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18 ppreciado; los amigos citados en el primer prélogo siguen. siendo mis amigos. A todos ellos les estoy agradecida de in- rnamerables maneras, y también agradezco el dspero abrazo de la cludad de Nueva York que shora me saluda todos los dias, PROLOGO A LA SEGUNDA EDICION ‘Nueva Yor, febrero de 2010 INTRODUCCION: La critica en la zona de contacto istowel, Ontario, el pueblo rural agricola donde erect, tle las cuatro esquinas de la principal interseccién de la ocupaba la farmacia Livingstone, que dirigia el del mismo nombre. El doctor Livingstone era un lwo que se habia hecho farmacéutico, pero para los ni- Hel pueblo su local era sobre todo el sitio donde se po- ‘comprar artculos para hacer bromas; aunque también ia suiceder que uno se convirtiera en objeto de tales bro- ‘especialmente si era un dia en que la sefora Livingsto- fno estaba en la farmacia, Fue através del doctor Livings- | por ejemplo, que yo conoct los milagros de la bomba lel anillo que lanzaba un chorro de agua, el truco de sposas chinas, el falso paquete de goma de mascar que lolaba al tocarlo y, alrededor de 1955, un tervorico ar Jl nuevo que el doctor Livingstone les vendié en secreto Jhermano ya uno de sus amigos: el vémito pléstico, Por io, no supe si creerle cuando me mostré aquella des- hhoja de papel cubierta de una eseritura desvaida, jreada como un cuadro, y declaré que se trataba de una fscrita por un tfo abuelo suyo que habia sido un fa- (© misionero en Africa, Sélo lo tomé en serio cuando, is de Ia clase de religin del domingo, se lo pregunté ss Roxie Ellis, que era una ex misionera, Era elerto: tro" doctor Livingstone era sobrino nieto del “verda F doctor Livingstone de Alriea. En la década de 1950 el inglés todavia era colonial: la realidad y la historia aban en otra parte, encamadas en la monarqula y en los 20 INTRODUCCION: LA CRITICA EN LA ZONA DE CONTACTO Desde entomces el nombre del autor de la vieja carta me persiguié, arrastrando consigo su plumaje colonial. Cuando en Listowel se nstalaron cloacas, el gobierno decid cambiar ademés los nombres de todas las calles, y la nuestra ascen- 46 de categoria: de sera calle Ragin pasé a sera avenida Livingstone. Un siglo tras, el pueblo habia sido bautizado por el jefe de Correos sega el lagar de nacimiento de su e- posa en Tanda, Mi hermana tropezé con ese fragmento de Ia historia a mediados de la déeada de los seteta, tambien cn Africa, En el vestibulo de la vwca (Young Women’ Chris- tian Association [Asociacion Cristiana de Mujeres Jévenes) de Nairobi conociéala seniors Judith Listowel, una exoéat ‘a aventurera de unos setenta ais, delgada pero fuerte, sin un eéntimo, que estaba disgustada por el precio de los hoteles y most muy poco interés por of hablar de a eine dad que levaba su nombre en Canad. Algunos afios des- pus estaba yo en California trabajando en mi investigacién ‘cuando encontré un libro de la seiiora Judith, Al parecer, «estaba terminando de eseribrto cuando mi hermana la co- noci6, Era una biografia de David Livingstone. gore dén- de esiar Ia sefiora Judith hoy, pero mi madre envejcis en Listowel, en una casa de retro llamada Livingstone Manor. “Pucblos angloparlantes del mundo, unfos!” Durante toda, su vida mi padre se adhirié apasionadamente a esa nostil- ica exhortacion neoimperil. Ni siquira después de que le ambiaron el nombre a su calle y:mi hermana volvi6 de Nairobi con su historia, econocié él que los anglopariantes de todo el mundo ya estaban unides, por lo menos pegs- dos, por las palabras. Livingstone, Listowel, Livingstone. Las sflabas recorefan nuestras vidas, uniendo por efecto de Ja tepetiign cosas que eran distantes,discontinuas eiea- Jes. Living stone: piedra viviente, Es as como el imperio da sentido al mundo para sus bits, es as como se entree jecon la vida cotidiana. En la Listowel donde vii, el impe- Tio nos incorporaba a una historia que estaba en ot lug, INTRODUCCION: LA ERETICA EN LAZONA DE CONTACTO habia sido construida por personas que no éramos nos- | Pero al mismo tiempo, cuando se trataba de Alrica, jlvos sabfamos quiénes éramos. Los relatos de los mi yneros de la escuela dominical trazaban en nuestra imagi- on la frontera del color. Esa accién formabe parte de su Jbajo, que consistia en erearnos como sujetos imperiales, flarnos nuestro lugar en el orden establecido, Fsta historia tiene una secuela. En el verano de 2006, Jontras reflexionaba sobre si debia publicar una nueva lickin de Ojos imperiales, pasé una temporada en la cabatia nuestra familia, en el Lago Hurd Un dia el vecino lamé Ini puerta y me dijo que habia recibido una llamada telef6- fs para mi, “Es alguien que quiere conocerla —me expli- Dice que usted escribié un libro.” Al dia siguiente un bre alto, elegante y de cabellos blancos atravesé con pa- dlecidido el patio, me extendié la mano y dijo: "Soy David Livingstone”. Era el hijo del farmacéatico. Alguien le habia wirado este libro y ahora él queria conocer a la autora habia escrito sobre su padre, la farmacia y su famoso lente y homénimo. Ademés, querfa decirme dos cosas: Dprimera, que en el futuro no escribiera algo tan diftil de jprender, y la segunda, que su padre le habia legado la fenmarcada, “gLe gustaria tener una copia?", me pregun- "(Por supuestal”, respond. Entonces, econ autorizacién, duefio, hela aqui. Livingstone, Listowel, Livingstone. Fi las ctimas décadas del siglo xx los procesos de des- jnizacion iniciaron el cuestionamiento de la facultad del perio para construr significado. Ese cuestionamlento se wea en un trabajo de gran escala dirigido a descoloni- fl conocimiento, la historia y las relaciones humanas. i libro forma parte de esa intencién y de ese esfuerzo. eina principal, aunque no tinico, es la literatura euro- dle viajes y exploracién, analizada en relacién con la ex- ion econdmica y politica que se inicié alrededor de 1750 Ilbro aspira a ser tn estudio de este género literario y 24 INTRODUGCION: LA CRITICA EN LA ZONA DE CONTACTO también la critica de la ideologia que lo sustenta. Su obje- tivo predominante consiste en mostrar cémo fue que los l- bros de viajes escritos por europeos sobre partes no eusro- peas del mundo crearon el orden imperial para los europeos “locales”, y les otorgaron un lugar dentro de él. También in- ago de qué manera la literatura de viajes logr6 que la ex- pansion imperial llegase a ser significativa y deseable para las poblaciones de los pafses imperiales, aunque slo unos 1pocos participaran de los beneficios materiales que elimperio acumutlaba, Argumento que los libros de viajes les dieron a Jos plblicos lectores europeos un sentido de propiedad, de- recho y familiaridad respecto de las remotas partes del mun- do en las que se invertia y que estaban siendo exploradas, invadidas y colonizadas. Los libros de viajes tenfan éxito, Generaban una sensacién de curiosidad, emocién, aventura y hasta fervor moral acerca del expansionismo europeo, Ade- ‘mas, propongo la hipétesis de que esos libros fueron tino de los instrumentos clave para hacer que las pablaciones “lo- cales” de Europa se sintieran parte de un proyecto planeta- io o, para decitlo con otras palabras, de la creacién del "su- Jjeto doméstico” del imperio.' He abordado tales cuestiones leyendo determinados con- Juntos de relatos de viajes, conectadlos todos ellos com im. pportantes transiciones histéricas dentro del proceso de la ‘empresa imperial. En un capitulo analizo ls escritos euro- ‘peos del siglo xvm sobre Africa del Sur, dentro del contexto de la expansién hacia el interior del continente y del surgi- miento de la historia natural (capitulo u); en otros conside- rol surgimiento de la literatura de viajes sentimental atra- ‘és de materiales caribefios y dela temprana exploracién de Africa Occidental (capstulos at y 1); en los eapttulos v y v1 fexamino el modo en que los eseritozes europeas y latino- " Eseuché por primera ve esta expreion on un comentario de Gaya Spivak quan seradeco por lloy porn muchas etn es peta te Vase stcoeclon de ensayes en Other World INTRODUCCION: LACRITICA EN LAZONADE CONTACTO. 25, ricanos reinventaron América del Sur durante el perio- ile la independencia hispanoamericana. En el capitulo hrstreo las mutaciones de la imaginacién imperial desde \ictorianos en Africa Central (1860-1900) hasta los viaje- dlel Tercer Mundo en las décadas de 1960 y 1980; y por lio, he agregado un nuevo capitulo, escrito para esta se- sua edicion de Ojos imperiales, en el que se examinan las iyersas maneras en que los relatos de viajes estén siendo Jlaios con miras a representar la nueva ola de la globa- Jon desde 1980. Hstos estudios de caso presentan diferentes enfoques sin los interrogantes que aborden. ¢Con qué eédigos la satura de viajes y exploracién produjo —es decir, cred y Jelé— "al resto del mundo” para los pablicos lectores opeos en diferentes momentos del proceso expansionis- Ji dle Europa? zCémo ha producido las concepciones que Wuvopa desarrolléy sigue desarrollando acerca de sf misma ‘gn relacion con algo que legé a ser posible lamar "el resto J nnundo"? De qué modo las pricticas significativas de la uta de viajes codifican y legitiman las aspiraciones de “expansion econdmiea y de dominio imperial? ¢En qué pun- socavan esas aspiraciones? ¢Qué actitudes asumieron los itores en los paises receptores de la intervencién europea ruspecto a las codificaciones de su realidad que Europa, realizado? {Céme las cuestionaron, revisaron, recha- no trascendieron? ¢Cémo fue que “los otros" stbditos Buropa moldearon las construcciones de los europeos re ellos y los lugares que habitan o Ja visién de Europa si misma? Mientras la metrépolis imperial tiende a ima- Inar que determina la periferia (por la difusién del resplan- td la mision civilizadora 0 del flujo de capitals del des- llo, por ejemplo), por lo general es ciega frente a la yémica opuesta: la dinémica del poder que cada colonia e sobre su “madre patria”. Esa realidad se advierte, por sgeneran en el cen- plo, en el hecho de que los imper LL ET 26 INTRODUCCION: LA CRITICA EN LA ZONA DE CONTACTO tro imperial del poder una necesidad obsesiva de presentar y re-presentar continuamente para si mismos a sus perife tas y sus “otros” sibditos, Para conocerse, el centro impe- rial depende de sus otros. Y la literatura de viajes, como también otras instituciones, esta fuertemente organizada para satisfacer esa necesidad. En estos estudias de caso parto de un supuesto metodo- ligico fuerte: que las transiciones histéricas importantes al- toran Ia manera en que la gente escribe porque alteran sus cexperiencias y, con ello, también su manera de imaginar, sentir y pensar el mundo en el que viven. Por lo tanto, las tmodificaciones de la escritura siempre nos dicen algo sobre la indole de los cambios, Tales modificaciones de la escritt 1a, si son histéricamente profundas, afectan a mas de un sénero literario. Y ese hecho otorga gran importancia al manera en que los cambios que tuvieron lugar en la litera tura de viajes se entrecruzaron con otras formas de eonoci- miento y expresién. Bl libro empieza, por ejemplo, exami nando Ia interaccién de la literatura de viajes europea con la historia natural de la Mustraci6n, interacci6n ésta que produjo una forma eurocéntrica de conciencia global 0 “planetaria”. Luego estudio los esquemas de clasificacion de la historia natural en relacién con Tos conoeimlentos at tctonos que esos esquemas buscaban desplazar: Mis ade- lante se examinan dos modos de la literatura de viajes, el cientifco y el sentimental, como formas complementarias de autoridad burguesa, que desplazan las tradiciones mas antiguas de historias de supervivencia. Dentro del modo sentimental, se seftalan las relaciones que existen entre la narrativa de viajes y la autobiografia de esclavos, que apare- ‘cen mas o menos al mismo tiempo y se influyen mutuamen- te, También examino el impacto del feminismo de comlenzos del siglo xy me concentro en una division del trabajo bas- tante impredecible entre eseritores y escritoras. La literatu- 1a de viajes de la década de 1960 se yuxtapone con la pro- ‘PerRODUCCION-LA.cRITICA EN'1A ZONADE CONTACTO. 27 furistica, por una parte, y con el testimonio y la ‘oral por el otro, ‘mientras estudiaba el enorme corpus de relatos de fieritos por europeos a lo largo de dos siglos y medio, ) poco tomaba conciencia de la existencia de ios part jes @ los que no ofa. Habia una enorme brecha en los vos, «Qué habrén pensado aquellas gentes de los vist ‘que recibieron y de los designios imperiales con que on? ;Cémo y con qué formas de expresion habrén in- lado el proceso que vivieron? De vezen cuando, mien- Jeia, vislumbraba las maneras en que el imperio era ieado continuamente por las personas sobre cuyas vi Untervenfa:codificado en las ceremonias, la escultura y Jntura, la danza, la parodia la filosofia, la historia. ¥ ese 0 se daba en expresiones suprimidas, perdidas,o sim- jente sepultadas bajo la repeticisn y la Irrealidad, Todo me pide que cuente la historia de otra carta. in 1908 un peruanista llamado Richard Pietschmann, Juba en Copenhague escudrifando los Archivos Reales de pnmarca cuando dio con un manuserito que nunca antes Ja visto. Estaba fechado en Cuzco en el afo 1615, unas jlto décadas después de la capitulacién final del imperio ico ante los espafoles,y irmado con un nombre incon- wliblemente amerindio: Felipe Guamn Poma de Ayala, Jengua quechua guamdn significa “Aguila’ 0 “haleén” y , “puma”. Escrito en una mezcla de quechua y un es- jol burdo y gramaticalmente imperfecto, el manuscrito luna carta ditigida por este desconocido hombre de los js al rey Felipe IIT de Espana. Pietschmann qued6 até- lol descubrir que la carta tenfa 1200 pinas, Habia casi priginas de texto escrito y 400 dibujos cuidadosamente Inhorados, con epfgrafes explicativos. El manuscrto, titla- Nueva corénica y buen gobiemo i justicia,? proponta nada Bcusmn Pom de Ayla, Nace conics y buen pice, es. hn fra yRalens Adorno, p. 372 28 INTRODUCCION: LA CRITICA EN LA ZONA DE CONTACTO ‘menos que una nueva visién del mundo. Comenzaba rees: cribiendo la historia del cristianismo para ineluir alos pue- blos ameticanos nativos, y luego deseribfa detalladamente la historia y las formas de vida de los pueblos andinos y sus lideres. Seguia a esto un relato critica y revisionista de la conquista espafola, y clentos de paginas que document ban y denunciaban Ia explotacién y los abusos cometidos. Las 400 ilustraciones se ajustaban al género europeo del di- bbujo con epfgrafes, pero la investigacién posterior revelé que dlesplegaban estructuras de simbolismo espacial especiiea- mente andinas (véanse las figuras 1 y 2). La carta de Gua- ‘én Poma termina con una entrevista ficticia en la que el autor aconseja al rey de Espafia sobre sus responsabilida- des y propone una nueva forma de gobierno, basada en la cooperacion entre las élites andina y espanola, Nadie sabe cémo lleg6 esta extraordinaria obra a la bie blioteca de Copentague, ni cudnto tiempo hacfa que estaba allt. ¥ al parecer, nadie se habia molestado en leerla, ni en averiguar como hacerlo. En 1908 el quechita no era consi- derado una lengua con escritura, y por eso se considetaba que la cultura andina no era letrada. Pietschmann redacté un trabajo sobre su descubrimien. toy lo presenté en Londres en 1912, Su recepeién, en el mar- co de un congreso internacional de americanistas, fue con- usa, Debieron transcurrir 25 afios mas para que apareciera en Paris una edicién facsimilar de la obra de Guamén Po- ma, y los pocos académicos que trabajaron sobre ella lo hi-

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