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Imperio de la Ley – Supremacía Constitucional

Módulo 1: Estado Moderno / Unidad 2: Estado de Derecho

IMPERIO DE LA LEY – SUPREMACÍA CONSTITUCIONAL


La Constitución es concebida como la norma fundamental del Estado, de máxima jerarquía, que
regula las bases de su organización y los aspectos esenciales de la convivencia social.
En cuanto a su contenido, la Constitución regula entre otras materias:
• La forma jurídica y política de Estado y de gobierno.
• La organización, forma y estructura e interrelaciones entre los órganos.
• Asegura la protección de los derechos fundamentales.
• Los procedimientos de la formación de normas inferiores.
• Establece instituciones que concretan la defensa del orden constitucional.
• Poderes públicos y funciones.
• Reforma de la Constitución.

Todas las leyes y las restantes normas se subordinan a la ley fundamental de organización del
Estado, lo cual tiene como consecuencia que las normas inferiores no pueden contradecir la
Constitución.
Además, la Constitución funda la unidad del ordenamiento jurídico, desde el punto de vista formal,
instituyendo los órganos a quienes les corresponde sancionar el derecho, legislar, reglamentar,
administrar y juzgar.
Ningún órgano (ni el Poder Legislativo, ni el Poder Ejecutivo, ni el Poder Judicial) puede
desentenderse de los principios y mandatos constitucionales.
El imperio de la ley y la supremacía constitucional se encuentran consagrados principalmente en los
artículos 6º y 7º de la carta fundamental:
Artículo 6°.- Los órganos del Estado deben someter su acción a la Constitución y a las normas
dictadas conforme a ella, y garantizar el orden institucional de la República.
Los preceptos de esta Constitución obligan tanto a los titulares o integrantes de dichos
órganos como a toda persona, institución o grupo.
La infracción de esta norma generará las responsabilidades y sanciones que determine la
ley.
Artículo 7°.- Los órganos del Estado actúan válidamente previa investidura regular de sus
integrantes, dentro de su competencia y en la forma que prescribe la ley.
Ninguna magistratura, ninguna persona ni grupo de personas pueden atribuirse, ni aun a
pretexto de circunstancias extraordinarias, otra autoridad o derechos que los que
expresamente se les hayan conferido en virtud de la Constitución o las leyes.
Todo acto en contravención a este artículo es nulo y originará las responsabilidades y
sanciones que la ley señale.
Además, en toda la Constitución aparece una constante referencia a la supremacía constitucional
y así lo hacen, entre otros, los artículos 1º inc. 4º; 13 inc. 2º; 19 Nº 7º letra b), 21 inc. 1º; 24 inc. 2º;
27 inc. 4º; 48 Nº 2 letras a), b) y e).

Tribunal Constitucional

El principal órgano encargado de resguardar la supremacía de la Constitución es el Tribunal


Constitucional.
Tiene por función realizar control preventivo y posterior de preceptos legales (incluidos los
decretos con fuerza de ley).
El control a posteriori se efectúa por la vía de requerimientos de inaplicabilidad o de acciones de
inconstitucionalidad.
Los controles preventivos se clasifican en facultativos (a requerimiento del Presidente de la
República, de las Cámaras o de una parte de sus miembros en ejercicio) y obligatorios (respecto de
leyes interpretativas de la Constitución, leyes orgánicas constitucionales y tratados internacionales
que contengan normas propias de este último tipo de leyes).
El Tribunal también controla, en forma preventiva y facultativa, los proyectos de reforma
constitucional y los tratados internacionales sometidos a la aprobación del Congreso. Asimismo,
ejerce control preventivo y posterior de normas propias de la potestad reglamentaria (decretos y
resoluciones).
Finalmente, resuelve cuestiones de constitucionalidad relativas a autos acordados emanados de
los Tribunales Superiores de Justicia (Corte Suprema y Cortes de Apelaciones) y del Tribunal
Calificador de Elecciones.
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