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Capítulo 5
Guillermo O'DonneIl ;
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luga¡; y debido a que cuando hablamos de política no lo hacemos El historiador Michael Mann expresa en una for~a coinci~ente esta
sobre un concepto estático, sino por el contrario dinámico y cuyas idea cuando sostiene que "la estructura de l.as s.oCled."~es viene ,cte:er-
transformaciones son posibles de observar históricamente, presenta- minada por las cuatro fuentes de poder SOCial: IdeologIca, econOIru~a, .
mos las coordenadas principales de la matriz social que se constituye militar y política".' Siguiendo este argumento y como ya hemos sena-
en los siglos XN y XV que posibilita el surgimiento de los estados lado en otro lugar, entendemos que la política se cons.tituye en un
nacionales y ppsteriormente posibilita la noción moderna de ciuda- espacio en el que se intersectan contradictoriamente raCimos de rela-
danía. A continuación, en forma secuencial, desarrollaremos los tres ciones sociales, mismo esp,¡¡cio al que convergen en forma desordena-
modelos de política: liberal, de masas, y de los públicos. En cada uno da las cuatro fuentes del poder socia!.'. .'
de ellos presentamos en forma centralla manera en que han ido evolu- En primer lugar, existe un conjunto de variables (o meJor'Farame-
cionando,o transformándose, las concepciones centrales respecto del tros) económico-estructurales que fij~n ~os limites de factibllid~d de
estado, la ciudadanía, y por supuesto la política rrusma. las acciones que pueden realizar los dlstmtos grupos en determmada
Finalmente, el último apartado se concel"\tra en la resignificación. coyuntura. Ampliamente entendidas como dotaciones de recursos y
de las cuestiones analizadas en clave latinoamericana a través funda- capacidades tecnológicas, constituyen el mundo donde un?S agentes
mentalmente de la problematización del surgimiento, desarrollo y cri- racionales hacen lo mejor que pueden: es el terreno habItual de la
sis de la matriz estado-céntrica. microeconomía. . . .,
.'
El poder económico esta vinculadO de esta forma a la distrl~uclOn4
de la dotación de recursos económicos que produce una socle~ad:
La política Así la idea de clase esta vinculada al lugar que se ocupa en tal dlstn-
buclón. Si bien es correcto sostener, como señala Mann, que esta~ cla-
Si se busca estudiar el proceso político es indispensable formular ses pueden al mismo tiempo dividirse en "actores mas pequenos y.
los mecanísmos en los cuales la acción se encuentra con sus límites.. seccionales". De esto se deduce que en muchos casos los conflictos
Esto es lo que s.e pretende mediante la construcción del concepto de
·1, que aparecen en las sociedades no neces.ariamente ,son en:.re cla~es
! . verticalmente posicionadas (tal como sug:¡ere la Teon,a Ma.rxl5tal sm.o
"matriz" que alude, precisamente, al conjunto de variables y restric- j
ciones que fijan los límites y probabilidades diferenciales para la rea- J que pueden, y de hecho la.mayor parte del tiempo aSl ha Sido, aSUffiIT
1¡ s
lización de los intereses o met'!s de los diversos grupos que interactúan características horizontales.
\
en un entorno social. '1
Así, en nuestro concepto la dinámica política no presenta infinitos , Mann, M.: Las fuentes del poder social JI, Madrid, Alianza Editorial, 1997, p. 15.
grados de libertad, es decir, no es un juego enteramente contingente Aba! Medina, J. M. Y Nejamkis, F.: "El Estado", en Pinto, Julio (comp.), Intro-
donde todos los deseníaces son igualmente factibles. Pero, a diferencia ducción ala Ciencia Política, Buenos Aires, Eudeba, 2003. .
de los enfoques mas tradicionales de las Ciencias Sociales, las restric- 4 Hemos preferido esta definición algo más parsimoniosa de lo q,1.le he?",os ~~noml
ciones y los grados de libertad san más especificados y las decisiones nado como "poder económico", en aras de preservar la conslste~cJa teoIl:él del
de los actores son traídas a un primerísimo plano. Esto es sUmamente argumento tal.como lo estamos presentando. Sín.ernbargo,5~mos bIen conscler:tes
de que "el modo habitual de plantear estas cue tion,es en la literat:t.u:a.de la cornen-
necesario para evitar la secular tendencia de elevar los antecedentes a 7
te principal de la sociología y la ciencia política, presenta él este mvel de modo
precedentes y las condiciones a causas dela acción política.! mucho más articulíldo y estructurado ("lógica de apropiClción de.l excedent? pro-
En la definición de la matriz política concurren diversos racimos de ductivo", "macroeconomía", etc.). Para los fines de nuestro trabaJO, tales artic:U~
relaciones sociales que tienen naturalezas y características peculiares. ux:
ciones y estructuraciones son un resultado probable más que supuesto essru.ru-
do casi como petición de prlncipio", Ver al respecto:, Abal Me~a~~.~, y 19les~as,
1 La matriz política viene a ocupar así, por analogía, el lugar del tableiO de un C: "Acción Estratégica y Comportamiento Colectivo: una reVlSlOn en Revlsfaf
t~ca de dIversas matnces de poder social" que explican la forma par- j nuevas condiciones precisaban de "administraciones mayores y mas
Ílcula: e~ que ocurren los sucesos históricos. De esta manera podemos .) centralizadas" que pudiesen gestionar ejércitos permanentes. Funda~
.,
prescmdlr ~e los análisis simplistas que pretenden explicar fenóme- i . mentalmente lo que aparece con fuerza son los gastos de guerra en
nos co~p~eJos como el estado o la ciudadania desde perspectivas j
.i tiempo de paz: Este elemento es empíricamente comprobable en la
reducclOmstas. El concepto de matriz, como opuesto id de sistema, estructura de gastos del estado. Así, durante los últimos cinco años
pret7n~e ;:e:alta: ,~ue no existe en las sociedades ni una lógica funcio- del reinado de Isabel II de Inglaterra (1598 a 1603) los gastos militares
nal o dialectica ru una estructura, quedetenninen en última instancia ascendían al 75% del tata!."
, Ibid, pp. 23-26.
10 Utilizamos explic:itamerlte el concepto de actor en lugar del de agente debido a
, Abal Medina, J. M. Y Nejamkis, F.: op. cit.
que este último denota falta de autonomía en tanto su poder proviene de otro
Mann, M.: op. cit., pp. 23-26.
o de una estructura.
9 Abal Medina, J. M. Y Iglesias, c.: op. cit.
11 Mann, M.: Las juentes del poder social 1, Madrid, Alianza Editorial, 1991, c. XIV.
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Durante el siglo XVII estas funciones del estado continuaron en Es en este marco, que la concepción de ciu~adanía ~ufre un~ trans-
proceso de ampliación. Así, él mismo comenzó a intervenir en cuestio- formación decisiva. Como señala Arendt,16la Idea de c!U~~dama de la
nes ajenas a la guerra o la coordinación como ya hemos señalado en '; . Grecia clásica es sustancialmente diferente a I~ cOnC~?ClOn mo~er.na
párrafo anterior. ¿A que nos referimos? Conla aparición de instancias del término donde las diferentes formas de articulaclOn en lo publico
como lps parlamentos, los estados comenzaron a legislar sobre cues- y. lo privad~ aparecen coma el elemento di~~tivo.J' Al r~;;pecto, eS
tiones relativas a "regular los salarios y las condiciones de empleo, interesante señalar que la idea antigua renutia a una nOClOn rr;ucho
controlar la movilidad de los trabajadores y proporcionar comida a mas íntima del concepto. S~ era ciudadano en tanto sepertenecI~ a la
los pobres en épocas de hambruna"." Sin dudas, comenzaba a deli- comunidad o polis, en la que'se constituía enel elemento cru,:,alla
nearse la faceta capitalista del estado moderno. búsqueda de un bien común cuya definición era anterior a la eXIsten-
Por otro lado, el clima intelectual e ideológico de la época fue un cia de los individuos.". . .
factor influyente en el proceso de ruptura con el viejo orden. Así, por . La noción moderna del termino es radicalmente distinta en tant~ ~e
ejemplo, Nicolás Maquiavelo, comienza a constituir una visión autó-· ~ deja deladola idea de intimidad y Ip que aparece con fuerza es lanoCIon
noma de la política, separada de lo moral pero fundamentalmente de ~ de derechos. Así, arribamos a la declaración universal de los derech?s. del
lo religioso. Luego, el nacimiento del contractualismo constituye una ,,j hombre de 1948, mediante la cual se englobaron los derechos Civiles,
ruptura respecto del orden imperaIfte en lo que hace a la idea del j, políticos y sociales bajo el concepto de derechos humanos: Sm embargo,
hombre, sus derechos, la soberanía y el estado: centralmente significa ) para llegar a esta noción propia del sigl~ XX, '/ mas p~ecI~am~nte de la
la caída de un orden religioso que tiende a ser reemplazado por uno 1 segunda mitad de este, es preciso hacer hincaple enlo.sIgtlfente.. los dere-
secular. Como señala Carda Raggio, la revolución científica moderna chos vínculados a la idea de ciudadanía que en s,us diferen:es tipo.s apa-
"indica la terminación de un mundo y el inicio de una nueva recen con fuerza enla modernidad han sido, y aunhoyl0 siguen Siendo,
cosmovisión",13 . producto de profundas luchas" que según las perspectiva que estamos
Confluyeron asílos procesos de: aparición de una clase capitalista; desarrollando, se insertan en la matriz político-~~~im?erante.. Por o~o
de centralización, concentración y ampliación de las funciones de los lado, y siguiendo el clásico trabajo de Mars~all,. e~ el Il11smo qUIen sena-
estados; la revolución científica; y la aparición de los estados del no- la la tarea de buscar las cristalizaciones InStituCIonales en las que se
21
roeste europeo (aquellos que estaban fuera de la influencia geopolítica plasman y sobre las que se sostienen dichos derechos.
del papado), que en su mayoría adoptaron la religión protestante." .
Estos elementos significaron el desplazamiento del cristianismo y la
constitución de un precario equilibrio entre las incipientes naciones 16 Arendt, H.: "La esfera pública y la privada", enLa Condición Humana, Barcelo- .
estado europeas. Primariamente la paz de Augsburgo en 1555, que na, Paidós, 1993. .
17 Corresponde señalar que esta concepción de Arendt responde a una mIrada
estableció que los súbditos habrían de seguir la religión de sus prínci- idealizada de la política clá~ica. Para una crític~ de di~~ ,.visión del mundo
pes, y luego efectivamente, la Paz de Wesfalia en 1648, permitió la griego ver el artículo de Martín Unzué en esta mlsma edlClOn. .
ínstitucionalización de un sistema interestatal al mismo tiempo que la Sabine, G.: "La-Ciudad Estado", en Historia de la Teoría Política, Buenos~rres,
introducción en forma clara de la idea de fronteras nacionales así ) " F.C.E., 1992. d I d eh
como la "observancias de éstas".15 '\ Bresser Pereira, L. c.: "CiudadaIÚa y Res publica: la aparición e os ere . os
" republicanos", en Revista Instituciones y D~sarrollo~~o 8 ~N~?: p~: ~~~~ ~~~~
Intemacwl ne Gobemabilitat de Catalunya, 2001.
12 Ibid, p. 649. 20 Marshall, T. H.: Class citizenship and social development, Garden City Doubleday,
13 García Raggio, A. M.: Úl dinámica de los derec}¡os en el pensamiento político moder- 1964. .
no, Eudeba, Buenos Aires, 1998, p. 11. Zl Arrespecto es justo señalar que,si bien desde una mirada .d~er:nte,Arendt'no
14 Mann, M.: Las fuentes del poder social 1, op. cit., c. XIV. es afecta a concebir la idea de ciudadanía como una condlclon inherente al ser
15 ~ilas, C.: El estado en la globalización, México, Centro de InYestig~ciones humano tal cual tiende la modernidad a entenderla. Por el contrario, su ~álisis
plante la necesidad de vincular el ejercicio de derechos con la pertenenCIa a una ;'.
mterdisciplinarias en Ciencias y Hwnanidades, 2000, p. 13. '
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1181 JUANMANUELABALMEDINA(H)-FACUNOOPATRlCIONEJAMKlS
CAPITUL05: MODELOS DE POLITICA: UNA MIRADA DESDE EL EsrA~ y". 1 119
CO!U0 ya hemos señalado, la modernidad significó un cambio radi- La hipótesis de trabajo que presentamos es que si bien en el plano
cal en la noción respecto del hombre y sus derechos. Así, un orden que de las ideas la ciudadanía aparece vincuiada a la noción de derechos,
estaba sustanciado en la divinidad comienza a constituirse en un y estos vinculados a la propia condición humana, en realidad los
orden producido por y para los hombres tal cual muestra el mismos se asentaron desde el inicio de la modernidad en la constitu-'
contractualismo en sus distintas acepciones. En este sentido se expre- 'ción de los estados nacionales, respaldados en distintas
sa Emi]iózzi en esta misma edición al señalar "el nacimiento del suje- cristalizaciones institucionales de este. Al mismo tiempo, los modos
to, el individuo dotado de una libertad subjetiva que rechaza cual- de articulación y constitución de la política en las diferentes etapas
quier obediencia o creencia ciega o incondicionada como en el medio- históricas también muestran la posibilidad de diferentes modelos es-
evo lo era la autoridad eclesiástica o la delmonarca, cuyo poder deri- . tatales así corno avances y retrocesos en los derechos ciudadanos.
vaba del poder divino". Sin embargo es necesario destacar la caracte- . Serán las características de la matriz político-social, en última instan~
rística excluyente que caracterizaban a estos primeros estados nacio- cia, las que posibilitarán o restringirán el desarrollo de determinados
nales, en tanto se constituyen como comurúdades políticas que invo- procesos políticos y sus consiguientes resuitados. Es en esta clave que
lucran fundamentalmente a los sectores dominantes." en el apartado siguiente presentaremos lo que hemos denominado
Sin embargo, y mas allá de esta situación inicial, podemos sostener modelos de política.
que ya estaban trazadas las características centrales de la nueva ma-
triz. En esta, el poder político asumió la forma, con ciertas variaciones, ¡;
;
A) Modelo liberal
.¡
conocida por todos: concentración del poder militar mediante la insti- .¡
tución de ejércitos permanentes; y centralización territ@riala partir de El primer momento de desarrollo de la política moderna, que pode-
la dominación ejercida por un aparato burocrático que garantiza un mos llamar "modelo político liberal", combinaba como ya hemos se-
orden legal mediante la amenaza de la fuerza física en última ratio. 23 .ñalado un modelo estatal de competencias reducidas, una sociedad
El poder económico, en tanto, se expresó en la diseminación de las . que se modernizaba con el crecimiento de las relaciones sociales capi- 'ji.
relaciones capitalistas de producción a través fundamentalmente de talistas yun régimen político en transición fuertemente asociado a las
la institucionalización de la propiedad privada. Garantizando el es- instituciones parlamentarias.
t~dQ ~a fuerte expansión de las relaciones de intercambio, primero a En las sociedades del siglo dieciocho el capitalismo empieza a or-
ruvel IDterno y luego a nivel internacional. Asimismo la ideología do- ganizar la vida social, desmantelando el orden tradicional, reforzan-
minante hizo centro en el individuo y sus libertades, expresadas en el do los procesos de desvinculación del ser humano que se vuelve "in-
liberalismo como corriente hegemónica. dividuo", miembro de una "sociedad civil que se expandió a lo largo
En este se~tido, y mas allá de las cualidades excluyentes de la pri- y ancho de la civilización europea durante el siglo XVIII" ,24 Durante
~era etap.a que caracterizaron a los estados y sus comurúdades polí- estos años ocurre un proceso de construcción paralelo, pero caótico,
~Icas, c0n:'enza desde este punto un proceso de transformaciones que del estado y el régimen político, con una lenta pero progresiva amplia-
Impactaran fuertemente en las formas que asumirán los estados y las ción del scope 01sovereig1l/¡) de las nacientes naciones-estado que acom-
carncterísticas que la ciudadanía\irá adquiriendo. paí'ia la expansión'de las relaciones sociales capitalistas.
I . El crecimiento de los estados ocurre básicamente en su carácter
militar, en un contexto internacional caracterizado por grandes gue-
comunidad política que los garantiCe, Ver: Garcia Ragio, A. M.: "De la acción rras, que conducían las grandes potencias buscando construir un sis-
polítjca ~Ia política del terror: Hannah Arendty los orígenes del totalitarismo",
tema capitalista mundial, a la medida de sus necesidades yexpectati-
en Gama Raggio, A. M. (comp.) Del Poder del discurso al discurso del poder
Bueros Aires, Eudeba~ 2001. ' vas. El comparativamente escaso desarrollo de los aparatos estatales
22 Chartier, R: uEspacio público y·opinión pública" en Espacio público crfiica
l
120 I JUAN MANUELABALMEDINA (H) -FACUNDO PATJ¡JCIONEJAMI<JS CAPITULO 5: MODELOS DE POLíTICA: UNA MIRADA DESDE EL ESTADO Y...
. ,
\121
los llevaba a desarrollar sólo dos tipos de política económica: ellaissez- pero también en forma incipiente en cuanto a las Iib:~tades vinculadas
¡aire y un proteccionismo moderado de mercados nacionales que al- a lo que será el posterior ejercicio de los derechos políticos, tales como la
canzaban, poco a poco, el tamaño de sus estados nación. libertad de eXpresión. Los derechos civiles significaron así una con-
En términos de régimen político las naciones más avanZadas de la quista frente a un estado "caracterizado po~ ser o?re~fvo'y désp~ta?9.
época estaban empezando a transitar el camino hacia la democracia. En este sentido se desarrollaron una sene de mstituClones publico
Primero, en la dimensión del debate público con la apertura gradual estatales tendientes a afirmar estos derechos, como las cortes de justi-
de la discusión'5 y, dicho con los conceptos de Dahl," con la transi- cia. Como señala Soja, " ... ellogro de los derechos de ciudadanía Civil
ción desde hegemonías cerradas hacia hegemonías competitivas. Gra- tiene mucho que ver con la consolidación de formas de administra-
dualmente los regúnenes políticos comienzan a abrirse con el paulatino ción de justicia y defensa que sean accesibles paratodos ..." .30 La Situa-
pero persistente crecimiento de los cuerpos electorales. Es en esteproce- ción difiere en esta etapa si observamos lo que ocurre con los derechos
so de transición donde surgen los primeros partidos políticos, en el políticos. Lo que podemos señalar es que e~tos aún se ~n?~entran
sentido moderno. Así, el primer grupo político que puede ser definido restringidos a un elite cuyo nivel de rentas aSl como la pOSIbilidad de
claramente como tal es el Partido Conservador británico, que nace como leer y escribir le permiten acceder a las discusión sobre los asuntos
consecuencia de los cambios introducidos por la Reform Act de 1832. ,públicos. Retomando nuevamente a Soja, "Eran menos un derecho y
El desarrollo de los partidos está esl¡:echamenteligado a las elecciones mas una capacidad de ciertos titulares de derechos civiles" .31
con un cuerpo electoral amplio, "el partido nace cuando se articttla una Sin embargo, la finalización de este periodo va a estar signad~ por
relación permanente entre organizaciones electorales de basey sus repre- las primeras luchas por la inclusión política expresadas en los pnme-
sentantes en las cámaras parlamentarias"," constituyendo una realidad ros movimientos que reclaman la expansión universal del derecho al
nueva, distinta de las vagas asociaciones temporales de las cámaras y de sufragió y a la participación, frente a un estado, que en esta etapa,
las organizaciones discretas (como las logias masónicas). La primera podemos caracterizar como "oligárquico"." '-
forma organizativ:~ que adoptaron los partidos estaba relacionada con '1:,
su ámbito de desajrollo, los parlamentos de fin del siglo dieciocho y prin- B) Modelo de masas
.'
cipios del diecinueve. Én su trabajo sobre la representación política,
~
Manin," caracteriza la representación en las democracias parlamenta- 'j
La etapa anterior estuvo acompañ~da por fuertes trans:?rmac~~ ,,
rias como una relación muy directa, posible básicamente por el reducido 1 nes sociales que rápidamente fueron unpactando en la aCClOn políti-
e'
cuerpo electoral, esto, sumado al carácter del sistema electoral uninominaJ l ca. Se constituye un nuevo modelo de política, que podemos llamar
en el cual el candidato se presentaba solo frente a sus rivales, originaba 1 "de masas", que es en varios sentidos la contracara del liberal; esta-
una relación individual entre elrepresentante y sus electores fuertemente 1 dos amplios que reguian lo económico, sociedades que generan fuer-
marcada aún por los signos del mUndo aristocrático. 1] , tes identidades colectivas y regímenes políticos (llamados democra- ,
En términos de la ciudadanía podemos señalar que esta etapa se cias de partidos);" que se legitiman en la idea de la representación
caracteriza por una fuerte expansión de los derechos civiles entendidos política de los intereses sociales.
1 ¡
en términos negativos frente a la posibilidad de intromisión del estado j
en las potencialidades para el desarrollo individual y de los mercados, I
1 19 Bresser Pereira~ L. C., op. cit., p. 5.
se diferencian de ellos en relación a los mismos criterios. Así, los ¡ mano de Biskmarc en Alemania, la aparición de una inmensa cantidad
partidos estructuran el campo político, representando en él a los ~ de instituciones estatales ocupadas en la tarea de generar mejores con-
actores sociales. "La representación -nos dice Bernard Manin- lle-
gaba a ser sobre todo el reflejo de la estructura social, (... ) En otras
palabras, lo que se expresa aquí mediante la elección, es una esci-
l
J
diciones de vida (o bienestar) fue en gran medida producto de la pre-
sión de los nuevos sectores que ingresaban a la política generaban a
mediados del siglo XX. La combinación de esta presión con la aparición
sión entre fuerzas sociales en conflicto entre sí"." 1, del paradigma keynesiano posibilitó un cada vez mayor despliegue de
En este sentido la representación política adquiere la significa- las·actividades de regulación por parte del estad.o así como una expan-
ción de una "puesta en escena" del conflicto social, en el escenario si9.n significativa en calidad y cantidad de sus políticas de bienestar.
político el actor representativo "encarna" los intereses de los acto- 1
,
I
¡ 43 El modelo representativo que presentan estos partidos p":1ede entenderse como
un caso de homología estructural entre dos juegos autónomos, el juego político
l
41 El mejor ejemplo nos lo proporciona la transformación organizativa del Partido
Conservador Británico en los años de entre guerras, con el fortalecimiento de la
¡
I
y el juego social. En cada espacio de juego se juega un juego distinto, con sus
propias reglas, lógica y jugadores, quienes tienen sus propios intereses. Ver:
Bourdieu, P.: "La delegación y el fetichismo politica", en Cosas dichas, BarcelD~
Central Office y los nueyos sistemas centralizados de infonnación y propaganda. 1 na, Gedisa, 1993.
42 Marinin, B.: "Metamorfosis de la representación", en Dos Santos, M.; ¿Qué ,1 .:.: Lipset, S. M.: "Radicalism cE Reformism: The Sources ofWorking Class Politics"I
queda de la representación?, Caracas, Nueva Sociedad, 1992, p. 23. en American Political Science Review, v. 77, Washington De, 1983, p. 234.
- ~;..::.:.
¡
i
~
1 . . Caemos nuevamente en la tentación de señalar que los derechos autorreferencialidad creciente. El modelo partidario que se inscri-
cIUdadanos son un producto de la historia y que su aparición adquie- be en este entorno es el llamado profesional electoral.
1 re sentido en el marco de intensas luchas, lo cual debe alertar al mismo
I
j Las transformaciones que se experimentan en la'política desde los
l~ tiempo sobre las posibilidades de observar avances y retrocesos."
I
años setenta están claramente ligadas a los cambios en el rol de los
1 En este sentido, se complementa la tríada planteada por Marshall" estados. Producto de la decadencia del modelo anterior los estados
¡, respecto de la ciudadanía en sentido amplio como resultado de un 1
¡ han ido disminuyendo sus competencias y, en cierto sentido, separán-
proceso evolutivo y acumulativo en el que se conjugan derechos civi- dose de la esfera económica impulsados por la crisis fiscal, el déficit
i les, políticos y sociales. p ,
1, presupuestario y los requerimientos de competitividad de una econo-
El modelo de política de masas, que combinó alto~niveles de creci- mia globalizada.
miento económico con un estado que cumplía ampli~s funciones en la ¡ Tal como señalamos, el'modelo partidario burocrático de masas se
regulación de las relaciones económicas y sociales, trajo a la discu- . había desarrollado, en gran parte, respondiendo al Estado
sión la vinculación entre el rol del estado y el ejercicio efectivo de los Intervencionista, la transformación de éste debe, por lo tanto, llevar a
~erechos ciudadanos. El planteo consiste básicamente en la imposibi- cambios en aquel modelo. En un contexto social menos "estado-cén-
,¡
lidad de pensar la ciudadania en relación a un solo de los componen- trico")' las organizaciones partidarias se volverán más limitadas y,
tes de la,tríada. De esta forma, si bi~n es posible observar la aparición I en cierto sentido, menos representativas.'"
de los derechos civiles, políticos y sociales en diferentes etapas histó-
ricas, su posterior consolidación, al menos en el plano de las ideas
obligan al ejercicio de pensar a cada uno de' estos como condició~
I El partido va perdiendo sus referentes sociales, su grupo de referencia
anterior (la clase obrera, los católicos o los francoparlantes) 'al no poder
garantizarles politicas públicas especificas atractivas, por io que se ve
necesaria, mas no suficiente, frente a la ausencia de cualquiera de 1 obligado a buscar apoyos de todo el mundo. "Los eléctorados de todo el
ellos en forma indistinta. ¡
j
mundo, señala Upset" (1995), se han vuelto mucho más volátiles, menos
leales hacia partidos individuales y más propensos 'al cambio" ..
C) Modelo de los Públicos
¡ Los elementos que Otto Kirchheimer'° certeramente identificaba en
el ea/eh all party, se acentÚan hasta constituir un nuevo modelo de
El tercer modelo de la política moelerna, al que proponemos lla- 1 partido el "profesional electoral"" y representan la necesaria adaptac
,, .
mar ~e los públicos, hace referencia a las formas políticas del final ción partidaria en un mundo donde la política pierde- su anterior .
del sI~lo XX y principi~~ del siglo XXI. Estados que han tenido que centralidad. Para ello deberá" desideologizarse", asumiendo como
red~cIrse frente a la CrISIS de sus aparatos sociales y económicos, y propias todas las miradas posibles, flexibilizar sus programas y es- .
socIedades cada vez más individualizadas y heterogéneas en las tandarizar su imagen.
que se constituyen ~iversos y efímeros "públicos", llevan a un
descentramiento de la política, que cede lugar frente a las relacio- ,
nes mercantiles. El régimen político pierde gran parte de su carác- ¡ " Cavarozzi, M.: El capitalismo político tardío y SIl crisis en América Latina, Rosario,
tef integrativo y representativo, primando una lógica de ¡ :~8
Horno Sapiens, 1996.
,1 Incluso, algunos autores sostienen que "los partidos políticos experimentan
1, hoy una declinación continua en casi todo ei mundo'.', en Przeworski, A. et al.,
"45 Como afinna Sojo, ~poyándoseenJelin, "na se trata de la afirmación ahistórica !
Democracia Sustentable, Buenos Aires, Paidós, 1998, p. 86.
49
de un conjlUlto de prácticas que definen la condición de ciudadanía sino mas Lipset, S. M.: "Malaise and Resiliency in AmericaN, en Journal ofDemocracy,
bien de ámbito relacional que alude a una práctica conflictiva vU-;culada éll 6.3, 1995.
poder, qu,; relleja a las luchas acerca de quienes podrán decir qué, al definir
c~ales seran los problemas comunes y como serán abordados " (Sojo, c.: ap.
" Kirehhcirner, O.: "TheTransformation ofWe,tern European Politieal Parties",
en LaPalombara,j. y Weiner, M. (ods.), Politiea/ Porties alld Poliliea/ Deva/apment,
CIt., p. 26). Princeton, Princeton University Press~ 1996.
46 ·Marshall, T. H.: op. cit. 51
Panebianco, A.: Modelos de partido, Madrid, Alianza Universidad, 1990, p. 492.
~
' ...,.,.".:..,."- •..'.,, ....'., .-
128 I JUAN MANUELABAL MEDINA (H) - FACUNDOPArRICIO NE)AMKlS CAPlruL05:MoDELOSDEPoLÍnCA: UNA MIRADA DESDE EL ESTAOO Y... I 129
En las sociedades posteriores a la crisis del Estado Intervencionista de comunicación. Si bien la gran mayoría de los analistas reconocen
es el entorno -en términos de Panebianco"- el que se desentiende de su importancia son muy pocos los trabajos que abordan científica-
sus partidos políticos; éstos ya no podrán pretender un nivel de partici- mente su impacto sobre la política.
pación capaz de mantener sus viejas estructuras (afiliados, locales, es- Dejando de lado las fantasías optimistas de algunos pseudo inte"
cuelas de formación, peJ;iódicos, etcétera) y todos sus esfuerzos consis- lectuales que ven en la democracia contemporánea la quintaesencia
tirán en garantizar ese grado mínimo de participación que es el voto. de la democracia-por entender a la opinión pública como el sustituto
En este sentido resulta interesante notar como algunas de las nue- moderno del pueblo, ahora capaz de hablar por sí mismo y expresarse
vas características de los partidos políticos presentan grandes seme- a través de los sondeos de opinión cotidianos,54 la mayoría de los
janzas con los partidos del siglo pasado, que correspondían al mode- estudios sobre el tema sostienen opiniones que van desde un modera-
lo político "liberal". Hablar de partidos esencialmente preocupados do optimismoss hasta un fuerte pesimismo.56 Lo que todos ellos desta-
por las elecciones, que presentan cierta vaguedad ideológica, con es- can es que el impacto de los medios masivos está transformando radi-
tructuras organizativas escasamente desarrolladas, es hablar tanto calmente la política.
de los partidos del siglo diecinueve como de muchos partidos de la Sartari" sostiene que la "política video-plasmada" es el peor terre-
actualidad. no para los sueños o las aspiraciones novedosas ya que por definición
Desde nuestro punto de vista, la transformación del estado es una la opinión pública excluye todo lo que se sale de la media y constituye,
de las causas principales de esta mutación de los partidos; a ella debe- tomo señalaba Tocqueville,58 una especie de presión inmensa de la
mos sumar, al menos, dos fenómenos más que operan en el mismo mentalidad de todos sobre la inteligencia de cada cual creando un
sentido: la creciente diferenciación social y el impacto político de los consenso omnipresente y casi tiránico. La política de los mass medía
medios masivos de comunicacióh. 'sería, para el autor, el reino de la mediocridad.
Las sociedades actuales, llamadas posindustriales, parecen estar, Para Manin" lo que él denomina "democracia de la audiencia" se
en cierto sentido, mucho más desestructuradas que lo que aparecían caracterizaría por la' emergencia de un nuevo protagonista de la dis-
décadas atrás. Básicamente los intereses sociales se reformulan en cusión pública, el elector flotante, y por un nuevo foro, los medios de
una clave cada vez más individualizada, perdiendo relevancia los comunicación, presentando muchas similitudes con el modelo demo-
grandes grupos colectivos tfpicos de la sociedad industrial y dando crático de las democracias liberales del siglo pasado. '
lugar al surgimiento de identidades colectivas flexibles, "públicos" Entre ambas visiones, Upset'" sei'iala que existe "un fuerte deterioro
tan cambiantes como contingentes, que expresan relaciones de un tipo de las más grandes instituciones democráticas", los partidos políticos
más voluntario CJ,flé orgánico y que, por 10 tanto, son más variables. especialmente. Según él los políticos no se equivocan cuando "tienden
Este fenómeno afecta a los partidos políticos reforzando lo ante-
riormente expuesto; cada día les es más difícil implementar políticas
que se dirijan a un grupo social en especial, ya sea en la forma de ,. Toffler,A. y Toffler, H.: Creating a New Civilization. The Polilícs ollhe Third Wave,
propuestas electorales o de decisiones de gobierno. Atlanla, Tumer Publishing, 1995.
La diferenciación social yel consiguiente crecimiento de la llama- 55 Marun, B.: "The principIes of representative governrnent" IOP' cit,
da "sociedad civil" es un tema muy bien estudiado por la disciplina;" 56 Sartori, G.: Hamo Videl1s, Roma-Bari, Gius Laterza & Figli Spa, 1997.
61 Lipovetsky, G.: La era del vacío: ensayos sobre el individualismo contemporáneo;· 63 Ibid, p. 7.
Barcelona, Anagrama, 1988. 64 !bid, pp. 13-14.
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de clase ... y el reformismo constituyó naturalmente el vehículo para ricano cabe la posibilidad de agregarle la categoría de oligárquico.
ello"69 en su libro claramente titulado PoliticsAgainstMarkels. Así podemos observar que mientras los derechos civiles se expan-
Aceptando esta ampliación del concepto podemos pasar a anali- dían en forma importante, el espacio para la política quedo reservado
zar cuándo y cómo se construye la MEC en América Latina y que para aquelJo~ grupos de poder económicos vinculados estrechamen-
espedficidades la caracterizan frente a las formas que adoptó en las te al aparato estatal. Si bien los derechos políticos7' se encontraban
democracias noratlánticas, y como se expresan entonces las posibili-
dades para el desarrollo de la ciudadanía.
'JO En el sentido que las fuentes de poder político y económico se entralazan
Una particularidad importante puede encontrarse en el punto de positivamente sin que una tenga un claro predominio sobre la otra. De esta
origen, así las naciones noratlánticas se caracterizaron durante la forma ni el estado, ni la sociedad ni los mercndos ocupan la centralidad de los
procesos sociales en forma unitaria.
71 Halperín Donghi, T.: Historin contemporánea de América Latina,México,Alianza
65 MarshaI1, T. H.: op. cit. Editorial, 1987.
66 EVANS, P.: "El estado como problema y como'solución", en Desarrollo Económico, 'J2 Cavarozzi, M.: op. cit., p. 22.
N° 140, vol. 35, Buenos Aires, 1996. 73 Como ya hemos señalado en el primer apartado, el poder político en elrnundo
6'J Cavarozzi, M.: op. cito, p. 132. j , ..- moderno engloba el poder militar.
68 EsplNG-ANDERSEN, G.: Po[itics Agizinst Markets, Princeton,Princeton University
'J4 En este caso nos estamos refieriendo exclusivamente al sufragio universal
Press, 1988. \ masculino, contemplado por ejemplo en la constitución de 1853 de la Repúbli-
69 Jpid, pp. 37-38.
ca Argentina. ·
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134 I JUAN MANUELAsAL MEDINA (H) - FACUNDO PATRlCIO NEjAMKlS CAPITULO S: MODELOS DE POLfrrCA: UNA MIRADA DESDE EL ESTADO Y... 1 135
sancionados legalmente, su ejercicio efectivo estaba impedido por una produce la salida de los regímenes ~Ii.gár~~iccis ~ l.a conco~tru;,t;,con-
serie de mecanismos informales, pero altamente institucionalizados, formación de los regimenes de partiClpaclOn política ampliada . .
por ejemplo el fraude." 1 Desde los años 30's hasta los 50's podemos sostener que se cnsta-
Esta acumulación inusual de poder social, sumado a la arquitectu- i
Iizó en su forma más clásica la MEe latinoamericana, y en. ella el
ra institucional de los regímenes políticos llevó a que el gran problema
de fin de siglo haya sido el sucesorio, cuyas "soluciones" siempre
I¡ estado asume una centralidad mucho mayor que la que ocupo en sus
versiones europeas. En otras palabras, el elemento q~e tipifica a la
inestables y provisorias, tendrían consecuencias a la hora de enfren- I MEC es el rol que la política ocupa en su centro,. especla~ente en 1,0
tar los problemas derivados de la incorporación de los sectores me- 1.
J
económico. La política imprime a las otras relaClones SOCiales sus 10-
dios y populares. gicas tiempos y problemas; "desmercantilizándolas". .
La desorganización de la vieja matriz empezó por sus aspectos L; particularidad de la MEC en América Latina ,:stá en el lu~ar
político-institucionales con las transformaciones que sufrieron los re- hegemónico que el estado, como ~parato incluso, co~slgue en la so~~e,
gímenes oligárquicos desde principios de siglo. Así, de formas diver- dad. A diferencia de la MEC típica de Europa OCCIdental donde la
sas, desde la estrepitosa caída revolucionaria del porfiriato hasta la fórmula político-económica descansaba en un doble sop.orte; el e~taclo
tranquila renovación del Uruguay battlista, la mayoría de los países de bienestar y el sistema de partidos"," su versión latinoamencana
latinoamericanos van dejando atrás los aspectos que tipificaban la radicaliza la centralidad de lo estatal en su sentido más estricto (esta,
faz política de sus matrices decimonónicas al abrirse a la política de tal ejecutivo) constituyen~o lo. que h.a.sid~ ~a~,a7~terizado correctamen-
masas. En términos de los derechos ciudadanos esta situación tuvo te como un "patrón estatista de pohtizaclOn." .',
Es conocido el papel que jugó el estado en; la conStltU~lOn del
I
un impacto muy significativo en lo que refiere a los derechos políticos.
j
Las transformaciones ideológicas y económicas de la matriz movimiento obrero"" "la determinación de los niveles apr0'pJado~ de
oligárquica, sin bien superpuestas con la anterior, se dan con más fuer- acumulación capitalista tl ,81 y en su lIacción comO ampresatlo S~Syltu
za en los años de la primera posguerra, especialmente con las conse- too Si sumamos todo esto a su viejo papel como constructor polítlc? e
cuencias de la crisis mundial capitalista de 1929. De ahí que Collier y ideológico de la nación, y económica d: la clases, podel!':0s aprepar
Collier no se equivocan cuando sostienen que "el período de incorpora- como la MEC latinoamericana se constItuye en una verS!Qn extrema,
ción constituye una coyuntura crítica que ocurre de maneras diversas casi caricaturizada, de sus versiones primermtiIldistas.
en los diferentes países, y que esas diferencias jugarán un papel central La centralidad que los aspectos económicos de la MEe le d~ba~ ~l
en la construcción de la arena política nacional en las siguientes déca- estado, por su papel en el modelo de industrialización por suSUtuClOn
das" 7' La etapa de entreguerras se transforma así en el efectivo de importaciones y de economias cerr;'ld;'ls, se asemeja al que ocupaba
momento en que se consolidan los derechos políticos ya que en esta" se en la construcción de los grandes imaginarios ideológicos que ipan
desde los mitos nacional populareS de la integración y la justicia so-
75 Cavarozzi y Casullo señalan especialmente que "el sub-continente ha estado cial, hasta las fantasías desarrollistas de los "milagros económicos" y
historicarnente acoshunbrado a funcionar con regímenes que solaparon insti- 1 los "países potencia".
tuciones formalmente democráticas con una limitación de tacto de la ciudada-
nía". Lo interesante es que parte de la explicación de este fenómeno se asiente
en la particularidad de que la adquisición de derechos en la región lino siempre
fue el resultado final de un proceso de lucha autónoma de las actores sodales, 77 Cavarozzi, M. YCasullo, E.: op. cit., p. 12.
sino el resultado de una decisión política desde arriba o de una decisión concesiva 7S Cavarozzi, M.: op. cit., p. 133.
del poder". En Cavarozzi, M. y Casullo, E., "Los Partidos en América Latina I Ibid, p. 132.
hoy: ¿consolidación o crisis?" en Cavarozzi, M. y Abal Medina, J. (comps), El !
"80 Rueschemeyer, D.; Stephens E. H. YStephens, J. D.: Capitalis! Developmen! and
asedio a la política, Horno S.piens, Rosario, 2002, p. 20. l'
Democrncy, Chic.go, Chic.go University Pross, 1992. . .
76 Collier, R. y Collier, D.: Slzaping the Polilical Arena, Ne'" Jersey, Princeton r Fishlow, A.: "The LatÍn Am~rica State", en ¡oumal 01 Economlc Perspr¡:tlVes,
. University Press, 1991, p. 29. I " 1990, p. 62 .
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Paradójicamente el eslabón más débil de la MEC-AL fue su aspecto ¡ transf;rmando al estado en el escenario central de la lucha política, y
político-institucional. La "sobredeterminación de la política"" en la I de allí en parte, la inestabilidad del régimen.
que todo parece posible, hacía a los estados "los encargados de deci- Sin embargo, bajo este formato, también aparecen en escena los
dir sobre la mayoría de las controversias económicas y sociales decisi- derechos sociales. Así, los regímenes populistas se convirtieron no
vas"" lo que, a su vez, hacia muy difícil la construcción de mecanis- solo en una forma particular de iTtgreso de las masas a la escena polí-
mos institucionales relativamente imparciales que fueran aceptados tica, si no también y bajo su propia lógica, en el mejoramiento de los
por todas las partes, de aquí la ilustrativa imagen de "pretorianismo niveles de vida de los trabajadores como no podía de ser de otra forma,
de masas" desarrollada por Huntington.· mediante el papel central jugado por el estado. Sin dudas, el peronismo
La centralidad que la oligarquía había construido para si misma en en la Argentina es el ejemplo paradigmático de este tipo.
el XIX se acrecienta y queda "vacante", disponible para aquel que Las transformaciones que llevan a la segunda fase de la MEC-LA
lograra acceder al aparato estatal, la "forma" en que se accediera a él (años 60's y 70's), que en contraposición a la "clásica" podemos lla-
(el régimen politico) era lo de menos, de aquí su naturaleza híbrida en mar" desarrollista", son básicamente ~conómicas y se relacionan con
términos de democracia O autoritarismo. Esto llevó a que ningún país los cambios del mercado mundial de la segunda posguerra. Si bien
de América Latina atravesara pacíficamente el siglo, el "militarismo" algunos países lograron niveles de crecimiento importantes" muchos
que tantas veces se mencionó como .el rasgo típico de estas naciones de sus rasgos prefiguraban los límites de los modelos de desarrollo
no fue más que una consecuencia de l1T\ fórmula política inestable en asociados con esta matriz y de alguna manera preanunciaban la fase
la que los conflictos sociales al no ser unánimemente traducidos final de desorganización del conJunto de las relaciones sociales que
institucionalmente s~ expresaban de forma desnuda y abierta. Esta asociamos conlaMEC-LA, ya entrada la década de los 70's.
característica no fue, obviamente, uniforme en todos los países pero . Lo paradójico de esta segunda fase a la que hacíamos referencia en el
donde vemos regímenes estables estos se iniciaron (México o Cost¡¡ párrafo anteriOl~ fue que la inestabilidad política que la caracteriza se
.'.
Rica) o terminaron (Un¡guay y Chile) en grandes macro conflictos.'" trasladó a la tríada marshalliana de derechos. Ya no se trata solamente
La ni!turaleza de la MEC-AL.produceuna fusión de las categorípS del cuestionamiento de una de sus caras, los derechos sociales, sino
sociales y políticas qUe debilitan la noción de clase frente a la de pue- también de los derechos civiles y políticos,los cuales se ponian en juego
blo, "las grandes creaciones de la sociedad latinoameric~na -nos dice ante la situación de "empate" ente los sectores sociales en pugna. A
Touraine- no son actores sociales, sino formas de intervención políti- diferencia de los casos europeos, en Latinoamérica los derechos pasa-
ca"." Los movimientos populistas y los regímenes antipopulistas se- ron por etapas de avances y retrocesos en forma continúa ya que la
rán la expresión más típica de la política latinoamericana. misma inestabilidad del régimen político sigrrificaba su supresión ante
Así, el modelo político de masas adquiere su peculiaridad para la cada cambio y/o ruptura. En mayor o menor medida respecto de los
región, caracterizándose por un fuerte movimientismo. En este senti- derechos civiles, y claramente respecto de los derechos políticos, los
do la formula político económica ya señalada que combina estado de ciclos cívico-militares impidieron la posibilidad de una afirmación efec-
bienestar con sistema de partidos para el modelo mencionado, puede tiva ya no de la tríada, sino de los derechos liberales básicos.
ser reemplazada por la formula de un estado sobrecargado de deman- De esta manera, el concepto de Matriz Estado Céntrica puede utili-
das con movimientos políticos.y sus expresiones antagónicas. La. zarse para analizar la política de la mayor parte de este siglo. En la
lógica qUe recorre la política se convierte en la de amigo/enemigo, conceptualización que estamos proponiendo podemos entenderla
como una articulación de las relaciones sociales centrada en el poder
82 Cavarozzi, M.:.op. cit., p. 134.
" Ibid, p. 135.
84 Podemos decir que la inestabilidad y la violencia fue un costo que la MEe 85 Touraine, A.: América Latina. Política y sociedad, Barcelona, Espasa Calpel
impuso a las naciones latinoamericanas, éstas pudieron decidir si lo pagaban 1989, p. 77.
en 'contado o en cuotas. 86 Cavarozzi, M.: op. cit., p. 112.
138 ¡ JUANMANUELABAL MEOINA (H) -FACUNDO PATRlCIONE/AMKIS CAl'fTUL05: MODELOS DE POLlT1CA: UNA MIRADA DESDE EL ESTADO Y... 139
político, que fue capaz de imponer sus tiempos y lógicas a los otros plasmadas en la práctica en las políticas conocidas como de ajuste
órdenes sociales, especialmente a los mercados. estructural, que básicamente consisten en'¡a reducción del aparato del
La nueva paradoja fue que la desarticulación de la vieja MEC vino Estado tanto en sus dimensiones como en su aspecto funcional.
acompañada de la ola democratizadora de la década del8D. Podemos Por otro lado, el nuevo espectro de políticas públicas implementadas
observar así, luego varias décadas de inestabilidad política y en algu- durante los últimos quince años en la región han tenido un fuerte
nos casos de regímen~s políticos sumamente violentos, una revaloriza- impacto en la estructura social. Podemos señalar en términos genera-
ción de todos los sectores en pugna de los derechos civiles y políticos, les que desde su aplicación y en el largo plazo la región ha visto au-
incluso mas allá de las condiciones efectivas para su ejercicio. Las liber- mentar en casi todos los países los niveles de desocupación y des-
tades individuales y los derechospolíticos, largamente vapuleados por igualdad. 90 Así, el reemplazo en el rol de asigna dar de recursos del
los regímenes militares enla región, son entendidas como un valor en si estado por parte del mercado ha tenido en términos redistributivos un
mismo, al menos en los orígenes de la transición a la democracia." impacto regresivo.
Pero América Latina no pudo ni puede ser ajena al cambio en el mode- Llamaremos a la nueva matriz que se constituye mercado-cénh'ica (en
lo de política que hacíamos referencia en el tercero de los modelos presen- ¡, adelante MMC). En esta, lo que podemos observar es un descenso cons-
tado, al que llarr¡arnos de los públicos. Lo que llena de interés al caso de la tante en los niveles de centralidad de lo político. Así como antes el patrón
i'
región es que el,avance sobre los derechos sociales conquistados así como de politización estatal era predominante, en este nueva forma de matriz,
,I la aparición delos nuevos derechos, se da en el mismo momento en que es lo político parece una cuestión meramente accidental, vaciando la políti-
¡
¡ necesario consolidar los "viejos" derechos civiles y políticos. ca de efectividad, contenido y porque no, de sentido para gran parte de la
l.
I En este caso, los cambios introducidos fueron de naturaleza diferen- sociedad que siente la imposibilidad de que las cosas se transformen
1
I
te al caso europeo. Así, y partir de lo que se dio en llamar el "Consenso . desde allÍ. Su lugar es ocupado entonces por el mercado, que ya sin las
de Washington", se desarrollaron en la región una serie de procesos de regulaciones estatales, invade con su lógica todos los ámbitos.
'1
transformación, en principio vinculados a cuestiones de tipo económi- Como aspecto positivo podemos señalar que este periodo se obser-
cas: apertura, desregulación, competitividad, liberalización, producti- va una consolidación de derechos civiles y políticos, a diferencia de la
vidad, privatizaciones. Estos conceptos se transformaron en ideas do- etapa de la MEe. Nueva paradoja (o no), la matriz mercado-céntrica·
minantes de nuestras sociedades.'" De esta forma, un Estado que era permite la consolidación de los dos primeros cQmponentes de la tríada.
"(... ) espacio central de conquista en una compleja lucha política desde Sin embargo, dominada por la lógica económica, la nueva matriz se
los inicios mismos de la segunda posguerra", pasó a ser considerado el caracteriza por una patrón de exclusión que nos debe llevar a pensar
obstaculizador de cualquier posibilidad de crecimiento, y culpable de nuevamente respecto de la interdependencia los tres componentes.
las cíclicas crisis económicas que vivía la región." Estas ideas fueron Al mismo tiempo trabajos de Guillermo O'Donnell,'I justamente
ponen en debate las débiles características de los nuevos regimenes
87 Lechner~ N.: "Un desencanto llamado posmodemo", documento de trabajo, políticos y las restricciones que estos plantean para el real ejercicio de
I 8S
Programa FLACSO-CHILE, N' 369, 1988.
Al respecto ver: Bresser Pereiral Luiz Carlos; Maravall.José Mana y Przeworski, .
los derechos ciudadanos. Los conceptos de "democracia delegativa"
y de "ciudadanía de baja intensidad" ponen en cuestión los niveles
Adam, ÚlS reJormaseconónzicas en las nuevas democracias. Un enfoque soCÍnldentócrfl- reales de democratización en la región. Se trata de las especiales ca-
fa, Madrid, Alianza, 1995; Cortés, R. y Marshalt A., "Estrategia Económica,
I racterísticas que asumen los regímenes políticos de la región:
Instituciones y negociación política en la reforma social de los noventa", en
Desarrollo Económico, v. 39, N° 154, Buenos Aires, julio-septiembre, 1999¡ Torre, !. presidencialismos fuertes, fallas en el sistema de división de poderes
J. y Gerchunoff, P., "La política de liberalización económica en la administra-
ción de Menem", en Desarrollo Econól~lÍco, v, 36, N° 143, 1996; Torre, J., El proceso
político de las reformas económicas en América Lntina, Buenos Aires, Paidós, 199B. 90 Datos disponibles en www,cepal.org. ..
89 Acuña, C. y Repetto, E: Marco de Análisis de la Políticas Sociales, mimeo, CEDt 9\ O~Donnell, G.: Confrapuntos. Ensayos escogidos sobre autoritarismo y democracia,
·1 .Buenos Aires, 2000. Buenos Aires, Paidós, 1997.
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140 I JUAN MANUELA~ÁLMEDlNA (H) -FACUNDO PATRICIONEIAMKIS CAPITULO 5: MODELOS DE POÚTICA: UNA MIRADA DESDE EL EsrADOY... 1141
segundo lugar, que también han significado un retroceso en la con- Cuadro Modelos de política
quista de los derechos ciudadanos fundamentalmente en lo que refie-
re a su faceta social. En tercer lugar, y conectado con los dos puntos . MODELOS DE POÚTlCA ' MODELO 1 Modelo 2 MOOEl03
anteriores, estas políticas han generado situaciones de exclusión y LIBERAL DE MASAS DE LOS PÚBLICOS
pobreza con tendencias a la estabilización en el tiempo. Y en cuarto
lugar, la política se convierte en un instrumento vacío de contenido !I TIPO DE ESTADO. Liberal Keynesiano Regulador
·4