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DE LAS OBLIGACIONES SUS MODALIDADES Y

EFECTOS

El objeto de la obligación es lo debido por el deudor y lo que


el acreedor está facultado para reclamar. El deudor lo que
debe en realidad es una conducta o un comportamiento, al
que usualmente se le denomina prestación.

El objeto de la obligación es lo debido por el deudor y lo que


el acreedor está facultado para reclamar. El deudor lo que
debe en realidad es una conducta o un comportamiento, al
que usualmente se le denomina prestación. Esta perspectiva
coincide o se supone con el interés del acreedor. La
prestación es la conducta o comportamiento a que está
obligado el deudor y su objeto es dar, hacer o no hacer la
cosa y que pretende conseguir el acreedor a través del
marco obligatorio, del dar
hacer o no hacer en que consiste la obligación depende su
régimen jurídico en orden fundamentalmente a la
determinación de los requisitos de la prestación, la diligencia
exigible al deudor la retroactividad de la condición, la
imposibilidad del cumplimiento y las modalidades de
ejecución forzosa por incumplimiento.
La obligación de dar, supone la entrega de la cosa es decir
un determinado traspaso posesorio, que puede ser traslativo
o restitutorio. Si se trata de un dar traslativo, la conducta del
deudor se dirige a transmitir al acreedor un determinado
derecho sobre la cosa; si se trata de un dar sustitutorio, la
entrega de la cosa no es transmisión sino devolución de la
misma.

Prestación de hacer, en esta prestación, el deudor se obliga


a observar una conducta o comportamiento que consiste en
la realización de un servicio. El Código Civil se refiere a esta
especie de prestación en diversos preceptos, de los que
deriva un régimen propio y distinto al de las prestaciones de
dar.

El objeto de la prestación de hacer puede ser cualquier


actividad o servicio con tal que reúna los requisitos propios de
la prestación: posible, lícito, moral y determinable. Igualmente
la conducta que observe el deudor debe ser susceptible de
traducción en términos económicos es decir de sacrificios
patrimonial para el deudor y de utilidad para el acreedor.
La prestación de no hacer: En esta prestación el deudor se
obliga a una pura abstención a observar una conducta
meramente omisiva. Es el caso del pacto de no concurrencia
en una determinada plaza entre empresarios o de no
concurrencia a una determinada subasta o del pacto de no
enajenación estipulado en un contrato oneroso o de no
introducir animales en un inmueble arrendado.

La prestación de no hacer puede consistir en una mera


abstención o inactividad del deudor o en la tolerancia de
determinados actos del acreedor.

El incumplimiento de la obligación de no hacer se resuelve en


una indemnización de daños y perjuicios. Además, podrá
decretarse que se deshaga lo hecho por el deudor contra el
tenor de la obligación.

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