos para prevenir la violación del derecho, ya sea por las autoridades
estatales o por agentes no estatales. Esta protección se concede por igual
a todos.

• El cumplimiento exige la aplicación de medidas activas para establecer


instituciones y procedimientos, incluida la asignación de recursos para que
las personas puedan disfrutar del derecho. Un enfoque de derechos huma-
© FUOC • PID_00202414 24 Población y derechos humanos

nos desarrolla la capacidad de los titulares de obligaciones para que pue-


dan cumplirlas y alienta a los titulares de derechos a reclamarlos.

El enfoque de derechos humanos en materia de población se centra en las per-


sonas más vulnerables, excluidas o discriminadas, especialmente las mujeres
más pobres, hombres y jóvenes, en los ámbitos de la dinámica de la población
y el desarrollo sostenible, incluida la salud reproductiva y la prevención del
VIH, en tiempos de paz o en tiempos de conflicto, así como en respuesta a
los desastres naturales. Esto requiere un análisis de género y de la exclusión
social para garantizar que los programas lleguen a los sectores más marginados
y vulnerables de la población.

Consultas recomendadas
Estrategias clave para la aplicación de normas de derechos humanos a
la salud reproductiva
Acuerdos globales sobre de-
rechos humanos, medio am-
Creación�de�un�entorno político propicio que promueva la salud y los derechos re- biente y desarrollo, salud re-
productivos, incluidos la creación de capacidad, para fortalecer los sistemas de salud, productiva e igualdad de gé-
en asociación con la sociedad civil y organizaciones de base comunitaria e incremen- nero atención de la salud y
tar las asignaciones presupuestarias y la supervisión, con el fin de garantizar el acceso comunidades indígenas
a la salud reproductiva.

Ampliación�del�acceso a servicios integrales de salud reproductiva, con acento en


los grupos desfavorecidos.

Sensibilización sobre los derechos reproductivos de las mujeres, hombres y adoles-


centes para que puedan reclamar sus derechos.

Fomento de la participación y la capacitación de los individuos y las comunidades


en el diseño, ejecución, seguimiento y evaluación de los programas de salud repro-
ductiva y los servicios que afectan a sus vidas.

En el área de población y desarrollo, la aplicación de derechos humanos requiere:

Mejorar la utilización de datos desglosados por sexo y edad para que los gobiernos,
los organismos de las Naciones Unidas y las ONG puedan orientar las intervenciones
en favor de las personas más desfavorecidas.

Integrar los vínculos entre población y desarrollo en las políticas nacionales, subna-
cionales y sectoriales, planes y estrategias, especialmente para garantizar que se pro-
tejan los derechos de los grupos pobres, desfavorecidos o marginados.

Asegurar que el desarrollo y las políticas de reducción de la pobreza incluyen planes


y estrategias para abordar cuestiones críticas emergentes, tales como la migración, la
urbanización, el envejecimiento y el VIH/SIDA.

La aplicación de normas de derechos humanos a las cuestiones relacionadas con la


igualdad de género y la autonomía de la mujer requiere promover un ambiente que
fomente y refuerce la igualdad de género en la legislación, las políticas públicas, las
prácticas sociales y los sistemas de valores.

Fuente: UNFPA

2.2.3. El estímulo de la reforma de las Naciones Unidas

La serie de conferencias internacionales promovidas por las Naciones Unidas


a lo largo de la década de los años noventa del pasado siglo forjaron un cre-
ciente consenso sobre la necesidad de reforzar la protección y cumplimiento
de los derechos humanos, como parte inherente de la consolidación de los
cuatro pilares del sistema de cooperación multilateral: paz, seguridad, prospe-
© FUOC • PID_00202414 25 Población y derechos humanos

ridad económica y equidad social. Asimismo, se produjo un amplio recono-


cimiento de que el respeto de los derechos humanos –incluidos los derechos
de la mujer– es un requisito indispensable para lograr la estabilidad política
y el progreso socioeconómico, a escala nacional, regional y global. Como re-
sultado de este proceso, el mandato de las Naciones Unidas en el ámbito de
los derechos humanos ha experimentado una evolución significativa, tanto
en los enfoques conceptuales como operativos

Con el objetivo de transformar la Organización de las Naciones Unidas en un Consulta recomendada


sistema multilateral más eficiente y eficaz para hacer frente a las nuevas de-
United�Nations (1997). Re-
mandas y desafíos de la agenda internacional, el secretario general, Kofi An- newing the United Nations: A
nan, puso en marcha desde el comienzo de su mandato un ambicioso progra- Programme for Reform.

ma de reformas, que en sus propias palabras debía ser “radical y urgente”.

Este primer informe sobre la reforma destaca como un área prioritaria: “la
integración de los derechos humanos en todas las principales actividades y
programas de las Naciones Unidas”. Para ello, los esfuerzos deberían centrarse
en la aplicación de las normas de derechos humanos y en la prevención de
los casos de violación, con el fin de “transformar los principios en acciones
concretas”.

El nuevo enfoque hacia la puesta en práctica de los derechos humanos ha


implicado importantes cambios organizativos y programáticos, con el fin de
fortalecer y mejorar la eficiencia del secretariado, así como de reestructurar y
consolidar el área de programas, mediante la integración y coordinación de
las actividades de las agencias relevantes del sistema, incluidas la cooperación
al desarrollo y la ayuda humanitaria.

Por una parte, en el área del secretariado se ha integrado el Centro para los De-
rechos Humanos y el Alto Comisionado en un solo ente, denominado Oficina
del Alto Comisionado para los Derechos Humanos, encargada de evaluar las
tareas de los diversos comités ejecutivos especializados, de analizar y apoyar la
asistencia técnica prestada por las agencias del sistema y de formular propues-
tas para mejorar acciones complementarias en materia de derechos humanos.
La OACDH participa en todas las fases de las actividades de la organización en
relación con reales o potenciales situaciones de conflicto o postconflicto que
tienen una dimensión de derechos humanos.

En el área de programa, la reestructuración se ha centrado en tres campos de


actividad:

a) información, análisis y desarrollo de políticas;

b) apoyo institucional a los entes y órganos especializados, y

c) acciones de promoción y protección de los derechos humanos.


© FUOC • PID_00202414 26 Población y derechos humanos

El análisis de tendencias en derechos humanos se ha incorporado a las acti-


vidades de alerta temprana de prevención y resolución de conflictos, como
elemento clave de las acciones de construcción y establecimiento de la paz
y en el contexto de las operaciones humanitarias. Una de las contribuciones
analíticas más destacadas ha sido el desarrollo de un marco conceptual del
enfoque de derechos humanos para las estrategias de reducción de la pobreza,
con objeto de que las políticas públicas, basadas en las normas internaciona-
les, sean más eficaces, sostenibles, equitativas y significativas para los propios
pobres. La provisión de asistencia técnica se ha centrado en la ampliación de
las capacidades nacionales, mediante el refuerzo del marco institucional así
como la formación y entrenamiento de cuadros profesionales vinculados con
la protección y ejercicio de los derechos humanos.

En su segunda propuesta de reformas, que profundiza y amplia las anteriores, Consultas recomendadas
Kofi Annan vuelve a situar los derechos humanos como una de las áreas de
United�Nations (2005). In
alta prioridad de la organización, en relación con la integración transversal Larger Freedom: Development,
del enfoque de derechos humanos en la cooperación al desarrollo y la acción Security and Human Rights for
All.
programática de las diversas agencias del sistema sobre el terreno. United�Nations (2002).
Strengthening the United Na-
tions: An Agenda for Change.
El informe se hace eco del compromiso de la Declaración�del�Milenio (2000),
de:

“reforzar la capacidad de los mecanismos nacionales para la aplicación de los principios


y las prácticas de los derechos humanos, incluidos los derechos de las minorías, los de-
rechos de la mujer, los derechos del niño y los derechos de los migrantes”.

Para ello se apoyará la construcción o refuerzo de un entramado de institucio-


nes de derechos humanos (públicas y de la sociedad civil) con el fin de ase-
gurar un sistema de protección sostenible, especialmente en países de escasa
tradición democrática o en situaciones de postconflicto.

Uno de los objetivos principales del nuevo paquete de reformas consiste en


que las agencias del sistema avancen hacia una programación común e incor-
poren, con el apoyo de la OACDH, el enfoque de derechos humanos en sus
análisis de situación nacional y en la formulación y aplicación de sus progra-
mas de cooperación. Asimismo, desarrollarán instrumentos de evaluación y
diseminación de buenas prácticas, así como mecanismos de seguimiento con
indicadores para medir el impacto de los enfoques programáticos basados en
los derechos humanos.
© FUOC • PID_00202414 27 Población y derechos humanos

Desde esta perspectiva, quizás el resultado operativo más importante del es- Consulta recomendada
fuerzo de reforma ha sido la adopción de un compromiso de entendimiento
United�Nations (2003).
común entre todas las agencias del sistema que operan a nivel nacional, para “The Human Rights Based
la aplicación del enfoque de derechos humanos a la programación. El cumpli- Approach to Development
Cooperation. Towards a
miento de este acuerdo programático sobre el enfoque de derechos humanos Common Understanding
Among the UN Agencies”.
requiere la aplicación de tres principios fundamentales.
(Second Inter-agency Works-
hop on Implementing a Hu-
man Right-Based Approach
to Development in the con-
Entendimiento común
text of UN Reform).

1) Todos los programas de cooperación al desarrollo, políticas y asistencia técnica


fomentan el cumplimiento de los derechos humanos establecidos en la Declaración
Universal de Derechos Humanos y otros instrumentos internacionales relacionados.

2) Las normas contenidas en la Declaración Universal de los Derechos Humanos y


otros instrumentos internacionales y los principios derivados de ella y relacionados
guían todos los programas y actividades de la cooperación al desarrollo en todos los
sectores y todas las fases de la programación.

3) La cooperación al desarrollo contribuye al fomento de la capacidad de los “titu-


lares de deberes” para el cumplimiento de sus obligaciones y/o de los “titulares de
derechos” para reclamarlos.

El pleno cumplimiento del primer principio requiere que todas las actividades
relacionadas con la programación y cooperación al desarrollo tengan como
objetivo contribuir directamente a la realización de uno o más derechos hu-
manos.

El segundo principio implica que las normas de derechos humanos guían la


programación en todas sus fases (formulación, implementación, seguimiento
y evaluación) y en todos los sectores relevantes para la cooperación al desarro-
llo, tales como: salud, educación, nutrición, agua y saneamiento, VIH/SIDA,
empleo y relaciones laborales, y la seguridad social y económica. Asimismo,
todas las actividades de desarrollo tienen que orientarse hacia el cumplimien-
to de compromisos y el logro de metas acordadas internacionalmente, como
es el caso de la ICPD o la Plataforma de Beijing y los ODM.

La referencia fundamental del enfoque programático basado en derechos es


el conjunto de derechos humanos universales reconocidos en el acervo nor-
mativo internacional y su protección y aplicación requieren: la no discrimi-
nación y la igualdad; la participación y la inclusión; la rendición de cuentas
y el imperio de la ley.

El tercer y último principio que guía el compromiso común de las agencias


de cooperación al desarrollo de las Naciones Unidas es que su programación
contribuya directamente al fomento de la capacidad de los stakeholders (insti-
tuciones o personas) afectados por el cumplimiento y ejercicio de los derechos
humanos: “titulares de deberes” (obligaciones de actores públicos y privados)
y “titulares de derechos” (atribuciones de individuos y grupos).
© FUOC • PID_00202414 28 Población y derechos humanos

En este sentido, una genuina programación basada en los derechos humanos


necesita sistematizar y diseminar el uso de buenas prácticas y, sobre todo, re-
quiere la aplicación de cuatro componentes indispensables, que son específi-
cos y únicos de este tipo de enfoque:

a) Evaluación y análisis para la identificación de las reclamaciones de los “ti-


tulares de derechos” y las correspondientes obligaciones de los “titulares de
deberes”, así como de las causas inmediatas, subyacentes o estructurales del
no cumplimiento de los derechos humanos.

b) Evaluación de la capacidad de los “titulares de deberes” para cumplir sus


obligaciones y de los “titulares de derechos” para reclamarlos. Como resulta-
do, los programas desarrollan estrategias para reforzar y ampliar dichas capa-
cidades.

c) El seguimiento y evaluación, tanto de los resultados como de los procesos,


se guían por las normas y principios de los derechos humanos.

d) La programación tienen en cuenta las recomendaciones de los órganos y


mecanismos internacionales de derechos humanos.

Entre los elementos esenciales de buenas prácticas en la programación basada


en los derechos humanos destacan los siguientes: las personas son sujetos de
su propio desarrollo, en lugar de receptores pasivos de bienes y servicios; la
participación es a la vez un medio y un fin; las estrategias amplían el poder de
las personas no lo disminuyen; los actores locales se apropian del proceso de
desarrollo que les afecta; los programas tienen por objetivo la reducción de las
disparidades; los enfoques de “arriba abajo” y de “abajo arriba” se combinan de
forma sinérgica; los programas incluyen metas y objetivos que sean medibles
y apoyan la rendición de cuentas de todos los stakeholders.

Impulsada por la reforma general de las Naciones Unidas, la OACDH, tras su


consolidación en 1997, ha contribuido significativamente a aumentar la prio-
ridad y facilitar la puesta en práctica de los derechos humanos en la agenda
internacional, reforzando la incidencia y coordinación de las actividades de las
agencias del sistema. Su labor ha servido para mejorar la sistematización y di-
fusión de los conocimientos y de la experiencia sobre la aplicación del enfoque
programático basado en los derechos humanos, en contextos muy diversos en
todo el mundo. De hecho, se ha convertido en el ente de referencia (pivote)
del intricado diagrama de derechos humanos de las Naciones Unidas. Entre
las propuestas del programa de reformas está el encargo a la OACDH de revisar
regularmente el funcionamiento de la maquinaria de derechos humanos, con
objeto de presentar recomendaciones para su funcionalidad y racionalización.
© FUOC • PID_00202414 29 Población y derechos humanos

Estructura de los órganos y mecanismos de derechos humanos de las Naciones Unidas

Fuente: OHCHR

Este diagrama, no exhaustivo, describe el funcionamiento del sistema de las


Naciones Unidas en el ámbito de los derechos humanos. Se incluyen única-
mente los órganos y programas con responsabilidades principales en materia
de derechos humanos.

2.3. Instrumentos internacionales relevantes

Según establece el Programa de Acción de la Conferencia Mundial sobre los


Derechos Humanos, (Viena, 1993):

“Los derechos humanos son universales e inalienables, indivisibles, interdependientes e


interrelacionados”.

Son universales porque toda persona nace con los mismos derechos, indepen-
dientemente de su lugar de origen, su sexo, su edad o raza, sus creencias reli-
giosas, o su ascendencia cultural o étnica. Son inalienables porque no se pue-
de renunciar a ellos. Indivisibles, interdependientes e interrelacionados, por-
que todos los derechos políticos, civiles, sociales, culturales y económicos son
iguales en importancia, y ninguno se puede disfrutar plenamente sin los otros.
Se aplican a todas las personas por igual, y todas tienen el derecho a partici-
par en las decisiones que afectan a sus vidas. Son garantizados y confirmados
por el estado de derecho, a través de las reclamaciones legítimas frente a los
titulares de obligaciones de rendir cuentas en conformidad con las normas
nacionales e internacionales.
© FUOC • PID_00202414 30 Población y derechos humanos

Instrumentos internacionales de referencia para el enfoque de derechos


humanos en materia de población

• Carta de las Naciones Unidas (1945)


• Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948)
• Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PIDCP, 1976)
• Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC, 1976)
• Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la
Mujer (CEDAW, 1981)
• Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo (CIPD), Programa de
Acción (conocido como el Consenso de El Cairo (1994), CIPD + 5 y objetivos de la
CIPD + 10
• Plataforma de Acción de Beijing (1995)
• La Declaración del Milenio (2000)
• Naciones Unidas: Informes del secretario general. Programa para la Reforma (1997),
su segunda fase, Un programa para profundizar el cambio (2002) conocida como
Acción 21 y In Larger Freedom (2005).
• Convención sobre la Protección de todos los Derechos de los Trabajadores Migrantes
y sus Familias (2003)

Fuente: UNFPA

En los últimos años las normas internacionales de derechos humanos han ad- Consulta recomendada
quirido un alto nivel de legitimidad. Existe un amplio reconocimiento de que
PNUD (2000). Derechos Hu-
los derechos humanos dimanan de “la dignidad y el valor de la persona”, lo manos (op.cit.).
que les da una considerable autoridad moral. Además, los instrumentos de de-
rechos humanos han sido ratificados por un creciente número de países en to-
das las regiones del mundo. Todos los Estados han optado por ratificar al me-
nos un tratado de derechos humanos y, por consiguiente, todos tienen algunas
obligaciones jurídicas internacionales vinculantes, en relación con el cumpli-
miento de los derechos humanos. Así pues, los derechos humanos, sostenidos
por valores morales universalmente reconocidos y reforzados por obligaciones
jurídicas, proporcionan un marco normativo, imperativo para los programas
y políticas nacionales e internacionales en materia de población.

Ahora bien, como indica la OACDH, el principio de indivisibilidad de los de-


rechos humanos no significa que todos los fenómenos sociales deban definirse
por referencia a todos los derechos.

Por ejemplo, en nuestro caso es necesario identificar aquellos derechos que tengan una
pertinencia constitutiva o instrumental en relación con los comportamientos y tenden-
cias demográficas, tal como se abordó anteriormente. Teniendo en cuenta la naturaleza
evolutiva de los derechos y las circunstancias de su aplicación, la gama de derechos selec-
cionados puede variar de un contexto social a otro, pero un núcleo de derechos básicos
será común a todos ellos.

Recordemos que el criterio distintivo fundamental de la pertinencia constitu-


tiva de un derecho es su vinculación directa con la habilitación de las personas
para actuar y tomar decisiones libres e informadas, mientras que la pertinen-
cia instrumental presenta una vinculación indirecta a través de diversas me-
diaciones. Por el contrario, la ausencia o violación de ambos tipos de derechos
tienen un efecto restrictivo que limita la capacidad y/o las opciones de actuar.

La utilización del criterio de pertinencia puede orientar la identificación de


derechos y la formulación de estrategias para exigir el respeto y cumplimiento
de los derechos humanos vinculados a la dinámica de población, especifican-
do sus diferencias, alcance y relevancia. Como ya se ha señalado, se trata de
© FUOC • PID_00202414 31 Población y derechos humanos

un proceso abierto que requiere profundizar la investigación y contar con la


participación de los actores interesados, tanto de los titulares de derechos co-
mo de los sujetos de obligaciones, para el logro de amplios consensos sociales
de legitimación.

A partir del trabajo pionero realizado por el UNFPA y el Centro Latinoameri-


cano de Demografía (CELADE), órgano especializado de la CEPAL, se presenta
a continuación un primer ejercicio de identificación y sistematización de los
instrumentos y derechos humanos pertinentes, relacionados con las tres di-
mensiones fundamentales de la dinámica de la población: reproducción (fe-
cundidad), esperanza�de�vida (morbilidad/mortalidad) y movilidad (migra-
ciones).

Consultas recomendadas

UNFPA (2006). Human Rights Based Programming: What it is. How to do it. Nueva York.
(Ver también portal http://www.unfpa.org/rights/index.htm).

Marcela�Ferrer;�Jorge�Martínez (2007). “América Latina y el Caribe: una propuesta pa-


ra abordar los temas de población, desarrollo y derechos humanos”. Notas de Población
(núm. 85). Santiago de Chile: CELADE/ CEPAL.

Marcela�Ferrer (2007). Derechos humanos en población: indicadores para un sistema de


monitoreo. Población y Desarrollo (núm. 73). Santiago de Chile: CELADE/ CEPAL.

2.3.1. Instrumentos y derechos relacionados con la reproducción


humana

Casi todos los instrumentos internacionales de derechos humanos comple-


mentarios a la Declaración Universal contienen normas con pertinencia cons-
titutiva para los derechos reproductivos, como los relativos a las decisiones
sobre el número y momento en que se tienen los hijos, y los derechos de las
mujeres respecto a la no discriminación y la violencia por motivos de género.

El derecho de toda persona al disfrute del más alto nivel posible de salud física
y mental es un derecho inherente al ser humano según se reconoce en los
principales instrumentos de derechos humanos. El derecho a la salud sexual
y reproductiva es un elemento integral del derecho a la salud. Dado que la
salud reproductiva tiene implicaciones diferentes para una mujer o una niña
que para un hombre o un niño, también abarca una perspectiva de género.
Por otra parte, el pleno respeto del derecho a la salud sexual y reproductiva
depende del disfrute de otros derechos, incluido el derecho a la información
adecuada. Como ha declarado el relator especial sobre el derecho a la salud:

"El derecho a la atención de la salud reproductiva incluye determinadas libertades, tales


como la libertad frente a la discriminación y la esterilización forzada. También incluye
otros derechos, como el derecho a disponer de un sistema de protección de la salud".

La acción del relator de la ONU sobre la salud se centra en el derecho de to-


da persona al disfrute del más alto nivel posible de salud física y mental. El
relator tiene el mandato de informar sobre la situación del derecho a la salud
en todo el mundo, incluidas la legislación, las políticas y buenas prácticas y
© FUOC • PID_00202414 32 Población y derechos humanos

los obstáculos existentes, así como de formular recomendaciones acerca de las


medidas adecuadas para promover y proteger el derecho a la salud. El relator
especial ha recomendado que “se preste una mayor atención a la comprensión
adecuada de la salud reproductiva y los derechos reproductivos”.

Las normas internacionales en materia de salud tienen implicaciones para la


atención de salud sexual reproductiva, desde la prestación de la atención, la
definición de cuáles son los servicios (incluidos la información, educación y
orientación) hasta a quién se deben ofrecer y de qué forma. El enfoque pro-
gramático basado en el derecho a la salud sexual y reproductiva se rige por tres
principios fundamentales:

1)�Las�personas�tienen�el�derecho�a�controlar�su�vida�sexual�y�reproductiva�y�to-
mar�decisiones�reproductivas�sin�interferencia�o�coacción. Este principio sustenta
la prestación de servicios de planificación familiar para poder decidir libremente el
número y espaciamiento de los hijos, así como las medidas para evitar los matrimo-
nios de niños o forzados, la violencia sexual, el VIH/SIDA y otras enfermedades de
transmisión sexual, así como para tratar las infecciones del tracto reproductivo que
causan la infertilidad.

2)�El�derecho�a�la�no�discriminación�y�respeto�a�la�diferencia�obliga�a�los�gobier-
nos�a�garantizar�el�acceso�igualitario�a�la�atención�de�salud�para�todos�y�a�atender
a�las�necesidades�específicas�de�salud�de�las�mujeres,�hombres�y�adolescentes. El
derecho a la no discriminación implica que los servicios de salud sexual y reproduc-
tiva deben ser accesibles a todos los grupos, incluidos los adolescentes, las mujeres
solteras, indígenas, migrantes y refugiados. También implica que los servicios deben
estar disponibles para satisfacer las distintas necesidades de las mujeres y los hombres.

3)�Los�gobiernos�están�obligados�a�ofrecer�servicios�integrales�de�salud�sexual�y
reproductiva�y�eliminar�las�barreras�de�acceso�a�la�atención,�a�fin�de�garantizar�el
cumplimiento�de�los�derechos�a�la�vida�y�la�salud�de�las�personas. Este principio
es fundamental en la reducción de la mortalidad materna, la prevención del VIH y
para evitar la selección prenatal del sexo. Al asignar los presupuestos y ejecutar las
políticas, los Estados deben tener en cuenta los derechos a la salud sexual y repro-
ductiva de las mujeres más vulnerables, hombres y jóvenes.

Fuente: UNFPA

Los comportamientos reproductivos de la población conciernen a otros dere-


chos con pertenencia instrumental, como es el caso del acceso al trabajo, por
las dificultades que implica la incapacidad de compatibilizar reproducción y
empleo; a la educación, por el trato discriminatorio y los obstáculos objetivos
que afrontan las madres adolescentes para seguir sus estudios, y a la seguridad
social, en relación con la atención adecuada del embarazo y el parto. Incluye
también el derecho de toda persona a la vida, que fundamenta la aceptación
del aborto inducido dentro de plazos limitados, en los casos en los que peligra
la vida de la mujer, con respeto a su decisión autónoma. Los derechos relacio-
nados con el acceso a la información y la libertad de pensamiento favorecen
las opciones reproductivas.
© FUOC • PID_00202414 33 Población y derechos humanos

La violación de los derechos reproductivos en todo el mundo supone que al-


rededor de 215 millones de mujeres no pueden realizar sus preferencias de fe-
cundidad porque no disponen de la información, educación y medios nece-
sarios para acceder a servicios de planificación de la familia adecuados. Véase
la tabla siguiente:

Tabla 1. Derechos humanos relacionados con la reproducción

Tratado o Convención/artículo

Pertinencia Declara- Pacto Inter- Pacto Inter- Convención Convención Convención Conven- Observaciones
ción Univer- nacional nacional de Internacio- sobre la Eli- contra la ción so-
sal de los de Dere- Derechos nal sobre la minación Tortura y bre los
Derechos chos Civiles Económicos Eliminación de Todas otros tratos Derechos
Humanos y Políticos y Culturales de Todas las las Formas Crueles, In- del Niño
Formas de de Discrimi- humanos y
Discrimina- nación con- Degradantes
ción Racial tra la Mujer

CONSTITUTI- Art. 6
VA

Derecho a la Art. 3 Art. 6 Ninguna mujer


vida puede arriesgar
su vida por causas
relacionadas con
el embarazo o el
parto, debido a
falta de acceso a
servicios de salud
sexual y reproduc-
tiva.

Derecho al li- Art. 16 Art. 23 Art. 10 Art. 5 Art. 16 Igualdad entre


bre consen- hombre y mujer
timiento e en la distribución
igualdad en de deberes en la
el matrimo- crianza de los hi-
nio jos/hijas.

Derecho a Art. 25 Art. 10 Art. 11 Art. 24 Las madres y los


la salud y la niños tienen dere-
protección cho a “cuidados y
social ma- asistencia especia-
terno-infantil les”.

Derecho a la Art. 12 Art. 5 Art. 12 Relator y comen-


salud, inclui- tarios generales.
da la salud
sexual y re-
productiva

Derecho a la Arts. 10-12, Art. 24 Autonomía para


información, 14-16 decidir el número
medios y ac- y espaciamiento
ceso a servi- de los hijos.
cios de plani-
ficación fami-
liar

Fuente: Elaboración propia basada en CELADE/CEPAL, Marcela Ferrer, Jorge Martínez, Notas de Población, núm. 85 (diciembre, 2007).
© FUOC • PID_00202414 34 Población y derechos humanos

Tratado o Convención/artículo

Pertinencia Declara- Pacto Inter- Pacto Inter- Convención Convención Convención Conven- Observaciones
ción Univer- nacional nacional de Internacio- sobre la Eli- contra la ción so-
sal de los de Dere- Derechos nal sobre la minación Tortura y bre los
Derechos chos Civiles Económicos Eliminación de Todas otros tratos Derechos
Humanos y Políticos y Culturales de Todas las las Formas Crueles, In- del Niño
Formas de de Discrimi- humanos y
Discrimina- nación con- Degradantes
ción Racial tra la Mujer

Derecho a Art. 15 Acceso a las técni-


gozar de los cas de tratamiento
beneficios de la infertilidad y
del progreso reproducción asis-
científico y tida.
sus aplicacio-
nes, relacio-
nadas con la
producción

INSTRUMEN-
TAL

Derecho a la Art. 18 Art. 18 Art. 5 Art. 14 Los gobiernos no


libertad de pueden negar o
pensamiento, restringir los ser-
conciencia y vicios de salud se-
religión xual y reproducti-
va por motivos re-
ligiosos o ideológi-
cos.

Derecho a la Art. 26 Art. 13 Art. 10 Art. 28


educación

Derecho al Art. 23 Arts. 6-7 Art. 5 Art. 11


trabajo

Derecho a la Arts. 22-25 Art. 9 Art. 5 Art. 11 Art. 26


seguridad so-
cial

Fuente: Elaboración propia basada en CELADE/CEPAL, Marcela Ferrer, Jorge Martínez, Notas de Población, núm. 85 (diciembre, 2007).

2.3.2. Instrumentos y derechos humanos relacionados con la


esperanza de vida

La esperanza de vida al nacer y a cada edad específica es un indicador del nú-


mero promedio de años que vivirá una persona, es decir, de la probabilidad
de supervivencia, de acuerdo a las pautas de morbilidad y mortalidad prevale-
cientes en cada momento. Este indicador depende de factores biológicos y de
determinantes sociales de la salud (nutrición, educación, hábitat, entre otros),
así como de comportamientos individuales a lo largo de la vida. En general, las
diferencias en la esperanza de vida, tanto al nacer como en edades específicas
de una misma cohorte de población, responden a situaciones de inequidad,
es decir, a desigualdades en el acceso a derechos esenciales para las capacida-
des y el funcionamiento de las personas, con el fin de poder eludir la morbi-
lidad/mortalidad evitables y de prolongar la vida en condiciones saludables.
Así pues, la equidad es el criterio fundamental para el enfoque de derechos
humanos en el área de la salud.
© FUOC • PID_00202414 35 Población y derechos humanos

A este respecto, el principal derecho con pertinencia constitutiva es induda-


blemente el derecho a la vida, reconocido originalmente en la Declaración de
Derechos Humanos y confirmado en el Pacto Internacional de Derechos Civi-
les y Políticos y en la Convención sobre los Derechos del Niño. El otro derecho
básico con pertinencia constitutiva es el derecho a la salud, entendido tanto
en relación con el acceso a los servicios de atención como en la interacción
con los determinantes sociales de la salud (nutrición, educación, hábitat, entre
otros), que pueden considerarse con una pertinencia instrumental.

Esquema funcional del derecho a la salud

Fuente: OMS

El Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (1966)


en su artículo 12 establece que la realización del derecho a la salud requiere al
menos los siguientes pasos fundamentales:

• reducir la mortalidad infantil y garantizar el desarrollo saludable del niño;

• mejorar la higiene ambiental e industrial;

• prevenir, tratar y controlar las enfermedades epidémicas, endémicas y pro-


fesionales, y

• crear las condiciones para garantizar la atención de la salud para todos.

Para aclarar y poner en práctica las disposiciones anteriores, el Comité de De-


rechos Económicos, Sociales y Culturales, que supervisa el cumplimiento del
PIDESC, aprobó un comentario general sobre el derecho a la salud en el año
2000. El comentario general establece que el derecho a la salud se extiende no
sólo a la atención de salud oportuna y apropiada, sino también a los factores
determinantes de la salud, como el acceso al agua potable y a un saneamiento
© FUOC • PID_00202414 36 Población y derechos humanos

higiénico, nutrición y vivienda adecuados, la higiene en el trabajo y el medio


ambiente, y el acceso a la salud relacionados con la educación y la informa-
ción, incluida la salud sexual y reproductiva.

Más recientemente, el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Uni-


das ha adoptado en el 2009 una resolución en la que denuncia las profundas
inequidades relacionadas con la mortalidad materna, y declara por primera
vez que la salud materna es un derecho humano. Las disparidades en la mor-
talidad materna representan el más grave problema de inequidad en la salud.
El riesgo de muerte por causas relacionadas con el embarazo y el parto es apro-
ximadamente de 1 entre 7.300 casos en los países desarrollados, mientras que
en el África subsahariana es de 1 entre 22 casos. Como resultado de ello, ca-
da año mueren alrededor de 500.000 mujeres, en su mayoría en los países en
desarrollo, por causas evitables relacionadas con el embarazo y el parto.

A medida que avanza la transición demográfica y por tanto el envejecimiento


de la población, la incidencia de la morbilidad/mortalidad se concentra en las
edades superiores, con predominio de las patologías crónicas y la dependencia.
A ello se añade la aparición de nuevos patrones epidemiológicos, como el caso
del VIH/SiDA. Todos estos cambios demográficos y epidemiológicos plantean
nuevos retos para la atención de salud con equidad y la aplicación de derechos
humanos de nueva generación, en especial entre los grupos de población más
vulnerables.

Desde una perspectiva global, las marcadas disparidades existentes en la espe-


ranza de vida de la población entre países sirven para ilustrar la inequidad
social y por consiguiente, la violación de los derechos humanos relacionados
con la salud y el disfrute de una vida prolongada y saludable. La diferencia en
la media de esperanza de vida entre las regiones más desarrolladas (76 años)
y las menos desarrolladas (56) es de alrededor de veinte años. Las diferencias
extremas son prácticamente el doble, entre el país con mayor esperanza de vi-
da, Japón (83 años) y el país con la menor, Afganistán (44). Estas disparidades
son también muy marcadas en el seno de muchos países en desarrollo, entre
los grupos de población con mayores ingresos y los más pobres y excluidos.
La pandemia del VIH/SIDA ha incidido especialmente en la reducción de la
esperanza de vida de la población en el África subsahariana. Veanse las tablas
siguientes:
© FUOC • PID_00202414 37 Población y derechos humanos

Tabla 2. Derechos humanos relacionados con la esperanza de vida

Tratado o Convención/Artículo

Pertinencia Declara- Pacto Inter- Pacto Inter- Convención Convención Convención Conven- Observaciones
ción Univer- nacional nacional de Internacio- Internacio- contra la ción so-
sal de los de Dere- Derechos nal sobre la nal sobre la Tortura y bre los
Derechos chos Civiles Económicos, Eliminación Eliminación otros tratos Derechos
Humanos y Políticos Sociales y de Todas las de Todas Crueles, In- del Niño
Culturales Formas de las Formas humanos y
Discrimina- de Discrimi- Degradantes
ción Racial nación con-
tra la Mujer

CONSTITUTI- Art. 6
VA

Derecho a la Art. 3 Art. 6


vida

Derecho a Art. 12 Art. 24 Los Estados parte


la salud y a tomarán medidas
servicios de para la reducción
atención de de la mortalidad
la salud infantil y en la ni-
ñez.

Derecho a no Art. 5 Art. 7 Art. 10 Art. 37 Referencia a la


ser sometido mutilación genital
a tortura, o a femenina.
mutilación y
experimentos
médicos sin
su consenti-
miento

Derecho a Art. 15 Debate sobre los


gozar de los límites del dere-
beneficios cho a la atención
del progreso de salud y la pro-
científico y longación artificial
sus aplicacio- de la vida (“muer-
nes te digna”).

Derecho a un Art. 25 Art. 27 Destaca el dere-


nivel de vi- cho a la alimenta-
da adecuado ción adecuada.
que asegure
salud y bie-
nestar

INSTRUMEN-
TAL

Derecho a vi- Factores de mor-


vienda y há- bi/mortalidad aso-
bitat saluda- ciados con hábitat
bles insalubre.

Derecho a la Art. 13 Art. 28


educación

Derecho al Art. 23 Arts. 6-7 Art. 5 Art. 11


trabajo

Derecho a la Art. 22 Art. 9 Art. 5 Art. 11 Art. 26


seguridad so-
cial

Fuente: Elaboración propia basada en CELADE/CEPAL, Marcela Ferrer, Jorge Martínez, Notas de Población, núm. 85 (diciembre, 2007).
© FUOC • PID_00202414 38 Población y derechos humanos

Tabla 3. Derechos humanos relacionados con la movilidad

Tratado o Convención/Artículo

Pertinencia Declara- Pacto Inter- Pacto Inter- Convención Convención Convención Conven- Observaciones
ción Univer- nacional nacional de Internacio- Internacio- contra la ción so-
sal de los de Dere- Derechos nal sobre la nal sobre la Tortura y bre los
Derechos chos Civiles Económicos, Eliminación Eliminación otros tratos Derechos
Humanos y Políticos Sociales y de Todas las de Todas Crueles, In- del Niño
Culturales Formas de las Formas humanos y
Discrimina- de Discrimi- Degradantes
ción Racial nación con-
tra la Mujer

CONSTITUTI-
VA

Derecho a Art. 13 Art. 12 Art. 5 Art. 15 Los derechos hu-


circular y es- manos de los mi-
coger libre- grantes interna-
mente el lu- cionales están re-
gar de resi- conocidos en la
dencia dentro Convención Inter-
de un país nacional sobre la
Protección de los
Trabajadores Mi-
grantes y sus Fa-
milias (CIPTMF,
2003).

INSTRUMEN- Art. 5 A
TAL

Derecho a Art. 13 Art. 12 Art. 10 Ningún Instru-


salir de cual- mento internacio-
quier país, in- nal reconoce el
cluido el pro- derecho a ingresar
pio, y a re- en un país que no
gresar a su sea el propio. Este
país reconocimiento es
potestad del país
del destino (véase
CIPTMF y excep-
ciones del Espa-
cio Shengen de la
UE).

Derecho a Art. 14
buscar asilo
por razones
políticas o
humanitarias

Derecho de Art. 13
un extranjero
a no ser injus-
tamente ex-
pulsado

Derecho a te- Art. 15 Art. 24 Art. 5 Art. 6


ner una na-
cionalidad

Derecho a Art. 27 Art. 30 Derechos de las


mantener la personas pertene-
identidad ét- cientes a minorías
nica, religiosa dentro de un país.
o lingüística

Fuente: Elaboración propia basada en CELADE/CEPAL, Marcela Ferrer, Jorge Martínez, Notas de Población, núm. 85 (diciembre, 2007).
© FUOC • PID_00202414 39 Población y derechos humanos

Tratado o Convención/Artículo

Pertinencia Declara- Pacto Inter- Pacto Inter- Convención Convención Convención Conven- Observaciones
ción Univer- nacional nacional de Internacio- Internacio- contra la ción so-
sal de los de Dere- Derechos nal sobre la nal sobre la Tortura y bre los
Derechos chos Civiles Económicos, Eliminación Eliminación otros tratos Derechos
Humanos y Políticos Sociales y de Todas las de Todas Crueles, In- del Niño
Culturales Formas de las Formas humanos y
Discrimina- de Discrimi- Degradantes
ción Racial nación con-
tra la Mujer

Derechos ci- Arts. 20-21 Art. 26 Art. 5 Art. 16 Art. 28


viles y políti-
cos sin distin-
ción de raza,
origen nacio-
nal y étnico

Derechos Art. 5
económicos,
sociales y cul-
turales sin
distinción de
raza, origen
nacional y ét-
nico

Derecho del Art. 22


niño al esta-
tus de refu-
giado

Derecho a la Art. 13 Art. 10 Art. 28


educación

Derecho al Art. 23 Arts. 6-7 Art. 5 Art. 11


trabajo

Derecho a la Art. 22 Art. 9 Art. 5 Art. 11 Art. 26


seguridad so-
cial

Fuente: Elaboración propia basada en CELADE/CEPAL, Marcela Ferrer, Jorge Martínez, Notas de Población, núm. 85 (diciembre, 2007).

2.3.3. Instrumentos y derechos humanos relacionados con la


movilidad

La relación de los derechos humanos con la movilidad de la población tiene


dos dimensiones territoriales que delimitan a su vez dos espacios normativos:
la migración interna, dentro de un mismo país, y la migración externa o entre
países que se rigen por una combinación de normas nacionales e internacio-
nales. Esta distinción es clave para una comprensión adecuada de los flujos
migratorios y la identificación de la pertinencia de los diferentes instrumentos
normativos de derechos humanos. La Declaración Universal de Derechos Hu-
manos incluye, entre los derechos civiles, el derecho al “libre desplazamiento
y a elegir residencia en el territorio nacional”, así como “a salir de cualquier
país, incluido el propio, y a regresar a su país” (art. 13). No hay mención ex-
plícita a que este derecho sea extensible a otros territorios extranjeros. Esta
posibilidad está sujeta al reconocimiento de los Estados de origen y destino,
de acuerdo a ciertas normas y requisitos convenidos.
© FUOC • PID_00202414 40 Población y derechos humanos

Desde esta distinción normativa, el núcleo argumentativo fundamental es que


la emigración es un derecho humano, mientras que la inmigración no lo es.
Es decir, no existe derecho reconocido internacionalmente a ingresar en un
país que no sea el propio. Esta aparente contradicción refleja de hecho la expe-
riencia normativa internacional en materia de movimientos humanos. Ahora
bien, si se tiene derecho a salir (emigración) de un territorio, la única forma de
“completar” esa acción es entrando en otro (inmigración). Pero las dos partes
inseparables del proceso son de naturaleza distinta y por eso deben tratarse
y negociarse de diversa forma. Esto implica cuestiones concretas de carácter
práctico (políticas/normas) y también ético (morales).

La Convención Internacional sobre la Protección de todos los Derechos de los


Trabajadores Migratorios y sus Familias (2003), el principal instrumento nor-
mativo internacional disponible, aún no ha sido ratificado por la gran mayo-
ría de países de inmigración. La Convención no contempla explícitamente la
inmigración internacional como un derecho per se que pueda ser invocado,
sino que aborda las circunstancias concretas en las que deben protegerse los
derechos humanos de las personas que se desplazan de un país a otro de forma
voluntaria, por motivos laborales o de reunificación familiar, según el acervo
normativo nacional e internacional.

Así pues, en la realidad actual, la movilidad internacional de la población (emi-


gración e inmigración) está sujeta principalmente a los marcos normativos
soberanos de los Estados nacionales y es en estos marcos institucionales con-
cretos donde puede hacerse operativa la protección de los derechos humanos
de la población inmigrante, en el proceso de acceso a una ciudadanía plena.

En este sentido, las experiencias de políticas y marcos normativos de inmigra-


ción son muy diversos.

Por ejemplo, España, país de reciente inmigración, reconoce derechos sociales básicos
como el libre acceso a la educación y la asistencia sanitaria públicas, con el simple hecho
del empadronamiento (dirección de residencia), incluso sin contrato laboral. (Ver nueva
revisión de la Ley de Extranjería, 2009.) Por su parte, Estados Unidos, un país de larga
tradición inmigratoria, no reconoce de entrada esos derechos básicos a la población in-
migrante, y la adquisición de residencia y nacionalidad está sujeta a procesos graduales
muy estrictos. Suecia tiene una larga tradición de regulación bastante permisiva en mate-
ria de asilo y ayuda a los refugiados por razones humanitarias y políticas, pero mantiene
normas más restrictivas en cuanto a la inmigración laboral. La experiencia internacional
en cuanto a las políticas relacionadas con la diversidad cultural y étnica de las poblacio-
nes inmigrantes y autóctonas es también variada, desde modelos más flexibles, basados
en la interacción cultural, como Canadá, hasta otros más rígidos y compartimentados,
con un enfoque multicultural, en el caso del Reino Unido y Holanda.

2.3.4. La inmigración y el papel de las políticas públicas basadas


en derechos

Todo análisis de la inmigración, desde la óptica de la protección e inclusión


social de la población inmigrante, tiene que basarse en una evaluación fáctica
del grado de realización de los derechos humanos y en la identificación de las
principales deficiencias, en un contexto nacional, pero con referencias perti-
© FUOC • PID_00202414 41 Población y derechos humanos

nentes al marco normativo internacional. Se trata de contribuir a hacer reali-


dad la aspiración común de que en el país de referencia predomine un estado
democrático y social de derecho, donde el respeto a la dignidad humana sea
un principio y una práctica generalizada, y en el que no solo se consideren
la legalidad y la seguridad jurídica, sino también la justicia social, la equidad
económica y la diversidad cultural.

En la formulación y aplicación de las políticas públicas, es preciso considerar


metas y estándares de derechos humanos y de qué manera estas exigencias
influirán en el diseño de las estrategias de protección social y desarrollo. A este
respecto, hay que tener en cuenta los condicionantes políticos y económicos
en relación con la necesaria gobernabilidad democrática y la sostenibilidad
presupuestaria de las políticas propuestas. El acceso a la ciudadanía plena de
la población inmigrante es un requisito imprescindible para su integración
social y su participación en los procesos de decisión.

Siempre debe haber acciones expeditas, constantes y eficaces para hacer efec-
tivos progresivamente el conjunto de derechos, políticos y civiles, así como
los derechos económicos, sociales y culturales. El Estado debe cumplir las obli-
gaciones derivadas de los pactos internacionales en materia de derechos y
adoptar medidas legislativas, judiciales, administrativas, económicas, sociales
y educativas a fin de garantizar los derechos consagrados en las normas nacio-
nales e internacionales.

Un enfoque de derechos es normativo y considera a los ciudadanos “titulares


de derechos” y a los Estados “sujetos de obligaciones”. Algunos principios co-
munes a los derechos humanos, como la igualdad, la no discriminación, la
inclusión, la participación y la rendición de cuentas, derivan de este marco.
Bajo este enfoque, el Estado está obligado a formular leyes, programas y polí-
ticas para la protección y la equidad social, que se hacen operativas a nivel
nacional a través de acuerdos sobre derechos específicos que todos los ciuda-
danos pueden exigir. En este contexto político, se requieren procesos de ne-
gociación en los que se reconozca el valor de la redistribución de los recursos
y la igualdad de derechos de los grupos de población, incluida la población
inmigrante. Para ello, es necesario convertir tales aspiraciones en estándares y
titularidades que reflejen un consenso sobre estrategias sostenibles y cuenten
con una amplia aceptación.

La redistribución requerida de recursos para financiar los instrumentos de pro-


tección social es políticamente más viable y sostenible cuando está apoyada
por un entendimiento común de derechos y obligaciones compartidas. Es de-
cir, las políticas públicas basadas en derechos son más sólidas cuando están
articuladas a “contratos sociales” entre el Estado y los ciudadanos.
© FUOC • PID_00202414 42 Población y derechos humanos

2.4. Un posible decálogo de acciones relativas al enfoque de


derechos y las políticas públicas para la protección e
inclusión social

En un estado democrático y social de derecho, la protección social es un de-


recho exigible. Los beneficiarios (incluidos los inmigrantes como ciudadanos)
son titulares de derechos que tienen legítimos reclamos sobre la asignación de
recursos y la disponibilidad y acceso a los servicios.

Identificar un conjunto de obligaciones estatales, en especial las relacionadas


con los derechos económicos, sociales y culturales, que implican ciertos están-
dares de servicios sociales e igual accesibilidad a estos bienes y servicios, de
acuerdo al acervo normativo internacional.

Ponderar la limitación de recursos públicos nacionales con posibles mejoras en


la priorización y la reasignación del gasto público, teniendo en cuenta la pro-
gresividad de los derechos y la focalización en los grupos más desfavorecidos.

Utilizar los estándares internacionales de derechos humanos para respaldar


las estrategias nacionales de protección social y facilitar la implementación de
políticas y programas.

Garantizar una protección especial a los grupos vulnerables, basada en la iden-


tidad, la etnia o las etapas del ciclo de vida (niños y adultos mayores) y la
discapacidad.

Reconocer la importancia de la ciudadanía como una justificación para la pro-


tección social y como un mecanismo para asegurar que los derechos se expre-
sen en titularidades claras y exigibles.

Proporcionar un conjunto de principios derivados del marco normativo inter-


nacional que pueden utilizarse para seleccionar y evaluar programas y políti-
cas. Los principios de inclusión, igualdad y no discriminación son esenciales.

Vincular la participación y la rendición de cuentas a las políticas de protección


de derechos como parte de las estrategias de desarrollo, para pasar de la asis-
tencia social a la inclusión social.

Crear capacidad en actores e instituciones para facilitar la construcción de ciu-


dadanía y el conocimiento y ejercicio de los derechos. La difusión y utilización
pertinente de información sociodemográfica es un mecanismo de empodera-
miento ciudadano.
© FUOC • PID_00202414 43 Población y derechos humanos

Promover canales de exigibilidad, transparencia y rendición de cuentas, como Consulta recomendada


parte de la gobernabilidad. El acceso a la justicia es un canal esencial para
UNFPA (2006). Población, de-
exigir y hacer cumplir los derechos y controlar la responsabilidad del Estado. sigualdades y políticas públi-
cas: un diálogo político estraté-
gico. Análisis de situación de
población: el caso de Venezuela.
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