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MASAYA,

El Baile de Negras.
El baile de negras es una
manifestación artística por
excelencia de la ciudad de Masaya
y municipios de su entorno,
representándose también en las
fiestas de La Concepción y Nindirí.
Consiste en un baile folclórico en
honor al santo patrono San
Jerónimo como medio de pago de
promesa, donde al son de marimba,
guitarra y guitarrilla suele danzar
una pareja con trajes variados.
Estos van de casa a casa para
ejecutar su baile. Los que esperan y aceptan los bailes en sus casas ofrecen refrescos y bocadillos
típicos, así cada grupo de bailantes visita a decenas de familias en toda la ciudad de Masaya.

El Torovenado.
Es mérito destacar que el Torovenado denota el
proceso sincrético del mestizaje cultural,
integrador de las tradiciones indígenas y
españolas donde cada cultura nutre de
elementos propios a esta danza callejera de la
dualidad entre el Toro de ascendencia europea-
española
y el Venado de origen americano es la fusión:
Torovenado con gran participación popular.

Existen también datos que rememoran la


representación de este baile poco después de la
guerra nacional teniendo como responsable en
el año de 1857 a don Evaristo Gaitán Leal. En
Masaya vemos tres importantes representaciones del Torovenado; el Primero llamado
Torovenado de Malinche o de Doña Carmen Toribio y el segundo el Gran Torovenado del
pueblo: hermanos Elías e Israel Rodríguez y el tercero es el tradicionalista 30 de septiembre, solo
sale ese día con mucha tradicionalidad.

CARAZO - Diriamba
El Toro Huaco.
Según el Doctor Leopoldo Serrano Gutiérrez, estudioso del folclor de la ciudad de Diriamba,
nuestro folclor ha sido muy admirado más no estudiado en la profundidad.
Según el doctor Uriel Mendieta entusiasta, investigador y escritor de este baile, escribió que
desde 1710 narran los pobladores de Diriamba, de oficios sabaneros y agricultores, la tradición
popular que existía un lugar en nuestra costa conocido como el “sitio del plumaje”, donde según
la leyenda el cacaste de una vaca muerta cobraba vida para embestir a los pobladores del lugar
produciendo la fantasmal aparición un gran terror, entonces surge la danza como un rito para
implorar a la deidad su protección para ellos enfrentar el peligro de lo fantasmagórico, pero con
la seguridad del éxito. Entonces el aborigen en su pericia y astucia, no pide evitar su encuentro
con el peligro sino su éxito, entonces ahí surge, como una preparación al combate, simbolizada
en el desarrollo de un mito indígena.

MANAGUA
El baile de la Vaca.

Managua como capital de Nicaragua ha


tenido bailes desde tiempos coloniales, en
homenaje a la Virgen de Candelaria, como el
baile de la Sirena, Moros y cristianos, el
Tinco, eran los tiempos donde se celebraba a
San Pablo, Santo Domingo y Santiago, a San
Miguel y San Sebastián.
Desde 1885, con el repunte de la celebración
de Santo Domingo como Patrono Popular de
Managua, surge espontáneamente el baile
unipersonal de la Vaca o Vaquita,
representativo de las fiestas de Managua,
saliendo en el Santo Domingo de Nejapa,
Santo Domingo de San Andrés de la Palanca
y Santo Domingo de Guzmán de las Sierritas.
COSTA CARIBE.
El palo de Mayo.
El maypole es una danza que continuamente crea
nuevos significados. El ritual posibilita que cada
individuo lo experimente a su manera. El baile está
a cargo de estimulaciones multisensoriales y se
expande, exagera y contiene una especie de sentido
de competición.
Además, como baile de fertilidad, está
fundamentado en un conocimiento colectivo, su
baile cuenta muchas historias, es un lenguaje no
verbal lleno de significados independientemente de
quien lo baile.
LEON
La Gigantona y el Enano Cabezón.
El cuadro general de la Gigantona lo componen:
el personaje central de la danza o sea la
Gigantona, que es una muñeca como de tres
varas de alto, dentro de la armazón de madera se
coloca un hombre para conducirla y hacerla
bailar. Lleva casi siempre una blusa y falda
larga, así como sombrero, diadema o corona y
una amplia cabellera que le cubre los hombros y
le llega hasta casi la cintura. Sus ojos, nariz y
boca son iluminados desde el interior de la
cabeza por una luz de candil o de vela, sus
brazos penden hacia abajo, agitándose desde
luego con gran flexibilidad cuando se ejecuta la
danza. Finalmente el cuello, los brazos y aun el mismo vestido son adornados con collares,
brazaletes y toda suerte de chereques. El paje conocido como El Enano o El payasito, es otro
elemento central. Hay veces que son dos, pero por lo común es uno. Desempeña por consiguiente
un papel muy importante ya que del repertorio de sus poesías, de la gracia con que las declame y
del ingenio personal de que pueda disponer cuando se le solicita por el público una
improvisación, depende en gran parte el éxito de todo el conjunto. Su atuendo es siempre un saco
o chaqueta, un cucurucho en la cabeza y una máscara confeccionada por los mismos “sacadores”
de la danza.

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