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Recuperación de suelos en el caribe co degradación y desertificación: Una revisión de

la literatura

Afectación de la capacidad productiva de los suelos en el Caribe Colombiano. Una

revisión de la literatura

Pedro Sarmiento Ariza1, Jean López1, Javier López1 y Karen Muñoz Salas2

1. Estudiante de Maestría en Desarrollo Sostenible. Universidad de la Costa, Barranquilla,

Colombia.

2. Candidata a Doctora en Desarrollo Sostenible. Universidad de la Costa, Barranquilla,

Colombia.

Resumen

El objetivo de la investigación fue realizar una revisión de la literatura para analizar cómo

la degradación y desertificación pueden afectar la capacidad productiva de los suelos en el Caribe

Colombiano. Por lo cual, se realizó una revisión en las bases de datos de ….. xxx. Una vez revisada

la información se encontró que principal afectación es la degradación de suelos, componente

tendencia a desertificación de suelos en el caribe colombiano que causa reducción de áreas

productivas existentes, presionando en los ecosistemas, crecimiento desorganizado de las

actividades productivas y a las malas prácticas agrícolas. Además, otros factores como XXX. c omo

solución se plantean políticas de desarrollo productivo sostenible implementación cultural, realizar

planificación adecuada en el uso y recuperación de los suelos afectados; Así mismo, incentivar la

innovación en el desarrollo de las actividades agrícolas para la recuperación de suelos y fomentar la

reforestación como política pública..

Palabras Clave: Desertificación, Degradación, Uso de suelo, Sostenibilidad y

Productividad.
 Causas de Desertificación y degradación de suelos.

 Factores que influyen en la Desertificación y degradación de Suelos en el Caribe

Colombiano

 Restauración de suelos tendientes a la degradación y desertificación.

 Estrategias para combatir la degradación y la desertificación en suelos del caribe

colombiano.

Introducción

Los suelos de Colombia son diversos y frágiles, cuenta con 11 de los 12 órdenes de suelos

existentes en el mundo a excepción de los gelisoles. Se destacan los suelos incipientes, poco

evolucionados con un 58.11 % correspondientes a los órdenes entisoles e inceptisoles (IGAC,

2012). Igualmente, tienen una representación considerable del 28.79% los suelos muy

evolucionados, pocos fértiles como los ultisoles y los oxisoles. Los mejores suelos agrícolas

(andisoles y molisoles) apenas cubren 8.5 millones de hectáreas, equivalente al 7.5% del territorio

nacional. De otro lado, no existen suelos de la clase agrológica 1 en Colombia y los de clase 2, 3 y 4

cubren un área de 17.073.144 hectáreas equivalentes al 15 % del territorio continental (IGAC,

2012). Los principales problemas que impactan negativamente el ámbito el ambiental son los

generados directamente por el uso inadecuado de los recursos naturales. En este sentido, se

encuentra la degradación y desertificación del suelo. Los procesos de degradación más relevantes

en Colombia son la erosión, el sellamiento de suelos, la contaminación, la pérdida de la materia

orgánica, la salinización, la compactación y la desertificación; procesos que afectan en gran medida

a las regiones Caribe, Andina y Orinoquia y que comienzan a notarse en la Amazonia y en el litoral

Pacífico (Colombia, 2023).


La desertificación definida como la degradación de las tierras secas, correspondientes a las

regiones áridas, semiáridas y subhúmedas secas, es un problema socioeconómico de alcance

mundial. Este proceso es el resultado del cambio climático y la actividad antropogénica. En

cambio, la degradación del suelo conduce al deterioro de la calidad del suelo y, por lo tanto, al

deterioro de las funciones y servicios de los ecosistemas. Conceptualmente, hay cuatro tipos de

degradación de la tierra: deterioro físico, química, orgánica y ecológica. En general, la degradación

física del suelo conduce al deterioro de las características estructurales, como la forma y la

continuidad de los poros, lo que da como resultado la formación de costras en el suelo, la

compactación, la reducción de la infiltración de agua, el aumento de la escorrentía superficial, el

viento y el aumento de la erosión hídrica, mayores fluctuaciones de la temperatura del suelo y una

mayor propensión a la erosión del suelo. La degradación química de los suelos puede ser causada

por acidificación, salinidad, agotamiento de nutrientes, capacidad de intercambio catiónico reducida

(CEC), aumento de la toxicidad de Al o Mn, deficiencia de Ca o Mg, lixiviación de NO 3-N u otros

fitonutrientes esenciales, o también por contaminación de desechos industriales o subproductos de

estos. La degradación biológica del suelo refleja el agotamiento de las fuentes de carbono orgánico

de este recurso natural (COS), la pérdida de la biodiversidad, la reducción de la capacidad de

secuestro de carbono y el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) del suelo

a la atmósfera. Una de las consecuencias más graves de la degradación biológica es que el suelo se

convierte en una fuente de emisiones de gases de efecto invernadero (es decir, CO ² y CH ⁴ ) en

lugar de un absorbente. La degradación ecológica refleja una combinación de otros tres factores y

lleva a la interrupción de las funciones del ecosistema, como los ciclos elementales, la infiltración y

purificación del agua, la interrupción del ciclo hidrológico y la reducción de la productividad. El

detrimento de la calidad de la tierra, debido tanto a factores naturales como antropogénicos, tiene

fuertes reacciones que conducen a una disminución de los servicios ecosistémicos y una pérdida de

la conservación de la naturaleza, la cual se ejemplifica en la degradación de la tierra, a través de

gestiones insuficientes asociadas a actividades extractivas (Muñoz – Rojas, 2021).


La finalidad de este trabajo es realizar una revisión de la literatura que permita abordar

cómo la degradación y desertificación pueden afectar la capacidad productiva de los suelos en el

caribe colombiano, cuya problemática nos deja el siguiente interrogante: ¿Cómo la degradación y

desertificación presente en los suelos del caribe colombiano amenaza su capacidad productiva

sostenible? En ese sentido, buscaremos investigar de qué manera, la degradación y desertificación

pueden alterar la capacidad productiva de los suelos en el caribe colombiano, sobre la base de

construir estrategias o alternativas sostenibles para un desarrollo socioeconómico y ambiental.

Causas de Desertificación y degradación de suelos.

Según la (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) FAO

2017, se define la degradación de la siguiente manera, la degradación del suelo se concibe como un

cambio en la salud del suelo resultando en una disminución de la capacidad del ecosistema para

producir bienes o prestar servicios para sus beneficiarios.

También es posible definir la degradación como la disminución o alteración negativa de

una o varias de las ofertas de bienes, servicios y/o funciones ecosistémicas y ambientales,

ocasionada por procesos naturales o antrópicos que, en casos críticos, pueden originar la pérdida o

la destrucción total del componente ambiental (IDEAM, 2004).

Por otra parte, se encuentra que la desertificación es otro término común utilizado para a) la

degradación de la tierra en zonas de tierras áridas y/o b) el cambio irreversible de la tierra a tal

estado que ya no puede ser recuperado a su uso originario (FAO, 2017).

Los suelos pueden sufrir desgaste y deterioro debido a múltiples factores por acción

antropogénica, dentro de las cuales se destacan tres grandes actividades, como lo son la agricultura,

ganadería y minería, entre otras.

La erosión es un proceso natural; sin embargo, esta se califica como degradación cuando se

presentan actividades antrópicas indebidas que lo aceleran, intensifican y magnifican. Por tanto, la
definición de degradación de suelo por erosión, según el protocolo, corresponde a “la pérdida de la

capa superficial de la corteza terrestre por acción del agua y/o del viento, que es mediada por el

hombre, y trae consecuencias ambientales, sociales, económicas y culturales” (IDEAM-

UNIVERSIDAD DE CIENCIAS APLICADAS Y AMBIENTALES UDCA, 2015).

En términos generales la expansión de los terrenos agrícolas sigue siendo la causa principal

de la deforestación. El incremento de la producción alimentaria y el crecimiento económico se han

conseguido muchas veces a costa del ambiente natural. en las regiones tropicales y subtropicales se

perdieron siete millones de hectáreas anuales de bosque entre 2000 y 2010, mientras que la

superficie agraria aumentó en el mismo periodo a un ritmo de seis millones de hectáreas anuales

(FAO, 2017).

Una de las practicas que se ha llevado a cabo en la agricultura es la remoción del suelo

antes de sembrar y el arado se ha convertido en una parte fundamental de la actividad agrícola. Pero

a su vez, una gran parte de los agricultores está prescindiendo de llevarlo a cabo, por cuanto su

realización representa una de las principales causas de degradación de los suelos. Cuando el suelo

queda expuesto a la acción del agua o el viento, suele quedar en condiciones de vulnerabilidad al

realizar el arado mecánico, es muy probable que se desmorone y su capa vegetal desaparezca.

Debido a esto se origina la erosión, donde posteriormente se presentan socavones de complicado

manejo y difícil retorno a su estado original.

También la actividad agrícola genera contaminación en los suelos debido al uso de

agroquímicos como pesticidas y fertilizantes, los cuales deterioran la salud del suelo y desmejoran

notablemente sus características limitando disminuyendo la calidad de sus servicios ecosistémicos.

En segundo lugar, para la realización de la actividad ganadera es necesario abarcar grandes

extensiones de tierra, donde en determinados casos se realiza la remoción de gran parte de los

árboles presentes sobre dicha superficie. El ganado requiere que el recurso natural suelo se

encuentre en óptimas condiciones porque obtiene de la tierra los alimentos y nutrientes suficientes
para subsistir y así mismo pueda proporcionar los productos de la cría de ganado, tales como, la

leche y la carne. Durante este proceso en varias ocasiones suelos en excelentes condiciones iniciales

físicas están expuestos al deterioro debido al mal manejo de los ganados, el constante pisoteo de

estos sobre la superficie el suelo hace que se compacten y se deterioren las estructuras, por lo tanto,

se dificulta su regeneración.

Por otra parte, la minería se conoce como la actividad económica mediante la cual se realiza

la extracción de los recursos minerales que se encuentran almacenados en depósitos y yacimientos,

dichos recursos minerales han sido usados desde tiempos ancestrales por el hombre para la

fabricación de herramientas y el desarrollo de nuevas tecnologías para una gran variedad de

aplicaciones industriales en la actualidad.

Debido a la importancia que ha tenido la actividad minera desde inicios del siglo XX hasta

el 2023, el sector minero ha sido uno de los sectores económicos más importantes del país, lo cual

ha llevado a que cada vez sean mayores las zonas de extracción en el territorio colombiano. Esto ha

generado que en los últimos años la calidad ambiental haya desmejorado notoriamente y sin

precedentes, además de una problemática ambiental caracterizada por deforestación masiva,

contaminación del agua y alteraciones de los ecosistemas (Monsalve, 2017).

La actividad minera es una de las actividades que más genera impactos ambientales

negativos sobre los suelos, debido a que la actividad minera deja a su paso donde se lleva a cabo un

panorama desalentador en las zonas donde se retira la mayor parte de la cobertura vegetal natural,

evidenciando una gran deforestación, así mismo los residuos de la extracción minera generan

contaminación del suelo por la gran cantidad de desechos químicos resultantes como por ejemplo

las concentraciones de metales pesados y el mercurio que es usado en la extracción de oro. Lo

anteriormente mencionado implica importantes consecuencias ambientales y económicas,

degradación del suelo, contaminación del aire, perdida de flora y fauna, afectación de la

biodiversidad y migración de las especies de su hábitat local.


En Colombia según estudio liderado por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo

Sostenible y realizado por el IDEAM con el apoyo técnico de la U.D.C.A. 2017, Todos los suelos

de los departamentos del país presentan algún grado de degradación por erosión. Los que presentan

más del 70% de su área afectada es decir mayor "magnitud de degradación por erosión”, en lo que

respecta a la región caribe son:

Cesar (81,9%), Córdoba (80,9%), La Guajira (79,3%), Atlántico (77,9%), Magdalena

(76,9%) y Sucre (75,1%) (IDEAM, U.D.C.A, 2017).

Grafica 1. Magnitud de degradación por erosión región caribe. Elaboración propia.

También cabe destacar que los departamentos de la región caribe que presentan mayor

proporción de su área afectada por grados de erosión severo y muy severo, son: La Guajira (28,1%),

Magdalena (16,5%), Cesar (12%), Sucre (7,6%) y Atlántico (6,4%). (IDEAM, U.D.C.A, 2017).
Factores que influyen en la Desertificación y degradación de Suelos en el Caribe

Colombiano.

Se entiende por desertificación según la Convención de Naciones Unidas como la

degradación de las tierras de zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas resultantes de diversos

factores, tales como las variaciones climáticas y las actividades humanas. Entre las causas de la

degradación y la gestión insostenible de los suelos en el país se tienen: la creciente demanda de

bienes y servicios de los suelos, el desconocimiento de las funciones e importancia del suelo y de

alternativas para su recuperación, restauración y rehabilitación, procesos de planeación y de

ordenamiento del territorio que no tienen en cuenta las características de los suelos, debilidad en los

procesos de seguimiento a la calidad de los suelos, desarticulación institucional y carencia de

normas e instrumentos para la gestión sostenible del suelo.

En las llanuras del Caribe los suelos han estado sometidos secularmente a intensas

actividades agropecuarias, lo cual ha contribuido a que se presente degradación y contaminación del

suelo y actualmente aquellos de menor pendiente, están siendo cubiertos y sellados por la expansión

de pueblos y ciudades sin criterios de sostenibilidad. Por otro lado, el conflicto en el uso del suelo

se presenta cuando la utilización actual no corresponde con la oferta ambiental. El IGAC (2012)

reporta que actualmente un 15% de los suelos del país están sobre utilizados y un 13%

subutilizados, como se describe en la siguiente ilustración:


Ilustración 1. Conflicto en los Uso de los Suelos (Tomado de la Pagina del IGAC)

En las Ilustraciones de la cartografía existente en el IGAC, que en el Caribe Colombiano

existe un uso de suelos con coberturas predominante de pastos y malezas ya si mismo un alto índice

de subutilización de los suelos, lo que manifiesta una falta de planificación y políticas públicas

claras para logras cerrar estas brechas del uso de optimo y sostenible del suelo.

Así mismo podemos ver que el 29% del país cuenta con conflictos de uso del suelo, es decir

terrenos que no son utilizados según su vocación. De este total, el 16% es por sobreutilización o

sobrecarga agropecuaria, y el 13% por subutilización, tierras en donde se desperdicia el potencial.

Entre los 10 departamentos con mayor uso inadecuado, seis están en la región Caribe, en donde el

principal problema de los suelos es la Ganadería extensiva, una actividad que predomina en el

Caribe. El constante pisoteo del ganado causa una compactación que tarda cientos de años en

recuperarse.
En el Caribe colombiano contamos con este tipo de tierras de zonas áridas con tendencia a

la desertificación auspiciado por su clima y las actividades allí desarrolladas. Como principales

causas de la Desertificación y degradación de los suelos en la región Caribe encontramos la

salinización de los suelos y la Deforestación:

Salinización de los suelos:

De las condiciones naturales que influyen a la desertificación y degradación en el caribe

colombiano encontramos el clima como principal auspiciador, pero tenemos otros como la y

salinización de los suelos, que en algunos casos es natural y en otros inducidos. En Colombia, el

45% de la superficie continental e insular presenta algún grado de susceptibilidad o propensión a la

degradación de suelos por salinización. La alta concentración de sales afecta negativamente las

biológicas del suelo, causando una disminución de la productividad de los cultivos,

aproximadamente el 90% del área total de Magdalena, Atlántico, Cesar y La Guajira presenta algún

grado de degradación por salinización. Sin embargo, Magdalena y Atlántico concentran los grados

más severos, presentes en más del 40% de su territorio. En el Análisis realizado en el Articulo de

salinización de suelos en áreas agrícolas de la región Caribe, se establece que la salinidad de los

suelos en la región Caribe se relacionó con el uso de aguas de riego con alto contenido salino,

adicionalmente una escasa cobertura vegetal, bajos contenidos de materia orgánico en el suelo, así

como el uso de fertilizantes. (A. González, 2022).

Desforestación:

Según lo establecido en el Monitoreo de deforestación del año 2021, realizado por el

IDEAM en Colombia existen 59, 7 millones de hectáreas de Bosque Natural y el 66% de estos están

en la Amazonia, así mismo también se establece que en el año 2018 se deforestaron 197.159

Hectáreas y en el 2019 un total de 158.894, bajando la tasa en un 19%, sin embargo, en 2020 la tasa
aumento en 8% alcanzando las 171.685 hectáreas deforestadas, donde la mayoría se concentra en el

amazonia:

SUPERFICIE DEFORESTADA EN COLOMBIA (2019 Y 2020)


REGION 2019 (Área) 2020 (Área) %País CAMBI
O
Caribe 12.751 12.896 7,5 105
Andina 25.213 28.984 16,9 3.771
Amazonia 98.256 109.302 63,7 11.046
Orinoqui 8.513 8.242 4.8 -271
a
Pacifico 14.120 12.261 7,1 -1.859
Tabla 1. Superficie deforestada en Colombia (2019 y 2020)

Con lo anterior podemos ver que el Caribe colombiano cuenta con una tasa importante de

deforestación, sin embargo, a nivel de Colombia la mayor concentración se encuentra en la

amazonia. Las principales causas identificadas de esta deforestación en el Caribe

Colombiano son las siguientes:


Grafica 2. Superficie deforestada en Colombia regiones 2020. Elaboración propia.

Ilutstracion 2. Elaborada por autores


En la actualidad se encuentran herramientas muy prácticas e innovadoras para la detección

temprana de focos de deforestación, como imágenes satelitales, sobrevuelos con Dron y otros

instrumentos tecnológicos. Es preciso mencionar que, revisada la información relacionada,

podemos encontrar que en el mundo existe una tendencia a la desertificación de los suelos y el

caribe colombiano no es ajeno a esto, lo que coloca en riesgo la seguridad alimentaria del sector,

dado que las diferentes causas mencionadas cada vez aumentan por la inadecuada planificación y

falta de control en el mismo. El país somete sus mayores esfuerzos a la región amazónica, sin

embargo las áreas productivas del caribe viven una subutilización dado que la ganadería extensiva

somete los suelos a compactación irrecuperable a corto plazo y es una de las principales causas de

esta desertificación o degradación de los suelos, así mismo se identifica la Salinidad, en algunos

casos natural, pero en otro casos inducida por los tipos de riego implementados con aguas con alta

carga salina en el sector agropecuario. Otro factor no menos importante identificado en las lecturas

es la deforestación, la cual cuenta con unas cifras más exactas y dado la tecnología y recursos

actuales y es posible establecerla e identificarla en tiempos cortos, aunque la deforestación

directamente podría tratar de mitigarse, la práctica de manera indiscriminada e ilegal, no permite un

desarrollo planificado o un uso adecuado de los suelos existentes en la región caribe.

Restauración de suelos tendientes a la desertificación.

Los suelos tendientes a la desertificación se caracterizan por estar en riesgo de degradación y

pérdida de su fertilidad debido a procesos como la erosión, la pérdida de nutrientes y la reducción

de la capacidad de retención de agua. Estos suelos tienen una baja productividad y son más

susceptibles a la desertificación, que es el proceso de transformación de áreas fértiles en zonas

áridas, semiáridas o desérticas. En el país, el 45% (51.270.290 ha) de la superficie continental e

insular presenta alguna susceptibilidad o tendencia a la degradación de suelos por salinización,

dentro de los cuales la guajira es la más grande en su superficie (90%); así mismo encontramos los

departamentos del Atlántico, Magdalena, César y Valle Cauca, donde también se ha evidenciado
una gran afectación por acumulación de sal (Ana Gonzalez, 2022).

Existe una clasificación ejemplificada según la textura y apariencia física del suelo propenso a la

desertificación, teniendo en cuenta diferentes regiones del mundo, entre ellos se destacan los

siguientes (INTAGRI, Clasificación del Suelo: WRB y Soil Taxonomy, 2017):

Tabla 2

Suelos propensos a la desertificación, según la apariencia física

GRUPOS DE SUELOS CARACTERÍSTICAS

Vertisoles Suelos arcillosos que se hinchan y contraen


con los cambios de humedad.
Arenosoles Caracterizados por tener una alta proporción
de arena y una baja capacidad de retención de
agua y nutrientes.
Solonchaks Suelos salinos que se encuentran en áreas con
un alto contenido de sales en el suelo y poca
capacidad de drenaje. Éstos suelos son
comunes en áreas con alta evaporación y
pueden volverse estériles debido a la
acumulación de sales.
Nota. Elaborado por autores

Teniendo un desarrollo claro de este problema ambiental, es importante crear ideas que provean

impactos positivos para la prevención de los suelos tendientes a la desertificación, de manera que

podamos anticiparnos a la solución del problema. en efecto, podemos se destaca los ensayos con

microorganismos, más específicamente las bacterias, ya que se han observado estudios que estas
son capaces de crecer en ambientes perturbados y cumplir su ciclo reproductivo. Un estudio

demostró que posible usar bacterias halófilas aisladas de ambientes salinos como una posible

alternativa de rehabilitación de suelos salinizados para la producción agrícola y agropecuaria. En

dicho estudio se evaluaron seis bacterias halófilas para determinar su potencial en la disminución de

del suelo, pasando de 5.2 a 0.8 ds/m (T1), 0.7 ds/m (T2), 0.8 ds/m (T3), 0.6 ds/m (T4), 0.7 ds/m

(T5), 0.7 ds/m (T6), 3.0 ds/m (testigo), valores que corresponden a salinidad muy ligera (< 2 ds/m).

En relación con las variables agronómicas, se evidenciaron mejoras en las características evaluadas

en comparación con el testigo absoluto, sobre todo en altura y número de hojas de las plantas. Para

el testigo absoluto se perdieron 80 % de las unidades experimentales, mientras que en el suelo con

los diferentes tratamientos solo en algunos casos se perdió el 20 %. Los resultados expuestos

anteriormente nos demuestran que las bacterias halófilas tienen potencial para la rehabilitación de

suelos salinizados, ya que demuestra que son capaces de sobrevivir y prosperar en entornos con

altos niveles de salinidad, lo que las hace ideales para mejorar la calidad del suelo en áreas

afectadas por alta acumulación de sal. No obstante, es válido resaltar que se deben seguir

estableciendo trabajos científicos bajo esta base que nos permitan tener un panorama más

específico, en cuanto a saber la forma en que podríamos emplear estos microorganismos in situ y

poder tener un amplio margen de resultados, de manera que las bacterias halófilas pueden

desempeñar varios roles en la rehabilitación de suelos salinizados. Es necesario abarcar estudios que

nos indiquen específicamente que especies tiene mayor tolerancia al ser expuestas a altas

concentraciones de sal, ya que eso permite disponer de un blanco esencial de acuerdo a su

mecanismo de acción, de modo que se pueda garantizar el éxito de esta alternativa para recuperar

suelos en vía a la desertificación; por ejemplo, algunas especies de bacterias halófilas poseen

enzimas que les permiten descomponer compuestos orgánicos presentes en el suelo, lo que ayuda a

mejorar su estructura y a liberar nutrientes esenciales para otras plantas. Además, estas bacterias

pueden ayudar a reducir los niveles de sal presente en el suelo. Algunas especies de bacterias

halófilas son capaces de metabolizar los compuestos salinos en el suelo, lo que disminuye la
salinidad y crea condiciones más favorables para el crecimiento de otras plantas, ahora bien, este

estudio evidencia que las bacterias halófilas utilizadas en esta investigación tienen potencial para la

rehabilitación de suelos salinizados (Monica Rodriguez, 2019).

Por otro lado, existen ciertos organismos vegetales que poseen la capacidad de tolerar una alta

concentración de sales; un estudio encontró que el incremento en los niveles de salinidad

disminuye la germinación de las semillas de maíz, centre esas plantas que son capaces de crecer

bajo condiciones de alta salinidad, son las halófitas las cuales crecen en concentraciones de NaCl

mayores a 400 mM , sin embargo, Posada y Colaboradores en el 2000 indicaron que las plantas de

Lulo (Solanum quitoense L.), presentan una tolerancia moderada a la salinidad NaCLl, así mismo

Petrone, en 2013 , en su estudio variación funcional relacionada con la tolerancia al estrés salino de

Gossypium hirsutum en México; indica que los cultivares de algodón se clasifican como cultivos

medianamente tolerantes al estrés salino, y su crecimiento disminuye a los 7.7 dS/m. (Torres Pérez,

2019).

En el departamento de sucre hay varios municipios especializados en el cultivo de ñame, uno de

ellos es Toluviejo, que hace parte de la subregión golfo de Morrosquillo y es una zona costera lo

hace que el suelo tenga alta salinidad. La productividad de los cultivos en todo el mundo está

influenciada por la salinidad del suelo. Si es rico en cloruros y sulfatos de sodio y magnesio, es

salino; además, tienen una alta concentración de sales solubles y se caracterizan por una

conductividad eléctrica (ECe) de 4 dS/m o superior, correspondiente a unos 40 mM de NaCl, lo que

da como resultado una presión osmótica de unos 0,2 MPa. Ahora bien, en la ciudad de Sincelejo, se

elaboró un estudio, en el invernadero de la corporación universitaria del caribe (CECAR) donde se

utilizaron segmentos de tubérculos de ñame espino cultivar botón; comprados a agricultores de la

región y se sometieron a un sustrato en bolsas para vivero de 10 kg, conteniendo una mezcla de

suelo y abono orgánico en proporción 70/30. Se realizaron 3 tratamientos de 0, 40 y 45 mM de

NaCl, denominados T0, T1 y T2 respectivamente. Para obtener la concentración de sal planteada en


cada tratamiento, la sal sodio, se adiciono y mezclo con la cantidad total de suelo para salinidad

presente en el suelo del tratamiento T1 y T2 tuvo influencia en la brotación de tubérculos de

Dioscórea Rotundata. En términos generales, cuando las plantas se encuentran bajo condiciones de

estrés salino se presenta una ruptura de la homeostasis iónica de la planta gracias a la toxicidad

causada por el sodio (Na+) en el citoplasma y a su vez promueve una deficiencia de iones como el

potasio; en otro orden de cosas, las soluciones salinas afectan los procesos enzimáticos del

glicólisis, ciclo de Krebs y la fotofosforilación generando una menor disponibilidad de energía y

adsorción de nutrientes. Es válido recalcar que, es innovador seguir delimitando ideas en base a este

tipo de estudios, con el fin de apoyar biotecnológicamente el proceso de recuperación de los suelos

con alta concentración salina (Torres Pérez, 2019).

Las propiedades físicas y el régimen de humedad de los vertisoles limitan significativamente su

pleno uso en la agricultura, debido a que la textura del suelo es más pesada debido al predominio de

minerales arcillosos expansivos, lo que da como resultado un límite estrecho entre el estrés hídrico

y el exceso de agua; así mismo, presenta serias dificultades a la hora de cultivar, porque es pegajoso

cuando está mojado y duro cuando está seco. La susceptibilidad al encharcamiento es uno de los

factores más importantes, ya que acorta el ciclo de desarrollo de la planta y casi siempre es más

bajo de lo previsto con respecto a la mayoría de los otros tipos de suelos en condiciones climáticas

similares. Una tesis magistral, promueve el tratamiento de este tipo de suelos a partir del

compostaje orgánico, el cual aumenta nutrientes esenciales cuyo fin sea de gran disposición para el

beneficio de la planta; en dicho trabajo se evaluaron las variables físicas de textura, estabilidad de

agregados, densidad aparente y real, capacidad de campo y punto de marchitez en el suelo, en

cuanto a las variables químicas se determinó el pH, conductividad eléctrica, materia orgánica, N, P,

S, Ca, Mg, K, Na, Al, B, Fe, Cu, Mn y Zn para el suelo y elementos mayores y menores en tejido

foliar. Con el objeto de medir el crecimiento del cultivo, se consideró población, altura y diámetro,
para conocer la productividad se examinó tonelada de caña de azúcar por hectárea (TCH) y tonelada

de sacarosa por hectárea (TSH) (Ospina, 2023).

Los resultados demostraron que la aplicación de compost, mejoró la resistencia del suelo a la acción

de agua por el mayor aporte de materia orgánica, el grado de madurez del abono cambio el pH,

aumentó el contenido de materia orgánica, Mn y Fe, la dosis más alta contribuyó a una mejor

disponibilidad de K y P, por otra parte, la dosis más baja contribuyó a la disponibilidad de Mg y Na

en el suelo. Los nutrientes que fueron extraídos por el cultivo y expresados en el tejido foliar fueron

K, P, Na y Zn. Aunque se presentaron cambios significativos en las variables agronómicas de

población, altura y diámetro, estos resultados no se reflejaron en TCH y TSH. En este sentido, se

puede inferir que el uso de compostaje orgánico es una buena propuesta como estrategia de

restauración de suelos tendientes a la desertificación, sin embargo deben aplicarse estudios de esta

magnitud en vertisoles del caribe colombiano para tener una mayor confianza de éxito, a la hora de

establecer esta alternativa como mecanismo indispensable para impedir la desertificación de suelos

arcillosos; adicional , se tienen en cuenta diferentes variables climáticas y/o ambientales que pueden

delimitar otros resultados , sin embargo , el estudio anterior , deja un camino abierto para el

aprovechamiento de esta metodología , ya que el uso de “desechos” orgánicos puede ser

beneficioso para mejorar la productividad de los vertisoles debido a aumento de la materia orgánica

ya que estos suelos , suelen tener una baja materia orgánica, lo que afecta negativamente su

estructura y capacidad de retención de agua y nutrientes. El compostaje orgánico proporciona una

fuente de materia orgánica rica en nutrientes, lo que ayuda a mejorar la estructura del suelo,

aumentar su capacidad de retención de agua y nutrientes, y estimular la actividad microbiológica

del mismo (Ospina, 2023).

Siguiendo la misma estrategia de recuperación de suelos susceptibles a la degradación, se han

detectado resultados beneficiosos en suelos de tipo arenosoles, los cuales debido a su apariencia

arenosa y la fisiología que, de su estructura, se le dificulta la retención de agua, debido a sus altos
contenidos de arena, estos suelos tienen una estructura porosa que permite un drenaje rápido del

agua, lo que puede resultar en un déficit hídrico para las plantas. Esto limita la disponibilidad de

agua para el crecimiento vegetal, lo que a su vez reduce la productividad de los cultivos.

Además, los arenosoles suelen tener una baja capacidad de retención de nutrientes, ya que la arena

no posee una gran capacidad de retención de elementos nutritivos. Esto implica que los nutrientes

aplicados a estos suelos pueden fácilmente lixiviarse y perderse, lo que disminuye la disponibilidad

de nutrientes para las plantas y afecta su rendimiento. Científicos mexicanos analizaron la

capacidad de recuperación de suelos tipo arenosol, a través de vermicompostaje adicionando un

sustrato como lo es la cascara de cacao (Theobroma Cacao l.). Se analizaron los parámetros de

fertilidad (N, P, y K) de la cascara de cacao y un suelo arenosol, con la finalidad de mejorar las

condiciones del suelo mencionado. Para la realización de la vermicomposta se hizo un diseño

completamente aleatorizado de un factor con cuatro niveles de tratamiento y un control. Se obtuvo

como resultado de la determinación de nutrientes para la cascara de cacao 1400 mg/L de NOз-N,

3833.33 mg/L de NOз, 2000 mg/L para el P, 61320 mg/L de PO4 3 -, 45,820 mg/L de P2O5 y 4000

mg/L de K+ , 4800 mg/L de K2O. Los resultados obtenidos del suelo arenosol son los siguientes, 0

mg/L de NOз-N, 0 mg/L de NOз, 3166.66 mg/L de P, 9733.33 mg/L de PO4 3 -, 7266.66 mg/L de

P2O5, y 1666.66 mg/L de K+ y 2166.66 mg/L de K2O. Este importante estudio, proporciona una

idea, debido a que el suelo arenosol puede ser mejorado con un sustrato como el del cacao a través

del proceso de vermicompostaje; con esto proponemos que se haga énfasis en los sustratos

utilizados en los compostajes, ya que dependiendo la cantidad de nutrientes sumergidos en x o y

base, determinan la calidad y funcionalidad del producto y que cumpla en 100 % su función (Pérez

Ramírez, 2015).

Según informes de la organización de las naciones unidas para la alimentación y la agricultura

(FAO) y el programa para las naciones unidas para el medio ambiente (PNUMA), se estima que

alrededor del 20% de los suelos de la región caribe están propensos a la desertificación. Por
consiguiente , en el caribe colombiano , estos suelos generan una preocupación en las zonas donde

más se encuentran, ya que amenazan la productividad, de esta manera, se invita a seguir evaluando

la línea del compostaje como estrategia sostenible para la recuperación de suelos tendientes a la

desertificación, ya que se usa matera prima natural y se aprovechan los residuos y/o los desechos

orgánicos, y no se generan impactos al medio ambiente, si se realizan metodologías integras ,

previamente reguladas ((PNUMA), 2020).

Estrategias para combatir la degradación y la desertificación en suelos del caribe colombiano.

Combatir la desertificación y la degradación de los suelos en el caribe colombiano requiere una

combinación de acciones que van desde la promoción de prácticas sostenibles en la agricultura y

ganadería y el uso eficiente del agua, hasta la implementación de políticas de protección ambiental

y la diversificación de actividades económicas. Además, es fundamental educar y concientizar a la

población sobre la importancia de conservar los suelos para garantizar la sostenibilidad del

territorio. Por otra parte, según estudios científicos, se proponen trabajos con plantaciones nativas

que posean una adaptación e implicancia ecológica, esto se fundamenta en el trabajo titulado;

leguminosas nativas: estrategias adaptativas y capacidad para la fijación biológica del nitrógeno.

Implicancia ecológica, cuyo desarrollo, demuestra que organismos vegetales y sus simbiontes

representan un grupo único de germoplasma que se puede utilizar para restaurar ecosistemas

degradados, conservar la biodiversidad y mitigar los impactos ambientales y del cambio climático.

Además, lograron reflejar que los trabajos publicados han mostrado un gran avance en el estudio de

la taxonomía de los rizobios y las modificaciones morfoanatómicas a nivel de raíces que permiten a

la especie resistir diversos factores de estrés como la sequía, la salinidad, el suelo alcalino y el suelo

de baja fertilidad. Aún existen diversas plantas con propiedades adaptativas inexploradas y la

capacidad de crear simbiosis con los microbios del suelo que pueden ser un plus a la hora de

incrementar la favorabilidad de estas técnicas para reducir la degradación de suelos; de hecho, es

importante correlacionar esta idea, abarcando la riqueza de especies nativas de este tipo en nuestra
región cuya variedad es considerada. La interacción entre la biodiversidad y el carbono orgánico del

suelo juega un papel fundamental en el mantenimiento y regulación de los servicios ecosistémicos

de las zonas secas, desde la fertilidad del suelo a la producción de alimentos. (Muñoz-Rojas et al.,

2021), discutieron la importancia de la biodiversidad terrestre y el carbono orgánico del suelo en el

contexto del cambio global y lograron definir la relación entre ambos y su respuesta a los factores

climáticos y la degradación. También hicieron hincapié en el uso de herramientas avanzadas como

la genómica y las técnicas de gestión de la tierra relacionadas que nos permiten aumentar el carbono

y mejorar la diversidad y el funcionamiento del suelo en las tierras secas, con el objetivo final de

prevenir y revertir la desertificación (Luciana Bianco, 2018).

Por otro lado, es indispensable destacar las alternativas para poder sobrellevar la degradación de

suelos, como las descritas por (Rattan Lal, 2015), quien menciona que la estrategia es minimizar la

erosión del suelo, creando presupuestos de SOC y N positivos, mejorar la actividad y la diversidad

de especies de la biota del suelo en sus distintas capas y mejorar la estabilidad estructural y la

geometría de los poros. En síntesis, se debe mejorar la calidad del suelo, puesto que así, se pueden

ver reducidos los riesgos de degradación de este recurso, al tiempo que mejora el medio ambiente.

Aumentar el grupo de SOC por encima del nivel crítico (10 a 15 g/kg) es crucial para poner en

marcha las tendencias restaurativas. Las técnicas específicas del sitio para recuperar la calidad del

suelo comprenden la agricultura de conservación, manejo integrado de nutrientes, cobertura vegetal

continua, como mantillo de residuos y cultivos de cobertura, y pastoreo controlado a tasas de carga

apropiadas. En este sentido, este trabajo deja un avance esencial para seguir trabajando a raíz de las

estrategias definidas aquí, sin embargo, se tienen que buscar las mejores metodologías que permitan

desarrollar todas estas ideas y en un futuro tener con claridad una base de procedimientos genuinos

que se establezcan de manera estándar en la restauración de los suelos con desertificación en el

caribe colombiano.
En base a las estrategias para combatir estos dos problemas ambientales, van desde, promover la

reforestación, para que implementen programas de reforestación en áreas degradadas con especies

nativas que ayuden a recuperar la biodiversidad y fortalecer el suelo. De igual manera, se deben

realizar prácticas de agricultura sostenible, ya que estás fomentan el uso de técnicas como la

agricultura de conservación, el cultivo en terrazas, el uso adecuado de fertilizantes y pesticidas, y la

rotación de cultivos, que ayuden a proteger la capa superficial del suelo y evitar su erosión;

También, se debe persuadir al uso de técnicas de conservación del agua: El agua es un recurso clave

para mantener la salud del suelo. Promover el uso de técnicas de conservación del agua, como la

construcción de terrazas, la captación de agua de lluvia, y la implementación de sistemas de riego

eficientes, ayudará a mantener la humedad del suelo y combatir la desertificación. Por ultimo y no

menos importante, está la concientización y/o educación ambiental: Educar a la población sobre la

importancia de conservar los suelos y los impactos negativos de la desertificación y la degradación.

Esto puede incluir campañas de sensibilización, programas de educación ambiental en escuelas y

capacitación para agricultores y comunidades locales.

Conclusiones:

Una vez revisada la información y artículos existentes es posible establecer que la degradación de

los suelos es el componente principal en la tendencia a desertificación de los suelos en el caribe

Colombiano como La guajira, Cesar, Córdoba, Magdalena, Atlántico, Bolívar y Sucre que se viene

impactando sobre este recurso natural de una manera intensiva y está llevando a una reducción de

las áreas productivas existentes y presionando los ecosistemas tendientes a la conservación dado el

crecimiento desorganizado de las actividades productivas y a las malas prácticas para desarrollar

cada una de estas actividades, como soluciones se plantean 2 frentes que se encamina a

conservación de los suelos productivos existentes con políticas de desarrollo productivo sostenible y

con la implementación cultural trasversal en cada actividad desarrollada, así mismo una
planificación adecuada en el uso de los suelos, y por otra parte en la recuperación de los suelos

afectados por esta degradación es necesario incentivar la innovación en el desarrollo de estas

actividades para la recuperación de estos suelos y fomentar la reforestación como política pública.

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