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UNIVERSIDAD DA VINCI DE

GUATEMALA

FACULTAD DE INGENIERÍA
“DERECHO CIVIL Y MERCANTIL”

TAREA #2
Que para obtener el título de:
INGENIERÍA INDUSTRIAL E INGENIERÍA SISTEMAS

Presenta:
STEVEN ESTUADO DE PAZ DONIS

Carné:
202102657

Catedrático:
Licenciado Friedel Alejandro Peña Rodríguez

Guatemala, 25 de junio, 2022


Las operaciones mencionadas afectan la contabilidad bancaria mediante el abono del
dinero depositado en la cuenta deudora y el cargo en la cuenta acreedora. En otras palabras,
estas operaciones pueden clasificarse como pasivas, activas, complementarias o neutras,
dependiendo de cómo el banco maneje los fondos recibidos y realice sus operaciones.
Las operaciones de intermediación en el crédito pueden clasificarse en dos categorías:
pasivas y operaciones bancarias. Las operaciones pasivas incluyen depósitos bancarios,
emisión de obligaciones y otros títulos, redescuentos, aceptaciones y préstamos, así como la
emisión de billetes. Por otro lado, las operaciones bancarias se refieren a la extensión de una
carta total de pago, la cual requiere previamente la celebración de un contrato entre el cliente
deudor y el banco.
La clasificación del crédito bancario se basa en varios factores, que incluyen si los
fondos provienen del propio banco y su duración. En cuanto a la fuente de los fondos, se
distingue entre préstamos directos e indirectos. En relación a las garantías bancarias, se
pueden mencionar los siguientes tipos: garantía prendaria, garantía hipotecaria y créditos
fiduciarios. Por último, el crédito bancario también se puede clasificar según su destino, ya
sea productivo o de consumo.
Conforme a la legislación bancaria, los créditos otorgados por los bancos deben
contar con una garantía adecuada, ya sea prendaria o hipotecaria, de acuerdo con las
disposiciones legales y reglamentarias. Antes de autorizar cualquier crédito con garantía
prendaria o hipotecaria, los bancos evaluarán el valor de la garantía mediante peritos. Estos
inspectores o delegados tienen el derecho de solicitar a los prestatarios toda la información y
datos relacionados con el objeto de su inspección. En caso de que un deudor se oponga a la
inspección o proporcione información falsa, el banco podrá declarar vencido el plazo del
préstamo y exigir el cumplimiento de la obligación a través de un proceso judicial. El aviso
correspondiente debe ser notificado por escrito dentro de los quince días siguientes a la fecha
en que se haya producido dicho cambio o pérdida.
Los tipos de garantías bancarias se dividen de la siguiente manera:
1) Garantía prendaría: La prenda es un derecho real que se aplica a bienes muebles
para asegurar el cumplimiento de una obligación. En el caso de los créditos bancarios con
esta garantía, no pueden superar el 50% del valor del bien prendado.
2) Crédito fiduciario o de garantía personal: Este tipo de crédito se basa en un contrato
de préstamo bancario especial, en el cual la honorabilidad del deudor y el conocimiento que
la institución crediticia tenga sobre él son factores determinantes. Por lo tanto, la efectividad
de este tipo de crédito depende principalmente de la opinión y confianza que el banco tenga
en la persona del deudor, quien actúa como su propio garante. Aunque generalmente se
respalda con un fiador, conocido como codeudor, que es aceptado por el banco, las mismas
condiciones se aplican al deudor principal, es decir, se requiere un conocimiento previo y
confianza en la persona que asume dicho papel. En Guatemala, esta modalidad de crédito
fiduciario bancario es la forma común y habitual de obtener este tipo de financiamiento.
La hipoteca privilegiada o bancaria, como se le conoce en la doctrina, se distingue
principalmente del contrato de mutuo con garantía hipotecaria entre particulares por la
identidad del acreedor. En el caso de la hipoteca privilegiada, el acreedor es una institución
financiera, generalmente una persona jurídica especializada, como un banco, mientras que
en el otro caso, el acreedor hipotecario es un particular.
El crédito hipotecario es aquel que se respalda con un contrato accesorio de hipoteca,
que representa un gravamen real sobre un inmueble específico para asegurar la obligación
crediticia establecida. Tanto la doctrina como la ley son claras al establecer que esta forma
de crédito se basa en dicho contrato de hipoteca.
En los contratos hipotecarios, el deudor no asume una obligación personal, ni siquiera
por pacto expreso, ya que la hipoteca recae directa y exclusivamente en el bien gravado. En
caso de insolvencia del deudor, el acreedor tiene derecho a iniciar el proceso de venta judicial
del bien hipotecado y utilizar los fondos obtenidos para el pago de la deuda. Aunque la
obligación se reduzca, la hipoteca permanece íntegra sobre el bien gravado debido a su
característica de indivisibilidad.

La hipoteca no se limita necesariamente a bienes muebles o inmuebles en sentido


estricto, sino que puede recaer también en bienes similares o relacionados. Por lo tanto, puede
constituirse como garantía de un crédito representado por cédulas hipotecarias sin que el
acreedor y el propietario del inmueble hipotecado sean la misma persona. También es posible
pactar una hipoteca sobre inmuebles sujetos al régimen de la propiedad horizontal, inmuebles
en situación de proindivisión, entre otros. Además, existe la modalidad conocida como
subhipoteca, que implica gravar un gravamen real con otro gravamen real. Sin embargo, en
casos que involucren a bancos, se requiere su consentimiento previo como acreedores
preferentes, ya que el crédito garantizado con hipoteca puede ser su hipotecado en su
totalidad o en parte, siempre y cuando se cumplan todas las formalidades y requisitos
establecidos para la hipoteca. Es esencial que el Registro de la Propiedad registre el nuevo
gravamen para que el deudor hipotecario tenga conocimiento previo de la situación del
crédito, es decir, que será gravado a favor de un tercero por parte de la institución crediticia
a la cual está directamente obligado.

A pesar de la garantía real que representa la hipoteca para los bancos, en caso de
insolvencia del deudor, estos se ven obligados a emprender acciones legales para ejercer sus
derechos, lo que implica gastos y problemas. En muchos casos, esto resulta en pérdidas
debido a la naturaleza del bien gravado o a la falta de previsión al aceptarlo como garantía
de la obligación principal dentro del marco del pacto crediticio.
Para analizar el ámbito normativo del derecho real de hipoteca, es necesario abordar
primero el concepto de propiedad. En términos generales y jurídicos, la propiedad es el
derecho directo e inmediato sobre un objeto o bien, otorgando al titular la capacidad de
disponer de él, sujeto únicamente a las limitaciones establecidas por la ley. La "mera o nuda
propiedad" se refiere a la propiedad separada del goce de la cosa. Ginsberg define la
propiedad como el conjunto de derechos y obligaciones que regulan las relaciones entre
individuos y grupos en términos de disposición y uso de bienes materiales. Desde un punto
de vista subjetivo, el término propiedad es sinónimo de facultad o atribución correspondiente
a un sujeto. El objeto del derecho de propiedad abarca todos los bienes susceptibles de
apropiación.
El derecho de propiedad posee varias características principales. Es un poder moral,
individual, exclusivo y perfecto, aunque está sujeto a limitaciones y subordinación, y tiene
carácter perpetuo.
• Es un poder moral debido a que la apropiación de un bien se realiza de manera
consciente y reflexiva, no por instinto. Implica la destinación intencional del bien
hacia un fin, basada en el conocimiento y la elección libre.
• Es una facultad o derecho individual que se orienta directamente hacia la utilidad y
el beneficio individual, como medio para alcanzar un fin. Sin embargo,
indirectamente también contribuye al bien común.
• Es un derecho exclusivo, ya que la utilidad de muchos objetos es limitada y no puede
satisfacer simultáneamente las necesidades de múltiples individuos. De esta
limitación surge el concepto de dominio imperfecto, que puede ejercerse sobre la
sustancia (dominio radical), sobre la utilidad (dominio de uso) o sobre los frutos
(dominio de usufructo). Estas tres formas de dominio, cuando se encuentran en un
solo sujeto, constituyen el dominio pleno o perfecto.
La política de la República de Guatemala establece la garantía de la propiedad privada
como un derecho inherente a la persona humana. El Estado tiene la responsabilidad de
garantizar este derecho y crear las condiciones que faciliten al propietario el uso y disfrute
de sus bienes, promoviendo así el progreso individual y el desarrollo nacional en beneficio
de todos los ciudadanos guatemaltecos.

En el contexto del derecho de propiedad hipotecaria, es común que en caso de


incumplimiento del deudor hipotecario, el banco, como acreedor, busque sustituir al deudor
como titular de la propiedad ofrecida como garantía. Esta práctica es conveniente para el
banco, ya que puede obtener un valor más lucrativo al subastar la propiedad que el valor
originalmente otorgado al deudor hipotecario. Sin embargo, en muchos casos, el valor de
subasta no supera la mitad del valor estipulado en la matrícula fiscal o la tasación realizada
por el propio banco. Además, estas tasaciones a menudo son realizadas por personas sin
conocimientos técnicos especializados.
El texto citado establece que el propietario de los bienes gravados con hipoteca tiene
el derecho de enajenarlos o hipotecarlos, a pesar de cualquier disposición en contrario,
excepto en los contratos relacionados con créditos bancarios. Esta disposición legal otorga
una connotación preferencial a los créditos bancarios, ya que el propietario no puede disponer
de los bienes sin la autorización del banco, que en la mayoría de los casos no otorgan dicha
autorización argumentando que el nuevo deudor hipotecario no cumple con los requisitos o
la capacidad de pago necesaria para cumplir con la obligación contraída. Esta situación va en
contra de la normativa civil establecida en el Artículo 1805, que permite la venta de cosas
futuras o esperanzas inciertas, así como la venta de cosas o derechos litigiosos o con
limitaciones, gravámenes o cargas, siempre y cuando el vendedor informe previamente al
comprador sobre estas circunstancias y se haga constar en el contrato.
Un contrato es un acuerdo de voluntades entre dos o más partes que genera derechos
y obligaciones para dichas partes. Se considera un negocio jurídico bilateral o multilateral,
ya que involucra a dos o más personas y tiene como objetivo establecer derechos y
obligaciones. En el derecho romano clásico, el término "contrato" se refiere a la situación
concreta en la que las partes están vinculadas por un vínculo jurídico que crea derechos y
obligaciones.
El contrato se refiere a la relación jurídica establecida entre las partes a través de un
acuerdo de voluntades. Tiene una naturaleza patrimonial y forma parte de la categoría más
amplia de los negocios jurídicos. Su función principal es generar efectos jurídicos. Cabe
destacar que el concepto de contrato puede variar en cada país, dependiendo de su realidad
sociocultural y jurídica. En el caso de los contratos de crédito con bancos, la situación se
vuelve más compleja debido a las condiciones que los bancos establecen a su discreción.
Además, es importante mencionar las líneas de crédito asociadas a las cuentas corrientes, las
cuales pueden ser proporcionadas por los bancos o por financieras. Otra forma común de
obtener préstamos bancarios en forma de dinero es a través de las tarjetas de crédito, las
cuales permiten gastar una cantidad de dinero y cobran intereses solo si no se paga dentro del
plazo establecido.

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