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S. J. L. y GARANTÍA DE AYSÉN.
Silvia Graciela Espinoza Vera, Rut: 15.516.496-4, Profesora. Domiciliada en
Humberto García # 590 en la Ciudad de Puerto Aysén, Región de Aysén, Chile, a US.
Respetuosamente digo:
Que encontrándome dentro de plazo y de conformidad al artículo 485 del Código
del Trabajo y artículo 19 N° 1 de la Constitución Política, vengo en interponer, denuncia por
vulneración de derechos fundamentales con relación laboral vigente, en contra de la Ilustre
Municipalidad de Puerto Aysén, Rut.
69.240.100-k, servicio público descentralizado, dotado de personalidad jurídica y
patrimonio propio, representado por su alcalde don Julio Esteban Confucio Uribe
Alvarado, o quien haga sus veces al momento de la notificación de la presente denuncia,
ambos domiciliados en calle Esmeralda N° 607, Comuna de Puerto Aysén, Región de Aysén,
a fin de que se declare la existencia de la lesión de derechos fundamentales que se
denuncian, disponiendo su cese inmediato, más la indicación concreta de las medidas que
deberá adoptar el infractor, dirigidas a obtener la reparación de las consecuencias derivadas
de dicha vulneración incluidas las indemnizaciones que correspondan y la aplicación de las
multas a que hubiere lugar.
Todo ello, de acuerdo a los siguientes fundamentos de hecho y derecho que paso a exponer:
El día martes y jueves no tengo recreo en la jornada de la mañana ya que tengo dos bloque
de trabajo en aula de manera consecutiva.
Los días viernes tengo clases desde las 08:15 hrs. hasta las 14:15 siendo que todos los
colegas docentes trabajan hasta las 13:30 hrs (este fue un acuerdo tomado desde hace 14
años atrás, de dejar la tarde del viernes libre para realizar trámites personales debido a que
permanecemos de lunes a jueves en horario completo en el establecimiento conviniendo
que está en la localidad de Puerto Chacabuco).
A este horario aún falta que me incluyan las asignaturas de artes y música de prekinder y
kinder, además del consejo de profesores, horario de planificación, y talleres
extraprogramáticas.
Lo anterior sigue provocando que mis derechos y garantías antes referidos, resultaron
lesionados por la demandada y sus colaboradoras, por cuanto el ejercicio de las facultades
que la ley le reconoce al empleador le ha limitado el pleno ejercicio de los mismos, sin
justificación suficiente, en forma arbitraria, desproporcionada y sin respeto a su contenido
esencial. Revela una forma de proceder, prepotente, desproporcionada e irreflexiva, al
accionar en una forma abusiva y en desconocimiento de mis derechos fundamentales. Lo
anterior, demuestra un absoluto desprecio a las garantías constitucionales antes descritas
y a las normas de orden público que regulan su existencia y ejercicio. Se estaría vulnerando
mi derecho a lactancia, regulado en el artículo Respecto del derecho que establece
el artículo 206 del Código del Trabajo, sobre el derecho que tienen las trabajadoras de
disponer a lo menos, de una hora al día, para dar alimentos a sus hijos menores de dos años.
2. Resultado lesivo.
Que las situaciones vividas me han provocado un gran daño emocional, profesional y
familiar. Si bien actualmente, no estoy con licencia médica, si estoy siendo tratada por
Profesionales de la Mutual (Psicólogo y Psiquiatra).
El obrar vejatorio de parte de mi jefatura quien sabiendo de la vulneración de cual fui
víctima, me sigue vulnerando obligándome a permanecer en el establecimiento,
compartiendo espacios y actividades con la Señora Camila Redlich. Quien es una de las
principales causantes de mi malestar emocional.
A raíz de lo anterior, mi salud mental y física sufrió un grave perjuicio, comenzó a somatizar
todo lo que me estaba ocurriendo en el trabajo, sintiéndome mal tratada, enjuiciada
públicamente, perseguida, hostigada, no pude conciliar el sueño por varios meses,
permaneciendo sin ganas de levantarse. Viviendo en constante angustia e incertidumbre.
Los vejámenes indicados precedentemente, en ningún caso han sido redactados en
términos taxativos, solo ejemplifican la abundante y sistemática cantidad de abusos de que
he sido víctima en el ejercicio de mis funciones. Es necesario señalar, que estamos ante un
conjunto de actos y omisiones ejercidos en mi contra, que han sido tolerados y amparados
por mi empleador que aisladamente pudieran ser desestimados por su gravedad, pero que,
en su conjunto, me han dañado profundamente.
III.- ANTECEDENTES DE DERECHO
Que, según se desprende de la exposición de los hechos, la demandada ha vulnerado
manifiestamente los derechos fundamentales de mi representada, específicamente, el
derecho a la vida y a la integridad física y psíquica expresamente reconocidos en la
Constitución Política de la República en el artículo 19 N° 1 inciso 1º del Capítulo III de la
Carta Fundamental. En efecto, las últimas conductas vulneratorias de la denunciada se
verificaron el día 01 de marzo de 2022 en particular y la denegación posterior mis horas de
lactancia, lesionó gravemente el derecho a la integridad psíquica, por haber efectuado la
demandada, en la ejecución de la relación laboral y a propósito de su condición de superior
jerárquico, conductas indebidas que perjudicaron gravemente sus condiciones laborales,
atentando en contra de mi dignidad personal y mi salud física y mental.
a) Derecho a la Integridad Física y Psíquica de la Persona.
El derecho a la integridad personal es aquel derecho humano fundamental y absoluto que
tiene su origen en el respeto debido a la vida y sano desarrollo de ésta. Es el derecho al
resguardo de la persona, en toda su extensión, bien sea en su aspecto físico como mental.
El ser humano por el hecho de ser tal tiene derecho a mantener y conservar su integridad
física, psíquica y moral. La Integridad física implica la preservación de todas las partes y
tejidos del cuerpo, lo que conlleva al estado de salud de las personas. La integridad psíquica,
por su parte, es la conservación de todas las habilidades motrices, emocionales e
intelectuales. La integridad moral hace referencia al derecho de cada ser humano a
desarrollar su vida de acuerdo con sus convicciones.
El reconocimiento de este derecho implica, que nadie puede ser lesionado o agredido
físicamente, ni ser víctima de daños mentales o morales que le impidan conservar su
estabilidad psicológica, tanto por acción como por omisión.
El derecho a la integridad física y sicológica de toda persona y en consecuencia de todo
trabajador, exige que el empleador en el ejercicio de las facultades que la ley le reconoce
en su carácter de tal, debe respetar los derechos fundamentales, en los términos
establecidos en el artículo 5 inciso 1º del Código del Trabajo, siendo uno de los límites de
sus prerrogativas el respeto por el derecho en análisis. Es más, el derecho a la dignidad
humana constituye la base para analizar y comprender el alcance y contenido de la
indemnidad sicológica de todo trabajador. Por ello, en atención a los efectos que deriven
del actuar del empleador podrá establecerse si con ello se han afectado o no un derecho
fundamental especifico del trabajador, pudiendo ser de un aparente contenido neutro y
que, no obstante, ello afecte o prive de alguno de los derechos de que es titular el
trabajador en su carácter de persona.
La integridad física y síquica expresamente reconocida en el artículo 19 N.º 1 de nuestra
Constitución Política, en el ámbito laboral, tiene su consagración legal en el denominado
deber de protección, consagrado en el artículo 184 del Código del Trabajo, que obliga al
empleador a tomar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y la
salud de sus trabajadores. Esta obligación se constituye en la prohibición del empleador de
realizar actos que impliquen un atentado a este derecho, como la presión física y sicológica
de la cual fui objeto.
Además, Este deber no sólo dice relación con actos directos, esto es, de mantener
condiciones de higiene y seguridad en los lugares de trabajo, sino que, además, una
obligación de hacer, esto es, actuar de manera oportuna y eficaz a fin de evitar que las
condiciones de trabajo permitan afectar la integridad física y síquica del trabajador.
b) Vulneración al derecho a la vida y a la integridad física y psíquica, establecida en el
artículo 19 Nº 1 de la Constitución Política de la República de Chile.
La citada garantía se encuentra establecida en la Constitución Política de la República de
Chile, en el artículo 19 Nº 1 inciso 1°: “La Constitución asegura a todas las personas: N° 1: El
derecho a la vida y a la integridad física y psíquica de la persona.”
Por integridad física de la persona debemos entender la preservación y funcionamiento de
todos los miembros y órganos que le permiten manifestarse como tal, y en todas las
expresiones que conforman su específica naturaleza, potencialidad y aptitudes, de acuerdo
con lo expresado por Silva Bascuñán.
Respecto a la integridad psíquica, consta en las actas de la Comisión Ortúzar, en la sesión
89, que la inclusión de este elemento fue debatido, y al efecto, se consultó la opinión del
doctor Armando Roa, quien en la sesión 93 expresó: “hay elementos categóricamente
psíquicos que son absolutamente irreductibles a lo físico, y que escapan a lo físico, y que
por lo tanto podría haber una perturbación de la integridad física sin que estos elementos
sean directamente tocados, porque escapan realmente del plano conceptual”. Agrega que
“defender sólo la integridad física es incompleto (…) Esto no significa que estén separados,
como lo están la esposa y el esposo. Están unidos, pero no son iguales, no son totalmente
idénticos; están unidos, pero no son idénticos bajo todos los aspectos”.
Ahora bien, desde el punto de vista del Derecho del Trabajo, en lo que concierne al alcance
de esta garantía, el propio Código del Trabajo establece en el artículo 485 y siguientes que
constituye vulneración a esta garantía aquella que sea consecuencia directa de actos
ocurridos en la relación laboral.
Entonces, debemos entender que una vulneración al derecho a la integridad física y psíquica
en materia laboral, consistiría en que con ocasión del cumplimiento del contrato de trabajo,
la integridad física del trabajador pudiera ser trastocada a tal punto que su cuerpo físico no
pudiera desarrollar todas sus potencialidades o su pleno funcionamiento; o que respecto
de la integridad psíquica, el trabajador pudiera ver afectada aquella faceta interna que lo
separa de la mera materialidad, de tal forma que ocurriría un grave desmoronamiento al
interior de su ser.
En la especie es posible determinar que los problemas a su salud mental son consecuencia
de la constante situación de estrés laboral dado al hostigamiento constante recibido
mediante la instrucción de un procedimiento sancionatorio.
Esto, de acuerdo al texto constitucional, y a su remisión que realiza el artículo 485 del
Código del Trabajo, es una gravísima vulneración al derecho a la vida y a la integridad física
y psíquica a mi persona, ya que el cúmulo de conductas que han sido descritas.
c) Prohibición del acoso laboral y de actos de discriminación.
El artículo 2° incisos 2° y 3° del Código del Trabajo, en relación con el artículo 486 del mismo
cuerpo legal establecen la protección a través del procedimiento de tutela de derechos
fundamentales del trabajador en las materias concernientes a actos discriminatorios y la
prohibición del acoso laboral.
Disponen las normas citadas: Art. 2° (…) Las relaciones laborales deberán siempre fundarse
en un trato compatible con la dignidad de la persona. Es contrario a ella, entre otras
conductas, el acoso sexual, entendiéndose por tal el que una persona realice en forma
indebida, por cualquier medio, requerimientos de carácter sexual, no consentidos por quien
los recibe y que amenacen o perjudiquen su situación laboral o sus oportunidades en el
empleo. Asimismo, es contrario a la dignidad de la persona el acoso laboral, entendiéndose
por tal toda conducta que constituya agresión u hostigamiento reiterados, ejercida por el
empleador o por uno o más trabajadores, en contra de otro u otros trabajadores, por
cualquier medio, y que tenga como resultado para el o los afectados su menoscabo,
maltrato o humillación, o bien que amenace o perjudique su situación laboral o sus
oportunidades en el empleo. Son contrarios a los principios de las leyes laborales los actos
de discriminación. Los actos de discriminación son las distinciones, exclusiones o
preferencias basadas en motivos de raza, color, sexo, edad, estado civil, sindicación,
religión, opinión política, nacionalidad, ascendencia nacional u origen social, que tengan por
objeto anular o alterar la igualdad de oportunidades o de trato en el empleo y la ocupación.
El inciso segundo del artículo 2 del Código del Trabajo prescribe que Las relaciones laborales
deberán siempre fundarse en un trato compatible con la dignidad de la persona y recoge la
interdicción al trato discriminatorio no amparado en razones justificadas que consagra con
mayor jerarquía por el inciso tercero del número 16 del artículo 19 de la Carta Fundamental.
NOGUEIRA ALCALÁ anota que “la dignidad de la persona es el rasgo distintivo de los seres
humanos respecto de los demás seres vivos, la que constituye a la persona como un fin en
sí mismo, impidiendo que sea considerada un instrumento o medio para otro fin, además
de dotarlo de capacidad de autodeterminación y de realización del libre desarrollo de la
personalidad. La dignidad es así un valor inherente a la persona humana que se manifiesta
a través de la autodeterminación consciente y responsable de su vida y que exige el respeto
de ella por los demás”.
Citando a WOLFANG, el mismo autor, señala que aquélla “es una cualidad intrínseca y
distintiva reconocida a todo individuo que lo hace merecedor del mismo respeto y
consideración por parte del Estado y de la comunidad, implicando, en este sentido, un
complejo de derechos y deberes fundamentales que aseguran a la persona tanto contra
todo y cualquier acto de cuño degradante o deshumanizado, como velan para satisfacer las
condiciones existenciales mínimas para una vida saludable…”
El Tribunal Constitucional chileno ha señalado, situando a la dignidad como valor principal
en el artículo 1°, inciso primero de la carta política (“Las personas nacen libres e iguales en
derechos”) que “por ser la base del sistema constitucional imperante en Chile “a la cual se
alude en aquel principio capital de nuestro Código Supremo es la cualidad del ser humana
que lo hace acreedor siempre de un trato de respeto, porque ella es la fuente de los
derechos esenciales y de las garantías destinadas a obtener que sean resguardados” (Rol
943-07).
Finalmente, en lo que aquí interesa resaltar, el mismo NOGUEIRA postula que “el valor y
principio de la dignidad humana tiene un carácter absoluto y de obediencia irrestricta”;
“constituye un mínimo invulnerable del ser humano” y “todos los derechos fundamentales
tienen en ella su fundamento y base sustantiva ya que todos ellos contribuyen a desarrollar
ámbitos propios de la dignidad de la persona humana”
En armonía con lo razonado, conviene rememorar una reconocida sentencia del Tribunal
Constitucional español, que tiene ya casi 25 años y cuya fuerza descriptiva del fenómeno
que se analiza –y sin remilgos de lenguaje- corrobora la actualidad y universalidad del
fenómeno que se viene tratando: “La celebración de un contrato de trabajo no implica de
modo alguno la privación para una de las partes, el trabajador, de los derechos que la
Constitución le reconoce como ciudadano (…) Ni las organizaciones empresariales forman
mundos separados y estancos del resto de la sociedad ni la libertad de empresa legitima el
que quienes prestan servicios en aquéllas por cuenta y bajo la dependencia de sus titulares
deban soportar despojos transitorios o limitaciones injustificadas de sus derechos
fundamentales y libertades públicas, que tienen un valor central y nuclear en el sistema
jurídico constitucional (…). Las manifestaciones de ‘feudalismo industrial’ repugnan al
Estado social y democrático de Derecho y a los valores superiores de la libertad, justicia e
igualdad a través de los cuales ese Estado toma forma y se realiza” (STC 88/1985; 19 de
julio)
Los actos de acoso laboral exigen agresiones u hostigamiento reiterados. En la especie
existieron, sin que la demandada buscara fórmulas para solucionar el conflicto laboral y que
se propusiera el traslado y luego se desistieran de esa acción, producto de ese actuar me
ocasiono un daño irreparable.
IV.- PROCEDENCIA DE LA ACCIÓN DE TUTELA LABORAL.
En Cuanto a acción de tutela El artículo 485 del Código del Trabajo contempla el
denominado Procedimiento de Tutela Laboral, el cual se aplicará a aquellas cuestiones
suscitadas en la relación laboral por aplicación de las normas laborales que afecten los
derechos fundamentales de los trabajadores, entendiéndose por estos los consagrados en
la Constitución Política de la República en su artículo 19 números 1º inciso primero, siempre
que la vulneración sea consecuencia directa de actos ocurridos en la relación laboral de
trabajo, 4º, 5º, en lo relativo a la inviolabilidad de toda forma de comunicación privada, 6º,
inciso primero, 12º, inciso primero, y 16º, en lo relativo a la libertad de trabajo, al derecho
a su libre elección y a lo establecido en su inciso cuarto, cuando aquellos derechos resulten
lesionados en el ejercicio de las facultades del empleador. También se aplicará este
procedimiento para conocer de los actos discriminatorios a que se refiere el artículo 2º de
este Código, con excepción de los contemplados en su inciso sexto. Además, el inciso 3º de
la norma en comento señala expresamente que los derechos y garantías a que se refiere la
norma resultan lesionados, cuando el ejercicio de las facultades que la ley le reconoce al
empleador limita el pleno ejercicio de aquellas sin justificación suficiente, en forma
arbitraria o desproporcionada o sin respeto a su contenido esencial.
En Cuanto al daño moral:
Siendo el daño moral sufrido consecuencia directa de la acción ilícita de la demandada,
llamada por el ordenamiento a garantizar precisamente el bien que lesiona (artículo 184 del
Código del Trabajo) corresponde dar lugar a la demanda en cuanto a la indemnización
solicitada, desde que resulta procedente en la lesión de un daño extrapatrimonial ajustar la
tutela efectiva al principio transversal al orden normativo que se formula como el deber de
reparación integral del daño por quien lo causa.
Existe jurisprudencia superior, en una interpretación extensiva y no literal de la norma
general contenida en el artículo 1556 del Código Civil, desde la sentencia de la Corte
Suprema de 20 de octubre de 1994 (Revista Derecho Y Jurisprudencia, t.9, sec. 1ª, páginas.
100 y ss) que ha recibido las tendencias más modernas acerca del principio resarcitorio
anotado, sin que se divise razón alguna para estimar que la interpretación de la norma
común sea inaplicable al ámbito del contrato de trabajo. Razonar a favor de la distinción en
función de la materia importa consagrar una exégesis inequitativa que niega la reparación
del daño y, al mismo tiempo, validar una distinción no amparada por el ordenamiento, que
da tutela judicial al daño extrapatrimonial causado por un ilícito contractual en una clase de
contratos y no en otra.
POR TANTO, en mérito de lo expuesto y de conformidad a lo establecido en los artículos 1,
2, 5, 7, 41, 71, 73, 162, 163, 168, 172 y 173, arts. 446 y siguientes, 485 y siguientes del
Código del Trabajo, RUEGO A US.: se sirva tener por interpuesta denuncia de tutela laboral
en procedimiento de tutela por vulneración de derechos fundamentales, en contra del
Ilustre Municipalidad de Puerto Aysén, Rut.
69.240.100-k, dotado de personalidad jurídica y patrimonio propio, representado por su
alcalde don Julio Esteban Confucio Uribe Alvarado o quien haga sus veces al momento de
la notificación de la presente denuncia; todos ya individualizados; acogerla en todas sus
partes,
y se declare:
1.- Que se ordene en forma inmediata al demandado el cese de la conducta vulneratoria de
forma inmediata o en el plazo que S.S. estime prudente;
2.- Que se declare que las conductas denunciadas que afectan mi integridad física y
psíquica .
3.- Que se condene a la demandada al pago de una indemnización por daño moral, derivado
del sufrimiento experimentado debido a las conductas lesivas denunciadas, por la suma de
$ 180.000.000 o la suma que S.S. estime prudencialmente.
4.- Como medidas concretas de reparación de las consecuencias lesivas derivadas de las
vulneraciones de derechos fundamentales denunciadas, se solicita:
a) Que se ordene a la demandada a sacar del colegio a la directora quien se encuentra
vulnerando mis derechos.
b) Que se ordene a la demandada a publicar al interior del Servicio una carta pública de
disculpas.
c) En subsidio de las anteriores, aquellas medidas que US., considere soberanamente
pertinentes para impedir que se sigan vulnerando mis derechos fundamentales.
5.- Las costas e intereses y reajustes en conformidad a la ley.
PRIMER OTROSÍ: Solicito a SS., tener presente que designo abogado patrocinante y
apoderado, con todas las facultades de ambos incisos del CPC, Art. 7, las que se dan por
expresamente reproducidas, a doña NESTOR GÓMEZ CANALES, abogado habilitada
para el ejercicio de profesión, con domicilio para estos efectos en Gabriela Mistral N° 560,
comuna de Coyhaique, quien suscribe en señal de aceptación mediante firma electrónica
simple, según las disposiciones de la Ley N° 20.886, la ley núm. 19.799 y en particular
establecido en el auto acordado acta núm. 37-2016
SEGUNDO OTROSÍ: SOLICITO A SS. Que en virtud de lo dispuesto en los artículos 433 y 442
del Código del Trabajo, autorice que las actuaciones procesales, exceptuando las
audiencias, puedan efectuarse por medios electrónicos, y que las notificaciones del
presente proceso se me efectúen a los correos electrónicos
nestorgomezcanales@gmail.com