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Relación entre literatura neoclásico

Entre la literatura neoclásica surge el ensayo, la enciclopedia y la fábula. La


literatura neoclasicista evidenció un profundo interés por difundir el
conocimiento, basado en la razón y en la ciencia. Perseguía fines didácticos,
moralistas y rechazaba el exceso de la imaginación barroca.

La literatura neoclásica fue la corriente literaria en la que los autores


intentaron traer la Antigüedad al presente. Su ideal de perfección y sus
normativas dieron lugar a varios estilos que, aunque serían rechazados
durante la etapa siguiente, permitieron la creación de obras armoniosas y
clásicas. Para los renacentistas, la literatura antigua y sus elementos eran un
mundo llamativo del que podían tomar inspiración en mayor o menor medida,
sin perder su estilo personal.

Para los neoclásicos, la literatura grecolatina era el punto de partida


obligatorio. Debían seguir las reglas de composición de los griegos y los
romanos, o, de lo contrario, no estaban haciendo arte realmente.

La literatura neoclásica presenta una serie de características que se


desprenden de los textos grecolatinos, por un lado, y del pensamiento
filosófico que estaba en auge dentro de Europa, por el otro. Para los
neoclásicos, el lenguaje debía reflejar la máxima plenitud de sus capacidades
expresivas. Eso implicaba respetar tanto las normas que reglamentaban su
construcción como el léxico formal. Con lo de “léxico formal” nos referimos a
las expresiones y palabras que no pertenecían al dialecto popular. Un término
vulgar o una expresión de ese tipo no podía tener lugar dentro de la literatura,
dado que afectaba la belleza y el esplendor de la obra artística. Como
consecuencia de eso, los personajes en los textos neoclásicos nunca se
expresan de manera coloquial. Incluso si pertenecían a la clase baja, el escritor
tenía que añadirle un vocabulario apto. La construcción correcta de cada
género, desde la estructura que debía seguir hasta los elementos que tenían
que aparecer para considerarse como tal. Lógicamente, para esto se basaban
en los modelos grecolatinos.

Lo que era correcto y lo que no. O sea, emitían juicios acerca de qué textos
podían ser considerados de buen gusto y adecuados para la lectura. (Esto es un
antecesor directo de lo que ahora llamamos “reseña literaria”).

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