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UNIVERSIDAD DE HUÁNUCO

FACULTAD DE INGENIERÍA
E.A.P. INGENIERÍA AMBIENTAL
ASIGNATURA
CONTAMINACION Y TRATAMIENTO DE SUELOS
LA PROBLEMÁTICA DE LA UTILIZACION DEL SUELO

DOCENTE:I NG. SIMEÓN CALIXTO VARGAS 2 0 2 0 - II


INTRODUCCION
Uno de los recursos naturales más importantes es el suelo. Su
conocimiento se obtiene a través de levantamientos que indiquen
las varias clases de suelos que podrían usarse para determinar los
cultivos que pueden desarrollarse exitosamente. Los estudios de
suelos pueden usarse para determinar la adaptabilidad de tierras
nuevas para la colonización, o para proyectos de irrigación y
drenaje. Los estudios pueden ayudar también para determinar los
problemas de erosión, que tan seriamente atañe a las tierras del
Perú. Estos levantamientos suministran la información básica
necesaria para los planes reguladores del uso de la tierra, de
urbanización, carreteras, etc.
La sostenibilidad y seguridad del sistema global de producción de
alimentos dependen de la conservación de determinadas funciones del
suelo, que es un recurso finito y no renovable. Actualmente la
producción primaria de alimentos prioriza el mantenimiento de la
productividad del suelo, disminuyendo los costes financieros. La
degradación del suelo inducida por la agricultura intensiva es la causa
principal de pérdida de productividad; por ello, la investigación
agronómica se ha orientado hacia sistemas de cultivo que mantengan
la productividad del suelo. Algunos ejemplos significativos son
sistemas basados en no-laboreo, siembra directa, cultivos resistentes a
herbicidas, cultivos resistentes a la sequía y a la salinidad y eficiencia
de uso del agua. En el contexto de seguridad del suministro global de
alimentos las estimaciones no parecen comprometidas a corto plazo.
Otra cuestión es la calidad de los alimentos, la cuál depende de
muchas otras funciones ecológicas del suelo
LA CONTAMINACIÓN DEL SUELO, PROBLEMÁTICA DE
PRIMERA MAGNITUD
Según la ONU, “la sostenibilidad de los suelos es
fundamental para afrontar las presiones de una población
cada vez mayor y el reconocimiento, la promoción y el
apoyo para fomentar la gestión sostenible de los suelos
pueden contribuir a la existencia de suelos sanos y, por
extensión, de un mundo que cuente con seguridad
alimentaria y de ecosistemas estables y que se utilicen de
manera sostenible”.
El suelo es la base para la producción de la inmensa mayoría de alimentos,
carburantes y materias primas que se emplean diariamente, y está sometido a
diversos tipos de amenazas, entre las que destaca la contaminación por
fuentes puntuales industriales.
En el marco de la política de protección ambiental en la
Unión Europea, la Hoja de Ruta hacia una Europa Eficiente
en el Uso de los Recursos (COM 2011) 571 final) establece
que “para 2020 las políticas ambientales de la UE deberán
tener en cuenta el impacto directo e indirecto del uso del
suelo a en la UE y globalmente, asegurarse de que la tasa
de ocupación del suelo está alineada con el objetivo de una
tasa nula para 2050; que la erosión del suelo se reduzca y
la materia orgánica del suelo aumente, y que los trabajos
de remediación en emplazamientos contaminados esté
siendo acometida a un ritmo notable»
A nivel de la UE, la problemática de la contaminación del suelo es de primera
magnitud, con cerca de 250.000 emplazamientos potencialmente contaminados
(EEA), aunque el número real podría ser aún mayor ya que existen cerca de 3
millones de actividades con capacidad potencial de contaminar el suelo.
Aunque se han hecho esfuerzos en este sentido (80.000 emplazamientos
recuperados en los últimos 30 años) se espera que el impacto de los errores
cometidos en el pasado en la gestión de actividades potencialmente
contaminantes siga perdurando en las próximas décadas a medida que se
amplíen los inventarios de emplazamientos históricos y se inicien nuevas
actividades. La estimación de la UE sobre los costes de les acciones de
recuperación se sitúa en el rango de miles de millones de €. En el caso
concreto de España se estima que existen más de 10.000 emplazamientos
contaminados.
Con el fin de seguir proporcionando la mejor capacitación a los profesionales
responsables de la gestión de espacios contaminados, el Instituto Superior de
Medio Ambiente imparte el curso de Contaminación de Suelos y de las Aguas
Subterráneas. El curso, con un claro enfoque práctico, proporciona las
herramientas de diagnóstico necesarias para evaluar la calidad del suelo y las
aguas subterráneas ante episodios de contaminación puntual de origen
industrial, aborda estrategias y técnicas para la planificación del muestreo,
profundiza en la metodología del análisis cuantitativo de riesgos (ACR) y perfila
las principales tecnologías disponibles para la recuperación de suelos y aguas
subterráneas contaminados.
Manejo de suelos problemáticos
Los suelos no se categorizan como ‘‘buenos’’ ni ‘‘malos’’ ya
que la distinción se basa en su uso previsto. No obstante, la
mayoría de los suelos presentan características donde se
requiere intervenciones de manejo para evitar problemas
en la producción agrícola o degradación ambiental. Se
diferencian entre los suelos “problemáticos” cuyas
características poseen problemas para su manejo óptimo y
‘‘degradados’’ cuyos manejos inapropiados resultan en
problemas ambientales y de productividad.
La degradación del suelo y sus efectos sobre la
población
La degradación del suelo afecta la calidad de vida de todo
ser humano. El suelo es uno de los recursos naturales más
valiosos de un país, calificado con acierto como “el puente
entre lo inanimado y lo vivo”. Se compone de material
rocoso meteorizado y descompuesto, agua, aire, materia
orgánica formada de la descomposición vegetal y animal, y
miles de formas diferentes de vida, principalmente
microorganismos e insectos (FAO)
El uso actual que se le da a la tierra, es el tema ambiental que hoy
reviste mayor gravedad y, a la vez, mejores posibilidades para la región,
siendo sus principales consecuencias la erosión y pérdida de fertilidad, la
desertificación, la deforestación, la degradación de pasturas, la
salinización y alcalinización de suelos bajo riego y la subutilización de
tierras agrícolas de buena calidad (BID-PNUD, 1992; IICA, 1997). Es
indudable que las modificaciones producidas en el suelo, y por efecto de
éste en el medio ambiente, afectan considerablemente la calidad de vida
de toda una población. Sabemos que la agricultura es uno de los
principales autores de ese cambio. El cuidado ambiental no debe ser
considerado una cuestión momentánea, ni pasajera. Debe realizarse con
visión de futuro, en función a una idea de sostenibilidad, con el fin último
de crear las condiciones que aseguren mejores niveles de vida, para las
generaciones actuales y venideras
Causas de la pérdida de tierras
La modificación del ambiente, a través de la degradación de la tierra, es un
proceso perjudicial que afecta negativamente el desarrollo de la población. Una
de las consecuencias se da en el rendimiento de los cultivos, que va
disminuyendo a medida que avanza la degradación. Con el tiempo, cambia
también el uso que se da a esa tierra: de ser cultivable se convierte en área de
pastoreo; luego, se cubre de maleza y, finalmente, se torna árida (Encina R.,
Arnulfo y José Ibarra. 2000). Muchas tierras aptas para cultivo se pierden, pues
éstas son destinadas en la actualidad a usos no agrícolas (FAO, 1984). Las
causas principales son la expansión urbana, la construcción de carreteras, la
minería y la industria. Aparte de estas formas de pérdida, existen otras de
degradación de la tierra, como la acumulación salina, daños físicos y biológicos,
erosión eólica y erosión hídrica.
Efectos de la degradación del suelo sobre la población
En los últimos decenios, la ganadería y el pastoreo excesivo han ocasionado daños
incalculables en numerosas regiones de África, Asia y América Central y del Sur. En las
zonas más secas, el resultado final de la erosión es la desertificación. Si la erosión es
para la tierra una enfermedad, la desertificación significa su muerte. Hoy, la
desertificación amenaza a unos 3.200 millones de hectáreas de tierra, y pone en peligro
el sustento de más de 700 millones de personas. Hace veinte años, aproximadamente,
un 30 por ciento de los suelos cultivables del mundo se dedicaban todavía a la
agricultura migratoria. Sólo en África, más de 30 millones de personas practican este
tipo de agricultura. En el pasado, esto permitía conservar la fertilidad de la tierra, al
dejarla en barbecho durante largos períodos. Así, el suelo recuperaba su fertilidad
original. En la actualidad, debido a la presión demográfica y a los esfuerzos por
aumentar el rendimiento, prácticamente se suprimen los períodos de barbecho o
descanso de suelos utilizados en agricultura, y ésta se convierte en una mucho más
intensa.
La degradación del suelo, sustento fundamental de toda la
población humana, puede intervenir en la destrucción de
civilizaciones enteras. Este es el caso de la cultura Maya, que se
mantuvo floreciente durante 1.700 años, en lo que es actualmente
el territorio de Guatemala. Entre las causas de su decadencia, hacia
el año 900 d.C., se menciona la drástica degradación que sufrieron
sus suelos, ocasionando una grave disminución de la productividad
agrícola. Al aumentar la presión demográfica, los Mayas
comenzaron a talar árboles de las laderas abruptas, para extender
sus áreas de labranza. La tierra comenzó a sufrir una fuerte erosión,
decayó la capacidad de autoabastecimiento alimentario, y se
produjo, finalmente, el desmoronamiento de su civilización
Practicar el desarrollo sustentable es, sin duda, una necesidad
urgente. El desarrollo no puede dejarse enteramente a los albures
del mercado. La relación hombre-medio ambiente debe ser
armónica, en donde al hombre le corresponde establecer reglas y
condiciones, pues es quien posee poder de decisión. La
conformación de una relación satisfactoria entre la sociedad y la
naturaleza implica, necesariamente, prever con suficiente antelación
los daños ecológicos que las actividades humanas ocasionan,
algunos de los cuales podrían ser de carácter irreversible. De esta
manera, se podrá tomar las medidas requeridas para mitigarlos o
evitarlos, antes de que ocurran. A partir de ahí, el ordenamiento
territorial juega un rol fundamental.
“Deficiente Aprovechamiento del Recurso Suelo en
el Sector Agrario” en el Perú
El Programa de la FAO Land Degradation Assessment in
Drylands señala que a nivel de degradación del suelo
debido al factor humano, la actividad agraria
( sobrepastoreo y deforestación) constituye la principal
causa de degradación. El Perú presenta el 54% de la
superficie con degradación moderada, severa y muy
severa, por encima de países como Chile, Brasil,
México, Holanda, Noruega, Egipto, etc.
La problemática de contaminación de suelos en el Perú
El Perú es un país pobre en suelos. Solamente el 6 % tiene un
potencial para el desarrollo agrícola, mientras que el 13.94 %
para pastos naturales; solo contamos con 25,525,000 ha aptas
para la producción agrícola y ganadera; por ello, el alto valor de
los suelos con potencial agrícola. En comparación con otros
países de Sudamérica, nuestro país presenta la relación más
baja de suelo productivo como sustento alimentario. Los tipos de
suelo que tenemos se han clasificado en siete regiones
geoedáficas: Yermosólica, Litosólica, Paramosólica o
Andonsólica, Kastanosólica, Lito-Cambisólica, Acrisólica y
Ferrasólica, con variedades de grupos en cada región,
determinando en total 36 grupos de suelos en nuestro territorio.
El suelo es un sistema abierto, complejo, autoorganizativo,
estructural y polifuncional; se comporta como un filtro y es un
soporte material de las plantas; por lo tanto, debe proporcionar
un medio adecuado para la germinación de las semillas y el
desarrollo de las raíces; buena aeración, buena capacidad de
retención del agua y un régimen de circulación adecuado de las
fases líquida y gaseosa dentro de los espacios porosos de la
fase sólida. Un buen suelo tiene 45 % de materiales inorgánicos
en su composición, 5 % materiales orgánicos, 50 % de espacio
poroso, 25 % ocupado por el aire y 25 % por el agua; por las
propiedades que presenta el suelo, los contaminantes que estén
en el aire o en agua ocupan los espacios y modifican su
composición.
Una vez que los contaminantes entran al suelo, se dispersan y
pueden llegar por aire, agua o depósitos de residuos; tener un
suelo contaminado es tener un depósito donde se dispersarán los
contaminantes por la acción del aire y del agua, convirtiéndose en
un foco de contaminación. La movilidad de tales contaminantes
depende de condiciones ambientales como tipo de suelo,
estructura, nivel de la napa freática, temperatura, composición del
suelo, y de los procesos del suelo que finalmente regulan la
contaminación, como el pH que tiene una capacidad de
amortiguamiento, materia orgánica que influye en las propiedades
físicas y químicas, precipitación y disolución, volatilización,
oxidación – reducción, que se produce en los electrones libres en
el agua oxidando los elementos metálicos y formando sulfitos con
los sulfatos, cambio iónico, y el proceso de adsorción y desorción.
Los contaminantes en el suelo, dependiendo de sus
características, si son residuos sólidos se mantienen formando
parte de él, degradándose de acuerdo a su composición
material. Los contaminantes que estén en líquido o en estado
gaseoso serán transportados por el agua y el aire; en el primer
caso, el agua transporta los contaminantes solubles presentes
en el suelo, superficialmente, por la acción de las lluvias, ríos,
lagos y mar, o se infiltran llegando hasta el acuífero subterráneo;
mientras que los contaminantes en estado gaseoso, debido a su
peso molecular, pueden ser transportados por el viento, por
ejemplo los hidrocarburos que son muy volátiles, los compuestos
orgánicos aromáticos, aminas, etc.
La falta adecuada de uso, manejo y planificación de suelo en el
Perú ha ocasionado la pérdida de este recurso, y cada día es
mayor, principalmente el que sirve para el desarrollo agrícola y
ganadero. La problemática es diferente en cada región
geográfica, por ejemplo, en la costa se presenta la salinización
de suelos, erosión eólica, erosión fluvial, erosión hídrica,
desertificación; en la sierra y selva alta la erosión hídrica es
grave, así como el sobrepastoreo, la quema de pajonales y la
cobertura forestal, mientras que en la selva baja, se suma a los
problemas señalados la pérdida de fertilidad de los suelos una
vez que se pierde la cobertura forestal
Salinización de suelos
Se presenta debido al excesivo sistema de riego que
todavía practicamos en el Perú. El riego por gravedad
que inunda el suelo y la malas condiciones de drenaje
ocasionan que el agua se evapore y se queden las sales
en el suelo, causando su pérdida por el alto contenido de
sal; es el principal problema de contaminación de suelo
en la costa peruana.
Erosión eólica
Causada por la acción del viento. Este transporta
partículas que, cuando chocan con el terreno, lo van
desgastando; es un proceso lento y afecta al suelo
cuando ha perdido la cobertura vegetal.
Erosión pluvial
Los ríos tienen un potencial erosivo por la energía que
genera la acción del agua, determinada por su caudal,
ocasionando el arrastre de suelos de las orillas en los
diferentes valles de la costa, sierra y selva.
El sobrepastoreo y la quema de pajonales
El pastoreo mal manejado por parte de algunas comunidades
campesinas ocasiona que el ganado divague sin ningún control
en busca de alimento, erosionando el suelo y, a la vez,
exterminando las especies vegetales. El pastoreo en forma
simultánea y por tiempo prolongado anula la capacidad de
regeneración natural. Otro problema asociado a la pérdida del
suelo es la quema de pajonales compuestos por ichu, iro ichu,
kachi, acsha, etc; una práctica muy común cuando los pastos
alcanzan gran tamaño y no son consumidos por el ganado.
Después de la quema, los rebrotes de los pastos son más suaves
y suculentos, pero la continuidad de la quema afecta la
regeneración natural de los pajonales y el suelo pierde
propiedades básicas y está expuesto a la erosión hídrica y eólica
Desertificación
La desertificación es la intensificación de la aridez. Cabe
destacar que este término se utiliza para describir
procesos causados por los seres humanos. En cambio,
otro concepto llamado "desertización", se utiliza para
describir el proceso natural de la formación de desiertos.
La desertificación, definida como la intensificación de las
condiciones desérticas y el decrecimiento paulatino de la
productividad de los ecosistemas, es generada
principalmente por el ser humano, que actúa sobre un
medio frágil y lo presiona en exceso para obtener su
sustento.
Cuando se tala vegetación para despejar tierras o usar leña, la
capa fértil del suelo es expuesta a la lluvia y al sol, la corteza del
suelo se endurece y se seca, impidiendo la infiltración de más
agua. Así comienza el proceso de desertificación, ya que
disminuye la filtración acuosa a depósitos subterráneos, y la
capa de suelo superficial se erosiona y se convierte en estéril.

Las principales causas de desertificación son la agricultura de


secano y riego;, la erosión hídrica y eólica, los cambios
climáticos, el sobrepastoreo, la deforestación, los incendios
forestales, la extinción de especies nativas de flora y fauna, y la
expansión urbana.
Perdida de fertilidad por monocultivo y salinización:

Cuando se siembra la misma especie cada año, la tierra se deteriora. El


trigo agota el nitrógeno y otros nutrientes del suelo. Si se continúa
cultivando trigo en la misma tierra, disminuye la producción cada año. El
monocultivo de especies forestales también es un problema por la misma
razón. Se está viendo que el replante de pinos en el mismo terreno ya no
es tan rentable, porque en la segunda y tercera plantación disminuye el
ritmo de crecimiento de los árboles. Además de agotar las tierras, el
monocultivo multiplica algunas plagas, pues éstas pueden contar siempre
con el tipo de alimento al que están adaptadas.

La salinización del suelo es la acumulación de sales provenientes del agua


de regadío y de los fertilizantes usados. Debido al exceso de sales, el suelo
pierde la fertilidad.
Urbanización:
La urbanización es el avance y crecimiento de las
ciudades y la edificación de nuevas poblaciones, las que
generalmente se ubican sobre suelo fértil. De esta forma
se pierde el mejor suelo agrícola, se impide la recarga de
los depósitos de agua subterránea y se destruye mucha
microflora y microfauna que vive en el suelo. Una gran
parte de los suelos con alto potencial agrícola de
muchos países se encuentran dentro de límites urbanos
y el rápido crecimiento de las urbes amenaza las tierras.
Compactación:

La compactación del suelo se produce por el paso de personas,


animales y vehículos en forma repetida por el mismo lugar. Esto
provoca la desaparición de los espacios existentes entre las partículas
del suelo, lo cual disminuye la cantidad de oxígeno presente y, por
ello, la microflora y microfauna…

La degradación de los suelos es como una crisis silenciosa que esta


avanzando tan rápidamente en América Latina que pocos países
tienen la esperanza de alcanzar una agricultura sostenible en un
futuro próximo. Es un problema que, a pesar de estar amenazando la
subsistencia de millones de personas en la región, tiende a ser
ignorado por los gobiernos y la población en general.
Los Gobiernos nacionales, provinciales y locales tienen la
responsabilidad urgente de crear una mayor conciencia en la población
acerca del deterioro de los recursos de tierras y de su efecto negativo
sobre la producción agrícola y la economía de sus países.

Las causas de la degradación de suelos tienen su origen en factores


socioeconómicos, en la sobre-explotación de la capacidad de uso de las
tierras y en prácticas de manejo de suelo y agua inadecuadas.

La información disponible de investigación sobre los tipos, causas,


grado y severidad de la degradación de tierras es todavía insuficiente en
la mayoría de los países de América Latina. Esta falta de información
dificulta enormemente la identificación y la puesta en práctica de
estrategias efectivas de conservación y rehabilitación de tierras.
Para superar los problemas mencionados, se deben considerar
soluciones que impliquen una acción inmediata y, también,
métodos de prevención para impedir mayor deterioro futuro.
Parte del deterioro causado lo puede solucionar la naturaleza
misma con sus ciclos naturales. Por ello la acción del ser
humano debiera contribuir a crear las condiciones necesarias
para que la naturaleza emprenda su obra de restauración. Sin
embargo, recuperar el suelo una vez que éste ha sido destruido
es un proceso lento si se lo deja sólo a su ritmo natural, y muy
costoso si se trata de acelerarlo. Por lo tanto, lo más razonable
es evitar que se destruya el suelo.
GRACIAS

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