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GESTIÓN DE STOCKS
Las dos preguntas básicas a responder en la mayor parte de los problemas de inventarios son
dos:
a) ¿Cuál debe ser el tamaño del lote a emitir?
b) ¿Cuáles deben ser los momentos (frecuencia) de emisión?
La interrelación entre dichas cuestiones es tan estrecha que la respuesta a una de ellas suele
fijar la otra. Los sistemas empleados en la práctica se centran en una y determinan la otra de
forma residual, basándose en la determinación de costos que intervienen en el problema, los
cuales deberán expresarse en función de la variable a determinar; hecho esto, se procederá a
obtener el valor de esta última que minimiza la expresión obtenida para los costos totales.
El modelo del caso real que se elabore variará con el conocimiento de la demanda; si la
demanda es conocida exactamente, los costos serán más fácilmente calculables para cada
acción, con lo que se podrá llegar sin dificultad a ciertos resultados que minimicen el costo total.
Si, por el contrario, lo que se conoce es la distribución de la demanda, se determinarán los
costos esperados para cada posible decisión y se escogerá aquella que minimice el costo total
esperado. Si el problema es de incertidumbre total, no existe procedimiento aceptado, pero
siempre será posible realizar aproximaciones razonables.
Sin embargo, además de las preguntas básicas anteriormente mencionadas existe otra
cuestión a resolver a la hora de definir el sistema de gestión a adoptar:
c) ¿Con qué frecuencia debe comprobarse el nivel de inventarios existente?
Esta última interrogante también está interrelacionada con las anteriores, de forma que no es
posible responderlas de forma aislada sin correr el riesgo de llegar a resultados contradictorios.
Este sistema implica utilizar un modelo de cantidad fija de pedido, CFP, el cual da
prioridad a la respuesta de la pregunta a), persiguiendo determinar el tamaño del lote
óptimo, Q*, que minimice los costos de la gestión de stocks.
Espera de transacción
de inventarios
Llegada de la
transacción
No
Es NI ≤ Pp?
Sí
Se cursa un pedido
igual al lote económico
Este sistema está asociado con los modelos de período fijo, PF, que responden, en
primer lugar, a la pregunta b), determinando el tiempo óptimo entre pedidos, T*, que
minimiza los costos totales de gestión. Cada vez que transcurre dicho tiempo se mide el
nivel de inventarios, NI, y se emite el pedido de un lote Q, que se calcula restando NI de
una cierta cantidad previamente establecida denominada nivel máximo de stocks, NImáx, y
que representa el nivel objetivo de inventarios a reponer.
Uno de los problemas que presenta el sistema de revisión periódica es que, en el caso de
que la demanda sea demasiado lenta, los pedidos emitidos serán muy pequeños y
antieconómicos; además, con frecuencia serán incluso innecesarios, pues, en el caso
mencionado, el nivel medio de stock mantenido puede ser bastante elevado, lo cual
constituye otra desventaja del SRP.
Para paliar en parte estos problemas puede utilizarse el SMM, que combina características
de los dos sistemas mencionados anteriormente. La revisión del nivel de inventario se
realiza cada vez que transcurre un tiempo fijo, T*, al igual que en el sistema de revisión
periódica, pero sólo se emite un lote si, en dicho instante, NI es igual o inferior a un
determinado nivel mínimo de stocks, NImin, juzgado suficiente para hacer frente a la
demanda de un siguiente período; éste último juega un papel parecido al del punto de
pedido del sistema de revisión continua.
Cuando se emite un lote, éste se mide, como en el SRP, en relación con un nivel máximo
de inventario a reponer NImáx, de forma que Q = NImáx – NI.
El siguiente cuadro resume los modelos concretos clasificados en función del tipo de demanda
y del tipo de suministro (ciertos y aleatorios), así como del sistema elegido:
Tiempo de
Modelo Demanda Sistema Casos
suministro
Este conjunto de modelos se desarrolla en un entorno donde las distintas variables que
intervienen serán supuestamente constantes y conocidas con certeza.
El lote óptimo a emitir, Q*, será aquel que minimice los costos generados en la gestión
de inventarios, de los cuales se considerarán los de emisión, posesión y adquisición, ya
que, no se permitirá la ruptura.
Ejemplo:
Hallar el valor del lote óptimo y punto de pedido para un modelo de cantidad fija de
pedido, utilizando los siguientes datos:
Demanda anual 1000 unidades
Costo de emisión S/ 5 / pedido
Costo unitario de posesión S/ 1 / año
Tiempo de suministro 15 días
Con estas condiciones, el nivel de inventarios irá creciendo durante todo el período de
fabricación o entrega (t) del lote solicitado a razón de p – d ítems en cada unidad de
tiempo.
Ejemplo:
Una empresa fabrica un determinado producto, cuyo ensamblaje final se hace en una
línea de montaje que trabaja diariamente. Uno de los componentes de este ítem se
produce en otro departamento de la empresa, a un ritmo de 100 unidades diarias,
mientras que la línea de montaje lo utiliza a razón de 40 unidades/día. Si el costo
unitario de emisión de un pedido es de S/ 50 y el unitario de posesión es de S/ 0.5/año,
se desea conocer el punto de pedido y el lote óptimo a solicitar sabiendo que el tiempo
de suministro es de 35 días. El horizonte a considerar para la gestión es 10 meses de
25 días laborables/mes.
Ejemplo:
Se desea calcular el lote económico de un producto cuyo costo de fabricación
desciende de S/ 1000 a S/ 925 cuando el pedido supera o iguala las 1000 unidades. El
costo de emisión del pedido es de S/ 35 000. La demanda es de 2400 unidades al año
y el coeficiente de proporcionalidad entre el costo de posesión y el costo de adquisición
es de 0.6 * 10-3. El horizonte de gestión será de un año (360 días).
Ejemplo:
Calcular el valor del período óptimo en un sistema de período fijo de las siguientes
características:
Demanda anual del producto 1500 unidades
Costo de emisión de un pedido S/ 100
Costo unitario de posesión S/ 5
Los modelos desarrollados hasta ahora partían de la hipótesis de una demanda constante y
conocida; sin embargo, en la mayoría de los casos, y dentro del contexto de demanda
independiente; dicha hipótesis será más teórica que realista y la demanda será variable,
siguiendo una determinada ley de probabilidad.
Por otra parte, el tiempo de suministro, también supuesto conocido y constante, tampoco
responderá a las citadas características. Sin embargo, si se trabaja con sus respectivos
valores medios, se corre el riesgo de una ruptura de stocks, ya que los valores reales
fluctuarán alrededor de los mismos.
El valor que se adopte para el SS dependerá de la forma en que se mida la demanda máxima
probable y el riesgo, con los costos ligados a él, de una ruptura de stocks. Estos costos, ya
sean directos (por ejemplo: ventas perdidas) o indirectos (por ejemplo: disminución de la
fidelidad del cliente, pérdida de imagen, etc.) deberían ser comparados con los que supone
mantener un stock suplementario.
Así pues, el estudio completo de la influencia de las rupturas sobre las diferentes políticas en
materia de stocks exigiría que se le pudiese asignar un costo a cada ruptura, lo cual es, a
menudo, bastante difícil. Debido a ello, suele recurrirse a la definición, por parte de la empresa,
de un cierto nivel de servicio, NS, y comparar los costos que éste implica con el de otros
niveles, a fin de escoger el que se juzgue más adecuado. De entre las diferentes maneras con
las que se puede medir el nivel de servicio se mencionarán dos de ellas:
Recordando que en el modelo básico se emite una orden cuando el nivel de inventarios en
almacén alcanza un valor igual al punto de pedido, es decir, cuando se disponga de
inventarios suficientes para satisfacer un cierto nivel de demanda durante el tiempo de
suministro. Por la forma de controlar los inventarios con este modelo, la ruptura sólo podrá
presentarse a partir del momento de emisión del pedido, por lo que si se quiere disminuir el
riesgo de ruptura que conlleva la formulación anterior, habrá que añadir un stock de
seguridad, SS.
Ejemplo:
Supongamos que, una vez eliminados los factores estacionales y de tendencias, los niveles
de demanda producidos a lo largo de una serie de períodos de tiempo iguales al tiempo de
suministro es la que se reproduce en la tabla siguiente:
i) ¿Qué stock de seguridad será necesario mantener para dar un nivel de servicio al
90%? ¿cuál será el punto de pedido?
ii) ¿Qué riesgo de ruptura se tendría con un SS de 500 unidades?
Resumiendo, se puede decir que, si antes, para dar un cierto nivel de servicio, se calculaba
una demanda que no fuera superada un determinado número de veces, ahora se buscará
un tiempo de suministro que cumpla las mismas condiciones, pues es éste el que introduce
la aleatoriedad en la demanda.
Ejemplo:
El tiempo de suministro de un determinado ítem, que sufre una demanda diaria de 250
unidades, se distribuye según una normal de media 10 días y una desviación típica de 2.
Se desea conocer cuál será el punto de pedido y el SS necesario para poder ofrecer un
nivel de servicio del 93%
Ejemplo:
Supongamos que una muestra representativa de los datos históricos de la demanda diaria,
di, de un determinado ítem, que se gestiona mediante un modelo CFP, tomados en 24 días
elegidos al azar, junto con los del tiempo de suministro, TSj, medido en 18 ocasiones, son
los reflejados en las siguientes tablas:
di 0 1 2 3 4 5 6 7
fi 3 4 6 4 3 2 1 1
TSj 4 5 6 7 8 9 10
fj 4 5 3 2 2 1 1