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@ J IiLIO COTLE1~
peruano.
l. Las dos dimensiones
Parece ya un lugar común afirmar que estos regímenes no pueden dcfinirsc corno
simples paréntesis históricos, corno interrupciones temporales de una tradición
democrática (la que en algunos casos no siempre existió) o como expresiones
\ "necesarias" para la resolución de ciertos problemas de la sociedad, una vez
.i t resueltos los cuales se vuelve a la "normalidad". En efecto, ~s no se agotan
~ en una pura dimensión de reacció!2 y respuesta a una crisis políti<:a, sino que
11 son un intento de reor anizar la sociedad desde arriba en términos de, una res-
.tructuraci n capitalista interna y una reinserción en el sistema capitalista mun-
• Versión revisada de la presentación al Seminario "Hegemonía y alternativas políticas
en América Latina". El autor es profesor investigador del programa FLACSO de Santiago, Chile,
y este trabajo fue realizado durante su estadía en el Latin American Program del Wilson
Center, Washington, D. C., EU, como parte de un proyecto más amplio. El trabajo es de
responsabilidad exclusiva del autor y no compromete a las instituciones a las que este'!
vinculado.
1 Muchas de las ideas de la primera parte sobre la caracterización de los nuevos regímenes
autoritarios en América Latina (término puramente nominativo para referí rnos al tipo de
régimen militar del Cono Sur)' cuyo uso no implica una interpretación teórica) han sido
tomadas de mi trabajo "En torno a la discusión de los nuevos rcglmcnes autoritarios en
América Latina" (preparado para el Seminario "América Latina y su inserción en el sistema
internacional", patrocinado por FLACSO~CLACSO, Santiago. Chile, diciembre de, 1979, Y puhlicarlo
también como documento de trabajo por el Latín American Program del Wilsou Centcr,
¡, ¡ ¡ Washington, D. C., EU). Remitimos a él p~:-a un análisis más detallado y para las referencias
bibliográficas que aquí hemos omitido. El concepto hegemonla es usado en este tTab3jo de!Uro
de una cierta tradición que lo ve como la Glpac.idad de un sistema de dominaCión p:?~-
bleccr, m&s alii de la coerCión, una dlrección cllÍlural y un: rclatlYo COllSCnSQ. Con trahcgemon!a
* Estos problemas son reconocidos por Saruucl P. Huntington y Jo~m M. Nclson en "No easy
choice", Poíiíical jJarlicipalioll in deuclopmg counlrics, Harvard University Pl'CSS, 1976.
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3% i\·(ANUEL ANTONiO CARRETÓN M. PIlOIlLE.\·rAS DE HEGEMONÍA Y CONTRAHECEMONfA 335
<!i..!l. Cn) por decirlo así, ex resi6~ de una voluntad contrarrevolucionaria, p~ Entender estos regímenes como intentos de revoluciones capitalistas tardías
tambieñ" de una voluntad AundaclOna, aunque en los prImeros momentos de " -desde el estado, donde el ancien régime está representado por alguna variedad
Instauración no se tenga cabal conciencia y claridad de ello en todos los sectores del estado de compromiso y cuyo enemigo principal son las clases populares rela-
que constitu en el blo ue victorioso. tivamente organizadas, movilizadas y, en algunos casos, con cierto poder en el
<La dimensión defensiva de reacción ante una crisis se expresa sobre todo aparato del estado, tiene importantes consecuencias con relación al problema de
en la fase de instalación de estos re ímenés, donde se define un papel prepon- la hegemonía. .
erante e las fuerzas armadas en la dirección del estado. Ellas privilegian el
momento de la re resión ura utilizan como rinci io de le itimación las
necesí ades de:Ja guerra. La definición de país en estado de guerra y la profun- 2. Sobre la hegemonía
d~dad de la crisis política previa expresada en el grado de polarización y de
sentimiento de.amenaza al orden vigente por parte de los grupos dominantes y La estabili.dad del régimen dependerá, ~~ parte, de)a capa~idad que teng~ algú~:
~e vastos sectores de capas medias y sus r~spectivas organizaciones soci?le.s y polí- s~r o nucleo dentro del bloque domll1ante para constitUIrse como hegemónicQ
[ ncas proveen las bases para una aceptación en esos sectores de los drásticos pro- en el conjunto de éste. En el interior de un proyecto histórico de recomposición
cesos y mecanismos de represión contra los sectores populares. El ¡¡rado en que 'y reinserción capitalistas puede haber diversas direcciones posibles.s de modo que
la crisis polítiSél ue recede al golpe militar ' a la instalaciÓn del réimen la definición de tal dirección depende de la capacidad de algún núcleo de gene-
autontario ha a ectado el funCIOnamIento de la sociecla fijará ciertos márgenes ralizar sus intereses en el interior de la coalición victoriosa. En otras palabras;
para el proceso: de estabilización y recomposición capitalista, tanto en lo referente en estos regímenes hay un problema de hegemonía interna del blogue dominant~
a los plazos par~ su definición como en términos de su contenido y dirección pre- no necesariamente resuelto en el momento de la ruptura militar y de cuya rápida
cisas. En otras :palabras, el carácter y dimensión de la crisis precedente medidos y eficaz resolución depende en parte el éxito de la estabilidad del régimen. Esté
Por el nivel d('!orga~li.zaci6n y l~ovili~ación pOPUlar, .y de p~la,rización política punto obliga, al análisis a referirse a las características específicas de un déter-
l
f y por elgradode cnSIS de funcionamiento de la SOCIedad tienen efectos en el
1 modelo político y en el proyecto económico de restructuracióri capitalista, q L1e
desbordan la rase uramente r'eactiva.
minado bloque y a los mecanismos y procesos de compromisos, cooptaciones y
exclusiones, a través de los cuales se constituyen estos núcleos hegemónicos.
Pero no sólo ha un roblema de hegemonía interna en el blo ue dominante,
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nante. Hacia el. conjunto de la sociedad el principio de legitimidad que se es- hay también otros factores que deben considerarse. Algunos de ellos se, relacio-
grime enfatiza tanto los éxitos en la "reconstrucción" como, a diferencia de la nan directamente con el elemento fuerza o represión, c~mo el temor generalizado'
primera fase, alguna invocación a la soberanía popular prometiendo la ~1.- e ll1ternallZado que lleva a reconocer a los titulares del poder y obedecerles
ci6n, depurada de "vicios anteriores", de formas dernocrátícas.s
Ambas dimemiones, la reactiva y la fundacional, son complementarias y nJl
sin por ello ace,L?tarlos como legítimos. Pero también se da la penetración parcial
de un proyecto histórico, de transformaCIOnes estructurales que- significan el
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P~'¡d<n d"lig""o un, do otea. ,Si, bien se privilegian difO"nÓ,d,monto según el
momento porque atraviesa el reglmen, la pnmera en la fase 1l11Dal o de instala-
ción y la segunda en la fase de consolidación, elementos de ambas están presen-
tes en todas las fases. Por otro lado, no todos los regímenes autoritarios en Amé-
t
t a~venimiento sectonal
lo nuevo
heterogéneo de un orden que introduce una mezcla de
o vie' o desarticulan o al' anizaciones sociales modelos d re resen-
t:'!E.i.9n.Si se analizan diversas capas de la población, es posible encono: r adhesio-
nes y hegemonías parciales. Ciertos temas presentes en algunos sectores y latentes
rica del Sur enfatizan de igual modo las dos dimensiones, siendo el diverso peso en otros tienden a generalizarse y a penetrar el con junto de la sociedad y ad-
' otorgado a ellas uno de los criterios que permite su subclasificación.e
I
• Por ejemplo. lo que O'Donnell llamó "profundización" en "Reflexiones sobre las tendencias:
• Este punto ha sido más desarrollado en mi articulo "De la seguridad nacional a la nueva de cambio del estado burocrático-autoritario" (documento, Buenos Aires. CEDES, 1975), consti-
,,' insti tuciona lidad" (Foro Internacional, México. julio-septiembre de 1978). tuye, corno él mismo lo ha reconocido, una sola de las direcciones posibles. Véanse al respecto"
", ".: , , 3 Es posible pensar en el Brasil enfatiza ndo la segunda dimensión, en el Uruguay la primera los trabajos de Sena' 'y Hirschman en David Collier (cornp.j , The new atlt/¡oritarianism in
Y,en Chile ambas. ' Latin America, Princeton University Press, 1979.
33G l'v rANUEL ANTONIO CARRETÓN M. PROBLHIAS DE HEGEMONíA Y CONTRAHEGEMONíA
337
quirir formas de sentido común. L~s temas del orden, la eficiencia, la seguridad Esta preocupación por el modelo político revela los profundos problemas
y hasta el de la desconfianza de la política, son ejemplos de ello aun cuando que enfrentan estos regímenes y su incapacidad para transformar el uso per~na-
su grado de penetración en diversos sectores sociales sea muy desigual. A diferen- riente de la fuerza, el recurso a las olas represivas, la manipulación del temor,
cia de los fascismos europeos que buscaron la movilización de apoyos sectoriales [ los apoyos pasivos y las hegernoruas parciales en un proceso hegemónico gleba.
o parciales y su politización global, estos regímenes autoritario's buscan mantener lizante.
ano os pasivos la desmovilización general." Puesto que su punto de partida
fue una socwp¿sl·aHAlJlente .moví Iza a, pol.arizada y poli.tizada,;.~,~ tra~~~ más
bien de desartIcular y atomIzar la base social. Más que Integrar consensos o
-Ó> I Sin embargo, cam oca ueden inter retarse estos Jrocesos de l'esolución del
mode o po ItICO como expresión exclusiva de debilidad del bloque, dominante;
ElIos pueden darse también a partir de situaciones de éxito relativo en el afian-
apoyos en un modelo global de sociedad, se intenta encontrar en la atomización' I
zamiento d~l proyecto. d.e.recomp.osición y re~n.seI:ción, capitalistas, en momentos
la referencia a intereses particulares gue hagan aceptable la situación y riesgos a ten que no hay una crisis generalizada de legitimidad y como manera de evitar
o amen'\'l!ante la alternativa de cambio. No movilizan aEo}'os, p~ro buscanman-"-, más adelante salidas forzadas. Estaríamos aquí más cerca de, unpolo hegemónico.
tenerIos !ateI}tes, reforza~do, a través. d:l c~ntrol d.e los medios "de comunicació~ /
Y,en parte de los mecamsmos de socialización, l<l Idea de que las co.sas son aSI
al).ora" ue ha ue adá tarse a ellas y Jugar las nuevas re las del ue o. ~
es especialmente claro en los procesos e InstltUGona IZaG n a los que nos re-
G P~ocesos de institucionalización
feriremos más adelante. Se intenta provocar así un proceso que sin ser de iden-I \ Con relación a los procesos políticos de los regímenes parece conve-
tificación manifiesta con el régimen en sí, tiende a serIo con ciertos valores,' niente, en todo caso, introducir al unas distinciones ue ermltan clarificar el
normas y estructuras básicas de la sociedad. En el plano ideológico, el rnonolitis- feñóiñeno de las llamadas "aperturas" Así, puede ser útil distinguir procesos de
mo inicial de un doctrina de guerra cede paso a un núcleo crítico de la vieja instltUClOnahzacI6n y procesos de translfión, aun cuando sus respectivas díná-
sociedad con ciertos aspectos programáticos en torno al cual se agrupa unIietero- rriicas internas puedan conducir de unos a otros. Por institucionali·zación enten-
géneo conjunto de elementos que apelan a diversos intereses sectoriales. , ,demos los procesos por los cuales un determinado rélmen fr a' sus ·ro ias instan-
, Pero esta penetración arcial de un royecto reor anizador de la sociedad ,¡I•• ;;td'vt. c~ reg as y normas y ti en e a sel' . a ase que sigue _al período de ruptura cuyá
a trav's e as· trans ormaciones estructurales introducidas choca con su escasa .- extensión varía según los casos. Por tranSICIón entendemos Iosp¡-ocesos por loS'
~apacidad in.c1üslva. Incltlso. los mome~~os de los ~xitos relativos y de los "mila- .J..,.r.>.,.,¡-¡.N' cuales se va de un re im en autorita, rio determinado a un ré imen olítico dis-
gros económicos" en que se intenta legitimar el régimen por sus resultados ponen l'~ tirito, y, teoncamente, puede obe ecer a un proceso de ,descomp·osición y erosión
al descubierto-sus limitaciones, desequilibrios y contradicción con las expectati- , interna del régimen, a un triunfo de las fuerzas de oposición o a un proceso por
t
vas generadas; x' el cual el-bloque dominante ha consolidado de tal modo su dominación que
Así gueda siempre pendiente el problema de las relaciones más estables entre llama a los diversos sectores sociales a participar de un .nuevo orden político,
estado y sociedad civil, es decir el problema del régimen político. Se trata al pudiendo darse combinaciones entre estos-factores. En cuanto a los procesos de
parecer de intentos de revoluciones capitalistas tardías y desde el estado, G a la institucio . s;,ión, e~ posible distinguir, a su vez, al.menos ,dos grandes cate- .
búsqueda de un modelo político. El paso del tiempo, la pérdida de apoyos ini- g~rías. arimer'a refiere a procesos por los cuales' se pasa ,:'simplemente de una .:t.
ciales y las presiones de una sociedad ue tiende a reemer er des ués de la fase dictadura sm re las a una ue establece sus ro ias re las, manteniendo en lo
de Insta aCIón llevan a p antearse el problema del régimen político futuro y a eséricíal os rasgos del poder que se constituye en los momentos de la ruptura.
apelar retórica y programáticamente a alguna forma de democracia, a la que se La segunda refiere a rocesos or los cuales se funda un Té iÍnen olítÍco con.b
le adosan numerosos calificativos' que implican restricciones y postergaciones r~os que di Ieren del poder constituido en el momento de la ruptura pero que
en el tiempo. Desde el interior del bloque dominante surgen sectores que, preo- rp~ntiene la p.au.ta autoritaria. L~ diferencia entre las dos radica en que en el
cupados por la sucesión y la incertidumbre del futuro, buscan formas de "aper- .pnmer caso asistimos a una extensión autorregulada del "período de emergencia"
,
tura" política que preserven lo esencial del modelo de desarrollo; otros buscan convertIdo ahora en normalidad y en el segundo estamos en presencia de un
la institucionalización permanente de U11régimen mili tar; o.tros sueñan C011un , intento de c.rear un régimen que genera mecanismos de participación restringidos
1 orden, político conservador que se establezca como emanación
' maciones introducidas en la base de la sociedad.
de las transfor-
I y resuelve mternamente sus problemas de suceSIón sin abandonar sus ras[;Qs
~excluyentes y autoritarios. Ambos procesos de institucionalización
los de transición en que en los primeros estamos ante alguna forma de consoli-
difieren de
QEs. obvio qu~ no hay "neutralidad" de las ['uenas armadas y que' hay una relación indiso-
luble entre ruptura militar y proyecto de restructuración capitalista. Estamos solamente Gtstos parecen ser los límites del publicitado debate entre "aperturistas" o "blandos"
, señalando la ausencia de un proyecto coherente en las FFAA, que las ideologías de seguridad y "duros", donde los primeros buscarían alguna "apertura" que asegure a largo plazo la
~onal no podían sustituir. . mantención del modelo económico y los segundos buscarían reforzar el autoritarismo político,
(lY En este proceso de disciplina miento podemos citar la salida del ejército de la casi totalidad pero cnfa tizando los aspectos redistributivos en la econornia y el papel del estado. Ninguno
de los generales que dieron el golpe militar junto a Pinochet, las modificaciones en los de estos sectores tiene contactos estables hacia el centro político y ninguno puede prescindir,
mecanismos .de promoción de oficiales que retuerzan la dependencia del liderazgo personal. el I1 por falta de alternativa, del actual esquema político, por lo que ambas estrategias se mueven
papel de la DINA y luego la eNI, organismos de seguridad dependientes directamente de Pinoc~let, I necesariamente en el marco de aumentar su influencia en el liderazgo establecido.
en el control interno, cte. Recordemos, por otra parte, la derrota de todas las alternativas aa A los hitos de la finstitucionalización política indicados en la nota 8, habría que agregar
personales levantadas en estos años, como la de los generales Bon illa, Arclla no, Leigh. el proceso aún no totá'lmente definido para elaborar y aprobar una nueva constitución.
3-14 MANUEL ANTONIO CARRETÓN M. PROBLEMAS DE HECEl v tONfA y CONTRAHEGEl\IONÍA 345
3. Partidos políticos, movimiento social y problemas de corurahegemonia intereses podían competir por realizarse e intentar también universalizarse.
Cualesqmera que sean las razones sociohistóricas que le otorgaron ese papel al
Si observamos ahora la problemática de la oposición política al reglmen, en~1- sistema político-partidario, lo que no es el caso de todas las sociedades bajo
tramos otros elementos para explicar su relativa estabilidad. Nos concentraremos regímenes autoritarios, lo cierto es que cuando ello es así, la eliminación de la
sólo en un determinado. aspecto Indlcando algunos problemas que se plantean , al!na político-partidaria es la destrucción de un eje básico del mOVImiento EO-
a la formulación de una alternativa en el campo de la izquierda, especialmente, ~ l' 1 'pUlar y de sus núcleos mas s¡gmÍlcativos. En estos casos,es también mucho más
y las dificultades de ésta para convertirse en fuerza contrahegemónica. que una simple medida reactiva o defensivo-represiva: p'osee también una di- ',11
Cuando el discurso de los partidos políticos alude al carácter del régimen Tensión fundacional y de reorganización de la sociedad, ÍlO como paréntesis ni
pareciera existir una especie de esquizofrenia: se afirma en él el carácter inédito tampoco como simple restauración o reconstitución.
y contrario a la tradición social y democrática de las políticas que el régimen . ,Y ello porque si el r~gimen político, es decir el sistema de mediación y rela-
emprende, se reconoce que ellas se desarrollaron en contra de los '''grandes valo- Clan entre estado y SOCIedad, es el talón de Aquiles del autoritarismo actual en
res de la historia nacional", que "significan una reversión profunda" de la ex- América Latina, también es cierto que en el tipo de situaciones que nos interesa
periencia vivida hasta entonces en el país; pero la cultura, la estructura organi- -ahí donde el régimen político ha sido crucial en la constitución del moví-
zaciorial y la práctica política no parecen haber sido penetradas por la profun- mie~to social- la desarticulación del ré imen recedente es el princi al triunfo
didad de las transformaciones sociales, excepto en lo que se refiere a la elemental o éxIto clel mode o autoritario: obliga a reciclar, a re un ar el mmijmiento sociart·
diferencia entre la acción en un sistema político abierto y la acción clandestina y ello II1evItablemente exige un tiempo largo. La redefinición del campo de 1 ~
cuando la política y los partidos han sido oficialmente suprimidos o eliminados, pouyco excede con mucho los puros problemas de adecuación o adaptación a "
perseguidos y reprimidos. Ello queda de manifiesto al analizar las escasas varia- la situación político-represiva. §i la estructura social que estuvo en el origen de
ciones de los discursos partidarios respi:cto de los llamados de la primera' hora, 11 un determinado sistema político ha cambiado, arece inevitable el cambio en
ya sea, según las vertientes, a la "resistencia armada" o a la "recuperación demo- la estructura e actores po ltICOS.' .
crática". Del mismo modo, los nuevos programas políticos, si bien intentan Los procesos de institucionalización a nivel de la sociedad del proyecto de
corregir insuficiencias del pasado, hacen escasa referencia a qué cosas de la socie-I l~estructuración y reinserción capitalista generan, como hemos señalado, n~s
dad han cambiado, de tal modo que el conjunto del proyecto y la acción política espacios de constitución de mOVlImentos social~s que se agregan a los' espacios
deban ser modificados. El lenguaje busca más bien cierta adaptación táctica, pero que surgen de la cobertura gue presta la legitimidad y relativa inmunidad de
no parece creer realmente que las cosas han cambiado profundamente. Si ello organizaciones como la iglesia. Ambos ti os de espacio actÍlan como sustitutos
fuera así, probablemente las transformaciones en la cultura, estructura y práctica del ré unen estructura olítica en lo ue a constnuclOn e movnniento social
políticas irían mucho más allá de un mero ajuste de cuentas con los errores del s~e. Y en estos nuevos espacios, los artidos olíticos se mueven dificulto-
pasado)' de una modificación relativa del lenguaje, por importante que ello sea. samente: los c I ·os e acción social han cambiado sustancialmente.
Hay una tensión entre problemática y actores: si la problemática o el campo han , ~II1 em argo, pese a todo lo señalado hasta ahora, no deja de llamar la
cambiado sustancialmente, no parece ocurrir lo mismo con los actores. atención que en otras experiencias históricas también se recitaron las odas fúne-
Es probable ue esta distancia entre una estructura político-partidaria que / bres de los partidos políticos y éstos mostraron gozar de buena salud, y pese él.
permanece de algún modo congelada y las transformaciones que expenmen a a V años de autoritarismo y de penetración de éste en la sociedad, las lealtades po-
sociedad no tenga el, mismo significado en las diferentes situaciones donde im- líticas se mantuvieron en lo fundamental y los viejos símbolos no sepultados
peran regímenes autoritarios. Aquí la experiencia anterior al autoritarismo juega fueron capaces de convocar nuevamente a sectores sociales que se suponía radical-
un papel explicativo importante. El peso y la eficacia de la estructura partidaria mente modificados por las profundas transformaciones estructurales. Parece una
precedente parecen conspirar contra la renovación frente a una sociedad que se contradicción que pueda afirmarse a la vez, por un lado, la incongruencia entre
transforma. Pero más que el grado de estructuración de los actores políticos, una estructura política que permanece congelada y un movimiento social que se
parece fundamental el papel que jugó el sistema político partidario en la cons- recrea sobre nuevas bases y, por otro lado, la capacidad de esa estructura en el
titución del movimiento social. La eliminación o restricción de espacios públicos, ~ caso de reaperturas políticas de convocar y constituirse en interlocutores repre-
la persecución e intento de erradicación de la política no tienen el mismo efecto J sentativos. Es probable que ello se deba a lo poco que sabemos aún ~obre la
en todos los .casos de autoritarismo. Si bien tales medidas son consustanciales :1 1 relación -y sus mecanismos- entre cambio estructural y cambio en los niveles
este tipo de r.égimen, sus consecuencias no siempre son las mismas. ~l caso chi-
-leno corresponde a a uella situación ~ist~~ica en que la arefola 'político-part1dan~
-fue e pnnClpal mstrumento de constItUClOn y autorreconocnnlento de un movl-
1t::\' de conciencia y sistemas de representación.
E3, todo caso, y cualquiera que sea el resultado futuro, es posible afirmar. .[
que durante la vigencia del régimen autoritario, se da esto que hemos llamadO', ',/
rrpento ~ial; el lugar en el cual una clase, grupo Q. categoría social. se reconocía W proceso F de cOl:ver encia problemática entre estructuras olíticas movimienro"Y
a sí misma, más ue como un puro aare 'aclo relativamente homo éneo, como s~ .. l: ello tIene como .efecto gue los procesos de apertura tienden a ser nor- ,.
un movimiento perslgmen o intereses: la herramienta a través de la cual esos . malmente iniciados desde el régimen y 1i.t5 respuestas de la oposición son básicJ!;. ,. .
MANUEL ANTONlO CARRETÓN M. PROBLEMAS DE HtGF.MO~íA y CONTRAHECEMQNfA -:3<i:t .,'¿'
.' rri~nte adaptativas. Ex~mine~os brevemente algunos planos de esta convergencia \. En segundo lugar, está la cuestión de la transformación de lá estructura de
, 'pr6blemática en el caso de la izquieI:da chil.ena. ' _., clases ue tiende a surgir del nuevo modelo de desarrollo. De algún modo, -la
<En primer lugaj¡¡ está la cuestIón Ideol.ógwa .. Hace algunos an~s .af¡:·mabal~os estructura po Iiíco-partidaria es tributaria de la estructura de clases de una socie-
con relación al perfodb1970-1973 la-cexistencia de un vado teórico-ideológico dad, reflejando también su homogeneidad o heterogeneidad. El proyecto de
en la izquierda chilena,13 es decir la relativa incapacidad de construir una re- restructuración y reinserción capitalista vehiculizado 'por el régimen autoritario
flexión teórica adecuada a la naturaleza del proceso sociopolítico que se vivía tiende a heterogeneizar aun más la base social a través de la atomización de las
y el excesivo tributo que rendía a un patrimonio teórico-ideológico formulado formas prod~lctivas. La estructur~ político-partidaria
de clases SOCIalesque se ha modificado profundamente,
sigu~ apelando a un sistem~
lo que reduce su capaCl-
III "
en términos de leyes uili-vedales, del que se deducía de algún modo la partícula-
ridad social, oscureciendo su comprensión. Es posible que con relación a ese dad de representación de los nuevos intereses y demandas. :~
período, la autocrítica haya hecho grandes avances, pero ella se refiere sobre '-. En tercer lugar, está la cuestión de las formas O.Ig5lnizaciOliales )' la chfiGul-
todo a?Crrores de procedimiento y sólo tangencialmente aborda los elementos tad ue tienen las estructuras clandestinas de penetrar e irradiar 19s espacios ~
constitutivos del proyecto histórico y su formulación. En' todo caso, los nuevos t;~mto el proceso de instÍtuclOnalización SOCIa e Rroyecto lIStonco del autori-
temas que pone en el tapete el régimen vigente no encuentran sino una inserción tarismo como la oposición e instituciones como la iglesia crean. Esa forma (le'
retórica y parcial en las elaboraciones ideológicas. Señalemos solamente dos. Por e organización muestra su mayor virtud en la primera fase, la de implantación del
un lado, el impacto de las transformaciones en la estructura social tiende a ser régimen autoritario. Pero uno de sus efectos es que tiende a encerrarse en sí
abordado exclusivamente en términos denuncia ti vos, sin que se tome en conside- misma y, sobre todo, a enfatizar los aspectos de autoafirmación y de continuidad
ración cómo ellas modifican necesariamente los aspectos programáticos del dis- ideológica con el período anterior como medios de mantener la identidad y co- _
curso ideológico. La denuncia es necesaria, pero ella por sí sola no aporta al ter- herencia internas. La renovación ideológica que precisan los elementos insertáJG
...-v nativas de acción en las diversas esferas en que la sociedad cambia. El discurso en ~os nuevos espacios institucícnales tarda mucho en llegar a las esferas partí- ~
es así eminentemente politizado, pero con categorías que dan al lenguaje un darías, por lo que su capacidad de conducción se limita a los sectores más orgá-
carácter de dialecto para los ya iniciados. La dificultad de comprender los nue- nicamente vinculados al aparato, normalmente los sectores más conservadores y
vos procesos sociales, de descubrir las nuevas contradicciones, la ausencia de reacios a la recreación y relaboración teórico-ideológica. '
análisis de estos aspectos que no sean puramente referidos al nivel más general Muchos de los problemas aquí planteados para el movimiento de izquierda •.•
de la sociedad, la tendencia a insertar aspectos parciales de la nueva realidad, pueden ser también formulados para el centro político. Pero la rriayoriper misivi-
dentro de un campo ideológico ya constituido y difícilmente modificable, con- dad de la acción de este sector político centra sus problemas más en el erratismo
tribuyen necesariamente al aislamiento o "enghettamiento". No es sólo por la 11 de su estrategia de oposición 'que en los problemas de relación con el movimien-
represión que los temas del debate vienen del régimen del centro y de la iglesia to social. Entrampado en su alternativismo ideológico-político y en su dificultad
y rara vez de la izquierda. El otro tema con el cual la tradición ideoló ica de la e de establecer alianzas estables con la izquierda, se muestra incapaz de ofrecer una
i~ierda difícilmente se en.c~ent:a ,e~ el de la democracia: . e la ,señ~~ado en alternativa que vincule el momento actual con el régimen que se establezca una
otras ocasiones que su relación lustonca con esta problemática esta teñida por vez eliminado el régimen militar. Inconscientemente, su apuesta es a las evolu-
la ambigüedad.14 Por un lado, la permanencia del régimen democrático en el ciones internas del régimen: pero también sin una estrategia consistente de rela-
caso chileno no puede ser entendida sin el respaldo que le otorgaba la práctica ciones con los sectores más "blandos" o liberales, ya sea mili tares o~·civiles. Su es-
política de la izquierda; ella constituye uno de sus soportes fundamentales. Por fuerzo principal es tratar de convertir los procesos de institucionalización y relegi~
otro lado, la existencia de la democracia como un dato de la acción política tímación del régimen en dinámicas de apertura y redemocratización, sin ofrecer
implicó que ella no fuera objeto explícito de la elaboración teórico-ideológica, una alternativa al contenido material de la dominación autoritaria. Su estrategia
excepto en sus rasgos de insuficiencia, de entrabamiento, de obstáculo a l~ pr~- se transforma en adaptativa, sólo que con mayores posibilidades de hegemonía 11
funclización de las transformaciones. El énfasis del discurso se coloca en la insufi- ideológica. Su proyecto de recuperación democrática posautoritarismo se enfrenta
ciencia de la democracia formal, sin una tematización ue dé cuenta de la pro:ria a su incapacidad de ligarlo a una estrategia de eliminación.
práctIca po Itica. El ~errumbamIent? del régim~n democr~t,ico o r~ce a oportu- Así entre el erratismo del centro olítico el inmovilismo de la iz uierrla,
nidad para redescubnr la democracia, pero su lI1corpOraclOn al discurso queda a:nbos e e.masiado apegados a sus moldes ideológicos y a su ti po de acción polí-
entrampada en el seno de un campo teórico en el que ella aparece como un tIca propIa de una arena ue 'a desa areció, la recom osición de movimientos
objetivo táctico o como un recurso retórico. sopa es no encuentra catalizador en la esfera de las estructuras políticas.
Quizás si, como en otras experiencias históricas, al derrumbe del régimen
13 CfL "Continuidad y ruptura y vacío teórico ideológico: dos hipótesis sobre el proceso autoritario, estructura político-partidaria y movimiento social se rencuentren.
político chileno 1970-1973", Revista Mexicana de Sociología, núm. 4, 1977. . . Por el momento, los problemas señalados no permiten aún estructurar una alter-
H Cfr. "Democratización y otro desarrollo. El caso chileno" (Documento de trabajo, Santiago,
nativa a los procesos de institucionalización desencadenados desde el régimen,
Chile, VECTOR, 1978) . Véase también T. Moulet.to, "Democracia, socialismo .y proyecto nacional
que desarrollan sus propias contradicciones y conflictos internos.
l
popular", Futlll·a institucionalidad de la paz en Chile, Santiago, CISEG, sep tiernbre de 1977.