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CONCEPTO DE OBLIGACIÓN

La obligación es una relación jurídica en la cual el acreedor tiene derecho a exigir del deudor una prestación
destinada a satisfacer un interés lícito y, ante el incumplimiento, a obtener forzadamente la satisfacción de
dicho interés. (Art. 724)
Análisis de la definición.- dicha definición destaca como relevante estos elementos de juicio:
1- Se trata de una relación jurídica, esto es una relación humana regulada por el Derecho.
2- Se trata asimismo de un deber, de la necesidad jurídica. Es un deber específico y calificado.
3- Existe un sujeto pasivo, o deudor, que debe cumplir frente a un sujeto activo, o acreedor. aquél tiene
una deuda y éste un crédito.
4- Aparece además la prestación, que implica el comportamiento o actitud debidos. La prestación
puede tener diversas manifestaciones: una entrega, o dar, como la compraventa; una actividad, o
hacer, como cuando D se obliga a pintar la casa a A; una abstención, o no hacer, si por ejemplo se
pacta la obligación de no establecerse con un comercio competitivo en determinado radio.
ACEPCIONES IMPROPIAS
Vulgarmente se denomina obligación:
1) A deberes no jurídicos, como los de caridad.
2) A cualquier deber jurídico, aunque carezca de las notas típicas de la obligación
3) A la deuda, que es sólo el aspecto pasivo de la obligación
4) Al contrato, que si bien crea obligaciones, no es en sí mismo una obligación.
5) Al documento en el que se instrumenta la obligación
6) A ciertos títulos, los debentures, emitidos por las sociedades anónimas y en comandita por acciones,
etc.
TIPICIDAD DEL DEBER OBLIGACIONAL
El deber jurídico.- La noción de deber designa la situación del sujeto que está precisado a ajustarse a cierto
comportamiento. El deber jurídico presenta las notas características del ámbito del Derecho, el
comportamiento debido es exigible bajo amenaza de sanciones jurídicas.
Los deberes jurídicos nacen de las más diversas relaciones jurídicas (de la personalidad, de familia, reales, etc.)
de manera que, si bien toda obligación es un deber jurídico, no todo deber jurídico importa una obligación.
Caracteres del deber obligacional.- El deber jurídico propio de la relación obligatoria, esto es la deuda, tiene
un contenido específico ya señalado: la prestación.
Se trata de una conducta o actitud, de dar, hacer o no hacer, que sólo versa sobre entrega de cosas, sobre
prestación de actividad, o sobre abstenciones, y es típica de la obligación. La deuda –esto es el deber jurídico
del deudor emergente de la obligación- tiene contenido patrimonial pues recae sobre bienes “susceptibles de
valor”, y sujeta el patrimonio del deudor a la satisfacción del crédito del acreedor.

NATURALEZA JURÍDICA
Noción previa.- La naturaleza jurídica de una figura implica su calidad característica central, y permite
encasillarla en el sector correspondiente.
La obligación regula la conducta humana: el hombre, el ser humano, es su eje, y su razón de ser.
CONCEPCIÓN SUBJETIVA
Potestad del acreedor.- El criterio subjetivo concibe a la obligación teniendo en cuenta, exclusivamente, la
posición del acreedor: la obligación le conferirá poderes sobre la persona o el comportamiento del deudor.
Según el criterio romano, se otorgaba al acreedor una actio in personam, que estaba dirigida contra la
entidad física del deudor, tenía poderes amplios sobre el deudor.
Esta concepción de derecho subjetivo fue objeto de críticas. Se agrega que el deudor es sujeto y no objeto
de la relación jurídica, de manera que no es posible concebir a la obligación como un poder del acreedor
que recaiga sobre él.
CONCEPCIÓN OBJETIVA
Relación de patrimonios.- IHERING, gran contradictor de aquella caracterización del derecho subjetivo, lo
definió como el interés jurídicamente protegido.
De allí surgió la concepción del crédito en términos objetivos: tiende a la satisfacción de un interés privado del
acreedor, y la prestación es sólo un medio para ello.
Deber libre.- un sector de la doctrina sostenía que el deudor tiene el deber libre de cumplir o no cumplir, ya
que la norma no manda a pagar, el deudor no tiene el deber jurídico de cumplir; por ello no se aplica sanción
alguna al incumplidor.
Pero el Derecho acuerda una indemnización al acreedor cuando el deudor no cumple.
Este criterio resulta negatorio del derecho subjetivo. El deudor debe cumplir, éste es su deber y, si no cumple,
por haber infringido tal deber, se lo sanciona con la indemnización. No hay pues, tal “deber libre”.
CONCEPCIÓN APROPIADA
a) Deber y facultad en la relación jurídica
Situación del deudor y del acreedor.- El deudor está sujeto a cumplir y el acreedor está investido de
poderes conferidos por el Derecho, relativos al patrimonio del deudor, para obtener la satisfacción de su
interés.
b) Deuda y responsabilidad
La deuda.- Las reglas del Derecho son cumplidas de modo espontáneo. Cumplir la obligación es una de
esas reglas generalmente acatadas.
Hay organizado todo un sistema de protección al crédito a través de la regulación de sanciones jurídicas
para el deudor que no cumple, que también alientan al deudor para que cumpla y lo inducen a ello si la
regla moral no le resulta incentivo suficiente.
Las virtualidades de la relación de deuda pueden ser esquematizadas así:
1. El deudor tiene el deber jurídico de realizar la prestación –para la cual el acreedor ha de prestar la
necesaria cooperación, por ejemplo, recibiendo la mercadería debida- y, asimismo, dicho deber tiene
correlación en la facultad de liberarse mediante el pago por consignación si el acreedor se niega
injustificadamente a aceptar la prestación ofrecida.
2. El acreedor tiene –con su crédito- la expectativa de obtener la prestación, y está investido de un título
para ello, de manera que si el deudor realiza el pago éste es debido y no corresponde su repetición.
La responsabilidad.- En la relación de deuda, que acaba de ser analizada, la actitud del acreedor es
esencialmente pasiva, pues aguarda el cumplimiento del deudor que, a su vez, juega un rol de cierto
modo activo, desde que debe realizar la prestación.
Los roles se invierten en la relación de responsabilidad: el acreedor, ahora en actitud francamente activa,
está investido de un poder de agresión que consiste en la facultad de emplear las vías legales tendientes
a obtener la ejecución específica de lo debido, o un equivalente indemnizatorio.
Las virtualidades de responsabilidad pueden ser esquematizadas así:
1. El acreedor tiene poderes, dirigidos a obtener su satisfacción, que recaen sobre el patrimonio del
deudor, no en su persona como era en la antigüedad, ahora recae sobre su patrimonio,
2. El deudor, cuyo patrimonio está sujeto a dicho poder, tiene sin embargo la facultad de liberarse de su
obligación, aunque promedie su incumplimiento, siempre que satisfaga íntegramente el interés del
acreedor.
En síntesis: en la deuda el acreedor tiene una expectativa de prestación, es decir, al cumplimiento exacto
por parte del deudor; en la responsabilidad tiene, en cambio, una expectativa a la satisfacción, por
medio de la ejecución forzada, o por otro, o la indemnización.

COMPARACIONES

CLASIFICACIÓN DE LAS RELACIONES JURÍDICAS

Criterios de clasificación.- El derecho subjetivo, que constituye un extremo en la relación jurídica, se


corresponde con deberes de comportamiento a cargo del sujeto pasivo.

Este comportamiento constituye el contenido del deber propio de la relación jurídica de que se trate, y
permite una clasificación elemental que arranca de dos criterios: (1) la índole del contenido sobre el cual
recae la relación, y (2) la identidad del sujeto pasivo.

De acuerdo con la índole del contenido la relación jurídica es patrimonial o extrapatrimonial. El derecho del
titular puede recaer en un bien económico, de “valor pecuniario” apreciable, caso en el cual la relación es
patrimonial. O puede recaer en un bien carente de esa valoración, y tratarse así de una relación
extrapatrimonial.

En orden a la identidad del sujeto pasivo, el derecho es absoluto si puede ser opuesto a todo integrante de la
comunidad (erga omnes), y relativo si sólo compete respecto de persona o personas determinadas.

Se considera extrapatrimonial a la relación de familia aunque –en segundo plano- surjan de ella derechos
patrimoniales como la reclamación de alimentos; y se ubicará como relativa a la relación obligacional, sin
perder de vista que –también en segundo grado- la comunidad debe respetar toda relación creditoria ajena.

Relaciones patrimoniales y extrapatrimoniales.- Son patrimoniales los derechos reales y de crédito. Los reales,
porque recaen sobre cosas que integran el patrimonio; los creditorios porque dan derecho a exigir una
conducta de dar, hacer o no hacer susceptible, también, de apreciación económica.

Son extrapatrimoniales los derechos de personalidad y los derechos de familia. Los derechos de personalidad,
porque son concedidos al individio como calidad que se presupone esencial a su naturaleza (vida, libertad,
integridad, etc.); los de familia porque, aunque en plano secundario pueden conferir facultades
patrimoniales, tienen un contenido esencialmente moral.

Relaciones absolutas y relativas.- Son absolutos los derechos de personalidad y los derechos reales. Los de
personalidad porque pueden ser ejercidos contra todos sin que tengan un destinatario en especial. Lo mismo
sucede con los derechos reales.

Son relativos los derechos de familia y los creditorios. Los de familia establecen una relación entre personas
determinadas. Y también lo son los derechos creditorios por cuanto confieren facultad al acreedor para
reclamar a su deudor el cumplimiento de la prestación.

COMPARACION CON LOS DERECHOS REALES

a) Criterio dualista

Caracteres típicos de la obligación.- La obligación presenta algunas notas características:

(1) Patrimonialidad

(2) Relatividad;
(3) Alteridad (bilateralidad), en cuanto a la relación se enlaza con otro sujeto, confiriendo a uno (el
acreedor) derecho a obtener determinado comportamiento del otro (deudor), es decir, a obtener la
prestación, con una coercibilidad típica del vinculum juris obligacional;

(4) Autonomía de la voluntad creadora, que se denota en cuanto el Derecho no da moldes rígidos para
las figuras de obligación, y porque las normas que la regulan son sustancialmente supletorias y no
imperativas.

(5)Temporalidad, pues la relación jurídica no es perpetua y se agota en un tiempo limitado, a lo que se


agrega que la inacción del titular puede derivar en la prescripción extintiva de la acción.

Caracteres típicos del derecho real.-

(1) Patrimonialidad, que es la única común con la obligación, pues las demás lo diferencian de ella;
(2) Carácter absoluto, vale decir, la oponibilidad erga omnes;
(3) Relación directa e inmediata de la cosa;
(4) Creación legal exclusiva, pues “Los derechos reales solo pueden ser creados por ley. Todo contrato o
disposición de última voluntad que constituyese otros derechos reales, o modificase los que por este
Código se reconocen, valdrá sólo como constitución de derechos personales, si como tal pudiese
valer”.
(5) Perpetuidad, en el sentido de que el titular del derecho real no lo pierde por su inacción, tanto que, si
alguien adquiere el derecho real ajeno por prescripción adquisitiva o usucapión, lo hace en virtud de
su acción, no de la sola inacción del propietario;
(6) Adquisición por tradición, salvo el caso de sucesión hereditaria.
(7) Posibilidad de usucapir cuando transcurre cierto plazo de posesión;
(8) Jus persequendi, o facultad de perseguir la cosa aunque esté en manos de terceros;
(9) Jus preferendi, o sea preferencia a favor del titular más antiguo cuando concurren varios pretendientes
sobre la misma cosa,
b) Explicación monista. Crítica

Dualismo y monismo.- La concepción monista intenta asimilar el derecho real a la obligación, o explicar al
crédito como un derecho real.

El derecho real como obligación pasivamente universal.- Desde que la relación jurídica enlaza relaciones
entre sujetos, se ha pretendido que sería impropio caracterizar al derecho real como una relación entre la
persona y la cosa. Así surgió la teoría que explica al derecho real como una obligación pasivamente
universal.

El derecho real, a tenor de dicho criterio, no sería sino una obligación, que incumbe a todo miembro de la
comunidad, de respetar el derecho (real) de una persona; por ello, porque todos deben respetar el
derecho de otro sobre una cosa, tal obligación de no hacer sería pasivamente universal.

Crítica de la teoría.- La teoría de la obligación pasivamente universal distorsiona los conceptos. La


oponibilidad erga omnes, con el consiguiente deber de todos de respetarlos, es propia de los derechos
subjetivos. A veces éstos son oponibles directamente a persona o personas determinadas (así el derecho
creditorio y el de familia), y otras veces no tienen sujeto determinado como destinatario del poder del
titular (como los de la personalidad o los reales); pero todos los derechos subjetivos aun los caracterizados
como relativos (creditorios y de familia), importan el deber de la comunidad de no inmiscuirse en ellos.

Por ello la caracterización del derecho real como una obligación de todos hacia el titular del derecho no
resulta convincente, pues tal deber general es, en mayor o menor medida, propio de todos los derechos
subjetivos y no específico de los derechos reales.
COMPARACIÓN CON LOS DERECHOS DE FAMILIA

Entre la obligación y los derechos de familia se advierten las siguientes diferencias esenciales:

1. En el Derecho de familia hay deberes, en el sentido ya analizado, ajenos al contenido patrimonial


propio del Derecho de obligaciones.
2. En los derechos de familia predomina la idea de institución, concebida como de regulación
imperativa y trascendente en medios y fines a los sujetos titulares, en tanto la obligación está regida en
buena medida por la idea de la autonomía de la voluntad.
3. En los derechos de familia se exige una conducta personal, en tanto ello no ocurre necesariamente en
la obligación.
4. Las sanciones son distintas en una y otra órbita: la indemnización es así ajena, en principio, a las
relaciones de familia, cuyas sanciones son de otra índole (por ej. El divorcio, la pérdida de la patria
potestad, etc.).

SITUACIONES ESPECIALES

Obligaciones propter rem

Concepto.- Son obligaciones que descansan sobre determinada relación de señorío sobre una cosa, y
nacen, se desplazan y se extinguen con esa relación de señorío.

Es decir, resulta deudor quien es actualmente dueño o poseedor de una cosa.


Sus características son especiales, pues tienen notas comunes con el derecho creditorio y con el derecho
real.
Se asemejan a la obligación porque el deudor no responde sólo con la cosa en razón de la cual nace la
obligación propter rem, sino con todo su patrimonio.
Pero se asemejan también al derecho real, pues se transmiten con la cosa, a través de su abandono.

DERECHO A LA COSA

Concepto.- El derecho a la cosa es otra situación intermedia entre la obligación y el derecho real, que
consiste en la facultad que tiene el acreedor de una obligación de dar, antes de la entrega de la cosa.

Vigencia actual de esta noción.- Actualmente la noción del derecho a la cosa tiene sentido en regímenes
como el nuestro, que exigen la tradición para la adquisición del derecho real por parte del acreedor, y
designa su concreta expectativa de convertirse en titular de la cosa debida.

La tradición en Derecho, es el acto por el que se hace entrega de una cosa, a una persona física o persona jurídica.
ELEMENTOS

Los elementos son los componentes necesarios que la integran de tal manera que la relación jurídica es
inconcebible sin ellos.

En la relación jurídica obligacional existen los siguientes elementos: sujetos, objeto, contenido, vínculo y
fuente y, sólo para las relaciones nacidas de un acto jurídico, la finalidad.

SUJETOS

SUJETOS ACTIVO Y PASIVO

Su necesidad.- El sujeto de la relación jurídica resulta de la respuesta a la pregunta quién. ¿Quién es titular
de la facultad, el sujeto activo?: en la obligación es titular el acreedor. ¿A cargo de quién está el deber?:
en la obligación está a cargo del deudor.
La existencia de los sujetos es imprescindible en toda relación jurídica.

Determinación e indeterminación.- el sujeto (activo o pasivo) está provisionalmente indeterminado, pues


basta que sea determinable, es decir, que sea susceptible de determinación.

Generalmente, tanto el acreedor como el deudor están determinados desde el nacimiento mismo de la
obligación. Pero en ciertas circunstancias tal determinación se produce con posterioridad al origen de la
relación obligacional, aunque siempre en tiempo anterior o simultáneo con el del cumplimiento.

La indeterminación provisional del deudor se da en las obligaciones propter rem. La del acreedor ocurre,
por ejemplo, en los títulos al portador y en las promesas de recompensa concebidas a favor de quien halle
una cosa extraviada.
QUIENES PUEDEN SER SUJETOS
La calidad de sujeto corresponde a la persona, sea ésta física o jurídica.
El requisito de la capacidad.- Cuando la obligación surge de un acto jurídico, es indudable que el sujeto
debe ser capaz de Derecho; si fuera incapaz de hecho, tal incapacidad sería suplible por representación.
TRANSMISIÓN DE LA CALIDAD DE SUJETO
La calidad de acreedor y la de deudor pueden ser transmitidas, esto es, puede haber sucesión en ellas.
La transmisión o sucesión puede darse por acto entre vivos, o por acto de última voluntad o mortis causa.
En cuanto a qué puede ser transmitido, en lo que concierne a la obligación cabe: la transmisión de
crédito, la transmisión de la deuda, e inclusive de la situación global que el transmitente ocupa en un
contrato, de la posición contractual.
En cierta obligación no se admite la transmisión. Ello ocurre cuando el crédito sólo es concebible si lo
ejerce el propio titular.
PLURALIDAD DE SUJETOS
Puede haber pluralidad en una u otra parte, o en ambas, desde el nacimiento de la relación, o surgir con
ulterioridad.
El vínculo puede ser simplemente mancomunado (lo cual significa que hay solamente pluralidad de
sujetos), o mancomunadamente solidario; y, todavía, la prestación puede ser divisible o indivisible.

OBJETO

Concepto y precisiones.- El objeto es aquello sobre lo cual recae la obligación jurídica, es el qué de la
relación.
Puede ser definido como el bien apetecible para el sujeto activo, sobre el cual recae el interés suyo
implicado en la relación jurídica.

Un mismo bien puede ser objeto de relaciones jurídicas distintas.

Cuando la obligación es de dar, la calidad de objeto corresponde a la cosa.

En las de hacer se considera objeto a la ventaja o utilidad que deriva del hecho debido; y en las de no
hacer, la ventaja o utilidad que deriva de la abstención debida.

Art. 725.- La prestación que constituye el objeto de la obligación debe ser material y jurídicamente posible,
lícita, determinada o determinable, susceptible de valoración económica y debe corresponder a un
interés patrimonial o extrapatrimonial del acreedor.

CONTENIDO

LA PRESTACIÓN

Se ha caracterizado a la prestación (o contenido de la obligación) como el comportamiento del deudor


tendiente a satisfacer el interés del acreedor.

El plan prestacional.- La prestación constituye un plan, programa o proyecto de la conducta futura del
deudor, esto es, un programa de prestación o plan prestacional, es la programación ideal de un
acontecimiento que se aspira que sea realidad en un momento posterior. En definitiva, ese plan responde
al interés del acreedor, al objeto esperado por éste.

El deudor está sujeto a un deber de cooperación con el acreedor para satisfacer lo que este pretende
conforme a dicho plan prestacional, que puede tener componentes distintos: en ciertos casos, el deudor
cumple con la mera realización de cierta conducta, porque sólo está comprometido a su actividad, con
independencia de cualquier resultado; en otros casos el plan incluye la obtención de cierto resultado. Tal
diferencia se proyecta en el distingo entre obligaciones de medios y de resultado.

Obligaciones de medios: en estas la prestación es concebida como el simple desarrollo de una conducta
(p.ej. la defensa del cliente por un abogado).

Obligaciones de resultado: como el resultado de un obrar (p. ej. Construir una casa)

Especies.- Hay prestaciones positivas (que implican hechos positivos) y negativas (que consisten en una
abstención). Y a su vez, la prestación positiva puede ser real (entrega de una cosa) o personal (realización
de una actividad).

El objeto de la obligación como objeto mediato.- El objeto inmediato sería la prestación, y habría además
un objeto mediato consistente en la cosa o en el hecho.

REQUISITOS DE LA PRESTACIÓN

a) Posibilidad
La prestación debe ser física y jurídicamente posible.
Hay imposibilidad física cuando materialmente no es factible de realizar.
b) Licitud
La prestación no puede consistir en un hecho ilícito.
c) Determinabilidad
Es menester que el comportamiento del deudor recaiga sobre algo concreto. Este algo puede estar
determinado ab initio, pero basta con que sea determinable, en tiempo anterior o simultáneo al del
cumplimiento.
La prestación puede ser determinable aunque el objeto no exista aun materialmente; es el caso de la
venta futura.
d) Patrimonialidad
En nuestro Derecho el contenido (prestación) debe ser susceptible de valoración económica, pero el
objeto (interés del acreedor) puede ser extrapatrimonial.

La prestación debe reunir estos requisitos: a) Tener contenido patrimonial. b) Corresponder a un interés del
acreedor, aunque sea extrapatrimonial. c) Ser física y jurídicamente posible. d) No configurar un hecho ilícito.
e) Ser determinada o determinable.

VÍNCULO

Concepto.- El vínculo es uno de los elementos de la obligación, y se manifiesta por la sujeción del deudor a
ciertos poderes del acreedor.

Al enlazar el derecho del acreedor y el deber del deudor, tiene un vínculo con particularidades propias que
justifican su tratamiento específico: en la obligación el vínculo constriñe al deudor a cierto comportamiento
concreto, que es la prestación.

Caracteres típicos del vínculo obligacional.- La libertad del deudor hoy sólo queda limitada en lo que
concierne al comportamiento que debe como prestación y, en caso de no llevarla a cabo, a soportar los
poderes de agresión patrimonial del acreedor.

El vínculo se manifiesta, concretamente, en dos aspectos, pues da derecho al acreedor: a) para ejercer una
acción tendiente a obtener el cumplimiento, y b) para oponer una excepción tendiente a repeler una
demanda de repetición (devolución) que intente el deudor que pagó. Pero, por cierto, el derecho a
demandar el cumplimento no significa que las deudas pagadas espontáneamente correspondan a una
obligación que carece de vínculo: aunque no haya coerción efectiva, el vínculo se manifiesta en la medida
en que la relación jurídica obligacional es coercible, esto es, en la medida en que habría dado derecho a
demandar si el deudor no se hubiera avenido a cumplir.

Atenuaciones.- El ordenamiento jurídico muestra diversas atenuaciones del vínculo.

1. Una se refiere al favor debitoris, esto es, a la presunción favorable al deudor en caso de duda acerca
de si está obligado o no. Pero cuando es indudable que está obligado, nada se presume a favor de su
liberación.
2. Modernamente se ha atendido al favor debilis, como presunción a favor de la parte débil del contrato.
Esta regla (favor debilis), es un precepto residual que debe ser entendido en el sentido de la
protección de la parte más débil sin distinguir si se trata de un deudor o acreedor.
3. Otra atenuación versa sobre los límites a la ejecución, derivados del impedimento de ejercer violencia
sobre la persona del deudor en ciertas obligaciones, o de la exclusión de los poderes del acreedor
respecto de determinados bienes que integran el patrimonio del deudor.
4. Además el vínculo tiene límites temporales. La relación obligacional va a ser siempre temporal y, en
ciertos casos, su límite estará fijado por la ley.
5. Finalmente, solo se autoriza que el deudor abdique de una limitada esfera de su libertad.

El vínculo en las obligaciones naturales.- La obligación natural no da acción al acreedor para exigir su
cumplimiento pero, si el deudor cumple espontáneamente, no puede pretender la devolución de lo que
pagó.
El vínculo en las obligaciones correlativas.- Hay obligaciones correlativas cuando las partes se obligan
“recíprocamente la una hacia la otra”, porque la prestación de una tiene razón de ser en la prestación de
la otra, o contraprestación.

El vínculo en las obligaciones recíprocas.- Tambien si dos sujetos son deudores y acreedores entre sí, en
razón de obligaciones ajenas la una de la otra, en cierta circunstancia se produce la compensación, que
“extingue con fuerza de pago las dos deudas, hasta donde alcance la menor”

FUENTE

Concepto.- Toda relación jurídica, proviene de un hecho con virtualidad suficiente para establecerla; lo
mismo sucede en la relación obligacional. De allí que se denomine fuente de la obligación al hecho
dotado de virtualidad bastante para generarla.

Son fuentes de las obligaciones: a) Los contratos, b) Las demás relaciones y situaciones jurídicas a las
cuales la ley les asigna ese carácter.

Art. 726.- CAUSA No hay obligación sin causa, es decir, sin que derive de algún hecho idóneo para
producirla, de conformidad con el ordenamiento jurídico.

Fuentes nominadas:

1. El contrato, que es un acto jurídico bilateral o plurilateral;


2. La voluntad unilateral, que es acto jurídico unilateral;
3. Los hechos ilícitos, comprensivos de los delitos y de los cuasidelitos, o “hechos ilícitos que no son
delitos”;
4. El ejercicio abusivo de los derechos, que se da cuando se los actúa de un modo irregular;
5. El enriquecimiento sin causa, que existe cuando alguien se enriquece indebidamente a expensas de
otro; y
6. La gestión de negocios, o sea cuando alguien se encarga, sin tener mandato, de un negocio ajeno.

Fuentes innominadas.- quedan comprendidos todos los hechos generadores carentes de una
denominación especial. Por eso se dice que la obligación nace ex lege (de la ley), implicando de tal
manera que nace de un hecho dotado por el ordenamiento jurídico de energía bastante para generar
una obligación.

Caso de la obligación inválida.- Es la obligación putativa, esto es, creada por error. Dicha norma prevé
que si tanto el acreedor como el deudor incurrieron en error al constituir la obligación, tal relación carece
de virtualidad: el acreedor “queda obligado a restituirle al deudor el respectivo instrumento de crédito, y
darle liberación por otro instrumento de la misma naturaleza”.

FINALIDAD

CONCEPTOS

Noción filosófico-jurídica.- Aristóteles distinguía las causas formal, material, eficiente y final. La causa
formal determinaba la materia para ser algo, en tanto la causa material implicaba el sustrato, la condición
necesaria para que ese algo fuese lo que era. Las causas eficiente y final pertenecían al devenir: la causa
eficiente, como agente que daba lugar al acto; la causa final, significando el porqué de ese acto.

Se discute arduamente, en cambio, si la causa fin, o causa final, es un elemento de la obligación, o no lo


es.
Hay tres teorías respecto a la causa fin.

Causalismo.- La obligación debía tener causa (final) para ser válida.

Anticausalismo.- La noción de causa final resulta superflua y sostenía que sus problemas pueden ser
resueltos a través de la regulación del objeto. La finalidad no es siempre la causa.

Neocausalismo.- pretenden restablecer el distingo racional que existe entre causa-fin y objeto

INTERPRETACION DEL CÓDIGO CIVIL

La finalidad es un elemento del acto jurídico que, bajo ciertas manifestaciones (contrato, voluntad
unilateral), genera obligaciones. No es, en consecuencia, elemento de la relación jurídica obligacional en
sí, sino del acto jurídico, globalmente considerado, que en determinados casos es fuente de ella.

La causa fin o finalidad, consiste en la razón determinante del acto, pero está sometida a tres requisitos:

1- En la esfera obligacional debe estar referida a un comportamiento patrimonial, aunque responda a un


interés extrapatrimonial del sujeto.
2- La finalidad de una parte debe ser apreciada coherentemente con la finalidad de las demás partes –si
las hay-, en la perspectiva del acto común y;
3- Debe haber sido incorporada al acto, es decir, debe ser conocida o haber sido conocible por la otra
parte. Esto último precisamente, concierne a la buena fe - lealtad en la celebración del acto.

Art. 281 CAUSA.- La causa es el fin inmediato autorizado por el ordenamiento jurídico que ha sido
determinante de la voluntad. También integran la causa los motivos exteriorizados cuando sean lícitos y
hayan sido incorporados al acto en forma expresa, o tácitamente si son esenciales para ambas partes.

Presunción de la causa.- “aunque la causa no esté expresada en la obligación, se presume que existe,
mientras el deudor no pruebe lo contrario”.

Establecida la existencia de la relación obligacional, se presume que el acto generador tiene causa-fin.
Finalmente, cabe agregar, que la presunción de causa-fin existe cualquiera sea la causa-fuente de la
obligación.
Falsedad de causa.- “la obligación será válida aunque la causa expresada en ella sea falsa, si se funda en
otra causa verdadera”.
Se implica así la causa-fin simulada, siempre que la simulación sea relativa y, además, lícita.
La prueba de que la causa-fin expresada es falsa le incumbe a quien lo alega.
En síntesis. El deudor puede demostrar que la causa-fin exteriorizada no es real, pero el acreedor, a su vez,
todavía puede probar útilmente que en realidad subyace una causa verdadera.
Ilicitud de causa.- “La obligación fundada en una causa ilícita, es de ningún efecto. La causa es ilícita,
cuando es contraria a las leyes o al orden público”.
La causa-fin es ilícita en las siguientes circunstancias:
1- Si es contraria a una disposición legal imperativa;
2- Si es contraria al orden público, aunque no exista una disposición expresa de la ley; y
3- Si es contraria a la moral y las buenas costumbres.
Falta de causa.- Como la finalidad es un elemento de los actos jurídicos, su falta arruina el acto: porque no
hubo voluntad y, entonces, no hubo acto, o porque la voluntad estuvo viciada y el acto es invalido.
Frustración del fin.- El contrato se extingue en los casos en que, aunque la prestación siga siendo posible,
se produce la frustración del fin por causas ajenas a las partes, esto es cuando se torna imposible obtener
su finalidad propia, haciendo el contrato inútil y carente de intereses.

ACTOS ABSTRACTOS

Concepto.- Se consideran actos abstractos aquellos cuya virtualidad es independiente de la causa-fin.

En los actos causados –que son los correspondientes a la categoría que hemos venido analizando-, según se
ha visto, la carencia, ilicitud o falsedad de la causa-fin determina que sean inválidos; en los abstractos, en
cambio, esas circunstancias no juegan ningún papel cuando el acreedor pretende el cumplimiento, sin
perjuicio de que puedan tener relevancia con ulterioridad.

En el acto abstracto o incausado, no es discutible lo relativo a la causa-fin cuando el acreedor formula su


reclamo.

No se expresa la causa. En Derecho comercial la noción de acto abstracto se da en la letra de cambio,


cheque pagaré y en la factura de crédito.

Art. 283 ACTO ABSTRACTO.- La inexistencia, falsedad o ilicitud de la causa no son discutibles en el acto
abstracto mientras no se haya cumplido, excepto que la ley lo autorice.

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