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Tema 3 Lectura 2
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JUSTIFICACIÓN
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Sobre los fundamentos jurídicos de la facultad de impartir instrucciones, Schnorr, JuS 1963)1 y ss.
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Sobre la concepción básica de la Vorgesetzgtcn VO, distinta del anterior Derecho militar alemán, Schreiber
Befehlsbefugnis. págs. 23 y s.
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Cfr. para el ámbito civil jescheck, Das Polizciblarr 1964, 99 y ss.; para el ámbito militar, el mismo. Befehl und
Gehorsam, págs. 77 y ss. Sobre el grado de discrecionalidad del superior, cfr. OLG Celle, Koblbaas / Schwenk, § 22
WStG, Nr. 9.
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El texto sigue a Stratenwerth, Verantworrung und Gehorsam, págs. 52,99 y ss., y 165 y ss. Igualmente
Schmidhänser, Allg. Teil, pag. 323: y Schöcke /Schörder / Lenckner, Vorbem. 87 al § 32. Con otra construcción (el
Derecho exterior sólo precede a la instrucción interna de servicio cuando esta vulnera la dignidad del hombre o el
Derecho penal), Grundfragen, págs. 60 y ss., llega a igual conclusión.
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Sobre la justificación todavía más amplia del actuar por orden militar, según el Derecho extranjero vigente antes de
la Segunda Guerra Mundial, cfr. Fubrmann, , Befehl, pags. 32 y ss. Respecto al estado actual del Derecho
internacional en esta cuestión, Vogler, Revue de droit pénal militaire 1968, 111 y ss. Cfr. sobre el Derecho extranjero
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funcionarios (a salvo el servicio policial ejecutivo con empleo de coacción
inmediata) tampoco resulta vinculante el mandato cuando el comportamiento
ordenado constituya una infracción administrativa (§ 56 II 3 BBG, § 38 II 2
BRRG, y § 75 II 3 LBG Baden-württemberg).
Cualquier duda sobre la juridicidad de la orden de servicio debe ser expuesta sin
tardanza por el funcionario ante su superior inmediato y, en su caso, ser trasladada al
superior directo de éste (§ 56 II BBG). Sin embargo en el ámbito militar, el deber de la
objeción se limita a los supuestos en los que el inferior sabe, o resulta evidente, que el
superior no habría impartido la orden si hubiera conocido la situación (BGH 19, 231
[234], o en los que el cumplimiento de aquella implica la comisión de un delito. Lo
mismo ocurre con el funcionario ejecutivo respecto a las instrucciones para el uso de la
coacción directa 8.
vigente los materiales del 5º Congreso internacional de Derecho penal militar en Dublín 1970, Revue de droit pénal
militaire 1971, cuaderno núm. 1.
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La cuestión de si deja de ser vinculante una orden cuya ejecución conlleva el riesgo de un delito imprudente menos
grave, no ha sido aún resuelta por la jurisprudencia (cfr. BGH 19,231 [232]; SchlHOLG, Koblbaas /Schwenck § 5
WStG, Nr. 2). A favor del carácter vinculante, con razón, Schwenck en: Koblbaas /Schwenck § 5 WStG, Nr. 2
Anmerkung; distinguiendo Schönke / Schröder /Lenckner Vorbem 90 al § 32
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Cfr. OLG Cellc NZWehrr 1962, 77, donde, por cierto, se afirma incorrectamente que una orden así contradice los
fines del servicio y carece por ello de fuerza vinculante. En contra, acertadamente, RG 59, 404 (405).
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Sobre la posición contraria, Schwenk, Dreher-Festschrift, págs. 495 y ss.
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Igualmente Stratenwerth, Verantwortung und Gehorsarn, págs. 168 y 182; Jakós, Allg. Teil, págs. 376 y s.; LK
(Hirsch), Vorbem. GS al § 32; Schönke/ Schöder / Lenckner, Vorbern. 88 al § 32; Schmidbáuser, Allg. Teil, pág.
323; Schölz, § 2 WStG, núm. 18b; Schwenck, Wehrstrafrecht, pág. 92; Wessels, Allg. Teil, pág. 122; y Bringewat,
NZWchrr 1971, 133. La doctrina mayoritaria sólo aprecia, sin embargo, exclusión de culpabilidad en la orden
antijurídica pero vinculante ; así Amelung, JuS 1986, 337; Arndt, Wehrstrafrecht, pág. 115; Baumann / Weber, Allg.
Teil, pág. 340; Dreber / Tröndle, Vorbern. 16 al § 32; Küper Jus 1987,92; LK (Spendel) § 32, núms. 100 y s.;
Maurach/ Zipf, Allg. Teil I, pág. 395; Ostendor JZ 1981, 173; SK (Samson), Vorbem, 56 al § 32; Oebler, JuS 1963,
306; Welzel, Lechrbuch, pág. 104; y v. Weber, MDR 1948, 37. Un sector doctrinal niega ya la posibilidad de una
orden antijurídica y a la vez vinculante; así LK (Spendel) § 32, núm. 101; M.E. Mayer, Laband-Festschrift. pág. 121;
y Dolaptschieff, ZStW 58 (1939), pág. 249. No obstante, es ya muy antigua la opinión dominante que distingue entre
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son, sin embargo, obligatorias, radica en que, en casos de poca relevancia, el legislador
valora el deber de obediencia del inferior frente al superior, como principio ordenador
fundamental de toda la actividad estatal, que el deber de obediencia frente al
ordenamiento jurídico (colisión justificante de deberes, cfr. supm § 33 V 1 a) 10. No
obstante, el superior continúa sujeto al principio de legalidad del poder ejecutivo (art.
20 III GG), pero, si acepta una insignificante infracción jurídica en aras del
servicio, o incluso ignora la antijuridicidad, en la esfera militar y en el servicio policial
ejecutivo, tratándose del empleo de la coacción directa, el rápido cumplimiento de la
orden no puede frustrarse por el hecho de que el inferior tenga que comprobar
previamente si la infracción se encuentra justificada por alguna razón, así, por ejemplo,
a tenor del § 35 StVO. Contra el cumplimiento de un mandato antijurídico, pero
obligatorio, no cabe ninguna legítima defensa, puesto que el inferior actúa conforme a
Derecho, mas sí, dentro de estrechos límites, el estado de necesidad11.
Ejemplo: Se ajusta a Derecho la instrucción del Jefe de Policía para el uso de lanzadores
de agua o gases lacrimógenos contra una multitud, una vez que ha examinado
debidamente la proporcionalidad de la medida y la ha estimado (§§ 3 y 5 II de la Ley de
Policía de Baden-Württemberg), y ello, aunque luego resulte que hubiera bastado un
medio menos gravoso. La Policía ejecutiva tiene que cumplir lo ordenado y actúa
jurídicamente al hacerlo. Los manifestantes que atacan a los funcionarios pueden ser
castigados por resistencia contra el poder del Estado (§ 113).
5. Si, por el contrario, la orden no fuera vinculante, el inferior que la cumpliese actuaría
siempre antijurídicamente, con independencia de que conociera o no la falta de
obligatoriedad. La impunidad del órgano ejecutor sólo podría producirse entonces
atendiendo a las causas de exculpación (§ 35 StGB, § 7 II 2 UZwG, § 5 I WStG, y § 75
IV 3 LBG Baden-Württemberg) (cfr. infra § 16 II).
antijuridicidad y carácter vinculante de la orden; cfr. Beling, Grenzlinien, págs. 24; Battenberg, Befchl, págs. 2 y ss.;
y H. Mayer, Frank-Festgabe, T I, p:íg. 605.
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Cfr. Slratenwerb, Verantwortung und Gehorsarn, pág. 166.
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Cfr. Schönke / Schörder / Lenckner, Vorbem. II y 88a al § 32.
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Esto vale también en el ámbito militar; cfr. ChIHOLG, Koblrausch /Schwenck, §5 WStG, Nr. 2, in fine; LK
(Hirscb), Vorbem, 164 al §52; Maurach / Zipf, Allg. TeilI, págs. 395 y s; y Schönke * Schöder / Lenckner, Vorbem.
88 al § 32; de otra opinión, arrndt, NZ Wehrr 1960, 148. Hay una definición de la acción bélica justificada en
Schwenk, Lange – Festschrift, pág. 115.