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UNIVERSIDAD NACIONAL

de
TRUJILLO

QUINTO CICLO, TERCER AÑO 2023

TRABAJO
ANÁLISIS DOCTRINARIO Y JURISPRUDENCIAL SOBRE LOS CASOS DEL
PROCESO SUMARÍSIMO DE ALIMENTOS

ASIGNATURA
Derecho Procesal Civil II (G3)

DOCENTE
Mg. Karin Ramírez Figueroa

ALUMNOS
Juan Carlos Abanto García
Vannia Taliushka Aguilar Alarcón
Jordy José Torres Solórzano
Christian Arturo Vásquez Rodríguez

Escuela de Derecho, Facultad de Derecho y Ciencias Políticas


Definición y Naturaleza de los Alimentos

En el ámbito del Derecho Civil, el derecho a los alimentos se relaciona directamente

con la subsistencia y dignidad humana, traduciéndose esta en una pretensión económica, la

cual brinda condiciones y calidad de vida especialmente a los niños y adolescentes. “El

derecho a los alimentos , según nuestro orden jurídico se nos presenta como un derecho

personalísimo, irrenunciable, intransigible, intransmisible, incompensable e

imprescriptible.” (Regalado, 2017)

Este derecho tan conocido, tiene como fundamento constitucional el principio de

solidaridad social, hablando específicamente de la familia, la cual es la institución básica de

la sociedad, por lo que las condiciones de parentesco, consanguíneo o civil, generan una

relación entre alimentario y alimentante.

La expresión material del derecho a los alimentos se expresa en la pensión

alimenticia o más conocida como demanda de alimentos, la cual nace, se regula y se

extingue. Es así que, esta exige una constante actualización y evaluación, si es que las partes

lo solicitan, pues las circunstancias económicas del alimentario como del alimentante

pueden modificarse con el transcurso del tiempo.

Es necesario mencionar también que según el artículo 413 del Código Civil de

Colombia, los alimentos se clasifican en dos categorías: congruos y necesarios. El término

"congruos" se refiere a los alimentos que permiten al beneficiario mantener una subsistencia

modesta de acuerdo con su posición social. Por otro lado, los alimentos "necesarios" son

aquellos que proveen lo suficiente para sostener la vida del beneficiario. (Guerra, 2010)

Asimismo, es necesario señalar que la garantía de este derecho y su cumplimiento,

tiene respaldo en el Código Penal Peruano, pues la inasistencia alimentaria configura un


delito, ya que la prestación de alimentos legalmente debidos a los ascendientes,

descendientes o cónyuges deben ser cumplidas.

La naturaleza de esta demanda implica que la persona que solicita los alimentos

(denominado "acreedor alimentario") debe demostrar su necesidad de recibir dichos

alimentos, mientras que la persona contra la cual se presenta la demanda (denominado

"deudor alimentario") debe demostrar su capacidad para proporcionarlos. El objetivo de esta

acción legal es garantizar que las personas que tienen la obligación legal de mantener a otras

cumplan con su responsabilidad de proporcionar los recursos necesarios para cubrir las

necesidades básicas de la parte acreedora.

En este contexto, los alimentos se refieren a las necesidades básicas de subsistencia,

esto implica hablar del aspecto material y el aspecto existencial que equilibran a una

persona. Cuando hablamos del primero, hacemos referencia a la comida, vestido, alimentos,

todo de lo que depende nuestra supervivencia; mientras que en el aspecto existencial, nos

enfocamos en el desarrollo de la persona, educación, esparcimiento, recreación etc, que

comprende además los gastos del embarazo de la madre desde la concepción hasta el post

parto. Todo esto basado principalmente en subsistir modestamente y en la misma posición

social antes de la separación, siempre y cuando la situación económica no se haya visto

perjudicada.

La demanda de alimentos en el Derecho Civil puede surgir en diferentes situaciones,

como en casos de divorcio o separación, cuando se busca establecer una pensión alimenticia

a favor de un cónyuge o de los hijos. También puede presentarse en casos de filiación,

cuando se busca que el padre o la madre biológica asuma la responsabilidad de brindar

alimentos al hijo. Todo esto con la finalidad de brindar los elementos indispensables para el

sano desarrollo y armónica convivencia del individuo, que como hijo puede ser desde su
concepción hasta los veintiocho años de edad, cumpliendo con los requisitos legales

preestablecidos.

Por otro lado, un detalle de vital importancia es conocer que el cumplimiento parcial

no extingue la obligación, pues es de tracto sucesivo, es decir continua y permanente,

siempre y cuando este sea proporcional tanto para el deudor como para el acreedor,

Casos de Estudio

1. Caso A: El deudor alimentario tiene un trabajo informal

1.1. Hechos

Jimena Gonzáles y Miguel Rondón tienen 3 hijos: Sofía, Valeria y Sergio

Rondón Gonzáles de 7, 9 y 11 años respectivamente. Por problemas de convivencia se

separaron y Jimena se quedó con los niños. Ahora ella interpone demanda de pago

de alimentos contra Miguel. Esto porque necesita cubrir los gastos de sus tres hijos y

porque Miguel no colabora en nada con ella y se ha olvidado de los niños. Jimena

menciona en su demanda que Miguel vive en San Juan de Lurigancho y es peón de

construcción, ganando aproximadamente mil soles al mes. El monto que solicita

Jimena como pensión alimentaria es de 600 soles a favor de sus menores hijos.

Frente a dicha situación, y al Miguel declararse en rebeldía en el proceso,

corresponde al juez fundar la demanda de forma total o parcial, aceptando el monto

especificado en el petitorio o cambiándolo en parte.

1.2. Cuestión

¿Cómo se puede fijar el monto de la pensión alimentaria si Miguel tiene un

trabajo informal?
1.3. Discusión

En el presente caso, Miguel Rondón se encuentra obligado a asistir con una

pensión alimentaria a sus tres menores hijos, de conformidad con el artículo 474° del

Código Civil. Por ello, el problema más bien surge en determinar el monto de dicha

pensión. Para ello, tenemos que recurrir al artículo 481° del Código Civil, que se

refiere a los criterios para fijar alimentos y según el cual, los alimentos se deben

regular por el juez en proporción a las necesidades de quien los pide y a las

posibilidades del que debe darlos, atendiendo además a las circunstancias personales

de ambos. Ese es el contenido del primer párrafo del artículo citado y en el caso en

concreto nos proporciona la fórmula para determinar si el monto establecido en el

petitorio de la señora Jimena González es el adecuado o requiere modificación. Se

entiende las necesidades de la madre, al tener que mantener a sus 3 hijos sola,

sumado a las pruebas que ella podría sumar a su demanda, pero por el lado del

padre demandado, según el caso se declara en rebeldía y no presenta pruebas que

acrediten sus posibilidades económicas. Lo único cierto acerca de la situación

económica del padre es lo que Jimena menciona acerca de su trabajo: peón de

construcción que gana aproximadamente mil soles al mes. Ante esto, el juez podría

declarar fundada la demanda totalmente, fijando de esta forma los 600 soles, pues

según indica el artículo 481° del Código Civil en su tercer párrafo: No es necesario

investigar rigurosamente el monto de los ingresos del que debe prestar los alimentos.

Sin embargo, según el expediente N° 2707-87 Lima, a pesar de lo que refiere el

párrafo del artículo en mención, si el demandado no cuenta con trabajo estable ni

ingresos permanentes, los alimentos deberán fijarse de forma prudencial. Sobre dicho

fundamento también se apoya el juez en el expediente N° 08-2016-0-0102 Amazonas,


que resuelve tomando en consideración el distrito en el que vive, la informalidad y

las posibilidades laborales del demandado rebelde.

En el presente caso se da la misma situación, por lo que, al no tener pruebas

sobre la situación económica del demandado y teniendo en cuenta su situación de

informalidad, consideramos que los elementos a tener en cuenta, además de la

información señalada por la demandante serían los siguientes: Distrito en el que vive

y la situación del mismo, posibilidades de trabajo estable en el distrito y la RMV. Por

su parte, Chávez Montoya (2017) menciona que los operadores de justicia deberán

tener en cuenta las circunstancias en las que se encuentra el alimentante, así como la

carga familiar, deudas, el espacio donde vive, entre otros aspectos.

De esta forma, se determina que el distrito en el que vive el demandado

Miguel Rondón es San Juan de Lurigancho, que tiene un alto índice de extrema

pobreza. Esto sumado a la informalidad del demandado permite declarar fundada la

demanda pero parcialmente, modificando el monto del petitorio por 510 soles, por lo

que le corresponde 170 soles a cada hijo.

2. Caso B: El deudor alimentario no tiene actualmente un trabajo

2.1. Hechos

Adelaida Cotrina y Eusebio Mamani eran esposos desde el año 2000. Fruto de

su pasional relación, un año después de su gran boda, tuvieron un hijo al que le

pusieron por nombre Eulogio. Lamentablemente la buena relación entre ellos no

prosperó y decidieron divorciarse cuando su hijo había cumplido 18 años de edad.

Adelaida se quedó viviendo únicamente con Eulogio, quien sufría del Síndrome de

Down, por lo que éste no podía proveer a su subsistencia. Al ver que Eusebio se

había desentendido de su hijo, un mes después se interpone demanda de pago de


alimentos, siendo Adelaida representante legal de su hijo. Esto para cubrir los gastos

de la lamentable enfermedad que su hijo tenía.

El juez fijó la pensión de alimentos en un porcentaje de los haberes del

demandado. Eusebio cumplía de forma correcta con el pago que había sido

estipulado, sin embargo, cierto día es despedido por una casual circunstancia, por lo

que se queda sin trabajo formal. Para mantenerse vive de sus ahorros y vende

hamburguesas afuera de la casa de un amigo. Debido a esto, Eusebio no realiza los

pagos correspondientes antes establecidos.

2.2. Cuestión

Al Eusebio Mamani haberse quedado sin un empleo formal bajo el cual se

determinó un porcentaje destinado al pago de alimentos de su hijo Eulogio, ¿debe

seguir pagando el mismo monto o debe reducirse sin la necesidad de un nuevo juicio

teniendo en cuenta la remuneración mínima vital?

2.3. Discusión

En primer lugar, se debe analizar el porqué Eusebio tiene que pagar una

pensión de alimentos a un hijo que ya es mayor de edad. Para ello, basta con

interpretar el tenor del artículo 415° del Código Civil, el cual indica que dentro de los

derechos del hijo alimentista, se debe seguir o empezar a dar una pensión a aquellos

hijos mayores de edad que no puedan proveer su subsistencia por incapacidad física

o mental. En este caso, Eusebio tiene un hijo, el cual sufre del síndrome de down, lo

cual lo imposibilita para poder subsistir por su propia cuenta, debido a que además

de tener ciertos reparos al momento de realizar actividades, necesita tomar

medicamentos, los cuales no son de poca importancia económica.


En segundo lugar, al Eusebio haber sido obligado por un juez al pago de una

pensión alimenticia basado en un porcentaje de los ingresos que percibía como

remuneración en su trabajo, se podría pensar que una adecuada solución es la de que

este porcentaje pueda variar en relación a lo estipulado en el artículo 482° del Código

Civil. A pesar de ello, este artículo establece que la variación se va a dar cuando la

remuneración del alimentante aumente o disminuya, pero en base a los ingresos que

en un primer momento percibía, para lo cual no será necesario un nuevo juicio. Sin

embargo, en este caso estamos ante un despido, por lo que la variación sin antes

establecer un nuevo juicio es inviable teniendo como base jurídica al artículo antes

mencionado.

Otra alternativa similar a la anterior podría ser plantear la exoneración del

pago de alimentos para Eusebio, debido a que se ha quedado sin empleo en relación

a lo que se establece en el artículo 483° del mismo cuerpo jurídico mencionado

anteriormente. Pero, esto no es viable debido a que la exoneración teniendo en cuenta

este artículo, procede cuando se ponga en peligro la subsistencia del alimentante.

Esto quiere decir que, si Eusebio se encontrara en una situación en la que si sigue

cumpliendo con el pago de alimentos, se viera perjudicada su alimentación, salud o

algún otra necesidad insatisfecha por insuficiencia de recursos, es que esto sería una

solución. Sin embargo, en el caso en mención se establece que si bien Eusebio ya no

tiene un trabajo, éste ha ahorrado cierto dinero y gracias a ello es que ahora vende

hamburguesas. Por lo tanto, esta tampoco sería una adecuada solución.

Ante la imposibilidad de encontrar un consenso en base a los artículos

mencionados y las diferentes decisiones que se dan en torno al tema en diferentes

casos, se debe tener en cuenta lo mencionado por el Pleno Jurisdiccional de Familia


de la Corte Superior de Justicia de Ventanilla (2017), en el cual se plantearon dos

posturas con la finalidad de resolver este tipo de situaciones de forma uniforme. La

primera postura planteaba que el alimentante, a pesar de encontrarse en una

situación de desempleo, debía seguir pagando la pensión de alimentos fijada por el

juez en el juicio, dado que de lo contrario se estaría dejando en indefensión al

alimentista, ya que el valor real disminuiría drásticamente, es decir, aquello que le

alcanzaba para satisfacer sus necesidades, ahora sería insuficiente. La segunda

postura, planteaba que se debía realizar un reexamen por parte del juez que

determinó la primera pensión de alimentos, tomando como base la remuneración

mínima vital, tomando en cuenta la nueva condición del alimentista. Luego de

deliberar, los jueces optaron por la primera postura

Al haberse tomado una decisión en un distrito judicial, lo importante es tener

en cuenta la importancia de las formas que tiene el alimentante para variar,

exonerarse o prorratear el pago de alimentos. Los procesos mencionados, son una

facultad dada para aquellos obligados al pago de una pensión mediante un nuevo

juicio, sin embargo dentro del Código Procesal Civil encontramos una restricción que

atenta contra el derecho a la tutela jurisdiccional efectiva. Esto lo encontramos en su

artículo 565-A, el cual indica que para que una demanda de exoneración, variación,

disminución o prorrateo de alimentos, el alimentante debe acreditar estar al día en el

pago, de lo contrario su demanda será declarada improcedente.

Bajo esta restricción es que se entiende que el artículo es inconstitucional, ya

que establece una barrera para poder acceder al órgano jurisdiccional, producto de

haberse quedado sin empleo o haber caído enfermo (Benítez y Luján, 2015). Esta

decisión, lo único que genera es una indefensión al alimentista, ya que el obligado no


podrá cumplir con la obligación y debido a que no se le permite acceder a una

variación, optará por evadir dicha responsabilidad. En atención a esto, es que la

postura tomada por el Pleno Jurisdiccional de Ventanilla encuentra sentido, ya que

por el solo hecho de quedarse desempleado, no se podría acceder a una variación. Lo

máximo que se podría realizar es un nuevo juicio, pero dado a que existe un retraso,

esto no sería factible debido al requisito antes mencionado.

Finalmente, en el presente caso, si bien Eusebio se ha quedado sin empleo y

debiera cumplir con la obligación pactada en un primer juicio, se le debería dar la

oportunidad de acceder al órgano jurisdiccional para poder plantear una variación

en el pago de alimentos. Esto con la finalidad de que Eulogio pueda recibir un apoyo

por parte de su padre, dejando de lado la restricción incomprensible planteada en el

artículo 565-A del Código Procesal Civil, que en un afán de asegurar un

cumplimiento en el pago de las pensiones, lo único que ha generado es una

desprotección a los alimentistas (Guilherme, 2017).

3. Caso C: El deudor alimentario se encuentra en la pobreza

3.1. Hechos

Carolina Mendoza y Gonzalo Gonzales se casaron en el 2014. Ellos tuvieron

un hijo, Roldán, quién nació en el 2017. En el 2018, Gonzalo se fue de su casa tras una

discusión que tuvo con Carolina porque él tenía una adicción peligrosa a las apuestas

deportivas y perdía grandes sumas de dinero. Luego de ese suceso, ella se encargó de

criar sola a su hijo sin esperar nada de Gonzalo.

Sin embargo, en el 2022 Carolina buscó a Gonzalo porque ella se encontraba

en un estado delicado de salud y necesitaba cubrir los gastos de Roldán que estaba

por iniciar su etapa escolar. En su búsqueda, ella fue a la casa del señor Pedro
Gonzales, padre de Gonzalo. Don Pedro trabajaba como teniente del Ejército

peruano. Él le dijo a Carolina que no tenía información de su menor hijo hace varios

meses, pero que escuchó que se quedaba en un bar de mala muerte cercano a casa.

Carolina fue a dicho lugar y encontró a Gonzalo en un estado absolutamente

precario.

3.2. Cuestión

Si Gonzalo está en estado de pobreza, ¿Cómo Carolina lograría obtener

alimentos para su menor hijo Gonzalo?

3.3. Discusión

Carolina puede obtener el derecho de alimentos para su menor hijo Gonzalo

bajo la aplicación del artículo 479° del Código Civil: la obligación de dar alimentos

pasaría por causa de pobreza del que debe prestarlos al obligado que le sigue. En este

caso, la obligación pasa de Gonzalo a Pedro ya que este último es el abuelo de

Roldán.

Carolina debe demandar los alimentos en favor de Roldán a Gonzalo y Pedro.

En este tipo de situaciones, el padre y el abuelo son litisconsortes necesarios en el

proceso (Corte Suprema de Justicia, 2000). La pretensión de Carolina será la

determinación de la pensión de alimentos en favor de Roldán, que ella desea fijar en

S/ 550.00. Los medios probatorios para sustentar su demanda deberán ser: el acta de

nacimiento de Roldán, un cuadro detallado de los bienes y servicios para cubrir las

necesidad del menor y otros que considere.

La intención de Carolina al demandar a Gonzalo y Pedro es que el juez

declare que Gonzalo se encuentra en estado de pobreza y que Pedro debe ser el

obligado, conforme a ley, que pase alimentos a Roldán.


Sobre el primer punto, la situación de pobreza sobre los obligados a prestar

alimentos significa que este pago representa un peligro para su propia subsistencia

(Reyes Ríos, 1999). Es decir que el padre se encuentra en la pobreza cuando no puede

pagar alimentos porque eso significa no tener para vivir en condiciones mínimas. El

juez es el encargado de determinar el estado de pobreza del demandado bajo el

análisis de sus condiciones personales y laborales. Principalmente, su posibilidad de

generar ingresos (Fuerte Berrocal, 2022).

Una vez que se determina la pobreza de Gonzalo, entonces se determina la

situación de obligado de Pedro como abuelo de Roldán. Según el artículo 93° del

Código de los Niños y Adolescentes, si uno de los padres se encuentra en estado de

pobreza, el orden de prelación para ser obligados alimentarios es el siguiente:

hermanos mayores de edad, abuelos, parientes colaterales hasta tercer grado y otros

responsables del niño o adolescente como el tutor. La transmisión de las obligaciones

alimentarias obedece a la línea recta de parentesco consanguíneo (Conde Huamani,

2021). En el caso expuesto, Roldán no tiene hermanos mayores pero sí tiene un

abuelo que está en posibilidades económicas de cumplir con la pensión alimenticia.

Entonces, el juez tendrá que fijar los alimentos mediante el pago de una

pensión o una forma diferente por motivos especiales justificados. El juez

usualmente fija la pensión en una suma determinada.

Respecto al abuelo, el juez fijará el monto que le corresponde según su

capacidad económica disponible de generar ingresos y el estado del menor

alimentista. Él evaluará la situación personal y laboral de Pedro y fijará la pensión

que deberá pasar a su nieto Roldán. Ya que Pedro cuenta con un empleo formal y
para el Estado, un medio probatorio podrá ser un informe a su centro de trabajo

sobre la remuneración que percibe.

Finalmente, el juez tendrá que declarar fundada la demanda de Carolina y

declarar que Gonzalo no puede hacerse cargo de la pensión alimenticia pero Pedro sí

lo puede hacer. Es un criterio tomado por la jurisprudencia. La Corte Suprema de

Justicia (2000) señaló que el abuelo toma el lugar del padre como obligado a dar

alimentos cuando este último se encuentra en estado de pobreza, excepto cuando se

configuren los supuestos del artículo 480° del Código Civil.

Referencias

Benítez Torres, L y Luján Ramírez, A. (2015). Vulneración del Derecho a la Tutela Jurisdiccional
Efectiva del deudor alimentario, en la acción de reducción de alimentos por aplicación del
artículo 565-A del Código Procesal Civil. [Tesis para optar el Título de Abogado,
Universidad Nacional de Trujillo]
http://dspace.unitru.edu.pe/bitstream/handle/UNITRU/1037/T-15-2133.lisbeth%20be
nites%20-%20anais%20lujan.pdf?sequence=1&isAllowed=y
Chávez Montoya, M. (2017). La Determinación de las Pensiones y los Sistemas Orientadores de
Cálculo. [Tesis para optar por el título de Abogado, Universidad Ricardo Palma]
Conde Huamani, G. (2021). Caracterización del proceso sobre prestación de alimentos: Expediente
N° 2013-00829-JP-FC-02. Uladech Católica.
Corte Superior de Justicia de Ventanilla (2017). Pleno Jurisdiccional de Familia.
Corte Suprema de Justicia del Perú. (2000). Sentencia del Expediente N° 000584-2000.
Fuerte Berrocal, M. (2022). Vulneración del derecho a la tutela jurisdiccional efectiva en la
procedencia de admisión de demanda por reducción, variación, prorrateo o exoneración de
alimentos contenidas en el artículo 565-A del Código Procesal Civil. Universidad
Tecnológica del Perú.
Guilherme, L. (2017) Derecho Fundamental a la Tutela Jurisdiccional Efectiva (1ra Edición).
Palestra Editores, Lima.
Horna Medina, J. (2017). Incumplimiento del pago de las pensiones alimentarias en el Perú.
Universidad Tecnológica del Perú|.
Reyes Ríos, N. (1999). Derecho Alimentario en el Perú. Revista de la Facultad de Derecho de la
Pontificia Universidad Católica del Perú.
Anexos
1. Pleno Jurisdiccional de Familia de la Corte Superior de Justicia Ventanilla - 2017
2. Sentencia de la Corte Superior de Justicia de Amazonas, Expediente N°
08-2016-0-01 02-JP- FC-01
3. Sentencia de Corte Suprema de Justici, Expediente N° 000584-2000

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