Para el almacenamiento de gas existen distintos tipos de tanques de
almacenamiento, los cuales cuentan con características específicas que pueden
hacer más seguro y eficiente su uso dependiendo del material que se vaya a contener en estos, a continuación proceder a mencionarles algunos de estos tanques: Tanques de LNG Estos tanques almacenan Gas Natural, el cual ha sido licuado temporalmente para reducir su volumen en 1/600, Dependiendo del diseño y el tamaño estos tanques pueden almacenar entre 1 000 m3 a 160 000m3, y su composición consiste en tanques de acero niquelado uno dentro de otro, y recubierto de concreto, también cuentan con aisladores sísmicos para que estén preparados en caso de algún evento de este tipo. Tanques a presión Como su nombre lo indica, estos son construidos para contener productos a presión, por lo que son de mayor riesgo en caso de altas temperaturas o algún daño en su estructura, estos normalmente son de forma esférica evitando puntos débiles en el tanque, en caso de contener fluidos de menor presión, también se pueden utilizar tanques cilíndricos, aunque son menos resistentes son más baratos, para saber que tanques utilizar y de que materiales se debe seguir la norma ASME encargada de regular el uso de calderas y recipientes a presión. Tanques con techo flotante Los tanques de techo flotante se utilizan para almacenar petróleo y derivados, estos se fabrican de acero con refuerzos de fibra de vidrio, para obtener una estructura sólida y resistente, y su principal característica es que el techo es capaz de subir o bajar, dependiendo de la cantidad de producto que tenga contenida en su interior, lo que ayuda a evitar o disminuir la evaporación. Algunas de sus ventajas son: Reducen el riesgo de incendios y brindan seguridad para las instalaciones donde estén ubicados. Generan un menor impacto ambiental pues disminuyen la descarga de vapores. Reducen las pérdidas de líquidos que generalmente ocurren a través de la evaporación.
Estos pueden ser internos o externos:
Los internos cuentan con dos techos, uno exterior, generalmente en forma de domo, que protege de factores externos como la lluvia, nieve, vientos, etc. Y un techo interno que es el que flota sobre el líquido. Los tanques externos solo cuentan con el techo que flota sobre el fluido, algunos de estos se construyen con diseño abovedado, para protegerse de vientos y lluvias.