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CÓMO ELEGIR UNA PROFESIÓN

Elegir lo que vamos a hacer en el futuro es siempre una tarea inquietante, más aun si uno
es joven y recién comienza a pensar en ello. Hay mucho en juego: más que elegir entre la
ocupación a, b o c, cada opción implica una forma de ser y de vivir particular.

En esta nota tomamos como fuente la obra de Lidia Ferrari Cómo elegir una carrera. De
la variedad de temas que analiza, hemos seleccionado aquellos que creemos fundamentales
para el proceso de decisión.

Las consecuencias que esta elección tendrá en tu vida hacen imprescindible que reflexiones
sobre estas cuestiones, para saber qué tienen de verdaderas, qué tienen de falsas y no sean
las creencias y los prejuicios los que piensen por vos.

Tras salir de la adolescencia, las personas sienten necesidad de decidir su futuro laboral o
profesional, cualquiera sea su nivel educativo o su clase social; entonces surgen las preguntas
¿Qué voy a estudiar? ¿En qué voy a trabajar? ¿Cómo me voy a ganar la vida?

Debemos comenzar por entender que la elección de una profesión conjuga lo íntimo de una
persona -lo que quiere hacer, las cosas que más le gustan, sus pasiones y habilidades- con lo
exterior de cada uno -el mundo en que vivimos, las profesiones y trabajos que existen y las
posibilidades que se nos ofrecen.

Estos dos aspectos: el personal -lo que quiero- y el mundo -lo que me ofrece- se van a unir
en una elección importante para nuestra vida y que en cada persona se dará de manera
diferente; sin embargo, esa elección tiene aspectos compartidos que convienen analizar.
Veamos algunos.

Vocación y profesión

A la vocación la entendemos como el llamado a realizar una actividad que nos apasiona y
que nos interesa más que cualquier otra. Sabemos que su nacimiento necesita de estímulos
pero no sabemos cómo se produce ya que es un proceso absolutamente personal y único.

Todos tratamos de elegir un modo de ganarnos la vida que se relacione con nuestra
vocación. Por eso muchas veces se confunde la profesión con la vocación. Sin embargo, una
cosa es la elección de una profesión u ocupación y otra es nuestra vocación. Lo ideal es que se
junten, pero sino sentimos claramente una vocación, ¿podremos elegir una carrera?

La profesión no necesariamente expresa una vocación. El encuentro de una persona con su


ocupación a menudo no ha sido la expresión de una vocación claramente definida desde el
comienzo. Si bien hay ejemplos de profesionales en los que convergen profesión y vocación,
también encontramos muchos cuyas motivaciones para la elección de su trabajo han sido de
otra índole.

En el momento de pensar en una profesión debemos comenzar a preguntarnos sobre


nuestros gustos. Desde aquí podeos partir para conocer nuestras inclinaciones y aunque esto
no nos brinde una respuesta precisa acerca de nuestra vocación, servirá para marcarnos un
rumbo.

La vocación se desarrolla con la experiencia y con el trabajo, y sólo se confirma como tal
después de un tiempo dedicado a ella.

Vocación y aptitud

La aptitud es la habilidad para realizar una actividad, por ejemplo, la destreza física para
los deportes; la capacidad de abstracción y razonamiento lógico, para las ciencias exactas; la
creatividad, para las artes plásticas.

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La vocación o interés por un oficio no implica que se tenga aptitud para desempeñarlo:
puede ocurrir que tengas habilidad para cierta actividad pero que no te guste, o por el
contrario, que sientas un marcado interés por algo pero no tengas habilidad para ello.

Hay diferencias entre tener el interés o las ganas en desarrollarse en determinada área y
tener aptitud o capacidad para ella.

La capacidad o la habilidad que tenemos para realizar tal o cual actividad están
relacionadas con la experiencia. En este sentido, el contacto con diversos temas que la escuela
secundaria nos ha posibilitado, es una forma de experiencia que te puede servir tanto para
conocer tus preferencias, como también para reconocer tus habilidades.

Cómo descubrir lo que me gusta

Un primer paso para comenzar a reflexionar sobre vos mismo es preguntarte sobre lo que
te gusta de una forma amplia, sin pretender responderte inmediatamente con el nombre de
una carrera.

Si te resulta difícil ponerte a pensar sobre lo que te gusta, podés comenzar teniendo en
cuenta lo siguiente:

• Lo que te gustaba hacer o jugar cuando eras niño.


• Lo que te gusta hacer ahora.
• Las materias que te interesaron del secundario y las que no, y por qué razones.
• Las actividades para las que te sentís más capaz.
• Tus fantasías y tus sueños.
• Las personas significativas para vos, las que admirás y por qué. Pensá también como
quiénes no querrías ser y por qué.
• El modo en que llegaron a elegir su trabajo las personas que te interesan. Podés hablar
con ellos para saberlo.
• El modo en que seleccionás tus cosas, si las elegís, si te las imponen o si preferís que los
demás opten por vos.

Tal vez pensés que éstas son cuestiones triviales y sin importancia, sin embargo son
indicadores muy útiles de qué cosas te atraen y qué cosas no. Lo importante es tratar de llegar
a saber lo que realmente te interesa, y sólo luego, buscar la profesión o actividad que tenga
que ver con eso y que te permita desarrollarlo.

Quizás no te animés a aceptar tus propios sueños porque los considerás inapropiados. No
se trata aquí de ignorar los inconvenientes pero primero hay que tener en claro lo que uno
desea para después ocuparse de los obstáculos. Si son reales habrá que pensar si es posible
sortearlos o habrá que aceptarlos como el aspecto desfavorable que conlleva toda elección.

La propuesta es permitirte pensar en qué es lo que querés, con sus ventajas y


desventajas, porque pensar no es decidir.
Saber lo que uno quiere y elegir de acuerdo a ello es fundamental porque brinda la fuerza
necesaria para hacer lo que deseamos a pesar de las dificultades con que podamos
encontrarnos

En una sociedad enmarcada en la falta de empleo y el cambio frecuente de ocupación,


donde cada vez cobran mayor importancia los espacios informales de trabajo, la potencia de
hacer lo que uno quiere es un motor para ser creativos e inventar cosas. Por eso, elegir de
acuerdo con el propio deseo tiene la fuerza de la pasión y de las ganas de realizar, pese a
todo, aquello que nos gusta.

La necesidad de informarse

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Para informarte lo primero es tener en claro qué querés conocer de todo lo que se te ofrece
en materia educativa. Cuáles son las profesiones y oficios que se pueden estudiar o aprender y
cuáles son sus perspectivas en el mercado laboral.

La información en sí misma no es nada si no hay alguien que la procese, se interese y se


comprometa con ella.

Para acceder a la información sobre los estudios y sus posteriores ocupaciones es necesario
hacerlo con algún criterio.

Una primera tentativa sería la lectura de una guía de carreras, con el fin de elaborar una
clasificación de acuerdo a tus intereses.

Informarte ampliará tu conocimiento sobre la oferta de carreras y ocupaciones y evitará


que te quedes con ideas difusas y prejuiciosas acerca de ellas.

Qué es conveniente conocer:

La gama de ocupaciones o carreras que existen, sobre todo aquellas que están
relacionadas con las actividades que te interesan.
El trabajo profesional de esas ocupaciones o carreras. Una misma carrera te
permite una amplia variedad de actividades y posibilidades de trabajo, algunas muy
diferentes de otras.
El modo de aprender esa ocupación u oficio. Dónde se puede estudiar, plan de
estudios, años de duración, condiciones para el ingreso, dedicación requerida, materias
principales, costos.
Investigar las actividades y perspectivas de trabajo a través del contacto con
personas que se desempeñan en la profesión u oficio de tu interés es necesario porque
ellas están involucradas con la actividad y te aportarán su experiencia personal.

Tiempo para elegir

A veces, parecería que tenemos que decidir qué carrera vamos a seguir en cuanto hemos
terminado el secundario y no en otro momento. Sin embargo, es posible que aún no estemos
listos para tomar esa decisión.

Por un lado, sentimos que debemos decidir, y por otro lado, no podemos hacerlo. Esta
contradicción es angustiante y puede paralizarnos e impedirnos seguir adelante.

El tiempo para elegir, no es el mismo para todas las personas, por eso es necesario que
cada uno se permita su propio tiempo para reflexionar y no dejarse agobiar por presiones y
exigencias. Si todavía no sabemos qué carrera seguir, podemos ponernos en marcha
preguntándonos qué nos pasa.

Pedir ayuda.

Si después de un tiempo de reflexión y de búsqueda no encontrás un camino, tal vez


necesités hablar con alguien que te escuche y te ayude a encontrar tus propias respuestas.

Podés hablar con tus profesores, tus padres, tus amigos o un profesional de orientación
vocacional.

La Orientación Vocacional es una ayuda especializada que tiene el objetivo es acompañar a


las personas en la exploración de sí mismas y de su entorno para que puedan elaborar un
proyecto educativo y ocupacional auténtico y viable.

• Ferrari, Lidia. Cómo elegir una carrera - Editorial Planeta: Buenos Aires, 1995.-

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LA SALIDA LABORAL

Una de las preocupaciones más comunes a la hora de elegir una profesión es si tiene salida
laboral o no.

Esta preocupación, a veces, adquiere tal dramatismo que no podemos pensar en otra cosa;
sin embargo, la pregunta sobre la salida laboral puede referirse a cosas muy diferentes según
quién la haga

Sin duda, es un tema complejo, en el que se superponen y entremezclan otras cuestiones


e ideas confusas. Veamos algunas.

Cuando la gente se pregunta por la salida laboral de una profesión, no se sabe si está
preguntando sobre la posibilidad de hacerse rico con esa profesión, o si está
preguntando sobre la posibilidad de tener trabajo y alcanzar la subsistencia con
mayor o menos bienestar. Es necesario distinguir estos dos sentidos, pues expresan dos
tipos de expectativas de vida, que se apoyan en determinados valores y que plantean
exigencias y angustias diferentes.

Otra cuestión que aparece con frecuencia, es que se afirma con mucha seguridad qué
carreras tienen salida laboral y cuáles no. Esta afirmación se sustenta en el
desconocimiento de que hay una inmensa variedad de carreras, y que su número va en
aumento con la complejización y el desarrollo de la sociedad. Muchos también, ignoran que
hay falta de profesionales en carreras como enfermería, bibliotecología, geografía, etcétera,
porque son poco difundidas y tienen escasos alumnos. Además, muchos no saben que cada
carrera da la posibilidad de desarrollarse en una cantidad enorme de actividades, de modo
que a veces, la salida laboral es mucho más amplia de lo que creemos. Es imprescindible
conocer en profundidad cuáles son las posibilidades reales de desempeñarnos en tal o cual
profesión y sus condiciones de empleo hoy, pero sin perder de vista que dentro de seis años
pueden ser diferente, y además que cada uno de nosotros puede modificar no solo su propia
profesión sino contribuir a que las cosas cambien.

También sucede que cuando se lleva a primer plano el tema de la salida laboral, a veces
se dejan de lado otros temas que tarde o temprano van a reaparecer, por ejemplo, si
a uno le gusta o no determinada carrera: hay quienes antes de decidirse piensan en
hacer algo que no les gusta por considerarlo conveniente, y otros que después de haber
probado con una carrera “conveniente”, se replantean su elección.

Esto depende de la elección de cada persona. Muchos renuncian a la posibilidad de elegir o


hacer lo que quieren por una cierta seguridad económica o por miedo al futuro. Otros se
dedican a hacer lo que quieren, por vocación o por ganas, y saben que tendrán que luchar
para ganarse su espacio.

En la actualidad, el fantasma del desempleo ha exacerbado el nivel de inseguridad de los


chicos al afrontar el desafío de hacer lo que les gusta. Sin embargo, es necesario
diferenciar el problema real de la desocupación de sus consecuencias imaginarias:
por un lado, debemos tener en cuenta que el aumento de la tasa de desempleo indica que es
más difícil encontrar trabajo, pero no que es imposible; por otro lado, el miedo a no tener
trabajo muchas veces denota una posición totalmente pasiva frente a la realidad, como si el
futuro pudiera estar asegurado y no fuera algo a construir por nosotros.

Desde luego, que la crisis económica y el fenómeno del desempleo no son temas menores.
Pero es necesario tener en cuenta que ninguna carrera garantiza un trabajo seguro. Sea cual
sea la profesión que elijamos, será necesario que tengamos una actitud de búsqueda para
hacernos un espacio. Por esto mismo, el tema del “gusto” es fundamental: si lo que hacemos

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nos gusta, seguramente tendremos más posibilidades para pelear ese lugar que habrá que
hacerse.

• Texto seleccionado de Ferrari, Lidia. Op. Cit. pag. 173-203.

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