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La Brevísima relación fue escrita por fray Bartolomé de las Casas y dedicada al príncipe
Felipe, quien posteriormente se convirtió en el rey Felipe II de España. Encargado por el
rey Carlos V, su Padre, de los asuntos de indias por aquel tiempo. Con su obra, de las
casas quiso que el futuro rey de España conociera las insjuticias que cometían los
españoles en América.
Hacia 1539, Las Casas comenzó a escribir en México la redacción de la Destrucción de
Indias. En 1542, estando en España,acabo una primera redacción. Un resumen de la
obra parece ser que le fue leído al rey Carlos I y luego públicamente en la comisión de
Valladolid que dieron lugar a Leyes nuevas. En 1546, tras el fracaso de dichas leyes,
añadio algún comentario más.
Consecuentemente en 1547, Las Casas amplió la obra con algunos párrafos y trató de
imprimir una versión muy modificada usando el seudónimo "Historia sumaria y relación
brevísima y verdadera de lo que vio y escribió el reverendo padre fray Bartolomé de la
Peña". En 1552, se imprimió en Sevilla, en la imprenta de Sebastián Trugillo, la versión
original nuevamente ampliada con información reciente, bajo el título "Brevísima
relación de la destrucción de las Indias". De esta misma se conserva un manuscrito
hológrafo en el Archivo Histórico de la Provincia de los Dominicos de Aragón, en
Valencia.
De la Ysla española: 10 - 11
En la isla española, los cristianos entraron y comenzaron a causar estragos y destrucción
a las personas que allí vivían. Tomaban a las mujeres y a los hijos indígenas para
servirse de ellos y trataban mal a la población local. Además, se apropiaban de sus
alimentos y los sometían a muchas formas de violencia y abuso. Los indígenas
comenzaron a darse cuenta de que estos hombres no podían haber venido del cielo y
algunos buscaban formas de expulsar a los cristianos de sus tierras. Los cristianos
cometían atrocidades, como matanzas y crueldades extremas, sin dejar a nadie con vida
en los pueblos, incluyendo niños, ancianos y mujeres embarazadas. Quemaban a las
personas vivas, las clavaban en picas, las ahogaban y las torturaban de diversas
maneras. También entrenaron perros feroces para atacar y despedazar a los indígenas.
Como represalia por cada cristiano que los indígenas mataban, los cristianos mataban a
cien indígenas.
Los Reinos que avía en la Ysla Española: 12 - 16
Los reinos que había en la isla Española eran cinco en total. Había cinco reinos muy
grandes y principales, cada uno gobernado por un rey muy poderoso. Estos reyes tenían
autoridad sobre la mayoría de los otros señores de la isla, quienes les obedecían. Sin
embargo, también existían algunos señores en provincias apartadas que no reconocían a
ningún superior.
El primer reino se llamaba Maguá, que significa "reino de la vega". Este reino era
conocido por su vega, una extensa llanura que se extendía por ochenta leguas desde el
mar del Sur hasta el mar del Norte. La vega tenía entre cinco y diez leguas de ancho,
con tierras altas a ambos lados. Había más de treinta mil ríos y arroyos que fluían a
través de la vega, incluyendo doce ríos tan grandes como el Ebro, el Duero y el
Guadalquivir. Todos estos ríos provenían de una sierra al oeste, y en ellos se encontraba
una gran cantidad de oro. Esta sierra era conocida como la provincia de Cibao, donde se
encontraban las famosas minas de Cibao, famosas por el oro de alta calidad que
producían. El rey de este reino se llamaba Guarionex, y tenía señores vasallos tan
poderosos que uno de ellos era capaz de reunir un ejército de dieciséis mil hombres para
servir a Guarionex. Este rey era virtuoso, obediente y devoto a los reyes de Castilla.
Incluso llegó a dar a los españoles, por orden suya, una cantidad de oro equivalente al
espacio vacío dentro de una campanilla llena de oro. Cuando ya no pudo llenarla, la
cortó por la mitad y entregó la mitad llena, ya que los indígenas de la isla no tenían
mucha experiencia en la extracción de oro de las minas. Guarionex ofreció servir al rey
de Castilla haciendo una plantación que se extendería desde La Isabela, la primera
colonia de los cristianos, hasta la ciudad de Santo Domingo, una distancia de cincuenta
leguas. Sin embargo, la oferta fue rechazada porque los españoles esperaban obtener oro
de él, a lo que Guarionex respondió que sus súbditos no sabían cómo extraerlo. Si se
hubiera llevado a cabo la plantación, habría generado al rey de España cada año una
cantidad de dinero superior a los tres millones de castellanos, y habría permitido que
hoy en día hubiera en la isla más de cincuenta ciudades del tamaño de Sevilla.
El segundo reino se llamaba Maríen, ubicado donde actualmente se encuentra Puerto
Real, al final de la vega en dirección al norte. Era más grande que el reino de Portugal y
estaba lleno de montañas y ricas minas de oro y cobre. El rey de este reino se llamaba
Guscanagarí. Debajo de él había muchos señores poderosos, y yo conocí y vi a muchos
de ellos. Fue en este reino donde desembarcó por primera vez el Almirante, el viejo
descubridor de las Indias. Guscanagarí lo recibió a él y a los cristianos con gran bondad
y caridad, brindándoles ayuda y apoyo en su puerto. Incluso perdió su propia nave en la
que viajaba el Almirante, pero aun así lo trató mejor de lo que lo habrían tratado en su
propia tierra y por sus propios padres. Esto lo sé por las palabras del propio Almirante.
Guscanagarí murió huyendo de las matanzas y crueldades de los cristianos, y perdió su
reino y su estado en las montañas. Todos los demás señores que eran sus súbditos
murieron en la tiranía y la servidumbre, como se explicará más adelante.
El tercer reino se llamaba Maguana, una tierra admirable, saludable y fértil donde se
produce el mejor azúcar de la isla. El rey de este reino se llamaba Caonabo. Era el más
fuerte y poderoso de todos los reyes, y su corte y ceremonias eran las más
impresionantes. Fue capturado con astucia y maldad mientras estaba en su casa, y luego
fue llevado en un barco hacia Castilla. Sin embargo, mientras esperaban para zarpar, una
tormenta enviada por Dios hundió todos los barcos y ahogó a todos los cristianos a
bordo, incluido Caonabo, que murió cargado de cadenas y grilletes. Caonabo tenía tres o
cuatro hermanos valientes y fuertes como él. Después de presenciar la injusta prisión de
su hermano y las matanzas y destrucción perpetradas por los cristianos en los otros
reinos, especialmente cuando se enteraron de la muerte del rey, se levantaron en armas
para enfrentarse y vengarse de los cristianos. Los cristianos los enfrentaron con la ayuda
de sus caballos (que eran el arma más peligrosa contra los indígenas) y causaron
estragos y matanzas que devastaron y despoblaron la mitad de ese reino.
El cuarto reino se llamaba Xaragua y era considerado el centro de la isla. Se
destacaba por su refinamiento en el lenguaje, la organización en la crianza y la nobleza
de su gente. El rey de Xaragua era Behechio y tenía una hermana llamada Anacaona.
Ambos hermanos prestaron grandes servicios a los reyes de Castilla y brindaron
inmensos beneficios a los cristianos, protegiéndolos de muchos peligros de muerte.
Después de la muerte del rey Behechio, Anacaona asumió el control del reino.
En una ocasión, llegó el gobernador de la isla con sesenta hombres a caballo y más de
trescientos soldados de infantería. Convocó a más de trescientos señores indígenas,
quienes confiados acudieron a su llamado. Sin embargo, el gobernador los engañó y
encerró a los señores en una gran casa de paja, la cual prendió fuego, quemando vivos a
todos los encerrados. A los demás indígenas los atacaron con lanzas y espadas, ya
Anacaona la ahorcaron en un acto simbólico. Algunos cristianos, por piedad o codicia,
tomaron niños para protegerlos y los montaban a horcajadas en sus caballos. Otros
españoles los atravesaban con sus lanzas mientras los niños yacían en el suelo, y
algunos incluso les cortaban las piernas con espadas.
Algunas personas lograron escapar de esta cruel masacre y se refugiaron en una
pequeña isla cercana. Sin embargo, el gobernador condenó a esos sobrevivientes a la
esclavitud por haber huido de la matanza.
El quinto reino se llamaba Higüey y era gobernado por una anciana reina llamada
Higuanama. La reina fue ahorcada y presencié innumerables actos de violencia, como
quemas vivas, desmembramientos y torturas de todo tipo, así como la esclavización de
aquellos que lograron sobrevivir. Las matanzas y destrucciones fueron tan numerosas y
terribles que no podría describirlas todas en detalle, pero afirmo que los indígenas no
dieron ninguna razón ni tuvieron culpa alguna que justificara las injusticias y crueldades
a las que fueron sometidas. Afirmo también que los indios tuvieron una guerra justa
contra los cristianos, mientras que los cristianos nunca tuvieron una guerra justa contra
los indios. Las acciones de los cristianos fueron diabólicas e injustas, incluso más que
las de cualquier tirano en el mundo.
Después de la finalización de las guerras y las muertes que ocurrieron en ellas, solo
quedaron hombres jóvenes, mujeres y niños. Fueron repartidos entre sí, dando un uno
treinta, a otro cuarenta, ya otro cien o doscientos, dependiendo de la gracia que cada uno
alcanzara con el gobernante tirano. A cada cristiano se le dio la responsabilidad de
enseñarles acerca de la fe católica, aunque la mayoría de ellos eran analfabetos y
personas crueles, avariciosas y viciosas. Se les asignó a los hombres trabajar en las
minas para extraer oro, un trabajo extremadamente agotador, ya las mujeres se les puso
a trabajar en las granjas cultivando la tierra, un trabajo que requiere una gran fortaleza
física. No se les proporcionaba a ellos ni a ellas alimentos adecuados, solo se les daba
hierbas y cosas sin sustancia. A las mujeres lactantes se les seca la leche de los senos y,
como resultado, murieron rápidamente todos los niños. Debido a la separación de los
esposos, nunca vieron a sus esposas, y como resultado, la reproducción entre ellos cesó.
Los hombres murieron en las minas debido al trabajo y la hambruna, y las mujeres
murieron en las granjas por las mismas razones. Así fue como se extinguieron tantas y
tan numerosas poblaciones en esa isla, y podría haber sucedido lo mismo con todas las
poblaciones del mundo. Es importante mencionar las cargas que les imponían, de tres o
cuatro arrobas, y los llevaban cientos y cientos de leguas. Los mismos cristianos se
hacían llevar en hamacas, que son como redes, a cuestas de los indígenas, tratándolos
siempre como bestias de carga. Tenían heridas y llagas en los hombros y espaldas
debido a las cargas, como animales maltratados. Además, se debe mencionar los azotes,
golpes, bofetadas, puñetazos, maldiciones y otros innumerables tormentos que les
infligían durante el trabajo, tanto es así que no se podría describir ni en mucho tiempo ni
en papel el horror que esto representaba para los hombres.
Es importante destacar que la perdición y destrucción de estas islas y tierras comenzó a
ocurrir desde que se supo la muerte de la reina Isabel, en el año 1504. Hasta entonces,
solo se habían destruido algunas provincias de manera injusta, pero no en su totalidad. ,
y la mayoría de estas atrocidades fueron ocultadas a la reina. La reina, que en paz
descanse, tenía una gran preocupación y un (celo) interés admirable por la salvación y
prosperidad de estas personas, como pudimos ver y experimentar con nuestros propios
ojos y manos los ejemplos ya expuestos.
También debemos tener en cuenta otra regla en todo esto: en todas las partes de las
Indias donde los cristianos han estado y han pasado, siempre han cometido las mismas
crueldades, matanzas, tiranías y opresiones abominables contra estas personas
inocentes. Además, inventaron muchas más y peores formas de tormento, cada vez más
crueles, debido a que Dios los dejó caer de manera más contundente en un juicio o
sentimiento reprobable.
De las dos yslas de Sant Juan y Jamayca: 17
Pasaron a la isla de San Juan y a la de Jamaica (que eran unas huertas y unas colmenas)
el año de mil quinientos nueve los españoles, con el fin y propósito de ir a la Española.
Los cuales cometieron grandes insultos, pecados y crueldades, matando, quemando,
asando y echando a perros bravos a los indígenas. Después, los oprimieron,
atormentaron y vejaron en las minas y en otros trabajos, hasta consumir y acabar con
todos esos inocentes infelices. Había en esas dos islas más de seiscientas mil personas,
probablemente más de un millón, y hoy en día apenas hay doscientas personas en cada
una, todas perecidas sin fe ni sacramentos.
Ideas principales:
Llegada de un gobernador tirano y cruel a la tierra firme en 1514.
Despoblación y matanza en tierras y reinos, incluyendo Nicaragua.
Tierras ricas en oro y grandes poblaciones indígenas.
Inventaron nuevas formas de crueldad y tortura para obtener oro de los
indígenas.
Crítica a la forma en que se intentó convertir a los indígenas a la fe cristiana.
Codicia de los oficiales del rey y del obispo.
Robo de oro y esclavización de los indígenas.
Atrocidades cometidas en nombre de la ambición y la codicia.
De la provincia de Nicaragua (25 – 27)
En los años 1522 – 23:
Ideas principales sobre el territorio en el texto:
- La provincia de Nicaragua era felicísima, con una gran población y abundancia de
frutales.
- Los habitantes de la provincia sufrían persecuciones y servidumbre por parte de los
españoles.
- El tirano que sojuzgó la provincia realizó numerosos abusos y crueldades hacia los
indígenas.
- Los españoles saquearon los pueblos y tomaron posesión de las tierras y heredades de
los indígenas.
- Los indígenas eran tratados como esclavos, obligados a servir a los españoles día y
noche.
- Se realizaron numerosas expediciones para capturar indígenas y venderlos como
esclavos.
- La provincia de Nicaragua sufrió una gran mortandad debido a las guerras y el
cautiverio impuesto por los españoles.
- En aproximadamente 14 años, se estima que se han perdido más de un millón de vidas
en la provincia.
El texto describe la provincia de Nicaragua como una región próspera y poblada, con
numerosos pueblos y abundancia de frutales. Sin embargo, los indígenas de la provincia
sufrieron persecuciones y servidumbre por parte de los españoles, quienes saquearon sus
tierras y los trataron como esclavos. Se realizaron expediciones para capturar indígenas
y venderlos como esclavos en otras regiones. Estas acciones causaron una gran
mortandad y sufrimiento en la provincia, con la pérdida de más de un millón de vidas en
aproximadamente 14 años.
De la Nueva España: (28 – 29)
Los acontecimientos ocurridos en la Nueva España desde su descubrimiento en el año
1517 hasta el año 1542. Durante este período, se cometieron numerosos actos de
violencia, injusticia y tiranía por parte de los españoles hacia los indígenas. Se
mencionan matanzas, saqueos, destrucciones y violencias en diferentes regiones de la
tierra firme. Se destaca que estas acciones han ido aumentando en gravedad y atrocidad
a lo largo del tiempo.