Está en la página 1de 6

TEMA 4. Criterios de aplicación de tributos.

Según la OCDE se hace una doble distinción a la hora de fijar los criterios para aplicar
un tributo, la personalidad (relación personal con estado -ej.: nacionalidad-) y, la
territorialidad (relación real con el estado).

Tributos aplicados por el criterio de personalidad serían el IRPF, IS, IP e Impuesto de


Sucesiones. Respecto al criterio de territorialidad, se aplicaría al IVA e IBI.

Por otro lado, según interpretación del artículo 11 LGT, se hace una distinción entre la
residencia y la territorialidad.

El primero se basa en que cada uno paga por las rentas percibidas y, el segundo, por
las rentas que gana en un territorio.
Artículo 11. Criterios de sujeción a las normas tributarias.

Los tributos se aplicarán conforme a los criterios de residencia o territorialidad que


establezca la ley en cada caso. En su defecto, los tributos de carácter personal se
exigirán conforme al criterio de residencia y los demás tributos conforme al criterio
de territorialidad que resulte más adecuado a la naturaleza del objeto gravado.

¿Personalidad es lo mismo que residencia?

Unos opinan que el artículo 11 solo establece un criterio que es el de territorialidad,


que se manifiesta a través de la residencia.

Si solamente existe un criterio, solo se podrá cobrar impuestos por los impuestos que
se generan en el territorio.

Otros autores distinguen 2 criterios en el artículo 11, territorialidad y residencia. Se


basan en que se ha intentado establecer un criterio de nacionalidad (residencia), y sería uno de
los más fácil de evadir impuestos, ya que se asemeja a un criterio de vecindad.

La residencia, no definida en la LGT, aunque alude en el artículo 48. Se define en el


artículo 9 LIRPF, 15.4 Convenio y 7 y 8 Ley impuesto de Sociedades.

Artículo 9 Contribuyentes que tienen su residencia habitual en territorio español.

1. Se entenderá que el contribuyente tiene su residencia habitual en territorio español


cuando se dé cualquiera de las siguientes circunstancias:

• a) Que permanezca más de 183 días, durante el año natural, en territorio


español. Para determinar este período de permanencia en territorio español se computarán
las ausencias esporádicas, salvo que el contribuyente acredite su residencia fiscal en otro país.
En el supuesto de países o territorios considerados como paraíso fiscal, la Administración
tributaria podrá exigir que se pruebe la permanencia en éste durante 183 días en el año
natural.

Para determinar el período de permanencia al que se refiere el párrafo anterior, no se


computarán las estancias temporales en España que sean consecuencia de las obligaciones
contraídas en acuerdos de colaboración cultural o humanitaria, a título gratuito, con las
Administraciones públicas españolas.
• b) Que radique en España el núcleo principal o la base de sus actividades o
intereses económicos, de forma directa o indirecta.

Se presumirá, salvo prueba en contrario, que el contribuyente tiene su residencia


habitual en territorio español cuando, de acuerdo con los criterios anteriores, resida
habitualmente en España el cónyuge no separado legalmente y los hijos menores de edad que
dependan de aquél.

2. No se considerarán contribuyentes, a título de reciprocidad, los nacionales


extranjeros que tengan su residencia habitual en España, cuando esta circunstancia fuera
consecuencia de alguno de los supuestos establecidos en el apartado 1 del artículo 10 de esta
Ley y no proceda la aplicación de normas específicas derivadas de los tratados internacionales
en los que España sea parte.

Artículo 15. Servicios personales dependientes.

4. No obstante las disposiciones en los apartados 1 y 2, las remuneraciones


obtenidas por razón de un empleo ejercido en un Estado contratante por un trabajador
fronterizo, es decir, que tenga su vivienda habitual en el otro Estado contratante al que
normalmente retorna cada día, sólo podrán someterse a imposición en ese otro Estado.

Artículo 7. Contribuyentes.

1. Serán contribuyentes del Impuesto, cuando tengan su residencia en territorio


español:

a) Las personas jurídicas, excluidas las sociedades civiles que no tengan objeto mercantil.
b) Las sociedades agrarias de transformación, reguladas en el Real Decreto 1776/1981,
de 3 de agosto, por el que se aprueba el Estatuto que regula las Sociedades Agrarias de
Transformación.
c) Los fondos de inversión, regulados en la Ley 35/2003, de 4 de noviembre, de
Instituciones de Inversión Colectiva.
d) Las uniones temporales de empresas, reguladas en la Ley 18/1982, de 26 de mayo,
sobre régimen fiscal de las agrupaciones y uniones temporales de Empresas y de las
Sociedades de desarrollo industrial regional.
e) Los fondos de capital-riesgo, y los fondos de inversión colectiva de tipo cerrado
regulados en la Ley 22/2014, de 12 de noviembre, por la que se regulan las entidades
de capital-riesgo, otras entidades de inversión colectiva de tipo cerrado y las
sociedades gestoras de entidades de inversión colectiva de tipo cerrado, y por la que
se modifica la Ley 35/2003, de 4 de noviembre, de Instituciones de Inversión Colectiva.
f) Los fondos de pensiones, regulados en el Texto Refundido de la Ley de Regulación de
los Planes y Fondos de Pensiones, aprobado por el Real Decreto Legislativo 1/2002, de
29 de noviembre.
g) Los fondos de regulación del mercado hipotecario, regulados en la Ley 2/1981, de 25
de marzo, de regulación del mercado hipotecario.
h) Los fondos de titulización, regulados en la Ley 5/2015, de fomento de la financiación
empresarial.
i) Los fondos de garantía de inversiones, regulados en la Ley 24/1988, de 28 de julio, del
Mercado de Valores.
j) Las comunidades titulares de montes vecinales en mano común reguladas por la Ley
55/1980, de 11 de noviembre, de montes vecinales en mano común, o en la legislación
autonómica correspondiente.
k) Los Fondos de Activos Bancarios a que se refiere la Disposición adicional décima de la
Ley 9/2012, de 14 de noviembre, de reestructuración y resolución de entidades de
crédito.

2. Los contribuyentes serán gravados por la totalidad de la renta que obtengan, con
independencia del lugar donde se hubiere producido y cualquiera que sea la residencia del
pagador.

3. Los contribuyentes de este Impuesto se designarán abreviada e indistintamente por


las denominaciones sociedades o entidades a lo largo de esta Ley.

Artículo 8. Residencia y domicilio fiscal.

1. Se considerarán residentes en territorio español las entidades en las que concurra


alguno de los siguientes requisitos:

a) Que se hubieran constituido conforme a las leyes españolas.


b) Que tengan su domicilio social en territorio español.
c) Que tengan su sede de dirección efectiva en territorio español.

A estos efectos, se entenderá que una entidad tiene su sede de dirección efectiva en
territorio español cuando en él radique la dirección y control del conjunto de sus actividades.

La Administración tributaria podrá presumir que una entidad radicada en algún país o
territorio de nula tributación, según lo previsto en el apartado 2 de la Disposición adicional
primera de la Ley 36/2006, de 29 de noviembre, de medidas para la prevención del fraude
fiscal, o calificado como paraíso fiscal, según lo previsto en el apartado 1 de la referida
disposición, tiene su residencia en territorio español cuando sus activos principales, directa o
indirectamente, consistan en bienes situados o derechos que se cumplan o ejerciten en
territorio español, o cuando su actividad principal se desarrolle en éste, salvo que dicha
entidad acredite que su dirección y efectiva gestión tienen lugar en aquel país o territorio, así
como que la constitución y operativa de la entidad responde a motivos económicos válidos y
razones empresariales sustantivas distintas de la gestión de valores u otros activos.

2. El domicilio fiscal de los contribuyentes residentes en territorio español será el de su


domicilio social, siempre que en él esté efectivamente centralizada la gestión administrativa y
la dirección de sus negocios. En otro caso, se atenderá al lugar en que se realice dicha gestión
o dirección.

En los supuestos en que no pueda establecerse el lugar del domicilio fiscal, de acuerdo
con los criterios anteriores, prevalecerá aquél donde radique el mayor valor del inmovilizado.

Ej.: Un médico que vive en Toledo (tiene casa allí) que trabaja en la Paz, tiene un apartamento
en Madrid, gana 36.000€. Tiene una clínica en Toledo donde gana 20.000€. Tiene una finca en Cáceres,
una explotación de cochinos, donde gana 50.000€, la gestión de la finca la lleva desde Toledo y, tiene
apartamentos en Huelva, que los alquila, y recibe 60.000€. ¿Dónde reside? →Art. 72 LIRPF.

Reside en Toledo, donde percibe la mayor cuantía de sus actividades económicas.

Doble imposición internacional:


La OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) lo define como
la exigencia de un impuesto similar por dos o más estados a un mismo contribuyente sobre
una misma materia imponible y por un mismo periodo de tiempo. Causas:

- Adoptando los países diferentes criterios.


- Adoptando un único criterio, el de personalidad, se pueden establecer por
nacionalidad y residencia.

Mecanismos para evitar la doble imposición:

 Sistema de exención, puede ser íntegra (se prescinde totalmente de la renta obtenida
en el exterior) o con progresividad (la renta obtenida en el exterior se incluye en la
base imponible y se tiene en cuenta solamente para calcular el tipo impositivo
aplicable que solo se va a tener en cuenta para la renta nacional).
 Sistema de imputación, donde la renta obtenida en el exterior forma parte de la base
imponible, pero a continuación de la cuota del impuesto se va a deducir el impuesto
pagado en el extranjero. Se distingue:
o Íntegra, permite deducir toda la cuota pagada en el extranjero.
o Ordinaria, permite deducir de la cuota pagada en el extranjero hasta un
importe que no exceda del impuesto que hubiera recibido si esas rentas se
hubieran obtenido en el estado donde reside el contribuyente.
 Sistema de deducción, consiste en considerar como gasto deducible de la base
imponible, los impuestos pagados en el extranjero.

Artículo 12. Interpretación de las normas tributarias.

1. Las normas tributarias se interpretarán con arreglo a lo dispuesto en el apartado 1 del


artículo 3 del Código Civil.
2. En tanto no se definan por la normativa tributaria, los términos empleados en sus
normas se entenderán conforme a su sentido jurídico, técnico o usual, según proceda.
3. 3. En el ámbito de las competencias del Estado, la facultad de dictar disposiciones
interpretativas o aclaratorias de las leyes y demás normas en materia tributaria
corresponde al Ministro de Hacienda y Administraciones Públicas y a los órganos de la
Administración Tributaria a los que se refiere el artículo 88.5 de esta Ley.

Las disposiciones interpretativas o aclaratorias dictadas por el Ministro serán de obligado


cumplimiento para todos los órganos de la Administración Tributaria.

Las disposiciones interpretativas o aclaratorias dictadas por los órganos de la Administración


Tributaria a los que se refiere el artículo 88.5 de esta Ley tendrán efectos vinculantes para los
órganos y entidades de la Administración Tributaria encargados de la aplicación de los tributos.

Las disposiciones interpretativas o aclaratorias previstas en este apartado se publicarán en el


boletín oficial que corresponda.

Con carácter previo al dictado de las resoluciones a las que se refiere este apartado, y una vez
elaborado su texto, cuando la naturaleza de las mismas lo aconseje, podrán ser sometidas a
información pública.

Artículo 14. Prohibición de la analogía.


No se admitirá la analogía para extender más allá de sus términos estrictos el ámbito
del hecho imponible, de las exenciones y demás beneficios o incentivos fiscales.

Consideración de fraude de ley, según el artículo 15 LGT:

Artículo 15. Conflicto en la aplicación de la norma tributaria.

1. Se entenderá que existe conflicto en la aplicación de la norma tributaria cuando se


evite total o parcialmente la realización del hecho imponible o se minore la base o la
deuda tributaria mediante actos o negocios en los que concurran las siguientes
circunstancias:
a. Que, individualmente considerados o en su conjunto, sean notoriamente
artificiosos o impropios para la consecución del resultado obtenido.
b. Que de su utilización no resulten efectos jurídicos o económicos relevantes,
distintos del ahorro fiscal y de los efectos que se hubieran obtenido con los
actos o negocios usuales o propios.
2. Para que la Administración tributaria pueda declarar el conflicto en la aplicación de la
norma tributaria será necesario el previo informe favorable de la Comisión consultiva a
que se refiere el artículo 159 de esta ley.
3. En las liquidaciones que se realicen como resultado de lo dispuesto en este artículo se
exigirá el tributo aplicando la norma que hubiera correspondido a los actos o negocios
usuales o propios o eliminando las ventajas fiscales obtenidas, y se liquidarán intereses
de demora.

Recogido también en el artículo 6.4 del Código Civil:

Artículo 6.

4. Los actos realizados al amparo del texto de una norma que persigan un resultado
prohibido por el ordenamiento jurídico, o contrario a él, se considerarán ejecutados en
fraude de ley y no impedirán la debida aplicación de la norma que se hubiere tratado
de eludir.

El fraude de ley supone la existencia de una norma que se trata de eludir (norma que resulta
desfavorable) mediante el abuso de normas jurídicas que da lugar a la aplicación de otra
norma más beneficiaria (norma de cobertura). Se distinguen 3 tipos:

- Infracción tributaria: incumplimiento del mandato jurídico de manera abierta y


directa.
- Simulación: existe una contradicción entre la voluntad interna y la declarada.
Puede ser absoluta o relativa. Recogido en el artículo 16 LGT.
- Economía de opción: no se hace ninguna maniobra de alusión, sino que por
razones fiscales se elige una determinada opción.

Artículo 16. Simulación.

1) En los actos o negocios en los que exista simulación, el hecho imponible gravado será
el efectivamente realizado por las partes.
2) La existencia de simulación será declarada por la Administración tributaria en el
correspondiente acto de liquidación, sin que dicha calificación produzca otros efectos
que los exclusivamente tributarios.
3) En la regularización que proceda como consecuencia de la existencia de simulación se
exigirán los intereses de demora y, en su caso, la sanción pertinente.

También podría gustarte