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Joseph Aguilar Diaz

VII. LOS INGLESES EN BENGALA


Ante la inminente Guerra de los Siete Años, el gobierno inglés envió tropas a
Madrás para confrontar a De Bussy en Hyderabad, acompañadas por Clive, quien
también tenía el mando del Fuerte St. David. Sin embargo, antes de actuar, se
presentó una crisis en Bengala. Aunque la presencia comercial británica en Bengala
era más reciente que en Madrás, la Compañía había prosperado en Calcuta,
centrada en el Fuerte William, bajo permiso mogol. A pesar de la decadencia del
imperio en Delhi, Bengala aún estaba bajo el control de los nababs mogoles,
quienes enviaban tributos anuales. Desde 1740, Alivardi Khan, quien se auto
designó, gobernaba Bengala. A pesar de ser competente y haber repelido ataques
de los marathas, tenía tensiones con los comerciantes europeos sobre derechos y
privilegios.

Tras la muerte de Alivardi en 1756, su nieto de 20 años, Siraj-ad-daula, tomó el


poder en un Bengala turbulento, con un débil gobierno de Delhi y amenazas tanto
internas como de las compañías inglesa y francesa. Estas compañías, que tenían
importantes intereses comerciales en la región, comenzaron a fortificar sus
asentamientos ante la inminente Guerra de los Siete Años. La tensión entre el joven
nabab y los ingleses culminó con el ataque a Calcuta, aunque la ciudad fue
recuperada por el inglés Clive en 1757. Aprovechando las intrigas locales, Clive
apoyó a Mir Jafar para desbancar a Siraj-ad-daula, consolidando así la influencia
británica en la región después de la Batalla de Plassey.

Clive, inicialmente jefe de guerrillas y negociador, amplió su influencia


convirtiéndose en un poderoso agente político y económico en Bengala y Bihar,
regiones ricas de la India. A pesar de que intentó replicar en Bengala el modelo que
había funcionado en Hyderabad, la dinámica fue diferente debido a la presencia de
comerciantes europeos y los intereses de la Compañía de las Indias Orientales.
Estos factores llevaron a una explotación financiera de Bengala, beneficiando a la
Compañía y a comerciantes europeos a expensas de los gobernantes y habitantes
locales. Aunque Clive trató de controlar el saqueo, la Compañía tomó gradualmente
más poder, resultando en una Bengala empobrecida y la Compañía al borde de la
bancarrota. Sin embargo, bajo el liderazgo de Clive, la Compañía se consolidó como
una entidad dominante en la región, obteniendo el derecho de recaudar impuestos y,
eventualmente, ejerciendo casi un control completo sobre Bengala, aunque mantuvo
una administración local india.

Clive tuvo la ardua tarea de disciplinar a los empleados de la compañía,


estableciendo estrictas normas que limitaban la aceptación de regalos y el comercio
privado. Aunque algunas de sus medidas no duraron, dejó una estructura preliminar
para la organización del Estado de la compañía, poniendo fin al saqueo
desenfrenado inicial. No obstante, la compañía enfrentó dificultades financieras. En
respuesta, Warren Hastings fue designado para introducir reformas, y bajo su
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liderazgo, la administración de Bengala se organizó y se consolidó el control


británico. Hastings introdujo medidas comerciales, como la eliminación de los pases
de comercio privado y la estandarización de impuestos. A pesar de enfrentar
numerosos desafíos y oposiciones, Hastings logró implementar reformas cruciales,
solidificando la presencia británica en India.

Durante la época de Hastings, las luchas con su consejo se intensificaron debido a


la aprobación del Acta Reglamentaria de 1773, que lo consolidó como gobernador
general y estableció un consejo de supervisión. Estas tensiones internas debilitaron
una administración cohesiva y eficaz en la India, provocando divisiones y retrasando
reformas. Pese a estos desafíos, Hastings mantuvo el dominio británico en la India,
enfrentando amenazas tanto internas como externas, incluyendo rivalidades con
Madrás y Bombay, y desafíos de potencias indias como los marathas y Haidar Alí de
Mysore. A través de su tenacidad y estrategia, Hastings demostró que los territorios
de la compañía podían defenderse de cualquier coalición de potencias indias y
sentó las bases para el dominio británico duradero en la India, consolidándolo no
solo territorialmente, sino también como una potencia significativa en la región.

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