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INVESTIGACIONES
ANÁLISIS SOBRE EL
SISTEMA MONETARIO
ARGENTINO
(1986)
PROFESOR DOCTOR
CARLOS ALBERTO URQUIZA
DENIS
[DE RIGUROSA ACTUALIDAD / SETIEMBRE 2001]
ÍNDICE
I. SUMARIO
II. DISPOSICIONES CONSTITUCIONALES
1. Atribuciones del Congreso de la Nación
2. Facultades prohibidas a las Provincias
3. El Pacto de Unión de San José de Flores y el Banco Provincia de Buenos Aires
III. EVOLUCIÓN DEL RÉGIMEN MONETARIO ARGENTINO
1. 1875-1890
2. 1890-1935
3. Creación del Banco Central
4. La Ley Nº 18.188
5. La Ley Nº 22.207
6. El Decreto Nº 1096/95
IV. LA INSERCIÓN ARGENTINA EN EL ORDEN MONETARIO INTERNACIONAL
El Fondo Monetario Internacional
Los Derechos Especiales de Giro
V. CONCLUSIONES. PAUTAS PARA UNA REFORMA LEGISLATIVA
IV. BIBLIOGRAFÍA
DOCUMENTOS EN IMÁGENES
I. SUMARIO
e) con ellos pueden pagarse impuestos, tasas y servicios que prestan las
provincias emisoras.
En la actualidad las emisiones realizadas por las tres provincias totalizan una
cifra del orden de 28 millones de australes. Si bien esta cantidad no tiene
entidad para afectar la política monetaria nacional, las emisiones provinciales,
al actuar como dinero, tienen efecto monetario, sobre todo en el ámbito
donde actúan e influyen además en el sistema local de formación de precios. 6
A todo esto cabe recordar que la Carta Orgánica del Banco Central de la
República Argentina (artículos 20 y 22 Ley Nº 20.539 y sus modificatorias)
establece que el Banco es el encargado exclusivo de la emisión de billetes y
monedas de la Nación Argentina y ningún otro órgano del gobierno nacional,
ni los gobiernos de las provincias, ni las municipalidades, bancos u otras
instituciones cualesquiera, podrán emitir billetes ni monedas metálicas, ni
otros instrumentos que fuesen susceptibles de circular como moneda. Toda
vez que el Banco compruebe la violación de su función exclusiva de emitir
moneda, comunicará el hecho con todos sus antecedentes al Poder Ejecutivo
Nacional para que éste tome las medidas del caso.
Entendemos que la única diferencia que existe entre estos bonos provinciales
y el dinero corriente emitido por la Nación, es que los primeros carecen del
poder cancelatorio general y forzoso que la ley otorga al dinero nacional.
Así pudo decir la Corte Suprema de Justicia de la Nación (Fallos t° 186, pág.
219 – 15/03/1940) "…que Buenos Aires interesada en conservar plena y
perpetua libertad para manejar su Banco del Estado, tan útil para sus
intereses financieros como por las necesidades mercantiles y
económicas de la población, solicitó que por el pacto del 11 de
noviembre se le asegurase ese derecho y el Gobierno Federal se lo
otorgó. Que Buenos Aires quiso prever la eventualidad de que el
Congreso Federal cercenara en algo las facultades que se reservó sobre
su Banco y convirtió la promesa del 11 de noviembre en una garantía
constitucional (artículo 104 "in fine" C. N.)… Que el derecho de Buenos
Aires para legislar sobre su Banco tiene la misma jerarquía que la
acordada por el artículo 31 de la Constitución a sus propias
disposiciones y que la Ley Nº 1029 es de tipo contractual y garantiza los
derechos de la Provincia sobre el Banco".8
Por ende, para que esa situación de privilegio pueda quedar sin efecto, sólo
podría realizarse mediante una reforma de la Constitución Nacional, a la que
concurriese a ratificarla una Convención Constituyente de la Provincia de
Buenos Aires.
Por otra parte, a muchos bancos se les autorizaba a depositar "letras de oro"
suscriptas por los mismos bancos de emisión, en lugar del depósito de oro
que requería el sistema. Este procedimiento condujo al crack de 1890. 10
2. 1890 - 1935
Mientras tanto, para unificar las distintas emisiones de moneda fiduciaria que
circulaba en el país se promulgó la Ley Nº 3062, con fecha 8 de enero de
1884, por la que se autorizaba al poder Ejecutivo a renovar los billetes,
adoptando la denominación de: "peso moneda nacional" para el signo
monetario argentino. La intención de la Caja de Conversión de poner orden
en las finanzas no se logró hasta que, con fecha 4 de noviembre de 1899,
durante la segunda presidencia de Julio A. Roca, se dicta la Ley Nº 3871, de
conversión a oro de la moneda fiduciaria. El artículo 1° de la Ley dispone que:
"La Nación convertirá toda la emisión fiduciaria actual de billetes de
curso legal en moneda nacional de oro, al cambio de un peso moneda
nacional de curso legal por cuarenta y cuatro centavos de pesos
moneda nacional oro sellado". El artículo 7° a su vez, autorizaba a la Caja
de Conversión a emitir y entregar –mientras no se dictara el decreto a que se
refería el artículo 2°, fijando la fecha y modo en que debía hacerse efectiva la
conversión de la moneda de curso legal– a quien lo solicitara, billetes moneda
de curso legal por moneda de oro sellado, en la proporción de un peso
moneda de curso legal por cuarenta y cuatro centavos de peso oro sellado y
entregar el oro que reciba por éste medio, a quien lo solicite, en cambio de
moneda de papel, al mismo tipo de cambio.
Hubo, entonces, dos unidades: el peso oro sellado de cien centavos de oro y
el peso moneda nacional de cuarenta y cuatro monedas oro.
El peso oro sellado continúa vigente como unidad de valor (conf. Código
Aeronáutico – Ley Nº 17.285 – y Ley de la Navegación Nº 20.094).
El sistema de la Ley Nº. 3871 que creaba la Caja de Conversión y por el cual
sólo podía emitirse contra oro había sido modificado por las leyes de
redescuento y la emisión contra títulos. Volver al primitivo sistema no parecía
aconsejable, porque respondía a una economía de libre comercio
internacional que provocaba la regulación automática de los saldos de la
balanza de pagos, transmitiendo al interior los movimientos del exterior. El
nacionalismo económico requería otra regulación monetaria que aislara, en lo
posible, la economía nacional de la internacional e impidiera o atenuara que
las fluctuaciones externas repercutieran en el mercado interno. La regulación
de los saldos de la balanza de pagos se conseguiría por intermedio de
reglamentaciones, barreras, clearings, control de cambios, etcétera. Además,
en la República Argentina, existían dispersos los órganos ejecutores de las
tareas propias de un Banco Central. Agrégase a esto que se consideraba
necesario incorporar otras prácticas al sistema para darle elasticidad, como
también para vigilar a los organismos dispensadores de créditos a fin de que
el sistema bancario funcionara con regularidad.
Los antecedentes más inmediatos del Banco Central, creado por la Ley Nº
12.155 promulgada el 28 de marzo de 1935 bajo la presidencia de Agustín P.
Justo, fueron los de Uriburu, Hueyo y del perito inglés Otto Niemeyer y se
inspira en las recomendaciones de la Delegación del Oro del Comité
Financiero de la Liga de las Naciones.
Cuando se "estatiza" al Banco Central, por Decreto Ley Nº 14.957 del año
1946, se le mantiene ese privilegio de emisión, incrementando a la moneda
subsidiaria, que deja de ser una obligación de la Nación para pasar a serlo de
aquél. También se lo obliga al cambio de sus billetes por oro o divisas al
mismo tipo que la Ley anterior, peor también con efectos suspendidos, por
expresa disposición del artículo 58 de ese Decreto Ley. Ese régimen se
mantiene al sancionarse en el año 1949, la Ley Nº 13.571.
4. La Ley Nº 18.188
Bajo la presidencia de Juan Carlos Onganía, con fecha 15 de abril de 1969,
se dicta la Ley de facto Nº 18.188 de reforma monetaria en el sentido de que
cambia la unidad monetaria que utilizaría el Banco Central de la República
Argentina para emitir circulante, dejando en vigencia las Leyes N ros. 1130 y
3871.
5. La Ley Nº 22.207
6. El Decreto Nº 1096/85
Se trata de un reglamento monetario que deja sin curso legal a una moneda,
a la que reemplaza por otra, fija el valor de la nueva en su dimensión
temporal (tabla de conversión), proyectándose sobre las obligaciones
monetarias pendientes de cumplimiento. La referencia que hace a las de dar
sumas de dinero por obligaciones nacidas antes de la reforma y pendientes
de pago, tiene la finalidad de establecer el valor de la nueva moneda en
relación con la anterior, para lo cual distingue según que existan o no
cláusulas de indexación.13) Se establece un sistema dual de valores del
nuevo signo, según se trate del de la oferta monetaria a la fecha inicial de
vigencia de la nueva moneda o de la conversión de la moneda en las
obligaciones pendientes de satisfacción, esto es, nacidas antes y pagaderas
después. Por ello fija un patrón variable, pautado y progresivo del valor de los
pagos, ajustes y limitaciones diferidos, en los que, con el correr del tiempo, se
debilita la moneda anterior frente a la nueva.
Alguna de estas disposiciones, en cuanto legisla sobre formas de extinción de
obligaciones, sobre valor y alcance de cláusulas contractuales, sobre efectos
de la liberación de los contratos, sobre intereses punitorios por atrasos en los
pagos preestablecidos y sobre la forma de los recibos y cartas de pago –al
regular cuestiones de derecho privado– excede lo que constituye un sistema
normativo de orden público monetario y podría tacharse de
inconstitucionalidad, por tratarse de cuestiones reservadas por el artículo 76,
inciso 11 de la Constitución Nacional al Congreso de la Nación, en tanto éste
no las ratifique por la ley formal.4
Es por ello, que los propios considerandos del Decreto 1096/85, hacen un
reconocimiento explícito de la excepcionalidad que representa la sola
intervención del Poder Ejecutivo en esta ocasión. Después de invocarse "la
gravísima situación económica por la que atraviesa la República, la que
exige la adopción de medidas urgentes y extremas a los fines de
mantener la vigencia de las instituciones", se afirma "que las medidas
resueltas sólo pueden ser efectivas si se disponen sin preanuncio,
porque de lo contrario los comportamientos individuales distorsionarían
sus efectos" y "que el Gobierno Nacional tomó la decisión de poner en
vigencia las disposiciones precedentes como autodefensa de la
comunidad para evitar las consecuencias irreparables derivadas de la
publicidad y postergación de las medidas que, por su gravedad y
urgencia, exigen la adopción de recursos extremos para restablecer la
normalidad social, que es presupuesto inherente a la concreta vigencia
de las normas constitucionales y de los derechos humanos (Fallos
246:247)".
El control de cambios era un medio, gracias al cual cada país llevó a cabo su
propia política monetaria, prescindiendo de consideraciones internacionales.
A esta situación se había llevado a nuestro país en 1955. Basta leer, para
arribar a esta conclusión, la Memoria anual del Banco Central de la República
Argentina.
En 1944, en Bretton Woods, lord Keynes por Gran Bretaña y Harry Dexter
White por los Estados Unidos, fueron los inspiradores de un Banco Central
Internacional.
–en segundo lugar, determinan el monto de las facilidades que puede obtener
cada país;
El Fondo sólo otorga asistencia financiera para ayudar a los países miembros
a mantener la estabilidad de sus monedas en el mercado de cambio. No
acuerda créditos sino que vende moneda extranjera al país que experimenta
dificultades en su balance de pagos contra la entrega por éste de su moneda
nacional. Este derecho de compra acordado con el Fondo se ejerce, respecto
a la suma establecida, durante un año. Vencido éste, surge para el país la
posibilidad de readquirir su propia moneda y devolver oro o divisas
aceptables por el Fondo. Esto es lo que se denomina obligación de recompra.
En 1968 se estableció el mercado doble del oro por medio del cual el
Gobierno de los Estados Unidos acordó dejar de vender oro en el mercado
internacional para seguir manteniendo la aludida relación fija de 35 dólares la
onza. En agosto de 1971, debido a que algunos bancos centrales europeos
amenazaron convertir sus dólares reclamando el oro de Fort Konx, el
gobierno norteamericano decidió abandonar completamente la relación del
oro con el dólar y establecer tipos de cambio fijos.
V. CONCLUSIONES.
PAUTAS PARA UNA REFORMA LEGISLATIVA
Finalmente, resulta oportuno extraer algunas conclusiones de los
antecedentes que hemos citado en los apartados anteriores.
Esta moneda, así garantizada, no debe ser de curso forzoso y podrá ser
convertida libremente según se cotice en relación al tipo de cambio del día
que tenga la unidad monetaria internacional denominada Derecho Especial
de Giro; luego de esa operación de cálculo se procederá a liquidar la moneda
o divisa solicitada.
BIBLIOGRAFÍA
14. Enrique Luis ABATTI e Ival ROCCA (h.): "La Nueva Moneda y los
Contratos", A.D.L.A. XLV – B, págs. 1151/1163.
15. Atilio Aníbal ALTERINI: "El Austral: Unidad de Cuenta y Medio de Pago.
Cuestiones resueltas y Cuestiones Pendientes", pág. 27, Boletín Económico
de La Ley Nº 2, julio 1985.
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