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Espectro autista en población adulta

La condición del espectro autista (CEA) es una condición del


neurodesarrollo que afecta a personas de todas las edades. En este
módulo, al igual que en los anteriores, abordaremos el autismo en la
población adulta desde una perspectiva de neurodiversidad. La
neurodiversidad reconoce la variabilidad natural del funcionamiento
cerebral y valora las diferentes formas de procesar la información. A través
de esta perspectiva, buscamos desafiar los estereotipos y mitos asociados
al autismo en la edad adulta, así como promover la inclusión y
comprensión en la sociedad.

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El espectro autista es una condición que acompaña a las personas a lo
largo de su vida. Contrario a la creencia errónea de que el autismo
desaparece en la adultez, es importante entender que el autismo es una
condición vitalicia que continúa influyendo en la forma en que las
personas autistas experimentan el mundo. Aunque las manifestaciones y
necesidades pueden cambiar con el tiempo, debido a que cada etapa del
desarrollo se caracteriza por desafíos específicos, es fundamental
reconocer que el autismo es parte integral de la identidad de una persona.

En la última década ha aumentado el número de personas autistas adultas


que participan como activistas compartiendo sus experiencias en primera
persona, sus necesidades, sus conocimientos y sus críticas a los sistemas
educativos y de salud en relación a las neurodivergencias. Gran parte de
estos activistas señalan que ellos se denominan "autistas" y no "con
autismo", debido a que consideran que el autismo es una parte intrínseca
de su identidad y no una condición externa que poseen. Esta perspectiva,
conocida como "identidad primero", busca empoderar a las personas
autistas y promover el reconocimiento y respeto hacia su forma única de
ser.

Estos activistas han desempeñado un papel crucial en el impulso de la


neurodiversidad como un enfoque positivo y valioso. Han ayudado a
desafiar los estigmas y estereotipos asociados al autismo en la sociedad,

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abogando por la inclusión, la igualdad de oportunidades y el respeto a la
diversidad.

Su participación activa en la defensa de los derechos de las personas


autistas ha llevado a importantes cambios en la forma en que se aborda
el autismo en diferentes ámbitos. Han generado conciencia sobre las
necesidades específicas de las personas autistas adultas, destacando la
importancia de adaptar los sistemas educativos, de salud y laborales para
garantizar un apoyo adecuado y una participación significativa en la
sociedad.

La voz de estas personas autistas adultas activistas es fundamental para


impulsar cambios significativos en la forma en que se comprende y aborda
el autismo en la población adulta. Sus experiencias y conocimientos
valiosos han contribuido a enriquecer nuestra comprensión del autismo
como una forma de neurodiversidad, desmintiendo mitos y han
promovido un enfoque centrado en la inclusión y el respeto hacia todas
las personas autistas.

Un mito común es la idea de que los adultos autistas no pueden llevar una
vida independiente. La realidad es que, con el apoyo adecuado y el
enfoque en sus fortalezas, muchas personas autistas pueden desarrollar
habilidades para vivir de manera autónoma. Es fundamental valorar y
fomentar la autonomía en las personas autistas, brindándoles las

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herramientas y el apoyo necesarios para desarrollar sus habilidades de
autocuidado, toma de decisiones y participación en la comunidad.

Además, es importante desmentir el mito de que el autismo en adultos es


simplemente un problema de comportamiento. El espectro autista es una
condición compleja que afecta diversos aspectos de la vida de una
persona, incluyendo la comunicación, las interacciones sociales, la
flexibilidad cognitiva y la percepción sensorial. Entender y abordar estas
dimensiones es esencial para promover el bienestar y la calidad de vida
de las personas autistas adultas.

Es esencial reconocer y valorar la contribución de estos activistas autistas,


quienes están liderando el camino hacia una sociedad más inclusiva y
consciente de la diversidad neurológica. Su voz y experiencia nos
recuerdan la importancia de escuchar y aprender de las personas autistas
adultas, promoviendo un enfoque basado en la neurodiversidad que
celebra la singularidad y el potencial de cada individuo.

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Señales de sospecha

La identificación temprana del autismo en adultos puede resultar


desafiante, ya que las características pueden variar considerablemente. Sin
embargo, existen algunas señales de sospecha que pueden indicar la
presencia de autismo en la edad adulta.

Uno de los principales ámbitos a considerar es la comunicación. Los


adultos autistas pueden tener dificultades en la comunicación verbal y no
verbal. Pueden presentar problemas en la comprensión y expresión del
lenguaje, dificultades en la comunicación no verbal, como el contacto
visual y los gestos, y una interpretación literal del lenguaje.

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Algunos ejemplos de esto pueden ser:
✓ Problemas para iniciar o mantener conversaciones.
✓ Uso repetitivo de frases o expresiones sin conexión con el contexto.
✓ Interpretación literal del lenguaje, dificultad para comprender el
lenguaje figurado o las expresiones idiomáticas.
✓ Dificultades para ajustar el tono de voz o la expresión facial de
acuerdo con el contexto social.

Las interacciones sociales también pueden verse afectadas en los adultos


autistas. Pueden tener dificultades para establecer y mantener relaciones
sociales significativas, mostrando falta de reciprocidad en las
interacciones, dificultades para entender las normas sociales no explícitas
y una preferencia por la soledad o la compañía limitada.

Como por ejemplo:


● Dificultad para leer e interpretar las señales sociales no verbales,
como el contacto visual, los gestos o las expresiones faciales.
● Patrones de interacción social poco convencionales, como falta de
reciprocidad en las conversaciones o preferencia por temas de
interés personal sin considerar las preferencias de los demás.
● Dificultad para establecer y mantener relaciones sociales
significativas.
● Preferencia por la soledad o por la compañía limitada.

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Los adultos autistas también pueden exhibir intereses profundos y
comportamientos repetitivos. Pueden tener patrones de comportamiento
o rutinas inflexibles, y una resistencia al cambio o dificultades para
adaptarse a nuevas situaciones.

Aquí podemos encontrar:


● Intereses intensos y específicos en áreas particulares, como datos
estadísticos, colecciones o temas altamente especializados.
● Adherencia rígida a rutinas o rituales, con resistencia al cambio.
● Movimientos autorregulatorios o repetitivos, como aleteo de
manos, balanceo del cuerpo o manipulación de objetos.
● Necesidad de orden y simetría, mostrando malestar ante la falta de
estructura.

Además de estos aspectos, es importante considerar las características


sensoriales en adultos autistas. Muchas personas autistas experimentan
hipersensibilidad o hiposensibilidad a estímulos sensoriales, lo que puede
manifestarse en respuestas intensas o evitación de ciertos estímulos,
como luces brillantes, ruidos fuertes o texturas específicas.

Por lo que se puede observar, por ejemplo:


● Hipersensibilidad o hiposensibilidad a estímulos sensoriales como
luces brillantes, ruidos fuertes, texturas o sabores intensos.

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● Reacciones intensas o evitación de ciertos estímulos sensoriales.
● Dificultad para filtrar o procesar información sensorial, lo que puede
afectar la concentración y el bienestar emocional.

Es fundamental tener en cuenta que estas señales de sospecha pueden


variar en su intensidad y manifestación en cada persona autista. Algunas
personas pueden presentar características más evidentes, mientras que en
otras puede haber una mayor adaptación y enmascaramiento de los
mismos.

Con enmascaramiento nos referimos a la habilidad que algunas personas


autistas desarrollan para ocultar o camuflar sus características autistas en
situaciones sociales. Estas personas pueden aprender estrategias de
adaptación y actuación que les permiten parecer más típicos o
neurotípicos, lo que significa que pueden pasar desapercibidos o parecer
menos autistas para los demás.

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El enmascaramiento puede implicar imitar comportamientos sociales
considerados "normales", aprender reglas sociales de forma consciente y
utilizar técnicas de autocorrección para ocultar o mitigar las características
autistas. Sin embargo, este enmascaramiento puede ser agotador y
generar un costo emocional y físico significativo para la persona, ya que
puede requerir un esfuerzo constante y una supresión de la expresión
auténtica de su neurodivergencia.

Es importante tener en cuenta que el enmascaramiento puede dificultar el


reconocimiento y diagnóstico del autismo, especialmente en mujeres y
personas dentro de la diversidad sexual, ya que pueden presentar una
apariencia más adaptada y parecer menos estereotípicamente autistas.
Reconocer y comprender el enmascaramiento es crucial para una
evaluación y apoyo adecuados, y para promover la aceptación y
valoración de la diversidad neurológica en todas sus formas.

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Evaluación clínica en adultez

La evaluación clínica del autismo en la edad adulta es fundamental para


un diagnóstico preciso y la identificación de las necesidades individuales.
Aunque puede ser más compleja que en la infancia, debido a la mayor
variabilidad de las características y la necesidad de considerar el contexto
de vida de la persona, existen enfoques y herramientas que pueden
ayudar en este proceso.

La evaluación clínica debe ser multidisciplinaria e involucrar a


profesionales especializados en el autismo, como neurólogos, psicólogos,
terapeutas ocupacionales y trabajadores sociales. Cada profesional aporta
una perspectiva única y puede evaluar diferentes áreas funcionales y
necesidades específicas.

Se utilizan diversas herramientas y pruebas en la evaluación del autismo


en adultos. Estas pueden incluir cuestionarios estandarizados, entrevistas
estructuradas, observaciones clínicas y evaluaciones neuropsicológicas.
Estas herramientas recopilan información sobre la historia de desarrollo
de la persona, las características actuales, las fortalezas y las dificultades.

Dos pruebas ampliamente utilizadas son la Escala de Observación para el


Diagnóstico del Autismo, Segunda Edición (ADOS-2) y la Entrevista

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Diagnóstica para el Autismo, Revisada (ADI-R). Estas pruebas son
consideradas valiosas en el proceso de evaluación, pero es importante
destacar que constituyen solo una parte de la evaluación global y se
requiere información adicional para obtener un diagnóstico preciso y
brindar un apoyo adecuado.

ADOS-2 es una prueba de observación diseñada para evaluar el


comportamiento social, comunicativo y la presencia de comportamientos
repetitivos en personas que se sospecha que pueden ser parte del
espectro. A través de una serie de actividades estructuradas y escenarios
sociales, los evaluadores pueden observar y registrar el comportamiento
del individuo para identificar posibles características autistas. Sin
embargo, es importante reconocer que ADOS-2 no puede proporcionar
una imagen completa y definitiva del autismo en una persona adulta, ya
que no considera la experiencia de vida individual ni las manifestaciones
específicas que pueden variar ampliamente entre las personas autistas.

ADI-R, por otro lado, es una entrevista estructurada que se administra a


los familiares o cuidadores cercanos de la persona en evaluación. Esta
entrevista recopila información detallada sobre el desarrollo temprano, el
comportamiento social y comunicativo, así como los intereses y
comportamientos. Aunque ADI-R puede brindar información valiosa
sobre la historia de desarrollo y las características presentes en la persona
autista adulta, es importante complementarla con otros datos y
perspectivas para obtener una evaluación exhaustiva y precisa.

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Es importante tener en cuenta que las evaluaciones en adultos pueden
requerir enfoques adaptados para abordar las particularidades de esta
etapa de la vida. Las experiencias y los desafíos vividos a lo largo de los
años pueden influir en la presentación de las características y en la
adaptación de la persona a su entorno. La evaluación debe ser integral y
tener en cuenta la experiencia individual, el contexto personal, la historia
de desarrollo y la manifestación de características autistas específicas en
cada persona. Por lo tanto, es crucial considerar el contexto individual y
brindar un espacio seguro y respetuoso para que la persona comparta su
historia y sus experiencias.

Sesgo de género

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El diagnóstico del autismo en adultos ha estado históricamente sesgado
hacia los hombres, lo que ha llevado a un subdiagnóstico en mujeres y
personas dentro de la diversidad sexual. Durante mucho tiempo, se han
basado en estereotipos de género para identificar y diagnosticar el
autismo, lo cual ha dejado a muchas mujeres autistas sin un diagnóstico
o con diagnósticos incorrectos.

Si bien los mismos criterios diagnósticos se aplican, la forma en que se


interpretan puede variar, y los profesionales de la salud a menudo
clasifican un rasgo autista de manera diferente en una mujer, señalando
que es parte de una personalidad introvertida o atribuyéndole a otros
motivos. Además, las personas autistas con sexo asignado al nacer mujer
a menudo desarrollan habilidades de enmascaramiento social, lo que
implica que pueden esconder o camuflar sus características autistas en
situaciones sociales. Esto puede dificultar aún más el reconocimiento de
sus necesidades y la obtención de un diagnóstico preciso.

Es esencial abordar este sesgo de género y garantizar una evaluación


equitativa y libre de prejuicios para todas las personas. Los profesionales
de la salud y la comunidad en general deben ser conscientes de la
diversidad en la presentación del autismo y estar capacitados en la
identificación de las características autistas en mujeres y personas dentro
de la diversidad sexual.

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Para abordar este sesgo, se deben utilizar enfoques inclusivos en la
evaluación clínica, considerando tanto las presentaciones típicas como las
atípicas en mujeres y personas de género diverso. Además, se debe
fomentar la investigación y el intercambio de conocimientos para
aumentar la comprensión de la presentación del autismo en diferentes
grupos de población.

Es fundamental superar las barreras y prejuicios asociados con el género


en la evaluación y diagnóstico del autismo en adultos. Al hacerlo, se
promoverá una evaluación más precisa y se garantizará que todas las
personas autistas, sin importar su género, reciban el apoyo y la atención
adecuados a sus necesidades individuales.

Diagnósticos diferenciales y coocurrencias

El diagnóstico diferencial del autismo en adultos implica descartar otras


condiciones que pueden presentar características similares. Algunos
diagnósticos diferenciales comunes incluyen el trastorno por déficit de
atención e hiperactividad (TDAH), el trastorno límite de la personalidad
(TLP), la depresión, la ansiedad social y otros del neurodesarrollo.

Es importante reconocer que muchas personas autistas también pueden


experimentar condiciones adicionales, lo que se conoce como
coocurrencias. Estas coocurrencias pueden variar ampliamente y pueden

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incluir condiciones como el trastorno de ansiedad, trastornos del estado
de ánimo, trastornos del sueño, trastornos de la alimentación, entre otros.
Comprender y abordar estas condiciones adicionales es crucial para un
enfoque integral de la salud y el bienestar en adultos autistas. La
evaluación clínica debe tener en cuenta la presencia de estas
coocurrencias y considerar cómo pueden interactuar y afectar la calidad
de vida de la persona.

Es importante destacar que existe una alta prevalencia de coocurrencia


entre el autismo y el trastorno por déficit de atención e hiperactividad
(TDAH). Muchas personas autistas también presentan características
clásicas de TDAH, lo que puede complicar aún más la comprensión y el
diagnóstico preciso. Tanto el autismo como el TDAH son condiciones que
pueden manifestarse de manera conjunta, y la presencia de ambos puede
impactar significativamente en el funcionamiento diario de la persona.

Las características del TDAH, como la dificultad para concentrarse, la


impulsividad y la hiperactividad, pueden superponerse con algunas
características del autismo, como las dificultades en la atención conjunta
y las habilidades sociales. Esto puede hacer que la identificación y el
manejo de las necesidades individuales sean más complejos.

Asimismo, es importante destacar que las personas autistas son únicas y


cada individuo puede tener diferentes combinaciones de características,
fortalezas y necesidades. Por lo tanto, una evaluación y diagnóstico

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cuidadosos son fundamentales para proporcionar una atención adecuada
y personalizada.

Es fundamental seguir promoviendo la aceptación, la igualdad de


oportunidades y el respeto hacia todas las personas autistas. La
neurodiversidad nos enseña a valorar y celebrar la diversidad en la forma
de pensar, comunicarse y experimentar el mundo.

Al continuar aprendiendo y ampliando nuestros conocimientos sobre el


autismo en la población adulta, podremos proporcionar un apoyo más
efectivo y adaptado a las necesidades individuales.

Trabajemos juntos para construir una sociedad más inclusiva y


respetuosa, donde todas las personas, independientemente de su
neurodiversidad, puedan participar plenamente y alcanzar su
máximo potencial.

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