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C AP ULO II
ÍTULO
APÍT
Vygotski en la
Cultura y procesos cognitivos
Psicología
Contemporánea Mercedes Cubero Pérez
Manuel L. de la Mata Benítez
Laboratorio de Actividad Humana
Cultura, Mente y Contexto

En el capítulo anterior se ha defendido una visión del desarrollo en la


que se reconocen diferencias en los procesos cognitivos en función
del contexto socio-cultural en el que participan las personas. En este
sentido, el objetivo del presente capítulo es describir algunas de las
diferencias encontradas a este respecto. Para ello, tomaremos como
punto de partida las investigaciones realizadas desde la Psicología
Transcultural y la Psicología Cultural. Empezaremos presentando al-
gunos aspectos del estudio realizado por Luria (1974) con sujetos de
Uzbequistan alfabetizados y no alfabetizados. En concreto, nos refe-
riremos a cómo éstos realizaban distintas tareas cognitivas y a las
conclusiones que podemos extraer de la forma en que las resolvían.
Posteriormente, señalaremos algunas de las investigaciones realiza-
das bajo la influencia de estos trabajos. Se centran en el papel que
juega la alfabetización en el marco institucional de la educación for-
mal, como escenario sociocultural concreto, en procesos de cate-
gorización, razonamiento y memoria. Una vez presentados los datos
de estas investigaciones, nos haremos eco de algunas de las limita-
ciones de estos estudios, para concluir presentando una alternativa
teórico-metodológica que permita superar dichas limitaciones.
No es necesario recordar que el conocimiento de los procesos de
agrupación, categorización y formación de conceptos es esencial pa-
ra entender el pensamiento humano. Hay que tener en cuenta que la
forma en que conocemos la realidad tiene un carácter generalizado.
Al percibir, por ejemplo, percibimos globalidades, totalidades o for-
mas y no elementos desestructurados. Percibimos secuencias com-
plejas de estimulación organizadas, patrones visuales (como “perso-
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nas”, “sillas”, “coches”...), auditivos (como “hablar”, “descorche de rísticas cualitativas son una buena fuente de información acerca de los
una botella”...), etc. Al captar estos objetos estamos realizando una distintos modos de pensamiento predominantes en distintas personas.
operación de generalización. Así, a pesar de que el coche que esta- Es también ésta una cuestión relacionada con las actividades cultu-
mos percibiendo en este momento es distinto, en cuanto objeto par- rales, por lo que tiene interés para los que nos dedicamos al estudio
ticular, a otro que percibimos ayer, ambos los percibimos como se- de las relaciones entre cultura y procesos cognitivos. Veamos, por
mejantes. Esto pone de manifiesto la existencia de una generalización tanto, qué nos dicen al respecto las investigaciones culturales.
que subyace a este proceso. En otros procesos, como la categorización
o el razonamiento, el manejo generalizado de la realidad es aún más
evidente. En general, puede decirse que los seres humanos “construi- Investigaciones transculturales
mos” la realidad de forma generalizada y conceptual. De ahí que los
procesos por los que organizamos dicha realidad, formando conceptos Una investigación de obligada mención es la realizada por Luria
y categorías, tengan tanta importancia para conocer la naturaleza del (1974). Éste tenía como objetivo demostrar la naturaleza histórica de la
pensamiento. Podemos decir por ello que éstos están en la base de los vida psíquica; o lo que es lo mismo, la manera en que las modificacio-
demás. Procesos como el razonamiento, la memoria o la resolución de nes en las condiciones de la práctica social crean nuevos motivos de
problemas necesitan como requisito indispensable la existencia de actividad y, con ello, transforman los propios procesos cognitivos.
una representación generalizada (en conceptos) de la realidad. Para tales fines, Luria organizó una serie de expediciones al Asia Cen-
De modo complementario hay que decir que estos procesos de tral en las que estudió a diferentes grupos de habitantes de la Repúbli-
agrupación y categorización de la realidad tienen, como veremos más ca de Uzbekistán que tenían la peculiaridad de estar inmersos (de ma-
adelante, una relación muy estrecha con las formas de actividad que nera diferencial) en un proceso de cambio socioeconómico y cultural
se desarrollan en los escenarios socioculturales. O lo que es lo mis- producto de la revolución socialista que aquella república vivía. Así,
mo, en diferentes culturas pueden aparecer diferentes formas de ge- las personas diferían en su nivel de alfabetización y en grado de inte-
neralización y categorización. Esta cuestión ha preocupado tradicional- gración a las formas de distribución social del trabajo, características
mente a los estudiosos de las culturas. Antropólogos como Levy-Brühl, de las sociedades occidentales. Aunque este estudio es bien conoci-
Lévi-Strauss, Berlin y Kay, son buenos representantes de ese inte- do y ha sido frecuentemente referido, por su influencia teórica y
rés. Pasemos, pues, a presentar algunos estudios culturales acerca metodológica en las investigaciones de corte cultural, no nos resisti-
de estos procesos. Al revisar dichos estudios vamos a ir describien- mos a presentar, aunque sea escuetamente, algunos de sus datos
do como a groso modo podemos señalar la existencia de dos gran- más señeros1.
des tendencias en el pensamiento, de dos grandes formas de razonar Las tareas que se les proponían eran de muy diversa índole e
y resolver problemas. implicaban distintos procesos cognitivos: percepción, formación de
Pero, antes de empezar hemos de puntualizar que además del conceptos, clasificación, razonamiento, resolución de problemas,
pensamiento categorial, el estudio de los procesos de memoria nos creatividad, imaginación, meta-cognición, etc. Aquí nos referiremos
va a permitir completar la descripción de las formas de pensamiento únicamente a los datos relacionados con tres tareas y procesos que
relacionadas con la experiencia cultural. En los últimos años la inves- realizamos las personas cuando pensamos: agrupación o formación
tigación sobre memoria ha experimentado un importante desarrollo. de conceptos, razonamiento a través de silogismos y por último una
Por ejemplo, el mismo término memoria es ahora sinónimo de adquisi- tarea de resolución de un problema. En la primera tarea se presenta-
ción y uso de nueva información es decir, de aprendizaje. Interesa, ban cuatro objetos: martillo, sierra, leño y hacha y se pedía a los su-
no tanto el aspecto puro de cantidad de información almacenada, el jetos que dijeran cuáles eran los tres objetos parecidos o los que se
producto memorizado, cuanto los medios, las estrategias que el indivi-
duo emplea para adquirir y recuperar información, así como las caracte-
1 Un análisis muy detallado de la misma podemos encontrarlo en el trabajo de
rísticas cualitativas de la memorización y el recuerdo. Dichas caracte- Van der Veer y Valsiner (1991).
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podían nombrar con una palabra común. A este respecto las conclu- Luria, a partir de estos datos, concluía que los individuos analfabe-
siones fueron claras, los sujetos cuyas formas de vida eran más tra- tos se caracterizaban porque ignoraban las premisas de los silogismos
dicionales (sobre todo de poblaciones campesinas que vivían bajo y se negaban a sacar conclusiones de los mismos, apelando a la ca-
condiciones de economía de subsistencia y los analfabetos) diferían rencia de experiencia personal al respecto.
en la manera de agrupar los objetos de los sujetos que vivían en con- Estas mismas dificultades se reflejaban en las tareas de resolu-
diciones que se consideraban más modernas (trabajadores de gran- ción de problemas propuestas por este autor. Uno de los problemas
jas colectivas y alfabetizados). Los primeros partían de la utilidad tipo que se presentaba era:
práctica como principio general que regía toda su actuación. Solían “Para llegar al kishlak2, hay que caminar 30 minutos; en bici-
agrupa, por ejemplo, hacha y leño, porque “con el hacha se puede cleta, es cinco veces más rápido ¿Cuánto tiempo hay que ir
cortar el leño”. Aun reconociendo los objetos que se parecían, no en bicicleta?”
los incluían en una categoría general, ya que lo significativo para
ellos no era esto, sino que los objetos compartieran una situación También con relación con estas tareas los datos reflejaron dife-
práctica común. Lo que tenía sentido para estos sujetos era reprodu- rencias entre los dos tipos de sujetos que realizaban las pruebas. Así,
cir las relaciones entre los objetos que se encontraban en las situa- los individuos que procedían de poblaciones aisladas y no tenían
ciones cotidianas. Frente a esta forma de agrupar, lo sujetos que vi- formación educativa, no fueron capaces de resolver ni los problemas
vían en condiciones modernas solían agrupar martillo, hacha y sierra más sencillos. En la mayoría de los casos se negaban a contestar por
porque “son herramientas”. Empleaban, como haríamos nosotros, la falta de experiencia sobre los datos que presentaba el problema (Ej.
pertenencia a una categoría taxonómica como criterio de agrupación. Nunca habían realizado ese camino en bicicleta, no conocían la edad
Observaciones muy parecidas obtenía Luria cuando les proponía o la agilidad de la persona que iba en bicicleta, etc.) y cuando daban
a los sujetos silogismos del tipo: una respuesta, ésta era totalmente azarosa, sin atender a los datos del
problema. Según Luria, de estos datos podríamos concluir que la
“El algodón solamente puede crecer donde hace calor y el principal dificultad de las personas analfabetas era la de ajustarse a
tiempo es seco. los límites impuestos por el propio problema, en “crear un sistema
En Inglaterra hace frío y hay humedad. cerrado con los datos lógicos del problema y razonar dentro de los
¿Puede crecer allí el algodón?” límites de esta condición” (Luria, 1974, p. 158), sin aludir a la expe-
La respuesta de los sujetos alfabetizados no era distinta a la que riencia práctica concreta.
cualquiera de nosotros, individuos occidentales alfabetizados, po- Luria opinaba que gracias a la revolución cultural que estaban
dríamos dar: “En Inglaterra no puede crecer el algodón”. Sin embar- viviendo estos individuos y más concretamente a su participación
go, esta respuesta sí distaba mucho de la manera de proceder de los en las campañas de alfabetización, los sujetos alfabetizados a di-
analfabetos uzbecos, quienes constantemente hacían referencia a la ferencia de los otros, ampliaban su capacidad de razonamiento, de
falta de experiencia personal al respecto, lo que justificaba su negati- crear nuevos tipos de relaciones abstractas, etc. Y ello porque la alfa-
va a contestar: betización les permitía utilizar no sólo criterios relacionados con su
“Se trata de esto: nuestro zar no es semejante a vuestro zar, y experiencia práctica personal, sino además, criterios de tipo lógico-
vuestro zar no es semejante al nuestro. Solamente puede res- verbal desligados de los escenarios de actividad concreta. Desde las
ponder a esas preguntas aquel que lo ha visto, pero el que no escuelas se fomentaba el pensar sobre un conjunto más amplio de
lo ha visto, no puede decir nada [...] yo no lo he visto y por realidades o situaciones, tanto reales como fingidas, con existencia
eso no puedo decirlo. Esta es mi última palabra” física o creada ésta sólo a través del propio lenguaje. Es decir, estas
(Segmento de una trascripción de Abdurajm, individuo de
37 años analfabeto citado por Luria 1974, p. 140). 2 Poblado de la zona bien conocido por los sujetos que participaron en la in-
vestigación.
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nuevas maneras de resolver problemas rompían los estrechos límites ficaciones elaboradas fueron analizadas en función de los dos aspec-
a los que les circunscribía su actividad práctica. Estas transformacio- tos especificados unas líneas más arriba.
nes, producto de la revolución cultural, llevaban consigo, por tanto, Estos autores destacaban como conclusión más importante que
profundas transformaciones de los procesos cognitivos que, como la educación escolar influía de manera decisiva en el tipo de agrupa-
advierte Luria, “conducen a una enorme ampliación de la experiencia, ción realizada, así como en las argumentaciones esgrimidas por los
a la formación de un mundo infinitamente más amplio en el cual em- sujetos para constituir los grupos. De hecho encontraron datos de
pieza a vivir el hombre” (ídem, p. 205). que los niños no alfabetizados, a diferencia de los alfabetizados, ela-
Las diferencias en las maneras de resolver los problemas de suje- boraron, preferentemente, clasificaciones apoyándose en el color, y
tos alfabetizados y no alfabetizados observadas por Luria en sus tra- utilizaron normalmente una gran variedad de características de los
bajos en Asía Central parecen constatarse también en otras investi- objetos como base de sus agrupamientos. Esto último justifica, se-
gaciones transculturales. Al menos en aquellas que han utilizado gún Greenfield y Bruner (1969), que estos niños rara vez menciona-
materiales y tareas semejantes a las empleadas por dicho autor. Entre- ran la categoría a la que pertenecía cada conjunto de dibujos. A partir
mos en algunas de ellas. de estas dos características, los autores concluían que los sujetos
no alfabetizados empleaban preferentemente conceptos concretos o
Alfabetización y formas de clasificar la realidad establecidos sobre la base de operaciones psicológicas concretas.
La ejecución de los sujetos alfabetizados, sin embargo, reflejaba el
Dentro de esta área de investigación son muchos los trabajos resultado contrario. Su preferencia por el color era muy baja e incluso
que se han realizado a lo largo de la historia de la psicología trans- descendía más en función de que aumentara la experiencia escolar.
cultural y son también muchos los aspectos que se han analizado. Este aumento del grado de escolaridad correlacionaba, también, con
Nosotros nos dedicaremos a presentar una muestra de los estudios un incremento en la preferencia por el uso de criterios como la forma
realizados sobre tres temas que nos parecen de especial relevancia: el o la función. Además, estos sujetos, elaboraban clasificaciones sus-
tipo de clasificación realizada, el cambio de criterio de clasificación y tentadas en un único rasgo común a todos los dibujos pertenecien-
el uso de explicaciones verbales de la categoría y criterio elegido. tes a ese grupo y que no caracterizaba a ninguno de los dibujos
Con relación a los trabajos que estudian el tipo de clasificación pertenecientes a otro concepto o grupo. De estos datos los auto-
podríamos citar, por ejemplo, las investigaciones clásicas realizadas res concluían sobre el uso que hacían los alfabetizados de conceptos
por Bruner, Oliver y Greenfield (1966) y Greenfield y Bruner (1969) y y operaciones abstractas.
algunas más actuales como los de Blount y Schwanenflugel (1993), Estos mismos datos pueden encontrarse en investigaciones más
Cubero y Ramírez (1998), Lin, Schwanenflugel y Wisenbaker (1990), cercanas a nosotros, por ejemplo en los trabajos del Laboratorio de
Mishra (1997) o Wassmann y Dasen (1994). Estos, al igual que Luria, Actividad Humana (L.A.H.) (1988, 1993) con alumnos de las escuelas
se centraron en la influencia de la escolarización en el tipo de clasifi- de educación de personas adultas de Andalucía. En concreto, es-
cación realizada. En particular, analizaron dos aspectos de las agru- tos autores utilizaban como materiales fotografías de objetos cotidia-
paciones. Por un lado, el criterio de clasificación elegido y, por otro, nos que podrían clasificarse por criterios formales del tipo: plantas,
el número de rasgos utilizados para elaborar el concepto. Bruner y animales, medios de transportes, prendas de vestir, tipos de vivien-
colaboradores, por ejemplo, trabajaron con niños escolarizados y no das, etc., o criterios más contextuales dependiendo de la experiencia
escolarizados de la tribu Wolof, de la campiña del Senegal, a los que particular de cada sujeto. En estos trabajos se estudiaban los tipos
proponían una tarea de clasificación de dibujos de objetos en distin- de clasificaciones que realizaban alumnos con distinto nivel de alfa-
tos grupos en función de su parecido. Los objetos podían ser agru- betización, tanto cuando el objetivo era clasificar, como cuando se
pados según tres criterios: color –rojo–, forma –redondo– y función utilizaba tal estrategia como medio para el recuerdo. También en es-
–ropas–; y dos de los objetos pertenecían a la vez a dos de los tres tas investigaciones se encontraron diferencias significativas en lo
grupos posibles –una ropa roja y un objeto redondo rojo–. Las clasi- concreto o abstracto de la agrupación empleada en función del nivel
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educativo. Uno de los datos que avalaba tal afirmación era que las sentido, Scribner (1963, 1977); Scribner y Cole (1973, 1981) y Cole y
personas con nula o muy escasa experiencia escolar, a diferencia de Scribner (1974), trabajando con sujetos de las tribus Kpelle y Vai de
los alfabetizados, no utilizaron nunca la agrupación en tareas de me- Liberia, y Sharp et al. (1979) con sujetos de Yucatán, encontraron re-
moria y cuando se les decían explícitamente que agruparan, lo hacían sultados comunes. Las diferencias entre los sujetos con distinta ex-
aludiendo a su experiencia directa con los objetos que representaba periencia escolar se referían más a las explicaciones verbales dadas
el material a agrupar. Es en este sentido que el L. A. H. (1988) con- que a la naturaleza de las agrupaciones realizadas. Parece que las
cluía que mientras más experiencia escolar tenían los sujetos, más diferencias entre los sujetos de distintos países o tribus dependen,
abstractas eran las agrupaciones que realizaban y más probabilidad sobre todo, del nivel educativo, ya que éstas se mantenían incluso
existía de que las emplearan no sólo como objetivo en sí, sino tam- cuando se empleaban distintos materiales. En el caso de las investi-
bién como medio para facilitar el recuerdo. Estos autores, al igual que gaciones llevadas a cabo por los primeros autores citados (Scribner
Luria, sugieren que las demandas de la escuela, distintas a las de la y Cole), el material por clasificar consistía en objetos comunes que
vida cotidiana de estos individuos, son las responsables de la utili- pertenecían a categorías como enseres de caza, alimentos, utensilios
zación de nuevas operaciones psicológicas o nuevas formas de clasi- de cocina, ropas y material de costura. En el caso del estudio de
ficar el mundo. Sharp et al. (1979) el material consistía en figuras geométricas. En to-
Un segundo aspecto en los que, según las investigaciones trans- dos los casos, mientras que los más alfabetizados justificaban las
culturales, parece que influye la escolarización, con relación a las ta- clasificaciones realizadas en función de las propiedades semánticas
reas de agrupación, tiene que ver con la posibilidad de hacer reclasi- que compartían los objetos de un mismo grupo, los no alfabetizados,
ficaciones, en hallar más de un criterio sobre el cual agrupar. Sharp et cuando argumentaban, lo hacían apoyándose en criterios en los que
al. (1979) realizaron una de las investigaciones más ampliamente cita- se reflejaba la participación conjunta de los objetos que componían
da a este respecto. Estudiaron a sujetos mayas y mestizos de distin- el grupo en una actividad práctica.
tas edades y con distinta experiencia escolar de áreas rurales de Todos estos trabajos nos llevan a concluir que existe una estre-
Yucatán (México). La tarea que se les proponía era agrupar unas fo- cha relación entre estas dos variables. Parece ser que el que los suje-
tografías en las que los objetos representados eran figuras geométricas tos estén o no alfabetizados influye decisivamente, entre otros aspec-
que variaban en función del color, forma y número. Estos autores tos, en el modo de realizar agrupaciones, en cuándo se va a hacer
hallaron como dato interesante, a este respecto, que una vez que los uso de éstas, en la posibilidad de cambiar de criterio de clasificación
sujetos realizaban una agrupación, les resultaba difícil cambiar de cri- y, sobre todo, en la manera en la que los conceptos son explicados.
terio y que la dificultad era mayor en la medida que se tenía menos Precisamente el tipo concreto de explicación que esgrimen los suje-
experiencia escolar. Es por ello que se concluye que construir bue- tos alfabetizados y no alfabetizados, así como un análisis más deta-
nas clasificaciones no asegura poder reclasificar los mismos elemen- llado de los aspectos en los que difieren éstos en los modos de clasi-
tos sobre la base de otro criterio. No son, por tanto, resultado de un ficar será el contenido específico del trabajo que Cubero y Ramírez
mismo proceso. Precisamente según Cole y Scribner (1974): presentan como parte de este material.
“[...] es posible que una de las consecuencias de la instruc-
ción sea inculcar la noción de que cualquier grupo de obje- Razonamiento y resolución de problemas en culturas
tos se puede manejar (clasificar) de diversas maneras; es de- alfabetizadas y no alfabetizadas
cir, que no hay una manera correcta independientemente de
la tarea que se ejecute” (ídem, 106). También éste es uno de los temas más recurrente en la investiga-
Otro de los temas clásicos en las investigaciones transculturales ción transcultural sobre la relación entre cultura y procesos cognitivos.
sobre clasificación versa sobre el uso del lenguaje para describir las Aquí nos referiremos a algunos estudios que analizan la influencia de
agrupaciones y el criterio sobre el que se han construido. En este la escolarización en la generalización de reglas de resolución de pro-
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blemas y en el tipo de respuestas y argumentaciones dadas en pro- investigaciones como las de Scribner y Cole (1981) con sujetos de
blemas de silogismos. poblaciones Vai de Liberia se obtienen respuestas muy parecidas.
Quizás los trabajos más emblemáticos, en este sentido, junto con Ante silogismos del tipo
la investigación de Luria (1974), son los realizados por Scribner y “Todas las mujeres que viven en Monrovia están casadas.
Cole (1973, 1981) y Cole y Scribner (1974) con sujetos de las tribus Kemú vive en Monrovia.
Kpelle y Vai de Liberia. Estos trabajaron con niños con diferentes ¿Está casada Kemú?”
edades y con diferentes niveles de alfabetización. Las tareas presen-
tadas fueron parecidas a las situaciones analizadas por Luria. A partir Los sujetos alfabetizados no sólo contestaban con mayor fre-
de los datos obtenidos estos autores concluyeron que la escolariza- cuencia que los no alfabetizados, sino que, además, generalmente lo
ción posibilitaba la generalización de las reglas de resolución de pro- hacían sobre la base de razonamientos teóricos. Es decir, argumenta-
blemas. Es decir, a diferencia de los no alfabetizados, los escolariza- ban en función de la información contenida en las premisas: (contes-
dos tendían a resolver los problemas que se les planteaban como si ta que sí a la pregunta sobre si Kemú está casada) “[...] usted dijo
fueran casos de una clase de problemas que podían ser resueltos que todas las mujeres que viven en Monrovia están casadas [...] eso
aplicando la regla general para todos los problemas de esa clase. es lo que usted dijo” (ídem, p. 127). Sin embargo, los sujetos no
Los individuos con experiencia escolar, a partir de la resolución de alfabetizados solían no responder: “[...] yo no conozco a Kemú,
un problema concreto, eran capaces de extraer o generalizar una regla Kemú puede vivir con su madre en Monrovia” (ídem, p. 127) y cuan-
general aplicable a otros problemas de ese “tipo” y, como conse- do lo hacían era sobre la base de razonamientos empíricos. Es decir,
cuencia, cada vez resolvían los problemas de manera más rápida. Los argumentaban a partir de su conocimiento o creencias sobre el mun-
individuos sin experiencia, sin embargo, fallaban en esta habilidad do real. Respuestas de este tipo se encontraron en el estudio de
para generalizar principios o reglas de resolución. Sharp, et al. (1979) en Yucatán cuando se les planteaban a los indivi-
Trabajos posteriores, realizados en otros marcos culturales, con- duos no alfabetizados silogismos como:
cluyen en el mismo sentido (Matsumoto, 1996; Mishra, 1997; Olson y “Las mujeres de Guadalajara son bonitas.
Torrance, 1996). Precisamente, en relación con la generalización de Mi amiga es de Guadalajara.
reglas, a partir de los noventas son especialmente fructíferos los ¿Es mi amiga bonita?”
trabajos sobre problemas formales y no formales en el ámbito de las
matemáticas. Investigaciones como las de Davis y Ginsburg (1993), Éstos elaboraban argumentaciones del tipo:
Carraher (1991; Schliemann, Carraher y Ceci, 1997) o Saxe (1991) son “Sí, ella es bonita. A ti te gusta estar con mujeres bonitas,
representativas de esta línea. Éstas constituyen nuevas situaciones ¿no?, por eso tú escogerás mujeres bonitas sin importar de
en las que se constata como las posibilidades de generalización de donde sean” (ídem, p. 54).
reglas de los no escolarizados son muy escasas o incluso nulas. Scribner (1977) insistió especialmente en la diferenciación entre
Con relación al segundo de los temas señalados, el estudio de estos dos tipos de argumentación, teórica y empírica, y la importancia
silogismos, investigaciones realizadas en distinto puntos geográfi- de la escolarización en el predominio de la primera. Esta autora con-
cos (Cole et al., 1971; Sharp et al., 1979; Luria, 1974; Scribner, 1977; sidera que los problemas de lógica verbal, como los silogismos,
Scribner y Cole, 1981...) han demostrado que en los problemas de ló- constituyen un género de lenguaje o forma de discurso especiali-
gica verbal, como los silogismos, existían respuestas muy diferentes zado, lógico, que usa el lenguaje principalmente para transmitir rela-
en función del nivel educativo de los sujetos. Ya comentábamos ciones precisas entre proposiciones. Dicho de otra manera, que re-
cómo en la investigación de Luria (1974) los sujetos no alfabetizados quiere de un razonamiento teórico para ser resuelto. Sólo si se crea
se negaban a contestar por desconocimiento de las personas, luga- un sistema cerrado con los términos o premisas que componen el
res u objetos contenidos en el silogismo, o si lo hacían, utilizaban problema y se utilizan las reglas generalizadas y no la propia ex-
datos de su experiencia inmediata como base de su deducción. En periencia, para obtener una respuesta, el problema se realizará en
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los términos planteados. En las instituciones educativas occidenta- experimentos los sujetos debían recordar una lista de veinte palabras
les es frecuente la práctica con problemas que se definen gracias a agrupables por categorías. Los resultados mostraron un mayor re-
estos modos de usar el lenguaje. En ellos, el contenido es arbitrario, cuerdo en los sujetos con alto grado de experiencia escolar. La agru-
en el sentido de que se derivan de sistemas muy distintos a los que pación categorial apareció de manera extensiva en los grupos cuya
constituyen la propia experiencia de los que aprenden y su significa- experiencia escolar alcanzaba hasta la educación secundaria. Incluso
do reside en las propias relaciones expresadas. Es decir, en la escuela en ellos, la agrupación apareció después de un buen número de en-
existen muchas oportunidades de practicar con problemas que re- sayos de memorización y recuerdo del material.
presentan géneros de discurso “lógico”. Sin embargo, no parece En nuestro propio trabajo de investigación hemos constatado
fácil encontrar experiencias fuera de la escuela en las que este tipo de también la influencia de la educación formal en la memoria con adul-
discurso sea utilizado y privilegiado (Wertsch, 1991). tos de Sevilla capital (L.A.H., 1988; De la Mata y Sánchez, 1991,
Ramírez, Cubero y Santamaría, 1990). Los sujetos estudiados en este
Efecto de la escolarización sobre la memoria trabajo pertenecían a tres niveles del Programa de Educación de
Adultos de Andalucía (P.E.A.): alfabetización, pregraduado y gra-
Entre todas las tareas de memoria empleadas en la investigación duado. Los alumnos del primer nivel eran adultos con escasa ex-
transcultural, la que ha generado un mayor número de estudios ha periencia escolar, los otros dos niveles correspondían a cursos más
sido, sin duda, la de recuerdo libre de listas de elementos, ya sean avanzados, especialmente el nivel de graduado. Los resultados mos-
estos dibujos, palabras u objetos tridimensionales. Cole et al. (1971), traron claramente la influencia de la experiencia escolar en las estra-
por ejemplo, realizaron una serie de experimentos en los que partici- tegias usadas para memorizar y en el recuerdo de los dibujos. Los
paron niños, jóvenes y adultos kpelle de Liberia y niños escolares de alumnos de graduado y pregraduado recordaron más cantidad de
California, EEUU. Los sujetos kpelle estaban incluidos en tres gru- elementos que los de alfabetización, sin que entre ellos hubiese dife-
pos de edad (seis-ocho, diez-catorce y dieciocho-cincuenta años). rencia. Distintos fueron los resultados relativos a agrupación, tanto
Dentro de estos grupos había sujetos escolarizados y no escolari- durante la fase de estudio como durante el recuerdo. Durante la fase
zados. Los materiales empleados fueron dos listas de palabras y de estudio se observaron las acciones o estrategias empleadas por
dos series de objetos. Tanto las palabras como los objetos podían los sujetos para memorizar el material. Los alumnos de graduado
ser de dos tipos: fácilmente agrupables o poco susceptibles de ser agruparon las tarjetas en mayor proporción que los otros dos grupos.
agrupados. Los sujetos debían recordar los artículos en cinco ensa- Sin embargo, no hubo diferencia en el uso de la agrupación entre los
yos sucesivos. Los resultados mostraron que todos los grupos me- sujetos de pregraduado y alfabetización. Los alumnos de pregradua-
morizaban más fácilmente y recordaban mejor los artículos agrupables do emplearon con más frecuencia una estrategia de repaso, que con-
que los no agrupables. También se observó que todos los sujetos sistía en repetir el nombre de los dibujos, sin cambiar la disposición
recordaban mejor los objetos que las palabras. Igualmente, los suje- de éstos, estrategia ésta menos útil que la agrupación para resolver
tos escolarizados de los dos grupos obtuvieron mejores resultados la tarea. Otra medida empleada fue la agrupación en el recuerdo. Se
en todas las pruebas que los que no habían tenido experiencia esco- encontró que los sujetos de graduado recordaron de forma más
lar. Respecto a la comparación de los dos grupos culturales, los ni- categorial que los de los otros dos grupos. No hubo diferencia en-
ños norteamericanos recordaban mayor cantidad de artículos y el tre los alumnos de alfabetización y pregraduado. Vemos, por tanto,
recuerdo aumentaba más rápidamente de un ensayo a otro que los cómo este estudio muestra la influencia de la escolarización tanto
sujetos africanos. En este grupo, además, se observó que la mejora en la memorización como en el recuerdo de una serie de dibujos
en el recuerdo asociada a la edad y a la escolarización era pequeña. categorizables. En este caso, un cierto grado de experiencia escolar
Sharp et al. (1979) realizaron un extenso estudio en Yucatán (Méxi- se reflejó en un aumento de la cantidad de elementos recordados, sin
co), en el que participaron diferentes grupos de sujetos mayas, mes- embargo, fue necesaria una mayor cantidad de experiencia (como es
tizos y blancos con diferente grado de escolarización. En uno de los el caso de los sujetos de graduado) para que el efecto de la esco-
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larización se reflejara también en el uso de la agrupación durante la occidentales, a sujetos de otras culturas (Cole et al. 1971; Scribner,
fase de estudio y en el recuerdo del material. 1977; Lave, 1988). Estos problemas son de tal índole que pueden ha-
A modo de conclusión podemos afirmar que las investigaciones cer cambiar las propias interpretaciones de los datos de la psicología
a las que nos hemos referido, y que pueden valer como ejemplo de transcultural. Rogoff ha sistematizado estos problemas concretándo-
los estudios sobre la relación entre alfabetización y procesos cogni- los en la existencia de una serie de sesgos que limitan las conclusio-
tivos, constatan que las personas que viven en condiciones de vida nes sobre la influencia de la escolarización en los procesos cogniti-
tradicionales, y con escasa o nula experiencia escolar, obtienen peo- vos. Las investigaciones que citaremos, como justificación de las
res resultados que los sujetos que viven y se desarrollan en condi- críticas de los trabajos en psicología transcultural, una vez más, se
ciones de vida más características de sociedades modernas, indus- centrarán en procesos de formación de conceptos o categorización,
trializadas y occidentales, en las que gran parte de los aprendizajes se resolución de problemas y memoria.
llevan a cabo en el marco institucional de la educación formal. El primer conjunto de problemas al que Rogoff (1981a) hace refe-
rencia es el relacionado con los sesgos de la selección de los sujetos.
En la investigación sobre la influencia de la escolarización en los pro-
Algunos comentarios sobre la investigación cesos de pensamiento suelen participar grupos de sujetos alfabeti-
zados y no alfabetizados, sin tener en cuenta el resto de característi-
transcultural cas de estos dos grupos que pueden ser responsables, tanto como la
alfabetización, de las diferencias encontradas entre ellos en los mo-
Autores como De la Mata (1988, 1993) y De la Mata y Ramírez dos de realizar las tareas. De esta manera, tal como sugiere De la Mata
(1989) advierten del riesgo que se corre de extraer conclusiones pre- (1993), es posible que las estrategias y habilidades que requieren las
cipitadas sobre la naturaleza de las diferencias entre grupos cultura- tareas propuestas por las investigaciones transculturales no sólo
les. No son pocos los que a partir de éstos y otros datos concluyen sean producto de la participación en instituciones educativas, sino
a favor de la superioridad de las formas de pensar de los sujetos que para determinados sujetos éstas ya sean fomentadas y estimula-
alfabetizados frente a los no alfabetizados o de considerar la expe- das en el propio seno familiar. Así, factores como el nivel cultural de
riencia de unas culturas sobre otras. Muy al contrario, nuestro punto los padres, la profesión que desempeñen, la consideración que éstos
de vista no sólo niega la superioridad de unas determinadas formas tengan de la escuela, el estilo de interacción con sus hijos, la existen-
de conocimiento, sino que también cuestiona las conclusiones sobre cia de materiales y libros educativos, el tipo de juguetes y juegos e
las diferencias cognitivas asociadas a la cultura. incluso el nivel económico o el contexto en el que vivan (rural o urba-
Por todo ello, en este punto presentaremos los problemas o críti- no), pueden estar influyendo en el desarrollo psicológico de los ni-
cas fundamentales con los que se enfrenta la psicología transcultural, ños de manera muy decisiva. Por ejemplo, las culturas occidentales
así como algunas investigaciones que justifican las críticas realiza- no sólo se caracterizan por la existencia de una institución específica
das. La mayor parte de las mismas tienen que ver con cuestiones con funciones educativas y formativas, la escuela, sino que además,
metodológicas de las que se derivan conclusiones teóricas un tanto en ellas, es habitual encontrar niños para los que la escuela mantiene
inciertas. una continuidad con lo que ha sido y es su vida familiar. Los valores
Precisamente Rogoff (1981a, 1981b), Cole y Scribner (1974) y que imperan, los contenidos de los que se habla, los estilos con los
Scribner y Cole (1973, 1981), son quizás los autores que más han tra- que se habla e incluso los modos de resolver los problemas, son co-
bajado en señalar todo un conjunto de problemas, sobre todo de or- munes en ambos escenarios de actividad. En estos casos, por ejem-
den metodológico, presentes en la investigación transcultural. Los plo, es difícil determinar cuál es la variable que marca la diferencia en
problemas o errores de este tipo de estudio son, según ellos, pro- los modos de realizar problemas los individuos alfabetizados y no
ducto de la generalización que se hace al aplicar tareas, materiales y alfabetizados, o al menos resulta reduccionista afirmar que es la al-
procedimientos típicos de la investigación cognitiva con sujetos fabetización la causa única de las diferencias.
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Investigaciones como las de Stevenson (1982) apuntan en este tían a las escuelas de dichos países. Mientras que no existieron dife-
sentido. Este autor encontró diferencias cognitivas del tipo de las rencias entre ambos grupos cuando debían clasificar los objetos rea-
que se suelen encontrar en los estudios transculturales que compa- les, cuando la tarea consistía en clasificar los dibujos, los niños es-
ran poblaciones alfabetizadas y no alfabetizadas, pero en este caso, coceses la realizaban claramente mejor que los niños zambianos.
entre poblaciones de niños que aún no habían asistido a la escuela. Parece, por tanto, que para los niños de Zambia ambos tipos de ma-
Parece que la explicación de estos datos tiene que ver, precisamente, teriales no eran equivalentes.
con diferencias en los ambientes familiares de los dos grupos de ni- En el mismo sentido que la anterior concluye la investigación de
ños analizados. Irwin y McLaughlin (1970) que comparaba la ejecución en dos tareas
Este tipo de fallo en el que ha incurrido la psicología transcultu- de clasificación: una de tarjetas con figuras geométricas y otra con
ral, creemos que puede ser consecuencia de considerar la cultura granos de arroz, aplicadas a dos tipos de poblaciones: niños de es-
como variable independiente. Valsiner (1988) y Van der Veer y Valsiner cuelas de Liberia y recolectores de arroz. Las tareas eran iguales pero
(1991), entre otros, advierten de las dificultades a las que nos condu- diferían en el contenido de lo que agrupaban. En ambas el material a
ce considerar que la cultura, vista como un todo, es una variable agrupar era clasificable en función de distintos criterios. En este caso
manipulativa (variable independiente) que determina y explica de los escolares, no así los recolectores, realizaron sin problemas la ta-
manera directa el funcionamiento cognitivo del individuo (enten- rea de clasificación de las tarjetas; los recolectores analfabetos, sin
dido éste como variable dependiente). Esta perspectiva implicaría re- embargo, realizaron igual de bien las tareas de clasificación de los
lacionar cultura y cognición como si fuesen variables pertenecientes granos, que los niños la tarea de agrupación de las tarjetas. La dife-
al mismo nivel de análisis. Lo que genera una relación mecánica entre rencia fundamental entre estos dos grupos estaba en las grandes di-
ellas. ficultades de los sujetos no alfabetizados para hallar más de un crite-
El segundo tipo de problemas tiene que ver con los sesgos rela- rio sobre la base del cual clasificar las tarjetas. En este experimento
cionados con las pruebas; es decir, la influencia que puede ejercer no sólo se intentó constatar la influencia del contenido del material,
en la ejecución de la tarea el conocimiento o familiaridad que tengan sino además la forma del mismo (objetos reales o representaciones
los sujetos sobre los materiales con los que hayan de trabajar, el len- pictóricas). Y gracias a ello, podemos encontrar actuaciones en las
guaje que se utilice o bien por el experimentador o bien por la tarea personas no alfabetizadas, que con otros materiales más formales
misma y por último comprender la situación-tarea (sus demandas y hubiesen estado fuera de su alcance.
limitaciones) a la que se deben enfrentar y resolver. En investigaciones más recientes, como las de Mishra et al (1996)
Con relación a la “familiaridad con los materiales” más usados en –con distintas tribus de la India– o la de Wassmann y Dasen (1994)
las investigaciones de corte transcultural, Scribner y Cole (1973, –con tribus de Papua Nueva Guinea– describen resultados similares.
1981) y Cole y Scribner (1974) señalan que, en general, favorecen más Cuando se controla la familiaridad con los materiales que se deben
a los alfabetizados de culturas occidentales, ya que mientras que categorizar, se reducen radicalmente o incluso se eliminan las diferen-
para ellos los materiales forman parte de su contexto natural, para los cias en las capacidades que unos u otros grupos culturales tienen
no alfabetizados no suelen ser conocidos o al menos usados. Esto para que sus actuaciones reflejen procesos de pensamientos abs-
puede ser la causa de algunas de las diferencias encontradas entre tractos o generalizables
ambos grupos. Así parecen demostrarlo investigaciones como las de Otro de los aspectos que pueden explicar las diferencias entre
Cole et al. (1971); Cole y Scribner (1974); Deregowski y Serpell (1971); alfabetizados y no alfabetizados es la “familiaridad con el lenguaje”
Irwin y McLaughlin (1970); Mishra et al (1996); Sharp y Cole (1972); empleado en las tareas experimentales. Como Rogoff (1981a, 1981b)
Price-Williams (1962); Wassmann y Dasen (1994), etc. apunta, en la mayor parte de las investigaciones, el lenguaje que se
Por ejemplo Deregowski y Serpell (1971) comprobaron que el he- utiliza es más conocido por los alfabetizados que por los no escolari-
cho de utilizar fotografías o materiales reales hacía que se diferencia- zados. En general las tareas propuestas están planteadas con los tér-
ran, en tareas de clasificación, niños de Escocia y Zambia que asis- minos, la lógica o incluso las propias instrucciones típicas de las si-
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tuaciones escolares. En este sentido, Scribner y Cole (1981) conside- poblaciones de Uzbekistán cuando el contenido era conocido, los
ran que muchas de las diferencias halladas entre alfabetizados y no sujetos reconocían entender lo que se les pedía y así parecían de-
alfabetizados en la resolución de tareas de silogismos, por ejemplo, mostrar las preguntas que hacían al experimentador (Luria, 1974).
no tienen que ver tanto con el tipo de razonamiento, sino más bien Los estudios realizados por Kearins (1981, 1986) y Wagner (Wagner
con la comprensión lingüística del mensaje que se incluye en las 1978a, 1978b, 1993; Wagner y Spratt, 1987) ponen de manifiesto da-
premisas. Estos autores comprobaron con poblaciones Vai de Liberia tos similares en relación con procesos de memoria. Kearins comparó
que cuando los sujetos conocían los significados de los términos y la ejecución de niños de entre seis y diecisiete años aborígenes del
expresiones verbales, eran capaces de resolver problemas de lógica desierto occidental australiano con la de sujetos de las mismas eda-
verbal, lo que con los silogismos clásicos sólo sucedía en poblacio- des de una ciudad australiana en una serie de tareas de memoria vi-
nes alfabetizadas. Como hemos mencionado con relación a los sual. Los dos grupos de niños estaban escolarizados. Las tareas
silogismos, incluso se podría considerar que éstos representan un consistían en reproducir la disposición espacial de una serie de obje-
género discursivo específico y especializado y que sólo la escuela en tos de diferentes colores colocados en un tablero. Los sujetos aborí-
las sociedades occidentales posibilita una extensa práctica en tales genes mostraron un recuerdo superior al de los niños de la ciudad.
formas de discurso (Scribner, 1977; Olson, 1977). Hay que destacar que la superioridad en el recuerdo de los aboríge-
El tercer y último aspecto, dentro del sesgo relacionado con la nes sobre los australianos de origen europeo se producía tanto cuan-
tarea, al que vamos a hacer referencia, tiene que ver con la “familiari- do se empleaban objetos “naturales” como cuando el material estaba
dad de los sujetos con la actividad que le exige la tarea experimental”. compuesto por una serie de objetos artificiales. Se daba, además, in-
Es decir, qué idea tienen los individuos sobre qué es exactamente lo dependientemente de que los objetos fuesen fácilmente nombrables
que se les pide hacer y cómo deben hacerlo. En este caso, también, o no.
los alfabetizados cuentan con ventajas frente a los no alfabetizados, Los trabajos de Wagner (Wagner 1978a, 1978b, 1993; Wagner y
ya que la escuela proporciona práctica en situaciones parecidas a las Spratt, 1987) ofrecen evidencia de la intervención de habilidades es-
que suelen utilizarse en las investigaciones transculturales. En las pecíficas de memoria relacionadas con la cultura. Uno de los grupos
tareas experimentales, por ejemplo, existen suposiciones –intentar seleccionados por sus especiales características estaba compuesto
realizarlas sin ayuda, el valor de la rapidez en la ejecución de las mis- por estudiantes de una escuela coránica (Wagner, 1978a, 1978b). El
mas, el que existe respuestas mejores que otras, cuáles son las res- curriculum de las escuelas coránicas en Marruecos y en otros países
puestas mejores, etc.– que son comunes en gran medida a las condi- musulmanes incluye recitar y memorizar largos versículos del Corán.
ciones bajo las cuales se realizan las tareas escolares y que no tienen En tareas de recuerdo serial a corto plazo en las que se presentaba
nada que ver con las situaciones fuera de la escuela. El ejemplo más una serie de dibujos de animales e inmediatamente debía recordarse
claro de lo que estamos diciendo lo encontramos en los problemas el orden en que había sido presentado un determinado dibujo, estos
de lógica verbal como los silogismos. En la vida cotidiana no es fre- sujetos obtuvieron resultados semejantes a los de los demás grupos
cuente tener que responder ante situaciones en las que el contenido no escolarizados de medio rural, siendo su ejecución claramente infe-
de lo que se dice carece de importancia, si lo comparamos con la lógi- rior a la de los sujetos escolarizados y de medio urbano. En un estu-
ca que subyace entre los elementos del problema (Dash y Das, 1987). dio posterior, Wagner y Spratt (1987; Wagner, 1993) estudiaron a ni-
No es tampoco usual tener que partir de datos que no pueden ser ños de seis y siete años con diferente tipo de experiencia escolar. Se
contrastados, etc. (Cole y Scribner, 1974). En la escuela sin embargo observó que en tareas de recuerdo serial de dígitos y nombres, los
es habitual este tipo de prácticas. Quizás por ello en investigaciones niños con experiencia en escuelas coránicas superaban a los niños
como la de Gay (1971) referida por Cole y Scribner (1974) que incluía que carecían de educación preescolar y obtenían resultados se-
un silogismo en el marco de un relato familiar y folklórico el número mejantes a los de los niños que habían asistido a centros de prees-
de respuestas erróneas de los alfabetizados y no alfabetizados se colar de tipo moderno. En otras tareas de memoria, como recuerdo de
igualó. O, por ejemplo, en los silogismos presentados por Luria en dibujos o recuerdo de segmentos discursivos, no hubo superioridad
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de ninguno de los grupos con experiencia preescolar, fuese esta a los que nos hemos referido. Así, considerar las características de
coránica o moderna, sobre los niños no escolarizados. En la tarea de los sujetos con los que vamos a trabajar y la naturaleza de los mate-
recuerdo de dibujos los sujetos de medio rural obtuvieron mejores riales y tareas que les proponemos, junto con la combinación de dis-
resultados que los de medio urbano. tintos procedimientos de investigación (situaciones más naturales
Con relación a las investigaciones que se han centrado en el junto con situaciones experimentales) (Scribner, 1977, 1963, 1983),
efecto de la familiaridad con el material parecen derivarse tres cues- serían maneras que, si bien no aseguran paliar todos los fallos en los
tiones importantes a tener en cuenta sobre el mismo (Cole y Scribner, que han podido incurrir las investigaciones transculturales, al menos
1974). Por un lado, el formato o tipo de representación física del mate- apuntan hacia posibles vías de solución.
rial. Es decir, no parece algo anecdótico el que el material que se uti- Pero parece que esto no es suficiente, necesitamos además, un
lice sea la representación de un objeto mediante fotografías o dibu- marco conceptual distinto en el que insertar los datos con los que ya
jos o sea el propio objeto real, como parecen demostrar Deregowski contamos y los que nos pueden proporcionar los nuevos métodos
y Serpell (1971), entre otros autores. Tampoco parece despreciable el de investigación. Perspectiva que por otra parte ha sido, en gran
que los materiales pertenezcan a un tipo de escenario cultural o a otro, medida, responsable de las críticas fundamentales hechas a la psico-
tal como demostraron Irwin y McLaughlin (1970) entre otros. Por úl- logía transcultural y que defiende una visión teórica un tanto distinta
timo, el dato quizás más obvio que parece desprenderse de las inves- de la relación entre cognición y cultura. Esta es toda una línea de tra-
tigaciones de este tipo es la importancia de que los sujetos que reali- bajo que defiende el interés de estudiar la cognición humana en con-
zan las tareas conozcan el material que van a agrupar, ya no su texto. El análisis de las aportaciones que tiene para este campo esta
formato o contexto de uso, sino el objeto en sí. perspectiva conceptual será el objetivo del próximo apartado. Fun-
Desde esta visión crítica de las investigaciones transculturales damentalmente nos centraremos en las aportaciones de M. Cole, J.
nos cuestionamos no sólo las conclusiones o consideraciones teóri- Lave, B. Rogoff y S. Scribner, como sus máximos representantes.
cas sobre las diferencias cognitivas encontradas en culturas distin-
tas, en poblaciones alfabetizadas y no alfabetizadas, sino incluso la
propia existencia de esas diferencias. De hecho, cuando los estudios La psicología de la cognición en contexto
con estos tipos de poblaciones emplean materiales con respecto a
los cuales los alfabetizados no parten con ventaja respecto a los no La mayor parte de las investigaciones sobre los procesos psico-
escolarizados, las diferencias entre ellos se reducen espectacular- lógicos humanos se ha centrado hasta las dos últimas décadas en
mente o incluso desaparecen. analizar a individuos realizando problemas más o menos cercanos a
Con esto no estamos queriendo negar la existencia de diferencias los típicos de la investigación cognitiva en el laboratorio. Esto no
psicológicas en función de las condiciones de vida, del contexto so- sólo dificulta la comprensión de los procesos complejos y de los que
cial, histórico y cultural en el que nos desarrollamos y que a cada acontecen en la vida cotidiana de las personas, sino que hace prácti-
uno de nosotros nos ha tocado vivir. Muy lejos de nuestras inten- camente imposible situarlos en su contexto cultural e histórico (Cole,
ciones, ya que partir de una noción vygotskiana del desarrollo, como 1990a, 1990b, 1990c, 1996; Lave, 1988, 1990).
sostenemos en este trabajo, exige considerar la naturaleza social y Una buena alternativa a tal enfoque es la que defienden ciertos
cultural de toda función psicológica, previa y causa incluso de la di- autores (Cole, 1990a, 1990c, 1995, 1996; Cole y Engestrom, 1993; Cole
mensión individual de lo psíquico. Lo que sí creemos es que el marco y Scribner, 1974; Lave, 1988, 1992; Laboratory of Comparative Human
téorico-metodológico de la psicología transcultural no parece apor- Cognitión –L.C.H.C–., 1979, 1983; Lave et al., 1984; Scribner, 1968,
tar una buena perspectiva sobre la naturaleza de esta relación entre 1977, 1983, 1984; Scribner y Cole, 1973, 1981; Rogoff, 1981a, 1981b;
cultura y cognición. Rogoff y Lave, 1984) que se centran en el estudio de la actividad
Algunas de las vías de soslayar las deficiencias reseñadas em- cognitiva fuera del laboratorio, en el ámbito de la vida cotidiana. En-
pezarían por tener en cuenta los problemas de orden metodológico tienden que toda investigación interesada en relacionar cultura y la
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mente humana debe partir del estudio de las actividades prácticas el cuándo, cómo y dónde se hace (L.C.H.C., 1983). Por decirlo de otra
cotidianas de individuos particulares en escenarios culturales con- forma, el contexto es la dimensión subjetiva que elabora un sujeto de
cretos, e inferir, a partir de este conocimiento, los rasgos de los pro- una situación concreta en la que está realizando unas tareas específicas.
cesos cognitivos que dichas actividades demandan (L.C.H.C., 1983). Pero, además, con Lave (Lave et al., 1984 y Lave, 1988, 1992,
Pero esta manera de hacer Psicología Cultural no sólo nos propor- 1993), la noción de contexto o práctica adquiere nuevas dimensiones.
ciona y recomienda cambios metodológicos, sino y sobre todo, nos Con el término práctica, Lave se refiere no sólo a la dimensión subje-
aporta interesantes contribuciones teóricas sobre la mente y su rela- tiva o individual de una situación, sino también al carácter objetivo o
ción con la cultura y el contexto. Entiende que la constitución y de- institucional de la misma. El contexto engloba, por un lado, los aspec-
sarrollo de la psique implica una relación dialéctica entre las acciones tos constantes y fijos que tienen existencia al margen del sujeto con-
que despliegan los individuos, lo que éstos hacen, y los escenarios creto que actúa en ese contexto; es decir, el plano institucional que
de actividad en los que estas acciones tienen lugar. Lo que trae consi- estaba antes del sujeto y se mantendrá una vez que éste haya des-
go una perspectiva en la que la unidad básica de estudio de los proce- aparecido. Por otro lado, toda práctica contiene o permite una manera
sos cognitivos es la actividad práctica. Y la importancia concedida a la personal de ser vivida o experimentada. Estas dos dimensiones son
actividad por este enfoque implica, en términos de Cole, “la especifici- lo que Lave etiquetó como pista y escenario respectivamente, siendo
dad contextual de los procesos mentales” (Cole, 1990a, p. 92). el contexto o la práctica la relación entre ambos términos.
Es por ello que este marco conceptual supone una redefinición El enfoque contextual propone también, una noción de cognición
del suceso cognitivo, en términos de Rogoff (1982), del contexto o substancialmente distinta a la que predomina en la Psicología Cognitiva
práctica socio-cultural en la que se inserta, tal y como lo expresa en general y en la Psicología Transcultural, en particular. Parte de
Lave (1988), y de la relación entre ambos elementos (Cole, 1990c, una visión de lo cognitivo como proceso activo que se “sitúa fuera
1996). Pero antes de entrar a desarrollar este enfoque conceptual de la cabeza del individuo”. Ello significa que lo cognitivo relaciona
y metodológico, nos parece interesante, como último aspecto, rese- al individuo y al contexto a la vez. Se sitúa, así, “entre” el individuo y
ñar que su comprensión y la extensión de sus ideas ganan si inserta- el contexto. Es, en este sentido, una perspectiva orientada a la activi-
mos esta perspectiva dentro de la tradición de la Psicología Históri- dad. Tal y como subraya De la Mata (1993), lo más importante para
co-Cultural, de su manera de hacer psicología y de entender la relación este enfoque es poder explicar como actúa el individuo y no lo que
entre los procesos cognitivos y la cultura. De hecho, sus máximos ocurre en su cabeza.
exponentes son herederos de la perspectiva vygotskiana. En este intento de redefinir lo cognitivo existen dos aportaciones,
dentro del enfoque contextual, que son de especial relevancia, la no-
Claves conceptuales de los estudios sobre la ción de procesamiento distribuido de distintos miembros de L.C.H.C.
cognición en contexto (1983), y el concepto de suceso cognitivo de Rogoff (1982, 1990).
Distintos investigadores del L.C.H.C. rechazan el modo utilizado
La idea fundamental de los teóricos que trabajan en esta línea es por la Psicología Cognitiva más tradicional para interpretar cómo un
la necesidad de estudiar la cognición humana en el contexto cultural individuo procesa o analiza la información. Es decir, critican el mode-
en el que surge y se desarrolla. Es por ello que resulta de suma impor- lo de procesador central en la medida que éste asume la existencia de
tancia delimitar ambas nociones. un sistema mental, un estilo cognitivo, global, único y más o menos
Por contexto vamos a entender una consideración amplia de los permanente, responsable de analizar todos los acontecimientos con
elementos que intervienen en una situación social concreta. Es decir, los que nos enfrentamos. Este procesador general se transforma o
con este término nos referimos no sólo a los componentes físicos de evoluciona en función de las experiencias previas del sujeto, pero
la situación sino, sobre todo, a la definición que tienen de ésta los siempre de manera global. Así, cada cambio en el sistema cognitivo
individuos presentes en la misma, ya sean los que actúan explícita- afecta al conjunto de las actuaciones del sujeto. De hecho, el proce-
mente o la audiencia. Son elementos de un contexto lo que se hace, y samiento se infiere de la actuación global del individuo. Este modelo
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es, en definitiva, un enfoque procedente de la metáfora del ordena- mentando que tal concepto puede ser aplicado a distintas esferas de
dor, en el que los elementos básicos se interpretan en términos de actividad, tanto a las actividades más conceptuales, como a aquellas
input, output y lo que hace que el primero se transforme en el segun- en las que el componente motor es el determinante. De igual manera,
do. Como alternativa proponen un modelo en el que el procesamien- una práctica puede ser construida con una mayor o menor amplitud.
to es distribuido. Distribuido en el sentido de que la actuación del Lo común en todas ellas, lo que les da la categoría conceptual de
sujeto está determinada por el contexto; y distribuido socialmente práctica, es que son acciones que se han desarrollado socialmente,
entre los participantes de un contexto concreto (L.C.H.C., 1983). No desde el tipo de tecnología o instrumentos que debe ser utilizado, los
hay un sistema cognitivo global y único, sino que el sistema de inter- conocimientos que se usan y se comparten, a la meta a la que se diri-
pretación puede ser múltiple y en cada caso depende del contexto y gen las acciones que es reconocida por los participantes (Scribner,
de los individuos que participan en él. En este sentido, Cole y 1984).
Engeström (1993) entienden que la cognición se distribuye entre el Como defendimos al hacer alusión a la noción de práctica de Lave,
individuo, el artefacto mediador, las reglas sociales, otros indivi- este concepto es una manera de concretar la influencia de lo social
duos, el medio ambiente y el tiempo (físico, filogenético, histórico- en el individuo, por lo que está directamente conectada con el desa-
cultural, ontogenético y microgenético). rrollo cognitivo del mismo. En función de las demandas psicológicas
Rogoff (1982, 1990, 1993) por su parte, propone el término suceso de la práctica concreta en la que un individuo toma parte, se pondrán
cognitivo para integrar precisamente tanto la actuación del sujeto, en juego determinadas destrezas psicológicas. Así, las destrezas es-
como el contexto en el que ésta tiene lugar y le da sentido. Este tér- tán íntimamente ligadas a las demandas de las prácticas en la que tie-
mino se formula desde una perspectiva dialéctica de la relación entre nen lugar.
sujeto y contexto o individuo y cultura, con la que se intenta romper Unas de las aportaciones al concepto de práctica que más ha in-
el dualismo individuo-ambiente presente en la Psicología Cognitiva cidido en la concreción que supone ésta noción del plano sociocul-
convencional. Es por ello que niega la posibilidad de separar los dos tural es precisamente la de Lave (1988, 1993). Para esta autora la
elementos del suceso cognitivo (el individuo y el contexto). Esta práctica es un nivel de análisis intermedio ente el plano individual y
autora insiste en una idea de cognición y de contexto que permita el plano social o cultural. Es, en este sentido, una manera de acceder
tal interrelación. Así, en cuanto al contexto marca la importancia de al estudio de la relación entre cultura y cognición distinta a la que se
ciertos elementos que ya reflejan tal relación. Por ejemplo, acentúa el asumía en la Psicología Transcultural. Además, como Lave centra su
papel de los materiales y su relación con lo cognitivo, la significación estudio de la práctica en el análisis de las acciones que cotidiana-
de la meta de la actividad que debe satisfacer en dicho contexto y por mente un individuo realiza en un contexto concreto, su teoría de la
último la situación social (macro y microsocial) en la que se ponen en práctica pretende solventar algunos de los errores en los que incu-
funcionamiento las destrezas cognitivas. Por otro lado, Rogoff de- rrieron las investigaciones transculturales al estudiar situaciones no
fiende una idea de cognición o pensamiento como proceso activo reales, ni cotidianas.
emplazado fuera del propio individuo. La cognición, vista desde esta La perspectiva de Lave sobre la práctica tiene una importancia
perspectiva implicaría la actuación de un sujeto en un contexto con- añadida, en la medida de que está indisolublemente unida a la propia
creto del que toma los recursos, conocimientos, destrezas y limitacio- cognición. De hecho, esta última sólo puede ser estudiada en el mar-
nes necesarias para desenvolverse en dicho escenario (1990). co de la práctica o escenario en el que tiene lugar y en el que se crea.
Tal como expresa De la Mata (1993), entender en toda su exten- Así, este concepto significaría el modo en el que la cultura modela
sión esta concepción de cognición exige precisamente hacer un alto los procesos psicológicos humanos, es la manera de concretar en un
para introducir el concepto de práctica. Con este término Scribner y individuo y en una situación particular, la génesis social de la mente
Cole (1981) se refieren a “una secuencia de actividades recurrentes y humana.
dirigidas a una meta que usan una tecnología y unos sistemas de Este marco interpretativo, que es la cognición en contexto, surge
conocimientos particulares” (p. 236). Estos autores continúan argu- como un intento de superar los errores, sobre todo metodológicos,
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de las investigaciones transculturales. Es también una manera alter- Relacionado con lo anterior está el interés de los teóricos de este
nativa de interpretar las diferencias culturales cuando éstas realmen- enfoque por realizar investigaciones que, a diferencia de los estu-
te existen. Esto hace que a partir de esta orientación conceptual se dios transculturales, puedan ser defendidas en cuanto a su validez
derive una serie de cuestiones relacionadas con las situaciones que ecológica. Es decir, que tanto los contextos que se estudian, como
se deben estudiar, así como el modo en el que se las debe analizar. los procesos analizados y las tareas propuestas sean significativos
para los sujetos, sean reconocibles por los participantes como ejem-
Las situaciones de estudio plos de situaciones en las que habitualmente se involucran.
Para cubrir tal objetivo, Lave, Scribner y Rogoff, entre otros, pro-
La primera cuestión de orden teórico-metodológico que se deriva ponen todo un conjunto de métodos y técnicas que van desde la ex-
de este enfoque es la conveniencia de estudiar la actividad cotidiana perimentación a los métodos etnográficos. Todos pueden ser igual-
del individuo en contexto (Lave, 1988, 1990, Scribner, 1977, 1984). mente útiles en la investigación de la actividad en contexto. El criterio
Para ello, Lave y Scribner recomiendan desprender a este concepto que justificarían el rechazo de un procedimiento de recogida de infor-
de algunas connotaciones negativas asociadas a él. A este respecto mación sería, en primer lugar, que despreciara el papel del contexto y
comentan que lo cotidiano no es lo menos evolucionado o inferior, su estrecha relación con los procesos cognitivos. En segundo lugar,
cognitivamente hablando, ni se refiere a la esfera manipulativa de la que no permitiese recoger tanto la consideración institucional o cul-
actividad humana. “El mundo cotidiano es sólo eso; lo que la gente tural de la situación estudiada, como el significado que tiene la situa-
hace en sus ciclos normales de actividad diaria ” (Lave, 1988, p. 30). ción para el propio sujeto objeto de análisis. Es en este sentido que
Y el estudio de la experiencia cotidiana es tan importante para Scribner (1983, 1984) defiende la conveniencia de los métodos ob-
autoras como Lave, Scribner o Rogoff porque consideran que esta servacionales y experimentales como complementarios en la investi-
es vía principal de encuentro entre cultura e individuos. Además, gación de la cognición en contexto.
según Rogoff, es una manera de asegurarnos que las situaciones Parece, por tanto, necesario tener en cuenta el contexto o prácti-
que se estudian son significativas para los sujetos. ca en la que se inserta la actuación del individuo para poderla inter-
Como ya ha sido referido, la mayor parte de las investigaciones pretar en su justa medida, así como para poder determinar la influen-
que estudian la relación entre cultura y cognición suelen abordar la cia que ejerce la cultura o el escenario socio-cultural en la determinación
cultura analizando la influencia de una actividad cultural como la alfa- de la cognición. Volviendo al tema con el que empezábamos este
betización en escenarios institucionales como la escuela. El estudio punto, para poder concretar la influencia que ejerce la alfabetización
de la actividad cotidiana no rechaza este tipo de análisis, sino que en el pensamiento, y en qué destrezas cognitivas específicas está
advierte sobre la necesidad de añadir nuevos contextos de observa- incidiendo parece que esta línea de la cognición en la práctica nos
ción y nuevas tareas, para tener una idea más precisa de lo que las aporta datos interesantes.
personas son capaces de hacer. Es por ello que en muchos casos se Con el objetivo de hacer una Psicología Cultural coherente, ade-
sigue manteniendo la comparación entre alfabetizados y no alfa- más, con los postulados vygotskianos hemos presentado el enfoque
betizados realizando tareas escolares y no escolares o cotidianas. que se ha venido denominando cognición cotidiana (Rogoff y Lave,
Este es el punto al que queríamos llegar. Obviamente la actividad es- 1984) o cognición en contexto (Lave, 1988). Ésta pretende constatar
colar para niños occidentales escolarizados, y muchos de ellos antes no sólo la existencia de formas de funcionamiento mental privilegia-
incluso de que empiece la educación obligatoria (seis años), es un das en los escenarios de instrucción formal, como la escuela, sino
claro ejemplo de actividad cotidiana, si asumimos la definición de además otras formas de funcionamiento psicológico claramente di-
Lave (1988) de actividad cotidiana, como lo que normalmente hacen ferentes a éstas y que para los individuos no alfabetizados consti-
los individuos. Sin embargo, cuando analizamos poblaciones no tuyen su contexto natural de interacción y socialización.
alfabetizadas estos contextos no son nada naturales.
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