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Guía 2: Daño cerebral, procesos cognitivos, neurodesarrollo y envejecimiento.

Rut Ester Vargas Burgos

Estudiante de psicología

Introducción

El siguiente trabajo tiene como meta dar a conocer el daño cerebral, cuales son las
patologías que pueden causarlo, las funciones ejecutivas, con un énfasis en la memoria, el
lenguaje y la atención. Las apraxias y las agnosias también son definidas en este trabajo.

Además de esto, también conoceremos la neurociencia del desarrollo, la neurociencia


involutiva, la demencia y sus tipos.

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Las patologías que pueden provocar daño cerebral.

Según Portellano (2005), estas son:

 Trastornos vasculares cerebrales: Las enfermedades vasculares cerebrales son


trastornos en los que un Área del encéfalo resulta afectada, causando reducción en la
aportación de sangre, oxígeno y glucosa que interfieren el metabolismo cerebral y
producen frecuentes alteraciones neuropsicológicas o de personalidad. Hay mayor
incidencia de enfermedades vasculares cerebrales en varones y en personas de edad más
avanzada, existiendo diversos factores de riesgo como la hipertensión, las enfermedades
cardiovasculares o el tabaco.
Los trastornos vasculares cerebrales pueden ser isquémicos (globales o focales) o
hemorrágicos (hemorragia cerebral, subaracnoidea, subdural, epidural o malformaciones
vasculares).
 Traumatismos craneoencefálicos: Los traumatismos craneoencefálicos (TCE) son
la modalidad más frecuente de daño cerebral sobrevenido en personas de menos de
cuarenta años y constituyen el campo de intervención más frecuente en la práctica
neuropsicológica. Se puede describir como un como un impacto en el cerebro causado
por una fuerza externa que puede producir disminución o alteración del nivel de
conciencia, lo que a su vez conlleva una disminución de las capacidades cognitivas y/o
físicas.
Los TCE provocan lesiones por traumatismo directo o por indirecto. El
traumatismo directo se produce cuando el cráneo impacta de forma brusca con un objeto,
produciendo lesiones focales. El traumatismo indirecto se produce cuando el encéfalo se
lesiona en el interior del cráneo tras ser sometido a fuerzas de distensión provocadas por
la desaceleración repentina. El daño cerebral puede producirse en el mismo momento del
impacto, aunque también pueden presentarse lesiones posteriormente, en un período de
tiempo más o menos próximo a la lesión.
 Tumores cerebrales: Los tumores intracraneales son toda proliferación neoplásica
que crece en el interior de la cavidad craneana y sobre todo en el propio tejido cerebral,
aunque también se pueden presentar en meninges, cráneo y nervios. Su naturaleza
expansiva hace que sus manifestaciones reproduzcan siempre un cuadro neurológico

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focal de carácter rápida o lentamente progresivo, sin que ninguna región del sistema
nervioso sea inmune a su formación.
Los tumores cerebrales pueden ser malignos o benignos dependiendo de su grado de
malignidad. La variedad de tumor es la siguiente: glioma, meningioma, schwannoma,
osteoma, adenoma hipofisario y hemangioblastoma.
 Infecciones del sistema nervioso: El sistema nervioso puede verse afectado por
diversos agentes infecciosos que acceden a él a través de garganta, nariz y oídos, sangre,
o como consecuencia de traumatismos craneoencefálicos y operaciones quirúrgicas. Los
síntomas que produce inicialmente una infección del sistema nervioso son muy variados:
dolor de cabeza, vértigo, náuseas, convulsiones o confusión mental. Los factores
causantes de infección del sistema nervioso pueden ser: virus, bacterias, hongos,
protozoos y parásitos.
 Epilepsia: una afección crónica de etiología diversa caracterizada por las crisis
recurrentes debidas a la descarga excesiva de las neuronas cerebrales, asociadas a gran
variedad de manifestaciones clínicas o paraclínicas. El único factor común de todos los
cuadros epilépticos es su carácter paroxístico, pudiendo presentar niveles variables de
pérdida de conciencia, generalmente acompañadas de fenómenos involuntarios motores.
La etiología de la epilepsia puede ser idiopática, sintomática o criptogenética. Las
epilepsias idiopáticas tienen un origen genético, sin que exista otra causa productora y
suponen al menos 6 de cada 10 casos; las epilepsias sintomáticas son secundarias a un
trastorno del sistema nervioso central conocido o sospechado; por último, las epilepsias
criptogenéticas son presumiblemente sintomáticas, pero sin que se pueda determinar su
causa menos motores involuntarios.

Las funciones ejecutivas.

Según Portellano (2005), el área prefrontal constituye el “centro de la humanidad” ya que


es el responsable de gestionar la identidad de la persona, el “cogito ergo sum” cartesiano.
Gracias a las funciones ejecutivas que alberga la zona prefrontal podemos transformar
nuestros pensamientos en decisiones, planes y acciones.

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Las funciones ejecutivas son una función supramodal que organiza la conducta humana
permitiendo la resolución de problemas complejos. Estas incluyen muy variados aspectos que se
relacionan con los procesos cognitivos y emotivos.

 Inteligencia: El área prefrontal se relaciona más con los procesos de abstracción,


razonamiento e inteligencia fluida.
 Atención: El área prefrontal es responsable la atención sostenida y selectiva,
siendo fundamental en los procesos de control voluntario de la atención. A medida que se
desarrolla el proceso de mielinización del lóbulo frontal se incrementa la capacidad para
seleccionar estímulos relevantes, inhibiendo la atención de otros estímulos del entorno.
 Memoria: El lóbulo frontal no es relevante en funciones de archivo del material
mnémico, aunque tiene mayor importancia en determinados aspectos de la memoria,
estando implicado en cuatro modalidades: memoria contextual, temporal, prospectiva y
de trabajo.
 Lenguaje: El lóbulo frontal es la sede del lenguaje expresivo, existiendo una
asimetría entre ambo hemisferios, ya que mientras que el Área de Broca del lóbulo
frontal izquierdo es el responsable de los aspectos fonológicos del lenguaje oral así como
de la expresión escrita, en cambio el Área homóloga de Broca del hemisferio derecho
controla la prosodia del lenguaje expresivo y los gestos con significado emocional.
 Flexibilidad mental: La flexibilidad mental está estrechamente ligada con las
funciones ejecutivas y se define como la capacidad para adaptar nuestras respuestas a
nuevas contingencias o estímulos, generando nuevos patrones de conducta, al tiempo que
realizamos una adecuada inhibición de aquellas respuestas que resultan inadecuadas.
 Control motor: El área prefrontal contiene parte de las áreas premotoras que
programan la articulación de las secuencias motoras y al mismo tiempo es responsable de
la toma de decisión de las actividades motoras.

La atención, áreas cerebrales implicadas y sus patologías.

Según Portellano (2005), la atención no es un proceso unitario sino un sistema funcional


complejo, dinámico, multimodal y jerárquico que facilita el procesamiento de la información,
seleccionando los estímulos pertinentes para realizar una determinada actividad sensorial,

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cognitiva o motora. La atención, por tanto, consiste en la focalización selectiva hacia un
determinado estímulo, filtrando, desechando e inhibiendo las informaciones no deseadas. Para
llevar a cabo cualquier proceso cognitivo es necesario que se produzca previamente cierto grado
de selección de los estímulos que acceden al sistema nervioso, mediante la puesta en juego de los
mecanismos atencionales.

Siguiendo el modelo de unidades sensoriales propuesto por Luria, las bases


neurobiológicas de la atención estarían localizadas en cada una de las unidades funcionales. El
nivel de alerta o vigilancia atencional correspondería a la primera unidad funcional; la segunda
unidad funcional sería responsable del control sensorial de la atención; y la tercera unidad
funcional situada en el lóbulo frontal sería la sede del sistema supervisor atencional de control
motor.

Entre las patologías de la atención podemos nombrar las siguientes: mutismo acinetico,
síndrome de heminegligencia, estado confusional y trastorno por déficit de atención.

El lenguaje, áreas cerebrales implicadas y sus patologías.

Según Portellano (2005), el lenguaje es un sistema de comunicación simbólico que se


manifiesta a través de las lenguas, que son sistemas estructurados de signos que expresan ideas
en los que la palabra es la representación. La expresión del lenguaje se realiza a través de la
palabra y la escritura, mediante los órganos efectores musculares de las extremidades superiores
y del sistema bucofonatorio.

En el procesamiento del lenguaje intervienen numerosas áreas del sistema nervioso


central, desde el tronco cerebral hasta la corteza, que actúan de un modo integrado mediante
diversos subsistemas funcionales que involucran más intensamente al hemisferio cerebral
izquierdo. Se pueden distinguir dos tipos de estructuras reguladoras del lenguaje: los
componentes corticales y los extracorticales.

Las patologías del lenguaje son las siguientes: disfemia, disartria, dislalia, disglosia y
disfonías.

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La memoria, áreas cerebrales implicadas y sus patologías.

Según Portellano (2005), la memoria es una función neurocognitiva que permite registrar,
codificar, consolidar, retener, almacenar, recuperar y evocar la información previamente
almacenada. Mientras que el aprendizaje es la capacidad para adquirir nueva información, la
memoria es la capacidad para retener la información aprendida.

Las estructuras implicadas en la memoria son las siguientes: lóbulo temporal hipocampo,
amígdala, corteza rinal, lóbulo frontal, lóbulo parietal, diencéfalo, ganglios basales y cerebelo.

La amnesia hipocámpica, diencefálica, frontal, global transitoria, postraumática,


psicógena, la hipermnesia y las paramnesias son las patologías de la memoria.

Las apraxias, clasificación, áreas cerebrales implicadas y tipo de exploración.

Según Portellano (2005), las praxias son acciones motoras coordinadas que se realizan
para la consecución de un fin. Al tratarse de movimientos complejos que previamente se han
aprendido, es imprescindible la puesta en juego de diferentes procesos: en primer lugar es
necesaria la recepción del programa de información sensorial, seguida del establecimiento de un
plan general que incluya las operaciones lógicas y finalizando con los programas de inervación
motora.

Las áreas que pueden estar implicadas en las apraxias son el área premotora, área
premotora suplementaria, lóbulos occipitales, lóbulos parietales, lóbulos temporales, nucleso
grises basales, cuerpo calloso y tálamo.

Es posible que determinadas apraxias, especialmente las ideomotoras, puedan pasar


desapercibidas ya que no afectan al normal desenvolvimiento del individuo. En otras ocasiones,
la existencia de parálisis puede enmascarar o impedir su evaluación, ante la pérdida de
movimiento, por lo que se puede atribuir a la mano que no ha resultado afectada la falta de
habilidad previa.

Es necesario evaluar los gestos transitivos e intransitivos. Los gestos transitivos implican
la utilización de una herramienta u objeto real o bien la representación gestual del uso de un
objeto, mientras que los gestos intransitivos se refieren a la realización de gestos por imitación.

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Las agnosias, clasificación, áreas cerebrales implicadas y tipo de exploración.

Según Portellano (2005), las agnosias son una alteración caracterizada por la incapacidad
para reconocer estímulos familiares y atribuirles significado. Las agnosias impiden la
interpretación correcta del significado de los estímulos, pero no se deben a déficits sensoriales,
sino que están causadas por lesión de áreas asociativas del córtex cerebral, frecuentemente como
consecuencia de accidentes vasculares.

Se pueden clasificar de la siguiente manera: agnosia visuales (agnosia para objetos,


simultagnosia, prosopagnosia, agnosia cromática, alexia agnósica y agnosia para el movimiento),
auditivas (amusia, agnosia para los sonidos y verbal), somatosensoriales (asterognosia y táctil),
olfatorias (hiposmia, anosmia selectiva, hiperosmia, parosmia, cacosmia, anosmia sensorial y
agnosia anósmica) y agnosias para las enfermedades (anosognosia, asomatognosia,
anosodiaforia, misoplejia, somatoparafrenia, analgoagnosia).

Tipo de exploración de las agnosias.

Agnosias visuales Identificación de objetos reales.

Identificación de dibujos y fotografías de objetos y formas.

Identificación de objetos en movimiento.

Agnosia auditivas Identificación de melodías previamente conocidas por el sujeto.

Identificación de sonidos verbales.

Audición de sonidos no verbales del entorno, para reconocimiento: cantos de


pájaros, ruido de sirenas o el sonido de una locomotora.

Agnosias Tests dicápticos.


somatosensoriales
Test de Piaget-Head para evaluar el esquema corporal.

Tests dicápticos.

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La evaluación neuropsicológica.

Según Portellano (2005), una evaluación neuropsicológica es un proceso que consiste en


utilizar diversas técnicas de evaluación para explicar con mayor precisión las relaciones entre el
cerebro y la conducta.

Métodos Técnicas de Técnicas de registro Técnicas Pruebas


anatómicos neuroimagen psicofísicas neuropsicológicas
Técnicas Neuroimagen Electroencefalograma Campos Escalas de cribado
neuroquirurgicas anatómica (EEG) visuales
separados
Disociación Neuroimagen Potenciales evocados Escucha Escalas
doble funcional (PE) dicótica neuropsicológicas
Anestesia Tests Evaluación del
cerebral dicápticos lóbulo frontal y
las funciones
ejecutadas
Tests de
lateralidad

La neuropsicología del neurodesarrollo.

Según Portellano (2005), es una neurociencia que estudia las relaciones entre la conducta
y el cerebro en desarrollo, con el objetivo de aplicar los conocimientos científicos de dichas
relaciones para tratar de corregir en la medida de lo posible las consecuencias derivadas de las
lesiones cerebrales que se han producido a lo largo del período infantil.

La Neuropsicología del envejecimiento o involutiva.

Según Portellano (2005), la neuropsicología involutiva se enfoca en las relaciones


cerebro-conducta durante el envejecimiento.

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La demencia y sus tipos.

La demencia es un deterioro adquirido, crónico y generalizado de las funciones


cognitivas, que afecta a dos o más áreas: memoria, capacidad para resolver problemas,
realización de actividades perceptivo-motrices, utilización de habilidades de la vida diaria y
control emocional.

La demencia tiene varios tipos, y estos son los siguientes: Alzheimer, demencia de Pick,
demencia por cuerpos de Lewy, Parkinson, enfermedad de Huntington, demencia vascular,
demencia por virus de la inmunodeficiencia, esclerosis múltiple y enfermedad de Wilson.

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Bibliografía

Portellano, José Antonio. (2005). Introducción a la neuropsicología. (1era ed.). McHall-Hill.

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