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El trastorno por déficit de atención se caracteriza por la presencia constante de falta de atención
y/o hiperactividad-impulsividad, lo cual dificulta el desarrollo y el funcionamiento típico de la
persona. Para poder realizar un diagnóstico de TDAH en un niño, es necesario considerar que
estos síntomas deben manifestarse antes de los 12 años, que están presentes en dos o más
entornos, que haya pruebas que confirmen su impacto negativo en el ámbito social, académico
o laboral, y que dichos síntomas no sean atribuibles a otro trastorno. (Terol Sánchez, 2023)
se pueden identificar cinco elementos clave relacionados con la atención. Primero, está la
atención sostenida, que implica la capacidad de mantener el enfoque en un estímulo durante
un periodo prolongado. Segundo, encontramos la atención selectiva, que consiste en la
habilidad para fortalecer en un estímulo específico a pesar de la presencia de distracciones.
Tercero, está la atención dividida, que implica la capacidad de atender simultáneamente a
múltiples estímulos. Cuarto, tenemos la atención inhibitoria, que se refiere a la capacidad de
control y suprimir respuestas automáticas o impulsivas. Y, por último, está la atención
cambiante, que implica la habilidad de cambiar el enfoque de atención de un estímulo a otro.
(Olano Martínez, 2023)
En cuanto al tratamiento del TDAH, la terapia conductual es la primera línea de tratamiento para
los niños en edad preescolar, ya que reduce los síntomas y mejora la relación padres-hijo, sin
necesidad de utilizar farmacoterapia inicialmente. Sin embargo, si los síntomas persisten o
empeoran, se recomienda el uso de psicoestimulantes como tratamiento de segunda línea, ya
que estos fármacos estimulantes actúan mejorando la capacidad de atención, la hiperactividad
El TDAH se cree que es causado por factores genéticos, neurológicos y ambientales. Algunas
teorías sugieren que hay un desequilibrio en los neurotransmisores, como la dopamina y la
norepinefrina, que regulan la atención y el comportamiento. Se han desarrollado fármacos para
modular estos neurotransmisores, siendo los estimulantes como el metilfenidato y la
anfetamina los más utilizados para el TDAH. Estos medicamentos aumentan los niveles de
dopamina y norepinefrina en el cerebro, mejorando la atención y reduciendo la impulsividad y
la hiperactividad. (Lee & Yoon, 2023)
Según la investigación de Weiss et al. (2011), se descubrió que los videojuegos altamente
estimulantes están diseñados con incentivos para progresar a niveles más altos, lo que aumenta
la vulnerabilidad de las personas con TDAH para desarrollar comportamientos adictivos. Estas
En un estudio sistemático, los niños con TDAH mostraron una peor calidad de vida en
comparación con los niños sin TDAH, según padres y niños. El impacto del TDAH en la calidad de
vida se consideró significativo, pero no hubo diferencias generales en las percepciones entre
padres e hijos. Sin embargo, en niños con TDAH, hubo diferencias estadísticamente significativas
entre los informes de padres e hijos en la calidad de vida general y los dominios físicos y
psicosociales. (Wanni Arachchige Dona, 2023)
Bibliografía
Cao, M. M. (2023). Aprendizaje automático en el trastorno por déficit de
atención/hiperactividad: nuevos enfoques para comprender los mecanismos
neuronales. Psiquiatría traslacional, 13 (1).
Lee, W.-S., & Yoon, B.-E. (2023). Necesidad de un Modelo Animal Integrativo para un Estudio
Integral del Trastorno por Déficit de Atención/Hiperactividad. Biomedicinas, 11.
Wang, M., Yang, X., Yu, J., Zhu, J., Kim, H.-D., & Cruz, A. (2023). Efectos de la actividad física
sobre la función inhibitoria en niños con trastorno por déficit de atención con
hiperactividad: revisión sistemática y metanálisis. En t. J. Medio Ambiente. Res. Salud
Pública, 20.
Wanni Arachchige Dona, S. B. (2023). El impacto del trastorno por déficit de atención e
hiperactividad infantil (TDAH) en la calidad de vida relacionada con la salud de los
niños: una revisión sistemática y un metanálisis. Revista de Trastornos de la Atención,
598–611.