Está en la página 1de 3

Samuel Souroujon Dorantes

“La República” de Platón libro X (559a – 605d)

Tema: Diferencia entre verdad y apariencia

Tesis (desapegada del autor): el conocimiento verdadero esta versado sobre el recto
razonamiento acerca de los objetos sensibles, lo cual nos lleva a la idea y por lo tanto a la
verdad.

El conocimiento verdadero, es el que está fundado sobre el conocimiento de la idea de los


objetos sensibles, ya que la idea, como se verá, es un modelo general y esencial de los
objetos que por esa idea son nombrados, y para llegar a la idea, es necesario someternos a
la parte más racional del alma, la que busca la ciencia para encontrar un conocimiento firme
y real.

La idea, como se dice en el pasaje 596a, reúne a una multiplicidad de cosas, a las que se las
ha dado el mismo nombre; esto debido a que todas comparten ciertas características
esenciales. En esta definición, vemos como la idea es única, ya que, si existieran dos ideas
de la misma cosa, a estas las acuñaría una idea de instancia superior que tuviera lo que es
común a las dos (597c), además la idea, como tiene las características esenciales de los
objetos que denomina, si se llega a conocer, se conocerá lo que realmente es la cosa y por
esta razón se dice que la idea es la verdad por naturaleza. Las cosas particulares las
llamamos por su idea, su idea resulta ser lo que determina que cierta cosa sea eso y no algo
más (597a), llamamos cama por ejemplo, a cierto mueble que es usado para dormir y no lo
llamamos por otro nombre, la idea es un modelo general y esencial de todos los objetos
particulares que designa o reúne, sin embargo, también hay un carácter de separación entre
la idea y los objetos sensibles, en el cual el vínculo es el hacedor o artesano que “dirige su
mirada hacia la idea cuando hace las cosas” (596c), en el proceso de creación, el artesano
intenta copiar la idea, pero solo sale algo semejante a lo real que es la idea, no resulta una
copia perfecta. En este punto comprendemos que todas las cosas sensibles fueron o son
hechas por un artesano, y las ideas o lo que no es sensible, es inteligible, es hecho por Dios
(597c), y que este mundo sensible como no es idéntico a la idea, solo resulta ser algo
semejante a lo real, a lo verdadero, esto nos quiere dar a entender que como el mundo es
semejante a lo verdadero, solo por sentirlo no vamos a tener acceso a su verdad, el mundo
verdadero está oculto.

La apariencia es la imitación o copia de los objetos, no en lo que son verdaderamente


(596e), sino que solo “toca apenas un poco de cada una, y este poco es una imagen” (598c).
vemos que la apariencia no está presente en la naturaleza, es un producto de la hechura de
los hombres debido a que esta realidad solo es semejante a lo real y verdadero, y por esta
causa, si se desconoce de que es lo real, y solo se imita lo sensible, que es por así decirlo
falsable, se cae en esta apariencia que se encuentra en tres grados alejada de lo verdadero y
por lo tanto es un desapego de lo real. En este punto cabría preguntarnos si la apariencia es
un tipo de No-Ser, ya que, si la idea es lo que los objetos o las cosas realmente son, la
apariencia, al ser un tipo de desapego a esto, cae en un falseamiento completo de la realidad
y, si esto es así, será que ¿Platón le concede una cierta existencia al No-Ser que se presenta
como apariencia? Dejando atrás este tema del No-Ser, la apariencia, según Platón, es hecha
por los artistas imitadores de lo sensible, como es el pintor, el poeta y, según el pasaje
598d, por un tipo de sofista, estos artistas tienen como característica engañar haciendo creer
que lo que se dice o se pinta es verdadero (598c), ya que, al no saber nada de los asuntos o
artes sobre las que se dice o pinta, estos artistas, no dicen verdad, estan desapegados de lo
real y por lo tanto no deben de tomarse en serio. Estos imitadores de lo sensible, puede
decirse que no solo se limita a lo dicho por Platón respecto de los artistas que versan su
técnica sobre la imitación, sino también a las opiniones de la gente común, las cuales no
versan sobre ninguna ciencia, sino por lo que les parece, esto, ya en palabras de Platón, es
debido a que usan la parte más inferior de su alma, la de lo irracional, para referirse o imitar
a lo sensible. Por último, cabe mencionar que como la poesía es un arte imitativo, no debe
de ser aceptado en el estado, ya que echa a perder la parte racional del alma y no da lugar a
una buena legislación o a un buen gobierno. (605c)

Observamos como la verdad está fundada en la idea de un objeto, cosa, acción, etc., que el
mundo sensible es una copia imperfecta de las ideas hecha por un artesano y que las
apariencias son hechas por los hombres sin afán de conocimiento o de sometimiento a una
ciencia y por lo tanto solo resultan en imágenes de lo que parece ser algo. En diferencia,
vemos que las ideas, en un primer punto, son parte del mundo verdadero, del mundo de la
realidad y que determinan lo que cada cosa es en realidad, y las apariencias son imágenes
desapegadas de esta realidad que versan en la imitación de objetos sensibles. Por lo que
puede decirse que mientras una pertenece a la esfera del Ser, de la delimitación de los
objetos, de lo que son en realidad, de su verdad, de su recto conocimiento, la apariencia
podría pertenecer a la esfera del No-Ser, la esfera de la opinión que no es recta, que no es
fundada y que solo termina en el falseamiento de lo real, en su desapego. Por último, cabe
resaltar que mientras uno se da en la parte racional del alma, ya que como se vio, la
búsqueda por la idea y por el recto conocimiento se da en la parte más racional del alma
(603a), lo que produce las apariencias, del desapego de lo real resulta de la parte más
irracional del alma.

Referencia:

Platón. (1986) Los Diálogos: IV República. Gredos: Madrid

También podría gustarte