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INSTITUTO SUPERIOR DEL PROFESORADO PROVINCIAL NRO 1

PROFESOR RODOLFO ARGENTINO DIAZ


Carrera: profesorado en educación secundaria de historia.
Materia: NOA II
Año: 4to B
Profesor: Michel, Marcos.
Alumnas: Carabajal, Silvana.
Gómez, Cesilia.
Jiménez, Tamara.
Orieta, Lourdes.

INTRODUCCION

El siguiente trabajo habla sobre el partido socialista en Santiago del Estero y sobre los
intelectuales positivistas y modernistas en Santiago del Estero.

Trabajaremos con los libros de Héctor Daniel Guzmán ambos referidos a los temas ya
nombrados.
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DESARROLLO

EL PARTIDO SOCIALISTA EN SANTIAGO DEL ESTERO- Héctor Daniel


Guzmán Alcaraz

Política y cultura en el sudeste chaco-santiagueño (Argentina 1910 1930)

UNA AFINACION DE ESCALA

Los socialistas iniciado el juego electoral en Argentina en 1912 diferenciaron entre


“pueblo obrero” (educado y civilizado) y populacho (tierra fértil de los demagogos
radicales o conservadores). Para distanciarse de este sector los socialistas miraron a sus
votantes como “trabajadores y ciudadanos” buscando que estos reflejen el orden y la
cultura en sus manifestaciones.

Los centros socialistas se organizaron por secciones barriales, el partido socialista


tuvo una mirada “demagogia radical” sobre el radicalismo gobernante que fue acusada
de acentuar el clericalismo, armamentismo y reacción fiscal.

Respecto a la cuestión agraria el partido no tuvo éxito con los trabajadores rurales
quienes con trabajo transitorio y analfabetos no tenían interés en la política. El grupo
dirigente entre 1910-1930 apuntalo la presentación electoral en consonancia con la
expansión del Partido Socialista en todo el país.

El partido santiagueño participo en los congresos partidarios nacionales. En estas


épocas en las provincias el socialismo avanzo institucionalmente, colocando
representantes en las legislaturas provinciales como Tucumán y Mendoza a pesar que
todo el poder estaba centralizado en Buenos Aires. La dirigencia santiagueña en su
mayoría fue de origen inmigrante, “Fortunato Molinari” llego a Santiago del Estero en
1882, peón ferroviario y luego relojero, se afinco en la Banda ciudad donde tuvo varios
emprendimientos: imprenta, joyería, librería, fotografía, etc. luego se mudó a la capital
donde participo en la fundación casa del pueblo y de bibliotecas, como la Socialista en
dicha ciudad y Rivadavia en la Banda. Al casarse con la hija del máximo líder del
socialismo santiagueño Federico Mackeprang, fundador de la casa del pueblo como
Molinari convirtiéndose su casa en el centro de todas las reuniones del clan familiar
socialista, convirtiéndose así el partido en una relación de parentesco, no dejando entrar
a personas que no pertenecían a ese círculo.

La estrategia socialista que el grupo de Mackeprang sostuvo entre 1910 y 1917 tenía
una relación colaborativa con el poder conservador santiagueño.

Entre 1910 y 1916 el sudeste con sus estaciones, estancias, colonias y obrajes formo
parte de la región llanada “Chaco santiagueño” la cual en 1855 fue descripta con
bosques, ríos y numerosa población mestiza, esto atrajo la mirada de las empresas
colonizadoras que a fines del siglo XIX siguieron el itinerario de expansión ferroviaria
en las provincias del norte. Los agricultores entre 1910 y 1912 comenzaron a
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organizarse para hacer valer sus reclamos ante terratenientes y políticos, lo cual
favoreció el ingreso de dirigentes socialistas a la “federación agraria Argentina”.

En Santiago del Estero los socialistas del campo comprendieron, que buenas
relaciones de la elite local dio como resultado una convivencia fructífera, para
incrementar sus negocios y posicionarse mejor en una sociedad de transformación.

LA CREACION DE UNA ESTRUCTURA PARTIDARIA EN EL INTERIOR


SANTIAGUEÑO.

El partido socialista no tuvo ninguna gravitación en las luchas por el poder político en
Santiago del Estero. En 1895 la provincia registro su primer centro socialista urbano
que corresponde a la capital santiagueña.

La vinculación del partido socialista local con el nacional fue entre 1895 y 1910 de
carácter problemático pues no tuvieron centro locales ni recursos para enviar delegados
a los congresos ni tampoco buena comunicación entre las sedes partidarias. En las
asambleas del centro capitalino santiagueño se tomaron decisiones adaptándose al
contexto local modelando los lineamientos nacionales.

Los ferroviarios fueron para el partido socialista el sector donde se debía realizar la
propaganda en Santiago del Estero pues consideraron a la estación “la isla del
capitalismo”. La práctica política conservadora en el sudeste, como en todo el interior se
basó en las estancias.

En 1910 los socialistas en Santiago del Estero alentaron pactos con el sector
progresista de la elite gobernante. El partido conservador aliado con el PS con la llegada
del radicalismo se dispersó en agrupaciones pequeñas intentando mantener un caudal
electoral en la provincia.

La creación de la “federación agraria Argentina” da al movimiento chacarero una


presencia corporativa y política, que lo puso en condiciones de presionar a los
terratenientes para poder mejorar su situación. La relación de los chacareros con el PS
fue muy estrecha. En Santiago del Estero el censo de 1895 mostro muy pocos
agricultores propietarios de sus fincas, lo cual fue un problema que siguió a principios
del siglo xx.

EL PS EN EL SUDESTE 1911-1916

En 1911 Daniel Roldan saco el segundo diario socialista en Santiago del Estero. Su
periódico fu vocero del socialismo en las localidades. Según nueva era el socialismo
conto en 1910 con solo 4 centros organizados “Capital, la Banda, Frías y Fernández” lo
cual explica la poca inserción en el campo santiagueño.

En 1912 llego a Herrera Augusto Zalocco, maquinista de la fraternidad, se dedicó a


formar cuadros partidarios en las secciones ferroviarias.
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Capital, la Banda, Frías y Robles fueron los distritos más antiguos nacidos a fines del
siglo XIX, mientras que el sudeste cobijo a los nuevos centros con dirigentes rurales.

Nueva Era seguía haciéndose eco de lo que ocurrió, con el PS en el interior atacando
al CE y su política partidaria. Muchos socialistas colaboraron en los distintos espacios
territoriales, participando de actos patrios locales, como una manera de reforzar laxos
con actores políticos nativos especialmente en donde el partido fue débil como en
Santiago del Estero.

Según Mackeprang en 1914 se volvió a formar un centro socialista en la banda por el


empeño de Bernardo Irurzun, entre los refundadores nombrados tenemos a Andrés
Zeballos, en ese mismo año en la Banda delegados de Fernández, Frías, Colonia Dora,
Rio Hondo, Suncho Corral, Icaño, Pinto y Añatuya discutieron asuntos rurales, que
reflejaba la situación de los socialistas en el interior.

El socialismo a nivel nacional, fue consiente de las victorias del radicalismo en las
provincias dominadas por el conservadorismo pero no conoció como funciono el
sistema político en cada provincia.

EL CASO AÑATUYA (1910-1916): un centro obrero en el sudeste argentino

Es una zona de estancias y bañados que fue colonizada en 1856 lo que muestra el
valor de esas tierras y la presencia temprana de inversores locales y foráneos.

En 1912 se le otorgó a Añatuya el rango de cabecera del departamento 28 de marzo,


con una sucursal del banco nación, 60 comercios y dos hoteles lo cual atrajo
agricultores y terratenientes. Los “trabajadores rusos” fueron los primeros en construir
una sociedad obrera, los cuales se relacionaron con los peones nativos de los obrajes.

Los primeros socialistas de Añatuya fueron ferroviarios, bancarios y gráficos de


origen inmigrante. Los radicales compitieron con los socialistas por los colonos quienes
fundaron un comité radical en Añatuya, muchos de los agricultores fueron extranjeros
no nacionalizados tanto los radicales como los socialistas estuvieron interesados en su
nacionalización.

DORA: COLONOS Y MILITANCIA SOCIALISTA (1911-1916)

En el departamento de Avellaneda de Santiago del Estero, zona de estancias,


poblaciones aborígenes y muchos extranjeros. Entre sus colonias aparece Dora en 1920
como una estancia para movilizar carbón, leña, pasto y ganado; entre sus habitantes se
concentraron muchos extranjeros, destacándose los rusos. Esto se debía al interés de las
empresas privadas, utilizando las influencias en el gobierno nacional y santiagueño, con
el “proyecto estatal” incorporaron colonos en las localidades elegidas.

A pesar del interés de colocar a los colonos, este tuvo un deficiente sistema de salud,
seguridad, riego y comunicación, impulsándolos a organizarse para tener representación
ante un estado ausente. Este problema los llevo a conectarse con “grupos judíos obreros
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de la capital, como la vanguardia”, así se vincularon con agricultores y organizadores


obreros.

También se agruparon a los ganaderos de la zona, obteniendo el apoyo social al jefe


político. Este sector se formó independientemente de la “Jewish Colonization
Association”, pero con el vínculo de la comunidad con el jefe político; se dio en el
centro socialista entre los ferroviarios y tipógrafos de la zona. Este centro conformado
por ferroviarios y colonos, en donde las conferencias se desarrollaba en la Biblioteca
rusa, y en 1911 como centro de propaganda en las cuadrillas de obreros del ferrocarril,
pues, los vecinos recurrían al socialismo para solucionar sus problemas comunales.

La situación de Dora, era difícil por los problemas naturales y las deudas
administrativas, recurriendo a un petitorio al gobernador Manuel Argañaraz, al fracasar
esta medida formaron la “agrupamiento de agricultores”, pidiendo al centro socialista
accesoriamente y apoyo. Esto genero la visita de dirigentes socialistas de la Capital en
1912, realizada por todo el sudeste.

En 1913 se formó una sociedad de agricultores, con estatus y una asamblea de socios,
esta asociación recorrió todas las localidades con el fin de impulsar a los agrícolas a
fundar sociedades agrícolas. Esta tuvo una buena relación con Santa Fe, por otro lado,
las asambleas socialistas en la comunidad hebrea, estuvieron vigiladas por la policía y,
la inequidad en la ayuda por parte del gobierno. Produciendo la emigración de los
colonos y trabajadores de Dora, hacia Chaco y Santa Fe.

LOS AÑOS 20 DEL SOCIALISMO EN SANTIAGO DEL ESTERO

En 1921 siguiendo a La Vanguardia y como miro al Chaco argentino, podemos ver


que registra la presencia de “Agitadores” en todas las protestas que se dieron en la
región, la cual fue recorrida por trabajadores “desposeídos” que migran en todas las
direcciones buscando un sustento para sus familias. El partido estuvo interesado en
actuar en dicha zona enviando delegados para ayudar los PS locales. En su XVI
congreso ordinario, el partido aprobó una comisión que se enfocó en la propaganda del
interior, lo cual facilito la movilización y las giras de propagandistas por todo el
territorio nacional. La visita de dirigentes nacionales fue un síntoma de un intento de
retomar terreno perdido ante el radicalismo, el comunismo, sindicalismo y anarquismo
en todo el norte argentino. Esta preocupación por la situación de los ¨trabajadores de los
bosques¨ pareció presagiar una práctica más obrera en las provincias interiores y una
crítica al oficialismo radical al cual llamaron gobierno de simuladores, por el uso de la
fuerza nacional, para la represión de huelgas y presuntas relaciones con el extranjero.

Al iniciarse la década del 20 Santiago del Estero y su mundo obrero se expandió. Con
más centros, sindicatos y tendencias, con 170 obrajes se convirtió en el pulmón
económico provincial. Los gobiernos radicales impulsaron concesiones de líneas
férreas, construcción de escuelas, servicios municipales y autonomía municipal, plan de
riego, mercados y aeródromos en el sudeste. Si bien muchas de estas obras quedaron en
proyectos, el vecindario de ciertos departamentos vio positivo las propuestas
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gubernamentales, lo que fue evaluado negativamente por el socialismo, quien lo veía


como expresión de “barbarie” ya que consideraba al gobierno de Cáceres como
interesado solo en la tierra pública.

En el PS local el sector de izquierda pareció dominar al partido en 1921. En una


movilización en La Banda se protestó contra la expulsión del territorio nacional de
Manuel Cid (comunista) y Emilio Schuster (anarquista). Daniel Roldan defendió a los
detenidos y fue considerado “internacionalista”. El grado de ruptura interna se dio con
la renuncia de Roldan a “El Socialista”. Guzmán piensa que la actitud de Roldan tuvo
que ver con el accionar policial, que comenzó a restringir las marchas obreras. el
socialista salió a condenar a los socialistas que participaron en las marchas. Roldan
reacciono abandonando el Socialista y criticando al gobierno radical de auspiciar leyes
anticonstitucionales.

Estos problemas se notaron al año siguiente cuando el PS en la provincia no hizo una


buena elección nacional (1% de votos) y la izquierda del partido acuso al radicalismo de
poner en cada departamento un empleado civil superior, nombrado por el poder
ejecutivo, con el nombre de un jefe político.

En 1922 dejo de salir El Socialista, sin conocer el causal de su cierre.

En 1922 la reunión de agricultores en El Simbolar con la presencia de anarquistas y


socialistas, termino en una crítica a los gobiernos, nacional y provincial, situación que
fue apoyada por el partido socialista humanista. A diferencia de las provincias agrícolas
del litoral y la pampa, en Santiago del Estero, los agricultores se volvieron opositores al
radicalismo.

Estos sucesos se produjeron en (según la visión del PS) un momento de decadencia


de la industria forestal, despoblación de los departamentos del interior y aumento de la
mortalidad de habitantes. La situación del sudeste no fue fácil. Los socialistas fueron
amenazados por los jueces de paz y jefes de policía radicales. Este mecanismo solo fallo
en dos sectores: ferroviarios y agricultores. Estos a través de agrupaciones israelitas
recorrieron las localidades organizando a los trabajadores y arrendatarios. Una respuesta
a estos movimientos sociales fueron las brigadas de la Liga Patriótica, que persiguieron
a los peones que escapaban de algunos obrajes o haciendas. Los liguistas enfrentaron a
la “federación obrera rusa sudamericana” la cual recorrió Pinto y Añatuya con
intenciones de abrir filiales.

Los obrajeros de Santiago del Estero, Santa Fe y Chaco también realizaron sus
reuniones en el sudeste santiagueño y estuvieron en tratativas con el gobierno nacional
para que les bajen los fletes del ferrocarril para que puedan continuar la explotación
forestal y no despedir a los obreros. Estas fueron condenadas por el socialismo, el cual
ataco la buena vecindad entre los radicales con los dueños de los obrajes. El sector
llamado humanista difundió folletos entre los agricultores donde se quiso ganar adeptos.
El Folleto sostuvo un reglamento del trabajo agrícola, alojamiento higiénico de los
trabajadores de campo, impuesto territorial progresivo sobre las propiedades rurales
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según su extensión y valor libre de las mejoras. Pero los socialistas se olvidaron de los
peones que fueron a las cosechas en Santa Fe o Chaco. En 1922 en la reunión de los
socialistas realizada en Suncho Corral, se decidió acompañar a los Centros de Chaco y
Santa Fe en las luchas agrarias. Se protestó por el accionar de la Liga Patriótica en
Pinto, deteniendo a varios dirigentes obreros. También se planteó protestar ante el
gobierno provincial.

Esto nos muestra que el estado provincial tuvo un control policial en el sudeste,
usando la fuerza cuando se creyó que hubo elementos que podían movilizar la
comunidad por sus derechos en contra del gobierno local. La migración de peones del
norte de santa fe en busca de trabajo a Santiago fue otro problema que se trato en los
centros sindicalistas del sudeste santiagueño. En 1922 una filial de la Liga Patriótica
Argentina en Añatuya requiso trenes en busca de los revolucionarios.

La mayor presencia policial del estado provincial en la zona fronteriza con Chaco y
Tucumán obedecía al importante éxodo de trabajadores en todas las provincias del NOA
y NEA. Estas migraciones siempre tuvieron militantes que acompañaron este
nomadismo de peones que debió preocupar al orden vigente ante levantamientos como
Santa Cruz o La Forestal. Añatuya centro neurálgico fue el centro de comunicación de
Jujuy y Rosario.

En 1923 los socialistas siguieron viendo a varias provincias del interior como feudos
y Santiago del Estero, formaba parte de lo que llamaban “movimiento provincialista”,
un tipo de política criolla en la cual los caudillos tuvieron el control de todo el sistema
político en el interior argentino.

En mayo hubo una reunión de centros socialistas en Añatuya con delegados del
interior. En dicho encuentro se recibió representantes de Charata, Firmat y Rafaela.
También hubo presencia de rusos e incluso de USA. La huelga docente por falta de
pago también fue tema de la reunión. Se decidió apoyar a los docentes en sus reclamos
y acompañarlos mediante la prensa y mítines. Pero las brigadas de la Liga Patriótica
recorrieron los pueblos observando que los docentes cumplan su tarea y no se unan a los
centros obreros.

En medio de esta situación Roldan recorrió los centros socialistas del interior para
buscar la adhesión a la USA. La creación en Añatuya de una filial de esta organización
tuvo que ver con el interés del sector socialista para buscar una unión obrera entre todos
los sindicatos de la provincia. Esta estrategia de los humanistas del PS es una forma de
aceptar la realidad. Alurralde vino a Añatuya para apoyar la USA pero los agricultores
no estaban de acuerdo con ese tipo de planes obreros del PS. Pidieron ayuda para los
colonos de charata y Sáenz peña, pero al no recibir apoyo de los centros del sudeste
santiagueño, recurrieron a las filiales de la Federación Agraria. Esto produjo un roce
entre productores y socialistas santiagueños.

En Añatuya salió un diario que defendió la línea humanista, lo cual fue condenado
por el CE capitalino.
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En la asamblea del PS de 1924 en la Casa del Pueblo, choco la tendencia de izquierda


liderada por Rava contra la moderada de Mackeprang. Los primeros criticaron a su
oponente por pactar con los radicales dejando de lado las problemáticas de trabajadores
rurales y urbanos, que no compartieron la política del CE provincial. Estos cruces
produjeron expulsiones de algunos simpatizantes que se alejaron del partido.

La acción del partido en los barrios capitalinos era distinta. Rava incentivo una
política que le permitió llegar a los obreros por lo cual fue una estrategia aprobada por
el CE local. La creación de “asociaciones barriales” fue una táctica muy útil en un
momento en que la ciudad estaba crecida por la migración rural, que huían de un campo
en crisis. Esto devino en la expansión urbana de barrios obreros capitalinos, en uno de
los cuales nació la “Asociación barrial norte”. Estos espacios fueron sede de varios
gremios.

Ante la crisis del sudeste los aeródromos de Salavina, pinto y Añatuya recibieron
ayuda de Rafaela, Ceres, Charata y San Francisco. Lo cual reforzó la conexión de gran
parte del interior santiagueño con otras provincias, con las cuales compartió enlaces
férreos y aéreos. El crecimiento de medios de comunicación se debió a la presencia de
inversiones porteñas en tierras en toda la región chaqueña.

Rava logro en agosto de 1925 que Roldan disolviera la facción de izquierda llamada
humanista y se uniera al PS oficial. Roldan sirvió de intermediario para que la
“federación agraria” formara parte de una comisión para el problema rural del partido.

INTELECTUALES POSITIVISTAS Y MODERNISTAS EN SGO DEL ESTERO


(1876-1916)- Héctor Daniel Guzmán

LOS INTELECTUALES Y EL POSITIVSMO

A fines del siglo XIX, el positivismo diseñó un dispositivo ideológico que le permitió
al Estado oligárquico direccionar sus mecanismos de dominación y convertirse en el
ideario hegemónico de una elite política e intelectual que daba así legitimidad a sus
acciones de exclusión social y política con respecto al resto de la sociedad.

Los intelectuales apostaron a la eficacia positivista para diseñar una “nueva cultura
progresista y modernizadora” que en cierto modo organiza las relaciones de poder,
excluye y uniforma al mismo tiempo el tejido social. La entrada en acción de los
intelectuales positivistas tiene que ver con la explosión de la red institucional que desde
el Estado se alienta para que la modernización avance sobre todo el espectro social.
Dentro del grupo intelectual positivista surgen voces disidentes como las de Miguel
Cané y Paul Groussac.
[Escriba texto]

El positivismo permitía al Estado comprender el problema de las masas desde una


pedagogía estatal que ponía el acento en el sistema educativo como una forma de
integrar a las oleadas inmigrantes, La sociedad era vista como “organismo social”, para
el estado el positivismo era un programa de acción porque tocaba todos los aspectos de
la sociedad.

Entre 1880 y 1916 la elite continúa dirigiendo el país a través de su modelo


económico agroexportador y de su modelo cultural siempre con la intención de unificar
políticamente a la sociedad, siendo el Estado su instrumento más eficaz en dicha tarea,
con la colaboración de sus intelectuales que buscan siempre la inclusión más que la
exclusión de las disidencias políticas. A través de la acción de sus intelectuales
positivistas, el Estado centralizado viene a culminar un “movimiento centralizador” que
concentra toda su dirección en la burguesía porteña, con el consenso de las elites
provincianas, que colaboran en la dominación verticalista de las clases propietarias.

POSITIVISMO Y MODERNISMO EN SANTIAGO DEL ESTERO 1876-1900:


INTELECTUALES MODERNIZADORES Y CONSERVADORES

Se indaga la aparición de las primeras sociedades culturales en Santiago del Estero,


on una pieza clave en la historia de los intelectuales en Santiago del Estero, son una
pieza clave ya que inauguran el período de la modernización cultural, de la mano del
positivismo y el liberalismo, articulándose al orden económico y político que se impuso
en la Provincia luego de la caída de los Taboada. A partir de 1874 empieza a llegar a
Santiago del Estero un destacado movimiento cultural tal es así que ese año las
compañías teatrales extranjeras visitaban nuestra capital como consecuencia de estos
sucesos, emerge la primera sociedad cultural “Estudios Rivadavia” según Alfredo
Gargaro, la primera institución literaria, fundada el 13 de mayo de 1876 producto de la
actividad del Colegio Nacional fundado en 1869, y de la acción de la prensa local que
ofrecía espacios para la literatura. Esta sociedad tuvo una biblioteca pública y un salón
de conferencias, y se reunía periódicamente para que sus socios leyeran sus
producciones ante un público femenino y selecto.

Luego de 1880, se dispara el fenómeno de la formación de sociedades literarias o


culturales, en coincidencia con el proceso de difusión de las ideas liberales, y
positivistas, que impactan en la Provincia, dentro del amplio marco de progreso que la
elite rojista le impone, en lo que podemos destacar la construcción de Teatro Recreo en
1888, destacando como una forma de sociabilidad intelectual.

En la generación del 80, aparecerá en Santiago del Estero como protosociedad, el


Club Social nacida en 1884, se trataba de una sociedad de elite con socios propietarios y
otros contribuyentes, en ella se organizaban tertulias para sus socios, en la casa de don
Absalón Ibarra. El problema con las instituciones políticas, atacadas desde los medios
oficialistas los llevo a reformular el dejar fuera las ideas políticas del club. Se desarrolló
una mayor circulación de libros y folletos, para la difusión de conocer las conferencias y
discurso.
[Escriba texto]

En el mismo año, Francisca Jacques fue directora de la Escuela Normal de maestras,


como laica liberal hizo de la Normal la clave para la ofensiva laicista en la provincia, y
con la reforma constitucional de 1884, donde liberales y positivistas pudieron sacar la
palabra religión del texto constitucional. Para 1886, profesores normalistas e
intelectuales egresados de la Escuela Normal, fundaron la Sociedad de Socorros Mutuos
“Adolfo Alsina”.

La Sociedad Sarmiento aparecerá en 1888, fundada por don Belisario Flores, docente
normalista; el mismo estuvo formada por obreros urbanos. La sociedad inauguró su
Biblioteca en 1893.

LA REVISTAS CULTURALES ENTRE 1900 Y 1916

Santiago del Estero es guiado por el movimiento positivista y liberalista, en el cual se


inaugura el Colegio Nacional, el Parque Aguirre, el Teatro 25 de Mayo, tranvías,
servicio de agua corriente, entre otros cambios sociales, culturales. Pero entre 1905 y
1908, la crisis interna del conservadurismo y, el avance del radicalismo y socialismo,
aparecerán una serie de revistas que representaran una articulación modernista con el
positivismo y, que conectara con Santiago. En las esferas urbanas aparecerán las
primeras revistas locales, abra una presencia de lectores especializados y, donaciones de
lectores a las Bibliotecas locales. Entre estas revistas aparecerán Vida Moderna y Mitre,
donde se verá artículos de José Ingenieros y Leopoldo Lugones. Sobre las revistas de
Santiago del estero se encuentra las donaciones a la Biblioteca Sarmiento, de las revistas
Nosotros y Proteo.

EL POSITIVISMO EN SANTIAGO. ESTIMULO Y DEFENSA 1903 – 1905

La revista Estimulo y Defensa estuvo abordada por dos movimientos, el primero el


grupo “La Vena”, centro literario modernista fundada en 1901 por Santiago Lugones,
Manuel Hernández, Ramón Cordeiro y Domingo Contreras López; el segundo, fue el
higienismo creada en 1902 con las conferencias de Antenor Álvarez en las escuelas
capitales.

La revista se presentó como una revista quincenal, publicando 46 números, la misma


dependía de los suscritores. Esta fue difusora de ideas que propagaron los docentes
nucleados en la Sociedad Magisterio Santiagueños. El grupo tuvo buenas relaciones con
los gobiernos provinciales y, tuvo como miembro al presidente del consejo de
educación. También tuvo llegada en Salta y Tucumán y, apoyo de la Asociación
Nacional de Profesores y sus filas en Santiago. Es así, que modernistas y positivistas
dialogaban sobre diferentes temas. La misma ponía temas de actualizaciones educativas,
literarias y científica para los lectores locales.

LOS INTELECTUALES DEL CENTENARIO 1906-1916: POSITIVISMO,


MODERNISMOY NACIONALISMO CULTURAL, LAS REVISTAS SARMIENTO
(1911) Y REVISTA DE LA EDUCACIÓN (1912-1913)
[Escriba texto]

Entre 1906 y 1916 hubo cuatro gobiernos liberales, liderados por José Santillán
(1904-1908), Dámaso Palacio (1908- 1910), Manuel Argañaraz (1910-1912), liberal
católico, y Antenor Álvarez (1912-1916). Estos gobiernos sintetizaron un período de
inestabilidad política, pero también de institucionalización cultural por parte del Estado.
En 1906 se nota la creciente influencia del nacionalismo cultural en algunos
intelectuales locales; una muestra de ello es el apoyo que le dan a Andrés Chazarreta.
Para Altamirano y Sarlo, los programas nacionalistas no son "una ideología
homogénea" en el Centenario, por lo que la tensión entre el cosmopolitismo y la
tradición tiene varios registros. Guillermo Olivera, funcionario del gobierno de
Santillán, coincide con su amigo Bunge en que el problema de la sociedad actual está en
la pérdida "del carácter, de la moral". Parece que Olivera se refiere al carácter nacional,
porque Joaquín V. González, en una carta que le envía, le recomienda el mantenimiento
de las "leyendas del norte", porque tienen que ver con "nuestra nacionalidad".
Nacionalidad que no deja de fundirse con el liberalismo, pues el funeral a Mitre
organizado en Santiago muestra la adhesión de casi todas las instituciones de la
sociedad a uno de los padres de la patria (liberal) y a sus ideas, en un ritual que se repite
con el fallecimiento de Quintana. Estas ideas nacionalistas liberales llegan en momentos
de activa propaganda antiroja en el Círculo de obreros católicos, y en la prensa católica,
contra la filosofía materialista que difunde la Sociedad Sarmiento, reducto de la
sociedad del Magisterio y de los intelectuales liberales reformistas.

En este panorama nace la importante sociedad "Cervantes", desprendida de la


sociedad española y síntoma de la presencia de la inmigración en nuestra provincia, que
proyecta una velada cultural en el teatro Ollantay, fijando su mira en la actividad teatral,
a través de la organización de un grupo dramático. El éxito de sus políticas culturales
provoca que en 1909 se convierta en Sociedad Alberdi, una asociación cultural liberal
que extendería su programa a la sociedad local, logrando la adhesión de numerosos
intelectuales locales.

El programa de los liberales santiagueños seguía sosteniendo que la escuela y la


prensa eran los pilares de la modernización y el progreso. La fortaleza de este proyecto
se había insertado en las nuevas elites intelectuales de procedencia inmigratoria, que
luchaban por integrarse a una sociedad más conservadora que progresista.

Garmendia reconoce que las "corrientes más modernas" (positivismo) están


instaladas en la provincia, pero al mismo tiempo delata que todavía falta mucho por
hacer, para que pueda fortalecerse la democracia y se terminen los problemas sociales.
En cambio, para Dámaso Beltrán, funcionario del gobierno provincial y miembro del
grupo de intelectuales del Nacional, el primer objetivo de constituir "sociedades
modernas" estaba alcanzado, sólo parecían faltar algunos elementos todavía para
fortalecer ese logro. Entre 1907 y 1914 los datos con los que se cuenta muestran un
panorama alentador. En sus notas sobre Santiago, Caras y Caretas, el semanario
porteño, es muy elogiosa respecto a lo educativo. Por otro lado, la vieja confrontación
entre liberales conservadores y liberales reformistas va siendo superada en pos del gran
objetivo: el progreso de Santiago. La revista Sarmiento (1911), dirigida por Pedro
[Escriba texto]

Almonacid ya muestra los tópicos que manejan las revistas porteñas que militan en el
citado nacionalismo. Este periódico de intereses generales, que vivía de suscripciones y
propagandas provenientes del comercio e industria local, sacó a la calle ocho números
en 1911, hechos en la Imprenta Almonacid, y luego desapareció. En sus páginas
encontramos artículos católicos, sobre los logros de Pablo Lascano en el extranjero, la
sociedad, la actividad bancaria, la actividad comercial e industrial, la campaña, la
prensa, los avances de la ciencia, los inmigrantes en Santiago, poesías de jóvenes
tucumanos y santiagueños, cartas de los lectores en el interior, y crónicas sobre las
actividades culturales del Colegio Nacional, y sobre los antecedentes históricos de
Mayo y el 9 de julio. En la revista aparece un artículo de Alfredo Ferreira sobre el
positivismo, donde intenta congeniar al materialismo con el catolicismo, en una muestra
de la heterodoxia que comienza a permear la coraza materialista del positivismo. "En
primer lugar, el positivismo no es ateo. En segundo lugar, es la primera construcción
científica que hace plena justicia al catolicismo considerándolo una grande construcción
social y religiosa". En cierto modo, estos intelectuales son la representación de una
burguesía urbana que ya comienza a afianzarse en la sociedad local. Por ello aplauden la
presencia de la Liga Comercial e Industrial en el Congreso Nacional de Comercio
realizado en Rosario en 1911, y la pronta creación del Banco Popular Santiagueño, una
iniciativa de personas con "extensas vinculaciones comerciales e industriales dentro y
fuera de la provincia", y de mucho capital exclusivamente de Santiago. En 1912 un
elemento liberal y positivista llega al gobierno provincial: es Antenor Álvarez, quien en
su programa de gobierno promete difundir "las bibliotecas populares" y "la ciencia de la
educación moderna", banderas del positivismo del grupo Estímulo y defensa, como
pilares de la política educativa de la provincia. Baltasar Olaechea y Alcorta alienta el
regionalismo en la Escuela secundaria, abogando por la enseñanza de la historia y la
geografía santiagueña en

El Colegio Nacional, convirtiéndose en un adelantado en la valoración de los


contenidos autóctonos para la enseñanza en las escuelas locales. Estas dos tendencias
conviven en la Revista de la Educación, órgano del Consejo General de educación, que
fue publicada entre 1912 y 1913 y alcanzó los siete números. Fue una publicación
gratis, mensual, que tuvo como director a Felipe Giménez y como secretario de
redacción a Juan Galván, ambos docentes del Nacional y nacionalistas liberales. La
revista se ubicó en posiciones idealistas más que positivistas, lo que muestra el retroceso
del materialismo entre los docentes locales.

El docente se ubicaba en una posición intermedia, entre el científico y el poeta, un


guía para la sociedad y un guardián de la cultura y de la moral. Uno de los principales
objetivos de la publicación fue mostrar cómo el gobierno provincial se preocupaba por
expandir las escuelas en el interior de la provincia, y cómo encontraba poco eco del
vecindario que antes ofrecía locales para las mismas, y ahora alquilaba esos locales al
Estado. Otra temática que reflejó este medio fueron las celebraciones patrióticas, que
fueron muy incentivadas por el Estado provincial y sus autoridades educativas, como el
centenario de la Batalla de Tucumán, que se festejó con "desfiles y actos en las
escuelas". Una tercera preocupación de la revista fue la cuestión social, tanto urbana
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como rural: esto se explica por la importante influencia de las ideas socialistas en el
gremio docente.

Se puso como ejemplo a seguir, en la docencia, la actitud de los maestros de Francia,


que defendían la democracia frente a los atropellos de la Alemania de Bismarck, en pos
de salvaguardar la civilización occidental. Por ello se alentó la tarea del gremio local, a
través de las acciones de la Liga del Magisterio, formada en 1911 y continuadora del
Magisterio Santiagueño, para garantizar los derechos del docente y de promocionar el
mutualismo o asociacionismo socialista.

La fuerte presencia del modernismo como corriente estética, que contiene un mensaje
anti político o de crítica al sistema oligárquico imperante en el país y en la provincia, se
hace patente en la conferencia que ofreció Ricardo Jaimes Freyre en el Colegio
Nacional, invitado por la Sociedad Sarmiento en1910, donde desarrollo el tema "el
modernismo", dándole así a esta ideología literaria una institucionalización que facilitó
su recepción y difusión en la sociedad santiagueña. En ese espacio que el modernismo
va construyendo en la agenda de los intelectuales, la cuestión nacional ocupa el primer
lugar, al ser el tema fundamental de toda elite pensante del Centenario, ya sean
positivistas o idealistas. Pues no es casual que el modernismo local vaya imponiendo su
registro esteticista desde el campo educativo, porque en el plano literario ya tiene tres
libros claves: El primero de estos libros es Luz…hojas sueltas (1910) de M. Contreras
Lugones, bibliotecario de la Sociedad Sarmiento; el segundo Aurora inquieta (1910) de
Carlos Schaefer Gallo, poeta y miembro de "los Inmortales" porteños; el tercero,
Átomos de vida (1912) de B. Fernández, estudiante del Colegio Nacional.

El nacionalismo cultural es una marca registrada de los modernistas en este periodo,


donde tanto el gaucho como otros tópicos rurales van conformando la identidad
santiagueña, fenómeno que también vemos en los intelectuales modernistas del
Centenario en Buenos Aires. Pero es la prédica patriótica en el dispositivo educativo
local la que tiene mayor influencia entre los jóvenes que escuchan a sus profesores en
discursos interminables: la patria está en peligro.

En 1914, la Sociedad Sarmiento siente también una necesidad de redefinir su misión


ante la situación provincial, nacional y mundial, de replantear su tarea frente al resto de
los sectores sociales.

Ferreyra define a los distintos tipos de intelectuales que habitan la arena cultural en
esos años en Santiago y en el país, y los diferencia de la burguesía y del capitalismo en
sus distintas formas, ya que considera que la cultura no debe contaminarse con el
mercado y sus reglas, y sus agentes (los intelectuales) deben mantenerse al margen de
un público que no los valora y no los comprende.

Para Salinas, el movimiento gremial docente es una necesidad para la defensa de los
derechos del maestro. Dijo Salinas: La época es la del gremialismo; todo lo impone.
Hasta los obreros manuales, que por sus condiciones no se hallan al mismo nivel
intelectual y económico del maestro, nos han probado lo que vale la mancomunidad de
[Escriba texto]

los esfuerzos gremiales, pues son visibles los progresos que el obrero manual realiza día
a día y los triunfos que por este medio adquiere.

Ese mismo año Baltasar Olaechea y Alcorta, desde el nacionalismo cultural, sigue
con su campaña de instalar la historia local en el centro del debate intelectual, con una
conferencia en el Colegio Nacional sobre "Francisco de Aguirre". En ella Olaechea
lamenta la falta de un archivo provincial, alienta la investigación sobre la historia
santiagueña, y pide que las provincias inicien el trabajo de recuperación histórica de su
pasado a partir del período colonial. Esta preocupación por la difusión de la historia
nacional en la sociedad tiene como objetivo contrarrestar la creciente presencia de
obreros en nuestra ciudad, y sus ideas y sus nuevas formas de vida que comienzan a
darle otra fisonomía a la capital provincial.

Entonces hay un intento de diferenciar al patriotismo argentino del patriotismo


militarista del que hacen gala las naciones en guerra en Europa, y destacar que el
nuestro defiende la libertad y el progreso.

Pero el nacionalismo cultural en 1916 ya está presto para mezclarse con el


modernismo que puja con mayor fuerza, porque sus difusores ya están bien ubicados en
el campo cultural local. Miguel Contreras López, en la manifestación popular de
antorchas en homenaje al primer centenario de la independencia, lo hace en nombre de
la Sociedad Sarmiento como poeta que le canta a la patria, y eso es el resultado del
posicionamiento del nuevo intelectual artista que va compitiendo con el intelectual
científico.

Nacionalistas, positivistas y modernistas confluyen en uno de los logros más


importantes de estos intelectuales liberales, que desplegaron durante tanto tiempo
ambiciosas políticas. Lo que en este largo capítulo se plasmó fue la continua
problemática de la percepción y evaluación que las formaciones intelectuales, entre
1906 y 1916, llevaron a cabo sobre el impacto que la modernidad estaba teniendo en
una provincia demasiado alejada de los centros de modernización del país.

Es notorio que el intelectual nacionalista que se irá formando en este período tiene
relación con el cambio en las políticas culturales del Estado, ya que este, ante los
problemas sociales y la influencia de las actividades del socialismo y el anarquismo, se
vio en la necesidad de discursos más cargados de ideales patrióticos que hicieran dar
cuenta a la sociedad que debía volverse a las raíces de nuestro pasado heroico.

EL MODERNISMO Y SUS INTELECTUALESEN SANTIAGO DEL ESTERO:


RICARDO ROJAS Y CARLOS SCHAEFER GALLO

El modernismo le dio a los intelectuales del Centenario dos funciones importantes:


por un lado renovar las letras nacionales; por el otro, lanzarse hacia al nacionalismo
cultural, que, traducido a nuestra provincia, implicó construir los rasgos de lo que sería
la raíz de la cultura local. Lo cierto es que la "condición urbana" en la cual se formaron
nuestros intelectuales fue la torre desde la cual escribieron narrativas de la provincia.
[Escriba texto]

Este proyecto centralista que fue el modernismo, que tuvo como fin modernizar las
letras, tuvo su epicentro en las ciudades, por lo que la literatura regional tuvo en nuestra
provincia un claro rasgo urbano, desde donde la elite letrada condujo lo que es la
instrumentación del sistema educativo y la construcción de los patrones de una cultura
local. La llegada de los modernistas implicó para estos una tarea distinta: en el caso que
nos interesa, no sólo renovar la literatura local y ponerla en contacto con los
movimientos literarios nacionales, sino diseñar nuestra cultura identitaria, que fue la
apertura de un trabajo que continuarían, no sin debates interminables, las generaciones
intelectuales venideras. Nuestra literatura local se inicia entonces con dos obras claves
escritas por modernistas, pero adaptadas ya a un proceso de regionalización que tiene
que ver con lo identitario de nuestra provincia: Alma quichua (1910) de Gallo, y
Victoria del hombre (1903) de Rojas. Lo cierto es que hubo en los dos un mismo inicio,
el periodismo, que fue la primera escuela donde aprendieron a escribir sus primeras
producciones, y una misma preocupación: hacer conocer al país nuestra cultura
ancestral. Esta formación liberal, que giraba hacia un idealismo que cuestionaba de
alguna manera la matriz cientificista del positivismo, tuvo un gran éxito de recepción en
una juventud intelectual que ya buscaba otra dirección más culturalista y espiritualista.

El grupo "Estímulo y Defensa" tuvo en Rojas uno de sus primeros simpatizantes,


quien siempre alentó desde Buenos Aires los proyectos de la agrupación. Uno de sus
suscriptores, Antenor Álvarez, que siempre apoyó a la publicación, fue en 1903
presidente del Consejo de Educación de Santiago, y junto a Juan F. Bessares y Ramón
Carrillo interesaron a Ricardo Rojas en la formación de un Museo escolar, y en el
proyecto de la revista Estímulo y Defensa.

El 14 de enero de 1905 se le ofreció en Santiago un banquete en homenaje a País de


la selva. Este libro marca la orientación que Rojas tendrá sobre la historia y la cultura de
Santiago. Su mirada sobre la conquista se desprende de la entrada de Diego de Rojas,
epopeya que Rojas sigue desde su partida de Perú, y todas sus vicisitudes en el
Tucumán, los combates con los indios, los embates de la naturaleza, las luchas intestinas
entre los españoles, y la selva como escenario fundador de la historia santiagueña. Lo
destacable de esta crónica es la presencia del indio y sus jefes en una actitud de
resistencia a la invasión española. Tal era el ejército primitivo, con sus insignias, sus
armas, y sus tácticas, destacando que los mismos combatían y no se retiraban, hasta que
luego de tres días de lucha los españoles vencieron según Rojas. Geográficamente,
Rojas dividió a Santiago en dos regiones bien diferenciadas: el Salado, la región
terrífica, sitio de la barbarie; y el Dulce, lugar de la civilización, donde las poblaciones
tuvieron contacto con los incas y luego los españoles.

En 1911, en una conferencia sobre Sarmiento, destacó su obra fundadora de Colegios


Nacionales en el interior, subrayando que lo hizo en "casas que habían sido cárceles y
cabildos de caudillos locales, como aquella de Ibarra en Santiago", aplaudiendo la tarea
progresista que Sarmiento hizo con el fin de extirpar al bárbaro.
[Escriba texto]

En 1913, Gallo consideraba la zona de Santiago poblada de "lugares de historia y


leyenda"224 que se van perdiendo a medida que el progreso avanza por la antigua
ciudad de conquistadores. Gallo, como Rojas, considera la etapa de Ibarra y los
caudillos como un gran retroceso para Santiago; por ello describe positivamente la
modernización de la capital provincial. Además Gallo colaboró con la construcción
identitaria de los rasgos culturales de la provincia, colocando en primer lugar las "fiestas
religiosas, como obra civilizadora",225 ya sea las fiestas de San Francisco Solano o la
fiesta de San Esteban.

ALGUNAS NOTAS FINALES:

Este proceso que atraviesa el paso del siglo XIX al XX se ve marcado por la
fundación de las primeras sociedades culturales, los primeros grupos intelectuales, y los
primeros medios impulsados por estos (revistas). La movilización no hubiese sido
posible sin la intervención del Estado en este movimiento cultural, constituyéndose así
una alianza entre una fracción de intelectuales y el gobierno local, alianza que tuvo sus
frutos, ya que al iniciarse el siglo XX el terreno estaba preparado para las generaciones
venideras, pues algunas instituciones de cultura ya estaban sólidamente establecidas.

Podemos decir que este primer movimiento cultural permitió el desembarco a


nuestras tierras del positivismo y el modernismo, dos corrientes culturales de cambio de
siglo que lograron insertar a la provincia en el plano cultural nacional.

Las elites intelectuales, en nuestra provincia, direccionaron su gestión cultural en un


marco de "hegemonía gubernamental" que la oligarquía local puso en práctica para
ordenar un Estado en vías de formación. Hubo en esta generación una creencia sólida de
que iban a "transformar" todo el país, y esto se lo registró en los diversos proyectos
culturales locales que se analizaron en este trabajo. También se demostró que esta
formación intelectual no fue un bloque homogéneo, sino una diversidad de voces que,
ya sea desde el materialismo, la posición "espiritualista" o la modernista, debatían cuál
podía ser el mejor proyecto cultural nacional para el país.

Ante estos cambios en la provincia, ya hay una distancia entre un Pablo Lascano y
un Ricardo Rojas: en el primero hay "nostalgia de los tiempos viejos", en el segundo
hay optimismo en el progreso. Es preciso reconocer que, en el plano político, estas
formaciones intelectuales que provienen del liberalismo incluyen un debate en su seno,
que tiene que ver con el clima del centenario y que pone en jaque el proyecto nacional,
especialmente desde el ala conservadora del liberalismo, que comienza a cuestionar el
citado plan y sus efectos. Se siguió el derrotero del intelectual local y sus formas de
intervención, muy limitadas por cierto por la influencia de la política y el Estado en las
prácticas culturales, lo que debilita los intentos de "autonomía" de los intelectuales, pero
refuerza en los movimientos juveniles como el modernista un rechazo hacia la política y
hacia el estilo de vida burgués.
[Escriba texto]

CONCLUSION

Este trabajo nos permitió indagar más en la historia de nuestra provincia y conocer
más sobre los diferentes movimientos que existieron en Santiago del Estero.

Tanto socialistas, positivistas y modernistas marcaron la historia, trayendo nuevas


formas de pensar, queriendo así buscar el progreso y avance de la provincia. El avance
cultural se produjo con la llegada de estos movimientos y el cambio de pensamiento
político se hizo notar en los siglos XIX y XX.

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