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En un patrón de urbanización, donde se hace cada vez más difícil discernir entre lo

que es ciudad, área metropolitana o región, la fusión de escalas es inevitable. Así, no


es posible, por un lado, dar sentido a la amplia escala territorial si no se comprueban
constantemente las ideas prospectivas y la incidencia de los lugares concretos, y
por el otro y de forma inversa, ser capaz de llegar a una solución razonable para un
lugar complejo no siendo consciente del amplio marco de trabajo que constituye la
condición de la macroescala.

Este libro, expone esta visión escalar a través de dos Secciones, 1) Espacio Urbano y
2) Reconstrucción y Reconiguración Territorial, las que presentan distintos trabajos
de distinguidos académicos e investigadores, que permiten reconocer la evidencia
teórica y empírica que, demuestra que el papel de las ciudades y el territorio se han
modiicado con el tiempo, incluso en su propia deinición. Hoy, de acuerdo a las
nuevas concepciones de lo “urbano” y lo “territorial”, es imposible pensar solamente
en términos puramente físicos, sin una ineludible conceptualización de carácter
globalístico que involucre variables socio-económicas, políticas, ambientales, e
incluso contextuales.
UNIVERSIDAD AUTÓNOMA
DEL ESTADO DE MÉXICO

ESPACIO URBANO
RECONSTRUCCION
Y
RECONFIGURACION TERRITORIAL

URBAN SPACE, RECONSTRUCTION AND


TERRITORIAL RECONFIGURATION

EDITOR: ALFREDO PALACIOS BARRA (UBB)


CO-EDITORES: EDUARDO SOUZA GONZALEZ (UANL)
EDEL CADENA VARGAS (UAEM)

MÉXICO - CHILE
CONVENIO EDITORIAL INTERNACIONAL
2013
ESPACIO URBANO
RECONSTRUCCION
Y
RECONFIGURACION TERRITORIAL
URBAN SPACE, RECONSTRUCTION AND
TERRITORIAL RECONFIGURATION

EDITOR: ALFREDO PALACIOS BARRA (UBB)


CO-EDITORES: EDUARDO SOUZA GONZALEZ (UANL)
EDEL CADENA GARCIA (UAEM)

5
Primera Edición 2013
© espacio urbano, reconstrucción y reconiguración Territorial
Universidad Autónoma de Nuevo León
Universidad Autónoma del Estado de México,
Universidad del Bío-Bío
Editor: Alfredo Palacios Barra (UBB)
Coeditores: Eduardo Souza González (UANL)
Edel Cadena Vargas (UAEM)

ISBN Nº:

Impresión: Trama Impresores S.A.


Avda. Colón 7845, Hualpén,
Región del Biobío, Chile.

IMPRESO EN CHILE / PRINTED IN CHILE


PRÓLOGO

Este Libro, surge como resultado de una de las propuestas de intercambio aca-
démico que se genera a instancias del trabajo desarrollado en el Programa de ins-
tauración del Consejo Consultivo Internacional de la Facultad de Arquitectura de la
Universidad Autónoma de Nuevo León, que se irmara el Jueves 4 de Octubre del
año 2012, en la sede de la Ciudad Universitaria del Municipio de San Nicolás de los
Garzas, Area Metropolitana de Monterrey, México.
En la oportunidad, el Rector de la UANL, Dr. Jesús Ancer Rodríguez y el Di-
rector de la Facultad, Prof. Francisco Fabela Bernal, apoyados por los responsables
Titulares de los Cuerpos Académicos y en presencia de los Consejeros internaciona-
les más los otros integrantes mexicanos del Consejo, se procedió a la constitución
del “Consejo Consultivo Internacional de la Facultad de Arquitectura UANL”, cuyo
principal objetivo será el asesorar a la Dirección de la Facultad sobre las estrategias,
acciones y procesos a realizar para lograr y mantener la internacionalización de la
Escuela. En ese desafío, será fundamental el reto de la integración a través de una
red internacional de plataformas de intercambio universitario y académico que for-
talezcan la misión de la Facultad como unidad gestora fundamental en la formación
de los nuevos profesionales Arquitectos para Monterrey, México y el mundo. Es en
esa línea, que el responsable Titular del Cuerpo Académico de “Asuntos Urbanos”
(CA-207), Profesor Eduardo Souza González, propuso en la oportunidad un Proyec-
to Editorial Internacional a desarrollar entre las Universidades mexicanas Autónoma
de Nuevo León, UANL, de Monterrey y Autónoma del Estado de México, UAEM y
la Universidad del Bío-Bío de Concepción, Chile, quizás haciendo una inclusión de
referencia geográica entre los puntos latitudinales casi más extremos que envuel-
ven la rica diversidad cultural continental entre el norte y el sur de nuestra América
latina. Para ello, se completó el acuerdo a través del Académico de la Facultad de
Geografía de la UAEM, Prof. Edel Cadena Vargas, y del Académico Alfredo Palacios
Barra, de la Facultad de Arquitectura, Construcción y Diseño de la Universidad del
Bío-Bío y Miembro Titular del Consejo Consultivo representante del Cuerpo Acadé-
mico de Asuntos Urbanos (CA-207).
Así, estas tres casas de estudios superiores acordaron efectuar un primer esfuer-
zo editorial que hiciese una referenciación temática sobre visiones que hoy revisten
vital importancia dentro de los estudios urbanísticos y que tocan al análisis tanto
de la ciudad propiamente tal, como a los asuntos paisajístico-territoriales. Es decir,
ambos énfasis en un reconocimiento de dos campos discernibles en función esen-

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cialmente de escalas que transitan desde la concepción arquitectónica puntual del
lugar y lo urbano, a la concepción geográica amplia de los esquemas del territorio.
Si bien hoy, es ineludible transitar en un patrón de urbanización donde cada
día se hace más difícil discernir entre lo que es ciudad y lo que es territorio-región,
la fusión de escalas es por tanto todavía más inevitable. Y eso es muy real, ya que
¿cómo podemos esperar dar sentido a la amplia escala del territorio si no comproba-
mos reiteradamente nuestras ideas prospectivas y su incidencia en los lugares con-
cretos?.... Y de modo inverso, ¿cómo podemos esperar llegar a soluciones razonables
para un lugar o un sitio urbano complejo, si no somos conscientes del amplio marco
de trabajo que constituye el origen de su condición territorial?.
La fusión ineludible de las escalas y su enseñanza en las materias del urbanismo
en la Universidad, es lo que hace indispensable exponer la experiencia institucional
desarrollada sobre esa dicotomía. Si se acepta la tradición del trabajo académico,
parecería invocarse un reconocimiento en los estudios urbanísticos de dos campos
diferenciados en función esencialmente de la escala, lo local-urbano y lo territorial,
lo cual resultaba discutible antes y más lo resulta ahora, cuanto que pueda inter-
pretarse no tanto como el reconocimiento de una tradición secular y fecunda en la
esfera y en la enseñanza del Urbanismo, sino cuanto a crear confusión respecto a la
escala y a los campos de relexión e intervención.
Para este libro, y las secciones que lo componen, lo primero que conviene acla-
rar es que cada una de estas denominaciones, no presupone limitación alguna en
las escalas de trabajo y la investigación. Y lo anterior, porque desde el punto de vista
del análisis de la Ciudad, se asume que en su momento y también ahora, la premisa
de Lugar no presupone de ningún modo una mirada limitada y profusamente deta-
llada, ni tampoco el Territorio una visión tan amplia, menos analítica y escasamente
concreta. Y es que hay un punto indiferenciado en el que la investigación demanda
la veriicación continua a diferentes escalas, así como la consideración con mayor o
menor énfasis de escenarios cambiantes, de tiempos y estrategias que, como factores
claves del proyecto, han estado y seguirán estando presentes, y como los propios
autores de esta obra, así nos lo demuestran.
Es evidente que los cambios en la ciudad y en el contexto territorial y en las
formas de intervención, obligan a un importante esfuerzo de relexión y de allí, la ur-
gencia de abordarlos desde una labor colectiva en el campo de la investigación y los
escritos, lo que determina esa necesidad y urgencia de publicar esos esfuerzos para
el conocimiento, análisis y validación por parte de los pares, de la comunidad cientí-
ica y de la sociedad toda. Es en ese sentido, que este libro expone las inquietudes de
investigación de destacados académicos y colegas de distintas universidades ameri-
canas, del norte y del sur y europeas, quienes entendieron y apoyaron este desafío.
La compilación de esta obra, consta de dos grandes Secciones, 1) Espacio Urba-
no y 2) Reconstrucción y Reconiguración Territorial, que resumen, grosso modo, los
trabajos de 16 investigadores que tratan las distintas materias en relación a esos cam-
pos escalares relativos, tanto desde el ámbito teórico como el práctico-operativo.

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En este libro, se recogen las contribuciones de los profesores invitados, en for-
ma de artículo. Sin la pretensión de resumir aquellas aportaciones, pero sí tratando
de destacar las cuestiones más relevantes que los autores plantean, se señalan a con-
tinuación, algunos de los aspectos de cada uno de esos trabajos escritos.
La primera Sección, “Espacio Urbano” (SEU), aborda temas desde los aspectos
del análisis urbano en el que el plan urbanístico está muy concatenado con el plan
arquitectónico y donde se plantean hipótesis de transformación de piezas o activi-
dades subutilizadas u obsoletas, teorización sobre la estructura urbana, sus compo-
nentes y la discusión sobre los instrumentos de proyecto e intervención, hasta temas
contingentes que avanzan sobre los asuntos técnicos y políticos de la planiicación
urbana, de la relexión de los actuales problemas de la ciudad, de la oportunidad de
aportar espacios públicos cívicos, equipamientos signiicativos y actividades centra-
les, todos los cuales resultan ser oportunidades irrepetibles en la gestión.
En el primer capítulo SEU, el profesor Carlos Montero Pantoja de la Benemérita
Universidad Autónoma de Puebla, nos presenta un estudio sobre la transformación
espacial de la ciudad de Puebla, capital del Estado homónimo, México, acaecida
en cuatro momentos claves de su historia y cuyo proceso se inicia en la segunda
mitad del siglo XX, a partir del centenario de la victoria sobre los franceses celebrada
el año 1962. El estudio ija su atención en la operaciones que se realizaron sobre
los espacios construidos y los espacios abiertos, en el que se analizan el tipo de
tendencias, de proyectos especíicos y zonales de esa transformación, para lo cual
metodológicamente se realiza un análisis comparado de superposición de los planos
urbanos anteriores a cada intervención y en los que se constatan las transformacio-
nes urbanas habidas.
En el segundo capítulo SEU, el profesor Carlos Lira Vásquez de la Universidad
Autónoma Metropolitana Azcapotzalco, hace una revisión de la negativa situación
de los discursos patrimoniales habidos en la ciudad de Oaxaca, del Estado homóni-
mo, México, los que se han canalizado a partir de las consideraciones indigenistas,
coloniales y ambientalistas que hoy tienden a perilarse como argumento prioritario
y único, para avanzar en el desarrollo arquitectónico y urbanístico. La revisión de lo
sucedido en la ciudad de Oaxaca, evidencia las implicaciones negativas que, tanto
el turismo como la sobre explotación patrimonial pueden llegar a tener en el desa-
rrollo urbano de ciudades similares. Se airma que “el turismo debe ser considerado
como una empresa económica complementaria y no prioritaria y que es urgente
dejar de concebirla como determinante en el desarrollo cultural de los pueblos”.
En el tercer capítulo SEU, el profesor Mario Jurado Montelongo del Colegio Su-
perior Frontera del Norte de Monterrey, hace referencia a las formas de apropiación
del espacio público en Ciudad Madero, Estado de Tamaulipas, México, en un pro-
grama gubernamental iniciado el año 2007 que busca el mejoramiento de la calidad
de vida y la seguridad de los ciudadanos. Las estrategias que se buscan desarrollar
tomando en cuenta los espacios públicos, se basan en los desafíos frente a la existen-
cia del crimen organizado y la inequidad de género, entre otros aspectos. Se relata la

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experiencia de personas mayores de 15 años que pertenecen a familias nucleares en
etapa de consolidación y se delinean dos ideas-fuerza que podrían coayudar en los
lineamientos del diseño urbano, como son el traslado hacia los centros de consumo
y convivencia y el déicit de relaciones vecinales espontáneas e íntimas.
En un cuarto capítulo SEU, el profesor Diego Sánchez González de la Universi-
dad Autónoma del Nuevo León, plantea el tema de las complejas relaciones socio-
espaciales entre las personas adultas mayores y sus entornos físicos-sociales urba-
nos, determinantes en su calidad de vida, con especial incidencia en el análisis en
América Latina y el Caribe. Esta premisa, se plantea en un momento en que se estima
que en las grandes ciudades de los países en desarrollo, aumentará la concentración
de población adulta mayor que vive en un contexto de incapacidad, dependencia y
exclusión social, por lo que será prioritario poner en marcha políticas y programas
preventivos, así como una adecuada planiicación urbana gerontológica. Se abordan
los principales retos para planiicar ciudades amigables para las personas mayores y
favorecer el envejecimiento activo y exitoso en ese entorno urbano.
En un quinto capítulo SEU, el profesor Carlos Aparicio Moreno, de la Universi-
dad Autónoma de Nuevo León, expone un trabajo que se basa en la apropiación del
espacio dentro del proceso de identidad social en la periferia metropolitana de Mon-
terrey, México, y en el que se valora la identidad del barrio que se genera gracias a
conocimientos socialmente elaborados y transmitidos por medio de la comunica-
ción social, es decir, de fundamentos que sostienen la teoría de las Representaciones
Sociales (RS). El estudio se interesa por los mecanismos de apropiación del espacio
como parte de de un proceso de generación de identidad social, donde las RS liga-
das a la identidad y el arraigo, tienen bases imaginarias y simbólicas y las RS ligadas
a la tranquilidad, están sujetas a las actuales formas de hacer ciudad en que clases
medias y altas se han cerrado por miedo o búsqueda de distinción.
En un sexto capítulo SEU, las profesoras María Teresa Ledezma Elizondo y Nora
Rivera Herrera, de la Universidad Autónoma de Nuevo León, abordan el tema del
replanteamiento urbano del Centro Metropolitano de Monterrey, a partir de la tesis
de que “uno de los principales problemas de las metrópolis es que una gran parte
de sus historias urbanas, no fueron planeadas para adaptarse adecuadamente a las
cambiantes y demandantes necesidades de una población creciente”. Tales cambios,
aseguran, trajeron como resultado una explosión urbana que dió lugar a problemáti-
cas casi permanentes como son el abandono, la subutilización o la sobresaturación
de los espacios citadinos. Ejempliican esa apuesta, al caso de la mayoría de ciuda-
des mundiales cuyo problema común es la incapacidad de intervención de la gestión
pública en sus áreas centrales, lo que provoca irremediablemente, sus deterioros.
En el séptimo capítulo SEU, el profesor Antonio Támez Tejeda, de la Universi-
dad Autónoma de Nuevo León, se reiere a los métodos de enseñanza en el Taller
de proyectos de Arquitectura. El Académico sostiene, que si bien los métodos de
enseñanza diieren según el propósito de la disciplina, del nivel de los estudios, y
del lugar y época, el común denominador es que la práctica de la disciplina resulta

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indispensable. A partir de su experiencia profesional en el noreste mexicano, el autor
observa que la idea central para la didáctica del Taller de Arquitectura, se apoya en
la concepción de que la disciplina regional debe basarse en la arquitectura regional
que valore y resguarde el vocabulario arquitectónico expresivo de los ediicios de la
tradición popular, además de poner en valor el proceso formativo a través del cual
el estudiante descubre, relexiona y asimila sus ideas bajo la forma de una propuesta
arquitectónica sensible y razonadamente formulada.
La Segunda Sección, “Reconstrucción y Reconiguración Territorial” (SRT), exa-
mina los asuntos del territorio, en que se exponen temáticas que fundamentan las
razones por las que la disciplina urbana no puede permanecer ajena a los rápidos
procesos de transformación espacial y en la que se valida la estructura y dinámica
de la urbanización por regiones, territorios y modelos socio-político-económicos.
Claramente, la escala del ámbito territorial comporta un grado de complejidad cre-
ciente y por tanto, es necesario un cambio de actitud y de visión que cuestione viejas
referencias y propicie un planeamiento territorial integral que abra nuevas vías en la
comprensión del análisis metropolitano y territorial.
En ese cambio de actitud y visión, se hace necesario comprender las dinámicas
del territorio en razón de sus características físico-naturales y urbano-socio econó-
micas, ya que es ésa la dimensión que permite alcanzar la idea de una planiicación
global del mismo. En el escenario natural, reviste gran importancia el nivel relativo a
los riesgos naturales debido a la creciente manifestación y recurrencia de fenómenos
que han ocasionado innumerables impactos en la vida de las personas, en el ámbito
local de sus infraestructuras y en sus aparatajes productivos. En los últimos años, en
la mayoría de los países de América Latina se han puesto en marcha distintas ini-
ciativas para abordar los distintos procesos relacionados con la reducción del riesgo
de desastre y en la que la dinámica de crecimiento, asentamiento y expansión de
las principales ciudades de la región, se muestra particularmente vulnerable. Como
uno de los principales retos consiste en reducir el impacto de los futuros eventos, un
camino lógico resulta en que la variable riesgo sea incorporada en los procesos de
planiicación y ordenamiento del territorio.
La SRT, registra de manera sucinta algunas de las experiencias y herramientas
que han sido desarrolladas para facilitar la inclusión del análisis del riesgo y las pro-
puestas para su reducción y en el que los procesos de planiicación y ordenamiento
del territorio, resulta fundamental. El propósito esencial, es revelar algunas formas
de intervenir y reconstruir el territorio, de manera que sobre la base de lo “cons-
truido”, se puedan incorporar y gestionar procesos que permitan abordar la reduc-
ción de la vulnerabilidad y el riesgo en forma permanente, sistemática y de manera
participativa. Adicionalmente, en esta Sección se hace relación de los estudios del
territorio, con énfasis en el análisis metropolitano y de los paisajes natural y urbano,
reconociendo en la proyectación urbanística, la incorporación de nuevos conceptos,
parámetros y técnicas en la gestión territorial sostenible.

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En el primer capítulo de esta Sección SRT, el profesor Sergio Baeriswyl Rada
de la Universidad del Bío-Bío, Concepción, Chile, sintetiza a partir del mega terre-
moto y tsunami del 27 de Febrero de 2010 que tuvo una magnitud de 8,8 º de la
Escala Richter (el 4º sismo más grande en la historia de la humanidad), su propia ex-
periencia como Coordinador General del Plan de Reconstrucción Urbano del Borde
Costero (PRUBC-18), que abarcó 18 localidades costeras de la zona central de Chile,
que fueron devastadas. El enfoque principal del artículo, estriba en el concepto de
resiliencia urbana, entendida ésta como una herramienta central para la reorgani-
zación de las ciudades emplazadas en áreas de riesgo y posibles de ser afectadas
por la amenaza de futuros eventos sísmicos. En el artículo, subyace la voluntad de
profundizar en el concepto de resiliencia, como un tema basal de planiicación y
diseño de las ciudades, donde la seguridad de los habitantes urbanos y la capacidad
de sobreponerse a los desastres naturales, está en el centro de la atención.
En el segundo capítulo, se plantea el trabajo del profesor Iván Cartes Siade de
la Universidad del Bío-Bío, quien fuera Coordinador del Area Norte del PRUBC-18,
luego del Terremoto y Tsunami del 27 de Febrero de 2010. Este proceso de recons-
trucción, realizado a partir de un modelo de gestión de riesgos y resiliencia urbana,
se presenta en este trabajo a partir del estudio y gestión de recuperación posdesastre
de la localidad de Dichato, un hermoso balneario costero de la Región del Biobío,
que fuera “borrado” del mapa luego del maremoto. El artículo induce a pensar que
a partir de una comunidad más resiliente y consciente de su exposición al riesgo,
es más factible de alcanzar prontamente una condición de normalidad y una ma-
yor calidad de vida urbana. Se airma que lo realizado en Dichato, con el proyecto
gubernamental, se constituye en forma emblemática, en un referente mundial de
reconstrucción urbana.
En el tercer capítulo SRT, el Investigador Luis Inostroza Pino de la Universidad
de Dresden, Alemania, presenta un trabajo sobre el desarrollo humano basado en
la acumulación de excedentes ecológicos, del que surgen la división del trabajo, la
especialización, y por ende, las ciudades. A partir de ese esquema, el autor analiza
lo urbano en relación al de lujo metabólico del caso especíico entre el ecosistema
de estepa patagónica y la arquitectura burguesa, que permite el desarrollo de Punta
Arenas como una de las ciudades más importantes y prósperas del Chile decimonó-
nico. Luego de ese vínculo, existe una correspondencia directa entre la capacidad
social de apropiación de excedentes y la prosperidad del desarrollo urbano, que
expresado como principio y in de la misma cadena productiva, permite entender
el surgimiento y desarrollo de la ciudad más austral del mundo. Es decir, lo anterior,
como lujo metabólico en que el excedente es ecológico en su origen y social en su
evolución.
En el cuarto capítulo SRT, el profesor Eduardo Souza González de la Universi-
dad Autónoma de Nuevo León, examina la planeación del espacio metropolitano en
una metrópolis prematura y su vínculo con la visión de los imaginarios, cuyo caso
analiza para el área metropolitana de la ciudad de Monterrey, México. Se plantea

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que el espacio urbano, es el espacio físico sobre el que se asienta la sociedad y en
el que con un sentido identitario, histórico y referencial, se contiene en la sobremo-
dernidad líquida, una singularidad que le es propia con sus instituciones sociales y
que le cohesionan en un marco de plena legalidad. De allí, la necesidad de entender
ese espacio metropolitano, desarrollado a partir de distintos procesos transforma-
cionales no sólo en su planeamiento físico, sino también en la forma en que los
habitantes-imaginantes lo perciben y construyen el imaginario urbano, vinculando
estas percepciones imaginarias al proceso de planeación del sitio.
En el quinto capítulo SRT, los profesores Leonel Pérez Bustamante y Edison Sa-
linas Varela, de la Universidad de Concepción, plantean que uno de los factores
frecuentemente utilizados para describir los nuevos territorios urbanos, es la baja
densidad. Así, la expansión urbana y el crecimiento de nuevas periferias residencia-
les de baja densidad, es una de las transformaciones más relevantes de las regiones
urbanas metropolitanas europeas en los últimos decenios. El trabajo, aborda la me-
todología de la fotointerpretación de imágenes aéreas e información censal 1992-
2002, aplicada en el Área Metropolitana de Concepción (AMC), tercera mancha de
conurbación urbana de importancia en Chile, de cuyo análisis se obtienen mapas y
tablas estadísticas que sintetizan aspectos relevantes del proceso de crecimiento de
las áreas urbanas, así como tipologías de ocupación de suelo urbano y el impacto
sobre la variación de densidad de población, a escala metropolitana y local.
Finalmente, en el último capítulo de la SRT, el profesor Alfredo Palacios Barra
de la Universidad del Bío-Bío, expone un trabajo sobre una investigación sustentada
en el análisis y evaluación de propuestas territoriales para el área del “Fundo Non-
guén”, como un zona natural protegida por el Estado. Como un territorio silvestre
de alta biodiversidad y endemismo y remanente natural de rico valor ambiental,
paisajístico y turístico que presenta niveles críticos de amenaza en su sustentabili-
dad y cuya singularidad es la vecindad e interrelación inmediata con el área urbana
del centro metropolitano del Gran Concepción (1,5 millones de hab.), se plantea
la necesidad de su urgente protección, a partir de un ajuste de los instrumentos de
planiicación y de gestión interinstitucional, que norme y resguarde su condición de
espacio de transición urbano-natural y respete su especiicidad en el Plan de Mane-
jo, asegurando su plena sustentabilidad.
Así planteados, los artículos que se presentan en este texto, se publican en el
idioma del autor, siendo tan sólo un caso el escrito en inglés, por lo que resulta una
edición muy parcialmente bilingüe, no obstante que todos los trabajos en español,
cuentan, como corresponde, con su Resumen traducido en un Abstract en inglés. El
esfuerzo desplegado en este Proyecto Editorial Internacional conjunto entre dos Uni-
versidades mexicanas y una chilena, ha signiicado el despliegue y conjunción de
profesores-investigadores de ocho distintas latitudes, entre universidades americanas
y europeas, las que corresponden a cuatro países disímiles.
En los momentos de coniguración de un nuevo espacio para la Educación Su-
perior que ha de replantear los procesos de formación en los diferentes campos del

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conocimiento, parece oportuno hacer este esfuerzo editorial que nos permite volver
a relexionar sobre la naturaleza de nuestra disciplina en el momento actual, tanto
en relación a las características urbanas y territoriales como a las capacidades de
intervención sobre los problemas de carácter urbanístico que se plantean en nuestras
sociedades contemporáneas.
Por cierto, la presente publicación ambiciona ser una aportación concreta a la
actual discusión sobre los temas que afectan al urbanismo y en que tanto los aspec-
tos de la teoría y de la práctica disciplinar, las propuestas de temas y asuntos para la
enseñanza, como los proyectos aplicables para la solución de situaciones puntuales
y problemáticas de la ciudad y el territorio, son parte sustancial de esta obra que
pretende trascender más allá de los simples postulados genéricos que muchas veces
signiican estos escritos.
Ciertamente, para las Facultades de Arquitectura de la UANL, de Geografía de la
UAEM y de Arquitectura, Construcción y Diseño de la UBB, el presente libro que el
lector tiene en sus manos, y que es precedente de una edición inal y deinitiva con
responsabilidad principal de la UANL, es un motivo de gran orgullo y satisfacción
como resultado de este primer esfuerzo del Proyecto Internacional Conjunto de esas
tres casas de estudios superiores, que ha involucrado muchas voluntades pero por
sobre todo, tiempo e inteligencia de académicos de distinguido renombre.

Alfredo Palacios Barra


Concepción, Chile.
Septiembre de 2013

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SECCIÓN
espacio urbano
Las transformación del espacio en la ciudad de puebla
The transformation of the urban space in the puebla city

Carlos Montero Pantoja1

RESUMEN
El propósito de esta investigación, es el estudio de la transformación espacial ocurrida
en la ciudad de Puebla en cuatro momentos importantes de ese proceso. Tres períodos
ocurren en el siglo XX y uno a inicios del siglo XXI.

PALABRAS CLAVES: Transformación espacial, renovación urbana, espacios construidos y


espacios abiertos.

ABSTRACT
The purpose of this research is the study of the spatial transformations that occurred
in the city of Puebla in four key moments in the process. Three times in the twentieth
century and one in the vision at the beginning of SigloXXI.

KEYWORDS: Spatial transformation, urban renovation, built spaces and open spaces.

i. introducción

Las primeras obras de transformación del espacio en la ciudad de Puebla se realizaron


en el marco de la celebración del centenario de la victoria contra los franceses aunque
en realidad se estaban poniendo las bases para convertir a esa urbe en una nueva ciu-
dad industrial (1960-1970). Posteriormente hubo acciones relativas a la inscripción de
Puebla en la lista del patrimonio mundial desde una visión patrimonialista y el lugar de
actuación fue el centro histórico (1981-1987); cerró el siglo XX con el Megaproyecto
Angelópolis con una serie de actuaciones en el territorio; se concibió un gran proyecto
que se ejecutó parcialmente en el momento de su concepción, no obstante ha tenido un
impacto sin precedentes (1993-1999); y, inalmente, como al principio, el proyecto del
siglo XXI se realiza en el marco de la celebración del bicentenario de la victoria contra
los franceses.2

1
Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades “Alfonso Vélez Pliego”, Benemérita Universidad Autónoma de Puebla;
carlos_monterop@hotmail.com
2
No hay un proyecto deinido, las acciones se justiican en dos frases políticas de imagen y marca: “La ciudad que quere-
mos” y “acciones que transforman” (2011-2016). En el marco de la conmemoración del día mundial del turismo, celebrado
en Morelia, el gobernador del Estado “resaltó las acciones de su gestión por fortalecer este sector basado en los atractivos
históricos, culturales y gastronómicos de Puebla.Resaltó la designación de Pahuatlán y Zacatlán, el mejoramiento de centros
históricos, el Corredor Turísticos Los Fuertes-Catedral, los magnos festejos del sesquicentenario de la Batalla del 5 de Mayo y
las iestas patrias que han permitido posicionar al estado como un referente turístico” (Comunicación Social, 27 de septiembre
de 2012). Pero, seguramente habrá otras obras porque Puebla Capital será la sede del Tianguis Turístico el año 2013.

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ESPACIO URBANO

El estudio ija su atención en las operaciones que se realizaron sobre los espa-
cios construidos y los espacios abiertos, analizando el tipo de tendencias, proyectos
especíicos o zonales. Se analizan las actuaciones claves de la renovación como
fueron los casos del entubamiento del río de San Francisco (1964), la autopista Méxi-
co-Puebla, así también, la aparición del planeamiento oicial desde cuyas políticas
y estrategias se atiende a la ciudad total destacando el potencial económico que
contiene cada componente espacial.

000. Territorio Municipal de Puebla. Año de 1933. Mapoteca del Archivo General del Ayunta-
miento de Puebla (AGAP). Digitalización y redibujo elaboración propia.

18
carlos Montero La transformación del espacio en la ciudad de Puebla

El método empleado para entender los cambios fue el estudio comparado de


los planos anteriores a cada intervención, mediante la superposición con los planos
posteriores a la misma donde muestran la nueva forma, estructura y tamaño de los
espacios. Unos y otros planos representan los modelos espaciales de sus respectivas
épocas, sobre los cuales operarán o han operado las transformaciones en el ámbito
de la ciudad.

ii. Transformación espacial urbana

El momento clave de la investigación parte del modelo actual, estructurado con


obras conmemorativas a propósito de la celebración del centenario de la gesta he-
roica y de la victoria contra los franceses (1962). Es la primera gran transformación
del siglo XX, el espacio reestructurado comprende dos sectores del territorio: el es-
pacio agrícola y el espacio construido en dos ámbitos: los crecimientos periféricos
y el “centro urbano”. En esos lugares lo mismo colman colonias periféricas que re-
nuevan el centro urbano consolidado. Las transformaciones del espacio construido
corresponden a actuaciones de “renovación urbana”. Para tal in, en la periferia con-
virten suelo rústico en suelo urbanizable; al mismo tiempo, en el centro, redeinen
el papel del trazado y los usos del suelo.

001. Plano de la ciudad de Puebla. Año del Centenario 1962. Mapoteca del Archivo General
del Ayuntamiento de Puebla (AGAP). Digitalización y redibujo elaboración propia.

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ESPACIO URBANO

ii.1. Desarrollo industrial y reconiguración de la ciudad


En el marco de las políticas de descentralización industrial, acordadas centralmen-
te, se explica la expansión territorial del municipio de Puebla. A partir de 1960 el
dinamismo industrial fue bastante grande, gracias a la instalación de empresas con
una nueva potencialidad3 proporcionada por la Autopista México-Veracruz, obra

002. Mancha urbana de la ciudad de Puebla con el centro urbano y las juntas auxilia-
res en el sistema de vialidades principales. Elaboración propia.

3
Por ejemplo, cinco de las empresas más importantes solicitaron canonjías iscales del gobierno estatal (subsidios y
exenciones de impuestos hasta por veinte años): Volkswagen de México, S.A, Petrocel, S.A, Pheps Dodge Pycsa, S.A,
CONELEC y la Industria de Baleros Internacionales, S.A de C.V.

20
carlos Montero La transformación del espacio en la ciudad de Puebla

cercana a la mancha urbana de Puebla e indispensable para acelerar el desarrollo


industrial en sus inmediaciones,4 por consiguiente, la inluencia de esta supercarre-
tera fue esencial tanto en lo económico como en lo urbano.
Para hacer posible el establecimiento de la industria fue necesario:

l Aumentar la supericie urbanizable (fue aumentada en un 62.2%). Desde


luego, el establecimiento de la industria y el crecimiento de la supericie
urbanizable se realizan ocupando suelo de propiedad ejidal, para conse-
guirlo, el municipio juega un papel fundamental en el ordenamiento ur-
bano, aunque se sale de control pues los pobres encuentran en esas zonas
ejidales un sitio donde vivir. La afectación del suelo ejidal es para usos
urbanos pero, sobre todo, para usos industriales. El gobierno se desempe-
ña de manera ambivalente: da prioridad a los intereses de la industria e
inmobiliaria asegurando por vías legales el uso de la tierra ejidal para la
reserva territorial que requiere la expansión urbana; y tolera la ilegalidad
de la pequeña promoción inmobiliaria porque así elude la prestación de
los servicios públicos y porque de alguna manera resuelve, parcialmente,
el déicit de la vivienda.
l Como el suelo municipal no sería suiciente para responder a las necesi-
dades del crecimiento industrial e inmobiliario, fue necesario agregar el
suelo de otros municipios al de la ciudad.5
l La construcción de infraestructuras, básicamente la carretera para vincular
la creación de los corredores industriales con la ciudad. Al mismo tiem-
po, la construcción de la infraestructura, la creación de los parques y los
fraccionamientos industriales.6 La construcción de infraestructura carrete-
ra tuvo sus efectos en la ciudad porque las conexiones reestructuran la
relación y funcionamiento entre los componentes urbanos y a la ciudad
con el territorio.7

4
Su proyección comprendía modiicaciones a la estructura vial de Puebla, pues se construyen tres nuevos ingresos
a la Angelópolis: El Boulevard Hermanos Serdán, el entronque con la Carretera a Tlaxcala y el de la Calzada Ignacio
Zaragoza, aprovechando en unos casos parte de los trayectos tradicionales y en otros modiicándolos totalmente,
caso especíico el de la antigua conexión con México (prolongación Reforma).
5
Así sucedió con los de San Jerónimo Caleras, San Felipe Hueyotlipan, San Miguel Canoa, Resurrección y San
Francisco Totimehuacan, igualmente con parte del territorio del Municipio de Tecali. De esa manera, la supericie
territorial del municipio de Puebla se incrementó notablemente. De 132.5 km2 que tenía en el año de 1920 creció a
182.42 km2 en el año de 1940 y casi se triplicó en el año de 1962, pues alcanzó la cantidad de 524.32 km2.
6
Tal cuestión se asegura legalmente a través de facultar al ejecutivo para adquirir en propiedad, mediante contratos
de compraventa, terrenos destinados a zonas industriales y; asegurando por causa de utilidad pública, la expropiación
de terrenos y el congelamiento de los precios del suelo agrícola, colindantes con la autopista a México que serían
destinados a usos industriales.
7
Las obras más importantes conectadas con la autopista México-Puebla-Orizaba fueron: el boulevard Hermanos
Serdán, el boulevard Carmen Serdán y la Calzada Ignacio Zaragoza que, a su vez, conectaba con el Boulevard Héroes
del 5 de Mayo (o si se preiere, el embovedamiento del Río de San Francisco), además, la renovación del sistema
eléctrico, así como acciones tendentes a la centralización del comercio y mejoramiento del centro urbano.

21
ESPACIO URBANO

003. Plan General de Mejoramiento Urbano (Plano Regulador). Archivo personal Enrique
Estrada Cuesta, s/f (60s.). Destaca la propuesta de la estructura de vialidades y propuestas de
uso del suelo.

Esta serie de operaciones fueron de carácter periférico, pues su disposición se


orienta a consolidar un proceso de industrialización regional en el cual la ciudad de
Puebla desempeñará el papel motor. Pero también en la parte central se implemen-
tan algunas acciones con objeto de modiicar la imagen de la Plaza Mayor (1961).
Expresamente, la de sus portales perimetrales, comerciales por excelencia, eliminan-
do las alacenas tradicionales que allí se encontraban y trasladan a todos esos comer-
ciantes al Mercado Cuauhtemoc.8 La obra resultante actualmente es orgullo de los
poblanos pues con dicha operación se recuperó también el nombre tradicional que
tuvo: El Parián. Hoy es el centro local de artesanías. Aunque en apariencia se trató
de una actuación puntual, lo cierto es que en sentido estricto fue parte de una actua-

8
El cual se encontraba sumamente degradado, por ejemplo, había cantinas y pulquerías. Fundado en esas condi-
ciones, las acciones se orientan a la regeneración de este espacio público, en cuyo caso fue necesario demolerlo.
Paradójico, pero, esta actitud por demoler inmuebles auténticamente coloniales y sustituirlos por nuevos ediicios “de
estilo colonial”, que podría caliicarse de absurda se puso de moda.

22
carlos Montero La transformación del espacio en la ciudad de Puebla

ción zonal porque comprendió las acciones implementadas para cambiar la imagen
de la plaza principal, la regeneración del mercado y la construcción del boulevard.9

ii.3. Los efectos espaciales de la industrialización


Como resultado del incremento de la población en la ciudad, hubo quienes pudieron
incorporarse a la industria y a los servicios, mientras que un buen número se integra-
ron a la economía informal, a través de formas comerciales muy especíicas llamadas
ambulantes.10 Para el Estado es un paliativo, por la incapacidad de responder a esa
actividad con la generación de empleos suicientes o, mediante inversión pública en
mercados, rastros y centrales de abasto. Se crea entonces una situación urbana bien
conocida en Puebla: la concentración de actividades de abasto y comercialización
en el mercado central más sus calles adyacentes, situación que produjo una excesiva
centralización de las actividades comerciales en el centro urbano consecuencia que
dio lugar a medidas como la improvisación de la Central Provisional de Abastos en
el barrio de Analco y a la proliferación de tianguis y mercados rodantes.11 Este tipo
de mercados concentraban el 46% del total de locatarios. Por tal motivo fue necesa-
rio acelerar la construcción de estos bienes de consumo colectivo; 1965 es el año de
mayor construcción de mercados,12 todos aparentemente periféricos, sin embargo,
por la corta extensión de la mancha urbana casi eran adyacentes al mercado prin-
cipal de La Victoria. Allí estuvo la falla de la planeación pues un proyecto que en el
pasado inmediato se concibió periférico, por el atraso en su ejecución concentró la
actividad comercial en en el centro urbano. Pese a las nuevas construcciones y a las
mejoras de los mercados, ya no había lugar para el reacomodo de nuevos vendedo-
res ambulantes. Ante la imposibilidad de erradicar el ambulantismo, se dio paso a
una forma impositiva, de una cuota por metro cuadrado de supericie ocupada, en
consecuencia, se reconoció la existencia de esta forma de mercadeo y virtualmente
de la inoperatividad de la táctica del Estado.

9
Por consiguiente, su impacto fue mayor, como muchas de las acciones que generalmente se confeccionan, conocidas
sólo por los operadores a sabiendas de que pueden obtener beneicios posteriores; esta situación es la que genera la
especulación, cuyo origen es el autor de los proyectos pero, sobre todo, quien decide su operación y ejecución, no
es casual pues, que sea precisamente, el propio gobierno, el encargado de conducir toda esta serie de operaciones e
instrumentos para transformar la ciudad y sacar provecho de ella. Máxime si se advierte que años después se pondrían
en marcha las acciones tendentes a entubar el Río San Francisco.
10
El ambulante es un mercader que vende sus productos en la calle. Puede hacerlo cargando sus productos o levan-
tando un puesto (toldo) armable y desarmable.
11
Los tianguis son mercados informales que se establecen en campo abierto, el arroyo de la calle o plazas. En la época
prehispánica expendían sus productos en el suelo, actualmente son establecimientos desarmables pero, algunos mantienen
el mismo espíritu de los prehispánicos. En ellos hay una variedad ininita de productos, es decir, se vende de todo, no hay
límites, ni siquiera en la cantidad. Los “mercados sobre ruedas”, son comercios que deambulan por la ciudad; se programan
para establecerse un día por semana en las colonias populares. Surgieron como una medida para contrarrestar la inlación
y el deterioro del salarios de los trabajadores pues se buscaba que en ellos los precios fueran menores a los oiciales.
12
Se inauguraron el Carmen, Carmen Serdán (en el barrio de La Acocota), el 5 de Mayo (5 Norte entre 16 y 18 Po-
niente) y el mercado Venustiano Carranza (4 Poniente entre 11 y 13 Norte).

23
ESPACIO URBANO

ii.4. el saneamiento del río san Francisco (embovedamiento)


El embovedamiento del río fue una operación tendiente a sanear el río, 13 pero, al mis-
mo tiempo, aprovechar para transformar el cauce en una vialidad primaria; por con-
secuencia, puede considerarse como una operación higienista demasiado tardía, en
cambio, con la construcción de una vialidad importante signiicaba incorporarse al
desarrollo y a la modernidad que se buscaba para la ciudad, por tanto, corresponde más
a esta segunda visión por más que los argumentos fueron efectivamente higienistas.14

004. Plan General de Mejoramiento Urbano (Plano Regulador). Proyecto de las obras de defensa
contra avenidas y embovedamiento del río San Francisco y Arroyo de Xonaca. Archivo personal
Enrique Estrada Cuesta, s/f (60s.). Plano Redibujado del original por el autor.

13
Desde la visita a Puebla del Emperador Maximiliano y de su esposa Carlota (05/06/1864), se aprovecharía la oca-
sión para solicitarle el saneamiento del río, ya que producía constantes problemas a la ciudad, paradójicamente, para
recibirlo se organizaron diversos eventos, uno de ellos fue un paseo en lanchas en el río para lo cual se formó una
represa en el tramo comprendido entre el convento de San Francisco y la calle 18 oriente; los visitantes y paseantes
resultaron maravillados, por consiguiente, el argumento sobre el río antihigiénico no se pudo sostener.
14
Esta idea no se materializó sino hasta el período del gobernador Antonio Nava Castillo, quien sentaría las bases
para la gran obra de embovedamiento del cauce del célebre río (27/08/1963). Puesto que el río se formaba de los
escurrimientos de la Malintzin y otros cerros, fue necesario construir dos diques desviadores en las barrancas de Gua-
dalupe y Xaltepec; un canal de conducción del río Atoyac por la Barranca del Conde; un dique y vaso autopista para
regularizar los escurrimientos de las Barrancas Santuario, Aparicio y Actipac; un dique y vaso diagonal para regularizar
los escurrimientos de las barrancas Santuario, Actipac (cuenca restante) al Vaso diagonal; un dique y conducción con
bóveda de concreto para desviar al arroyo de Xonaca al río Alseseca y una bóveda de concreto simple para conducir
los escurrimientos que aportaba la cuenca de la Ciudad y el aporte del vaso.

24
carlos Montero La transformación del espacio en la ciudad de Puebla

Esta ha sido la mayor obra del siglo y contribuyó, de alguna manera, a po-
tenciar el centro. La acción consistió, primero, en la realización de obras de
ingeniería tendientes a desviar las aguas que proveían al río pero, fundamen-
talmente, obedeció al interés por convertir el río en albañal de la ciudad ya
que resultaba relativamente sencilla su adaptación en virtud de que las aguas
ya se evacuaban a ese sitio; segundo, al mismo tiempo, se proyectaba una
red viaria que tendría como base la ocupación del lecho del río por una am-
plia avenida arbolada tipo boulevard. Dicha avenida interceptaría con la Dia-
gonal Defensores de la República, al norte, y con el Decumanus (Calle Juan de
Palafox y Mendoza). Se forma así una especie de “triángulo viario”. La cons-
trucción del boulevard facilita la penetración al corazón de la ciudad, utilizan-
do las mismas vías de acceso de la estructura tradicional y aprovechando el
Cardo y Decumanus,15 más la conexión con las nuevas entradas y la autopista.

005. Obras de embovedamiento. Mapoteca del Archivo General del Ayuntamiento de Pue-
bla (AGAP), S.erie Mapas y Planos.

15
La cruz que forman las calles 2 Oriente-2 Poniente y Reforma-Juan de Palafox y Mendoza, en sentido oriente-
poniente y las 5 de Mayo-16 de Septiembre y 2 Norte-2 Sur, en sentido norte-sur.

25
ESPACIO URBANO

A propósito de las vialidades, en el plano elaborado para graicar el sistema de


obras de defensa y embovedamiento del río, se puede advertir un proyecto de trazado
de vialidades.16 Lo anterior, es para advertir que los autores ya tenían una idea visio-
naria de cómo debería reordenarse la vialidad de la ciudad. Por tanto, no fue casual
que el Megaproyecto Angelópolis incluyera algunas de estas vías proyectadas en los
60. Tampoco es improbable que desde entonces se hubiese especulado con las pro-
piedades de estas partes de la ciudad y que los especuladores hayan tenido que espe-
rar 30 años17 pero, la especulación es así y, parece increíble, pero el Estado, aunque
con un gobierno distinto, asegura la recuperación de las inversiones y las ganancias
producto de esa acción especuladora. En el marco de esta idea “visionaria” fue que,
años más tarde, se construyeron los parques de vivienda más importantes de la ciudad
precisamente en los lugares por donde se proyectaba el sistema de comunicaciones.

005a. “Auditorio de la Reforma”, en proceso de construcción, proyectado por Abraham Za-


bludovsky, Fototeca del Archivo General del Ayuntamiento de Puebla, Sobre 011, Trienio
Eduardo Cue Merlo.

ii.5. La vivienda
La intervención del Estado durante el periodo 1963-65 marca el comienzo de la política
de fomento a la producción privada de la vivienda. Esta política tuvo como propósito

16
Por ejemplo, la 43 Oriente-Poniente, una avenida paralela al río Alseseca (actualmente prolongación del periférico),
así como otras avenidas que no es fácil identiicar por la calidad del plano.
17
En los planos de la década de los años 70, se pueden localizar las promociones estatales, obreras y privadas que
corroboraran este hecho.

26
carlos Montero La transformación del espacio en la ciudad de Puebla

005b. “Fuerte de Loreto”, previo a la restauración, Fototeca del Archivo General del Ayunta-
miento de Puebla, Sobre 011, Trienio Eduardo Cue Merlo.

dinamizar el mercado inmobiliario a partir del subsidio público, directo e indirecto, al


capital inmobiliario. Así comenzaron a otorgarse subsidios a las empresas fraccionado-
ras.18 Asimismo, se apoyó al capital inmobiliario, a través del subsidio a los adquirientes
de lotes de los nuevos fraccionamientos, a su vez subsidiados.19
Los grupos sociales que no necesitaban ningún tipo de ayuda económica tuvieron
como expresión espacial la ediicación de fraccionamientos residenciales exclusivos
en sitios periféricos, particularmente en altillos: La Paz, diseñado sobre el cerro de San
Juan (aprovecha perfectamente la topografía para hacer gala de creatividad), Rincón
del Bosque en las faldas del cerro de Loreto, cercano al famoso Hotel y Restaurante
Lastra de moda en la época y La Calera, completamente alejado de Puebla, en las fal-
das del cerro del Tepoxuchitl (fue distintivo de la familia Bautista O´ Farril).20

18
Por ejemplo, al fraccionamiento las Palomas y a los fraccionamientos cercanos a la zona histórica de los fuertes de
Loreto y Guadalupe. Las primeras acciones públicas de vivienda en propiedad fueron: Unidad Guadalupe (1964), que
comprendió la urbanización y construcción de 500 viviendas con crédito de la Alianza para el Progreso; en la Unidad
Aquiles Serdán (1965), el gobierno cedió terrenos por 61,605 m2; en la 3ra sección del fraccionamiento San Manuel
(1965), comprendió la cesión de 800 lotes y viviendas de interés social con crédito del Banco Nacional Hipotecario
y de Obras Públicas.
19
Se concedió subvención a los adquirientes de lotes en los fraccionamientos Alpha Dos, Gustavo Díaz Ordaz,
Reforma Agua Azul y Rivera del Atoyac, situados al suroeste de la ciudad.
20
La Paz fue privilegio de las familias Bojalil, Budib y Yunes; allí los empresarios sirio-libaneses y españoles situaron estra-
tégicamente la zona comercial “Esmeralda”,en la Avenida Juárez, que en esos años era de lo más granado en la Angelópolis.

27
ESPACIO URBANO

La distribución desigual de la riqueza engendró dos fenómenos espaciales con-


tradictorios y dos formas de expresión urbana:

l Zonas “urbanas” sin infraestructura y miseria absoluta en las colonias con “vi-
viendas” provisionales; es una zona de la periferia donde el suelo es barato. El
46% de la población del municipio de Puebla estaba segregada de las obras y
los servicios públicos por habitar en terrenos de tenencia ejidal “ilegalmente
fraccionados”. Las colonias creadas en asentamientos irregulares no estaban
registradas en el catastro municipal ni ante las autoridades agrarias. Quedan,
desde entonces, como el coto cerrado del clientelismo político del partido go-
bernante para la obtención de los servicios públicos y como mercado cautivo
de los pequeños promotores del fraccionamiento ilegal de los ejidos.

l La zona urbanizada o urbanizable disfrutan hasta de servicios no imagi-


nables, desde luego, poseen infraestructura, medios de comunicación y de
consumo colectivos.

Desde entonces se distinguen las zonas y viviendas reservadas a los estratos


sociales más acomodados y las zonas de vivienda proletarias y populares. Por tanto,
en este periodo la segregación social en Puebla marca un rasgo característico del
crecimiento urbano.
Después de las grandes obras Puebla intensiica la construcción de la periferia, a
través de los organismos gremiales.21 Las unidades para obreros se asentaron comple-
tamente periféricas y sin que hubieran tenido resueltas las vías de comunicación, sin
embargo, en el plano de conjunto si aparecen porque estaban proyectadas desde el Plan
de 1964. Todas tuvieron por agentes de promoción inmobiliaria y ejecución directa a las
organizaciones obreras, concretamente a la Central de Trabajadores de México.
Al mismo tiempo hubo asentamientos ilegales establecidos bajo el sistema de
“toma de tierras, es decir, se invadieron terrenos de propiedad privada en algunos casos
y en otros de tenencia ejidal. Quienes realizaban este tipo de acciones eran agentes
sociales encabezados por algún grupo o partido de izquierda. No todas las tomas de
tierra tuvieron éxito, sin embargo, si hubo casos en donde el gobierno tuvo que ceder a
las presiones y legalizar propiedades sin ningún servicio, verbi gratia, la Colonia Popular
Emiliano Zapata.22 La estrategia consistía en detectar algún terreno ligeramente alejado

21
Las unidades habitacionales construidas por el INFONAVIT de 1973 a 1979 fueron: Cerro de Amalucan, a un
costado del entronque que une a la autopista con la vieja carretera a Veracruz; Héroes de Puebla, del otro lado del
río Alseseca, inmediata a la colonia Zaragoza; Movimiento Obrero; La Rosa, del otro lado del cerro de Guadalupe;
Obreros independientes; Loma Bella, al sur de la ciudad, más allá de Mayorazgo; La Margarita, en el rancho La Calera,
del otro lado de la Hacienda de San Carlos y del río Alseseca; Fidel Velázquez ; 12 de Mayo de 1918 y Manuel Rivera
Anaya, por el mismo rumbo de Amalucan.
22
La localización actual es inmediata a la colonia Loma Bella. Al momento de su “fundación” en esos lugares no
había ningún asentamiento.

28
carlos Montero La transformación del espacio en la ciudad de Puebla

de la mancha urbana, enseguida, ocuparlo con un grupo numeroso de gente que llega-
ba de improviso durante la noche, al día siguiente aparecía “construido”; por la súbita
aparición de estos pobladores se les conoce con el nombre de “paracaidistas”.23

ii.6. consideraciones generales


Las ciudades mexicanas se encontraban en la fase de industrialización. Puebla ape-
nas iniciaba ese mismo proceso. Para eso sólo tuvo que realizar adaptaciones
mínimas que no le favorecían directamente como tampoco a la región, pero si a la
ciudad de México por su cercanía y localización estratégica.
No es casual que las primeras industrias -las más fuertes- se estableciesen a la
orilla de la autopista; ni los insumos ni los productos ni los beneicios del capital
pasaban por la ciudad, por tanto, la misma no se beneicia más que de la venta
de fuerza de trabajo.

005c. Plano Detalle del Zona de Los Fuertes en la década de los Años 80. Copia digital de la
Mapoteca del Archivo General del Ayuntamiento de Puebla (AGAP).

23
Durante esta fase el fenómeno surgió como un movimiento de los sectores populares, muy pronto desvió sus
propósitos al aparecer grupos de “paracaidistas” profesionales, es decir, agentes inmobiliarios que utilizaron la misma
estrategia para hacerse de suelo urbano; era importante para los agentes conseguir suelo donde habitar, ya después,
mediante el procedimiento de la presión masiva podrían conseguirse los servicios.

29
ESPACIO URBANO

Las migraciones más fuertes se desplegaron a partir de entonces, consecuen-


temente, agudizando el problema de la vivienda. Puebla lo “resuelve” colmando
el centro urbano a costa de transformaciones interiores en las viviendas históricas.
En tanto que la burguesía construye sus espacios para vivienda fuera del centro
apropiándose de los sitios de reserva ecológica.
El proyecto higiénico tardío del embovedamiento del río San Francisco tomó
prestados argumentos del siglo anterior, pero, en la práctica, se trató de un proyecto
más ambicioso para reordenar la estructura viaria de Puebla, pensada en función de
las necesidades de la industria y, al mismo tiempo, en el futuro que le deparaba a la
ciudad. Las nuevas vialidades provocaron una serie de cambios en el funcionamien-
to de la estructura urbana que aún siguen vigentes.

005d. Plano de la ciudad de Puebla con la estructura viaria tradicional más la autopista con sus
conexiones hacia la zona urbana y el sitio que ocuparía el Centro Cultural 5 de Mayo. Tomado
de la Tesis Profesional Centro Cívico Centenario 5 de Mayo de Antonio Rosas Bárcena de la
Escuela de Ingeniería Civil, UAP, s/f (1961).

La industrialización es el fenómeno que precede a la masiicación de la periferia


y a la renovación intensa de la parte central. Los años sesenta fueron determinantes
para conseguir la reestructuración urbana de Puebla cuyo resultado es el modelo de
ciudad del siglo XX. El esquema del modelo es simple: lugares para la producción y
la vivienda en la periferia, gestión y venta en el centro urbano.

30
carlos Montero La transformación del espacio en la ciudad de Puebla

iii. La inscripción de puebla en la lista del patrimonio mundial

El sitio conocido comúnmente con el nombre de Centro Histórico nació oicialmen-


te en 1977, a raíz de la declaratoria de Zona de Monumentos. 24
De los cuatro argumentos que fundamentaron la declaratoria dos corresponden
a acontecimientos históricos importantes para la historia del país. Los otros dos ar-
gumentos reieren, mediante una mezcla, las cualidades urbanas de la retícula, la
precisión de su trazo y la calidad arquitectónica. La valoración espacial no contem-
pla la enorme riqueza de la estructura urbana organizada, todavía en barrios, con sus
trazados originales y su gente con sus hábitos y costumbres; así tampoco se destaca
la valía de los diversos géneros y tipos arquitectónicos que existen en relación con
el asentamiento que les dio origen.

006. Plano de la Zona de Monumentos.

La distinción fue importante para los especialistas, los académicos y las autori-
dades que apoyaron con programas y actuaciones relevantes realizadas para atender
la responsabilidad adquirida.

24
Decreto mediante el cual se declara una Zona de Monumentos en la Ciudad de Puebla.La zona de monumen-
tos históricos quedó señalada y dividida por dos perímetros. La supericie de la zona “A” es de 597.45 hectáreas.
La supericie de las zonas B1, B2, B3 y B4, suman 101.6 hectáreas, luego entonces, la supericie total de la zona
de monumentos históricos es de 699.05 hectáreas. El sitio está conigurado por 391 manzanas (la mayoría de ellas
regulares de 100 por 200 varas), que contienen 2,619 ediicios con valor histórico construidos entre los siglos XVI
al XIX, y de los cuales 61 fueron destinados, en alguna época al culto religioso; 71 inmuebles han sido destinados a
ines educativos y servicios asistenciales, así como para el uso de actividades civiles y militares. Los 2,487 ediicios
restantes son inmuebles civiles de uso particular. Esta zona contiene, asimismo, 27 plazas y jardines históricos.

31
ESPACIO URBANO

Se realiza primero, en 1982, el Plan del Centro Histórico de Puebla, años después,
en 1987, se actualiza para conseguir la declaratoria de “Patrimonio Cultural de la Hu-
manidad”. Por primera vez se realiza un diagnóstico para fundamentar el plan y para
obtener una visión clara de su situación, con el propósito de preservar y conservar el
centro histórico, “mediante la restauración y aprovechamiento de su patrimonio ur-
bano-arquitectónico y reglamentando los usos, destinos y aprovechamiento del suelo
y los inmuebles”.25 En la parte operativa se propuso una red vial para el transporte co-
lectivo, calles alejadas ligeramente del corazón de la ciudad.26 Asimismo, se propuso:
control de la entrada de vehículos de los habitantes del centro histórico, la remodelación
de las ex estaciones de los autobuses,27 aprovechando su carácter para mantener
función de estacionamiento para autobuses de turismo, restaurante y venta de ar-
tesanías, así como, la instalación de estacionamientos en las otras terminales

007. Foto de presentación del plan. Fototeca del Archivo General del Ayuntamiento de Puebla,
Sobre 011, Trienio Marco Antonio Rojas Flores.

25
Plan del Centro Histórico, actualización 1987.
26
Lo que se hizo fue concentrar el transporte colectivo por estas calles. De ello resultó lo que denominamos el
rectángulo de vialidad, de enorme conlicto vial y de mayor contaminación ambiental. Puede verse en el plano de
zona de monumentos.
27
A mediados de la década de los 80 se llevó a cabo en la ciudad un programa de descentralización que consistió
en mudar las actividades del mercado central (La Victoria) y a los vendedores ambulantes, que durante años habían
ocupado las calles cercanas al mercado. Asimismo, se mudaron también las terminales de autobuses a una central
camionera (Central de Autobuses de Puebla), por el norte, cercana a la autopista. Sin embargo, esta acción desden-
siicadora no se acompañó con una propuesta de nuevo uso para estos lugares (todavía vacantes y abandonados).
Aunque por otros motivos, los cines del centro histórico están en idéntica condición.

32
carlos Montero La transformación del espacio en la ciudad de Puebla

desocupadas; en el programa de equipamiento urbano se propuso, a corto plazo,


la remodelación de dos cines para utilizarlos como centros de convenciones.28 Las
acciones principales fueron:

1.- Una tendencia de “desconcentración” se ejecutó llevando a la periferia


ciertos usos administrativos y comerciales, fue cuando salieron del cen-
tro mercados, estaciones de autobuses, oicinas de gobierno y comercios
a zonas periféricas,29 sembrando nuevos elementos potenciales de cre-
cimiento, que a la postre se convirtieron en centralidades, así sucedió
con la central de autobuses, los grandes mercados y las nuevas plazas
comerciales. No es momento de hacer un balance de todo lo que pro-
vocaron esos movimientos, solo diré que con ellos se fueron acabando
dos de los usos sustantivos del centro: el de la vivienda y el del comercio.

008. Plano de la problemática. Mapoteca del Archivo General del Ayuntamiento de Puebla
(AGAP), Serie Mapas y Planos, Caja 5, plano 211.

28
Los cines “Variedades” y “Coliseo” de la Fundación Jenkins, por alguna razón no se menciona a otros cines en
desuso como Constantino, Reforma y Guerrero. En el mismo proceso se propuso entonces la remodelación de áreas
ocupadas por gasolinerías centrales. La acción se llevó a cabo y dichos espacios se convirtieron en plazas suaves
y jardines, por consiguiente, podemos caliicar a esta operación de esponjamiento porque recualiicó espacios de-
moliendo las estructuras físicas de las gasolinerías. El suelo vacante tiene así un uso público. La misma tendencia se
siguió con los solares abandonados, sin ediicación.
29
Correspondió a la administración de Jorge Murad Macluf (1987-2000).

33
ESPACIO URBANO

2.- La creación de un nuevo sistema de abasto cuya esencia desconcentraba el


comercio de abasto que había sobrecargado al Mercado central (Guadalupe
Victoria) y calles adyacentes y también para responder a los requerimientos
de otras partes periféricas de la ciudad, principalmente inmediatos a las zo-
nas habitacionales; para ello se construyen la central de abasto, tres nuevas
áreas comerciales populares, conformadas cada una con un mercado, una
zona de tianguis y una plaza comercial, más cuatro mercados con zona de
tianguis denominados “De apoyo”.30 Con estos nuevas sitios para el comer-
cio se fortalecían los subcentros de desarrollo urbano de la mancha urbana,
se renueva el uso comercial del mercado central, se limpian las calles de
comercio de perecederos, los establecimientos semiijos y también se reaco-
moda a los ambulantes (Las acciones se desarrollaron entre 1986 y 1987).

009. Foto de la ampliación de la 11 Norte. Fototeca del Archivo General del Ayuntamiento de
Puebla, Sobre 011, Trienio Marco Antonio Rojas Flores.

3.- En el campo de la movilidad se mejora el funcionamiento de las vialidades


mediante la ampliación de unas, la prolongación de otras y la interco-
nexión de las más;31 de manera que con actuaciones menores y de mediana

30
De ese tipo se hicieron el mercado independencia, Miguel Hidalgo, Emiliano Zapata, José María Morelos, Ignacio
Zaragoza, Héroes de Puebla, Francisco I. Madero. Los locales de las plazas se vendieron en régimen de condominio,
los de los mercados en régimen de propiedad y los tianguis mediante el pago de derecho de piso.
31
La calle 31 Oriente entre Boulevard Atlixco y 24 Sur; prolongación de la Diagonal Defensores de la República; Héroe
de Nacozari; ampliación 16 de Septiembre, hacia el sur del Boulevard Valsequillo a la colonia popular Emiliano Zapata,
última colonia de la ciudad; ampliación de la 11 Norte de Reforma a la 36 Poniente; la calle 18 Poniente entre Defensores
y 11 Norte; complemento del circuito interior).

34
carlos Montero La transformación del espacio en la ciudad de Puebla

importancia se mejora la comunicación y circulación. Se complementa la


acción con la reestructuración del transporte foráneo y el colectivo.
4. Construcción de equipamientos deportivos y recreativos de carácter público.32
5. Nuevas áreas verdes: Parque Cívico Revolución Mexicana o “Parque Ecoló-
gico”, en los terrenos de la 6a. Base Aérea Militar;33 Parque Ecológico Ala-
meda Independencia Nacional; Laguna de San Baltazar; Parque Ecológico
de Ferrocarriles.
6. Con el propósito de devolverle el rostro de ciudad monumental. Se resca-
ta el atrio de Santo Domingo;34 también la regeneración de las calles del
centro consistente en la demolición de marquesinas, adoquinamiento del
arroyo vehicular, reparacion de banquetas oon laja tipo Puebla y la recu-
peración de inmuebles35 y fuera del centro se construyeron el Museo de
Historia Natural y el aeropuerto Hermanos Serdán; también se mejoró el
zoológico Africam.

iV. el Megaproyecto angelópolis

El Programa de Desarrollo Regional Angelópolis es el primer gran proyecto de la etapa


contemporánea que se ocupaba de una escala distinta que comprendía al territorio y
todos los aspectos de su estructura. Con los nombres de megaproyectos o macroplazas
se arranca la era de la magniicencia, la escala es deinitivamente superior a lo que se
había conseguido hasta entonces. Las intervenciones suceden en la región y en toda
la ciudad. Las operaciones ocupan enormes supericies de suelo y las inversiones son
cuantiosas. La tendencia es a operar en la periferia y en la “media luna de los barrios”.
Este polígono abarca catorce municipios, todos en torno al de Puebla.
Tres problemas serios tenía la ciudad: el agua, la basura y el dinero. Los po-
zos de provisión se agotaban quedando para su aprovechamiento únicamente el
agua que desciende de los deshielos de los volcanes Popocatepetl, Iztaccihuatl y La
Malinche. Por lo que se reiere a la basura, no había un sitio para depositarla. Pero
quizá el problema más serio de la ciudad sea el de los recursos económicos, ya que
el municipio no cuenta con suicientes para la obra pública.

32
Unidad Deportiva Arenillas, Polideportivo Xonaca, Polideportivo San Pablo Xochimehuacán; Polo de Equipamiento
y Desarrollo de Servicios, inmediatos a la autopista, del otro lado del estadio, desde la exhacienda de Guadalupe
hasta el exrancho de San José.
33
Se realizó mediante donativo de la Fundación Mary Street Jenkins al Gobierno del Estado, a través de la constructora
Eco e incluyó las vialidades perimetrales. Las obras se entregaron el 31 de enero de 1987.
34
Se adquirieron tres predios para rescatar el atrio de Santo Domingo (1985), en coordinación del Gobierno del
Estado realiza la Fundación Mary Street Jenkins.
35
En total fueron 72 inmuebles emblemáticos: el ediicio de San Javier como Instituto Cultural Poblano, Puente
Nochebuena, Casa del Dean, rescate de San Juan de Dios, readaptación del museo de la No Intervención, Estación
del Ferrocarril, Museo de la Ciudad, hoy Museo Amparo (integrando los predios de la calle 2 Sur 704, 706, 708).

35
ESPACIO URBANO

Las actuaciones se proponía resolver los rezagos en infraestructura y servicios pú-


blicos y, de paso, consolidar a la ciudad de Puebla como un lugar de competitividad
mundial impulsando la industria, aprovechando la vocación histórica de la ciudad y su
excelente ubicación geográica.
La primera medida del nuevo plan fue modiicar los límites decretados en
1980.36 Tambien se menciona y deine la Zona Metropolitana de la Ciudad de Pue-
bla (ZMP),37 La estrategia de crecimiento propone el modelo de Centros de Pobla-
ción Independientes, es decir, en centros urbanos con alto grado de autosuiciencia
en servicios, empleo, habitación y recreación, para evitar los largos traslados metro-
politanos y que esta tendencia se continúe en el futuro aumentando la supericie ur-
bana y, para evitarlo, impulsarían otras localidades con objeto de constituirlos como
núcleos de desarrollo urbano alternativos para la población; se propusieron también
subcentros y centros de barrio como elementos importantes de la estructura urbana;
estos núcleos se implementarían para consolidar y complementar servicios o para
crear nuevos en las áreas de crecimiento.
Muy pronto aparece el Programa de Ordenamiento Territorial del Área Metro-
politana de la Ciudad de Puebla (1993). En él se propone la consolidación del creci-
miento de la ciudad de Puebla como centro metropolitano, impulsando el desarrollo
de las localidades periféricas (ya casi conurbadas) para que se conviertan en centros
alternativos para la distribución de la población del área metropolitana de la ciudad
de Puebla.38 Los programas se elaboraron en los temas de planeación urbana; vi-
vienda y áreas comerciales, rescate del centro histórico, agua potable, alcantarillado
y saneamiento, tránsito, vialidad y transporte, anillo periférico ecológico, desechos
sólidos, modernización del catastro, registro público y promoción industrial.

iV.1. el Megaproyecto angelópolis


Comprendía inversiones cercanas a mil millones de dólares además de líneas de
inanciamiento para construir 15 mil casas y remozar el centro histórico para darle
un atractivo turístico.
Las acciones consistieron en:
La extracción de agua potable, mejorar la distribución y reparación de fugas.
La provisión de agua a la ciudad que signiicó perforar diez pozos y tender 49 kiló-

36
Los nuevos límites son por el sur la presa Manuel Ávila Camacho y en la parte norte hasta la demarcación coincidente
con el Parque Nacional de La Malinche. Quedan contenidos los tres tipos de áreas que constituyen un centro de población;
el área urbana actual, el área de reserva para el crecimiento urbano y el área de preservación ecológica. Esta área se ubica
en el Valle de Puebla, a una altura promedio de 2 290 msnm y se extiende sobre una supericie de 1340.5 km2 de los cuales
aproximadamente 200 km2 son tierra urbana, 6.5 k m2. de agua y 1134 k m2 de tierra no urbana, para la especulación.
37
Quedó conformada por 16 municipios; diez en el estado de Puebla y 6 en el estado de Tlaxcala.
38
Es el mismo propósito que tenía el plan de 1980, la única diferencia estriba en que entonces si era posible plantearse
como alternativa el desarrollo de ciudades medias, en cambio ahora, para las nuevas condiciones de metropolización
de la ciudad, resultaba una falacia replantear el desarrollo de localidades periféricas ya conurbadas.

36
carlos Montero La transformación del espacio en la ciudad de Puebla

metros de tubería para conducirla desde los volcanes hasta la ciudad de Puebla,39
además, en zona urbana, la fabricación del acuaférico;40
El tratamiento del agua de los ríos Alseseca, Atoyac y de la Presa de Valsequillo
donde desembocan. Esta acción implicó el establecimiento de plantas tratadoras de
agua en corredores industriales y unidades habitacionales.
En cuanto a la basura dos fueron los temas a discusión: por un lado la reco-
lección y por el otro los depósitos. Para la recolección todo se redujo a encargar a
empresas privadas dicha tarea y para el depósito se construyó un relleno sanitario.41
La mejora de la movilidad. Se construyó la parte sur del periférico ecológi-
co (de la prolongación “Papagayo” hasta la autopista México-Puebla), en cuyas
inmediaciones los promotores de vivienda han ofertado viviendas y terrenos de
toda clase con lo cual se ha poblado sustantivamente la parte sur de la ciudad. Se
ensanchó la calle 11 Sur sólo en parte;42 con dicha operación se logró formar una
gran avenida de conexión con el periférico y los asentamientos sureños.

iV.2. el programa parcial de desarrollo urbano. integración del paseo del río san Francisco.
El primer plano proyectual del que se tuvo conocimiento apareció en los periódicos
locales, en él se esquematizan: un paseo peatonal a lo largo del río San Francisco,43
dos hoteles, un centro de convenciones, un centro cultural,44 un centro comercial y
un “lago” en el extremo sur. Además, también se ponderó la posibilidad de construir
un teleférico del centro a la zona de los fuertes.45 Se esgrimían niveles de interven-
ción: a) regeneración urbana se entendía como una zona de construcción más libre;
b) regeneración e integración; c) integración arquitectónica en ediicaciones deterio-
radas con “alto valor”; d) integración y conservación para inmuebles catalogados.46

39
Solamente se hizo parte del tramo sur del acuaférico y con ello se dotó a 300 mil habitantes de 88 colonias populares.
40
En Nealtican y Acuexcomac (faldas de los volcanes Popocatepetl e Ixtaccihuatl) para suministrar 500 litros por segundo.
41
En la zona de Chiltepeque, por el rumbo de la penitenciaría de San Miguel y cercana a la Junta Auxiliar de Santo
Tomás Chautla.
42
Donde era estrecha, por ejemplo el tramo de la 11 Poniente hasta el Panteón Municipal, demoliendo el paramento
poniente.
43
Se dibujaba un río en el entendido de que el objetivo del proyecto era su recuperación.
44
En el centro histórico existen tres centros culturales: la Casa de Cultura (antiguo Colegio de San Pablo); el Instituto
Cultural Poblano (antigua penitenciaría) y, el tercero, se pretendía ocupara el ediicio del Ex hospital de San Pedro.
Los dos primeros cumplen cabalmente con su función, el tercero no iniciaba funciones. Probablemente se estaba
planteando en el concepto global la necesidad de un centro cultural para sustituir al Instituto Cultural Poblano, porque
se tenía trato para la venta de la ex penitenciaría para convertirlo en hotel de cinco estrellas con la irma Camino Real.
La idea no cuajó, el ex hospital alberga al Museo Poblano de Arte virreinal, después de una restauración costosa pero
afortunada y el hotel se estableció en el ex convento de capuchinas también mediante una solución adecuada.
45
Para cuando aparece la publicación del plano, ya se había declarado a la zona de utilidad pública, por tal motivo,
se produjo un amplio descontento entre los habitantes que, sin saberlo, se asumían como afectados; para evitar que el
descontento y desconcierto aumentara, fue prudente mostrar públicamente el plano para que, asimismo, los afectados
recurrieran a las oicinas gubernamentales a “negociar” sus propiedades.
46
El área delimitada oicialmente comprendía 27 manzanas, cuatro jardines y 247 parcelas que hacen un total de
227,949 metros cuadrados.

37
ESPACIO URBANO

En los argumentos se destaca que se trata de proyectar a la ciudad de Puebla,


al ámbito que la identiique como una ciudad pujante, desarrollada, justa, digna
de ser habitada y que utilice con imaginación y creatividad el valioso acervo his-
tórico, arquitectónico y cultural, porque la ciudad ha quedado rezagada en com-
paración a otras ciudades: “el programa” comprende todas las acciones necesarias
para la apertura, ampliación, prolongación, mejoramiento, alineación de plazas, de
parques y jardines, la realización de cualquier obra destinada a prestar servicios de
beneicio colectivo o para el embellecimiento o saneamiento”. De tal manera que
el proyecto pretende: “transformar la ciudad a partir de la creación de una zona
turística internacional de gran impacto en su desarrollo urbano, que sirva como
detonador económico y social”. El discurso, por supuesto, se elaboró sin ninguna
base, no le antecede ningún diagnóstico real, por ende, no hubo manera de abor-
dar la problemática y mucho menos detectar las consecuencias futuras.
Finalmente sólo se construyeron el Centro de Convenciones aprovechando el
casco de la fábrica La Violeta; un puente peatonal para unir a este centro con el
Barrio del Artista; el Museo de Arte Contemporáneo en las naves de la fábrica La
Pastora; los demás equipamientos previstos todavía no ven luz.

iV.3. efectos del megaproyecto angelópolis


Ahora podemos airmar lo que anticipamos en su tiempo, las obras del Proyecto
Angelópolis tuvieron sus efectos en la ciudad y, por supuesto, en el centro históri-
co, señalamos las que consideramos centrales:

1. Un crecimiento periférico más allá de sus límites municipales; surgieron


nuevos fraccionamientos privados y exclusivos, más conjuntos habita-
cionales de nivel medio y popular; para muchos poblanos esto signiica-
ba desarrollo y no motivo de preocupación.
2. Pérdida de supericie agrícola, áreas verdes y arboladas e incremento de
la supericie urbana construida, por consiguiente, la obligada urbaniza-
ción de esas partes introduciendo agua potable, drenaje, electricidad,
pavimentos, teléfono, ibra óptica, etc., que en cada caso implicaba más
metros lineales de tubería del agua, metros cúbicos del escaso líquido,
drenaje, eletricidad; además de los equipamientos complementarios: es-
cuelas, centros comerciales, hospitales, etc.
3. Conurbación de poblados típicos,47 algunos de ellos con pequeñas zonas
de monumentos no declaradas, pero de evidente valor patrimonial, quie-
nes por este motivo de integración con Puebla alteraron su imagen rural
típica para adoptar la imagen citadina.

47
Por ejemplo, San Francisco Totimihuacán, San Francisco Acatepec, Tonantzintla, San Andrés Cholula, San Pedro
Cholula, Momoxpan, Cuautlancingo, etc.

38
carlos Montero La transformación del espacio en la ciudad de Puebla

010. Plano de la Carta Urbana 2003. Mapoteca del Archivo General del Ayuntamiento de
Puebla (AGAP), S.erie Mapas y Planos.

011. Áreas Comerciales en la Mancha Urbana sobre plano de 2000. Elaboración propia.

39
ESPACIO URBANO

4. Siguiendo esa tendencia de potenciar el crecimiento periférico, a cual-


quier gobernante le resulta imposible cubrir las carencias y deiciencias
de los servicios que ofrecen, porque el poblamiento horizontal es más
rápido que la elaboración de programas y proyectos, máxime si les apli-
camos la variable presupuesto, pues dependen y se sostienen con los
exiguos recursos oiciales. Por tanto, una cosa es programarse para res-
ponder a las tasas normales de crecimiento, otra distinta, es provocar los
crecimientos por intereses y conveniencias de otra naturaleza.
5. Despoblamiento de la zona central y otros sectores, porque, evidente-
mente, los crecimientos no son para establecer a nuevos habitantes emi-
grados, sino para poblanos que viviendo en puebla no tienen habitación
propia.
6. La construcción de comunicaciones expeditas dentro de la ciudad, para
conectar los nuevos equipamientos focales, particularmente de su centro
con la periferia, situación que implica la prolongación de vialidades, el
ensanche de otras y la construcción de nuevas, es decir, una renovación
del viario para facilitar el transporte privado y colectivo.
7. Descuido del transporte público (que en Puebla es caro y un verdadero de-
sastre), no sólo por el mal servicio sino también por el caos que provoca en
las calles por donde circula, principalmente en las del centro porque allí se
concentran todas las rutas.

La competencia comercial entre el centro y la periferia se distingue porque:


En la periferia los equipamientos se agrupan en plazas y corredores comer-
ciales que se han convertido en centralidades especializadas; disponen de esta-
cionamientos amplios (Donde es imposible que un usuario no encuentre espacio
disponible), “a la puerta”, gratuitos (Aunque ya los han convertido en cajones de
paga), y con vigilancia; ofrecen variedad de mercancías, rebajas de todo tipo y es-
pacios para la diversión y el ocio. Desde luego son ambientes agradables en donde
el diseño e interiorismo juegan un papel de atracción.
En cambio, quienes van al centro encuentran con una serie de inconvenientes:

l No se puede circular adecuadamente en automóvil porque las obstruc-


ciones y embotellamientos son ya un padecimiento general.
l No hay plazas de estacionamiento suicientes y gratuitos, por el contra-
rio, son bastante caros, además no están inmediatos a los equipamientos,
los usuarios eligen el estacionamiento más cercano a su destino pero, en
ninguna circunstancia tienen la seguridad de encontrar una plaza.
l Las calles por donde circula el transporte colectivo son inhóspitas e inep-
tas para cualquier uso por la contaminación ambiental, visual y auditiva.
l El tránsito para el peatón también es complicado ycon los problemas
antes descritos, no es una ciudad para caminarse.

40
carlos Montero La transformación del espacio en la ciudad de Puebla

En esas condiciones la periferia es más competitiva, por cuya causa se ha desa-


rrollado una tendencia constructora de espacios comerciales grandes y pequeños.

V. una visión retro. el bicentenario de la gesta heroica de 1862

El siglo XXI no tiene una visión clara. Las posturas políticas de quienes toman las
decisiones no vislumbran proyectos de gran visión y de escalas territoriales amplias.
Así ha sido en el pasado y, por lo que parece, continuará la misma tendencia.

V.1. Las transformaciones actuales


a) centro
El tema de la vivienda en el centro todavía es de interés institucional porque es clara
la tendencia al abandono del centro urbano; la densidad de ocupación con oicinas
y comercios es dominante; la desocupación de la vivienda es evidente; se extiende
desde el Zócalo hasta los antiguos barrios indígenas. La inhabitabilidad y el abando-
no sucede en determinadas zonas, sin embargo, también por el deterioro en todos
los grados y por la edad de los inmuebles que los hace más vulnerables a los daños;
además, por lo que implica su reparación que puede ser un gasto pero también una
inversión si se recupera la renta, desafortunadamente el uso de vivienda no es ren-
table. Consecuentemente los promotores inmobiliarios tendrán que realizar ajustes
a sus promociones, diseñando nuevos alquileres y mejores oportunidades para la
venta, de lo contrario, a la desocupación seguirá el total abandono.
Desde el año 2008 se ha intervenido en el centro; primero implementando el
Modelo de Intervención del Centro Histórico (MICH), que consistió en la revitaliza-
ción del espacio público fortaleciendo los puntos de encuentro en las antiguas pla-
zuelas virreinales y vinculando los sitios más emblemáticos de la ciudad, a través de
las Sendas que, coincidentemente, son los puntos de interés y destinos turísticos. En
su ejecución este modelo no se completó, faltó la intervención arquitectónica y tam-
bién quedaron pendientes algunos sectores urbanos que, por fortuna han continua-
do las intervenciones aunque con otro nombre, esta vez se llama Corredor Turístico
Catedral-Fuertes de Loreto y Guadalupe y comprende la iluminación de vialidades
y de ediicios históricos emblemáticos, mejoramiento de parques y jardines, arreglo
de fachadas, banquetas, arroyo de calle y ciclovías.48
De manera especial y para celebrar el Bicentenario de la victoria contra los
franceses se realizó una gran intervención en la zona cultural de los fuertes para
renovar por completo la imagen del sitio. Visto como espacio público se ha ganado
un lugar de encuentro para el paseo, la recreación y actividades culturales en un am-
biente de diseño muy grato pero, visto como espacio histórico, este sitio ha perdido

48
La inversión anunciada para este in es 480 millones de pesos y la aportan el municipio y el estado.

41
ESPACIO URBANO

su esencia y el carácter que se testimoniaba con los fuertes de Loreto y Guadalupe,


hoy subordinados a la imagen del parque público y desapercibidos de su contexto
histórico referido no solamente al lugar (la Zona de Monumentos), sino al imaginario
de la batalla del 5 de Mayo de 1862.

b) periferia
Se han potenciado otras centralidades en la ciudad pero con características diferen-
tes a las del centro, por ese motivo el núcleo histórico mantiene su papel monocén-
trico. Las ventajas de las centralidades periféricas son, por ejemplo, el acceso, el
parqueo, el arbolado, la seguridad, la contaminación auditiva, olfativa y ambiental.
Por más que en los 60s se trabajó para el automóvil, el centro nunca logró ofrecer
todo lo que los hipermercados han alcanzado en la periferia.49 Por esa razón, en el
marco de las obras de infraestructura periféricas, se realiza un gran proyecto de viali-
dades y puentes.50 Que incluye la pavimentación de dos de las entradas principales y
la construcción de puentes en los cruces principales para modiicar o integrar (dirán
sus autores), los imaginarios con criterios de diseño uniformes. El imaginario de Pue-
bla está caracterizado por la modernidad de los años 60s que testimonia el conjunto
del Centro Cívico 5 de Mayo, dominado por el Auditorio de La Reforma y el de los
años 70s no destruye sino agrega la zona deportiva con sus estadios. Los años poste-
riores también suman con nuevos museos y el Planetario. El imaginario que hoy se
construye está dominado por los puentes y segundos pisos, nada diferente a lo que se
construye en la mayoría de las ciudades mexicanas por tanto, en vez de conservar su
carácter y fortalecer sus elementos identitarios tiende a ser como cualquier ciudad.

V.2 consideraciones generales


Al estudiar el proceso evolutivo se pudo descubrir que las formas de operar no siem-
pre son las mismas, las tendencias son idénticas porque se manejan desde la capital
del país y todavía responden a un interés nacional e internacional;51 la diferencia
radica en el nivel de la intervención, es decir, en la categoría, escala y magnitud cuya
inclinación la deine el capital inanciero.
Puebla, por su cercanía con la ciudad de México ha estado más subordinada a
ella que a su propio desarrollo, inclusive, algunos proyectos de México consideran

49
He aquí un problema que debe ser tratado si en verdad se tiene la intención de revitalizar el centro.
50
Se han construido dos puentes sobre la autopista México-Puebla-Veracruz, para conectar con las entradas a la
ciudad: la calzada Zaragoza, la proyección de la calle 11 Norte que, a su vez, conecta con la carretera Puebla-Santa
Ana y la Avenida Hermanos Serdán; próximamente se realizará un “Segundo Piso” desde Amozoc hasta el Periférico.
También se están pavimentando las calles de entrada a la ciudad y la conexión con el centro histórico.
51
Tal vez sea conveniente dejar clara la diferencia entre forma y tendencia. La tendencia es la orientación general, la
política, la línea; la forma es la manera como se lleva a la práctica, es decir, la estrategia y los tiempos, por ejemplo,
la tendencia a descentralizar actividades se llevó a cabo, en unos casos, prohibiendo determinados usos del suelo; en
otros convenciendo a los interesados de la conveniencia, para ellos de estar en otro lugar.

42
carlos Montero La transformación del espacio en la ciudad de Puebla

a Puebla como elemento de apoyo, ha sido el caso del aeropuerto y de la propia in-
dustria que comenzó muy tarde a potenciar a la ciudad. Por ésta razón no la conso-
lidó como ciudad industrial, inclusive hoy, la cercana Tlaxcala ha resultado mucho
más fomentada. Puebla es un estado de los más pobres del país (tercero en el censo
de 1990), por tanto, no es una ciudad de grandes capitales, más bien, es pobre.
La sociedad se transforma y la ciudad debe responder espacialmente a los nue-
vos requerimientos. Las respuestas trasladadas a la periferia son relativamente fáci-
les, aunque implican crecimiento sobre territorio agrícola y poblados tradicionales;
en el centro, que está ediicado y consolidado, es otra la situación, en él se produce,
irremediablemente, transformación física total o parcial, porque es sobre lo mate-
rial que se opera; reconocer el hecho no signiica ningún problema; reinterpretar y
valorar lo ediicado se agrupa en dos tendencias: La monumental o del culto por la
piedra y La modernidad. La primera, busca conservar en el inmueble hasta las condi-
ciones de pobreza, hacinamiento e insalubridad, con tal de no tocar lo ediicado; la
segunda, deinitivamente quiere todo nuevo y, si acaso, conservar aquello muy signi-
icativo y representativo. Por supuesto que han surgido algunas posturas intermedias
o, más bien, que quieren serlo, pero, deinitivamente se inclinan de uno u otro lado,
es decir, sólo se trata de una máscara utilizada para convencer y una vez logrado
el consenso, se adhieren a lo que a su postura conviene. Este ha sido el caso de los
planes y proyectos oiciales que, en el papel, los discursos y las negociaciones son
lo mejor para la sociedad y, en verdad, así se redactan, sin embargo, en la práctica
siempre resulta una cosa distinta.
En general, renunciaron a las actuaciones globales de los hechos urbanos, no
así a su comprensión, a partir de lo cual se pudieron desarrollar prácticas especulati-
vas. La razón es evidente, a través de esta medida, se han podido ocultar operaciones
de inmobiliarias con las cuales se liberan así mismos y liberan, a su vez, a los go-
biernos del compromiso de confeccionar planes generales. Por tanto, los conceptos
bajo los cuales se elaboraron los planes, proyectos y la toma de las decisiones (que
deberían ser de los ciudadanos involucrados), más los beneicios que se invocan,
tienen su origen en las empresas que los apoyan y los trasmiten hacia el gobierno
quien produce los instrumentos correspondientes. Han sido entonces, actuaciones
desde el concepto clásico del proyecto arquitectónico aunque aparecen siempre con
el rostro maquillado de “Plan General”, “Plan Parcial”, “Plan Especial” o “Proyecto
Urbano”. Esta práctica también se debe, en parte, a que la formación de quienes
hacen ciudad son fundamentalmente arquitectos e ingenieros civiles. La disciplina
urbanística ha estado adosada a la de arquitectura y de ingeniería, a veces, disociada
y en ciertos casos hasta encontrada.
No ha existido un proyecto de ciudad que atienda los requerimientos socia-
les concretos. Los aspectos formales y técnicos, hasta ahora, se han supeditado a
los exigencias políticas. Las necesidades que buscan más un voto de campaña que
hacer, ordenar o reproducir ciudad y evidentemente, dichas tomas de decisión han
escondido intereses económicos. A ello se debe también que no se haya podido de-

43
ESPACIO URBANO

sarrollar y profundizar más sobre los planos, ya que los operadores se han cuidado
muy bien de no dejar huella y testimonio que los evidencie.
Ha sido en fechas muy recientes cuando por in, se intenta entender la ciudad
en sentido más totalizador; los planes de desarrollo ya incluyen como parte funda-
mental del mismo a los planes generales, los parciales y los especiales, coniamos en
que no queden sólo en los documentos oiciales.
En el siglo XX los argumentos han sido sociales supuestamente buscando el
beneicio y la utilidad pública; sin embargo, los hechos no siempre han correspon-
dido con los fundamentos. El sistema urbano de relaciones se coniguró tomando
como elemento de vinculación al automóvil, cuya inluencia llegó también a la
arquitectura. Desde los proyectos de los años 60 ya no consideraban a los accesos
peatonales como determinantes del proyecto y en el presente son completamente
ajenos.
La especulación se desarrolló en todos sentidos, primando la política sobre los
demás. Han sido también las organizaciones sindicales (CROC, CTM, etc.), el INFO-
NAVIT y más recientemente operadores inmobiliarios privados, quienes especulan
al poseer reservas territoriales para ediicaciones masivas de vivienda y controlar las
asignaciones de acuerdo con la ainidad, participación y compromiso político, situa-
ción que, al inal se traduce en control político y aseguramiento del poder.
Nos propusimos conocer las propiedades más comunes del proceso de transfor-
mación urbana y arquitectónica de la ciudad de Puebla. Con base en lo expuesto, la
investigación concluye que son ciertas las hipótesis siguientes:

l Las ciudades responden a modelos de construcción y funcionamiento si-


milares y a intereses económicos, políticos e ideológicos también simi-
lares. Son las tendencias, la intensidad y la escala de actuación quienes
hacen la diferencia espacial.
l Es la presión que ejercen las actividades terciarias sobre los ámbitos inme-
diatos la que produce la renovación de las áreas centrales. Dicha presión
se debe a que la renta que se produce por la centralidad condiciona la
transformación del uso de la ciudad histórica.
l El deterioro desvaloriza completamente al objeto. Es ese desvalor que lo
hace detestable a la sociedad, en cambio, la renovación le proporciona
un nuevo valor, generalmente económico, adicional a los que tenía. Por
este motivo, creemos que la renovación en sí no es negativa, es altamente
positiva, siempre que se lleve a cabo con criterios no extremistas, pero
tampoco con máscaras hipócritas.
l La renovación urbana tiene como objetivo, la formación de estructuras po-
licéntricas (centralidades) capaces de crear cohesión y articulación entre
sí y con las distintas partes de la ciudad.
l El centro es un espacio eminentemente popular, no ha habido proyecto
capaz de cambiar ese carácter, por consiguiente, el valor del suelo no se

44
carlos Montero La transformación del espacio en la ciudad de Puebla

incrementará hasta que haya intervenciones que mejoren los servicios,


la infraestructura, los equipamientos, las comunicaciones, el transporte,
etcétera desde luego, quien invierta querra recuperar su capital.

En la historia de nuestra ciudad los agentes se simpliican en tres tipos ligados a


instrumentos de poder:

l Los políticos, representados por el Estado o cualesquier instancia de go-


bierno.
l Los económicos, expresados en los propietarios del suelo urbano y de las
ediicaciones.
l Los sociales que no inciden como sectores de distintos intereses, sino a
través de representaciones y consensos.

Por lo que corresponde al origen de los recursos invertidos para favorecer el


desarrollo de la ciudad provino de tres sectores:

l El industrial que consolidó zonas urbanas y poblados metropolitanos te-


jiendo una red importante de industrias.
l El comercial, favorecido por el papel que en ese terreno ha desempeñado
desde siempre la ciudad.

Vi. conclusiones

La tendencia de las ciudades mexicanas ha sido siempre a la concentración de la


actividad económica en una parte del territorio y de este en las ciudades importan-
tes. Esta centralización ha provocado, a su vez, otro tipo de aglomeraciones como
el de la población en esa misma área, lo cual propicia el despoblamiento del resto
del territorio a falta de una actividad económica capaz de retenerla o proporcio-
narle ingresos suicientes y un nivel de vida satisfactorio. Hasta este momento, las
propuestas y las ejecuciones para potenciar el desarrollo de capital no han podido,
o quizá nunca han pretendido detener esa tendencia y menos han podido resolver
los efectos indeseables que provoca, a saber, entre otros: desigualdad regional;
falta de inversión productiva, empleo y vivienda digna; migración intensa y acce-
so cada vez más difícil de la población a la salud, la educación, la recreación, la
cultura.
Cada día que pasa es mayor la insuiciencia de medios de consumo colectivo,
al grado que hoy para los trabajadores de la ciudad y el campo, y aún para las ca-
pas medias urbanas resulta casi un lujo ocupar una vivienda o acceder a la salud,
educación, el vestido o la alimentación adecuada. Asimismo los servicios urbanos
básicos: agua potable, alumbrado, drenaje, alcantarillado, áreas verdes y de recreo

45
ESPACIO URBANO

o transporte colectivo, están muy lejos de marchar al ritmo que crece la ocupación
de suelo por esa razón en algunos casos, como en las colonias “populares” carecen
totalmente de ellos.
Mientras se procura tener ciudades modernas a las que se les invierten millo-
nes y millones en bacheo, pavimentos de todo tipo y puentes, además de centros
históricos de “primer mundo”, otros sectores de la mancha urbana, otras regiones,
otras ciudades y poblados siguen viviendo en condiciones de pobreza, cuando no
de pobreza extrema.
Para avanzar en las soluciones, preciso es recordarlo, no bastan las buenas in-
tenciones, ni disponer sólo de propuestas y recomendaciones; es ineludible lograr el
concurso de la población.
Es necesario promover programas regionales de industrialización rural y empleo
mediante el establecimiento de pequeñas y medianas empresas que, al tiempo de
aprovechar racionalmente los recursos naturales existentes en su entorno, ofrezcan
ocupación permanente y remunerada a los trabajadores del campo.
Por tanto, es imprescindible diseñar una política que considere la integración de
medidas de protección y conservación del patrimonio y su medio en las estrategias
del urbanismo.52 Para ello se requiere, además, de un compromiso serio entre los
diversos actores locales: los municipios, los grupos de interés privado y público en
general.
En este contexto, el camino debe ser la incorporación de la conservación a las
estrategias de desarrollo de la ciudad, poniendo énfasis en la función residencial.
Las políticas de han estado enfocadas hacia la construcción de nuevas viviendas en
la periferia pero deben invertir la tendencia orientando los programas de inancia-
miento y de préstamo a la restauración, rehabilitación o renovación de viviendas
centrales.53 Este cambio de política no es para que los pobres que viven en las vecin-
dades dejen su sitio a clases sociales altas. Se trata sí, de que el centro histórico per-
manezca como un barrio residencial, pero, manteniendo a sus mismos habitantes,
es decir, se trata de dar una solución tomando en cuenta que el hábitat es colectivo
y que los habitantes pertenecen a las clases económicamente más pobres. Los usos
de vivienda deben acompañarse de los servicios complementarios a esta, es decir,
pequeños comercios, escuelas, servicios de salud, etcétera. Una medida de esta na-
turaleza contribuye a reequilibrar la distribución y la densidad de los usos entre el
centro y la periferia.
Puebla ha sabido mantener su identidad en el centro histórico, debido a que la
mayoría de los usos han sido a la escala del tejido urbano tradicional. No obstante,

52
Esta postura no es nueva pero es necesario reiterarla porque la experiencia histórica nos sigue demostrando que
en las actuaciones no somos consecuentes con los discursos.
53
Las organizaciones obreras, el INFONAVIT, el FONHAPO y las inmobiliarias deben apoyar el inanciamiento para
este tipo de intervenciones, tal como se hace para las construcciones nuevas. Si bien las gestiones y los compromisos
se hacen en lo individual, estos deben formar parte de un Plan Parcial y, deinitivamente, de un Plan Regional.

46
carlos Montero La transformación del espacio en la ciudad de Puebla

esta identidad está en peligro. Por una parte por el deterioro del hábitat y la conges-
tión vehicular. De otra parte, por la tendencia de la reutilización con menoscabo del
patrimonio ediicado.
La tendencia de la recuperación del centro histórico ha sido fundamental-
mente para el consumo cultural y turístico, ya que el valor que da el tiempo y la
ventajosa localización ha sido una buena transacción para el mercado inmobi-
liario y además da prestigio a quienes se preocupan de la conservación a través
de inversiones y se beneician simbólicamente de su condición histórica para la
localización de actividades terciarias de las cuales si reciben beneicios tangibles.
Sin que sea demasiado notorio, la recuperación en estos términos ha tenido como
consecuencia un éxodo paulatino de los habitantes y de las actividades tradicio-
nales y cotidianas.
La renovación debe ser: en primer término, benéica para la sociedad (no a sus
representantes); en segundo, signiicativa, para que la ciudad se reordene y cumpla
cabalmente con sus funciones sustantivas; en tercero, reactivadora de la economía,
regional preferentemente, para que puedan movilizar los recursos que se invierten,
desde el proyecto hasta sus impactos; en cuarto, conservadora del patrimonio edii-
cado sin menoscabo de las condiciones de vida de sus habitantes y de la renta que
producen a sus propietarios, situación que implica compatibilizar las ideas moderni-
zadoras con el respeto de los testimonios históricos y los intereses de los propietarios
de inmuebles con los de la sociedad; en quinto, conservadora de su medio natural,
es inconcebible que los proyectos, lejos de conservar el medio lo depreden, incluso,
muchos de los siniestros se deben, en parte, a que no se han tomado este tipo de
consideraciones.

Vii. referencias bibliográicas

Fuentes primarias:
Archivo General del Ayuntamiento de Puebla (AGAP).
Hemeroteca Juan N. Troncoso.
Trabajo de campo.

Textos
Montero Pantoja, Carlos, La renovación urbana, Puebla y Guadalajara: un estudio comparado,
Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades, Benemérita Universidad Autónoma de
Puebla, ISBN 968 863 479 4, pp. 259; México 2002.
----- Las Colonias de Puebla, Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades, Benemérita Uni-
versidad Autónoma de Puebla, Museo Amparo, ISBN 968 863 640 1, pp 254, México
2003.

47
ESPACIO URBANO

Montero Pantoja, Carlos, Lina Marcela Tenorio Téllez, María Elena Galindo Cortés, María Sil-
vina Mayer Medel, Patrimonio Arquitectónico del siglo XX en Puebla, Gobierno del
Estado de Puebla, Ayuntamiento de la Ciudad de Puebla, Benemérita Universidad Au-
tónoma de Puebla, FOSIZA-CONACYT, ISBN 968 863 630 4, pp 107, México 2003.
Rosas Bárcena, Antonio Centro Cívico Centenario 5 de Mayo, Tesis Profesional de de la Escue-
la de Ingeniería Civil, UAP, s/f (1961).

48
el discurso patrimonial: una coartada para frenar el desarrollo de
la ciudad de oaxaca
The patrimonial speech: an alibi to stop the development of the oaxaca
city

Carlos Lira Vásquez1

RESUMEN
La riqueza arqueológica del estado de Oaxaca, la variedad de sus artesanías y festivi-
dades, la pluralidad étnica y lingüística de su población y la apreciación de su capital
como ciudad “indígena” y “colonial” han sido características usadas insistentemente
para argumentar su vocación turística y desatender otras posibles opciones de desarro-
llo económico y cultural.
La valoración de ese patrimonio casi exclusivamente como atractivo turístico, ha inlui-
do enérgicamente en las decisiones y acciones políticas emprendidas por los distintos
gobiernos en rubros muy variados, ya sea en la distribución del presupuesto público,
en la educación, cultura y particularmente en su desarrollo urbano y arquitectónico en
aspectos tales como el uso de suelo, legislación, obra pública, infraestructura y servi-
cios. Revisar lo sucedido en Oaxaca durante el siglo XX, evidencia las implicaciones
negativas que, tanto el turismo como la sobre explotación patrimonial pueden llegar a
tener en el desarrollo de ciudades similares.

PALABRAS CLAVES: 1. Historia Urbana, ciudades mexicanas, Oaxaca, México. 2. Ciudad


de Oaxaca, Centro Histórico, Siglo XX. 3. Centro Histórico de Oaxaca, Turismo, Patri-
monio Cultural y Monumental

ABSTRACT
The archeological richness of the state of Oaxaca, the wide variety of local art, crafts
and festivities, the ethnic and linguistic diversity of its people and the perception of its
capital as an “indigenous” and “colonial” city are characteristics that have been used
consistently to encourage tourism while disregarding other potential paths towards eco-
nomic and cultural development.
The almost exclusive focus on this heritage as a tourist attraction has greatly inluenced
the political decisions and actions taken by governing ofices in numerous spheres;
these range from public budgeting for education and culture to urban and architectural
development where its inluence is particularly noticeable, as evidenced by related
regulations, public works, infrastructure and services.
An examination of these developments in the city of Oaxaca during the 20th century
illustrates the negative consequences that tourism, as well as the exploitation of a cul-
tural heritage, can have on the development of cities with similar characteristics.

KEYWORDS: 1. Urban History, Mexico, Oaxaca, Mexico. 2. City of Oaxaca, Historical Center,
20th century. 3. Historic Centre of Oaxaca, Tourism, Cultural and Monumental Heritage

1
Investigador Mexicano, Universidad Autónoma Metropolitana Azcapotzalco, Doctor en Historia Urbana;
yopes@mexis.com

49
ESPACIO URBANO

i. introducción

Un fenómeno ciertamente novedoso en el desarrollo de las ciudades a lo largo del


siglo XX fue considerar su carácter patrimonial. Con la destrucción que sufrieron
numerosas poblaciones europeas durante la Segunda Guerra Mundial, se inició pri-
mero un discurso y una serie de acciones para la recuperación de sus monumentos
históricos de manera aislada, y después la relexión y la valoración de sus centros
históricos en conjunto (Flores 1976).2 Como parte de una política internacional, y
con el objetivo de que aquella destrucción patrimonial no se repitiera en otras regio-
nes del mundo por cuestiones bélicas o por negligencia, el discurso del patrimonio
cultural como forjador de identidad, como testigo de la historia y como heredero
de valores se promovió a nivel internacional. Algunos elementos de ese discurso
no resultaron novedosos para México, pues de una u otra forma coincidían con la
propaganda emprendida por el movimiento nacionalista posrevolucionario, particu-
larmente a través de la valoración que se dio a la corriente neocolonial.
La ciudad de Oaxaca, situada al sureste de la República Mexicana, es interna-
cionalmente conocida por su nutrido patrimonio: zonas arqueológicas prehispáni-
cas de gran valor en sus proximidades, arquitectura “colonial” de alta calidad, una
imagen urbana armónica que, aunque no se reconozca, es de herencia poririana
(Lira 1997, 1999, 2008) y un sinnúmero de festividades de gran colorido y riqueza
cultural que, junto con sus artesanías y gastronomía, son atribuidas sin cautela a
su “población indígena”. Ese patrimonio ha sido ampliamente usufructuado por di-
versas instancias del gobierno federal: Instituto Nacional Indigenista, Secretaría de
Turismo e Instituto Nacional de Antropología e Historia, por ejemplo; pero también
fue promovido por los distintos gobiernos estatales y municipales del siglo XX. Ello
explica que el desarrollo urbano, arquitectónico y cultural de la ciudad de Oaxaca
haya sido determinado sobre todo por su patrimonio, y más especíicamente por su
“vocación” turística. Ambas condiciones han sido foco de atención de proyectos fe-
derales, estatales y municipales por varias décadas, y aunque estos han transformado
la ciudad, su in principal ha sido incrementar la “industria sin chimeneas”.3 Pro-
pongo que no fueron ni la protección de la riqueza patrimonial, ni la conservación
de la identidad cultural indígena las que motivaron las gestiones de los gobiernos
oaxaqueños del siglo XX, sino que ambas fueron usadas por ellos como argumento
para dar prioridad al turismo, y descuidar así una serie de acciones esenciales para
el desarrollo de la ciudad y de su población.

2
Después de la primera Guerra Mundial la histórica Carta de Atenas inicio la relexión sobre la protección del patri-
monio cultural. A partir de entonces la preocupación sobre la preservación patrimonial de los pueblos ha dado lugar
a numerosa literatura y a la formación de múltiples organismos internacionales y locales, cuyo objetivo ha sido vigilar
la conservación de esa herencia.
3
La atención que se dio entonces al turismo no era privativa de Oaxaca, ya que éste se consideró una “industria
nacional”; en ello se basó la promulgación de la ley para la conservación de Taxco de 1928.

50
carlos Lira El discurso patrimonial: una coartada para frenar el desarrollo de la ciudad de Oaxaca

ii. autonomía federal y reconstrucción del patrimonio

La prosperidad de la ciudad iniciada durante la etapa poririana se detuvo brusca-


mente por la Revolución y por el posterior movimiento de soberanía que excluyó
al Estado de Oaxaca y a su capital de cualquier intervención político-militar consti-
tucionalista; fue así que el desarrollo político y económico de la entidad dependió
exclusivamente del poder estatal hasta los primeros años de la década de 1920 (Ruiz
1986; Arellanes 1990; Martínez 2007). A lo largo de esa década, el ayuntamiento
-prácticamente en bancarrota-, se limitó al arreglo de jardines y calles, ampliación

51
ESPACIO URBANO

del suministro de agua y diversas acciones para apoyar a las ex municipalidades y


agencias que, encontrándose ya prácticamente integradas a la ciudad o muy próxi-
mas a ellas, no habían podido consolidar su urbanización por la Revolución.4
Entre 1928 y 1932 una serie de sismos devastadores interrumpieron el ritmo del
desarrollo urbano de Oaxaca, ya que los gobiernos volcaron su atención a la recu-
peración del patrimonio destruido, descuidando con ello otras acciones más urgen-
tes (Vásquez 1931).5 La herencia eclesiástica virreinal de la ciudad comprendía 26
templos y poco más de 16 ediicios ocupados entonces como oicinas de gobierno,
hospitales, escuelas, cárcel, etcétera. La mayoría se mantuvo en constante reconstruc-
ción desde 1928 hasta 1940, y lo mismo sucedió con otros inmuebles que, a pesar de
haber sido erigidos en el siglo XIX, también fueron dañados por los sismos. A partir de
entonces, el gobierno mantuvo el “aspecto colonial” de la arquitectura oaxaqueña en
las reparaciones que emprendió y el criterio de usar los ediicios de origen virreinal
para cubrir funciones que nunca fueron económicamente redituables para asegurar
su posterior mantenimiento. Dos fueron las razones principales de ello: la escasez del
erario que impidió construir nuevos ediicios y obligó al reciclaje de los antiguos; y el
interés por hacer de Oaxaca una ciudad atractiva para el turismo, lo que coincidió con
diversos programas federales.6 Al término de la Segunda Guerra Mundial, el creciente
poder económico de los norteamericanos incrementó su deseo de aventura y debido
a la devastación de muchas ciudades europeas, las “exóticas” latinoamericanas y de
otras partes del mundo se convirtieron en sus destinos preferidos. Atento a ello, el
gobierno federal mexicano concibió al turismo como fuente primordial de desarrollo
económico y así lo promovió a nivel nacional. En consecuencia, la atención que se
dio a la ciudad de Oaxaca se concentró en lo que hoy constituye su centro histórico,
y por ello la mancha urbana que se fue conformando a sus alrededores, sobre todo a
partir de la segunda década del siglo, creció desorganizadamente y prácticamente sin
servicios ni planiicación alguna.7 En la actualidad la ciudad y sus habitantes sufren las
consecuencias de aquello, y aunque hubo gobiernos que intentaron resolver algunas
de las problemáticas que se derivaron de esas directrices centrohistoricistas, el dis-
curso patrimonial pesó, y sigue pesando más que la realidad económica y social del
estado y su capital. Aunque la inversión se destinó a diversos rubros, la aplicada a la

4
AHMCO. Ernesto Carpy, 1922: Informe, pp. 7, 20-22; Fidel Álvarez, 1925: Informe, pp. 6-7; ibidem, 1927, p. 23-24;
ibidem, 1928, p. 34.
5
AHMCO. Leopoldo Gatica, 1929: Informe, pp. 9-10; AGPEO. Francisco López, 1930: Informe, T. II, p. 64; Anastasio
García, 1935: Informe, pp. 37-39.
6
En 1929 el gobierno central estableció en la ciudad de México la “Comisión Mixta Pro-Turismo” cuya primera
acción fue dirigirse a los gobernadores de los estados para que conformaran a su vez “Comités locales”, ya que era
necesario considerar “los grandes beneicios que el Turismo proporcionará al país”. AHMCO. Plácido Zárate, 1930:
Informe Sintético del Departamento del Estado, T. I, pp. 34-35.
7
A ines del siglo XX la mancha urbana comprendía 496 asentamientos entre unidades habitacionales, colonias y
fraccionamientos; 89 formaban parte del centro histórico y de la cabecera municipal y el resto -407- se localizaba en
las 8 agencias municipales y 5 de policía conurbadas.

52
carlos Lira El discurso patrimonial: una coartada para frenar el desarrollo de la ciudad de Oaxaca

urbanización, obra pública, educación y ediicios, tuvo como eje la reconstrucción y


remodelación del patrimonio monumental, a efecto de conservar la imagen “colonial”
de la ciudad y lograr con ello su desarrollo como centro turístico; y si bien al terminar
la década de 1970 se atendió a la creación de industrias, el crecimiento en este campo
no ha sido exitoso.

iii. el patrimonio como fuente del turismo

En una relexión sobre el desarrollo de Oaxaca en el siglo XX, resulta difícil desligar
los argumentos patrimoniales indigenistas y “coloniales” de la visión política en pro
del turismo. Aunque en diversos momentos podemos vislumbrar otros enfoques, su
historia urbana y la arquitectónica evidencian claramente lo anterior (Lira y Calderón

53
ESPACIO URBANO

2007, 2009). Entre 1925 y 1928, el gobierno de Genaro V. Vásquez inició una serie de
acciones tendientes a promover la identidad oaxaqueña. Durante su administración
se llevaron a cabo numerosos recorridos por el estado para identiicar los recursos y
necesidades de cada región, lo que posibilitó también el conocimiento de la riqueza
cultural del territorio a partir de la recopilación de música, cantos y danzas regiona-
les, y el registro de tradiciones, zonas arqueológicas, ediicios virreinales, artesanías,
gastronomía, etcétera. A través de los “Sábados Rojos”, efectuados en la capital del
estado, se difundieron esos estudios y se promovieron diversos concursos sobre temas
oaxaqueños. Ese movimiento cultural, que era parte de la política gubernamental de
Vásquez sustentada en el apoyo a los indígenas y difundida en su lema “hay que darle
la razón al indio aunque no la tenga”, tenía como in la integración de una “identidad
oaxaqueña” (Vásquez 1928: 12; Lira y Calderón 2009: 386-389). El trabajo realizado
durante la gestión del licenciado Vásquez abonó el camino para que gobiernos pos-
teriores utilizaran los potenciales culturales del territorio oaxaqueño para fomentar el
turismo. Así, en 1930 el gobernador Plácido Zárate estableció el “Comité Local Pro-
Turismo, integrado por elementos representativos del comercio, industria, agricultura,
banca, medios de transporte y comunicaciones, propietarios de hoteles, etc. [para que]
se dedique a fomentar por todos los medios y bajo todas las formas que las circuns-
tancias lo permitan, el desarrollo de esta importante rama de la migración”.8 Dos años
después se llevó a cabo el “Homenaje Racial” para conmemorar los 400 años de la
fundación de la ciudad, festejo en el que se representó por vez primera la “guela-
guetza”, espectáculo dancístico en el que se aprovecharon las investigaciones realiza-
das durante la gestión de Vásquez sobre el folclor oaxaqueño (Lira y Calderón 2009:
387-388). Dicho espectáculo, presentado en el llamado “Lunes del Cerro”, ha dado a
Oaxaca la fama internacional de ser una ciudad que, año tras año, vive una iesta de
origen “prehispánico” esceniicada por representantes de sus comunidades indígenas.9
Años después, para inyectar vida al comercio y a la economía del estado y de su
capital, el gobernador Constantino Chapital consideró que “siendo Oaxaca quizás
el primer lugar propio para el turismo de la República”10 era necesario publicitar-
la por todos los medios posibles. La visión de Chapital aportó dos novedades: la
inclusión del patrimonio monumental como un posible imán para el turismo, y la
consideración de que era necesario atraer no sólo a viajeros comunes y corrientes
sino también a los “hombres de estudio”. Así, sus argumentos en favor del turismo
parecen haberse cimentado más en valores intelectuales y humanísticos que en los
meramente empresariales que manejaron gobiernos posteriores.

8
AGPEO. Zárate, 1930: Informe, T. I, pp. 34-35.
9
Si bien la palabra “guelaguetza” es de origen zapoteco, el espectáculo se originó en el siglo XX y no todos los
bailarines participantes –desde 1932 a la fecha-, han sido “indígenas”. Por ello, publicitarlo como una manifestación
“indígena autóctona” no es más que un artiicio para atraer al turismo.
10
AGPEO. Constantino Chapital, 1937: Informe, T. I, pp. 15-16.

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carlos Lira El discurso patrimonial: una coartada para frenar el desarrollo de la ciudad de Oaxaca

En 1941 el gobierno incrementó el presupuesto y extendió la propaganda a


nivel internacional a través de folletos y tarjetas para dar a conocer “los festejos
folklóricos de la ciudad y las ferias autóctonas [las] joyas arqueológicas… y dan-
zas autóctonas… y hacer más ameno el viaje a los turistas”.11 Para aprovechar la
promoción, al año siguiente se llevó a cabo la Primera Gran Feria Indígena Estatal,
que “congregó contingentes de naturales de todas las regiones del Estado... en una
cantidad no menor de 5000 almas... La ciudad... se convirtió en escenario de todas
las familias étnicas del Estado. Por ella desilaron luciendo sus típicos atavíos, sus
colores pintorescos y sus sones y danzas”.12 La Feria atrajo a un importante número
de turistas nacionales y extranjeros que quedaron sorprendidos ante la presencia
“indígena”, sin considerar que el objetivo de dicho evento, tal como lo indicaba su
nombre, era mostrar solamente esa faceta de la cultura oaxaqueña.
A partir de entonces la imagen de la ciudad de Oaxaca que comenzó a difundirse
fue la de ser un conservatorio temporal de una cultura indígena ancestral que a pesar
del paso de los siglos mantiene su “pureza” étnica. Esa “cultura ancestral” se desarrolla
en un vistoso escenario urbano y arquitectónico “colonial”, pero habitado por indígenas
de “origen prehispánico” que año con año celebran su “guelaguetza” y que maniiestan
su indianidad a través de sus costumbres, tradiciones, comida, vestimenta, lengua y pro-
ducción artesanal, visibles sobre todo en sus “exuberantes” mercados. Ante el mundo,
Oaxaca resulta ser así una referencia capital de la resistencia que su población “indíge-
na” ha mostrado a lo largo de la historia por integrarse a los valores occidentales “im-
puestos por los conquistadores españoles” en el siglo XVI. Pocos son los que señalan la
otra cara de la moneda y advierten que tal posición de “aislamiento del indígena, su no
incorporación a la época actual y a la vida moderna”13 no es siempre consecuencia de
su propia decisión sino, por el contrario, puede ser también el resultado de una política
estatal que preiere segregarlo y usarlo así como atracción turística esencial.14
Los últimos gobiernos del siglo XX, a partir de 1980, reforzaron la argumentación
de lo indígena como motor de sus gestiones; por una parte, porque el discurso indigenis-
ta retomó fuerza a nivel nacional, pero también porque por Decreto del 15 de marzo de

11
AGPEO. Vicente González, 1941: Informe, pp. 16-17.
12
Ibidem, 1942: Informe, s.p.
13
BMLT. Am, O, 9e, “Panorámicas de México”, Excélsior (16 abr. 1965)
14
Aunque no es posible ahondar en este trabajo en el tema indígena, quiero señalar algunos indicadores que pueden
cuestionarlo para el caso de Oaxaca; así, el INEGI airma que el porcentaje de su población indígena es uno de los
más altos de la República (42.3%), pero advierte que dicha cuantiicación se basa sólo en el aspecto lingüístico. Indica
además, que “el sentido de identidad [en los censos] fue decidida por un informante de acuerdo con sus concepciones
personales”. Apunta atinadamente que dicha “autodescripción indígena”, puede estar sujeta a “una subdeclaración
por prejuicios de índole negativa… [o a] una sobredeclaración, producto de simpatías por la cultura indígena; parti-
cularmente en la década pasada en que hay… una revaloración de la cultura indígena” (INEGI 2004: 119).

55
ESPACIO URBANO

1976, la ciudad fue declarada Zona de Monumentos Históricos.15 Resultaba necesario


promover lo “autóctono” para así “consolidar [el] desarrollo turístico a través de una
mejor y mayor infraestructura turística que aunados a mejores servicios, proporcionen
la posibilidad a corto tiempo de constituirse en la mejor opción productiva del estado”
(Ramírez 1992: 1). Por ello el gobernador Heladio Ramírez López incluyó en la Memoria
Estadística 1986-1992 que recopilaba las actividades realizadas durante su gestión, un
rubro titulado “Respeto a las etnias e integración de la cultura oaxaqueña” (1992: 85-89).
Durante el siguiente sexenio, las acciones emprendidas por Diódoro Carrasco se apoya-
ron en el mismo discurso, pero más obstinadamente, ya que manifestó ejercer durante
su mandato una política de apoyo solidario con los grupos étnicos, la cual descansaría
“en el reconocimiento y aliento de su cultura y tradiciones profundas… Queremos re-
forzar su civilización y preservarla de imposiciones culturales ajenas a nuestras raíces
más preciadas, a nuestra identidad y singularidad frente al mundo”.16 En 1993 y “En
ocasión del natalicio del más ilustre de los oaxaqueños, Don Benito Juárez, hice pública
la decisión de mi gobierno de comprometer un Nuevo Acuerdo con todos los puebles
y comunidades indígenas de Oaxaca. Se trata de una iniciativa política... inspirada en
la dignidad y derechos legítimos de los pueblos indios”.17 En el mismo informe anunció
la puesta en marcha de un programa para la promoción del patrimonio cultural de los
pueblos indígenas al cual se destinaron $2,000,465 pesos para inanciar 26 proyectos
culturales y 264 actividades comunitarias “en torno a expresiones musicales, de danza,
artesanía, medicina tradicional, investigaciones lingüísticas y el rescate de la memoria
y la tradición oral de los pueblos indios, con lo cual se atendió a 263,000 indígenas
oaxaqueños”.18 La propaganda indigenista de la gestión de Carrasco se difundió por
televisión a 3 continentes durante la celebración de la guelaguetza en 1993, la cual fue
presidida por el presidente de México Salinas, los reyes de España y Rigoberta Menchú,
galardonada en Oaxaca con el Premio Internacional Benito Juárez.19
Otras iniciativas institucionales se dirigieron más a la preservación del “patrimo-
nio colonial”, aunque sin dejarlo de asociar con el indígena, pero ninguna se alejó
del interés turístico. En 1942 se promulgó la Ley sobre Protección de Monumentos

15
Dentro de los cinco argumentos que se dieron para su declaratoria, uno alude a que la ciudad “está ubicada en el
centro de la región en que loreció una de las más importantes civilizaciones prehispánicas”, y otro a que “constituye
un vigoroso testimonio de la trayectoria humana y cívica de Juárez, ligada… a la defensa del derecho de autodeter-
minación de nuestro pueblo”. Registro Público de Monumentos y Zonas Históricos, Folio Real MH: Z-20-051-99-00,
CONACULTA/INAH.
16
COPLADE Oaxaca, Primer Informe 1993, pp. 64-66
17
Ibidem, Segundo Informe 1994, p. 25. Los “acuerdos” establecidos por la gestión de Carrasco fueron: “Moder-
nización educativa y fortalecimiento de las identidades culturales”, “Modernización política y de las funciones de
gobierno”, “Ampliación de las comunicaciones, creación de la estructura para el desarrollo e integración territorial”,
“Modernización de la economía, desarrollo regional y generación de empleos”, y “Bienestar social y reducción de la
pobreza”. Los recursos públicos aplicados a dichos acuerdos signiicaron 39%, 17%, 16%, 15% y 13% respectivamente.
18
Ibidem, p. 76. En contraste, se hizo poco por crear en ellas instituciones de salud que disminuyeran las enferme-
dades y mortandad con los recursos de la medicina contemporánea.
19
Ibidem, p. 74. La obviedad de estas acciones no requiere mayores explicaciones.

56
carlos Lira El discurso patrimonial: una coartada para frenar el desarrollo de la ciudad de Oaxaca

Coloniales, Artísticos e Históricos y Poblaciones Típicas del Estado, con el objeto de


que sobre todo su capital no perdiera “su tipo colonial”.20 Algunos nuevos ediicios
fueron construidos entonces, pero con excepción del templo de Nuestra Señora de
los Pobres y del Estadio de Beisbol -únicos ejemplos signiicativos de arquitectura
moderna construidos fuera del casco histórico-, el peso “colonial” del pasado y la
escasez del erario inluyeron una vez más en las decisiones y en las obras empren-
didas entre 1940 y 1960 (Lira y Calderón 2007 y 2009). Así, los distintos gobiernos
se limitaron a reconstruir y adaptar ex conventos y casonas de origen virreinal para
escuelas, hospitales y oicinas, esperando que al no perder la ciudad su isonomía
“colonial”, ésta sería más atractiva para el turismo. Sin embargo, era necesario em-
prender una serie de acciones para mejorar el aspecto y los servicios de la ciudad
en distintos rubros: alumbrado público, abasto de agua y saneamiento, apertura,
prolongación y arreglo de calles, etcétera. Aunque algunas de esas empresas mejo-
raron la vida de los oaxaqueños, lo que subyacía en el fondo era, una vez más, la
preocupación por el turismo “porque el estado en que se encuentran las calles de
nuestra capital y algunos de nuestros caminos, así como la falta de otros servicios,
puede traer como consecuencia una impresión desagradable a quienes nos visitan,
con grave perjuicio para el futuro de tan importante industria”.21
La línea emprendida por esa gestión para mejorar la imagen urbana y los servi-
cios como medida de atracción turística fue continuada por Manuel Cabrera Carras-
quedo (1951-1955), quien apoyó diversos trabajos hidráulicos y de drenaje, junto
con la construcción y reparación de numerosos ediicios para la educación prescolar
y elemental, cuyo estilo “neocolonial” reforzó la imagen virreinal de la ciudad. Una
de las iniciativas más relevantes de Cabrera fue la conversión del antiguo Instituto
de Ciencias y Artes en Universidad Benito Juárez de Oaxaca, y la construcción de
sus escuelas Preparatoria y de Medicina.22 Se pensó que ello mejoraría la “industria
del Turismo”, la cual se atendió por los siguientes gobiernos a través de numerosas
campañas publicitarias a nivel nacional e internacional.23
Con todo, tal parece que los atractivos ordinarios de Oaxaca no fueron suicientes
para alcanzar las metas de esas administraciones, ya que instrumentaron una serie de
festejos para captar más visitantes, a la vez que iniciaron una serie de proyectos para
que la ciudad resultara más llamativa para los turistas. Como ejemplo de lo primero,
en 1963 se puso especial atención a la celebración del Carnaval -prácticamente en

20
AGPEO. Vicente González, 1941: Informe, pp. 16-17.
21
AGPEO. Eduardo Vasconcelos, 1947: Informe, pp. 33-34.
22
AGPEO. Manuel Cabrera, 1952: Informe, pp. 44-45; ibidem, 1953: Informe, pp. 11-12; ibidem, 1954: Informe, p.
28, pp. 47-48; ibidem, 1955, pp. 36-43, pp. 45-49.
23
La publicidad que se dio a la ciudad entre 1960 y 2000 abarcó tres líneas fundamentales: participación en diversas
exposiciones turísticas a nivel nacional e internacional con presentaciones de la guelaguetza y muestras artesanales
y gastronómicas; publicación de folletería diversa, documentales y libros sobre temas oaxaqueños –particularmente
prehispánicos y folclóricos-; y la gestión para que fuera sede de eventos nacionales e internacionales: Nuestra Belleza
México y Feria del Mezcal, por ejemplo.

57
ESPACIO URBANO

desuso-, y se propuso dedicar la última semana del mes de mayo de cada año para
llevar a cabo una iesta en honor de los oaxaqueños radicados fuera de la entidad. Su
objetivo fue que “el oaxaqueño a quien el destino había alejado, encuentre al volver
la misma sencillez, las mismas calles, plazas y ediicios, los mismos parques y paseos;
pero todo ello con el remozamiento que resulta del cuidado puntual que todos, aquí,
pusimos por conservar la impar belleza del terruño, con sus herencias coloniales y el
suave sello romántico que le perdura”.24 Establecida como la “Semana del Oaxaqueño
Ausente”, tal festejo se llevó a cabo por varios años y no sólo congregó a los transte-
rrados sino al turismo en general. En la misma línea, a partir de 1969 se presentó por
vez primera el espectáculo “Bani Stani Gulal” que se lleva a cabo anualmente y que
narra las leyendas que dieron origen, ya en el siglo XX, a la representación de la “gue-
laguetza” en los Lunes del Cerro. Ese mismo año, y como parte del Plan de Desarrollo
Turístico cuya intención era hacer de Oaxaca un “emporio turístico”, se ampliaron y
mejoraron las antiguas carreteras, se proyectaron nuevas, se crearon instalaciones ho-
teleras y de restaurantes, se hicieron mejoras en el campo sanitario y de abasto de agua
potable, etcétera. Con estas acciones la ciudad mostró cambios signiicativos, pero
una vez más su principal objetivo fue el turismo y no los oaxaqueños.25Con un sentido
empresarial, las festividades de Oaxaca fueron llevadas fuera del estado y así se inició
en el Distrito Federal, también en 1969, la celebración de la “Semana de Oaxaca en
México” que durante varios años y través de la presentación de la guelaguetza, venta
de artesanías y exposiciones fotográicas, buscó difundir el “patrimonio oaxaqueño”
para atraer al turismo desde la capital de la República. Este evento sirvió de base a mu-
chos otros similares presentados en diversas ciudades del país en la década de 1970.

24
AGPEO. Rodolfo Brena, 1968: Memoria 1962-1968, s/p.
25
Dicho Plan fue apoyado por el Banco Mundial y el Interamericano de Desarrollo.

58
carlos Lira El discurso patrimonial: una coartada para frenar el desarrollo de la ciudad de Oaxaca

En 1982 se conmemoraron los 450 años del otorgamiento del rango de ciu-
dad a Oaxaca; por ello, de 1980 a 1990 fue difundida en 93 eventos nacionales e
internacionales. Finalmente, durante la última década del siglo XX, Oaxaca estuvo
presente en diversas exposiciones turísticas internacionales efectuadas en Madrid,
Milán, Utrecht, Londres, Berlín y varias ciudades de Norteamérica. Es verdad que
todo aquello promovió a Oaxaca, pero nunca se propusieron en esos eventos nue-
vas opciones para su desarrollo que no fueran las tan ya desgastadas que se han
sustentado en el discurso patrimonial indigenista y virreinal. Además, como lo de-
muestran las estadísticas, parece ser que la propaganda realizada incrementó poco
el turismo extranjero, e incluso redujo el nacional.
En cuanto a los proyectos emprendidos para servir de escaparate al folclor y lo “indí-
gena” como esencia de la cultura oaxaqueña, en 1962 se construyó en la entrada ponien-
te de la ciudad la Fuente de las Siete Regiones, cuyas esculturas en bronce representan
las distintas regiones del estado. Aunque se situó en un punto visualmente estratégico,
el acceso a ella y su contemplación resultaban difíciles, puesto que se erigió al centro
de una bifurcación de la carretera internacional. Por tal motivo, en 1964 el siguiente
gobierno decidió construir una nueva en un punto de la ciudad que estaba entonces en
pleno auge expansivo y constructivo. El costo del proyecto, a pesar de haber sido usadas
las esculturas de la primera, fue de $ 655,829 pesos.26 Ese mismo año se concluyeron
dos obras elocuentes: la Oicina de Correos y la Escuela de Artesanías Oaxaqueñas. La
primera, ubicada en una sección de un ediicio poririano, fue solucionada en su interior
con formas arquitectónicas modernas; varias fotografías de gran formato y a color fueron
colocadas en sus muros para darle el tinte folclórico, ya que mostraban a grupos de jó-
venes ataviados con trajes típicos y teniendo como fondo ediicios patrimoniales. Con
respecto a la escuela de artesanías, instalada en el ex convento de capuchinas indias
o Siete Príncipes, signiicó una inversión de $ 4,846,786 pesos que incluyó la compra
del inmueble ruinoso, su reconstrucción y el equipo para los talleres de tejidos, joyería,
cerámica, estampado, fabricación de tapetes, carpintería y herrería.27 Su objetivo fue fo-
mentar el aprendizaje de las artesanías regionales y brindar al turismo la posibilidad de
que pudiera conocer su manufactura en la capital, sin tener que trasladarse a las distintas
regiones que las producían. A pesar de que la escuela fomentó la producción de una
artesanía menos tradicional y de estar apoyada por la empresa “Distribuidora de Arte-
sanías”, que otorgó crédito a los alumnos para compra de material y equipo y se encargó
de distribuir y vender los productos elaborados en la escuela en un mercado más amplio,
la institución fracasó. El ediicio fue remozado tiempo después para convertirse en Casa
de la Cultura, función que desempeña hasta la fecha. No obstante lo anterior, gestiones

26
Para valorar en un contexto más amplio este proyecto, vale la pena comparar su coste con el de otras obras edii-
cadas por aquellos años, sin duda más signiicativas a nivel social: la Escuela para Mejoradoras del Hogar Rural, cuya
inversión fue de $536,790 pesos y el Rastro Municipal, con un valor de $317,015 pesos. AGPEO. Rodolfo Brena,
1964: Segundo Informe, p. 27; AHMCO, Horacio Tenorio, 1965: Informe, p. 15-16
27
AGPEO. Rodolfo Brena, 1964: Segundo Informe, pp. 17, 24-25.

59
ESPACIO URBANO

posteriores continuaron apostando a la artesanía como un elemento de atracción para el


turismo sin considerar que a pesar de los múltiples intentos por convertirla en una fuente
de ingresos signiicativa, las estadísticas muestran su escasa solidez (Ramírez 1992: 119).28
Así, después de que el gobierno estatal compró la llamada “Casa de Cortés”, el presidente
Echeverría autorizó un presupuesto para que fuera restaurada, con el objeto de instalar en
ella un “Museo-Tienda de Artesanías”.29 El proyecto no se realizó y el inmueble permane-
ció abandonado hasta 1986 en que se rehabilitó para funcionar como Museo de Oaxaca.
Años después fue remodelado una vez más para usarse, a partir de 1992, como Museo de
Arte Contemporáneo. En la obstinación por promover la artesanía, en 1980 el gobierno es-
tatal restauró el ex convento del Carmen Alto para transformarlo en el Ágora de FONAPAS.

Aunque es cierto que las divisas generadas por el turismo no derivan exclusiva-
mente de la venta de artesanías, sino también del consumo de alimentos y bebidas,
hospedaje y otros servicios, no pueden considerarse suicientes para solventar la
economía de la sociedad oaxaqueña, primero porque es muy alto el porcentaje de
la población económicamente activa dedicada al sector terciario (comercio, turismo
y otros servicios), que osciló entre el 70% y 77% en la segunda década del siglo XX
y, segundo, porque el movimiento turístico es bastante irregular y por ello las divisas
son también luctuantes y limitadas.

28
De 1987 a 1992 la venta de artesanías efectuada por Aripo (Artesanías e Industrias Populares de Oaxaca), depen-
diente del Instituto Oaxaqueño de las Artesanías del Gobierno del Estado de Oaxaca fue de $121,000; $1,237,332;
$1,169,883; $534,911; $508,627; $1,008,470; y $4,580,223 respectivamente.
29
AGPEO. Manuel Zárate, 1975: Primer Informe, p. 25. El costo del inmueble fue de $ 1,200,000 pesos

60
carlos Lira El discurso patrimonial: una coartada para frenar el desarrollo de la ciudad de Oaxaca

iV. Los proyectos protagónicos

La inversión federal, estatal y municipal para mantener la riqueza patrimonial de la ciu-


dad valorada fundamentalmente como virreinal, ha sido pródiga –por no decir dis-
pendiosa-, sobre todo a partir de la segunda mitad del siglo XX. Esta se ha dirigido a la
restauración, modiicación y adaptación de antiguos ediicios para mantenerlos en pie o
para realizar en ellos nuevas actividades, muchas orientadas principalmente al turismo.
Dos proyectos evidencian claramente la jerarquía que se dio a la explotación del
patrimonio en pro del turismo, no sólo a nivel discursivo sino de inversión: la restaura-
ción del ex convento de Santo Domingo y la construcción del Auditorio Guelaguetza.
El primero se sustentó en el rescate patrimonial virreinal para enmarcar, paradójica-
mente, lo “indígena”, ya que desde sus inicios funcionó como museo arqueológico
y antropológico y exhibió la “exuberancia” de las culturas prehispánicas de Oaxaca,
así como las características de las culturas “indígenas” que pueblan las diversas regio-
nes del estado. Al ampliarse el museo en la última década del siglo XX, se prometió
extender la muestra museográica para incluir la historia virreinal y decimonónica. El
resultado fue lamentable no sólo por la pobreza de la exhibición, sino por la timidez
de la información. Así, después de recorrer las distintas salas del museo, la certeza que
tiene cualquiera de sus visitantes es que lo que Oaxaca ha aportado a la historia de la
humanidad ha sido solamente lo que produjeron sus culturas prehispánicas y las tra-
diciones que de ellas aún perviven en los “indios” desperdigados en el agreste estado.
En distintas épocas y con diferentes intereses, prácticamente todos los gobiernos se
han ocupado del atrio, templo y ex convento de Santo Domingo. Desde 1963, Brena
Torres mostró su interés en la reconstrucción de uno de sus claustros para establecer el
Museo Regional, pero aceptando que “por su magnitud, quedaba fuera de las posibi-

61
ESPACIO URBANO

lidades del Gobierno del Estado”, por lo que había que acudir a la Federación, la cual
aprobó y autorizó el proyecto general que tendría un costo de 18 millones de pesos.30
En 1964, la Federación aplicó una partida de tres y medio millones de pesos, destina-
dos solo a la restauración del templo, emprendida por el organismo descentralizado
“Construcciones de Oaxaca” (Esparza 1996: 99, 385-390).31
En el sexenio 1970-1976, la Secretaría de Patrimonio Nacional continuó las obras,
terminando en 1972 la reconstrucción del claustro principal y de sus dependencias,
que fueron usadas, inalmente, como sede del Museo Regional de Oaxaca. En 1974 el
gobernador Fernando Gómez Sandoval manifestó en su Cuarto Informe de Gobierno
que “Las obras urbanas y arquitectónicas realizadas en esta ciudad, la atención a las
carreteras, a nuestras zonas arqueológicas y la creación del nuevo Museo de Santo
Domingo [...], son claro testimonio de nuestro interés por cimentar las bases de la
infraestructura turística, que ya es, actualmente, una permanente corriente de divisas
y una continua demanda y oportunidad de nuevos empleos”. Entre 1974 y 1976 se
remodeló su atrio y se llevó a cabo otra “restauración del templo […] máxima joya
arquitectónica, orgullo de Oaxaca y de América, obra que fue ordenada directamente
por el señor licenciado Echeverría con una inversión de $ 8,000,000.00”.32 Por último,
en 1994 el resto del conjunto hasta entonces ocupado por el Ejército fue devuelto a
Oaxaca. A partir de ese año y hasta 1998, se restauraron algunas de sus secciones y
se agregaron otras, con una inversión total de $ 118,000,000 millones de pesos. La
obra desató una fuerte polémica, pues además de los criterios de restauración que se
siguieron, no se tenía claro cuál sería su uso inal. El ediicio alberga en la actualidad
al Centro Cultural Santo Domingo (SEDETUR 1995).33 La inversión hecha a este con-
junto patrimonial que puede documentarse a lo largo de 35 años es de $147,500,000
millones de pesos, es decir el 22% del gasto aplicado a todas las obras incluidas en los
conceptos 7 y 8 del cuadro 1.
En cuanto a la construcción del Auditorio Guelaguetza, su principal objetivo
fue contar con un espacio no solamente digno, sino económicamente redituable
para la representación anual de la guelaguetza. Y aunque es verdad que en ese foro
se han llevado a cabo otros espectáculos que han captado importantes beneicios
económicos y que han congregado sobre todo a la población oaxaqueña, este pro-
yecto, como tantos otros, tuvo como foco de atención la celebración de un festival
fundamentalmente turístico.

30
BMLT, Am, O, 4p t, “Espectáculo de ensueño”, El Universal, 25 mar. 1964
31
AGPEO. Brena, 1964: Segundo Informe, p. 30.
32
AGPEO. Zárate, 1976: Segundo Informe, pp. 32-33.
33
A partir de entonces y hasta 1998, se restauraron algunas de sus secciones y se agregaron otras como la Biblioteca
Francisco de Burgoa, el Jardín Etnobotánico, etcétera. La obra desató una fuerte polémica, pues además de los criterios de
restauración que se siguieron, no se tenía claro cuál sería su uso inal. El interés de la obra fue eminentemente turístico.

62
carlos Lira El discurso patrimonial: una coartada para frenar el desarrollo de la ciudad de Oaxaca

Construido sobre una de las laderas del Cerro del Fortín, el foro signiicó una
serie de transformaciones que tuvieron un alto costo. Aunque el proyecto surgió du-
rante el gobierno de Víctor Bravo Ahuja (1968-1970), fue formalizado en la gestión
de Gómez Sandoval (1970-1974) y se concluyó en la de Zárate Aquino (1974-1977).
En su primer Informe de Gobierno, Zárate consignó que para llevar a cabo las obras
había sido necesario trasladar a las personas que habitaban la zona destinada a esta-
cionamiento, a unos terrenos del barrio de Xochimilco en donde se les construyó un
fraccionamiento “de tipo popular”. El costo de lo anterior fue tan solo de $ 852,338
pesos, debido a que los materiales que se emplearon en las viviendas construidas
fueron lámina de cartón, madera, teja, etcétera. La inversión del auditorio fue enor-
me, pero necesaria según el gobierno, ya que su objetivo era que Oaxaca contara
con un espacio para poder llevar a cabo “el más poderoso instrumento de integra-
ción espiritual de los oaxaqueños… la Guelaguetza”. Por los problemas políticos
que se suscitaron en Oaxaca durante el gobierno de Zárate, no es posible tener un
dato exacto del costo total de la construcción; sin embargo, algunas fuentes nos
permiten calcular con certeza una inversión de poco más de $17,000,000 millones
de pesos, cantidad reveladora si la comparamos, por ejemplo, con los $17,643,000
millones de pesos que fueron destinados durante el mismo periodo para la construc-
ción de 200 viviendas populares por el Fondo de la Vivienda del ISSSTE.34
Un proyecto más, cuyos efectos económicos y sociales han sido más positivos
que los de los anteriores, fue el que transformó al ex convento de Santa Catarina en

34
AGPEO. Zárate, 1975: Primer Informe, pp. 22-23, 29-32; ibidem, 1976: Segundo Informe, pp. 46-47. Si sumamos
al costo del auditorio el de las demás obras citadas construidas o restauradas durante la década de los setentas para
fortalecimiento del turismo, es claro el desequilibrio entre la inversión en este rubro y la destinada a otros proyectos
urbanística y socialmente más urgentes. Un claro ejemplo es el del anillo periférico, en el cual se invirtieron tan solo
$8,104,572 millones de pesos. AGPEO. Víctor Bravo, 1970: Segundo Informe, pp. 20-21.

63
ESPACIO URBANO

parador turístico. Las obras se iniciaron en 1975, con el impulso del Fondo Nacional
para el Fomento Turístico, entablándose una fuerte polémica ya que fueron muchos los
oaxaqueños que no estaban de acuerdo en que se les quitara uno de sus ediicios his-
tóricos “para entregárselos a los turistas”. La realidad es que el ediicio estaba en ruinas
y si se hubiera destinado a otro uso, -como sucedió con Santo Domingo por ejemplo-,
la inversión para su reconstrucción habría signiicado una enorme sangría para la eco-
nomía oaxaqueña y un gasto extraordinario para su posterior mantenimiento. Desde
su apertura en 1977, el tiempo ha comprobado que el hotel no sólo ha creado un
sinnúmero de empleos para muchos oaxaqueños, sino además los ingresos obtenidos
han permitido que el ediicio se conserve en un magníico estado de conservación sin
tener que acudir al presupuesto federal o estatal.

V. De las denuncias arriesgadas, a la sujeción y asunción del discurso oicial

El gasto que signiicó el mantenimiento del patrimonio arquitectónico virreinal y la aten-


ción que se dio al sector turismo impidió que la ciudad se desarrollara en otros aspectos,
y aunque durante la segunda mitad del siglo XX se llevaron a cabo distintas obras que
cambiaron su isonomía, fueron constantes las notas periodísticas locales y nacionales
que informaron sobre su descuido y la insalubridad y la pobreza en que vivían muchos
de sus habitantes. En 1959, por ejemplo, el artículo de Carlos Franco Sodi titulado “La
provincia miserable” la describía como “una ciudad sin pavimento –sus calles son una
interrumpida sucesión de baches-, sin agua –a las dos de la tarde nadie puede tomar un
baño- y sin luz, sin alumbrado público, ni corriente eléctrica en los hogares… es una tris-
te ranchería, un pueblo mezquino… una ciudad con industria y comercio decadentes…
[una] ciudad donde pueden contarse por centenares los muros caídos –de casas que
sacudieron implacables los terremotos y que no han podido reediicar sus empobrecidos
dueños-”.35 En otra noticia de 1967 se denunció que la ciudad estaba “cada día más
urgida de cosas que muchas ciudades de la República. Es que hace años que no se hace
una sola obra urbanística aquí, y eso nos deja rezagados en muchos aspectos... Fuera de
lo que se llama el `centro´… apenas a unas calles del primer cuadro, ya nos encontramos
con pura tierra y con lugares más descuidados que cualquier pueblo… Oaxaca es una
ciudad muy mal iluminada y eso le resta atractivo como centro turístico”.36 Entre otras
cosas negativas se mencionaban el descuido y la suciedad del mercado principal y el
bloqueo de 24 calles anexas a él para su funcionamiento, la falta de servicios urbanos
como drenaje, agua potable y alumbrado en muchas colonias -incluido el centro-, y los

35
BMLT, Am, O, 3e, “La provincia miserable” en El Universal (25 jul.1959);
36
HCO, “Urgencias urbanas de Oaxaca” en Dos mil temas de Oaxaca: Carteles del Sur, Diario de Oaxaca (19 abr.
1967), p. 49.

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carlos Lira El discurso patrimonial: una coartada para frenar el desarrollo de la ciudad de Oaxaca

problemas de tránsito de todo tipo.37 La falta de escuelas, de servicios hospitalarios, de


mercados, de transporte urbano y en general de obras de infraestructura, fueron deman-
das que aparecieron con frecuencia en publicaciones de la siguiente década, en las que
se advertía que “si en otras ciudades de la República, muchas de ellas sin ser capitales
de Estado, se están realizando obras urbanísticas, sobre todo construcción de viviendas
y hasta de centros habitacionales, aquí en la ciudad de Oaxaca nada vemos que se
haga desde hace años. El Instituto Nacional de la Vivienda no se ha ocupado de nuestra
ciudad más, desde hace siete años, cuando construyeron esa minúscula e incómoda
unidad habitacional llamada Benito Juárez… La población de nuestra ciudad capital
ha ido creciendo y, en tanto, los arrendatarios se han encarecido en lo que es el centro
de la misma y como no hay expansión urbana planiicada, la gente pobre se va a vivir
en chocitas allá por las faldas de Monte Albán o a las del Fortín, engrosando el cinturón
de miseria que ya rodea a Oaxaca”.38 Y es que aunque desde ines de la década de 1960
se habían oicializado cerca de 24 colonias que habían crecido de forma espontánea a
los alrededores de la ciudad -las cuales comenzaron a urbanizarse a partir de entonces
y hasta la década de 1990-, muchos otros asentamientos irregulares se fueron formando
en paralelo a esas obras, por lo que el rezago en infraestructura y servicios nunca se sol-
ventó. Conforme el Centro Histórico fue privilegiando determinados usos destinados al
turismo, sus habitantes comenzaron a abandonarlo para ir a vivir a la Zona Metropolita-
na; así, en 1998 el 85 % de la población urbana vivía en ella, mientras que solo un 15%
continuó habitando en Centro Histórico.39 Mucho de lo anotado hasta acá explica la in-
suiciente y desequilibrada infraestructura básica que tenía la ciudad al inalizar el siglo
XX, la cual, infortunadamente, ha cambiado poco. Es necesario matizar la información
en algunos aspectos: así, en cuanto al número de tiendas, cerca del 50% están destina-
das a las artesanías, mientras que casi un 30% de los talleres se relacionan también con
ellas; de igual manera, el mayor porcentaje de restaurantes del centro se especializan
en comida regional y otros tantos espacios como museos, galerías y por supuesto los
hoteles, forman parte, más bien de la infraestructura turística.
Los señalamientos de la prensa local y nacional en cuanto a la insuiciente
educación, la falta de vías de comunicación, la nula industrialización y el hambre
y pobreza en que vivía mucha de su población resulta casi ofensiva frente a las no-
ticias que, paralelamente, dan esas mismas fuentes respecto de la restauración de
ediicios virreinales, de las obras públicas para el adorno del centro de la ciudad, de
la creación de nuevos espacios y servicios destinados a incrementar el turismo y de
la formación de organismos destinados a fortalecer la actividad turística. En este sen-

37
Ibidem, “El asfalto para la ciudad (puntos para un programa)” en Dos mil temas de Oaxaca; Carteles del Sur, Diario
de Oaxaca (12 feb. 1968), p. 333.
38
Ibidem, “Oaxaca al margen de muchas cosas” en Dos mil temas de Oaxaca: Carteles del Sur, Diario de Oaxaca
(30 ago. 1976), p. 176.
39
HAOJ. “Memoria Descriptiva” del Plan Parcial de Conservación del Centro Histórico de la Ciudad de Oaxaca de
Juárez, Oaxaca, modiicada en 1998, p. 8.

65
ESPACIO URBANO

tido, en 1960 se integró el Patronato Estatal de Turismo cuya función fue trabajar con-
juntamente en “todos los elementos que fortalecen la industria turística”.40 A lo largo
de la década de los setenta, apoyado y estimulado por el gobierno federal, el estatal
intensiicó más y más la organización y las obras que beneiciaban directamente al
turismo; así, en 1971 se formuló el Manual de Información Turística del Estado,41 y
en 1975 “con el propósito de elevar, vigorizar, digniicar y aprovechar al máximo la
industria turística… con representantes de hoteleros, restauranteros, cooperativas de
transportes, taxistas, agentes de viajes, locatarios, etc., quedó constituido el Consejo
de Turismo del Estado de Oaxaca”.42
Desde que la ciudad fue declarada Zona de Monumentos Históricos en 1976, los
posteriores gobiernos organizaron el desarrollo de la entidad, –y ya sin reserva alguna-,
a partir del turismo, por lo que emprendieron múltiples acciones para escudarlo. Así,
en 1978 se formó el Consejo de Fomento Turístico del Estado, en 1979 se anuncio el
Proyecto del Plan Parcial del Centro Histórico de la Ciudad de Oaxaca, y en 1980 se
creó el Patronato para la Preservación del Patrimonio Histórico del Estado de Oaxa-
ca.43 En 1982 se puso en marcha la primera etapa de peatonización de algunas calles
de la ciudad para que los visitantes pudieran disfrutar tranquilamente de la imagen
“colonial” del centro histórico, sin distracciones ni peligros vehiculares. Las primeras

40
AGPEO. Alfonso Pérez Gasga, 1961: Informe, p. 23.
41
AGPEO. Fernando Gómez, 1971: Primer Informe, p. 21-22.
42
AGPEO. Zárate, 1975: Primer Informe, p. 21.
43
AGPEO. Eliseo Jiménez, 1978: Cuarto Informe, p. 41-42; ibidem, 1979: Quinto Informe, p. 8-9; ibidem, 1980:
Sexto Informe, p. IV-10.

66
carlos Lira El discurso patrimonial: una coartada para frenar el desarrollo de la ciudad de Oaxaca

calles que se cerraron a la circulación fueron las circundantes al “Zócalo” y tiempo


después se inauguró el andador turístico Macedonio Alcalá, que privilegió al templo
y ex convento de Santo Domingo. Como colofón, en 1987 la UNESCO declaró a la
ciudad de Oaxaca -que contaba entonces con 227 manzanas y 215,000 habitantes- ,
“Patrimonio Cultural de la Humanidad”. No podía ser de otra forma si se considera la
energía consumida y la cuantiosa inversión que se había hecho en el pasado para que
el maquillado centro histórico de Oaxaca diera una imagen digna. Como puede verse
en el Cuadro 1, de 1950 a 1980 el gasto para convertir a la ciudad de Oaxaca en un
centro turístico de primera importancia fue enorme; en casi todos los rubros el foco de
atención fue el “embellecimiento” de la ciudad, mientras se desatendió la inversión
en aspectos tales como vivienda, educación, salud e industria. Asimismo, el gasto para
promover el turismo fue prácticamente insigniicante: no fue necesario aumentarlo
frente a una ciudad que por los afeites había consolidado ya su aspecto “colonial” e
“indígena”, y porque sus propios habitantes se habían dejado conducir, cómodamen-
te, por el fácil discurso politizado del turismo y del patrimonio, convirtiéndose con
ello en sus principales defensores y propagandistas.

En la evaluación hecha por ICOMOS para recomendar la inscripción de la zona


arqueológica de Monte Albán y la ciudad de Oaxaca en la lista de Patrimonio Mun-
dial se tomaron en cuenta cuatro criterios. Es revelador que de ellos, los tres prime-
ros se reieren solo a Monte Albán y el IV, después de explicar en un primer párrafo
que el centro ceremonial precolombino es una muestra relevante de la zona central
del México actual, reiere: “Oaxaca es un perfecto ejemplo de las villas coloniales
del siglo XVI. Su patrimonio monumental es uno de los más ricos y consistentes de la
Nueva España. En conclusión, el ICOMOS desea destacar que Monte Albán y Oaxa-
ca satisfacen plenamente el carácter de originalidad necesario para ser considera-
dos Patrimonio Mundial. Estos dos bienes situados en proximidad uno del otro son

67
ESPACIO URBANO

históricamente complementarios”.44 Como puede verse, el soporte para que Oaxaca


fuera “honoríicamente” incluida en el largo listado del Patrimonio Mundial, radicó
en estar próxima a la zona arqueológica prehispánica de Monte Albán. Con ello,
una vez más se consagró –ahora a nivel mundial-, como una ciudad cuyo destino
es servir al turismo que, maravillado, asiste a conocer el patrimonio precolombino.
Muchas otras empresas se llevaron a cabo en la última década del siglo XX
para reairmar el destino de Oaxaca: su inserción en el Fondo Mixto de Promoción
Turística de Ciudades Coloniales; su declaratoria como Zona de Desarrollo Turístico
Prioritario –que incluyó a los Valles Centrales-; la formulación del Plan de Acción
para la Zona de Desarrollo Turístico Prioritario; la creación del Consejo Consultivo
Turístico del Estado de Oaxaca; la fundación del Instituto Oaxaqueño de las Cultu-
ras para “fortalecer las identidades culturales, reconocer nuestra diversidad étnica y
lingüística, difundir las manifestaciones culturales y promover su intercambio”; la
formación de la Red de Unidades Ecoturísticas en Valles Centrales y la creación de
la Organización Estatal de Productores de Artesanos del Estado de Oaxaca.45

Vi. Las moderadas condescendencias

Es verdad que durante el siglo XX los distintos gobiernos emprendieron algunas obras
que mejoraron la vida de los habitantes de la ciudad, pero al compararlas con las
que revisamos antes, resultan menores en cantidad, calidad e inversión, aunque sin
duda con mayor trascendencia social que las destinadas al turismo (Lira y Calderón,
2007). Menciono a continuación las más relevantes construidas a lo largo de la se-
gunda década: Ciudad Universitaria, cuya primera etapa se inició en los primeros
años de la década de 1970 con una inversión de $58,500,000 millones de pesos; la
Escuela Secundaria Federal y la Normal Urbana (1964-1965); el Instituto Tecnológico
Regional al margen del Atoyac (1973); la Escuela Preparatoria N° 2, con un costo de
$14,000,000 (1975); la Ciudad Deportiva, en la que se gastaron $5,000,000 millones
de pesos (1975) y los centros deportivos urbanos de las colonias del Maestro, Piloto
y Vicente Suárez, erigidos en 1976, cuyo egreso fue de $704,000,000 millones de
pesos; la Central de abastos, con un presupuesto de $34,500,000 millones de pesos
(1974); la Calzada de la República construida sobre el río de Jalatlaco, cuya obra de
ornamentación urbana tuvo un gasto de $6,505,053 millones de pesos (1974). En
cuanto al capital invertido en habitación popular, en 1972 alcanzó los $83,542,000
millones de pesos aplicados a la construcción de 850 viviendas por el INFONAVIT y

44
UNESCO United Nations Educational Scientiic and Cultural Organization, 1987: Convention Concerning the Pro-
tection of the World Cultural and Natural Heritage, Report of the World Heritage Committee, Eleventh session, Unesco
Headquarters, 7-11 Dec 1987. Historic Centre of Oaxaca and Archaeological Site of Monte Alban. Traducción propia.
45
COPLADE Oaxaca, 1993: Primer Informe; ibidem, 1994: Segundo Informe; ibidem, 1995: Tercer Informe; ibidem,
1996: 4° Informe; ibidem, 1997: 5° Informe; ibidem, 1998: 6° Informe.

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carlos Lira El discurso patrimonial: una coartada para frenar el desarrollo de la ciudad de Oaxaca

534 por FOVISSSTE; este último erigió además 450 viviendas en el conjunto habita-
cional “Primero de Mayo”, con un costo de $53,000,000 millones de pesos. Respecto
a la construcción de ediicios de salud, en 1965 se inauguró el Hospital civil, en 1970
el del ISSSTE y en 1974 comenzó a funcionar el Hospital Pediátrico que requirió de
una inversión de $15,000,000 millones de pesos; en 1976 el hospital del IMSS, fun-
dado en 1951, fue ampliado con un presupuesto de $12,104,000 millones de pesos.46
Entre las obras construidas entre 1980 y 2000 destacan el Centro Cultural Oaxaca y el
parque La Ciudad de las Canteras.

Vii. conclusiones

Al terminar el siglo XX la mayor parte del centro histórico de Oaxaca estaba conformado
por numerosos hoteles, fondas, restaurantes, bares, cafés, cantinas y antros, y por una
nutrida cantidad de tiendas de artesanías y “Galerías de Arte” que publicitaban diversas
muestras de la “Escuela Oaxaqueña de Pintura”. También contaba con un buen número
de museos y espacios culturales cuyos principales consumidores, como en los ante-
riores casos, eran también turistas. De una u otra forma, la mayoría de estos negocios
han tenido como objetivo principal atender a ese sector, por lo que subrayan el origen
“indígena” y “colonial” de los productos que ofrecen, sin importar falsear la realidad.
La mayoría de estos espacios, o están ubicados en ediicios construidos durante el virrei-
nato, o en otros nuevos que, escenográicamente, repiten lo “colonial”.47 La intención
por cercenar la historia de Oaxaca y presentar al turismo sólo aquella parte de la cultura
oaxaqueña que está dispuesto a comprar, ha rebasado al discurso para relejarse cada
vez más en la imagen física de la ciudad y tal parece que en la obsesión por ese deseo,
son también cada vez más los habitantes de Oaxaca que están convencidos de pertene-
cer a esa cultura “oicial” tan circunscrita y artiiciosa.
El patrimonio de origen virreinal y la limitada perspectiva turística de los gobier-
nos han deinido mayormente el desarrollo de la ciudad de Oaxaca y han inluido
radicalmente en su arquitectura, sobre todo a partir de las declaratorias oiciales que
estigmatizaron a la ciudad con el caliicativo de “colonial”. Dichos efectos pueden
verse en la mayoría de los ediicios construidos en los últimos treinta años del siglo
XX engendrados por el “estilo INAH”, validado e impulsado por la Dirección del
Centro Histórico dependiente del Municipio, por otros organismos y aún por grupos
de “intelectuales” y “artistas” que se han lanzado en pro de la defensa de lo “colo-

46
AGPEO. Gómez, 1973: Tercer Informe: p. 18-19 y Zárate, 1976, Segundo Informe: p. 46-47; Brena, 1968: Memoria
1962-1968: s/p; Gómez, 1972: Segundo Informe: p. 21-23; Zárate, 1976: Segundo Informe: p. 46-47; ibidem, 1975,
Primer Informe: p. 61; Jiménez, 1977, Tercer Informe: s/p; Gómez, 1974, Cuarto Informe: p. 61-65; ibidem,1974,
Cuarto Informe de Gobierno; p. 61-65; Zárate, 1976, Segundo Informe: p. 38-41; Brena, 1964, Segundo Informe: p.
32; Gómez, 1974,Cuarto Informe: p. 45-46; Zárate, 1976, Segundo Informe: p. 37.
47
Abundan por ejemplo los hoteles que, habiéndose construido en la segunda mitad del siglo XX, pregonan ocupar
un ediicio de origen virreinal restaurado.

69
ESPACIO URBANO

nial”, algunos de los cuales no son oaxaqueños y tras un disfraz de “mecenas” han
aprovechado sus capitales para apropiarse del centro histórico y frenar el desarrollo
urbano de la ciudad en pro de la “conservación patrimonial”.48 Hoteles, ediicios de
departamentos y de oicinas, casas habitación, restaurantes, bancos y ediicaciones
de todo tipo, remodeladas o nuevas, han tenido que sujetarse a criterios, reglamen-
tos y recomendaciones de “restauración” que obligan a seguir el “estilo colonial”.
Aunque esto sería explicable –que no justiicable- para las construcciones del centro
histórico, el hecho de que sus límites estén sujetos al voluntarioso criterio personal
de quienes dirigen las instituciones encargadas de su vigilancia, ha originado que la
imposición de las formas “coloniales” se aplique aún a ediicios construidos fuera
del perímetro histórico (Lira y Calderón, 2007).
Las consecuencias negativas de una política turística mal dirigida son cada vez
más visibles en Oaxaca. El gasto público que signiica el mantenimiento del patrimo-
nio monumental no es comparable a los ingresos por la actividad turística. La agresión
al patrimonio comienza a verse como efecto de lo anterior, ya que la desproporción
entre la inversión para la obra pública, infraestructura y servicios para los habitantes
que viven fuera del centro histórico y la que se efectúa a su interior ha dejado de ser
una cuestión de estadística oicial para convertirse en una realidad que se vive día a
día. Quienes trabajan en el centro histórico dando servicio al turismo no pueden dejar
de ver el enorme desequilibrio que hay entre el centro histórico y la zona en que habi-
tan fuera de él. Pero de alguna manera están atrapados, ya que por más de una centu-
ria, los distintos gobiernos no se han preocupado por crear nuevas fuentes de trabajo
que resulten más dignas, no solo por los salarios que puedan signiicar, sino porque
puedan liberar a muchos oaxaqueños de la servidumbre a la que se le ha obligado.
Grecia, Italia y España evidencian hoy su fracaso económico por apostar dema-
siado al turismo como fuente de desarrollo. Este solo puede resultar provechoso si se
sustenta en una sociedad que apoye su economía en otras actividades inancieras sólidas
y permanentes. No es posible seguir creyendo que el turismo del siglo XXI conserva las
mismas características del decimonónico, que por circunstancias históricas no solo tenía
otros intereses, sino también vivía un capitalismo diferente al actual. El centro histórico
de Oaxaca se aproxima cada vez más al concepto de “Parque Temático” y los gobiernos
deben ser más sinceros e invertir en él para que llegue a ser uno de calidad, pero que
no signiique renuncias a al desarrollo urbano ni a la calidad de vida de los oaxaqueños,
ni que se escude detrás de un discurso indigenista y colonial cuando lo que pretende
en realidad es la elemental retribución económica. (Lira y Calderón, 2012).49 El turismo
debe ser considerado como una empresa económica complementaria, no prioritaria, y
es urgente dejar de concebirlo como determinante del desarrollo cultural de los pueblos.

48
El caso de la reciente “restauración” del ex convento de San Pablo es tal vez el ejemplo más lagrante.
49
Este trabajo es resultado del proyecto de investigación UAM-A: “Historia Urbana de la Ciudad de Oaxaca. Siglos
XIX y XX”.

70
carlos Lira El discurso patrimonial: una coartada para frenar el desarrollo de la ciudad de Oaxaca

archivos

AHMCO Archivo Histórico Municipal de Oaxaca.


AGPEO Archivo General del Poder Ejecutivo del Estado de Oaxaca.
BMLT Biblioteca Miguel Lerdo de Tejada (SHCP, ciudad de México).
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71
ESPACIO URBANO

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Construcción del espacio urbano en ciudades mexicanas: interpretaciones sociohistóri-
cas, siglos XIX a XX, Puebla: Universidad Autónoma de Puebla, UAM-Iztapalapa.

72
Formas de apropiación del espacio público en Tamaulipas.
el caso de ciudad Madero1
Forms of appropiation in the Tamaulipas public space.
The case of Madero city

Mario Alberto Jurado Montelongo2

RESUMEN
Regularmente a la familia se le reconoce como una institución base de la sociedad
porque es el sustento de la socialización de sus miembros y porque es una forma de
fortalecer los principios que rigen el funcionamiento de la sociedad actual (Anderson,
1980; Berger y Luckmann, 1998).
El objetivo de este escrito es adentrarse en el estudio concreto de los procesos que
relejen un fortalecimiento o debilitamiento de la convivencia social, entendiendo
por ésta como la acción de favorecer la creación y fortalecimiento de redes sociales
primarias en ambientes de respeto, conianza y pluralidad y para lo que se enfocará
el caso del centro urbano más importante del estado de Tamaulipas que es la Zona
Metropolitana de Tampico.

PALABRAS CLAVES: Sociedad, convivencia social, redes sociales, centro urbano

ABSTRACT
The family is well known as a fundamental pillar of our society because it is the support
of the socialization of its members and because it is one form to strengthen the prin-
ciples that rule the functions of current society. (Anderson, 1980; Berger y Luckmann,
1998).
The main purpose of this paper is to focus on the study of processes that relect the
strengthening or weakening of social behavior, understanding the social behavior as
the actions for promoting the creation and empowerment of social primary networks
in respectful, trustful and plural environments. To demonstrate these basic principles,
this research will focus on the most important urban center in the state of Tamaulipas,
within the metropolitan area of Tampico.

KEYWORDS: Society, social coexistence, social networks, urban center.

i. introducción

El gobierno mexicano, por medio de la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL),


después de evaluar las experiencias internacionales de política pública y revisar la lite-

1
El siguiente escrito tiene como fuente de información al trabajo de campo desarrollado en Ciudad Madero, Tamau-
lipas dentro del Proyecto “Grupos sociales primarios e inseguridad en las áreas urbanas de Tamaulipas” inanciado
por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT) La Clave del proyecto es TAMPS-2010-C27-151913.
2
Académico del Colegio de la Frontera Norte, Monterrey, México. jurado.mario@gmail.com; mjurado@colef.mx

73
ESPACIO URBANO

ratura vinculada con las bondades sociales de los espacios públicos, decide desarrollar
el programa de Rescate de Espacios Públicos (Vargas, 2010). Este programa se empie-
za a aplicar en el año 2007 cuyo objetivo es “contribuir a mejorar la calidad de vida y
la seguridad ciudadana, mediante el rescate de espacios públicos en condición de de-
terioro, abandono e inseguridad que sean utilizados preferentemente por la población
en situación de pobreza de las ciudades y zonas metropolitanas.” (SEDESOL, 2011)
En el Plan Nacional de Desarrollo 2007-2012 (PND) se pueden revisar los ar-
gumentos que explican la creación y el sustento de este programa. El PND está
organizado en cinco ejes rectores: 1. Estado de Derecho y seguridad. 2. Economía
competitiva y generadora de empleos. 3. Igualdad de oportunidades. 4. Sustentabi-
lidad ambiental. 5. Democracia efectiva y política exterior. El Programa de Rescate
de Espacios Públicos se sustenta en los ejes número uno y tres. Cada uno de los ejes
se compone de estrategias determinadas. En relación a los espacios públicos una de
las estrategias importantes es la 3.1 del eje de Igualdad de Oportunidades que con-
sidera, “promover el ordenamiento territorial, la certeza jurídica en la tenencia de
la tierra y la seguridad pública en zonas marginadas de las ciudades” (PND, 2007).
Las estrategias que se buscan desarrollar tomando en cuenta los espacios públi-
cos se basan en los desafíos que se presentan alrededor de la existencia del crimen
organizado y la inequidad de género, entre otros aspectos. En relación a la violencia
se considera que actualmente la comercialización de las drogas se ha desarrollado
mediante el narcomenudeo. Y se dice que el narcotráico busca diversiicar los ca-
nales de distribución y ampliar el número potencial de adictos, además de invadir
espacios públicos como escuelas, parques y lugares de recreo. Esto se desarrolla
principalmente en las zonas pobres de las ciudades, según el diagnóstico del gobier-
no mexicano. Los delincuentes se han apoderado de ciertos espacios públicos y es
necesario recuperar y limpiar esos lugares. Por eso se “impulsará la construcción o
remodelación de parques, canchas deportivas, espacios de esparcimiento infantil,
que permitan restaurar la convivencia sana y segura de las familias vecinas”. Dentro
de esta estrategia se buscará la colaboración de las instancias municipales y estatales
que ayuden en la coordinación operativa y en la corresponsabilidad en el gasto. El
gobiernos federal considera también la participación ciudadana y el papel que le
destina a la población beneiciada es el de vigilar la obra, cuidar el espacio público
“recuperado” y evitar el deterioro gradual del mismo (PND, 2007).
Resulta interesante notar cómo una tarea cotidiana de los gobiernos munici-
pales, como es el cuidado y mantenimiento de las áreas verdes, centros deportivos,
plazas y otros espacios públicos, se ha dejado de hacer, y se han descuidado los
espacios públicos sistemáticamente durante muchos años, sobre todo aquellos ins-
talados en zonas marginadas. Súbitamente, cuando se considera que el deterioro
y abandono del espacio público tiene que ver con la inseguridad y la violencia
existente es cuando se construye un programa nacional especial que considere su
mantenimiento, remodelación y un modelo de uso que tome en cuenta la parti-
cipación activa del potencial beneiciario. Es decir, los argumentos principales de

74
Mario Jurado Formas de apropiación del espacio público en Tamaulipas. El caso de Ciudad Madero

esta restauración de espacios públicos, están vinculados con una visión militar de
posicionamiento de éstos y en segundo grado, con los derechos de los ciudadanos
a una vida digna y de calidad.
Sobre este segundo aspecto se diagnostica en el PND que la convivencia familiar
se hace cada vez más difícil, porque existe violencia doméstica (1 de cada 4 hogares)
Se presenta en el país una disminución de matrimonios y un aumento en los divorcios.
Además, en la convivencia cotidiana dentro de un número considerable de familias
existe una “falta de cariño, gritos, imposición y problemas permanentes” (PND, 2007)
Esto representa una crisis en la convivencia familiar agudizada por la desintegración
de la familia (divorcios, migración, violencia) El diagnóstico pone énfasis en los grupos
de jóvenes, sobre todo los de bajos ingresos, pensando en ellos como parte de la ame-
naza que puede signiicar para la seguridad nacional el hecho de que sean candidatos
potenciales a ser reclutados por el crimen organizado: “el deporte es la mejor manera
de alejar a los niños y jóvenes de los riesgos de las adicciones, pues representa una
opción atractiva para el uso del tiempo libre” (PND, 2007)
Esta visión clasista del programa de Rescate de Espacios Públicos, no toma
en cuenta la percepción y uso de los espacios públicos de parte de la comunidad
urbana. Este programa se enfoca principalmente en rescatar espacios públicos con
deterioro, abandono e inseguridad.
No obstante, actualmente en los espacios intervenidos, la convivencia familiar
se intensiica y en ocasiones favorece las actividades espontáneas de los usuarios.
Pero una condición para que se de esta renovada convivencia es la necesaria ga-
rantía de seguridad de la comunidad. Entre una de las recomendaciones que se le
hicieron a los operadores del programa, después de una evaluación de percepción,
fue la relacionada con la necesidad de que los espacios generen vínculos afectivos,
no sólo funcionales3 (Vargas, 2010)
En este escrito, rescatamos esta necesidad y partimos del análisis de las pre-
ferencias de los habitantes de una ciudad sobre los lugares de encuentro que usan
para la convivencia familiar y con diferentes grupos de interés mutuo.
Lo que se rescata en este capítulo es la red primaria de convivencia que desa-
rrollan los miembros jóvenes y adultos de un grupo de seis familias entrevistadas
ubicadas en diferentes zonas de la ciudad. Se entrevistaron a dos familias que viven
en un asentamiento ubicado en la periferia de Ciudad Madero4. También a otras dos

3
En algunos espacios intervenidos se ha logrado este objetivo, pero de una manera no planiicada. En el análisis
sobre la convivencia desarrollada en una plaza rehabilitada en Córdoba, Veracruz, se observa cómo una parte de
la plaza, una fuente dedicada a un santo católico, se volvió, debido a las visitas reiteradas de familias, en un área
altamente apreciada por padres e hijos. En esa fuente se arrojan monedas con el in de solicitar un deseo. Además,
la existencia de la iglesia católica enfrente de la plaza posibilitó una fusión entre estos dos espacios y fortaleció la
identidad de los feligreses. El espacio así se valoriza, principalmente porque se da una apropiación, en este caso, de
un segmento de los grupos sociales (Hernández y Galván, 2012)
4
Los resultados obtenidos del trabajo de campo en una ciudad como Madero Tamaulipas no intentan ser repre-
sentativos, ni deinitivos. Tratamos de incluir tendencias o preferencias de algunos casos en relación a los espacios
públicos y sus usos.

75
ESPACIO URBANO

familias que residen en una colonia antigua de la ciudad y que podemos ubicar-
la dentro de los estratos sociodemográicos medios. Incluimos a las entrevistas de
dos familias que viven en una colonia de estratos medios altos5. Los resultados de
estas entrevistas nos permiten darnos cuenta de qué grupos sociales primarios son
importantes en la convivencia diaria de estos habitantes y qué lugares de la ciudad
sirven de encuentro y convivencia entre ellos. Adicionalmente indagamos sobre la
inluencia que tiene la percepción de inseguridad sobre el uso de los espacios de
convivencia entre estos habitantes de ciudad Madero.
Esta investigación es importante porque tiene como base a los intereses de la
misma comunidad sobre los lugares de encuentro (privados o públicos) en su vida
cotidiana que desarrolla junto con las personas emocionalmente más cercanas. Para
poder entender cómo es la red primaria y que espacios son importantes en su re-
producción, es necesario realizar una contextualización básica. Por eso el capítulo
está dividido de la siguiente manera: primero se intenta describir la situación social,
económica y territorial de ciudad Madero. En segundo lugar el contexto continúa
con una descripción mínima de los asentamientos donde viven las familias entrevis-
tadas. Posteriormente, se realiza un análisis de los grupos sociales primarios más im-
portantes y los lugares de convivencia. Finalmente se concluye con la inluencia de
la inseguridad en los grupos y lugares de convivencia. Mediante este acercamiento
podemos construir algunas hipótesis, tomando en cuenta el contexto familiar, de los
lugares de esparcimiento más importantes de los miembros de las familias.

ii. el contexto socio urbano de ciudad Madero

El municipio de Ciudad Madero se constituyó en 1930, su denominación anterior


era Villa Cecilia6.
Ciudad Madero colinda al Sur con el Río Pánuco que sirve de límite con el Es-
tado de Veracruz y al este con el Golfo de México. También tiene frontera al norte,
con Altamira y al Oeste, con el Municipio de Tampico.
Algunos aspectos territoriales que son importantes a la luz de la movilidad ur-
bana de la población, son los límites de la ciudad ya que se encuentra en una zona
de alta incidencia de huracanes. Además, tiene una topografía que ayuda a que las
partes bajas del área urbana se inunden en tiempos de lluvia intensa.
Esta ciudad forma parte de la Zona Metropolitana del Sur de Tamaulipas (ZMS)
junto con Tampico y Altamira, y tiene una población de 197,216 habitantes que
representan el 27.9% de la población total de esta Zona Metropolitana.

5
Se realizó una estratiicación de la ciudad en base a la base de datos por AGEB (áreas geoestadísticas básicas) del
Censo de población del 2010. (INEGI,2011)
6
Para consultar sobre el origen de la ciudad, ver el Plan Municipal de Desarrollo de Madero, 2011-2013.

76
Mario Jurado Formas de apropiación del espacio público en Tamaulipas. El caso de Ciudad Madero

Con el paso del tiempo, Madero ha perdido importancia poblacional en la


ZMS, debido a que, al igual que Tampico, carecen de suelo urbanizable disponible,
mientras que Altamira gradualmente ha tenido una mayor presencia poblacional y
también económica, dentro de la ZMS.
A pesar de ello, Ciudad Madero ha seguido creciendo a una tasa de 1.15% durante
el lapso del 2000 al 2005 (Plan Municipal de Desarrollo de Madero, 2011-2013) Esto
ha signiicado que del año 2000 al 2010 aumentó su población en 14,891 habitantes.
Pero es una población en constante envejecimiento debido a la emigración
dentro de la ZMS de los jóvenes hacia los nuevos polos de desarrollo habitacional y
laborales ubicados en Altamira. Por eso en el cuadro 1 se nota cómo los grupos de
edad mayores de 60 años y el índice de envejecimiento7 son más altos que el prome-
dio en Tamaulipas. Mientras que en Altamira este índice, que no viene en el cuadro,
es bastante bajo (20.55) y en Tampico es muy semejante al de Madero con 51.29.
En términos económicos y laborales, el envejecimiento no tiene un correspon-
diente aumento de la relación de dependencia8. De acuerdo al cuadro 1, esta re-
lación es más baja que el promedio estatal. Esto se debe probablemente a que los
grupos de edad de menos de 14 años han disminuido considerablemente su peso
en Ciudad Madero o, en menor importancia, a que personas en edad para estudiar
o para estar jubilados estén trabajando. Por ejemplo, en Altamira, la relación de
dependencia es más alta que en Madero, debido a la gran presencia de grupos de
edad menores de 14 años y no de los grupos de mayor edad.

CUADRO 1 CARACTERÍSTICAS DEMOGRÁFICAS DE CIUDAD MADERO Y TAMAULIPAS, 2010


POBLACIÓN CIUDAD MADERO TAMAULIPAS
Población total, 2010 197216 3,268,554
Población total hombres, 2010 94384 1,616,201
Población total mujeres, 2010 102832 1,652,353
Porcentaje de población de 15 a 29 años, 2010 24.7 26.1
Porcentaje de población de 15 a 29 años hombres, 2010 25.3 26.2
Porcentaje de población de 15 a 29 años mujeres, 2010 24.1 25.9
Porcentaje de población de 60 y más años, 2010 11.8 9.0
Porcentaje de población de 60 y más años hombres, 2010 10.7 8.5
Porcentaje de población de 60 y más años mujeres, 2010 12.9 9.5
Relación hombres-mujeres, 2010 91.8 97.8
Índice de Envejecimiento, 2010 51.11 31.59
Relación de dependencia, 2010 45.30 53.06
Fuente; Censo de Población y vivienda, 2010. Consultado en http://www.inegi.org.mx/lib/olap/
consulta/general_ver4/MDXQueryDatos.asp?#Regreso&c=27770 el día 17 de julio 2012.

7
Se entiende por índice de envejecimiento al número de personas adultas mayores (60 y más años) por cada 100
niños y jóvenes de 0 a 14 años.
8
Se reiere al número de personas dependientes de 0 a 14 años y de 65 y más años por cada 100 personas inde-
pendientes en edad de trabajar (15 a 64 años).

77
ESPACIO URBANO

Dado que los grupos en edad de trabajar han disminuido, la tasa de partici-
pación económica9 es más baja en Madero que en general en el estado y los otros
municipios de la Zona Metropolitana. Entonces, en Madero, tenemos una relativa
baja tasa de dependencia y una baja tasa de participación económica (ver cuadro 2)
Otro aspecto que resalta en este cuadro es la alta participación de la mujer en
Tampico y Madero, en parte debido a que regularmente la mujer encuentra empleo en
los sectores servicios y comercio, los cuales en el contexto de la ZMS, están ubicados
en estos dos municipios. Es por eso también que los porcentajes de hogares con jefas de
hogar son altos en estos municipios. En Madero, por ejemplo, el 28,5% de los hogares
es dirigido por una mujer, mientras que a nivel estatal este porcentaje es del 24%.

CUADRO 2. TASA DE PARTICIPACIÓN ECONÓMICA POR CIUDAD Y SEXO, 2010


TOTAL MUJERES HOMBRES
Altamira 53.88 32.03 76.14
Madero 50.53 36,90 65.87
Tampico 53.51 39.28 69.54
Tamaulipas 53.54 34.55 73.32

Fuente; Censo de Población y vivienda, 2010. Consultado en http://www.inegi.org.mx/lib/olap/


consulta/general_ver4/MDXQueryDatos.asp?#Regreso&c=27770 el día 17 de julio 2012.

iii. Los sectores económicos en Madero

Las actividades petroleras en Madero han tenido una importancia vital porque es
mediante este sector que la ciudad empieza a desarrollarse. A principios del siglo
XX, Ciudad Madero empieza a invertir en el equipamiento educativo y de salud para
atender al gran número de trabajadores que llegaron a la ciudad para trabajar en las
reinerías de petróleo.
Por eso es que a pesar de que la mayoría de la población trabajadora se ocupa
en el sector servicios y en el comercio, la rama económica que contribuye con más
producto interno es la petrolera. Llama la atención que a pesar de que es en Madero
donde se encuentra la playa Miramar que es la más visitada en el estado de Tamau-
lipas, el sector turístico no ha repuntado como debería en la ciudad.
En la consulta pública que realizó el gobierno municipal con el in de generar el
Plan Municipal de Desarrollo Urbano actual, los representantes de grupos sociales
importantes (organizaciones vecinales, profesionales, etc.) presentaron su propuesta
sobre qué sectores pueden desarrollarse con mayor naturalidad en el municipio.
En la siguiente gráica, extraída del Plan, se detecta cómo el sector de la pesca y el
industrial son los más importantes.

9
Porcentaje de personas de 12 y más años de edad que son económicamente activas, en relación con la población
de la misma edad.

78
Mario Jurado Formas de apropiación del espacio público en Tamaulipas. El caso de Ciudad Madero

17 ¿Qué acTiViDaDes consiDera Que son Las Vocaciones proDucTiVas DeL


Municipio? enuMere en orDen De iMporTancia DeL 1 aL 6, DonDe 1 se reFiere a La
acTiViDaD Más iMporTanTe y 6 a La Menos iMporTanTe.

iV. el crecimiento urbano de Madero

El crecimiento de la ciudad empezó por el margen izquierdo del río Pánuco siguien-
do la dirección de oeste a este. Ya en 1935 queda conurbado con Tampico. Después,
continuó de sur a norte delimitándose principalmente por los bordes naturales que
imponen al este el Golfo de México, y al sur el Río Pánuco (Programa de Ordena-
miento Territorial de municipio de Madero, 2011).
Uno de los aspectos que nos llama la atención y que es recuperado por el Plan
Municipal de Desarrollo, es la falta de una vinculación racional y territorial de las
actividades económicas y de consumo en la ciudad. Esta deiciencia, tiene efectos
costosos porque los viajes de origen y destino se vuelven bastante complicados por-
que no existe “un marco de referencia con el cual articularse, dado que el existente,
se ha dirigido a satisfacer el ámbito industrial y de manufactura, lo que ha afectado
directamente a la población en general, y a la que trabaja en el comercio y los
servicios”(Programa de Ordenamiento Territorial de municipio de Madero, 2011).
Otra de las consecuencias del crecimiento poblacional y urbano de la ciudad,
es la saturación de los espacios y la limitación del suelo urbano. Esto conlleva a
recurrir en forma irregular a la utilización de zonas ecológicas para otros ines. Apa-
recen los asentamientos irregulares en áreas potencialmente inundables o pertene-
cientes al sistema lagunar del río Tamesí, que es importante para la zona urbana
y que actualmente está siendo intervenido rellenando y contaminando lagunas y
alterando los sistemas naturales. Por eso resulta paradójico que teniendo este gran
sistema lagunar, la supericie actual de áreas verdes no cumple con el área mínima
por habitante recomendada por la Organización Mundial de la Salud, que es de
14m2 por habitante (Plan Municipal de Desarrollo, 2011-2013)

79
ESPACIO URBANO

80
Mario Jurado Formas de apropiación del espacio público en Tamaulipas. El caso de Ciudad Madero

V. Los vínculos básicos de las familias en ciudad Madero

En el siguiente apartado se plasmará el análisis sobre las redes básicas de conviven-


cia cotidiana de un grupo de familias que pertenecen a diferentes colonias ubicadas
en el municipio de Madero. Se escogieron tres colonias: la Ampliación Revolución
Verde; la colonia Obrera y la Unidad Nacional. Se entrevistaron a miembros de
seis familias pertenecientes a estas colonias. Estas entrevistas servirán como materia
prima para tratar los temas de la red primaria o los grupos primarios de los miembros
de la familia, sus lugares de encuentro; las actividades que los deinen; las frecuen-
cias de estas actividades o de los encuentros, la naturaleza de los grupos; el tamaño
de éstos y inalmente los efectos que la percepción de inseguridad ha tenido en la
interrelación de estos grupos primarios o de esta red.

V.1. La colonia ampliación revolución Verde


Esta colonia fue creada hace aproximadamente cinco años y fue producto de reubica-
ciones de familias asentadas en colonias de alto riesgo por inundaciones e instalacio-
nes de PEMEX: las colonias de donde provienen los habitantes de la Ampliación son
Insurgentes, SAHOP y Ampliación los Pinos, que están ubicadas aledañas a la zona de
la reinería Madero. Mientras que la Ampliación Revolución Verde se encuentra en la
parte norte del municipio, cerca de la frontera con el municipio de Altamira.
Es importante tomar en cuenta que este asentamiento producto de una reubi-
cación implica en términos de la red primaria de las familias, la reconstrucción de
alguna parte de ésta, debido a las diicultades territoriales y sociales que tienen los
habitantes de la Ampliación para mantener contacto con sus antiguos vecinos.
Una persona entrevistada nos relata sobre la falta de convivencia con las amistades
que tienen en la anterior colonia de donde provenían. Primero nos menciona que vivió
14 años en aquella colonia y que algunas de sus amigas no fueron reubicadas, porque
“…. ellos sí estaban en un área factible. O sea, como la colonia estaba com-
partida como en dos partes, y un área estaba factible y la otra área estaba, o sea. Y
a nosotros nos reubicaron y ellos tuvieron la suerte de quedarse…. Pues nada más
cuando nos los encontramos, que de casualidad en el centro, o en Madero, ahí ya
pos nos saludamos bien y todo. Y de repente nos damos la oportunidad de irlos a
visitar. Pero, no es que sea cada ocho días, cada quince días, cada mes, o sea, no.
Es cuando a veces, que decimos vamos a ver a mis compadres, pos vamos, o a mis
ahijados, vamos, pero por lo regular, es rara la vez”
La reubicación y su situación actual, contextualizan esta pérdida de contacto
entre amigos. El cambio de residencia no planeado e involuntariamente, como es
la reubicación, rompe convivencias, separa amistades (Briones, 2010). Sobre todo,
porque la reubicación los lleva a lugares distantes, donde el problema de transporte
es evidente y limita la movilidad de la población.
La colonia Ampliación Revolución Verde tenía 1,214 habitantes en el año 2010.
Resalta, en la distribución de la población dentro de esta colonia, el bajo porcentaje

81
ESPACIO URBANO

de personas mayores de 60 años y por lo tanto la existencia de una tasa de depen-


dencia menor que la municipal. También llama la atención, en número absolutos, la
cantidad de niños en edad escolar. Lo positivo en esta colonia es que las instalaciones
de escuelas de primaria y secundaria, si bien se encuentran en otras colonias, no lo
están a largas distancias. Quienes tienen mayores diicultades son los jóvenes que asis-
ten al bachillerato; a las escuelas técnicas o a la universidad por las largas distancias
que tienen que recorrer en los pocos camiones que las rutas camioneras destinan para
esta colonia. Además, de la falta de pavimentación que provoca una limitación en el
recorrido de las rutas camioneras y también de los accesos hacia afuera y dentro de la
colonia. En el siguiente cuadro nos damos cuenta de la importancia de este grupo de
población y de sus necesidades de educación y recreación.

CUADRO 3. DISTRIBUCIÓN DE LA POBLACIÓN EN LA COLONIA AMPLIACIÓN REVOLUCIÓN VERDE DE


MADERO TAMAULIPAS. 2010.
GRUPO DE EDAD AMPLIACIÓN REVOLUCIÓN VERDE
TOTAL MASCULINO FEMENINO
Población de 0 a 14 años 371 187 184
Población de 15 a 24 años 240 118 122
Población de 25 a 59 años 541 263 278
Población de 60 años y más 62 27 35
Total 1214 595 619
Fuente: Censo de población y vivienda, 2010, INEGI

V.2. La colonia obrera en ciudad Madero.


Esta es una de las colonias más antiguas de Madero. Su fundación probablemente tie-
ne que ver con el crecimiento de las actividades petroleras en la región. Para los años
veinte del siglo XX ya se estaban desarrollando asentamientos residenciales vincula-
dos con la fuerza de trabajo que se ocupaba en las compañías petroleras extranjeras.
Primero, a lo largo del río Pánuco se construyeron las viviendas destinadas para los
trabajadores de nivel medio y alto, como los ingenieros, algunos extranjeros, y los em-
pleados. Pero la gran masa de trabajadores se distribuyó en las partes más bajas de la
zona urbana que apenas se estaba desarrollando en el área que ahora se llama ciudad
Madero. “Por ello se vieron en la necesidad de posesionarse de terrenos baldíos en los
cuales construyeron pequeñas casas de madera sobre delgados pilotes como protec-
ción por encontrarse la mayor parte de ellas en las zonas bajas, principalmente en la
extensa franja de terreno que se ganó al río Tamesí con las operaciones de desecado
y relleno”. Datos obtenidos de una revista electrónica, visitada 15 de agosto de 2012
http://www.asiestampico.com.mx/ap_oc.htm.
Una de las entrevistadas nos platica porqué llegaron en los años cincuenta del
siglo pasado a esta colonia, después de haber vivido en Reynosa. Ya para esos años
existía PEMEX (Petróleos Mexicanos):
“¿Pero después (su esposo) se vino para trabajar en la construcción de una
empresa gasera, me dijo? Sí, de gas. Bueno, primero a la construcción de una…

82
Mario Jurado Formas de apropiación del espacio público en Tamaulipas. El caso de Ciudad Madero

quién sabe qué cosa de PEMEX. Y de ahí, estando ahí, se encontró a un señor
que ya había trabajado con él, y le dijo «Voy a poner una planta aquí, y quiero
que te vayas conmigo». Ya, se salió de ahí, y se fue con el señor. Y ahí duró años.”
El retrato que hace la señora sobre la Obrera en los años sesenta es de una
colonia con casas de madera y algunas de piedra y blocks, pero con patios grandes
llenos de árboles de mango, poco poblada, con terrenos donde existía exuberante
vegetación y un pozo llamado “La pedrera”, que con el tiempo se rellenó. Pero era
un lugar que visitaban cotidianamente los niños para bañarse. Resultaba peligroso
porque se formaban remolinos en el agua y según la señora algunos muchachos se
ahogaron en ese pozo.
La colonia Obrera se encuentra en la parte sur del municipio y limita con la
colonia Obrera de Tampico y otras colonias de ciudad Madero, como la Primera
de Mayo; la Francisco I Madero; Arboledas y Árbol Grande. Está cerca del centro
de Madero y dentro de ella se encuentra el cementerio Árbol Grande y solamente
cuenta con una plaza pequeña.
Esta colonia a diferencia de la Ampliación Revolución Verde tiene una infraes-
tructura más desarrollada debido al tiempo de existencia y a su ubicación privilegia-
da, ya que se encuentra cerca del centro de Tampico y de Madero. No obstante, la
antigüedad no ha posibilitado la infraestructura completa ya que siguen existiendo
calles sin pavimentar. Tal vez, una de las diicultades que tienen los habitantes de
este barrio, es la falta de espacios públicos en su propia colonia. Nos platican los
entrevistados que la plaza existente es minúscula y peligrosa para los niños porque
se encuentra en la parte de la colonia de más tráico. La falta de terrenos baldíos pú-
blicos en la colonia, hace difícil atender este tipo de rezagos. Los entrevistados nos
comentan sobre la necesidad de un centro de convivencia o comunitario, destinado
a grupos de diferentes edades, sobre todo a los mayores de 60 años y a los niños.
A pesar de estas limitaciones históricas, una de las ventajas de la colonia es su
ubicación que les permite a sus habitantes traslados cortos, en tiempo y distancia,
hacia los lugares públicos más emblemáticos de la Zona Metropolitana, como son
la Plaza de Armas y la Laguna del Carpintero, por mencionar dos de varios exis-
tentes en los centros de Tampico y de Madero.

CUADRO 4. DISTRIBUCIÓN DE LA POBLACIÓN DE LA COLONIA OBRERA DE ACUERDO A


GRANDES GRUPOS DE EDAD, 2010

GRUPO DE EDAD OBRERA


TOTAL MASCULINO FEMENINO
Población de 0 a 14 años 1094 521 491
Población de 15 a 24 años 790 357 401
Población de 25 a 59 años 2682 1304 1502
Población de 60 años y más 949 361 578
Total 5515 2543 2972
Fuente: INEGI, Censo de Población y Vivienda, 2010

83
ESPACIO URBANO

Como notamos en el cuadro 4 el número de habitantes de la colonia era


de 5,515 y a diferencia de la Ampliación Revolución Verde, sobresale el peso
de las personas mayores de 60 años, ya que representan el 17.2% del total de
la población. Es un porcentaje bastante alto en comparación al existente en la
ciudad y en el estado de Tamaulipas. Dentro de los grupos de edad que menos
presencia tienen en la colonia son los menores de 14 años, pero el grueso de los
habitantes en edad de trabajar es considerable. Resalta la participación de las
mujeres en el mercado laboral ya que el 36% de los hogares es dirigido por una
mujer trabajadora.

V.3. La colonia unidad nacional


Esta colonia es conocida como asentamiento de familias cuyo jefe es o ha sido tra-
bajador de PEMEX, principalmente profesionista. La imagen es de un asentamiento
de estratos medios, cuya población tiene ingresos de los más altos en Madero. Uno
de los entrevistados nos mencionó que él tiene viviendo en la colonia desde 1962 y
que él considera que fue de los primeros pobladores. El sindicato petrolero los ayudó
en su asentamiento:
“Si porque le digo que era monte, era monte y nosotros... bueno, el sindicato
‘mandó línea’, todo el gasto nos costó y después toda la gente se nos unió…. Todo
nos costó, luz, agua, drenaje, todo nos costó… te digo, de ahí se vinieron los demás,
luego se conectaron, pero a nosotros nos costó todo. Gente de mi edad o... que...
que haya vivido en esta colonia te dice lo mismo, esta colonia nos costó mucho…”
Una residente, nos menciona cómo ha desarrollado su vida profesional y el
tiempo que lleva en esta ciudad:
“Bueno, en un inicio mi vida matrimonial no la viví aquí, yo en un tiempo
después de que egrese... yo soy enfermera también egresada de la Universidad Au-
tónoma de Tamaulipas, tuve la oportunidad de trabajar en Pemex, posteriormente,
al poco tiempo de ingresar como ‘transitoria’ me otorgaron planta, me fui a México,
allá estuve 10 años, que fue el lapso en el que nos casamos, estuvimos 10 años, allá
nacieron mis dos hijos, uno vino a nacer acá pero allá estuvimos prácticamente.
Después de 10 años nos regresamos y ya tengo de regreso... de regreso tenemos
como 18 años, 18 años viviendo aquí.”
En la siguiente tabla solamente se toma en cuenta la sección norte de la co-
lonia. Como notamos en el cuadro, esta es la colonia más grande de las tres de la
muestra con 7, 275 habitantes y un 21% de la población es mayor de 60 años. Es
el porcentaje más alto de la muestra y además representa a una colonia tradicional
que tiene viviendas de más de 30 años de construidas. Su composición por grupos
de edad es muy parecida a la observada en la colonia obrera con la diferencia de
que el peso de los mayores de 60 en la distribución poblacional es más alto en la
Unidad Nacional.

84
Mario Jurado Formas de apropiación del espacio público en Tamaulipas. El caso de Ciudad Madero

CUADRO 5. DISTRIBUCIÓN DE LA POBLACIÓN EN LA COLONIA UNIDAD NACIONAL DE ACUERDO


A LOS GRUPOS DE EDAD, 2010.

GRUPO DE EDAD UNIDAD NACIONAL


TOTAL MASCULINO FEMENINO
Población de 0 a 14 años 1048 520 481
Población de 15 a 24 años 1083 510 542
Población de 25 a 59 años 3596 1588 1984
Población de 60 años y más 1548 642 905
Total 7275 3360 3912
Fuente: Censo de población y vivienda, 2010. INEGI

La colonia tiene un centro deportivo que es muy visitado por la población de la


ciudad, donde realizan diferentes actividades, como nos menciona una entrevistada:
“Pues existe aquí en el bulevar (López Mateos), la alberca, que es muy amplia,
que tiene también un área verde y pues ahí para hacer reuniones, convivencia, no,
ahí vamos a hacer deporte, vamos a caminar, a veces los muchachos se reúnen para
el fútbol o para jugar a frontón, es con la pared y juegan con la pelotita, pero es
contra la pared, no es uno con otro”

Vi. Los grupos primarios y las actividades

Vi.1. Los compañeros de escuela


Se entrevistaron a hijos mayores de 15 años y a sus padres. En el caso de los jóvenes
tenemos que existen los compañeros de la escuela que aparte de convivir con ellos
en el contexto de las clases en la escuela, también lo hacen para pasear en diferentes
lugares, tal como lo menciona Nancy, una joven que estudia bachillerato y que vive
en la Ampliación Revolución Verde:
“¿Con tus compañeros de tu escuela salen a convivir en algún lugar o nada más
ahí? No, si salimos. ¿Cómo a que lugares? Al cine; Dairy Queen10 pues… no se, nada
más. Al cine, la mayoría de las veces al cine”.
Nancy menciona también, sin embargo, que para ella no son sus amigos, sino
compañeros y que a pesar de que conviven fuera de la escuela en otros lugares pú-
blicos, mantiene una relación supericial con ellos. Pero también nos platica que si
tiene una amiga en la escuela y que curiosamente solamente la ve en clases. Con
ello, Nancy nos releja cómo sus redes primarias están en reconstrucción, ya que a
pesar de la convivencia diaria con sus compañeros no ha logrado construir lazos
fuertes con algunos de ellos.

10
Diary Queen es una franquicia norteamericana que vende nieve y pasteles fríos. Existen establecimientos en 30
ciudades del país según su página de internet http://www.dairyqueen.com.mx/dqtopia/dq_home.php visitado
el 2 de noviembre de 2012.

85
ESPACIO URBANO

En cuanto a los espacios de convivencia, no notamos en este caso un lugar


especíico propio para las amistades. Para Nancy, las pláticas con su amiga se dan
solamente en la escuela. Pero se entiende que siendo una amistad nueva, apenas van
delimitando sus espacios. En ambos casos, de su amiga y sus compañeras, la casa o
la colonia no aparecen como opciones de los lugares de encuentro.
Una de las diicultades para que los compañeros de escuela puedan formar par-
te de los grupos primarios de los jóvenes de esta colonia y de muchas que se encuen-
tran en la periferia es la gran distancia que existe entre las escuelas de bachillerato
y universitarias y la residencia de algunos de los estudiantes, sobre todo de aquellos
que viven en colonias de bajos ingresos y que no pueden costear los traslados coti-
dianos para fortalecer estos vínculos. Por eso la distancia física puede constituirse
en un obstáculo para estos jóvenes.
En la colonia Obrera la mayoría de los jóvenes entrevistados ya terminaron sus
estudios, salvo dos que aún se encuentran estudiando sus últimos años en la Uni-
versidad. Como quiera, se les preguntó sobre las actividades que realizaban con sus
excompañeros de escuela y si todavía se mantienen en contacto con ellos. Después
de escuchar sus rutinas con sus excompañeros de escuela, nos queda claro que, te-
nemos dos tipos de vínculos entre ellos. Por una parte existe una convivencia mutua
fuera de clases, pero no muy estrecha. Durante su época como compañeros acos-
tumbraban a ir a comer, a visitarse y jugar cartas o lotería, o a ir a la playa, pero no
se convertían en amigos íntimos, a tal grado que una entrevistada nos menciona que
a sus excompañeros de preparatoria, ya no los ve, ni ellos la visitan.
Otro tipo de vínculo, más estrecho, se construye cuando, los excompañeros son
del nivel básico escolar. Probablemente tiene que ver con el ciclo de vida, durante
la niñez, los niveles de socialización siguen siendo importantes para la formación
de la personalidad y los vínculos con las personas tienden a tener otros signiicados,
a tal grado que se forman lazos más irmes. Por eso una de las entrevistadas nos
platica cómo aún se sigue juntando con sus excompañeras de secundaria. Ahora,
que algunas de ellas están casadas, es común que se reúnan en los “baby showers”.
También este vínculo se puede fortalecer, si aparte de haber sido compañeros
de escuela, son vecinos, porque regularmente se conocen desde su niñez. Uno de
los jóvenes nos platica como su compañero de escuela, que también es su vecino,
se convirtió en su compañero de trabajo, ahora que están haciendo sus prácticas
profesionales y han decidido emprender un negocio.
Los lugares de reunión de los ex y compañeros de la escuela comúnmente son
las casas de ellos o en algunas ocasiones, la playa, un rancho o las iestas, bodas
o cumpleaños, dependiendo de su grado de vinculación. Como hemos notado, los
vínculos primarios tienden a ser selectivos. Del gran grupo que son los compañeros
de escuela, solamente uno o dos son los que pertenecen al universo de amigos del
entrevistado. En los casos que hemos tenido, predomina más el compañerismo tem-
poral que depende del ciclo escolar y no la amistad que se prolonga más allá de los
semejantes intereses escolares.

86
Mario Jurado Formas de apropiación del espacio público en Tamaulipas. El caso de Ciudad Madero

Vi.2. Los grupos religiosos


Los grupos religiosos también están presentes en algunas de las familias que en-
trevistamos. Una de las jóvenes de la Ampliación Revolución Verde, que participa
en algunas actividades de la iglesia católica, tales como el catecismo o el “leer el
rosario”, pertenecer a un grupo religioso es como una extensión de su convivencia
familiar y vecinal.
Esta es una actividad que ocupa su tiempo libre, sobre todo los ines de semana y
hasta ahora ha sido una de las actividades que fortalece el vínculo familiar pero no el
de los amigos. Es decir, en este caso, no existe una motivación entre pares para partici-
par en los grupos religiosos. Dentro de este grupo religioso aparecen más los vínculos
entre adultos y entre personas de diferentes edades y hasta cierto punto también ha
fortalecido los vínculos entre algunos vecinos, como nos comenta una señora.
“No… bueno, yo me siento contenta, porque en cierto modo este… pues veo
que lo que… o sea, la inquietud que uno tenía (organizar a vecinos para actividades
religiosas), la gente responde y… vemos, para nosotros el fruto es de … como decir,
ya participan, participaron en lo que es el Vía Crucis, ya esta pareja decidió casarse
por la iglesia, o sea, … ésa es la alegría de nosotros, de mi familia. Y ahorita como
para el próximo ciclo, de ahí vamos a armar un grupo de catequesis, pero ya más
fortalecido, vaya, ya que vayan más con espiritualidad…”
Alrededor de los grupos religiosos se forman otros grupos como el de música,
pero las características siguen siendo heterogéneas y no surgen como iniciativas
juveniles. Uno de los jóvenes entrevistados nos dice que:
“…. Me invitaron porque yo compré la guitarra, y vamos a salir en un evento
cuando estaba en la secundaria, compré la guitarra y salí y ya no la ocupaba, me
invitaron y ya… Un señor, el coordinador del grupo (me invitó)…. Éramos como 30
(al inicio) y quedamos como unos 15, la mitad”
Pero con los muchachos de la iglesia no acostumbra a salir a otros lugares:
“¿Con estos chicos de la iglesia nada más en cuando van a tocar o acostumbran
visitarse o ir a pasear o salir de viaje? No, de viaje no, pasear menos, no, nada más
cuando tengo tiempo libre voy a su casa…”
Los entrevistados de la colonia Obrera no pertenecen a grupos religiosos, aunque
si son católicos, no son militantes y su relación con la iglesia católica es muy débil.
Pero dos de ellos nos platican cómo en la iglesia de su colonia se realizaban cursos
de capacitación que les ayudaba a tener un vínculo más estrecho con la comunidad.
De ello podemos darnos cuenta del impacto que tiene la iglesia más allá de los
intereses de los militantes, es decir, con parte de la población que no es creyente. Sus
actividades también tienden a diversiicarse para cumplir con necesidades prácticas.
No obstante, en este caso, los cursos tuvieron una corta vida ya que los maestros
dejaron de asistir. Para los entrevistados, se limitó un espacio grupal capaz de incidir
en la creación de más vínculos entre los vecinos.
La presencia de la religión parece también encontrarse en algunas familias de
clase media. Un joven que pertenece a una comunidad católica, nos platica sobre

87
ESPACIO URBANO

cómo ésta pasa a representar el núcleo de su convivencia con sus pares. A diferencia
de las familias entrevistadas de la colonia Ampliación Revolución Verde donde la
religión congregaba y permitía la convivencia entre jóvenes y adultos, en el caso de
este joven el grupo religioso representa para él, un espacio de impulso a sus ideas:
“... fíjate que a lo mejor que pueda parecer un caso extraño, pero yo pertenezco a
una misión, una misión católica y pues mis principales lugares de incidencia, donde se
convive, pues es la misma parroquia, por ejemplo, los jueves tenemos las reuniones, en
las reuniones aparte de que compartes, que tienes una enseñanza, una oración, compar-
tes con tus hermanos, con tus amigos y yo creo que dentro de la misma misión tenemos
ciertas actividades que hacer y organizar y esa se realizan en nuestras propias casas.
Entonces las visitas y convivencia se llegan a realizar dentro de las mismas casas”
También el grupo religioso se comporta como un espacio de resocialización
después de una ruptura en el ciclo de vida, tal como se platica aquí:
“Sí, deinitivamente ha sido un impulso, algo que me ha acogido, que me ha
abrazado, que te da la fortaleza para los momentos difíciles que pasas, una comu-
nidad como ésta y más que es una comunidad Cristo Céntrica, que está basada en
la fe, ayuda deinitivamente a sobrepasar, sobrellevar o a superar las diicultades,
en este caso la mía, la separación de mis papás, la situación económica... te ayuda
mucho, aparte que lo vives con hermanos que te apoyan, entonces es muy noble y
muy acogedor.”

Vi.3. Los vecinos:


La convivencia con los vecinos tiene sus particularidades. Una de las entrevistadas
le gusta convivir con algunas vecinas, pero no toma la iniciativa en llevar la amistad
porque considera que podría parecer impertinente. Lo que sucede es que las vecinas
visitan a la entrevistada para platicar con ella en su casa. Por eso nos dice: “Pues yo
a todos les hablo. A todos les saludo, a todos les hablo, platico, pero no acostumbro
andar en las casas, o sea, andar… (¿y ellas?) Sí, conmigo sí vienen. Ellas vienen, por-
que ellas ya saben que yo no voy a ir. Inclusive a veces vienen y desayunan conmigo,
toman café…”
La convivencia entre los vecinos en ocasiones no es tan estrecha, se tiende a
buscar ser cordial, pero en el sentido de una obligación o de una conveniencia que
le permita no convertirse en persona conlictiva: “¿Cómo considera que es su rela-
ción, con sus vecinos) Pues… o sea, cordial, o sea, no hay, no hay… problema con
ninguno… Ajá, el… saludo normal, y… Estar en contacto frecuente con ellos, no.”
Pero, al parecer este vínculo era más fuerte décadas atrás en la colonia Obrera,
debido a una mayor intensidad de convivencia social entre vecinos: “Anteriormente
sí. Ahorita no, muy poco. Últimamente nada más lo único que están haciendo es…
festejos… ¿cómo le llaman?, o sea, fechas… Por ejemplo, el día del niño, el día de
las madres, posadas; es lo único; o sea, las más… las más… ¿cómo le llamaremos?,
las más… importantes… De que yo tengo así, memoria, como… unos 30 años; era
la convivencia… en colonia, era más… o sea, hacían… del niño, cerraban calles,

88
Mario Jurado Formas de apropiación del espacio público en Tamaulipas. El caso de Ciudad Madero

o sea, todo lo que era [inaudible]. En posadas, igual. Pero iban todos los vecinos.
Ahorita casi no. ”
La antigüedad de la colonia Obrera permite a los entrevistados hacer un ba-
lance que tiene que ver con su convivencia y con la vida social desarrollada en el
contexto de su colonia. Es probable que los movimientos migratorios dentro de la
colonia y la forma en que las nuevas generaciones se interrelacionan con los espa-
cios sociales urbanos (como la escuela, el trabajo, los espacios de encuentros, etc.)
permiten una mayor diversiicación de las relaciones entre vecinos.
Ahora, antiguos residentes han cambiado de colonia, otros han muerto; o los
hijos han establecidos vínculos con otros espacios de la ciudad, debido al trabajo o
el estudio; que van más allá de sus redes vecinales. Por eso, ahora, los vecinos de-
tectan una menor intensidad en la convivencia y un desconocimiento de la vida de
los otros en la colonia. Al parecer, este tipo de efectos se notan más en las colonias
más antiguas. Cuando se le pregunta a una entrevistada por sus vecinos solamente
reconoce a pocos que estaban cuando ella llegó a la Obrera: “….. Bueno, las de
enfrente… Sí. Pero en ese tiempo eran muchachas.”
Así, la fotografía actual de la Obrera, muestra cambios radicales, como dice una
vecina: “Ahorita ya hay bastantes casas de Infonavit11 ahí, y todo; arreglaron bien;
rellenaron la fosa, y todo bien. Ya… Y toda la gente ya de antes, cuando yo estaba,
pues ya no está…. No, ya no están; ya se murieron.”
La entrevistada retrata muy bien cómo era la convivencia: “Sí, cómo no. Y mu-
chachos, y los muchachos… Le digo que estaba ese muchacho que estaba ahí; y
pasó ahorita y dice «Yo me acuerdo [de] cuando estaba chiquito, que venía aquí a
ver…» Pues estaban todos los muchachos; y pues venían, y venían a ver la tele un
montón de chamacos. Que, por cierto, una vez, uno de ellos estaba viendo la tele
aquí, y pasó otro chamaquito, y le dijo «Vente; vente, vamos acá, abajo, al pozo»;
pues ahí: se salió de aquí, para irse a morir ahí. Ay no; cuando van diciendo…
N’ombre, todos los chamacos llore y llore. Lo acababan de tener aquí…”
La interacción vecinal parece seguir una tendencia observada por los sociólo-
gos urbanos sobre las relaciones sociales entre los individuos en una zona urbana:
en la medida en que crece la ciudad y se moderniza la sociedad, la interacción cara
a cara disminuye y da pie a una relación más impersonal y por lo tanto, los indivi-
duos ven reducida su red básica de interacción (Lezama, 1993)
Antes, en la colonia Obrera, se identiicaban las personas que relejaban este
tipo de relación más intensa entre vecinos. Existía la señora que ayudaba a los demás
y que era reconocida por todos los vecinos. Tal vez esto también tiene que ver con
la disminución de la solidaridad y la imposibilidad de disponer de tiempo para las
actividades colectivas: “Aquí se hacían piñatas. La señora de la esquina (que en paz
descanse), todo era de ella, todo, todo, todo. Tenía un jardín pero bien bonito. Ella

11
Casas de interés social obtenidas mediante un crédito estatal. Tienden a tener una uniformidad arquitectónica en
relación a las fachadas, tamaño, distribución interna de los espacios, etc.

89
ESPACIO URBANO

ponía una mesa larga allá, y ella decía «Usted, mis chamacos y los de enfrente…»,
y todos se juntaban y hacían las piñatas, hacían… pues sí, compraban los dulces y
todo. Y ella siempre hacía la cena y un ‘pastelote’ para todos los muchachos. Sí, de
la colonia; de aquí, .. todo, de aquí. Se acabó Lupita, se acabó todo.”
Otros de los aspectos que resaltan es la transformación de la colonia, donde
algunos de los hijos de los habitantes originales tuvieron posibilidad de estudiar una
carrera universitaria que les permitió tener una visión de su vida cotidiana, más allá
de su espacio inmediato. Además, como resalta una entrevistada, el título univer-
sitario les proporciona a sus portadores, una visión clasista de la realidad: “….por
ejemplo, los de la licenciada. Pues ella tuvo una vida… como nosotros, ¿no?, pobre.
Pero ahora, como es licenciada, pues ya; ella no hace como uno, .. ahora no; ahora
cada quien tiene a sus chiquillos, pero los tiene… No. No, porque como ya son de
otra categoría, ya no, ¡ya no quieren con la chusma! [risas]”.
También puede verse como algo que tiene que ver con las nuevas generaciones.
Quienes mantienen una mayor vinculación vecinal son los viejos, ya que en reuniones
realizadas para solucionar problemas vecinales, ellos son los que asisten principalmente:
“No; nada más uno que otro. Unos por el trabajo no pueden asistir; y otros porque no
quieren. O sea, por lo regular siempre son los mismos, y pues son los que ya tienen mu-
cho tiempo aquí. Ya los vecinos nuevos, no, casi no….. mi papá es el que va.”
En algunas secciones de la colonia, la solidaridad entre vecinos se mantiene. Pero
bajo nuevas formas (más utilitarias) y entre vecinos más jóvenes: “… me hablan muy
seguido, a cada rato… a cada rato, o sea, bueno, a veces… A veces… depende del
día, a veces a cada rato me hablan al celular: «Oye, ¿qué estás haciendo?»… O cuan-
do ellos no pueden, y querían ir al Centro, los llevo yo… O si quieren que vaya con
ellos, porque van a hacer un pago y no pueden bajarse, o… que les eche la mano en
hacer algo… o así…..Pues yo sí les he pedido favores como, cuando mi carro no sirve,
les pido su carro. Sí me lo prestan. O… que me presten cuando no tenga gas, sí me
prestan, y aunque sea un [inentendible] menos. No les pido mucho; 50, 100 pesos.”
Pero, a raíz de la inseguridad, la convivencia ha disminuido: “….antes nos jun-
tábamos en las noches ahí, en la esquina, y… y ahorita …. ya no, porque… pues
luego ahí pasan cosas…..Ya tiene como… dos años.”
“No sé. Te puedo decir, por citarte un ejemplo: la playa; de día, obviamente.
Porque de noche ya no es factible. Sí, voy, pero voy más temprano; o, en su defecto
vas a un lugar donde haya más gente. Antes, no sé, ibas a las Mentadas... no sé, yo
les llamo “plazoletas” pero se llaman... donde estacionan tus coches y demás. Bueno,
antes era ahí y es que ahora, con todo esto de la inseguridad, ya no se puede. Ya llegas
y... o llegas, paras tu carro y te metes; a’i andas tú caminando sobre la orilla del agua.”
Cuando los amigos coinciden en ser los vecinos también, la dinámica de la
interacción cambia: “… Sí, los que aquí, de la colonia; a veces aquí, en casa de una
amiga, aquí atrás, en la otra cuadra. Ahí, por decir, el in de semana nos vamos ahí
con él y rentamos películas… ya que palomitas, o que hace una carne asada… ya
ellos, pues sí, los que toman, pues…”

90
Mario Jurado Formas de apropiación del espacio público en Tamaulipas. El caso de Ciudad Madero

Cuando la amistad no está implicada en la relación vecinal, la red social se


construye más de una manera individual y dentro de un contexto de capital social,
donde la red beneicia a los vecinos:
“Pues muy buena, la verdad, la relación. Lo que no me parece se los digo, y lo
que no les parece me lo dicen. Y yo creo que la mayoría, si preguntas por mí, aquí,
me conocen. Exactamente. Por lo regular, por cuestiones de cómo se llama, de que
“Oye, arréglame una máquina” o de que “Ve a tal lado”, “Échame la mano con esto,
échame la mano con lo otro”. Igual, de igual manera yo con ellos.”
Tal como lo mencionan algunos entrevistados: conocen bien a sus vecinos, pero
la convivencia con ellos se limita a una buena tolerancia, pero no a una intensa
participación para solucionar los problemas de la colonia o para incar amistades.
Algunas mencionan que a veces existen conlictos con algunos vecinos sobre el uso
de los espacios comunes (como la calle) pero que no es lo común. Curioso es que el
vínculo con los vecinos a veces es por medio de otro espacio como la iglesia:
“Pues como actividades de la colonia propiamente no hay, los que realizan
actividades que ayuden a convivir como familia, reunirnos con los vecinos, es la
parroquia que está en la colonia, donde hacen kermeses... entonces los feligreses de
ahí de la colonia acuden y apoyan a la Iglesia, entonces se logra una convivencia
entre ellos mismos, pero no es como tal de la colonia, sino que es de la parroquia”

Vi.4. La familia nuclear


Otro de los actores importantes en el fortalecimiento de los grupos primarios dentro de
la familia, son los adultos. A partir de la jerarquía de los miembros dentro de la familia
nos damos cuenta del liderazgo de los padres sobre las actividades que fortalecen o
debilitan los vínculos de los hijos con sus familiares indirectos o dentro de la misma
familia nuclear. Las actividades y la dinámica de la familia como grupo primario está
guiada por los padres, mientras que los hijos tienen un papel más subordinado.
Notamos que el fortalecimiento de la familia nuclear, donde participan todos
los miembros, se fundamenta en actividades como pasear en el centro de la ciudad
de Tampico o ir a comer a un restaurant, esporádicamente, no habiendo una cotidia-
nidad, ni una frecuencia determinada.
En las dos familias entrevistadas en la colonia Ampliación revolución verde,
notamos una gran intensidad en el trato entre los miembros de la familia nuclear. In-
clusive, existen tareas especializadas derivadas de la división del trabajo interna. La
cotidianidad pasa por quien se encarga de “ir al mandado”, quien (es) cuidan a los
hijos pequeños. Los espacios de la convivencia cotidiana de la familia nuclear están
en la vivienda principalmente. Salvo las idas al supermercado o a la tienda, cada
uno de los miembros tiene sus propios espacios. Algunos van al Centro Comunitario
ubicado en la colonia, a participar en las actividades o para utilizar las computado-
ras y así avanzar en las tareas; otros se van solos a la escuela o al trabajo; algunos se
divierten en la calle o el campo de futbol con los amigos; otros visitan a sus amigos
en sus viviendas.

91
ESPACIO URBANO

Pero en grupo, la familia nuclear solamente sale a comer en algún in de semana o


a pasear al centro de la ciudad; o van a visitar a sus parientes o reciben a familiares en
sus casas. Pero esto no es cotidiano, sino esporádico, como se comenta párrafos arriba.
El miembro más solitario de la familia nuclear es el padre de familia. En las
familias entrevistadas los padres tienen jornadas largas de trabajo y cuando llegan
a casa después de regresar del trabajo, tienden a permanecer solos descansando,
viendo televisión. Casi no comparten actividades con sus hijos. Aunque, después
de algunos acontecimientos vinculados con la inseguridad en la zona, han buscado
estar al tanto de la ruta de regreso de la escuela a casa, de sus hijos. En ocasiones,
cuando lo consideran necesario, sobre todo cuando es de noche, acuden a la parada
del camión a esperar a sus hijos para regresar con mayor seguridad a casa. También,
los padres casi no conviven con los vecinos, si acaso uno de ellos tiende a convivir
en los grupos religiosos los ines de semana, pero en el diario acontecer, solamente
saludan a los vecinos pero no conviven con ellos.
En la colonia Obrera una de las familias entrevistadas vive en un hogar amplia-
do, donde residen seis hijos, algunos de ellos casados y con descendencia. Otros tres
de la familia nuclear viven cerca del domicilio de sus padres.
La mayoría de ellos se ven a diario en la casa de sus padres, en las mañanas se
juntan a platicar. La interacción es intensa y se desarrolla principalmente en casa de
los padres e incluye a la descendencia de los hijos.
Otra familia nuclear entrevistada está compuesta de cinco miembros: tres hijos
varones y los padres. La convivencia es más débil debido a que el padre trabaja de
taxista en la noche y duerme de día. Se levanta a las seis de la tarde y casi no convive
con su familia. Tiende a estar en su cuarto viendo televisión. Uno de los hijos comenta:
“… Fíjate que con mi familia es muy raro, la verdad. Pero con mi hermano, de
repente que nos pega la loquera y “Oye, sabes qué, vamos a Morón”, en este caso,
“Ah, órale”; o, en su defecto, si es aquí que “Vamos a comprar, no sé, pollo, o vamos
a comprar comida china; y háblale a mi tía, que es la que viene”. No sé, a los que
están aquí cerquita es a los que se les habla. Pero en realidad, que digas tú, salimos
cada semana... pues no.”
Como vemos en el párrafo anterior la convivencia se desarrolla más entre los
hermanos y entre algunos miembros de la familia extensa.
Mientras que la familia que vive en un hogar ampliado tiende a convivir hacia
adentro, incluyendo con miembros de la familia extensa, la otra familia tiende a
convivir más hacia afuera: la madre se reúne con vecinas y amigas provenientes del
grupo de Zumba; el padre convive supericialmente, pero cotidianamente, con la
clientela que regularmente mueve en su taxi. No necesita citarse con ellos en otra
parte, sino que la convivencia se da mientras se trabaja. Los hijos conviven más
entre ellos y con sus amigos, vecinos y novias, que con sus padres. La red básica se
construye hacia afuera, principalmente.
En algunas familias los diferentes miembros realizan actividades múltiples du-
rante los días regulares de la semana (de lunes a viernes) Algunos trabajan a diferen-

92
Mario Jurado Formas de apropiación del espacio público en Tamaulipas. El caso de Ciudad Madero

tes horas y otros estudian y trabajan para poder mantener los pagos de la colegiatura
y los gastos derivados de estar estudiando. En estos casos, los miembros de la fa-
milia nuclear, pueden ponerse de acuerdo para dedicarle un día a su convivencia,
tal como lo destaca Miguel, un joven de la Unidad Nacional que estudia y trabaja:
“Pues ya estando aquí en Tampico... yo me acuerdo mucho cuando estábamos
en el DF, veníamos muy seguido aquí a Tampico y lo principal que veníamos era a
la playa... la playa era como el atractivo principal en aquel entonces, posteriormente
yo creo que era ir a los centros comerciales los domingos, uno que otro parque que
asistíamos... pero no era muy cotidiano, era más el ir al cine, a misa los domingos y
posteriormente ir a comer a un restaurante y ya después a ir a dar la vuelta al centro”
Como notamos esta familia concentra en un día, o dos, las visitas a los dife-
rentes tipos de espacios públicos que les sirve de base para relacionarse con más
tranquilidad y poder platicar los planes de la siguiente semana.
En el caso de la familia de Miguel, también los paseos incluyen espacios fuera
de la zona metropolitana, como visitar a lugares turísticos de la huasteca potosina.

Vi.5. Familia extensa


En las dos familias entrevistadas de la colonia Ampliación Revolución Verde, existen
parientes que viven en otras ciudades. Los abuelos, algunos tíos y primos viven en
Veracruz; otros en San Luis Potosí. No obstante los vínculos entre ellos se han visto
limitados. Una de las entrevistadas menciona que ya no los visita tan seguido
“…. voy así… cada un… cada año, dos años voy…Digo, mi mamá es la que
viene para acá de… Pues, ahorita, por el peligro de los chamacos… Las carreteras…
Le piensa uno para salir…”
Los viajes de visita a los demás miembros de la familia extensa no son con todos
los integrantes del núcleo familiar, ni con la misma frecuencia. Solamente alguno
de los miembros más importantes es el que se traslada en carretera para visitar más
frecuentemente a los demás.
“… mi papá falleció. Mi mamá, sí; o sea, nos vemos; mis hermanos y todo, nos
vemos…. Sí, están allá en Veracruz; y mi mamá es la que viene seguido; hace un
mes que vino; es la que la veo… Ella sí quiere que vaya; pero, le digo, es que yo no
quiero exponer a mis hijos; tanto peligro que hay ahorita…”
Las pocas visitas que se realizan entre los miembros de la familia extensa tienen
que ver con algún acontecimiento importante, como bodas, cumpleaños, iestas de
quinceañeras, etc.
Al igual que las otras familias entrevistadas, las de la Unidad Nacional, tienen
familiares dentro y fuera de la Zona Metropolitana y las reuniones entre ellos son
en las casas de los hermanos, tíos y principalmente de los abuelos. Y siempre son
las fechas importantes las que permiten la reunión de la familia extensa. Tal como
menciona Miguel:
“Con la familia de mi mamá había una fecha muy especial... pues evidentemen-
te el 24 y el 31 diciembre nos reuníamos con mi abuelita de parte de mi mamá y una

93
ESPACIO URBANO

fecha que era muy importante para nosotros que era el 27 julio que es el cumpleaños
de mi abuelita, entonces toda la familia, los 11 hermanos con mi mamá, todos sus
hijos, familiares, primos, hacíamos una convivencia muy grande de 60 o 70 personas
con la familia, esa es una. Y ya los ines de año, los 24 y 31 diciembre era compartir
entre familia las festividades.”

a) Los novios
Los espacios de convivencia entre novios van cambiando y la intensidad de la rela-
ción también. Por ejemplo, Sandra tiene un novio que no vive en Madero, sino en
Aldama Tamaulipas. Él ha tenido problemas con la vista y se tuvo que mudar a la
casa de sus padres que viven en Aldama. Esta situación vuelve más difícil la convi-
vencia. Sandra se comunica con él por celular. Su contacto es diario, pero ya no es
directo como antes:
“Pues cada.... ahorita ya es menos, ya no lo veo tan seguido como antes. Des-
pués de eso, cada, un mes. Antes era más seguido, ahora es más difícil…”
Antes de la enfermedad que le aqueja actualmente al novio, la pareja acos-
tumbraba a ir a la playa, a la zona de las escolleras. Que es la parte más antigua y
tradicionalmente turística de Madero.
En otro caso, Ricardo, nos comenta el tiempo que tiene la relación con su novia:
“Yo tengo con ella… ay, ya perdí la fecha, pero… yo digo que unos siete, ocho
años tengo con ella. Sí somos novios como desde los 15 años, o así, sí. ”
Se conocieron y establecieron relación, gracias a amigos comunes: “Nos cono-
cimos… yo vivía en el Centro de Madero, y ella estaba en una prepa, a una cuadra
de mi casa; y pues, fue así, algo… pasó, y la conocí… Por otros amigos les pedí que
me la presentaran, y así fue como la conocí.”
A pesar de que ya tienen un hijo, tratan de darse tiempo para salir a pasear como
pareja:
“Pues, los ines de semana normalmente, cuando salimos -ahorita con el bebé
casi ya se ha ido un poquito, por el cuidado del bebé-… pero salimos a discos; o sa-
limos de día a algún restaurante a comer, a visitar a su papá, a su mamá [de su novia]
(que viven en otra casa), a los amigos (que viven en otra colonia).”
En otro caso, la relación también se logra por medio de las amistades: “Una
amiga mía me la presentó a ella. De hecho la iesta fue en la casa de ella.”
Los lugares de convivencia entre los novios son los lugares emblemáticos en la
ciudad. Este es el caso de la Laguna del Carpintero, donde las familias se reúnen,
los turistas las visitan para ver a los cocodrilos; se pasean en el bote que hace un
recorrido en la Laguna con el objetivo de ver los espacios y escondites de estos ani-
males. También en este parque, los niños juegan, patinan, mientras que los depor-
tistas corren por la vereda construida para tal. Es un espacio multiusos y un lugar de
encuentro heterogéneo.
Aparte de la playa y este parque, los novios también se reúnen en casas de los
amigos a ver películas, o van al cine:

94
Mario Jurado Formas de apropiación del espacio público en Tamaulipas. El caso de Ciudad Madero

“[Sí], sí, a dar la vuelta. O igual nos vamos a la casa de una amiga, de ella, a
ver películas, o al cine de vez en cuando. Cuando hay, ¿verdad?....Sí… Al cine… O
si no, ahí, en la casa de ella, o sea… ahí, voy a su casa….”
Al igual que en la pareja anterior, algunos lugares de paseo, son de consumo y
exigen ciertos gastos, lo que varía la frecuencia y los lugares de paseo:
“Normalmente es... Cinemex. Cuando ya queremos ver una película en 3D ya
nos vamos a Cinépolis; es muy poco. Pero por lo regular son esos, y ya cuando an-
damos de pobres y jodidos, nos vamos ahí al de Universidad”
“No tenemos lugar favorito en especíico... Pero, es que es dependiendo las
ganas. A mí, en lo personal, me gusta el Sirloin (un restaurante), ahí en la avenida
Hidalgo; a mi novia le gusta... la comida italiana, le gusta la Tarantella. Pero yo no
voy mucho, no le voy mucho a ese lugar; me gusta más el Sirloin. Pero en sí, en sí,
en sí... vamos a donde caiga, y a veces a donde te permita la economía. A veces ter-
mina uno aquí en los tacos de la esquina y, no importa, el chiste es salir y convivir.”
Este otro entrevistado nos detalla cómo conoció a su novia. También nos ejem-
pliica cómo interviene en el nacimiento de esta relación, alguien cercano a él. Pero
además, nos damos cuenta que los espacios de recreación, también son lugares de
inicio de una relación.
“Pues mira, cómo nos conocimos... Ella tenía a su hermano aquí, estudiando
ahí precisamente en la UAT, estudiaba Medicina... Entonces, ella vino de vacacio-
nes en alguna ocasión, y era de la clásica de qué pasa y yo les decía a mis amigos
“¿Sabes qué? Me gusta esa chava” y “Me gusta esa chava”. Y como yo soy muy es-
candaloso, la verdad, en ese entonces, pues salía de su casa, venía de vacaciones
y salía de su casa y le decía “Ay, que qué guapa estás”, y le gritaba, pero yo de que
iba enfrente de la banqueta y ella en la otra y de “Ah, que estás bien guapa”, nomás
volteaba, veía quién era y se volvía a voltear. Y así fueron varias ocasiones hasta que
un día invitamos a su hermano a jugar futbol nosotros y, ya, le dijimos... Yo le dije
que invitara a su hermana y ahí, ya en el partido, pues clásico, le pides su número,
luego un mensaje, luego te contesta, y ahí se dio la relación...”
Siendo novios, se ven diariamente, salvo en uno de los casos donde el novio
vive en otra ciudad, los otros entrevistados tienen una convivencia diaria:
“Por lo regular, voy yo a su casa; pero ella viene cuando le pega su regalada
gana. Ahorita últimamente, casi no; pero por lo regular aquí se la vive, por así de-
cirlo.”

b) Los jóvenes y el futbol


Los jóvenes de la Ampliación Revolución Verde se reúnen para jugar futbol ya sea en
el Centro Comunitario que se encuentra en la colonia o en un área que fue habilita-
da como campo de futbol por los mismos jóvenes que tuvieron que realizar trámites
ante Pemex debido a que existen conductos subterráneos que transportan gas o ga-
solina y que impiden a los pobladores realizar construcciones en ese terreno, pero
que se puede utilizar como área de juego sin ninguna consecuencia.

95
ESPACIO URBANO

De acuerdo a lo que pudimos observar en la colonia Ampliación Revolución


Verde podemos decir que existen dos formas de participar en el futbol: la formal e in-
formal. La formal se realiza en el Centro Comunitario por dos aspectos importantes:
debido a que se necesita la inscripción de equipos y el pago de arbitraje y además
implica permiso para utilizar el campo, puesto que es necesario planiicar los ho-
rarios de juego. El hecho de que el Centro Comunitario y su cancha de concreto de
futbol, estén bardeados, representa un obstáculo para su uso, al menos que se tenga
permiso o se pertenezca a un equipo. Es claro que la participación de los grupos de
jóvenes en el Centro Comunitario es más formal y no cotidiana, sino planiicada.
La informalidad en el juego de futbol se desarrolla en las calles y en el parque
habilitado. Los grupos de jóvenes forman las llamadas “retas”, que son equipos rota-
tivos que se enfrentan entre si y que se forman en el momento del juego. Son como
equipos fugaces que no tienen nombre que los identiique, ni entrenador que los
dirija. Esta forma de recreación de los grupos es espontánea, voluntaria y no planii-
cada con anterioridad. No existe un calendario de juegos donde se especiiquen los
días de juego y los contrincantes. En realidad, las “retas” se forman en el día en que
se juega y con los jóvenes que están reunidos en ese momento y que quieran jugar.
Esto signiica que no existe un compromiso con anterioridad.

Terreno baldío habilitado como campo de futbol por jóvenes vecinos de la Ampliación
Revolución Verde.

Esta forma de convivencia posibilita y da libertad al joven de poder desarro-


llarla, de esta manera, puede utilizar este tiempo que le dedica al juego, en otras
actividades más vinculadas con su sobrevivencia diaria, si así lo desea. En este tipo
de convivencia no existe la coacción social derivada de los compromisos formales.
Este ambiente de libertad y de espontaneidad es muy apreciado por los jóvenes,

96
Mario Jurado Formas de apropiación del espacio público en Tamaulipas. El caso de Ciudad Madero

porque no existen costos monetarios y permiten una libertad, tanto sobre el tiempo
dedicado y quiénes participan y; para el individuo, con quiénes se pueden organizar
para jugar.
Entonces, en términos de espacios públicos, el parque habilitado y la calle
misma, son más propensos para el fortalecimiento de los grupos primarios de los jó-
venes que el campo de futbol del Centro Comunitario que representa una inmersión
más formal y menos cotidiana del juego.

c) Los amigos
Los mejores amigos surgen desde diferentes experiencias y se encuentran involu-
crados en diferentes actividades básicas conjuntas. Para Guadalupe, su mejor amiga
es quien vive con ella desde hace seis años. Ya era su amiga antes de compartir re-
sidencia, pero por problemas personales, decidió darle alojo en su casa. Su amiga,
también está bastante involucrada con la familia de Guadalupe ya que pasea junto
con ella y sus sobrinas y realiza tareas domésticas conjuntas.
Guadalupe es una soltera joven, mientras que la señora Vicenta que tiene
aproximadamente 50 años y que es ama de casa, ha buscado realizar actividades
deportivas para poder sentirse mejor de salud. Ella en las mañanas va a bailar “Zum-
ba” y como comenta, ha sido un buen lugar para hacer amistades y duplicar sus
espacios de convivencia. Por ejemplo, ahora las integrantes del grupo de Zumba se
reúnen en otro lugar para platicar y convivir. Lo hacen con regularidad, cada quince
días:
“…Sí. Nos vamos así al… así al ‘Super Cream’, casi siempre vamos….Aquí en
Madero, la dirección no la sé,…Sí, nada más nosotras (vamos)…. A pos desde… a
veces vamos a otros lugares, pero casi siempre vamos ahí. Pues, desde que entré,
me invitaron y yo fui. Y como le digo, yo no salgo. No salgo, entonces mi esposo me
dice: “no, pos vete, vete a convivir un rato” y sí, la verdad que yendo ahí a Zumba,
yo me siento bien, me siento más ágil, más todo, y bajé de peso aparte, bastante.
(Entonces, ¿sí cree que es un buen lugar para hacer amistades, éste?) Pues sí, o sea
que… pos sí.”
Como se comentaba en el apartado pasado, los amigos también surgen de la
convivencia vecinal. A pesar de los cambios que ha observado la colonia Obrera,
algunos jóvenes, mantienen amistad con otros jóvenes de la colonia:
“….Sí… Sí, de hecho, pues, la mayoría los conozco, pues sí, desde chicos; casi
nos conocemos desde chicos…. Sí, cada… por lo regular cada… cada viernes y
sábado hacemos algo en casa de un amigo de aquí atrás.”
Uno de los lugares favoritos de los amigos de los jóvenes es la playa, pero últi-
mamente los paseos hacia la playa son menos regulares y bajo un horario limitado:
“… Sí, porque yo antes… iba con unos amigos de aquí, a la vuelta; nos íbamos
mucho a la playa los sábados en la noche… Nos íbamos allá así… Con los que iba
ninguno tomaba; bueno, uno, pero moderadamente, o sea, tres botes a lo mucho,
cuatro; y el otro no tomaba; y nos íbamos, igual, a… ahí, a estar platicando, vien-

97
ESPACIO URBANO

do… qué es lo que pasaba, y todo eso… Pero sí, ya desde que empezó todo eso (la
violencia), pues ya… ya, o sea, dejamos de ir.”
Otra fuente de amistad que ya se comentaba, pero que tiene un impacto limi-
tado, es la escuela. Pero no obstante, estas amistades surgidas de la convivencia
escolar tienden a ser duraderas. Uno de los entrevistados nos hace saber una de las
actividades (las posadas) que realiza con sus amigos excompañeros de la escuela,
donde resalta que se ponen de acuerdo por medio del facebook. Con esto se resalta
el internet como un lugar de encuentro:
“…Hace, mmm.... siete años; no, cinco años: de cinco años para acá… Pues
platicamos pero yo creo que... es más que nada por vía messenger o internet, o en
su defecto por facebook, que ahora es la novedad, pero en sí, en sí, en sí es por esos
medios, y por ahí es donde se les avisa y demás... pero no es de que “Oye, voy a
tu casa y te aviso: ‘Oye, voy a hacer una posada’”. No; es de, si te llego a ver en
la calle te aviso “Oye, sabes que va a haber una posada para tal fecha, para que te
organices.”

Vii. La inseguridad y el uso de espacios públicos

El estudio sobre los grupos primarios y el uso de espacios públicos en Madero, se ge-
nera en un contexto de inseguridad, violencia y de crisis económica. Las entrevistas
necesarias para este reporte se realizaron en mayo del 2012 y los entrevistados men-
cionaron que desde hace dos años la violencia y los acontecimientos relacionados
con robos, extorsiones y secuestros se han manifestado en forma regular y evidente.
De las entrevistas podemos deducir algunas consecuencias derivadas de esta
inseguridad:
1.- Existe una disminución de los encuentros, visitas e interacción entre los
miembros de las familias extensas. Sobre todo se ha limitado esta movilidad territo-
rial de los miembros de familias nucleares que tienen parientes que viven fuera de
la Zona Metropolitana de Tampico. Las visitas mutuas se restringen a lo necesario y
solamente algunos miembros se arriesgan a viajar y a mantener el vínculo directo
con sus familiares. No obstante el contacto se mantiene mediante las llamadas te-
lefónicas, en algunos casos y en otros el contacto es cotidiano y virtual mediante el
correo electrónico y / o el Facebook.
2.- Cambios en los horarios de uso de espacios públicos. Las visitas a la playa
se restringen principalmente a los horarios matutinos y vespertinos. También en
algunos casos, dejan de usarse otros espacios, como el caso de los jóvenes que de-
cidieron por cuestiones de seguridad dejar de reunirse en la calle de la colonia. Otra
joven que disminuyó sus paseos en el centro de la ciudad.
3.- Existen cierres de espacios públicos, sobre todo de aquellos vinculados con
espacios de consumo, como algunos lugares para bailar (discos, antros, cantinas)

98
Mario Jurado Formas de apropiación del espacio público en Tamaulipas. El caso de Ciudad Madero

y restaurantes. Disminuyen los comensales y clientes en forma considerable a tal


grado que tienen que cerrar algunos establecimientos
4.- Se trata de evitar traslados cotidianos en forma solitaria, sobre todo para los
adolescentes cuando regresan en la noche de la escuela; se busca que sean acom-
pañados por sus padres o hermanos mayores. En este sentido, existen rutinas diarias
que se evitan
5.- Se fortalecen ciertos espacios de convivencia en detrimento de otros. Las
viviendas particulares se convierten en casi los únicos lugares de reunión de amigos.
6.- También los lugares de convivencia que se usan son los más cercanos a la
colonia o a la vivienda. En este sentido, los traslados de larga distancia tienden a
disminuir, salvo que sean por motivos importantes como ir a la escuela o al trabajo.
Pero también en fechas importantes como un cumpleaños, bodas, los desplazamien-
tos hacia los espacios de convivencia pueden ser largos, tanto en tiempo como en
distancia.

Viii. conclusiones

En este escrito se relatan las experiencias de un grupo de personas mayores de 15


años que pertenecen a familias nucleares en etapa de consolidación. Existe una
diversidad en las formas de convivencia de las redes personales. Los diferentes es-
pacios de convivencia se reparten desde la vivienda como el lugar de encuentro de
amigos, compañeros de escuela, familiares y novios, hasta los parques y plazas de la
ciudad. Por otra parte está la iglesia como lugar de convivencia con múltiples signi-
icados, los campos de futbol como espacios de esparcimiento forma e informal. Los
parques emblemáticos de la Zona Metropolitana, las plazas tradicionales del centro
de la ciudad y sobre todo, los espacios de consumo, como el cine, el restaurante, el
salón de baile y los centros comerciales. Cada actividad que se desarrolla en esos
espacios privados y públicos es un motivo de convivencia entre las personas más
cercanas al individuo referencia de la información.
En términos de diseño urbano rescatamos dos ideas que habría que investigar
más a profundidad: la diicultad que tienen los miembros de la familia para tras-
ladarse hacia los centros de convivencia y de consumo y el déicit de relaciones
espontáneas e íntimas entre vecinos. También los entrevistados sugieren los espa-
cios o grupos que generan redes primarias y cuáles no. Las actividades generadas
alrededor de la religión pueden ayudar a fortalecer y crear lazos estrechos entre los
simpatizantes, sobre todo si estas actividades se realizan entre pares. Debido a los
cambios de residencia, efectos de la migración, cambios generacionales, entre otras
causas, las comunidades no necesariamente se están manteniendo como espacios
de convivencia estrecha entre vecinos.

99
ESPACIO URBANO

iX. referencias bibliográicas

Briones Gamboa, Ricardo. Inundados, reubicados y olvidados: Traslado del riesgo de desas-
tres en Motonzintla, Chiapas. Revista de ingeniería, Universidad de los Andes. Bogotá.
enero – junio 2010, núm. 31. pp. 132 – 144.
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ver4/MDXQueryDatos.asp?#Regreso&c=27770 (Consulta 17 de julio 2012).
Ciudad Madero, Tamaulipas. Plan municipal de desarrollo de Ciudad Madero Tamaulipas
2011-2013. Marzo de 2011
Lezama, José Luis. Teoría social, espacio y ciudad. México. El Colegio de México: 1993
Secretaría de Desarrollo Social. Reglas de Operación del Programa de Rescate de Espacios
Públicos. 27 de diciembre de 2011. Diario Oicial. Novena sección. México
Tampico, orígenes de sus antiguas calles y colonias. Así es Tampico. Décima primera edi-
ción (junio de 2005). En www.asiestampico.com.mx/ap_oc.htm. (Consulta 11 de junio
2012).
Valera, Sergi Espacio privado, espacio público: Dialécticas urbanas y construcción de Signii-
cados. Revista Tres al Cuarto, 6, 1999, pp.22-24
Vargas, Delino; María Merino y Pablo Seman. Evaluación de la Percepción de inseguridad,
satisfacción y cohesión social en espacios públicos. El Colegio de México. Centro de
Estudios Sociológicos, 2010. México.

100
prisioneros del espacio urbano. retos de planiicar ciudades
amigables para las personas adultas mayores
prisoners of the urban space. challenges of planiication in the friendly
cities for the older people

Diego Sánchez González1

RESUMEN
Se prevé que en las grandes ciudades de los países en desarrollo aumente la concen-
tración de la población adulta mayor en un contexto de discapacidad, dependencia y
exclusión social, por lo que será prioritario poner en marcha políticas y programas so-
ciales preventivos, así como una adecuada planiicación urbana gerontológica. El pre-
sente capítulo se aproxima a las complejas relaciones socioespaciales entre las personas
adultas mayores y sus entornos físico-sociales urbanos, determinantes en su calidad de
vida, con especial incidencia en América Latina y el Caribe. La metodología ha consis-
tido en la revisión de una amplia literatura internacional y la consulta de bases de datos
cientíicas (JCR-Thomson Reuters y Scopus-Elsevier). Aquí se discuten los desafíos que
presenta el proceso de envejecimiento demográico para los gobiernos de las ciudades
de la región. Asimismo, se relexiona sobre las crecientes presiones ambientales que
genera el espacio urbano y su relación con la vulnerabilidad de las personas mayores.
También, se abordan los principales retos que plantea planiicar ciudades amigables para
las personas de edad avanzada y favorecer un envejecimiento activo y exitoso.

PALABRAS CLAVES: envejecimiento de la población, espacio urbano, presiones ambien-


tales, vulnerabilidad, planiicación gerontológica.

ABSTRACT
It is believed that in the large cities of developing countries will increase the concentra-
tion of the elderly population in the context of disability, dependency and social exclu-
sion, so it will be a priority to implement preventive policies and social programs, as
well as proper planning gerontology. This chapter approaches the complex socio-spatial
relationships between older people and their urban social and physical environments,
which determine their quality of life, with special emphasis on Latin America and the
Caribbean. The methodology consisted of an extensive literature review and consultation
international scientiic databases (JCR-Thomson Reuters and Scopus-Elsevier). Here we
discuss the challenges of the aging process for the governments of the cities of the region.
It also relects on the growing environmental pressures generated by urban space and its
relation to the vulnerability of older people. Also addresses the main challenges for plan-
ning friendly cities elderly and encourage active and successful aging.

KEYWORDS: aging, urban space, vulnerability, gerontological planning, environmental ger-


ontology.

1
Doctor en Análisis Geográico en la Ordenación del Territorio y Medio Ambiente, y Master Universitario en Ge-
rontología Social por la Universidad de Granada, España. Profesor-Investigador Titular de la Facultad de Arquitectura
de la Universidad Autónoma de Nuevo León y Miembro del Sistema Nacional de Investigadores (CONACYT), México;
diego.sanchezgn@uanl.edu.mx

101
ESPACIO URBANO

i. introducción2

El envejecimiento humano implica un proceso de fragilidad y la necesidad creciente


de protección y apoyo, donde el entorno urbano adquiere una importancia deter-
minante en la capacidad de adaptación de las personas de edad avanzada. Algunos
investigadores (Aalto, 1978; Gabriel, 2012) han abordado la fragilidad humana (niños,
enfermos, ancianos) desde el enfoque de la arquitectura y el urbanismo, haciendo un
alegato a favor de la humanización de ambas disciplinas, y en la necesidad de relexio-
nar y favorecer un desarrollo humano que sepa comprender la compleja relación entre
los entornos físico-construidos y los entornos sociales. La búsqueda y construcción
del entorno confortable de la fragilidad humana debe implicar un proceso social y
cultural, que dé respuestas adaptativas para ofrecer protección, apoyo y, en la medida
de lo posible, contribuya a favorecer una vida independiente y armoniosa en la vejez.
Distintos estudios (Sánchez-González, 2005a; Narváez, 2011; Holland, 2011)
han indicado que la ciudad no ha sido diseñada para las personas mayores, ya que se
observan importantes problemas de accesibilidad a los equipamientos, infraestructu-
ras y mobiliario urbano. Asimismo, en el espacio urbano las diferencias socioespa-
ciales en el acceso a los servicios públicos (centros de salud, hospitales) por parte de
los adultos mayores, agudiza la vulnerabilidad social de este colectivo, sobre todo
en los barrios desfavorecidos de la periferia (Gomes da Conceicao, 2003; Formiga,
Prieto y Medus, 2009; Sánchez-González, 2009b).
Algunos autores (Aragón, 2012) se reieren a la ciudad como un espacio espe-
cialmente violento, donde los ancianos padecen sus efectos más devastadores, a
través de distintos tipos de violencia urbana física y psicológica (objetiva, subjeti-
va, simbólica, sistémica) en un contexto de globalización y consumo. Como airma
Margarita Rojas (2006), “incluso las ciudades “amigables” como Madrid, esconden
la vejez, el tiempo y la muerte”.
El problema se agrava al observar una progresiva imposibilidad de crear espa-
cios urbanos que concilien los usos y costumbres tradicionales de las culturas hete-
rogéneas locales con los nuevos usos del espacio vinculados al sistema dominante.
La compleja herencia urbana ha sido objeto incesante de debate y crítica por afa-
mados expertos internacionales (Borja, 2003). Sin embargo, es necesario un mayor
conocimiento sobre los efectos del espacio urbano en el envejecimiento humano,
individual y colectivo, observando diferentes procesos perversos, como la privatiza-
ción del espacio público (Sánchez-González y Egea, 2011)
En los últimos años diferentes estudios (Alemán y García, 2008; Lehr y Felscher,
2009) abogan por promover estrategias a favor de una ciudad amigable con los
colectivos más frágiles y vulnerables, como los niños, personas mayores y discapaci-

2
La investigación se inscribe en el proyecto de investigación “Gerontología ambiental del envejecimiento vulnerable
en áreas de riesgo a inundaciones. Retos de la gestión de los riesgos y la planiicación gerontológica ante el Cambio
Climático” (N° 155757), Ciencia Básica CONACYT (México).

102
Diego sánchez Prisioneros del espacio urbano. Retos de planiicar ciudades amigables para las personas adultas mayores

tados. En esta línea, la agenda internacional se ha interesado por favorecer ciudades


amigables con las personas de edad avanzada con el propósito de propiciar un en-
vejecimiento activo (OMS, 2007), y prueba de ello, el año 2012 ha sido declarado
año internacional del envejecimiento activo.
El presente capítulo se aproxima a las complejas relaciones entre las personas
adultas mayores y sus entornos físico-sociales urbanos, determinantes en su calidad
de vida. A partir de una amplia revisión bibliográica, se relexiona sobre algunas
cuestiones trascendentales de la urbe moderna vinculadas al envejecimiento de la
población. El trabajo trata de responder algunas interrogantes: ¿Qué desafíos plantea
el avance de proceso de envejecimiento demográico urbano para el gobierno de las
ciudades? ¿Las personas adultas mayores son prisioneros del espacio urbano? ¿Qué
retos plantea planiicar ciudades amigables para las personas de edad avanzada y
favorecer un envejecimiento activo?

ii. aproximaciones al envejecimiento demográico urbano

En los últimos años existe un fantasma que recorre el mundo industrializado: el


envejecimiento demográico, el cual, es observado de forma diferente a nivel global
(Kresl y Letri, 2010): desde el alarmismo por los países desarrollados, a consecuencia
del incremento en el gasto social (pensiones, sanidad, dependencia) y el posible co-
lapso del sistema; y desde la incredulidad por los países en desarrollo (Asia, América
Latina, África), que lo siguen considerando un problema no prioritario, a pesar de las
previsiones demográicas (Kalachea y Kickbusch, 1997).
A continuación, se describe el avance del envejecimiento demográico urbano
global, con especial incidencia en los países en desarrollo, principalmente, de Amé-
rica Latina. También, se relexiona sobre la necesidad de comprender los complejos
procesos asociados al envejecimiento de la población en las ciudades.
En el año 2050 se prevé que el mundo será poblado por más de 9 mil millones de
habitantes, de los cuales, el 70% se concentrará en las ciudades. En esa década se estima
que la población mundial de 60 años y más habrá aumentado a 2 mil millones, llegan-
do a representar el 22,2% de la población total, y entre los datos más signiicativos, se
alcanzará los 395 millones de personas de 80 años y más, principalmente en las grandes
urbes, muchas localizadas en países en desarrollo de América Latina (OMS, 2011). Se
prevé que en las ciudades aumente la concentración de la población adulta mayor en
un contexto de discapacidad, dependencia y exclusión social, por lo que será prioritario
poner en marcha políticas y programas sociales preventivos, así como una adecuada
planiicación gerontológica de las ciudades (Sánchez-González, 2007 y 2009).
En la región las causas del rápido envejecimiento demográico han sido estudia-
das con profusión por diferentes especialistas (Sánchez-Vera, 1997; Guzmán, 2002),
destacando entre los principales factores: la caída de la fecundidad, el descenso de
la mortalidad y, sobre todo, los movimientos migratorios. Asimismo, la literatura nos

103
ESPACIO URBANO

ofrece una creciente producción sobre algunos tópicos asociados al envejecimiento


de la población, como el aumento del gasto social (pensiones, farmacéutico) (Ham
Chande, 2003), el incremento de la dependencia, el cambio en la estructura familiar
y la crisis del sistema de ayuda informal (familia cuidadora) (Montes de Oca, 2004;
Ybáñez, Vargas y Torres, 2005; Sánchez-González y Chávez, 2011).
En América Latina el envejecimiento de la población ha sido considerado tra-
dicionalmente un fenómeno rural. Aunque el subdesarrollo que vive el mundo rural
tiene su relejo en las carencias y modos de subsistencia de la población envejecida
(Sánchez-González, 2008), no cabe duda que el presente milenio convierte a las ciu-
dades de la región en verdaderos escenarios de las políticas sobre envejecimiento.
Sin embargo, diferentes organismos internacionales (OCDE, 2000 y 2005) advierten
de la falta de prevención de los mayoría de los países de América Latina para ha-
cer frente a las necesidades crecientes de una población urbana que envejece. Por
tal motivo, se aboga por una mayor sensibilización en todo lo relacionado con el
envejecimiento de la población y sus implicaciones socioeconómicas y políticas a
diferentes escalas (regional, local), como el retraso de la edad de jubilación a los
70 años, a través de programas de empleo que favorezcan la participación de las
personas mayores en el mercado de trabajo. Algunos autores (Kresl y Letri, 2010)
deienden que los gobiernos de las ciudades pueden desempeñar un papel relevante
en la formación y empleo de este colectivo vulnerable.
El incremento de la esperanza de vida a los 60 años, el aumento de la edad de
jubilación y los problemas económicos en la vejez favorecen la tendencia de las
personas mayores a permanecer por más años en el entorno laboral. En la actualidad
hay importantes variaciones en la tasa de actividad de este sector de población entre
países, así como falta de estadísticas iables asociadas al empleo informal en los
adultos mayores, sobre todo, en las grandes urbes de la región (Garay, 2011).
Como consecuencia de los cambios en la sociedad de consumo, la población
urbana envejecida se caracteriza por una marcada feminización, acompañada de un
aumento de los procesos de exclusión social, marginación y soledad (Sánchez-Gon-
zález, 2005b; Huenchuan et alii, 2010). Las causas de estos nuevos procesos sociales
que acompañan a la vejez, obedecen, primero, a factores biológicos que posibilitan
una mayor esperanza de vida, y, segundo, a factores socioculturales y económicos
asociados al cambio de rol de la familia. Precisamente, en los países desarrollados
(Unión Europea, Canadá y Australia) la creación de la sociedad del bienestar (hoy en
plena recesión) permitió la universalización de la sanidad y seguridad social, así como
apoyo a los programas de dependencia en la vejez. Sin embargo, algunas investigacio-
nes (Sánchez-González, 2005a; Del Barrio et alii, 2010) han demostrado que niveles
superiores de bienestar social (salud, pensiones, ayudas tecnológicas) no determinan
una disminución de las personas mayores viviendo solas, lo que puede implicar una
nueva tendencia y preferencia de este sector de población, circunstancia que debe ser
mejor estudiada para propiciar un envejecimiento activo en las ciudades.

104
Diego sánchez Prisioneros del espacio urbano. Retos de planiicar ciudades amigables para las personas adultas mayores

En la región la falta de conocimiento y sensibilidad de los gestores urbanos ha-


cia el envejecimiento demográico, explica que siga siendo considerado una varia-
ble secundaria en los imprecisos diagnósticos que sustentan la planiicación urbana,
agudizando la vulnerabilidad social y ambiental de este colectivo, enfatizando su
imagen estereotipada, y determinando ciudades poco amigables con las personas de
edad y, en general, con toda la población (Sánchez-González y Egea, 2011).
El fenómeno del envejecimiento demográico urbano debe ser observado con
detenimiento a distintas escalas, ya que, si bien sus efectos se estudian a nivel nacio-
nal y regional, no ocurre lo mismo a nivel local, donde se desconocen muchos de los
efectos que tendrá el aumento de la población de 60 años y más en las ciudades y
sus economías (Kresl y Letri, 2010), por lo que se demanda una mayor planiicación
gerontológica de las áreas metropolitanas (Sánchez-González, 2005a y 2007; Peace,
Holland y Kellaher, 2006). Precisamente, en la región estas ciudades deberán enfren-
tar el reto de atender a una población que envejece en un contexto de exclusión so-
cial, dependencia y discapacidad (Sánchez-González, 2007 y 2009ab), así como la de
proporcionar entornos físico-sociales favorables al envejecimiento activo.

iii. envejecimiento activo en las ciudades

En las últimas décadas se ha producido una creciente demanda académica y social por
comprender el fenómeno del envejecimiento demográico urbano a partir de diferentes
dimensiones, como las socioeconómicas, sanitarias, educativas, culturales y ambien-
tales. Asimismo, en la literatura (Sánchez-González, 2011; Peace, Holland y Kellaher,
2006) se está indicando un cambio de enfoque sobre el envejecimiento de la población,
desde la esfera doméstica y asistencial de las personas mayores, como grupo excluido y
vulnerable, hacia la esfera pública y el envejecimiento activo. A continuación, se obser-
va el auge de políticas enfocadas al envejecimiento activo en el contexto urbano.
En América Latina el aumento del envejecimiento demográico urbano y sus
implicaciones en el gasto social están contribuyendo a sensibilizar a los gobiernos
nacionales y organismos internacionales, cambiando el actual enfoque sanitario y
paliativo hacia un nuevo enfoque gerontológico y preventivo, donde la vida de la
ciudad, como entorno físico-social relevante y complejo, es un factor determinante
del envejecimiento activo.
En la década de 1990 la Organización Mundial de la Salud comienza a utilizar
el término “envejecimiento activo”, con objeto de subrayar la importancia de los
factores sanitarios (salud), sociales (participación) y seguridad (ambientales) en el
proceso de envejecimiento de los individuos y poblaciones, así como el reconoci-
miento de sus derechos humanos, como independencia, participación, dignidad,
asistencia y realización personal (Kalache y Kickbusch, 1997). También, el enveje-
cimiento activo es deinido como el “proceso de optimización de oportunidades de
salud, participación y seguridad, con el in de mejorar la calidad de vida a medida

105
ESPACIO URBANO

que las personas envejecen” (OMS, 2002). Además, el enfoque del envejecimiento
activo establece un marco de referencia para impulsar el desarrollo de políticas y
programas nacionales e internacionales sobre el fenómeno global y sus implica-
ciones locales. Relejo de lo anterior, diferentes iniciativas gubernamentales (OMS,
2007) han propiciado el desarrollo de políticas y programas sociales encaminados a
diseñar entornos físicos-sociales satisfactorios para envejecer, fomentando las rela-
ciones sociales y participación de las personas mayores, así como posibilitando un
envejecimiento activo en las ciudades.
Varios expertos (Gutiérrez, 2010) deienden la importancia de los entornos fí-
sicos y sociales en la cultura del envejecimiento activo y saludable en las ciudades,
asociado a otros factores conductuales, sociales, económicos y sanitarios. Precisa-
mente, el envejecimiento activo y exitoso está determinado por el normal desarro-
llo de las actividades de la vida cotidiana por las personas mayores, accediendo a
espacios públicos (Peace, Holland y Kellaher, 2005 y 2006), transportes y servicios
sociales y de salud, entre otros, así como la posibilidad de recibir cuidados médi-
cos y asistenciales adicionales en sus hogares (vivienda, barrio). Sin embargo, en la
región la realidad urbana analizada dista mucho de ser amigable con las personas
mayores y, en general, con la población en su conjunto (Sánchez González, 2007;
Sánchez-González y Egea, 2011).

iV. prisioneros del espacio urbano: perspectivas desde el envejecimiento

Desde la década de 1970 existe un creciente interés por comprender la relación en-
tre el entorno urbano y la persona que envejece (Lawton, 2001; Compán y Sánchez-
González, 2005). Sin embargo, a pesar de los avances logrados en materia de inves-
tigación, no existe una comprensión profunda sobre el tema, sino una multiplicidad
de enfoques conceptuales sobre el mismo (Wahl y Weisman, 2003).
A pesar del creciente auge de todo lo relacionado con el envejecimiento de-
mográico urbano, existe un desconocimiento generalizado sobre muchos aspectos
determinantes del bienestar de las personas mayores en las ciudades. En este apartado
se aborda la compleja relación entre los adultos mayores y los entornos físico-sociales
urbanos, determinantes de su calidad de vida y de favorecer un envejecimiento activo.
La percepción que tenemos del envejecimiento, como una etapa de la vida
positiva o negativa, determina en buena medida cómo será posteriormente nuestra
vejez. Algunos estudios (Levy et alii, 2002) indican que sentirse útil e independiente
contribuye a aumentar nuestra longevidad. Sin embargo, en la vejez nuestras capa-
cidades personales se vuelven progresivamente más limitadas ante la presión am-
biental. Cabe preguntarse, ¿en qué medida el entorno urbano condicionada nuestra
longevidad? ¿Qué entornos urbanos físico-sociales debemos diseñar para aumentar
nuestra autonomía y prolongar los años de vida?

106
Diego sánchez Prisioneros del espacio urbano. Retos de planiicar ciudades amigables para las personas adultas mayores

El espacio urbano es objeto de atención creciente por parte de gerontólogos


ambientales (Phillips et alii, 2005 y 2011; Smith, 2009), que tienen por objeto co-
nocer, analizar, modiicar y optimizar la relación entre los entornos físico-sociales y
las personas que envejecen, desde un enfoque multidisciplinario e interdisciplinario.
Hasta hace unos años, las investigaciones gerontológicas sobre la población de
60 años y más en entornos urbanos se abordaban desde la hipótesis de la docilidad
ambiental (Lawton y Nahemow, 1973) y del enfoque clásico geriátrico, determinista
y paliativo, que planteaba que las personas de edad avanzada, a medida que enveje-
cen, sus capacidades personales van siendo más limitadas (problemas de salud, de-
pendencia, aislamiento, pobreza), lo que implica una mayor vulnerabilidad (riesgo
de estrés), ante la creciente presión ambiental del entorno urbano próximo (vivienda,
barrio), cuyas potencialidades y limitaciones ambientales determinan la salud y, en
general, la calidad de vida en la vejez (Rowles, 1978; Lawton, 2001).
En América Latina la escasez de gerontólogos ambientales explica el limitado
conocimiento sobre importantes cuestiones vinculadas al entorno físico-construido
de las personas de edad avanzada, así como los retos en materia de planiicación
gerontológica para el gobierno de las ciudades. En esta línea, en fechas recientes
distintos autores (Sánchez-González, 2007; Narváez, 2011; Vázquez-Honorato y
Salazar-Martínez, 2010) están estudiando la satisfacción residencial como un factor
determinante de la calidad de vida en la vejez, así como el acceso de los adultos
mayores a los servicios y equipamientos urbanos.
Algunos expertos (Harvey, 1985; Castells, 1998; Abramo, 2012) advierten sobre
los efectos socioeconómicos y medioambientales perversos del modelo urbanístico
vigente, que obliga a replantear el actual modelo de ciudad, no pensado para crecer,
vivir y envejecer. El sistema neocapitalista se basa en la apropiación de los derechos
y bienes de la comunidad que habita y envejece en la urbe. El insostenible y des-
tructivo mercado inmobiliario y la privatización del espacio público propician la
homogenización del espacio urbano y el incremento de los no lugares (Augé, 2000).
El rápido crecimiento urbano no planiicado se ha traducido en bajos niveles
de bienestar para el ciudadano longevo, generando espacios inhóspitos dominados
por el vehículo privado, la inseguridad ciudadana, la fragmentación socioespacial y
la exclusión social, la contaminación y la desaparición de espacios verdes, la deca-
dencia de la vida cotidiana en los vecindarios y la privatización del espacio público
(Dammert y Malone, 2006; Sánchez-González, 2012).
En la vejez urbana adquieren un enorme protagonismo la vivienda y el ba-
rrio, componentes determinantes del envejecimiento en el hogar. Algunos estudios
(Walker, 2004) han indicado que a partir de los 70 años aumenta considerablemente
el tiempo de permanencia en el hogar (más del 80% del día), lo que convierte a la
vivienda en un lugar de experiencias vivenciales (Tuan, 2003; Sánchez-González,
2009a; Membrano, 2010). El fuerte apego al domicilio explica las reticencias de la
mayoría de los adultos mayores a abandonar sus viviendas, incluso en situaciones de
fragilidad y dependencia (Chaudhury y Rowles, 2005; Casas y Aymerich, 2005). Sin

107
ESPACIO URBANO

embargo, diferentes investigaciones (Sánchez-González, 2005a) han constatado que


en la vivienda los adultos mayores sufren el mayor número de accidentes (caídas,
quemaduras, electrocución). Asimismo, muchas de las personas de edad avanzada
que han sufrido una fractura de cadera en la vivienda, se ven forzadas a regresar al
mismo domicilio (Salgado y Olivera, 2005), sin que éste haya sufrido mejoras sig-
niicativas (eliminación de barreras arquitectónicas) para evitar futuros accidentes.
Diferentes investigaciones (Silva, 2009) ponen de maniiesto la escasa adecua-
ción de las urbes mexicanas a las personas mayores, destacando la peligrosidad y
exposición a la alta delincuencia, los atropellos, la ausencia de transportes públicos
adaptados, las crecientes barreras arquitectónicas, el ruido y la contaminación, en-
tre otros. Por ejemplo, nuevos estudios (Dávila, Rubí y Mateo, 2008; López y Pérez,
2010) destacan la importancia de los factores ambientales en el envejecimiento,
como la prevalencia de enfermedades neurodegenerativas (parkinson), tanto en las
ciudades por la contaminación de las industrias (aleación de acero duro, molinos de
pulpa de madera), como, mayormente, en las áreas rurales asociado a la contamina-
ción del agua por herbicidas y pesticidas.
Como se ha mencionado, el barrio tiene una enorme importancia en la
satisfacción residencial de los adultos mayores (Rojo, Fernández-Mayoralas y Pozo,
2000; Sánchez-González, 2005a y 2009), donde la accesibilidad, los equipamientos
y servicios urbanos, y la seguridad percibida son determinantes. Algunos trabajos
(Barros et alii, 2003) alertan del riesgo de estrés entre la población urbana de 60
años y más por situaciones vinculadas a la inseguridad ciudadana. En este sentido,
las transformaciones en las características y gestión del entorno urbano pueden favo-
recer o inhibir la violencia humana (Barkway, 2009).
Llegados a este punto, podemos airmar que en América Latina y el Caribe mi-
llones de personas mayores, no necesariamente discapacitados y dependientes, son
prisioneros de sus ciudades, impidiéndoles salir a la calle, pasear e integrarse. Por
tanto, cabría la posibilidad de que mejores ciudades contribuyeran a lograr una vida
plena en la vejez, lo que supondría un menor gasto social (salud) y, muy posiblemen-
te, un aumento de la longevidad.

V. retos de planiicar ciudades amigables para las personas adultas mayores

En las últimas décadas diferentes expertos (Chaudhury y Rowles, 2005) coinciden en


la importancia del entorno urbano en el envejecimiento, subrayando la necesidad
de incorporar políticas y programas enfocados a favorecer un envejecimiento activo
en el hogar (vivienda, barrio). Seguidamente, nos detenemos a relexionar sobre los
retos en materia de planiicación para favorecer ciudades amigables con las perso-
nas de edad avanzada.
En fechas recientes se observa un avance signiicativo de las investigaciones en
gerontología ambiental sobre los espacios urbanos, principalmente procedentes de la

108
Diego sánchez Prisioneros del espacio urbano. Retos de planiicar ciudades amigables para las personas adultas mayores

geografía del envejecimiento o geografía gerontológica, destacando la importancia de


favorecer ambientes basados en la adaptabilidad, lexibilidad y accesibilidad, a partir
de una adecuada planeación gerontológica, con objeto de mejorar la calidad de vida
de las personas ancianas desde una perspectiva integral (Sánchez-González, 2009a).
A inicios del nuevo milenio en Madrid (España) tiene lugar la II Asamblea Mun-
dial sobre Envejecimiento (ONU, 2002), donde se suscribe la necesidad de favore-
cer el desarrollo del bienestar en la vejez a través de la promoción de la salud, el
combate a la pobreza y exclusión social, así como dos principios esenciales: la par-
ticipación activa de las personas mayores en la sociedad y la creación de un entorno
propicio para el envejecimiento.
El nuevo enfoque de la vejez requiere una mayor comprensión de las comple-
jas relaciones entre el entorno urbano físico-social y las personas mayores (Lawton,
2001), así como su relejo en las políticas y programas sociales a distintos niveles de
gobierno, con la participación activa de todos los actores sociales.
En junio del año 2005 en Río de Janeiro (Brasil), durante la celebración del XVIII
Congreso Mundial sobre Gerontología, se establecen las bases para desarrollar el
proyecto global “Ciudades Amigables con la Edad”, liderado por Alexandre Kalache
y Louise Plouffe, ambos de la oicina central de la Organización Mundial de la Sa-
lud (Ginebra, Suiza). El programa de Ciudades amigables con las personas mayores
alienta el envejecimiento activo mediante la optimización de las oportunidades de
salud, participación y seguridad a in de mejorar la calidad de vida de las personas
a medida que envejecen (OMS, 2007). Al respecto, la ciudad amigable adapta sus
entornos, estructuras y servicios para que sean accesibles e incluyan a las personas
mayores con diversas necesidades, capacidades y demandas.
Los gobiernos de las ciudades amigables con las personas de edad deben fa-
vorecer políticas, servicios, estructuras y entornos físico-sociales que faciliten el en-
vejecimiento activo, mediante el reconocimiento de las necesidades y preferencias,
capacidades y limitaciones, así como la protección e integración social de los adul-
tos mayores (Marmot, 2006).
En el medio centenar de ciudades de los cinco continentes que se han adherido
al programa, podemos destacar urbes de países desarrollados (Nueva York, Québec,
Tokio, Melbourne, Ginebra, Londres, San Sebastian, Bilbao, Barcelona y Zaragoza) y
países en desarrollo (Nueva Dehli, Trípoli). También, en América Latina los gobiernos
de algunas ciudades (Ciudad de México, Cancún, Buenos Aires, Santiago) han parti-
cipado en varios programas gubernamentales (OMS, 2007), con el propósito de con-
sensuar estrategias para impulsar entornos favorables para envejecer de manera activa.
El programa de ciudades amigables desarrolla ocho áreas temáticas: la vivien-
da, los transportes, los espacios al aire libre y ediicios, los servicios comunitarios
y de salud, participación social, respeto e inclusión social, participación cívica y
empleo, y comunicación e información.
La vivienda es un factor esencial en la vejez, por lo que debe ser estudiada en
relación a su coste, mantenimiento, servicios, diseño (accesibilidad, adaptación,

109
ESPACIO URBANO

usabilidad), experiencias espaciales (apego al lugar), opciones de movilidad resi-


dencial (necesidades cambiantes de las personas mayores, casa más pequeña, hogar
de ancianos) y características del entorno de la vivienda (equipamientos, servicios,
seguridad del barrio ante riesgos sociales y naturales). Precisamente, la vivienda
debe ser concebida como un lugar doméstico que facilite la autonomía e indepen-
dencia necesarias para preservar la intimidad y favorecer las relaciones con el entor-
no urbano físico-social próximo (San Román, 1992). Es necesario profundizar en el
conocimiento de los factores objetivos y subjetivos determinantes de la satisfacción
residencial de los adultos mayores, donde destacan: los estructurales (ausencia de
humedades y goteras, buena iluminación), la accesibilidad (ausencia de barreras ar-
quitectónicas, existencia de ascensor, rampas), y los equipamientos del hogar (teléfo-
no, lavadora, refrigerador, gas natural, calefacción, etc.) (Rojo, Fernández-Mayoralas
y Pozo, 2011; Sánchez-González, 2005a y 2009).
Los transportes públicos deben ser estudiados en relación a su accesibilidad
desde factores físicos (disponibilidad, conianza, frecuencia, destinos, tiempo, se-
guridad, comodidad, paradas y estaciones, asientos preferenciales, eliminación de
barreras arquitectónicas) y socioeconómicos (coste económico, información, capa-
citación de los conductores de transportes, cortesía entre los pasajeros). Aunque
todos los estudios indican que en la jubilación se reduce la frecuencia y distancia
de los trayectos urbanos, es un factor esencial que favorece el mantenimiento de las
relaciones familiares y sociales de las personas mayores, así como su acceso a servi-
cios básicos (salud) y espacios públicos (Schaie y Pietrucha, 2000).
En relación a la atención de los espacios al aire libre y ediicios públicos, destaca
la importancia que tiene el entorno exterior en la movilidad, independencia y calidad
de vida de las personas ancianas, condicionando su capacidad para envejecer en casa.
En este sentido, entre las características importantes de los espacios urbanos y ediicios
públicos amigables destacamos: un entorno accesible, seguro, agradable y limpio,
favorecido por la eliminación de barreras arquitectónicas (rampas, ascensores, cru-
ces seguros, semáforos sonoros para peatones, aceras en buen estado, baños públicos
adaptados); y la existencia de carriles bici, plazas, parques públicos y áreas verdes,
propicios para practicar deporte, relacionarse, descansar y recrearse. Algunos estudios
(Cunha-Gomes, 2008; Bordalo y Cunha-Matos, 2012) coinciden en la necesidad de
favorecer espacios públicos desde el enfoque del desarrollo sostenible (áreas verdes,
parques, plazas, carriles bici), que puede ser un potenciador de estilos de vida saluda-
bles en la vejez. Como se ha podido constatar (Lott-Daré, 2010), el diseño inclusivo es
un facilitador en la interrelación entre las personas mayores y el medio ambiente, así
como de la integración social de dicho colectivo. Asimismo, los espacios públicos y la
participación en actividades de ocio y tiempo libre, contribuyen al fomento de las re-
laciones sociales, aumentando la satisfacción residencial con el barrio y el vecindario
(Peace, Holland y Kellaher, 2005 y 2006; Casas y Aymerich, 2005; Sánchez-González,
2009). Además, es necesario posibilitar una arquitectura intergeneracional, desde el
diseño urbano accesible y usable (eliminación de barreras arquitectónicas), que puede

110
Diego sánchez Prisioneros del espacio urbano. Retos de planiicar ciudades amigables para las personas adultas mayores

contribuir al envejecimiento activo, logrando mejorar la participación e integración de


las personas adultas mayores.
Los servicios comunitarios y de salud son esenciales para posibilitar el mante-
nimiento e independencia de las personas mayores en su hogar (vivienda y barrio),
sobre todo, aquellos con capacidades más limitadas, frágiles y vulnerables, y que
necesitan servicios de proximidad en la atención de salud, servicios y cuidados a
domicilio para personas dependientes, así como disponer de una red de servicios
personales y comunitarios (teleasistencia) enfocados a planiicar las emergencias, en
muchos casos con apoyo de voluntariado del colectivo de mayores.
Los estudios corroboran (Lawton, 1989; Scheidt y Norris-Baker, 2004) la necesi-
dad de enfatizar las posibilidades de los individuos para elegir y crear entornos físico-
sociales satisfactorios a sus necesidades y preferencias, es decir, actuar, modiicar y
crear ambientes urbanos proactivos. En este sentido, algunos expertos (Rowles y Chau-
dhury, 2005) indican que las personas mayores frágiles son capaces de permanecer
independientes al beneiciarse de entornos urbanos a los que están acostumbrados
(importancia del lugar). Es necesario que las políticas y programas se aboquen a fa-
vorecer una planiicación gerontológica de las ciudades para proveer de entornos
adecuados para envejecer de manera activa (Golant, 2004). Estos logros favorecen la
autonomía e integración social de la población de 60 años y más, disminuyendo el
riesgo de discapacidad, dependencia y exclusión social, y, por lo tanto, reduciendo su
vulnerabilidad social, así como el gasto en materia de salud y seguridad social.
El envejecimiento activo y la necesidad de favorecer la participación activa de
las personas mayores en el mercado de trabajo no se ve relejada en sus entornos
laborales. Es necesario prestar mayor atención a los aspectos físico-sociales de los
entornos de trabajo de este colectivo, tanto al entorno físico construido (ilumina-
ción, ergonomía), como al entorno social laboral (condiciones y relaciones labora-
les, salarios, situaciones de exclusión) (Kawakami et al., 2000).
Las personas mayores son un grupo de alto riesgo al suicidio, motivado por
diversos factores, como viudedad, soledad, enfermedad y depresión (Guibert y Sán-
chez-Cruz, 2001). En este sentido, el psicólogo Thomas Joiner (2005), experto en
trastornos del estado de ánimo, suicidio y enfermedades relacionadas, indica que
cambios pequeños en nuestro entorno urbano (áreas verdes próximas, colocar ba-
randillas elevadas en escaleras y pisos, etc.) pueden contribuir a prevenir la depre-
sión y los suicidios entre colectivos vulnerables, como las personas mayores.
En materia de participación, se destaca la importancia de las vivencias, signi-
icados y experiencias valiosas de las personas mayores en beneicio de la comuni-
dad, así como se propone el respeto a los derechos individuales y sociales de este
colectivo para no ser excluidos del entorno de la toma de decisiones, tanto en lo
relativo a cuestiones del espacio urbano, como, en general, de la calidad de vida
de las personas que envejecen. En deinitiva, se trata de crear ciudades donde las
personas puedan envejecer con bienestar, a través de oportunidades de participa-

111
ESPACIO URBANO

ción, empoderamiento y desarrollo de sus capacidades en proyectos personales y


comunitarios (Del Valle, 2009).
En este camino prometedor hacia las ciudades amigables, no solo con las per-
sonas mayores, sino con las personas de todas las edades, será necesario contar con
el conocimiento, voluntad, imaginación, fantasía y participación de todos los actores
involucrados (gestores, profesionales, ciudadanos en general, adultos mayores y sus
familias), con objeto de posibilitar un necesario cambio del actual modelo urbano
excluyente e insostenible, y facilitar un futuro alentador y hacer lugares que resalten
la vida diaria, y sea posible envejecer de forma activa en el entorno urbano próximo
(Rowles, 1978; Lynch, 1980).

Vi. conclusiones

En la literatura internacional (Kresl y Letri, 2010) sigue persistiendo una imagen es-
tereotipada de los ancianos, como un colectivo dependiente, dominado por los pro-
blemas de salud, discapacidad y dependencia creciente, así como una disminución
de los ingresos. Afortunadamente, nuevos estudios conirman la importante contri-
bución de las personas mayores a la sociedad, a través de transferencias intergene-
racionales dentro de las familias, apoyando a los hijos y nietos (inancieramente,
avalista, hipoteca, cuidado de personas dependientes, herencia).
Muchos coinciden (Punset, 2011) en airmar que el colapso del sistema social
y sanitario no es achacable estrictamente al proceso de envejecimiento de la pobla-
ción y a la universalización de las prestaciones. Es necesario cambiar un sistema
agotado y paliativo, por una gestión más racional de los recursos desde políticas
basadas en la prevención y en sostenibilidad, donde el entorno urbano adquirirá un
mayor protagonismo a medida que se conozca su verdadera importancia en la forma
en la que la humanidad envejecerá en las próximas décadas.
Es urgente adaptar las ciudades al envejecimiento demográico, cuyo rasgo más
signiicativo es un creciente y heterogéneo segmento de población estereotipado
e ignorado por las políticas públicas y los profesionales de la ciudad (arquitectos,
urbanistas, geógrafos, etc.) (Sánchez-González, 2007). Hay que relexionar sobre
qué tipo de vivienda social se está haciendo. Es grave comprobar como el mercado
de la vivienda está agravando la vulnerabilidad social de las personas ancianas y
discapacitadas, hipotecando el futuro de estos colectivos y sus familias, poniendo en
riesgo el sistema de ayuda informal a la persona dependiente, condenándolas a vivir
en espacios reducidos y entornos carentes de habitabilidad.
Es necesario favorecer un envejecimiento activo y exitoso a través de que ese
incremento de la longevidad se produzca en el entorno cotidiano. Diferentes es-
tudios están conirmando la importancia de seguir investigando las características
físicas-sociales del entorno urbano para favorecer un envejecimiento activo, que
permita aprovechar de manera positiva el aumento de la longevidad. Asimismo, en

112
Diego sánchez Prisioneros del espacio urbano. Retos de planiicar ciudades amigables para las personas adultas mayores

los futuros estudios se recomienda modiicar las actuales metodologías de análisis


de los espacios urbanos (Chávez y Sánchez-González, 2012), así como incluir nue-
vos factores para deinir y disminuir la vulnerabilidad de las personas ancianas a
crecientes peligros sociales y ambientales.
No cabe duda que, la ciudad es un sueño colectivo y un agente de cambio
que puede ser positivo para el envejecimiento de la población, reconduciendo el
presente y futuro de las urbes, a través de una mayor participación y solidaridad
hacia y entre los grupos vulnerables. En las próximas décadas en las ciudades se
concentrará un mayor número de personas que vivirán más años. En este escenario
sociodemográico previsible diferentes autores (Lerner, 2007) se inclinan por una
mayor diversidad e integración multicultural (grupos de edad, etnias, clases sociales)
que posibilitará una mejor ciudad y convivencia entre todas las edades.
Para entender el fenómeno y sus implicaciones socioespaciales en la compleja
realidad urbana se necesita fomentar la educación y la investigación gerontológica
ambiental. En este sentido, en los próximos años regiones, como América Latina, de-
mandará un mayor número de especialistas del entorno físico-construido y del entor-
no social del envejecimiento. Un reto sin precedentes para las que nuestras universi-
dades deben anticiparse a esta realidad y los medios de comunicación deben ayudar
a fomentar la conciencia colectiva de un tema universal que nos afecta a todos.

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118
apropiación del espacio dentro del proceso de identidad social
en la periferia metropolitana de Monterrey
space appropiation process within the social identity in metropolitan
periphery of Monterrey city

Dr. Carlos Estuardo Aparicio Moreno1

RESUMEN
“El barrio de residencia constituye el principal polo de apego e identiicación, es tam-
bién la prolongación íntima del hogar” (Baby-Collin, 2002: 8). La identidad del barrio
se genera gracias a conocimientos socialmente elaborados, transmitidos mediante la
comunicación social, es decir, Representaciones Sociales (RS) (Jodelet, 1986). Igual-
mente, la Identidad Social se relaciona con niveles de identiicación y categorización
social, asociados a mecanismos afectivos y motivacionales, además de tendencias aili-
ativas y aceptación de normas internas. Este trabajo muestra la identidad social, a partir
de representaciones, donde coexisten dos grupos socialmente antagónicos, al norte del
área metropolitana de Monterrey. Destacan, por una parte, RS ligadas a la identidad
y al arraigo, donde la estructuración urbana tiene bases imaginarias y simbólicas, y
por otra, RS ligadas a la tranquilidad, sujetas a las actuales formas de hacer ciudad,
donde clases medias y altas se han encerrado por miedo o por búsqueda de distinción
(Enríquez, 2007).

PALABRAS CLAVES: Identidad Social, Representaciones Sociales, área metropolitana de


Monterrey.

ABSTRACT
“Neighborhood constitutes the main pole of attachment and identiication; it is also a
home intimate prolongation” (Baby-Collin, 2002: 8). The neighborhood identity is gen-
erated by socially elaborated knowledge, transmitted by social communication, that
is, Social Representations (SR) (Jodelet, 1986). Also, Social Identity is related to social
identiication and categorization levels, as well as affective and motivational mecha-
nisms, in addition to ilial tendencies and internal norms acceptance. This work shows
the social identity starting from representations, where two socially antagonistic groups
coexist at the north of the Monterrey Metropolitan Area. The paper emphasizes, on the
one hand, in SR linked to identity and roots, where the urban structure has imaginary
and symbolic bases. By another hand, there are RS associated to tranquility, related to
the present forms of city making, where middle and upper classes have been decided to
enclose themselves by fearing or by searching distinction (Enríquez, 2007).

KEYWORDS: Social Identity, Social Representations, Monterrey Metropolitan Area.

1
Profesor en la Facultad de Arquitectura de la Universidad Autónoma de Nuevo León (México). Doctor en Ciencias
Sociales Instituto de Investigaciones Sociales de la UAN; caparicio55@yahoo.com; carlos.apariciom@uanl.mx

119
ESPACIO URBANO

i. introducción

Este trabajo se interesa por los mecanismos de apropiación del espacio como parte de
un proceso de generación de identidad social, tomando como punto base elementos
teóricos provenientes de la Teoría de las Representaciones Sociales (RS) y de la Teoría de
la Identidad Social (TIS) en lugares conceptualizados como “de contraste residencial”
(Aparicio, Ortega y Sandoval, 2011: 201) o donde los “ricos” viven al lado de los “po-
bres”. En este caso, el sitio de estudio se localiza al Noreste de México, en la periferia
norte metropolitana de Monterrey, el núcleo urbano más importante del Norte del país.
La sociedad que ha ocupado la ciudad de Monterrey y su zona metropolitana2,
se ha caracterizado desde sus comienzos en colocar en capas sociales a quienes la
integran de acuerdo a niveles de estudio, su capacidad emprendedora, lugar de proce-
dencia o grupo étnico, entre otras cosas. Pero, esta misma sociedad, que es reconocida
como “regiomontana”, ha sido ejemplo de solidaridad ante desastres naturales, como
huracanes u otro tipo de eventos (Zavala, 2010: 5). La presente investigación presenta
el contexto actual del área metropolitana de Monterrey (AMM), además de abordar los
conceptos de “representación”, “identidad” y “apropiación del espacio”. Esta investi-
gación tomará en cuenta las contribuciones de la teoría de las RS y de la TIS para poder
hablar de la apropiación del espacio, tanto física como cognitivamente.
El objetivo de este trabajo es presentar las dinámicas sociales en lugares de
contraste residencial relacionadas con características socio-económicas y la cons-
trucción de signiicados. En este sentido, reiteramos que los lugares de contraste resi-
dencial son aquellos donde grupos socialmente opuestos se encuentran, aun cuando
se mantengan separados por elementos físicos tales como paredes, ríos o avenidas.
Ante este hecho, planteamos las siguientes preguntas: ¿Cuáles son las características
socio-espaciales de la desigualdad en los lugares de contraste residencial del área
metropolitana de Monterrey (AMM)? ¿Qué revelan las representaciones sociales de
los habitantes de estos lugares sobre la ciudad, su espacio y “otros”? Y ¿cuáles son los
mecanismos identitarios que sobresalen entre los habitantes de estos lugares?
A partir de la presentación del contexto socio-espacial del AMM, este docu-
mento intenta responder a estas preguntas con un marco teórico que aborda la des-
igualdad socio-espacial, las representaciones sociales y la identidad social. Presen-
tamos la metodología utilizada en este estudio, en cuanto a la selección del lugar de
contraste residencial y su contexto, así como la colección de datos y el instrumento
de investigación. En la sección resultados, discutimos la construcción de represen-
taciones sociales y signiicados espaciales, así como la identidad social como un
componente de apropiación del espacio.

2
Durante la década de los ochenta, por decreto del entonces gobernador Alfonso Martínez Domínguez, oicialmente
sea considerada la integración del área metropolitana por nueve municipios: Monterrey, San Pedro Garza García,
Guadalupe, San Nicolás de los Garza, Santa Catarina, General Escobedo, Apodaca, Juárez y García (Aparicio, Ortega
y Sandoval, 2011: 192).

120
carlos aparicio Apropiación del espacio dentro del proceso de identidad social en la periferia metropolitana de Monterrey

ii. contexto socio-espacial del área metropolitana de Monterrey

El contraste se presenta desde el momento de tratar de contextualizar al AMM, ya que


estudios como los de Schteingart (2001) y los de González y Villeneuve (2007) con-
cuerdan que dentro de la nación mexicana, la ciudad de Monterrey y sus municipios
conurbados presentan la situación socio-espacial más favorable en relación a otras
áreas metropolitanas, tales como las de la Ciudad de México, Guadalajara y Puebla.
Sin embargo, como consecuencia de su proceso de crecimiento urbano, el AMM se
conforma actualmente por espacios que evidencian desigualdad y segregación social.
El Estado, en sus diferentes niveles de gobierno, ha promovido la privatización
urbana. Dentro del AMM han proliferado los complejos residenciales cerrados, siendo
los desarrolladores inmobiliarios quienes dotan de infraestructura interna a estos frac-
cionamientos, para que ésta sea conectada posteriormente a las redes municipales ya
existentes. La existencia de “barrios privados” acentúa la segregación socio-espacial
en la ciudad, ya que los grupos que pueden acceder a comprar viviendas en estos lu-
gares son minoritarios. González (2005a: 17) menciona que la calidad de la vivienda
sigue siendo una de las desigualdades socio-espaciales predominantes en el lugar.
En este sentido, el autor reiere que “el área metropolitana de Monterrey es una urbe
con grandes diferencias socioeconómicas intra-metropolitanas, a pesar de presentar un
promedio muy elevado en cuanto al estatus socio-económico nacional”.
Tanto en el AMM, como en varios municipios periféricos que están en proceso de
integrarse a la mancha urbana, hay espacios donde junto a un asentamiento humano
existente aparece una nueva colonia que al mismo tiempo está física y socialmente sepa-
rada del establecimiento original. De la mano de la expansión urbana y del crecimiento
de la desigualdad social, encontramos que los “barrios periféricos de pobres” se han
integrado a la pujante mancha urbana formada por fraccionamientos cerrados, creando
guetos o enclaves en un espacio intraurbano fuertemente diferenciado y fragmentado.
Estos fenómenos de desigualdad socio-espacial, segregación y fragmentación han
sido estudiados desde el análisis de datos estadísticos hasta el contexto de las dinámi-
cas económicas globales. En este sentido, estudios como el de González y Villeneuve
(2007), así como el que Ariza y Solís (2009) se utilizan los datos estadísticos generados
por el Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática (INEGI)3. En el caso de
González y Villeneuve (2007: 156), el objetivo principal del trabajo fue “identiicar las
principales dimensiones que estructuran y explican el espacio social y residencial del
área metropolitana de Monterrey entre 1990 y 2000” Entre sus conclusiones, se des-
taca la migración como una importante dimensión estructurante y discriminante en el
proceso de diferenciación sociorresidencial; además de que se presentan una serie de
transformaciones que muestran un desarrollo metropolitano del centro hacia la periferia,
un policentrismo de las actividades económicas y una suburbanización de las familias.

3
Para ambos estudios, la información fue obtenida y analizada desde la mínima división geográica utilizada para
ines estadísticos por el INEGI, llamada AGEB o área geo-estadística básica.

121
ESPACIO URBANO

El estudio remarca que centro de Monterrey presenta un éxodo de familias, acom-


pañado de proletarización de la población, terciarización de la economía y de un
envejecimiento de la población en que se encuentra en condiciones de precariedad.
En la periferia se ve un mejoramiento de las condiciones físicas de la vivienda, lo
que acarrea una ligera disminución en la diferenciación espacial dentro de esta di-
mensión, siendo el status socioeconómico la principal dimensión discriminante del
espacio social. En cuanto al status familiar, los hogares con un menor número de
hijos y que muestran envejecimiento de la población se dan de manera concéntrica.
El status socioprofesional muestra una polarización entre población empleada en el
sector manufacturero y quienes trabajan en el sector terciario, asociado con bajos y
altos ingresos, respectivamente. Dichas condiciones de precariedad generadas por la
segregación tienen consecuencias en las trayectorias de vida de las personas, quienes
presentan diversas rupturas sociales, adversidades vividas por los habitantes de la ciu-
dad y su área metropolitana que les han impedido lograr un desarrollo, llevándoles a
la exclusión social (Ortega y Moral 2008).
González y Villeneuve (2007: 174) inalizan diciendo que las transformaciones
en la situación sociorresidencial de este lugar son, en general, positivas debido, entre
otras cosas, “a su integración a la economía estadounidense y demostrando un buen
nivel competitivo, con fuertes transformaciones en el mercado laboral, con su reestruc-
turación económica como polo de desarrollo económico nacional y con una posición
estratégica en el proceso de globalización mexicana”.
Ariza y Solís (2009) utilizan estadísticas censales para crear indicadores de segre-
gación espacial. Su estudio de carácter comparativo entre las áreas metropolitanas de la
Ciudad de México, de Guadalajara y de Monterrey, permite extraer ciertos elementos
que permiten conocer la situación actual de esta última en materia de lo que los autores
llaman “segregación residencial socioeconómica (SRS) como manifestación particular de
la desigualdad social”. El objetivo de su trabajo es “conocer si las profundas transforma-
ciones ocurridas en el contexto económico nacional han estado acompañadas también
de una profundización de la división social del espacio entre 1990 y 2000”.
Entre los resultados obtenidos por estos autores, se conirma que el AMM, tanto
en 1990 y en el 2000, posee los más altos índices de ingreso laboral del país. Además,
en las tres grandes áreas metropolitanas, los individuos de bajos ingresos interactúan
más con personas de su misma condición que con aquellas de altos ingresos, lo que
corrobora el fuerte aislamiento social de los pobres urbanos; sin embargo, las personas
de altos ingresos interactúan intensamente con los de bajos ingresos, sobre todo por
su condición de patrones o dueños de empresas. Además, muestran que los grupos
desfavorecidos están más lejos del centro de la ciudad que los más favorecidos en las
tres metrópolis. Entre las consideraciones inales, se destaca que Monterrey posee los
niveles más altos de SRS, resultando paradójico que la ciudad con los más altos niveles
de ingresos sea al mismo tiempo la que presente mayor segregación socio-espacial.
Los resultados de los estudios referidos permiten comprender cómo Monterrey se
inserta en el juego de la economía mundial. Gustavo Garza (2003: 140) señala que,

122
carlos aparicio Apropiación del espacio dentro del proceso de identidad social en la periferia metropolitana de Monterrey

dentro de territorio mexicano, Monterrey es la última metrópoli principal localizada


sobre el llamado “corredor del TLCAN4”, además, que dentro del Sistema Urbano Prin-
cipal mexicano, genera un subsistema urbano en el Noreste con Saltillo, Nuevo Laredo,
Reynosa y Matamoros. Asimismo, Monterrey se articula con la red global a través de la
Ciudad de México con Miami y Nueva York, así como con Chicago, a través de Hous-
ton. Al interior del país, pero como parte de esta mundialización, Aguilar (2006: 143-
145) subraya que de las 20 empresas más importantes del país, 15 se concentran en la
Ciudad de México y el resto en el AMM, donde destacan las empresas manufactureras
de productos como vidrio y cemento, junto con la industria alimentaria.
En este sentido, Garza, Filion y Sands (2003: 169-170) señalan que Nuevo León es
el Estado más urbanizado del país, concentrando en el AMM cerca de 3.5 millones de
habitantes, poco más del 90 % de la población estatal. Por su importancia Monterrey
ha emprendido una serie de megaproyectos urbanos que buscan relevancia internacio-
nal, como lo son el Parque Fundidora, el Paseo Santa Lucía y el sistema de metro, entre
otros. Sin embargo, se estima un crecimiento de más de 5 millones de habitantes para
el 2020. De mantenerse las tendencias de subdesarrollo mexicano, producto de una
elevada migración, habrá serios problemas sociales y urbanos como congestionamien-
to vial, inseguridad pública, barrios deteriorados y contaminación de los ecosistemas,
así como déicit en vivienda, infraestructura y servicios urbanos (Garza, Filion y Sands
2003, 143), factores que van de la mano de la segregación socio-espacial. Contreras
(2007: 187-188) señala que en una ciudad globalizada como el AMM5, la polarización
y la segregación socio-espacial se han intensiicado, por ejemplo, al aparecer centros
comerciales propios de países de primer mundo, a la vez que proliferan vendedores
ambulantes que subsisten con la venta productos usados o copias ilegales.
El contexto socio-espacial actual del AMM se desprende de un Centro expulsor, a
pesar de los grandes proyectos urbanos que ahí se localizan. Además, de la expansión
de una corona periférica al norte del área metropolitana, producto de la inexistencia
de espacios vacantes en el municipio de San Nicolás de los Garza y el norte de Mon-
terrey, habitada por clases medias compuestas por jóvenes con estudios universita-
rios y por obreros caliicados, cuya supericie urbana abarca parte de los municipios
de Santa Catarina, García, Escobedo, Apodaca y Guadalupe. Mientras tanto al sur
del municipio de Monterrey se presenta una tendencia de urbanización de viviendas
residenciales de élite en dirección del municipio de Santiago, siguiendo la ruta de
la conocida como Carretera Nacional. En estos escenarios, la expansión urbana ha
facilitado la existencia de lugares de contraste residencial en la periferia del área
metropolitana de Monterrey.

4
TLCAN: Tratado de libre comercio de América del Norte. NAFTA: North America Free Trade Agreement. ALÉNA:
Accord de libre échange d’Amérique du Nord.
5
El autor hace la diferencia entre una ciudad global y una globalizada, señalando que la primera ofrece servicios de
alta gestión o funciones centrales (inancieras, legales, contables, de gestión, ejecutivas o de planiicación), mientras
que en la segunda se ofrecen servicios tradicionales, o con cierta especialización, sin llegar a ser tan avanzados como
los de la ciudad global.

123
ESPACIO URBANO

iii. elementos teóricos provenientes de las representaciones sociales y la identidad social


que permiten la interpretación social del espacio

El sentido de comunidad está ligado a la apropiación física y cognitiva del espacio por
los distintos grupos entre sí diferenciados. Así, la diferenciación social del espacio in-
cluye las dimensiones económica, colectiva y territorial que se asocian con desigualdad
socio-espacial, la segregación socio-espacial y la fragmentación urbana, respectivamen-
te. Desde principios del siglo XX, los teóricos de la Escuela de Chicago asociaron la
desigualdad socio-espacial con la competencia y la inmigración en un momento en que
los Estados Unidos consolidaban sus ciudades como lugares de integración nacional,
pero al mismo tiempo excluyendo a varios grupos sociales y étnicos. González (2005b:
11) señala que la desigualdad social es el resultado de la distribución desigual de los re-
cursos de una sociedad entre sus miembros, lo que crea un sentimiento de injusticia. La
principal desigualdad social está vinculada con el ingreso, fortaleciendo y multiplicando
otra serie de desigualdades, como el tipo de residencia y la marginación urbana.
Autores como Schteingart (2001), Enríquez (2007) y Caldeira (2007) coinciden en
que la segregación está relacionada con el establecimiento de una distancia espacial
y social entre los grupos humanos. Ésta puede manifestarse como segregación activa,
como consecuencia del rechazo de las clases privilegiadas hacia las clases desfavore-
cidas, o como autosegregación, en la que el autoencierro es resultado de la violencia
urbana. Igualmente, la fragmentación territorial puede concebirse como una mani-
festación de la desconexión física urbana y como discontinuidades morfológicas que
conducen a la ruptura de las relaciones sociales (Prévot-Schapira, 2001:34).
Asimismo, Deschamps et al. (1999: 14-16) estudiaron la identidad a través de la
psicología social, en relación con los procesos cognitivos y las representaciones socia-
les. En los procesos cognitivos, «ser parte» de un grupo implica niveles de identiicación
social relacionados con tendencias ailiativas, aceptación de normas internas, así como
la creación de las categorías de «ellos» y «nosotros». Por otro lado, Todorov (1991: 13-
21) enfatiza la relación entre «nosotros», en otras palabras, mi grupo social y cultural,
y los “otros” o aquellos que no son parte de dicho grupo. Esta distinción se extiende a
cualquier forma de crear una separación entre grupos, deiniendo su identidad.
En cuanto a la identiicación socio-espacial, Baby-Collin (2002: 6-7) señala que
“existe una cierta relación, entre la antigüedad en el barrio y la fuerza de identi-
icación en el espacio”. Esta identidad está fuertemente ligada a propiedad de la
vivienda y al sentimiento de pertenencia al barrio. Es gracias a este sentimiento que
el sujeto establece vínculos sociales, se apodera de los espacios, genera redes de
apoyo material, psicológico y inanciero. Los espacios se convierten en el nodo de
relaciones, destacando la escuela y la iglesia, junto con los deportivos y culturales.
Dentro del campo de la psicología social se destaca el estudio de la relación
entre el individuo y la sociedad a través de las Representaciones Sociales. Jodelet
(1986) señala que la RS es un conocimiento socialmente elaborado y compartido.
La autora remarca que en la memoria colectiva queda la huella de un ordenamiento

124
carlos aparicio Apropiación del espacio dentro del proceso de identidad social en la periferia metropolitana de Monterrey

urbano y social, estableciendo una segregación humana y residencial que está pre-
sente en imágenes sociales. Para Lynch (1998), estas imágenes aparecen en los ma-
pas mentales de la gente sobre su ciudad. De Alba (2007: 297, 317) señala que el
imaginario urbano está compuesto de carga emocional anclada en el inconsciente
en forma de mito o fantasía. A través del dibujo, es posible observar los itinerarios de
las personas, así como sus miedos y sus prejuicios.
Por otra parte, la segregación socio-espacial es una constante a lo largo del pro-
ceso de metropolización de Monterrey (Aparicio, Ortega y Sandoval, 2011). Como ya
mencionamos, estudios como los de Schteingart (2001), González y Villeneuve (2007),
Ariza y Solís (2009), junto con el de Garza (2003), concuerdan que Monterrey y sus mu-
nicipios conurbanos presentan la situación socio-espacial más favorable en relación a
otras áreas metropolitanas mexicanas, como las de las ciudades de México, Guadalajara
y Puebla Sin embargo, reiteramos que el AMM se conforma actualmente por espacios
que evidencian desigualdad y segregación social, así como fragmentación territorial. El
Estado ha promovido la privatización urbana, dejando la dotación de infraestructura a
los desarrolladores inmobiliarios. Con los “barrios privados” se ha acentuado la segre-
gación socio-espacial en la ciudad, ya que los grupos que pueden acceder a viviendas
en estos lugares son minoritarios. La calidad de la vivienda es una de las desigualdades
socio-espaciales predominantes en el lugar (González, 2005a: 17)6.
En suma, la distribución socio-espacial implica la apropiación desigual del te-
rritorio, dejando para ciertos grupos privilegiados su ubicación en los lugares estra-
tégicos de la ciudad. Tanto las RS, como la identidad social implican signiicados
socialmente elaborados y compartidos que caracterizan a los grupos que se han
apoderado tanto física como cognitivamente del territorio. Dichos grupos han orga-
nizado su espacio y han establecido vínculos simbólicos entre sus integrantes y el
medio construido. Por lo tanto, la participación consciente de todos los miembros de
una comunidad permite sugerir alternativas de mejora de las condiciones en materia
de calidad de vida, tanto al interior del grupo como en su relación con los grupos
vecinos, a pesar de las evidentes diferencias socio-económicas existentes en los lu-
gares de contraste residencial.

iV. proceso metodológico para el estudio del contraste residencial en el área metropolitana
de Monterrey

Este documento se inscribe dentro de una investigación doctoral sobre espacios de


contraste residencial. Para seleccionar la muestra se utilizaron Sistemas de Infor-

6
González (2005a) reiere que “el área metropolitana de Monterrey es una urbe con grandes diferencias socioeco-
nómicas intra-metropolitanas, a pesar de presentar un promedio muy elevado en cuanto al estatus socio-económico
nacional. La expresión espacial de la diferenciación socio-espacial toma formas distintas que van de un patrón centro-
periferia, a un modelo sectorial o poli-nuclear…”

125
ESPACIO URBANO

mación Geográica (SIG) con datos del Instituto Nacional de Estadística Geografía
e Informática (INEGI) de los años 2000 y 2005. Una base de datos cartográica por
AGEB7, permitió detectar espacios de contraste residencial en el AMM. El lugar se-
leccionado corresponde a dos colonias vecinas, que coinciden con un número de
AGEB cada una, separadas por una barda perimetral, presentando fragmentación
territorial y segregación social. Dicho sitio se encuentra en la corona periférica norte
del AMM, en el municipio de General Escobedo, Nuevo León, y corresponde a las
colonias Ex-Hacienda El Canadá y Puerta del Norte (igura 1).
Sobre el origen de estas colonias, podemos decir que las tierras y aguas de la
Hacienda El Canadá fueron, en 1904, concesionados por el gobernador Bernardo
Reyes a la compañía Montreal Engineering, para la generación de fuerza motriz y
energía eléctrica. Después de la Revolución Mexicana, en 1934, se decretan como
ejidales estos terrenos. En 1967, 97 hectáreas pasan a propiedad de la Facultad de
Agronomía de la Universidad Autónoma de Nuevo León. Es en 1977 cuando la “Ex-
Hacienda” es urbanizada (Garza, 1986). Por otra parte, las tierras ejidales en las que
se encuentra “Puerta del Norte” son adquiridas por la constructora Miraloma durante
los años 1990, iniciando la venta de casas en serie en 1994.

Figura 1. Ubicación de la zona de estudio en el área metropolitana de Monterrey y en el mu-


nicipio de General Escobedo, N. L. Elaboración: Carlos Aparicio.
Las estadísticas del INEGI permiten ver que entre el 2000 y 2005, Ex-Hacienda El
Canadá mantiene casi el mismo número de habitantes (1795 y 1643, respectivamente),
mientras que Puerta del Norte incrementa su población en casi tres veces (de 811 a 2396).
En ambas colonias los grupos mayoritarios de población se encuentran entre 0 y 14 años
(cerca del 30%) y entre 25 y 59 años, correspondiendo al 44% para Ex-Hacienda El Ca-

7
AGEB: Área geo-estadística básica: división geográica mínima utilizada para ines estadísticos y censales por el
INEGI. Los AGEB’s pueden ser urbanos o rurales.

126
carlos aparicio Apropiación del espacio dentro del proceso de identidad social en la periferia metropolitana de Monterrey

nadá y 58% para Puerta del Norte. La población de Ex-Hacienda es mayoritariamente na-
cida en el municipio de General Escobedo, mientras que en la colonia vecina predominan
los nacidos fuera de éste. En cuanto a escolaridad, la población de la Ex-Hacienda presenta
sólo un 3% con educación superior, con un promedio de 7.92 años en las aulas, mientras
que en Puerta del Norte la población con instrucción universitaria es del 34%, con un
promedio de 13.93 años de formación escolar. En cuanto al nivel de ingresos, el 55% de la
población económicamente activa (PEA) de la primera colonia mencionada gana de 2 a 5
salarios mínimos, mientras que en la otra 61% gana más de 58.
En Ex-Hacienda, tanto en el 2000 como en el 2005, las 390 viviendas que existen
en el lugar están habitadas, mientras que en Puerta del Norte este número se incrementa
de 229 a 646 en el lapso señalado. Cabe mencionar que en la primera de estas colonias
hay un promedio de 4.5 habitantes por vivienda, mientras que en la segunda es de 3.7,
presentando, respectivamente 1.03 y 0.92 familias por vivienda. En cuanto a materiales,
la primera cuenta con el 75% de los hogares con techo de concreto o similar, mientras
que en la zona residencial todas presentan esta característica. Sin embargo, en Ex-Haci-
enda El Canadá el 79% de las viviendas están pagadas, mientras que en Puerta del Norte
sólo 29% cumplen con esta particularidad.
Para el análisis del sitio (Bazant, 1983), una serie de visitas al terreno permitieron de-
terminar que en Ex-Hacienda El Canadá los usos del suelo son muy variados, destacando
una arteria comercial, que corresponde a la Avenida Juárez, con casas-habitación auto-
construidas, escuelas, iglesias, comercios, usos mixtos, áreas verdes, etc. Por su parte, en
Puerta del Norte predomina el suelo residencial, con un parque, un jardín de niños y,
fuera de la barda, algunos comercios. La primera de estas colonias está ediicada sobre
lotes que respetan la parcelación agrícola, presentando diferentes grados de consoli-
dación de las viviendas. Mientras tanto, al interior de las bardas encontramos viviendas
en serie en las que algunas conservan su diseño original y otras han sido modiicadas,
sobre todo al techar la cochera y agregar una recámara en la segunda planta.
Ambas colonias están bien ubicadas y son accesibles por las carreteras a Laredo,
Texas, y a Colombia, Nuevo León. El sector está bien comunicado con otros puntos de
la metrópoli a través de autobuses y metro. Referente al equipamiento, en Ex-Hacienda
El Canadá se encuentran los servicios de centro de barrio, como iglesias, dispensa-
rio médico, parques y plazas públicas, así como comercios. Igualmente esta colonia
cuenta con escuelas públicas de diferentes niveles tales como jardín de niños, primaria
y secundaria, así como una preparatoria y el campus agropecuario de la Universidad
Autónoma de Nuevo León.
Mientras tanto, en Puerta del Norte no hay estos equipamientos, sólo algunos ser-
vicios privados localizados en el perímetro de esta colonia, tales como una clínica, un
gimnasio y escuelas privadas, que corresponden a un jardín de niños y a una preparato-
ria de la Universidad Regiomontana. En general, ambas colonias cuentan con la infrae-

8
En 2009 el salario mínimo mensual oscilaba alrededor de los $ 1 600.00 pesos mexicanos, equivalente aproxima-
damente a $ 125.00 USD.

127
ESPACIO URBANO

structura adecuada, destacando que Puerta del Norte cuenta con instalaciones subter-
ráneas y dos casetas de control de acceso.
Para el trabajo de campo, se elaboró un instrumento cuyas variables incluyeron la
desigualdad socio-espacial, las representaciones sociales y la identidad social. En este
instrumento se presentó la matriz de congruencia de la investigación que incluye el título
de la tesis, cuyo nombre es “Desigualdad socio-espacial y relaciones de sustentabilidad
social en lugares de contraste residencial al norte del área metropolitana de Monterrey”.
Dentro de la citada matriz, se exponen las preguntas de investigación (de donde se
desprenden los objetivos especíicos), el objetivo general, la hipótesis de trabajo y las
variables.
Para la variable “Desigualdad socio-espacial”, las dimensiones son “Desigualdad
social”, “Segregación espacial” y “Fragmentación urbana”. Para la primera de estas di-
mensiones los indicadores son producto del análisis de las estadísticas del INEGI (2000;
2005), tales como el AGEB y la colonia, las características de la población, el origen, la
escolaridad, el nivel de ingresos y el tipo de vivienda. Para la dimensión “Segregación
espacial” los indicadores son la distribución de los grupos en el espacio y el análisis del
contexto. La “Fragmentación urbana” tendrá como indicador los elementos físicos que
rompen la permeabilidad del tejido urbano.
La variable “Representaciones Sociales” presenta dos dimensiones. La primera,
“Imaginarios urbanos”, tiene como indicadores los elementos representativos de la ciu-
dad y de ambas colonias, con la elaboración de mapas mentales (Lynch, 1998). Para la
segunda, “Elementos signiicantes de la representación”, los indicadores son las repre-
sentaciones de “su ciudad”, “de su colonia” y “de la otra colonia”, utilizando las técnicas
de asociación libre y de evocación jerarquizada propuestas por Abric (2003).
Por otra parte, la variable “Identidad social” se presenta en las dimensiones “Com-
paración y categorización social”, cuyos indicadores son la “Representación «de noso-
tros»: acentuación de las semejanzas entre los vecinos de la misma colonia” y la “Repre-
sentación «de los otros»: acentuación de las diferencias entre los habitantes de ambas
colonias”. La segunda dimensión, “Identiicación y reconocimiento”, tiene como indi-
cadores las tendencias ailiativas, ligadas al sentimiento de pertenencia a la colonia que
habita y al sentimiento de pertenencia al área compartida con los habitantes de la otra
colonia. Para esta variable se ha utilizado la asociación libre y el análisis del contenido.
La aplicación del instrumento se llevó a cabo en diciembre del 2009, con el apoyo
de un grupo de estudiantes de la Facultad de Arquitectura de la UANL. El total de entre-
vistas fue de 90, siendo 47 en Ex-Hacienda El Canadá (31 mujeres y 16 hombres) y 43
en Puerta del Norte (23 mujeres y 20 hombres).
Posteriormente, se clasiicaron las entrevistas de acuerdo al barrio en el que fueron
aplicadas. Se diseñaron una serie de tablas en formato Excel, asociadas a cada una de las
variables utilizadas, para el vaciado de datos. Además, se han extraído cada uno de los
elementos que aparecen en los mapas mentales, asociándolos a una base cartográica,
con la ayuda del software Map-Info. Asimismo, se creó una base de datos en SPSS, lo
que ha permitido presentar la información recopilada a manera de gráicos de frecuen-

128
carlos aparicio Apropiación del espacio dentro del proceso de identidad social en la periferia metropolitana de Monterrey

cia y hacer un análisis de evocaciones jerarquizadas con el método propuesto por Abric
(2003) para el estudio de las representaciones sociales.

V. Discusión de resultados

Este trabajo busca analizar la dinámica social existente en los lugares de contraste resi-
dencial, en relación a la distribución espacial, las características socio-económicas y la
construcción de signiicados.
Como ya señalamos, el lugar seleccionado está formado por las colonias Ex-Hacien-
da El Canadá y Puerta del Norte, y se localiza en la Corona Periférica Norte del AMM,
dentro del municipio de General Escobedo. La primera de estas colonias es reconocida
como la más añeja del municipio, ligada a un reciente pasado agrícola, mientras que
la segunda es un nuevo desarrollo residencial cerrado. Es aquí donde aparece el con-
traste más sutil y visualmente perceptible entre las dos colonias: el tipo de residencia.
Ex-Hacienda El Canadá es un barrio autoconstruido con casas de una o dos plantas,
en diferentes etapas de consolidación. Por el contrario, Puerta del Norte presenta casas
modulares de dos plantas construidas en serie.
La dinámica social que se da este lugar, en relación a la distribución espacial, es
producto de la expansión periférica del AMM. La saturación del espacio urbano en el
municipio de San Nicolás de los Garza provocó que familias jóvenes de clase media, en
busca de una vivienda cercana a este municipio, encontraran un sitio que les proveyera
de cierto status social y de una aparente seguridad. Este espacio se localizaba junto a
una tradicional y dinámica colonia popular abierta. Este fenómeno de creación de nue-
vos fraccionamientos cerrados a lado de colonias populares se reproduce rápidamente
dentro del municipio de General Escobedo.
En cuanto a las características socio-económicas, se trata de lo que llamamos mi-
grantes intra-metropolitanos escolarizados, con salarios que les permiten comprar una
casa a plazo máximo de quince años, que llegaron a establecerse al lado de un barrio
compuesto de personas trabajadoras, las cuales difícilmente pudieron completar la edu-
cación secundaria, pero que son propietarias del inmueble que habitan.
Por otra parte, la dinámica social relativa a la construcción de signiicados está en
función de las representaciones sociales. De acuerdo con Jodelet (1986), en la memoria
colectiva de los habitantes de ambas colonias existen rastros de un ordenamiento social,
estableciendo una segregación humana y residencial que está presente en las imágenes
sociales. En este sentido, existen elementos físicos simbólicos que juegan un papel de
segregantes y excluyentes, tales como los muros, las casetas de vigilancia y los guardias
privados. A esto, podemos aunar la existencia de un agradable parque “público exclu-
sivo”, además de la impresión de que las casas de Puerta del Norte son más “bonitas”.
Para dicha autora, la representación social condensa en una imagen la historia, las
relaciones sociales y los prejuicios. Históricamente, Ex-Hacienda El Canadá es un barrio
popular, que siguiendo a (Baby-Collin, 2002), “es por doquier mucho más que una zona

129
ESPACIO URBANO

habitacional”, que contrasta con un recién construido enclave cerrado, cuya estrategia
de venta incluyó llamarlo Puerta del Norte. En Ex-Hacienda El Canadá la Identidad So-
cial está fundada en las fuertes relaciones sociales ancestrales, en oposición a nuevas
relaciones de convivencia basadas en la conveniencia de Puerta del Norte, donde dicha
identidad podemos sugerir que está en proceso de formarse.
La relación más sólida y simbólica entre ambas colonias, se da de patrones a pres-
tadores de servicios. Existen prejuicio de uno y otro lado de la barda, al considerar que
las colonias tienen “ricos” y “pobres” según del lado que vivan, la cual se extiende al
nivel de la auto-consideración. Sin embargo, este prejuicio, en la realidad, no es del todo
cierto, como lo menciona uno de los entrevistados de Ex-Hacienda El Canadá:
“Entre las diferencias es que aquí nosotros dueños, ellos están pagando. Ellos se
levantan a las 7:00, tanto el padre como la madre, porque van a trabajar y tienen que
dejar a los niños a la guardería o a la escuela. Ellos tienen que pagar por todo, como la
vigilancia; es más, creo que les roban más allá que a los aquí. Aquí todos somos familia,
toda esta manzana era de mi abuelito”.

Vi. conclusiones

La expansión urbana de Monterrey ha implicado una marcada división social del espa-
cio. Actualmente, a pesar de que de varios estudios coincidan en que el AMM presente
la situación socio-espacial más favorable de la República Mexicana, la segregación será
producto de esas fuerzas macroeconómicas que permitirán a las clases privilegiadas
acceder a las ventajas del consumo global, a los avances tecnológicos, a una educación
de calidad y a buenas oportunidades de trabajo, mientras que existen grupos sociales
marginados de dichas ventajas.
Hoy en día se multiplican los complejos residenciales cerrados, producto del aban-
dono de los diferentes niveles de gobierno de la gestión de la ciudad, para cederla a de-
sarrolladores privados. Esto ha traído que muchos barrios de cierto estrato social, repenti-
namente se vean “rodeados” por colonias de estratos opuestos, acentuando a un nivel de
“microsegregación” o de “microfragmentación” el espacio urbano (Capron y González,
2006). Es necesario remarcar que el entorno construido deine a cada barrio y que la
vivienda es el aspecto sutil más evidente que diferencia a los grupos sociales y su distribu-
ción en el espacio. Estos sitios donde los ricos viven a un lado de los pobres, separados por
elementos físicos, han sido deinidos como “lugares de contraste residencial”.
En suma, en los lugares de contraste residencial, los espacios públicos tienen una
fuerte carga simbólica y son elementos de unión entre habitantes de colonias social y
físicamente segregadas. Además, es innegable que existen lazos de interdependencia
entre gente de colonias como las patrón-empleado. Se trata de una convivencia armó-
nica que reproduce la desigualdad, pero en la que existe tolerancia mutua. Tal vez, al
buscar sobre relaciones sociales, es difícil de hablar de igualdad, sin embargo, existen
caminos tendidos hacia la equidad, ya que derechos fundamentales como la educación,

130
carlos aparicio Apropiación del espacio dentro del proceso de identidad social en la periferia metropolitana de Monterrey

la recreación y la socialización están garantizados en los espacios mencionados. Tanto


las redes sociales tendidas de uno y otro lado de la barda son elementos destacados,
pero son los espacios de acceso común los que pueden ser utilizados para mejorar las
relaciones sociales.
Por tanto, cabe dejar como recomendación que es imperativo que nuevas investi-
gaciones en materia de aprehensión y apropiación cognitiva del espacio se abran dentro
de otras disciplinas del saber. Por ejemplo, en Ex-Hacienda El Canadá existen elementos
culturales y simbólicos que pueden ser considerados parte del patrimonio municipal de
General Escobedo, tales como su gente, sus iestas, sus iglesias, y por qué no, su arqui-
tectura como un “saber hacer” tradicional, al que se le podría sumar la recuperación de
casas que fueron traídas desde el país que le dio nombre a la colonia.

Vii. referencias bibliográicas

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132
el replanteamiento urbano del centro Metropolitano de Monterrey
rethinking the metropolitan urban center of Monterrey city

María Teresa Ledezma Elizondo1


Nora Livia Rivera Herrera2

RESUMEN
Uno de los principales problemas de las Metrópolis es que una gran parte de sus his-
torias urbanas no fueron planeadas para adaptarse adecuadamente a las cambiantes y
demandantes necesidades de una población creciente. Tales cambios, trajeron como
resultado una explosión urbana, que dio lugar a problemáticas casi permanentes como
el abandono, la subutilización o la sobresaturación de los espacios citadinos.
Por otra parte, las áreas metropolitanas, suelen depender de un foco urbano que cen-
traliza el espacio al resguardar los centros de empleo y servicios, resultando ser las zo-
nas más vulnerables de las ciudades ante problemas como sobrepoblación, deicientes
sistemas de movilidad urbana, pérdida de espacios públicos y contaminación.
En vista de lo anterior, el objetivo del presente estudio es examinar la situación actual del
Centro Metropolitano de Monterrey (CMM). Para lógralo, se identiicaran los aspectos ur-
banos que diicultan el desarrollo urbano y social de la zona metropolitana y inalmente,
se propondrán estrategias que coadyuven al reordenamiento de la estructura urbana op-
timizando los usos del espacio, la infraestructura subutilizada y la motivación para la
inversión privada con el in de posibilitar la reactivación económica y social del CMM.

PALABRAS CLAVES: Regeneración urbana, Centro Metropolitano, Reordenamiento territorial.

abstract
One of the main problem of the Metropolis is that most of the spaces were not planned
for resolving and settling the changing and demanding needs of the population. Al-
though derived from the urban explosion generated by population growth, abandon-
ment, underutilization or supersaturation of spaces, this problem does not emerge to
adapt to the changing urban context spaces.
Moreover, metropolitan areas are usually specialized zones dependent on a focus that
centralizes the space that protects employment centers and services, proving to be the
most affected areas within cities. The main problems are affecting these areas include:
overcrowding, poor urban mobility systems, loss of public spaces, and pollution.
Therefore, the objective of this study is to analyze the information that relects the cur-
rent state of Monterrey Metropolitan Downtown (MMD), so, it is required to identify
some of the urban aspects that represent a deeper problematic for the urban and social
development. To inally propose strategies that contribute to the reorganization of the
urban structure to optimize the new process, the uses of space, underutilized infrastruc-
ture and encourage investment and economic and social revival of the MMD.

Keywords: Urban Regeneration, Metropolitan Downtown, territorial reorganization

1
Docente, Facultad de Arquitectura, UANL, Dra.; maria.ledezmae@uanl.mx
2
Docente, Facultad de Arquitectura, UANL, Dra.; nora.riverah@uanl.mx

133
ESPACIO URBANO

i. introducción

Las ciudades contemporáneas se formaron gracias a condicionantes del entorno. Sin


embargo, con el desarrollo de las “Metrópolis”, producto del crecimiento poblacio-
nal junto a las necesidades consecuentes de la urbanización, se han pasado por alto
todas las condiciones del entorno hasta el grado de promover la degradación del
contexto para el espacio urbano.
Por ejemplo, más de la mitad de la población mundial actualmente habita en
ciudades, es decir, alrededor de 3,500 millones de personas. Para el año 2050 se
espera que casi el 70% de la población mundial aspectada, unos 6,290 millones
de personas habite los centros urbanos. Esto exige el crecimiento y desarrollo de
las ciudades, la creación de espacios urbanos que cumplan con las necesidades de
las nuevas demandas poblacionales. Pero ¿Qué sucede con todos aquellos espacios
urbanos que ya existen?
Nos referimos a aquellos espacios urbanos expirados, poco funcionales, con es-
tructura y usos de suelos incompatibles, marginados en el descuido e incluso abando-
nados. Este estado inaceptable es un relejo de la inadecuada adaptación urbana. El
principal reto para el futuro de las “Metrópolis” es determinar qué sucederá con estos
espacios, porque deben convertirse en una oportunidad de expansión y desarrollo.

imagen 1. Grandes Metrópolis de Latinoamérica: a) Sao Pablo, Brasil, cuenta con una población total de
11; 244, 369habitantes (CENSO 2010) b) Ciudad de México tiene una población conjunta de 15; 175,
862 habitantes (CENSO INEGI 2010) c) Caracas, Venezuela con 6; 250, 329 habitantes. Fuente: www.
google maps (Modiicadas para la edición de este texto).

ii. problemática de las Metrópolis actuales

El área Metropolitana, es una zona especializada dependiente de un foco urbano


que centraliza el espacio que resguarda los centros de empleo y de servicios. Por
ello son las zonas más afectadas dentro de las ciudades. Los principales problemas
que afectan estas zonas son, entre otros: 1) Sobrepoblación: el crecimiento desme-
dido de las ciudades provoca: hacinamiento, escasez de vivienda, alta concentra-
ción de actividades económicas, compleja estructura espacial, congestionamiento
del tránsito de personas y carga, un prolongado tiempo de traslado, inseguridad y
carencia de servicios públicos, 2) Deicientes Sistemas de Movilidad Urbana: La

134
María Teresa Ledezma Elizondo, Nora Livia Rivera Herrera El replanteamiento urbano del Centro Metropolitano de Monterrey

concentración de actividades económicas deriva en el congestionamiento de perso-


nas, en los actuales centros urbanos generando problemas de congestionamiento
vehicular, deiciente sistema de aparcamiento, inadecuado sistema de Transporte Pú-
blico, incremento en los tiempos de traslado de un lugar a otro, diicultades para los
peatones, entre otros, 3) Perdida de espacios públicos: La mayoría de los caminos y
espacios urbanos son de propiedad pública y de libre acceso. El aumento de tráico
vehicular genera un impacto adverso en las actividades públicas. Por ejemplo espa-
cios como; andadores peatonales parques, mercados, plazas, etc., han desaparecido
para darle lugar a vehículos. En los mejores casos estas actividades se han reubicado
en otros espacios, pero en su mayoría han sido abandonadas por completo, y, 4)
Contaminación: El tamaño, forma y estructura de la ciudad, las áreas verdes o la
carencia de ellas, el volumen de la población, la movilidad vehicular, así como las
actividades comerciales e industriales de nuestras ciudades son factores entrópicos
porque contribuyen a la contaminación de nuestro entorno, así entre mayor sea la
acumulación vehicular, mayor serán los índices de contaminación. De los cuales los
contaminantes que más abundan en una área metropolitana son: el Monóxido de
Carbono (CO), el Oxido de Nitrógeno (NO o NO2), Hidrocarburos y Compuestos
Orgánicos Volátiles (HC / VCO).

iii. Historia y teoría sobre los centros urbanos

De acuerdo a Coulomb (2009), la intervención en las áreas de más antigua urbaniza-


ción y que presentan cierto grado de obsolescencia urbana debe tener un fuerte ca-
rácter de integralidad, pues concierne tanto al espacio construido como los espacios
abiertos, la vivienda, como las actividades económicas, la vialidad y el transporte,
como la imagen urbana.
El “viviendismo” en el centro histórico debe condenarse, tanto como el de las “ciu-
dades dormitorios” en la periferia urbana. El desafío es grande: se trata de “re-urbanizar”,
cuando todo parece indicar que nuestras sociedades han olvidado como “hacer ciudad”.
Hacer ciudad, implica una acción integral. Pero se debería utilizar este caliicati-
vo con más conciencia del grado de desafío que signiica. En el mejor de los casos, la
integralidad es un objetivo que debe perseguirse y que va en contra del carácter sec-
torial característico de la mayoría de las instituciones públicas y privadas como de las
organizaciones sociales, interesadas en realizar alguna acción en el centro histórico.
Además el marco legal es excesivamente sectorizado. No hay puentes, concu-
rrencia y menos coordinación entre los distintos sectores. ¿Cómo entonces avanzar ha-
cia la integralidad de la acción, tantas veces mencionada y tan poco practicada? Una
estrategia consiste en territorializar el gasto público en torno a polígonos de actuación.
Los centros urbanos, expone García (2008), en términos del potencial turístico
que constituía el patrimonio ediicado que los caracteriza, constituyeron un valioso
recursos para ser incorporados a una dinámica turística, que incluso diferenció al inte-

135
ESPACIO URBANO

rior del sector, aquellos viajeros cuya motivación era el conocimiento de aspectos cul-
turales más que el esparcimiento y recreación, bajo el concepto de turismo cultural. La
dinámica de los centros históricos resulta un proceso relativamente nuevo y actual en
el contexto nacional, en donde las experiencias surgidas de las distintas prácticas, aún
se encuentran en proceso y se comienzan a registrar los impactos de éstas. El reto des-
de la perspectiva urbana consiste en el equilibrio que deberá obtenerse entre el centro
urbano y los demás subcentros, a in de evitar que las vinculaciones interregionales
entre centros históricos de varias ciudades, condicione la interrelación intraurbana.
Por otra parte, Carrion (2005) deine el centro histórico como un todo, es el espacio
público por excelencia de la ciudad, y por tanto, el elemento fundamental de la integra-
ción social y de la estructuración urbana. Como eso no ocurre en la actualidad, dado
que existe una agorafobia, el centro histórico aparece como objeto de deseo, de pro-
yecto de escala variable de acuerdo a su signiicación patrimonial. De esta conclusión
se desprenden otras, entre las cuales destacan: 1) Con el nuevo patrón de urbanización
de introspección cosmopolita en América Latina, la ciudad construida adquiere una
nueva función y un mayor peso en el conjunto de la urbe. Este hecho determina que
las centralidades urbanas e históricas puedan asumir – como proyecto y deseo- roles de
encuentro (simbiótico), representación (simbólico) y disputa (polis) en términos sociales
y urbanos, 2) Los centros históricos son espacios públicos que tienen elementos de in-
tegración social, que deben mejorar su accesibilidad múltiple para contrarrestar tanto la
foraneidad urbana como la estructuración urbana, de manera que se recupere la centra-
lidad para proyectar unaciudad donde se destierre el fraccionamiento urbano, 3) En el
contexto histórico actual los centros históricos se convierten en los lugares privilegiados
de producción de memoria, intentando, romper con la uniformidad que busca imponer
la globalización; en ese sentido, el centro histórico se convierten en un símbolo más de
la resistencia identitaria local, volviéndose una plataforma de innovación de la ciudad,
dado que es el espacio público estructurante que más cambia en la ciudad, y por ende,
el que más tiempo acumula valor de histórico, 4) Los centros históricos son lugares cívi-
cos donde la sociedad invisible se visibiliza y donde la alteridad se genera. Por lo tanto
se requiere un organismo público que institucionalice el carácter cívico (representativo),
impulsando su condición de GPU (legitimidad) y rinda cuentas de sus actos (transparen-
cia), y, 5) Así como no hay ciudades sin ciudadanía, no existe ciudadanía sin Estado; por
tanto, cualquier propuesta sobre el centro histórico tiene que estar presente esta tríada
indisoluble: ciudadanía, ciudad y Estado. En otras palabras, la importancia de los centros
históricos radica en la posibilidad de preservar y potenciar la memoria, para generar sen-
tidos de identidad por función y pertenencia para convertirse en plataforma de innova-
ción del conjunto de la ciudad. Por eso es importante tener un sujeto social con voluntad
consciente es decir, capaz de planear. Por eso es importante también la construcción de
un gobierno único de carácter público (transparente, legítimo y representativo) que sea
capaz de encarar este reto.
Hacia inales del siglo XIX y durante la primera mitad del siglo XX las ciudades se
transforman por el aporte de inmigraciones diferentes, con el desarrollo de enclaves

136
María Teresa Ledezma Elizondo, Nora Livia Rivera Herrera El replanteamiento urbano del Centro Metropolitano de Monterrey

industriales y nuevas construcciones y servicios urbanos. El aumento de población


va acompañado de la segregación urbana, las clases populares airman su presencia
sobre áreas cada vez más extensas pero en condiciones inferiores a las existentes en
los espacios ocupados por las clases de medias y altas. Paulatinamente la ciudad tra-
dicional se fue transformado en una “ciudad de masas”. En la mayoría de las ciudades
el centro cambia de función, las familias con mayor nivel económico emigran hacia
nuevos barrios elegantes, producto de la parcelación de propiedades rurales mejor
ubicadas, mientras en los centros se intensiica el uso del suelo a través de la subdivi-
sión de casonas y palacetes que dan cabida a viviendas combinadas con comercios
y servicios. Los propios dueños o los especuladores urbanos impulsaron el negocio
inquilinario de lo que con distintos nombres signiica lo mismo en nuestro continente:
mesones, conventillos, ciudadelas, etcétera. Paralelamente en los nuevos ediicios ha-
bitacionales que surgieron en la trama consolidada o en las zonas de crecimiento po-
pular aparecen, inspiradas en el referente anterior, tipologías conocidas como casa de
vecindad, cuartería, etcétera, la primera manifestación de hábitat de masas que ofrece
el mercado inmobiliario en nuestro continente; sin embargo, en las aglomeraciones
menores la estructura urbana colonial se mantuvo casi sin cambios.
Hacia la mitad del siglo XX los centros urbanos de las grandes ciudades comienzan
a experimentar un proceso de deterioro progresivo, algunos de los cuales apenas empie-
zan a recuperarse en fechas recientes. Las áreas centrales que se habían convertido en
espacios receptores de población migrante, por efecto de re-funcionalización de la ciu-
dad, comienzan a vaciarse de su población residente, siendo algunas áreas periféricas
las que pasan a ser los espacios alternativos para recibir a las nuevas masas inmigrantes.
Así las expansiones metropolitanas son comunes durante la segunda mitad del siglo XX.
De manera que la recuperación de los centros antiguos de las ciudades latinoa-
mericanas como política de desarrollo urbano es un fenómeno reciente, quizá de
las dos últimas décadas del siglo XX donde se busca reconocer el valor patrimonial
de los espacios urbanos antiguos proponiendo alternativas para su aprovechamiento
integral, volviéndose hoy uno de los paradigmas de la planeación y gestión de casi
todas las ciudades de América Latina (Mesías y Suárez, 2005: 1-14).

iV. rescate urbano

El rescate urbano se remonta a los inicios del desarrollo Urbano, su valor potencial
como un proceso fue descubierto por el hacinamiento de grandes ciudades: Lon-
dres, New York y Paris.
Es un programa de reconversión de espacios que en la práctica ha tenido tanto
éxitos como fracasos. Su implementación empezó en el siglo XIX en los países de-
sarrollados y experimento una de sus fases más importantes a inales de 1940, bajo
el rubro de la reconstrucción. Este proceso ha desempeñado uno de los papeles más
importantes en la historia y la demografía de muchas ciudades.

137
ESPACIO URBANO

El rescate urbano puede implicar la deslocalización de empresas, la demolición


de estructuras, la reubicación de personas y el cambio en el uso del dominio del sue-
lo. En algunos casos puede resultar de la expansión urbana y una menor congestión
de los sistemas de movilidad urbana presentes en las ciudades, o en todo lo contra-
rio. El rescate urbano se ha catalogado por sus adeptos como un motor económico y
un mecanismo de reforma, y por los críticos como un mecanismo de control.
La creación de nuevas ciudades no es una solución para la creciente expansión
territorial. La adaptación de los espacios y centros urbanos ya existentes acorde a
las nuevas necesidades que surgen día a día, es necesaria para el adecuado desa-
rrollo urbano y social de nuestra sociedad. El Mantenimiento y Regeneración de los
espacios ya existentes es fundamental para que la vida en ella valga la pena. En la
actualidad la vida ciudadana se ha vuelto tan compleja que el mantenimiento de la
ciudad muy difícil. Pero todo lo que no evoluciona y se adapta, termina por morir.
Por ello, ha llegado la hora del Rescate Urbano de nuestras ciudades.
Entiéndase como rescate, cualquier acción que conlleve a recuperar y utilizar el
espacio que se tenía olvidado, estropeado y subutilizado. El rescate Urbano implica
el estudio particular del contexto y los indicadores urbanos de cada caso, por con-
siguiente no existe una solución generalizada ni aplicable en todas las ciudades. No
obstante toda propuesta de rescate deriva en la aplicación de alguno del conjunto,
de las siguientes acciones: 1) Reactivación: Implica poner en funcionamiento un es-
pacio que ha caído en desuso, prácticamente no genera afectación física al espacio
ya existente, 2) Rehabilitación: Conjunto de acciones que tienen por inalidad recu-
perar un espacio dañado para su adecuada utilización. Involucra la Imagen Urbana
y muy poca afectación (20% - 30%) a los espacios ya existentes, 3) Regeneración:
Reconstrucción de las áreas dañadas dentro de un espacio. Involucra una consi-
derable afectación (50% - 80%) en el espacio, y 4) Reestructuración: Modiicar la
estructura y/ o disposición de un espacio. Total afectación en el espacio ya existente.

V. regeneraciones urbanas en el mundo

A continuación se describirán de manera breve 5 casos de regeneraciones urbanas en


el mundo, primeramente el Proyecto Urbano 22@ es un proyecto de transformación
urbana en el sector de Poblenou, Barcelona, mediante el cual se convirtieron 200
hectáreas de suelo industrial en un distrito productivo, orientado a la concentración
estratégica del conocimiento. Otro proyecto es el Hafen City, realizado en Hamburgo,
Alemania, destinado a transformar la “Speicherstadt” (ciudad almacén) que era anti-
guamente la zona de descarga y almacenamiento de la ciudad en un nuevo centro
urbano. En el caso de Colombia, es un modelo de intervención social urbana se centra
en un objetivo general: construir, re-construir y recuperar espacios públicos, erigiendo
así una convivencia social y de seguridad en las comunidades intervenidas en la ciu-
dad de Medellín. En Londres, el proyecto de regeneración urbana abarca estrategias

138
María Teresa Ledezma Elizondo, Nora Livia Rivera Herrera El replanteamiento urbano del Centro Metropolitano de Monterrey

de crecimiento, infraestructura, vivienda, desarrollo económico, seguridad ciudadana,


cultura y medioambiente, considerada como la más grande oportunidad de regenera-
ción dentro de Londres, y es especíicamente esta área la que se beneició con el Plan
de Londres para las pasadas Olimpiadas del 2012. Finalmente, se aborda el Centro
Histórico de la Ciudad de México, el cual abarca el Primer Cuadro de la capital y se ha
convertido en el principal espacio público del país, es además, uno de los polígonos
urbanos con más museos y centros culturales en el mundo, ya que cuenta con 65, lo
cual lo convierte en uno de los espacios urbanos con más densidad de estos sitios.

V.1. el proyecto urbano 22@ (barcelona, españa)


Este proyecto logró transformar 200 hectáreas de suelo industrial en el sector de
Poblenou, el centro de Barcelona, en un innovador distrito de producción, con infra-
estructura estratégicamente dirigida al conocimiento. La renovación de estas áreas
industriales permite crear hasta 3;200,000 m² de espacios productivos; aumentar
entre 100,000 y 130,000 los puestos de trabajo en la zona; construir entre 3,500 y
4,000 nuevas viviendas y obtener unos 220,000 m² de suelo para equipamiento y
área verdes.
Contempla una clara mezcla de usos de suelo: Industrial, Oicinas, Vivienda (en
determinadas condiciones), Comercial, Residencial, Equipamientos y Equipamien-
tos @. Estos últimos corresponden a los relacionados con actividades vinculadas a la
formación, la investigación y la empresa.
La magnitud del proyecto fue de 198,26 hectáreas, afectando 115 manzanas
con una supericie de 1;159,626 m² de suelo. En vivienda 4.614 viviendas preexis-

imagen 2. Ubicación del Proyecto 22 @ en el Área Metropolitana de Barcelona. Fuente: http://


www.22barcelona.com/ (Modiicada para la edición de este texto).

139
ESPACIO URBANO

tentes, se crean entre: 3.500 y 4.000 nuevas viviendas, el aumento de zonas verdes
fue de 75.000 m². Además en nuevos equipamientos: 145.000 m², el aumento de
puestos de trabajo: 130.000, la inversión del plan de infraestructuras: $2,690 millo-
nes, y el potencial inmobiliario: $199,650 millones.

V.2. el proyecto urbano Hafen city (Hamburgo, alemania)


Destinado a transformar la “Speicherstadt” (ciudad almacén) que era antiguamente
la zona de descarga y almacenamiento de la ciudad en un nuevo centro urbano, este
proyecto, hará crecer el centro urbano hasta en un 40%. Oicinas, plazas, locales
comerciales y hasta departamentos para adultos mayores cambiarán la imagen de
Hamburgo, contribuyendo a mantener su importancia como la segunda ciudad más
grande del país; todo ello gracias a las más de cien obras en ejecución con un costo
estimado de $83,050 millones estará terminado en 2025.
Este proyecto comenzó a gestarse a inales de 1980, el primer paso fue la cons-
trucción del Hanseatic Trade Center a principios de los años 1990, que llevó a la
remodelación de un sector de la ciudad almacén.
Hafen City ocupará una supericie de 155 hectáreas, sobre las 100 hectáreas de
supericie irme, las otras 55 del proyecto son de aguas. Se construirán 1,8 millones de
metros cuadrados que darán vida a 5.500 departamentos residenciales (para unas 10
mil a 12 mil personas) y oicinas suicientes para albergar 40 mil puestos de trabajo. A
ello se sumarán 10 kilómetros de paseos peatonales junto al agua, una línea de metro
con dos estaciones, museos, una ilarmónica y sectores abiertos con nombres que
evocan epopeyas transoceánicas: la Terraza Magallanes, la Terraza Marco Polo o la
Plaza Vasco da Gama.

V.3. el caso de Medellín, colombia


En las ciudades latinoamericanas constituye un problema común el deterioro de sus
áreas centrales, especialmente de los centros históricos cuya causa se debe prin-
cipalmente a la deiciente capacidad de intervención de la gestión pública. Esta
situación es explicable por tres razones principales: en primer lugar, el olvido de
la importancia del centro de la ciudad en la formulación de las polítcas urbanas al
ubicar las prioridades del desarrollo en la expansión periférica. En segundo lugar, la
fuerza de presión privada que ha terminado por desbordar la capacidad de respuesta
de la gestión pública. Y en tercer lugar, porque se ha construido una organización
institucional altamente compleja para el manejo del centro de la ciudad.
La rehabilitación del patrimonio arquitectónico modesto no es factible fuera del
marco de una rehabilitación urbanística que garantice la viabilidad y sostenibilidad de
este tipo de intervención. En este sentido, la rehabilitación debe contemplar no solo la
protección del patrimonio construido, sino también el mejoramiento de la calidad de
vida de quienes habitan los sectores patrimoniales de la ciudad. Por lo tanto, resulta
fundamental considerar y hacer parte a los residentes de los procesos de rehabilita-
ción, para generar consensos y sentido de pertenencia. En este sentido, Bogotá estuvo

140
María Teresa Ledezma Elizondo, Nora Livia Rivera Herrera El replanteamiento urbano del Centro Metropolitano de Monterrey

acorde, durante la década del 80 y parte de la década del 90, con las tendencias euro-
peas y americanas consistentes en el “regreso a la ciudad construida”.
Se hacen esfuerzos para desestimular la expansión hacia la periferia y rehabilitar
el centro histórico. No obstante, en los últimos años se ha perdido terreno en la prác-
tica de la rehabilitación, al punto que el Plan de Ordenamiento Territorial de la ciudad,
no considera el tratamiento de rehabilitación y separa radicalmente los tratamientos de
renovación y conservación. En este contexto, la propuesta del modelo experimental,
acierta en su deinición en dos temas. Por una parte, registra los principales factores y
aspectos que intervienen en la rehabilitación de la vivienda compartida en inmuebles
de interés patrimonial y por la otra, incorpora el componente de la gestión urbana de
manera transversal, permitiendo identiicar, la viabilidad y sostenibilidad de la inter-
vención a largo plazo.
No obstante, este modelo experimental presenta limitaciones relacionadas con
el reducido número de inmuebles resultantes para su aplicación y con la falta de
información para proponer factores que mejoren la gestión social. De manera que el
modelo debe ser validado por una muestra mayor y complementado con datos útiles
a la gestión social (Ceballos, 2006).
En el caso Medellín, Fajardo (2008) explica que la ciudad enfrentó dos grandes
problemas que están íntimamente ligados. En primer lugar, se vivía en una sociedad
con desigualdades sociales profundas que, además, trae acumulada una gran deuda
social. Este hecho se compartía con la mayoría de las ciudades latinoamericanas,
lo cual no resulta sorprendente pues es bien conocido que América Latina es la re-
gión más desigual del planeta. Un par de ejemplos, sin entrar en detalles, ilustran el
tema. El sistema educativo, que en años ya lejanos servía como factor de integración
social, se convirtió en gran factor de división y discriminación. La diferencia entre
la educación privada y la pública es abismal y las consecuencias, en la era de la
información y el conocimiento, son dramáticas provocando más desigualdad y más
injusticia social. Por otro lado, una mirada a las zonas periféricas de la ciudad nos
muestra con crudeza las diicultades de miles de familias, la mayoría llegadas a la
ciudad en busca de un futuro que no podían encontrar en sus lugares de origen, des-
plazadas muchas por la violencia, sin equipaje físico y sin competencias educativas.
En segundo lugar, a comienzos de los años ochenta llegó a dicha ciudad el narco-
tráico y empezó una era de violencia que nadie jamás imaginó. Hubo destrucción por
toda la ciudad, y para contrarrestarla se trabajó arduamente con la Policía, se propuso
un programa de reinserción, pero sobretodo la pedagogía de la convivencia y la cul-
tura ciudadana, fueron importantes para la disminución de la violencia. Asimismo, las
oportunidades socialesse integraron en un conjunto de intervenciones que se denominó
“Medellín, la más Educada”, que hacen de la educación, entendida en un sentido am-
plio, el motor de la transformación social. Programas como Cultura del Emprendimiento
(Cultura E), Presupuesto Participativo, Urbanismo Social y Proyectos Urbanos Integrales,
Medellín Incluyente y la intervención de calidad en todas las componentes del sistema
educativo fueron son las bases de la transformación social de Medellín.

141
ESPACIO URBANO

El modelo de Medellín, apunta Garza-Leonard (2001) tiene, entre otras cosas,


seis ejes de acción: 1) Infraestructura social y mejor urbana, 2) Seguridad y Convi-
vencia, 3) Salud y Desarrollo familiar, 4) Capacitación y empleo, 5) Educación, y 6)
Deporte social, cultura y recreación. En todos estos ejes de acción el componente
de participación de los diversos actores públicos es alto; de ahí que se considere
trabajar siempre con: Ciudadanos, Agentes de cambio social, ONG’s y la Empresa
Privada. El modelo de Medellín se puede deinir como un proyecto de gran impacto
que busca combinar varios proyectos de pequeña escala, apoyado en un ediicio
emblemático, con los servicios de mayor calidad y un sistema de transporte para de
ahí comenzar las acciones de mejora urbana y de recuperación de la convivencia
social y seguridad en los barrios (colonias).

imagen 3.Parque Biblioteca España en Medellín. Fuente:www.sergiofajardo.com

V.4. el caso de Londres


En el año 1997, de acuerdo a Roldán (2012), la ciudad de Londres tenía varios proble-
mas: calidad de la educación, déicit en la inversión de la infraestructura del transporte,
desempleo, y un gran desbalance entre las distintas zonas de la ciudad. Pero en 1998, el
primer ministro de la época, encarga al arquitecto Sir Richard Rogers el informe Urban
Task Force, para identiicar cuáles eran las causas del la declinación urbana, y en base a
este plan, recomendar soluciones sustentables. Así, nace el plan estratégico de Londres
1998-2004, que se proyectaba para el 2020, y que abarcaba estrategias de crecimiento,

142
María Teresa Ledezma Elizondo, Nora Livia Rivera Herrera El replanteamiento urbano del Centro Metropolitano de Monterrey

infraestructura, vivienda, desarrollo económico, seguridad ciudadana, cultura y medio-


ambiente. Para esto se identiicaron las zonas de regeneración urbana, de oportunidad,
los diferentes centros, las zonas culturales estratégicas, clusters, suelos café, y hasta los
corredores caminables a nivel urbano. Esta información se puso bajo una estructura de
organismos con funciones y metas especíicas, que van desde el alcalde de la ciudad, el
Mayor, los alcaldes de las 33 poblaciones, la GLA ( Greater London Authority), la LDA
( London Development Agency) y la LTGDC (London Thames Gateway Development
Corporation). Estas tres organizaciones, dentro de muchas otras, están directamente in-
volucradas en el Plan, en su implementación, inanciamiento, y mantenimiento. Especí-
icamente la LTGDC es la agencia para la regeneración del este de Londres, el East End,
que es donde se concentra la mayor cantidad de pobreza en la ciudad. La regeneración
se logra través de nuevos empleos y viviendas. Dentro de la zona este se encuentra la
Lower Lea Valley (LLV), que ha sido descrita como “la más grande oportunidad de rege-
neración dentro de Londres, y es especíicamente esta área la que se beneició con el
Plan de Londres para las pasadas Olimpiadas del 2012. La LLV es una zona post indus-
trial de suelos café, con viviendas pobres y espacios sub-usados, y muchos canales de
agua. Además es una de las zonas con mayores niveles de de privación y desempleo, y
menores niveles de preparación. Pero está a tres millas del centro de Londres, muy cerca
del Canary Wharf, que es el centro inanciero de la capital, ya además de estar bastante
bien conectada. Todo esto, con el plan correcto, se podría transformar en una opor-
tunidad. Efectivamente, los juegos Olímpicos costaron cerca de 9.3 billones de libras
esterlinas, y se invirtieron en un plan progresivo de tres etapas. La primera etapa corres-
pondió puramente a los Juegos Olímpicos, y sus espacios están pensados para recibir
a multitudes. Se pensó como un gran parque con varios estadios, los que reducirán su
tamaño luego de los juegos. En el norte del parque se crea un sistema ecológico de pai-
sajismo que permite el uso sustentable de las aguas del río que lo recorre, manteniendo
la biodiversidad, y de esta manera también se abren vistas a los estadios. En el sur, donde
se encuentra la entrada principal, el plan es más urbano, y se encuentra el Arcelor Mittal
Orbit, que es una gran escultura que funciona como mirador, y el estadio mas grande, el
Estadio Olímpico, diseñado por el arquitecto Populus, el que recibirá 80.000 personas,
reduciendo su capacidad a 60.000 luego de los juegos. Todas las construcciones fueron
revisadas en estándares de diseño sustentable. Pero la segunda etapa es la más importan-
te es lo que viene luego de los juegos. Esta es la conversión, cuya inalización se proyecta
para el 2020, pretende transformar los espacios para uso comunitario, además de la
creación de los espacios comerciales y calles, y inalmente en la tercera etapa esta Plan
de Legado, que es lo que quedará para la comunidad y deberá estar listo para el 2030,
involucrando principalmente vivienda. (Roldan, 2012).

V.5. el caso de la ciudad de México


A pesar de que en sus inicios el Primer Cuadro fue sede de una gran actividad, a
partir de la segunda mitad del Siglo XX vivió una prolongada crisis urbana. Debido
al proceso de regeneración urbana del Centro Histórico de la Ciudad de México,

143
ESPACIO URBANO

el cual ha sido desarrollado por el Gobierno del Distrito Federal, el Primer Cuadro
de la capital se ha convertido en el principal espacio público del país.
El Centro Histórico de la Ciudad de México, considerado como el principal del
Continente Americano y Patrimonio Cultural de la Humanidad, recibe en promedio 2.5
millones de personas diariamente. Antes de este proceso de revitalización no recibía a
más de un millón de personas en promedio al día. En solamente los 3.5 kilómetros cua-
drados que tiene el Perímetro A, tenemos una concentración de personas que en algunas
horas puede llegar a superar cinco o seis veces la densidad poblacional de Bombay –que
es una de las ciudades más pobladas del mundo–. Además, el Centro Histórico es uno
de los polígonos urbanos con más museos y centros culturales en el mundo, cuenta con

Imagen 4. Museos del Centro Histórico de la Ciudad de México. Fuente:http://www.museos-


demexico.org

144
María Teresa Ledezma Elizondo, Nora Livia Rivera Herrera El replanteamiento urbano del Centro Metropolitano de Monterrey

65, que lo convierte en uno de los espacios urbanos con más densidad de estos sitios,
solamente comparable con París o Manhattan. Es un gran lugar de encuentro; se ha con-
vertido en ese gran espacio público plural, diverso, de intensa actividad a todas horas,
que ha hecho posible que el corazón de la ciudad vuelva a latir con fuerza. A pesar de
que en sus inicios el Primer Cuadro fue sede de una gran actividad, a partir de la segunda
mitad del Siglo XX vivió una prolongada crisis urbana. Del 2005 al 2007 se realizó un
estudio que arrojó conclusiones como que el 95 por ciento de los habitantes de la Ciu-
dad de México solamente entendían por Centro Histórico, cuatro o cinco lugares (la Ala-
meda, el Zócalo, Palacio Nacional, el Palacio de Bellas Artes y la Catedral). Un 90 por
ciento de los habitantes de la Ciudad de México, no ubicaban o no identiicaban bien
dónde quedaba, por ejemplo, la Plaza de Santo Domingo, que es la segunda plaza en
importancia histórica en este Primer Cuadro de la ciudad. En este sentido, que el proceso
de rehabilitación ha signiicado un esfuerzo, no sólo por conservar el patrimonio, sino
porque se vuelva a poblar; ambas labores tienen que ver con construir mejores condi-
ciones de habitabilidad, seguridad, iluminación de calles y reconstrucción de plazas. El
Centro Histórico que con sus mil 800 monumentos y ediicios históricos es además uno
de los más importantes del mundo, destaca por estar en una ciudad que desde sus inicios
se convirtió en cosmopolita y sede de una intensa actividad artística (Martínez, 2012).

V.6. La ciudad de Monterrey


En el 2010, ante los altos índices delictivos, el Gobierno del Estado de Nuevo León,
impulsó un plan para crear parques y bibliotecas, con lo que se espera mejorar la cali-
dad de vida de los vecinos de la colonia Independencia en el municipio de Monterrey.
Esta colonia tiene aproximadamente 100 años y es considerada como uno de los
sectores más inseguros de la mancha urbana. Debajo de su peril policromado y de
sus tradiciones, la colonia y sus habitantes padecen cada día ejecuciones, violencia
intrafamiliar, narcomenudeo y robos, entre otros problemas. Para contrarrestar estas
adversidades, el Gobierno de Nuevo León emprendió un plan de regeneración para
las colonias comprendidas dentro del sector de la Independencia. Los proyectos de
este tipo fueron los que se aplicaron en Medellín, la ciudad colombiana, en la admi-
nistración 2004-2007, en donde el entonces alcalde, Sergio Fajardo, buscó con ello
generar dignidad en barrios bravos y colonias marginadas a los que por ejemplo dotó
de parques y bibliotecas de arquitectura moderna. ¿El resultado? Los índices delictivos
se desplomaron y las colonias renacieron. Este proyecto trata de generar con ayuda de
muchos un proyecto integral de intervención física sobre equipamientos y crear nue-
vos. El objetivo terminal del proyecto fue concretar, en ese enclave o sector, el núcleo
de una ciudad segura y sustentable, partiendo de una planeación verdaderamente
integral.
La idea sería partir de la Independencia y demás colonias situadas en el espinazo
de la Loma Larga, aplicando lo aprendido en Medellín, pero también en otras ciudades
conlictivas, como Curitiba en Brasil, o Barcelona, en la costa mediterránea de España.
No sólo se trata de erradicar la inseguridad, sino de generar un lugar de alta calidad de

145
ESPACIO URBANO

vida. El modelo colombiano implica ediicar obras de calidad en términos de arquitec-


tura, diseño y contenido, además de la difusión de la cultura (Encinas, 2010).
Bajo esta idea, se transformó la Plaza Cívica Independencia, que desde hace 80
años era un paseo público y que actualmente se ha logrado rescatar. En este espacio
se podrán realizar actividades al aire libre y de convivencia familiar y vecinal. Este
es un proyecto de Macro Centro Comunitario que busca promover el crecimiento
de las personas mediante programas y actividades formativas: artísticas, culturales y
deportivas. Dentro de los programas y servicios que se impartirán estarán los talleres
de desarrollo humano, educación para adultos y preparatoria a distancia, biblioteca,
consultorio, gimnasio y una clínica de nutrición. Además. Se impartirán más de 35
cursos, talleres y diplomados. También se contará con la ampliación y mejora de
los planteles educativos, y se implementarán programas que brinden una educación
de calidad, que motiven y formen a los alumnos, faciliten procesos administrati-
vos y promuevan la participación de los padres de familia. Además, la casa del ex-
boxeador se reconstruyó en su totalidad, contando actualmente con instalaciones
adecuadas. Con la experiencia de la colonia Independencia y conjuntamente con
los gobiernos municipales, se está haciendo el diagnostico para extender estos pro-
yectos de transformación urbana a 9 sectores más en el año 2012 (Olaiz, 2011).

Imagen 5 (a y b). Plaza Cívica Independencia (antes y después) Fuente: Gobierno del Estado
de Nuevo León(2011)

Vi. rehabilitación urbana en el centro Metropolitano de Monterrey (cMM)

El Rescate Urbano del primer Cuadro de la Ciudad de Monterrey, debido a su


complejidad, debe ser abordado de modo sectorial atendiendo de forma particular
las problemáticas y necesidades de cada zona; para después facilitar soluciones
integrales que uniiquen el buen funcionamiento de las circunstancias físicas, ur-
banas y sociales en su totalidad. El incremento y la expansión de la población han
llevado al abandono de la zona metropolitana. Una ausencia que ha provocado
deterioro y desaprovechamiento de los espacios, ediicios y equipamientos exis-
tentes , Dicho abandono no signiica la ausencia total de personas (visitantes), sin

146
María Teresa Ledezma Elizondo, Nora Livia Rivera Herrera El replanteamiento urbano del Centro Metropolitano de Monterrey

embargo, la gente ha perdido el interés en vivir zona Metropolitana (ZMM) porque


no cumple con las demandas necesarias que exige la población.
En la ZMM hay mucho movimiento y poca eiciencia. Las fuentes de trabajo y
servicios que podemos encontrar: educativo, cultural, recreativo, hospitalario, co-
mercial y administrativo, por mencionar algunos son necesidades no cubiertas en la
zona. No se puede negar que en el centro hay ediicios y espacios urbanos muy bien
preservados, en buenas condiciones, pero la mayoría de los predios no se encuen-
tran en estas circunstancias. Actualmente existen ediicios y espacios con mucho
potencial muy mal aprovechados, predios abandonados, e inclusive ediicaciones
en ruinas que deben ser restauradas, ya que son consideradas patrimonio del Estado.
Es importante mencionar que no solo es el abandono de ediicios, elementos arqui-
tectónicos y espacios urbanos lo que ha contribuido al deterioro del primer cuadro
de la ciudad. También las actividades que se desarrollan actualmente ahí exigen otro
tipo de espacios e equipamientos, nuevas propuestas de usos de suelo, el restableci-
miento de los métodos y normas administrativas; pero sobre todo la reestructuración
del sistema vial.
La capacidad de carga de la red vial del área metropolitana, en particular de la
ZMM se ha visto sobrecargada por la gran cantidad de parque vehicular que da pie a
una comunicación de millones de usuarios que diariamente se enfrentan a las severas
deiciencias de la red. Estas precarias condiciones del sistema vial del zona metropoli-
tana han contribuido al deterioro urbano, cultural, económico y medioambiental de la
ciudad, pues las calles y avenidas no están preparadas para dar paso a tantos vehículos

imagen 6. El Centro Metropolitano de Monterrey Fuente: Plan de Desarrollo Urbano Sustenta-


ble de Monterrey 2008 – 2025 (Modiicada para la edición de este texto).

147
ESPACIO URBANO

particulares y de transporte público, al mismo tiempo que no están habilitadas para


facilitar otro sistema alterno de transporte. Los estacionamientos son insuicientes y
están mal ubicados, complicando aún más la trama vehicular de la ciudad.
Sumando a esto las pésimas condiciones, cuando existen, de las diferentes vías
peatonales puestas a disposición de los transeúntes de nuestra ciudad.

Vi.1. Descripción del caso del centro Metropolitano de Monterrey


El CMM está delimitado por al Norte por la Avenida Colon y al Sur por la Avenida
Constitución, en dirección Oriente por la Avenida Félix U. Gómez y al Poniente con
la Avenida Venustiano Carranza; es un ente urbano complejo, muy complicado, por-
que en el conviven un gran gama de posibilidades de uso de suelo; un amplia varie-
dad de redes en su estructura vial y diversas tipologías de calles, avenidas y andado-
res peatonales. Además en ésta área, se concentran todos los estilos arquitectónicos
que se han venido desarrollando en la ciudad a través de las épocas, convirtiéndolo
no sólo en un relato urbano del desarrollo de nuestra sociedad y sus espacios, sino
en una gran herencia cultural que debemos cuidar y conservar. En el primer cuadro
de la ciudad conviven desde el ediicio más viejo, aún en pie de la ciudad (La actual
casa del campesino), pasando por el Palacio de Gobierno de estilo neoclásico, hasta
el ediicio del Banco de México o el Condominio Acero de tendencia moderna. En
sí misma la Macroplaza, que integra al Teatro de la Ciudad, hasta algunas muestras
de arquitectura contemporánea como el Museo de Historia Mexicana, el paseo San-
ta Lucía y los nuevos ediicios habitacionales que se han construido en el andador
comercial Morelos, hacen del centro metropolitano un verdadero problema con
muchas maneras de analizarse. Todo lo anterior aunado a la falta de reglamentación
y normatividad del Primer Cuadro.
Para este estudio se seleccionó uno de los sectores más emblemáticos y an-
tiguos del Centro Metropolitano, tanto por su importancia histórica, como por el
acervo cultural, arquitectónico y social que representa, sumado a todos los servicios,
infraestructura y equipamientos con los que cuenta. Delimitado al Norte por la ca-
lle Aramberri y al Sur por la Avenida Constitución, por la Avenida Félix U. Gómez
al Oriente y la Avenida Pino Suarez al poniente. Delimitado al Norte por la calle
Aramberri y al Sur por la Avenida Constitución, por la Avenida Félix U. Gómez al
Oriente y la Avenida Pino Suarez al poniente. Un total de 176 cuadras, que equiva-
len aproximadamente a 25 hectáreas, Donde encontramos: 47 vialidades, 1 Zona
especial de Desarrollo (Paseo Santa Lucia), 3 Museos, 2 Palacios de Gobierno, La
Macroplaza, 2 zonas comerciales de Alto impacto y 1 zona reconocida como patri-
monio histórico, artístico y cultural de nuestra ciudad.

148
María Teresa Ledezma Elizondo, Nora Livia Rivera Herrera El replanteamiento urbano del Centro Metropolitano de Monterrey

imagen 7. Lotiicación del CMM. Fuente: Imagen facilitada por la Administración del Munici-
pio de Monterrey (Modiicada en edición de este texto). Plan de Desarrollo Urbano Sustenta-
ble de Monterrey 2008 – 2025 (Modiicada para la edición de este texto).

imagen 8. Sector del CMM considerado


para el estudio. Fuente: Imagen facilitada
por la Administración del Municipio de
Monterrey (Modiicada para la edición
de este texto). Plan de Desarrollo Urbano
Sustentable de Monterrey 2008 – 2025
(Modiicada para la edición de este tex-
to).

149
ESPACIO URBANO

imagen 9. Uso del suelo actual del CMM. Fuente: Imagen facilitada por la Administración del
Municipio de Monterrey (Modiicada en esta edición). Plan de Desarrollo Urbano Sustentable
de Monterrey 2008 – 2025 (Modiicada para la edición de este texto).

Vi.2 análisis de la problemática actual en el cMM


Los elementos que surgen de la revisión son los siguientes: a) Desorden Urbano.- El
Centro Metropolitano de la ciudad ha sido objeto de varias transformaciones, muchos
proyectos han intentado inyectarle vida e identidad, algunos de ellos como: la pea-
tonalización de la calle Morelos, la construcción de la Macroplaza, el desarrollo del
Parque fundidora, la declaratoria y conservación del Barrio Antiguo, la modernización
de algunos ediicios, la reciente construcción del Paseo Santa Lucía. Todos estos han
sido proyectos de gran importancia que han contribuido al mejoramiento de nuestra
ciudad, pero no cuentan con ningún programa de acción que los integre a largo pla-
zo. La ciudad y su población padecen de un grave desorden urbano, b).- Ausencia de
Inversión. La iniciativa privada encuentra mucho más atractivo invertir en la periferia:
sin darse cuenta que la transformación de la centro, es una gran oportunidad para
reactivar la vida económica del sector, aprovechando la infraestructura existente, para
generar la oferta de espacios que se adecuen a las necesidades y condiciones, de los
actuales y futuros usuarios, c) Despoblamiento Urbano Intenso, d) Subutilización de
Espacios.- En este sector la mayoría de la infraestructura y los equipamientos están
siendo subutilizados, por lo cual se tiene que replantear su aprovechamiento con
el in de hacerlos más eicientes, e) Problemática Vial.- En el Centro Metropolitana
la afectación de la movilidad urbana se ve perjudicada por los congestionamientos

150
María Teresa Ledezma Elizondo, Nora Livia Rivera Herrera El replanteamiento urbano del Centro Metropolitano de Monterrey

viales. El incremento vehicular ha sido decisivo para el desarrollo de este problema.


Actualmente en Monterrey hay un incremento anual de 5% al 7% de parque vehicu-
lar. Mientras no se lleve a cabo la ampliación, construcción o habilitación de nuevas
ofertas viales, la demanda vehicular seguirá utilizando indiscriminadamente las princi-
pales vialidades de la ciudad, saturando su capacidad operativa, causando accidentes,
incrementando el índice de contaminación, etc., f) Ineiciencia del Transporte Urbano:
El Consejo Estatal de Transporte y Vialidad, establece en el Plan Estatal de Transporte y
Vialidad 2005, Corredores de transporte Urbano; estos corredores son vialidades con
altas concentraciones de unidades de transporte público, sin embargo este aglutina-
miento de unidades, no siempre se presentan en la totalidad de la vía, es por ello que
estos tramos con altas concentraciones de unidades de transporte, se les considera
como longitudes conlictivas. Actualmente la red vial de Monterrey, opera bajo condi-
ciones de tránsito mixto, a través de una amplia e indiscriminada mezcla en los lujos
vehiculares, sin considerar las diferencias de operación entre los vehículos ligeros y
pesados, generando con ello problemas como la reducción en las velocidades de ope-
ración, los niveles de servicio y la saturación de las vialidades. Ante la problemática
que representa la mezcla de transito ligero y pesado, la Secretaría de Vialidad y Trán-
sito del Municipio de Monterrey, determino diversas vialidades por donde se permite
y encausa el transito pesado con el in de evitar esta mezcla indiscriminada, y g) Mo-
vilidad Peatonal: La ciudad de Monterrey ha crecido priorizando el uso del automóvil,

imagen 10. Imagen Urbana del CMM. Fuente: Camarillo (2011)

151
ESPACIO URBANO

los esquemas de movilidad de la ciudad y de toda el Área Metropolitana, promueven


principalmente el uso del automóvil, dejando de lado el transporte público y las zonas
peatonales; esto genera una falta de respeto constante hacia el peatón, ya que en la
solución de problemática viales (puentes, pasos a desnivel, cruces, etc.), no se con-
templan áreas para el recorrido del peatón y tampoco se cubre de manera adecuada
el mobiliario urbano que facilite la el traslado y estancia del peatón; adicionalmente
muchas calles y avenidas con importante lujo vehicular en la ciudad no cuentan con
los pasos peatonales correspondientes, todo lo anterior genera una cultura que reper-
cute invariablemente en la imagen y funcionalidad de la ciudad.

Vi.3 propuestas
Las estrategias y propuestas presentadas en este documento son el resultado de un
proceso de análisis y diseño, en el cual se tomaron en cuenta los distintos análisis
mencionados en el capitulo anterior y las ideas fundamentales encontradas en el
estudio del caso.

Vi.3.1 objetivos de la propuesta


1. Ordenamiento de los usos de suelo. Se busca ordenar los usos de suelo
al organizar los giros existentes como los propuestos en nuestro caso
de estudio. Al analizar la situación actual es evidente la inexistente pla-
niicación de usos de suelo. Por ejemplo en los planes de Desarrollo
Urbano actuales podemos observar solo levantamientos de los usos exis-
tentes, donde no prevalece una organización, generando desorden en
el desarrollo de las actividades y funciones espaciales, además de la
innegable perturbación de la imagen urbana que esto representa.
2. Creación y delimitación de barrios. Con el propósito de fomentar el de-
sarrollo comunitario y el ordenamiento legislativo de los espacios urba-
nos, proponemos la delimitación conceptual y jurídica de los espacios,
agrupando manzanas que se diferencian por las actividades, usos y ser-
vicios. De esta manera buscamos que el mantenimiento de los espacios
comunes, áreas verdes y mobiliario urbano recaigan en la responsabili-
dad social de sus habitantes.
3. Aumentar la densidad de población. Un factor necesario en la planea-
ción urbana es destinar espacios en un grupo de manzanas determi-
nados con usos de suelo habitacional mixto con comercios y servicios
básicos. De manera que se tome en cuenta el equipamiento y la infraes-
tructura existentes para mantener una cantidad controlable del número
de personas que vivan dentro de la zona estudiada.
4. Reactivar los espacios y ediicios subutilizados. En los espacios subutiliza-
dos y/o abandonados es necesario impulsar su regeneración y reactiva-
ción económica. Un espacio que no genera un beneicio jamás será una
opción viable para el desarrollo urbano de nuestra comunidad. Estos

152
María Teresa Ledezma Elizondo, Nora Livia Rivera Herrera El replanteamiento urbano del Centro Metropolitano de Monterrey

espacios deben de servir y cubrir las necesidades tanto de la población


que se proyecta para vivir en el área, como para todas las personas que
desarrollan sus actividades en centro de la ciudad. Comercio, servicios,
equipamiento, áreas recreativas, etc.
5. Deinir un sistema vial y rutas de transito urbano acorde a las nuevas
necesidades urbanas de la zona. Tomando en cuenta los datos actuales
de los diagnósticos viales, proponemos el establecimiento de pares viales
para dar orden y continuidad al tránsito de vehículos particulares y de
transporte público. Se propone en especial un par vial dirigido a la cir-
culación oriente-poniente como vialidad colectora, dejando la mayoría
de las calles locales solo para transito local y controlado por horarios.
Se hace una propuesta para la reestructuración de las rutas de transporte
urbano que transitan dentro de la zona de estudiada, creando una regu-
lación que permite la circulación de este tipo de transporte solo por los
carriles establecidos de los pares viales.
6. Establecer estratégicamente lotes de estacionamientos públicos y pri-
vados. Eliminar la permisión de vehículos estacionados en cordón en
las calles colectoras o donde circulen las diferentes rutas de transporte
público. Buscamos establecer las bases administrativas necesarias para
incluir el número de estacionamientos requeridos por establecimiento
de acuerdo a su actividad y tamaño. Proponemos la creación y estable-
cimiento estratégico de estacionamientos públicos y privados con una
alta capacidad de vehículos a manera de semisótanos, en los cuales
ubicamos en la parte superior (techos) áreas verdes y equipamiento re-
creativo.
7. Crear facilidades de conexiones peatonales para el desplazamiento de
las personas dentro del área de estudio y con el resto del centro de
la ciudad. Construir nuevos corredores urbanos internos, para facilitar
el desplazamiento y movilidad peatonal de la gente que habita y de-
sarrolla sus actividades en el Centro de la ciudad. Paseos que brinden
seguridad y bienestar a las personas que los recorren, habilitados con
comercio y equipamiento que satisfaga todas las necesidades de sus
habitantes y visitantes.

Vi.3.2. propuesta de Zoniicación


Considerando que la zoniicación permite una mejor administración, un adecuado
control y mantenimiento de los bienes inmuebles proporciona mayor seguridad y
sentido de pertenecía por medio de la cooperación y el consenso comunal, se pro-
pone la agrupación y delimitación conceptual de manzanas dentro de D1-HECM
(Distrito 1 –Habitacional de Equipamiento Comercial y Usos Mixtos). Estas Zonas
se han por las actividades y usos de suelo que proponemos se desarrollen en cada
una de ellas:

153
ESPACIO URBANO

imagen 10. Zoniicación. Fuente: Camarillo, (2011)

Z1 Manzanas delimitadas entre la Av. José Ma. Pino Suarez y la Av. Cuauhtémoc.
En ella visualizamos un espacio Transitivo que cuente con Equipamiento y Servicio.
Z2 Clasiicados a su vez en “a”, “b” y “c”, son grupos de 9 manzanas internas
en el Distrito. En ella planteamos el ordenamiento Comercial de alto impacto y los
Usos Mixtos.
Z3 Es una agrupación irregular de manzanas que se concentra entre la calle
George Washington, La Av. Juan I. Ramón, la Av. Cuauhtémoc y la Av. Benito Juárez.
Comprende las manzanas de Colegio Civil, el mercado “Fundadores” y la estación
del metro Alameda. En el buscamos potenciar el equipamiento Comercial, Cultural
y Deportivo reestructurando el medio físico construido.
Z4 Comprende 12 manzanas entre la calle Emiliano Carranza al Poniente y la
calle Ignacio Zaragoza al Oriente, la Calle Ruperto Martínez al Norte y la Av. Juan I.
Ramón al Sur. En esta zona buscamos desarrollar el uso de suelo habitacional multi-
familiar, el Comercio Mixto de bajo impacto y los Servicios.

Vii. conclusiones

En la mayoría de las ciudades mundiales, Londres, Alemania, Barcelona, Medellín y


México, por mencionar algunos, un problema común que se presenta es el deterioro
de sus áreas centrales, especialmente de los centros urbanos, cuya causa se debe prin-
cipalmente a la deiciente capacidad de intervención de la gestión pública. Ceballos

154
María Teresa Ledezma Elizondo, Nora Livia Rivera Herrera El replanteamiento urbano del Centro Metropolitano de Monterrey

(2006) enfatiza que esta situación es explicable por tres razones principales: en primer
lugar, el olvido de la importancia del centro de la ciudad en la formulación de las po-
líticas urbanas al ubicar las prioridades del desarrollo en la expansión periférica. En
segundo lugar, la fuerza de presión privada que ha terminado por desbordar la capaci-
dad de respuesta de la gestión pública. Y en tercer lugar, porque se ha construido una
organización institucional altamente compleja para el manejo del centro de la ciudad.
Es importante retomar lo descrito por García (2008) en relación a que la diná-
mica de los centros históricos resulta un proceso relativamente nuevo y actual en el
contexto nacional, en donde las experiencias surgidas de las distintas prácticas, aún
se encuentran en proceso y se comienzan a registrar los impactos de éstas.
Los mismos problemas de deterioro se observa al analizar la situación del CMM, en
donde es evidente que el centro de la ciudad es un espacio donde cada vez es más difícil
vivir. La expansión de la ciudad, ha provocado su abandono y este se ha transformado
en un espacio dedicado a la actividad comercial y de servicios. Aunque el comercio da
una aparente ilusión de vida, estos espacios se ocupan solo en horas laborales, dejando
la noche desierta para la inseguridad y la proliferación de lugares de vicio. La mayoría
de los predios son subutilizados y/o abandonados, hay una gran falta de atención y
mantenimiento en muchos ediicios. El equipamiento y la infraestructura hacen evidente
el envejecimiento y el deterioro urbano. Además, el incesante incremento del parque
vehicular ha saturado una gran cantidad de calles. Graves problemas de desplazamiento
vehicular y peatonal por no contar con el equipamiento y las facilidades necesarias para
asegurar rutas eicientes y trayectos seguros a los usuarios, son parte del día a día de una
realidad metropolitana que envejece y se deteriora a un ritmo acelerado.
En conclusión, se puede asegurar que si se resuelven y se implementan acciones
adecuadas considerando los temas precedentes, de acuerdo a las características de
cada uno de los distritos, es completamente iable el Rescate Urbano del Primer cua-
dro de la ciudad, al replantear el contexto urbano del CMM. Una vez más, el reto des-
de la perspectiva urbana consiste en el equilibrio que deberá obtenerse entre el centro
urbano y los demás subcentros, a in de evitar que las vinculaciones interregionales
entre centros históricos de varias ciudades, condicione la interrelación intraurbana.

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156
realigning the public choice and orthodox government reform
perspectives: a hybrid reformed governance model
Alejandro Rodriguez, Ph.D.1

ABSTRACT
The ongoing debate over what constitutes the optimal local government structure to
more eficiently deliver public services within the constraints of democratic governance
continues to engage the attention of researchers (Ostrom and Bish, 1977; DeSantis and
Renner, 1996). The beneits and disadvantages of large, consolidated government mod-
els are contrasted to multi-unit, fragmented models, a debate that not only centers on
structure but also considers the size and administrative capacity of local government in-
stitutions. In terms of values, the debate is about eficiency, equity, and responsiveness.
The persistent debate on the consolidation versus fragmentation model of government
is partly the result of a dualist conceptualization of governance reform by two compet-
ing theories—public choice and traditional reform. Both theories argue for reform, but
their deinitions of reform are diametrically opposed. I argue in this chapter that an
alignment of the traditional reform and public choice theoretical underpinnings comes
closer to a reformed model of governance for subnational government in Latin America.
The alignment of the two theoretical camps is supported by the selection of ive gover-
nance components. The components were chosen to capture the structural, administra-
tive and iscal autonomy, political representation, and professional capacity elements of
reformed government based on traditional reform and public choice theoretical claims.
In this chapter, I propose that a fully reformed subnational unit of government would
have 1) a form of government that elects or appoints a professional administrator; 2) a
demonstrable measure of administrative and iscal autonomy; 3) a representative num-
ber of elected oficials relative to the jurisdiction’s total population; 4) a representative
number of sub-local government units relative to the jurisdiction’s total population; and
5) a method of elections that maximizes representation of all segments of a community,
especially traditionally marginalized members of society.

KEYWORDS: government reform, local government, Latin America

i. introduction

The ongoing debate over what constitutes the optimal local government structure
to more eficiently deliver public services within the constraints of democratic gov-
ernance continues to engage the attention of researchers (Ostrom and Bish, 1977;
DeSantis and Renner, 1996). The beneits and disadvantages of large, consolidated
government models are contrasted to multi-unit, fragmented models, a debate that

1
Académico University of Texas at ArlingtonSchool of Urban and Public Affairs. aro@uta.edu

157
ESPACIO URBANO

not only centers on structure but also considers the size and administrative capacity
of local government institutions. In terms of values, the debate is about eficiency,
equity, and responsiveness.

ii. The orthodox Government reform perspective

The orthodox or traditional reform perspective rejected the notion of a legitimate


concern with ethnic cleavages and their particular interest. Reformers believed that
such particularistic ethnic interests were vulnerable to be exploited by corrupt local
machine politics. They showed a strong preference for a governance model driven by
the notion of the public interest, by a concern for the community as a whole. In terms
of goals, the traditional reform perspective sought to advance a democratic gov-
ernment that served the entire community in an eficient, transparent, accountable,
and honest fashion. Banield and Wilson (1963, 139) have argued, “…these goals
are part of the larger whole that we have described as the Anglo-Saxon Protestant
middle-class ethos—a view of the world which sees politics as a means of moraliz-
ing life and which attaches great importance to the individuals’ obligation to ‘serve’
the public.” These ‘public regarding’ individuals, according to Banield and Wilson
(1963), sellessly promote policies beneiting the community as a whole even at
their own expense. What type of government structure would then best promote the
reformer’s goals? To traditional reformers, the bureaucratic, gargantuan, consolidated
form of government was second to none in better achieving all their goals. A large,
consolidated government would be best positioned to provide goods and services to
the entire community. Its large size would promote eficiency through economies of
scale. A consolidated government, they believe, would be better able to coordinate
the delivery of public services and promote further eficiencies by reducing waste
that could result from multiple layers of government within a jurisdiction. By con-
trast, many government units in a given jurisdiction would result in fragmentation,
waste of resources, multiple taxing units, lack of transparency, lack of accountability,
and declining levels of responsiveness. Multiple government units would also have
the negative effect of increasing the number of appointed and elected oficials cre-
ating opportunities to be exploited by ethnic cleavages, local government machine
politics, and thereby increasing corruption.

iii. The Tiebout Model

Charles Tiebout (1956) advanced a diametrically opposite alternative to the con-


solidation government model preferred by traditional reform advocates. The Tiebout
model is based on the claim that multiple units of government within a metropolitan
region lead to competition among government jurisdictions resulting in more ef-

158
Alejandro Rodriguez Realigning the public choice and orthodox government reform perspectives: A hybrid ...

icient governance. Multiple units of government of various sizes competing for a


market of consumer-citizens are more likely to serve the particular interests of the
jurisdiction’s residents because consumer-citizens are offered cheaper and greater
choices of services for their tax dollars. Thus, “the greater the number of communi-
ties and the greater the variance among them, the closer the consumer will come to
realizing his preference position” (Tiebout 1956, 418).
The Tiebout ‘quasi-market’ model works best when several assumptions are sat-
isied. Among them are: a) Citizens are fully mobile and informed about differences
among various service/tax bundles offered; b) there are many communities; c) public
services provided do not impact negatively on other communities (no externalities);
and d) communities compete to attract new residents to reach optimal size. This last
assumption warrants further elaboration. Jurisdictions have theoretical and practical
optimal sizes. Elected oficials, as other self-interested, utility-maximizing bureau-
crats, would seek to attract as many taxpayers as possible to their jurisdictions (not
interested in the non-taxpayers). However, the number of taxpayers or consumer-
citizens may not grow so fast or so large that it would negatively impact the quality of
life of the community in the form of trafic congestion, littered streets, overused pub-
lic facilities, and other unwelcomed overcrowding issues. If that were the case, some
consumer-citizens would move to other communities where the size and quality of
life seems more attractive. The fundamental difference between traditional reformers
and Tiebout model advocates centers on their conception of who is being served.
As opposed to the traditional reform perspective that arguably sought community-
wide solutions or public-regarding policies, Tiebout’s ‘quasi-market’ model is more
aligned with the satisfaction of rational, self-interested individual consumers—a ‘pri-
vate regarding’ ethos.
Empirical evidence on the consolidation-public choice debate is mixed. Early
work by Lineberry and Fowler (1967) supported the consolidation reform frame-
work. Liebert (1974) found that functional responsibility rather than institutional
arrangement per se was the primary determinant of service eficiency. Stumm and
Corrigan (1998) found that reformed municipalities had lower service delivery cost.
In essence, the jury is out as to whether the public choice or the reformed worldview
of urban service delivery has a clear-cut advantage in service cost or quality, with
the very real possibility that the ‘truth’ lies in a hybrid approach that assigns certain
functions to metropolitan-wide service delivery and others to the local--or neighbor-
hood--level (Bish and Ostrom, 1979).
In fact, a hybrid institutional arrangement has some early advocates. For in-
stance, Elinor Ostrom (1972, 493), while contrasting propositions from the reform
and public choice, argued, “it is to be expected that a warrantable explanation may
be a far more complex structure than the alternative structures posed in this essay.”
Hybrid models take into account that “not all public goods are of the same scale,”
(Ostrom, Tiebout, and Warren, 1961, 833) as well as public choice propositions that
argue area-wide public goods and services would be better provided by a metro-

159
ESPACIO URBANO

politan form of government and that neighborhood level problems would be better
attended by municipalities (Ostrom 1972; Ostrom, 1983). In this sense consider Os-
trom, Tiebout, and Warren’s 1961 (p. 837) argument that, “gargantuan [consolidated
government] unquestionably provides an appropriate scale of organization for many
huge public services;” however, the sheer size and hierarchical nature of gargantuan
government may prevent it from recognizing localized needs and “as a result, may
become insensitive and clumsy in meeting the demands of local citizens for the pub-
lic goods required in their daily life” (p. 837).
In its most reined alignment of traditional reform with public choice, hybrid in-
stitutional arrangements resemble reformed governance models. Although reformed
governance models lack a common deinition, there is agreement that governance
depends on inter- and intra-local agreements for the provision of public goods to
coterminous areas, development of entrepreneurial arrangements with private sector
vendors, nonproit organizations, or other units of government for the production of
public goods or services, a decentralizing tendency to provide services at the lowest
and smallest government jurisdictions, and a concern with legitimate and appropri-
ate levels of authority.
For present purposes I propose that the development of a reformed governance
model is the logical middle-ground ‘solution’ in the traditional reform-public choice
debate. A reformed governance model, I argue, integrates propositions from both the
traditional reform movement and public choice theory. In this sense, the work of Os-
trom, Tiebout, and Warren (1961) reined the model implicit in the Tiebout thesis—
which called for multiple units of government to promote competition and increase
eficiency—and argued that “the performance of a polycentric political system can
only be understood and evaluated by reference to the patterns of cooperation, com-
petition and conlict that exist among its various units” (p. 838). Such evaluation
can only be possible by understanding the effects of externalities and internalizing
practices (rules, laws, adjudication, and inter-local agreements) as conditions to pro-
mote competition and conlict resolution. Furthermore, contrary to the idea of a
fragmented collection of independent government units acting without regard for
coterminous jurisdictions, Ostrom, Tiebout, and Warren (1961) argued that a poly-
centric political system is coordinated governance taking place at different levels of
authority and size within an urban region.
Describing a theoretically richer governance model that seems to more appro-
priately resemble urban reality does not fully address the question of why there is
such a lack of consensus on the question of what constitutes the most suitable model
of reformed governance. I believe the lack of conclusive evidence on the urban gov-
ernance debate is due—among several other factors—to two related issues. The irst
is mainstream public administration researchers continue to conceptualize reformed
local government in terms of their own theoretical grounds at the exclusion of the
other. In this dualistic view theorists seek to advance their ideas in a winner-takes-all

160
Alejandro Rodriguez Realigning the public choice and orthodox government reform perspectives: A hybrid ...

approach. No effort is made by either theoretical camp to conceptualize a middle


ground.
Unsurprisingly, some traditional reformers still argue that consolidation and,
supposedly, the advantages of economies of scale are undoubtedly more cost efi-
cient providers of public services than the multiple units of government arrangement
advocated by public choice scholars. At the same time, adherents to a simpliied
version of public choice argue that market economics apply directly to public gov-
ernance and that the public interest plays no role in collective decision-making. The
other—and perhaps the more important issue—is the lack of a conceptual deinition
of reformed local government. The purpose of this chapter is to propose a Webe-
rian ‘ideal type’ reformed governance model by a realignment of the public choice
and traditional reform theories. That is, the ‘ideal type’ reformed governance model
will be a hybrid comprised of propositions from both theories. I contend that the
concept of reformed government has changed over time. It has changed from the
early notion of a top-down, monolithic institutional arrangement as a condition for
improved economies-of-scale and eficiency—what I call traditional reform—to a
‘contemporary’ reform tradition based on urban governance propositions: decen-
tralization and privatization to augment eficiency, and negotiation of authority and
legitimacy to enhance political representation and government responsiveness. This
changing meaning of reform was apparent earlier on as political economists argued
that the public choice view of service delivery was a better solution to the reform
movement goals. For instance, Elinor Ostrom argued in 1972 that metropolitan re-
form could be best approached from the public choice tradition. Bish and Ostrom
(1979) wrote of a ‘new’ reform tradition based on public choice principles. Terry
(1998) commented on the linkages between managerialism (i.e. public management
and urban governance) and public choice. Cutler and Waine (2000) also connected
urban governance ideas with reformed government to develop the idea of what they
called ‘reformed managerialism.’
The hybrid reformed governance model will be further deined in the sections
that follow. The Weberian ‘ideal type’ reformed governance model would better it
a federal system of government, but it could also be applicable to a unitary form of
government. For the purpose of developing this deinition, examples of a local gov-
ernment unit include cities, townships, villages, and any other form of municipal-
level form of government. Furthermore, a local government proper is created and is
under the legal jurisdiction of a subnational government unit. Examples of subna-
tional governments include states, provinces, regions, departments, and any other
form of government that is one layer removed from the national government.
I will use the Latin American experience of devolution, decentralization, and
resulting subnational and local government restructuring to further contextualize the
reformed governance model deinition. The decentralization process in Latin Amer-
ica is a relative recent event and one that continues to evolve. Ironically, in some
countries, the decentralization has further centralized functional scope, administra-

161
ESPACIO URBANO

tive competences, and revenue sharing into the existing large metropolitan cities.
These cities were already, because of their size, the foci of demographic centraliza-
tion in their respective countries. By the mid-1990s, mayors for all small and large
cities in Latin America were directly elected. This broke away from the historical
political culture whereby national governments appointed all city mayors. The mu-
nicipalities of Sao Paulo, Brazil, Mexico City, Mexico, Buenos Aires, Argentina, and
Lima, Peru, to name a few, have further decentralized into smaller local government
jurisdictions. For example, community councils and districts are part of Sao Paulo
and all other large cities in Brazil; localidades are part of municipalities that cover
more than one city in Mexico or delegaciones (boroughs) as is the case of the Federal
District; district municipalities are under the jurisdiction of provincial municipalities
in Peru. The number of sub-municipal jurisdictions tends to grow as these primate
cities continue to increase their populations. Buenos Aires went from 19 municipali-
ties in the mid-1990s to 24 a few years later, but the Province of Buenos Aires, in
addition to the municipalities in the autonomous city of Buenos Aires, comprises 32
municipalities (Nickson, 2011). Lima has remained stable at 43 district municipali-
ties. But Sao Paulo, Brazil continues to grow not only demographically but also in the
number of local government units. The Sao Paulo metropolitan area is legally divided
into 19 municipalities and the city of Sao Paulo is divided into 31 subprefectures and
each of these is divided into multiple districts. Some of the subdivision goes beyond
a State, province, or region. Such is the case of the metropolitan area of Mexico City,
which in addition to the Federal District and its own subdivisions, is subdivided into
41 municipalities across two states (Nickson, 2011).
One would argue that corresponding to the increasing number of local govern-
ment units, the number of elected oficials would have increased as well. One would
be wrong. National constitutions, regional and even local government statutes place
legal limits on the number of municipal elected oficials. In Latin America the num-
ber of councilmembers or other municipal elected oficials range from a minimum
of ive in most countries to “a maximum of only sixty in the case of the Municipality
of Buenos Aires (Nickson, 2011, p. 13). Given the large populations for many cities
in the region, the ratio of citizens to elected oficers is one of the highest in the world
and patently deicient in local representative democracy. This deicit of representative
democracy is especially acute in metropolitan areas “where the ratio of citizens per
councillor ranges from 100,000 – 500,000.” (Nickson, 2011 p. 13). I will come back
to Latin America’s governmental structure and size as I further develop the ‘ideal
type’ reformed governance model.

iV. a reformed Governance Model Deined: a Local Government example

The proposed governance deinition is comprised of ive major components: 1) a


local form of government that elects or appoints a professional administrator; 2) a

162
Alejandro Rodriguez Realigning the public choice and orthodox government reform perspectives: A hybrid ...

demonstrable measure of administrative and iscal autonomy; 3) a representative


number of elected oficials relative to the jurisdiction’s total population; 4) a repre-
sentative number of local government units relative to the jurisdiction’s total popu-
lation; and 5) a method of elections that maximizes representation of all segments
of a community, especially traditionally marginalized members of society. Why
ive components? The criteria followed focused on identifying only those structural
and political components deemed absolutely necessary to comprehensively deine
reformed governance and excluded any other components that could be partly or
wholly accounted by any of the ive components already included. The sections
below will elaborate on this fundamental question: Why these particular compo-
nents?

V. Local Form of Government

Predictably public choice and the traditional perspective take opposite views with
regard to principles of local government organization. On closer inspection, pub-
lic choice and reform advocates share common grounds on what might constitute
the appropriate form of local government. Consequently, even though reformers
favor a hierarchical, centralized organization form and public choice advocates
encourage a decentralized organization, both theoretical camps seem to agree
that local governments that either appoint an administrator or elect an executive
are administratively superior than the traditional commission form of government
(Cigler, 1995). Reformers have convincingly argued that the commission form of
government is unable to meet the urban governance challenges facing modern
local government jurisdictions because it lacks centralized authority and a single
individual with inal decision-making responsibility for policy implementation
(DeSantis and Renner, 1996). Thus, the argument goes, commissions still govern
by plurality, which creates structural fragmentation or fragmentation of execu-
tive authority contributing to ineficient, ineffective and unresponsive government
(Cigler, 1995).
According to Jeffery, Salant, and Boroshok (1989), structural reforms are more
important to local government survival than iscal or functional reforms, and “cur-
rent dificulties deriving from ineficiency, rigidity, unresponsiveness and lack of ac-
countability are attributed to an ‘antiquated’ [organizational] design,” p. 126. The
superiority of the elected executive or appointed administrator forms of government
over the commission form is one of those rare instances of almost total agreement
among urban academics, planners, and practitioners (DeSantis and Renner, 1996).
In constructing an ‘ideal type’ reformed governance model, a local government unit
its the model to the extent that policy makers either appoint a professional adminis-
trator or elect an executive charged with a clear mandate to manage all day-to-day
operations of the local government unit.

163
ESPACIO URBANO

Vi. administrative and Fiscal autonomy

In the United States, the majority of states grant home-rule to their local govern-
ments. Home-rule allows local governments the capacity for self-governance inclu-
ding administrative and iscal autonomy or the ability to restructure their forms of
government, pass their own laws, and to become self-suficient by allowing them to
develop their own sources of revenue. Home-rule is considered a major component
of a reformed governance model and is used in deining reformed governance as
an indicator of the functional, organizational, and iscal autonomy of local gover-
nments. Autonomy is increasingly important with the continuous expansion of the
scope and complexity of service demands. Historically, the ultimate purpose of
home-rule initiatives has been to reduce corruption and incompetence and to mo-
dernize government (Jeffery, Salant and Boroshok, 1989). To modernize government
structure is to reform organizational structure. The values that inform organizational
reform are eficiency, accountability, and responsiveness. By deinition, home-rule
promotes the reform of local governments in three related dimensions: structural,
functional, and iscal capacity. In addition to restructuring the form of government,
merit personnel systems and clearly deined job descriptions have been advanced by
the home-rule movement (Jeffery, Salant, and Boroshok, 1989).
Functional capacity is linked to the phenomenon of urbanization and the added
demands for services that urbanization has created. Fast growing subnational regions
require local governments with functional lexibility and the ability to adapt alternative
service delivery systems (Jeffery, Salant, and Boroshok, 1989). Home rule empow-
ers local governments to strengthen iscal capacity primarily through (1) the power to
levy local taxes; (2) the ability to create special taxing districts and alternative revenue
sources, such as franchise and utility fees; (3) the authority to determine the level of
debt most appropriate to its particular needs; and, (4) the control on elected govern-
ment oficials’ salaries to it local needs and in accordance with available resources.
In constructing an ‘ideal type’ reformed governance model, a local government
its the model if subnational policy makers have legally granted home-rule status to the
local government to allow it to self-govern. Self-governance includes having the legal
capacity to pass their own laws, levy taxes and develop other sources of own revenue,
choosing their preferred form of government, and other institutional and administrative
changes as necessary without contradicting or usurping the laws of the granting gov-
ernment unit (state, province, region, department, national government, etc.).

Vii. a representative number of Local Government units relative to the Jurisdiction’s Total
population

Traditional reformers advocated for fewer number of government units to increase


regional governance eficiency. The assumption is that less fragmented governments

164
Alejandro Rodriguez Realigning the public choice and orthodox government reform perspectives: A hybrid ...

are more likely to eficiently coordinate, produce, and provide needed urban servi-
ces (Boyne, 1992). Tiebout (1956) proposed a competitive governance model based
on the assumption that citizens would shop around for the jurisdiction that would
provide more and better services for their tax dollars. Boyne (1992, p. 318) argues
“fragmented local government systems are preferable because interagency competi-
tion restrains the expenditure urges of bureaucrats and that small and single-purpose
agencies facilitate public scrutiny and promote accountability. Thus the duplication
and overlapping that is condemned as chaotic and pathological in conventional mo-
dels is regarded as ordered and healthy in public-choice models.”
Neither the public-choice arguments nor the traditional reform assertions are
exclusively applicable to the theoretical underpinnings of the reformed governance
model proposed in this chapter. Furthermore, neither theory should be interpreted
to represent their logical extremes, despite the fact that in practice both are more
likely to be deined in terms of absolute values and not on relative terms. Thus, the
traditional reform theory brings to mind a single highly centralized and consolidated
large unit of government, and the public-choice model evokes a fragmented myriad
of local government units overlapping functions and boundaries. Neither is a true
picture. However, these mental constructs are too often the source of deinitions
used by researchers. In fairness to public-choice advocates, they argue that the type
and nature of public goods or services provided should determine the size or number
of government units (Ostrom, 1983). Public-choice, at least with regards to number
or size of government units, makes a better attempt to explain variations in service
delivery performance in relative terms than does the traditional reform theory.
The optimal solution is perhaps somewhere between the two extremes. An
area government that provides both local and regional services may be a viable
alternative. It may depend more on the type of services provided than the unit of
local government. However, for the purpose of deining a reformed governance
model, and in the absence of conclusive empirical evidence supporting the reform
or public-choice perspectives, local governments with a ‘relatively small’ number of
jurisdictions within their boundaries would better it the reformed governance model
deinition. For illustration purposes, I deine ‘relatively small’ number of jurisdictions
within a local government as follows:

1. Add the number of districts, community council, policy boards, villages,


townships, and any other municipal-level or sub-municipal units of go-
vernment within a local government. This is the number of jurisdictions
in a local government.
2. Divide the number of jurisdictions in 1 above by the total number of
cities and other local governments within the legal jurisdiction of the
subnational government (region, state, province, department, and any
other unit of government that is one layer removed from the national
government). This is the jurisdiction ratio.

165
ESPACIO URBANO

3. Divide the local government population in 1 above by the total population


in its respective subnational government. This is the population ratio.
4. If a local government’s population ratio is greater than its jurisdiction
ratio, the local government its the reformed governance model.

A population ratio is used because it has been shown that population growth
increases demand for services, and as local governments strive to meet this demand,
specialization and overlapping jurisdictions are created (Cigler, 1995). This argu-
ment justiies the relative numerous municipalities and districts operating within
large urbanized local governments. However, if the number of these jurisdictions
exceeds the local government’s percentage of population relative to its respective
subnational government, the extra jurisdictions cannot be readily justiied based on
increased service demand. In sum, functional fragmentation is justiied based on
urbanization but not because of political or territorial reasons.

Viii. a representative number of elected oficials relative to the Jurisdiction’s Total population

Reformers have early identiied the importance of a small number of elected oficials
for eficient and accountable governance (Wolinger and Field, 1966). Public choice
theorists address that issue indirectly. They contend that smaller government units
foster citizen participation and responsiveness, which should result in more satisied
customers and thus eficiency. According to Fox and Gurley (2006), this argument
is based on the public choice view that elected oficials prefer a long life cycle of
public service and bureaucrats have high aspirations and desires to increase beneits,
prestige and to maximize the budgets they are responsible for managing—all factors
leading to government growth.
Again, I am using the methodological convenience of the Weberian ‘ideal type’
to deine reformed governance. In general, however, the decision on the appropriate
number of elected oficials is based on: a) the constitutional or statutory mandate of
the particular subnational entity or even the country; b) the national mean number of
elected oficials for the local government jurisdiction in question; and c) a population
factor to be explained below.
As mentioned above, the number of elected oficers in Latin America local gov-
ernments ranges from ive for most countries to a maximum of 60 for the municipal-
ity of Buenos Aires. The number of elected oficers per se is not a problem as long as
the ratio of elected oficers to citizens is not so large that affects representation. I use
the term ‘relative number’ of elected oficials to account for population differences.
That is, a local government is deemed representative (and thus reformed) or frag-
mented (not reformed) in terms of its number of local oficers only in relation to its
population. A small local government—population of 50,000 or less—that elects a
maximum of ive oficers its the reformed governance model. One additional elect-

166
Alejandro Rodriguez Realigning the public choice and orthodox government reform perspectives: A hybrid ...

ed oficial is permitted for every 50,000 population. This population factor controls
for population size differences, but a large metropolitan local government might still
be deemed nonconforming to the reformed governance model—functionally frag-
mented— if its number of elected oficials exceeds its respective population factor.

iX. Method of elections

Rooted in the argument about the representativeness of electoral rules are the views
of public choice theorists and how they are aligned with those of traditional refor-
mists. Public choice theorists believe that policy outcomes in a democracy depend
on which election rules are used (Gilligan and Matsusaka 2005). Thus, according
to Gilligan and Matsusaka (2005), the rules include many aspects of who can vote
and, more importantly, the electoral system under which voters are apportioned into
districts. That is, are voters assigned to vote for candidates representing submunicipal
districts (also called wards), or do they vote for candidates running on a platform see-
king to represent the entire municipal jurisdiction (at large and in most cases multi-
member). The debate focused on whether at-large, multi-member election methods
negatively impacted the election of marginalized members of the community to city
council seats. The preponderance of empirical and theoretical research supports the
notion that the single-member district election system is more representative than the
at-large method (Taebel, 1978).
Public choice scholars joined the debate on electoral inequities recognizing
that the characteristics of electoral systems in local government are not all the same
(Gilligan and Matsusaka, 2005). As a result, policy choices and outcomes are not
representative and elected oficials do not always represent the interest of all its con-
stituents. According to Kawaura (2003), the public choice literature suggests that the
responsibility of municipalities is to serve as the facilitators of services for citizens
to choose from in order to improve their well-being. For this reason, the legislators’
decision-making behavior does not always consider the priorities of the entire city
because legislators are quick to represent special interests that yield maximum per-
sonal payoffs of votes (Kawaura 2003).
I propose an alignment between the public choice and ‘contemporary’ reform-
ist views on methods of elections. I believe that aligning these views enhances the
utility of public choice and ‘contemporary’ reformist ideas for studying the issue of
representativeness of electoral systems. Public choice advocates argue that, at a min-
imum, citizens have the right to vote for the representatives of their choice (Gilligan
and Matsusaka, 2005). According to Gilligan and Matsusaka, 2005), public choice
principles focus on the achievements of policy outcomes rather than a citizen’s abil-
ity to elect a representative. What this suggests, from a public choice perspective,
is that the representative is a means to an end (Gilligan and Matsukada, 2005). The
interests of citizens are not served if their rights to choose a representative are deval-

167
ESPACIO URBANO

ued by that representative’s inability to inluence the government’s choices (Gilligan


and Matsukada, 2005).
If public choice theorists are only concerned with policy outcomes and reform-
ists with the policy process, then what is a possible alignment of the two ideas?
The proposed alignment of both views can be found under the single-member dis-
trict method of elections. The political motives of employing single-member district
methods, such as responsiveness and representativeness, may not be congruent with
public choice propositions; however, the oficials elected by the single-member dis-
trict method are more likely to deliver resources to their constituency because they
are more focused on how policy outcomes can beneit their electorate (Gilligan and
Matsukada, 2005). It has been convincingly argued that single-member district elec-
tions promote accountability as voters more easily identify elected oficials respon-
sible for government policies in their districts.
This component of the ‘ideal type’ reformed governance model should help
to account for the decision-making competence and legislative autonomy of local
government. Local governments that use the at-large election method to elect their
oficers are less likely to it the reformed governance model. In contrast, local gov-
ernments that use the single-member district election method are a better it for the
model. However, jurisdictions that use a mixed method of election (single-member
district and at-large) also it the reformed governance model.
Where is Latin America with respect to this component? Except for Panama and
Venezuela, local government oficers in Latin America are preponderantly elected
following the multi-member proportional method—this is a further development of
the generic at-large method. It allows for multi candidates to proportionally represent
a local jurisdiction based on the number of votes cast for their respective political
parties. Panama is the only country to elect oficers to represent submunicipal dis-
tricts using the ‘irst past the post’ (election is won by the candidate with the most
votes) election method of representation. The ‘irst past the post’ submunicipal dis-
trict method is similar to the single-member district system of election. Venezuela
uses a mixed method that elects two-thirds of local oficers to represent submunici-
pal districts and the remaining one-third follows the party list system. Representation,
accountability, and democratization are furthered compromised by the use of closed
and blocked party lists by virtually all countries in the region (Nickson, 2011). Latin
America process of decentralization with regard to this component is far from over. A
municipal election system designed around the multi-member proportional method
coupled with closed and blocked party lists of candidates beneit the political parties
and mayors—it promotes the creation of single-party systems. Citizens are not well
served by such arrangement. They are not represented; there is neither transparency
nor accountability. According to Perez (2008), this electoral system can be linked to
administrative and governance problems experienced by municipal governments in
Mexico.

168
Alejandro Rodriguez Realigning the public choice and orthodox government reform perspectives: A hybrid ...

X. conclusions

The purpose of this chapter was to offer a conceptual deinition of a Weberian ‘ideal
type’ reformed governance model taking into consideration propositions from the
reform tradition and public choice theory. Beyond supporting assertions from the
reform or public choice perspectives, implicit in the construction of the reformed
governance model proposed is the argument that the theoretical debate concerning
the impact of structural arrangements on policy output has to be reformulated. This
reformulation, I propose, needs to happen at different levels. As a point of departure,
I proposed a theoretical alignment of public choice and reform propositions. The
research evidence on governance failure points to contradicting results precisely be-
cause variables’ deinitions and methodology have not aligned propositions from the
two competing theories and, in fact, seem to espouse diametrically opposite views.
This idea of alignment carries into methodology and involves the actual selec-
tion of the ive reform components and their particular conceptualizations. The ive
components used in the construction of the model were chosen to capture the po-
litical, structural, iscal autonomy, and professional capacity elements of reformed
government. Hence, while the form of government and method of elections are im-
portant to strengthen administrative capacity and legislative decision-making, iscal
autonomy gained by home-rule, and improved responsiveness and accountability
resulting from an optimal number of elected oficials and government jurisdictions
is just as important.
More importantly, I argued for a relative measure of number of elected oficials
and number of government units as a function of the population of the government
jurisdiction. This ‘relative small number’, I believe, addresses concerns by the reform
perspective that argues for fewer government units and the public choice tradition
that calls for more. Tying the number of oficials or government units to a popula-
tion factor or ratio recognizes that more urbanized jurisdictions (larger populations)
require greater functional scope and more services resulting in more elected ofi-
cials and government units to better address their service needs. In sum, a relative
functional and administrative fragmentation--added government units and elected
oficials--is justiied based on urbanization and not on political or territorial reasons.
On the question of representativeness and accountability, I have proposed align-
ing the public choice’s concern with policy outcome as a result of voting rules and
contemporary reformers’ view that single-member district elections improve rep-
resentation of all members of the community. Hence, I proposed that government
units that use the single-member district method of elections are more reformed
than those that use the at-large method. However, despite the empirical support for
the single-member district over the at-large method I recognize that the evidence is
not conclusive and therefore I propose that those units that use a mixed method of
elections be considered reformed as well. To summarize, based on the Weberian
‘ideal type’ proposed by this study a fully developed model of reformed governance

169
ESPACIO URBANO

would be characterized by: a) a form of government that is managed by an appointed


professional administrator or an elected executive; b) home-rule or self-governance
status; c); a ‘relative small number’ of government units based on a population factor
d) a ‘relative small number’ of elected oficials based on a population ratio; and e)
electoral systems where candidates are elected by the ‘irst past the post’ rule with-
out the use of closed or blocked party lists to represent single-member districts or a
mixed system that concurrently uses the single member district and multi member
proportional elections.

Xi. Where we go from here?

One can safely argue that form of government is the most important structural cha-
racteristic in determining governance performance. Political structure, however, does
not work by itself. At least, administrative and iscal autonomy is also needed. So,
one could also argue that home-rule charters are important to governance perfor-
mance. What about legislative decision-making, representation, responsiveness, and
accountability? I have identiied the importance of a representative and transparent
voting system, the ‘relative’ number of elected oficials, and ‘relative’ number of
government units. Surely, there is the possibility that I have not accounted for all
relevant components. Reformed governance research would be well served by rigo-
rous analysis concerning the full conceptual and operational deinition of the model
grounded on the two dominant competing theoretical camps—‘contemporary’ re-
form and public choice.
One limitation of this study is the fact that this is an attempt to conceptually de-
ine through the convenient Weberian ‘ideal type’ methodology a model of reformed
governance. Although I have attempted to methodically construct the model aligning
as carefully as possible theoretical assertions from public choice and ‘contempo-
rary’ reform perspectives, I have made no attempt to operationalize the reformed
governance model. That is partly the result of the limited space allocated. The op-
erationalization of the model would have taken up a completely new chapter. I can
only hope and recommend that the conceptual model be used in further research to
measure the extent of governance reform for a set of Latin American local govern-
ment units. More importantly, I would recommend that the model be used to test
whether reformed governance makes a signiicance difference in local government
service delivery performance. Some speciic recommendations include: Is reformed
governance related to eficient inancial management? Do reformed governments
spend less than unreformed units? Are reformed governments associated with higher
bond ratings? Are reformed governments more responsive, accountable, transparent,
and democratic?

170
Alejandro Rodriguez Realigning the public choice and orthodox government reform perspectives: A hybrid ...

Xii. references

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171
ESPACIO URBANO

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172
La arquitectura regional como referencia didáctica
para el Taller de proyectos de arquitectura
regional reference architecture for teaching architectursal design workshop

Antonio Támez Tejeda1

RESUMEN
Los métodos de enseñanza son diversos. Diieren según el propósito de la disciplina que
atienden, nivel de los estudios, al igual que el lugar y tiempo en que se practican. Sin em-
bargo, tienen como común denominador el que en algún momento de los estudios la prác-
tica de la disciplina resulte indispensable. Viene al caso aquello de que se aprende haci-
endo y que la práctica hace al maestro. Ese es el punto de partida que anima a este artículo
en lo que a la enseñanza del taller de proyectos de arquitectura se reiere, a partir de aquel
referente tangible que permita al estudiante entender al todo que habrá de resolver en su
práctica del taller, porque igual partimos de que tal entendimiento a su vez discurre de la
aprensión previa del problema en cuanto totalidad, que para nuestro caso, tomaremos
como referente a la arquitectura regional noresteña bajo la idea de totalidad arquitectónica.

PALABRAS CLAVES: arquitectura regional, estudiantes, enseñanza de la arquitectura, taller


de proyectos

abastract
The teaching methods are diverse, They differ according to their disciplinary focus, level of
studies, and depending on the site and time where they are used in practice. However, they
have a common pattern, when the practice itself becomes unavoidable. This is to say, learn-
ing by doing and the practice makes the master. This is the starting point for this paper and is
referred to teaching methods in the architectural studios, to enable the students to understand
tangible referents for solving real problems in the studio work. As an example one could un-
derstand better from previous experiences and global focus and in this particular case we will
take the northern and regional architecture as a referent and global architectural idea.

KEYWORDS: regional architecture, students, teaching methods in architecture, scheme


studios.

i. introducción

Durante mi ejercicio profesional y como profesor de arquitectura, he observado que


a los estudiantes de arquitectura de los primeros semestres se les diiculta imaginar o
integrar los diferentes elementos que se conjuntan para conigurar la entidad arqui-
tectónica, encontrando que gran parte de esa diicultad estriba en la ausencia de algún
modelo o referente contra del cual contrastar o comparar aquello que se pretende que

1
Arquitecto, Docente Facultad de Arquitectura, UANL; atamez@uanl.mx

173
ESPACIO URBANO

visualicen en cuanto idea de proyecto arquitectónico que se les encargue, en el aula o


en la oicina. Además, generalmente las asignaturas del nivel se encuentran inconexas
sin permitir mayor relación entre los contenidos que integran a la totalidad arquitectóni-
ca generando confusión en el alumno, a lo cual se añade la inclusión de materias ajenas
al currículo de la arquitectura. Y así, el estudiante se inicia desconociendo la idea de
totalidad arquitectónica hasta llegar a los últimos semestres de sus estudios, o cuando
han podido colocarse como aprendices en algún despacho de arquitectos para contactar
al taller de proyectos en el marco de la práctica real.
Igual encuentro la ausencia de un proceder metodológico comenzando por el en-
tendimiento del problema y las posibilidades para su solución a partir de visualizar el
todo en relación a su propia realidad. Ha faltado la exploración de premisas y requisitos
que generen al programa arquitectónico. Al estudiante suele iniciársele en la genera-
ción inmediata de trazos explorando formas muchas veces sin haber comprendido el
problema. Iniciar mediante una exploración de esa naturaleza es una manera de em-
pezar siempre y cuando se domine el problema, asunto que no siempre ocurre. Por
lo general y ante la falta de una guía integradora de los elementos de la arquitectura, el
estudiante considera separadamente al asunto de la forma arquitectónica respecto de la
forma estructural y confunde la relación entre los miembros estructurales y el arreglo de
los locales bajo un mismo modulo estructural para las diferentes plantas del ediicio.
Pasando a la relación del ediicio con su medio natural y urbano, suelen desestimar al
emplazamiento del ediicio respecto de la vialidad, su orientación o la topografía. Igual
ocurre al intentar resolver operativamente la planta como si solo se tratara de relacionar
funcionalmente sus componentes dejando al margen los asuntos del ambiente interior
y su coniguración exterior. Eventualmente asumen, o así les enseñan, que las fachadas
suelen ser el producto de haber resuelto la planta sin pensar que la arquitectura no se
hace mediante la simple suma de plantas, secciones y alzados2).
Pareciera que estoy haciendo la exposición de algo que todos sabemos. En efecto,
quienes se tomen el tiempo de leer este artículo y practiquen la docencia del taller de
proyectos o en su oicina tengan a su cargo a estudiantes de arquitectura en calidad de
aprendices, difícilmente, en mayor o menor grado, negarán lo que me he permitido
exponer. Me parece entonces que enfrentamos un problema de naturaleza didáctica a
partir de la relación aprendiz – maestro que desarrollan un problema en conjunto dentro
del marco de la realidad tratando de comprender su totalidad asociándolo al referente
adecuado. Problema que puede solucionarse al conjuntar los elementos de la arquitec-
tura para visualizar aquella totalidad por resolver. Proceder que implica al ingenio y la
inventiva del estudiante al igual que una guía clara y objetiva por parte de su maestro,
siempre y cuando exista claridad y comprensión de aquello que se intenta resolver y
componentes que la integran. La solución al problema es entonces un asunto de me-

2
Rassmussen Oteen Elie. La experiencia de la arquitectura, Celeste Ediciones, Madrid. 2000: 29.

174
Antonio Támez Tejeda La arquitectura regional como referencia didáctica para el taller de proyectos de arquitectura

todología de proyecto arquitectónico que implica razonamiento a la par de una buena


dosis de inspiración creativa.
Añado que el propósito de los profesores consiste en enseñar su materia incado
en una sólida formación docente y demostrada experiencia profesional en el campo de
la arquitectura, y que el alumno, dispuesto y responsable como estudiante, aprenda los
asuntos del oicio de arquitecto centrados, profesor y alumno, en el dominio del taller
de proyectos dentro del marco de la realidad, más que en el eventual propósito docente
orientado a practicar la teoría del aprendizaje como objetivo por sí mismo. Profesores
arquitectos con probado éxito profesional. Profesores que saben de Arquitectura. Enton-
ces, el proceso de enseñanza aprendizaje ocurrirá como si del aprendiz y el maestro se
tratase, partiendo de que la responsabilidad mutua entre profesor y estudiante es la que
rendirá resultados favorables en el alumno. Eso si el alumno se dedicó a estudiar y si su
profesor, arquitecto al in, domina la materia y sabe exponerla. Desde luego que son
imprescindibles otras disciplinas vinculadas con la arquitectura y que necesariamente
serán enseñadas por expertos en las mismas, siempre y cuando dominen tal vínculo,
topografía, diseño estructural, historia del arte, por ejemplo, bajo la idea de que se en-
tiendan como incorporadas a la arquitectura y no solo en cuanto explicaciones del caso
en sí mismo, por ejemplo, estudiar el transporte de cargas en cuanto cuerpo libre, aso-
ciando tal dinámica mediante el caso de arbotantes y contrafuertes.

ii. idea

Cuando he intervenido con los estudiantes en el aula o los aprendices en la oicina, trato
de que se entienda que el arquitecto ha de aprender su oicio bajo la idea de pensar los
componentes de la arquitectura no en cuanto elementos separados sino previa compren-
sión del todo arquitectónico al que pertenecen, y que no es otra cosa más que la reunión
de sus elementos y componentes bajo una cierta idea y propósito del todo percibido ha-
cia las partes, ocurrido lo cual, estaremos en aptitud de proceder analíticamente enten-
diendo cada parte para la comprensión del todo3) e integrar nuestra propuesta en el aula
al igual que en nuestra oicina. Un proceder ordenado, una metodología de proyecto
para transformar una situación en la que se experimenta oscuridad, duda o conlicto,
en una situación clara, estable y armoniosa4). Así, además de la emotiva inducción de
ideas asociadas con la visualización del ediicio bajo un carácter preliminar, tenemos
al metódico proceder de proyecto para generar su desarrollo apoyados en el estudio del
referente que facilite su comprensión, asunto central de nuestra propuesta en cuanto
método para la enseñanza del taller de proyectos de arquitectura.

3
Nerici Imideo G. Metodología de la Enseñanza, Ed. Kapeluz Mexicana, México. 1985:154.
4
Dewey Jhon Como pensamos, nueva exposición de la realción entre pensamiento relexivo y proceso educativo,
Ed. Paidòs, Barcelona. 1989: 96-99.

175
ESPACIO URBANO

El artículo que ofrezco inicia haciendo hincapié en que el estudiante desde su pri-
mer día en la facultad de arquitectura habrá de iniciarse en el tópico de la arquitectura y
dominar su concepto general bajo diferentes puntos de vista. Le resultará útil el conocer
algunas deiniciones acerca de la misma expresadas por expertos con el in de ubicarse
y le sirvan como introducción acerca de aquello que la arquitectura representa. Igual
habrá que introducirlo al ambiente de los alcances y asuntos a resolver por el taller de
proyectos en cuanto punto de partida para su incursión en la solución de proyectos ar-
quitectónicos. Logrado tal preámbulo pasaremos a su desarrollo conforme a la didáctica
y enfoque que proponemos bajo la forma de un todo equilibrado y que bien expone
Christian Norberg-Schulz, al decir que “El estudiante debe ejercitarse, exclusivamente,
en la comprensión y creación de totalidades arquitectónicas”5). Idea que implica una
cierta forma de pensar y aprender, bajo la cual, Edgar Morin estudia la relación recí-
proca de todas las partes en un todo o hecho en lo que él identiica como pensamiento
complejo, diciendo que de lo que se trata es “de pensar las cosas no en pedacitos sepa-
rados, sino que se pueda hacer una ligación”6), puesto que la arquitectura no se piensa
en pedacitos separados sino como un todo constituido por elementos armónicamente
integrados, previo dominio de aquello en lo que la arquitectura consiste, su misión y sus
elementos fundamentales.
Propongo entonces que en cuanto método para la enseñanza del taller de proyectos
conforme expongo en este artículo, habrá que inducir en el estudiante la idea de que
producir arquitectura es un asunto de interpretación de las necesidades del habitar que
se resuelven en razón de su ambiente, cultura y recursos, apoyados en el razonamiento
y sensibilidad conjugados para concretar totalidades arquitectónicas, visualizando al
todo por resolver dados ciertos requisitos previamente comprendidos para hacer concu-
rrir simultáneamente sus componentes. Así por ejemplo, “Cuando un arquitecto juzga
un ediicio, su apariencia exterior es sólo uno de los factores que le interesan. Estudia
las plantas, las secciones y los alzados, y considera que todos deben armonizar entre sí
para que el ediicio sea bueno”7). Orden, euritmia y proporción. Es así que, acerca de la
forma arquitectónica, Mies van der Rohe airmó que: “Entonces vi claramente que no
era misión de la arquitectura inventar formas, traté de comprender cual era esa misión”8).
Misión que dependerá de la claridad que se tenga acerca del problema por resolver y de
su razonamiento y método para resolverlo. Sin embargo, cuando el estudiante carece de
información tangible bajo la forma del referente adecuado que lo oriente, difícilmente
se ejercitará en la generación de totalidades arquitectónicas.
Expuesta la idea conforme propongo y una vez comentado el proceso por desa-
rrollar, pasaré a exponer la metodología a seguir para el caso a resolver en el taller de

5
Norberg-Schulz Christian, Intenciones en arquitectura, Editorial Gustavo Gili, Barcelona. 1998: 142.
6
Edgar Morin: “La Universidad debe enseñar para ayudar a vivir”. Por: Edmundo Derbez García en: Vida Univer-
sitaria, UANL, Año 10, número 175, 15 de Septiembre de 2006, Monterrey.
7
Rasmussen Steen Elie, La experiencia en arquitectura, Celeste Ediciones, Madrid. 2000: 15.
8
Siegel Curt, Formas estructurales en la arquitectura moderna, Compañía Editorial Continental. México. 1966:306.

176
Antonio Támez Tejeda La arquitectura regional como referencia didáctica para el taller de proyectos de arquitectura

proyectos tomando como referente didáctico a la arquitectura regional, que para este
artículo se referirá a la arquitectura regional del noreste mexicano.

iii. proceso

Para efecto de entrar en la didáctica a seguir, continuaré mediante un boceto del proce-
so que propongo. Proceso que ustedes conocen. Entonces, una vez que el estudiante
supere la comprensión de la arquitectura y su propósito en el marco de su ambiente y
su cultura, continuaremos con el abordaje del proyecto iniciando con los asuntos que
identiican al problema por resolver así como los elementos de la arquitectura de cuya
integración, bajo la forma de totalidad, resultará el proyecto arquitectónico que el es-
tudiante genere inalmente. Asuntos como son los géneros de ediicio, el programa de
necesidades, los relativos al sitio, análisis funcional, análisis constructivo y estructural y
factibilidad de proyecto, incluyendo la consideración de sus etapas como son las etapas
conceptual, preliminar, proyecto arquitectónico y proyecto ejecutivo, bajo la idea de
que el estudiante se familiarice desde el inicio de sus estudios con la realidad de su pro-
fesión, además del referente adecuado que permita contrastar sus ideas.
Comenzaremos por lograr que el estudiante entienda que el primer paso para desa-
rrollar su proyecto arquitectónico consiste en identiicar y comprender el problema que
se le presenta, por ejemplo: una casa, sí, pero ¿qué es una casa? Entonces, nuestro primer
paso como profesores del taller de proyectos consistirá en inducir al estudiante hacia su
propia relexión de la realidad del problema por resolver, que entienda que “el arquitec-
to ha de aprender su oicio que es mucho más que la capacidad de diseñar”9). Demos
lugar a la sencillez al pensar el concepto guardando reciprocidad con la complejidad de
los requisitos a resolver, por ejemplo, acerca de la casa Bachelard se explica de manera
genial, al decir que “La vida empieza bien, empieza encerrada, protegida, toda tibia en
el regazo de una casa”10), en efecto, si comprendemos tal decir, estaremos en aptitud de
generar una propuesta bajo la idea de una casa, que de lo contrario, habremos generado
un ediicio o refugio con un domicilio, y no una casa.
Igual induciremos al estudiante a que construya su idea de arquitectura sobre de
base irme incado en referentes desprendidos de los tratadistas clásicos con el in de que
tal idea se releje en el contenido de sus futuras propuestas, por ejemplo Viollet Le Duc,
quién dijera que “....quiero escribir sobre arquitectura, buscando la razón de todas las
formas, porque cada forma tiene su razón....”, porque es frecuente encontrar estudiantes
o aprendices, e incluso recién egresados de la facultad, para quiénes “menos es mas” les
pareciera ser una especie de acertijo divertido o remotamente habrán oído aquello de
que “la arquitectura esta más allá de las cosas utilitarias” ignorando igual en que consiste

9
Norberg-Schulz Christian. Intenciones en Arquitectura, Ed. Gustavo Gili, Barcelona.
10 Bachelard Gastón, La poética del espacio, Fondo de Cultura Económica, México. 1986: 37.

177
ESPACIO URBANO

el “motivo de Palladio”. Superado este asunto el estudiante estará en aptitud de iniciarse


en el oicio de aprendiz de arquitecto. Lo mismo vale para los profesores del taller de
proyectos al igual que para cualquiera de nosotros en nuestra oicina.
Dominado el concepto de arquitectura y la idea del ediicio aquel por resolver,
introduciremos al estudiante al ambiente de los asuntos operativos que promueven
la solución de proyecto, sin dejar de enfatizar al binomio que la sensibilidad y la
razón representan para lograr su solución. Para el asunto pragmático de la arquitec-
tura, el estudiante habrá de considerar el beneicio generado por su proyecto. Pero
por otra parte intentará suscitar una cierta impresión emotiva con su obra así como el
arquitecto, o ustedes o yo nos conmovemos bucólicamente con aquel lienzo iden-
tiicado como El Ángelus de Jean Mollet, o desatamos el drama en nuestra mente
al escuchar Una noche en la árida montaña de Mussorgsky. Es así que el estudiante
habrá logrado penetrar en la conjugación de lo sublime y de lo estético en aras de lo
práctico que la utilidad y la irmeza conllevan para producir arquitectura, incando
así la plataforma sobre de la cual despegar sus ideas.
No pretendo ir más allá de lo que ustedes conocen como profesores del taller de
proyectos para iniciar el proceso de proyecto arquitectónico, así que limitaré enuncia-
tivamente el proceso para seguir con el método que propongo a partir del referente
que la arquitectura regional representa. Entonces, los asuntos a dominar por el estu-
diante consisten inicialmente en desarrollar su investigación arquitectónica y generar
las bases de diseño sobre de las cuales elaborar el proyecto conforme al nivel y com-
plejidad que se pretenda. Asuntos que habrá que explicarles en apego a la realidad y
en previsión a iniciar su idea de proyecto arquitectónico. En seguida explicaremos el
proceso de análisis de la información y su integración para generar las ideas prelimina-
res de carácter formal, operativo, ambiental y constructivo bajo la forma de una totali-
dad arquitectónica, en ciernes aún pero claramente integrada. Este asunto nos lleva a
explicar conceptos tales como el programa de necesidades, el análisis del sitio, análisis
funcional, análisis constructivo y estructural, factibilidad de proyecto y partido, expli-
cándolas si bien por separado más sin embargo asociadas unas con las otras en razón
de la interacción que implican para la coniguración integrada de la idea de proyecto.
El proyecto inicia en el momento en que el estudiante se ocupa de identiicar-
lo y conocerlo, comenzando por ordenar la información del proyecto, estudiando el
análisis del sitio y funcional para agrupar los componentes del ediicio bajo la forma
de partido. Continuará con la irmeza del ediicio que garantice su estabilidad y segu-
ridad material, estudiando los criterios estructurales a seguir y técnicas constructivas
por aplicar y deinir así la forma estructural11) inluyente en la forma arquitectónica del
proyecto. Se trata de un proceso lexible y discrecional, probando o ensayando resul-
tados preliminares producto de estudiar cada componente no por separado, sino en
interacción porque pretendemos resolver una totalidad arquitectónica. Igual estudiará

11
Siegel Curt, Formas estructurales en la Arquitectura Moderna. Ed. CECSA, México. 1966: 13.

178
Antonio Támez Tejeda La arquitectura regional como referencia didáctica para el taller de proyectos de arquitectura

la cultura y el contexto asociadamente al partido y la forma estructural para derivar


una forma arquitectónica preliminar, incada en la idea integradora del todo bajo la
forma de concepto arquitectónico12). Finalmente estudiarán la factibilidad de proyecto
consistente en los recursos disponibles para el proyecto, el estudiante aprenderá que
tiempo y dinero en el marco de la realidad son los soportes del proyecto. Proceso
aparentemente obvio, mas sin embargo con cierto grado de diicultad dependiendo de
la capacidad imaginativa del estudiante para integrar visualmente una serie de com-
ponentes ajenos entre sí. Seguiré entonces con la metodología que propongo tomando
como referente didáctico a la arquitectura regional del noreste mexicano.

Arquitectura noresteña

iV. Metodología

Habiendo dejado en claro la idea central de nuestra propuesta para la didáctica


del taller de proyectos de arquitectura apoyados en el referente que la arquitectura
regional del noreste mexicano representa, continuaré con la mecánica que para el
efecto propongo. Es así que abordaré en términos complementarios para efecto de
la dicha didáctica a la arquitectura regional con todo su vocabulario arquitectónico
expresivo de los ediicios de la tradición popular, y por la otra, al proceso formativo
a través del cual el estudiante descubre, relexiona y asimila para proponer sus ideas
bajo la forma de propuesta arquitectónica sensible y razonadamente formulada. Los
dos asuntos han concurrido satisfactoriamente en mi práctica docente de otro tiem-

12
Marston Fitch James, Experential Contexto of Aesthetic Process, en: Classic Readings in Architecture, Ed.
McGraw Hill, New York. 1999: 135.

179
ESPACIO URBANO

po con los estudiantes del primer taller de proyectos de arquitectura denominado


“Elementos de la Arquitectura” en la Universidad de Monterrey. Los hicimos concu-
rrir a propósito siguiendo ese inmejorable principio de Norberg-Schulz: El estudiante
debe ejercitarse, exclusivamente, en la comprensión y en la creación de totalidades
arquitectónicas al cual ya aludí en el planteo que previamente hice, y partiendo de
que el estudiante aprende viendo-cuestionando-haciendo con relación a un cierto
todo comprensible consistente en el referente adecuado al problema por resolver,
acompañado desde luego por su profesor-facilitador y previo sustento teórico de la
cuestión, y acoto esto ultimo, porque sin teoría e historia de la arquitectura al igual
que sin topografía, estática o análisis del sitio no vamos a ningún lado.
Por lo general, el estudiante del taller de proyectos de arquitectura recibe informa-
ción en cursos aislados entre sí, siendo común que los primeros semestres procedan en
cuanto conjunto de cursos no relacionados en razón de áreas de conocimiento disími-
les, y así hasta casi terminar la carrera. A esto habrá que añadir algunos métodos segui-
dos para la práctica del taller de proyectos, en donde se induce al estudiante a seguir un
proceso lineal iniciando por una cierta investigación, pasando por una aproximación al
concepto que hipotéticamente desembocará en un proyecto. Todo esto es indispensa-
ble, más no en cuanto proceso porque el estudiante no ha sido adiestrado para sintetizar
la totalidad arquitectónica del asunto, no obstante aquellos cursos y ejercicios preceden-
tes de composición formal. El método a nuestro entender consiste en un proceso que
Nerici explica al decir que los asuntos a estudiar deben presentarse como un todo y no
repartidos en disciplinas, “partiendo de lo sincrético, es decir, del todo percibido hacia
las partes, ocurrido lo cual, estaremos ahora en aptitud de proceder analíticamente, es
decir, comprender cada parte para la comprensión del todo”13) coincidiendo con la idea
de pensamiento complejo que expone Morin. En síntesis, partimos de lo sincrético hacia
lo analítico y luego a lo sintético que representa la aprehensión consciente del todo
sincrético inicial, aprehensión que se consolida al contrastar la idea con el referente
adecuado, un enfoque didáctico en donde el estudiante vea y palpe la conjugación de
los “elementos de la arquitectura” para lograr comprender esa totalidad consistente en la
interdependencia de las partes en el todo, ese todo sincrético inicial.
Schulz agrega que desde el comienzo mismo de los temas a resolver los estudian-
tes han de comprender todos los aspectos como son el propósito, el sitio, la forma y la
relación semántica entre estos factores considerados simultáneamente, no en cuanto
segmentos separados sino en cuanto miembros de una totalidad. Cuestión que nos
lleva a que el estudiante visualice o imagine el conjunto: Abstracción-Síntesis-Concre-
ción para el manejo simultáneo de los elementos de la arquitectura. Así, el arquitecto
ha de aprender su oicio que es mucho más que la capacidad de diseñar; su oicio
incluye la comprensión del asunto, sensibilidad ante el paisaje y el carácter de la gen-
te, preparación técnica y matemática, sentido práctico de la realidad y emoción ante

13
Nerici Imideo G, Metodología de la Enseñanza, Ed. Kapeluz Mexicana, México 1985: 154.

180
Antonio Támez Tejeda La arquitectura regional como referencia didáctica para el taller de proyectos de arquitectura

las obras de la naturaleza y de los hombres. Igual incluye la integración de distintos


enfoques para proveer los espacios para el habitar humano en un contexto dado, que
entienda al todo, su razón de ser y sus partes pero no por pedacitos separados, sino en
cuanto miembros componentes del todo que su propuesta arquitectónica representa
porque la arquitectura consiste en un ente total integrado.
Normalmente, a falta de mayores antecedentes acerca de un objeto dado, lo ex-
ploramos para comprender su todo en cuanto integración de las partes, estudiando
cada una de éstas y su correspondencia. Llegamos así en nuestra exploración a un
punto en el que no podemos describir nuestra impresión acerca de un objeto sin que
lo tratemos con una descripción muy precisa que enumere todas las características
visibles, no nos hacemos a la idea de que lo que sentimos es la propia esencia del ob-
jeto. Al igual que no somos conscientes de cada letra que forma una palabra, sino que
percibimos la idea completa que ésta expresa, no nos damos cuenta de qué es lo que
percibimos, sino del concepto que se crea en nuestra mente cuando lo percibimos14).
El estudiante del primer taller de proyectos de arquitectura pasa por una situación si-
milar. Dotado de información disímil se encuentra ajeno a la totalidad sintética de las
partes, es decir, ajeno a la totalidad arquitectónica. Entonces, la exploración de casos
provocará que observe, interrogue y autocuestione acerca de la causalidad y agentes
constituyentes del fenómeno y por extensión a los ediicios en cuanto todo compren-
sible, a la vez que identiica los elementos de la arquitectura en el referente adecuado,
que a su vez le orientará en cuanto similar al caso que tiene por resolver.
Para el efecto, el estudiante iniciará por explorar-experimentar para cuestionar-
responder acerca de la naturaleza del problema por resolver. Pero, ajeno a la idea de
totalidad arquitectónica y sin la exploración de casos o referente alguno, se le inicia
linealmente en el arte de proyectar y termina resolviendo plantas en cuanto organiza-
ción funcional de los locales. Ya después se inferirán las fachadas, si no es que se le hu-
biese incitado a proponer formas para después de un proceso de re-estudio, encontrar
la manera de mejorar aquella solución. Desde luego que este proceso de re-estudio y
re-visión es lo atinado para depurar la idea, mas no en cuanto correctivo sino más bien
en términos de decantación de la idea primigenia del todo en tránsito hacia su propia
expresión formal, cuando existió inicialmente la visualización de aquella totalidad y
comprensión de su contenido. Sin embargo, al proceder linealmente, algo ha faltado.
Faltó visualizar la totalidad arquitectónica. Visualizar implica transformar las ideas en
imágenes, signiica pensar gráicamente el concepto y para nuestro caso los diferentes
conceptos concurrentes en la totalidad arquitectónica, y eso es mucho pedir cuando
nuestra información es todavía dudosa, disímil o incompleta, o falta de adiestramiento,
particularmente cuando aun no dominamos la integración de las partes en un todo en
el plano de nuestra mente. Faltó la concreción de la idea, que en cuanto síntesis, se
desarrolla y depura en aquel proceso de re-estudio del todo sincrético-sintético obe-

14
Rasmussen Steen Elie, La experiencia de la arquitectura, Celeste Ediciones, Madrid 2000: 29.

181
ESPACIO URBANO

diente a premisas especíicas. Sin embargo, podemos tomar otro camino distinto a ese
proceder lineal. El camino de vivir la experiencia, el de ver-comprender y después del
cuestionar-asimilar pasar al hacer-proponer, en un proceso que considere simultánea-
mente a los distintos y diversos elementos de la arquitectura concurrentes-integrantes
de la totalidad arquitectónica mediante el referente adecuado.
Y es que seguramente les ha pasado a ustedes profesores del taller de proyectos,
o a ustedes colegas en su oicina al igual que a mí, cuando al tener cierto proyecto
por desarrollar, iniciamos ubicando la información pertinente, o intercambiando
opinión con otros colegas, o consultando a determinado consultor, o dándole vuel-
tas al asunto, además de las consabidas visitas al sitio y entrevistas con el cliente,
pero algo que igual practicamos en ese momento de inicio, especialmente cuando
existe un cierto halo de incertidumbre, es que vamos y visitamos diferentes instala-
ciones similares existentes para efecto de clariicar dudas en el plano de la realidad,
y sacar ventaja de aquello atinadamente resuelto o evitar los yerros que a nuestro
juicio encontremos en aquellas instalaciones que hubiésemos visitado. Igual, el estu-
diante y su profesor disfrutaran del beneicio derivado de tal proceder, que por lo ge-
neral se encuentra ajeno de manera sistemática a la práctica del taller de proyectos.
Entonces, Dewey dice que el pensamiento pasa de una situación dudosa a una
situación estable, producto a su vez, de una situación directamente vivida, es decir,
la experiencia, en donde la relexión incluye necesariamente la observación. “La
función del pensamiento relexivo, por tanto, es la de transformar una situación en la
que se experimenta oscuridad, duda, conlicto o algún tipo de perturbación, en una
situación clara, estable y armoniosa” y continúa diciendo: “en el momento en que
empieza a relexionar, empieza necesariamente a observar, a in de tomar nota de
las condiciones”15). Para nuestro caso del primer taller de proyectos nada mejor que
la experiencia de explorar en objetos sencillos, con un vocabulario claro, estereoto-
mía comprensible a la vez que evidentemente contextualizados con su medio físico
y social, extendiendo la exploración hasta la plática con la gente y su manera de
hacer las cosas que se releja en sus ediicios. Ejemplos en cuantos casos aplicables
a la didáctica del taller de proyectos arquitectónicos no son difíciles de encontrar.
Otra historia será la coincidencia, pertinencia o paralaje entre los casos-ejemplo y el
programa-objetivos de la materia a la par de la información-conocimientos del estu-
diante en ese momento. Como mencioné, a mí me ha resultado ser eiciente modelo
la arquitectura regional noresteña en razón de la exhibición que hace de los elemen-
tos de la arquitectura en un todo integrado bajo la forma de totalidad arquitectónica.
Para abordar el taller de proyectos bajo la idea que propongo, lo he practicado
iniciando bajo la manera usual consistente en un caso hipotético que el estudiante ha
de resolver, pero enfatizando que el asunto por solucionar consiste en una totalidad
que responde a ciertas premisas y requisitos a resolverse mediante la integración de los

15
Dewey Jhon, Como pensamos, nueva exposición de la realción entre pensamiento relexivo y proceso educativo,
Ediciones Paidòs, Barcelona 1989:96-99.

182
Antonio Támez Tejeda La arquitectura regional como referencia didáctica para el taller de proyectos de arquitectura

elementos de la arquitectura, considerados no separadamente sino en cuanto compo-


nentes del todo, y que se manejarán simultáneamente a partir del referente que propicie
la generación de ideas tendientes a solucionar el problema aquel. Tal premisa de trabajo
deberá ser explicada al estudiante en cuanto procedimiento que habrá de seguir para el
desarrollo de su proyecto, de manera que se involucre a título personal visualizándose
a sí mismo como si de su oicio en el plano de la realidad se tratara. Para este propósito,
el profesor del taller de proyectos asumirá un rol adicional al de asesor y facilitador de
su alumno que le consulta sus dudas o comparte puntos de vista, rol que consiste en
constituirse en el motivador y guía de los esfuerzos de su alumno de manera tal que este
responda sus propios impulsos bajo un amplio sentido de responsabilidad.
Conduciremos entonces el proceso a partir de la comprensión de una totalidad
constituida por sus partes y no en cuanto las partes aisladas constituyentes del todo.
Idea de totalidad. Síntesis del todo sincrético. Es de esperar que el estudiante se con-
funda en un principio ante su natural falta de visualización-concreción porque aun no
ha sido adiestrado para sintetizar. El primer paso para iniciar el proceso consiste en
que el profesor del taller de proyectos proponga a los estudiantes el caso a resolver
en cuanto proyecto arquitectónico, a la par que seleccione el referente adecuado.
A continuación discutirá con los estudiantes los lineamientos del proyecto a la vez
que les instruye en cuanto a la investigación arquitectónica indispensable como son
la identiicación del problema, el programa de necesidades y todo aquello inherente
a los elementos componentes de la arquitectura, al igual que la plataforma teórica e
ideológica sobre de la cual se genere la idea y expresión del ediicio. Dejamos el aula
una vez deinido el problema de proyecto por resolver y nos dirigirnos al campo con
el propósito de estudiar el escenario asiento del proyecto a la vez que estudiar el o los
referentes adecuados a nuestro propósito. En mí caso y para mis alumnos, y conside-
rando como referente a la arquitectura regional del noreste, nos trasladamos entonces
al lugar que permita estudiar los elementos de la arquitectura bajo tal considerando,
generalmente vamos a villa de García o el poblado de Icamole localizados en un
ambiente semidesértico, arcilloso y adobero. Así que, a observar entonces el ambiente
urbano y natural al igual que los ediicios de adobe con su cubierta plana de terrado
y chimenea para dar lugar al verlos-cuestionarlos-comprenderlos en cuanto referentes
para que ayuden al estudiante a entender la totalidad arquitectónica relacionada con
el sitio y el problema de proyecto que tiene por resolver.
Llegamos a Icamole entre ladridos de perros y remolinos de tierra, al igual que
saludando a la gente del lugar que ya conocemos. Recorremos el poblado y sus
inmediaciones indicando a los estudiantes que generen un inventario de lo que ob-
serven, sea la estructura urbana del pueblo y su única calle, la agrupación de los edi-
icios y su rectilíneo peril, la amplísima plaza desprovista de todo pero que aglutina
al pueblo, las chimeneas, los pórticos y zaguanes, las estrechas ventanas, los mate-
riales de construcción, los patios y traspatios, el ambiente natural y la vegetación, la
topografía y los accidentes cercanos en relación al todo urbano, el arroyo, el cerro
próximo, en tanto que a la par estudiamos los ediicios en lo individual, su forma,

183
ESPACIO URBANO

su agrupación y desarrollo en planta en torno al patio central, el hogar y la chime-


nea, sus materiales y técnicas constructivas, el pórtico de carrizo que rústicamente
se ajardina con las cartulinas y bugambilias en lor, mientras observamos el tránsito
solar conforme discurre el día a la vez que tomamos nota de los vientos dominantes,
las vistas y el lujo de las acequias. Los estudiantes se compenetran de todos estos
aspectos que después habrán de considerar para conigurar su idea de proyecto.
Mucho me simpatizó en una ocasión en que un grupo de alumnas metidísimas en el
estudio del sitio, se dijeron para sí a manera de conclusión que: “vamos a localizar
el ediicio en esta posición para así no estar viendo el pueblucho”.
Después del análisis físico del lugar pasamos a la exploración del ambiente social y
platicamos con la gente del lugar que nos da santo y seña de lo que pasa o de la última
novedad en el pueblo: ”tráigase a sus muchachos profesor, a ver el arroyo, porque orita
va crecido” Y empezamos a entender el asunto en cuanto respuesta total que va más allá
de la mera respuesta formal-espacial-ambiental para ciertas premisas, porque “Hacer ar-
quitectura signiica, antes que nada, organizar el espacio físico para resolver determina-
das funciones socio-biológicas; pero signiica también representar el modo en que esas
funciones se llevan a cabo en un determinado contexto cultural”16). Dejamos entonces
que la exploración de los estudiantes se de en forma espontánea y natural, atendiéndolos
desde luego, que curioseen y conjeturen, “¿cómo se hacen los adobes profe?” “¿cuánto
mide un morillo?” “¿cómo cocinan?”; algunos de ellos se dan cuenta hasta ahora de la
incidencia de la luz solar invernal, y el grupo en general toma conciencia de la topogra-
fía y del orden urbano existente. Ha comenzado a tomar forma nuestro propósito. Los
estudiantes se han sensibilizado observando las cosas desde el doble enfoque de va de
lo práctico-utilitario a lo sincrético-emotivo. Van descubriendo esa doble relación del
todo con sus partes y de las partes en el todo formal- espacial. Ese todo es el asunto por
resolver bajo la forma de propuesta arquitectónica, para lo cual, el estudiante ensayará
incando en la abstracción de la información y en la visualización de la idea. Su idea
de la totalidad arquitectónica. “El estudiante descubre que la arquitectura es la primera
manifestación del hombre que crea su universo, que lo crea a imagen de la naturale-
za, sometiéndose a las leyes de la naturaleza, a las leyes que rigen nuestra naturaleza,
nuestro universo, las leyes de la gravedad, de la estática, de la dinámica se imponen por
reducción al absurdo: sostener o derrumbarse”17).
Y la relexión de los estudiantes continúa. Igual llama su atención la unidad de
estilo y la conformidad del tejido urbano con el contexto físico. Y digo unidad, no
uniformidad, porque los ediicios son diferentes entre sí, no obstante su igualdad iso-
nómica que expresa su propia individualidad dentro de un marco cultural homogé-
neo. El estudiante lo detecta después de caminar y de observar,... “Todas las casas son
iguales arqui”; pero no lo son, habrá que guiarlo para que descubra que son distintas

16
Coppola Pignatelli Paola, Análisis y diseño de los espacios que habitamos, Editorial Concepto, México
1980: 61.
17
Le Corbusier, Hacia una arquitectura, Editorial Poseidón, Barcelona 1978: 56.

184
Antonio Támez Tejeda La arquitectura regional como referencia didáctica para el taller de proyectos de arquitectura

entre sí dentro de un cierto patrón generador de la unidad de estilo18), asunto al que


también habrá que introducirlo para que vaya formando su idea-conclusión al tenor
del binomio cultura-arquitectura. A los estudiantes igual les llama la atención la es-
tereotomía de las estructuras ruinosas que nos muestran su estatuto constructivo así
como su adecuación a la topografía del lugar. Algunos toman apuntes y hacen fotogra-
fías del patio aquel que se refresca con la sombra de los pirules y se adorna con unas
sufridas bugambilias que contrastan con lo reseco de los adobes, o les ha llamado la
atención el cerco vivo de las albardas que han retoñado. Los más pragmáticos hacen
otras preguntas, “..y el agua arqui, ¿cómo le hacen”?; así que a ver los papalotes gi-
rando a todo lo que dan porque hoy hace buen viento. En in, ellos son los que van
descubriendo-concluyendo. En cuanto a los asuntos sociales y funcionales, van y se
involucran con la gente y hacen preguntas,: “¿y si se acaba la leña?” y doña Bucha
desde su fogón responde: “no hijo, en el monte hay mucha, lo difícil es ir por ella con
este sol, pero ni modo, sino qué hacemos”. Y los muchachos comienzan a entender la
misión social del arquitecto. Comienzan a entender también que no todo es cuestión
de resolver plantas, sino entender la convergencia de asuntos aparentemente disímbo-
los pero que, como un sistema de fuerzas concurren inalmente apuntando hacia una
dirección: la de la totalidad arquitectónica, porque nuestro oicio es mucho más que
la capacidad de diseñar.
Broadbent al incar sus tipos de diseño, dice que en el campo de lo vernáculo,
“el diseñador empieza con una igura mental mixta de alguna forma constructiva
familiar”19). Para nuestro caso, pretendemos familiarizar al estudiante con esos ele-
mentos y totalidades ofrecidos de manera sencilla y clara por la arquitectura regio-
nal. Entonces, después de la experiencia y exploración del sitio el estudiante se habrá
iniciado en el camino de su auto-formación incada en la observación y curiosidad
constructivas. Se habrá iniciado en la comprensión del problema dimensionando la
magnitud y cualidades del asunto que tiene por resolver, al igual que en la habili-
dad de visualizar el todo en cuanto síntesis y en el arte de entender la integración
de los elementos de la arquitectura para de lo cual derivar sus respuestas a futuro.
Ahora visualizar ya no será un problema para imaginar totalidades arquitectónicas
independientemente de su propósito y contexto. Está formando el criterio que le
permita concretar objetivamente para llegar a conclusiones que contrastará con sus
amigos del grupo y su profesor-guía de la expedición. Así que ahora, para consolidar
tal propósito y del taller de proyectos, generamos un ronda de exposición colectiva
en la cual los estudiantes exponen lo que han observado, lo que han desprendido y
particularmente la visión que de la totalidad arquitectónica han construido producto
de entender la integración de los elementos de la arquitectura y comprender su mi-
sión. Discuten y debaten el asunto en el marco del ambiente natural ejempliicando

18
Del Moral Enrique, El estilo y la integración plástica, Edición del Seminario de Cultura Mexicana, México
1966: 11.
19
Broadbent, Bunt, Jencks, El lenguaje de la arquitectura, Editorial Limusa, México 1984: 321.

185
ESPACIO URBANO

sus argumentos mediante la referencia que les proveen los ediicios recién visitados.
Al inal del día, los estudiantes se encontrarán en aptitud de comenzar a imaginar sus
ideas por que al in y al cabo su visión del asunto es la de la totalidad arquitectónica.
Han pasado de una situación dudosa a una situación estable, producto a su vez, de
una situación directamente vivida, es decir, la experiencia, en donde la relexión
incluye necesariamente la observación, tomando como referente didáctico a la
arquitectura regional noresteña.
Como sabemos, la arquitectura de la tradición popular se resuelve por vía de
la autoconstrucción de quienes, poniendo en práctica tradiciones y sincretismos,
solucionan sus problemas funcionales del habitar mediante técnicas artesanales y
los materiales del lugar en consonancia y respeto con el contexto físico del lugar.
La arquitectura regional del noreste mexicano además de sobria y de recio carácter,
permite observar su razón de ser a resultas de sus coniguración operativa, técnicas
constructivas y adecuación al lugar y materiales de la región. Arquitectura que res-
ponde a la lógica de lo obvio como dice Bonet Correa20). Tan evidente es la exhi-
bición que hace de sus constituyentes, que por sí misma representa una referencia
didáctica, clara y comprensible para entender los elementos de la arquitectura. Ahí
está la disposición de las piezas próximas al patio que permite asoleamiento y ven-
tilación, además de actuar como proveedor de un microclima producto de sus ar-
bustos y las macetas, a veces un nogal o un naranjo. Ahí esta el fogón o brasero que
ha ahumado techo y paredes a lo alto sin que la gente se ahogue con el humo. Igual
está el techo plano de terrado siguiendo a la estática y resistencia de materiales con
los morillos trabajando a lexo-compresión y los adobes resistiendo y transportando
las cargas al suelo. Igual encontramos al rodapié y los pretiles acompañados por las
bajadas pluviales, cada uno con una función mecánica o útil especíicas actuando
como agentes compositivos de la fachada, a lo cual se agrega el orden y la euritmia
de los vanos de puertas, ventanas y zaguanes en alternancia con los macizos de los
muros. No podemos pasar por alto a los pórticos y corredores distribuidores o como
lugares para pasar la tarde platicando en la sombra. Lo mismo ocurre con la chime-
nea destacando por sobre de la línea de pretiles y que con su penacho de humos
demuestra aquello que identiicamos como integración funcional-estética-construc-
tiva. Una vez observados-estudiados-comprendidos los elementos de la arquitectura
regional, permitirán al estudiante tener un punto de partida para generar nuevas
ideas. Sus ideas. Ideas al margen de la arquitectura regional, que por otra parte le
habrá sido útil en cuanto referente al igual que a su profesor bajo la forma de he-
rramienta didáctica explicativa de los elementos de la arquitectura y de la totalidad
arquitectónica. Así que ahora, a poner en práctica el producto de la exploración en
la concreción de ideas y generación de proyectos.

20
García Mercadal, La casa popular en España, Prólogo de Antonio Bonet Correa, Ed. Gustavo Gil, Barcelona
1981:XVI.

186
Antonio Támez Tejeda La arquitectura regional como referencia didáctica para el taller de proyectos de arquitectura

Iniciamos como ya dijimos, proponiendo al estudiante que resuelva un caso


hipotético bajo ciertas premisas. Proponemos para esta ocasión una casa-taller para
un geólogo-investigador ubicada en Icamole, como también puede ser en Paredón o
en Amargos. El asunto es que el estudiante resolverá el caso mediante materiales y
procedimientos constructivos regionales, sólo que ahora el asunto no será producto
de las necesidades generadoras de la autoconstrucción popular incada en sincre-
tismos locales, sino de un caso cuyas características lo convierten en un problema
especíico que el estudiante tendrá que comprender. Conocer el problema y el sitio,
entender a la gente y su propósito, entender su tiempo y contexto para entonces
comprender al problema. El estudiante investigará qué es y qué hace un geólogo.
Estudiará el sitio y su ambiente. Relexionará acerca de la realidad de su lugar y
su tiempo. Desprenderá conclusiones para incar proposiciones formales. Así que,
como espejo de lo aprendió en su experiencia-exploración en el campo, resolverá
este problema encuadrado en la realidad de su momento y cultura, haciendo concu-
rrir los componentes simultáneamente, porque la arquitectura es un algo indivisible
que se piensa en cuanto un todo integrado, asunto que el estudiante ha compren-
dido e intenta ahora practicar en términos de composición arquitectónica dadas
ciertas premisas que empieza a dominar.
El proyecto inicia en el momento en que el estudiante se ocupa de identiicarlo
y conocerlo, así que de regreso en el taller de proyectos, enunciamos al estudiante
los pormenores que debe conocer acerca del problema para que dé inicio al pro-
ceso de proyecto, comenzando por generar el programa de necesidades y ordenar
la información sobre de la cual desarrollará sus ideas de carácter formal, operativo,
ambiental y constructivo bajo la forma de una totalidad. Para tal propósito, el estu-
diante seleccionará el predio preciso que le satisface o motiva para desarrollar su
idea, sea que disponga de la información que hubiese levantado en su exploración
del lugar, o bien que la suponga precisando sus características físicas, topográicas
y de orientación en concordancia con la realidad observada en su visita al sitio.
Explorará las bondades y limitaciones del predio, auxiliado por su profesor que opi-
nará acerca de las posibilidades y restricciones, más sin interferirle o sugerirle con
carácter imperativo aquello que pudiera o debiera de procurar en ese predio. Igual
el estudiante pormenorizará todo cuanto operativamente practica aquel geólogo en
su trabajo de campo y de gabinete para de lo cual desprender el programa arqui-
tectónico a seguir. Estudiará conjuntamente el análisis del sitio y funcional para
agrupar los componentes del ediicio, a la par que lo relaciona con su estabilidad y
seguridad material incado en las técnicas constructivas locales, a la vez que visua-
liza formalmente ese todo en ciernes desplantado tentativamente en el sitio y sujeto
del medio físico que lo condicionan en términos de organización tridimensional de
los locales, todo aderezado por el impulso natural del estudiante por lograr una idea
original, útil y personal.

187
ESPACIO URBANO

iV.1. producción de los estudiantes

La experiencia en el sitio hizo comprender al estudiante que en el campo de lo prag-


mático, la forma arquitectónica responde a un propósito, unos materiales y cierto
medio físico, encuadrada en su realidad cultural y temporal, es decir, las premisas
de proyecto. Ahora le toca llamar a su propia inventiva para imaginar su respuesta
a la totalidad arquitectónica de acuerdo a las premisas que su caso en el taller de
proyectos supone. Su cometido será visualizar el todo compuesto por los espacios
útiles, el sitio, y la técnica constructiva, conducidos en cuanto totalidad orientada
por su intención-motivación dentro de un proceso simultáneo y ordenado conforme
a las relaciones que guardan entre sí los componentes para su integración en aquel
todo. Planos del sitio, estudio de los vientos y la orientación, cortes topográicos, fo-
tografías del sitio y ediicios próximos, gráicos de todo, cuadros de áreas, cualidades
de los materiales, ideas, peril del geólogo que nos ocupa y de su oicio, bocetos,
relación entre los locales, el mobiliario, volúmenes e intentos de axonométricos
asociados al lugar aún sin tener una planta deinida. Porque partimos de no resolver
únicamente el gráico de una planta de la cual desprender forma y fachadas. El estu-
diante genera bocetos del fogón y la chimenea sin importar que la cocina esté aún
indeinida, igual cuida los puntos focales interiores y el carácter de los ambientes
al interior y exterior, nos ubicamos en ellos percibiendo imaginariamente el estar
ahí, cortes para posicionar cimientos, adobes, morillos y pretiles cuando la planta
aún no cuaja, atiende a la planta todavía imprecisa y considera su relación con los
volúmenes exteriores que genera y éstos respecto al contexto físico del lugar, de
manera que el estudiante va entonces modelando la forma deseada en cuanto a un
todo previamente comprendido y visualizado, no en pedacitos separados sino bajo
la idea de totalidad arquitectónica..
La planta toma forma simultáneamente a la solución constructiva, en tanto que
el estudio de los ambientes interiores y los volúmenes exteriores se conectan con
el ambiente natural y urbano, todo en cuanto proceso de visualización del todo
resuelto de conformidad con el sitio y el peril del geólogo aquel que se ensimisma
y trabaja, solo o acompañado, en este paisaje del semidesierto norteño que penetra
en los límites de Coahuila y Nuevo León. El estudiante elabora un cierto número de
partidos sobre los cuales estudiar y decantar la mejor solución. Partidos visualizados

188
Antonio Támez Tejeda La arquitectura regional como referencia didáctica para el taller de proyectos de arquitectura

bajo la idea del todo, tridimensionalmente, porque en su proceso de observación y


comprensión de referentes en campo se ha adiestrado para visualizar a la vez que
concretar la idea del todo arquitectónico. Sus partidos no serán uniplanares sino
espaciales-formales al dejar de considerar las partes por separado sin más relación
que la funcional. Sus partidos no serán solamente diagramáticos o funcionalistas
sino que ahora consideran simultáneamente a los diversos componentes formales
en la totalidad arquitectónica. Así, el estudiante se habrá iniciando en el espectro
total de su oicio y sus procesos, generando una forma arquitectónica ajena a la for-
ma por sí misma. Habrá comprendido entonces que “....la arquitectura es el juego
sabio, correcto y magníico de los volúmenes reunidos bajo la luz...”21), asunto que
va mucho más allá de su capacidad de diseñar. Veamos ahora los productos que los
estudiantes han generado
Viene la entrega de proyecto. Los estudiantes presentan entonces el compendio
de láminas, modelos y memoria de su proyecto. Presentación que consiste en lo
usual compuesta por la descripción del caso y su programa de necesidades al igual
que premisas de proyecto, planta de análisis del sitio, planta de conjunto e inser-
ción en su contexto inmediato, plantas arquitectónicas mostrando mobiliario, nive-
les y criterio estructural, cortes y elevaciones mostrando los miembros constructivos,
el ambiente interior y exterior, una perspectiva de conjunto y maqueta incluyendo
particiones interiores al igual que las curvas de nivel del terreno. Una presentación
usual. Sin embargo, lo que atrae nuestra atención es la atinada interpretación que el
estudiante ha logrado respecto del caso y sus premisas. Igual atrae nuestra atención
la calidad espacial y formal de su propuesta en términos de ambientes prácticos y
confortables al interior, a la vez que interesantes, estéticos y equilibrados por el exte-
rior e integrados con el medio de su emplazamiento. Problema resuelto mediante las
técnicas constructivas locales. Pero además, y esto es lo más interesante del asunto,
una propuesta de proyecto arquitectónico dotada de una forma y expresión, que si
bien asociamos con los referentes que visitó en su exploración de campo, se percibe
generada por la inventiva y motivación del estudiante ofreciendo un producto racio-
nal de gran unicidad ubicado en el marco de su actualidad asociado a la realidad de
su lugar y tiempo. Incluyo algunos gráicos de tres casos que demuestran lo anterior,
solo tomémonos el tiempo para revisarlos y conirmar su calidad, no obstante perte-
necer a estudiantes del tercer semestre y primer taller de proyectos de arquitectura.
El resultado conforme demuestran los proyectos generados por los estudiantes,
me lleva a reconsiderar a su vez el oicio de profesor de arquitectura. El oicio de en-
señar el arte de proyectar en arquitectura va más allá de enseñar a resolver el cómo
solucionar un problema arquitectónico. Va más allá de la didáctica plana incada
en la idea de emisor-receptor para lograr el proceso de enseñanza-aprendizaje. El
oicio de profesor penetra en el campo de la autogestión, el autoaprendizaje y la

21
Le Corbusier, Hacia una arquitectura, Editorial Poseidón. Barcelona.1978:25.

189
ESPACIO URBANO

realización personal del estudiante, que descubre-comprende-visualiza con la ayu-


da que oriente su tino todavía impreciso, y facilite entonces el auto-descubrimiento
de su propia capacidad para resolver problemas dentro de la realidad que encuadra
su propuesta arquitectónica. Entonces, el profesor de arquitectura promoverá-facilitará-
orientará la autogestión del estudiante en cuanto motivo personal que Villagrán resume
en tres momentos sucesivos a saber: “El primero, la vivencia artística que impresiona al
artista afectivamente ante una situación determinada; el segundo, la incitación expresi-
va, o exigencia que surge de expresar su vivencia y el tercero, de la necesidad de dar for-
ma de arte perdurable a su expresión”22). En síntesis: vivencia, expresión y constitución
de la forma, que, sensible y racionalmente para el cometido de ciertas premisas habrá
surgido del estudiante, de su idea y su visualización de aquella totalidad por resolver.
Entonces, el profesor de arquitectura del primer taller de proyectos, abandonará la me-
cánica tradicional de enseñar el qué y el cómo especíicos para resolver el caso como si
se tratara de la manera en que él hubiera resuelto el asunto para sí mismo, para entonces
dar lugar a un proceso de facilitación para que el estudiante lo explore y lo resuelva en
cuanto motivo personal que nos explica Villagrán.

iV.2. autogestión del estudiante

En términos de direccionar la conducta a seguir como profesor del taller de


proyectos, propongo entonces seguir, dentro de ciertos límites, la idea de aquella
melodía Let it be, de los Beatles, “déjalo ser”. Dejar que el estudiante encause su
motivo personal dentro de las premisas del problema guiado por su profesor-facili-
tador que promueve su capacidad propositiva e inventiva, a la par que estimula y
refuerza el nivel de comprensión y desarrollo de su alumno, apartándolo a su vez
de la eventual propensión del estudiante a conducirse voluntariosamente, ajeno a la

22
Villagran García José, Teoría de la Arquitectura, Edición INBA-SEP, México 1986: 134.

190
Antonio Támez Tejeda La arquitectura regional como referencia didáctica para el taller de proyectos de arquitectura

razón y premisas del proyecto. Considero entonces que aplicar el método tutorial23)
resulta adecuado a las circunstancias del taller de proyectos, en donde la principal
preocupación del profesor consistirá en cuidar que las propuestas del estudiante
correspondan a la realidad del proyecto en cuanto premisas del todo arquitectónico
por resolver, y que al atenderlas concurran bajo la forma de componentes de aquella
totalidad visualizada previamente. La relación estudiante-profesor será entonces más
estrecha y colaboradora, será la relación de aprendiz-maestro fundada en el mutuo
hacer y en la mutua participación para visualizar-resolver problemas en un proceso
total que considera y maneja simultáneamente a los “elementos de la arquitectura”
generadores de forma arquitectónica.
Resumiendo, podemos observar que la didáctica del taller de proyectos con-
forme propuse inicialmente, se sustenta en la idea de que el estudiante observe-
cuestione-proponga apoyado en el referente adecuado, porque al igual que no so-
mos conscientes de cada letra que forma una palabra, sino que percibimos la idea
completa que ésta expresa, no nos damos cuenta de qué es lo que percibimos, sino
del concepto que se crea en nuestra mente cuando lo percibimos. Cuando no hemos
sido adiestrados requerimos el apoyo que un referente representa. Eso es un árbol,
eso es una casa. El proceso que practicamos consistió primeramente en dominar
el problema y su cometido consistente en generar una casa para un geólogo inves-
tigador para de lo cual generar su programa arquitectónico. En seguida pasamos
a la experiencia para observar el medio y el referente que los ediicios regionales
representan y visualizar así la idea del problema por resolver. Explorar-experimen-
tar para cuestionar-responder, a resultas de la observación-relexión que condujo a
la abstracción-síntesis-concreción de la idea de arquitectura para la casa de aquel
geólogo investigador a construirse con los materiales del lugar. Visualizamos preli-
minarmente la totalidad arquitectónica del aquel ediicio producto de estudiar el
referente adecuado, a la vez que dominar el programa arquitectónico y ubicarlo en
el sitio en donde los materiales del lugar regirán su coniguración material, a excep-
ción de la innovación derivada del motivo que anima al estudiante, su incitación o
exigencia que surge de expresar su vivencia. Quizás aún antes del primer trazo, el
problema ha sido resuelto en el plano de nuestra mente en cuanto idea de la totali-
dad arquitectónica incluyendo su posición, forma y expresión. El asunto consistirá
ahora en estudiarlo mediante trazos que conirmen gráicamente aquella idea, y
resolverlo al conjugar las plantas con apuntes de volumen de conformidad con el
programa y visión de aquella totalidad, para de ahí pasar a la solución de los asuntos
funcionales, constructivos y adecuación al sitio, conforme visualizamos en la idea
preliminar de origen

23
Highet Gilberb, El arte de enseñar, Ediciones Paidos, Barcelona 1982: 110.

191
ESPACIO URBANO

Trazos que conirman la idea

V. conclusiones

El caso para el taller de proyectos conforme describí, fue resuelto de acuerdo a la di-
dáctica que propuse abordando un problema adecuado al primer taller de proyectos
de arquitectura. Un problema sencillo más sin embargo complicado para quién no ha
sido adiestrado en la comprensión de totalidades arquitectónicas y su visualización
bajo el manejo simultáneo de los elementos de la arquitectura, a lo cual se añade el
problema que representa la composición de los volúmenes que conforman al todo.
Logrado tal propósito, el estudiante se encontrará en aptitud de continuar por ese ca-
mino o método para enfrentar problemas de mayor complejidad, por que aquello que
aprendió al solucionar la casa del geólogo aquel, fue un asunto de metodología de
proyecto, aplicable por igual a cualquier proyecto que se le presente habida cuenta de
las diferencias que la magnitud y complejidad representan. Aprendió a pasar de un es-
tado o una situación en la que se experimenta oscuridad, duda o, a una situación cla-
ra, estable y armoniosa, producto de identiicar y observar al problema en su contexto,
observación que necesariamente lo conduce a relexionar acerca de su naturaleza y
posibles vías de solución, toda vez que lo contrastó respecto del referente adecuado.
El estudiante encontró el camino. Ahora, generar ideas para resolver la totalidad
arquitectónica para otros proyectos no será problema, porque aprendió a dominar la
integración de los elementos de la arquitectura bajo la forma de una totalidad que le es
posible visualizar a partir de la comprensión del todo por resolver. Como mencioné, se
trata de un asunto metodología de proyecto y a este asunto quería llegar inalmente. En la
actualidad es tal el número de tipos de ediicios al igual que variada su complejidad, que
es imposible abordarlos en el taller de proyectos para su solución. Por lo menos de no-
venta a cien tipos distribuidos en quince géneros de ediicio. Sin embargo, generalmente
en el taller de proyectos se aborda el caso por resolver ajeno a tal universo de casos
posibles, centrando la atención del alumno en el caso que resuelve y no precisamente

192
Antonio Támez Tejeda La arquitectura regional como referencia didáctica para el taller de proyectos de arquitectura

bajo el proceder de solucionar totalidades arquitectónicas, sino en pedacitos, primero la


planta, ya después se desprenderá lo demás. Aprende a solucionar una casa, un ediicio
de oicinas, o un supermercado siguiendo directrices para ese caso, atendiendo casi
exclusivamente los asuntos funcionales centrados en la planta del ediicio, más no en
términos de una totalidad siguiendo una declarada metodología de proyecto. Me parece
entonces que la atención del taller de proyectos habrá que centrarla primeramente en
la metodología de proyecto más que en resolver tal o cual caso aislado, de suerte que
aprenda el proceso a seguir indistintamente del caso por resolver, además de ejercitarse
exclusivamente en la comprensión y creación de totalidades arquitectónicas24) que con-
jugan los elementos de la arquitectura, incluidos aquellos ediicios de gran magnitud y
complejidad operativa, técnica y de adecuación al sitio y su ambiente, bajo un cierto
orden en el desarrollo de proyecto bajo un proceder metodológico.

La totalidad arquitectónica

Cualquier disciplina de gabinete o de campo que se practique sin método alguno,


acabará por ser una práctica penosa y quizás en un tiempo excesivo, amén de yerros
constantes. El estudiar mismo implica una metodología a seguir, porque primeramente
hacemos conciente la necesidad de estudio y la determinación de iniciarlo, para en
seguida centrar nuestra atención en lo que se lee, observe o se desarrolle para efecto
de su estudio, asunto que requiere voluntad y disciplina además del declarado interés
por comprender aquello que se estudia, concientes del beneicio que nos reportará.
Debo añadir que la metodología sin aplicación sale sobrando, pero nada que se em-
prenda ajeno a una cierta metodología logrará sus expectativas en forma económica
y ordenada. Igual, la enseñanza del taller de proyectos implica orden y disciplina que
excede a la teoría de la enseñanza, retórica y horizontal, sustituyéndola con creces

24
Norberg-Schulz Christian, Intenciones en arquitectura, Editorial Gustavo Gili, Barcelona. 1998: 142.

193
ESPACIO URBANO

mediante el simple dialogo entre el que sabe y el que quiere aprender en torno a un
problema, cuya visualización se facilita mediante el estudio del referente adecuado.
El taller de proyectos implica apego a la realidad, porque eventualmente “también las
universidades producen tecnócratas de pizarrón, que tienen ideas muy teóricas sobre
como funciona la realidad”25), y si algo se espera de un arquitecto es que sea realista
en sus propuestas en términos de formación cultural de su profesión. Como mencioné
inicialmente, la arquitectura regional del noreste me ha resultado ser una eicaz herra-
mienta didáctica, en cuanto referente para los estudiantes al conjugar los elementos de
la arquitectura y visualizar sus ideas bajo la forma de totalidad arquitectónica, partien-
do de que es el alumno quién esta generando su propuesta de proyecto y su profesor
es la guía orientadora, como si de aprendiz-maestro se tratara.

V.1. epílogo para el estudiante de arquitectura


Aprender y superarse es un asunto personal. Cuando la disciplina que se aprende rebasa
a nuestro espíritu de autoformación, requeriremos de la facultad de arquitectura y sus
profesores, pero el asunto sigue siendo personal. Depende de la voluntad y empeño
del estudiante por aprender aquello que le motiva. Para tal propósito, “Mira dentro de
ti mismo -es decir, en tu propia mente- y descubrirás el logos, que es la verdad y es
común a todas las cosas”26), en tu caso, la verdad de lo que es ser arquitecto, asunto que
implica estudio y esfuerzo, porque “No serás eicaz si no tomas el trabajo de aprender tu
tarea”27). A su vez, el conocimiento y dominio de una disciplina difícilmente será inito
una vez terminados los estudios superiores. Por el contrario, lo cierto es que al obtener
su título de Arquitecto, las cosas apenas si comienzan en el plano del adiestramiento
profesional, de no haber existido práctica previa. La realidad les enseñará o aclarará en
su caso, un sinfín de dudas una vez que entren en contacto con la práctica profesional,
por lo cual no dudo en recomendarles que en cuanto se sientan capacitados y sin des-
cuidar sus estudios, se coloquen en algún despacho de arquitectos, ingenieros o empresa
constructora, con el in de comenzar a entrar en esa realidad en donde aquello que
mayormente se les va a demandar es la habilidad para identiicar y resolver oportuna
y acertadamente los problemas inherentes a su disciplina bajo determinadas premisas.
Descubrirán la importancia que tiene la disposición, el espíritu de iniciativa, la
capacidad de comunicación y la urbanidad en sus relaciones de trabajo. Igualmente,
la realidad demuestra que quién se actualiza, mayores posibilidades tiene de prospe-
rar en su práctica profesional, por lo mismo les recomiendo se inscriban en aquellos
cursos o participen en aquellos foros que reporten un valor agregado a su formación
profesional. Asistan a congresos, diplomados y seminarios, igual no están por demás
los estudios de postgrado siempre y cuando les reporten una preparación suplementa-

25
Zaid Gabriel, Hechos a mano, Periódico El Norte, Noviembre 27 de 2011, 1a sección, p/9.
26
Guthrie William K. Los ilósofos griegos, Fondo de Cultura Económica, México. 1995: 54.
27
Ibid 16.

194
Antonio Támez Tejeda La arquitectura regional como referencia didáctica para el taller de proyectos de arquitectura

ria que mejore su desempeño profesional. Finalmente, mantengan irme su determina-


ción para desarrollar sus cometidos y proyectos dentro del ámbito de la ética, la moral
y seriedad profesional, practicantes de una conducta aderezada por la simpatía y el
buen humor que incrementará su capacidad de conectarse y mantener las relaciones
en su contexto social y en el mundo de los proyectos. Disfruten el servir a Dios y sus
semejantes a través de su cotidiana labor. Verán como tal determinación y obrar los
conducirá por el camino del éxito en la práctica de su realidad profesional. Más sin
embargo, como mencioné, aprender y superarse es un asunto personal.

V.2. epílogo para el profesor del taller de proyectos


Así como el asunto de aprender y superarse es un asunto personal para el estudiante,
igual es un asunto personal la práctica docente al servicio del estudiante. Practica
en donde el profesor, para nuestro caso del taller de proyectos, viene a ser el actor
principal para lograr el cometido académico de formar futuros arquitectos. Actor en
el que necesariamente concurrirán dos cualidades que redundarán en el progreso
de su alumno. La primera es su dominio de la arquitectura, tanto en su práctica y
desempeño en el medio de los proyectos como en términos de crítico o consultor en
base a una plataforma intelectual que lo faculta. La segunda consiste en generar una
efectiva relación de aprendiz-maestro con sus alumnos, provocando en ellos el afán
por descubrir y resolver el problema que se les presente bajo el equilibrado proceder
que conjuga a la razón con cierta dosis de emoción e intuición, a la vez que permitir
al estudiante el generar su idea libre de ataduras como no sea su motivación debida-
mente fundamentada. Ataduras entre las que no es remoto encontrar los prejuicios
o preferencias personales del profesor, que limitan la motivación del estudiante en
cuanto a los caminos e ideas para resolver el problema de proyecto. Cualidades que
de practicarse, permitirán lograr aquellos resultados que deseamos en la mayoría de
nuestros alumnos, y no solo en aquellos cuyo talento personal los lleva a destacar
como estudiantes en la facultad al igual que en su futura práctica profesional.
Pero lo anterior supone un estudiante que al ingresar a la facultad cuenta con
una sólida preparación para entrar al campo de los estudios superiores. Sin embargo,
esto no ocurre del todo, lo cual representa un problema para el profesor, cuando se
percata de ello. Pidan a sus alumnos del primer semestre que determinen la superi-
cie de un isósceles conociendo la longitud de sus lados, y verán que ni el cinco por
ciento lo resuelve. De lógica mejor ni preguntarles. Lo grave es que pareciera que el
estudiante no se da cuenta de ello o no hace el intento por superarse, y comienzan
a reaccionar hasta el tercer o cuarto semestre de sus estudios en la facultad, o más
tarde aún. En adición a lo anterior, y desde un punto de vista asociado con la me-
todología del taller de proyectos, pareciera que otro asunto nos ha desbordado en
el seno de escuelas y facultades de arquitectura. Suele ocurrir, que además de una
enseñaza fragmentaria, en pedacitos separados como dice Morin, los dichos peda-
citos permanecen sin relación unos con otros, particularmente en lo que se reiere
a teoría e historia de la arquitectura considerándolos además como bichos inútiles

195
ESPACIO URBANO

en el conocer del arquitecto. Igual agrego que eventualmente y sin generalizar, las
asignaturas de estructuras, de construcción o instalaciones remotamente se relejan
en los casos que se atienden en el taller de proyectos. Por otra parte y en aras de
remediar la necesidad de especialización en determinados campos del conocimien-
to coincidentes en una misma disciplina, se termina por dispersar inalmente la tal
disciplina en parcialidades que por sí mismas pertenecen a un solo cuerpo del saber,
en nuestro caso la arquitectura y el taller de proyectos, y es así que encontramos
currículos dirigidos a formar arquitectos orientados supuestamente al diseño, o bien
a la administración, o la construcción, agravando de esa suerte la visión de lo que
por sí misma es la arquitectura en cuanto integradora de la irmeza, la utilidad y la
belleza en términos de misión y practica profesional.
Asunto que amerita atención, porque podemos resbalar y terminar entonces forman-
do solamente administradores, organizadores de espacios, o bien supervisores de obra, y
quizás sean buenos administradores, organizadores o supervisores, pero no arquitectos,
y menos para quienes el motivo de Palladio o el menos es mas son asuntos lejanos o
ajenos a su entender de arquitectura. Entonces, el taller de proyectos de arquitectura,
además de centro del aprendizaje del estudiante en materia de proyectos y consolidar
los asuntos tributarios del mismo como son la utilidad y la irmeza de los ediicios en su
contexto, igual integra aquellas otras asignaturas como son la teoría y la historia del arte
y la cultura en cuanto plataforma ideológica e intelectual sobre de la cual el estudiante
inque su idea de arquitectura. Como ya mencioné, en el profesor del taller de proyectos
concurre el caudal de conocimientos que inalmente habrá de generar en el estudiante
una actitud crítica, relexiva e innovadora acorde a su contexto y tiempo para generar su
proyecto arquitectónico. Termino entonces con el decir de Vittorio Gregotti, citado por
Oriol Bohigas, quien airma que: es en la unión entre ideología y lenguaje dentro de la
obra…donde reside nuestro poder de acción en tanto que arquitectos y nuestra posibili-
dad de transformar el mundo que nos envuelve28).

Vi. referencias bibliográicas

Arquitectura vernácula mexicana del Noreste”, AntonioTámez Tejeda, FArq Universidad Autó-
noma de Nuevo León, Monterrey, México, 1993
Cultura y contexto, Antonio Támez Tejeda, FArq Universidad Autónoma de Nuevo León, Mon-
terrey, México, 2006
La arquitectura del centro de Monterrey en relación al crecimiento metropolitano, Antonio
Támez Tejeda en “Análisis Espacial y Políticas Públicas en Estudios de casos seleccio-
nados”, Edit. Eduardo Souza González., Universidad Autónoma de Nuevo León, 1a.
edición, Monterrey, México, 2010

28
Bohigas Oriol, Contra una arquitectura adjetivada,Ed. Seix Barral, Barcelona. 1969: 62.

196
SECCIÓN
reconsTruccion y reconFiGuracion
TerriToriaL
resiliencia urbana: los desaios de reconstruir el borde costero
urban resilience: the clallenges to rebuild the coastal

Sergio Baeriswyl Rada1

RESUMEN
El presente artículo sintetiza la experiencia de reconstrucción urbana de las localidades
del borde costero de la zona centro sur de Chile, que fueran afectadas por el terremoto
y tsunami del 27 de febrero de 2010. El enfoque principal de este artículo estriba en el
concepto de resiliencia urbana, como una herramienta central para la reorganización
de las ciudades, emplazadas en áreas de riesgo y posibles de ser afectadas por la
amenaza de futuros tsunamis. Si bien se trata de un proceso de reconstrucción urbana
que nos muestra una experiencia límite, que pudiera llevar a pensar a muchos, que se
trata de una situación excepcional, debemos tener presente que, difícilmente alguna
ciudad del planeta, pueda ser invulnerable a los efectos devastadores de catástrofes
naturales. Esta incómoda realidad es una prueba a la responsabilidad de los urbanistas,
a las políticas públicas y especialmente para los gobiernos de las ciudades, quienes de-
ben responder antes estos desafíos y asumir los cambios necesarios para asegurar una
mayor resiliencia de las ciudades. En este artículo subyace la voluntad de profundizar
en el concepto de resiliencia urbana, como un tema basal de la planiicación y diseño
de las ciudades, donde la seguridad de sus habitantes y la capacidad de sobreponerse
a los desastres naturales, está en el centro de la discusión.

PALABRAS CLAVES: Desastre natural, proceso de reconstrucción, borde costero, resiliencia..

ABSTRACT
This paper is focused on the process of reconstruction on the coastline of the central-
south area in Chile, that was wiped out by the tsunami and earthquake of 27th February
2011. It particularly calls attention on the concept of urban resilience as a key tool for
re-organizing the cities that were devastated and still are under risk of tsunami. This
inconvenient reality proves that the process of reconstruction is a limitated experience,
that could call attention on the exceptional event, however, it is necessary to say that
nearly non city is invulnerable to natural disasters. This situation takes into a higher step
the responsibility of urban planners, public policies and specially local governments,
that all together must assume the challenges to secure inhabitants and promote urban
resilience. This is a key factor for planning and urban design, where life safety is a key
issue to develop better strategies to deal with natural disaster in the future.

KEYWORDS: Natural disaster, reconstruction process, coastline, resilience.

1
Arquitecto, Dr. en Urbanismo. Coordinador Plan de Reconstrucción Urbana del Borde Costero. Región del Bio
Bio; sbaeriswyl@ubiobio.cl

199
RECONSTRUCCION Y RECONFIGURACION TERRITORIAL

i. introducción

La planiicación urbana ha sido siempre un ejercicio muy complejo, incluso cuando se


ejerce en las mejores condiciones sociales, políticas y económicas de una ciudad. Sin
duda este ejercicio resulta mucho más complejo todavía cuando se desarrolla en con-
diciones extremas, como las producidas por emergencias o catástrofes naturales como
el terremoto y tsunami que afectó el 27 de febrero de 2010, las ciudades costeras en
la zona centro sur de Chile. En efecto, lo ocurrido en estas ciudades marca un antes
y un después en la historia de la planiicación urbana de Chile, y es una experiencia
sin precedentes que revela grandes falencias y desafíos de nuestras ciudades frente a
los fenómenos naturales adversos. En este contexto existe una discusión profusa sobre
las causas que pueden explicar el aumento en la ocurrencia de estos fenómenos en las
últimas décadas y que afectan especialmente a las ciudades. Sin necesidad de asumir
un compromiso con alguna de las hipótesis que explicarían estos fenómenos, es un
hecho indiscutible que el proceso creciente de concentración de la población en las
ciudades, está aumentando signiicativamente su vulnerabilidad y la de sus habitantes.
En efecto, desde hace bastante tiempo que los procesos acelerados de crecimiento
urbano están transformando los territorios y el equilibrio de los ecosistemas. Pareciera
ser que en muchos casos, se está sobrepasando la tolerancia de los sistemas naturales,
para adaptarse a la enorme energía transformadora de las ciudades. Esto queda en
evidencia en las cifras creciente de población que ocupa áreas urbanas susceptibles
de ser afectadas por riesgos naturales y el aumento en la magnitud de los daños, que
eventos catastróicos recientes han demostrado. Como veremos en este artículo, en
el caso de las ciudades del borde costero afectadas por el tsunami del año 2010, esta
problemática es el principal desafío para la planiicación urbana y su futuro desarrollo
.

ii. antecedentes del terremoto y tsunami de 2010 en chile

Chile es un país con una larga historia de devastadores sismos. Por cierto, el sismo más
grande registrado en la historia de la humanidad, con una magnitud de 9,5 Mw2, ocurrió
el 22 de mayo de 1960 en la ciudad chilena de Valdivia, emplazada a 334 km al sur de la
ciudad de Concepción, donde el 27 de febrero de 2010 a las 3:34 hrs de la madrugada
se produjo un sismo de magnitud 8,8 Mw, afectando una extensión de 800 km del país.
Este sistema dejó 222.000 mil viviendas destruidas3, más de 250.000 mil con daños se-
veros, a más de 2 millones de damniicados, 1.500 puntos e conectividad interrumpidos
y 525 personas fallecidas. Las pérdidas económicas derivadas de esta catástrofe, fueron

2
Richter
3
Número total de nuevas viviendas a reconstruir según información Oicial del Ministerio de la Vivienda y Urba-
nismo: www.minvu.cl

200
Sergio Baeriswyl Rada Resiliencia urbana: los desaios de reconstruir el borde costero

oicialmente estimadas en 30.000 millones de dólares, y registró ser el sexto sismo más
grande en la historia de la humanidad.
La región más afectada por el devastador sismo fue la región del Bio Bio, en particu-
lar porque gran parte de la población regional se concentra en las ciudades costeras, las
cuales luego de sobrellevar el devastador sismo, enfrentaron los efectos de un tsunami,
con daños sin precedentes en algunas ciudades. En 18 localidades se registraron daños
de diversa magnitud, más de 11.600 ediicaciones destruidas, y puso en riesgo la vida
de más de 270 mil personas que habitaban en las áreas afectadas. Las pérdidas afec-
taron todo el espectro funcional de las ciudades, con la destrucción de más de 1.500
establecimientos comerciales, 570 instalaciones productivas, 5 centros de salud, 72
equipamientos públicos y gran parte de la infraestructura urbana destinada a las comu-
nicaciones y el transporte, interrumpiendo puentes, carreteras, pasos sobre nivel, puertos
y ramales ferroviarios. Pero sin duda, el saldo más desgarrador fue la angustia e incer-
tidumbre de miles de personas que, junto con perderlo todo, debieron sumarse a un
proceso muy complejo de reconstrucción de sus vidas y también de sus ciudades.

(1) Localidades afectas por el terremoto y tsunami de 2010, Región del Bio Bio Chile. Fuente:
Elaboración propia

iii. catástrofes naturales y planiicación urbana

El terremoto y posterior tsunami del 27 de febrero de 2010 en Chile no destruyó sólo


inmuebles e infraestructura, ante todo destruyó ciudades, es decir, ese complejo sistema
social, económico y funcional en que vivían miles de las personas que fueron afectadas.
Este evento, como pocos ocurridos en el pasado, parece haber dejado en absoluta evi-
dencia la vulnerabilidad de las ciudades costeras y, en consecuencia también, el inelu-

201
RECONSTRUCCION Y RECONFIGURACION TERRITORIAL

dible rol del Estado en la planiicación urbana especialmente de las zonas con amenaza
de riesgos naturales, las cuales suelen ser ocupadas por la informalidad urbana, agravan-
do el estado de vulnerabilidad de sus habitantes. La experiencia de esta catástrofe obligó
a los planiicadores a discutir sobre la forma responsable de reconstruir y encontrar solu-
ciones para habitar zonas vulnerables. Esto implicó en una primera instancia, responder
asertivamente la necesidad de reconstruir, pero en una segunda instancia, hacerse cargo
de una realidad histórica e incomprensiblemente disociada, entre el desarrollo urbano y
los riesgos naturales del territorio, conlicto que está presente en la mayoría de las ciuda-
des costeras, no sólo de Chile, también en todo el litoral pacíico.

(2a) Localidad de Dichato antes del terremoto ytsunami de año 2010. Fuente: PRBC18

(2b) Localidad de Dichato después del terremoto y tsunami del año 2010. Fuente: PRBC18

202
Sergio Baeriswyl Rada Resiliencia urbana: los desaios de reconstruir el borde costero

En esta discusión participaron profesionales de la planiicación urbana, políti-


cos y autoridades en general, quienes reaccionaron de diversas maneras. Muchos
de ellos airmaron la necesidad de impulsar un proceso de relocalización masiva de
la población en todas las ciudades costeras, sin importar los costos que esta deci-
sión representara y, en un primer momento, recibieron el apoyo de gran parte de la
comunidad. Es evidente que esta temprana reacción no estaba considerando, entre
otras cosas, la estrecha dependencia de la economía local con el litoral. En efecto,
gran parte de la dinámica económica de la región del Bio Bio está apalancada por las
instalaciones costeras, entre muchas otras: la industria pesquera, el turismo, la logís-
tica portuaria y casi todas las actividades de apoyo a la cadena productiva regional,
que a lo largo de muchos años han forjado una fuerte cultura residencial del litoral.
Con todo lo anterior, no sería viable emprender esta erradicación urbana, sin destruir
más de los que se desea construir y, de paso, asumir altos costos sociales, políticos y
económicos que probablemente ningún país esté en condiciones de resistir.
Si observamos la historia de las ciudades chilenas afectadas por catástrofes de si-
milar magnitud, constatamos que la inercia de la cultura litoral es tan o más fuerte que
las determinaciones gubernamentales. Un caso interesante es la ciudad de Penco,
fundada por la colonia española en 1550 a 13 kilómetros al norte de la actual ciudad
de Concepción. Este fue en su momento un importante enclave colonial que el año
1751 fue destruido por un terremoto y tsunami. La devastación de esta catástrofe fue
de tal magnitud, que las autoridades de la época decretaron oicialmente su traslado,
el cual se hizo efectivos en un valle más protegido de nombre La Mocha, donde ac-
tualmente se encuentra emplazada la ciudad de Concepción. Aun cuando el decreto
de traslado incluyó expresamente la prohibición de todo tipo de ocupación del anti-
guo sitio de Penco, no pasó mucho tiempo para que esta localidad fuera nuevamente
repoblada y en el transcurso de los años se transformara en una ciudad, que hoy cuen-
ta con más de 45.000 habitantes. Es natural preguntarse ¿qué habrá sucedido, para
que una catástrofe tan grande como la ocurrida en 1751 y una prohibición expresa de
ocupación de las autoridades de la época, no fueran suicientes para evitar que este
sitio volviera a transformarse en ciudad con el transcurso de los años? Sin duda este
hecho no es un caso aislado, tampoco una singularidad de la ciudad de Penco. Existen
numerosos casos en la historia urbana de la civilización que han reproducido este
mismo patrón de comportamiento, llevándonos a la convicción que la cultura urbana
de habitar los territorios será siempre más persistente que su adversidad.

iV. La resiliencia urbana

La catástrofe de 2010 en Chile emplazó a los planiicadores urbanos a discutir sobre


la forma de reconstruir ciudades, asumiendo que las condiciones de riesgo del sitio
urbano persistirían. Como se ha señalado anteriormente, la necesidad de reconstruir
en zonas de riesgo no resulta una opción, sino más bien, la única forma de conciliar

203
RECONSTRUCCION Y RECONFIGURACION TERRITORIAL

la dependencia de las economías locales con el territorio, sumado a una voluntad


persistente de las comunidad por habitar las zonas costeras, aun cuando para ello
deban asumir un alto riesgo. Este contexto conlleva a internalizar en el diseño de
la ciudad el concepto de resiliencia4, que no es otra cosa que mejorar la capacidad
de una estructura urbana para recuperarse, luego de una perturbación, como en
este caso la de un terremoto y tsunami. En efecto, asumiendo que el riesgo cero no
existirá jamás, es absolutamente razonable internalizar la ocurrencia de éste, pero
estableciendo medidas que permitan atenuar su impacto en la estructura urbana,
mejorando la capacidad de recuperación posterior al siniestro.
Esto que llamamos resiliencia urbana parece ser una respuesta mucho más cohe-
rente con las formas y la cultura de habitar el territorio. Ella permite impulsar procesos
de transformación progresivos, de más bajo impacto social y económico y a escala de
las diferentes realidades locales. En el caso de la experiencia de reconstrucción del
borde costero en Chile, este concepto se expresó en el diseño de planes y medidas
conducentes a recuperar la habitabilidad de las ciudades, pero también a mejorar las
condiciones para sobrellevar los efectos de futuros eventos catastróicos y por sobre
todo ayudando a una recuperación temprana. Dicho de otro modo, ante la imposibi-
lidad de eliminar el riesgo del sitio urbano, se intenta por medio de medidas estructu-
rales y no estructurales5, minimizar los efectos destructivos sobre la ciudad, pero ante
todo mejorar la capacidad de recuperación y protección de las vidas humanas.
Es preciso señalar que con posterioridad a la catástrofe de 2010, ciudades como
Talcahuano, con un protagonismo signiicativo en la economía regional por su rol
portuario y logístico, presentó un nivel de daños sin precedentes, producto de la
inundación del tsunami. El impacto de este evento fue de tal magnitud, que dejó
a la ciudad sin posibilidades de funcionar con normalidad, hasta pasado 10 me-
ses de ocurrida la catástrofe. Los costos sociales, económicos y humanos detrás de
éste episodio fueron tan o más altos que las pérdidas materiales provocadas por el
siniestro, y sustentan la tesis de focalizar los esfuerzos en diseñar ciudades con ca-
pacidad de respuesta y recuperación temprana posdesatre. En este contexto resulta
pertinente hacer referencia a muchas ciudades emplazadas en la ribera del río Rin
en Alemania, las cuales año a año son objeto de inundaciones que afectan grandes
extensiones urbanas, pero han aprendido a convivir con este riesgo adaptándose
para minimizar los impactos y facilitar la recuperación temprana. Casos como éstos
encontramos muchos y son una validación del concepto de resiliencia urbana.

4
Existen muchas deiniciones de resiliencia urbana, se sugiere la realizada por WALKER, B.H. y L. PEARSON. 2007.
A resilience perspective of the SEEA. Ecological Economics
5
Medidas estructurales: Corresponde a la infraestructura tangible de la ciudad dispuesta para atenuar o evitar los
efectos de un evento catastróico.
Medidas no estructurales: Corresponde a las medidas enfocadas a mejorar la capacidad de respuesta de la comunidad
frente a un evento catastróico.

204
Sergio Baeriswyl Rada Resiliencia urbana: los desaios de reconstruir el borde costero

V. planes Maestros para la resiliencia

Para lograr respuestas tempranas al problema de reorganización de las ciudades lue-


go del devastador tsunami de 2010, se diseñaron planes maestros para cada una
de las 18 localidades afectadas. La necesidad de contar con diagnósticos en cada
localidad, fue posible gracias a la participación voluntaria de 5 facultades de arqui-
tectura, quienes con sus estudiantes y profesores llevaron esta tarea con mucho pro-
fesionalimo. Estos diagnósticos fueron validados con la aplicación de encuestas a la
comunidad y la realización de taller comunitarios, todo lo cual permitió reconstruir
la realidad urbana posdesastre de cada localidad y deinir los lineamientos y priori-
dades de los planes de reconstrucción. Los planes se transformaron en herramientas
sencillas, claras y de rápida elaboración. Si bien ellos no tienen valides legal en
Chile, constituyeron la principal plataforma de trabajo para identiicar los objetivos
de intervención en cada ciudad y los proyectos de reconstrucción prioritarios. En el
contexto se identiicaron 240 proyectos estratégicos de reconstrucción para las 18
localidades afectadas, que en lo medular dieron forma a los planes maestros. Estos
planes fueron fundamentales para disponer oportunamente de una herramienta que
ordenó las intervenciones y los diferentes actores e instituciones involucradas en el
proceso de reconstrucción. Este no es un objetivo menor, la experiencia nos ha en-
señado que uno de los principales problemas para atender una situación de catástro-
fe urbana y su reconstrucción, no es la falta de recursos económicos o técnicos, sino
el exceso de actores que simultáneamente intentan resolver un mismo problema.
Esta realidad obliga a contar con instrumentos capaces de hacer gravitar a todos los
actores sobre un mismo objetivo.

Vi. Medidas estructurales de resiliencia

Pero el principal desafío de los planes maestros fue articular la incorporación de


medidas de mitigación que permitieran atenuar los efectos destructivos de futuros
tsunamis, asumiendo que esta amenaza estará siempre presente en las costas chi-
lenas por su tectónica de placas. Como se ha dicho anteriormente, el objetivo de
estas medidas de mitigación no ha sido eliminar el riesgo, sino atenuar los efectos
que estos eventos pueden producir sobre las ciudades y mejorar de este modo su
resiliencia.
Las medidas estructurales de mitigación para tsunamis corresponden habitual-
mente a la construcción de muros, lomajes y bosques de protección, emplazados a
lo largo del frente costero y que constituye la primera línea de impacto frente a un
posible maremoto. Estas medidas han mostrado lograr importantes atenuaciones
hidrodinámicas en eventos resientes como el tsunami de de Sendai en Japón el 11
de marzo de 2011. No obstante estas medidas no buscan eliminar el riesgo, su
único objetivo es lograr atenuar las velocidades devastadoras de desplazamiento

205
RECONSTRUCCION Y RECONFIGURACION TERRITORIAL

de un tsunami por debajo de 2m/seg y reducir su columna de agua6 a menos de 2


m, estándares que se consideran internacionalmente aceptados para la resiliencia
de las estructuras urbanas.
Para deinir el diseño de la mejor solución de mitigación en cada una de las lo-
calidades afectadas, se emplearon diversos criterios, entre otros, la disponibilidad de
espacio para desarrollar algún tipo de medida estructural de protección, la efectividad
de la medida y su factibilidad técnica, social y económica. Pero sin duda alguna, el
principal criterio lo constituyó la efectividad de cada solución para atenuar los impactos
adversos sobre la ciudad, para lo cual cada solución fue sometida a una veriicación
hidrodinámica. Los resultados de estas modelaciones numéricas permitieron optimizar
los diseños y en algunos casos descartar medidas estructurales por sus costos, o bien,
por sus complejidades técnicas. En algunos casos como en la localidad de Dichato, fue
necesario diseñar una defensa costera y un bosques de mitigación a todo lo largo del
frente de mar. Si bien esta solución demostró atenuar signiicativamente los indicadores
de impacto, esto no signiica que esta localidad sea invulnerable. Como se ha dicho an-
teriormente, el éxito de esta medida es atenuar los efectos destructivos y permitir que las
ediicaciones y la infraestructura pública, afectada por nuevo evento, pueda recuperase
más tempranamente. Esto último constituye un factor central del concepto de resilien-
cia, el cual podría evitar los altísimos costos sociales y económicos que implican los
desastres naturales, cuando sus habitantes no pueden retornar a sus hogares destruidos,
debiendo permanecer por años en campamentos de emergencia a la espera de obtener
una nueva vivienda. Esta realidad signiicó en el caso chileno acoger a más de 4.100
familias en aldeas de emergencia, muchas de las cuales a la fecha de publicación de este
libro permanecen en estas condiciones, a la espera de sus nuevas viviendas
La implementación de las medidas de mitigación estructurales suelen tener un
costo alto en todos los sentidos. En lo económico, porque estas obras representan
grandes costos de inversión para las arcas iscales. En lo urbano, porque cambian
la isonomía tradicional de las ciudades costeras, habituadas a valorar las vistas y el
contacto directo con el paisaje. Pero en lo social también, ya que en muchos de estos
casos, para lograr la implementación de las obras fue necesario realizar procesos de
expropiación de suelo, el cual fue resistido por los afectados y la comunidad en ge-
neral, transformándose rápidamente en un factor de presión política de difícil manejo.
Sin embargo, en muchos casos los costos de las medidas de mitigación fueron muy
elevados y desbordaron la ecuación de rentabilidad social. Esto llevó a la implemen-
tación de medidas excepcionales como la erradicación de las familias afectadas. Esta
medida en la mayoría de los casos se aplicó con voluntad de los afectados, quienes no
estaban dispuestos a permanecer en las zonas de peligro. Pero en muchas otras zonas
potencialmente inundables por tsunamis, fue necesario implementar soluciones desde
la arquitectura, como la construcción masiva de tipologías resilientes o comúnmente

6
Columna de agua: Corresponde la profundidad del agua medida entre el suelo natural hasta la supericie del agua.

206
Sergio Baeriswyl Rada Resiliencia urbana: los desaios de reconstruir el borde costero

llamadas palaitos. Estas viviendas fueron calculadas teniendo como referencia las reco-
mendaciones de FEMA7 y son un ejemplo elocuente de adaptación de una vivienda para
condiciones de riesgo. Si bien estas viviendas nunca serán invulnerables a los efectos de
tsunamis, y obligarán a sus habitantes a buscar siempre un lugar seguro ante una ame-
naza, su arquitectura y diseño estructural elevan signiicativamente las posibilidades de
recuperación, luego de ser afectadas por un evento catastróico de este tipo.

(4) Viviendas unifamiliares tipo Palaito en la localidad de Dichato. Fotografía: Ignacio Bisbal

(5) Viviendas unifamiliares tipo palaito en la localidad de Coliumo. Fotografía: Sergio Bae-
riswyl

7
FEMA:Federal Emergency Management Agency

207
RECONSTRUCCION Y RECONFIGURACION TERRITORIAL

Vii. Medidas no estructurales de resiliencia

Pero no todas las medidas que contribuyen a mejorar la resiliencia urbana se limi-
tan a cambios en el diseño, la estructura o la constructibilidad del espacio urbano.
En efecto, existen otras medidas, las no estructurales, que dicen relación con la
capacidad de la comunidad para responder en forma adecuada y oportuna ante
eventos adversos. Esto constituye un capital de incalculable valor y su desarrollo e
implementación en la comunidad, puede ser signiicativamente más racional que
las medidas estructurales. Existe un amplio espectro de medidas en este ámbito,
que van desde el fortalecimiento de la cultura local del riesgo, la información a la
comunidad, las estrategias de organización local frente a eventos catastróicos, la
identiicación de los lugares y vías de evacuación hacia los lugares seguros, hasta los
sistemas de información y alerta oportuna.
Aun cuando los periodos de retorno de estos eventos catastróicos como un tsuna-
mi, son muy prolongados y diicultan el desarrollo de una conciencia activa sobre este
peligro, la experiencia del en Chile el año 2010, mostró que el principal activo de la
resiliencia es la cultura sísmica, que en el borde costero está asociada directamente al
riesgo de tsunamis. Gracias a esta cultura, heredada por la tradición de generación en
generación, los habitantes del borde costero reaccionaron oportunamente luego del
sismo y buscar lugares seguros, aun cuando los comunicados oiciales eran muy con-
fusos respecto de la ocurrencia efectiva de un tsunami, que inalmente ocurrió. Esta
actitud decidida de la comunidad, permitió salvar miles de personas y reducir la pér-
dida de vidas humanas, que igualmente registraron un trágico saldo de 156 personas
fallecidas. No hay duda alguna que, la no existencia de una cultura del riesgo costero,
habría provocado un número de muertes signiicativamente mayor.

Viii. Los instrumentos de la planiicación territorial y la resiliencia urbana

Una pieza fundamental en la composición del concepto de resiliencia urbana son


instrumentos de planiicación territorial. Como consecuencia de lo ocurrido el año
2010 se incorporó por primera vez en la historia de la planiicación urbana en Chile,
el riesgo de tsunami en los Planes Reguladores8. En muchos casos la identiicación de
las áreas de riesgo implicó la modiicación de los usos de suelo, redeiniendo también
la relocalización de la infraestructura crítica9, coherente con el nivel de peligrosidad
de suelo urbano. Pero si bien la planiicación urbana, puede llegar a ser la principal

8
Plan Regulador: Principal instrumento legal en Chile que regulan los uso de suelo urbano y las normas de ediica-
ción en el área urbana metropolitana y comunal.
9
Se entiende por infraestructura crítica, aquellas cuya función no debiera verse interrumpida durante o después de
un evento catastróico, tales como: equipamientos de seguridad (bombero, policía, etc) equipamientos de educación,
salud y servicios públicos, entre otros.

208
Sergio Baeriswyl Rada Resiliencia urbana: los desaios de reconstruir el borde costero

herramienta para asegurar la resiliencia de la ciudad, es preciso destacar que muchas


localidades devastadas por el tsunami de 2010, no surgieron como el resultado de un
ejercicio regular de planiicación. Por el contrario, muchas de estas localidades fueron
el resultado de ocupaciones espontáneas, que el tiempo y el propio Estado se encar-
garon de regularizar y consolidar, descuidando en este proceso la vulnerabilidad del
sitio urbano. Sin embargo y como lo demuestra el registro de daños, las localidades
planiicadas fueron proporcionalmente tan o más afectas por el tsunami que, aquellas
localidades sin un origen planiicado. Consecuente con ello se puede airmar que la
planiicación urbana realizada en los últimos 100 años en el borde costero chileno, en
nada contribuyó a mejorar la resiliencia de las ciudades frente a la catástrofe de 2010.
El proceso de reorganización de una ciudad para mejorar su resiliencia no es
sencillo. Aun cuando los instrumentos de planiicación territorial sean modiicados
para atenuar la vulnerabilidad de ellas, deberá transcurrir mucho tiempo hasta que
esto sea efectivo. Si analizamos nuestras ciudades, encontraremos incontables equi-
pamientos críticos emplazados en zonas de riesgo; colegios, centros de salud, es-
tablecimientos de seguridad, servicios públicos y de abastecimiento, en la mayoría
de los casos en estado muy consolidado. Esta realidad debería cambiar tarde o
temprano, implicando en la mayoría de los casos la relocalización de estos servicios
en áreas más seguras, o bien rediseñando sus instalaciones, para que de este modo
puedan enfrentar eventos catastróicos y estar en condiciones operativas de asistir
los procesos de recuperación de la ciudad. De igual modo, si contabilizamos la
población expuesta a riesgos naturales en nuestras ciudades nos sorprenderemos.
En efecto, según datos del Observatorio Metropolitano del Gran Concepción del
año 201210 el 32 % de la población urbana del Gran Concepción, es decir, más
de 320.000 habitantes, viven en zonas expuestas a riesgos naturales. Sin duda que
encontrar las soluciones a este problema de vulnerabilidad es un proceso a largo
plazo y de altos costos, factores que suelen no ser visto con interés por los gobiernos
de turno, responsables de diseñar y poner en marcha las transformaciones urbanas.

iX. La descentralización, factor clave del modelo de gestión

Todos sabemos que la planiicación urbana debe ser, por deinición, un proceso
sostenido en el tiempo y coherente con las características del territorio. Pero esto,
que resulta tan obvio, suele no ser la realidad sobre la cual se han construido la
mayoría de nuestras ciudades. Desde la perspectiva de la resiliencia urbana, esto
resulta ser muy grave y trae como consecuencia la inevitable improvisación ante las
contingencias de una catástrofe. En efecto, para construir ciudades resilientes no
es suiciente la instrumentalización de los riesgos, tan poco es suiciente la voluntad

10
Primer Informe de Calidad de Vida Urbana 2011-2012, Observatorio Metropolitano del Gran Concepción, 2012,
Chile

209
RECONSTRUCCION Y RECONFIGURACION TERRITORIAL

(3) Clasiicación de los usos de suelo según rango de peligrosidad del suelo costero Fuente:
Minvu 2010

política y los recursos económicos, aunque estos dos últimos sean piezas fundamen-
tales. Por sobre todo, es necesario tener sensibilidad con la cultura residencial, las
estructuras productivas locales y la composición del tejido social, que representan
realidades siempre muy distintas y singulares, que deben ser parte de un modelo
local de gestión.
El proceso de reconstrucción urbana impulsado posterior al terremoto y tsunami
de 2010 en Chile implicó crear un modelo de gestión para impulsar la reconstruc-
ción de las ciudades afectadas. En el caso de la región del Bio Bio se creo el Plan de
Reconstrucción Urbana del Borde Costero, conocido por sus siglas PRBC18. Este
plan fue sustentado por en un equipo profesional instalado en el Gobierno Regional,
que actuó como coordinador de la estrategia de reconstrucción urbana. Una de las
singularidades de este modelo fue su concepción regional. En efecto, habitualmen-
te la institucionalidad en Chile responde ante las necesidades y urgencias con una
impronta de trabajo centralizado, con la inalidad de asegurar consistencia y efecti-
vidad en la cadena de decisiones. El PRBC18 actuó como una plataforma regional
con cierta autonomía en las decisiones locales, especialmente en el ámbito técnico,
pero alineado a nivel central con las políticas nacionales. El caso del PRBC18 es sin
duda una excepción a la regla, y ha marcado un hito importante en el proceso de

210
Sergio Baeriswyl Rada Resiliencia urbana: los desaios de reconstruir el borde costero

reconstrucción, al validar la efectividad de la planiicación regional como modelo


de respuesta a los problemas y emergencias urbanas.

X. conceptos convergentes en la resiliencia urbana

La resiliencia puede ser un concepto débil y supericial si su empleo es genérico. En


efecto, este concepto es ante todo un objetivo general, el cual se construye en cada
caso y según las condiciones y escenarios locales. Esto es especialmente importante
cuando hablamos de la resiliencia de la ciudad, donde la diversidad de componen-
tes que están en juego, representan un verdadero desafío al momento de proponer
cambios. En otras palabras, la transformación de la ciudad hacia la resiliencia no
debiera afectar otras dimensiones del desarrollo, tan o más importante que la segu-
ridad, aun cuando nos parezca que esta última esté por sobre todas las cosas. De
este modo debemos hablar de conceptos complejos e integrados, que reconocen
singularidades y sensibilidades locales, y por sobre todo, que entienden los pilares
de su desarrollo local.
En el caso del Plan de Reconstrucción Urbana del Borde Costero de la región
del Bio Bio, este concepto se sustentó en cuatro pilares, a saber:

a) La mitigación: como el conjunto de medidas estructurales y no estructu-


rales para reducir los impactos catastróicos de un futuro tsunami sobre
el suelo urbano.
b) La Sustentabilidad: como el conjunto de medidas ambientales a escala
urbana, tomando como referencia las acciones descritas por la Agenda
2111, incluida las de participación ciudadana.
c) La Calidad de Vida: como el conjunto de medidas conducentes a resta-
blecer las condiciones de vida urbana, con el propósito de mejorar los
indicadores existentes antes de la catástrofe.
d) La Plataforma de Futuro, como el conjunto de medidas estratégicas
orientadas a restablecer y proyectar las actividades de sustento econó-
mico de la comunidad.

Para la implementación de estos objetivos se deinieron ocho líneas de acción.


Estas determinaron roles, funciones y plazos de las principales acciones de los acto-
res públicos. Esta estructura tenía como único in asegurar la claridad en los campos
de trabajo, optimizar los recursos humanos y económicos, pero por sobre todo, ha-
cer más eiciente el diseño y producción de respuestas a las necesidades de recons-

11
Agenda 21: Programa de medidas ambientales para las ciudades, desarrollado en la Conferencia Mundial sobre
el Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible organizada por Naciones Unidas en Río de Janeiro (Brasil) el año 1992,
también conocida como Cumbre de la Tierra.

211
RECONSTRUCCION Y RECONFIGURACION TERRITORIAL

trucción urbana. Si bien las acciones se ordenan en carriles lineales, en la práctica


éstas nunca dejan de ser un ejercicio marcado por la transversalidad, necesaria para
un trabajo colaborativo.

Xi. conclusiones

Cada experiencia de reconstrucción será siempre un ejercicio único en sí mismo,


y cada sociedad deberá encontrar la forma más adecuada de responder a las ne-
cesidades y urgencias que enfrentará, ante eventos adversos. Ya hemos visto que la
resiliencia de las ciudades es posible, aun cuando ésta a veces sea un objetivo en
respuesta a una catástrofe. Sin embargo, más allá de los aspectos relevantes para la
resiliencia que hemos identiicado en la experiencia vivida en Chile el año 2010, es
fundamental destacar el capital social, como el principal sustento de todo proceso
de cambio. Esta dimensión intangible de la resiliencia, se expresa en la capacidad
de una sociedad para actuar colectivamente, antes, durante y después de un evento
perturbador, y debiera constituir siempre el principal foco de atención de toda polí-
tica pública para la resiliencia urbana. En este contexto hablamos de la capacidad
de las personas para actuar solidaria y colectivamente ante las emergencias, hacien-
do del sentido comunitario su principal motor de acción. Una sociedad dotada de
este capital podrá enfrentar siempre y de la mejor forma todo tipo de amenazas que
afectan su hábitat urbano.
Finalmente, y aun cuando la resiliencia de las ciudades nos parezca un desafío
imposible de alcanzar en algunos casos, ella representa una gran oportunidad para
las ciudades y para mejorar la calidad de vida de sus habitantes. Es de esperar que
los procesos de transformación urbana necesarios para ello, se detonen como el re-
sultado de políticas públicas inteligentes y oportunas, y no en respuesta a catástrofes
naturales, que ponga en riesgo la vida de miles de personas y signiique la pérdida
de cuantiosos bienes urbanos. Sin duda alguna, los planiicadores urbanos tenemos
una oportunidad muy grande en este proceso, tan grande como la responsabilidad
frente al futuro de ciudades más resilientes.

Xii. referencias bibliográicas

Baeriswyl, S. (2010). Plan de Reconstrucción del Borde Costero – Región del Bío Bío. Revista
CA, Nº 145.
Plan de Reconstrucción Urbana del Borde Costero del Bio Bio. PRBC18, http://www.gorebio-
bio.cl/index.php?menu=1&item=prbc18
Plan de Reconstrucción Urbana del Borde Costero del Bio Bio, www.minvu.cl
Walker, B.H. and L. Pearson. 2007. A resilience perspective of the SEEA.
Ecological Economics, 61 (4).

212
el proceso de reconstrucción de Dichato, un modelo de gestión
de riesgos y resiliencia urbana
The reconstruction process of Dichato, a model of risk management and
urban resilience

Iván Cartes Siade1

RESUMEN
La vulnerabilidad urbana ante los cada vez más frecuentes fenómenos climáticos, y
la intensidad de sus efectos, asociada también a los riesgos naturales, ha cambiado el
panorama y directrices de desarrollo y expansión en las ciudades contemporáneas. Las
cifras de daños y pérdidas, esencialmente del capital humano, son representativas de
una magnitud y efecto descomunal, ya que un promedio de 254 millones de personas
son afectados por este tipo de fenómeno por año, registrándose también alrededor de
250 desastres anuales a nivel mundial.
Este artículo propone como un caso de estudio y gestión de recuperación pos desastre
la localidad de Dichato, en la comuna de Tomé, en la región del Biobío, Chile, con-
cluyendo en los planes, programas y acciones que han posibilitado cimentar las bases
de una comunidad consciente de su exposición al riesgo, más resiliente y con una
mayor índice de calidad de vida, y que se ha regenerado adecuadamente después del
maremoto que devastó su centro urbano, el 27 de febrero de 2010, dejando una huella
profunda en sus residentes.

PALABRAS CLAVES: Vulnerabilidad, riesgo, resiliencia, recuperación pos desastre.

ABSTRACT
Urban vulnerability related to risks, natural disasters and global weather change had
readdressed the development and sprawl of our cities. The records of impacts and loses,
particularly related to human lives, are evidences of magnitude and effects on human
population, and some 254 million of inhabitants are affected per year by an average of
250 disasters on the world every year.
This article is particularly focused on Dichato, in the municipality of Tomé, Biobío
region, Chile; and is taken as case study to analyze the plans, programs and actions
that made possible the community actions that also made the people more aware of
the tsunami effects. This locality is more resilient today and has a better quality of life
after the earthquake and tsunami that devastated its urban area in February 27th 2010.

KEYWORDS: Vulnerability, risk, resilience, disaster reconstruction and recovery.

1
Master y PhD. en Diseño Urbano, Pos doctorado en Gestión de Riesgos, Universidad de Nottingham UK. Académico
Departamento de Planiicación y Diseño Urbano, Facultad de Arquitectura, Construcción y Diseño. Universidad del
Bío-Bío; icartes@ubiobio.cl

213
RECONSTRUCCION Y RECONFIGURACION TERRITORIAL

i. introducción

Todas las ciudades del orbe se ven enfrentadas, en menor o mayor grado de ex-
posición, a riesgos climáticos, ambientales y antrópicos, cuya amenaza y tasa de
retorno ha venido aumentando debido al cambio global climático, sobre todo si
consideramos la expansión urbana, y fundamentalmente la ampliación de los límites
urbanos en los países en vías de desarrollo, cuyo avance ocupa terrenos cada vez
más vulnerables. Todo parece indicar que se debe entonces asumir estos impactos
detrimentales en los ecosistemas del hinterland urbano y sus efectos sobre en la po-
blación que habita y altera estas áreas, y que por ende termina por afectar su propia
conducta y modiicar su hábitat.
A modo de ejemplo, en agosto de 2005 la acción destructiva del Huracán Ka-
trina puso en duda el mantenimiento de las esclusas que regulaban el lujo del río
Misisipi y también en jaque la aplicabilidad a gran escala de las políticas de asisten-
cia técnica y social para los damniicados, en áreas extensas de barrios residentes
en las áreas inundadas en Nueva Orleans. Aquella fecha remota, se personiica una
vez más en la magnitud que puede alcanzar un desastre en el presente, cuando el
martes 2 de abril de 2013 una precipitación de lluvia inusual sobre La Plata (63 km
al sur de Buenos Aires) afectó a unas 350.000 personas, dejando además 51 muertos
y pérdidas por 5.000 millones de dólares, según informó el gobierno comunal. La
inundación alcanzó un promedio de 60.000 viviendas, un 25% del total de La Plata,
de 900.000 habitantes. Las estaciones meteorológicas señalaron y ratiicaron la mar-
ca histórica de 400 milímetros de agua caída en seis horas, denominando el evento
como “diluvio”. A nivel local se organizó un operativo de ayuda a los damniicados
con el abastecimiento básico de agua, alimentos, medicinas, y ropa.2
En ambos casos, la reconstrucción y reposición de infraestructura son inmedia-
tas, pero con un efecto dilatado para los damniicados, prolongándose negativamen-
te su estatus en el tiempo. No obstante el estrés pos trauma y el daño al capital hu-
mano es más profundo y toma mucho más tiempo su recuperación y recomposición
o, al menos la verdadera reinserción, en las actividades sociales, económicas y de
desarrollo, que ocupaban a sus residentes antes del desastre.
En el llamado “anillo de fuego del Asia Paciico” y en el cual se ubican las na-
ciones latinoamericanas de Ecuador, Perú y Chile, cuya triada comparte el programa
de prevención de tsunamis de la UNESCO. Para determinar su vulnerabilidad se han
elaborado mapas de riesgo, particularmente donde el peligro de terremotos y tsuna-
mis se combina con riesgos meteorológicos, por ejemplo, y se adiciona las áreas en
que se registran inundaciones luviales, presentándose un panorama complejo para
quienes residen sobre este tipo de territorio.3

2
http://noticias.terra.com.ar/internacionales/unos-350000-argentinos-sufrieron-inundacion-en-la-plata
3
UNESCO, Aprendizaje y adaptación a tsunamis a nivel comunitario en Colombia, Ecuador, Perú y Chile,
Comisión Intergubernamental Oceanográica de la UNESCO

214
Iván Cartes Siade. El proceso de reconstrucción de Dichato, un modelo de gestión de riesgos y resiliencia urbana

Como resultado de esta crítica situación, el año 2011 fue declarado el más cos-
toso en términos de desastres naturales a nivel mundial, con un impacto en pólizas
de seguros estimado en US$380.000 millones. La cifra récord se debió al terremoto
y tsunami de Japón en marzo de 2011, que tuvo un costo estimado de US$210.000
millones.4
En la región del Biobío, con epicentro del terremoto 8,8 en Cobquecura y cuyo
posterior maremoto que azotó el litoral, la pérdida de infraestructura pública alcanza
la cifra de 990 millones de dólares, resultan afectadas 2,320 hectáreas urbanas y se
registraron 46 víctimas fatales. En la actualidad existen 28,400 hectáreas urbanas
costeras localizadas en áreas de inundación por tsunami, según las cartas de riesgo
elaboradas después del evento.5

ii. Dichato Zona cero

Un lugar marcado por la fuerza destructiva de un desastre, registrado por causas


antrópicas o naturales, es denominado como “zona cero”. Esta denominación de-
ine el lugar donde se desarrollan los hechos, y reconoce el impacto del desastre
que prácticamente “borra” toda huella de lo que existía anteriormente, con una
transformación violenta del lugar. En la Región del Biobío solo Dichato alcanzaba
esta denominación, aunque luego el puerto de Talcahuano se agrega bajo la misma
categoría dada la magnitud de sus áreas siniestradas.
La localidad costera de Dichato está emplazada en el costado Sur de la Bahía
de Coliumo, posee 3.878 habitantes, se ubica al 9 km al norte de Tomé y pertenece
a la comuna del mismo nombre.
El 27 de febrero de 2010 Dichato pierde el 80% de su masa ediicada y registra
este daño debido a dos factores sustanciales frente al tsunami. Primero, es un área
urbana vulnerable y de alta exposición dada la baja altimetría de su centro históri-
co, cuyo estero facilita el ingreso de la energía hidrodinámica del maremoto aguas
arriba; y segundo, porque la estructura de la ediicación no fue lo suicientemente
resistente al impacto del agua.
Su bahía de forma embolsada, conforma geográicamente un receptáculo na-
tural que contiene la energía de un maremoto afectando con golpes sucesivos sus
costas. Testigo de ello fue un lanchón pesquero, que se varó por varios meses en
el cruce vial del acceso a Dichato con Coliumo, impulsado la nave 1,8 Km. tierra
adentro, por sobre la Vegas de Coliumo y cuya presencia se convirtió rápidamente
en un símbolo del arrastre de la inundación y consecuentemente en un hito de la
diicultad de su reingreso al mar.

4
Hodge, H. en http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2012/08/120815_riesgo_atlas_am.shtml
5
Cartes, I. 2013. “The Reconstruction process of coastal cities in the north of Biobío region”, pp. 105-131, en el
libro The Chilean Eartquake and Tsunami 2010, Wit Press, UK.

215
RECONSTRUCCION Y RECONFIGURACION TERRITORIAL

Fig. 1. y 2. Calles de Dichato después del impacto de maremoto y arrastre por presión hidro-
dinámica .

La combinación de la localización del poblado de Dichato, en el fondo Sur de


la bahía y la conjunción con el delta del estero, con altimetrías mínimas, permitie-
ron que la inundación por maremoto se propagara rápidamente hacia el interior del
sector habitado, facilitando el ingreso aguas arriba a través del cauce del estero y por
una extensión de 1.200 metros desde la costa. La inundación causó un daño siste-
mático, en los terrenos de menor altimetría, en el sector habitacional y comercial
de Dichato, determinando aceleraciones hidrodinámicas de un promedio de 2,34
m/s (metros/segundo) - considerando 1,5 m/s el valor máximo de resistencia de la
ediicación - lo que causó la casi total destrucción de la masa construida, con una
columna de agua de 2,43 metros promedio, vale decir inundación hasta el segundo
piso de habitación y consecuentemente destrucción del segundo nivel habitacional
en la mayoría de los casos, sobre todo cuando se trataba de construcción ligera o
estructuras menores de madera.6
El número de unidades destruidas total o parcialmente por la fuerza del mare-
moto alcanzó la cifra de 1.343 ediicaciones, con la pérdida sustancial de alrede-
dor de 543 unidades de primera vivienda, generando también la destrucción de un
número aproximado y similar de viviendas de veraneo por tratarse de un balneario
estacional y que concentraba su actividad principalmente en verano. La inunda-
ción afectó también a carabineros, bomberos, educación y delegación municipal,
revelando la importancia de localizar los equipamientos críticos en área sensibles y
sobre la cota de inundación. Al mismo tiempo, se vieron destruidas las instalaciones
deportivas y gran parte del comercio, en conjunto con la pérdida de un puente vehi-
cular y dos peatonales que dejaron prácticamente inconexa el área norte en los pri-
meros meses, limitando la ayuda y su cobertura. La magnitud del daño en pérdidas
económicas, fuentes de trabajo, e invaluablemente el daño al capital social, fueron
los grandes desafío del plan de reconstrucción. Como medidas inmediatas se imple-
mentaron cuatro campamentos de emergencia, lo cual dio también paso a la aldea

6
UC, Informe de deinición de áreas de peligro de tsunami diferenciado, Pontiicia Universidad Católica de Chile,
Instituto de Geografía, pp.1-37, Septiembre 2010

216
Iván Cartes Siade. El proceso de reconstrucción de Dichato, un modelo de gestión de riesgos y resiliencia urbana

más grande del país con 430 mediaguas de emergencia, e infraestructura sanitaria
colectiva. La medida un tanto radical en un principio, es aceptada por la población
cuando al cabo de un año y debido al fenómeno de campo remoto originado en
Japón, el plano del centro de Dichato se vuelve a inundar por el Tsunami originado
en las costas Niponas y se ven afectadas nuevamente en 24,3 hectáreas de las 80,1
hectáreas originales que se habían afectado el 27 de febrero de 2010.7

Fig. 3. Foto aéra de Dichato que demuestra el impacto y destrucción del maremoto aguas
arriba del estero.

En los meses iniciales del desastre el Ministerio de Vivienda y Urbanismo elabo-


ra los fundamentos de un “Plan de Acción y Criterios de Reconstrucción”, declaran-
do que el borde costero responde a priorizar la protección de la vida y la seguridad
de las personas, promoviendo un uso racional del suelo para uso público-privado y
para ello se elaboran los siguientes fundamentos:

“La proyección de la vida es el rol primordial del Estado, por lo que es obliga-
ción conocer, informar y dar oportuno aviso a los habitantes de las Zonas sujetas a
riesgo de tsunami respecto a las condiciones de riesgo a los cuales está expuesta su
propiedad.
El borde costero constituye una fuente natural de recursos y trabajo de nuestro
país, por lo que el Gobierno reconoce la prioridad de apoyar a las comunidades cuyo

7
PRBC 18, cartas de levantamiento de inundación por tsunami, 2010 y 2011. Plan de Reconstrucción del Borde
Costero.

217
RECONSTRUCCION Y RECONFIGURACION TERRITORIAL

sustento depende del desarrollo económico, cultural, turístico y social de la franja


costera.
El uso del borde costero debe considerar todo tipo de actividades, debiendo re-
gularse en función del riesgo a través de los Instrumentos de Planiicación Territorial
(IPT) y las condiciones de construcciones y ubicación, en conformidad a la normati-
va vigente y a los criterios de reconstrucción complementarios”.8
Estos criterios son prioritarios y cruzan transversalmente todos los planes maes-
tros de reconstrucción del país que se arman y ejecutan en tiempo record, enten-
diendo la urgencia y el sufrimiento de los afectados viviendo en aldeas de emergen-
cia en las áreas siniestradas.

iii. estrategias de Diseño urbano

Considerando los criterios prioritarios elaborados por el Ministerio de Vivienda y


Urbanismo, y cuya base se integra al Plan de Reconstrucción del Borde Costero del
Biobío, se elaboran en su conjunto cuatro estrategias base para la reconstrucción de
Dichato: Resiliencia, sustentabilidad, calidad de vida y plataformas de futuro.

iii.1 estrategia de resiliencia


Una vez establecida la línea base de inundación, se realizó un diagnóstico de com-
ponentes susceptibles de mejorar en escenarios prospectivos de mitigación. Se mo-
delaron cuatro alternativas, resultando la más efectiva aquella cuyas componentes
fueron una franja arbórea de 20 metros de ancho, concebida como parque costero,
en conjunto con un muro de costanera con una altura de coronamiento de 5,4 mts
msnm, que incluye un paseo y ciclovía, agregando el relleno del delta del estero
hasta la cota 4 msnm, que se refuerza con un bosque de mitigación denso y robusto,
y se suma un parque de ribera con 10 metros de ancho por ambas márgenes del
estero Dichato. Las componentes antes descritas logran mitigar en 57 % la fuerza de
un impacto similar al 27 F, con una disminución de la columna de agua en las áreas
centrales de 0,62 mts.9
Se propuso también vías de escape con señalética e iluminación de emergencia,
conducente a zonas segura sobre cota de inundación. Finalmente una vía de pié de
monte permite circunvalar la localidad y conectarse con el plano en varios puntos a
través de las vías de emergencia y vialidad existente, al mismo tiempo de poder ser
utilizada como un bypass en época de mayor demanda del balneario.

8
MINVU, Plan de Reconstrucción MINVU: Chile Unido Reconstruye mejor, Vivienda Barrio, Ciudad. Agosto 2010.
9
UC, Informe de deinición de áreas de peligro de tsunami diferenciado, Pontiicia Universidad Católica de Chile,
Instituto de Geografía, pp.1-37, Septiembre 2010

218
Iván Cartes Siade. El proceso de reconstrucción de Dichato, un modelo de gestión de riesgos y resiliencia urbana

Figura 4 y 5: Corte típico en área de parque de mitigación, MINVU, e Imagen de la futura


costanera y parque de mitigación según modelación Dirección de Obras Portuarias, Ministerio
de Obras Públicas.

iii.2 estrategia de sustentabilidad


Si bien la OMS propuso un mínimo de 9 metros cuadrados de áreas verdes urbanas/ ha-
bitante (m2av/h) y un óptimo de 15 m2av/h10. Con la adición de las áreas de mitigación
y parques urbanos propuestos para Dichato el promedio sube a 21,2 m2av/h. Com-
plementariamente, estas áreas se suman como elementos estructurantes a los sistemas
paisajísticos e hídricos, con su consecuente conectividad con los sistemas verdes pre-
existentes y geográicos, que garantizan la permanencia de las especies de lora y fauna,
que generalmente quedan aisladas y fagocitadas por el crecimiento urbano. Por otra
parte, el estero contempla parques ribereños de mitigación y dos lagunas de regulación,
y permitirá restaurar también las áreas naturales de humedales que existieron previos a
la urbanización e introducir elementos de amortiguación a las inundaciones recurrentes
de invierno, así como también la recuperación de avifauna urbana.
Desde la óptica de reorganización y restructuración tanto física como social, se
enfatizó la habitabilidad de la localidad de una manera sustentable, y en cuyo eje
se planteó la participación como un factor clave. En la encuesta aplicada un 49,7 %
manifestó querer vivir en el mismo lugar anterior con medidas de mitigación y segu-
ridad, lo que re-airmo los criterios de seguridad del Plan Maestro. Al mismo tiempo,

10
Del Pozo, Santiago. Necesidad de nuevos indicadores para medir los beneicios de los árboles urbanos

219
RECONSTRUCCION Y RECONFIGURACION TERRITORIAL

un 44,9 % manifestó querer vivir en un lugar elevado sobre la cota de inundación,


esto impulsó la idea de ocupar a futuro las áreas ubicadas sobre los cerros, abriendo
una nueva dimensión de habitación y urbanización en áreas seguras, pero con la
oportunidad de planiicar desde cero barrios y comunidades sustentables, mucho
más que reacomodar lo existente o reconstruir viviendas aisladas en sitios residentes,
sin efecto de comunidad y barrio.11

iii.3 estrategia de calidad de vida


Las áreas de mitigación generadas en función de las estrategias de seguridad y pro-
tección de la población urbana, son planteadas como bienes nacionales de uso
público, destinados a equipamiento y esparcimiento, y que han sido vistas como un
factor clave en el mejoramiento de estándares de calidad para sus residentes.
El proceso de participación social fue uno de los mejores garantes de que las
iniciativas se convertirían en elementos multiplicadores de desarrollo y de que sus
residentes valorarían los proyectos. Como parte de una metodología genérica, se
realizaron reuniones con actores claves, luego “focus group” donde se decantaron
temas relevantes, para concluir en un sistema de encuestas cuyos resultados esta-
ban orientados a enfatizar proyectos detonantes que pudiesen mejorar escenarios
de futuro. Finalmente se propuso una versión de iniciativas consolidada en un Plan
Maestro validado por la comunidad.
Como antecedente complementario, en el diseño y ejecución de los proyectos
detonantes se realiza una segunda fase de participación, cuyas mesas de trabajo
buscan validar, consensuar y aprobar iniciativas especíicas. Estos talleres y mesas
técnicas, son realizados por el municipio quien es el depositario del instrumento de
planiicación territorial y administra el uso del suelo urbano, completando en esta
segunda etapa contribuciones esenciales, sobre un diseño más ajustado y ino, con
características materiales y rasgos identitarios, para proyectos tales como centros
comunitarios, colegios, bentotecas, etc.

Figura 6 y 7: Imagen del parque de mitigación en la costanera de Dichato y plaza de la loca-


lidad sobre el mismo parque.

11
SERVIU, encuestas a sectores afectados por el maremoto en a Región del Biobío, 2010

220
Iván Cartes Siade. El proceso de reconstrucción de Dichato, un modelo de gestión de riesgos y resiliencia urbana

iii.4 estrategia de generación y establecimiento de plataformas de futuro


La principal actividad económica de Dichato se centraba en el turismo estacional y
estival, con demanda de alojamiento, gastronomía y entretención. El Plan consideró
precisamente el reposicionamiento del carácter comercial-turístico deinitivo, pero
también rehabilitar la actividad económica inmediatamente después de la destruc-
ción, ya que los manuales internacionales recomiendan que una vez recuperado
el proceso de vivienda, es necesario recuperar la pro actividad para disminuir el
impacto sicológico en la población.
En todas estas iniciativas fueron determinantes la generación de proyectos e
instrumentos de incentivo a través de fondos sectoriales, y que fueron impulsadas
por el Gobierno Regional, el Municipio, la Cámara de Comercio de Dichato y la
Corporación de Turismo de Tomé, en una combinación de esfuerzos y subvenciones.
En conjunto con la planiicación de sectores donde se localizaría el futuro equi-
pamiento turístico y gastronómico, se habilitó equipamiento y comercio de emergen-
cia en contenedores portuarios reconvertidos para reactivación comercial inmediata.
Luego se consideró también un muelle, donde se comparten los roles cientíicos,
turísticos y pequeros, con un área para un pequeño mercado marino.

iV. plan Maestro de reconstrucción

Ante el proceso urgente y contingente de reconstrucción el Plan Maestro se consi-


deró como un instrumento de planiicación de rápida ejecución, indicativo, lexible
y que aceptaba otras iniciativas y acciones de interés complementarias, y multidi-
mensional porque involucra los ámbitos sociales, económicos y ambientales. Se in-
corporó también en su ejecución proyectos detonantes que son capaces de generar
y cualiicar áreas de desarrollo y que son traspasadas al sector público y privado.
En su síntesis de diseño, el Plan se desarrolla buscando establecer una estrategia
de mitigación y aminorar los efectos de un fenómeno de igual o mayor magnitud al
27F, para garantizar la seguridad de los habitantes viviendo en un área propensa de
impacto de tsunami.
Con la inalidad de proteger a los residentes y planiicar la reposición de vivien-
das – cuya precariedad original fue uno de los factores que facilitó la destrucción
- su provisión se clasiicó en “anti-tsunami” y “tsunami resistente”, dependiendo de
su localización y emplazamiento. “La primera categoría supone viviendas levantadas
sobre pilares, en donde el nivel de suelo no tiene uso habitacional, de manera que la
energía hidrodinámica puede pasar y escurrir por debajo, sin dañar el patrimonio hu-
mano ni material. La segunda tipología se localiza en áreas inundables, en las cuales
la energía hidrodinámica es de menor impacto, pero a su vez no se puede evitar la
inmersión de agua, permitiendo que el primer nivel construido en hormigón armado
o albañilería reforzada, pueda resistir impactos menores y permita ser recuperado

221
RECONSTRUCCION Y RECONFIGURACION TERRITORIAL

rápidamente después del fenómeno de maremoto”.12 Para ambas tipologías se gene-


raron subsidios adicionales de reconstrucción del Fondo Solidario de Vivienda (FSV)
son subsidios SERVIU.

V. recuperación pos desastre

Para poder entender la reconstrucción de una localidad también en un sentido más


integral, y dada la crisis de trabajo impulsada por la pérdida de la mayoría de cons-
trucciones que daban servicios al turismo y cuyo rol era su motor económico, se
determinó una serie de acciones, subsidios, y mecanismos de soporte a nuevos em-
prendimientos. Una combinación entre la Corporación de Fomento de la Produc-
ción (CORFO) y Servicio de Cooperación Técnica (SERCOTEC), generaron varios
programas para apalancar iniciativas de resurgimiento económico que permitieran a
la población recuperar sus ingresos y atraer al turista a una zona devastada.
En primera Instancia, SERCOTEC invirtió US$ 1,1 millones, seleccionando a 111
micro y pequeños empresarios, cuyo comercio activo ofreció oportunidades de fo-
mento y empleo a 200 personas, basándose en la Ley 20.494 para agilizar la consti-
tución de empresas de la agenda pro-emprendimiento. Por otro lado, CORFO impul-
só una inversión US$ 0,5 millones generando 74 empleos en restaurantes y locales
gastronómicos asociados a productos marítimos. En tercer lugar, también el Gobierno
Regional invirtió US$ 0,5 millones e impulso la iniciativa de un centro gastronómi-
co y de negocios albergados en una carpa provisional, cuyos locales comerciales se
localizaron en contenedores, con módulos especiales para baños públicos, abaste-
ciendo espacio para 10 pequeños restaurantes, 10 locales comerciales y 16 kioscos
de artículos diversos, generando empleo para unas 50 personas hasta que el proceso
de reconstrucción haya concluido y puedan volver a sus instalaciones deinitivas en
sitio residente.13
En la actualidad es posible ver turistas y consumidores de servicios gastronó-
micos los ines de semana, revirtiendo la tendencia estacional y estival que llevaba
concentrada la mayor cantidad de visitas en un corto periodo de tiempo.
Como el parque de mitigación propuso la necesidad de ocupación de predios
que estaban previamente habitados, o utilizados con servicios al borde de playa,
se impulsó un plan especial de adquisiciones de retazos de expropiaciones para
aquellos que tenían actividad comercial junto a la costanera, y que debieron ser
expropiados para la construcción de barreras de mitigación, pudiendo acceder de
esta forma a la compra de retazos de terrenos útiles para desarrollar una actividad
asociada al turismo. Estos antecedentes comprueban que cuando el urbanismo

12
Cartes, I. 2011, “Plan Maestro de Reconstrucción de Dichato, pp. 38-51, en Revista Arquitecturas del Sur, n° 39,
Universidad del Bío-Bío.
13
Santibáñez, L. “Inversiones en emprendimientos productivos en Dichato”, Diario de Concepción, p.3, 27 Julio 2011

222
Iván Cartes Siade. El proceso de reconstrucción de Dichato, un modelo de gestión de riesgos y resiliencia urbana

tiene como propósito el desarrollo de una comunidad, se puede proyectar una


serie de acciones e instrumentos colectivos, en cuyo centro de sitúa el afectado,
para así lograr resultados mejorados, y que darán pie a otros emprendimientos,
catapultando así un desarrollo articulado y coherente.

Fig. 8: Dichato Bulevar Central Daniel Vera, eje de articulación peatonal en el centro histórico.

Un proyecto que ha trascendido al proceso de reconstrucción de esta loca-


lidad, y que es reconocido como un agente clave en la acción de recuperación
post desastre, ha sido el proyecto “Recupera Chile”, impulsado por la Universidad
de Harvard, en conjunto con el Gobierno Regional, la Universidad del Biobío y
la Universidad Concepción, y que ha involucrado tres áreas: emprendimiento so-
cioeconómico, salud post-trauma y diseño urbano. Se ha identiicado en la franja
Cobquecura, Perales y Dichato (el área norte más afectada por el maremoto), más de
200 iniciativas de emprendimiento que han acarreado productividad y han instalado
nuevas cadenas de despegue económico en familias que habían perdido sus fuentes
laborales y oportunidades de integración al desarrollo que atrajo, por ejemplo, el
mismo proceso de reconstrucción con la reposición física de infraestructura. Por
otro lado, evaluar el efecto psicológico del fenómeno y como éste ha afectado con-
ductualmente a las futuras generaciones, ha sido también un desafío que ha tenido
como respuesta establecer planes y programas de evaluación, terapia e integración a
los procesos actuales de desarrollo, para quienes fueron severamente afectados por
el impacto del maremoto. Finalmente, el diseño urbano y la experiencia acumulada
por Harvard, en otras localidades como el área del Huracán Katrina, Indonesia y
Haití, han permitido adaptar modelos y establecer propuestas conjuntas con la co-
munidad, para el mejoramiento de su hábitat y espacios públicos. Todo ello de una

223
RECONSTRUCCION Y RECONFIGURACION TERRITORIAL

forma global y holística, integrando siempre a los usuarios, quienes pasan de actores
a autores de su desarrollo, con apalancamientos claves, para dar paso a sus propias
fuentes desarrollo, y mejorar la autoestima y sentido de pertenencia, sobre todo en
aquellos lugares que fueron prácticamente borrados por la acción del tsunami.

Vi. conclusiones

En un principio, se criticó la gestión de reconstrucción, por ser un proceso poco


inclusivo, no obstante en Dichato ha habido más de 200 eventos participativos que
de una forma u otra amalgamaron opiniones, primando el criterio comunitario por
sobre el interés individual, y logrando un consenso sobre las estrategias de seguridad
y mitigación del Plan Maestro, las cuales fueron aprobadas por la comunidad en
octubre y por el consejo municipal en noviembre de 2010.
Toda la gestión de reconstrucción se hizo sobre la base de un sistema público
establecido y no se dictaron leyes de excepcionalidad, excepto el decreto de áreas
de desastre que permitió inmovilizar los permisos de construcción en áreas de ries-
go, hasta que las modelaciones de impacto fueron determinadas. Al principio el
aparato público reaccionó lentamente, pero luego logro hacer funcionar en paralelo
sus labores habituales, en conjunto con operativizar las emergencias y proyectos
complementarios, que permitieron satisfacer, hasta cierto punto, las necesidades de
la población. Un modelo concentrado en el estado puede tener sus críticas y lentitud
en el momento del impacto, no obstante el sistema nacional demostró estar prepa-
rado para este tipo de emergencias, sin necesidad de crear una nueva institucionali-
dad. No obstante los afectados hubiesen preferido mayor velocidad en la provisión
de soluciones, esta alternativa aunque de lenta partida, demostró resultados y cali-
dad en el mediano plazo.
Dichato es hoy un referente nacional y mundial de reconstrucción. Las acciones
de reconstrucción y recuperación pos desastre han sido claramente demostrativas y
positivas. Hoy sus habitantes se encuentran satisfechos con los planes y programas
que se han implementado. Este enclave paso de ser un balneario de uso estival bre-
ve, entre enero a mediados de marzo, a un uso continuo todo el año. Existen hoy
más patentes municipales de comercio y servicios al turista que antes del desastre,
por lo cual existe verdaderas oportunidades para emprendedores e innovadores que
se quieran sumar a su espiral de desarrollo, por tanto las plataformas de futuro con-
tenidas en las acciones del plan maestro sí han logrado generar una arena amplia de
iniciativas y que se han sumado al establecimiento de proyectos emblemáticos o de
regeneración urbana.
La participación ciudadana fue y sigue siendo el mejor garante de que los ha-
bitantes se sumaron a un plan de desarrollo y entendieron las oportunidades que
acarreaban las estrategias de seguridad, mitigación y resiliencia, y por otro lado co-
ayudaron en la deinición de proyectos detonantes y equipamientos críticos, que ar-

224
Iván Cartes Siade. El proceso de reconstrucción de Dichato, un modelo de gestión de riesgos y resiliencia urbana

ticularon convenientemente polos de desarrollo. Al mismo tiempo ha jugado un rol


clave saber y estar informado en qué tipo de área de riesgo se encuentra ubicada su
propiedad y cuáles son los usos permitidos de acuerdo al grado de exposición en el
lugar que se encuentran. Ello conjugado con la señalización y deinición de vías de
evacuación hacia zonas seguras, sobre cota de inundación, ha permitido recuperar
la conianza en el uso del área afectada.
El bulevar central, las áreas de parques de mitigación y parque de ribera han
aportado grandemente a los circuitos turísticos y a la atracción de ecologías sensi-
bles y preexistentes en el lugar, antes de su urbanización. Estas infraestructuras y
corredores verdes son bienes nacionales de uso público y pueden localizar activi-
dades menores de venta al paso y quioscos de servicios al turista, atrayendo mayor
actividad urbana, seguridad al espacio público, y desarrollo social y económico.
Esta localidad, hoy emblemática, con incluso un festival musical que se ha po-
sicionado en el medio nacional en el verano, se ha convertido desde la connotación
negativa del desastre, en un hito de la reconstrucción y en un enclave en cuyo lu-
gar aún hay mayores oportunidades de desarrollo. Sin lugar a dudas, habrá pronto
mejores indicadores de calidad de vida para sus habitantes, cuya organización y
ambición de emprendimiento se ha visto demostrada cuando en marzo de 2013,
se conformó por primera vez el tricel para emprender su probable denominación
de comuna, entendiendo que su recursos locales y su capital humano son la mejor
apuesta de futuro.

Vii. referencias bibliográicas

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cretarias/desarrollourbano/documentos/ProcesosUrbanizacionImpactoAmbiental, 2004.
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225
RECONSTRUCCION Y RECONFIGURACION TERRITORIAL

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Comisión Permanente del Pacíico Sur (CPPS), en el marco del VI Plan de Acción para
Sudamérica del Programa de Preparación ante Desastres de la Comisión Europea (DI-
PECHO), 2009, p.1-30.

226
el metabolismo urbano: apropiación de excedentes ecológicos.
Transformación de la estepa patagónica en arquitectura burguesa
urban metabolism: a system of ecological surplus appropiation.
The transformation of the patagonic estepa in architectural bourgeois

Luis Inostroza Pino1

RESUMEN
Este trabajo, analiza la ciudad como un sistema de apropiación y acumulación de
excedentes ecológicos, estableciendo una relación entre el ecosistema de estepas pa-
tagónicas, esa enorme pampa que se extiende desde la cordillera de los Andes hasta el
océano Atlántico en el extremo sur de América, y la espléndida arquitectura burguesa
de una de las ciudades más prósperas del Chile decimonónico: Punta Arenas.
Esta relación entre sociedad y naturaleza, dejó profundas huellas de organización y
complejidad en Punta Arenas, conectada metabólicamente con las formas de explo-
tación territorial y apropiación de la estepa. El coirón patagónico y la arquitectura bur-
guesa, principio y in de la misma cadena productiva, corresponden a las fases inicial y
terminal de un proceso de apropiación social de los excedentes ecológicos. Como lujo
metabólico, el excedente es ecológico en su origen y social en su evolución.

PALABRAS CLAVES: Metabolismo urbano, arquitectura burguesa, lujo metábolico, exce-


dentes ecológicos

ABSTRACT
This paper analyzes the city as an appropriation system of ecological surpluses, es-
tablishing a relationship between the Patagonian steppe ecosystem and the beautiful
bourgeois architecture of the most prosperous Chilean city of nineteenth-century: Punta
Arenas.
This special relationship between society and nature, leave deep traces of complexity
in Punta Arenas, and it was metabolically connected with territorial forms of exploita-
tion and appropriation of the steppe ecosystem, the huge pampa which extends from
the Andes to the Atlantic Ocean at the southern extreme of America. The Patagonian
“coirón” and the bourgeois architecture, are beginning and end of the same production
chain, corresponding to the initial and terminal stages of a social process of appropria-
tion of ecological surpluses. As metabolic lux, the surplus is ecologic in its origin, then
social in its evolution.

KEYWORDS: urban metabolism, bourgeois architecture, metabolic lux, ecological sur-


pluses

1
Institute of Photogrammetry and Remote Sensing, Technische Universitat Dresden, Germany;
inostroza@urbansprawlproject.com

227
RECONSTRUCCION Y RECONFIGURACION TERRITORIAL

i. introducción. el Metabolismo de la sociedad sobre la naturaleza

El metabolismo es un concepto biológico que se reiere a los procesos internos de un


organismo vivo, donde el intercambio continuo de materia y energía con su medio
ambiente permite su funcionamiento, crecimiento y reproducción. De manera aná-
loga, los sistemas sociales convierten las materias primas en productos manufactura-
dos, en servicios y, inalmente, en desechos (Fischer-Kowalski 1998).
Las relaciones fundamentales para toda sociedad son las relaciones con la na-
turaleza. Para el hombre su relación con la naturaleza es importante no porque siga
siendo un ser que pertenezca a ella sino porque lucha contra ella. En el curso de
esta relación arranca a la naturaleza lo que necesita para mantener su vida y superar
la vida simplemente natural. Sin embargo los hombres superan a la naturaleza solo
dentro de ciertos límites y en las condiciones determinadas por la naturaleza misma
(clima, fertilidad del suelo, lora y fauna, etc.) (Lefebvre 1948).
El metabolismo se realiza a través del proceso social del trabajo, que implica el
conjunto de acciones a través de las cuales independientemente de su situación en el
espacio (formación social) y en el tiempo (momento histórico), los seres humanos, se
apropian, producen, circulan, transforman, consumen y excretan, productos, materiales,
energía y agua, provenientes de la naturaleza. Al realizar estas actividades, los seres hu-
manos “socializan” fracciones o partes de la naturaleza. Durante el proceso metabólico
se genera una determinación recíproca entre sociedad y naturaleza: las formas de orga-
nización social determinan las formas de transformación de la naturaleza, la cual a su
vez afecta la coniguración de las sociedades (principio eco-sociológico) (Toledo 2002).
Los efectos sociales en la naturaleza vienen por dos vectores: la utilización de re-
cursos naturales y servicios ambientales y la excreción de insumos ya socializados (dese-
chos), producto de la producción, circulación, transformación y consumo. De esta forma
la naturaleza cobra sentido social al realizar dos funciones fundamentales (Toledo 2002):
l Input: proveer a los seres humanos (energía endosomática) y a sus estructuras
externas (ciudades, medios de transporte y de comunicación, máquinas, ves-
timentas, utensilios: energía exosomática) de materiales, energías y servicios.
l Output: reciclar y inalmente absorber los materiales desechados por las
sociedades.

Figura 1. Metabolismo socioeconómico. Fuente: elaboración propia en base a Toledo 2002:23.

228
Luis Inostroza El metabolismo urbano: un sistema de apropiación de excedentes ecológicos. La transformación de ...

El enfoque metabólico concibe a la sociedad en íntima relación con la naturaleza a


través de los lujos de materia y energía, donde apropiación y excreción constituyen los
actos inicial y inal del metabolismo entre la sociedad y la naturaleza (Toledo 2002) (ig. 1).
De esta forma las actividades económicas y la sociedad misma son un compo-
nente dinámico que actúa desde dentro de los ecosistemas y no una perturbación
exógena, lo que se explica por la enorme imbricación que han adquirido las interac-
ciones humanas con la naturaleza.
El metabolismo en términos de roles en las funciones metabólicas se releja en
el arreglo social: en las sociedades industriales contemporáneas, altamente jerarqui-
zadas y diferenciadas, determinadas fracciones sociales llevan a cabo los intercam-
bios con la naturaleza mientras en sociedades con menores niveles de organización
social y política dicho metabolismo es realizado por todos los miembros del conglo-
merado (Toledo 2002).
Los materiales y energía extraídos de la naturaleza por las sociedades son uti-
lizados de dos formas: como materias primas, las que serán transformadas para su
posterior consumo, o bien como productos (alimentos y otros bienes) para ser con-
sumidos directamente (Toledo 2002). En ambos casos los excedentes pueden ser
intercambiados mediante el comercio.
Como en todo sistema existe una cierta convergencia en el comportamiento de
los diferentes elementos, donde la actividad de cada componente depende de sus
relaciones con los componentes que lo rodean, estando guiada o bajo el control de
mecanismos de retroalimentación o regulación y control mutuo de unas partes sobre
otras. De esta forma surge un grado de autoorganización con complejidad especí-
ica, donde las relaciones entre los elementos presentan diferentes intensidades, lo
que facilita la percepción de la jerarquía interior del sistema (Antequera 2005).
Para mantener su metabolismo las sociedades transforman los sistemas natura-
les a in de incrementar su utilidad social. Así los ecosistemas agrícolas y pecuarios
que sustituyen a los naturales antes existentes, tienen por objeto producir la mayor
cantidad posible de biomasa utilizable. En otros casos son destinados a construcción
(Fischer-Kowalski 1998).
En términos auto-organizativos el sistema acopla un dispositivo generativo, que
controla la información y un dispositivo fenoménico que realiza los intercambios
metabólicos interactuando directamente con el entorno. El primero maneja las va-
riables informativas mientras el otro mantiene las componentes estructurales del sis-
tema (Antequera 2005).
La organización del sistema es en gradientes, donde varia la entrada de ener-
gía e información y por tanto los niveles de indeterminación de los componentes,
estando unos más abiertos y otros más cerrados y estables. Los componentes más
complejos poseen mayores grados de libertad que los más simples, donde cada parte
se especializa funcionalmente para integrarse a la totalidad, surgiendo un arreglo de
componentes estructurales jerarquizados y diferenciados, ejerciendo uno o varios de
ellos como sistemas de control (Antequera 2005).

229
RECONSTRUCCION Y RECONFIGURACION TERRITORIAL

El metabolismo entre la sociedad y naturaleza establece diferencias entre el


intercambio ecológico y el intercambio económico. Las unidades de producción
rural realizan la apropiación/producción, actos metabólicos que incorporan en for-
ma de materia, energía, bienes y servicios, insumos ecosistémicos. La distancia que
el insumo recorre durante su circulación, desde su apropiación hasta su consumo,
permite reconocer un arreglo espacial de diferentes sectores sociales y actividades
económicas (Toledo 2002).
Los procesos (apropiación, excreción, etc.) que en conjunto conforman el metabo-
lismo de la sociedad con la naturaleza, encuentran cierta representación espacial cuyos
límites se van haciendo menos nítidos conforme nos aproximamos a las sociedades
contemporáneas, donde nuevos fenómenos alteran e incluso disuelven la antigua rela-
ción, altamente correlativa, entre unidad espacial y función eco-social (Toledo 2002). De
manera similar al desvanecimiento espacio-temporal de los límites de la ciudad.

i.1. el proceso de Metabolización del espacio


La sociedad en su relación metabólica con la naturaleza es un organismo que se extien-
de sobre el medio natural en gradientes, siendo posible diferenciar dos ámbitos meta-
bólicos: una parte interna cuyo rol consiste en transformar los insumos que la porción
exterior proporciona, nucleada a partir de las ciudades como centros metabólicos de
transformación circulación y una periferia constituida por “membranas rurales” encarga-
das de extraer elementos de la porción externa a dicho organismo (Toledo 2002).
Todos los ecosistemas, incluidos los ecosistemas antrópicos, tienden al aumento
de la complejidad y a estadios más maduros de la sucesión, entendiendo ésta como el
fenómeno de ocupación progresiva del espacio que conduce a cambios entre ambien-
te y comunidad, con acomodo reciproco de ambos, es decir una secuencia temporal
en la organización de un ecosistema (Rueda 1997). Todos los ecosistemas presentan
partes diferenciadas con diferentes ritmos de acumulación de materia y energía.
Las modiicaciones del ecosistema antrópico no se circunscriben únicamente
espacio urbano, su impacto se desplaza hacia los ecosistemas exteriores, expandien-
do su actividad en varios niveles, manejando diferentes conjuntos ecosistémicos de
diversas formas, reorganizándolos en función de sus necesidades de subsistencia y
desarrollo (Antequera 2005).
Los ecosistemas antrópicos también maniiestan procesos de sucesión, que im-
plican modiicaciones del ambiente. La intensidad espacial de esas intervenciones,
su manifestación fenoménica, es similar a la gradiente sucesional de los ecosistemas
naturales y permite establecer ámbitos o esferas de metabolización del territorio.
En términos fenoménicos estas gradientes han sido medidas como grados de natu-
ralidad (Gilg 2005) y de su opuesto antropización. La naturalidad es una gradiente
desde lo menos natural hasta lo más natural y viceversa y no como un par binario
donde natural se opone a artiicial (Gilg 2005).
Las sociedades en su intento por optimizar los sistemas naturales producen
cambios profundos, tanto intencionados como efectos secundarios. Todos los pará-

230
Luis Inostroza El metabolismo urbano: un sistema de apropiación de excedentes ecológicos. La transformación de ...

metros relevantes de los sistemas naturales se ven afectados por las intervenciones
de la antropización. Se puede entender la colonización como una estrategia para
garantizar la disponibilidad futura de recursos naturales (Fischer-Kowalski 1998). Los
primeros colonizadores del suelo, en cualquier ecosistema, son oportunistas. Estos
abren el territorio y en general dan paso a posteriores colonizaciones por actividades
de mayor especialización y calidad (Rueda 1997). De manera similar la sucesión an-
trópica maniiesta una progresión espacial, una estructura en la distribución espacial
de las actividades sociales en el territorio, donde unas actúan como colonizadoras
de nuevos territorios incorporándolos al metabolismo socioeconómico.
El patrón de explotación del territorio y de sus recursos estará determinado por su fácil
descubrimiento, extracción, procesamiento, distribución y uso. Esto genera una progresión
espacio-temporal, donde los recursos mejor localizados se utilizan primero y sólo cuando
no sean suicientes serán empleados los recursos secundarios (Ricardo 1985).
El proceso de metabolización del espacio es una transformación territorial an-
tropogénica que en términos fenoménicos consiste en una alteración de los compo-
nentes espaciales del territorio. Desde este punto de vista las actividades y usos son
susceptibles de clasiicar metabólicamente en una gradiente con distintas intensida-
des y características (Figura 2).

Figura 2. Gradiente de metabolización del espacio. Fuente: elaboración propia.

Este proceso temporal de transformación del espacio se origina en las caracterís-


ticas propias del hombre como ser técnico, transformador de la naturaleza (Ortega y
Gasset 1939). En términos generales depende del aprovechamiento de los recursos,
el que será posible proporcionalmente a su accesibilidad y/o viabilidad económica,

231
RECONSTRUCCION Y RECONFIGURACION TERRITORIAL

la que luctuará como factor determinante de acuerdo a la técnica disponible para


superar a su opuesto: el obstáculo natural. A su vez también estará condicionado por
el valor del atributo para la sociedad, el que a su vez depende del nivel técnico, del
sistema económico y de las inalidades que se persigan (Ricardo 1985). El proceso
de metabolización del espacio tiene un carácter ecosistémico que opera sobre los
mismos mecanismos sociales de valoración del territorio.
En términos espaciales la ciudad es un sistema que depende de la existencia
de ciertos lujos que le permiten mantener una estructura determinada, la cual va
sufriendo transformaciones que vuelven a incidir sobre estas corrientes de entrada y
salida. Este proceso de transformación y especialización es iterativo y materialmente
signiica que producto de tales inputs naturales la ciudad aumenta sus niveles de
organización y complejidad (Rueda 1997).
El ecosistema urbano o antrópico incluye elementos constitutivos del medio
natural: clima, atmósfera, subsuelo, vegetales, animales, etc. También se nutre ener-
géticamente de insumos extraídos de los ecosistemas naturales: carbón, gas, agua,
etc. Estos insumos son absolutamente vitales para el mantenimiento de su meta-
bolismo y conirman su dependencia irrenunciable de la naturaleza, hacen crecer
su complejidad mientras reducen la complejidad ecosistémica del entorno (Fariña
2006). La ciudad asimila estructuras de orden de su entorno para generar su propio
orden interno. Como sistema es auto-eco-organizador al participar el entorno en su
organización (Antequera 2005).

i.2. Metabolismo y uso del Territorio


El territorio es un insumo fundamental para el metabolismo de las sociedades. No
sólo como soporte espacial donde ocurrirán las interacciones económicas, sino
como insumo mismo capaz de explicar - según el estadio de desarrollo de esa so-
ciedad y las características geográicas de ese contexto – el modelo de crecimiento
y expansión económica.
Es generalmente aceptado entre los economistas ecológicos que, junto a los
lujos de materia y energía, el uso del territorio es el tercer recurso natural en impor-
tancia como input para las actividades económicas (Giljum 2003).
El uso y cobertura del suelo son también el núcleo de la contabilidad de recur-
sos naturales en el Sistema de Contabilidad Integrada Ambiental y Económica (SEEA
por sus siglas en inglés) de las Naciones Unidas. Por otra parte los cambios en el uso
y cobertura del suelo están siendo incrementalmente reconocidos como aspectos
claves de la política ambiental en la Unión Europea (Giljum 2003).
Metabolización es la incorporación de territorio - o parte – al metabolismo so-
cial. Este proceso lleva asociado un cambio antropogénico del espacio, que puede
ser intencionado, como la tala de bosques y la urbanización, o no intencionado
como la erosión o la pérdida de biodiversidad. Con todo signiica la incorporación
de territorio al ecosistema antrópico (Figura 3). El metabolismo social se expande
sobre el territorio en una lógica sucesional, que nucleada en la ciudad, responde

232
Luis Inostroza El metabolismo urbano: un sistema de apropiación de excedentes ecológicos. La transformación de ...

Figura 3. Gradiente espacial de transformación territorial. Fuente: elaboración propia.

tanto a los atributos territoriales circundantes y su valoración social como a las


condicionantes propiamente económicas que los harán más o menos viables.
La línea temporal marcará la sucesión del ecosistema como evolución espacio-
temporal. Los subsistemas menos organizados y menos productivos suelen ser punti-
formes, los sistemas más organizados forman retículos que envuelven manchas pro-
ductivas y explotadas (Rueda 1997). Esta coniguración espacial morfológica permite
la caracterización de los estados sucesionales del ecosistema antrópico.
En la gradiente de transformación antrópica del territorio es posible distinguir fe-
noménicamente cuatro estadios de incorporación de territorio al metabolismo social:

l Urbanización: que corresponde al ámbito urbano propiamente tal, ciu-


dades y sus hinterlands inmediatos que maniiestan los grados más altos
de modiicación antrópica. El grado de sustitución de elementos natu-
rales por elementos de origen antrópico es casi absoluto, son ambientes
completamente artiiciales.
l Ruralización: corresponde a las aureolas agrícolas y agropecuarias
de las ciudades, con grados de antropización menores, pero con
alto control de los parámetros ecosistémicos. Se trata de ecosistemas
antrópicamente dominados, con modiicaciones importantes de los
componentes espaciales los que son sustituidos por otros de aspecto
natural (cultivos, pastizales, etc.) pero de dependencia metabólica
antrópica.
l Apropiación: ocurre con la disminución de los grados de control del
medio natural por el ecosistema antrópico. Se trata de ecosistemas de
interfase antrópicamente dominados-con inluencia antrópica. El grado
de sustitución de elementos naturales es menor en magnitud y más con-
centrado espacialmente, mientras el control-inluencia ocurre por sus-
tracción: se toman elementos del ecosistema los que son incorporados
como insumos al metabolismo social.

233
RECONSTRUCCION Y RECONFIGURACION TERRITORIAL

l Colonización: tal como las colonizaciones en la gradiente de sucesión


ecológica se trata de ambientes con manifestaciones antrópicas puntua-
les, generalmente actividades de tipo extractivas fuertemente concentra-
das. Dada la baja magnitud de la presencia antrópica se perciben como
territorios naturales.

Estos estadios metabólicos generan una transición entre los ecosistemas antró-
picos, nucleados en las ciudades y los ecosistemas naturales, donde el grado de an-
tropización y naturalidad, como funciones inversas, se maniiestan como gradiente
a lo largo de esta sucesión ecológica.

ii. un sistema de apropiación de excedentes ecológicos

El metabolismo urbano, como proceso que permite a la ciudad apropiarse de insumos


ecosistémicos desde su hinterland, he incluso, desde territorios remotos, tiene efectos es-
paciales concretos, los que dependerán por una parte de las características del territorio
en que el sistema urbano se inserte y por otra parte, del nivel de complejidad social que
el asentamiento haya alcanzado, en términos de su estructuración vertical y horizontal.

ii.1. contexto Geográico de la patagonia chilena: el ecosistema de estepas


La Patagonia es una unidad territorial a escala continental, una enorme porción
del extremo sur de América. Este cono geográico-climático comienza en el para-
lelo 41º S con el desmembramiento continental de la vertiente Pacíica, el umbral
norte2, e incluye la cordillera de los Andes y el extenso territorio trasandino que
se extiende hasta el océano Atlántico, y desde allí en un embudo que termina en
el cabo de Hornos. Dentro de esta enorme unidad geográica se inscribe la región
de Magallanes, territorio político administrativo que limita al norte con los Cam-
pos de Hielo Patagónico3 y al oeste con las más altas cumbres de la cordillera de
los Andes que separan las aguas4 y extendiendo esta soberanía sobre el Estrecho
de Magallanes y la isla de Tierra del Fuego alcanzando el cabo de Hornos por el
extremo sur (Figura 4).

2
Que corresponde a la región de los Lagos en Chile y a la Provincia de Neuquén en Argentina.
3
Una de las reservas de agua dulce más grandes del planeta.
4
Divortium aquarium, el criterio de división limítrofe entre Chile y Argentina.

234
Luis Inostroza El metabolismo urbano: un sistema de apropiación de excedentes ecológicos. La transformación de ...

Figura 4. La región de Magallanes en la Patagonia

Es un espacio geográico de enormes contrastes que se maniiestan claramente en


los diferentes ecosistemas, determinados por un clima extremo y asimétrico, como por
una geomorfología compleja, un paisaje abrupto y fragmentado, un rompecabezas de
islas, iordos, canales y montañas, estepas, tundras, bosques y nieves eternas. El principal

235
RECONSTRUCCION Y RECONFIGURACION TERRITORIAL

factor morfoconigurante es la cordillera de los Andes que divide la Patagonia en dos


espacios distintos, geográica y ecosistémicamente: la vertiente pacíica y la atlántica.
En la región de Magallanes la cordillera se desvía hacia el occidente dejando
el grueso del territorio nacional en su vertiente oriental – atlántica - y expuesto a la
inluencia del clima de las estepas patagónicas, secas y ventosas. La gran cadena
andina actúa como una barrera que retiene en las secciones occidentales la carga de
humedad que traen los vientos del ámbito oceánico austral y antártico, dejándolos
pasar hacia el este y el norte prácticamente desprovistos de humedad (IGM 1983,
MOP 1994). Esta vertiente Atlántica es una enorme pampa que se extiende desde
la cordillera de los Andes hasta el océano Atlántico (Figura 5). Presenta un clima
más seco, dado que las grandes masas de aire han dejado parte importante de su
humedad en su paso por las cumbres de los Andes. No obstante las precipitaciones
se presentan todo el año; el agua nieve, y la nieve propiamente tal aparecen en los
meses fríos, desde abril hasta septiembre. Esto, propio del clima de estepa, origina
una cubierta vegetal homogénea, básicamente constituida por formaciones arbusti-
vas bajas (praderas) característica territorial que determina el potencial ganadero de
esta parte del continente (Pisano 1990, IGM 1983, MOP 1994).

Figura 5. Pampa magallánica al norte de Punta Arenas. Fuente: archivo personal autor.

La continuidad geográica de la vertiente oriental es de origen geomorfológico:


producto del arco que hacen los Andes hacia el océano Pacíico, la parte continental
de la región se desarrolla trasandinamente, en la vertiente atlántica de los Andes.
El ecosistema de estepa presente en el continente y en parte de la isla de Tierra del
Fuego (Figura 6) se extiende en un continum hasta Neuquén en Argentina más de
2.000 km al norte. Esta llanura casi plana fue creada por ventisqueros que, en épocas
remotas, bajaban de la cordillera depositando sedimentos y aplanando la supericie
hasta la costa Atlántica. Durante el cuaternario esta zona estuvo bajo condiciones
de englaciamiento siendo dominantes las formaciones morrénicas. La topografía

236
Luis Inostroza El metabolismo urbano: un sistema de apropiación de excedentes ecológicos. La transformación de ...

presenta valores bajos por lo que el paisaje se encuentra dominado por las formas
planas y onduladas típicas del modelado luvio-glacial (MOP 1994).

Figura 6. Ecosistema de estepa.

Esta parte de la región se ubica en el extremo árido-frío de la gradiente climática


oeste este que rige la distribución de la vegetación en el extremo austral de Sudamé-
rica (Gajardo 1994).

237
RECONSTRUCCION Y RECONFIGURACION TERRITORIAL

Las precipitaciones son en general inferiores a los 500 mm. (IGM 1983). Fisonó-
micamente homogéneo, corresponde a una estepa con gramíneas en mechón (coiro-
nes), hierbas cespitosas y arbustos bajos (Gajardo 1994), predominando extensas
supericies, un paisaje vegetal de praderas y arbustos. Esta fuertemente afectado por
el pastoreo, que provoca regresión del coirón a favor de los arbustos. (MOP 1994).
Presenta un importante número de lagunas, humedales y vegas de variados tamaños
donde es frecuente la presencia de una alta biodiversidad de aves (Figura 7).

Figura 7. Caiquenes en la estepa. Fuente: archivo personal autor.

ii.2. La evolución espacial de la actividad Ganadera


El proceso de ocupación económico-ganadera de la estepa patagónica fue total, al-
canzando la totalidad del ecosistema, su única frontera fue la cordillera de los Andes.
El proceso de expansión territorial fue lento en un comienzo pero vertiginoso una
vez instalado. Hacia 1905 la ocupación ganadera se había extendido sobre parte im-
portante del ecosistema de estepa (Figura 8). Este proceso de ocupación sigue un patrón
concéntrico – modelo ricardiano - donde primero se ocupan las tierras más aptas y así
en anillos sucesivos cuyo núcleo es la ciudad matriz, centro de acumulación que se es-
pecializa y aumenta su complejidad en virtud de la expansión territorial de la actividad.
Un segundo alveolo de ocupación aparece tempranamente hacia el norte en el
seno de Última Esperanza dando origen en 1904 a la ciudad de Puerto Natales como
centro de servicios ganaderos5 (Martinic 1992). Este patrón de aperturas y ocupación
territorial será determinante en la coniguración de la conectividad territorial: la ruta
9, principal eje de la accesibilidad terrestre regional, es un camino ganadero que
surge como conector natural entre las diferentes áreas de explotación. Esta columna
vertebral ganadera es el patrón espacial que estructura el sistema de asentamientos
humanos de la región de Magallanes.

5
Fundada oicialmente en 1911.

238
Luis Inostroza El metabolismo urbano: un sistema de apropiación de excedentes ecológicos. La transformación de ...

Figura 8. Proceso de ocupación territorial 1881-1905 Fuente: Inostroza 2012.

239
RECONSTRUCCION Y RECONFIGURACION TERRITORIAL

Figura 9. Ocupación territorial, estructura urbana y bosque andino. Fuente: Inostroza 2012.

El umbral de ocupación de la ganadería tuvo como límite las faldas de la cordi-


llera de los Andes donde termina el ecosistema de estepa y comienza el de bosque

240
Luis Inostroza El metabolismo urbano: un sistema de apropiación de excedentes ecológicos. La transformación de ...

andino patagónico (Figura 9). En su afán expansionista la presión de la ganadería


sobre este límite se manifestó mediante la quema de bosques a in de incorporar
nuevos territorios.

ii.2.1. el patrón de poblamiento Ganadero


El poblamiento de la Patagonia comienza en 1843 con la instalación del fuerte Bul-
nes en la Punta Santa Ana, decisión geopolítica del gobierno de turno a in de tener
el control del tráico marítimo en el Estrecho de Magallanes. Tres años después se
trasladaría 60 km hacia el norte dando origen al primer asentamiento humano per-
manente: la ciudad de Punta Arenas, capital del futuro desarrollo de la Patagonia.

Figura 10. Crecimiento demográico de Magallanes 1875-2002. Fuente: Inostroza 2012.

Si bien la población rural aumentó de manera considerable durante este pe-


riodo, nueva mano de obra para la loreciente actividad ganadera, el crecimiento
demográico de Punta Arenas fue siempre mayor (Figura 10). Se asentaba una forma
de utilización del territorio. Así la revolución ganadera fue además de un proceso
de ocupación antrópica del territorio un proceso de especialización y aumento de
complejidad de su centro de comando: la ciudad de Punta Arenas.
El comportamiento demográico fue un sin precedentes, tanto por el notable
incremento poblacional como por la inmigración extranjera, principalmente de Eu-
ropa. Las tasas de crecimiento poblacional del periodo son las más altas registradas
desde la fundación de la ciudad y jamás se volvieron a repetir (Figura 10). Este cre-
cimiento poblacional es directamente proporcional a la expansión territorial de la
actividad (Figuras 8 y 9) y al crecimiento del ganado (Figura 11). Ovejas y personas
se incrementaron a ritmo similar: las primeras ocuparon la totalidad de la estepa
mientras las segundas complejizaron el centro de comando.

241
RECONSTRUCCION Y RECONFIGURACION TERRITORIAL

Figura 11. Crecimiento ovino 1883-2007, porcentaje variación. Fuente: Inostroza 2012.

La atomización de la propiedad fue escasa, predominando el latifundio en grandes


predios de arrendamiento, dejando la pequeña propiedad rural restringida a los terrenos
ubicados en las inmediaciones de la ciudad matriz, entre el río Tres Brazos y Chabunco.
Este patrón de poblamiento fue determinado por la actividad ganadera. La alta
primacía de la capital regional sobre el resto de la estructura urbana ejerciendo
como centro de control sobre un amplio territorio escasamente atomizado constitu-
ye un patrón de ocupación territorial determinado por el funcionamiento ganadero.
El sistema de asentamientos humanos de Magallanes no sólo se origina en la gana-
dería sino también es funcional a ella.

Figura 12. Amanecer en Punta Arenas. Fuente: archivo personal autor. Una especial característica
geográica distingue a Punta Arenas del resto de las ciudades del país: es la única que además de
estar a orillas del mar mira hacia el oriente. Esta singularidad de la ciudad del estrecho no sólo produ-
ce notables amaneceres sino también expresa la vocación espacial trasandina del centro ganadero.

242
Luis Inostroza El metabolismo urbano: un sistema de apropiación de excedentes ecológicos. La transformación de ...

Más allá de la inluencia de la accesibilidad marítima en el patrón de poblamiento,


donde los principales centros urbanos: Punta Arenas, Porvenir, Puerto Natales y Puerto
Williams se originan y vinculan por mar, es la utilización y explotación de la estepa el
rasgo que ha sido determinante de la coniguración actual de la estructura territorial.

ii.3. La Metabolización de la estepa


Al analizar la base económica de las ciudades es posible ver que en el origen, como
localización, esta se sustenta en unos pocos tipos de explotaciones sobre las cuales se
construye el círculo virtuoso de la división del trabajo, el crecimiento y la prosperidad
que culmina en la terciarización: ciudades capaces de apropiar insumos materiales y
energéticos de lejanas latitudes. Sin embargo el alcance espacial del uso antrópico del
medio natural, sus efectos e inluencias presenta diicultades metodológicas para su
establecimiento. El grado de antropización del territorio, la intensidad de su utilización
por la sociedad no siempre maniiesta rasgos fenoménicos evidentes. Las clasiicacio-
nes cartográicas del territorio recurren a la cubierta vegetal, criterio que no releja el
grado de apropiación humana que signiican. De esta forma en la práctica se clasiican
como naturales territorios sólo en consideración de esas manifestaciones fenoménicas
– como fenosistema – soslayando los procesos que subyacen y las a veces impercepti-
bles transformaciones humanas – como criptosistema6.
En esta percepción la región de Magallanes aparece todavía como un territorio
virgen y natural. Sus habitantes lo consideran un territorio prístino que se extiende
en un continum más allá del reducido ámbito de las ciudades. Un territorio ganade-
ro que parece natural, de relativa belleza7 y muy bajo grado de intervención donde
las transformaciones antrópicas existentes: construcciones, caminos, asentamientos
ganaderos, incluso ciudades, etc., parecen insigniicantes frente a la inmensidad del
territorio. Sin embargo las alteraciones antrópicas existen a pesar de permanecer
soslayadas en la inmensa vastedad Patagónica: casi la totalidad del ecosistema de es-
tepa esta sufriendo un proceso de erosión (Figuras 14 y 16) de origen antropogénico,
mismo que deriva de esas formas de explotación. Esta relación aparece con claridad
al analizar las relaciones metabólicas entre estepa y sociedad.
En el metabolismo de la sociedad sobre el territorio existe una cadena o lujo
metabólico que conecta un stock ecológico preexistente, el coirón de la estepa pata-
gónica inicio de la cadena productiva, con el stock inal como excedente en el sistema
urbano, como acumulación de capital ijo: la arquitectura (Figura 13). En su recorrido
el lujo ecológico (lechas negras) que se origina en un capital biótico acumulado por
el medio natural es apropiado e incorporado al ecosistema urbano por la ganadería,
actividad que lo transforma en lujo económico (lechas rojas). El excedente de la ac-

6
Siguiendo la deinición de González-Bernáldez, 1981, Ecología y Paisaje, Madrid, Editorial Blume.
7
De acuerdo con la deinición del convenio europeo de paisaje la estepa es un paisaje cultural (Consejo de Europa 2000).
La valoración explicita de este territorio como paisaje cultural también aparece en algunos trabajos como Garcés 2009.

243
RECONSTRUCCION Y RECONFIGURACION TERRITORIAL

tividad solventa la aparición de la arquitectura como expresión de riqueza8. A su vez


el crecimiento demográico y el aumento de los niveles de organización, como pro-
cesos sociales, presionan a la actividad ganadera (línea roja segmentada). En todo el
proceso la actividad esta produciendo efectos antrópicos que se acumulan en el medio
ambiente (lechas azules), aun cuando no sean evidentes, los que se incrementan pro-
porcionalmente a los aumentos en la presión que ejerce la sociedad sobre la actividad.
Desde el punto de vista metabólico, sin restar importancia a las transformacio-
nes intermedias, la relación fundamental entre sociedad y naturaleza aparece con
claridad en el inicio y término de la cadena: el excedente ecológico explica el exce-
dente urbano. La espléndida arquitectura de Punta Arenas, que como expresión de
prosperidad social sorprende, esta metabólicamente conectada con el coirón9, son
principio y in de la misma cadena productiva. Como lujo metabólico el excedente
es ecológico en su origen y social en su evolución.

Figura 13. Proceso de metabolización del coirón. Fuente: elaboración propia.

A pesar de la gran concentración poblacional el patrón de utilización del te-


rritorio es extensivo. La primera apropiación ocurre sobre la estepa a través de la
ganadería. La generación de pequeñas unidades espaciales autosuicientes, las es-
tancias ganaderas, permitió la explotación extensiva de un territorio que permaneció
aparentemente en estado natural por más de cien años. Sin embargo el ecosistema
de estepas esta antrópicamente dominado, se trata de una apropiación antrópica del
medio natural, como función de comando, que con base en la ciudad matriz –Punta
Arenas – explota un enorme territorio.

8
La arquitectura como epifenómeno social habitualmente se asocia a los niveles de desarrollo de las culturas y por
ende a la importancia y magnitud de sus excedentes (Tainter 1988).
9
Coirón es la especie arbustiva más común de la estepa magallánica (Gajardo 1994).

244
Luis Inostroza El metabolismo urbano: un sistema de apropiación de excedentes ecológicos. La transformación de ...

La explotación ganadera estuvo determinada por su fácil descubrimiento y uti-


lización en una oleada expansionista que originó la época de oro. Fueron utiliza-
dos primero los recursos mejor localizados y cuando éstos no fueron suicientes se
incluyeron territorios secundarios. Una vez incorporada la totalidad de la estepa al
metabolismo socioeconómico regional la única alternativa de sobrevivencia de la
actividad era intensiicar las tasas de explotación. Esto ocurrió mediante dos proce-
sos: la atomización de la propiedad, la que comenzaría con el término de los arren-
damientos y también a través del aumento de la carga animal (animales/hectárea).

iii. efectos Territoriales: La erosión de la pampa

La ganadería extensiva cimentada sobre los atributos de la estepa tendría graves con-
secuencias en el territorio producto de la utilización intensiva de las praderas natura-
les. Estos efectos constituyen la esencia misma que explica el explosivo desarrollo de
la actividad en sus primeras etapas y el vertiginoso desarrollo urbano de Punta Are-
nas. Los procesos de alteración ecológica producidos por las primeras ocupaciones
humanas, de los colonizadores, liberan la energía almacenada, lo que da lugar a una
engañosa exuberancia de vida vegetal y animal tanto silvestre como doméstica. Tales
liberaciones de capital biótico enmascaran o posponen las consecuencias negativas
de tal violencia (Leopold 1966).
Según este alcance ecológico el ciclo de inicial de abundancia de la ganadería
extensiva en la región, sería la liberación y consumo acelerado de stocks ecológicos
acumulados por centurias y cuyo agotamiento se manifestaría en términos de ero-
sión. Este consumo acelerado de ahorros ecológicos es el caldo de cultivo para otras
alteraciones y degradaciones como el sobrepastoreo, que aparece como un efecto
inercial de la pérdida de importancia relativa de la actividad, sumada al agotamiento
del recurso pastoril.
Probablemente el pastizal original se veía como un pastizal alto y cerrado. Por
efecto del sobrepastoreo selectivo fueron perdiendo vigor y capacidad de recupe-
ración año tras año cediendo el espacio a especies consideradas malezas de hoja
ancha y crecimiento en roseta pegada al suelo, o a arbustos rastreros y en casos
extremos suelo desprovisto de vegetación.10
El sobrepastoreo se produce cuando la cubierta vegetal es consumida con demasia-
da intensidad, alta frecuencia o en época equivocada (inicio del crecimiento). Al dismi-
nuir la cubierta vegetal los suelos quedan expuestos a la acción erosiva del viento. Esto
ha producido que el ecosistema de estepas maniieste niveles de homeostasis muy bajos,
con incrementos en los procesos erosivos cerrando un círculo vicioso (SAG 2004).

10
SAG 2004, página 23.

245
RECONSTRUCCION Y RECONFIGURACION TERRITORIAL

En la época de oro ganadera la carga animal promedio no superaba 0,4 anima-


les por hectárea (Martinic 1992). La recomendación del Servicio agrícola ganadero
en orden a evitar la erosión es clariicadora: La decisión más importante, en este tipo
de ecosistemas frágiles, es la determinación de la carga animal (SAG 2004). Las car-
gas animales existentes indican la crisis de la actividad la que esta siendo traspasada
al territorio, sobre el cual aumentan las presiones. El recurso ecológico es sobre ex-
plotado como estrategia de sobrevivencia que permita enfrentar la pérdida de rendi-
mientos de la actividad. Ganadería y erosión, su efecto territorial, se han expandido
a la totalidad de la estepa. Los postrimeros efectos de una actividad en decadencia,
que acaba no sólo el atributo que le dio origen sino un ecosistema completo.
El auge de la actividad ganadera, la época de oro, se maniiesta durante el pe-
riodo de mayor crecimiento de la masa ovina (Figura 15), cuando la pendiente de
la curva es positiva en su fase exponencial desde 1886 hasta 1920, es decir durante
el período de expansión caracterizado por la constante incorporación de nuevos
territorios a la explotación. Es también en este periodo cuando la ciudad matriz ex-
perimenta su mayor y más importante desarrollo urbano.
En el éxito inicial de la actividad hay tres factores jugando un rol fundamental:
disponibilidad de nuevos territorios, stocks ecológicos disponibles en esos nuevos
territorios y aumento de la masan ovina, justiicada en los dos factores anteriores.
Sin embargo territorio y stocks tienen un límite que inalmente afecta la curva de
crecimiento de la masa ovina. A partir de ese punto la masa ganadera entra en fase
de luctuaciones que indican el comienzo del ciclo de rendimientos decrecientes,
donde se ha alcanzado la saturación. La curva de crecimiento poblacional de la
masa ovina es logística con fases de cambio (Figura 15). Para sobrevivir, mantener
la competitividad del sector, la alternativa ha sido la sobreexplotación de la estepa.

246
Luis Inostroza El metabolismo urbano: un sistema de apropiación de excedentes ecológicos. La transformación de ...

Figura 14. Intensidad de la erosión por comunas. Fuente: Inostroza 2012.

247
RECONSTRUCCION Y RECONFIGURACION TERRITORIAL

Figura 15. Evolución histórica de la masa ovina. Fuente: Inostroza 2012.

Hacia 1920 la ganadería concentraba el 50% de la mano de obra y hacia 1923


el 94% de las exportaciones correspondió a derivados de dicha actividad. Dos dé-
cadas después las exportaciones ganaderas habían caído a niveles marginales y la
actividad ganadera en conjunto con la agrícola, no empleaban más del 17% de la
población (Martinic 1992).

Figura 16. Grado y origen de la erosión a nivel regional. Fuente: Inostroza 2012.

iV. el efecto Metabólico en la ciudad Matriz

La categoría, el despliegue arquitectónico, la relevancia de la arquitectura decimonó-


nica chilena es un relejo de la pujanza económica de los comienzos de la república,
originada en el reciente acceso a numerosos, nuevos y abundantes recursos naturales
y que también se inscribe en las dinámicas propias de las ciudades que las originaron.
Sin embargo en el imaginario del país, Punta Arenas es sólo una pequeña ciudad al
sur de Puerto Montt. No tiene ningún rol en la historia oicial de Chile. En ese contexto
sorprende el primer encuentro con la ciudad más austral del mundo. Básicamente por
la calidad de la arquitectura del centro histórico, la plaza principal, el cementerio y la

248
Luis Inostroza El metabolismo urbano: un sistema de apropiación de excedentes ecológicos. La transformación de ...

gran cantidad de ediicios patrimoniales. En algunos casos se trata de ediicios de cate-


goría sólo comparable con la arquitectura mayor de lejanas metrópolis como Santiago
o Buenos Aires, a más de 3.000 km de distancia. Ediicios que por su ubicación en los
rigores climáticos de la Patagonia sorprenden a quienes los encuentran por primera vez.

Figura 17. Palacio Sara Braun. Fuente: archivo personal autor.

La época de oro ganadera tuvo efectos sociales y económicos persistentes en el


tiempo. La prosperidad de Punta Arenas está indexada al éxito económico de la ga-
nadería extensiva. Este esplendor ganadero se materializa físicamente en el espacio
urbano. La burguesía magallánica, inspirada en su cuna natal Europa construye una
ciudad para perdurar, un halago a sí misma, para validarse, para ostentar, a través de
obras de carácter privado y valor individual. La sociedad ganadera se caracteriza por
ser un colectivo social que fue capaz – mucho más que otras del resto de país - de
dejar plasmada con vehemencia toda su impronta en la ciudad, en una pléyade de
magniicas obras arquitectónicas que en su gran mayoría se han conservado.
La Aristocracia no necesita del pasado… Quien más estima los pergaminos y las
ejecutorias es quien no los tiene. El eclecticismo arquitectónico fue un despliegue,
muchas veces empalagoso, de títulos de nobleza recién adquiridos, demasiado fres-
cos. La nueva y poderosa burguesía los exhibió con esa falta de pudor y de medida
propia de los nuevos ricos.11
El pequeño poblado se transformó en ciudad al amparo de la clase burguesa, la
elite magallánica fuertemente ligada a Europa que gustaba de la elegancia, el lujo y
la buena vida y que pronto comenzó a imprimir este sello en los principales espacios
urbanos.

11
Chueca, página 184.

249
RECONSTRUCCION Y RECONFIGURACION TERRITORIAL

La ciudad burguesa en sus centros representativos, en sus zonas residenciales de


alto nivel social, expone estos valores en estructuras estables y coherentes, en arqui-
tecturas que, por encima de otro designio, quieren hacer valer y airmar su dignidad.12
Punta Arenas pese a su excentricidad geográica posee uno de los patrimonios
arquitectónicos más concentrados y mejor conservados de Chile. El 80% de las 45
manzanas del centro histórico posee al menos un ediicio de características patri-
moniales. El 30% de la supericie neta del casco histórico, 12 de las 39 ha totales,
posee algún valor patrimonial. Toda esa relevancia arquitectónica obedece a fuerzas
sociales en una época de incomparable esplendor económico, una época de oro
que imprime su sello distintivo en el centro de la ciudad, un despliegue arquitectóni-
co burgués que maniiesta una enorme transformación social, la hegemonía de esta
ciudad sobre toda la Patagonia, la impresionante riqueza que se acumuló, el revuelo
social, la sociedad pujante. La sorpresa viene de la contradicción: ¿Cómo es posible
esta ciudad aquí, al sur del sur del mundo, alejada de todo y de todos?
Entre 1891 y 1895 se construyeron las ediicaciones de los acaudalados pio-
neros, Sara Braun, Mauricio Braun, José Menéndez y otros. Se trajeron arquitectos,
planos y materiales de la mejor calidad, muestra típica de la maestría industrial y
artesanal de la Belle époque europea. El resto de la ciudad actúa por imitación y se
construyen una serie de ediicaciones de similares características (Figura 19).

Figura 18. Ediicaciones patrimoniales centro Punta Arenas. Fuente: Inostroza 2012.

12
op. Cit. página 183.

250
Luis Inostroza El metabolismo urbano: un sistema de apropiación de excedentes ecológicos. La transformación de ...

Figura 19. Supericies patrimoniales centro Punta Arenas. Fuente: Inostroza 2012.

Un legado físico y material de la época de oro ganadera, toneladas de sedimen-


to arquitectónico originados en stocks ecológicos acumulados durante centurias en
la pampa, apropiados y transferidos al metabolismo social en un par de décadas.

V. conclusiones

Las localizaciones urbanas obedecen en la gran mayoría de los casos a criterios de


explotación de la naturaleza claros y explícitos, donde la mayor abundancia de recur-
sos naturales explica los niveles de prosperidad de los asentamientos humanos. Los
campamentos mineros que desaparecen una vez agotado el mineral que los originó
son un excelente ejemplo. El metabolismo urbano permite entender los asentamientos
humanos en términos de su base económica, su existencia, volumen, características y
capacidad de generar excedentes y las formas en que esos excedentes se acumulan.
La Patagonia es un territorio cuyas características ecológicas, sumadas a la capa-
cidad social de apropiación de naturaleza, explican la prosperidad urbana y social
de su principal centro urbano, expresada en una de característica epifenoménica
primordial del desarrollo: la arquitectura.
Los usos antrópicos tienen innumerables efectos, muchos de los cuales pasan des-
apercibidos o permanecen en estados latentes hasta que una vez desencadenados evo-
lucionan incrementalmente en curvas difícilmente controlables (Myers 1995). El caso
de la ganadería extensiva es un buen ejemplo: aún hoy en día el territorio ganadero
parece natural, de relativa belleza y muy bajo grado de intervención. Las transformacio-
nes antrópicas existentes: construcciones, caminos, asentamientos ganaderos, incluso
ciudades, etc., parecen insigniicantes frente a la inmensidad territorial. Sin embargo
casi la totalidad del ecosistema de estepa esta sufriendo un proceso de erosión de origen
antropogénico, mismo que deriva de esas formas de explotación. Esta relación aparece
con claridad al analizar las relaciones metabólicas entre estepa y sociedad.
El metabolismo de la sociedad sobre el territorio se puede entender como una
cadena o lujo que conecta el stock ecológico preexistente, el coirón de la estepa
patagónica inicio de la cadena productiva y el stock inal como excedente en el
sistema urbano, como acumulación de capital ijo: la arquitectura. En su recorrido
el lujo ecológico que se origina en un capital biótico acumulado por el medio
natural es apropiado e incorporado al ecosistema urbano por la ganadería, que lo

251
RECONSTRUCCION Y RECONFIGURACION TERRITORIAL

transforma en lujo económico. El excedente de la actividad solventa la aparición


de la arquitectura como expresión de riqueza. A su vez los procesos sociales de
crecimiento demográico y aumento de los niveles de organización, presionan a la
actividad ganadera. En todo el ciclo la actividad esta produciendo efectos antrópicos
que se acumulan en el medio ambiente, aun cuando no sean evidentes, los que se
incrementan proporcionalmente a su crecimiento.
Desde el punto de vista metabólico, sin restar importancia a las transformacio-
nes intermedias, la relación fundamental entre sociedad y naturaleza aparece con
claridad en el inicio y término de la cadena: el excedente ecológico origina el ex-
cedente urbano. La espléndida arquitectura de Punta Arenas esta metabólicamente
conectada con el coirón, son principio y in de la misma cadena productiva. Como
lujo metabólico el excedente es ecológico en su origen y social en su evolución.

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254
planeación del espacio metropolitano. Metrópolis prematura desde la
visión de los imaginarios. Monterrey en la contemporaneidad líquida.
planning of the metropolitan space. Metropolis premature from the imaginaries
vision. Monterrey in the liquid contempory

Eduardo Sousa González1

RESUMEN
Está claro que el espacio urbano es el asiento físico que contiene a la sociedad, otorgán-
dole la posibilidad de desarrollar un sentido “identitario, histórico, referencial” (Augé,
M.:2005), de singularidad propia y en la sobremodernidad líquida, todas sus formas
de asociación en el marco de las instituciones sociales que le cohesionan, dándole un
sentido de legalidad; de ahí la necesidad, no sólo de su planeamiento espacial, sino
también, además de entender la forma en que los pobladores-imaginantes lo perciben
y construyen el imaginario urbano, vinculando estas percepciones imaginarias al pro-
ceso de planeación del sitio.
PALABRAS CLAVES: planeación; instituciones sociales; metrópoli prematura; espacio urbano.

SUMMARY
It is clear that the urban space is the physical seat that the society contains, granting the
possibility of developing an ”identitary”, historical, referential” sense (Augé, M: 2005),
of own singularity and in liquid “contemporaneity”, all forms of association within the
framework of the social institutions that unite it, giving a legality sense; of there the
necessity, not only of it’s space planning, but also, to understand the way that they per-
ceive the “settlers-imaginantes” and in what they construct the imaginary urban one,
tying these imaginary perceptions to the process of site planning of the site.

KEYWORDS: planning; social institutions; premature metropolis; urban space.

i. introducción: entorno contextual2

La intención de las relexiones siguientes a partir del caso Monterrey N. L. México, no


tienen por objeto el establecimiento de generalizaciones, para otras ciudades mexica-
nas, mucho menos para las latinoamericanas: no hay el espacio, ni la profundidad, ni
es el propósito actual; la inalidad de esta exploración en términos de objetivos mediá-
ticos, sería el de avanzar en el conocimiento interpretativo-teórico, de la manera en
que algunos conceptos, provenientes de disciplinas tradicionalmente adyacentes a la
planeación espacial del suelo, pudieran ser incorporados a los procesos metodológi-

1
Doctor en asuntos urbanos; miembro del Sistema Nacional de Investigadores (CONACYT) en el Nivel 2 y de la
Academia Mexicana de Ciencias AMC; eduardo.sousagn@uanl.edu.mx
2
Este artículo es parte de una investigación que lleva por nombre “Espacios urbanos en la contemporaneidad I: argumentos
teóricos para la generación de políticas públicas” fue elaborada en la Facultad de Arquitectura de la UANL; apoyada con
recursos económicos dentro del Programa de Apoyo a la Investigación cientíica y Tecnológica PAICyT 2011.

255
RECONSTRUCCION Y RECONFIGURACION TERRITORIAL

cos del planeamiento orientativo de los usos del suelo metropolitano, proporcionando
mayor certidumbre, no sólo en la generación de las políticas públicas aplicables en la
agenda de gobierno; sino que éstas, tengan la característica de la alteridad3, eso es, la
percepción del Otro, conformando así, políticas públicas con mayor dosis de eiciencia,
eicacia y efectividad (EEE). Aún más, la intención aquí, es además de proponer un co-
mún denominador entre estas disciplinas mencionadas (psicología-planiicación), que
permita su posterior concatenación y vinculación de técnicas, de metodologías y quizá
de estrategias operativas de aplicación disciplinaria, para el avance en el conocimiento
teórico-interpretativo y operativo del sitio; sería el de descubrir algunas circunstancias
perniciosas, inherentes al proceso de planeación del suelo y que de alguna manera, son
los factores que intervienen en generar la morfología espacial del lugar.
Para esto, lo primero que se considera fundamental, es la deinición de dos
conceptos propuestos por el autor de este artículo, en el marco de investigaciones
anteriores (Sousa, E.: 2011a: 2-3; 2011b:5) y que servirán contextualmente para el
cabal entendimiento de lo expresado en este artículo.
1. La noción de metrópoli prematura. En términos generales, el concepto de pre-
maturidad alude a un crecimiento antes de tiempo, a un impulso anticipado, el cual si
lo vinculamos a otras disciplinas, pudiera enfocarse mutatis mutandis, a una acrocéfa-
lia, donde simbólicamente, las estructuras del imaginario urbano (Banchs, M.: 2007:
47-65), que dan forma y que permiten el desarrollo espacial equilibrado del sitio, tie-
nen una tendencia hacia la precocidad, entendido esto último, como: una alteración,
una propensión negativa hacia: a. El adelantamiento en el crecimiento población-
territorio, b. La inexperiencia en los procesos de planeamiento territorial y c. El trato
contingencial en los asuntos de política pública y en la agenda de gobierno ligados
al sitio. Para explicar esto, lo primero que habría que entender es que las concentra-
ciones metropolitanas, «nos referimos especíicamente a México y particularmente a
Monterrey, Nuevo León« generalmente conjugan 5 componentes: 1. La variable del
componente económico, 2. La variable del componente político; 3. La variable del
componente socio-demográico; 4. La variable del componente territorial; 5. La varia-
ble del componente ambiental. Con estas generalizaciones es posible conigurar con-
ceptualmente lo que llamamos una metrópoli prematura, concibiendo a ésta como:
Un espacio deinido, el cual está regularmente integrado por áreas urbanas de dife-
rentes municipios y que agrupa a un conjunto de pobladores de características socioeco-
nómicas e identitarias disímiles; dicha espacialidad, aunque está liderada políticamente
por un gobierno estatal y otros locales, de tendencia democrática, éstos no alcanzan a
establecer en tiempo y forma, políticas públicas equitativas en su agenda de gobierno,
ni un control adecuado, que permita un crecimiento demográico y de expansividad
territorial controlado y de orientación apropiada en el sitio; por lo que procesalmente
y por una alteración, un impulso demográico tempranamente anticipado, desatiende,

3
Para profundizar en el concepto de política pública de alteridad consultar SOUSA, E.: 2010: capítulo 6;

256
Eduardo Sousa. Planeación del espacio metropolitano. Metrópolis prematura desde la visión de los imaginarios...

no sólo a la regulación espacial que permite la expansión horizontal y transversal »que


agrega áreas de varios municipios« de la zona, sin la veriicación orientativa adecuada;
sino también, el incremento numérico de sus pobladores, tendiendo a una fallida madu-
ración, donde paulatina y contradictoriamente se disminuye: la capacidad de sostenibi-
lidad económica, ecológica, espacial, de dotación de servicios gubernamentales, y de
bienestar generalizado para la mayoría de los pobladores del lugar. Esto es, inicialmente
el sitio se pobló solamente expandiéndose territorialmente y en forma no planeada, sin
la correspondiente prosperidad para sus habitantes: creció por una alteración demográ-
ica, dinámica y prematura, no logrando el desarrollo en la contemporaneidad líquida,
convirtiéndose en una metrópoli prematuramente alterada.
2. La noción de contemporaneidad líquida.Tiene una relación directa con 3 posicio-
nes teóricas: la postura antropológica de Marc Augé y lo que él propone como iguras del
exceso (tiempo, espacio y ego: Augé, M.:2005: 36-42), la postura sociológica de Zigmunt
Bauman (BAUMAN, Z: 2004:99-132), donde formula la noción de modernidad líquida,
así como lo que propone el Sousa, Eduardo. de este artículo en la esfera de otras investi-
gaciones (Sousa, E.: 2007; 2009; 2010), vinculado a la mundialización y al subdesarrollo
latinoamericano: entonces, entendemos a la contemporaneidad líquida en la esfera de
las características cambiantes de la época actual, considerando a la liquidez como una
metáfora que permite entender la naturaleza de la modernidad, donde el tiempo-líquido
y la postura teórica asociada a las iguras del exceso augeianos: de tiempo, de espacio y
de ego; indican el cambio de una modernidad solidad-estable, a otra con movimiento
perpetuo y cambio constante, que no alcanza a solidiicarse, entre otras cosas, por su en-
marcamiento en una mundialización galopante, que relaciona procesos concomitantes de
informacionalización y de difusión urbana generalizada, los cuales adquieren característi-
cas sui generis y particularidades de prematurez, en los países dependientes o de subdesa-
rrollo intermedio (Di Filippo, A.:1998:8), como México y otros más latinoamericanos: los
sólidos cancelan el tiempo; para los líquidos, por el contrario, lo que importa es el tiempo.

ii. el espacio territorial metropolitano y su relación con sus imaginarios inmanentes.

El espacio territorial metropolitano, lugar donde la sociedad procesalmente en un


tiempo diferencial va cimentando, ediicando y estructurando la base de su constitu-
ción identitaria, o mejor su imaginario social, estaría representada desde la perspectiva
de Cornelius Castoriadis (Castoriadis, C.: 2001: 53; 1986:15; 1981: 54), en lo que él
solía llamar como “la institución de la sociedad IS”4; donde la sociedad estaría estruc-
turada y compuesta por un conjunto de instituciones, siendo ésta, evidentemente, la

4
Entendiendo por la IS “lo que mantiene unida a una sociedad y le otorga su singularidad propia, diferenciándola
de otras sociedades y de la misma sociedad en diferentes épocas; es una compleja urdidumbre de signiicaciones ima-
ginarias que amparan, orientan y dirigen toda la vida de la sociedad y a los individuos concretos, que corporalmente
la constituyen” (Castoriadis, C.:1981 citado por Banchs, M. 2007:54).

257
RECONSTRUCCION Y RECONFIGURACION TERRITORIAL

parte medular del imaginario social, por lo que la IS estaría constituida procesalmente
de una memoria histórica y socio-cultural identitaria; ya que es la que mantiene unida
a la sociedad, dándole sentido de cohesión, legitimidad, identidad y otros más.
La idea de Cornelius Castoriadis sería descubrir no sólo lo que mantiene uni-
da a la sociedad, sino también, el origen de ésta y la forma de lograr su evolución
transformacional; justamente, como se menciona en párrafos anteriores, uno de los
propósitos en este artículo, es el de establecer una relación entre conceptos diferen-
ciados como: el de imaginario (urbano, social instituyente, social instituido y radical:
Banchs, M. 2007:57), que el autor que seguimos, propone en el marco del concepto
de la institución de la sociedad IS y otras nociones, vinculadas al espacio territorial
metropolitano y a sus disímiles usos del suelo; yuxtaponiendo, como una conditio
sine qua non, a estas nociones del imaginario mencionadas, al espacio físico-territo-
rial del sitio, como un anclaje evidente y fundamental de la sociedad radicada en el
lugar y que agrupa, a los pobladores imaginantes ahí asentados; los cuales transitan
inicialmente, en ámbito que circunscribe su imaginario radical. ¿Y cómo y por qué
sería este tránsito? ¿Y los imaginarios social instituyente y social instituido cómo
pudieran intervenir positivamente en el proceso de la planeación? Ver la igura 1.
Lo primero que habría que entender, es que el imaginario radical desde la posición
castoriadisiana tiene una relación directa con la argumentación de la “creación a partir
de la nada: ex nihilo”, basándose en la idea de lo que él menciona como el primer con-
tacto o mónada; indicando que cuando un individuo nace, lo que le permite llegara a
ser, es la previa socialización con los otros individuos ligados inicial y directamente a
él »padre, madre u otros«; esa mónada, ese primer contacto, esa unidad a partir de la
nada, en palabras de Zapolsky (s/f) y Banchs (2007:56), es una realidad de naturaleza
biológica-inicial: boca-pecho-placer-leche, en ese orden, de implicaciones fundamen-
tales; ya que el primer contacto, da píe a la formación de las primeras imágenes o de
sus imágenes radicales, fundando en el individuo la capacidad de imaginar, generando
además en ese proceso transformacional, su primera representación radical.

Figura 1: El espacio territorial social-urbano y sus imaginarios inmanentes. Fuente: Datos gene-
rados por Sousa, E. a partir de la postura teórica de Cornelius Castoriadis.

258
Eduardo Sousa. Planeación del espacio metropolitano. Metrópolis prematura desde la visión de los imaginarios...

Lo que no menciona Cornelius Castoriadis, es que este transito procesal-gene-


racional, implica que cada individuo perteneciente a un determinado grupo social,
tiene una percepción no sólo de su matriz social y de sus características intrínse-
cas (socio-económicas, culturales, identitarias), sino también, del espacio territorial
donde radica y de sus particularidades infraestructurales, de equipamiento, de vi-
vienda y de otras; lo cual representa información básica para el planeamiento de las
políticas públicas de alteridad.
En segundo lugar, para explicar la forma en que el espacio territorial social-urbano,
asiento físico de los pobladores-imaginantes, tiene una relación operativa-transforma-
cional con los procesos de planeación »su metodología y las estrategias ligadas a las
políticas públicas de desarrollo urbano« y el asunto de los imaginarios social instituyente
y social instituido, e incluso con el concepto de la institución de la sociedad; y entender
la manera en que estos conceptos mencionados, pudieran contribuir a avanzar en el
conocimiento de los procesos de planeación metropolitana, que den mayor certidumbre
a las estrategias orientadas a equilibrar el desarrollo territorial de los usos del suelo del
sitio; primeramente habría que entender la posición de Cornelius Castoriadis, en torno
a estos imaginarios, aún más, en virtud de que estos dos imaginarios tienen una rela-
ción directa, no sólo con el espacio físico-territorial donde se desarrolla la vida urbana
de los sujetos-imaginantes; sino también, con la organización de la sociedad en tanto
institución de la sociedad y de las signiicaciones imaginarias sociales que tienen que ver
con ésta, sería una condición indispensable el subrayar la forma en que la mencionada
institución de la sociedad y sus signiicaciones imaginarias, se despliegan circulando en
dos dimensiones, teniendo una correspondencia directa entre sí; nos referimos a: i. La
dimensión conjuntista identitaria y a ii. La dimensión imaginaria.

ii.1. La dimensión conjuntista identitaria


Desde la perspectiva castoriadisiana, en la lógica ensídica social o también llamada
conjuntista identitaria, se indica que en la sociedad existe una forma de organiza-
ción, en la que coexiste una “realidad de las cosas, que se prestan para poder ser
agrupadas en conjuntos determinados y para que la lógica de la identidad les pueda
ser aplicada” (Zapolsky, L.: s/f), de ahí el nombre de conjuntista identitaria; dicha
lógica, funciona en lo que se podría llamar como una determinicidad, lo cual signi-
icaría que se genera un esquema para la determinación individual de las cosas en
la mundanidad (ARENDT, H.:2002:23).
Primeramente lo que se debería de entender, es en dónde y qué genera esa de-
terminicidad: inicialmente se parte de que esto se genera en el campo de lo social-
histórico5, pero aquí lo fundamental sería destacar, como se menciona anteriormen-

5
El campo social-histórico en la lógica de Castoriadis alude a que no puede existir lo social sin lo histórico, lo que
implicaría, que dentro de las sociedades existe una dimensión histórica, la cual se maniiesta “como una alteración de
un orden social dado y posiblemente conduce al in del viejo orden y al establecimiento de uno nuevo” Castoriadis,
C.: 1986: 3. Ver la igura 2.

259
RECONSTRUCCION Y RECONFIGURACION TERRITORIAL

te, que la institución de la sociedad, considerada como un todo, y que está formada
por todas las instituciones instituidas, que es la que no sólo agrupa a todos los con-
juntos identitarios; sino que también, es la que determina para los pobladores-ima-
ginantes lo que es real y lo que no lo es, lo que es justo o injusto, lo que es legal o
ilegal, lo que tiene sentido y lo que no lo tiene; según se explica en la igura 1.
Así, la sociedad como sistema autopoiético, se convierte además de un sistema
de interpretación del mundo, en su creación, en su constitución y en la construcción
de su propio mundo (Castoriadis, C.: 1986:5), que va modiicándose y ajustándose
a las transformaciones de la contemporaneidad líquida; de ahí que pudiera conside-
rarse a ésta, no sólo como un códice que va reescribiéndose en fases iterativas social-
históricas, sino que además, es absorbida y normada por las instituciones que las
componen (leyes, reglamentos y otros), dándole cohesión y manteniéndola unida;
justamente sería en el espacio urbano, como referencia espacial, donde se evidencia
con mayor claridad este proceso social, que repercute en la morfología territorial.

ii.2. Dimensión imaginaria


Ahora, con respecto a lo genera esa determinicidad, sería prudente subrayar que desde
el ámbito castoriadisiano, es a partir de la dimensión imaginaria, donde la institución
de la sociedad, tiene una relación de correspondencia directa con lo que dentro de
esta misma posición, se denomina como signiicación o signiicaciones imaginarias
sociales; las cuales inalmente son aquellas creaciones del compuesto social, o mejor,
del colectivo social, que deinen en el mundo “las cosas que en él se encuentran, las
relaciones de esas cosas entre sí y con los individuos que habitan en ese mundo” (Za-
polsky, L. s/f: 2). En efecto, las signiicaciones imaginarias sociales son las que le dan
sentido no sólo al mundo donde se desarrolla la vida, sino también, hace que las pro-
pias instituciones sociales tengan un sentido operativo y por ello, según la perspectiva
del mismo autor, también de eicacia6; según se indica en las iguras 1 y 2. A toda esta
red de signiicados Castoriadis, C. le llama magma de signiicados sociales imagina-
rios. Entonces, se podría airmar que desde la posición teórica del Sousa, Eduardo. que
seguimos: las signiicaciones sociales imaginarias serían las proveedoras de sentido y
por lo tanto de eicacia en la psique y en la sociedad a los pobladores-imaginantes.

iii. el campo social-histórico y su representación en el espacio territorial.

En este contexto ¿Qué relación tendría el asunto del campo social-histórico, la insti-
tución de la sociedad y aquellos conceptos derivados que se han explicado en estos
últimos párrafos, en la esfera de los procesos de planeación urbano-metropolitano
y la generación de las políticas públicas de alteridad? Y ¿De qué forma podrían li-

6
Castoriadis, Cornelius, sólo menciona la eicacia, no la eiciencia y la efectividad.

260
Eduardo Sousa. Planeación del espacio metropolitano. Metrópolis prematura desde la visión de los imaginarios...

garse estos mismos conceptos en la esfera de la espacialidad urbana? Para abordar


estos cuestionamientos y algunos otros que pudieran surgir en el proceso y tratar
de responderlos, sería posible acercarse a ello mencionando inicialmente, que des-
de la óptica de Cornelius Castoriadis las nociones del campo social-histórico y la
de la institución de la sociedad, en tanto formadas, constituidas e integradas por
pobladores-imaginantes; incuestionablemente tendrían que ceñirse dentro de un es-
pacio deinido, ya sea éste: urbano, metropolitano, periurbano, regional, nacional,
internacional u otro; ya que los conceptos aludidos »campo social-histórico, la ins-
titución de la sociedad, signiicaciones imaginarias sociales, magma, la dimensión
conjuntista identitaria, la dimensión imaginaria, y otros«, tienen una base formal,
instituida en individuos-imaginantes concretos, y éstos, ciertamente, deberán de po-
seer un asiento físico-territorial espacialista, donde ellos desarrollan la dinámica
cotidiana de su vida en sociedad; por lo que no sería sensato considerarlos como
entidades en abstracto, esto se representa en la igura 2.

Figura 2: El proceso iterativo del campo social-histórico como formador cíclico de la sociedad
Fuente: Datos generados por el Sousa, Eduardo. de esta investigación a partir de la postura teórica de
Cornelius Castoriadis. *Las lechas indican las iteraciones del campo social-histórico que producen las
modiicaciones cíclicas en la sociedad y sus instituciones.

Por otro lado, seguramente se estará de acuerdo en que para el ordenamiento


del desarrollo de la expansividad de los usos del suelo, que produce el incremento de
pobladores y de su evidente repercusión en el ensanchamiento de los linderos físicos
periféricos del lugar, sería necesario vincularlo a los procesos metodológicos que se
encadenan a la esfera de la planeación urbana o urbana-metropolitana, que operen
en el sitio; aquí, sería posible en la ámbito que vincula a éstas ideas y como propuesta
inicial que tienda a avanzar en la argumentación de los lineamientos metodológicos
de planeación, que den respuesta, no solamente a los cuestionamientos aludidos an-

261
RECONSTRUCCION Y RECONFIGURACION TERRITORIAL

teriormente, sino también a los objetivos planteados al inicio del artículo; el estableci-
miento de un común denominador, que tenga la particularidad de situar en un mismo
campo de conocimiento y en un equivalente tiempo-espacio, a estas vertientes con-
ceptuales provenientes de disciplinas disímiles, esto es: los conceptos castoriadisianos
mencionados y aquellos provenientes de la planeación urbano-metropolitana.
La idea sería generar un divisor especíico, que pueda aterrizar a los conceptos
planteados, esto es, aquellas signiicaciones que están imbricadas, tanto en el ám-
bito de la teoría castoriadisiana, así como en de la teoría espacialista, la cual tiende
a concretar sus estrategias metodológicas de política pública, en la esfera de la pla-
neación expansiva de los usos del suelo metropolitano. Desde esta perspectiva de
investigación, se propone que dicho divisor sería justamente el concepto del espacio
urbano; incluso, podría considerarse en un ámbito más abarcatívo, como el que
implica el espacio territorial urbano indicado en la igura 2.
En efecto, el suelo urbano y su territorio de inluencia, debe de ser considerado
como sostén y como soporte físico de la institución/imaginante; esto es, no únicamen-
te de todas las actividades que en un momento dado estarían ligadas a los movimien-
tos, diligencias y dinamismos cotidianos, que son inherentes a las disimiles matrices
sociales, integradas por los pobladores-imaginantes enlazados al sitio; sino también,
de las instituciones que, como se ha mencionado a lo largo de este artículo, son las
que dan cohesión, legalidad, signiicación y además, organizan y orientan a la socie-
dad imaginante del lugar. De ahí que el espacio territorial urbano deba su considera-
ción como un componente inherente, en la esfera institución/imaginante. Aún más,
el espacio urbano debe de ser considerado como un común denominador, un divisor
que permita no tan sólo el diseño de políticas públicas que integre la visión del Otro;
al mismo tiempo su aplicación in situ; según se explica en la igura 2.
Esto llevaría ante diversas prerrogativas que permiten, no únicamente el abordaje
de los cuestionamientos que dieron lugar a las relexiones precedentes, además, con-
tar con la posibilidad de plantear líneas de investigación heterogéneas en torno de este
común denominador aludido y su relación con la concepción teórica castoriadisiana;
sin embargo, y a pesar de la posible existencia de toda esta gama de posibilidades,
para darle continuidad a las consideraciones ligadas a lo explicado anteriormente y
referirlas al contexto del imaginario radical, aquel imaginario que se ha descrito ante-
riormente como formador del individuo ex nihilo y que según la teoría de Castoriadis
se enlaza a la esfera de la sociedad y sus transformaciones (Castoriadis, C.: 1981 citado
por Banchs, M.: opus cit.:54); inicialmente se propone vincular la noción de las trans-
formaciones de la sociedad, al concepto de etapas de metropolización y ambas signi-
icaciones, por las razones expuestas en los párrafos anteriormente señalados, a una
base común, que sería el espacio urbano-metropolitano; y de ahí, a otros espacios del
territorio »periurbano, regional, subregional y otros«; según se explicó en la igura 2.
Aquí, lo que habría que deinir inicialmente sería no exclusivamente el cómo,
el dónde y el quién, coordina institucionalmente, los procesos transformadores de la
sociedad ligados a las etapas de metropolización en el espacio urbano-metropolitano;

262
Eduardo Sousa. Planeación del espacio metropolitano. Metrópolis prematura desde la visión de los imaginarios...

sino además, cuál es el origen de las instituciones que organizan y orientan la ex-
pansividad periférica el suelo urbano, desde la óptica que imbrica el concepto de
las transformaciones de la sociedad, a las etapas de metropolización, en un asiento
territorial deinido.
Seguramente ha quedado clariicada la forma evolutiva en que la institución de
la sociedad, instituye procesalmente, por el dinamismo de las actividades de los ciu-
dadanos-imaginantes, a una variedad diferenciada de organizaciones o instituciones,
con propósitos especíicos e indicativos; por ejemplo, aquellos que se asocian con: los
de procuración de justicia, los tributarios, los de asistencia social, los de seguridad, los
de la planeación del desarrollo urbano y otros muchos más.
Este caso particular de abordaje investigativo que nos ocupa, enlazado al espacio
urbano-metropolitano como base común de los conceptos antes descritos, se referirá
en forma generalista, solamente a aquellas organizaciones, dependencias o agencias
para el desarrollo urbano, de plataforma gubernamental: federal, estatal o munici-
pal; instituciones que en sus diferentes esferas de operatividad, estarían orientadas,
precisamente, hacia la coordinación normativa de la conducción, la orientación y el
ordenamiento equilibrado de los usos del suelo en el espacio urbano, esto, mediante
políticas públicas diferenciadas; o por lo menos ese debería de ser el propósito, que
vincula, justamente, las etapas de metropolización, al concepto castoriadisiano de
sociedad y sus transformaciones, en un espacio territorial urbano de intervención.
Entonces, en un contexto general, se propone que éste podría ser imaginado como el
origen, la razón y el fundamento de la institucionalidad que coordina la operación de
las acciones de política pública, tendientes a ordenarlo, y evidentemente los sujetos
operativos que lo hacen posible, serían los funcionarios públicos adscritos a estas
organizaciones o instituciones de orden gubernamental, en sus diferentes tiempo-es-
pacio y esferas de intervención; según se indica en la igura 3.

Figura 3: Génesis de las instituciones orientadas a la planeación urbana-metropolitana.

Fuente: Datos generados por el Sousa, Eduardo. de esta investigación a partir de la postura teórica de
Cornelius Castoriadis. *Las lechas indican las iteraciones del campo social-histórico que producen las
modiicaciones cíclicas en la sociedad y sus instituciones.

263
RECONSTRUCCION Y RECONFIGURACION TERRITORIAL

iV. conclusiones

Así, no correspondería únicamente al cuestionamiento de la manera, en que se


coordinan institucionalmente los procesos transformadores de la sociedad, ligados
a las etapas de metropolización, donde pudiera existir el quid del conjunto de
problemas urbanos acumulados, que permite, entre otras cosas, la propagación de
pobladores expansionista-dispersiva sin control y la incorrecta localización en los
usos del suelo, generados justamente, en la evolución transformacional del sitio;
sino también, sería fundamental la consideración del grado de desarrollo o de
prematurez del lugar, esto en virtud, por lo menos, de cuatro circunstancias perni-
ciosas inherentes al proceso y que de alguna manera son factores que intervienen
en la morfología espacial del lugar, sobre todo en las metrópolis prematuras; de ahí
que en la igura 3 (cfr.), el espacio urbano metropolitano está considerado como un
elemento central del proceso; esto es, como el componente urbano-metropolitano
a intervenir, en función de estas 4 circunstancias perniciosas, que enseguida se
deinen.
El primer escenario proclive estaría personiicado por los servidores públicos »servi
publici« (cfr. la igura 3), aquellos funcionarios adheridos a las diferentes dependencias
o agencias, que se supone procuran, mediante procesos metodológicos ligados a instru-
mentos operativos, como los de la planeación urbana, el desarrollo equilibrado de los
usos del suelo del sitio, mediante la ejecución de políticas públicas, procesalmente en
las diferentes etapas de metropolización por las que atraviesa el lugar; el inconveniente
pernicioso surgiría, entre otros casos más, cuando esos funcionarios:
i. Son designados »sobre todo los de altos niveles decisorios« por procesos di-
ferentes y muy separados de sus cualidades inherentes en el manejo, precisamente,
del ámbito de la planeación metropolitana; incorporándose a la dependencia gu-
bernamental que guía la expansión periférica de los usos y destinos del suelo, como
igurines políticos diletantes de temporada7, esperando impulsarse para escalonar
nuevos cargos en diferentes y variadas dependencias gubernamentales; subordinan-
do, en muchos de los casos, el bienestar social de su comunidad, a intereses de
grupúsculos formados, entre otros, por especuladores y desarrolladores del suelo,
estos sí, no de temporada sino de tiempo completo8, los cuales solamente persiguen
la acumulación primaria de capital y no poseen una conciencia social, mucho me-
nos escrúpulos ecológico-sustentables. En todo caso, ni tendrían por qué tenerlos:
su ideología se basa en buscar exclusivamente el acaparamiento como in último;
según se expresa gráicamente en la igura 3 y 4.
ii. Cuando los funcionarios de rangos intermedios nombrados por procesos si-
milares al anterior, carecen de la experiencia pragmática requerida en el manejo
operativo de la espacialidad integral del sitio;

7
Lo signiica que están solamente de paso, provisionalmente.
8
En múltiples ocasiones los funcionarios y los especuladores del suelo representan al mismo sujeto.

264
Eduardo Sousa. Planeación del espacio metropolitano. Metrópolis prematura desde la visión de los imaginarios...

Figura 4: Ciudad metropolitana sin control: escenarios contraindicados.


Fuente: Datos generados por el Sousa, E. en esta investigacióniii. Cuando los funcionarios operativos de
menor rango, no poseen las habilidades metodológicas necesarias en los procesos de la planeación del
lugar, mostrados en la igura 4 y el diagrama 1.

En el segundo escenario, relacionado con el ordenamiento expansivo territorial


del sitio, estarían involucrados aquellos instrumentos como los de la planeación
urbana y sus procesos metodológicos inherentes; aquí, y por el momento, se identii-
can solamente algunas de las acciones inapropiadas en su aplicación metodológica,
con el propósito solamente de situar al lector, en el ámbito preliminar de los proble-
mas inherentes a las dependencias de gobierno que procuran el desarrollo urbano
en una metrópoli prematura como la de Monterrey, Nuevo León México; ya que no
se dispone del espacio suiciente en este artículo:
i. La primera circunstancia inconveniente estaría ligada a la elaboración de
modelos de ciudad indicativos, confeccionados, por los funcionarios públicos de
características similares a las mencionadas anteriormente y desde una dependen-
cia de gobierno que tiende a simular el proceso de la participación ciudadana (del
Otro), generando productos o mejor; políticas públicas, sin conciencia de alteridad9,
las cuales minimizan sus beneicios sociales, o tienen una lamentable tendencia al
fracaso total, utilizando en forma: ineiciente, ineicaz e inefectiva, los recursos gu-
bernamentales siempre escasos. ii. Otra práctica inapropiada consistiría en la adqui-
sición de modelos de planeación importados de otros países, muchos de ellos con
un grado de desarrollo mayor, sin considerar las adecuaciones requeridas en el sitio,
utilizando estos instrumentos, no sólo para el ordenamiento territorial del lugar; sino
también, algunas de sus metodologías especíicas son empleadas para desarrollar o
regenerar zonas o áreas deinidas, por ejemplo: los centros metropolitanos (centros

9
Para profundizar en el concepto de política pública de alteridad consultar SOUSA, E.: 2010. capítulo 6.

265
RECONSTRUCCION Y RECONFIGURACION TERRITORIAL

históricos), los lugares difusos u otros sitios de desarrollo diferenciado de la ciudad


metropolitana.
iii. La consideración del sitio metropolitano como una ínsula, sin sus relaciones
contextuales imbricadas en los factores exógenos del lugar: globalización y grado de
desarrollo (Sousa, E.: 2007:23; 2009: 79); incluso, sin los fundamentos endógenos
ligados a las variables: idiosincráticas, las identitarias y otras, pertenecientes a cada
una de las matrices sociales imaginantes existentes en el sitio.

Diagrama 1: Ciudad metropolitana de planeación simulada: escenarios endógenos contraindi-


cados. Fuente: datos generados en el proceso de esta investigación.

iv. La utilización de metodologías físico-espacialistas sin consideración de in-


corporar en el proceso de la generación del plan, a otras disciplinas, otras variables
y otros enfoques, como los mencionados en las páginas anteriores, que le den el
carácter de integralidad a las propuestas territoriales y puedan proporcionar no sólo
mayor certidumbre a la aplicación de las políticas públicas gubernamentales; sino
también, utilizar en forma más eiciente, efectiva y eicaz los recursos públicos. v. Y
otras más expresadas en la igura 4 y el diagrama 1.
En el tercer escenario aparecería justamente en la esfera institucional-jurídica,
una igura fundamental e instituida que, entre otras cosas, da seguridad y continui-
dad a los programas y a las políticas públicas derivadas del proceso de planeación
de la agenda de gobierno, aquí habría que considerar, desde la óptica de esta in-
vestigación, varias circunstancias negativas, que afectan el proceso de planeación
integral en las metrópolis prematuras:

266
Eduardo Sousa. Planeación del espacio metropolitano. Metrópolis prematura desde la visión de los imaginarios...

i. La principal circunstancia proclive que se percibe, en la esfera ligada en el


ámbito jurídico, estaría representada, para México como país, por las atribuciones
que la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (CPEUM) otorga a
los municipios, particularmente nos referimos al artículo 115 fracción V° inciso
“a”, en donde se faculta a los gobiernos municipales, entre otras cosas, para “for-
mular, aprobar y administrar la zoniicación y planes de desarrollo urbano muni-
cipal” »cfr. la CPEUM«; imposibilitando la generación de planes, programas, y de
políticas públicas de carácter abarcatívo para la generalidad de la esfera metropo-
litana, propagando en el proceso, acciones limitadas solamente al ámbito local; las
cuales en la visión del contexto metropolitano, son francamente reducidas, cerce-
nadas y carentes de toda lógica en la contemporaneidad líquida en que vivimos.
ii. Pudieran existir, de hecho existen, otros agravantes vinculados a leyes y re-
glamentos particulares de cada entidad federativa, pero, por el momento y para el
propósito de este apartado se subrayaría, preliminarmente, lo anotado en el inciso
anterior y mostrado en igura 4 y el diagrama 1.
En el cuarto escenario estarían involucradas las prácticas inherentes a la co-
rrupción, que en este apartado de la investigación, la designaríamos como la co-
rrupción institucionalizada (cfr.: el diagrama 1), en virtud del grado de contamina-
ción que ha desarrollado en este tiempo líquido y de metrópoli prematura, no sólo
algunos de los funcionarios públicos adscritos las instituciones normativas ligadas
a la planeación metropolitana10; además, ciertos políticos de diferentes esferas de
gobierno con intereses proclives. Aún más, sería posible airmar que el asunto de
la corrupción no es privativo de una entidad federativa, o de un país latinoamerica-
no como México, o algún otro del mundo desarrollado; incluso, tampoco de este
tiempo-espacio-diferencial, ya que pareciera ser una práctica entendida y acepta-
da en todo el mundo antiguo, moderno y contemporáneo; únicamente que en la
actualidad, aparentemente esta costumbre convencional pareciera no solamente
haber incrementado sus prácticas cotidianas; sino que también, las consecuencias
acumuladas al medio ambiente ecológico que está vinculado a la sustentabilidad
del sitio, se maniiestan mucho más amenazantes y menos controladas. Sobre este
tema todavía hay gran cantidad de argumentos, situaciones, malestares y conse-
cuencias socio-espaciales producidas, no sólo que mencionar, también que de-
nunciar. Por el momento, los comentarios estarían ceñidos y limitados solamente
a los tres escenarios citados en los párrafos anteriores: i. Servidores públicos (servi
publici), ii. Los instrumentos como los de la planeación urbana y sus procesos me-
todológicos inherentes, y iii. La esfera jurídica.
En el caso de los i. Servidores públicos (servi publici) el asunto de la co-
rrupción adquiere una connotación dramática, en virtud de que los funcionarios

10
Se mencionan solamente las instituciones gubernamentales ligadas directamente con la planeación del sitio, pero
eso no implica que otras dependencias, agencias gubernamentales estén también contaminadas con procesos ligados
a la corrupción.

267
RECONSTRUCCION Y RECONFIGURACION TERRITORIAL

en tanto individuos, muchos de ellos con poder de decisión y con nombre y


apellidos, serían sujetos identiicables y ciertamente ellos serían los principales
operadores de estos procesos proclives, claro está, en contubernio con aquellas
personas de la sociedad civil, que se verían beneiciadas con el propio acto de la
corrupción y que justamente son los que están dispuestos a pagar en dinero, en
especie, o también a devolver el favor; lo espectacular de la cuestión, sería que:
desde los sugeridos igurines políticos mencionados anteriormente y que son ubi-
cados por designación política, en los altos mandos decisorios de la dependencia
gubernamental, ligada a la planeación del desarrollo urbano y los que designa-
ron a estos igurines, que indiscutiblemente evidencian posiciones jerárquicas
de más alto rango en la esfera de gobierno; hasta aquellos burócratas de menor
condición decisoria, mencionados en los párrafos anteriores, pudieran tener la
tendencia a participar de estas actitudes proclives; afectando, por evidentes ra-
zones, todo el proceso que implica el desarrollo y la evolución transformacional
del sitio y por ende a la sociedad imaginante ahí radicada, incluyéndose paradó-
jicamente, a ellos mismos y sus familias.
Al abordar la corrupción institucionalizada en el ámbito de ii. Los instrumen-
tos como los de la planeación urbana y sus procesos metodológicos inherentes;
sería necesario por lo menos, hacer notar que aún y con todas las deiciencias
metodológicas-operativas indicadas en el inciso correspondiente, esos instrumen-
tos en tanto herramientas para la planeación, pueden ser manipuladas desde las
dependencias de gobierno habilitadas jurídicamente para tal efecto, en muchos
casos, tendenciosamente y con ines proclives, justamente por los funcionarios
que ahí trabajan, precisamente, en contubernio con los sujetos que obtendrían el
beneicio de tal acción negativa; generando instrumentos de planeación viciados,
contaminando sus derivados como serían: los programas, las políticas públicas
que se incorporan a la agenda de gobierno y otros más; los cuales posteriormente,
tienden solamente a clasiicarse como fallidos, sin ninguna penalidad para los
operadores involucrados (cfr.: el diagrama 1).
Finalmente, es en iii. La esfera jurídica, donde los actos de corrupción pu-
dieran adquirir una institucionalidad y una legalidad perniciosa y en todo caso,
donde quedaría evidenciada la participación de múltiples personajes, tanto del
ámbito vinculado a las dependencias enlazadas al asunto de la planeación de
esferas políticas de ambientes diferenciados, así como de individuos del sector
privado y otros más; en este sentido nos referimos, más que a la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos (CPEUM), a las leyes y reglamentos
elaborados en cada entidad federativa, particularmente a la Ley de Ordenamien-
to Territorial de los Asentamientos Humanos y de Desarrollo Urbano y, a los
reglamentos ligados al mismo ítem, formulados por los municipios, indicados en
la igura 4 y el diagrama 1.
Para inalizar, de esta sucinta argumentación teórica, se han desprendido
aquellas circunstancias que permiten avanzar en el conocimiento sobre la visuali-

268
Eduardo Sousa. Planeación del espacio metropolitano. Metrópolis prematura desde la visión de los imaginarios...

zación, el origen, la razón y el fundamento de la institucionalidad gubernamental


ligada a los escenarios espacial-metropolitano y algunas de las circunstancias en-
dógenas contraindicadas, que han propiciado y continúan incidiendo en acciones
que tienden a favorecer escenarios de desequilibrio, en la distribución orientativa
de los usos del suelo; no únicamente en las coronas o periferias de las metrópo-
lis prematuras; sino además, al interior de la misma, en los cambiantes procesos
transformacionales espacio-tiempo en la contemporaneidad líquida que nos atañe
vivir.

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270
Leonel Pérez, Edison Salinas ¿Baja densidad o baja urbanidad? Tipologías de ocupación en el Área ...

¿baja densidad o baja urbanidad? Tipologías de ocupación


en el área Metropolitana de concepción1
Low density or low urbanity? Tipologies of occupation
in the Metropolitan area of concepcion
Leonel Pérez Bustamante2, Edison Salinas Varela3

RESUMEN
uno de los elementos que frecuentemente se está utilizando para describir a grandes
rasgos los nuevos territorios urbanos es la baja densidad. De hecho, la expansión urbana
y el crecimiento de nuevas periferias residenciales con esta característica ha sido una
de las transformaciones más relevantes de las regiones urbanas europeas en los últimos
decenios. Para conocer los recientes procesos de ocupación metropolitanos se ha elab-
orado una metodología basada en la fotointerpretación de imágenes aéreas e información
censal. Esta metodología se aplica en el Área Metropolitana de Concepción (AMC), para
los años censales 1992 y 2002. Del análisis se obtienen mapas y tablas estadísticas que
sintetizan aspectos relevantes del proceso de crecimiento de las áreas urbanas, así como,
desde una perspectiva morfológica, las tipologías de ocupación de suelo urbano y el im-
pacto que estas tienen sobre la variación de densidad de población urbana, a escala met-
ropolitana y comunal. Los resultados muestran que durante el periodo de estudio el AMC
tiene un proceso de difusión urbana importante, producto principalmente del consumo
de suelo industrial y residencial con una diversidad de tipologías urbanas, que a su vez
impacta en la densidad de población urbana.

PALABRAS CLAVES: Área Metropolitana de Concepción, ocupación urbana, crecimiento ur-


bano, baja densidad, consumo de suelo.

ABSTRACT
To understand the recent processes of metropolitan occupation, a methodology based
on visual interpretation of aerial and satellite images and census data is developed. This
methodology has been applied on the Metropolitan Area of Concepción (MAC), for the
census years 1992 and 2002. This analysis provides maps and statistical tables that allow
synthesizing relevant aspects of the growth processes of urban areas from a morphologi-
cal perspective; discover the types of occupation of urban land and the impact these have
on the variation of urban population density on a metropolitan and municipal scale. The
results show that during the study period, the MAC has a signiicant urban growth, mainly
resulting from the consumption of industrial and residential land, condition that in turn
produce a negative impact on the urban population density.

KEYWORDS: Metropolitan Area of Concepción, urban land cover, urban growth, urban
sprawl, land consumption.

1
Agradecimientos al Centro CONICYT/FONDAP 15110020 “Centro de Desarrollo Urbano Sustentable” - CEDEUS.
2
Arquitecto. Doctor en Urbanismo UPC. Investigador CEDEUS Universidad de Concepción. Facultad de Arquitectura,
Urbanismo y Geografía y Centro EULA; leperez@udec.cl.
3
Arquitecto. Máster en Gestión Urbana UPC. Profesor colaborador Universidad de Concepción. Facultad de Arqui-
tectura, Urbanismo y Geografía; edisonsalinas@gmail.com.

271
RECONSTRUCCION Y RECONFIGURACION TERRITORIAL

i. introducción

La ciudad latinoamericana está siguiendo un patrón de cambio similar a lo obser-


vado en contextos europeos y norteamericanos. Se trata principalmente de cambios
en los dos aspectos base de la ciudad: la forma y la función. A grandes rasgos, lo
que ha caracterizado esta trasformación es la modiicación morfológica en relación
con atributos de contigüidad, compacidad y límite del modelo histórico de ciudad,
por los de discontinuidad, fragmentación o difusión de lo urbano contemporáneo.
Junto con esto, la intensiicación de las interacciones entre núcleos urbanos de rela-
tiva cercanía expande la ciudad más allá de los límites administrativos, apareciendo
conceptos como ciudades en red, policentrismo y ciudad región (Portas, 2004: 227).
El análisis de los cambios de ocupación del territorio que se producen como
consecuencia de las diversas actividades humanas sobre el territorio, y por la diná-
mica natural de los ecosistemas, constituye un indicador de trascendental importan-
cia para avanzar en el conocimiento de las potencialidades hacia un desarrollo más
sostenible (OSE, 2006: 23). Para el caso del AMC, ya en 1999, Azócar y Sanhueza
ponían como ejemplos de ello la urbanización progresiva del sistema de humedales
y otros sectores planos, y el coninamiento deinitivo de grandes tramos de los ríos
Biobío y Andalién, que atraviesan el núcleo central del AMC, por zonas residencia-
les e industriales. Más recientemente, Romero, Moscoso y Smith (2009) desarro-
llaron una sistemática evaluación ambiental de los efectos del crecimiento urbano
en diversas ciudades y tres áreas metropolitanas chilenas -entre ellas el AMC- con-
cluyendo sobre el desmejoramiento de la calidad ambiental expresado entre otros
por: cambios en el clima urbano y pérdida de calidad del aire; generación de islas
de calor urbanas y disminución de islas frías; reducción y deterioro de cubiertas
vegetales como terrenos de cultivo y áreas naturales (como humedales), pérdida de
biodiversidad y reducción de hábitats, etc. La descripción detallada de los procesos
de ocupación del territorio es por tanto un paso esencial para su entendimiento, po-
sibilitando su explicación, en base a muy diversos tipos de factores y ayudando a ge-
nerar elementos de intervención mediante alguna forma de ordenación del territorio.
En Latinoamérica, pese al signiicativo aumento de la población urbana y los
evidentes cambios en las ciudades en general, las iniciativas de estudios sobre la
ocupación y urbanización del territorio son todavía escasas y aisladas, siendo una
tarea pendiente la creación de protocolos y bases de datos conjuntas que permitan
un seguimiento de estos procesos. En Chile este tipo de estudios son hoy en día
indispensables dado el importante proceso urbanizador que ha vivido el país en los
últimos años, que lo sitúa entre los países con mayor porcentaje de población urba-
na del planeta. En ese sentido es importante señalar algunos esfuerzos por recoger
y organizar información relacionada con la ocupación urbana en todo el territorio,
especialmente los realizados por el Observatorio Urbano del Ministerio de Vivienda
y Urbanismo (OU, 2007). Sin embargo estas iniciativas siguen siendo aisladas y a
diferencia de los proyectos europeos, no generan protocolos metodológicos y los

272
Leonel Pérez, Edison Salinas ¿Baja densidad o baja urbanidad? Tipologías de ocupación en el Área ...

datos geográicos resultantes son insuicientes para desarrollar investigaciones de


mayor especiicidad.
Desde este contexto el presente trabajo muestra el ensayo de un análisis es-
pacio temporal para conocer las transformaciones de una ciudad latinoamericana,
y observar sus dinámicas y patrones de crecimiento. Se plantea una metodología
para el monitoreo de áreas urbanas basada en métodos y estándares internacionales,
construyendo una base de datos con información de fácil acceso y con procesos
relativamente simples. Con esta metodología se espera obtener algunos indicadores
básicos que aporten en la discusión acerca del modelo de ciudad latinoamericana
y su semejanza con lo documentado para las ciudades europeas y norteamericanas:
¿Aumenta el consumo de suelo? ¿Cuáles son los tipos de ocupación predominantes?
¿Aumenta la ocupación de baja densidad?

ii. La ciudad latinoamericana: tipologías de ocupación.

Al analizar investigaciones en las áreas urbanas latinoamericanas se evidencian im-


portantes transformaciones a nivel de estructura y isonomía, con cambios vincula-
dos a nuevos agentes económicos y culturales impulsados por la globalización. En
el ámbito territorial, la descripción recurrente para estos cambios habla de una frag-
mentación de la ciudad, fuerte relejo de las transformaciones sociales en proceso
(Borsdorf, 2003; Janoschka, 2006; Janoschka, 2002). A este respecto, Borsdorf (2003)
plantea que el elemento predominante de esta transformación es la masiicación de
los barrios privados, la aparición de cercos y muros como imagen recurrente de los
nuevos proyectos inmobiliarios, similares a lo documentado en el caso de la gated
communities norteamericanas. Sin embargo, plantea que estas formas de exclusión
y segregación poseen una larga data en América Latina, que los procesos de globa-
lización y transformación económica han intensiicado.
Las consecuencias urbanas, sociales y ambientales de estos procesos de creci-
miento han sido analizadas en otras ciudades de América Latina y Chile (Taschner y
Bógus, 2001;Cariola y Labacana, 2003; Janoschka, 2006; Hidalgo, 2007; Hidalgo,
2004; Romero et al., 2009); y especíicamente en las llamadas ciudades interme-
dias de Chile central (Azócar et al., 2007; Azócar et al, 2003), identiicándose una
clara relación entre el crecimiento de ciudades con intensiicación de los procesos
económicos de despliegue de inversiones en las regiones y procesos sociales de
diferenciación según segmentos de población, exclusión y segregación urbanas, es-
pecialmente para los usos residenciales e industriales (Azócar et al., 2008; Borsdorf,
2000; Rovira, 2000).
Para Janoschka (2006; 2005; 2002;) la globalización y las transformaciones eco-
nómicas de las últimas décadas han generado un nuevo modelo de ciudad latinoa-
mericana cuyos principales rasgos son la fragmentación y privatización, reduciendo
la polarización social y aumentando la segregación a escala reducida. El avance

273
RECONSTRUCCION Y RECONFIGURACION TERRITORIAL

de este modelo ha signiicado la instalación progresiva de formas típicas de ciuda-


des estadounidenses. Janoschka airma que se ha generalizado por Latinoamérica,
mostrando rasgos típicos en sus ciudades: la difusión de complejos habitaciona-
les cerrados, la dispersión de grandes equipamientos comerciales, la instalación de
complejos educativos adosados los barrios cerrados, la masiicación de complejos
habitacionales cada vez de mayor tamaño y autonomía, la modiicación de la in-
fraestructura de la líneas de tren las autopistas, la suburbanización de la producción
industrial y el aislamiento y falta de accesibilidad de los barrios de clase baja.
Es importante mencionar que la globalización no es el único agente de trans-
formación, pues coexiste con factores y agentes locales que operan desde antes
como han planteado Cariola y Lacabana (2003) en su investigación para la ciudad
de Caracas. En Chile, tres décadas atrás, López (1981) señalaba como factores re-
levantes que determinan el crecimiento y expansión de las ciudades, entre otros, la
preferencia de la áreas urbanas como concentradoras de oportunidades; el factor
socio-económico implícito en el mayor requerimiento de inversión en el proceso de
densiicación, frente a la economía presente en la ocupación periférica; el sistema
de avalúos rurales y urbanos; las preferencias de los usuarios por ambientes alejados
y con características naturales; y la falta de políticas espaciales en la agricultura.
Conirmando la participación de factores locales Azócar et al. (2010:87) señalan que
en Chile los procesos de crecimiento urbano han estado caracterizados por una ur-
banización reciente, acelerada por la incorporación de inversiones productivas des-
tinadas principalmente a la extracción de recursos naturales en los territorios de in-
luencia de las ciudades, y promovida por los mercados inmobiliarios y las políticas
públicas en materia de construcción de viviendas por segmentos socioeconómicos.
Estas formas de crecimiento urbano han sido conirmadas para Santiago de Chile
en diversos estudios (Hidalgo, 2004; Borsdorf e Hidalgo, 2005; Ducci, 2002). Ducci
(2002) profundizó acerca de las características físico-territoriales de estos cambios
para el Área Metropolitana de Santiago (AMS). A través de la medición y caracteri-
zación de la mancha urbana y los patrones de crecimiento para los años 1992 y
2000, sintetiza los procesos relevantes del AMS; la expansión a modo de mancha de
aceite del suelo urbanizado, con un importante crecimiento del suelo industrial en
patrones distintos a los del Plan Regulador Metropolitano, así como una persistente
segregación espacial de las áreas residenciales, conformando una nueva estructura
urbana que tendrá fuertes requerimientos en servicios e infraestructuras, así como
en vialidad y transporte, siendo un posible escenario de nuevos conlictos sociales.
Al investigar el fenómeno en ciudades intermedias chilenas, las recientes trans-
formaciones describen un panorama similar al presentado para Latinoamérica y para
el AMS. Los estudios sobre Chillán (Azócar et al., 2003), Los Ángeles (Azócar et al.,
2008), Concepción (Rojas et al., 2009; Pérez y Salinas, 2007) y ciudades menores y
alejadas como Coihaique (Azocar et al.2010), son descritas como ciudades fragmen-
tadas territorial y socialmente, en donde emprendimientos inmobiliarios y proyectos
estatales coniguran ciudades a modo de mosaicos de segregación y dispersión.

274
Leonel Pérez, Edison Salinas ¿Baja densidad o baja urbanidad? Tipologías de ocupación en el Área ...

Para el Área Metropolitana de Concepción se han desarrollado algunas aproxi-


maciones en este sentido. Rojas et al. (2009b) han estudiado las dinámicas de cre-
cimiento urbano buscando sus patrones de crecimiento y su adecuación a los tipos
de ciudad compacta o dispersa. Para ello cuantiican las supericies urbanizadas
en distintos periodos de tiempo, permitiendo entender las tendencias de las formas
urbanas resultantes y determinando la existencia de complejidad, dispersión y/o
fragmentación del territorio. Baeriswyl (2009), en tanto, ha desarrollado un enfoque
destinado a establecer la existencia de patrones de crecimiento que determinan el
desarrollo del sistema urbano del Gran Concepción, sobre la base de un modelo de
consumo de suelo, para determinar los posibles escenarios de crecimiento futuro y
las implicancias territoriales de estos en el tiempo. Pérez y Salinas (2007) estudiaron
las “nuevas” formas de crecimiento del AMC, desde un doble punto de vista: los ti-
pos (formas físicas resultantes) y los procesos (su desarrollo en tiempo y localización
territorial), durante el período 1992-2002, surgidas como manifestaciones de rees-
tructuración y cambio en las lógicas de crecimiento urbano que la afectan en tanto
que ciudad de escala y tamaño intermedio..
A pesar de que en los estudios mencionados ha tenido especial relevancia meto-
dológica el uso de herramientas y Sistemas de Información Geográica (SIG) y de téc-
nicas de modelación de cambio de uso del suelo (Azócar et al., 2007; Aguayo et al.,
2007; Henríquez et al., 2006), la mayor parte de los trabajos realizados dan cuenta de
aproximaciones enfocadas a los aspectos sociales y/o ambientales como factores que
han orientado los cambios recientes de las ciudades intermedias chilenas. De ellos se
desprende la necesidad de estudiar los cambios morfológicos en la ocupación de suelo
en las áreas metropolitanas, para identiicar y comprender los patrones de ocupación.

iii. Metodología

Se construye una metodología basada en la adaptación de proyectos europeos, que


a través del establecimiento de protocolos permite a los investigadores obtener resul-
tados comparables, posibilitando la construcción de bases de datos más amplias a
partir de información de distintas fuentes. Si bien la idea del trabajo es poder comparar
los resultados, existe la necesidad de revisar y adaptar estas metodologías debido a
diferencias en las fuentes de datos y a los objetivos especíicos del presente trabajo
enfocados al estudio de la ocupación urbana y por tanto a una clasiicación reducida.
Se genera una base de datos geográica especíica para el área de estudio, que
permite operar a través de un SIG información cartográica y numérica proveniente
de las diversas fuentes y formatos. Esta base se construye a partir de imágenes aéreas
para los dos periodos estudiados 1992 y 2002, siendo necesario realizar procesos
de encaje, corrección y georeferenciación de imágenes. Luego, una vez deinidas
las categorías de clasiicación, se realiza la fotointerpretación y digitalización de las
áreas y tipos de ocupación.

275
RECONSTRUCCION Y RECONFIGURACION TERRITORIAL

Uno de los puntos claves del trabajo consistió en la deinición del inventario de
clases a utilizar en la clasiicación. A la fecha no existe un marco de referencia para
este tipo de investigaciones en Latinoamérica, por lo que se decide ocupar estánda-
res europeos que permitan comparar los resultados, como también la posibilidad a
futuro de generar una base de mayor amplitud.
Basándose en las categorías propuestas por el proyecto Corine Land Cover4 se
elabora una clasiicación propia centrada especíicamente en las supericies artiicia-
les o construidas (Cuadro Nº 2). De esta se excluyen algunas ocupaciones difíciles
de obtener por medio de la interpretación visual, como por ejemplo son las áreas
verdes urbanas, que además de ser difíciles de identiicar y separar de otro tipo de
suelos como pastizales, terrenos húmedos, etc., para el área de estudio presentan
supericies mínimas de ocupación. También se decide reagrupar algunas categorías
y no clasiicar aquellas categorías que son de menor interés para el estudio.

CUADRO Nº 1
DESCRIPCIÓN Y EJEMPLOS DE TIPOLOGÍAS DE OCUPACIÓN EN EL AMC.

Fuente: Elaboración propia a partir de EEA, 2006.

4 Véase “Land accounts for Europe 1990–2000. Towards integrated land and ecosystem accounting”. EEA, 2006.

276
Leonel Pérez, Edison Salinas ¿Baja densidad o baja urbanidad? Tipologías de ocupación en el Área ...

iV. el área Metropolitana de concepción como ámbito de estudio

El Área Metropolitana de Concepción se localiza en la región del Biobío, octava


región de Chile, en la Provincia de Concepción. La provincia está conformada por
trece centros urbanos, tiene una supericie de 3.439 km2 equivalente al 9,27% de la
región y una población de aproximadamente un millón de habitantes, equivalentes
al 48,5% de la población regional.
El territorio que ocupa el AMC desde el aspecto físico se caracteriza princi-
palmente por tres elementos: el borde costero, con las bahías de Concepción, San
Vicente y Coronel; el río Biobío; y el complejo montañoso costero denominado Cor-
dillera de la Costa o de Nahuelbuta. Estos elementos y características morfológicas
han sido inluyentes en los procesos de asentamiento, coniguración y crecimiento
de sus núcleos urbanos.

FIGURA Nº 1. LOCALIZACIÓN Y DATOS PRINCIPALES DEL ÁREA METROPOLITANA DE CONCEPCIÓN

Fuente: Elaboración propia.

Para delimitar el Área Metropolitana de Concepción se utiliza la deinición ela-


borada por la Dirección de Desarrollo Urbano (DDU) del Ministerio de Vivienda y
Urbanismo (MINVU). Esta deinición quedó establecida en el censo del año 2002 por
el Instituto Nacional de Estadística (INE, 2001) y en los trabajos del Observatorio Urba-
no del MINVU (OU, 2007). Según esta deinición, las ocho comunas que constituyen

277
RECONSTRUCCION Y RECONFIGURACION TERRITORIAL

el Área Metropolitana de Concepción son: Concepción, Coronel, Chiguayante, Lota,


Penco, San Pedro de la Paz, Talcahuano y Tomé (Cuadro Nº1). El área constituida por
estas ocho ciudades y sus respectivos territorios comunales es en total 154.782 ha,
la mitad del territorio provincial y apenas un 4% del total regional. Para el año 2002
concentraba un 42% de la población regional y un 87% de la población provincial.
CUADRO Nº 2
DISTRIBUCIÓN DE POBLACIÓN, VIVIENDAS Y SUPERFICIE POR COMUNAS EN EL AMC

COMUNA Población 1992 Población 2002 Nº Viviendas 1992 Nº Viviendas 2002 Supericie (HA)
CONCEPCIÓN 206.829 216.061 49.820 61.421 21.892
CORONEL 83.422 95.528 20.215 26.600 27.806
CHIGUAYANTE 56.371 81.302 12.956 22.255 7.495
LOTA 50.256 49.089 11.315 13.037 11.464
PENCO 40.359 46.016 9.253 12.216 10.777
SAN PEDRO DE LA PAZ 67.817 80.447 15.916 21.699 11.258
TALCAHUANO 248.532 250.348 55.016 65.053 14.578
TOMÉ 49.269 52.440 12.556 15.915 49.514
AMC 802.855 871.231 187.047 238.196 154.782
Fuente: Elaboración propia en base a datos del INE.

V. resultados

V.1. crecimiento del área urbanizada metropolitana 1992-2002

La primera información obtenida a partir del análisis de las manchas es el crecimien-


to de la supericie urbana total del AMC (Figura Nº 4 y Cuadro Nº 3). En el año 1992
el AMC presenta una supericie urbana de 9.013 ha, mientras que en el año 2002 la
ocupación urbana es de 10.293 ha, lo que signiica un crecimiento de 1.279 ha, es
decir un 14,2% con respecto a 1992. (Ver Figura 2)

Figura Nº 2. Sectores
de crecimiento urbano
años1992-2002 .
Fuente: Elaboración
propia.

278
Leonel Pérez, Edison Salinas ¿Baja densidad o baja urbanidad? Tipologías de ocupación en el Área ...

Si se compara la supericie urbanizada con el total del territorio metropolitano


- es decir, con la suma de las supericies de las ocho comunas que componen el
AMC - este crecimiento parece ser poco signiicativo: frente a las 154.872 ha totales,
para el año 1992 la ocupación urbana es de un 5,8% y para el 2002 de un 6,6%. Sin
embargo este aumento de la mancha urbana en un periodo de diez años equivale
a una supericie mayor a toda el área urbanizada de una comuna de tamaño medio
como Coronel o San Pedro de la Paz o a más de dos veces el tamaño de comunas
pequeñas como Lota, Tomé o Penco.
La desagregación de los datos a nivel comunal permite identiicar una estructura
metropolitana: las comunas centrales, prácticamente unidas en una gran mancha,
son las de mayor tamaño: ocupan más de la mitad del territorio urbanizado suman-
do casi 5.000 ha en el año 1992. Un segundo grupo compuesto por Coronel y San
Pedro (con alrededor de 1.000ha) y de tamaño un poco menor Chiguayante (738ha)
suman cerca de 2.500ha. Luego se observa un tercer grupo de núcleos menores,
Tomé Penco y Lota con alrededor de 500ha cada uno.

cuadro nº 3. Distribución y cambio de suelo urbanizado por comuna en el aMc, 1992-20


SUP. SUP VARIACIÓN VARIACION SUP URB/ URB7
URBANIZADA URBANIZADA 92-02 92-02 TOTAL TOTAL TOTAL
COMUNA 92 (ha) 02 (ha) (ha) (%) ADMN. (ha) 92 02
CONCEPCIÓN 1.933 2.102 169 8,7 21.892 8,8% 9,6%
CORONEL 1.110 1.569 459 41,4 27.806 4,0% 5,6%
CHIGUAYANTE 738 873 135 18,3 7.495 9,9% 11,6%
LOTA 422 471 48 11,4 11.464 3,7% 4,1%
PENCO 472 514 42 8,8 10.777 4,4% 4,8%
SAN PEDRO 948 1.021 72 7,6 11.258 8,4% 9,1%
TALCAHUANO 2.832 3.141 308 10,9 14.578 19,4% 21,5%
TOMÉ 557 603 46 8,3 49.514 1,1% 1,2%
TOTAL 9.013 10.293 1.279 14,2 154.782 5,8% 6,6%

Fuente: Elaboración propia.

Al analizar la variación de suelo urbanizado para los años de estudio se observa


el fuerte crecimiento que ha tenido Coronel (459ha), equivalente al crecimiento de
las dos comunas mayores: Concepción y Talcahuano. Destaca también el crecimien-
to relativo de la comuna de Chiguayante (18,3%) mientras que el resto de las comu-
nas presenta un crecimiento similar, entre un 11% y un 8%.
Estos resultados muestran que el AMC posee una estructura “tradicional” con
una gran mancha central y asentamientos que van reduciendo su tamaño hacia la
periferia. Durante el periodo de estudio esta estructura tiende a ser modiicada, apa-
reciendo crecimiento importantes en sectores medios del área metropolitana.
Una vez que se ha obtenido el tamaño alcanzado por la ciudad para ambos pe-
riodos, un segundo indicador clave ha sido establecer la relación entre la supericie
urbanizada y su población.

279
RECONSTRUCCION Y RECONFIGURACION TERRITORIAL

V.2. Densidad urbana


Un segundo indicador relevante es conocer el cambio de las densidades de pobla-
ción urbana. La densidad urbana pone en relación la población de un determinado
territorio con la supericie urbanizada.
En el Cuadro Nº4 se muestra el cambio de la densidad de población urbana
para los años de estudio, donde se observa que a nivel metropolitano ésta ha dis-
minuido levemente de 89hab/ha a 85hab/ha. Sin embargo esta pérdida de densidad
no es un proceso homogéneo en el territorio; la misma tabla señala la diferencia
que existe entre comunas: mientras las del núcleo central pierden densidad (Con-
cepción-Talcahuano) las que llamamos “segunda corona” se densiican de forma
importante (Chiguayante, Penco y San Pedro) y inalmente las de la tercera corona
pierden densidad (Coronel, Lota y Tomé).

CUADRO Nº 4. TABLA DE SUPERFICIE URBANA, POBLACIÓN Y DENSIDAD DE POBLACIÓN URBANA PARA EL AMC, 1992-2002
SUP. POBLACION DENSIDAD SUP POBLACIÓN DENSIDAD VAR.DEN
URB.92 92 92 URB-02 02 02 92-02
COMUNA (ha) (hab) (hab/ha) (ha) (hab) (hab/ha) (hab/ha)
CONCEPCIÓN 1.933 206.829 107 2.102 216.061 103 -4
Coronel 1.110 83.422 75 1.569 95.528 61 -14
Chiguayante 738 56.371 76 873 81.302 93 17
Lota 422 50.256 119 471 49.089 104 -15
Penco 472 40.359 85 514 46.016 90 4
San Pedro 948 67.817 71 1.021 80.447 79 7
Talcahuano 2.832 248.532 88 3.141 250.348 80 -8
Tomé 557 49.269 88 603 52.440 87 -1
TOTAL 9.013 802.855 89 10.293 871.231 85 -4
Fuente: Elaboración a partir de datos del INE y propios.

Surge así otra pregunta importante ¿Cuál es la causa del crecimiento urbano y
la des-densiicación a nivel metropolitano? ¿Qué tipo de ocupación es la que está
determinando el consumo de suelo? ¿Es un cambio en las tipologías de ocupación
residencial? ¿O es debido al crecimiento de otros tipos de usos de suelo, como el
industrial y comercial? Para responder a estas cuestiones se analizan a continuación
los distintos tipos de ocupación de suelo según las categorías elaboradas.

V.3. Tipologías de ocupación en el aMc

A partir de la base de datos generada se elabora un mapa de tipologías de ocupación


urbana para cada año de estudio. La información obtenida se sintetiza en una tabla
donde se muestra el total de supericie para cada tipología por año y la variación
experimentada en el periodo analizado.
A nivel metropolitano se observa como tipología predominante la ocupación
residencial, que para el año 1992 ocupa 7.089 ha, un 78,7% del total urbanizado

280
Leonel Pérez, Edison Salinas ¿Baja densidad o baja urbanidad? Tipologías de ocupación en el Área ...

y en el 2002 ocupa 7.868 ha y un 76,4% del total. Dentro del grupo de tipologías
residenciales, la ocupación de alta densidad no muestra variación y mantiene las
228ha, localizadas en la parte central de la comuna de Concepción. La ocupación
de densidad media, junto con la discontinua de baja densidad, son las que poseen
mayor supericie, representando un 66% del total urbanizado, y suman más de la
mitad del crecimiento urbano total.
La tipología discontinua de bloques para el año 1992 ocupa un mínimo de su-
pericie con 66ha, pero su crecimiento es más del doble de su supericie, llegando
a las 130 ha en el 2002. La ocupación residencial dispersa presenta en conjunto
un receso importante del 2,3%, localizado principalmente en la comuna de Chi-
guayante. Este receso se explica principalmente por la sustitución de viviendas
irregulares (campamentos) por conjuntos de viviendas públicas, de construcciones
adosadas y densidad de ocupación mediana.
La ocupación industrial en tanto representa el 15,2% y el 16,7% del total
urbanizado en el AMC, creciendo en 357ha, siendo el segundo crecimiento de
mayor supericie en el conjunto metropolitano, conirmando la importancia que
posee para el sector la industria y sus actividades asociadas. El crecimiento comer-
cial también presenta un desarrollo importante en el periodo creciendo un 71%,
localizado principalmente en áreas de nuevas centralidades.

CUADRO Nº 5. DISTRIBUCIÓN Y CAMBIO DE SUELO URBANIZADO POR TIPO DE OCUPACIÓN EN EL AMC, 1992-2002
Tipo de ocupación 1992 (ha) 2002 (ha) variación (ha) variación %
Residencial continuo denso 228,4 228,4 0,0 0,0
Residencial continuo medio 2.961,0 3.413,4 452,4 15,3
Residencial discontinuo bloques 66,2 152,6 86,5 130,7
Residencial discontinuo bajo 2.819,0 3.082,0 263,0 9,3
Residencial discontinuo disperso 1.014,9 991,7 -23,3 -2,3
Industrial 1.367,7 1.724,9 357,2 26,1
Comercial 88,3 159,8 71,5 80,9
Otras áreas artiiciales 467,9 539,8 71,9 15,4
Total áreas artiiciales 9013,4 10292,6 1279,2 14,2
Fuente: Elaboración propia.

Figura nº 3. Variación de densidad de población urbana por comuna (izq.) y variación de la


supericie de tipologías de ocupación en tres grandes grupos (Der.)

Fuente: Elaboración propia.

281
RECONSTRUCCION Y RECONFIGURACION TERRITORIAL

Otro punto importante de analizar es la relación entre tipologías de ocupación


y las densidades de población urbana para cada comuna. Como muestran los grá-
icos de la Figura Nº 6, existe una relación entre la variación de la densidad urbana
y la variación de las tipologías de ocupación por comuna: aquellas comunas que
muestran un receso importante en las tipologías discontinuas o de baja densidad
de ocupación (Chiguayante) o bien en la ocupación industrial (San Pedro) son las
que presentan un aumento importante de densidad de población; aquellas comunas
que crecieron en suelo industrial y de baja densidad (Coronel, Talcahuano y Lota)
presentan pérdida de densidad urbana. Una excepción podría ser Penco que pese a
su crecimiento industrial y en baja densidad, tiene un leve aumento en densidad de
población, probablemente debido a que la ocupación previa a 1992 era predomi-
nantemente de baja densidad.

Vi. conclusiones

Mediante la aplicación de una metodología basada en la fotointerpretación de imá-


genes aéreas e información censal se ha podido conocer, desde una aproximación
morfológica, los procesos recientes de ocupación urbana en una ciudad latinoame-
ricana de tamaño medio, con mayor precisión. En su elaboración se ha desarrollado
una metodología que permite a futuro comparar los datos obtenidos con la abun-
dante información existente para ciudades europeas y norteamericanas. Pese a este
esfuerzo, es necesario mejorar y perfeccionar la metodología en cuanto a la calidad
de la información y la extensión del periodo a analizar.
Durante el periodo estudiado, el AMC muestra un importante crecimiento en
términos de supericie urbana. Comparado con lo ya urbanizado, en diez años au-
mentó en supericie lo que ocupa una de sus comunas medianas o dos de sus co-
munas pequeñas. Sin embargo este crecimiento y la ocupación urbana total son aún
una parte mínima del total de supericie disponible (no urbanizada) del territorio
metropolitano.
Este crecimiento implica modiicaciones cualitativas en la estructura y localiza-
ción del suelo urbanizado: la ocupación urbana central predominante (Concepción-
Talcahuano) se ha extendido cruzando la barrera hidrográica del Biobío, sumando
la zona con mayor concentración de suelo urbanizado de San Pedro. El proceso
más importante de localización de nuevo tejido es en la periferia de este núcleo,
en un proceso de expansión y conurbación, intensiicando la conexión con una
segunda corona de municipios, Chiguayante y Penco, conexión que también tiende
a esbozarse en los municipios alejados como Coronel , Lota y Tomé. El crecimiento
de las comunas de la “segunda corona” apoya la tesis de una transición hacia una
“descentralización” de los tejidos y funciones del sistema metropolitano; más que un
modelo de crecimiento disperso como el descrito para las ciudades latinoamerica-
nas por algunos autores (Rojas, 2009; Janoschka, 2005), se observa una tendencia a

282
Leonel Pérez, Edison Salinas ¿Baja densidad o baja urbanidad? Tipologías de ocupación en el Área ...

conurbar los núcleos, ocupar intersticios y conigurar una gran mancha metropolita-
na. Esta tendencia a colmatar los vacíos está presente en el Plan Regulador Metropo-
litano, en donde el suelo urbanizable es una gran mancha continua que cubre gran
parte de la zona costera de la provincia, lo que agravará las externalidades negativas
del proceso urbanizador en la calidad ambiental (Romero et al., 2009). Es importante
señalar que la condición de desarrollo intermedio que actualmente tiene el modelo
metropolitano es una condición propicia para orientar su desarrollo hacia un sistema
urbano equilibrado, sustentado en la articulación de áreas naturales, de residencia
y de producción.
Otro proceso del AMC es la leve baja de densidad de población urbana a nivel
metropolitano, que puede interpretarse como un proceso de ocupación del territo-
rio menos eiciente, con un mayor consumo de suelo por habitante. Sin embargo,
es necesario detenerse en otras características del proceso urbanizador. Primero, la
des-densiicación observada no es un proceso homogéneo en el territorio: mientras
las comunas centrales y periféricas pierden densidad, las comunas de la zona media
del área metropolitana presentan un alza importante. Segundo, estas variaciones
de densidad urbana son resultado directo de la especialización de algunos tipos de
ocupación; las comunas que más crecen en suelo industrial y suelo residencial dis-
perso o de baja densidad tienden a mostrar variaciones de densidad urbana muy por
debajo del resto de las comunas.
El estudio de las tipologías de ocupación del AMC conirma que los principales
factores de crecimiento urbano son el crecimiento de suelo industrial y residencial
de densidades media-baja. En esto no hay sorpresa: el desarrollo metropolitano está
íntimamente ligado a la producción industrial, a los puertos y a los recursos presen-
tes en la región. Este desarrollo es similar al descrito para las ciudades latinoamerica-
nas que han seguido en su proceso de crecimiento una tendencia más bien horizon-
tal que espacial, donde ha predominado la informalidad, los barrios cerrados y los
parques industriales (Borja, 2001:86). Sin embargo el AMC muestra una diferencia
importante a los casos de estudio presentados, en cuanto a las áreas residenciales en
la década estudiada: el aumento de tipologías residenciales compactas de densidad
media, la tipología de bloques y el receso de la tipología dispersa, revelan una leve
tendencia metropolitana a una ocupación más densa o, a lo menos, de mediana
densidad.
Estos cambios pueden atribuirse a factores relacionados con la empresa inmo-
biliaria: la búsqueda de rentabilidad en la urbanización (minimización de costes de
urbanización) y una estrategia de mercado progresiva (una oferta desarrollada por
etapas, que ofrece primero productos “exclusivos” y de baja densidad para luego
ofrecer densidades más compactas hasta llegar a ediicios de departamentos). Pero
también el receso de la baja densidad se relacionan con políticas estatales que pro-
mueven la regularización de vivienda informal a través de programas de vivienda,
logrando la sustitución de barrios informales muy deicientes en términos de calidad
constructiva, salubridad y seguridad, por nuevos barrios de vivienda social, esto es,

283
RECONSTRUCCION Y RECONFIGURACION TERRITORIAL

de una ocupación dispersa y sin urbanización a una ocupación medianamente den-


sa y con equipamientos básicos.
Si bien estos cambios pueden indicar una tendencia hacia una ciudad más ei-
ciente en su ocupación de suelo, parecen no ser suicientes para revertir el proceso
de fragmentación urbana que numerosos estudios han venido registrando para nues-
tras ciudades. Esto debido a que los nuevos crecimientos poseen mínimos compo-
nentes de espacio público, que en cuanto a supericie y calidad están lejos de poder
cumplir con el rol de articuladores de los tejidos urbanos, menos aun tratándose de
metrópolis emergentes. Es necesario profundizar en estos nuevos caracteres de la
ciudad: a medida que crece, se conurba y complejiza, en el AMC desaparece la baja
densidad pero persiste la baja urbanidad, impidiendo con esto la recomposición de
tejidos fragmentados espacial y socialmente.

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286
evaluación y recomendaciones de propuestas territoriales peri-
urbanas. Fundo nonguén y área de inluencia. concepción, chile
evaluation and recommendations for territorial proposals and periurban.
Fundo nonguen and the inluence area

Alfredo Palacios Barra1

RESUMEN
Abordar la reconstrucción del territorio periurbano, más allá de los tejidos centrales, re-
quiere un nuevo ciclo de reforma urbana, impulsado desde una visión territorial solidaria
en equilibrio con el entorno natural, paisajístico y agrario-forestal y sensible a los valores
culturales pre-existentes.
En este análisis, se plantea elaborar una propuesta de marco regulatorio que contribuya
a la sustentabilidad ambiental y turística de la Reserva Nacional del Fundo Nonguén,
mediante la promoción de la calidad de vida de los habitantes urbanos y la protección
del territorio en su área de inluencia, que respete y valore su condición de transición
entre lo natural y lo urbano.

PALABRAS CLAVES: periferia, crecimiento urbano, transición territorial, planiicación urbana

ABSTRACT
To focus on the reconstruction of the hinterland, rather than on the center, it is required
a new cycle of urban transformation, enhanced from a solidary territorial vision in bal-
ance with the environment and the pre-existent cultural values. In this sense, the right
proposal could be a regulatory framework that contributes to sustainability and tourism
in a protected area right aside the center of Concepcion city: The national conservation
area “Fundo Nonguen”. This will promote a better quality of life for the inhabitants and
residents close to the area and at the same time deine a buffer area that will protect the
conservation area making the right transition between the natural and the urban context.

KEYWORDS: periphery, urban crown, territorial transition, urban planning

i. introducción

La preocupación y cuidado de los cascos urbanos tradicionales, contrasta hoy con


la despreocupación de los crecimientos periféricos y deja pendiente el abordar la re-
construcción del territorio periurbano, más allá de los tejidos centrales. Ello, requiere
de una visión con perspectiva de futuro que considere los elementos conceptuales

1
Académico de la Facultad de Arquitectura, Construcción y Diseño de la Universidad del Bío-Bío, Departamento de
Planiicación y Diseño Urbano, Concepción, Chile, Doctorado en Ciencias Ambientales, Universidad de Concepción,
Centro Eula-Chile; apalacio@ubiobio.cl

287
RECONSTRUCCION Y RECONFIGURACION TERRITORIAL

que permitan avanzar en pro de la sustentabilidad del territorio y el desarrollo social y


económico de la población..
De manera sucinta, «periferia» es una palabra importada de la geometría, refe-
rida a la circularidad. En sentido estricto, según esta descripción la distancia entre
centro y periferia no es relevante, lo cual remite a una deinición topológica que
hace referencia a un elemento, o conjunto de elementos, que se distribuyen respecto
a un centro.
Entre las acepciones que reiere el estudio urbano, destaca aquella que «alude
a la banda urbana que rodea la ciudad consolidada y que participa tanto del campo
como de la ciudad». Lo periurbano, «se caracteriza más por las ausencias que por
las presencias», y podría considerarse que está «en todos lados y en ninguno». Según
lo anterior, el concepto de periferia no presupone ninguna connotación positiva o
negativa, de dependencia o autonomía.
El término más urbano de «suburbio», matiza esta noción identiicándolo con «un
territorio total o parcialmente urbanizable que rodea una ciudad y que nace y se desa-
rrolla a la sombra de la ciudad», deiniendo el concepto para un estudio más bien de
urbanización que de amplitud de usos como el que supone el de la periferia urbana. Lo
anterior, implica la necesidad de que una de las áreas de la ciudad asuma el papel direc-
tivo y se convierta en el centro organizador sometiendo a las regiones circundantes, en
mayor o menor grado, a sus determinaciones. Así pues, la acepción mayormente acepta-
da de un área suburbial, graica en el sentido más lato, el de la dependencia respecto de
un área de centralidad y en el que su uso dominante, es el residencial.
En la consolidación de las periferias urbanas, meramente residenciales o de ca-
rácter natural y turístico, pueden sintetizarse distintos estadios, entre las cuales se des-
tacan por su interés en el proceso comparativo, tanto una etapa inicial en la cual la
periferia se erige en alternativa urbana frente a las formas de producción de la ciudad,
como un segundo estadio que supone la masiicación de esos espacios periféricos que
llegan a anular los nobles postulados de la etapa anterior en el entorno de las ciuda-
des. Mientras en el primero, se graica el mismo espíritu que guió a los planiicadores
de los primeros asentamientos turísticos y que plantean en sus propuestas un mayor
contacto con la naturaleza y franjas de solaz y descanso como puede observarse en
los antiguos planes de las ciudades vacacionales, en el segundo esa etapa se traduce
en los procesos de urbanización residencial de segunda vivienda o turística, en una
nueva orientación hacia un mercado de consumo estándar, que acaba olvidando su
motivación inicial para convertirse en un mero negocio inmobiliario.
Si en la ciudad el proceso de industrialización atrajo unos lujos migratorios
desde el ámbito rural y propició la consolidación de las periferias urbanas, en los
espacios de atracción natural y vacacional, el desarrollo de las periferias turísticas
adquiere su máxima expresión, a partir de una demanda creciente por resguardar los
sectores de valor natural en atención a su biodiversidad y/o cualidades paisajísticas
singulares, junto con el desarrollo del turismo en relación con una serie de condicio-
nes de carácter estructural socioeconómico del medio rural.

288
Alfredo Palacios Barra Evaluación y recomendaciones de propuestas territoriales periurbanas. Fundo Nonguén y ...

Como fuere, no es posible obviar la reorientación a la que se asiste en los últimos


años, tendientes hacia una reformulación de los cinturones exteriores de las periferias
urbanas, y también de los asentamientos turístico-residenciales de nueva creación y
las reservas de protección natural. En esos casos, se retoman los planteamientos inicia-
les buscando satisfacer las demandas de la sociedad en busca de una mejor calidad de
vida y de un mayor contacto con la naturaleza, aprovechando los avances generales
en cuestiones de accesibilidad y mayor conciencia ambiental. Así, puede decirse que
las nuevas áreas naturales y promociones residenciales de segunda vivienda, tienden a
responder ahora a una elección libre de los espacios exteriores de la ciudad, más que
a una imposición de las condiciones generales del mercado inmobiliario y del suelo,
como ha ocurrido en varios casos de países de mayor desarrollo.

ii. periferias y orden urbano

Es evidente que las ciudades deben atender a sus espacios centrales, pero sin olvidar
las periferias donde se dan las dinámicas de mayor impacto físico como infraestructu-
ras, grandes equipamientos, crecimientos industriales y residenciales, además de las
franjas franqueables de áreas naturales intervenidas o silvestres. Por ello, es que en
torno a esos linderos periféricos, son necesarias formas de coordinación supracomunal
para desarrollar oportunidades compartidas no sólo a favor de un funcionamiento más
eiciente, sino y especialmente, a favor de una articulación ordenada de los contenidos
cívicos y culturales de referencia metropolitana.
Dotar de consistencia visual y cívica a nuestras periferias, es una vieja aspiración
y en la que investigadores como Lynch (1960) o Bacon (1969), ya extrapolaban al
territorio metropolitano sus propuestas sobre el control de la imagen de la ciudad. Su
aportación lúcida, aunque embrionaria, se centraba en dos aspectos que iban desde la
selección de algunas piezas estratégicas con las que componer imágenes colectivas,
hasta la participación ciudadana, entendida como el intercambio constante y creativo
entre diseño y pedagogía.
Sin embargo, la incidencia de esas propuestas, ha sido decepcionante y la ausencia
de propósitos de diseño globales orientados a vertebrar centros y periferias en un sistema
único de igual escala urbana, se suma a una multitud de intereses y propósitos no con-
solidados. Claro está, que las causas de esta falta de armonía no son de orden técnico,
sino más bien social y político y responden a una conciencia colectiva más bien escasa.
Recientemente, emerge en círculos técnicos y políticos una voluntad cada vez
más explícita de impulsar la ordenación del territorio a partir de la superación de los
límites comunales o municipales y de la integración de las demandas ambientales y
paisajísticas de los espacios naturales. La implementación de los instrumentos de pla-
niicación territorial, Planes Directores o reguladores metropolitanos, Intercomunales
o Comunales urbanístico, dirigidos a regular la transformación de ámbitos estratégi-
cos, anuncia un nuevo ciclo de rehabilitación territorial, en continuidad con el ciclo

289
RECONSTRUCCION Y RECONFIGURACION TERRITORIAL

de rehabilitación urbana, desplegado durante las últimas décadas. Sin embargo, la


reconstrucción del territorio periurbano requiere una mirada técnica alternativa a la
empleada en la ciudad compacta.

iii. Territorios intermedios

Una cuestión relevante a observar, es la consolidación de nuevos ámbitos funcionales


supracomunales que no responde estrictamente a divisiones administrativas estableci-
das, sino a delimitaciones ad hoc de enfoque diverso (funcional, morfológico, ambien-
tal). En rigor, se trata de sistemas territoriales que precisan pactos especíicos a in de
resolver conlictos y aprovechar oportunidades.
En esa línea, durante el último decenio se aprecia en torno a las regiones metropo-
litanas la cristalización de múltiples episodios de esta naturaleza que tienen objetivos
diversos, como son la protección de espacios naturales, la preservación y valorización
de ámbitos periféricos de valor patrimonial y turístico, la gestión de corredores lu-
viales, la gestión de franjas costeras, de infraestructura, deinición de planes de trans-
porte der acuerdo a deinición de corredores, la implantación de grandes enclaves de
servicio metropolitano y/o reciclaje de continuos residenciales e industriales de baja
densidad, entre otros michos destinos y propuestas.
La proliferación de casos, responde al desorden en la articulación de los sistemas
urbanos, espacios libres e infraestructura, ocasionado por la incapacidad del planea-
miento para garantizar por si solo, la eiciencia y calidad ambiental de un territorio
cada vez más integrado y sustentable. Por lo mismo, es conveniente establecer marcos
de coordinación supracomunal (Intercomunal o Metropolitanos) para el entendimien-
to y la regulación integral de espacios territoriales consistentes de escala intermedia.
La legislación urbanística chilena, contempla instrumentos relacionados con
Planes Seccionales y Reguladores Comunales e Intercomunales y Planes Regulado-
res Metropolitanos, cuyo objetivo central es aportar bases técnicas para el consenso
de las administraciones político-administrativas involucradas. Se trata de herramientas
valiosas de concertación local.
La regeneración de los extensos continuos residenciales e industriales de creci-
miento agregado, pueden abordarse desde esta perspectiva. Su presencia, es habitual
en nuestras periferias y muchas veces, resulta preocupante por el elevado consumo
de suelo. Se trata de ámbitos territoriales que alcanzan con el tiempo, cierto grado de
consistencia funcional y por ello, deben ser considerados desde una visión conjunta.
Es posible en relación a esos ámbitos, identiicar diversas áreas con cierta identidad
morfológica donde se observan los siguientes rasgos comunes:

• Escala supracomunal: son piezas territoriales generadas por el atractivo


de unas condiciones topográicas y de accesibilidad, que requieren una
aproximación intermedia entre la escala regional y la escala comunal;

290
Alfredo Palacios Barra Evaluación y recomendaciones de propuestas territoriales periurbanas. Fundo Nonguén y ...

• Génesis fragmentaria: se construye por adición de piezas autoorganizadas


sin una visión global preconcebida (ZS, ED);
• Posición periurbana: se desvinculan de los núcleos urbanos tradicionales
y adquieren cierta autonomía funcional;
• Naturaleza suburbana: no disponen de los atributos propios de la ciudad
consolidada y por su baja densidad, presentan menor tensión urbana;
• Función híbrida: los usos originales de cualquier ocupación, se enrique-
cen con usos más complejos y de mayor valor añadido (residencial, servi-
cios, ocio, o reserva silvestre protegida).

iV. areas silvestres vs Turismo y urbanización

Marcadas por el contexto socioeconómico expansionista en el que se desarrollaron,


la mayor parte de las periferias urbanas surgen como conjuntos residenciales de
carácter impersonal y trazado monótono. Sin los equipamientos y servicios míni-
mos, desde su creación éstas debieron apoyarse en las dotaciones de la ciudad y
sus estructuras organizativas, como elementos dependientes de un centro funcional
y deinitivo. Del mismo modo, grandes extensiones de los municipios dedicados al
turismo residencial, nacen y se consolidan siguiendo estas mismas pautas de creci-
miento de la periferia de ciudad, caracterizadas igualmente por su infra dotación de
servicios, una vez asegurado los principales sitios como polos de atracción turística
y recurso a explotar.
La euforia inicial y la aluencia constante de la demanda turística a los espacios
extra muros, hizo que se olvidara la peculiaridad de estas áreas residenciales y la ne-
cesidad de recibir un tratamiento especíico, que no ha sido tomado en cuenta hasta
la recesión de inales de los años ochenta, en que se puso claramente de maniiesto la
calidad de la periferia urbana y la pérdida de validez del modelo tradicional turístico.
Como se sabe, hoy se asiste a una mayor sensibilidad de la sociedad urbana por
la cuestión medioambiental y, sin lugar a dudas, también a una reorientación de las
motivaciones de la demanda turística hacia un ocio más activo y en contacto con la
naturaleza, todo lo cual obliga a plantear estrategias distintas en la oferta turística, has-
ta ahora indiferenciada y basada en una competitividad en el mercado internacional
centrada en precios bajos y escasa calidad de la oferta. Parece evidente que la im-
plantación turística, residencial o no, debe responder a una concepción de producto
global, que incluya alojamiento y equipamiento complementario, pero también un
entorno cuidado, un servicio y una organización destinada a satisfacer las demandas
recreativas de la sociedad, y no a repetir las estructuras, formas y usos de la ciudad.
Sería necesario, por tanto, establecer la especiicidad del tratamiento urbano en
los asentamientos del turismo vacacional o residencial, ya que para garantizar su fu-
turo y sustentabibilidad es preciso completar el recurso base del paisaje y la playa,
con una estructura que cualiique sus asentamientos por la vía de la mejora de las

291
RECONSTRUCCION Y RECONFIGURACION TERRITORIAL

instalaciones de alojamiento, equipamiento y cuidado del entorno natural como ele-


mento relevante. Por supuesto, sin olvidar una mayor atención a los servicios directos
e indirectos al turista, así como la disponibilidad de alternativas de recreación variadas
que contribuyan a mejorar la experiencia inal y garanticen la satisfacción del cliente.
Parece evidente que los desarrollos urbanos del turismo residencial requieren
otras formas de organización y gestión para su desarrollo. Pero también, y sobre
todo, para mantener su atractivo y nivel de competitividad a largo plazo. En estos
núcleos turísticos la población «no reside, sino que se aloja», de manera que el cen-
tro de la ordenación de estos espacios no será la vivienda, sino la oferta recreativa.
Es decir, la hasta ahora denominada oferta complementaria, pasará a ser el elemento
principal de la ordenación en torno al cual se organizarán las células de alojamien-
to, como equipamiento que hace posible las actividades recreativas, en contraste
con las actuaciones puramente residenciales de las periferias urbanas.
No obstante, la creación de nuevas áreas turísticas de carácter vacacional o re-
sidencial, sigue ajustándose a los criterios e instrumentos de planeamiento y gestión
marcados por las leyes generales de la actividad urbanística, y por las mismas pautas
que rigen en el extrarradio de las ciudades, a falta de una regulación especíica que
contemple el alojamiento temporal unido a la oferta recreativa, como un servicio en
sí mismo, y no como un uso meramente residencial.
El nuevo marco legal ambiental, apunta a reforzar el cumplimiento de los objeti-
vos de protección y conservación de los recursos naturales, especialmente los relativos
a la diversidad biológica y a los componentes físicos del entorno dentro de lo cual
cabe incorporar el adecuado uso recreativo de las unidades que conforman el Sistema
Nacional de Áreas Silvestres Protegidas del Estado (SNASPE) 2 y que administra la Cor-
poración Nacional Forestal (CONAF)dependiente del Ministerio de Agricultura de la
República de Chile. En este contexto y al considerar que en la gestión y objetivos de
ese Sistema, se contempla dar oportunidades de recreación y educación ambiental a
la comunidad toda, es menester la adopción de medidas de buena administración que
tiendan a asegurar y garantizar la calidad de la permanencia de los visitantes, tanto en
sus experiencias recreativas y culturales, como en su seguridad y protección personal.
Por lo expuesto, adquiere relevancia la necesaria orientación y deinición de
condiciones para los y las usuarios del mencionado Sistema, con la inalidad de
lograr efectivamente la protección y conservación de los recursos existentes en las
áreas administradas por la CONAF. En ese sentido, debería existir una legislación
sectorial turística a nivel nacional, que contemplara esta especiicidad de los servi-

2
El SNASPE, es un programa de cobertura nacional de los sistemas naturales terrestres iniciado el año 1907 por el
Estado de Chile. Actualmente, es ejecutado y administrado por la Corporación Nacional Forestal (CONAF), a partir
de la Ley 18.362 que regula sus funciones y objetivos. El Sistema, es responsable de las áreas silvestres en ambientes
naturales de Chile, que cuentan con la protección legal del Estado y en la actualidad, el SNASPE tiene 94 unidades
territoriales distribuídos en 31 Parques Nacionales, 48 Reservas Nacionales y 15 Monumentos Naturales, equivalentes
a 14.125.271,00 hás, que corresponden al 19 % del territorio continental del Chile americano, uno de los porcentajes
más altos de protección natural de los países en el mundo.

292
Alfredo Palacios Barra Evaluación y recomendaciones de propuestas territoriales periurbanas. Fundo Nonguén y ...

cios turísticos, como suma ineludible de equipamiento recreativo y alojamiento, y


que regulase la ordenación de nuevos «productos turísticos», ya que no es lógico
que el turismo, una industria cada vez más importante en el país y con una contribu-
ción al PIB en aumento, se ordene en el espacio a partir de normas urbanísticas que
no se ajustan a su idiosincrasia particular.
A pesar de ello, son casi inexistentes las determinaciones y medidas concretas
de ordenación turística en Chile. En la organización de los nuevos desarrollos turís-
ticos no basta con ijar los parámetros de supericie de las instalaciones indispensa-
bles para la estadía de los turistas, sino que debería abordarse el aspecto cualitativo
en el crecimiento de la oferta turística, mejorando la existente en función de las
características de la demanda actual y de la potencial previsible.
Además, atendiendo a estos parámetros básicos de calidad demandados por la
sociedad para diferenciar el espacio turístico, sería conveniente la modiicación y
adaptación de los estándares urbanos exigidos para las periferias de las ciudades.
Parece evidente la necesidad de modiicación de estos parámetros cualitativos, con
un drástico aumento, que suponga la asunción de unos niveles siempre oscilantes
entre el mínimo y el óptimo. La cual debería contemplar determinaciones precisas
sobre la supericie de instalaciones deportivas o recreativas de uso común, m2 de
espejo de piscina, o de zonas verdes por plaza turística, -como verdadero parámetro
de medida turística-, y no por vivienda.
Es evidente que las especiicaciones de reservas obligatorias establecidas por ley
para los distintos usos en suelo residencial e industrial, con las cuales pretende mostrar-
se cómo se ha llevado a cabo la adaptación de los estándares residenciales para suelos
industriales, reconocen sus particularidades como ejemplo palpable de la factibilidad
de un posible ajuste normativo para las nuevas actuaciones turísticas. Por lo mismo,
tras su estudio, no parece difícil imaginar una adecuación de dichos parámetros a los
espacios turísticos reconociendo su importancia y peculiaridad, en la cual se da un
mayor peso a los «sistemas de espacios libres de dominio y uso público», a algunos de
los «servicios de interés público y social», así como a las «plazas de aparcamientos»,
teniendo en cuenta un cómputo a partir de plazas turísticas, con algún índice corrector
para las áreas en que se mezcle la segunda residencia con el turismo vacacional.
Es evidente que las demandas en estos espacios varían con respecto a los entor-
nos urbanos. Así pues, quizás sería recomendable una adaptación de estos mínimos,
aminorándolos, o bien un estudio que ubicara estas dotaciones, de forma que pudie-
ran dar servicio a diferentes áreas turísticas.
Finalmente, no puede olvidarse que la oferta turística residencial presenta un
amplio abanico de calidades y categorías. De manera que, podría plantearse la am-
pliación de todas estas especiicaciones de reservas para dotaciones con carácter
mínimo -aunque vinculante-para que pudieran adaptarse a posteriori a cada espacio
concreto, según la correspondiente legislación sectorial, nacional o autonómica.
Insistiendo en el necesario protagonismo de los equipamientos de la oferta
«complementaria» en la ordenación de estas actuaciones turísticas, la deinición de

293
RECONSTRUCCION Y RECONFIGURACION TERRITORIAL

la estructura de alojamiento debería surgir a partir de estas partículas recreativas, y


no al contrario, como suele suceder. Pero además, en un espacio vacacional sería
conveniente propiciar el cumplimiento de los anhelos de ocio y descanso de la de-
manda en un entorno natural cuidado, buscando que la naturaleza sea igualmente
una pieza clave del diseño urbano de carácter turístico. Si en el urbanismo de ciu-
dad, la calle es el escenario de actividad y deben seguirse las leyes de crecimiento
urbano; en el urbanismo turístico, la naturaleza debe ser el escenario sobre el cual
ordenar equipamientos y ediicios, reconociendo las preexistencias del paisaje y
sacando partido de ellas como elementos de referencia y organización.
Así pues, al otorgar su verdadero protagonismo al medio natural, debería plan-
tearse en primer lugar una arquitectura desde los espacios vacíos, por sus cualidades
como referentes paisajísticas e infraestructurales. Desde el comienzo, es necesario
el estudio del agregado de las piezas urbanas a escala municipal e incluso supra-
municipal, como elementos de referencia y orientación en la deinición del espacio,
que sean inteligibles por el turista y la población local. Además, los parámetros de
referencia iniciales deben basarse más en la deinición de densidades adecuadas,
que en la elección de determinadas tipologías constructivas, con el in de asegurar
una presión sobre el medio natural que se acerque lo máximo posible al óptimo.
Evidentemente, el espacio urbano y, en mayor grado, el turístico se cualiica con
la diversidad de opciones recreativas. De este modo, a estas actuaciones basadas en
un orden territorial integrado en el espacio geográico que le hace irrepetible, de-
bería añadirse la diversidad y diferenciación de su oferta complementaria y de cada
uno de sus espacios.
Es preciso propiciar una correcta distribución de los servicios y equipamientos,
así como una accesibilidad indiferenciada a éstos desde cada espacio. En este senti-
do, sería interesante seguir criterios de ordenación urbana cercanos al concepto de
micro unidad territorial, según un principio organizativo que «se apoya en la idea de
escala» y en el cual «ninguno de los equipamientos de uso cotidiano, debe alejarse
de la ciudad más allá de una distancia razonable».
Una serie de rasgos orientados a ese in, podrían favorecer la eiciencia y la co-
rrecta ordenación de los espacios de periferia de las ciudades y las áreas turísticas,
además de potenciar su competitividad en la captación de inversión pública y priva-
da turística. Sin embargo, muchas de estas características apenas han sido contem-
pladas en las actuaciones existentes, las que responden más a inversión inmobiliaria
privada, subordinada e infradotada, marcada por la uniformidad de la infraestructura
y los trazados, en el extrarradio de las ciudades o de los núcleos tradicionales tu-
rísticos, de los cuales dependen institucional y funcionalmente casi por completo.
Es por lo anterior que resulta importante y muy apropiado contar con área peri-
férica de un centro urbano de gran relevancia como es el de la región metropolitana
de Concepción, que tenga el carácter de protección estatal a través de su calidad de
Reserva Nacional, que impide la promoción turístico-natural o turístico-residencial
nacida casi de la improvisación, con estrategias de mercado basadas en ventajas

294
Alfredo Palacios Barra Evaluación y recomendaciones de propuestas territoriales periurbanas. Fundo Nonguén y ...

competitivas irreales. Por el contrario, se plantea se plantea en esas silvestres protegi-


das estatalmente, ocupar posiciones de periferia capaces de funcionar con un grado
de autonomía considerable, aún con la dependencia en lo que atañe a infraestruc-
turas y dotaciones de ámbito territorial superior al municipal. Se trata de desarrollos
turísticos planteados a partir de criterios racionales de ordenación y distribución
territorial de los usos y los trazados, y en cuya estructura, se deja entrever la especia-
lización y diversidad de las distintas áreas que componen la actuación.

i. Valle nonguén

En su proyección tricontinental, los bosques chilenos que mayoritariamente se


ubican en el territorio de Chile continental americano, literalmente crecen en una
isla biogeográica entre el desierto más árido del mundo, una altísima y larga cordi-
llera andina y la mayor cuenca oceanográica del planeta. Largos períodos glaciales
de hasta hace unos 10.000 años y una fuerte ocupación antrópica posterior, explican
la distribución y ubicación actual de esos resabios naturales (Conama,1995).
Como consecuencia, la vegetación alcanza una distribución acotada y de gran
endemismo entre las especies de plantas y animales de ambientes templados. Estos
bosques nativos, tienen no menos del 50 % de la biodiversidad existente en climas
templados en un área que no supera el 2 % de la supericie de la tierra.
Como territorio signiicativo de esos bosques, la Reserva Nacional del Valle
Nonguén o Fundo Nonguén, está ubicada a 12 kms. al sureste del centro de la
ciudad de Concepción, capital de la región del Bio Bio y a 500 kms. al sur de la
capital nacional, Santiago de Chile. Su territorio de 3.055 hectáreas, localizado en
las estribaciones occidentales de la cordillera costera central, forma parte de la juris-
dicción administrativa de tres comunas del Area Metropolitana del Gran Concepción
(AMGC), como son las comunas de Hualqui, Chiguayante y Concepción (Figura 1).
Esa Reserva Nacional, es resultado de la expropiación de 29 predios particu-
lares realizado por el Estado de Chile a partir del año 1907, constituyéndose en el
año 2009 en uno de los 94 territorios que conforman el Sistema Nacional de Areas
Silvestres Protegidas del Estado (Snaspe) y administrado por CONAF.
El Fundo, abarca toda la cuenca superior del estero Nonguén, que es luvio
tributario del río Andalién reconocido como una importante cuenca de la Cordillera
de Costa de gran valor natural en la Región del Bio Bio . El sitio, es prioritario para
la conservación atendido el hecho tanto de su cercanía a la ciudad de Concepción,
como a que tiene una importante productividad de agua y posee el último fragmento
notable del ecosistema de Bosque Templado Valdiviano Costero en la región, de-
nominado bosque caducifolio de Concepción y caracterizado por plantas, árboles
y arbustos de hoja caduca (Conama,1995). De su supericie total, prácticamente el
70 %, (aprox. 2.000 há) corresponde a esa caracterización vegetacional (Donoso,
1981).

295
RECONSTRUCCION Y RECONFIGURACION TERRITORIAL

FIGURA 1. AREA DEL VALLE Y FUNDO NONGUEN, CONCEPCION, REGION DEL BIO BIO, CHILE

Cercano a la inluencia del mar, este bosque caducifolio de Concepción se refugia


en las estribaciones de la cordillera costera central, al norte del río de río Bio Bio y
sobrevive con fragilidad a expensas de la intervención humana (Fig.1).
En razón de ser un área natural de gran potencialidad, de constituir un corredor
biológico con una lora y fauna únicas y una red hidrográica vital para el área urbana
circundante, demanda una conservación y restauración del bosque caducifolio pre-
sente y una debida protección de los cursos de agua existentes. Adicionalmente, por
su excepcional belleza, valor paisajístico y cercanía al área urbana de Concepción,
presenta una enorme potencialidad para la actividad turística, actividad con incipiente
desarrollo a la fecha.

V.1. Ocupación de asentamientos en Valle Nonguén


La pronunciada orografía que caracteriza el territorio del valle Nonguén, donde se
emplaza la Reserva Nacional de Fundo Nonguén, explica en buena medida su ocu-
pación discontinua y la posición de las distintas formas de crecimiento disperso en
su periferia, principalmente en su extensión tricomunal hacia el oriente y el sur de
las comunas de Hualqui, Chiguayante y Concepción, donde se alinea el cordón

296
Alfredo Palacios Barra Evaluación y recomendaciones de propuestas territoriales periurbanas. Fundo Nonguén y ...

costero que es cortado por el curso del río Bio Bio. La logística vial, se dispone
en ambas vertientes sobre los ejes viarios y hacia el corredor del valle luvial que
se extiende en el sentido oriente-poniente. Las urbanizaciones residenciales, acos-
tumbran a situarse en líneas de segunda mano, ocupando espacios menos planos e
interior de valles poco accesibles, como es el caso del propio valle Nonguén que
adentra su ocupación prácticamente hasta el lindero de la Reserva Nacional. Otras
ocupaciones, comienzan a hacerse evidente a partir de la construcción en pendiente
y asimilación de suelos que deinitivamente gana al cerro y sus planos, como sucede
con las arremetidas inmobiliarias y urbanizables de la vertiente norte del valle del rio
Bio Bio y su conquista de los niveles bajos, como lo demuestran las urbanizaciones
al interior del corredor luvial del Bio Bio, hacia Lonco Oriente y Poniente, Villuco,
Schaub y Chiguayante y sus planos altos como Villuco Alto y Lonco Parque, las cua-
les se han extendido motivadas por el marco de una economía en crecimiento, un
fuerte impulso demográico y la generalización de una movilidad privada.
Claramente, la proliferación de tejidos de viviendas aisladas y de buen nivel, pro-
voca la ocupación errática de espacios forestales metropolitanos de orografía pronun-
ciada. Asentamientos de matriz arbóreo-forestal, más o menos cerrados, se encade-
nan en forma accidental, conformando agregados residenciales desvinculados de los
cascos urbanos de referencia y conectados a la red viaria principal a través de nuevas
urbanizaciones e infraestructura vial y caminos preexistentes modernizados (Fig. 2).

Figura 2. Reserva Nacional Nonguén

297
RECONSTRUCCION Y RECONFIGURACION TERRITORIAL

V.2. presentación del problema


Se sabe que dentro de las áreas priorizadas para la conservación a nivel mundial (“hot
spots”), está la de la Ecorregión del Bosque Templado Valdiviano (Donoso,1985), en
el que se inserta el Fundo Nonguen como un ecosistema del bosque caducifolio
costero (Conama, 1995).
Las áreas priorizadas para la conservación a escala mundial (Hot Spots), son áreas
que contienen no menos del 50 % del total de la biodiversidad en sólo el 2 % de la
supericie del planeta (WWF,CI). La Hot Spots de la Ecorregión del Bosque Templado
Valdiviano, que se extiende entre los 35º y los 43º de latitud sur en el territocio con-
tinental americano de Chile, tiene una alta biodiversidad y endemismo con niveles
críticos de amenaza a su sustentabilidad (Fig.3).
FIGURA 3. HOT SPOTS. ECORREGIÓN DE BOSQUES TEMPLADOS VALDIVIANOS: VALLE NONGUÉN.

Fuente: WWF, 2008

La identiicación y caracterización del problema que se estudia, por tanto, es que


la Reserva Nacional del Fundo Nonguén, como un sitio natural cuyo contexto territo-
rial de gran singularidad e inmediato al área urbana de un gran centro metropolitano
de 1,5 millones de habitantes, es un área de conservación silvestre y forestal de gran
importancia mundial, ya que es un remanente natural con un alto nivel de biodiversi-
dad endémica, que presenta niveles críticos de amenaza en su sustentabilidad y que,
por lo mismo, debe ser protegido. Por lo mismo, de lo anterior se deriva que la norma-
tiva correspondiente a ese entorno natural, requiere de instrumentos de planiicación
que normen especíicamente el área de la Reserva Nacional, así como también dispo-
ner de una especiicidad en el Plan de Manejo de tan singular territorio.
Se plantea, que los actuales instrumentos de planiicación del territorio tal cual
están expuestos, no responden a la necesidad de protección sustentable, por lo que se
necesita un ajuste para fortalecer en conjunto la protección de ese sitio (Minvu,1999).

298
Alfredo Palacios Barra Evaluación y recomendaciones de propuestas territoriales periurbanas. Fundo Nonguén y ...

Es pertinente reconocer, sin embargo, que en la intervención de los Planes Regu-


ladores Comunales de la comunas involucradas en el territorio del Fundo Nonguén, al
resguardar la aplicación de normas urbanísticas y de uso de suelo en los deslindes de
la Reserva Nacional, necesariamente generarán zonas sensibles que afecten intereses
y equilibrios ya logrados en esa normativa.

V.2.1. objetivo del estudio


Como Objetivo General del Estudio, se plantea elaborar una propuesta de marco
regulatorio que contribuya a la sustentabilidad ambiental y turística de la Reserva
Nacional del Fundo Nonguen, mediante la promoción del territorio en su área de in-
luencia que respete y valore su condición de transición entre lo natural y lo urbano,
a partir de su normativa de los IPTs vigentes (Fig.4 y 5).

Fig. 4. Fundo Nonguén. Zoniicación actual PRC

299
RECONSTRUCCION Y RECONFIGURACION TERRITORIAL

Fig 5. Fundo Nonguén. Zoniicación actual PRMC

Para lo anterior, será necesario, 1) analizar y evaluar las potencialidades y limi-


tantes de la normativa vigente con efecto sobre la ocupación del espacio territorial,
2) establecer recomendaciones orientadas a promover el logro del objetivo alu-
dido, y
3) Identiicar y proponer recomendaciones de gestión interinstitucional para al-
canzar el objetivo superior propuesto.

V.2.2. análisis conceptual


En la búsqueda de integración e interrelación de las diferentes visiones territoriales
en pro de la armonía entre las áreas urbanas y las zonas naturales de valor ambiental
que la circundan, se consideran dos conceptos principales que se constituyen en
fundamentos de la propuesta:

300
Alfredo Palacios Barra Evaluación y recomendaciones de propuestas territoriales periurbanas. Fundo Nonguén y ...

V.2.2.1. Zoniicacion sobrepuesta (Zs)


El primero de esos conceptos es el de Zoniicación Sobrepuesta, ZS, (McElish, 2004),
que es aquella zoniicación que permite la creación de espacios territoriales en los
que se “sobreponen” ciertas condiciones de uso del suelo a aquellas ya contempla-
das en los instrumentos de planiicación territorial vigentes. La ZS, suplementa los
estándares establecidos en la zoniicación subyacente, estableciendo regulaciones
adicionales en consideración a razones medio ambientales, sin realizar enmiendas
sobre la zoniicación del uso del suelo vigentes.
Como zona de buffer o amortiguación de transición gradual entre ambientes na-
turales y antrópicos, constituye una franje de espacios intra y extra territoriales. Esta
ZS, puede ocupar desde una porción de una zona a sobreponerse a distintas zonas
prescribiendo distintos usos de suelo.
Esta zoniicación, es una herramienta lexible, multipropósito que permite sobre-
ponerse a normas más restrictivas o permisivas a las establecidas en la ordenanza de
zoniicación subyacente.

V.2.2.2. efecto de borde (eb)


Complementario a la ZS, es el concepto de Efecto de Borde (EB), (Eli, 2003), que es
el efecto que se produce en la zona de contacto entre ambientes naturales y ambien-
tes antropizados.
De acuerdo a su deinición, el EB es la distancia entre el borde y el punto en
que el microclima o la vegetación no diieren signiicativamente de las condiciones
interiores del hábitat. En síntesis, la distancia de borde a la cual las densidades de es-
pecies, las tasas de sobrevivencia o tasas reproductivas, no diieren de las condiciones
o factores ecosistémicos en su interior.
Para disminuir el EB, se recomienda establecer zonas Buffer o de amortiguación
que permitan una transición gradual entre ambientes naturales y artiiciales.

V.3. Desarrollo del estudio


El planteamiento inicial de este estudio, se basa en una falta de complementación
armónica entre los instrumentos de planiicación territorial vigentes, de modo que los
mismos no permiten asegurar la sustentabilidad del área de valor natural Nonguen.

Metodológicamente, el estudio se esquematiza a partir de dos procesos que son


el Proceso Técnico y el Proceso Participativo:
• El Proceso Técnico da cuenta de la recopilación, revisión y análisis de la
normativa e instrumentos de planiicación vigentes, que sirven de base
para generar una propuesta de trabajo inicial que se complementa luego
de ejecutado el proceso participativo.
• Este Proceso, se estructura a partir del conocimiento de las leyes y nor-
mativa vigente, a través de los instrumentos de planiicación territorial y
la consulta y análisis de textos especializados.

301
RECONSTRUCCION Y RECONFIGURACION TERRITORIAL

• El Proceso Participativo busca recoger las diferentes visiones de los ac-


tores claves con el in de perfeccionar, validar y corregir la propuesta
inicial para el logro del objetivo trazado.
• Entre esos actores interesa conocer la postura de los responsables insti-
tucionales de aplicar el ordenamiento territorial (MINVU, Municipios),
las Instituciones públicas involucradas en la gestión del área protegida
(CONAF, MMA, MBBNN), los Organismos a cargo de proyectos que
pudieran afectar a Nonguén (Vialidad, Celco, Forbio), los Vecinos colin-
dantes a Nonguén, los Organismos ambientalistas y de base y las Insti-
tuciones académicas regionales y locales.
• Ambos Procesos, Técnico y Participativo, están estructurados a partir de Reco-
pilación de Datos y el Proceso de la Información, en cuatro etapas que son:

V.3.1. el Diagnóstico base, que surge de la revisión del Plan Regulador Metropo-
litano de Concepción, los Planes Reguladores Comunales de Concepción, Hualqui
y Chiguayante y del Plan de Manejo elaborado para la Reserva Nacional Nonguen;
V.3.2. La propuesta Técnica inicial
La Propuesta Técnica Inicial, se plantea en dos niveles: primero se recomienda
extender el límite urbano del PRMC, incluyendo la totalidad de la ZVN 17 (zona de
valor natural), más una zona de amortiguación o buffer.
Luego, se recomienda normar la zona de amortiguación, aplicando el concepto
de ZS en detalle, según sea la realidad ambiental de cada sector (PRMC adiciona nor-
mas de PRC).
V.3.3. La consulta ciudadana e institucional
En la etapa de consulta ciudadana, se prevé consultas con el sector público como
los Ministerios de Obras Públicas, Bienes Nacionales, Vivienda y Urbanismo, Agricul-
tura, Corporación Nacional Forestal y Municipalidades, entre otros.
Con el sector académico regional de la Universidad del Bio Bio, Universidad
de Concepción, Universidad Católica de la Santísima Concepción, Universidad San
Sebastián, Universidad del Desarrollo, Universidad Federico Santa María, Universidad
San Marco y Universidad Las Américas, entre otras.
Con el sector privado y comunidad organizada, vecinos particulares, los colin-
dantes directos o en zona de buffer (Empresas Celco Forestal Bio Bio), ONGs, Green-
peace, Corporación de Defensa de la Flora y Fauna Codeff; Organizaciones territoria-
les (Consejo Consultivo del Valle Nonguen, Red Nonguen), entre otros..
V.3.4. La propuesta de recomendaciones normativas
Luego de los procesos Técnico y Participativo, se está ya en condiciones de avan-
zar en recomendaciones normativas, caracterizadas por ser aquellas recomendaciones
atingentes a la gestión interinstitucional y a la gestión propiamente tal (Fig.6)
En la gestión interinstitucional, el estudio recomienda:
1) la incorporación del Área de Valor Natural ZVN-17 al Límite Urbano del
PRMC;

302
Alfredo Palacios Barra Evaluación y recomendaciones de propuestas territoriales periurbanas. Fundo Nonguén y ...

2) el desarrollo de zonas de amortiguación o buffers, las que deben ser reco-


mendadas por el PRMC;
3) la incorporación de ZS dentro del límite urbano del PRMC;
4) la confección de Planos Seccionales en las zonas de amortiguación urbanas
para establecer la normativa especíica,y
5) las prescripciones técnicas aplicables a la Zona Sobrepuesta del PRMC, para
aprobar los Planes de Manejo Forestal.
Figura 6. Zoniicación Sobrepuesta. Propuesta Final

Figura 7. Propuesta nuevo Límite Urbano de RN Fundo Nonguén

303
RECONSTRUCCION Y RECONFIGURACION TERRITORIAL

Entre las recomendaciones de gestión propiamente tal, se propone:


1) que la modiicación normativa se fundamente en un Estudio Técnico y Am-
biental que respalde la propuesta;
2) que la modiicación normativa deba ser validada y perfeccionada, en primer
término, ante la instancia público-privada de apoyo a la gestión de la RN Nonguen;
3) incorporar a la instancia público - privada de apoyo a la gestión de la Reserva Na-
cional Nonguen, en el proceso de modiicación del PRMC; 4)
la promoción en la creación de una mesa técnica que asegure la transición gradual
en los usos de suelo, y
5) fortalecer la participación ciudadana en la gestión del área protegida como
una herramienta de apoyo a la conservación y mejoramiento de condiciones de vida
de la comunidad.

Vi. conclusiones

Como corolario de este trabajo, se concluye que la anticipación en el ordenamiento


territorial respecto al valor ambiental de una zona, ofrece una oportunidad para su
conservación. Por ello, es válida la correcta aplicación de la Planiicación Territorial
para generar armonía entre los Instrumentos de distinta jerarquía.
La normativa especíica que regula las áreas protegidas, debe considerar no sólo
el área correspondiente, sino su entorno inmediato. Y entre esos valores, el Límite
Urbano se visualiza como un referente deinido y como una oportunidad de proteger
las áreas naturales.
Se concluye que es prioritario que la normativa especíica que regula las áreas
protegidas, debe considerar su entorno inmediato.
A in de minimizar los conlictos entre usos distintos a las áreas de valor natural,
es necesario promover su transición gradual, más aún con la pertinencia y concien-
cia ambiental con la que instituciones y personas, hoy trabajan.
La generación de un banco de ideas para el desarrollo regional, es un gran
aporte y apoyo.

Vii. referencias bibliográicas

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2004
Manual Operativo para actividades de uso receativo y turístico en Sistema Nacional de Areas
Silvestres protegidas del estado, Confa, MinAgricultuta, Santiago de Chile, 2008.
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304
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Nueva Ruralidad. Antropólogos y Geógrafos frente al campo hoy. Lo urbano-rural: ¿nuevas


expresiones territoriales, Cuernavaca, CRIM, UNAM, DGAPA, México, 2005.
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Imprenta Malvar, Madrid, España, 1975, 1ª. edición.
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Cs. Forestales, Universidad Austral de Chile, Editorial Universitaria S.A., Santiago de
Chile, 1985

305
inDice

SECCIÓN
espacio urbano

La transformación del espacio en la ciudad de puebla


The transformation of the urban space in the puebla city
Carlos Montero Pantoja 17
el discurso patrimonial: una coartada para frenar el desarrollo
de la ciudad de oaxaca.
The patrimonial speech: an alibi to stop the development of the oaxaca city
Carlos Lira Vásquez 49
Formas de apropiación del espacio público en Tamaulipas:
el caso de ciudad Madero
Forms of appropiation in the Tamaulipas public space. The case of Madero city
Mario Jurado Montelongo 73
prisioneros del espacio urbano. retos de planiicar
ciudades para adultos mayores
prisoners of the urban space. challenges of planiication in the friendly cities
for the older people
Diego Sánchez González 101
apropiación del espacio dentro del proceso de
identidad social en la periferia metropolitana de Monterrey
space appropiation process within the social identity in metropolitan
periphery of Monterrey city
Carlos Aparicio Moreno 119
replanteamiento urbano del centro Metropolitano Monterrey
rethinking the metropolitan urban center of Monterrey city
M. Teresa Ledezma Elizondo, Nora Rivera Herrera 133
realigning the public choice and orthodox Government perspectives
Alejandro Rodríguez 157
La arquitectura regional como referencia didáctica para el Taller de
proyectos de arquitectura.
regional reference architecture for teaching architectursal design workshop
Antonio Támez Tejeda 173
SECCIÓN
reconsTrucciÓn y reconFiGuraciÓn TerriToriaL

resiliencia urbana: desafíos de reconstruir el borde costero.


sismo 27/F de 2010, chile
urban resilience: the clallenges to rebuild the coastal
Sergio Baeriswyl Rada 199
Desde la crisis a la reconstrucción. un modelo de gestión de riesgo y
resiliencia. Localidad de Dichato, región del bío bío
The reconstruction process of Dichato, a model of risk management and urban resilience
Iván Cartes Siade 213
Metabolismo urbano: un sistema de apropiación de excedentes ecológicos.
La transformación de la estepa magallánica a la arquitectura burguesa
urban metabolism: a system of ecological surplus appropiation.
The transformation of the patagonic estepa in architectural bourgeois
Luis Inostroza Pino 227
La planeación del espacio metropolitano y su vinculación desde la visión de
los imaginarios
planning of the metropolitan space. Metropolis premature from the imaginaries vision.
Monterrey in the liquid contempory
Eduardo Souza González 255
nuevos territorios urbanos. paisajes de baja densidad en área
metropolitana de concepción
Low density or low urbanity? Tipologies of occupation in the Metropolitan
area of concepcion
Leonel Pérez Bustamante, Edison Salinas Varela 271
evaluación y recomendaciones de propuestas territoriales periurbanas.
Valle de nonguén y área de inluencia, concepción
evaluation and recommendations for territorial proposals and periurban.
Fundo nonguen and the inluence area
Alfredo Palacios Barra 287
Este libro
se terminó
de imprimir
en los talleres
de Trama Impresores S.A.
en el mes de septiembre
de 2013

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