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Historia de la A r g e n t i n a
1806-1852
E s t e l i b r o r e l a t a l a v e r t i g i n o s a t i i s t o r i a a b i e r t a p o r l a Revolución d e
M a y o d e 1 8 1 0 h a s t a l a caída d e J u a n M a n u e l d e R o s a s e n 1 8 5 2 .
R e c o r r e así l o s c o n f l i c t o s , l a s i d e a s y l a s d e c i s i o n e s d e l o s h o m b r e s
- d e s d e l o s p r i m e r o s p a t r i o t a s , p a s a n d o p o r l o s g e n e r a l e s d e la g u e r r a
d e l a i n d e p e n d e n c i a , h a s t a l o s c a u d i l l o s c o m o Q u i r o g a , López o
U r q u i z a - q u e e n a q u e l t e m p r a n o s i g l o X I X e n f r e n t a r o n l a construcción
de un nuevo orden.
A n t e s d e 1 8 1 0 , l o s t e r r i t o r i o s p e r t e n e c i e n t e s a l a a c t u a l República
A r g e n t i n a - j u n t o a l o s q u e c o n s t i t u y e n h o y l a s repúblicas d e U r u g u a y ,
P a r a g u a y y S o l i v i a - f o r m a b a n p a r t e d e l V i r r e i n a t o d e l Río d e l a P l a t a y
s u s h a b i t a n t e s e r a n s u b d i t o s d e l m o n a r c a español. C o n l a revolución
e s a u n i d a d v i r r e i n a l comenzó a f r a g m e n t a r s e y s e a b r i e r o n d e p r o n t o
múltiples a l t e r n a t i v a s p a r a l a organización política.
E n e s t a s páginas M a r c e l a T e r n a v a s i o d e s p l i e g a , c o n s u m a d e s t r e z a y
habilidad narrativa, las t r a m a s d e u n a historia q u e , al calor d e la g u e r r a
y l a s c o n t i e n d a s políticas, s e identificará c o n e l n o m b r e d e A r g e n t i n a
sólo v a r i a s décadas después d e h a b e r a c o n t e c i d o .
las efímeras reformas aplicadas a fines del siglo XVIII al pro 5. La desunión de las Provincias Unidas
ilizar el poder, reducir los cuerpos intermedios y mostr^r^ urar
t voluntad militarista para lograrlo, los resultados obtenidos tilla
r muy lejos de los objetivos iniciales. Al igual que las refonna.s b o V
:as, la revolución mostró las dificultades de una gobernabilidjj^
lebía combinar, en diferentes dosis, negociación y autoridad.
. duda, esas dificultades derivaban en gran parte de los dilemas l i j .
ios de la crisis de la m o n a r q u í a ; entre ellos, el expresado en el
5 jurídico tuvo especial relevancia. Con la vacancia de la Corona se
.ó una disputa por dirimir quiénes eran los herederos legítimos de Las disputas suscitadas durante la década de 1810 entre los
loder. L a capital recuperaba la tradición colonial de ser represen- partidarios de un régimen político centralizado y los que preten-
; virtual de todo el reino; las ciudades reclamaban su autonomía en dían crear una confederación pusieron fin a la existencia del
bre del principio de retroversión de la soberanía en los pueblos; la gobierno central a comienzos de 1820. Esta situación dio lugar
5n, invocada en la Asamblea del a ñ o X I I I , procuraba crear m i al surgimiento de nuevas entidades territoriales autónomas, las
ro sujeto político que hablara en nombre de una entidad única e in- provincias, que, sin renunciar a unirse en un pacto constitucio-
ible. A su vez, la revolución introdujo nuevas reglas para la sucesicSn nal, fueron organizando sus instituciones siguiendo el molde
a autoridad política. L a celebración de elecciones periódicas e n - republicano. Las experiencias vividas en el interior de cada una
tó a los habitantes de estas tierras a un desafío que trajo consigo la fueron desiguales: mientras algunas exhibieron un mayor grado
5ión en facciones, grupos y partidos que ahora competían en un de institucionalización política, otras mostraron una gran ines-
vo terreno para ejercer legítimamente el poder, tabilidad o bien la preeminencia de poderosos caudillos locales.
n fin, diversas legalidades y legitimidades se pusieron enjuego c o n
risis de 1808. Hombres y territorios disputaron un lugar en el nuevo
en. E l legado fue la emergencia de distintos niveles de conflicto. Agonía y muerte del poder central
' estallaron simultáneamente en 1820. Por un lado, el que enfrentó
>s grupos centralistas que tenían sede en la capital con los federales Una nueva acefalía
litoral; por el otro, el que implicaba definir a través de q u é cuei j i o En abril de 1819, pocos días después de que el Congreso san-
al debía ejercerse el gobierno. A pesar de haber sido declarada la in- ia Constitución, Pueyrredón renunció a su cargo como director
tendencia, el último problema no había sido resuelto: la nueva lega- remo y fue reemplazado por el brigadier general J o s é Rondeau. E l
ad no logró institucionalizarse en una constitución moderna, y. en o director debió asumir el poder en un contexto de insalvable cri-
ichos aspectos, la gobernabilidad continuó atada al orden jurídico En noviembre de ese mismo a ñ o estalló una revolución dirigida por
paño, como demuestra, entre otros ejemplos, la vigencia en las pro- s r n a b é Aráoz que declaró a la provincia de T u c u m á n a u t ó n o m a del
icias de la Ordenanza de Intendentes de 1782. Estos dilemas, luego ier central, al tiempo que se reanudaba el enfrentamiento armado
la caída del poder central a comienzos de 1820, tomaron caminos di- tre el ya muy debilitado poder central y el litoral. E n esas circunstan-
entes. as, Rondeau decidió recurrir al ejército de los Andes y a lo que res-
•^taba del ejército del Norte para combatir a las fuerzas de Estanislao Ló-
pez. Pero San Martín decidió no acudir en auxilio del gobierno, y parte
del ejército del Norte, liderado por el general cordobés Juan Bautista
Bustos, se sublevó en la posta de Arequito y se n e g ó a apoyar con las ar-
mas al director supremo. De regreso a su provincia natal. Bustos se hizo
elegir gobernador y, con el objetivo de consolidar su capital político.
120 H i s t o r i a d e la A r g e n t i n a , 1 8 0 6 - 1 8 5 2 L a desunión d e l a s P r o v i n c i a s U n i d a s 121
convocó a un congreso de todas las provincias, desafiando y desobede- ron en una situación de autonomía de hecho que pronto se tradujo en
ciendo explícitamente al Directorio y al Congreso que había dictado la una autonomía de derecho. A diferencia de lo ocurrido en los años pre-
constitución de 1819. cedentes, la autoridad central no podría recomponerse.
En ese escenario, la autoridad del gobierno central era prácticamente
nula. Estanislao L ó p e z y Francisco Ramírez decidieron avanzar sobre La'crisis de 1820 en Buenos Aires
Buenos Aires con sus fuerzas militares, y el general Rondeau salió a la Bajo el rótulo de "anarquía del a ñ o 20" la historiografía tradicional
campaña a enfrentarlos, delegando el mando, por decisión del propio calificó la catarata de acontecimientos que derivó del literal vacío de
Congreso, en el alcalde de primer voto del cabildo de Buenos Aires, poder. Esta situación se inició cuando los vencedores de Cepeda exi-
Juan Pedro Aguirre. Las escasas fuerzas restantes del ejército nacional gieron que el cuerpo capitular se encargara de formar un nuevo go-
fueron derrotadas por los caudillos del litoral en Cepeda, sellándose con bierno a través de algún mecanismo que, a d e m á s de conferirle legiti-
esta batalla la suerte definitiva del gobierno. Aunque Buenos Aires, hu- midad, les garantizara una negociación favorable a sus intereses. A tal
millada por la derrota, intentó armarse para defender la ciudad, fue im- efecto, el Ayuntamiento convocó a un cabildo abierto que, reunido el
posible salvar las instituciones fundadas cinco años atrás. Rondeau debió 16 de febrero de 1820, con la asistencia de menos de dos centenares
delegar la firma de la paz en el Cabildo de Buenos Aires; pocos días des- de vecinos, decidió la creación de la primera Sala de Representantes
pués, delegó también su autoridad. Bajo la presión de los vencedores, el de Buenos Aires, llamada también Junta de Representantes, cuyo
Cabildo asumió provisoriamente el poder, obligando al Directorio y al único mandato era designar gobernador de la provincia de Buenos
Congreso a autodisolverse. E l Ayuntamiento capitalino venía a cumplir Aires. Dado que dicha Sala se conformó sólo con representantes de la
una vez más el papel que le fuera asignado desde el cabildo abierto del ciudad, la designación de Manuel de Sarratea como gobernador asu-
22 de mayo: reasumir el gobierno en situación de acefalía, sólo que, en mió un carácter provisorio, hasta tanto se completara la representa-
este caso, su autoridad ya no se extendía a todos los territorios rioplaten- ción con dipixtados elegidos por la c a m p a ñ a . Sarratea q u e d ó como
ses, sino al más reducido perímetro de la ciudad de Buenos Aires y su responsable de establecer la paz con el litoral, concretada el 23 de fe-
entorno rural. Si en 1810 y en las crisis sucesivas, el Cabildo había po- brero al firmarse el Tratado del Pilar.
dido invocar su condición de capital, asignada en 1776, para representar Dicho tratado estableció como principio la futura organización fede-
provisionalmente al resto de las jurisdicciones, en 1820 ya no podía ha- ral para el país y estipuló la convocatoria a una pronta reunión en San
cerlo, por la sencilla razón de que había perdido tal calidad. E l orden Lorenzo para discutirla. Buenos Aires debió aceptar la libre navegación
político del que Buenos Aires era la cabeza acababa de disolverse. de los ríos y someter ajuicio ante un tribunal a los miembros de la ya
Con la acefalía se abrió una doble crisis: la que se desarrolló durante caída administración directorial. Poi otro lado, L ó p e z y Ramírez se
todo el año de 1820 en el interior mismo de Buenos Aires y la que afectó c o m p r o m e t í a n al retiro inmediato de sus tropas, pactando una amnis-
en el mediano plazo a las diferentes regiones del ex virreinato. Las tía general. L a firma del tratado no fue bien recibida por algunos gru-
dispulas desplegadas en el escenario bonaerense entre los caudillos del pos porteños, que la vieron como una humillación al honor de la ex
litoral, las tendencias centralistas representadas por los ex directoriales y capital virreinal dada la concesión de prerrogativas que, como el prin-
los grupos federalistas porteños dieron lugar a un conflicto sin prece- cipio de organización federal, representaban una rendición incondicio-
dentes, en el que diversos grupos y facciones intentaron alzarse con el nal frente a los vencedores de Cepeda. Como consecuencia de ese
poder político desaparecido. E n el resto del territorio, la ambigua y clima de oposición, se produjo la primera crisis de gobierno. E l ex di-
grandilocuente expresión de "Provincias Unidas de Sudamérica" -toda- rectorial Juan Ramón Balcarce, capitalizando el descontento existente,
vía utilizada en la Constitución de 1819- dejaba de tener sustento al des- convocó a una asamblea popular el 6 de marzo, que depuso al goberna-
moronarse el vínculo con el que se pretendía sellar la unidad. Las pro- dor Sarratea. Nombrado gobernador por la "pueblada" -tal como la
vincias, que ya no se correspondían con las amplias jurisdicciones prensa de la época denominó a aquella asamblea-, Balcarce no d u r ó en
asignadas en la Ordenanza de Intendentes, sino que emergían como el cargo m á s que xxna semana, pues la reacción de Ramírez no se hizo
nuevos sujetos políticos con epicentro en sus cabildos cabeceras, queda- esperar: presionó para derribar a Balcarce y restituir a Sarratea en el
122 H i s t o r i a d e la A r g e n t i n a , 1 8 0 6 - 1 8 5 2 L a desunión d e l a s P r o v i n c i a s U n i d a s 123
ejercicio provisorio del poder ejecutivo provincial. Sin embargo, su presentantes, que resolvió ratificar en el cargo a Dorrego. Éste decidió
mandato no perduraría. finalmente enfrentar con las armas a Estanislao López, a quien venció
El 6 de abril, Sarratea convocó a elecciones para designar nueva Sala en Pavón, el 2 de septiembre, aunque pocos días después resultó derro-
de Representantes con doce diputados por la ciudad y once por la cam- tado por el caudillo santafecino en Gamonal.
paña. Lo que apuraba la convocatoria era la pronta reunión a realizarse
en San Lorenzo según establecía el Tratado del Pilar (reunión que fi- Camino a la pacificación
nalmente nunca llegó a concretarse), ya que dicha Sala debía designar Frente a este desastre militar, las milicias de campaña al mando del ge-
al representante por Buenos Aires para acudir a la convención. Las neral Martín Rodríguez y de Juan Manuel de Rosas decidieron interve-
elecciones se realizaron el 27 de abril y los diputados electos no tarda- nir. E l 26 de septiembre, la Junta de Representantes n o m b r ó goberna-
ron en entrar en colisión con el poder ejecutivo. Sarratea debió recono- dor a Martín Rodríguez, quien cuatro días después debió enfrentar un
cer por escrito que la soberanía residía en la Junta recientemente ele- motín de los tercios cívicos dependientes del Cabildo. Rodríguez, apo-
gida y que por lo tanto debía obedecer las resoluciones que emanaran yado por las milicias de campaña al mando de Rosas, derrotó la revuelta
de ella. De esta manera, la Sala se iba transformando de Junta electoral en la ciudad, y ambos comandantes aparecieron entonces como los sal-
encargada de designar al gobernador en un cuerpo capaz de establecer vadores del orden en Buenos Aires, luego de los conflictos que habían
los principios que guiarían al nuevo gobierno. tenido en vilo a sus pobladores.
Mientras tanto, la situación de la campaña bonaerense se agravaba. A En esta situación de fortalecimiento militar. Rodríguez inició las tra-
la presión ejercida por L ó p e z y Ramírez se sumaba el desorden provo- tativas de paz con López, concretadas el 24 de noviembre de 1820 con
cado por tantos años de guerra revolucionaria. Las autoridades radi- la firma del Tratado de Benegas. Allí se aseguraba la paz entre Buenos
cadas en la ciudad no lograban extender su potestad al conjunto del Aires y Santa Fe, pero quedaba desplazado el caudillo entrerriano,
territorio bajo su tutela. E n ese contexto, la Junta de Representantes Francisco Ramírez, quien no había participado de los enfrentamientos
suspendió sus sesiones designando como nuevo gobernador, con facul- bélicos de septiembre por haber salido a disputar a Artigas el control
tades extraordinarias, a Idelfonso Ramos Mexía. No obstante este gesto, de la Mesopotamia. Se hacía evidente que la unión de los Pueblos Li-
la crisis de gobernabilidad se mantenía incólume. Ramos Mexía debió bres del litoral se había quebrado por completo. Con la paz firmada en
renunciar el 19 de junio asumiendo públicamente que su autoridad no Benegas, Buenos Aires se c o m p r o m e t i ó a concurrir al congreso de
era obedecida por nadie: al estado de insubordinación de las tropas cí- C ó r d o b a citado por Bustos, no estipulándose nada respecto a la forma
vicas de la ciudad se añadía el de las fuerzas acantonadas en la cam- futura de organizar el país, tal como lo había hecho el resistido Pacto
paña. Por eso, el 20 de junio es conocido como el "día de los tres gober- del Pilar.
nadores": Ramos Mexía, que no había entregado aún su bastón de Si bien la paz parecía asegurada, la crisis del año '20 dejaba una ima-
mando, a pesar de haber presentado su renuncia el día anterior, el ge- gen amarga para todos los porteños. E l síntoma más elocuente de aque-
neral Soler, designado gobernador por grupos disidentes de la cam- lla crisis se expresó a través de la cantidad (y el origen diverso) de auto-
paña, y el Cabildo de Buenos Aires, que asumía el gobierno tal como lo ridades nombradas en ese p e r í o d o . E n menos de ocho meses se
había hecho en cada oportunidad desde la Revolución de Mayo. De he- sucedieron siete asambleas -algunas bajo la forma de cabildo abierto-
cho, ninguno de ellos tenía el control efectivo de la situación. que se arrogaron la legitimidad para nombrar autoridades; bajo dis-
Luego de la autodisolución de la Junta de Representantes electa du- tintos mecanismos (cabildo abierto, elecciones indirectas, elecciones
rante la efímera gobernación de Sarratea, el Cabildo convocó a la elec- directas) se eligieron cuatro Juntas de Representantes; el Cabildo rea
ción de una nueva junta que designara gobernador. Ésta n o m b r ó a Ma- sumió el poder de la provincia en varias oportunidades; fueron no m -
nuel Dorrego para el ejercicio del poder ejecutivo. Mientras tanto, la brados más de nueve gobernadores, algunos de los cuales no duraron
campaña se hallaba dividida: algunos grupos seguían sosteniendo en el en el cargo más que unos pocos días. Estos hechos parecían confirmar
cargo al general Soler mientras que otros habían nombrado goberna- la expresión acuñada en la prensa periódica por un testigo anónimo de
dor a Carlos María de Alvear. E n agosto se eligió una nueva Sala de Re- la época: "en aquellos días g o b e r n ó el que quiso".
124 H i s t o r i a d e la A r g e n t i n a , 1 8 0 6 - 1 8 5 2 L a desunión d e l a s P r o v i n c i a s U n i d a s 125
XVIII, sólo tres se mantuvieron dentro de la égida del poder revolucio- c o n s t i t u c i o n a l . E n e s e c o n t e x t o , d e s d e P o r t u g a l s e exigió e l i n m e d i a t o
nario liderado por Buenos Aires: la de Buenos Aires, la de Salta y la de retorno del rey J u a n VI a Lisboa para q u e provisoriamente a d o p t a r a la
Córdoba. Las variables situaciones vividas en las provincias ubicadas en constitución española s a n c i o n a d a e n Cádiz e n 1 8 1 2 , h a s t a t a n t o s e
el Alto Perú derivaron, luego de los fracasos sufridos por el ejército del d i c t a r a u n a n u e v a constitución p o r t u g u e s a e n e i m a r c o d e c o n v o c a t o r i a a
Norte en la década del 10, en la separación de toda esa jurisdicción res- C o r t e s G e n e r a l e s . P e r o éstas, u n a v e z r e u n i d a s c o n mayoría d e
pecto del gobierno rioplatense. E n 1825, luego de la victoria de Ayacu- representantes portugueses, a d o p t a r o n m e d i d a s q u e estuvieron lejos d e
cho -que puso fin a la guerra de independencia en el continente suda- e x h i b i r h a c i a s u s a n t i g u a s c o l o n i a s a m e r i c a n a s e i espíritu l i b e r a l q u e
mericano- se creó allí un nuevo estado, cuya denominación, Bolivia, s u p u e s t a m e n t e las guiaba. E n Brasil, e id e s c o n t e n t o n o s e hizo esperar.
buscaba expresar la gratitud hacia quien fue considerado su libertador, Ei r e g r e s o d e l r e y J u a n V i a P o r t u g a l e s t u v o p r e c e d i d o p o r e i
Simón Bolívar. L a provincia de Paraguay, aunque d e m o r ó unos años n o m b r a m i e n t o d e s u hijo P e d r o c o m o r e g e n t e d eBrasil. C o n e i
más, también conformó un estado independiente. A partir de 1813, a l e j a m i e n t o del m o n a r c a y ia e v i d e n c i a d e q u e las C o r t e s n o e s t a b a n
bajo el liderazgo del doctor Gaspar Rodríguez de Francia, la revolución d i s p u e s t a s a n e g o c i a r l a s r e f o r m a s políticas r e c l a m a d a s p o r i o s
asunceña inició un camino autónomo, que culminó con su separación brasileños, s e p r e c i p i t a r o n l o s h e c h o s . P e d r o decidió p e r m a n e c e r e n Río
definitiva. Por otro lado, la conflictiva Banda Oriental había sufrido el d e J a n e i r o y i a i n d e p e n d e n c i a d e B r a s i l s e instauró d e m a n e r a pacífica,
lento y constante avance de los portugueses, que culminó con su ane- s i n p a s a r p o r l a s g u e r r a s q u e experimentó Hispanoamérica, y d i o i u g a r a
xión en 1821 al Reino de Portugal, bajo el nombre de Provincia Cispla- i a formación d e u n i m p e r i o q u e b a j o i a f o r m a d e monarquía c o n s t i t u c i o n a l
tina, y en 1822 al nuevo Imperio del Brasil, conformado cuando el prín- reveló g r a n e s t a b i l i d a d .
cipe Pedro, hijo del rey Juan V I de Portugal, declaró su independencia
y se autoproclamó Emperador. Como se verá en las próximas páginas, Además de las sucesivas fragmentaciones en los márgenes de lo que ha-
la provincia oriental se convirtió finalmente en un estado indepen- bía sido el Virreinato del Río de la Plata, durante la década de 1810 se
diente tanto de su antigua jurisdicción rioplatense como del Brasil. conformaron nuevas provincias. Algunas fueron creadas por el propio
gobierno central, mientras otras se antoerigieron autónomas respecto
de aquel o de sns jurisdicciones más inmediatas, según las jerarquías te-
rritoriales diseñadas por la Ordenanza de Intendentes de 1782. E n el li-
Una monarquía entre repúblicas toral, en 1814 se crearon las provincias de Entre Ríos y Corrientes des-
Por varias razones, la independencia de Brasil presenta u n c a s o peculiar prendidas de la gobernación intendencia de Buenos Aires, mientras
d e n t r o d e l c o n t e x t o i a t i n o a m e r i c a n o . L u e g o d e l t r a s l a d o d e la c o r t e que Santa Fe autoproclamó su autonomía respecto de dicha goberna-
p o r t u g u e s a a Río d e J a n e i r o e n 1 8 0 8 , s e conformó u n a s u e r t e d e ción en abril de 1815, gesto que inició la guerra civil con las fuerzas di-
monarquía d u a l c o n c e n t r o e n e l N u e v o M u n d o . S I b i e n e n 1 8 1 5 B r a s i l rectoriales. Hacia el oeste. Cuyo se conformó en 1814 en una nueva
f u e p r o c l a m a d o " r e i n o " c o n i a m i s m a jerarquía d e P o r t u g a l , l a s t e n s i o n e s provincia, separada de la gobernación intendencia de Córdoba. E n el
e n t r e a m b a s márgenes d e l i m p e r i o s e e x p r e s a r o n e n d i s t i n t o s p i a n o s . norte, Tucumán se separó de la gobernación de Salta en 1815.
E n t r e e l l a s c a b e d e s t a c a r l a q u e derivó d e l h e c h o d e q u e i a p r e s e n c i a d e l Ahora bien, este proceso de redefinición territorial ocurrido en la
r e y e n t i e r r a a m e r i c a n a implicó, p o r u n l a d o , u n m a y o r c o n t r o l s o b r e década de 1810 se precipitó a fines de 1819. T u c u m á n se separó del po-
territorios a c o s t u m b r a d o s a g o b e r n a r s e c o n u n m o n a r c a a la distancia, y der central y, bajo el liderazgo de Bernabé Aráoz, se creó la llamada Re-
p o r el o t r o , u n a m a y o r c a r g a fiscal p a r a s o l v e n t a r l o s g a s t o s d e la c o r t e . pública del Tucumán, que incluía las jurisdicciones subalternas de San-
Tales tensiones, sin e m b a r g o , n o derivaron en reclamos d e tiago del Estero y de Catamarca. Córdoba, por otro lado, también se
independencia frente a Portugal, a pesar d e las d e m a n d a s d e r e f o r m a s independizó luego de la sublevación de Arequito y se erigió así en un
políticas. L o s h e c h o s s e p r e c i p i t a r o n e n 1 8 2 0 , c u a n d o s e p r o d u j o e n nuevo foco de poder al imponer una mayor presencia del interior
P o r t u g a l u n a revolución l i b e r a l q u e postuló, a l i g u a l q u e l a o c u r r i d a e s e frente a Buenos Aires y el litoral. Siguiendo el ejemplo de Córdoba y de
m i s m o año e n España, e l e s t a b l e c i m i e n t o d e u n a monarquía Tucumán, San Juan se declaró provincia autónoma. Poco después lo hi-
128 H i s t o r i a d e la A r g e n t i n a , 1 8 0 6 - 1 8 5 2
cieron Mendoza y San Lnis, qne crearon sns propios ejércitos provincia-
les y se unieron en una liga de provincias cayanas dispuestas a apoyar el
congreso convocado por el gobernador cordobés. E n L a Rioja también
se produjo la secesión y, poco más tarde, Santiago del Estero, luego de
protestar por su incorporación a T u c u m á n , se erigió en provincia au-
tónoma, mientras Catamarca terminó s e p a r á n d o s e de la república tn-
cnmana en 1821. E n Salta concluía abruptamente el predominio de
Martín Güemes: un avance realista desde el Alto Perú dio muerte al
caudillo qne había defendido la frontera durante esos años.
A b a n i c o e n h o m e n a j e a l e m p e r a d o r P e d r o I y a l a Constitución, B r a s i l ,
1822-1831. Colección M i l l i c e n t V . H e a r s t , M u s e o d e B r o o k i y n , N u e v a
Y o r k , E s t a d o s U n i d o s . R e p r o d u c i d o e n Ramón Cutiérrez y R o d r i g o
Cutiérrez Viñuales, España y América: imágenes para una historia,
M a d r i d , Fundación M A P F R E , 2006. ^
En el litoral, las tensiones entre los caudillos de Santa Fe, Entre Ríos y
la Banda Oriental se agravaron después del Pacto de Pilar. Allí, L ó p e z
y Ramírez rompieron relaciones con Artigas, ya qne el líder oriental
desaprobó el tratado por dejar las cosas libradas a un futuro congreso y,
básicamente, por no proveer a su provincia de la ayuda esperada contra Ei Río de ia Plata después de 1820
L a desunión d e l a s P r o v i n c i a s U n i d a s 131
130 H i s t o r i a d e la A r g e n t i n a , 1 8 0 6 - 1 8 5 2
Una muestra clara de las implicancias de esto es que en cada una de las recían ser meras juntas consultivas y electoras de segundo grado para
provincias, comenzando por la de Buenos Aires, se fueron suprimiendo designar al gobernador -como en Santa Fe o Santiago del Estero,
los cabildos, lo cual implicó una redefinición de los territorios y de las donde sus gobernadores permanecieron en el poder durante casi dos
bases de la gobernabilidad. Al eliminarse la institución más arraigada décadas-, o con experiencias en las que prevaleció la completa inestabi-
del régimen colonial y adoptarse, al menos en la norma, el principio de lidad política -como la entrerriana, donde se sucedieron más de veinte
división de poderes, se redistribuyeron las funciones y atribuciones ca- gobernadores en el término de cinco años-.
pitulares entre las nuevas autoridades creadas y se redefinieron las ba- No obstante, sobresale el hecho de que, si bien la vocación de hege-
ses de poder entre la ciudad y el campo. Al predominio del espacio ur- monía y supremacía demostrada por algunos gobernadores o caudillos
bano colonial con base en los cabildos le sucedió un nuevo equilibrio regionales aparecía reñida con los principios plasmados en sus entra-
en el que el espacio rural cobraba nueva entidad política. mados jurídicos, casi nadie p o d í a eludir la invocación de algunos de ta-
Sin embargo, aunque semejantes en lo formal, las tramas institucio- les principios a la hora de legitimarse en el poder. Así, el sufragio coexis-
nales de las nuevas reptiblicas provinciales presentaban desigualdades tió con revoluciones armadas o la amenaza del uso de la fuerza, y el
en las atribuciones de los órganos de gobierno, en el mayor o menor principio de división de poderes convivió con el empleo de instrumen-
grado de sofisticación de la técnica jurídica expuesta y en el tipo de tos que parecían negarlo, como la delegación de facultades extraordi-
prácticas a las que dio lugar. De hecho, desde el punto de vista institu- narias en los ejecutivos, o con situaciones de tal fragilidad institucional
cional, algunas experiencias resultaron ser más frágiles que otras. Con que volvían directamente impensable su traducción en la dinámica de
esta íifirmación no se pretende medir el grado de acercamiento o des- funcionamiento del sistema político respectivo. Las guerras civiles y los
viación de las prácticas desarrolladas en cada provincia respecto de las conflictos armados entre caudillos u hombres fuertes de distintas pro-
normas y leyes dictadas, sino subrayar que en ellas convivieron la lega- vincias que asolaron el territorio en esos años no se dieron en un vacío
lidad institucional que recogía los principios del constitucionalismo li- institucional, sino en un espacio en el que muy trabajosamente intenta-
beral con situaciones conflictivas que la historiografía tradicional había ban imponerse las reglas del nuevo arte de la política.
reducido a la imagen unívoca del caudillismo. Ésta buscaba explicar las En ese laxo y común encuadre republicano, las diversas provincias fue-
disputas abiertas en 1820 como el resultado de enfrentamientos entre ron dictando sus propias constituciones o reglamentos. E n Buenos Aires,
caudillos regionales que sustentaban su autoridad, básicamente, en el L a Rioja y Mendoza no se dictaron constituciones, pero sí un conjunto
poder personal y en su capacidad de reclutar y sostener milicias rurales. de leyes fundamentales que rigieron, con modificaciones según el caso y
Supuestamente unidos por vínculos de intercambio que garantizaban la coyuntura, su vida política autónoma durante esos años. Santa Fe dictó
relaciones de mando y obediencia extrainstitucionales, los caudillos y su Estatuto Provisorio en 1819, Tucumán en 1820, Corrientes y Córdoba
sus huestes habrían sido prácticamente, de acuerdo con esta perspec- en 1821, Entre Ríos en 1822, Catamarca, Salta y San Juan en 1823. Aun-
tiva, los exclusivos protagonistas del proceso de fragmentación política que con resultados desparejos, hacia 1824 cada provincia tenía su propia
ocurrido durante esos años. ingeniería política o estaba construyéndola. Santiago del Estero en 1830,
San Luis en 1832 yjujuy en 1839 (cuando su jurisdicción se separó defi-
Caudillos y constituciones nitivamente de Salta) completaron esta tendencia. El peso de la tradición
A la luz de los nuevos estudios sobre los casos provinciales, se com- político-administrativa prerrevolucionaria fue más tenue en las provin-
prueba que aquellos caudillos -tan denostados o celebrados por ensa- cias recientemente creadas que en las antiguas sedes de intendencias.
yistas, literatos e historiadores desde el siglo X I X - ejercieron su poder Casi todos los reglamentos se atribuyeron la organización de la tropa pro-
en el marco de un creciente proceso de institucionalización política. E n vincial y el derecho de patronato (en este caso, algunas provincias lo hi-
este sentido se registran experiencias muy diversas según la región y la cieron de manera explícita y otras en la práctica), incluyeron la declara-
coyuntura. Así, por ejemplo, se observan casos de mayor estabilidad ins- ción de derechos fundamentales y organizaron sus aparatos fiscales.
titucional -como en Buenos Aires, Salta, Mendoza o Corrientes durante En este último aspecto, las provincias promulgaron leyes de aduana,
la década de 1820- que contrastan con otros donde las legislaturas pa- de recaudación impositiva y de emisión monetaria. Las finanzas públi-
134 H i s t o r i a d e la A r g e n t i n a , 1 8 0 6 - 1 8 5 2
L a desunión d e l a s P r o v i n c i a s U n i d a s 135
entrelazamiento de los asuntos internos de unas y otras fue un dato co- Oposición pasó a l a acción y l a r e v u e l t a a r m a d a s e p u s o e n m a r c h a .
mían a todas las experiencias provinciales, donde la política intervenía L o s s u b l e v a d o s s e e x p r e s a r o n e n u n a p r o c l a m a q u e decía l o s i g u i e n t e :
a través de redes que cruzaban las nuevas fronteras. Así, por ejemplo, " L o s señores c o m a n d a n t e s d e l a t r o p a d e f e n s o r a d e l a religión q u e
San Juan, luego de su separación de la gobernación de Cuyo en 1820, a b a j o s u s c r i b e n , t i e n e n e l h o n o r d e h a c e r s a b e r a t o d a la tierra el m o d o
tampoco tuvo un caudillo o personaje predominante, sino caudillos ex- c o m o c u m p l e n los m a n d a t o s d el aLey d eDios". C o n t i n u a b a n
ternos a la provincia que influyeron en su política interna. No obstante, e x i g i e n d o q u e l a C a r t a d e M a y o f u e r a q u e m a d a e n a c t o público
los sanjuaninos vivieron un ensayo novedoso cuando, por iniciativa de "porque fue introducida entre nosotros por l am a n o del diablo para
su gobernador, Salvador María del Carril, se dictó la Carta de Mayo de c o r r o m p e r n o s y h a c e r n o s o l v i d a r n u e s t r a religión católica, apostólica,
1825. E n dicha carta, de corte liberal, la mayor innovación consistió en romana"; que la Sala d eRepresentantes fuera suprimida y reemplazada
el establecimiento de la libertad religiosa. Pero en tin mundo que, p o r e l C a b i l d o ; q u e s e c e r r a r a n e l t e a t r o y e l café p o r s e r e s p a c i o s
como en la época colonial, seguía concibiéndose como de unanimidad d o n d e s e p r o f a n a b a el n o m b r e d e D i o s y s e h a b l a b a e n c o n t r a d e l a
católica, la sanción de la libertad de cultos provocó una gran reacción. religión; q u e s e s a n c i o n a r a c o m o única religión l a católica, apostólica,
Los disturbios llevaron a Del Carril a refugiarse en Mendoza, hasta que romana; y que se implantara una bandera blanca con una cruz negra y
una expedición comandada por el coronel J o s é Félix de Aldao acudió l a s i g u i e n t e l e y e n d a : "Religión o M u e r t e " .
en su auxilio y lo restauró en el cargo.
E n H o r a c i o V i d e l a , Historia de San Juan, t o m o III, S a n J u a n , A c a d e m i a
d e l P l a t a / U n i v e r s i d a d Católica d e C u y o , 1972. ^