Está en la página 1de 2

RETRATO DE DAMA. 1830.

Miniatura. Gouache sobre marfil, medidas: 5,6 x 4,4 cm. Firmada en el ángulo superior
derecho: “F. Enriquez f(ecit) 1838”. Con su marco de metal, de época.

Retrato de torso de tres cuartos de perfil. La dama luce todos los lujos de la moda femenina
de aquella década del siglo XIX: vestido negro de invierno con amplias mangas y tela
brillante que con gran maestría el pintor ilumina con reflejos azules de la luz natural del
cielo. Sobre el vestido una mantilla rosa con flecos, sujeta con joyas de perlas y oro que hace
juego con el collar y los aros. El peinado también es el característico del año de la datación:
dos grupos espesos de bucles sobre las sienes, con el cabello dividido por medio de una
raya. Concluye con un moño y el clásico peinetón español de carey. Su torso y su cabeza se
dirigen hacia la derecha, mientras que su mirada se fija en la dirección contraria, otorgando
dinamismo al retrato. El fondo neutro grisáceo permite resaltar los colores y la figura de la
retratada, El pintor firmó de modo bien visible, lo cual nos demuestra la valía que gozaba el
artista en vida.

Francisco Enríquez y García (Granada, 1771-1848), miniaturista y pintor granadino, incluido


entre los más destacados miniaturistas españoles de la primera mitad del siglo XIX. Entre las
instituciones de mayor arraigo en Granada, la Real Sociedad Económica de Amigos del País
creó en 1777 la Escuela de las Tres Nobles Artes: Arquitectura, Pintura y Escultura,
denominada más adelante Real Escuela de las Nobles Artes y en plena guerra de la
independencia, desde 1808, “Real Academia de Nuestra Señora de las Angustias”,
otorgando títulos de igual validez que las academias de San Fernando de Madrid, San Carlos
de Valencia y la de San Luis de Zaragoza. En dicha institución, y en los certámenes
organizados entre alumnos y ex alumnos, apareció por primera vez el nombre de Francisco
Enríquez y García. También de su producción temprana, el Museo Nacional de las Artes
Decorativas de Madrid posee una miniatura con un retrato masculino fechado en 1812. (1)
En el Museo Nacional del Prado se conserva el retrato de Gonzalo José de Vilches y Parga, I
conde de Vilches, ejecutado en 1827.

De alumno distinguido, Francisco Enríquez pasó a ocupar un cargo jerárquico en la Real


Academia luego de su reapertura después de la guerra de la Independencia, en 1814, y
desde 1819 hasta 1841 ejerció la dirección de dicha casa de estudios. Fueron años muy
difíciles, con enormes dificultades que hacían peligrar la continuidad de la institución,
obligando a sus autoridades y cuerpo de profesores a conseguir otras fuentes de ingresos. El
propio director logró el sustento para mantener a su familia mediante la ejecución de
retratos en miniatura, siendo un destacado especialista en la sociedad granadina.

Sobre su pintura, afirma el coleccionista e investigador Martínez Lanzas de las Heras,


miembro de la Real Academia de Bellas Artes Nuestra Señora de las Angustias de Granada:
“Las damas con sus trajes de seda, terciopelos ceñidos al busto y profusión de encajes y
gasas. En relación a la técnica, la nota más característica es la manera de conseguir la
carnación con un punteado apenas perceptible para conseguir el claroscuro y el volumen. Su
obra casi siempre lleva su firma, en letra muy pequeña, situada en horizontal en el extremo
derecho del marfil, seguido del año de ejecución en los casos en que el formato del soporte
sea rectangular”, exactamente como la presenta nuestro ejemplar. (2)

Notas:
1. http://colecciondeminiaturas.blogspot.com/2017/03/francisco-enriquez-y-garcia-granada.html
2. Martínez Lanzas, Eloy: Estudio crítico de los retratos en miniatura.

Bibliografía:
María Dolores Santos Moreno: Pintura del siglo XIX en Granada. Arte y Sociedad. Universidad de Granada.
Facultad de Filosofía y Letras. Departamento de Historia del Arte. Tesis doctoral. 1997.

También podría gustarte