El realismo, como forma de pensamiento, se abre a las cosas y va hacia ellas y el
idealismo vuelve su atención hacia el “sí mismo”, que es de dónde parte, con una actitud reflexiva. En el realismo el conocimiento se inicia en las cosas mientras que en el idealismo el conocimiento es una actividad elaboradora de conceptos que va del hombre a las cosas. Para el realismo el conocimiento es posterior a la realidad de las cosas, en tanto que para el idealismo la realidad de las cosas es la última acción del pensamiento, algo que hay que alcanzar pensando, descubriendo así un nuevo ser: el ser del pensamiento puro. Hasta el surgimiento del idealismo se distinguía entre el pensamiento y el objeto. Todo pensamiento es un acto que contiene un objeto o sea que lo pensado se pone en contacto mediato conmigo por medio del pensamiento como intermediario. El acto de pensar se necesita para conectar con lo pensado. En cambio, en el idealismo no se necesita de ningún intermediario, porque el pensamiento de lo pensado es inmediato, existiendo así una identidad entre el pensamiento y el yo, porque los pensamientos son indudables, en cambio, las cosas del exterior son dudosas. Esa identidad entre el pensamiento y el yo es la base del idealismo de René Descartes. Frente a la pregunta metafísica sobre qué es lo que existe sin ninguna duda, descubre que sólo los pensamientos son indudables, porque confirman que el yo existe porque está pensando, es una sustancia pensante. Lo que subsiste del realismo es la noción de cosa en sí o sustancia que en el idealismo es el pensamiento. Para los realistas las cosas están ahí, independientemente de unx y pueden llegar a ser conocidas por mí y contenidas en mis pensamientos. Para el idealismo el yo pensante no es contenido de conciencia sino que es conciencia continente. El Ser de los realistas es inteligible y el de los idealistas es un ser pensante. El acento recae sobre el acto de pensar que es el que capta el objeto y no el propio objeto. El problema del idealismo es si realmente existe la realidad exterior, cuestión que no era problema para el realismo porque la realidad está dada. El idealismo no puede salir del yo pensante porque la realidad debe ser demostrada, deducida o construida. Para salir de este solipsismo, Descartes distingue entre pensamientos confusos, oscuros y los claros y distintos. Los pensamientos confusos son complejos y están compuestos por muchas cosas y sólo se los puede conocer analizándolos, reduciéndolos, por ejemplo, a formas geométricas, las cuales serían claras y distintas. Pero un pensamiento por más claro y distinto que sea no prueba su existencia, porque como pensamiento nunca puede ser la garantía de que el objeto pensado corresponda a una realidad fuera de él. Para salir de esto, Descartes encuentra un solo pensamiento que existe fuera de él, que es la idea de Dios, una idea trascendente común a todos los hombres. Si Dios existe el mundo también existe, porque Dios es la razón de todas las cosas y su fundamento. El idealismo filosófico requiere un esfuerzo intelectual comparado con el realismo, porque parecería ir en contra de la tendencia del pensamiento natural que ha tenido el hombre desde el comienzo de la filosofía hasta el siglo XVI. Hasta ese momento el filósofo se da cuenta de su existencia en el mundo, supone que todo lo que ve existe y, además,supone que su inteligencia podía tener idea de esas cosas. Por el contrario, el idealismo sustituye la superación de esa actitud, por una necesidad histórica que exige adoptar una nueva forma de pensar no espontánea sino voluntaria. En otros términos, en metafísica, el realismo es la postura filosófica que manifiesta que los objetos tienen una existencia en una realidad independiente al observador. En tal sentido, es opuesto al“antirrealismo”, al “escepticismo”, a formas de idealismo. En su forma extrema, conocida como realismo ingenuo, se piensa que las cosas percibidas por los sentidos son en rigor lo que parecen ser. En versiones más complejas, a veces denominadas comorealismo metódico, se da una explicación de la relación entre el objeto y el observador que tiene en cuenta la posibilidad de que tengan lugar otros errores de la percepción. En la filosofía medieval, el término realismo hacía referencia a una posición que consideraba lasformas platónicas, o conceptos universales, como reales. Esta posición fue defendida frente el nominalismo, que negaba la existencia de tales universales o entidades abstractas, tanto de manera inmanente (en los particulares) como trascendente (fuera de los particulares): todo lo que existe es particular.Las concepciones no realistas defienden que el objeto sólo existe en nuestra mente, o bien que ni siquiera tiene sentido hablar de que tal objeto exista. Como posturas no realistas encontramos algunos idealismos, elinstrumentalismo, elnominalismo, etc.El término «nominalismo» proviene del latín,nomen(nombre). Por ejemplo,John Stuart Mill escribió una vez, que "no hay nada general, excepto nombres". La razón por la que el término realismo se aplica a corrientes filosóficas muy diferentes entre sí, es por la naturaleza del objeto. El realismo se puede aplicar a muchos objetos y fenómenos filosóficos, como una entidad matemática, una idea, una teoría científica, otras mentes, el pasado, el futuro, categorías morales, el mundo físico, el pensamiento…
(Ambas concepciones filosóficas reciben críticas y diversas observaciones.)
CF. GARCÍA MORENTE, MANUEL (1973). Lecciones Preliminares de Filosofía, Buenos
El Conocimiento Es Un Conjunto de Representaciones Abstractas Que Se Almacenan Mediante La Experiencia o La Adquisición de Conocimientos o A Través de La Observación